Archivo de la etiqueta: Relacion con el projimo

Hablemos bien y justamente

“La arrogancia es la causa principal de que las personas hablen Lashon hara (maledicencia).
Cuando alguien se siente superior a otros, le parece fácil hacer burla de ellos.
Además, una persona arrogante tendrá envidia de las personas exitosas y buscará sus faltas para hablar mal de ellos y así disminuir la estima que otros sienten por ellos.”

(Rab Pinjas ben Aarón Shofet, “Hablar bien, vivir bien.”)

Nosotros tenemos idea de cuál es el mecanismo que opera por detrás.
Repasemos juntos.

El sentimiento de impotencia, causado por hechos reales o por creencias, lleva a que automáticamente se disparen las herramientas del EGO: llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad. Todos ellos o solo algunos; ellos o algunos de sus derivados.

Esas reacciones son instintivas y naturales, que se refuerzan con el continuo uso hasta transformarlos en hábitos frecuentes, a flor de piel, listos para aparecer ante la menor sensación de impotencia.
Sirven para llamar la atención y de esa forma obtener la satisfacción que mitigue o haga desaparecer por un rato el sentimiento que generó la impotencia.

El ejemplo típico, en el cual el EGO es el jefe natural, lo vemos en los bebes y niños muy pequeños.
En ellos el dominio que ejerce el EGO es lo indispensable, cuando falla, algo probablemente no está funcionando adecuadamente en el niño.

El problema es cuando esta manera de relacionarse con la debilidad se extiende y ocupa lugares que no le corresponde.
Así encontramos bebes en todo tipo de cuerpos, edades, roles, cargos, etc. Tú y yo no escapamos de esto, ni el vecino, ni el gurú religioso, ni el aparentemente poderoso general, ni… creo que son tan poquitos y por un ratito nada más los que pueden estar libres del EGO.
Lo bueno es aprender a reconocerlo y a no dejarse dominar por él, pero no pretender que lo hemos eliminado o que alguna mágica promesa de fe nos dará el poder sobre él.

Estamos analizando el párrafo con el cual comenzaos este encuentro.
¿Qué es la arrogancia, cuando tomamos en consideración lo que hemos repasado rápidamente aquí?

La persona se siente impotente, por lo cual el EGO genera una falsa imagen de sí misma, en donde se vislumbra con cualidades y poderes de los cuales en verdad carece. Tal vez tenga algún grado de eficiencia, alguna ventaja mínima, pero que en la mirada del EGO se agiganta.
Es una distorsión de la identidad a instancias del EGO. Es autoestima deficiente, tal como lo es aquel que se aferra a creerse menos de lo que realmente es y puede llegar a ser.

De alguna manera el arrogante tiene que mantenerse protegido de los golpes con el muro de la realidad.
Una forma es aislarse en su fantasía de perfección, de altura, de ser inalcanzable por el resto de los mortales. Así, detrás de esa fantasía protectora, evita confrontar con sus debilidades y reconocer el poder de otros sobre él.
¿Recuerdas aquella chica en el secundario que miraba a los demás desde arriba? ¿Que afectaba su voz al hablar como dándose un rango y conocimiento del cual seguramente carecía? ¿Que llamaba a su casa para que pidieran despedir a la profe que se atrevió a no calificarla con el máximo puntaje? ¿La que estaba constantemente estresada para tener la respuesta a mano, usando palabras que no Einstein entiende? ¿Esa niña que se creía por encima de todos y con un aura sagrada intocable? ¿La misma que le hacía la vida imposible a la otra chica, esa que realmente era estudiosa e inteligente, pero poco hábil en las artes sociales? ¿Aquella que nunca ayudaba a los compañeros menos dotados, y si lo hacía no era con intención generosa y altruista? Cuando rascas un poco la corteza, ¿a qué no sabes qué te encuentras?

Otra forma es agredir a los otros, como el habitual hostigador (el que hace bullying), que encuentra víctimas para caerle con sus burlas, golpizas, amenazas, robos, etc.; suele encontrar otros impotentes con los cuales confraternizar en la tarea odiosa de maltratar al mundo para no admitir sus pobrezas multidimensionales y hacerse responsables por crecer sanamente.
¿Tienes en mente a los matoncitos de Los Simpson? Bueno, esos.

Otra forma es la del típico amargado criticón, que de todo se queja, todo le viene mal, para todo hay un pero, que no disfruta y si lo hace dice que no.
Tiene algo de los dos anteriores, pero también cosas que lo diferencian.
Por lo general no se encuentra entre los hostigadores abiertos, no anda en pandillas de pendencieros. Tampoco está insistiendo para que le adoren en su perfección. Prefiere ponerse en el papel del juez que todo lo sabe, todo lo ve, todo lo entiende, y nada encuentra para mitigar su sentencia. Demuele, con razón o sin ella. Lo importante es destrozar aquello que pudiera ponerle en evidencia en su debilidad. ¿Algún personaje de Moliere propones como ejemplo?

Los tres tipos no tardan en usar LASHÓN HARÁ para vencer en sus batallitas, o por lo menos no sentirse vencidos.

Pero, no solamente ellos hacen uso de la maledicencia.
Cuando la persona, cualquiera y no solo el arrogante, habla cuestiones inconvenientes, negativas, y sin un sentido constructivo y necesario, es decir LASHÓN HARÁ, estamos ante una manifestación del EGO actuando.

Tú puedes evaluar que eres cero altanero, que no eres altivo, que tus problemas emocionales no pasan por ese canal.
Puedes tener razón en esto.
Pero, no dejas de hacer LASHÓN HARÁ.
Te pido que me digas el motivo, a partir de lo que compartimos acerca del EGO.
Gracias.

Antes de terminar.
La conducta espiritual, que es el construir shalom, que es actuar con bien Y justicia en cada momento, incluye el hablar también con bien Y justicia.
Hemos enseñado en muchas ocasiones acerca de la Comunicación Auténtica, y cómo es un poderoso utensilio en fomentar el entendimiento, la concordia, el shalom y ahuyentar así al EGO.
Por lo cual, si tus palabras son contempladoras para construir shalom, hablando lo bueno Y lo justo, difícilmente serás derrotado por el EGO.

Ahora, te dejo otra tarea.
Denunciar a esos travestis del espíritu, cuales son los mesiánicos, netzaritas y similares, para evitar que sus creencias nefarias perjudiquen a los ingenuos que no tienen entendimiento de las cuestiones espirituales, ¿es caer en LASHÓN HARÁ? La respuesta te la doy ya mismo: NO es LASHÓN HARÁ, al igual que no lo es denunciar a un criminal, evitar el daño del inocente notificando de as inconductas de los pecadores, etc.
La tarea para que pienses y comentes es que digas porqué no es LASHÓN HARÁ.
Gracias.

Hasta luego.

(Texto en honor y mérito de la Sra. Luz, abuela del amigo Luis Diego de Costa Rica).

¿Quién soy yo?

 

embrión

Querido amigo: Deténgase un minuto en lo que está haciendo. Siéntese, relájese y respóndase a esta pregunta: ¿Quién soy yo?… dese unos minutos antes de responderse.

No. Usted no es su nombre. Su nombre no es suyo, otros se lo asignaron.

Tampoco. Usted no es el rol social de padre, madre, hermano, hijo, hija, etc que tiene. Usted no nació ni siendo padre, ni madre, ni hermano, ni hijo, ni hija..etc

Menos. Usted no es lo que hace. Usted no es la profesión o el oficio que tiene. Eso lo aprendió hacer para producir.

Mucho menos. Usted no es hijo de ningún dios, ni es creyente ni no creyente. Esa conclusión llegó en alguna etapa de su vida debido a la (des) formación que tuvo de sus padres.

Usted podría responder que es un ser humano, una persona. Está bien, pero sigue siendo una generalidad que no lo individualiza. ¿Y su individualidad? ¿Eso que lo hace ser quien es usted?

¿Quiénes somos en realidad?

Intentaré con este ejercicio trasmitirle claramente mi duda:

Usted no se hizo. Otros, sus padres, aportaron cada uno el 50% de su material genético. El espermatozoide de papa y el ovulo de mama hicieron posible su formación intrauterina. Usted no decidió crearse, otros decidieron por usted.[1]

Usted cuando nació no decidió llamarse como se llama. Otros le asignaron su nombre. Tampoco decidió sobre su religión, ni quienes iban a ser sus progenitores ni sus parientes; no decidió hacer su cultura, ni si quiera su idioma; otros le dijeron que usted es quien usted cree que es. Pero ¿ese que le dijeron que es usted, es realmente usted?

Tal vez le reste importancia a mi pregunta. Total ¿para qué preocuparse sobre quien es uno? ¡! Uno es uno y ya ¡!

El problema que plantea el hacerse de la vista gorda sobre uno mismo, es que trasforma la persona en un animal de manada o rebaño. En un ser autómata que se conforma con lo mismo que las masas se conforman; igual que un animal que nace, crece, se reproduce y muere sin pena ni gloria, sin nada que lo identifique como “el individuo”, sino que se confunde con el resto del colectivo.

Y a pesar de estar todos en colectivo, algo nos individualiza y sabemos que somos diferentes al que está a nuestro lado, o al que nos acompaña; al que también algo lo individualiza de nosotros y del resto.

Como cuando decide ir a algún Mall a cenar, y en lugar de buscar algún restaurante que lo atiendan de manera personalizada, busca el “Food Court” donde la política es compre, siéntese, coma junto con todos los visitantes, y váyase. Nadie le importa quién es usted, ni como prefiere su cena, que le quita, que le adiciona, que prefiere, cuáles son sus gustos… Usted es alguien más, alguien del montón de “alguienes”.

O como cuando va al servicio del Seguro Social para que le atiendan su dolencia y le reconforten, pero se topa con que usted es un numero más; alguien si nombre ni identidad, solamente un “numero de ficha” para la atención; y de previo a constatar si está al día en sus pagos mensuales de seguro, lo tratan cual vaca del montón de vacas que lo que ocupa es acetaminofén y alguno que otro analgésico para su moribundo estado; total, uno más uno menos.. ¿Qué hace la diferencia?.

No.. ¡¡¡ Usted es un “Sui Géneris” de la especie humana¡; pero entonces ¿Quién es usted?

Hace algunas horas, publique en mi Facebook, un resumen de algunas teorías psicológicas, que por sugerencia, he intentado conocer, y que responden en parte a la pregunta inicial.

Publique este ejemplo:

 

Doctor, por favor dígame ¿Quién soy yo?

Dr. Adler: Usted es inferioridad en busca de poder.

Dr. Freud: Usted es un YO que busca placer.

Dr. Jung: Usted es un subproducto de un inconsciente colectivo y primitivo.

Dr. Ribco: Usted es un consiente que tiene que sincronizarse con una identidad.

Dr. Frankl: Usted es un ser libre con responsabilidad que tiene que dotar de sentido su experiencia humana.

 

Pero la pregunta no es tan sencilla de responder con el ejemplo que, sin intención de respuesta, puse en mi muro. Al igual que los analistas citados, los neurocientificos reconocen que la ciencia llega hasta cierto límite cuando se trata de responder sobre la individualidad de la persona:

… El problema esencial, concerniente a la misma existencia de la experiencia consciente, puede reducirse a las siguientes preguntas: ¿Cómo surge la conciencia del funcionamiento del cerebro humano? ¿Qué relación tiene con el comportamiento que la acompaña? ¿Qué relación existe entre el mundo percibido y el mundo real?

El problema principal es tan esencialmente complejo que algunos pensadores han afirmado que su respuesta se encuentra más allá del alcance de la ciencia….

Quienes afirman que no existen evidencias que apoyen la existencia de la conciencia extendida…, a pesar de las abrumadoras pruebas en sentido contrario, exhiben una ignorancia premeditada. Creen conocer la verdad sin necesidad de examinar los hechos.. (La conciencia) está tan cerca de nosotros que se encuentra casi fuera de nuestro alcance. No hay nada en los fundamentos físicos del mundo real.. y más concretamente, el de la intricada estructura del cerebro, que nos aporte la menor pista sobre le funcionamiento de la conciencia… (Dr. Eben Alexander. [2])

A ver Doctor, usted me está diciendo que yo soy yo porque tengo experiencia consiente. Pero mi conciencia no es mía; no está dentro de mí, ni ningún órgano (el cerebro por ejemplo) la contiene. Que mi conciencia no la genera mi actividad cerebral, pero que mi conciencia está cerca de mí… Muchas gracias Doctor por su opinión, pero consultare a otro.

Doctor Frankl, podría ayudarme en mi búsqueda?

“…la misión de la conciencia es, en efecto, descubrir al hombre “lo único necesario”. Ahora bien, ese “uno” es siempre en cada caso “único”… Es, pues, algo absolutamente individual, un “deber ser” individual que no puede ser abarcado por ninguna ley general, por ninguna ley moral… en ninguna caso es cognoscible racionalmente, sino sólo intuitivamente. Y esa función intuitiva es de hecho la que corresponde a la conciencia…

Pero un examen más detenido de las cosas habría descubrir inmediatamente  que ese instinto ético se opone, y no en pequeña medida, a lo que ordinariamente llamamos instinto vital…

El instinto de los animales, por ejemplo, tiende a un algo general o universal, únicamente actúan en general, lo que significa que es esencialmente esquemático. En efecto, los animales, cada uno según su instinto, reaccionan ante determinadas señales de su respectivo medio ambiente conforme a un esquema rígido, fijo de una vez para siempre y para todos los individuos. La eficacia de este esquema instintivo coincide por lo tanto con el hecho de que sólo es real en términos generales, o sea universalmente, ajustándose a la ley del mayor numero. En cambio en los casos individuales no solo falla, sino que aun induce al individuo a comportarse “irrazonablemente” en determinadas circunstancias, y ello actuando el animal enteramente de acuerdo con su instinto,… Así, por ejemplo, el mismo esquema de reacción instintiva que determina que la mayoría de hormigas, es decir, el conjunto de la colonia, conserve o salve su vida, puede llevar a una hormiga aislada a perderla. Desde el punto de vista, pues, del instinto hay que dar por sentado este hecho, a saber, que el instinto vital descuida lo individual.

De modo totalmente distinto, más aun, en oposición de lo que acabamos de ver, actúa el instinto ético, cuya eficacia queda garantizada por el hecho de no tener a un universal, sino siempre y solamente a lo individual; se dirige, como ya hemos dicho, a lo concreto. Y mientas el animal es a veces extraviad por su propio instinto vital, ocurre que también el  hombre de vez en cuando es inducido a error por su razón .. y solo su instinto ético, o sea la conciencia, es capaz de hacerle ver ese “uno necesario” que precisamente no es algo universal; sólo, en efecto, la conciencia puede como si dijéramos sintonizar la ley “eterna” o, por atenernos al concepto ordinario, la ley moral con la respectiva situación concreta de una persona concreta. Lo que significa que una vida a partir de la conciencia es siempre una vida absolutamente personal que tiende a una situación absolutamente concreta, a eso que puede importar a nuestro ser individual y único en las condiciones determinadas de su existencia: la conciencia incluye siempre el “ahí” concreto de mi “ser” personal…”[3]

A ver Doctor.. Usted me está diciendo que yo soy un “deber ser” individual que no lo abarca ninguna ley ni general ni moral ni la explicación racional, sino que yo soy un “uno y único”; y lo sé por la función intuitiva que usted llama conciencia, o bien, instinto ético.

Que ese instinto ético no lo confunda con el instinto que como animal tengo; pues el instinto animal es esquemático ya que busca siempre la colectividad para mis necesidades animalescas. Que el instinto animal que tengo, falla si no se ejecuta en la colectividad; es decir que aunque esté solo y comportándome instintivamente, el instinto no me va a servir para sobrevivir a pesar de que está funcionando para mi propia subsistencia.

En mi individualidad, mi instinto animal falla. Pero el instintito ético, o la conciencia que soy, es mi individualidad; no tiene carácter universal o comunal. Es la conciencia mi ser individual. Muchas gracias Doctor por su opinión, pero consultare a otro.

Señor Ribco, usted sería tan amable de explicarme quién soy yo; o mejor dicho ¿que soy yo?

 Nuestra NESHAMÁ, lo que denominamos Yo Esencial o espíritu, no está materialmente en nuestro interior, aunque a veces lo señalemos como la LUZ interna o la pequeña voz dentro de nuestro ser. No se ubica en ninguna parte del cuerpo. Ninguna zona cerebral es su asiento….

La NESHAMÁ es una entidad espiritual, proviene directamente de Dios. No ocupa espacio, por tanto no sufre alteraciones, ni es afectada o depende del tiempo “material”. Está en un lugar que no es lugar, en un tiempo que no tiene tiempo. … todo lo que conocemos y sabemos depende de nuestros sentidos, somos esclavos de nuestro cuerpo, dependemos necesariamente del tiempo y del espacio. No tenemos noción de existencia fuera del tiempo y espacio. Hasta cuando imaginamos mitos, historias de ciencia ficción, delirios, estamos atrapados entre esas dos coordenadas. Dios, y por tanto nuestra Neshamá, no habitan nuestra realidad ni son afectados por nuestras limitaciones. Existen en una realidad diferente a la nuestra, que es incomprensible, aunque quizás pudiéramos tener destellos momentáneos de claridad al respecto…

… Nuestra Neshamá es la identidad que nos ha otorgado directamente el Creador. No tenemos parte en su existencia, como tampoco nuestros padres ni otro ser vivo o elemento físico. Proviene del Eterno, permanece en el Eterno, retorna al Eterno. No cambia con nuestras acciones, no existe nada material que la afecte, ni para bien ni para mal. Es, sencillamente es. Podríamos decir que es el ideal sobre el cual basarnos para diseñar nuestra vida en este mundo, la meta para alcanzar, la imagen para descubrir en el espejo de nuestra existencia…

… Lo que hacemos, los nombres que usamos, los títulos que nos acompañan, nuestras acciones, lo que recordamos, las actitudes, posesiones, vínculos sociales, etc., forman esas máscaras que arman al que denominamos Yo Vivido. Éste es por completo terrenal, lo construimos en el mejor de los casos; en los menos buenos asumimos aquello que los demás nos imponen o mandatan. Somos como personajes armados con bloques de Lego…

Con esto podemos suponer que yo soy algo que no soy yo. Porque hago cosas que forman mi Yo Vivido, el cual es mi YO terrenal, el que conozco (en la medida de lo posible), el que los demás conocen, el que veo en el espejo, etc. Pero al mismo tiempo hay otro Yo, que es genuino, que es eterno, que es el que debo llegar a conocer y vivir como lo que él plantea….[4]

A ver Doctor.. Usted me está diciendo que yo soy un “una Neshama”, que existe en una realidad que no es la realidad humana, que es lo que me individualiza, pero que es imposible su comprensión en mi realidad, y sin embargo tengo que llegar a conocer y ser como lo que plantea la Neshama.

Como se nota, es muy difícil para el raciocinio procesar el 100% la información que expone y que se plantea para responderse la sencilla pregunta de quien es uno en realidad; y si es uno es una conciencia, existe la dificultad de separarla para analizarla y someterse.

Lo importante es conocer que el fundamento de nuestra identidad está por encima de nuestra propia comprensión.

Pero el «como» llegar a ser lo que somos, la forma, el procedimiento, la técnica (como quiera que se vea) para llegar a ser nuestro verdadero Yo, cobra un nuevo significado. Ya no es ser por ser simplemente; es construir el ser.

Gracias por su lectura, comentarios y opiniones.

 

[1] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/yo-t-otro-uno

[2] La Prueba del Cielo. Dr. Eben Alexander. Pag 204-205

[3] La Presencia Ignorada de Dios. Dr. Viktor Frankl. Pag 35-36

[4] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/ser-y-estar-siendo

Ser simple no es lo mismo que ser simplón

Tenemos esa tendencia a complicar lo que de por sí es simple.

Sea a la hora de expresarnos.
O para resolver lo que se presenta como problema.
O para descubrir patrones de conductas.
O para explicar sucesos.
O súper simplificando al punto de perder de vista la realidad.
O para manejar los recursos que tenemos a disposición.
O buscando controlar aquello que está más allá de cualquier control que podamos ejercer.
O negándonos a controlar aquello que es de nuestra potestad dominar.
O… son infinidad de oportunidades y situaciones en las cuales ejercemos esa extraña atracción por la complicación en lugar de optar por el camino de la sencillez, de lo concreto, de lo simple.

Entrenarnos a ser simples, sin por ello ser banales, es una gran tarea, una consigna que puede llevar toda nuestra travesía terrenal.
Apreciar lo sencillo, valorarlo, apreciarlo, promoverlo, crearlo, ¡qué gran misión!

Como cualquier otro hábito, precisa de repetición y constancia para conseguirlo.
Si actuamos de manera enrevesada, una y otra vez, difícilmente encontraremos la claridad mental y la acción concreta certera.
Si poblamos de palabras nuestro discurso, para finalmente no decir mucho, o directamente nada, ¿cómo estaremos capacitados para comunicarnos auténticamente?
Si en cada ocasión aprovechamos para perseguir sombras, llenarnos de sentimientos pesados, descartar la simplicidad que revela una opción más válida, ¿cómo desprendernos de ese constante sentimiento de impotencia?

La vía simple, es la sugerida.
Puedes ponerte en campaña hoy mismo para lograrlo.
Si algo lo puedes decir en pocas palabras, ¿para qué añadir?
Si el camino breve te lleva a buen puerto, ¿para qué dar vueltas alrededor de nada hasta encarar hacia la meta?
Si las explicaciones pesadas no aclaran nada, ¿por qué no preguntar y encontrar la luz?
Si las creencias absurdas se caen por su ineficacia, ¿no es mejor declarar la detención de las excusas y el comienzo de un pensamiento analítico?

Sé simple.

No me aceptan en los círculos sociales

Séneca decía que lo que realmente importa no es el dinero ni la posición social sino cómo esté uno consigo mismo. No se trata entonces de un tema de acciones externas que nos satisfagan sino de vivir con principios, que es una idea que Steven Covey esbozó muy bien en su libro “Siete Hábitos de las Personas Altamente Efectivas”.

De hecho Steven Covey presentaba una propuesta muy interesante de cómo las personas nos comportamos, pues los hay quienes son dependientes, bien sea para que les den lo que quieren, para que lloriqueen porque no tienen X o Y o porque necesitan de la adulación de las personas. De otra parte, pero siempre dentro de la dependencia están los que son los famosos san nicolases que andan queriendo salvar al mundo y luego los que se creen independientes de todos los demás, desconectados de la realidad.

Todos hemos pasado por esa situación que es EGO puro, Steven Covey lo llama dependencia e independencia, pero es lo mismo: lloriqueo, pataleo, griterío y desconexión de la realidad. Hay una tercera vía que es la interdependencia, es la facultad de saberse parte de un sistema social de interacción pero viviendo con principios que nos permiten ser autónomos pero no creernos todopoderosos o liberadores de los que dicen estar oprimidos.

La interdependencia nos permite ser industriosos y tener iniciativa para llevar a cabo nuestros proyectos. Si no me dieron determinado trabajo, vuelvo a intentar, sino me aceptan en el círculo social de los ricos, intento pero si no me aceptan del todo, no me echo a morir, sino que salgo y busco alternativas.
El problema está en que entre dependientes, unos quieren que les hagan todo y los otros quieren hacerlo todo, al final de cuentas ninguno vive con principios sino con un culto a la personalidad, que es el paradigma que nos caracteriza actualmente. Si no me aceptan en determinado lugar, por qué no fundo el mío propio? O mejor aun, por qué no hago algo por alguien más sin esperar nada a cambio?

Los principios no son lo mismo que los valores, los principios engendran valores pero los valores no engendran principios. Tal y como la palabra lo dice, un principio es algo que da origen, es la génesis de algo nuevo. El principio es el manantial, el valor es el río. Nuestra vida puede guiarse por valores pero debe de tener principios. Steven Covey lo resume muy bien, él dice que los valores son el mapa que compramos para caminar por la ciudad, pero la ciudad en sí es donde estamos, la ciudad es los principios, los valores son el mapa, pero ocurre muchas veces que vamos por la vida con un mapa de Tokyo para caminar por Hamburgo.
3645917871_6a01156fc3b825970c01287626692a970c_800wi_xlarge
Si tu vida gira en torno a hacer todo lo posible para que te acepten en determinado lugar, no estás siendo auténtico sino que estás viviendo bajo el paradigma del culto a la personalidad, si ese es el caso, no estás caminando con el mapa adecuado. Para conocerte a ti mismo, Steve Covey recomienda que hagas un ejercicio que te invito a que lo practiques ahora que estás leyendo esto, imagínate que estás en tu funeral y ahí yaces dentro de un féretro con todos tus seres queridos a tu lado, llorando tu partida, cómo te gustaría que te recordaran, como una persona auténtica o como un exhibicionista? Recuerda que hay un dicho muy sabio que reza que la alcancía con pocas monedas es la que suena? Se referirá solamente al dinero? Ahora es tu turno, comparte tus pensamientos en la sección de comentarios para que nos enriquezcamos mutuamente.

Reclamo de amor

No estamos interesados en la verdad, ni en la justicia, ni en establecer shalom;
en el fondo (o más arriba) todos estamos pidiendo que nos quieran.
Que una madre esté atenta, que nos alce en brazos, que nos mime, que nos cobije y nos diga cuanto nos quiera solamente por ser quien somos.
Que un padre nos proteja, nos sostenga, nos aliente, nos dé una palmadita de confianza, y hasta una nalgada para enderezarnos, que también nos quiera y por ello nos corrige.
Ser alguien para algún alguien.

Entonces, viene el pastor, el gurú, el político, el jefe de la manada, el referente y no nos interesa que tan sabio sea, ni cuanto conozca de su libro revelado, ni cuanta verdad haya en sus palabras y gestos, tampoco estamos tan atraídos por la mística en sí misma, ni tan siquiera por milagros o apariencia de tales. Solo queremos que nos quieran.
Que el rabino, o el “padre”, esté allí para nosotros. Que nos conozca. Que nos pregunte de nuestra vida. Que nos diga alguna palabra alentadora. Que nos consuele. A veces que diga algo interesante y con contenido. Pero siempre, siempre que sea una presencia querendona, que destile amor, aunque sea solo para cumplir su labor profesional.

Así, el brillante maestro, el inteligente consejero, el listo psicólogo, el educado ministro espiritual, el experiente líder del grupo, de poco vale si no aporta ese carisma especial, que poco y nadie tiene que ver con dotes intelectuales, habilidades sociales, sino solamente con estar ahí para que la persona se sienta satisfecha, como el niño aupado a la madre luego de saciarse con su leche.

Desde el pequeñito al anciano, hasta el que está con un pie ya entrando a la tumba, lo que se anhela es esa mano firme, ese seno acariciante, esa aura de protección y cuidado, esa magia inconfesable de ser hijo de una madre (un padre) que atiende y concede su presencia activa.

Cuando este “secreto” está en manos de los manipuladores (de toda calaña, religiosos, políticos, mercantiles, sindicales, grupales, etc.),
sea porque están conscientes de él, o simplemente porque lo emplean sin mucha teorización detrás,
podemos comprobar cómo caen masas de ovejas que se fidelizan a su pastor.
Se congregan en torno a esa imagen de solvencia, que es un remplazo para esa madre (padre) añorada desde las entrañas.
Puede ser el guía más obtuso, el que les inyecta venenos de todo tipo, el que les quita sus pertenencias y sueños, el que poco ayuda a mejorar sus vidas en la realidad; pero, sigue siendo el que les provee de esa magia que desde lo profundo les succiona la existencia. Así ha sido, y sigue siendo. Cuando vemos con detenimiento las figuras clásicas que congregan gente a su alrededor, nos encontramos con este estereotipo. Desde el curita de la cuadra, hasta el dictador enloquecido pero amado por las masas. Desde el nuevo gurú cabalistero, hasta el maestrito ignorante pero poblado de discípulos. Desde el rabino que convoca multitudes aunque su profundidad halájica y conceptual es escasa, hasta el demagogo que ofrece más de la misma miseria pero no pierde una elección. Es gente muy hábil en esto de aparecer como figura de “amor”, que está presente en las cosas de la vida de sus seguidores, aunque probablemente en los hechos no tenga ninguna efectividad. Pero está, conoce por el nombre, pregunta por la esposa, se acuerda del aniversario, le dice la palabrita cursi pero esperada, se vende como el ser especial que te ama y tú lo compras.

Queremos que nos quieran, lo que nos conduce por caminos no siempre luminosos y de crecimiento.

Por supuesto, si conoces nuestras enseñanzas, habrás descubierto al EGO también detrás de esto.
Lo sabemos.

Y ahora me dirijo especialmente a los líderes actuales y futuros de FULVIDA, y sus ramificaciones. Es una exhortación apta para todos, pero dirigida personalmente a cada uno de ellos.
Resulta imprescindible educarnos para ser esa persona amorosa, atenta, que se ocupa por la gente que está a nuestro alrededor. Para fortalecer nuestras comunidades, hacer que los grupos a los que pertenecemos o lideramos no se pierdan detrás de cantos de sirenas asesinas que llevan a la muerte pero ofrecen la atención que el niñito lastimado y necesitado está llorando por recibir.
Eduquémonos también para ser complacientes, a la par que firmes, no dejemos solamente llevarnos por elaboraciones intelectuales, por estudios elevados, por aspiraciones de mundos ideales; seamos constructores de shalom en los hechos cotidianos, con acciones de bien Y justicia. Y, si el niñito (aunque tenga 90 años) está precisando de esa mística de la atención, ofrezcámosla con sinceridad, aunque nos cueste actuar de esa forma. Aprendamos a hacerlo. Tendremos mucha precaución de no actuar como manipuladores, no aprovecharnos del poder que implica ser esa figura que atiende; estaremos preparados para no ser usurpadores ni personificaciones del EGO. Andaremos con cuidado para no ser sometidos por las trampas del EGO, nuestro y del otro.
Pero, trataremos de dar esa comprensión, ese llamado telefónico, esa pregunta por la familia, ese abrazo, ese no sé qué que está esperando el otro, y no tanto el inteligente refrán o el sabio consejo metafísico.

Atiendo a tus comentarios.

Mucho miedo

Está escrito:

«Entonces Iaacov [Jacob] tuvo mucho temor y se angustió.»
(Bereshit / Génesis 32:8)

Habla con el Eterno, y en un momento Le dice:

«Rescátame, Te lo ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esav [Esaú], porque le temo. No sea que venga y me mate, madre junto con hijos.»
(Bereshit / Génesis 32:12)

Enseñamos en varias oportunidades que todos los miedos se reducen a uno solo: “el no poder”.
Éste se ramifica en cinco, por cada uno de los planos de existencia del Hombre:

  • No poder físico: enfermedad, incapacidad, discapacidad, defecto, lesión, miseria, muerte.
  • No poder emocional: soledad, abandono, rechazo, angustia.
  • No poder social: anonimato, fracaso, pobreza, ridículo, escarnio.
  • No poder mental: confusión, ignorancia, error, locura, demencia.
  • No poder espiritual: no tener certeza de lo que nos trasciende.

El miedo es normal, es natural. Es una señal de alarma, que nos lleva a actuar o precaución, para no encontrarnos de pronto en situaciones lamentables que podrían haber sido evitadas o minimizadas con la debida atención.
Todos tenemos más o menos cada uno de ellos, con mayor o menor consciencia de su presencia, pero el miedo siempre está allí. Aunque algunas personas muy entrenadas en doblegar al EGO tengan mayor capacidad de resistirlo, no es lo habitual.
No debemos ver el miedo como una debilidad especial, un estado alterado, alguna cuestión pecaminosa, defecto emocional, o algo parecido. Es una alarma, y como tal debemos usarla.

Pero, el EGO se aprovecha del miedo y lo transforma en un factor paralizante, para dejarnos desvalidos, en impotencia, a su merced.
Llegamos a tener miedo de aquello que es irrelevante, de cosas inexistentes, de creencias, de fantasías, de lo que no produce malestar real alguno. Hasta tenemos miedo de tener miedo.
Hábil el EGO para usar las herramientas positivas en sentido contrario, para dañar y someter a su esclavitud. Como ocurre con él mismo, que es un recurso natural que contamos para situaciones de extrema necesidad e impotencia, y que sin embargo se desfasa y ocupa lugares que no le corresponden, se activa en situaciones que no le competen, terminando por asumir un rol de conducción que le es ajeno y provoca conflictos, malestar, amargura e infinidad de otros pesares.
Cuando el miedo atormenta, más allá de su función específica, es que suele aparecer el EGO como presunto salvador, nos ofrece alguno de sus trucos para rescatarnos quedando así nosotros como sus deudores, y el precio para cancelar la deuda es nuestra libertad.
Ante el miedo gritamos, lloramos, pataleamos y/o nos desconectamos de la realidad (con cualquiera de sus variantes y derivados). Tal cual acontece cuando el EGO comanda y nos sentimos en impotencia. Quizás alguna de estas reacciones nos libere de una situación incómoda, nos espante el miedo por un rato, nos sintamos en control… pero claro, es solamente una ilusión de poder, algo pasajero que solamente nos retiene en nuestra celdita mental.

Vayamos al ejemplo con el que comenzamos este encuentro.
El patriarca Iaacov podría tener motivos para temer.
Su hermano era un bravucón que venía acompañado por 400 muchachotes. Él había prometido matarlo. Era conocido por su violencia y falta de límites. Y Iaacov venía con su familia, con pequeños, con animales, probablemente en desventaja numérica y estratégica.
Por otra parte, el Eterno le había prometido protección, por lo cual debiera haber encontrado manera de encaminar el miedo hacia una actividad proactiva.
Pero, el miedo le estaba atormentando. Se sentía en franca desventaja, en camino a su demolición.

De acuerdo a la Tradición el patriarca Iaacov se preparó para el encuentro que tanto miedo le generaba de tres maneras:

  • Rezó al Eterno.
  • Envío regalos para apaciguar a su hermano.
  • Se preparó para la guerra contra su hermano.

Como primer respuesta está el construir shalom, con acciones de bondad y justicia.
Rezar, por supuesto, pero sin dejar de hacer lo que es necesario en los otros planos para establecer la armonía y el entendimiento. Porque El Eterno no nos puso en este mundo para que Él nos haga los favores a cambio de rezos.
En caso de que el camino de la concordia no funcione, porque de la otra parte se insiste en la destrucción, en el caos, en el mal; el constructor de shalom NO ES un pacifista que vive en una turbia nube de falsa paz, que reniega de los derechos y la justicia. Sino que como verdadero pacifista está preparado para hacer valer la ley incluso a través del uso de la fuerza. Dentro de los límites necesarios, con una conducta ética, sin moverse con el afán de conquistar o destruir, sino para que reine el bien y la justica.

La Historia de todos nosotros

the_sad_clown

Es chistoso como nos empecinamos en eludir las responsabilidades (y me incluyo).

Parece más sencillo que otro sea el que supla, explique, aclare, haga, deshaga, corrija, ejecute, nutra, de, etc, y así ad infinitum….

¡Pero claro…¡ Ego humano sobrelimitado, haciendo creer que la responsabilidad de pensar, hacer o analizar es del otro y nunca propia¡¡ Ego humano insuflando el placebo (sensación poderosa) que necesita la persona para calmar el dolor que produce la impotencia..¡

Y lo más curioso de todo es que es de las profundidades psíquicas de uno mismo desde donde se da este fenómeno.

Nadie estimula directamente el Ego a otro para que el Ego “inyecte ilusión poderosa” en la persona estimulada; sino que en fracciones de segundo el fenómeno se da en un único y solo individuo ante lo que sea que le cause la molestia de la impotencia.

Digo esto por las observaciones objetivas de mi propia conducta, y porque lo noto en otros también.

Por ejemplo, cuando se nos presenta algún religioso, o bien, alguien con algún credo distinto al propio intentando convencer de su credo, se inicia una aparente guerra entre 2 sobre quien lleva la razón.

Digo que es aparente, porque en realidad hay más implicados: Yo y mi Ego herido por la amenaza, y el Otro con su Ego herido por la misma amenaza; y cada quien pujando hacia su lado, que no lleva a ningún lado; excepto a generar más caos, odios, venganzas y desequilibrios.

No hay comunicación asertiva, raciocinio, análisis o lógica; lo que hay es sensación poderosa que me haga suponer cierto control sobre el otro, y desconexión de la realidad cuando veo que no puedo controlarlo.

Los que nos hemos dejado educar por las enseñanzas sobre nuestro Ietzer Hará[i] y que hemos identificado claramente como la raíz de la mayoría de problemas existenciales, intentamos de algún modo abandonar las contiendas innecesarias egocéntricas para no generar más caos del que de por sí pudiera existir[ii].

No es que nos retiramos de la contienda resentidos con el oponente deseándole que en algún momento de su vida entienda, pero en el fondo deseándole el mal.

Tampoco es que nos retiramos de la contienda sintiéndonos superiores por estar en “la verdad” y en otro en “la mentira”.

Nada más alejado de la realidad.

Nos alejamos porque sabemos que si nos mantenemos en un “dime que te diré” es porque nuestro EGO tomo control de nuestro intelecto, y nos hará sentir que debemos defender a ultranza nuestra zona segura a costa de lo que sea; incluso al grado de desear el mal en el otro para que entienda nuestro punto, para así traerlo de nuevo “al redil de los buenos”.

Y esto no es teoría, es experiencia vivida.

Hace poco me toco identificar la sensación poderosa que insufla mi Ego y que me hace creer que estoy en “una guerra santa contra infieles”.

Resulta ser que un querido amigo judío sube a su muro de Facebook una fotografía de un fanático cristiano-mesiánico, en plena práctica de sus ritos religiosos. Rito irreverente e irrespetuoso no solo de la tradición de la gran familia del querido amigo judío; sino que también irreverente e irrespetuoso, y “contra legem”, de nuestra identidad y de la orden divina de Prohibición a la Idolatría de nuestra santo Código Noájida.

A pocos segundos de haberla publicado, empezaron las reacciones y los comentarios.

Bajo el estricto respeto, unos opinaban basados en las enseñanzas antiquísimas propias de los judíos; otros opinábamos basados en las enseñanzas de nuestro sitio, enseñanzas que vienen de nuestro guía. Otros preguntaban y sus dudas eran aclaradas por los orientadores.

Pero todos, al fin, queriendo desenmascarar el error para hacer la corrección y la orientación de sus vidas.

No paso mucho tiempo cuando…!!.. ZAZZZ…¡¡¡ Me entra por in box un mensaje del autor de la fotografía. Del religioso disfrazado de lo que se supone es un “iluminado”.

Sin que nadie lo invocara, llamara o mencionara, el autor de la fotografía se presenta ante mí, un ególatra que intenta destronar al Ego de su vida, dándome explicaciones confusas y carentes de todo lo que se le denomina “sano juicio”, para poder justificar la fotografía en cuestión.

El buen señor de la fotografía, autoproclamado Efraim, sostuvo la siguiente conversación conmigo:

 

Efraim: “Don luis con todo respeto tenga buena tarde, deseaba aclararle acerca de la fotografía que subio XXX, lo que observa no es un judío disfrazado, nosotros NO SOMOS JUDIOS NI PRACTICAMOS JUDAISMO, NOSOTROS SOMOS EFRAIM, CASA DE ISRAEL, NO PRACTICAMOS HALAHA SOLO TORA. Nosotros creemos en una sola voluntad y en un solo amor, a través de la Bendita Tora. gracias!”

Yo, el ególatra: “Saludos Señor XXX. Muchas gracias por la aclaración. De mi parte y desde mi ideología, no hay problema de que practiquen lo que les hace feliz o completos.”

Efraim: “Gracias, ahora que venga el Mesias todo se aclarara, al final la verdadera espiritualidad consiste en amar al único que es y que fuera de Èl no hay nada. pero ese amor debo mostrarlo al que veo y percibo ese es usted! nuevamente Gracias.”

Yo, el ególatra: “Descuide. Como le indico, no soy hombre religioso o de fe; así que el concepto de espiritualidad es diametralmente opuesto al suyo. Pero muchas gracias por la aclaración.

Efraim: “paz y vida. gracias!”

 

Imagino que el buen señor “efraim” mando mensajes privados a cada comentarista, más o menos parecidos a los que me envió.

Ya no solo a través de la fotografía muestra su confusión, sino que desde sus palabras se hace muy evidente.

¿Qué se hubiera logrado si hubiera entrado en un “dime que te diré”, en una guerra de argumentos con el señor Efraím?

Nada. No se hubiera logrado nada; por el contrario se hubiera perdido mucho y se hubiera creado más caos.

Pero he de confesar que mi primera reacción no fue la más amorosa, como equivocadamente supuso el buen Efraim.

Pero lo cierto es que luego de algunos días de la publicación de la fotografía, y de las explicaciones que dio el señor Efraim y que nadie le pidió, y luego de pensar un poco en su situación y en la mía, quise publicar mis conclusiones, basándome en sus propias palabras, pero también en mi propia experiencia en el camino hacia la corrección.

 

Señor Efraim:

  • La fotografía que subió XXX si es de alguien disfrazado. Esa es la verdad y la realidad de dicha fotografía. Sin escusas y sin maquillar la situación admítalo. Muchos hemos vivido por años con mascaras de “yoes vividos” que habíamos creído que es nuestra identidad. Pero la realidad es que dichas mascaras no eran “nosotros”. Eran disfraces que ocultaban nuestra real y pura esencia, a la que intentamos retornar.
  • Es cierto; ustedes no son judíos; pero tampoco son “efraim, casa de israel”. Ese calificativo que usted usa para identificarse es una “cosa” que le han hecho creer personas igualmente de confundidas como usted; que oculta su identidad y que atenta, ridículamente, contra su instinto natural gregario o social. Usted es una persona individualizada, que ocupa un espacio y un tiempo limitado. No lo desaproveche creyendo que es una especie nueva humana o extraterrestre inventada por algún desviado mental.
  • Si ustedes creen en una sola voluntad…¡¡¡qué bueno!! Pero déjeme aclararle que esa única voluntad es la suya. Usted no es un ser autómata que se rige con alguna programación, como si lo es un robot. Usted es un ser que tiene libertad y libre albedrío, y desde esa libertad usted es un ser responsable de usted mismo y de su vida. Nadie tiene la capacidad de interferir en su voluntad. Si ustedes creen en un solo amor…¡¡¡qué bueno!! Pero déjeme aclararle que el amor no es un sentimiento barato, como equivocadamente hemos pensado muchos. El amor es un lenguaje, un medio comunicativo; tal como el español u otro idioma, tiene sus signos, reglas, excepciones y límites. Que algunos lo ignoramos ese es otro tema; pero que de cuando en vez lo entendamos es indiscutible. Por otro lado, déjeme aclararle que la Tora (escrita y oral) es patrimonio único y exclusivo del pueblo judío; el cual la recibió por herencia perpetua directamente de Aquel Que Ostenta La Máxima Autoridad, a través del inigualable Moisés. Pero que no lo desanime mis afirmaciones. Usted puede tener acceso a ella bajo ciertos límites, claro está. Tiene que enseñársela un maestro idóneo; y solo aquellas partes referentes a su identidad y obligación. Ya que si no es así, llamará “voluntad” y “amor” a cualquier cosa; tal y como lo especula, corriendo el riesgo de confundirse aun más de lo que ya de por sí está.
  • Por otro lado ¿Por qué supone que cuando llegue el Mesías todo se va a aclarar? ¿No será al revés mejor dicho? Es decir ¿Aclarar las cosas antes de que llegue el mesías para fomentar su llegada al mundo y con él la anhelada era mesiánica? Como ve, nosotros desde nuestra impotencia egocéntrica suponemos más sencillo que otro sea el que supla, explique, aclare, haga, deshaga, corrija, ejecute, nutra, etc. Creemos que la responsabilidad de nuestra destartalada vida y confusión es de otro y nunca propia. Usted, y solo usted, es el responsable de hacer su parte para aclarar “los nublados del día”. Pero déjeme decirle que disiento con usted, radicalmente, en su concepto sobre la espiritualidad. ¿¿Si en lugar de buscar la espiritualidad “amando al único” la buscara siendo una persona buena y justa, siendo un buen ciudadano, o acercándose algún maestro judío que nutra de ética sus actos, podría generar mejores y mayores réditos para usted y su entorno?? Pero en fin, la decisión va a ser siempre suya y únicamente suya.

 

Estimado amigo, pueda ser que esté equivocado. Pero lo cierto del caso es que se lo digo con toda la buena onda posible. Al fin y al cabo, todos estamos y seguimos aprendiendo a conocernos.

Que esta sea mi parte de mi contribución para ayudarle al señor Efraim en nuestra misión de hacer del mundo, un mundo mejor.

Gracias.

 

 

[i] http://fulvida.com/2012/01/31/del-ietzer-har/

 

[ii] http://fulvida.com/2011/07/03/romper-el-crculo-vicioso/

Noajismo como identidad espiritual

arco iris por el cieloEl noajismo es un nuevo concepto que tiene como premisa el reconocimiento de los siete mandamientos universales. Es una suerte de nueva identidad que nace de la lectura y el estudio de la Torá hecha por muchos expertos, maestros y sabios judíos.

Si bien no es popularmente conocido, y hasta la palabra noajismo puede sonar extraña, distante ajeno ya que en la sociedad se tiene el concepto de espiritualidad asociado a los templos, la rendición de culto a estatuas que representen identidades imaginarias, dioses poderosos, rituales cuya explicación es incoherente, laxa, superficial, engañosa y hasta encierra mucha malicia, resumiendo casi todo lo que la iglesia universal ha sabido captar y generar un fenómeno que se ha instaurado en lo más profundo de nuestra psique como sinónimo de espiritualidad, que no es más que una falsa imagen de espiritualidad, un engaño.

Noajismo, a diferencia del judaísmo, no es una nación, está desligado de rituales religiosos, se basa en la acción positiva de hacer justicia y en la restricción de ciertas acciones que conducen a la infracción , en cultivar buenos valores, en el cumplimiento de la ley, en fomentar la solidaridad, en saber que la vida tiene un sentido transcendental, es un modo de vivir en armonía con Dios, con el prójimo, con nosotros mismos, noajismo es sinónimo de paz interior, de bienestar, de salud espiritual, además es un plus ya que supone la conciencia de un único Dios.

Es saber que no se necesitan intermediarios, ni puentes eclesiásticos, el único puente es el mismo arco iris que simboliza el reconocimiento de la ley ordenada por Dios, del pacto, de tener conciencia, de saber que el ser humano tiene tendencias negativas y que por más que estemos en infracción, sabemos con podemos en la intimidad tener un dialogo sincero con el Padre celestial y que él está paciente esperando por nuestro retorno, y quien concede perdón y en consecuencia castigo cuando hay verdadero arrepentimiento.

Resumiendo, noajismo es un concepto de espiritualidad, al no ser una nación en sí misma, es un modo de vida que trae paz y armonía al mundo, es la elección de Dios para los gentiles, es su voluntad por lo tanto esta en nosotros asociarnos con el Eterno y construir un verdadero paraíso en este mundo cumpliendo con sus leyes.

Un Mago en Ti.

El trabajo del Mago es el engaño.

A mas grande sea el engaño , mayor es el aplauso.

Cada uno de nosotros posee un Mago (Ego) , utilizadoimagepara recibir el aplauso , aplauso de impotencia , debilidad , sufrimiento , vacio espirutual…

Como vivimos engañados , no percibimos el mal que nos hacemos al pecar.

Desconectemos ese Mago , no hay prueba del Mago que no podamos sobrepasar , aunque el Mago muestre mediante el engaño nuestra impotencia y debilidad.

Si nos creemos el truco de  la debilidad o abrimos los ojos de que somos FUERTES.