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Del EGO y del SER

Una sección de nuestro cerebro es denominada por algunos teóricos como “cerebro de reptil o reptiliano”, que sería su porción más primitiva y encargada de asegurar los procesos instintivos básicos de subsistencia.
Esta
raíz primaria opera en conductas toscas de lucha o de huida.
Es un “camino rápido” para relacionarse con el mundo, que no pasa por el filtro del pensamiento racional, pues éste suele ser sensiblemente más lento y por tanto inoperante en determinadas condiciones de riesgo o necesidad.
No usa palabras, no las registra; no emplea metáforas ni pensamiento racional, sino que se maneja con reacciones instintivas ante hechos (reales o sentidos).
Es un sistema de alerta y reacción veloz. Por ejemplo si andamos por la calle y sentimos un bocinazo y saltamos a la vereda, reaccionó nuestro complejo reptiliano; si de pronto vemos las muecas en el rostro de alguien desfigurado por el terror, nos ponemos en estado de alerta para reaccionar en defensa o huida; etc.

Es éste el cerebro que aloja al EGO y recibe los primero “recuerdos” e “impresiones” del recién nacido.
(En realidad, no son recuerdos que podamos compartir con palabras, ni siquiera con imágenes, son sensaciones difusas pero que pueden ser extremadamente intensas. Es ese arrebato de furia enceguecedora, esa cólera incomprensible, esa angustia innominada, ese terror pavoroso, esa sensación profunda y perturbadora que te secuestra y no tienes noción de lo que estás haciendo.)
Allí se instala el profundo y espantoso sentido de impotencia original, producto del nacimiento de la persona.
Desde allí se nutren pesadillas y angustias, miedos y dudas, agresiones y religiones, todas las maldades conocidas y por conocer.
Allí, en donde quedo grabado a fuego el sentimiento inconcebible de la impotencia llevada al extremo y del EGO que apareció como un “salvador” milagroso.

Esto tiene que quedar bien en claro para ti.
Entre otras cosas te estoy enseñando que la terapia psicológica de “palabras”, no alcanza siquiera a rozar el núcleo de tus pesares. Que el reconocer tus errores del pasado y declararlos, no quita el motivo que te llevó a cometerlos. Que estás a merced de las imposturas del EGO mientras no tengas conciencia de su verdadera naturaleza y modos de funcionamiento. Que el razonamiento es una poderosa herramienta pero impotente en el reino en el cual reside el EGO. Que ninguna mística barata o superstición tiene real poder sobre tu vida, pero tú puedes conferirle credibilidad y hacer que tenga efectos positivos o negativos.
Estas son algunas de las implicaciones de la enseñanza del día de hoy.

¿Qué es el EGO?
Es nuestra primer línea de defensa ante el terrible sentimiento de impotencia inicial, que ocurre al momento del nacimiento.
En aquella oportunidad es nuestra tabla de salvación, un aliado, un sistema rudimentario pero efectivo que nos ha provisto el Creador para sobrellevar el impacto espantoso de la impotencia que sobreviene al nacer.
Es un mecanismo para la supervivencia en las condiciones extremas de impotencia que caracteriza al nacimiento.
Cuenta con herramientas activas (llanto, gritos y pataleos) y una pasiva (evadir la realidad, en un primer momento por medio del dormir).
Con las herramientas activas se procura llamar la atención para recibir el cuidado y nutrición de los cuales depende la supervivencia. De no obtenerse respuesta se pasa al modo pasivo, en donde se bloquea el sufrimiento que ataca desde dentro pero especialmente desde fuera.
Sin dudas que a pesar de su carácter rudimentario es eficiente y absolutamente indispensable para la especie humana.
El problema radica en que su accionar se prolonga más allá de los tiempos y circunstancias para los que fue creado.
Va tomado dominancia en el control (y formación) de la personalidad.
Cuando las experiencias y la maduración neuronal van permitiendo otros modos de acción y reacción, igualmente el EGO sigue prendido al mando de las conductas, impidiendo un desarrollo saludable y altruista de la persona.
Para no perder dominio se boicotea a la persona, se la hace pasar por momentos de impotencia, se la reduce a estados de indefensión que pudieran haber sido evitados, se la culpabiliza, para mostrase luego el EGO como el “salvador”, el “dios” que está siempre al rescate y dispuesto al sacrificio para dar vida al hombre.
Pero no solo con amenazas y torturas manda el EGO, también con promesas y esperanzas, con deleites y anhelos cumplidos en secreto.
La lujuria, el vicio, la codicia, el orgullo, la avaricia, el libertinaje son ramales del EGO, que vienen a acariciar el sentir de la persona, a rodearlo de caricias infames, para que no se libere y no sea amo de su propia existencia.
Es un juego macabro, realmente enfermo, que nos somete a todo tipo de vejámenes y situaciones tormentosas, a las cuales parecemos acceder voluntariamente, o a veces como si estuviéramos signados por un destino perverso.
En los hechos, somos nosotros mismos, ese EGO que es parte de nosotros, los que nos tiene esclavizados, enfermos, enjaulados en celditas mentales de las cuales pareciéramos temerosos de salir para vivir con apertura, libertad, responsabilidad, compromiso, gozo.

Retomando la línea evolutiva individual, cuando el bebe va creciendo y adquiriendo experiencias a la par que madurez neuronal, va sintiendo que está en competencia feroz por recibir lo que necesita: atención, cuidado, alimento, afecto, etc.
En parte es el instinto de supervivencia, en parte el EGO desde su trono reptiliano, pero el niño hará y deshará con tal de seguir siendo el centro del universo, real o fantasiosamente.
El EGO moverá a conductas en toda la gama posible con tal de no perder el poder sobre los otros, ni dejará de ejercer trucos y manipulación para no perder siquiera un palmo de su dominación.
Es que se siente como una verdad indudable que si se comparte, si se cede, si se negocia, se está en peligro de morir, o peor aún, de retornar al estado inicial de sufrimiento espantoso del nacimiento.

Sobre esta realidad interna es que los padres y maestros deben ir educando en valores altruistas.
Tarea para nada sencilla.
Entre los eslabones que dificultan este aprendizaje se encuentra también el profundo rechazo de los adultos por el compartir, por el actuar en verdad con bondad y justicia, pues por lo general las personas no han corrido al EGO del mando de sus vidas. También padres y educadores están sometidos a la esclavitud del EGO.
Tal vez matizados por obligaciones sociales, disfrazados con las máscaras de moralidad pública, sujetos a reglas comunes que deben ser obedecidas so pena de castigo, pero allí en el fondo no para de susurrar sus palabras venenosas el EGO.

El EGO encierra detrás de cáscaras oscuras a la esencia espiritual pura y en permanente nexo con Dios.
No permite que los niveles conscientes de la persona adviertan esa conexión sagrada, que no se perciba la Luz del Alma.
Las cáscaras del EGO están allí para hacer sentir desconexión, desamparo, soledad, inexistencia de Dios, vacío existencial, podredumbre interna, culpa intensa por cualquier motivo. La persona que no está consciente de su nexo sagrado constante se hunde en la desesperanza, en la rutina asesina, en la falta de creencia en Dios, en la impotencia total. Es fácil para el EGO esclavizar a una persona así abatida.
Por supuesto que el EGO se presentará como el que viene a rescatar y no como el causante del malestar.
Así pues el Yo Esencial parece “otro”, “ajeno”, alejado de toda conexión con la persona, siendo en verdad que la persona ha sido secuestrada de su verdadera identidad e impuesta a llevar una vida teatralizada a cargo del EGO.

Si bien puede presentarse al EGO como reinando sobre la dimensión material, debemos reconocer que al presentarse el EGO en función de “redentor” o “divinidad”, es común que la persona se someta a ilusiones de espiritualidad, a rituales de corte religioso, a todo tipo de supersticiones y ceremoniales de apariencia sacra, sin estar realmente en conexión con Dios o la esencia pura espiritual de cada ser.
Esas religiones, todas ellas, son manifestaciones del EGO. (Recordemos: judaísmo y noajismo NO SON religiones.)
La religión, cualquiera, es adoración del EGO, al cual se exterioriza como una o varias divinidades; aunque en la nueva onda de religiosidad light no faltan los que hablan del “dios interno”, o de que cada uno es un dios.
EGO y solamente EGO.
La idolatría es la adoración al EGO figurado externamente al individuo.

Así pues, el EGO impone cáscaras que bloquean a la persona la conciencia de su propia esencia espiritual cristalina.
Al mismo tiempo va elaborando máscaras que se van adosando al ser, que lo van haciendo representar roles y papeles, como en una obra de teatro mal guionada.
La personalidad se construye con esas máscaras, a las que llamamos Yo Vivido, que están adosadas al Yo Auténtico y no le permiten expresarse en todo su real potencial y alcance.

Nuestro Yo Auténtico está limitado en parte por su componente material (el cuerpo) y en parte por las máscaras del EGO.
Somos prisioneros de nosotros mismos.
Cuando en verdad nuestro Yo Esencial está encadenado al infinito, es un nodo en la red espiritual que no conoce limitaciones temporales-espaciales.
Siendo casi ángeles, debemos conformarnos con una vida de pordioseros, menos aún que animales.

Esa neshamá pura está buscando constantemente comunicarse con nosotros, es nuestra vocecita de la conciencia que quiere contactarse con nuestro ser consciente.
En el medio se interpone el EGO con sus aullidos, amenazas, reproches, promesas, maldiciones, zalamerías, humillaciones, caricias, fantasías…
El EGO requiere silenciar la voz tenue de la esencia espiritual, pues si estuviéramos en armonía multidimensional, si el espíritu estuviera en plena comunicación con el resto de nuestros planos del ser, el EGO perdería todo poder y realidad.

Por tanto, el EGO guerrea con todos sus recursos, que son bastante limitados pero bien aceitados y ejercitados.
Se nos hace creer que el EGO es un demonio, Satanás, un ángel caído, un dios poderoso, un dios de este mundo, el materialismo, tales o cuales grupos de poder.
Pero el EGO es un mero mecanismo primitivo de supervivencia, muy bueno en su momento, inoperante y terrible fuera de su contexto.
Su poder es aquel que le toleramos y regalamos con nuestra falta de conciencia y decisión de ser libres.
Es un impotente que te hace sufrir de impotencia, es un cáncer, es un suicida pues con tal de no perder el dominio es capaz de enfermarte, de llevarte a la muerte, de sumergirte en cualquier miseria o locura.
No puede dejarte que seas quien puedes llegar a ser, porque de hacerlo él no tendrá razón de ser, se perderá en las sombras del olvido reptiliano.

Si pudiéramos hacer el “clic” para apagar el EGO y prender la Luz de nuestro Yo Esencial, estaríamos cumpliendo una de las misiones principales en nuestra vida.
Estaríamos en realidad sirviendo a Dios, siendo leales a Él, desarrollando todo nuestro potencial; en lugar de servir al EGO, ser esclavos del EGO, impidiendo con artimañas nuestro desarrollo integral.

Nuestro trabajo, como almas en este viaje mortal, es cambiar la sede de nuestra identidad del ego al Sí mismo. Eso es todo.

Una forma de terapia es dejar de luchar, abandonar la ilusión de control, perderse en la impotencia para de esa forma quitar el yugo del EGO con sus falsas salvaciones y sanidades.
Fluir sin pelear.
No entrar en controversias, no debatir, no dudar, no argumentar, no dar excusas, no justificarse, no hablar.
Dejarse llevar por la corriente de sensaciones, admitir la impotencia, observarla, no juzgarla.
Sumergirse en la propia debilidad, en la propia ignorancia, en la propia limitación humana.
No ir a la guerra contra el EGO, pero tampoco servirlo.
Bajar los brazos, cerrar los ojos, dejar de percibir el mundo, acallar las voces interna, no seguir pensamiento alguno, no desear nada, solamente estar y dejarse llevar.
Allí encontraremos el canal, la brecha, el hilo sagrado hacia nuestra esencia espiritual.

En vez de descubrir nuestros temores hechos realidad, experimentamos la exaltación perfecta del abrazo del amado.
Es el encuentro con nuestro ser, con nuestra esencia, con Dios.

Los antiguos cabalistas, y pocos de los modernos, encuentran en el verdadero rezo un ámbito para sumergirse en experiencia de intensidad espiritual.
El rezo deja de ser un ritual reiterado, palabras repetidas, peticiones, alabanzas, ruegos, agradecimientos, juegos del EGO para ser el encuentro que debiera ser. Hitbodedut, aislarse del entorno pero también del mundo interior falsificado por el EGO. Experimentar el encuentro con el sí mismo y a través de éste con Dios.

Es un trance momentáneo, un éxtasis que se desvanece con rapidez.
El EGO difícilmente deja de actuar en tanto la persona está con vida.
El ejercicio de la dominación desde el pozo más profundo del cerebro no es posible de evitar de manera permanente, al menos para la absoluta mayoría de las personas.

Debes comprender que si la persona halla ese instante de elevación y encuentro, difícilmente vuelva a ser siervo del EGO. No dependerá de ritualismos, no se someterá a supersticiones, no hará de Dios un ídolo, no adorará líderes, no se aferrará a sus máscaras, no pretenderá ser lo que no es, no precisará de drogas u otras formas de dependencia psico-emocional. Será una persona cada vez más libre, más plena, más feliz, más solidaria, más contenta con su porción, más sociable.
No te dejes confundir por disfraces de santidad, otras formas externas del EGO. No te dejes seducir por maestros, “rabinos”, gurúes que con ropajes y actitudes “místicas”, te confunden con filosofías y palabras, te prometen santidades imposibles. Son manifestaciones externas del EGO.

Otra terapia se encuentra en actuar con bondad y justicia, con ánimo altruista.
El altruismo es la contraposición del egoísmo.
Cuanto más se dedica la persona a hacer actos de bien hacia el prójimo, con generosidad desinteresada, menos poder le entregamos al EGO, por tanto más libres estamos siendo.
Por supuesto que el EGO no tolera tales acciones, por tanto deberás hacerlo yendo en contra de tus ideas, de tus sentimientos, de tus creencias, puesto que todas ellas están dominadas y conquistadas por el EGO.

Existen otras técnicas, pero no es ocasión de mencionarlas.

Hasta aquí estas anotaciones que quería compartir contigo.
Espero que te sean de bendición y provecho, para que seas consciente de la bendición constante que recibes desde lo Alto y la disfrutes a pleno.

La “espiritualidad” popular

En el misticismo judío, a semejanza de misticismos en otras regiones, se denomina a este mundo como “Mundo de Mentiras” (Alma deShikra).
Un lugar de apariencias, de ilusiones, de imágenes que hablan más que mil palabras.
Un sitio en donde los susurros de la verdad son apabullados por el griterío ensordecedor de los engaños, voluntarios o involuntarios.

No importa “ser honesto”, sino “parecerlo”.
Lo que brilla, seguramente es vendido como oro.
El que se viste de “santo”, por supuesto que es un hombre divino.
La mona vestida de seda, es una señora dama de la alta sociedad.

Apariencias y más máscaras.
Las palabras que quieres oír en vez de las que precisas.
Las prédicas de los líderes religiosos que te emocionan (de una u otra forma), para moverte a hacer lo que a ellos les complace pero a ti te resulta tan “emocionante” (y supones que eso quiere decir “espiritual”).
Los corruptos en el poder, que juzgan y encarcelan y persiguen y extirpan a los que son de limpio corazón y puras manos.

Un mundo en donde tanto tienes tanto vales.
Si tienes “din” (dinero) tienes “dón” (eres tratado como todo un Señor).
Un mundo en donde un tipo que le pega con el pie a una pelota es millonario, ejemplo de multitudes, “ídolo” de los niños; pero el científico que rebusca las curas para las peores enfermedades se pudre en la miseria en un cuartucho de pobreza solitaria (a no ser que trabaje para una multinacional, que no quiere más que ganancias y dominio).

Un mundo falso, en el cual quien regala vida y virtud, porque enseña los caminos sagrados apropiados para cada identidad espiritual (noajismo para gentiles –y no otra cosa-, judaísmo para judíos), es marginado y avergonzado. Pero quien vende a muy caro precio mentiras llenas de palabritas altisonantes, rituales estrambóticos, religiosidad azucarada, promesas de todo tipo de bendición, perversión de las fuentes sagradas… ese es elogiado y arropado con todo tipo de riquezas y aplausos.

Sí amigo mío, estamos en el mundo de la mentira.
Cuenta el midrash (lecciones de los Sabios de la Santa Tradición) una bonita lección acerca del cerdo.
No sé si sabes que a los judíos (y solamente a ellos) Dios ha ordenado que sigan una dieta alimentaria particular, sagrada, estrictamente acorde a la espiritualidad judía. Se llama KASHRUT.
Se deben seguir varias reglas para cumplirla.
Una de ellas establece que de los animales terrestres solamente son aptas para el consumo las especies que tengan pezuña hendida y sean rumiantes.
Ambas condiciones son necesarias e indispensables.
La vaca, la oveja, la cabra son algunos de los pocos animales que entran dentro de estas especificaciones.
El cerdo, por su parte, sólo tiene una de las señales, ya que si ves su patita encontrarás que tiene la pezuña partida, igualita que la de las vacas.
Pero, el buen puerco no es rumiante, por tanto no es kasher –apto, permitido, para el consumo-.
El midrash viene y nos dice que notemos como el chancho se acuesta con sus patitas extendidas hacia adelante, de tal modo que queden a la vista sus pezuñas partidas, para que todos crean que es kasher. 
El cochino se ofrece públicamente como apto, como idóneo, como “bueno”, como enmarcado dentro de la ley.
Eso es lo que a la vista demuestra.
Pero la señal interna, esa que no es posible distinguir por simple apariencia, esa no la tiene.
Es un animal “impuro”, descalificado por sus cualidades internas, pero que sin embargo se nos vende abiertamente como si fuera uno de los “puros”.
Para peor, es uno que se regodea en la inmundicia, su casa es un chiquero, la porqueriza también le dice al hogar del puerco. Come cualquier desecho, se deleita con la podredumbre, se engorda con las sobras mugrientas de los demás. Ah, pero cuando se sube al púlpito a predicar está impecable, se viste como un “santo”, habla con un lenguaje de “ángeles”, te moviliza con sus palabras astutas y hábilmente seleccionadas, te hace creer que es un gran hombre desde sus paginitas de internet… ¡te comes al puerco pensando que es un pan sagrado!
Pero adentro, en su interior, su alma es “deshikra”, de mentira, de oscuridad, de EGO, de falsedad, de engaño.
Es manipulador por excelencia, astuto, un buen alumno del serpiente del Edén, quien te abraza calurosamente y te dice “Chalom Chaverim Aleichem”, pero que en el fondo solo ve en ti un bolso con dinero para sacar, una fuente de diezmos y contribuciones que engorden su propia cuenta bancaria. Te usa y abusa de ti. Te engaña, de paso se acuesta con tu mujer, pero siempre te muestra esa sonrisa amplia, esa ropa fina, ese saludo cordial, esas palabras dulzonas… el predicador (con el título ministerial que use) ese al que tanto alabas y tanto defiendes.

¡Qué gran lección!
Andemos con cuidado, no debemos juzgar por las apariencias, sino que es nuestra obligación recabar datos, analizar hechos por hechos para descubrir realidades.

¡Pero alto!
¿Y por casa, cómo andamos?

¿Quién gobierna tu vida?
¿Tú o tu EGO?

Cuando piensas en Dios, ¿Estás pensando en:

  • la bendición que te dará,
  • en los dones que hará descender para ti,
  • en la riqueza que te lloverá,
  • en la prosperidad,
  • en la sanación,
  • en la salvación,
  • en el milagro que esperas,
  • en la promesa que le hiciste para que Él te diera algo a cambio?

¿En esas cosas piensas cuando piensas en Dios?
¿Haces el cálculo de cuánto diste de “caridad”, “tzedaká”, “se-da-acá”, “diezmos”, "aportaciones al Señor”, para ver cuánto te corresponde que Él te devuelva?

Vamos, te pido un minuto de sinceridad contigo mismo… ¿no lo hiciste?

¿Cuántos rezos o plegarias elevaste fervientemente para pedir o exigir que tal o cual asunto se resolviera de acuerdo a tu voluntad?
Está muy bien pedir al Padre Celestial, ¿pero es ese el motivo central y principal de comunicarte con Dios?

¿Cuántas veces te quejaste por lo que no tienes o sientes que te falta, y añadiste que no te parece justo que así sea puesto que tú eres “fiel”, “creyente”, “tienes fe”, “eres religioso”, “cumples tus mandamientos”? Vamos… ¿nunca pensaste que Dios te estaba siendo desleal por no darte lo que te mereces?

Te podría seguir haciendo preguntas simples y al punto, pero no quiero ponerte en situación incomoda, no quiero que salgas huyendo de este hogar y no vuelvas porque “te agredo” con estas preguntas.

Así que, lo dejo por aquí, me vuelvo al mundo de los engaños… allí nos estamos viendo…

Resp. 951 – Oración para el amor

Reinita nos consulta:

Buenas tardes
He sido mujer de pocos novios. Trato de ser una mujer virtuosa, quiero casarme tener hijos no quiero q se me pase la edad. Anhelo encontrar mi ayuda idónea y tener hijos como es la voluntad de Di-s "no es bueno q el hombre este solo"
1. aplica igual a la mujer? me siento muy sola
2. Podría regalarme algún rezo o cita para pedir esposo a Di´s
3. Una vez un pastor dijo a otra mujer mayor q yo q Di´s la queria sola. Eso es cierto?Me parece frustrante
Gracias y Di´s lo bend
Andrea Londoño, 29 años, Contadora, Cali Colombia.

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El Yo Auténtico también te habla.

Hemos explicado en otras ocasiones que estamos formados por varias instancias de Yoes: el esencial, el auténtico y el vivido.
El esencial refiere a nuestro espíritu, tal como lo obtuvimos por gracia divina vuelve a la Fuente tras nuestro deceso.
El auténtico es nuestro espíritu y nuestro cuerpo.
El vivido es aquel que vamos construyendo a través de nuestras experiencias, aprendizajes, acciones del EGO, influencias del ambiente, predisposiciones genéticas, etc.

Por regla general estamos tan habituados a identificarnos con nuestro Yo Vivido que difícilmente podamos reconocer nuestras instancias más propias y trascendentes.
Nos cuesta apreciar que detrás de las innumerables máscaras que vamos incorporando, asumiendo y diseñando se esconde un rostro verdadero, que sufre y padece, que se regocija y comunica, que anhela lo bueno y justo, pero que suele quedar silenciada, apabullada su tenue voz detrás de los graznidos presuntuosos o ruido insoportable del EGO y sus máscaras.
Hablamos, pero decimos lo que estamos mandatados a decir por otros.
Pensamos, pero repetimos lemas que nos introyectaron otros.
Sentimos, pero interpretamos las señales internas de acuerdo al mundo que nos inyectaron y asumimos como verdaderos.
En resumen, podemos decir que somos constantes actores que siguen guiones ajenos, en un gran teatro que se llama vida, en donde a duras penas realmente vivimos y ejercemos nuestra plenitud.

Sin embargo, el Yo Esencial no deja de lanzarnos mensajes, permanentes, siempre orientados hacia el mismo objetivo, pero que permanecen acallados por las otras voces que nos resuenan con mucho estruendo.  
Esa vocecita de la conciencia, tan limpia y perenne, a la cual dudosamente prestamos atención, porque dudosamente somos conscientes de su presencia y realidad.

Con todos sus errores y malversaciones, podemos rescatar esta frase de Carl Jung: “Con el orgullo siempre nos engañamos a nosotros mismos. Pero en las profundidades, debajo de la superficie de la conciencia ordinaria, una suave vocecita nos dice: algo no concuerda”.

Mahatma Gandhi enseñó en una ocasión: “Por nada del mundo quiero ahogar esa vocecita que es mi conciencia o la expresión de lo más profundo que hay en mí… Esa vocecita no me engaña nunca

Como ves, no es una cuestión de creencias, de pertenecer a una u otra confesión religiosa, dondequiera haya buscadores de la verdad (descarriados o más afines a la Verdad), surge la vivencia del Yo Esencial y necesidad de expresar la realidad profunda de esa voz silenciosa que emana de lo medular de nuestro ser.

El espíritu nos habla, pero a duras penas le prestamos atención, negamos su existencia, bloqueamos su presencia, inventamos mil excusas para escoger la senda tenebrosa del EGO en lugar de la fresca y comprometida vereda de la LUZ.
Así vivimos entre disfraces, constreñidos, apenados, sudando la gota gorda para mantener una fachada de EGO que nos hace creer que con él somos salvos.

El Yo auténtico también se expresa, pues es el espíritu y el cuerpo.
El cuerpo también tiene su lenguaje, que va más allá de los adoctrinamientos y entrenamientos provistos a través de las cáscaras del EGO.
Es un idioma universal, innato, compartido a través de épocas y regiones, de etnias y culturas.
El Yo Vivido lo  decodifica de acuerdo a sus capacidades, o lo ignora rotundamente, o lo clasifica de tal modo que le sea funcional al ejercicio de la dictadura del EGO.
Empero, allí sigue el cuerpo hablando, manifestando su existencia y sus necesidades, sus malestares y angustias, sus regocijos y estrechuras.
Tal como la tenue voz del espíritu no se calla, tampoco el cuerpo enmudece, aunque el atronador griterío del EGO puede escamotear su traza.

Modernamente ha renacido el interés por las conexiones entre cuerpo y mente, se habla más de enfermedades psicosomáticas, de motivos emocionales que se manifiestan a través del cuerpo.
Si te interesa el tema, te aconsejo que vayas con cuidado a la búsqueda de agua para saciar tu sed, pues como suele suceder, se puebla de farsantes, misticismo barato, charlatanes, negociantes, bienintencionados torpes, truculentos siervos del EGO empilchados como santos. Recuerda que no todo lo que reluce es oro…

En ocasiones el resfriado es por estar inadvertidamente en contacto con el portador del virus; a veces la gordura es por el no limitar la ingesta a causa del verdadero placer al comer, etc.
No hay que buscarle vueltas “místicas” o “filosóficas”, sino aprender otros hábitos de conducta, varias ciertos comportamientos, aprender a limitar el deleite en cierta dimensión para no excederse y provocar desequilibrios, etc.
Pero en otras ocasiones los malestares y enfermedades pueden tener su origen en mensajes que el cuerpo está emitiendo, desde las profundidades de nuestro ser, detrás de mil máscaras del EGO, está nuestro YO hablando y no somos capaces de prestarle atención.

Podemos hacer el análisis para conectar qué de nuestro estado de ánimo podría estar afectando a nuestra salud física.
En vez de atacar los síntomas y hacerlos desaparecer, tenemos la chance de tomarlos como mensajes que nuestro cuerpo está emitiendo y preguntarnos: ¿Qué es lo que está mal y no he tomado conciencia de ello?
Cuando se consigue detectar la fuente, se está más cerca de poder solucionar el conflicto escamoteado a la conciencia pero padecido multidimensionalmente.

Desde antaño los Sabios de la Luz (TB Berajot 5a, secudariamente Eruvin 13b) han enseñado al respecto: “Iefashfesh bemaasav” – “si le suceden disgustos a la persona, entonces que se fije y analice sus acciones para estudiarlas hasta encontrar dónde pueden estar erradas y corregirlas“.
Sean acciones pasadas o esperadas hacia el futuro.
Son culpas (o sentimientos/ideas de culpa) por sucesos pasados, u omisiones pasadas; son temores por impotencias futuras.
Sean cuestiones activas o pasivas.
Sean materializadas en el mundo externo, o encarceladas en sus pensamientos.
Que se analice, que se estudie, que se observe, que se atienda, que sea honesto, que rompa las barreras del EGO para encontrar sus errores que ha pretendido mantener en las sombras pero brotan desde lo más profundo.
(Te recomiendo la lectura del texto que se abre haciendo clic aquí).

Esta idea está sustentada en un pasaje previo, del profeta Jeremías:

"¿Acaso de la boca del Altísimo no salen los males y el bien?
¿Por qué se queja el hombre, el varón que vive en el pecado?
Examinemos nuestros caminos; investiguémoslos, y volvamos al Eterno.
Alcemos nuestro corazón en las manos hacia Elokim que está en los cielos"
(Eijá / Lamentaciones 3:38-41)

Por supuesto, al ser seres complejos, multidimensionales, estamos más allá de determinismos ramplones.
Si te duele la cabeza no es directamente por pensamientos reprimidos. Si te duele la garganta no es necesariamente algo que te has tragado en lugar de decirlo en su momento. Si alguien padece cáncer no implica que tiene un EGO tan dominante y abusivo que es capaz de autodestruirse en su empeño por perpetuarse en el poder. No siempre que tienes dolor de estómago es porque estás enojado y no supiste canalizar tus emociones.
No es así.
No podemos ser tan esquemáticos y necios, ni pretender alcanzar la comprensión total por un acto mágico.
Tampoco es inteligente suponer que una sola causa es la que determina un evento.
Ni que tenemos el poder total de auto-enfermarnos o auto-curarnos.
Son elementos a tomar en consideración, a no descartarlos, a manejarlos con sagacidad y de manera multidimensional.
Al ser personas coherentes, racionales, no pretenderemos entender todo, abarcar todo, curar todo con la magia de “tomar conciencia”; o por vincular sentimientos reprimidos con síntomas esperar a que se realizan sanaciones maravillosas.
Puede ser una formidable herramienta, cuando es bien empleada y vale el esfuerzo intentarlo.
Pero ten mucho, muchísimo cuidado con ir corriendo a las fauces y garras de gurúes orientales, barbudos cabalisteros, maestros jasideos, sacerdotes afroamericanos, “psicólogos” místicos, mucho cuidado por favor que no sea que te estafen, te diezmen y termines aún más gravemente padeciente y esperanzado en mentiras.
Recuerda, ve al médico si sientes que estás enfermo. Acude sin pruritos al psicólogo (que no te venga con misticismos o religiones, por favor) si estás emocionalmente afectado. Encuentra al profesional que ha estudiado y recibido certificación para trabajar junto a ti en el mejoramiento de tu salud integral. Y por supuesto, alimenta tu ser con el modo de vida acorde a tu esencia espiritual: noajismo si eres gentil, verdadero judaísmo para quien es verdaderamente judío.

Dijimos de no ser simplistas, pero daremos ejemplos simplones.  Atención: no tomarlos como “verdad revelada”, como que necesariamente ocurre así en todas las situaciones.
Si te duele la cabeza, reconoce cuales son esas dudas persistentes que te acosan y no te animas a resolver.
Si te duele la garganta, encuentra que sentimiento estás reprimiendo y que si liberaras te sentirías mejor.
Si el pecho te aprieta, descubre cuáles son esos pensamientos de impotencia (quizás camuflados de orgullo o rabietas) que te estrechan y no te permiten gozar de la plenitud.
Si el estómago te arde, ¿será que estás ardiendo de ira tragada y no manifestada?
Tu cuerpo te habla, ¿aprenderás a escucharlo?
Algo está fuera de lugar y tu cuerpo es el que te está dando las pistas para acomodarte y hallar felicidad, bendición, crecimiento, alegría, plenitud… ¿a qué estás esperando?

Escuchar, es un gran paso adelante.
Detener el trajín, la premura, la urgencia, el correr para ocultarse, el hablar sin parar para no decir nada, hacer un alto, parar, aquietarse para escucharse.
¿Qué es lo que la vocecita espiritual te dice?
¿Qué es lo que el cuerpo expresa con sus dolores y desbarajustes?
¿Qué está queriendo salir a la luz pero tus máscaras y cáscaras del EGO abruman con trampas al solitario?
Escucha.
Respira en calma, profundamente, date un tiempo y lugar, no des excusas, no sigas huyendo de ti mismo.
Escucha y revela la verdad que estás ocultando.
Ya sabemos, aunque tú quizás no, que en el fondo siempre está ese sentimiento terrible y profundamente doloroso de la impotencia.
Un mar negro y plagado de torturas, ataques espantosos, imposibilidad de hacer otra cosa más que gritar, llorar o patalear, o huir hacia la fantasía y el sueño.
Lo sabemos, eso espantoso, innombrable, siniestro (¿freudiano?) que está en todos nosotros, ese pozo de horror y sufrimiento, esa impotencia primordial que fue rudimentariamente sobrellevada por el EGO original.
Sobre esto la mohosa armadura del EGO, las cáscaras y máscaras, las klipot, que se suman toscamente y torpemente para luego irse perfeccionando en su espeluznante acto encubridor del Yo Auténtico.
Esa tortura de estar recibiendo constantemente bendición de lo Alto pero no disfrutarla a causa de los dramas que vamos representando como si fueran “la” realidad.
Pero luego, siguen habiendo otros mensajes que nos envía nuestro Yo Auténtico, de bondad, de rectitud, de rectificación, de consuelo, de conexión con Dios y el prójimo.
Mensajes a desentrañar, que des-cubren otra realidad dentro de la realidad que actuamos en el teatro del mundo.

¿Serás capaz de escuchar en silencio?
¿Lo has hecho alguna vez?
¿Te has enfrentado a tu verdadero rostro?
¿Te puedes perdonar y pedirte perdón con sinceridad?
¿Sabrás admitir tu impotencia para hallar tu potencia?
¿Dejarás las excusas para encaminarte a la LUZ?

Con cariño y honestidad te lo digo: lo dudo…
Acerca de mí mismo también, no es que te esté juzgando a ti, sino a nosotros, en nuestra debilidad humana.
¿Me ayudas a corregir esta percepción?
Me encantaría.

Igualmente, estamos juntos en este camino, para unidos poder ir avanzando.
Por ello, elige a la persona adecuada para comunicarle tus dolores acallados.
¡No, no hagas lo de siempre!
No te quejes y busques culpable, o trates de justificarte ante ti y los demás.
Sino simplemente escucharte hablar con el otro, no hables para hablar, ni siquiera para que el otro te comprenda, sino para escucharte.
Es otra cosa que raramente has hecho en tu vida.
Es que no nos lo enseñan…
Tampoco al EGO que nos oprime le conviene que seamos comunicantes.
Cuando te comunicas realmente, es que te estás escuchando, estás siendo presente “aquí y ahora” para ti mismo, y por tanto eres presente para el otro.
Comunícate y escucharás más allá de las palabras. Podrás organizar ideas, armonizar sensaciones y recuperar la alegría.

Eres tú quien te está hablando.


NOTA:

Este texto nació ahora y no más adelante (para cuando estaba planificado) a causa de un párrafo compartido hoy por una amiga del Facebook:

"El cuerpo susurra, dice o grita lo que la mente no puede o quiere comprender

Un resfriado ocurre cuando el cuerpo no llora…

Un dolor de garganta aparece cuando no es posible comunicar las aflicciones…

El estómago arde cuando la rabia no consigue salir…

La diabetes invade cuando la soledad duele…

El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta…

El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan…

El corazón renuncia cuando el sentido de la vida parece terminar…

La alergia aparece cuando el perfeccionismo es intolerable…

Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas…

El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza…

La presión sube cuando el medio aprisiona…

Las neurosis paralizan cuando el "niño interno" tiraniza…

La fiebre sube cuando las defensas detonan las fronteras de la inmunidad…”

Podemos estar de acuerdo o no con estas ideas, no es lo que queremos expresar en nuestro texto.
El hecho es que ha servido como disparador para escribir ahora el texto que acabas de leer.

¿Quien soy?

   Esta vez quiero recomendar esta película, que pese a hace rato que la vi pues ayer Domingo mé acorde de ella, y me acorde porque trata de un camaleón, que no sabe quien es, ni que propósito tiene su vida, por lo tanto se la pasa buscando una identidad a través de recrear escenas de obras teatrales que el mismo inventa.

Un accidente lo lleva a un pueblo en donde con sus mentiras termina por ser el sheriff, debido a que según la leyenda que el mismo inventa había matado a 7 forajidos con una sola bala.

S e deshace por pura suerte de un águila que asolaba al pueblo, al deshacerse el águila se convierte en el salvador del pueblo, solo que el no haber águila ahora serpiente Jake tiene carta abierta para aparecerse en el pueblo y causar un mal peor que el águila.

Lo mejor es que la vean, solo quise describir muy breve en que consiste para explicar lo que a mí me llamó la atención.

Resulta peligroso, más de lo que creemos, querer quitar algo que para nosotros está mal, porque no sabemos si eso está conteniendo un mal aún mayor….. Esa necesidad afusiva de ser héroes y salvadores…. Aún cuanto daño hace cuando se pretende «ser lo que no eres», cuando inventas una identidad porque la tuya no es tan atractiva, tan interesente… El camaleón habla como vaquero y trata de imitar la voz y el caminar de los tipos «rudos».

¿De quién imitamos costumbres y voces para parecer tipos «espirituales»?

Al final siendo sí mismo, si máscaras sin actuaciones; termina siendo un héroe verdadero, deshaciendose no de siete, sino de toda una banda de forajidos con una sola bala, salvando ahora sí y ayudando pero no el solo,  sino siempre acompañado, apoyado, pero muy importante siendo el, sencillamente aceptando su identidad, y haciendo lo que le tocaba.

«Para ser libres de verdad necesitamos saber de qué y de quién somos esclavos»

¿Tu como lo ves?

Esta es una enseñanza muy importante básica para todos los días

Este es un comentario en relación a este texto

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/ego-el-fruto-bello

La primer pregunta del texto está muy bien planteada.

¿Quién define lo que es bueno?

Esta pregunta junto al título “Ego el fruto bello” encierran una tremenda enseñanza

“Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió.

Aquí se narra el suceso pero desde el particular punto de vista del ego de Eva.

Ella consideraba que el fruto era apto incluso benéfico, o al menos eso es LO QUE CREIA.

Esto me recuerda una enseñanza del More Yehuda

“LO QUE CREEMOS SUELE LLEVARNOS A HACER LO QUE HACEMOS”

Efectivamente Eva o su ego estaba creyendo que el fruto era bueno aunque el Eterno lo había señalado como malo.

Esto pasa todos los días con todos nosotros, pues aunque sepamos que algo es malo podemos llegar a hacerlo.

¿Porque sucede esto?

Sencillamente porque creemos que en algún aspecto es bueno PUES SI CREYERAMOS QUE ES MALO NO LO HARIAMOS, el que roba  está creyendo que de algún modo se está beneficiando aunque robar es malo, el que comete adulterio aunque sepa que  es malo lo comete porque cree que en algún modo se beneficia, cuando creemos algo o el ego nos lo hace creer podemos llegar a equivocarnos la mejor Guía es la del Creador del mundo si nuestras creencias están en sintonía con Sus Leyes llevamos un paso adelante.

Cuando analizas y sopesas las situaciones costo-beneficio con tu intelecto es más difícil que cometas errores.

Los Sabios han dicho que una buena acción aunque sea hecha por egoísmo es válido hacerla, porque ello redundara en una buena conducta tarde que temprano, inicialmente la herramienta del intelecto usada para sopesar la situación es útil y aunque hagamos las cosas por no perjudicarnos solo a nosotros es muy loable.

Como con el adulterio, quien piense que esa acción le quitara su familia le atraerá problemas familiares económicos y sociales no lo hará pero tiene que estar convencido de todas estas cosas.

El estudio de los Mandamientos junto a todas las repercusiones negativas de la transgresión de los mismos puede sernos útil a la hora de tomar decisiones.

Finalmente somos seres inteligentes capaces de efectuar análisis en diferentes aspectos de la vida.

Revisemos lo que estamos creyendo acerca de la vida y comparemos si estas creencias están en concordancia con lo que el Creador (Bendito Es) ha tipificado como bueno o malo, si sintonizamos nuestras creencias con la voluntad del Creador del mundo cometeremos menos errores y más aciertos.

Sin duda que esto no es tan sencillo pues la vida tiene una  amplia variedad de circunstancias pero gracias a Dios y a los que participan aquí que existen sitios como este que tratan diferentes temáticas de la vida para darnos un chance más amplio de ser exitosos en este mundo.

Tremenda enseñanza More.

Muchas gracias.

Resp. 950 – conversion al judaismo

musjeret nos consulta:

Shalom

1- Mi corazón me pide convertirme al judaísmo ,

2- lo vengo estudiando ya hace como 7 meses ,

3- ocupando de hasta los detalles mas mínimos ,

4-  mis padres accedieron aunque ellos sean ateos , mis preguntas son

5- ¿cuanto dura la preparación para la conversión ortodoxa?

6-  ¿cuanto cuesta aproximadamente?

7- ¿ deberé vivir con los 611 preceptos demientra que estudio para convertirme o solo después de ser judío?
montevideo uruguay

 

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Origen de la idolatría

¿Cuál sería el profundo origen de la idolatría en el individuo?
Tras un detenido análisis podemos apuntar algunos falsos inicios, a saber:

  • no se origina en una búsqueda de múltiples divinidades,
  • tampoco en un deseo por abandonar al Dios verdadero,
  • ni siquiera en la ignorancia de la existencia de Dios.

Estos tres falsos orígenes se demuestran como falsos con una sola respuesta.
El espíritu de toda persona es puro, es hilo de contacto inquebrantable con el Eterno, ninguna acción u omisión puede cambiar su esencia o cancelar su nexo sagrado.
Es una fuerza constante que nos vincula a lo Santo y se opone con vehemencia a cualquier atisbo de contrariar tal unión sagrada.
Es consciente de Dios y Su existencia singular, lo desea con fidelidad, rechaza cualquier pecado o cualquier falsa creencia.
Por tanto, en el seno más profundo y autentico de cada persona no hay posibilidad para que surja el deseo por ninguna desviación, especialmente no la que niega o se opone a Dios.
Este Yo Esencial, nuestra esencia espiritual perfecta, de estar al mando de nuestra vida nos llevaría por sendas de justicia y bondad siempre. Habría posibilidad de error, de equivocación, pero no de malicia, rebeldía o cualquier otra forma activa/pasiva de contrariar a Dios.

Sin embargo, nuestro Creador no quiso que estuviéramos comandados directamente por el Yo Esencial, sino que nos creó con un cuerpo, con necesidades, sujeto a dificultades, mecido por emociones y pensamientos, sujeto a otros seres vivos y factores ambientales.
No somos simplemente un Yo Esencial, pleno espíritu en completa armonía constante con Dios.
Tampoco somos solamente un yo Auténtico, en el cual espíritu y cuerpo forman una perfecta sinfonía netamente orientada a lo bueno.
Sino que nuestra Luz interior se ve sometida a ser envuelta por “klipot”, encascarada, por el velo que corre el EGO y sobre el cual se va construyendo nuestro Yo Vivido.
Un Yo Vivido que es conflicto, que es drama, que es contradicción, que es forcejeo de tendencias, que es decisiones entre seguir el camino del bien o apartarse de él.
Esta posibilidad de optar, esta realidad contradictoria que somos, este Yo múltiple que se exterioriza a través del Yo Vivido, es lo que nos da el potencial de crecer hasta alturas inmensas o de caer a abismos oscuros.
Por ser creados de esta manera es que tenemos libre albedrío, capacidad de escoger entre el bien y su contrario, lo que nos dota de un poder único entre las criaturas de nuestro mundo.

Es nuestra tara nuestra mayor ventaja.

Entonces, el origen de la idolatría no está en lo más profundo y auténtico del ser humano individual, sino en algún punto externo a la esencia, que se origina en el velo del EGO sobre la Luz del Yo Esencial.

Seamos más descriptivos para posibilitar una mayor conciencia.

Al nacer el bebe se haya inmerso en un estado de casi plena impotencia, imposibilidad extrema de sobrevivir, de actuar de algún modo constructivo para proteger su existencia del espantoso trauma que conlleva el nacimiento.
Su Yo Esencial se mantiene imperturbable, como estará por todo el transcurso de su existencia terrena.
Pero su Yo Auténtico, en su dimensión corporal está siendo atrozmente atacado por miles de agresiones, involuntarias pero agresiones al fin, que recibe a través de sus cinco sentidos, desde dentro y fuera de su cuerpo.
Está sumergido en un valle de dolor insoportable, no es el momento para que te describa nuevamente lo que ya hemos enseñado en otra oportunidad, pero debes quedarte con la idea de que nacer es una tortura espantosa, indescriptible.
Gracias a Dios nuestro cerebro aún no ha madurado lo suficiente como para guardar registros mnemónicos que nos puedan extirpar la alegría y el disfrute más tarde.
Gracias a Dios venimos pobremente equipados en esos primeros momentos, lo que nos sirve, en cierta medida, como defensa ante el ataque masivo que representa el nacimiento.
Sin embargo, quedan rastros y huellas en lo más profundo de la memoria primitiva, arcaica, reptileana, en los recovecos más oscuros de nuestro cerebro, lo que se traduce en todo tipo de desbalances, enfermedades, malestares, trabas que se irán suscitando a lo largo de la vida del sujeto.
También en aquel momento nace una defensa primaria, muy pobre, reducida en poder y recursos: el EGO.
Sirve como mecanismo de defensa y supervivencia, al llamar la atención con las rudimentarias herramientas que el EGO dispone (gritos, llantos, pataleos) o para desconectar a la persona de la realidad sumiéndola en la inconsciencia (dormir, fantasías, etc.).
El EGO pues, en aquel primer momento terrible, pesadillesco, es nuestro “salvador”.
Y sí, lo es en cierta medida.

El problema es que unos días o semanas más tarde el niño adquiere otras herramientas de supervivencia, va madurando fisiológicamente también, por lo cual el rol del EGO debiera irse reduciendo más y más, hasta quedar desprovisto de todo rol en la vida cotidiana.
Sin embargo, algo falla en la casi totalidad de las personas, o algo parece fallar, ya que el EGO no queda en stand by, sino que persiste y se niega a dejar el rol de “salvador”.
Va consumiendo energía que debiera canalizarse en actividades generadoras de placer, de crecimiento en todo plano, para no perder su sitial.
El EGO se pone en el lugar de dios, para que lo adoremos y así no perder él su sitial de mando sobre nuestra vida.
Actúa de tal manera que consigue hacernos sentir impotentes, nada, basura, pecadores, infames, débiles, estúpidos, nulos, vacíos, indefensos, de modo que luego se presenta nuevamente como “salvador” y nos hace creer que nos restituye a una posición segura y poderosa.
Endiosamos al EGO.
Somos EGÓlatras, adoradores del EGO, porque el EGO nos hace creer que sin él no somos nada, somos polvo cósmico a merced del espantoso sufrimiento del infierno del nacimiento.
Y desde lo más profundo, desde nuestra plena convicción carnal, no queremos volver a pasar por algo tan horrible como fue esa experiencia traumática del nacimiento.
Así que nos dejamos caer en los pobres bracitos del EGO, al que llamamos “salvador”, “redentor”, “dios”.
(Estoy usando un lengua poético para que las ideas sean comprensibles y fácilmente asimilables, en realidad el EGO no tiene conciencia, no es un ser aparte, no es como un pequeño demonio en nuestro interior que nos posee y con su inteligencia hace trampas. El EGO es una parte de nuestro ser, natural, buena en el primer momento, que luego funciona de un modo en apariencia “demoniaco”).

Atención, el uso que estamos haciendo aquí de la voz EGOlatría no es el mismo que encontrarás en cualquier diccionario.
NO es “Culto y veneración que una persona se profesa a sí misma”, sino culto y veneración que una persona profesa hacia un mecanismo primitivo suyo, que denominamos EGO. EGO que usurpa lugares y fagocita fuerzas lo que lleva a debilitar al individuo, generar conflictos con otros, destruir sociedades, impedir el crecimiento en todos los ámbitos, etc.
El individuo se deja vencer por el sentimiento de impotencia y recurre a un “salvador” maravilloso que lo salve del mal.
Tal “redentor” es el EGO.

Es la EGOlatría, según te estamos explicando hoy, el verdadero origen de la idolatría.
Todo idólatra es en el fondo un siervo de su EGO.
Y esto incluye a aquellos que hacen de Dios, el verdadero, un ídolo, y comercian con Él, pretenden manipularlo, lo hacen una estatuita, le quitan Su identidad, lo cosifican, lo humanizan, lo asocian a otras entidades “espirituales”, lo empobrecen, lo limitan, etc.
Se puede ser un ferviente “religioso”, muy cumplidor de los preceptos que atañen a cada uno por decisión de Dios (Siete para los gentiles, 613 para los judíos), y sin embargo ser también un idólatra inconscientemente.
Se puede tener mucha “fe” en Dios, negar ser uno idólatra, pero cuando se permite a sí mismo vivir bajo el poder del EGO, buscando constantemente un “salvador” que resuelva los problemas cotidianos, entonces se está dejando al EGO en el lugar de Dios, aunque se diga creer y adorar al verdadero Dios.
Creo que para muchos este texto, en particular este párrafo, puede ser duro de digerir, por lo que pido relectura, análisis cuidadoso, entender parte a parte

Así pues, volviendo al comienzo de nuestro texto, en la raíz de la idolatría, el idólatra no pretende destituir a Dios, no quiere tener muchos dioses, no está desconectado de Dios, no ignora en lo profundo a Dios, pero se siente impotente, siente un miedo atroz a no volver a sufrir la calamidad del terror del nacimiento, se siente necesitado por un “salvador”, entonces hace surgir al EGO en todo su “esplendor” como un dios y salvador.

Las religiones, grandes y pequeñas, más o menos sectarias, usan con habilidad al EGO para obtener lo mismo que éste.
Hacen sentir a sus feligreses culpa, miedos de castigos insoportables, les hacen creer que son ridículos, pecadores, extraños, ajenos, débiles, errados, miserables, necesitados de salvación mágica; entonces, se ponen ellos y sus dioses como salvadores, como el único camino, la única vida posible.
Niegan al feligrés la posibilidad de ser libre, de madurar, de ser responsable, de hacer su parte, de ser socio de Dios, de servir a Dios y no a dioses (hipóstasis del EGO).
Embarullan con gritos, pataleos, violencia, llantos, sentimentalismos, culpas, amenazas, infiernos, posesiones diabólicas, sugestiones, supuestos milagros, mitos, palabrería en un etcétera variado que tiene por finalidad dejar a la persona en un estado de indefensión y perplejidad típica de un recién nacido.
Así se aprovechan de la persona, de ti.
¿Cuántas veces te ha maltratado tu líder religioso pero o has aceptado con “humildad”?
¿Cuántas veces te señalaron como pecador aunque poco y nada hubieras hecho de mal según perspectiva del Dios verdadero?
¿Cuántas veces te prometieron salvación, sanidad, riqueza, éxito, es decir no-impotencia, a cambio de someterte a sus dictados?
EGO y más EGO.
El tuyo que forma alianza con el de ellos, el de todos en el EGO de las religiones.

Te reitero lo que dije hace un rato, tendrás varias barreras para tomar conciencia plena de esta enseñanza de Luz y Liberación, muchas contras se pondrán en tu camino, muchísimas.
Ya lo sé, pero tú no.
Así que es tiempo de releer, comprender aún mejor, profundizar y hacer el intento de ver con ejemplos de tu vida diaria y de la gente que conoces para ver como la enseñanza cuadra exactamente con lo que has vivido, lo que has percibido, lo que te ha parecido y hasta ahora no tenías noción ni forma de describir y denunciar con firmeza.

Las excusas abundan, son hábilmente usadas por el EGO y sus esbirros.
La palabrería es un recurso del cual hace uso el EGO y sus cómplices.
El envolver a las personas en tretas, trampas, jueguitos de espejismos es más de lo mismo.
Todo lo que te somete a la impotencia, lo que te reduce de tu altura, lo que te hace creer que no tienes valor a no ser que te asocies con “eso”, simplemente es el EGO que te abduce y te obliga a adorarlo.

Triste panorama para la humanidad, pues es así como estamos viviendo.
Pero más triste es cuando los que se dicen seguidores de Hashem, sean judíos o noájidas, actúan de similar manera y hacen de Dios un dios, un ídolo más… pero presumen de sus títulos de nobleza, de sus cuentos de sabios, de sus conocimientos eruditos a nivel intelectual pero que escasamente sirven para erradicar las máculas del EGO de sobre sus almas.

Maimónides (Hiljot Jametz UMatzá 7:4) describe a los idólatras iniciales como «כופרים וטועין אחר ההבל ורודפים אחר עבודה זרה – negadores, extraviados detrás de lo sin sentido siguiente y gente que corre con ansia detrás del ‘culto ajeno’.»
Este lenguaje triple es inusual e instructivo.
En él se explica el proceso por el cual un individuo se convierte en un idólatra.
Primero se niega el nexo con Dios, el propio poder, la facultad inmensa que Dios nos ha dado, al tiempo que nuestras verdaderas limitaciones e impotencias.
Se niega la realidad, para sumergirnos en un mar espantoso de impotencia, de imposibilidad, de dependencia extrema de otros.
Segundo, al estar ya convencidos de nuestra nulidad –ficticia pero creída como cierta- la persona se desespera por salvarse, por sobrevivir a lo que cree el fin del mundo, entonces recurre a cualquier cosa vana, sin sentido, pero que se instala como la “única verdad, la única salvación, la única vida”. En lugar de buscar el propio poder, el lazo sagrado con Dios, uno se desploma bajo la impotencia y se va admitiendo de a poco los mensajes nocivos y tóxicos que provienen del EGO y sus esbirros.
Tercero, cuando ya ha negado su poder, cuando ya está extraviado de la verdadera senda del amor y servicio a Dios, entonces procura con desespero llenar ese vacío existencial, esa impotencia real en la que se ha sumergido, y cualquier “culto ajeno” parece servirle por un tiempo, como una droga, como un anestésico, para mantenerlo sometido al EGO. El desespero por el “culto ajeno” puede incluir la voraz avidez por parte del noájida por adquirir cuestiones que son propias y exclusivas de los judíos, lo que es ajeno para el noájida aunque relevante y correspondiente al judío.
Bajo el comando del EGO la persona se pierde y se toma de lo que considera su madero de salvación, endiosa a lo que no es dios, o limita a Dios.

Tal el origen del mal para el hombre.

(Este texto debe ser releído, estudiado, comentado con seriedad y en lo posible transmitido, difundido, hacerlo llegar a más y más personas con la meta de traer más luz al mundo y la verdadera redención, que sobrevendrá cuando no dependamos de los espejismos del EGO.)

¿Y tú que haces con tu vida?

En realidad la mente o el intelecto nos suele jugar engaños, bromas o trampas, de las cuales en ocasiones suelen redundar en muy malos ratos o incluso en pésimos periodos de nuestras vidas, las convicciones, creencias o hábitos que suelen marcar el rumbo de nuestras vidas no siempre son las correctas o atinadas, sin en cambio muchas o la mayoría de veces estas convicciones suelen dirigir nuestras vidas pero además son de lo más perjudiciales o erróneas de lo que nosotros creemos.

Por la vida solemos transitar dando todo por sentado, que si creemos esto acerca de tal cuestión es correcto, que si creemos esto otro acerca de otro tema también es correcto, pero al final de cuentas todo lo que estamos creyendo es correcto o al menos eso es lo que creemos o pensamos, pero querido amigo una pregunta ¿será que todo lo que creemos acerca de las diferentes cuestiones de la vida será correcto?

Sin duda que la respuesta aunque no la digamos en voz alta será que efectivamente todo lo que estamos creyendo es correcto, o al menos lo es desde nuestra perspectiva.

TODOS CREEMOS QUE ESTAMOS EN LO CORRECTO (y  normalmente creemos que los demás están mal)

De forma preponderante en nuestras vidas las personas de las que solemos rodearnos influyen en buena medida en nuestro comportamiento, si nos rodeamos de gente que gusta de ser esclava de su ego, seguramente nosotros terminaremos haciendo lo mismo, o incluso solemos tomar como ejemplo a alguien a quien nosotros creemos que sabe desenvolverse bien por la vida, pero si esta persona va por caminos escabrosos nosotros también lo haremos pensando que es lo mejor para nosotros.

Creemos que todo lo que tomamos como norte en nuestro camino de la vida es efectivamente el  norte, creemos que nuestras creencias son las correctas.

Hace poco leí un texto publicado de nombre “el presente ausente”

http://fulvida.com/fortalecimiento/pensamiento/el-presente-ausente

De manera personal te diré apreciado amigo, que honestamente suelo planear las cosas, o al menos trato de prever el futuro, y en una buena medida eso es lo que dirigía mi vida, apreciado amigo ¿será esta actitud incorrecta? No verdad, quien no se preocupa del futuro quien no trabaja para tener un porvenir cómodo, quien no planea su vida o al menos trata de dirigirla con provecho.

Pero el problema no es prever tu futuro o analizar tu pasado, sino vaciar de contenido tu presente.

En días pasados me di cuenta de que debo vivir con plenitud el aquí y el ahora, hasta antes de conocer este importante concepto de la vida, ¿crees que yo pensaba que estaba mal o que estaba haciendo algo incorrecto? obviamente que no lo creía, pensaba que mi vida estaba perfectamente dirigida, planeaba con precisión mi futuro claro hasta donde puedo hacerlo.

Pero este querido amigo es un claro ejemplo que muchas veces nuestras propias convicciones son tan equivocadas, y a tu servidor le paso con el ejemplo anterior ¿pero y tú, con todo lo que estas creyendo acerca de tu vida será correcto? O una pregunta más tajante aun ¿Quién te dice que lo que haces es lo correcto o lo mejor para ti?

Las ideas que maquina el intelecto, tus creencias, tus hábitos y los consejos de tus allegados pueden ser equivocados, pero hay algo que infaliblemente no es equivocado, el eje fundamental que el Creador del mundo ha trazado para tu vida los 7 Mandamientos universales son la perfecta guía de una vida plena y dichosa.

Cuan equivocadas pueden ser nuestras convicciones aun cuando nosotros pensemos que son de lo más acertadas.

Cuestiona con sana duda todo lo que estas creyendo acerca de la vida, trata de seguir el ejemplo de alguien que tenga una vida provechosa y de bien ¡goza de lo permitido y apártate de lo prohibido! ¡Vive aquí y ahora!

Dentro nuestro ser el (alma y el cuerpo) de forma ininterrumpida fluye vida, sentimiento y pureza, cuando esto se conjuga con la forma de vida que el Creador del mundo nos aconsejo llevar, el individuo hace que el cielo toque la tierra, la persona que puede experimentar esto cuando su alma parte de este mundo lleva impregnada la felicidad y dicha con la que la persona vivio en este mundo, gozo y plenitud en este mundo y en la eternidad ¿se puede pedir algo mas?

El camino de los justos como decimos en este sitio.

Te mando un abrazo apreciado/a lector/a y que tengas un excelente dia

¡Elige vivir a plenitud!

Hasta pronto