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EL ERROR DE «CREER» EN VEZ DE «HACER» LO CORRECTO

Los procesos de vida pueden llegar a la persona. Para que esto ocurra, la persona debe actuar acorde solamente con lo que da vida de forma natural. Así vemos personas de diferentes credos cuya vida se transforma favorablemente. Esto quiere decir que “Las creencias” no otorgan la vida. La vida entonces, es común a quién se adhiere a los procesos que otorgan vida. La vida da vida a lo que es bueno, a lo que se relaciona con el bien.

Como lo dice nuestro Moré Yehuda Ribco: Y el único bien absoluto, es Dios, tal como lo conocemos a través de su Torá. Tal como ésta escrito: “Bueno es el Eterno para con TODOS, y Su misericordia está en todas Sus obras”. (Tehilim/Salmos 145:9).

No dice el Texto consagrado que Dios es bueno para los judíos en exclusividad; ni para los que son de tal o cual creencia; ni para cierta raza o etnia; ni para los que realizan este rito o el otro. Dice que es bueno con todos, y misericordioso con todo lo creado. Dios manifiesta su bondad más allá de cualquier relativismo. (¡Que pequeño es el dios de aquellos que dicen que éste es bueno exclusivamente con los que son fieles a ciertos dogmas!)

Pero «El EGO» de las personas puede actuar de diversas formas. La primordial forma, es a través de los condicionamientos y de las creencias.

Entonces vemos noajidas que construyen su credo:

CREO QUE VESTIRME DE RABINO SIN SERLO ME HACE BIEN
CREO QUE USAR TRAJES AL ESTILO DE 1800 COMO LOS JUDIOS ES LO QUE ME HACE BIEN
CREO QUE DEJARME CRECER LOS PEYOTS, פֵּאוֹת, ME HACE BIEN.
CREO QUE CONVERTIRME ES LO QUE ORDENO EL ETERNO PARA MI
CREO QUE HABLAR HEBREO ME HACE BIEN
CREO QUE PONERME NOMBRE HEBREO EN FACEBOOK ME HACE MEJOR
CREO QUE DEJAR DE LADO LA INSTRUCCIÓN DE UN MORÉ ESPECIALISTA EN TORÁ ME HACE BIEN.
CREO QUE HABLAR DE PROFETIZAR Y COSAS QUE NO INCUMBEN A MI IDENTIDAD NOAJICA ME HACE MEJOR Y BUENO
CREO QUE OBSERVAR SHABAT ANTES DE UNA CONVERSIÓN FORMAL ME HACE BIEN
CREO QUE PRENDER MENORA SIN SER JUDIO ME HACE BUENO
CREO QUE DISFRAZARME DE JUDIO ES BUENO
CREO QUE PUEDO HACER TODO LO DE UN JUDIO PORQUE ALGÚN DÍA ME CONVERTIRÉ FORMALMENTE AL JUDAISMO, AUNQUE AÚN NO ES SEGURO, PERO POR SI ACASO.
CREO QUE..
CREO QUE..
CREO QUE..
ETC.

¿Acaso El Eterno dijo? “escoge la creencia que te de vida”. Por ejemplo. NO,NO y NO, no dijo eso. La suposición anterior es falsa porque El Eterno dijo “Escoge la vida” lo cual se demuestra según se lee:

“…He puesto delante de vosotros la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al Eterno tu Elokim, escuchando su voz y siéndole fiel. Porque Él es tu vida y la prolongación de tus días…”(Devarim/Deuteronomio 30:19-20)

El ETERNO DIJO «ESCOGE LA VIDA» MAS NO «ESCOGE LO QUE CREAS QUE TE DA VIDA». Quién escoge sus creencias a su antojo entonces esta actuando a base de condicionamientos, temor, miedo, EGO. Es hacer lo contrario a lo que el Eterno dispuso para la identidad noajica y más aún es ser un ignorante de las enseñanzas profundas de la Torá.

Pero hay que entender las enseñanzas con «humildad» como dimensión interna para vivir pleno como un noajida sin confundir a los demás ni ocasionar caos.

Lo sabio es ser simple como lo dice el Moré Yehuda Ribco.

¡Que sepamos construir Shalom!

Inmortalidad y Alma: Aryeh Kaplan

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Capitulo I ENCONTRAR TU YO VERDADERO

Mira tu mano. ¿Qué ves? Una parte de tu cuerpo, un apéndice hecho de hueso y tendones cubiertos por músculo y piel. Esta ocupado con nervios, vasos sanguíneos y conductos linfáticos que corren a través de ella y la conectan a tu cuerpo, haciéndolo parte de Ti.
Puedes abrir y cerrar tu mano. Ella obedece cada orden que tu mente le envía. Es tuya – una parte de ti. Pero ¿qué eres tú? ¿Qué pasa cuando le dices a tu mano que se abra y se cierre? ¿Cómo hace tu mano para que obedezca sus órdenes? Ahora señálate con un dedo. Si eres una persona promedio, apuntaras hacia tu pecho con un dedo. Piensas de ti mismo como tu cuerpo.
Pero ¿es tu cuerpo realmente tú? No hace mucho, una persona podría considerar su propio cuerpo como una parte integral de si mismo. Tú eras tu cuerpo y tu cuerpo era tú. Pero eso no es mas el caso. Los progresos científicos han modificado completamente el concepto de la personalidad e identidad humana. Los transplantes de corazón son hoy en dia muy comunes. Ya no son noticia.
Una persona puede vivir con el corazón de otro latiendo en su pecho. Si le preguntáramos a esta persona que se señalara a si mismo, apuntaría a su corazón? Es ese corazón transplantado realmente parte de él? ¿Es el corazón que late en tu pecho realmente tú? O es algo más? Los investigadores predicen que en los próximos 10 o 20 años, el trasplante de cerebro será posible. Esto nos forzaría a reevaluar completamente el concepto de la personalidad humana.
Imagine como seria experimentar un transplante de cerebro. Un hombre podría estar sufriendo una enfermedad incurable en su cuerpo, pero aun tener un cerebro sano. El donante, por otro lado, podría haber sufrido un daño cerebral irreversible, pero con un cuerpo sano. El cerebro seria removido del cuerpo enfermo y colocado en el sano. ¿Quién es el nuevo hombre? Tenemos un cerebro viejo con todas sus memorias, rasgos de personalidad y patrones de comportamiento en un nuevo cuerpo. El viejo cuerpo podría estar viejo y enfermo, mientras que el nuevo podría estar joven y lleno de energía.
Preguntémosle a ese hombre que se señale a si mismo. ¿Señalara él su cuerpo? Es su yo real su cuerpo o su cerebro? (En realidad, una pregunta análoga se plantea en el Talmud. Como se sabe, en caso de una muerte no resuelta, se debe traer un sacrificio especial, el Eglah Arufah, de la ciudad mas cercana al cuerpo[1]. La Mishnah plantea dos preguntas. ¿Qué pasa si la cabeza es encontrada en un sitio y el cuerpo en otro?[2]. y si el cuerpo es equidistante de dos ciudades, ¿desde que parte del cuerpo se deben tomar las medidas?[3]. En ambos casos, Rabbi Elietzer declaró que medimos desde el cuerpo, mientras que Rabi Akiba que medimos desde la cabeza. La Halajá sigue a Rabi Akiba[4])
Un transplante de cerebro plantea bastantes preguntas. ¿Qué tal un transplante de memoria? La cibernética ha descubierto muchas semejanzas entre los ordenadores y el cerebro humano. La tecnología de los ordenadores nos permite programar una transferencia de memoria, tomando toda la información que contiene un ordenador y transferirla a otro. Todo lo que pasa de un ordenador a otro es información. ¿Y si esto fuera hecho con el cerebro humano?
Esto puede caer en el reino de la ciencia ficción, pero aun si esto no fuera posible en la práctica, ciertamente si es posible en teoría. Permitámonos visualizar tal transferencia de memoria. Asumamos que tenemos una persona con una enfermedad incurable, y ni su cerebro ni su cuerpo puede ser salvado. Clonamos un cuerpo nuevo para este individuo. La posibilidad de hacer esto es discutida ampliamente en la literatura. Este nuevo cuerpo tiene un cerebro nuevo en blanco, capaz de funcionar, pero sin ninguna memoria o patrones de pensamiento.
Como paso final, efectuamos una transferencia de memoria, pasando toda la información desde la persona enferma al cerebro del cuerpo nuevo. Tenemos ahora una fascinante situación. Si toda la memoria del hombre, patrones de pensamiento y rasgos de personalidad son transferidos a un cuerpo y cerebro nuevos, esta persona existe literalmente en su nuevo cuerpo. Pero nada físico ha sido transferido. Todo lo que a sido colocado en este nuevo cuerpo es información que existía previamente el viejo cerebro.
Sin embargo esta información contiene la suma total de la personalidad de la persona. Pero si esto es cierto, nos ofrece una nueva percepción de nuestra pregunta original: ¿Quién es el verdadero tu? El verdadero tu no es tu cuerpo o cerebro, sino la información que contiene tu cerebro – tus memorias, rasgos de personalidad y patrones de pensamiento. (Los cabalistas filósofos escriben que el mundo espiritual es un reino cuya sustancia es información. Es una foro donde la información puede interactuar sin asociarse o depender de la materia. Así, un ángel, por ejemplo, puede interactuar con otro ángel, aunque no tengan conexión con nada material.
Los Ángeles pueden también interactuar con la información en una persona humana.) ¿Qué pasa entonces cuando una persona muere? Sabemos que el cuerpo deja de funcionar. El cerebro se vuelve inerte y el hombre físico esta muerto. Pero que pasa al verdadero tu – la personalidad humana? ¿Qué pasa con toda esta información – las memorias, patrones de pensamiento y rasgos de personalidad?
Cuando un libro se quema su contenido ya no esta disponible. Cuando se formatea un ordenador su información tampoco será más disponible. ¿Pasa lo mismo cuando un hombre muere? Es la mente y la personalidad irrecuperable? Sabemos que D´s es omnisciente. Él sabe todo y no lo olvida. D´s sabe cada pensamiento y memoria que existe en nuestros cerebros.
No hay un bit de información que se escape a Su Conocimiento. ¿Qué pasa entonces cuando un hombre muere? D´s no olvida, y por lo tanto toda esta información continúa existiendo, por lo menos en la Memoria de D´s. (Una alusión a esto se encuentra en la Kabala. Se dice que el Gan Eden o el Paraíso existen en la sefirá de Biná – el entendimiento divino[5]. Este bien puede ser relacionado con el concepto de memoria.
Las almas, por otro lado, son concebidas en la sefirá de Daat – conocimiento[6]. Uno puede decir que mientras vivimos, existimos en el Conocimiento de D´s (Daat), mientras que después de la muerte existimos en Su Memoria (Biná). Podemos pensar sobre algo que existe solo en la memoria como estático y efectivamente muerto. Pero la memoria de D´s no es una cosa estática.
La suma total de la personalidad humana puede ciertamente existir en la Memoria de D´s, pero puede aun mantener su propia identidad y volición, y permanecer en un estado activo. La suma total de la personalidad humana, existente en la Memoria de D´s, es lo que vive aun después que el hombre muere. (Esto puede ser el porqué los Cabalistas llamaron a Biná – entendimiento, mejor que memoria. Entender es un proceso dinámico, donde la información contenida en una memoria interactúa de una manera activa.
El alma no esta en un estado de memoria pasivo, sino en un estado dinámico de Biná.) El concepto de inmortalidad y de alma bien puede estar fuera del campo de la comprensión humana. “Ningún ojo excepto el de D´s ha visto esto”. Sin embargo, nuestro limitado entendimiento tanto de D´s como del hombre nos puede dar algún grado de percepción sobre nuestro futuro último. (En un sentido Cabalista, estamos hablando acá acerca del nivel mas bajo del alma, el nefesh HaBehemit o “alma animal” [7]. Esto probablemente puede ser identificado con la información contenida en el cerebro humano.
Sin embargo, esta interactúa con las partes mas altas del alma, Néfesh, Rúaj y Neshamá. Hablar de un concepto como es la memoria de D´s es muy difícil. Involucra una discusión profunda del total de la esfera trascendental. Nosotros damos nombres que tienen un significado para nosotros, como es Gan Eden, Paraíso, el Mundo por Venir, el Mundo de las Almas [8], o el vinculo de la vida eterna. Sin embargo, la Biblia habla de la inmortalidad como el retorno a D´s (Eccl. 12:7): …y se torne el polvo (afar) a la tierra que antes era, y retorne a D´s (Elokim) el espíritu (Rúaj) que Él le dio.
[1] Deum. 21:1-9 [2] Sotha 9:3 (45b) [3] Ibid. 9:4 [4] Yad Jazakah, Rotzeaj 9:9 [5] Zaherí Orah 8; Pardes Rimonim 8:9, 23:3 [6] EtzJaim, Shaar MaN U´MaD 4, Shaar HaKlipos 2 [7] Cf. Zohar 2:94b [8] Ver Derej HaShem 1:3:11
Aryeh Kaplan

Herramientas para Vivir y Ser Feliz

¿Cómo alcanzar la felicidad? ¿Podemos ser libres, y vivir a plenitud?¿Qué hacer para lograr el equilibrio que precisamos para estar en armonía con nosotros mismos, con el prójimo y con el entorno?

Hemos aprendido que la mayoría de nuestros males tienen su origen en nuestro Ego, es importante conocerlo, aprender de él, porque también así es posible descubrir que no es del todo malo, sino que incluso puede ser una herramienta para crecer, por supuesto siempre que aprendamos a controlar su influencia.

Comprendo que para algunas personas que recién leen del tema pueden confundir al Ego con un ser, a veces con tintes malignos o misteriosos, pero NO, no lo es…; por ello te recomiendo que indagues en éste hogar acerca del mismo. Podrías leer por ejemplo este link http://fulvida.com/ajenos/misioneros/del-ego o éste otro, http://fulvida.com/fortalecimiento/feliz-septimo/el-oscuro-poder-del-ego-y-cmo-dominarlo.

Allí descubrirás entre otras cosas que aunque el Ego tiene una función muy primitiva y primaria para ayudarnos a sobrevivir cuando nos vemos impotentes, (razón por la cual resulta útil y necesario para el recién nacido y sus primeros años de vida), después sólo es útil para casos extremos en los que nuestra supervivencia está en peligro, pero que con el paso del tiempo resulta totalmente ineficiente para manejar otros aspectos de nuestra vida.

Sin embargo, dado que no conocemos del tema del Ego y no se nos ha enseñado sobre él, le hemos dado un sitial de mando sobre nuestra vida, y como consecuencia de ello no somos plenos, ni felices, ni vivimos en verdad, ni somos lo suficientemente equilibrados en nuestras diferentes dimensiones; como para alcanzar la armonía con nosotros mismos, con el prójimo y con el entorno. El Ego nos lleva a reaccionar de forma instintiva y reactivamente frente a aquello que nos hace sentir impotentes. Nos hemos acostumbrado tanto a su presencia, que a veces ni nos percatamos de él y de cómo opera en nosotros.

El Ego nos hace aparentemente potentes, donde somos impotentes, fuertes cuando en realidad somos débiles y presa del miedo, “buenos o malos” dependiendo de cuál sea la fantasía que finalmente nos mantendrá sumidos en la impotencia, sin la posibilidad de reconocer nuestro valor real.

¿Qué podemos hacer entonces para ser libres, para alcanzar la felicidad, para ser plenos, para ejercer nuestro libre albedrío?

Carl Jung mencionaba alguna ocasión lo siguiente: “Lo que niegas te somete. Lo que aceptas te transforma”, considero muy atinado éste pensamiento, porque el primer paso que se requiere para empezar un cambio, para transformar algo que precisa modificarse, sin dudas es el “Reconocimiento”, ello implica arriesgarse a ser sinceros aun con nosotros mismos, pese a que nos cueste hacerlo, somos nosotros quienes podemos emprender el viaje para re – conocernos, para descubrir eso que NO somos, pero con lo que nos hemos identificado por tanto tiempo, porque así se lo hemos permitido al Ego, y ello no es saludable, es nocivo y enfermizo.

Pero esto sólo es el comienzo, si quisiéramos una pequeña lista tendríamos de acuerdo a lo que hemos aprendido aquí en Fulvida las siguientes herramientas1:

  • Reconocer el enfermizo modo de vida,

  • Dejar de lado las herramientas del EGO

  • Aceptar la impotencia,

  • Controlar lo que realmente se puede controlar,

  • Comunicarse auténticamente

  • Trabajar por armonizar su ser,

  • Amar y respetar al prójimo.

Estas herramientas sencillas son la forma más saludable de ser felices y en verdad ser grandes. Pero no olvidemos incluir una herramienta fundamental, e importante que nos permitirá complementar la lista anterior.

  • Conocer nuestra identidad

Ésta herramienta es la invitación para emprender el viaje de conocernos, y al hacerlo re – conocer nuestra identidad, lejos de los títulos y de las máscaras, descubrir que hay una razón y un propósito en nuestra existencia, y que ello implica la oportunidad de vivir y gozar eso que hemos recibido como porción, que es valioso y significativo.

Al conocernos descubriremos que en nuestra limitada condición humana, albergamos una conexión con el Creador, con Aquel cuyo poder y magnificencia es ilimitada; esa es la chispa de divinidad que está en nosotros, que se halla anclada a nuestro “Yo Auténtico”, al cual hemos de aprender a oír, mientras trabajamos por dejar de percibir y obedecer los mandatos del Ego, colocando en modo “apagado” las respuestas instintivas que resultan del miedo, para encender el modo que me permite “elegir” una respuesta que sea de construcción, empezando por nosotros mismos pero extendiéndola hacia nuestro prójimo y hacia el entorno.

Conocer nuestra identidad es a la vez descubrir eso que el Eterno nos ha indicado para ser plenos y felices, para nosotros los Noájidas la guía que nos da son “los 7 preceptos universales”, ellos nos invitan a actuar de acuerdo a nuestras posibilidades; construyendo Shalom en un mundo que precisa alcanzar el equilibrio que ha sido roto por el Ego, Es Allí donde tenemos oportunidad siempre que podamos de hacer actos buenos y justos, Pero…¡sin confundirnos!; como el caso del “bombero involuntario”1 quien se ha olvidado de hacerlo primero para sí.

Si nos armamos de valentía para empezar a sobreponernos al Ego, si nos arriesgamos a ser felices, y a vivir a plenitud, hemos de contemplar la posibilidad de encontrarnos con eso de lo que realmente estamos hechos, y finalmente nos conoceremos y ese es quizás el premio o el privilegio que nos acompaña a la libertad.

Un abrazo, queridos amigos… que sepamos construir Shalom!

Abandono: todos tus miedos

Quizás más de una vez no has podido entender los motivos por los cuales una persona sigue al lado de quien la maltrata, ya sea física, emocional, social y/o mentalmente.
Tal vez has tratado de preguntarle, preguntarte: ¿Por qué sigues así?, ¿para qué sigues ahí? 
¿Te convencieron sus respuestas, sus excusas?

Sentías y sabías que como persona tiene el derecho de ser tratada con respeto y consideración y que nadie, nunca, puede abusar de su libertad, nadie tiene el derecho ni el poder de humillar, lesionar ni coartar su libertad.
Y sin embargo, ¡sigue aferrada a esa relación!

Quisiera que me acompañaras a explorar un poco este asunto, veamos qué más se puede descubrir al respecto, espero te sea de beneficio y bendición.

Hemos enseñado en más de una ocasión que todos los miedos se derivan a cinco básicos, y estos a su vez se reducen a uno solo: miedo a la impotencia, al no poder.
Cada uno de los miedos que has experimentado, todos, sin excepción, si te pones a observar con detenimiento reconocerás que no son más que una visión a futuro de padecer de impotencia, falta de control. Mayor o menor. Real o imaginaria. Pero siempre a no poder.
Vamos, piensa en alguno de tus miedos, o de alguna persona que conozcas bien, míralo con cuidado y dime, ¿no es acaso a causa de alguna impotencia?
¿Accidentes? ¿Enfermedades? ¿Muerte? ¿Pobreza? ¿Abandono? ¿Dolor? ¿Miseria? ¿Burla? ¿Fracaso? ¿Divorcio? ¿Locura? ¿Extravío? ¿Animales? ¿Aviones? ¿Ascensores? ¿Demonios? ¿Dios?
Cualquiera de los miedos que menciones, son sospechas de padecer de impotencia a futuro.

El origen se encuentra en el espantoso trauma inicial del nacimiento, hecho que quedó registrado en una capa de tu memoria que no puede ser modificada posteriormente, ya que se inscribe en regiones profundas y primitivas de nuestro sistema nervioso. A diferencia de otros recuerdos, éste es vívido, inalterable (en tanto se preserve físicamente y siga activo), sin conexión a símbolos y por tanto imposible de definir con palabras, imágenes, sonidos, etc., solamente se lo siente, con mayor o menor carga energética. Encuentra canal para expresarse, entre otras cosas, con los miedos.
Cada miedo que sentimos se genera por una expectación de impotencia, en cualquiera de las cinco dimensiones de nuestro ser, que se enlaza con aquella sensación de pesadilla sin solución que fue el trauma inicial.

Comprendamos bien, el miedo actual está a la espera de un evento que aún no ocurre (futuro) y que está conectado al terror inicial marcado en nuestra memoria (pasado).
Entonces, no es extraño encontrar un motivo de miedo consciente que podríamos evaluarlo como relativamente leve, pero que provoca reacciones a la vista desproporcionadas.
Por ejemplo, un perrito faldero se transforma en nuestra imaginación corroída por el miedo en una fiera descontrolada. Una puntada en el pecho en un infarto. Terminar una relación sentimental, que ya está finiquitada hace rato, en una condena a la soledad eterna. Un despido laboral a la miseria total. Unos pasos en la noche a una escena violenta sacada de películas macabras. Un vuelo en avión en una catástrofe de proporciones bíblicas. Invitar a una chica a salir en una tortura de las más espeluznantes. Mil ejemplos, tú recuerdas más de uno.

Concentrémonos ahora en el miedo al abandono, que fue el que dio pie a estas reflexiones.

Para no ser abandonados, y/o para mitigar el miedo a serlo, entonces:

  • Abandonamos nosotros
  • Soportamos cualquier cosa, para seguir “acompañados
  • No nos involucramos en relaciones humanas

Modalidades de éstas:

  • Abandonamos primero
  • No nos permitimos tener intimidad emocional
  • Somos infieles
  • Engañamos
  • Somos agresivos
  • Manipulamos para que no se nos abandone
  • Sometemos al otro
  • Hacemos creer que hemos superado la necesidad de compañía
  • Decimos que nos gusta como se nos maltrata
  • Explicamos que tenemos ciertas obligaciones que nos exigen vivir como lo hacemos
  • Seguimos con el que nos abandona constantemente, que nos hace sufrir horrores la soledad en compañía

Consideramos que el miedo al abandono cuenta con una distinción especial por sobre los otros miedos básicos.
Te explico brevemente.
Como sabemos, en su origen las herramientas activas del EGO sirven para llamar la atención, de forma tal de conseguir resolver las necesidades/impotencias que disparan al EGO.
Necesariamente precisamos que alguien nos atienda, por tanto, el llamar la atención se convierte en (cierta forma) vital.
Vamos formando un hábito con la repetición de la conducta: alguien/algo nos salva cuando hacemos lo suficiente para que se nos preste atención. Como bebes no entendemos qué pasa, solamente nos dejamos llevar por nuestro instinto (el EGO), y se va marcando en nuestra memoria la presencia de ese algo/alguien sin identificar que nos rescata de las peores miserias. No estamos capacitados para reconocer que es mamá, papá, la nana, todos son lo mismo, nadie es un individuo, son cosas que se sienten y no se fijan como identidades en nuestra memoria. Solamente queda la profunda impresión de que de alguna manera algo/alguien nos rescata.
Esto es lo que crea también la imagen de un salvador, real o imaginario. De un dios. De un algo/alguien con poderes más allá de los nuestros que se presenta para sacarnos de problemas.
Si lloramos, gritamos, pataleamos, tarde o temprano surge de las sombras el salvador, nos cuida, nos protege, nos satisface, y luego desaparece nuevamente en las sombras. Eso es lo que iba percibiendo el bebe, lo que fue quedando registrado en su memoria. No es coincidencia que sea la fe de religiosos, supersticiosos y similares .
Sí, así nacen los dioses a imagen y semejanza del EGO y de los que vinieron a darnos una mano estando en necesidad.
Es una diferencia sustancial del Eterno y de la espiritualidad con respecto a las religiones y sus dioses (uno o mucho).

Entonces, también queda rotulada en nuestro inconsciente la creencia de que la soledad es igual a destrucción, a caer en la pesadilla de la impotencia, de que algo/alguien debe rescatarnos o de lo contrario estaremos sometidos a la desgracia.
Siendo así, el abandono podría considerarse como la antesala indiscutida a la tortura, al infierno.
Entonces, ya podemos ir viendo que detrás de estrategias conscientes y beneficios racionales, detrás del miedo al abandono se esconde el miedo a la impotencia (como en todo miedo), al que se suma a la certeza inconsciente de que solos estamos perdidos. O alguien/algo nos rescata, o perecemos en dolores y sufrimiento. O algo/alguien nos salva, o nada podemos.

Es fácil descubrir lo que se esconde detrás de frases como “Sin cristo nada podemos hacer”, “Con dios todo, sin dios nada”, “Separados de mí nada podéis hacer”, “Con Jesús lo tenemos todo, sin él nada”, “Vivir en cristo” y similares. Sea de esta idolatría o de cualquier otra. Sea con religiones organizadas o de aquellas individuales. Sean supersticiones más o menos estrambóticas. Sea gente que pone su fe en la ciencia y los científicos, o en el progreso del hombre, o en cuestiones similarmente ateas o agnósticas, pero que no dejan de tener al EGO como el salvador ilusorio en las sombras. E incluso, con gente que tiene su confianza puesta en el Uno y Único, pero que vive la relación con Él como si fuera un ídolo más, y el judaísmo/noajismo una religión de “salvación”.

Hasta aquí por hoy, espero que te sirva lo que has aprendido. Te pido que me expliques, por favor, lo que has podido comprender y cómo crees que te sirve para llevar una mejor vida, llena de bondad y justicia, construyendo shalom. Me ayudas, ¿por favor? Gracias.

¿Por qué no la dejas ir?

¿Por qué te cuesta tanto dejar ir el recuerdo de tu ex?
Explicaciones y respuestas, seguramente, haya muchas.
Si me permites, con humildad y simpleza te compartiré una.
Es el EGO quien te hace aferrar (sea al ex, a los ex, a objetos, fantasías, etc.).

Una relación que ha terminado, es sinónimo de impotencia.
Sea que terminó por muerte, por hartazgo, violencia, infidelidad, aburrimiento, incomprensión, “enamoramiento” de otra persona, incompatibilidad, sin causa aparente, por cualquiera sea el motivo o la razón, detrás aparece la impotencia.

Será que tú no has sabido mantener la relación.
Tú no has querido seguir dentro de ella.
Tú no hiciste lo que hubieras podido para que el resultado fuera diferente.
Tú dejaste que las cosas derivaran de tal o cual manera.
Tú te cansaste de ser el bombero que corría a arreglar los desastres de tu ex.
Tu suegra era insoportable.
Tu pareja se sentía atraída por otra persona y no pudiste hacer nada por reconquistarla.
Cualquiera sea causa o motivo, ficticio o real, habrá alguna impotencia.

El EGO quiere controlarte, para lo cual usa sus reducidas pero poderosas estrategias.
Como su existencia se comprende solamente unida al sentimiento de impotencia, ya que con éste se dispara de forma automática y natural, siempre que actúa hay sentimiento de impotencia.

Entonces, para luchar contra ese sentimiento, harás lo posible y hasta lo imposible.
Te obsesionarás, viajarás miles de kilómetros, batallarás, llorarás, escribirás poemas, amenazarás con hacerte daño y a veces lo cumplirás, serás violento, manipularás emocionalmente, negarás que sea un fracaso, echarás culpas, rezarás, odiarás, andarás dando lástima por la vida, huirás lejos, insultarás, mendigarás su presencia, soñarás y anhelarás su presencia, te excusarás por mencionarla de continuo, justificarás que siga su fantasma presente en tu vida, impedirás nuevas relaciones… ¿Cuántas cosas más, imaginables y no?
Todo a causa del EGO, para no sentir impotencia y al mismo tiempo hundirse en ella.

Querer controlar lo que no se puede controlar, en vez de ser feliz controlando lo que se puede controlar y dejando fluir lo que no.
Pero el EGO, no comprende, no razona, no negocia, no construye shalom. El EGO es el EGO, y hace lo único que sabe hacer.

¿Por qué te cuesta tanto dejar fluir, no querer controlar, asumir, desechar, valorar, y seguir adelante hacia una mejor existencia?

¿Por qué hacemos cosas buenas?

¿Por qué hacemos cosas buenas?
¿Te lo preguntaste alguna vez?
¿Te lo respondiste?
¿Te satisfizo la respuesta?

Si me permites, compartiré contigo algunas ideas, espero que nos beneficie a ambos.

  1. La neshamá, nuestra identidad espiritual que es pura, intachable y eterna, nos compele al bien sin otro motivo que el bien en sí mismo. La misma neshamá que sabe que todos estamos conectados, somos parte de una unidad cósmica y estamos separados por la materialidad pero no en esencia.
  2. Por empatía con la persona o ser vivo.
  3. Hemos sido educados adrede para llevar una vida de responsabilidad, compromiso, solidaridad, etc.
  4. Porque eres consciente de los bienes que has recibido, y recibes, y te parece justo y correcto agradecer y retribuir. Si no fueras consciente, o no hubieras sido receptor, o si no estuvieras educado moralmente quizás no harías bondades.
  5. Para obtener algún provecho egoísta:
    1. Por creer que Dios, o la deidad en la que pones tu fe, te recompensa aquí, en otra vida, en ambos.
    2. Con la idea de ‘hoy por ti, mañana por mí’.
    3. Para obtener aprobación social.
    4. Para sentirte bien, a gusto contigo mismo, regodeándote en tu “bondad”.
    5. Porque se obtiene ascendiente sobre los que son beneficiarios.
    6. Para sentirnos con poder, por tanto en control, y así sentirnos más felices, creernos más deseados, especiales, dignos de admiración, etc.
  6. Para someter al beneficiado a alguna especie de manipulación, extorsión, negociación o similar.
  7. Por sentimiento de culpa.
  8. Por alguna compulsión enraizada en el inconsciente, puede que por cuestiones genéticas que mueven a proteger a los de la propia especie, por mandatos sociales nacidos en antiguos clanes familiares, traumas ocasionados por vivencias personales, o algún otro origen indefinido.
  9. Para evitar algún castigo o situación incómoda, real o fantaseada.
  10. Porque es un mandato divino el vivir de acuerdo a la bondad y la justicia.

Creo que no hace faltar explicar ninguna de estas opciones, son todas simples de comprender y ejemplificar.

Ahora, me gustaría me hicieras el bien de ayudarme con tus comentarios al respecto, así como las implicancias de tus creencias en tu vida cotidiana.
Gracias, hasta luego.

Envuelto para regalo

Imagina, o recuerda, la siguiente escena.
Alguien quiere darte un regalo pero tú no lo aceptas, crees que tienes buenos motivos para negarte, por ello le dices cosas como: ‘No te hubieras puesto en gastos’, ‘No me lo merezco’, ‘Siempre me regalas cosas y yo nada’, ‘No hay motivo para esto’, ‘Demasiado para mí’, ‘No corresponde’, etc.
Quizás en el fondo piensas cosas tales como: ‘Es pobre y está gastando de más’, ‘Algo me va a pedir a cambio’, ‘Me siento como un abusivo aprovechador’, ‘Aquí hay gato encerrado’, ‘Qué cosa tan desagradable e inútil’, etc.

De forma habitual, ¿cuál piensas que podría ser la reacción de esa persona?
Al principio quizás sorpresa. Luego insistencia. De a poco fastidio y hasta enojo.
¿Es así?
¿Piensas que habrá alguna reacción diferente, o algo más aun?

¿Por qué lo que comienza como un gesto bondadoso, amistoso, deriva en un momento de tensión, agresión, mal sabor o similar?

Te presento una idea que tal vez sirva para responder y así poder aprender.
Aquel que da (regalo, caridad, favor, consejos, tiempo, compañía, etc.), siente que tiene algún poder, de cualquier tipo que fuera (económico, sabiduría, generosidad, paciencia, experiencia, salud, etc.).
Un poder que tú no posees, o que en ti es menor.
Él está en posición de dar, porque puede hacerlo (sea para obtener algún rédito egoísta con ello, o no).
Tú quedas en posición de recibir, lo que te pone en está ecuación en desventaja.
(Tal vez en otra ocasión presente un estudio que pueda desvirtuar un tanto esta ecuación).

Cuando tú, por el motivo que fuera, rechazas su regalo, ¿no estás haciendo que sienta algún grado de impotencia?
Sea ésta real o imaginaria, el hecho es que aquel que tenía listo el regalo siente que tú le pones un obstáculo, que le impides ejercer su poder (real o imaginario), que le haces sentir impotencia.

¿Cuál es el mecanismo automático y natural ante el sentimiento de la impotencia?
El EGO.
Éste dispara de forma inmediata cualquiera de sus cuatro reacciones instintivas (y/o sus derivados): llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad.

Ya no importa la intención del regalo, ni la de oponerse a recibirlo, ni cualquier otra cosa, solamente imponerse, controlar lo que no se debe controlar, tener la razón, satisfacer ese deseo oscuro, demostrar quien tiene el poder.
Eso mismo, demostrar que uno tiene el poder, aunque no sea así.

¿Qué opciones hay, para uno y otro?
¿Recibir siempre lo que el otro quiere dar?
¿Aceptarlo pero dejarlo de lado a la primera oportunidad?
¿Dar vueltas, excusas, justificaciones, indirectas?
¿imponerse a como dé lugar?
¿Mentir?
¿Qué hacer?

Si te tomas el tiempo para leer, estudiar y meditar acerca de esto que compartí contigo, quizás puedas aprovecharlo para llevar una vida de más felicidad, construyendo shalom siempre.
Espero me regales tus comentarios, tus ideas, tus aportes, muchas gracias por haberme regalado tu tiempo y atención al haber llegado hasta aquí con tu lectura.

Salir del balde

Se encontraba un pescador ocupado en su tarea cuando se acercaron unos turistas, los que con curiosidad se asomaron a ver qué había en su balde.
Como estaba cubierto, se disculparon por su curiosidad y le preguntaron que había dentro. El amable pescador movió un poco la tapa y les mostró que estaba casi lleno de cangrejos.
Conversaron un poco de la tarea del pescador cuando advirtieron que a un lado había otro balde, pero que estaba destapado. Igualmente de curiosos se acercaron a ver que contenía, y para su sorpresa estaba también lleno de cangrejos.
Fue inevitable que le preguntaran el motivo por el cual un balde estaba tapado en tanto el otro permanecía descubierto, siendo que en ambos había cangrejos.
El agradable pescador contestó que el destapado tenía cangrejos de la especie “X”, y el motivo por el cual no salen es que cuando uno ya va alcanzando el borde para escaparse, el que esta más abajo lo jala para que no salga, en cambio los cangrejos del otro balde son de la especie “Y” que hacen una pirámide, luego colaboran para que todos puedan salir a la libertad.

¿Te resulta conocida esta anécdota?
¿Con qué la podrías relacionar?
¿Cuál crees que podrían ser sus enseñanzas?
¿Cuál consideras que podrían ser los puntos a favor y los contrarios de cada una de las especies de cangrejos?
¿Tienes ideas cómo se puede vincular con la parashá de la semana, Vaierá?

Déjame compartir contigo lo que pensé.
El primer patriarca de la Familia Judía, Abraham Avinu, ya es un hombre muy mayor, va rozando casi el siglo de vida. Durante ese largo tiempo casi no pasó día en el cual no viera o sufriera toda clase de cosas que intimidan hasta al más valiente.
Era un mundo egoísta, hostil, lleno de acciones y actitudes negativas. Casi siempre las personas tenían una buena excusa para ello y siempre amparados por la idolatría; es decir, el apego a divinidades creadas según la imaginación y el deseo del hombre. Un dios deseaba el robo, el otro la mentira, uno más la violencia, aquel otro el hostigamiento y así, cada dios inventado justificaba una mala acción.
El buen patriarca hacía lo que humanamente podía para no dejarse hundir en ese abismo, para sobresalir y vivir con dignidad, con respeto, con amor desinteresado hacia el prójimo. Su repertorio de respuestas ante la realidad circundante era amplio, ya que iba desde dar comida y reposo al necesitado hasta salir a encabezar una guerra, en la que estaba en franca desventaja, para liberar a inocentes capturados. En el medio podríamos mencionar también el debatir con Dios para salvar del desastre a ciudades repletas de maldad, o el aceptar su fragilidad, cuando era débil, y no atormentarse por ello.
En todo momento y lugar Abraham trataba de vivir con bondad y justicia, aunque su tendencia más fuerte era la de hacer el bien al prójimo sin pedir nada personal a cambio. Así vivía, así creía que era el mejor camino para alcanzar la plenitud, el shalom, en este mundo, en lo individual y en lo colectivo.
Creo que el primer patriarca hubiera colaborado con el resto de los cangrejos de su balde para que todos y cada uno disfrutara al máximo de su felicidad.

(Publicado originalmente en serjudio.com)

Para mis amigos, los bomberos involuntarios

Egoísmo positivo, negativo y el manipulador

En alguna ocasión anterior estudiamos acerca del “egoísmo positivo”, aquel que es necesario e indispensable para preservar la propia integridad, salud, estabilidad, etc.
Es el egoísmo esencial, para que la persona no reniegue de otros, pero tampoco de uno mismo. 
Toma lo que precisa y le corresponde, aunque otro pueda precisarlo, aunque otro se lo pida, aunque alguien se lo demande o exija.
Lo usa, porque está bien hacerlo, porque le pertenece, porque es para satisfacer su necesidad, y a veces hasta su placer.
No está pecando, ni robando, ni abusando, ni usurpando, ni disfrutando de la falta de otro, ni tomando aquello que puede salvar al prójimo de la muerte; sino que está ejerciendo su sano derecho a satisfacer su necesidad con lo que es propio.

Pero, hay personas a las que las entrenaron para sentir culpa si disfrutan de algo. A otros además hasta se le inculcó la culpa por usar de algo, aunque fuera para satisfacer una necesidad básica. Están también a los que se les endilgó que no tenían derechos, solos responsabilidades y culpas, por tanto debían entregarse y entregar lo suyo a quien les dominara.
Cada sorbo de agua, mendrugo de pan, bocanda de aire debía sentirse como un robo, como una ofensa, como perjuicio, ¡cuánto más si era algún placer un poquito más elaborado!

Es frecuente que los manipuladores hagan sentir culpa a sus víctimas si (éstas) reclaman algo para ellas mismos, si sugieren que precisan de algo que no pueden dar al manipulador, si mencionan que no se entregaran como marionetas a sus deseos.
Allí se enrosca el manipulador para agredir, atacar, manosear, ofender, acusar de egoísta, de poco sensible, de enfermo, de malvado a quien solamente pide un poco de lo que le pertenece y corresponde.
El manipulador acusa de egoísmo (del negativo), señalan la evidencia de maldad, demuestran que hay alguna podredumbre emocional o moral, porque los manipuladores suelen recurrir al sentimiento de culpa para dejar inermes a sus víctimas y aprovecharse de ellas.

Por supuesto que detrás del que siente que no tiene derecho para disfrutar como del manipulador está el EGO ejerciendo su tarea.
Y, donde está el EGO, está la impotencia.

En una generalización, que como siempre deja fuera muchas cosas, el manipulador se siente impotente y de alguna manera rebuscada trata de obtener algún el falso poder con su ejercicio perverso. En lugar de reconocer su impotencia, evitar la acción del EGO, se entrega por completo a él. Llanto-grito-pataleo y cualquiera de sus derivados, junto a la desconexión de la realidad. Todo ello o alguna de sus partes son empleadas para sentir un alguito de sensación de poder, falso poder.
¿Cómo? Haciendo que alguien sea servil a sus deseos, manipulando, obteniendo réditos del sufrimiento ajeno.
No son felices, no hacen felices, viven sin paz, atormentadores atormentados.
Pero, están también los que sienten que no pueden obtener amor ni atención de otra forma, no han aprendido a hacerlo diferente, entonces, es una compulsión, como un acto obligatorio el mantenerse en esa pose y conducta. De lo contrario, ¿quién les prestaría la más mínima atención?
Son sus berridos, sus trampas, sus piruetas macabras lo único que les abre al contacto con otros, al menos, así lo sienten en lo profundo.
La solución iría por reconocer su enfermizo modo de vida, dejar de lado las herramientas del EGO, aceptar su impotencia, controlar lo que realmente pueden controlar, comunicarse auténticamente, trabajar por armonizar su ser, amar y respetar al prójimo, pero… ¿para qué tanto trabajo si se puede pasar el tiempo sufriendo y haciendo sufrir?

Por su parte, el que siente que no tiene derechos (particularmente de gozar), cree que cualquier disfrute acarrea problemas, castigos, males.
Se apoca para que nadie lo maltrate.
Se castiga para que nadie lo castigue.
Justifica su deleite para escudarse de que le mortifiquen por él.
Las acciones perversas del manipulador, en parte, le dan una sensación de justo castigo, de que se merece ser destratado de esa forma.
¿Se entiende la idea?
Es como si buscaran que les maltraten, porque de esa forma son castigados “justamente” por algún pecado que han cometido y evitan algún castigo mayor que no pueden controlar.
Pero, están también aquellos que creen que solamente siendo miserables obtendrán amor, atención, la protección del terrible sentimiento de la impotencia que los carcome por dentro. Entonces, ser miserable, débil, derrotado, amargado, carente de placer, es su manera de gritar pidiendo amor, auxilio, una madre que los venga a rescatar del infierno en el cual se creen caer a cada instante.
Por supuesto, son mecanismos inconscientes en buena parte, difícilmente quien vive así lo haga de manera premeditada.
También estas personas deberían emprender un camino de autosuperación, de conocimiento, de perdonarse, de aceptarse, de aprender a gozar de lo permitido, entre otros pasos necesarios para alcanzar un modo de vida pleno.

Bomberos involuntarios

Una variante de las personas que no se sienten con derechos, especialmente a disfrutar, son lo que se entregan por completo a causas “buenas” y se extralimitan hasta el punto de terminar agotados, vacíos, secos y enfermos.
Siempre dispuestos a ayudar, como bomberos siempre listos para apagar todos los incendios, sin darse tiempo para sí, ¿porque no lo merecen?, sin adquirir para ellos bienes, ¿porque no los merecen?, porque deben estar atentos a las necesidades de los otros, siempre, en todo momento, sin excepción. El otro es importante, yo no.
Si soy egoísta, aunque sea el mínimo que consideramos positivo, ya soy malo, solamente malo, sin recuperación.
Entonces, nada debe ser para mí, todo para otros.
Están al servicio como salvadores, sin siquiera darse la oportunidad para salvarse a sí mismos de sus empeños nacidos en la enfermedad.
Se ponen el lema de dar, sin recibir. Encuentran vocaciones místicas que les confirman que quien recibe es malo, menos feliz, pecador, oportunista, y que solamente es salvo, dichoso, espiritual el que da y da y da.
Así, la palabra no, cuando para defender sus derechos se trata, no existe.
Los límites, tampoco.
Siempre en servicio de rescate de otros, los que se aprovechan de esta debilidad.
Pero, allí mismo los aprovechadores reciben su “castigo”, porque se debilitan al no aprender a solucionar sus propios problemas, no se fortalecen por no actuar con independencia y las situaciones se suelen empeorar porque el “bombero” no puede hacerse cargo de todo, ni le corresponde.
Aunque no lo parezca, son estos bomberos los que mantienen le caos en familias, empresas, grupos, relaciones de pareja, etc., ya que al hacerse cargo de las dificultades ajenas o grupales, no permiten que las cosas sean resueltas por quien debe hacerlo o como debe hacerlo.
Entonces, aquellos que corren apurados a resolver todo, no permiten que los sistemas se compongan, ni encuentren los recursos para existir de manera saludable, sino que se mantienen en desequilibrio y dependencia, aguardando a que ese salvador que en apariencia los socorre los siga empobreciendo y enfermando.
¿Paradójico?

Así, por una cosa o por otra, el bombero cada vez tiene menos fuerza, los problemas se incrementan, los otros le exigen más, los agujeros para tapar se multiplican, la sensación de impotencia se generaliza y crece, las acusaciones se cruzan, el EGO reina por doquier.
¡Alto!
¿Qué hay que hacer?
Seguro que no seguir en lo mismo, ni dar excusas, ni echar culpas, ni esperar que Dios o destinos solucionen lo que está en manos de cada uno arreglar.

Cada cabeza es un mundo. Este es parte del mío

En definitiva, todos los hombres somos iguales pero tan diferentes a la vez.

Nuestro pensamiento individual nos hace únicos e irrepetibles. No existirá otra persona en la historia de la humanidad que ocupe mi lugar ni el suyo. Cada visión de la vida es tan personal que dudo mucho que haya dos iguales, aunque se sigan principios idénticos.

Yo he sido de los que piensan que sin religiones los hombres seríamos más humanos y menos irracionales.

Me ha molestado tanto la idea religiosa, que he sido extremista; al punto de no gustarme mucho usar el vocablo “dios” (1).

He considerado que la “limpieza mental”, la “purga de ideas”, o el borro de memoria de las personas que de alguna manera renuncian a las religiones heredadas, debería de incluir incluso de lo que puede ser o significar el vocablo en mención; con el fin de reconstruir una personalidad sana y libre de cualquier prejuicio trasmitido generacionalmente.

Puede el lector tacharme de extremista, irrespetuoso, excomulgado del más allá, o sin porciones a tierras celestiales por mi falta de reverencia hacia lo sagrado y divino. Puede hacerlo si es que ese es su sentimiento.

Y no le culpo, porque la “seguridad de la creencia religiosa” hace nacer en el corazón del hombre esa separación hacia los que no piensan, creen, o sienten lo mismo que da seguridad a la mayoría.

Por otro lado, no me queda muy claro si mi forma de pensar traspasa en algún grado nuestro segundo mandato en el Código Noajida; mas sin embargo confieso que me alivia el hecho de que aun no existe un tribunal objetivo que juzgue mi pensamiento o mi sentimiento (aunque si existen tribunales que juzgan mi conducta).

Y aunque le parezca extraño mi preocupación si sobrelimito un mandamiento o no con mi forma de pensar, he de confesar que he considerado una forma de descubrir la humanidad y la libertad de pensar en la sencilla meditación del loable Código Gentil, leyes de Noe, Codigo Universal, o como se le quiera ver.

He considerado también que preocuparse si se tiene o no alguna conciencia sobre un Creador una vez que se haya abandonado alguna religión heredada, es una pérdida de tiempo muy lamentable; porque en honor a la verdad nadie que haya tenido una vocación religiosa familiar y que la haya abandonado puede saber lo equivocado que estaba o que esta, a pesar de que crea o suponga su total desarraigo.

Porque estar consciente de quien se es no es igual a “cambiar de concepto sobre dios” (2); sino es eso, saber quien se es y no quien le dijo que era.

Bueno sería (y según mi juicio) no fatigarse en descubrir en quien o en que se creé; sino en intentar reconstruir una personalidad bondadosa, libre, que de valor a la vida y que sobre todo vea lo valioso que es tanto el que piensa diferente como el que piensa igual.

 

(1)(2). La finalidad no es faltar al respeto para aquellos amigos lectores que tienen profundas convicciones; ni mucho menos a FULVIDA. Las opiniones escritas son personales y no necesariamente reflejan el punto de vista de la mayoría ni de este sitio. Se puso intencionalmente en minúscula con el fin de intentar quebrar el esquema mental que la religión ha hecho en la mayoría, e intentar hacer crecer el pensamiento critico.