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El Eterno NO es el dios del cristianismo

Me he encontrado con muchas personas que tienen la falsa noción de que el Eterno es idéntico al dios de los cristianos (católicos, evangélicos, falsos judíos mesiánicos, netzaritas, etc.).
A al menos que el mentado Padre de la idolátrica trinidad es el mismo que el Eterno.

No es así, en lo absoluto.
El Eterno, el Uno y Único es radicalmente diferente a la deidad ajena que reverencian los seguidores del Ieshu/Jesús/Yeshua (o cualquier nombre que le quieran inventar).

Veamos algunas de las diferencias fundamentales.

Fieles a Hashem Fieles al dios del cristianismo
(1)
Dios es Uno y Único, Creador de todo y Presente siempre, Él solo
creó, hace y hará todo lo que sustenta el universo.
La deidad es una entidad compleja, compuesta por 3
dioses diferentes.
No es uno.
No es único.
Este dios absurdo (porque 1 = 3 de acuerdo a esta idea), ya tenía sus
personalidades definidas antes de la creación, por lo que «el hijo»
existía antes de ser nacido en cuerpo.
Dios es Uno y Único, sempiterno, no hay nadie ni nada que se Le
asemeje; Él es la única deidad.
Jesús y el Padre son el mismo, pero son diferentes.
Pero además, está Satanás que es el dios de este mundo (del mal), que es
un dios opuesto al dios cristiano, con similar poder. Con capacidad de
tentar al mismo dios para llevarlo por el camino del mal.
Dios no posee materia, ni tiene partes o elementos, nada físico lo
afecta, ni hay imagen/figura/forma que Lo represente.
Jesús es la imagen de dios.
Fue afectado por todas las posibles circunstancias materiales, incluso
murió cruelmente sin poder defenderse de sus agresores. Angustiado y
abandonado, rogó misericordia del Padre, pero no la obtuvo.
Dios es primero y último. La trinidad, con sus tres personajes, comparten el
inicio del mundo.
Jesús es el dios del final de los tiempos.
sólo Dios es digno de ser adorado, nada ni nadie más merece
adoración.
La única adoración válida es en el nombre de Jesús.
Pero además, se reverencia a otros seres, tales como los santos o
vírgenes.
Además, se adora imágenes.
Esto no es exactamente igual en todas las sectas, pero todas y cada una
de las ramas del cristianismo han sido influenciadas por esta noción
idolátrica.
todas las palabras de los profetas del Tanaj son verdaderas. El Tanaj está caduco, hay un nuevo testamento que
suplanta al Tanaj.
Ninguna de las leyes de la Torá tienen valor a partir del sacrificio
sanguinario de Jesús.
la profecía de Moshé Rabenu es verdadera, que él es el principal de
los profetas, no hubo ni habrá otro de su nivel profético.
Jesús es el mayor en profecía, aunque se lo considera
una deidad, al mismo tiempo un profeta con excelencia sobre Moshé.
toda la Torá que está en manos de Israel es la que le fue entregada
a Moshé.
La Torá es solamente una premonición acerca de Jesús,
sombras acerca de su vida terrena. No tiene otro valor.
ésta Torá no será ni en un ápice modificada ni cambiada por otra, ni
Dios revelará otra Torá.
El nuevo testamento es la palabra definitiva de la
deidad, que perfecciona y erradica la Torá.
Dios conoce todos los pensamientos y actos de los humanos. Dios conoce todo los pensamientos y actos humanos y los
determina.
No existe el libre albedrío, ya que toda la humanidad es mala,
pecaminosa, a causa del pecado original.
Solamente es salvo aquel que ha sido llamado por dios. Nadie llega a
Jesús a no ser que sea dios el que lo lleve.
Dios imparte el Bien con Justicia, retribuyendo con estricta
justicia (premiando y castigando) de acuerdo a los actos.
Los actos no tienen ningún valor espiritual, solamente
vale la fe en Jesús. El Padre es sanguinario, malvado, vengativo,
rencoroso, guerrero, solamente el sacrificio de Jesús salva.
No tiene valor el arrepentimiento, ni el esfuerzo por mejorar la
conducta, solamente vale la fe en Jesús.
vendrá el Mashiaj/Mesías. Jesús además de ser un dios, un profeta, un maestro, es
el Mesías redentor. Ya ha venido. Ya ha instaurado un reino mesiánico
espiritual.
Completará su obra mesiánica en una segunda venida, programada para hace
2000 años atrás pero que aún no se ha realizado.
habrá resurrección de los muertos cuando Dios así lo disponga, y
entonces Él será conocido por todos a perpetuidad.
Ya hubo resurrección de los muertos, habrá un tiempo de
tribulación final y luego la resurrección de los que tienen fe en Jesús,
los demás arderán eternamente en el infierno a cargo de Satanás.
Jesús será adorado eternamente por sus escogidos.
Israel es el pueblo escogido a perpetuidad para ser una nación
dedicada al Eterno y servir como Luz para las naciones.
Los que tienen fe en Jesús son el nuevo Israel, el
Israel espiritual que tiene valor. El viejo Israel, el de la carne, los
judíos, son gente errada, perversa, hijos de Satanás, perdidos por
siempre.

Hay otras diferencias marcadas, pero con estas creo que se obtiene un panorama claro, que aparta del error.

Consultar estos textos:
http://serjudio.com/rap2001_2050/rap2007.htm
http://serjudio.com/dnoam/rap217.htm
http://serjudio.com/dnoam/rap197.htm

Nota:
(1) Creo de Nicea, base de todas las sectas y ramas del cristianismo:
«Creo en un sólo Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra, de
todo lo visible y lo invisible.
Creo en un sólo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios nacido del Padre
antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no
creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por
nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajo del cielo, y por obra del
Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra
causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y
resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para
juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y
del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que
habló por los profetas.»

De Hombres y Ratones

«He aquí que he de traer las aguas del diluvio sobre la tierra para destruir toda la carne en la que hay aliento de vida bajo los cielos» (6:17).

El profeta Yeshaiahu (Isaías) se refiere al diluvio como «las aguas de Noaj», lo cual implica que Noaj fue resposable, al menos en parte, por el diluvio.Porque si Noaj le hubiera enseñado a su generación a que conocieran a D-os, instruyéndoles a emular las midot   (rasgos de carácter) de D-os ciertamente se hubiesen arrepentido.

El Rambán (Maimonides) una vez mantuvo una disputa con un filósofo, con respecto a si el comportamiento de los animales se rige por el instinto o por el entrenamiento conductista. El filósofo sostenía que el animal puede ser entrenado de un modo tan absoluto que se puede hacer que haga prácticamente cualquier cosa. Y para demostrarlo, entrenó largo tiempo  una cantidad de gatos, para que anduvieran erguidos, sostuvieran bandejas en las patas y actuaran de mozos. Los vistió de camisa blanca y moño negro, y condujo un banquete en el que los mozos eran gatos. Justo cuando estos mozos felinos estaban sirviendo la sopa, el Ramban, que había sido invitado al banquete, soltó un ratón. El salón se transformo en un pandemonio de bandejas poor el suelo, sopa derramada, platos rotos, y montones de gatos enloquecidos persiguiendo en cuatro patas al ratón.

Sin entrenamiento, los instintos y  los deseos del individio lo arrastran en cuatro patas. Sin embargo, el ser humano es diferente de los animales, porque puede perfeccionar su carácter para que controle sus bajos instintos. El que nunca trabajó para perfeccionar su caracter, igual que el gato entrenado, solamente puede poner en escena un «show» de disciplina, pero siempre y cuando no se le crucen «ratones»por el camino.

Recién cuando la persona cultivó buenos rasgos de carácter, la Torá puede residir dentro  de él. Unicamente la Torá puede llevar el carácter a la máxima perfeccíón, pero donde no hay una base sólida de las midot, la adquisición de la Torá resulta imposible.

Tomado de :   http://ohr.edu/jud/5760/bereshit/noaj.htm                                                                                  Autor: Rabí Zev Leff en Shiurei Biná