La maldicencia tiene una aplicación particular en el mundo de los negocios porque es común que clientes y vendedores trafiquen información para adelantar su posición comercial. Uno vendedor que busca caerle bien a su cliente puede revelar que los competidores del cliente han dicho acerca de el o lo que le han hecho. Un empleado puede tratar de congraciarse con su supervisor reportándolo lo que sus compañeros empleados están diciendo de él, posicionándose como aliado y confidente del jefe.
Cualquiera que sea el caso, está prohibido hablar mal de él, incluso si esto significa perder el empleo. Si es un empleado si está siendo presionado por su supervisor para que le revele algo y su negativa lo pone como bajo sospecha del presunto ¨Crimen¨ debe aceptar las consecuencias y permanecer en silencio. Como el Jafetz Jaim señala, la persona está obligada a renunciar a todas sus posesiones antes de transgredir un mandamiento.
El Jafetz Jaim añade que desde luego uno no debe hablar mal aunque como consecuencia de no hacerlo sea objeto de burla o vergüenza, Cita un pasaje ¨Y los que lo aman a (dios) serán como el poderoso sol naciente¨ refiriéndose a la persona que permanece en el silencio ante un insulto.
Previamente el Jefetz Jaim declaro que es mejor ser considerado un tonto toda la vida en este mundo a ser considerado un malvado por un solo momento ante el rey de reyes. Aquí nos recuerda que cuando sufre uno vergüenza o es ridiculizado por rehusarse hablar mal, uno gana una gran distinción, porque es alguien que ama a dios. Además aunque ahora es humillado, se le asegura que finalmente será glorificado y no disminuido. Nuestros sabios le aseguran esto a cualquiera que soporte un insulto en silencio. Seguramente dice el Jafetz Jaim, esto también aplica a aquel que sufre una desgracia por hacer un mandamiento en este caso, el mandamiento de no hablar mal de nadie.
RESUMEN: Debemos tratar de cuidar de no hablar mal de alguien quien quiera que esta sea sea aunque nos cueste nuestro propio empleo ya que es mejor ser considerado un tonto aquí y no ser considerado un malvado ante el rey de reyes .
Extracto del libro de Jafetz Jaim (Conceptos y leyes del hablar apropiado )