Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.

Ante todo, recordemos que la Torá (lo que algunos llaman «Biblia»), es patrimonio exclusivo de la nación judí­­a (y no admite ni incluye el así­­ llamado «nuevo testamento»).
Cualquier lector atento notará este hecho indiscutible y que el propio Dios se ha encargado de dejar en claro:

«Ésta es la Torá que Moshé [Moisés] puso ante los Hijos de Israel.
Éstos son los testimonios, las leyes y los decretos que Moshé [Moisés] habló a los Hijos de Israel cuando habí­­an salido de Egipto«
(Devarim / Deuteronomio 4:44-45)

Solamente los judí­­os somos los dueños de ella, los que tenemos derecho divino a estudiarla, a comentarla, a enseñarla, a aprender de ella maneras de vida trascendentes.
Es NUESTRA Constitución, nuestro manual de vida, nuestro faro, nuestro y no de las otras naciones, pues tal ha sido la elección que Dios ha decretado.

Los gentiles, como usted, tienen su propio patrimonio espiritual, que deben conocer y respetar, así­­ como compartir y difundir, y que NO ES la Torá de los judí­­os.
(Lo invito a que aprenda en este sitio, FULVIDA.com y en SERJUDIO.com mucho más acerca de la identidad espiritual de los gentiles y de cómo nutrir su espí­­ritu con verdadera bendición eterna.)

Que algún gentil pretenda usurpar el derecho divino de Israel a la Torá, a sabiendas o no, constituye una clara ofensa en contra del Eterno, Padre celestial, Rey de reyes.
Por tanto, el gentil prudente (como parece ser usted) no se rebela en contra del Padre celestial, ni busca imponer sus ideas ajenas a la Torá, ni acepta palabras de curas, pastores, falsos judí­­os mesiánicos o de cualquier otro ajeno a Dios y Sus cosas.
Sino que busca con humildad y sabidurí­­a la orientación de la Torá que solamente puede recibir de parte de maestros
judí­­os, conocedores del texto sagrado y de las leyes correspondientes.
Porque ciertamente los gentiles también pueden obtener de la Torá una gran Luz y la verdadera guí­­a para sus vidas, que los aparta de los errores y los acerca a la Vida. Pero, solamente merced a los buenos oficios del maestro judí­­o que los lleve por el camino correcto, de otro modo, se desbarrancan y pierden detrás de falsedades y pecados varios.

Otro aspecto fundamental de la Torá a tener en cuenta, y que los cristianos arbitrariamente rechazan y de esa manera ofenden a Dios, es que la Torá no es solamente un texto recibido por escrito, sino que al uní­­sono la Revelación incluyó una faceta oral, que ha sido trasmitida y mantenida con primor y fidelidad en el seno de los Sabios de Israel.
Por tanto, aquel que desea conocer correctamente lo que está expresando la Palabra divina, necesariamente debe acudir a la Tradición oral de los Sabios verdaderos del pueblo judí­­o, pues solamente así­­ se comprende el sentido que Dios ha dado a Su Palabra escrita.
Seguir los desvarí­­os de los seguidores de Paulo de Tarso, que inventan interpretaciones falsas, que fabulan tontamente, admitir sus ideas y creencias, es negar a Dios y enfermar cruelmente el alma propia.
Téngalo siempre presente para que viva con libertad, tal como Dios quiere.

En cuanto a sus preguntas.
El lector casual de Torá Escrita quizás no encuentre referencias a la masturbación en ella.
Pero, como contamos con la verdad explicitada en la Torá Oral, sabemos que la masturbación es una práctica que debe ser refrenada.
El pecado de Onán (Bereshit / Génesis 38:9), según sabemos, fue la masturbación. (No en vano en muchos idiomas se dice «ONANismo» al acto de masturbarse).

Por otra parte, cuando Dios ordenó que el varón y la hembra procreen y se multipliquen grandemente (Bereshit / Génesis 1:28), estaba señalando la finalidad última de la sexualidad.
Es cierto que existe el gozo del acto sexual, que fomenta la unión de los cónyuges, que es saludable, etc.
Pero es cierto también que su finalidad última es la procreación.
Tal como uno puede deleitarse comiendo, aunque no sea para nutrirse, pero la primordial función alimenticia es la de nutrir el organismo.
¿Se entiende?
Así­­ pues, tal como una persona no sobrevive o no preserva su salud si no come, o si masca chicle, o come comida «chatarra»; una persona que se masturba no está ejerciendo la finalidad de la sexualidad. Con eso está apartándose de del camino de lo correcto y por tanto en cierto modo perjudicando su vida.
¿En qué plano de su existencia (fí­­sico, emocional, social, intelectual, espiritual)?
No lo sé, pero genera algún desbalance sin dudas.

En cuanto a los novios.
Debieran abstenerse de contacto fí­­sico, de todo contacto fí­­sico, hasta el momento del casamiento (o de convivir juntos de manera fija).
Incluso para aliviar tensiones y complicaciones, debieran cuidarse de no estar a solas en lugares cerrados o que facilitaran el contacto í­­ntimo.
Atención: esto debe ser tomado en cuenta no como norma victoriana, gazmoña, sino como una regla de vida que tiende hacia la unidad, el verdadero amor, el compromiso, el apego a todo nivel.

Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.

Dios te bendiga, y que podamos ser constructores de Shalom.

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