A continuación comparto con ustedes queridos lectores algunos textos que podriamos considerar. Espero sus invaluables comentarios.
«Aunque la conducta del esposo sea censurable, aunque este se de a otros amores, la mujer virtuosa debe reverenciarlo como a un Dios. Durante la infancia, una mujer debe depender de su padre, al casarse de su esposo, si él mismo muere, de sus hijos y si no lo tiene, de su soberano.
Una mujer nunca debe gobernarse a sí misma.» Leyes de Manu (el Libro Sagrado de la India)
«La mujer que se niegue al deber conyugal deberá ser tirada al río.» Constitución Nacional Sumeria (civilización mesopotámica, siglo XX A.C.)
«Cuando una mujer tenga conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el periodo en que dura, es lícito para él (el esposo) contraer un nuevo matrimonio» Código de Hamurabi (Constitución Nacional de Babilonia, otorgado por el
rey Hamurabi, que lo concibió bajo inspiración divina, siglo XVII A.C.)
«La mujer debe venerar el hombre como a un Dios. Toda mañana, por nueve veces consecutivas, ella debe arrodillarse a los pies del esposo y, de brazos cruzados, preguntarle: Señor, qué desea usted que haga?» Zaratustra (filósofo Pérsico, siglo V A.C.)
«Las mujeres, los esclavos y los extranjeros no son ciudadanos.» Pericles (ateniense político demócrata, siglo V A.C., uno de los ciudadanos mas brillantes de la civilización griega)
«La mujer es de lo mas corrupto y corruptible que hay en el mundo.» Confucio (filósofo chino, siglo V A.C.)
«La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por lo tanto, un hombre inferior.» Aristóteles (filósofo, guía intelectual y preceptor griego de Alejandro Magno, siglo IV A.C.)
«Que las mujeres se queden calladas en las iglesias, porque no es permitido hablar. Si ellas quieren ser instruidas sobre algún punto, que interroguen en casa a sus esposos.» Pablo (apóstol cristiano, año 67 D. C.)
«Los hombres están sobre las mujeres porque Alá les otorgó la primacía sobre ellas. Por lo tanto, da a los varones el doble que le des a las mujeres. Los esposos que sufran la desobediencia de sus mujeres pueden castigarlas: desde dejarlas solas en sus camas, hasta incluso golpearlas. No legó al hombre mayor calamidad que la mujer.» El Corán (libro sagrado de los musulmanes, escrito por Mahoma en el siglo VI, bajo la inspiración divina)
«Para el buen orden de la familia humana, unos tendrán que ser gobernados por otros mas sabios que aquellos; de ahí la mujer, mas flaca en cuanto al vigor del alma y de fuerza corporal, está sujeta por naturaleza al hombre, en que la razón predomina.» Tomás de Aquino (italiano, uno de los teólogos católicos mas grandes de la humanidad, siglo XIII)
«Enemigo de la paz, fuente de inquietud, causa de riñas que destruyen toda tranquilidad, la mujer es el propio diablo.» Petrarca (poeta italiano del Renacimiento, siglo XIV)
«El peor adorno que una mujer puede pretender tener es ser sabia.» Lutero (teólogo alemán, protestante reformador, siglo XVI)
«Los niños, los idiotas, los locos y las mujeres no pueden y no tienen capacidad para efectuar negocios.» Enrique VIII (rey de Inglaterra, líder de la Iglesia anglicana, siglo XVI)
«Mientras hayan hombres sensatos sobre la tierra, las mujeres letradas morirán solteras.» Jean-Jacques Rousseau (escritor francés, precursor del Romanticismo, uno de los mentores de la Revolución Francesa, siglo XVIII)
«Todos las mujeres que seduzcan y lleven al matrimonio a los súbditos de Su Majestad por medio del uso de perfumes, pinturas, dientes postizos, pelucas y relleno de caderas, incurren en delito de brujería y el matrimonio queda automáticamente anulado.» Constitución Nacional Inglesa (ley del siglo XVIII)
«La mujer puede ser educada, más su mente no es adecuada para las ciencias más elevadas, como la filosofía y algunas artes.» Friederich Hegel (filósofo e historiador alemán del siglo XIX)
» Cuando un hombre sea reprendido en público por una mujer, él tiene derecho a derribarla de un puñetazo, darle un puntapié y romperle la nariz para que así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su cara. Y esto es bien merecido, por dirigirse al hombre con maldad en el lenguaje usado.» Le Menagier de París (Tratado de Conducta Moral y Costumbres de Francia, siglo XIX)