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Enemigos de Dios

[1]“ …(Al Monte Sinaí) no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“…”

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Parece impensable que alguien, en su uso de razón y lógica, se declare enemigo de Dios.

Algunos posiblemente no han medido las consecuencias de sus palabras; otros se han declarado enemigos de Dios y los judíos abierta y conscientemente por razones ideológicas o políticas [2] .

Pero lo cierto es que la gran mayoría no lo hacemos por temor, otros por prejuicios religiosos, otros por su ateísmo, o bien, por las razones que convengan.

Lo cierto es que en nuestra Tora, la de los Hijos de Noe, existe un mandamiento que explícitamente prohíbe la blasfemia, donde no solamente debe de entenderse como inadecuado referirse (o específicamente actuar) negativamente hacia el Creador, sino que además reglamentariamente puede entenderse como prohibitivo constituirse enemigo de Dios y de sus elegidos[3]

Pero por otro lado resulta totalmente ilógico que alguien se quiera constituir enemigo de Dios o los judíos, y que ponga la razón que quiera el lector

Resulta ilógico e innecesario constituirse enemigo con alguien a quien no va vencer, ni con otros que posiblemente no le han declarado la guerra primeramente.

Pero parece que la cosa no es tan simple.

Pues si objetivamente la cara que mostramos a la sociedad es ser socios de Dios y los Judíos, subjetivamente y en nuestro mundo interno y de sentimientos existe grados de disconformidad con lo que somos. Disconformidad que nadie quiere aceptar, pero que los hechos externos los ponen en evidencia.

Pareciera que las palabras de los sabios que se mencionan el texto trascrito arriba son atemporales, ya que están completamente vigentes al día de hoy.

Seguimos envidiando, odiando, maldiciendo y celando a Israel, a Dios y a los Judíos; pero no de forma expresa y explicita; sino que camuflada por actos inconscientes, o bien intencionados, pero lo que demuestra es celos por la tradición judía, sus costumbres, historia, nacionalismo y unión.

Seguimos guerra contra Dios, los judíos y la Torá cuando “de facto” insistimos en usar nombres judíos, comprar cosas judías, imitar a los judíos, querer ser judíos por “amor” a Dios, por creerse judíos mesiánicos, por negar las leyes universales, por ver el Código Noajido soso o escaso en comparación a la Tora de Israel, por negar la identidad, y por otras razones más que dejo abiertas como “Numerus apertus” para los que quieran poner sus opiniones en los comentarios.

Porque lo que refleja algunas actitudes de TODOS nosotros es una lamentable envidia y un lamentable celo, que lejos de una sana admiración por la fortaleza judía que ha soportado de todo, nos carcome la pasión insana por formar parte de ellos (aunque fuese un poquito) a cualquier costa o precio, porque no nos queremos e invalidamos nuestra identidad y, por ende, no los queremos pero deseamos su identidad, sus tradiciones, sus fiestas, sus dichos, sus nombres, sus costumbres… deseamos ser ellos y no nosotros.

En definitiva, no nos gusta ser nosotros y queremos ser ellos. Así usamos sus dichos, sus locuciones idiomáticas, los nombres que utilizan para referirse a Dios[4] en los actos propios de sus costumbres y obligaciones, etc; que reflejan una pasión celosa y envidiosa que hay que admitir, erradicar y corregir con alguna humildad y con la ayuda apropiada.

Antes de terminar, y antes de cualquier (contra)ataque, quiero aclarar que lo que escribo es para llamar la atención hacia lo que por derecho nos corresponde.

Tenemos una identidad que hay que nutrir, hacer valer, dar a conocer, ejercer y desarrollar; tenemos un Compendio Legal que, al igual que el de los judíos, fue dado divinamente; tal vez no a 3 millones de personas, pero sí a las UNICAS personas que existieron en su momento de dación.

Y en la entrega de la Tora Noaj, no descendió la envidia; sino el Derecho y la Justicia; la identidad y el sentido de la existencia; la fórmula del paraíso y de la Era Mesiánica:

http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/

Queda en nosotros su robustecimiento

Y que sirva yo de mal ejemplo si fuera el caso, pero hagamos algo.

Gracias por sus comentarios, observaciones y opiniones.

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[1] El resaltado en negro es del original. http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[2] http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/¿que-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios

[3] Véase a modo de ejemplo los reglamentos del 1 al 8 sobre la Ley de Prohibición de la Blasfemia, en  http://fulvida.com/2008/02/01/reglamentos-de-los-mandamientos/

[4] En estos momentos acabo de ver en mi Facebook una invitación realizada por un grupo de noajidas que en propaganda a su reunión, postearon una fotografía donde se utiliza el nombre de Dios que en lo personal no creo que debiera de usarse.

Costumbre de hijas

En la parashá de esta semana se encuentra el siguiente pasaje:

«(7)Cuando alguien venda a su hija como esclava, ésta no saldrá libre de la misma manera que suelen salir los esclavos varones.
(8) Si ella no agrada a su señor, quien la había destinado para sí mismo, él ha de permitir que ella sea rescatada. No tendrá derecho de venderla a un pueblo extraño, por haberla decepcionado.
(9) Pero si la ha tomado (como esposa) para su hijo, hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.
(10) Si él toma para sí otra mujer, a la primera no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal.
(11) Si no le provee estas tres cosas, entonces ella saldrá libre gratuitamente, sin pagar dinero.»
(Shemot / Éxodo 21:7-11)

Habría bastante para estudiar y aprender de estas frases, pero, en principio, quisiera concentrarme en estas palabras:

«hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.»
(Shemot / Éxodo 21:9)

¿Qué quiere decir?

El sentido llano es evidente: existían costumbres, claramente conocidas en su tiempo y lugar, de cómo tratar con las hijas propuestas para matrimonio. Tal cual también debe hacerse con esta chica, aunque hubiera sido vendida anteriormente por su padre como esclava al padre del “novio”. El exégeta Ibn Ezra lo remarca sencillamente: se la debe tratar tal cual se hace habitualmente con las chicas vírgenes judías propuestas para matrimonio. No se la discrimina por su condición social, a causa de las acciones de su padre, el cual se vio en una situación extrema y desesperada para llegar a hacer lo que hizo con su hija. No es aquí el momento ni lugar para profundizar más sobre esto, continuemos con “lo que se acostumbra hacer con las hijas”.

RASHI nos amplía con su explicación, que está vinculada al siguiente versículo, cuando menciona:

«no le disminuirá su alimento, ni su vestido, ni su derecho conyugal.»
(Shemot / Éxodo 21:10)

Es decir, actuar con la joven tal como se acostumbra hacer con las esposas, como es obvio y evidente.
La chica fue esclava pero ahora es esposa, con los mismos derechos y obligaciones.
Su pasado no marca su presente, ni su futuro.
Es esposa, como toda hija de Israel que ha llegado al matrimonio, y como tal debe ser cuidada y valorada.

Profundizando, podemos encontrar en el libro del Zóhar (II, 97a) la siguiente enseñanza:

“Dentro de una roca poderosa, un cielo/paraíso escondido, se ubica un palacio llamado el Palacio del Amor. Allí, hay tesoros ocultos y todos los besos de amor del Rey. Las almas queridas del Rey entran allí. Y cuando el Rey entra al palacio, “Iaacov besa a Rajel” (Bereshit/Génesis 29:11). Él descubre cada alma, la besa, la abraza, la lleva con Él, se deleita en ella. Esto es «hará con ella como se acostumbra hacer con las hijas.», así como un padre trata a su amada hija, besándola y abrazándola, y dando sus regalos…”

Te lo explicaré rápidamente.
La NESHAMÁ (espíritu, Yo Esencial) que somos reposa, habita, se conecta, da sentido, al ser que estamos siendo en este mundo. Somos humanos porque somos NESHAMÁ.
Esa NESHAMÁ es la hija vendida como esclava, que ya no disfruta de los placeres del palacio paterno, de las delicias de su vida plena en el mundo del espíritu.
Ahora está confinada a las limitaciones de ser humano encarnado. Entre otras cosas, debe soportar un duro capataz, el EGO, el cual se las rebusca para dominar y hacer sentir su apariencia de poder. Pero, realmente no tiene autoridad sobre ella, el EGO es en verdad el esclavo, el que está al servicio, aunque se rebele y se transforme en un usurpador y déspota.
NO es gobernar y maltratar su finalidad, por el contrario, la misión del EGO es cuidar de la NESHAMÁ, al preservar al cuerpo de los ataques de la impotencia, otorgándole un lugar para que resida y pueda desplegarse; para que durante el pasaje terrenal la NESHAMÁ adquiera la conciencia y memoria de las experiencias sensoriales, y puedan éstas luego ser disfrutadas en el mundo espiritual con mayor deleite que meramente como datos teóricos.
El Padre ha hecho “descender” a Su hija a este mundo, de entrecruzamiento material-espiritual, para otorgar mayor beneficio y bienestar a la chica.
Pero, las leyes del mundo pueden causar dolor, malestar, sufrimiento, agotamiento, lo cual podría hacer creer a la doncella que merece el mal que está padeciendo. Pero, ¡no es así!
Ella tiene el derecho a disfrutar de lo permitido, a gozar a pleno de las bendiciones que le son propias.

Tenemos derecho a llevar una buena vida, a pesar de los inconvenientes.
Debemos encontrar el camino para que la NESHAMÁ gobierne, con su LUZ iluminando cada rincón de nuestro ser y del entorno.
Cuando el EGO se imponga, es necesario darse cuenta para desarmar su falso poder, ubicándolo en su correspondiente sitio de servidor y no de amo.

Para lograrlo, es imprescindible aprender del EGO y sus herramientas, así como los mecanismos y costumbres para dotarnos de poder y no caer en sus engaños.
Las “costumbres de las hijas” son (entre otras):

  • construir SHALOM, por medio de acciones de bondad Y justicia;
  • Comunicación Auténtica;
  • disfrutar de lo permitido;
  • apartarse de lo prohibido;
  • no querer dominar aquello que no puede ser controlado;
  • lealtad al Eterno, al andar por Sus caminos;
  • estudiar para desaprender y aprender y nutrir de esa forma nuestra mente y emociones;
  • TESHUVÁ.

Todo esto, y algunas cosas más que no hemos mencionado aquí, se resumen alegóricamente en los derechos de las esposas “alimento, ropa y unión conyugal”; aquel que comprende no precisa de más explicaciones.
El resumen del resumen: construir SHALOM en todo momento.

Como verás, partimos de unas reglas muy antiguas, bastante extrañas para nuestro mundo actual, (al menos en gran parte de la cultura occidental), pero que eran perfectamente comprensibles en el mundo donde fueron entregadas.
Y llegamos a descubrir secretos eternos, de salud integral, de crecimiento, que empoderan nuestra actividad de CABALATERAPIA, en procura de un mundo interno y externo mejor.
En donde reine el AMOR, y no el EGO.
Al dar un vistazo a las noticias del día, parece difícil conseguir un mundo de SHALOM, una Era Mesiánica, con tanta injusticia, maldad, arbitrariedad, corrupción, desespero, etc.; tanto en lo micro como en lo macro.
Sin embargo, ahí sigue presente la NESHAMÁ, con su vocecita, con su LUZ, con su perpetua conexión al Padre.
Podemos ser nosotros el granito de arena que falta para doblar la historia, llevar a que el platillo de la balanza cósmica esté del lado del Bien.
Así pues, construye SHALOM, aunque parezca que es inútil, aunque tengas contratiempos, aunque tropieces, aunque a menudo sientas que sigue siendo el EGO el señor en tu comarca. Tú sigue haciendo tu tarea, la TUYA, que nadie más puede hacer.
Sigue adelante, aprendiendo y desaprendiendo, construyendo SHALOM.
El resultado final no depende de ti, ni de mí; pero el proceso sí.

(Texto original publicado en SERJUDIO.com, republicado aquí por considerarlo pertinente para la espiritualidad noájica).

¿Cambia, todo cambia?

Ni bien se termina de leer el Decálogo (los mal llamados “Diez Mandamientos”, puesto que son 14) en la parashá Itró, nos encontramos con un versículo que podría resultar curioso si nos detuviéramos a contemplarlo:

«Y el Eterno dijo a Moshé [Moisés]: ‘Así dirás a los Hijos de Israel: ‘Vosotros habéis visto que Yo he hablado desde los cielos con vosotros.»
(Shemot / Éxodo 20:19)

Recién concluyó el imponente espectáculo de la Revelación del Eterno para todo el pueblo de Israel en la zona de Sinai.
Todavía arden sus almas por el contacto con la Presencia.
Vibran aún por la conmoción de ser atravesados por las voces celestiales convertidas en ondas energéticas visibles.
No pasó inadvertida la Revelación, el mundo entero se estremeció hasta sus raíces, ¡cuánto más aquellos judíos allí presentes!

Ellos, nosotros, un pueblo entero, de unos tres millones de individuos, que testimonian haber experimentado la Divina manifestación.
No como un cuento, no por tradición, no por habladurías, no por fe; sino ellos mismos estaban allí presentes, nuestros espíritus también, en contacto directo y cierto con la expresión de Dios en la tierra.
No hubo, ni habrá, otra circunstancia parecida, única, de unificación de lo celestial con lo terrenal de manera tan masiva e incontrovertible.

Entonces… ¿a qué viene este versículo?

Pues, pareciera estar demás.
¿No?
¿Acaso ellos no sabían al 100% que era Dios el que se había manifestado allí, ante ellos, en ellos?
¿Podrían quedar dudas?
¿Dependerían de la vanidad de la fe, o de esclavizarse a ideologías, habiendo tenido recién esa única e irrebatible experiencia?

¿A qué viene esa frase entonces?

Sabemos que un concepto básico de la Torá es que no contiene nada extra, decorativo, carente de sentido.
Por ahí, nosotros no alcanzamos a comprender o desvelar algunos misterios. Está bien que así sea, pues cada uno alcanza al nivel que le corresponde.
Pero, una frase tan obvia, evidente, redundante, ¿cómo explicarla?

Una de las maneras es muy simple, a la vez que profunda.
La Torá la dio Dios al pueblo judío, Él es su autor, Él su codificador, Él quien decretó que tal fuera el texto.
Por consiguiente, solamente Él puede modificarla o anularla.
Pero, Él mismo se ha encargado de cancelar tales opciones, ya que fue Él quien declaró:

«No está en el cielo»
(Devarim / Deuteronomio 30:12)

Ya no depende más de Dios la Torá, ahora es del pueblo judío, el depositario, quien se encarga de preservarla, de estudiarla, de vivirla. De interpretarla y llevarla a la práctica de acuerdo a los parámetros acordados y consagrados.
Uno de los elementos claves es que la propia Torá se encarga de negar su posibilidad de cambio:

«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1)

Así pues, ni Dios puede anular o cambiar la Torá; ni tampoco sus verdaderos dueños, que son el pueblo judío.
La Torá de Israel, es y será.

Pero entonces, ¿cómo entender la famosa profecía del profeta Irmiá/Jeremías?

«‘He aquí vienen días, dice el Eterno, en que haré un nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Yehudá [Judá].
No será como el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto, Mi pacto que ellos invalidaron, a pesar de ser Yo su señor, dice el Eterno.
Porque éste será el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Eterno: Pondré mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elohim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. Porque Yo perdonaré su iniquidad y no Me acordaré más de su pecado.'»
(Irmiá / Jeremías 31:30-33)

La respuesta es bastante simple, a la vez que profunda.
En la Era Mesiánica, el EGO (conocido en la Tradición como Ietzer haRá) estará sometido al AMOR.
Ya no dominará el miedo, ni la falsedad, ni la amargura, ni la malicia, ni la violencia, ni todo lo que afea nuestro hermoso mundo.
Por el contario, la LUZ de la NESHAMÁ irradiará y colmará los confines de la existencia individual y colectiva.
No viviremos en sombras, apartados de la LUZ, en tristeza y agonía, sometidos al EGO.
Ya no sentiremos la Torá y sus mandamientos como algo externo, que se nos impone desde fuera.
En la Era Mesiánica será comprendido que el camino de todo ser humano es el cumplimiento de los mandamientos que le corresponden de acuerdo a su identidad espiritual, los Siete Universales para la mayoría de la humanidad, los gentiles; los 613 de la Torá para el pueblo judío en exclusiva.
No será necesario apartar la idolatría, ni demostrar la mentira de las religiones, ni la torpeza de las supersticiones; puesto que será el espíritu quien comandará y no una pequeña porción de nuestro cuerpo (el EGO). Estaremos libres, y por tanto en sumisión a Dios, en armonía con Sus preceptos, aquellos que nos pertenecen por derecho de identidad espiritual.
Ciertamente será un nuevo pacto, aunque NO un “nuevo testamento”.
Será el pacto renovado, tanto para los noájidas como para los judíos.
La alianza eterna que se respetará por AMOR, por el deseo de cumplir la Voluntad, y no para obtener beneficios o codiciar librarse de castigos.
El conocimiento del Eterno será evidente, puesto que será la LUZ de la NESHAMÁ la que alumbrará, y no más los espejismos del EGO.
No será necesario que se nos tome de la mano para arrancarnos de las angustias, de los Egiptos, porque ya habremos madurado nuestra espiritualidad en la experiencia humana.
Seremos partícipes activos de nuestra tarea sagrada, de construir SHALOM en el mundo.

No se cambiará la Torá, se mantendrá vigente como el primer día.
No se reemplazará, tal como tampoco otra nación desplazará a Israel de su misión específica en este mundo, de su relación particular con el Padre y Rey.

Cada uno vivirá a plenitud, en bendición, disfrutando de su propia porción, en paz.
¿Cómo lo sé?
Porque nosotros, los judíos, hemos visto personalmente que desde los Cielos Dios nos ha hablado y nos ha ordenado Su Torá.
No es un cuento, no es una tradición sostenida en la fe, no es un mito, no es una creencia.
Es un hecho.

Ahora que lo sabes, ¿cómo cambiarás tú y ayudarás a cambiar a otros, para bien?

(Texto publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí por tener sumo valor para el fortalecimiento de la identidad noájica).

Te mando ser bendito

El alimento para nuestra dimensión espiritual es el cumplimiento de los mandamientos que nos corresponden, de acuerdo a nuestra identidad espiritual.
Si somos judíos, aquellos de los 613 que se encuentran en la Torá.
Si somos gentiles, tenemos que cumplir los siete mandamientos que Dios ha dictado para ser la Torá de las naciones, el sagrado código noájico.

En una síntesis: construir shalom en todo momento, por medio de acciones de bondad Y justicia; siendo leales al Eterno.

Pero, cuando profundizamos en el estudio, pareciera que nos topamos con una dificultad.
Porque acabamos de señalar que el cumplimiento de los mandamientos que nos corresponden nutren el plano espiritual; pero en más de una ocasión mencionamos que la NESHAMÁ (espíritu) proviene directamente del Eterno, no se modifica, no cambia, no se corrompe, no crece, es la identidad verdadera que somos aquí y en la Eternidad.
¿Entonces?
¿Sirve el cumplimiento de mandamientos para nutrir, o no sirve?

La respuesta es realmente sencilla y clara.
La NESHAMÁ no sufre ninguna variación, ni pecados ni méritos la modifican; sigue siendo esa esencia pura y divina más allá de nuestras acciones y omisiones. Por ello es el Yo Esencial.
El recuerdo de las experiencias en vida se canaliza a través de ella y queda inscripto en la “memoria universal”, lo cual será la porción que cosechará tras el pasaje por este mundo.
Aquel que sembró bondad Y justicia, que vivió en sintonía con los mandamientos que le corresponden, disfrutará del recuerdo “teórico y práctico”, en una sucesión de placer que podemos denominar “paraíso”.
Aquel que sembró lo contrario, ¿de qué podría disfrutar entonces?
Cuanto mayor es nuestra dedicación a llevar una vida comprometida con la construcción de Shalom, mayor será el beneficio. Probablemente aquí también, pero seguramente que allá.

Digo que seguramente allá, porque el Eterno es el juez perfecto, que se abstiene de prejuicios, no se guía por codicia u otros deseos, ni acepta sobornos. La justa porción es la que obtenemos. Entonces, lo que trabajamos aquí en la construcción de Shalom, será lo que recibiremos allí como frutos sin por ello perder nada.
Por supuesto que además de Juez, también es un Padre lleno de amor y misericordia; por lo cual, de acuerdo a Su Voluntad Él concede paz incluso cuando los méritos propios no lo acreditasen.
Dependiendo de Su Sabiduría será el resultado final.

Pero, también tenemos –probablemente- beneficios en este mundo a causa de nuestra conducta constructora de shalom.
Éstos ya no son tan seguros, porque en este mundo las personas contamos con libre albedrío, lo cual significa que cualquiera puede decidir tomar el mal camino y con ello perjudicarse pero también perjudicar a inocentes, quizás tú caigas en sus tramoyas y en lugar de obtener réditos por tu bondad Y justicia, solamente recibas golpes, humillación, malestar, pobreza que obviamente NO te mereces, ni hay piruetas metafísicas que tengan derecho a justificarlas. Pero, el otro haciendo uso de su libre albedrío, te ha incluido en el mal trago, el cual debes pasar como mejor puedas.

Por supuesto, el Juez también lo toma en consideración, sea para equilibrar las cosas aquí o allá; nada queda sin su consecuencia, ni Él admite que el resultado final sea desequilibrado.

Así pues, tienes tu nutrición espiritual: ¡cumple tus mandamientos!
Los tuyos, los que Dios te ha dado, NO los de tu vecino.

Esa es tu misión, esa es tu porción, ese es tu pago.
Pero, no lo hagas como el avaro y mezquino que solamente busca su ganancia. Aunque el centro de placer en tu cerebro dispare dosis estimulantes por el logro, y está bien que así sea, no te conviertas en adicto a esa emoción, sino en leal a tu esencia espiritual.
Haz tu parte, porque es lo que te corresponde hacer, porque es tu parte y solamente tuya.
Hazlo por amor, no por codicia.
Hazlo por bondad, no por miedo.
Hazlo porque es el regalo que Dios te ha dado, y no porque es la pesada carga que te ha tocado “en suerte”.
Hazlo, porque mejoras tu vida, la vida del prójimo, la del entorno en este mundo, y eso es buenísimo, porque es parte de tu tarea en esta vida.
Hazlo, para llenar tu memoria de recuerdos geniales, de luz, de plenitud, que se convierten en tu justa y merecida porción en la eternidad.
Hazlo, porque Dios te lo ha ordenado.

Hazlo, sabiendo que obtienes retribución, pero no te quedes esperándola o reclamando por ella.
No esperes ninguna recompensa, ni que el mundo sea justo contigo o con quien tú quieres.
El mundo, no es justo.
Tampoco es bueno.
El mundo es lo que es, entre lo cual se incluye, entre otras cosas, la oscuridad, la confusión, el caos, el malestar, el EGO, la impotencia, el mal.
Por ello TÚ debes ser quien haga la diferencia, construyendo SHALOM.
Si tú lo haces, yo lo hago, todos lo hacemos, entonces el mundo sigue siendo lo que es, pero las personas ya no derrumbarán las normas ni quebrarán el equilibrio de manera voluntaria.

Hazlo, no para jugar a las escondidas con Dios, o esperar algo a cambio.
No precisas, ni debes, comerciar con Dios.
Debes construir SHALOM.

¿Alguna duda?

Llorar de impotencia

Algunas personas creen que llorar, o manifestar de otra forma el dolor, es contrario al camino espiritual.

Entre sus argumentos se encuentra que podría verse como una falta de confianza en el Eterno, ¿cómo permitirse llorar si Él es quien controla todo y ordenó que eso malo sucediera? Eso es lo que ellos creen y defienden, aunque las evidencias y multitud de Sabios expongan algo diferente. Es más, estas personas empecinadamente religiosas hasta niegan que lo malo lo sea, porque “todo lo que hace el Señor es bueno”; así que, negarse a expresar el sufrimiento, o incluso hasta reprimir sentirlo, es parte de una supuesta senda de elevación espiritual. Llaman placer al dolor, bien al mal, y si no tienen evidencias racionales para confirmarlo, entonces reniegan de la razón y se apoyan en la fe, en la ceguera, en la creencia y la obediencia a quien adoptan como líder.

O tal vez consideren que llorar ante un desastre real e inapelable, como la muerte de un familiar, o un grave accidente, o cuando se enteran de portar una enfermedad terminal, o al ser despedidos del trabajo, etc., es una forma de estar sometido al EGO, y por tanto se recurre a alguna de sus herramientas para manipular el entorno. Siendo ellos tan religiosos, tan atormentados por no pecar (o al menos no ser descubiertos pecando), entonces, ¿cómo admitir que se exprese en sus vidas el EGO?
¡Mejor defender a capa y espada ideas irracionales, antes que reconocer nuestra limitada capacidad, nuestra modesta existencia!
Se retuercen con tal de no llorar, advierten que apenarse es ser carnal y por tanto abandonado de Dios y cosas por el estilo.

O quizás sean de aquellos que afirman que la persona debería tener una sonrisa perpetua, como idiotizada, para hacer de cuenta que se es feliz todo el tiempo, a salvo de cualquier contrariedad.
Porque aquel que confía en Dios es más que ganador, o frases similares, que refuerzan la creencia en negar la realidad para dejarse conducir con fantasías de súper poderes redentores y protectores.

Lo cierto es que, el camino espiritual NO rechaza el llanto, el gemido, la vacilación, el miedo, cuando realmente chocamos contra muros que nos demuestran nuestra debilidad, nuestro fracaso, nuestra impotencia y vulnerabilidad.
De hecho, es bueno llorar cuando no queda otra cosa para hacer, si es que la persona siente que descarga así su dolor y va dejando lugar en su interior para pensamientos y sentimientos más luminosos. Lo mismo con el gemido, la pena, la duda, etc. Es normal, es natural, es comprensible.
Claro está, no con intención de manipular; tampoco como única respuesta ante la adversidad; ni como excusa para no emprender con responsabilidad las acciones constructoras de shalom necesarias.

En el judaísmo, cuando ocurre la muerte de un familiar, hay muchas reglas y costumbres que sirven para canalizar el dolor, para expresarlo, para dejar que se exteriorice, y no se debe imponer silencio, ni siquiera ofrecer condolencias o explicaciones metafísicas cuando aún se está en el primer tiempo del impacto emocional. Incluso se considera de erróneo proceder el no quebrarse y expresar el dolor abiertamente ante el fallecimiento del ser querido y cercano.
La costumbre es tan sabia que hasta habilita en ese momento la duda sobre Dios o como Él conduce el mundo, porque es parte de las cuestiones que suelen emerger. Pero luego, de manera sensible, medida, sin presiones ni amenazas, se conduce a la persona hacia la moderación de sus sentimientos, hacia la aceptación, e incluso la afirmación del poder y sabiduría de Dios.
Todo en su tiempo, en su medida, considerando que no somos robots, y también que nuestra NESHAMÁ precisa del ser corporal con sus deficiencias y limitaciones para llevar a cabo su pasaje por este mundo.

De acuerdo a la visión mística, que la familia sufra y se duela es positivo para el espíritu que ahora ya no cuenta con el cuerpo para actuar en el mundo. Aunque se podría creer que el espíritu se dolería al presenciar el dolor de sus dolientes, lo cierto es que se complace porque es la demostración de el pasaje terrenal no ha sido vacío y sin sentido. Sí, es triste que el familiar llore y sufra, pero por algo está así; porque ha perdido a alguien importante y que deja una sensación de vacío y soledad.

Pero, las manifestaciones exageradas, estrambóticas, desmedidas, alocadas, no deberían consentirse, al menos no públicamente. Tal como tampoco es admisible la blasfemia, maldecir a Dios, amenazar con venganzas, intentar el suicidio, provocar daños a otros, etc.
Una cosa es la expresión natural, normal y saludable de la impotencia real; otra muy diferente es generar desequilibrios innecesarios y perjudiciales.

Los que acompañan a los deudos, pueden ofrecer su presencia, y en ciertos momentos la sola presencia sin palabras es mucho más poderosa que cualquier justificación, intento de explicación, orden de apagar el dolor, etc.
Estar junto al doliente, ayudarle con la presencia y con acciones que le sean necesarias.
Y si fuera necesario hablar, hacerlo, pero con medida, sin teología, sin filosofía, sino con comprensión.
Y si fuera necesario callar y ser quien atiende, hacerlo; esto suele ser lo más importante.

Otro detalle está en aquellos que consideran como una maldición o castigo cuando acontece el evento terrible.
Realmente somos seres muy endebles, limitados, débiles, sumergidos en un océano de impotencia.
La muerte, el accidente, la enfermedad, no son extrañas a la vida cotidiana.
¿Por qué apresurarse a declarar que es a causa de una maldición o castigo, cuando existen muchísimas evidencias que demuestran otra cosa?

Como sea, ante la impotencia se dispara automáticamente el llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad. Eso es lo normal, y a veces saludable.
La cuestión es no generar daños con ello, ni dejarse hundir en la impotencia, ni aumentar el malestar, ni manipular, ni dejar de hacer aquello que se debe de hacer.
La tarea es construir shalom, sí, también cuando la impotencia nos ha vencido, también cuando caemos y no tenemos como recuperar aquello que hemos perdido. Porque, tenemos otras áreas para trabajar, más para construir, mucho por compartir y unificarnos en justicia y bondad.

Link recomendado: http://www.jewishvirtuallibrary.org/jsource/Judaism/death.html
Otro: http://serjudio.com/creencias/breve-introduccin-a-una-perspectiva-juda-acerca-de-la-muerte

Tomar posesión de la Tierra de Promisión

«di a los Hijos de Israel: ‘Yo soy el Eterno. Yo os sacaré de debajo de las cargas de Egipto y os salvaré de su esclavitud. Os redimiré con brazo extendido y con grandes actos justicieros.
Os tomaré como pueblo mío, y yo seré vuestro Elohim. Vosotros sabréis que yo soy el Eterno vuestro Elokim, que os libra de las cargas de Egipto.
Yo os llevaré a la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a Avraham [Abraham], a Itzjac [Isaac] y a Iaacov [Jacob]. Yo os la daré en posesión. Yo el Eterno.’
«
(Shemot / Éxodo 6:6-8)

No alcanza con dejar de sufrir, pero nos bastaría.
No alcanza con salir de la esclavitud, pero nos bastaría.
No alcanza con ser testigos de hechos grandiosos y maravillosos, pero nos bastaría.
No alcanza con vincularse de manera especial e íntima con Dios y Éste con uno, pero nos bastaría.
No alcanza con saber que es Dios quien nos conduce, pero nos bastaría.
No alcanza con ir a la Tierra de la Promisión, pero nos bastaría.
Sino que son parte de un camino que conduce a una meta: poseer la tierra que nos pertenece, entonces se cumple a pleno el “Yo soy el Eterno”.

Así también en cada una de las cuestiones de nuestra vida.
Avanzar entre las dificultades, pasar por los momentos de gozo, aceptar las alturas así como las llanuras, en tanto se tiene en mente la meta y se anda hacia ella.
Dejar de lado lo que no aporta a la causa, no encerrarse en celditas mentales, no guardar rencor, no quedarse anclado al pasado o a ilusiones que desvían de la ruta.
Tener conciencia de la meta, hacer lo bueno y justo para llegar a ella.

Las cosas no marchan como quieres, puedes amargarte, abandonar, quejarte, recluirte, luchar con palos contra las sombras, gritar, llorar, hacer de cuenta que no pasa nada… o puedes probar con lo que realmente puede servirte.

La cuestión es dejar la fantasía, transformarla en creatividad. Ésta en aliciente para un proyecto, el cual se traduce en una planificación. Ésta se lleva a la práctica, se evalúa, se modifica en lo necesario. Se continúa ejerciendo nuestro poder con la vista puesta en la meta, sin aflojar.

Habrá momentos de flaqueza, son esperables.
Habrá períodos para sentir que nada vale la pena, que la meta es inalcanzable, que es un error seguir en la senda hacia ella.
Es tiempo para reconsiderar, con la mente creativa pero con los pies bien plantados en la tierra.

Habrá ocasiones de tanta algarabía que parecerá innecesario seguir el esfuerzo hasta la meta.
El secreto está en darse cuenta que la meta a veces puede ser el sentido con el cual vivimos nuestra vida, no un punto al que llegaremos materialmente.
A veces, la meta es concreta tras la cual descubrimos una nueva meta para alcanzar.
Siempre, cada pasito es una meta en sí misma.

¿Qué es lo importante?
Llenar de sentido trascendente nuestra existencia.
Hacer realidad la Presencia en cada momento, construir shalom.

SILOGISMOS A LOS SIETE PRINCIPIOS UNIVERSALES

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A continuación ponemos a su disposición la sección «Silogismos a los Siete Principios Universales» del libro «Luz para la Vida» de la filial Fulvida México.

Para bajar el archivo de click en el siguiente link:

SILOGISMOS A LAS SIETE LEYES UNIVERSALES 1

Esta sección forma parte del curso que en este periodo 2014-2015 se desarrolla en nuestra filial.

Es un tratado elaborado de forma sencilla en forma de tabla, sin embargo es especial y con una profundad temática extensa sobre los siete principios Universales y la lógica Aristotélica. El mismo incluye varios temas en un solo documento por lo que es recomendado para alumnos ya muy avanzados en el tema. Los asuntos que trata esta sección, por ejemplo son;

1. Los niveles de bondad explicados por Yehuda Ribco en su libro anatomía de la felicidad,
2. Los silogismos de la herramienta del pensamiento de Ely Goldratt,
3. Los 7 principios de Fe noajicos explicados por Rabí Itzjak Ginsburg en su tratado Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo.
4. Los 7 derechos Universales explicados por Yehuda Ribco para el simposium en México en febrero de 2012.
5. El tema del miedo y el Ego en forma de silogismo y explicado puntualmente para cada ley.
6. Las 7 dimensiones internas de los poderes emocionales del alma explicadas por Rabí Itzjak Ginsburg en su tratado Cabalá y Meditación para las Naciones del Mundo.
7. Lógica Aristotélica.

Les recomendamos compartirlo con sus familiares, conocidos y amigos.

¡Que sepamos construir Shalom!

El Yo Verdadero y el Sentido de la Vida.

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El Ego fue nuestro mejor aliado. De eso no me queda la menor duda, y gracias al cielo y al Ego, logramos sobrevivir. El problema comienza cuando la persona se transforma en un Ególatra que piensa, actúa, vive y respira creyendo que el universo conspira para la propia infelicidad. Esa transformación a la egolatría no se dio de una noche a la mañana; fue producto de impotencias sentidas, conductas aprendidas, respuestas de otros y propias ante las necesidades; la escuela, el colegio, etc, etc, y tiempo; hasta (de) generar en una “máscara”, alguien que creíamos que era Yo.

Súmele a eso la ignorancia de otros, cuando nos decían: “tiene el temperamento de papa”; “el carácter de mama”; “la personalidad del abuelo”, “el pensamiento de la abuela”; así ad infinitum.

Nos hicimos una careta por medio del propio EGO (y otros nos ayudaron a crearla); una personalidad distinta a nosotros, un “alguien” totalmente amorfo, que no era nosotros.

No nos enseñaron, ni quisimos aprender, a conocernos o descubrirnos quienes somos en realidad.

Y viendo la situación con lupa, cuando alguien se enoja, teme o se ansía, no es ella misma la que sufre tales desbalances, ¡! son algunas de sus caretas, de sus muchos “Yoes”, sus muchos papeles, lo que se ven amenazados ¡!

Piénsalo un minuto, cuando te enojas por ejemplo. ¿Por qué te enojas? Probablemente, y con la sinceridad del caso, fue por algo que ha puesto en riesgo alguna de tus máscaras, de tu posición, del juicio social, de tu fe, de tus propias habilidades para sobrevivir, de la imagen que otros tienen de ti, de la seguridad que pretendes; de alguna de tus caras.

Ante el propio reconocimiento doloroso de la propia egolatría y de las muchas caretas (personalidades, yoes, etc) que se han ido formando, se puede tomar una decisión: el fin de los “estados de ser” que los muchos “Yoes” han hecho que seamos, e iniciar el éxodo hacia el Yo Autentico, personal e individual.

Esa decisión tiene una trascendencia suprema.

Si se decide por el re encuentro del  propio Yo (el Autentico), se utilizarán los “Yoes Vividos” como medios para tal fin.[1]

Pero esa no es la trascendencia aún; esa decisión sigue siendo un medio para un fin mayor.

El fin mayor es que solamente siendo su “Autentico Yo” se podrá construir el  ¡¡ Sentido Último de Vida Propia¡¡[2]

Vivir, estudiar, trabajar o hacer cualquier tipo de actividad para ser millonario, viajar por el mundo, para tener seguridad económica y ninguna dolencia, o para tener alguna posición social suena muy tentador[3]; pero !¿tener una vida con sentido?¡ eso supera cualquier expectativa mundana ¡

No se puede construir una vida con sentido desde una perspectiva irreal, desde las caretas, modos, posiciones o desde lo que sea que creamos ser, o nos impusieron ser, o nos entrenamos a ser. Desde el “Yo Vivido” buscamos seguridad, poder, control. Un imposible de alcanzar porque vivimos en medio de la inseguridad. Es por eso de tanto desatino emocional y frustración existencial. No se cumplen las expectativas personales por ser imposibles.

A este prototipo de personas la Logoterapia, benevolentemente,  las diagnostica como neuróticos enfermos con el Trastorno Obsesivo Compulsivo[4]; pero la Cabalaterapia profundiza al punto de diagnosticar, escalofriantemente, a la persona como “alguien sin amor[5]

Desde las caretas que creemos ser (social externada a otros, o imaginativa que nosotros mismos nos proyectamos) es donde se va a creer tener el falso poder o falso control; y se va a ejercer ese poder para mantener la careta. El Ego auxiliará a ello.

Hace poco sentí impotencia de ver amenazada una de mis tantas caretas que no era yo. Una de esas que proyecto a la sociedad, que me he llegado a creer que soy y que me da “poder”.

“Neurótico Obsesivo Compulsivo con des amor” me hubieran diagnosticado ambas escuelas; y aun así, describen un “Yo” que no soy yo.

Construir una vida con sentido implica muchas decisiones. Conocer el Ego, reconocer (volver a conocer) su verdadero Yo, y aventurarse en la construcción del sentido de la propia vida sin caretas, sin “yoes vividos” ¡

Decisiones…

(Escribo en mérito de la señora Luz Montiel M. 1923 – 2014. Su vida dio sentido a su propia existencia.)

[1]“.. Por tanto, es menester adentrarnos, conocernos, … Fortalecernos, comunicarnos auténticamente, ser buenos, ser justos, ser leales, dejar de lado las tretas de Esav, pero no para destruirlo, sino para encausarlo, dirigirlo, canalizar sus acciones para la construcción de Shalom. Pero, si somos débiles, si permitimos serlo, entonces Iaacov se esconde, se disfraza de Esav, se pierde la chance de ser auténtico. Si rechazamos conocer nuestro Yo Auténtico, entonces terminamos siendo solamente Yo Vivido…Usar la Comunicación Auténtica y no los modos propios del EGO. Tal es la tarea que debemos aprender. No es fácil, en ningún lado se prepara a la gente para buscarse y encontrarse. No hay escuelas, aún, que enseñen a valorar el Yo Auténtico, entrenar el Yo Vivido, andar por los caminos de Luz del Eterno. ..Es hora de dejar de ser Esav, de presentarse como él, de hacerse pasar por él. Es hora de saber nuestra médula, amarnos, conocernos, cuidarnos, ser Iaacov, en paz y trabajo en conjunto con Esav…” (http://fulvida.com/2011/11/20/ego-y-yo-en-la-parash-toldot/)

[2] http://serjudio.com/rap451_500/rap479.htm

[3] http://serjudio.com/rap3401/rap3440.htm

[4] “…en algún otro lugar he comentado que entre los pacientes obsesivos-compulsivos es típico que se vean dominados por el deseo..de saber al 100% que a través de sus actos de cognición y decisión conseguirán estar seguros de algo..” (Dr. Viktor Frankl. “El Hombre en Busca de Sentido Ultimo. El Análisis existencial y la conciencia espiritual del Ser Humano”. Pag 97.)

[5]  Resulta impactante como en la Cabalaterapia el “amor” se denota  mas allá de un sentimiento humano, trascendiendo el termino a casi un lenguaje, parecido a cualquier otro medio de comunicación, oral y escrito, humano, pero con la diferencia de que es universal e impacta a todo (a la materia, a la energía, a las personas, a otros seres vivos, etc). Recomiendo la lectura integral de: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/parashot-ajar-mot-y-kedoshim-5770-el-ego-el-yo-autntico-y-el-yo-vivido

No es decidir Ser, es decidir Hacer

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Usted no decide quién es; usted hace quien es.

Usted hace su identidad; o mejor aún, descubre sus potencialidades (y su “Yo Verdadero”) construyendo cuando decide hacer.

No me refiero a crear una careta más de lo que se ha denominado el “Yo Vivido[1] , porque los límites de la acción están claramente definidos[2]

Me refiero a las decisiones que se toman para la vida propia, que hacen que la vida que ha llevado tenga múltiples sentidos  porque involucran a terceros. Esas otras personas ayudaran a revelar su Yo Verdadero, y probablemente la relación sea mutualista: usted le ayudara a los otros a encontrarse con ellos mismos.

Probablemente nunca nos encontremos en la soledad, en la quietud,  en la solitaria meditación o reflexión, o en la paz sepulcral del ascetismo que advirtió el Rabí Moisés Ben Maimón[3]; sino que las decisiones que se tomen y que involucren a otros correrán la cortina que oculta quien realmente es uno.

Tal vez eso le ocurrió a Iosef. Posiblemente sabía que era hebreo; pero no fue sino hasta que empezó nuevamente a relacionarse con sus hermanos que recomenzó a comportarse como un hebreo, como lo que en realidad era. No era el político que había aprendido a ser, sino el hebreo que nunca dejo de ser[4].

¡¡ Son las decisiones personales que ejecutadas involucran a terceras almas donde se da el milagro ¡¡ Su verdadero Yo empieza a reflejarse en su cara ¡¡

Tal como lo expuso el Profesor Ortiz cuando dijo:

“..Al noajismo le gustaría que te apasione dar caridad, visitar a los enfermos, evitar los chismes, decir la verdad en tu declaración de impuestos. El noajismo estaría encantado si tú hicieras esas acciones desde tu corazón. ¿Pero qué pasa si tu corazón no está puesto en ello? ¿Qué pasa si realmente no tienes ganas de hacer una de esas buenas acciones? El noajismo dice: Hazlo de todas formas. ....”[5]

Todas las acciones que describe involucran a terceros. Pregúntese, ¿Por qué hacerlas de todas formas, si no quiero hacerlas? Yo respondería: porque se encontrará a usted mismo.

Y es que el egoísmo que reina en el hombre moderno, nos hace vivir aislados, de nosotros y de otros. Como mecanismo insano de protección ante la amenaza y la violencia que anuncian los medios de comunicación. Como respuesta al miedo de enfrentar la vida con sus vaivenes.

Cada vez menos familias, menos empresas, menos negocios pequeños, menos proyectos, menos espacios públicos, menos personas… Y más exilio personal ¡¡

¡! Cuando odio yo a la humanidad ¡! ¡! Pero cuanto la necesito ¡!

Del Doctor Viktor Frannkl he aprendido que es la vida la que pone en encrucijada al hombre para exigirle que dote de sentido una existencia responsable[6]. Pero esa exigencia de la vida no es optativa o facultativa; es un deber imperativo; una orden divina expresada e impuesta sin el mínimo parecer humano; orden que hay que cumplir si es que el hombre pretende el fin de su exilio:

“…. Pero, cuando se ingresa al campo de las acciones materiales, se establece lo que es norma: Hombre, ya que existes…cumple la función para la cual has sido creado…has todo lo que puedas por ser quien puedes llegar a ser…constrúyete a cada instante, no te abandones en la indolencia o el pesimismo o el vacío idealismo, porque si así hicieras…es mejor que no hubieras sido creado…” [7]

Pregúntese: ¿Cómo voy a saber mi función en soledad? ¿Cómo voy a saber quien puedo llegar a ser en el ostracismo? ¿Cómo me voy a construir alejado de otros?

En definitiva, uno se construye en sociedad, se descubre disponiendo decisiones que afectan a otros; creando situaciones que potencian reflejar su verdadero Yo.

A poco tiempo de acabar otro año civil, buena resolución sería iniciar con las decisiones personales y colectivas. El resultado va a ser su propio redescubrimiento.

Yo mismo tengo que decidir querido amigo.

¡Y que el cielo nos ayude ¡

(Escribo esto en merito de Doña Luz Montiel. Que en paz descanse. Espero volverte a ver algún día)

[1] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/lo-ms-autntico-de-ti-es-lo-que-menos-eres

[2] “…¿Cómo vivir realmente como una persona de bien?.. Siendo Dios el Bien, ¿cómo serLe fieles, y por lo tanto conducirnos realmente como personas de bien?…La fidelidad a Él se manifiesta a través del apego total y responsable en el cumplimiento de los preceptos que Él nos ordena cumplir (7 para los gentiles, 613 para los judíos), tal como fuera dicho: «Guarda y obedece todas estas palabras que yo te mando, para que cuando hagas lo bueno y recto ante los ojos del Eterno tu Elokim, te vaya bien a ti, y a tus hijos después de ti, para siempre.» (Devarim / Deuteronomio 12:28)..” . (Yehuda Ribco, http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm. El resaltado en negro es del original)

[3] “…la Torá nos perfecciona, tal como atestiguó un profundo conocedor de ella:  “La Torá de Dios es completa, encamina el alma, el testimonio de Dios es confiable hace sabio al ignorante” (Salmos 19:8), (y en la Torá) nunca mencionó algo así, en cambio recomendó que sea la persona natural conduciéndose por el camino intermedio: …. que cohabite con quien le es permitido cohabitar equilibradamente, que more en ciudades  rectas y justas; y no que habite en desiertos o montes…” ( Tomado de http://serjudio.com/varios/8perakim.htm)

[4] http://fulvida.com/2014/12/28/jos-revela-un-gran-secreto/

[5] http://fulvida.com/2014/08/22/sentirse-bien-o-hacer-el-bien/

[6] “…no es el hombre quien hace la pregunta “¿Cuál es el sentido de la vida?”, sino que es a él a quien se l e hace esta pregunta, ya que es la vida misma quien se encarga de hacer esta pregunta. Y el hombre tiene que contestarle a la vida con una respuesta que sea su vida misma; tiene que responder siendo responsable; en otras palabras, la respuesta es necesariamente una respuesta en acción. Al optar por este vivir en acción, estamos también respondiendo en el aquí y ahora…” (El hombre en busca de Sentido Ultimo. Pag 36. El Resaltado en negro es propio).

[7] http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1507.htm