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Dar sentido a la vida

Hola amigo noájida, nuevamente te ofrezco el gratuito pan espiritual que satisface tu alma.
En la ocasión te comentaré brevemente sobre la porción de lectura de Torá para los judíos que corresponde a esta semana en curso.
Recuerda, es la Torá judía, para los judíos, con mandamientos y enseñanzas judíos. Es bueno conocerlo para estar con los pies sobre la tierra y la cabeza en los cielos, también para tomar conductas saludables a partir de las antiguas y sagradas enseñanzas de Israel.
La sección se denomina Vaetjanán, de la cual he seleccionado los siguientes puntos de interés:

1. El rezo es una poderosa herramienta de comunicación entre el hombre y Dios. Podemos alabar, agradecer, pedir, conversar con Dios, conocernos profundamente por medio de buscar el canal del vínculo sagrado, pero no debemos esperar que Él nos dé todo aquello que nosotros pretendemos.

2. La comodidad, o el deseo por la misma, suele llevar a las personas a cometer errores.

3. Cuando la persona peca tiene un camino siempre abierto hacia Dios, se llama: TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero.

4. Se recuerda la Revelación ocurrida en Sinai de Dios ante los judíos, con la consiguiente entrega de la Torá y las Tablas del Pacto para sellar la unión especial entre Dios y los judíos. Leemos la segunda forma del Decálogo.

5. Dios es Uno y Único, leemos la porción muy famosa y sagrada del “Shemá Israel”.

6. Podemos amar a Dios por medio de conocer y cumplir lo que Él desea que hagamos.

7. Todo tipo de disfrute de la bendición está disponible para aquel que se entrena en andar por la buena senda, aquella diseñada por Dios.

8. Apartarse de las malas influencias, los malos consejeros, los malos amigos, es muy saludable.

9. Dios quiere lo mejor para nosotros, lo prepara, lo entrega, pero no siempre sabemos recibirlo y aprovecharlo. Lo mejor para el noájida es el noajismo, sin dudas, pues es el legado eterno que Dios ha conferido a las naciones del mundo.

 

Relato: El hombre veloz

José iba en su nuevo automóvil a mucha velocidad. Rápido… correr… más metros devorar… velocidad… a algún lugar quería llegar…
Ah, José amaba a su auto nuevo. Reluciente, hermoso, moderno, un bólido, seguro, para que le envidiaran, para presumir, para ser alguien, el súmmum de la felicidad según la entendía José.
Avanzaba por las calles, que pasaban casi borrosas ante sus ojos, hasta que un fuerte golpe a un costado lo hizo detener la marcha por completo.
Descendió, ya con el rostro surcado de ira, rencor, angustia, presentimientos. Su gesto se enturbió a un más cuando pudo descubrir la causa del tremendo ruido que le había obligado a parar: un ladrillo había lesionado un lado de su belleza.
Observó atentamente los alrededores y descubrió allí a un niñito, con cara de asustado y culpable… ¡sí había sido él el criminal que le destrozó el alma que dañó su auto!
Corrió hasta el niño, lo zarandeó, lo sacudió, le gritó, le dijo cosas imposibles de reproducir aquí. El odio, el enojo, la impotencia, todo junto estallaron en contra del pequeñito.
El niño llorando, asustado, casi sin voz le dijo: “Mi hermanito está caído y no respira. Nadie se detuvo a ayudarme. No sabía qué hacer. Perdón… ¡ perdón! ¿Pero alguien me puede ayudar? Usted… ¿usted me puede ayudar?”.
José salió disparado hacia la casa, allí estaba el niñito, lo tomó entre sus brazos, corrió hasta su bello auto golpeado, a la carrera comenzó a devorar metros, rápido, a mucha velocidad rumbo al hospital más cercano…

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo crees que terminaría este cuento?

2. ¿Cuál es la diferencia entre la carrera del principio y la del final?

3. ¿Cuál es la moraleja?

4. ¿Estuvo bien lo que hizo el niño para llamar la atención?

5. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

6. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

7. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

¡Te deseo un feliz séptimo! Moré Yehuda Ribco

EL NUEVE DE AV, Y EL NOÁJIDA CONSTRUCTOR DE SHALOM

Todos los  “rebeldes”, ancianos, mujeres,  y el pueblo… resistía valientemente; a pesar de ello, tuvieron que retroceder palmo a palmo, y ese 9 de Av, los “rebeldes” cómo los llamaban dieron su última batalla,  un soldado romano lanzó la tea encendida por la ventana dorada del templo, al  poco tiempo las vigas de madera empezaron a arder, y luego…

Los intentos,  la lucha cuerpo a cuerpo, pero no  fue suficiente,  muchos optaron por morir antes de caer presos de los romanos…  ocurría entonces la destrucción del segundo Templo, Jerusalem fue destruida y sólo quedó un campo de casas quemadas y de desolación.  “Setecientos mil judíos fueron muertos o perecieron de inanición o enfermos durante el sitio de Jerusalem que duró año y medio” según el historiador Tácito.  Si seguimos uno a uno los sucesos veremos en la historia eventos que han sido dolorosos y tristes,  para Israel, para el judío y también para nosotros, aquellos que reconocemos al Único y verdadero, al Dios de Israel, como nuestro.

También veremos en la historia hablar de amor al prójimo, lo cual resulta muy fácil, ha sido emblema, anzuelo, carnada de religiones, pensamientos, y  movimientos que más allá de esas palabras que suenan amables, cambia seres humanos en  seres  apáticos, egoístas, que por ningún motivo han dejado su comodidad, sus títulos, su poder, sus dominios.

No es acaso amor verdadero ¿ponerse en el zapato del otro, intentar comprender, y compartir el dolor ajeno,  tender la mano cuando alguien lo requiere, dar de nosotros los mejor en pro de elevar la condición del prójimo? . Cuando actuamos presa de nuestro ego,  olvidamos el mundo que nos rodea, disminuimos  esa condición humana que el Eterno ha plasmado en su obra al momento de la creación del hombre.  Actuar de ese modo, nos hace  menos que su imagen,  peor aún, menos que humanos.

Cuando la grandeza del hombre se mide por la fuerza y  el uso del poder para dominar a otros, a costa del sufrimiento de los demás, de la explotación de nuestros congéneres, del robo de sus posesiones para obtener prestigio, del asesinato para adquirir respeto, entre muchos ejemplos, la grandeza  no deja de ser insignificante, falsa, mediocre, eso no es grandeza, es pobreza absoluta, sin condición humana, sin sentimientos, sin Dios

Cuando vemos noticias, cuando leemos las páginas atroces de la historia, vemos eso, “el hombre ha estado sin Dios, su presencia parece oculta”, este ha sido uno de los lutos que vive Israel, que viven nuestros hermanos judíos, claro, ellos han sido objeto de páginas atroces en la historia, y aunque el mundo lo  ha visto voltea la cara, se hace el de la vista gorda, mientras habla de amor al prójimo, mientras hace reuniones para hablar de paz mundial, y  el mundo  lo ha permitido, lo ha ignorado, se ha pasado por alto adrede, y la razón verdadera, es,  la misma razón por la que el pueblo de Israel hoy  9 de Av, se viste de luto, ayuna, ora, reflexiona, espera y aguarda,  porque la presencia del Eterno ya no está en Jerusalem, y parece ocultarse de la faz de la tierra, pareció partir, retirar su permanencia juntamente con su  morada  el Beit HaMikdash, que albergo su presencia.

Cómo no llorar esa ausencia, y como no compartir el duelo por ello que nuestros hermanos judíos recuerdan, porque  sus vidas e historias han estado llenas de  dolor por esta ausencia,  reflejada en tantos sucesos; expulsión de los judíos, Inquisición, Cruzadas, conversiones a la fuerza al cristianismo; comienzo de  la Primera Guerra Mundial ; acciones antisemitas,  persecuciones,  holocausto, … Muerte casi hasta  “el exterminio”.

Aquellos que creemos juntamente con ellos en la verdad, sabemos que llegará el día en que esto cambiará, que el dolor, la ausencia, las lágrimas, la angustia, se convertirán en risa, en gozo, en alegría.

Hoy es un día para reflexionar, para unirnos a la pena de nuestros hermanos judíos, eso no hará de nosotros los noájidas  que seamos más noájidas, pero sí, nos hará más humanos, nos  ayudará a imitar el atributo de  piedad de nuestro Creador, nos haremos más  seres humanos dispuestos a trabajar activamente por emular aquellas cualidades, que nos harán realmente  imagen de nuestro Hacedor.

También los noájidas podemos unirnos a este día de luto,  porque anhelamos la presencia del Eterno, la verdad, el mundo de shalom. Hemos de evaluar nuestras acciones,  estamos tristes, pero hemos de reflexionar para buscar la guía que proviene de lo alto, para trabajar  activamente y ayudar a  crear esa morada aquí en este mundo para el Creador, también  estamos tristes,  porque el mundo está sumido en el materialismo, y porque la esencia de nuestro Padre aún no ha sido revelada.

Y nos unimos a la esperanza de un pueblo que espera “que  la hermosa presencia del Eterno, se haga realidad prontamente, y en nuestros días,  y que su retorno sea con misericordia”..

Que seamos verdaderos constructores de shalom.

La Perspectiva Espiritual – No judios

Autor: Reb Gutman Locks

No creas que el requisito de ayudar a otros espiritualmente aplica unicamente a tu socio judio. A nosotros tambien se nos encomendó ser luz para la Naciones. Esta obligación recae sobre cada uno de nosotros. Tenemos que ayudar a que cada persona llegue al conocimiento de un único Dios, y cómo pueden ellos llevar una vida santa.

Un no judio está obligado a cuidar los siete mandamientos que fueron dados a Adam y Noaj. Estos se refieren a la prohibición de idolatria, blasfemia, asesinato, adulterio, robo, comer carne de un animal que aun está con vida, y tener cortes de justicia en sus ciudades. De todas estas la que más precisan es la que prohibe la idolatria. Hay muchas personas que creen que están adorando al Único Dios, pero en realidad están adorando a un idolo. Un idolo es cualquier representación de Dios, o adoración de un dios limitado.

Con frecuencia, en el Kotel, tengo la oportunidad de intentar ayudar a no judios La gran mayoria de los visitantes no judios que vienen al Kotel tienen un trasfondo cristiano, asi que tomo eso como punto de partida para moverlos hacia la verdad.

La conversación es más o menos asi:

«Dime, según tu religión, está presente Dios en la maldad?»

Por lo general se quedan pensando un poco o a veces responden «De ningún modo!»

«Por eso es que nosotros decimos que la religión de ustedes sirve a un dios pequeño. Porque el dios de ustedes está unicamente en lo bueno. El Dios de las Escrituras Hebras está en todos lados. El Rey David escribió, ‘Si hago mi cama en el infierno, alli estás Tu’. Dios está incluso en el infierno. Dios es ilimitado. Pero ustedes tienen un dios limitado».

Para llegar a ser «creyentes» en su religión muchos de ustedes pasaron por un rito, «pedir a dios que entre a su corazón». Despues de hacerlo creen que Dios está alli, y todo lo que tienen que hacer de ahi en adelante es tener fe y seguir su biblia. Asi que les pregunto, «Ya que Dios está en todos lados, no tienes por qué pedirle que entre a tu corazón, verdad?. Él ya estaba alli antes que tu. A pesar que tienen una mente prejuiciada que los protege del cambio, ellos se marchan con este pequeño cambio de ideas que retan sus falsas creencias.

Cuando un no judio observa estas siete leyes el se convierte en una «Persona Justa». Tiene porción aqui y en el MundoVenidero. No hay mayor placer para él. Qué regalo tan hermoso le estarás dando.
[i] Isaias 42:6
[ii] Salmos 139:8

Autor: Reb Gutman Locks

Fuente Original: http://mysticalpaths.blogspot.com/2007/12/spiritual-perspective-non-jews.html

Una foto que engaña

Ese era yo hace algunos años.
Si no me conocieran amigos de Fulvida,
podria mentirles.
Con un poco mas de pelo, es facil.
-Soy judio, algun Rabino, o Moré quizas.
Algun estudioso de la Torá, tal vez.
Sin saber nada de ello, en realidad.

Pero no, digo la verdad
Orgulloso
Soy noajida, gracias a D-os.
Y gracias a uds,
toda esa confusion quedo detras.

Es muy buena la Verdad, que exponemos aqui
porque se habla con «conocimiento de causa»
Por haberlo vivido, o por los consejos del Moré.

Siempre me acuerdo, Yehuda cuando viniste la primera vez
aqui, a la Argentina, y yo te conte que no venia de la idolatria
sino del ateismo y luego por un libro de Kabbalah,
yo, pensando a al decir Kabbalah, te iba a gustar.
Y me respondiste -Que lastima-

jajajaja. sos un grande,
yo en ese momento quede desconcertado
y en realidad me ubicaste al toque.

Queria compartir esto, a pesar que me da un poco
de verguenza la foto, pero es para que vean nuestros visitantes
que no criticamos al cuete, porque yo,
personalmente,
se que esos disfraces son malos,
no importa la intencion que tengan.
No podes vivir a pleno con esa mochila encima.

Abrazos!

¿Sólo Siete?

La pasión de las “buenas intenciones” que llevan al desastre nos acompaña desde que el hombre es hombre.
Cuando Eva asumió que comiendo del fruto prohibido las cosas serían mejor en adelante, siempre andamos pretendiendo saber más que Dios y terminamos desbarrancando por quebrar los límites.
Te brindaré una breve lista de ejemplos del Tanaj, aparte del ya mencionado.
Casos no faltan, pero para no extenderme ni aburrir me limitaré a dos que supongo son bastante conocidos.

Dios ordenó al rey Saúl que exterminase por completo al pueblo de Amalec, no se debía dejar con vida ni a los animales. Tampoco se podía traer botín de guerra. (Los motivos y explicaciones para tan drástica determinación no son tema para este artículo).
El rey Saúl dejó con vida al más perverso de todos, al propio rey de Amalec llamado Agag. Por si fuera poco, dejó escapar a la joven esposa de Agag, quien estaba embarazada y de cuyo seno saldría años más tarde el asesino y genocida Amán, aquel del relato de Esther.
También a instancias de las quejas del pueblo que lo siguió a la batalla trajo buen ganado.
Ambas cosas estaban prohibidas por el directo mandato de Dios dado a Saúl por intermedio del profeta Samuel.
Sin embargo, al regresar de la guerra el rey dice –honestamente- al profeta: "¡El Eterno te bendiga! He cumplido la palabra del Eterno." (1 Shemuel / I Samuel 15:13).
Sí, se presenta en nombre de Dios. Bendice en Su nombre. Dice haber cumplido Su mandato. Honestamente lo dice… ¿no?
Pero es evidente que no ha hecho lo que Dios ha mandado.
Sino que sus acciones fueron negativas, muy negativas.
Así se lo hace notar drásticamente el profeta, el que incluso le anuncia que Dios le ha quitado el cetro del reino y le fue entregado a otro. ¿Por qué? Porque Saúl no era apto, no era leal, no era un buen rey. Era un “buen tipo”, lleno de “buenas intenciones”, pero sin la adecuada fidelidad a cumplir con lo que debía cumplir.
Él añadió porque quiso, porque lo presionaron, porque lo engañaron, porque se dejó manipular, porque era débil emocionalmente, porque quería hacer algo más de lo mandatado pero en honor a Dios.
El resultado fue el fracaso personal, el descalabro familiar, la ruptura de Israel y eventualmente provocaría la amenaza casi cumplida de la desaparición del pueblo judío por medio de Amán, el descendiente de Agag que sobrevivió a pesar de que Dios había dicho que ninguno de Amalec viviera.
Sí, buenas intenciones tenía el rey, buenas excusas se inventó, muy “religioso” pretendía ser a pesar de contradecir a Dios, porque él dijo: "El pueblo perdonó la vida a lo mejor de las ovejas y de las vacas, para ofrecerlas en sacrificio al Eterno tu Elokim." (1 Shemuel / I Samuel 15:15).
Oh sí, el era religioso, no era culpable de nada, eran los demás los que hacían mal. Él tenía intenciones muy religiosas, quería elevar buenos sacrificios en honor a Dios, al mismo Dios que le había ordenado que no trajera esos animales, que nada quería de allí… pero Saúl pretendía saber mejor que Dios lo que era bueno.
Añadió al mandamiento de Dios, con la excusa de que era para mejor servir a Dios.
La clara respuesta de Dios fue: "Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría. Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, Él también te ha desechado a ti, para que no seas rey." (1 Shemuel / I Samuel 15:23).
Así es, las buenas intenciones no cuentan cuando se hacen traspasando los límites impuestos por Dios.
El religioso, ese que añade lo que nadie le exige ni quiere, termina por despreciar a Dios, de tanto que dice amarlo.
Eso pasa tan a menudo, a cada rato.
Aunque no lo creas, la mayoría de los idólatras no están en ese estado de carcoma espiritual a causa de la rebeldía y oposición a Dios, sino porque de tanto “amar” a Dios sin conocimiento cabal y sin educación para dominar a sus EGOs, terminan andando por la senda de la derrota, del mal, de la enajenación, de la negación de Dios.
¡Terrible! Cierto.
Recuerda, la religión nace cuando se carece de sentido de lo espiritual.
¿Te pasa a ti?

Otro ejemplo de las santas escrituras del pueblo judío.
El profeta Jonás fue enviado por Dios a la gran ciudad para advertirles de que si no se arrepentían de su mal proceder, Él los destruiría pronto.
El profeta por varios motivos prefirió desoír a Dios (tampoco son tema de este estudio, así que no los pidas encontrar aquí).
Sin embargo Dios forzó al profeta a cumplir con su misión.
La gente de Nínive se arrepintió, el espantoso castigo no fue enviado, miles se salvaron del desastre gracias a la poco simpática intervención del profeta.
Éste, en vez de celebrar que miles no murieron, se enfadó.
En lugar de festejar que por un instante muchos gentiles encontraron el camino correcto al Eterno, el noajismo, se ofuscó.
El profeta se enojó muchísimo con… Dios.
¿Por qué?
Él mismo lo dice: "Porque sabía que Tú eres un Elokim clemente y compasivo, lento para la ira, grande en misericordia y que desistes de hacer el mal. Ahora, oh Eterno, por favor, quítame la vida, porque mejor sería mi muerte que mi vida." (Ioná / Jonás 4:2-3).
¿No te parece increíble?
A Jonás le molesta que Dios sea compasivo, que perdone, que no castigue al que se arrepiente, que tenga piedad del pecador –incluso aunque no crea en Él-.
¿Cómo se atreve Dios a actuar de esa manera tan bondadosa?
Tal sería la queja amarga del profeta.
Para vivir de esta manera, mejor la muerte, confiesa el profeta.
¿De qué vale una vida cuando Dios es misericordioso hasta con pecadores, que ni siquiera llegan a creer en Él, pero se arrepienten de la maldad que hicieron y prometen no volver a cometerla?
Para vivir así, mejor morir… ¿te parece amigo lector?
Yo creo que no, pero bueno… de esta clase de religiosos abunda el mundo. Los fanáticos religiosos, que nuevamente por carecer de sentido espiritual se enfrascan en teología, rituales, dogmas, extremismo, odio… desprecian al hombre, desprecian a Dios.
Jonás tenía “buenas intenciones”, no hacia el prójimo gentil, pero sí hacia Dios. Al menos eso era lo que él creía.
Para él era indispensable que esos malvados gentiles tuvieran fe en Dios, e incluso que fueran sacrificados, ¡aunque hubieran comprometido su honor a no volver a maltratar al prójimo!… con tal de que Dios fuera alabado y adorado por todos los demás, tal y como Jonás tenía en mente que debía ser.
Sus buenas intenciones, su religiosidad, le nubló el entendimiento, le oscureció el corazón, le llevó al fracaso.
Con ironías muy finas el relato del libro nos demuestra que a Dios en poco agrado ese extremismo, ese dogmatismo, esa religiosidad.
Dios prefirió el sincero arrepentimiento, aunque motivado por el miedo a la destrucción, de los idólatras de Nínive antes que el cuadrado fervor religioso del profeta.
Recuerda, la religión adora ídolos –aunque lo llamen Dios, el de Israel, el único-; la espiritualidad conecta con Dios.
¿Qué es lo que haces tú?

Ejemplos, podemos seguir mentando, pero hasta aquí por hoy.

En nuestra época, ¿qué pasa con los noájidas que sienten que “deben” bucear en Torá, enroscarse en supuesta Kabbalah (porque a la verdadera te aseguro que ni siquiera la rozarán) y fraguados “centros” cabalisteros, judaísmo en varios sabores y colores, sectas jasideas, supuestas conversiones al judaísmo, ponerse nombres en hebreo o algo que suena parecido, en refunfuñar para añadir mandamientos “de la Torá” a los Siete que ciertamente ha dado Dios para los noájidas?
Esos noájidas que bailotean y saltan de sitio web en portal judío o que parezca tal, que ponen candelabros y estrellas en sus perfiles personales, que compran libritos y libretes, que se inscriben en cursos y seminarios, que se la pasan mensajeando noticias de Israel o de rabinzagos aquí y allá, que repiten como lelos lo que rabinos o gente que se hace pasar por tal predican… ¿qué vacío emocional y corruptela mental tratan de llenar con estas buenas intenciones plagadas de ignorancia supina?
(Sí, los que estamos estudiando sabemos que es el EGO lo que se encuentra por detrás, pero no nos quedemos con la respuesta simple y cierta. Indaguemos un poco más.)
¿No siguen el mismo patrón de los bien intencionados que a lomos de la ignorancia acarrean el desastre?

¿Quien se anima a continuar este artículo?

No a la religión

La religión es la subversión de la espiritualidad.

¿Subversión?
¿Qué es eso?
¿Acaso una versión minimalista o inferior de algo?
¿Quiere decir que la religión es como una versión mínima, básica, de la espiritualidad?

¡Ciertamente NO!
La idea es que la religión es lo que mina, socava, destruye, corrompe la espiritualidad.

El diccionario nos dice:

f. Inversión,desestabilización o revolución de lo establecido.
(Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe)

Interesante, al menos así lo veo yo.

Pero… ¿será cierta esta apreciación?
¿Tú también consideras que la religión invierte, desestabiliza, revoluciona, demuele, afea, perjudica lo espiritual?

Veamos.

¿Qué es religión?

El mismo diccionario que consultamos anteriormente nos trae:

  • f. Conjunto de dogmas,normas y prácticas relativas a una divinidad.
  • Cada una de las diferentes doctrinas según dichas creencias.

A lo cual podemos añadir la visión a partir de la etimología de la palabra, para descubrir qué significa en su origen:

  • Los que indican que en latín re-ligare es “volver a atar, volver a vincular”.
  • Los que expresan que re-ligare es “atar fuertemente a alguna deidad por medio de manipularla con rituales preestablecidos”.

Ambas ideas son absolutamente contrarias a lo que es la espiritualidad, y por tanto no tienen relación real  ni con el judaísmo ni con el noajismo.
En nuestro saber no existe un corte del lazo que vincula a Dios con el hombre. Nunca jamás esa esencia espiritual divina que hace parte del hombre deja de existir. Nuestro Yo Esencial es nuestro puente constante, sin cortes, sin interrupciones. 
Judaísmo y noajismo NO SON religiones, ni lo pueden ser, aunque muchos por confusión o modismos lingüísticos así las denominen.

Pero, el supuesto corte del lazo sagrado sí está expresado y es sustancial en la fantasía de todas las religiones, particularmente (y la que conocemos más por su vecindad) entre los cristianos en todas sus vertientes (sí también de esos que se hacen pasar por judíos, sea como mesiánicos, netzaritas, notzaritas, ebionitas, sefaraditas renovados, seudo bnei anusim, noájidas creyentes en yeshua-jesús-jebús, entre otras tantas sectas). Para ellos el “pecado original” constituye un quebrantamiento de todo hombre. Todo hombre nace pecador. Todos hemos caído a causa del pecado original. Sin la acción ritual, o sin la fe, según la doctrina, el hombre está abandonado de Dios, está solo, está en pecado, es hijo del infierno, está sin salvación. Por lo cual, necesita la religión, precisa de la fe, es indispensable que se subordine a su “salvador” y a los emisarios del mismo, para que sea “salvo”, para pueda ser un “hijo de Dios”.
Esta patraña nociva, este mito barato, este veneno mortal, es lo que sustenta a la religión. En todo contrapuesto a la espiritualidad. Falsifica la esencia de la persona, sustrae la Presencia de Dios del mundo, instala la necesidad mentirosa de “salvadores” mágicos. Esa tosca manipulación es la religión, todas ellas.

En la otra punta, en las antípodas, en el lado luminoso de la vida, se encuentra el entendimiento y aceptación de la propia identidad espiritual: sea como noájida, sea como judío.
No tenemos que hacer malabarismos, ni manipular, ni amenazar, ni maldecir, ni presionar, ni pactar, ni negociar, ni esclavizarse, para admitir que TODOS somos hijos de Dios, TODOS, sean personas que compartan la “fe verdadera”, o no. Sean que actúan bien o no. Sean amigos o lo contrario.
Para nosotros todos somos hijos de Dios, algunos lo saben y se comportan como tales. Otros lo saben pero se comportan de otra manera. Otros no lo saben ni se comportan como debieran (gentiles al cumplir sus Siete Mandamientos, judíos al cumplir lo que pueden de los 613 mandamientos de la Torá).

Nosotros no andamos enfocados en rituales, ni en manipular a dioses y hombres.
No condenamos a infiernos, no amenazamos con maldiciones, no provocamos el desaliento, no vendemos falsas ilusiones, no damos vacías esperanzas.
Andamos por la vida haciendo el bien y la justicia, tal como se nos ha indicado.

Cuando nos dejamos de alimentar espiritualmente, es que recurrimos a la religión.
Todo aquel que está vacío de espiritualidad, se hace toscamente religioso.
Se fanatiza, el esbirro del EGO, porque se siente desprovisto de la Luz divina.

Por supuesto es un tema muy interesante, pero creo que ha sido suficiente por el día de hoy.
¿Tú que crees?

Amar la verdad y la paz, remedio para Tishá beAv

Como es habitual en nuestro sagrado HOGAR FULVIDA, te traigo rico y sano pan espiritual. Cocinado con amor y conocimiento para nutrir de eternidad tu espíritu, con el buen alimento apto y beneficioso para tu identidad como noájida.
En esta ocasión me centraré en una fecha triste del calendario JUDÍO, el ayuno del día 9 del mes de Av.
Es un día cargado de recuerdos de tragedias ocurridas a la nación judía, pero que en cierto modo tienen su repercusión negativa para todo el mundo, en particular para aquellos de los gentiles que anhelan un mundo de Shalom a la Luz del Eterno (los noájidas conscientes y activos).
Te invito a aprender juntos un poquito más, tanto de algunas temáticas relativas a la sección semanal de lectura de Torá en la nación judía, como acerca de esta oscura fecha.

Seleccionamos de la parashá –lectura semanal de la Torá judía- DEVARIM

1. Recordar el pasado, planificar el futuro, pero vivir a plenitud el presente.

2. El caos es enfermedad, el orden conlleva salud, progreso, bienestar, desarrollo.

3. Todo tiene su tiempo y lugar, conocerlo y aceptarlo es bueno.

4. El quebrar los sanos límites, aunque sea con el pretexto de las buenas intenciones, no suele concluir positivamente.

5. Autoestima, conocerse, apreciarse, valorarse, conquistar sus partes oscuras y aprovechar sus capacidades al máximo posible.

6. Tomar ejemplo de personas ejemplares.

Tishá beAv

Esta semana que está por comenzar (desde la anochecer del 8 a la noche del 9 de agosto) recordamos y volvemos a significar Tishá beAv.

Cada año los judíos, y los amigos de la nación de Dios, regresamos a un estado de dolor, de abandono, de falta de esperanza, de ruina, de impotencia al recordar el error provocado por diez de los doce exploradores (Bemidbar/Números 13-14), y por la destrucción del primer y segundo Templo para el Eterno en Ierushalaim con la consiguiente catástrofe personal y colectiva, además de otras intensos pesares que giran en torno a esta lamentable fecha.

Así está diagramada nuestra vida, para que tenga cumbres y valles, planicies y mesetas, ascensos y descensos, además de la rutina monótona.

El 9 de Av está marcado por la historia del pueblo judío y por su carga energética como el polo de negatividad para la nación judía.

Sin embargo, está llamado a ser un día de regocijo y de reencuentro, de plenitud, según nos testimonia nuestra Tradición, cuando sea la Era Mesiánica. Tal cual dice el profeta: "’Así ha dicho el Eterno de los Ejércitos: ‘Los ayunos del mes cuarto, del quinto, del séptimo y del décimo serán convertidos en ocasiones de gozo, alegría y buenas festividades para la casa de Yehudá. Amad, pues, la verdad y la paz." (Zejariá / Zacarías 8:19).
En esta palabra del Eterno está la clave: Amar la verdad y la paz.
Lo que es nuestra consigna, nuestro lema –en verdad, es más que meras palabras-, la presentación de los noájidas afiliados a FULVIDA: construir Shalom.

No esperar sentados que las cosas se resuelvan, no llorar por lo perdido, no dormir esperando milagros, sino actuar con pasión, con integridad, con dedicación, hacia la meta de construir un mundo de verdad y shalom.

En palabras de la parashá de la semana: "Mirad, Yo he puesto la tierra delante de vosotros. Entrad y tomad posesión de la tierra que el Eterno juró a vuestros padres Avraham, Itzjac y Iaacov, que les daría a ellos y a sus descendientes después de ellos.’" (Devarim / Deuteronomio 1:8).

La tierra prometida, un mundo mejor, está puesto ante nosotros, ahora tenemos que dar el paso, los pasos necesario para entrar y tomar posesión.
No podemos quedarnos a la espera, lamentándonos, quejándonos, reclamando, exigiendo, manipulando. Es cuestión de asumir nuestro rol y hacer nuestra parte.

Es muy lindo mandarse la parte de “creyente”, de “sabelotodo”, de “defensor de Dios”, de “misionero noájico”, de “cruzado noájida”, pero no deja de ser una apariencia, una postura, exterioridad…
La meta, el sentido, la razón de ser, no es permanecer en razonamientos o creencias, sino aventurarse a desarrollar a plenitud todo nuestro potencial. Alcanzar el máximo a lo que podemos aspirar. Estudiando, sí, pero especialmente llevando a cabo una vida de integridad, de ética, de dedicación, de construcción de Shalom.
El resto es palabrería, que pudiera resultar simpática, buena, bien intencionada, pero solamente palabras sin acción.
Cuando a las palabras se las llena de actividad proactiva, estamos haciendo lo que hemos sido llamados a hacer.

Está en ti ser socio de Dios, o meramente un parlante que difunde “la palabra de Dios”, al estilo eclesiástico, evangélico, misioneril, pordiosero…
Está en ti dar una mano para atraer la Era Mesiánica con su plenitud, o simplemente sentarte a llorar y a quejarte, a la espera de que sean otros los que hagan tu parte.

 

Relato: El jasid shoté

El maestro y el alumno iban por un camino en un día de fuerte lluvia. Al llegar a un arroyo, se encontraron a una joven belleza con su pie atorado, al tiempo que el agua subía y ya amenazaba alcanzar su cuello.
Veloz como un rayo, el maestro socorrió a la muchacha, destrabando su pie, alzándola en brazos y llevándola a un terreno seguro.
Al confirmar que estaba bien, el maestro continuó su camino, seguido por un meditabundo alumno, unos pasos rezagado. Así anduvieron hasta la noche, cuando se alojaron en un hostal. Entonces el muchacho no se pudo contener y espetó: “Nosotros somos ortodoxos, no debemos tocar mujeres que no sean nuestras esposas. Usted no solamente tocó a una muchacha, sino que la abrazó y cargó varios metros apretada a su cuerpo. Está prohibido, va contra la halajá (normativa judía), es pecado terrible… ¿Por qué hizo usted eso? ¿Cómo puedo volver a confiar en usted como mi maestro de Torá?”.
El maestro respondió: “Ah querido jasid shoté –piadoso tonto- tú crees saber de halajá, y me juzgas desde tus prejuicios e ignorancia. Demuestras que no tienes idea de las leyes pero tampoco de lo más básico de la vida. Conozco la ley y la he cumplido, pero además, yo dejé a la chica allá atrás, pero ¿tú todavía la estás cargando?”.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cuál crees que es el concepto de “jasid shoté” –piadoso tonto- que está sindicado en la ley judía y a quién se aplica?.

2. ¿Por qué te parece que hay gente que es rápida para prejuzgar negativamente a los demás?

3. ¿Cómo educar a las personas a ser tolerantes sin ser por ello cómplices de lo malo?

4. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

5. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

Ante Dios y los hombres

Como es nuestra sana costumbre, comparto contigo esta semana otra enseñanza válida para la espiritualidad noájica a partir de las enseñanzas de la Torá (judía) en su lectura semanal pública (la parashá semanal).

Como sabes, pues hemos enseñado al respecto, es correcto que el noájida estudie aquello de Torá que puede serle de beneficio para desarrollar su vida a plenitud como noájida. Sin embargo, NO ES el estudio de Torá un requisito indispensable, esencial, fundamental para el noájida, pues el Eterno ha provisto otro camino para el perfeccionamiento y elevación del noájida.
Sin embargo, cuando al noájida se le provee de los conocimientos idóneos que surgen de la Torá, a través de la instrucción apropiada por parte de maestros judíos conocedores tanto de judaísmo como de noajismo, es un encuentro agradable.
Pero recuerda, no todos los judíos, ni siquiera todos los rabinos, tienen conocimiento acerca de las cuestiones noájicas, a veces tan solo una idea superficial, pero que se ve teñida gruesamente por preconceptos, tanto acerca de lo que es un gentil como de lo que es la vida sin la Torá. Por tanto, para que el maestro judío aporte buen material, que no dañe el espíritu del noájida, es medular que tenga conocimiento cabal de lo que significa en su esplendor y belleza la identidad espiritual noájica, sin verlo con las gafas del gueto mental, sino con la amplitud de la humanidad multicultural, tal como la ha llevado a ser la intervención divina.

Es un tema que puede resultar confuso para algunos, complicado, de difícil delimitación.
Otras veces los prejuicios ganan al razonamiento.
Sin dudas que el EGO con sus trampas múltiples juega un importante papel a la hora de trastocar el orden, puesto que el caos es un caldo de fermento para el EGO.
Así pues que te dejo planteada la idea, para que medites, para que indagues, para que sigas creciendo en verdad y no en confusión “sagrada”.
Tienes mucho buen pan espiritual a tu alcance en este santo HOGAR, puedes alimentarte y crecer gratuitamente, luego verás cómo hacer con lo que aprendas.

Ahora, en concreto sobre el texto que el pueblo judío lee públicamente esta semana, te cuento que está escrito en la parashá:

… luego volveréis y seréis libres de culpa ante Hashem e Israel…
(Bemidbar / Números 32:22)

El Talmud (Ierushalmi, Shekalim3:2) enseña:

"Dijo Rabbí Shemuel bat Najmani, dijo Rabbí Ionatan: ‘Tanto en la Torá, como en los Nebihim (Profetas), como en los Ketubim (Hagiógrafos) -es decir, en todo el TaNa"J- encontramos que el hombre debe hacerse responsable de sus actos frente a las criaturas, tal como lo debe hacer frente al Eterno’"

Es común encontrar gente que presume de ser “santos” por “creer” en Dios. Que se vanaglorian de ser “religiosos”, por llevar una vida de aparente perfección que se manifiesta al mentar a la deidad a cada rato, por expresar conceptos enrevesados, por mutilar palabras hebreas en sus aburridos discursos, por ser inquisidores con los que no tienen la “estatura” como para creer en Dios.
Son los religiosos, que siguen el modelo de las sectas, iglesias, congregaciones de creyentes que dicen tener a Dios en sus vidas, sentir fuegos divinos, estar inspirados por sueños proféticos, ser estudiosos de Torah y Kabbalah, gente religiosa que son condenados esclavos de sus EGOs, pero igualmente bailotean para hacerse ver ante los demás como la cúspide a la que debe aspirar cada humano.
En el fondo, o ni tanto, esta gente está lleno de religión pero vacía de espiritualidad.
Son pozos secos, sin agua viva, que se embuten de ritos, palabrería, condenas, seudo profecías, misticismos, adoraciones a rabinos y otros santos, porque carecen de la percepción de su unión santa con el Eterno.

Están también los del otro extremo. Aquellos que se pueblan de la falsa misericordia del humanismo. Los que se dicen “progresistas”, que rechazan a cualquier dios, en especial al Uno y Único, para adular terroristas, malandrines, gentuza variopinta . Los que persiguen a los judíos y al judaísmo, pero no son antisemitas, porque ellos son anti imperialismo israelí, ellos son luchadores por la paz y la justicia, de acuerdo a sus podridas ópticas corrompidas por la falta de ética espiritual.
Son ateos, porque tienen demasiado orgullo como para admitir la Presencia de Alguien superior.
Son ateos, porque están hundidos en sus EGOs, atrapados por sus mentiras, por sus delirios intelectualizados.
En realidad, son fervientes creyentes de sus EGOs, de sus falacias, de sus líderes, de los que manchados de sangre inocente predican ser emisarios de la paz.

Ambos extremos se tocan, a pesar de aparentar ser diferentes e irreconciliables.

El hombre de Verdad, ama la justicia, hace el bien, es leal al Eterno.
Se para con firmeza sobre los pilares de conocer que Dios existe, sin complicarse en religiosidad; y en el de que es imprescindible construir Shalom con el prójimo, empezando por el interior de cada uno.

Es bueno estar en armonía interna y externa.
De comunión con Dios y con el prójimo.

Esa es la meta a la que debe aspirar toda persona.

La de una salud integral, multidimensional, que repercuta en el avance personal, colectivo, ecosistémico.

Es una tarea que Dios te propone, eres tú quien debe llevarla a cabo, o fracasar y dar excusas que justifiquen lo que no tiene justificación.

Imitatio Dei: actuar como Dios

En más de una oportunidad los hombres de Dios señalaban lo siguiente:

«Los ídolos de ellos son de plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen;
tienen manos, pero no palpan; tienen pies, pero no andan; no emiten sonido con sus gargantas.
Como ellos, son los que los hacen y todos los que en ellos confían.»
(Tehilim / Salmos 115:4-8)

(Ver también, en traducción de judíos respetuosos de los mandamientos, Salmos 135:18; Isaías 44:9-20; Jeremías 10:8; Jonás 2:8; Habacuc 2:18-19).

Podemos sintetizas brevemente la idea central con un par de frases para recordar toda la vida:

Así como los hombres, sus dioses.
Así como Dios, Sus leales.

¿Así como Dios Sus leales?
Pero… ¿eso es posible?
Si Dios es completamente diferente a todo lo creado, si Él es inalcanzable e incomprensible… ¿ser como Dios?

Exactamente eso, ser como Dios, lo cual es un mandamiento para los judíos (mitzvá 434), en tanto es un ideal bonito para los noájidas que son conscientes y activos de su santa identidad espiritual.
Lo que se conoce como “imitatio Dei”, “imitación de Dios”.
Tal como el mismo Dios ha expresado:

«Lalejet bejol derajav uledovka bo – Andar por todos Sus caminos y apegarse a Él»
(Devarim/Deuteronomio 11:22)

Y:

Ajarei Hashem Elokeijem teleju – En pos del Eterno, su Elokim, andarán”
(Devarim/Deuteronomio 13:5)

Y:

«Vehalajta bidrajav – Andarás en Sus caminos»
(Devarim/Deuteronomio 28:9)

En palabras del Talmud:

“Hacer como hace el Eterno.
Así como Él viste a los que no tienen ropa, uno debe vestir a los que no tienen ropa…
Así como Él visita a los enfermos, uno debe visitar a los enfermos…
Así como Él consuela al que está de luto, uno debe consolar al que está de luto…
Así como Él entierra a los muertos, uno debe enterrar a los muertos…
El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”
(Sota 14a).

Notarás que los ejemplos que pone el Talmud no son del ámbito “religioso”, no implican ser como “dioses”, ni ser ritualistas, ni vestir de tal o cual manera.
Explícitamente se trae a colación acciones concretas que Dios hace en favor de personas.
Tal como Dios favorece a los necesitados, así debes vivir tú.
Lo que pide Dios es lealtad, por supuesto, pero una vida de ética, de constante construcción de Shalom.
Así como Dios, Sus leales.

En esta línea de conducta ética, de valoración de la relación entre los individuos, es que determinó Maimónides en su Mishné Torá, Hiljot Matnot Aniim, capítulo 1, ley 9.
Atiende, por favor.

“No se rechaza al idólatra que viene a buscar de la caridad, sino que vienen a recibirla junto a los de Israel, y reciben porque actuamos de modo pacificador”

Y, en Mishné Torá, Hiljot Matnot Aniim, capítulo 7, ley 7:

“Se les da sustento y abrigo a los idólatras pobres junto a los pobres de Israel, porque actuamos de modo pacificador”

Y, en Mishné Torá, Hiljot Ebel, capítulo 14, ley 12:

“Se entierra a los idólatras, y se consuela a sus deudos, y se visita a los enfermos idólatras, porque actuamos de modo pacificador”

Y podríamos seguir citando al gran maestro al respecto, pero creo que ya es más que evidente la dirección de la ética requerida del judío, y que es oportuna asumir por el noájida.
Tomar en consideración al necesitado, respetar al prójimo, aunque detestemos y aborrezcamos su conducta y sus podridas creencias.
Es nuestro deber eliminar la idolatría, hasta sus rastros más pálidos, para lo cual podemos destruir, burlarnos, y otras cosas más, porque a la idolatría se la debe despreciar, cero respeto hacia ella. Pero al idólatra, a ese que está perdido, no tenemos más que considerarlo un hermano perdido, al cual es menester ayudar. Sea que lo consideremos pecador o no.
No así con el incitador, aquel que adrede, con todo conocimiento, con rebeldía contra Dios, difunde y promueve el ilícito, la ilegalidad, la inmoralidad, la rebelión, la idolatría, el odio. A esta clase de gente, se la ha de condenar sin pausa, no concederle paz, todo dentro de la ley. Porque no se puede ser misericordioso con aquel que se debe ser estricto, porque al final terminan sufriendo los inocentes injustamente.
Por tanto, a la inmensa mayoría de gente atrapada en la idolatría debemos ayudarla, cuidarla, respetarla, en lo posible orientarla hacia la Luz, la libertad, para que despierten su conciencia y rompan sus cadenas religiosas. Con amor y paciencia. Pero al misionero, al que voluntariamente se disfraza para promover el mal, la idolatría, a ese hay que negarle la ayuda, procurar que sea detenido dentro de lo que marque la ley (mitzvot 517, 518 y 519 para los judíos).
En palabras de la sagrada Torá:

«Pero el profeta que se atreva a hablar en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá.»
(Devarim / Deuteronomio 18:20)»

Y con más detalle, que se percibe con claridad un boceto de las acciones y métodos del misionero, el falso judío, el noajuda, en estas líneas:

«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.
‘Cuando se levantará en medio de ti profeta o soñador de sueños, y te dé una señal o un prodigio,
y se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de dioses ajenos’ -que tú no conociste- ‘y sirvámoslos’,
no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el Eterno vuestro Elokim os estará probando, para saber si amáis al Eterno vuestro Elokim con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
En pos del Eterno vuestro Elokim andaréis, y a Él temeréis. Guardaréis Sus mandamientos y escucharéis Su voz. A Él serviréis y a Él os adheriréis.
Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el Eterno vuestro Elokim que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el Eterno tu Elokim te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti.

‘Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer, o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: ‘Vayamos y sirvamos a dioses ajenos’ -que tú no conociste, ni tus padres,
dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro extremo de la tierra-,
no le consientas ni le escuches. Tu ojo no le tendrá lástima, ni tendrás compasión de él, ni lo encubrirás.
Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la primera sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.
Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte del Eterno tu Elokim que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
Y todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1-12)

Son mandamientos duros, para los judíos, que sirven como referencia para los noájidas.
Realmente duros, Dios no quiere el mal de las personas, ni siquiera de las perversas, particularmente cuando son miembros de la casa de Israel –como los casos descritos en estos dos párrafos anteriores-. Pero, cuando las personas son un cáncer mortal, que corroen y corrompen, cuando adrede van por la vida destruyendo vidas, cortando el camino de la espiritualidad, perturbando el orden cósmico, adulterando la espiritualidad con religión, y todo esto de forma consciente y malévola, Dios no puede admitir misericordia, porque Sus hijos son los que están en grave riesgo.

(Toma en cuenta que estos mandamientos no se aplican con pena de muerte en la actualidad, y que deben ser sometidos al escrutinio de la ley, no del mero deseo o parecer personal. No actúes apresuradamente al condenar, no seas como los fieles a dioses de mentira, que insultan, amedrentan, amenazan, condenan al infierno, hacen terrorismo, asesinan en nombre de sus deidades).

Como dijera el inspirado salmista:

«¿Acaso no aborrezco, oh Eterno, a los que Te aborrecen y contiendo contra los que se levantan contra Ti?
Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos.»
(Tehilim / Salmos 139:21-22)

Sin embargo, el salmista también dijo:

«Sean exterminados de la tierra los pecados, y que los impíos dejen de serlo.»
(Tehilim / Salmos 104:35)

Porque la guerra del siervo del Eterno no es contra hombres, contra gente ingenua, torpe, cómoda, petulante, que se dejan corromper y son siervos del EGO.
La guerra es contra el mal, por tanto, contra aquellos que a sabiendas y conscientes son rebeldes contra Dios e impulsan lo negativo. Adoran al EGO y desean imponer el imperio del mal sobre la tierra.

Como compruebas, hasta a los idólatras se les debe respetar en su condición humana, darles caridad, ayudarles, porque son creados a imagen y semejanza del Eterno. Si bien ellos con sus creencias, pero especialmente con sus conductas se ponen en la senda incorrecta, no por ello dejan de ser hermanos, gente necesitado, y a causa de la construcción del Shalom también deben ser atendidos en sus necesidades básicas.
Porque esa es la idea, como te repito lo ya citado de Sota 14a:

“El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”

Entonces…

¿Juzgar severamente a alguien que tiene un comportamiento ético, que es bueno y justo, pero no cree en Dios, es lo que Dios hace y nos comanda hacer?
¿Dios es un energúmeno impotente que maldice a quienes no Le conocen, porque carecen de educación o capacidad emocional, o la oportunidad como para conocerLo?
¿Tan pequeño hacemos a Dios?
¿Tan vanidoso y torpe, que condena a la nada a los que no tienen el grado de creencia sincera en Él?

¿Acaso Él dejará desvalido al que nació y fue criado en un hogar de gente no respetuosa de Dios?
¿Tan malvado es Dios?
¿Tan oscuro en nuestro deseo?
¿Así somos, que así imaginamos a nuestros dioses?

Yo por mi parte, confieso: ¡Ese NO ES mi Dios!
Tampoco es, según hemos visto en las citas más arriba mencionadas, el Dios de la Torá (judía), ni el Dios del noajismo, sino que parece más bien una caricatura de hombre asediado por la inseguridad, por la baja autoestima, por el anhelo de ser vitoreado o sufrir el anonimato.

Es más, mira lo que el Talmud Ierushalmi expresa:

“Dice Dios: que me dejen a Mí pero que no abandonen el cumplimiento de los mandamientos, porque de cumplir con ellos sin creer en Mí, eventualmente terminarán también por creer en Mí… (lamed Torá shelo lishmá shemitoj shelo lishma at ba y etc.)”
(T.I. Jaguigá perek 1 halajá 7)

(El texto que se abre al hacer clic aquí más que recomendable es fundamental de leer, conocer y aprender.)

Impresionante, ¿no?
Seguramente que el que se ha criado en un hogar “religioso” (y por tanto muy pobre en espiritualidad), renegará de tal afirmación divina.
¿Cómo Dios prefiere que la gente no sea creyente en Él, siempre y cuando se comporten con la ética adecuada tal cual Él la expresó?
Para el “religioso” esto es algo incomprensible.
Pero para el que ha bebido del manantial de la espiritualidad es claro.
Dios no es un enano rencoroso, pendiente del aplauso ajeno, inexistente si no hay una cohorte de zánganos bailoteando alrededor.

Dice el profeta de la Verdad:

«porque soy Elokim, y no hombre»
(Hoshea / Oseas 11:9)

Tal cual.
Es Dios, no un patético mortal.
No hijo de mujer.
No alguien que nace, sufre y muere.
Es Dios, aunque no nos entre en la cabeza (y está bien que así sea).
Es incomparable. Por ello los místicos le han denominado “ein sof – sin fin”, “el infinito”. Pero se han atrevido a decirLe “ain” – “nada”, porque es absolutamente incomprensible Su esencia, no tenemos herramientas para penetrar siquiera un poco el carácter de Su existencia.
No es hombre… ¿oyeron creyentes en colgados?
Pero tampoco es hombre, para decirle a los que lo reducen a ser como uno más, a pensar como nosotros, a necesitar como un hijo de mujer, a disfrazarse como otro “religioso”.

Ya lo advirtió el profeta:

«¿Quién es sabio para entender estas cosas, y prudente para que las conozca?
Ciertamente los caminos del Eterno son rectos, y los justos andarán por ellos.
Pero los rebeldes tropezarán en ellos.»
(Hoshea / Oseas 14:10)

Esos “religiosos” que en realidad son pobres espiritualmente, que son rebeldes en contra de Él, porque carecen de ética, tropiezan a cada rato en los mandamientos del Eterno.
Para que no nos demos cuenta andan por la vida prohibiendo lo permitido, encerrando la alegría, inventando excusas, usurpando vidas, negando el potencial de cada ser.
Pero los que confían en verdad en el Eterno, andan por los caminos correctos, aunque parezcan menos “santos” que los “religiosos”, su conducta es impecable, su corazón limpio, sus manos abiertas para saciar al necesitado para compartir con el maestro.

Confiar en Dios, más que “creer” en Él, es un mandamiento para el judío, no así para el noájida.
Y sin embargo, a Dios no le da inconveniente decir que Lo dejemos a un lado, junto con todos las reglas que incumbe a esto, siempre y cuando no dejemos de ser éticos, de construir Shalom, de ser buenas personas con el prójimo.
Claro que esto no es el ideal.
El ideal es ser leal con el cumplimiento y poseer una fuerte confianza en Él.
Saber que Él existe, opera, supervisa, recompensa, etc. Por supuesto que es importantísimo, pero a la hora de la hora, Dios está por encima de nuestra mediocridad y aplaude a quien es ético mucho más que aquel que vive como un salvaje pero plagado de religiosidad.

A Dios no Le cambia ni un milímetro si crees en Él o no.
Pero si le cambia a tu prójimo si actúas con bondad y justicia, como constructor de Shalom o no.
Por supuesto que confiar en Dios es mucho mejor, no lo niego ni un poquito, pero a la hora de la hora, ¿es eso lo que Dios valora como principal?

Si leemos el capítulo primero del profeta Isaías comprobamos que Dios detesta a los “religiosos”, gente que tiene la palabra “dios” en sus bocas, saltan en alabanzas, hacen rituales, sacrifican animales, se pasean por templos, se visten con ropas de “religiosos”, son convidados en todos los festivales, pero carecen de ética, destratan al prójimo, se mofan de los mandamientos entre el hombre y el prójimo, y por eso son “religiosos”, descarados, que representan todo el show, con restricciones insoportables (jumrot) incluidas, pero a la hora de la verdad son vacíos.
Dios no quiere religiosos, no le hace mella si crees en Él o no, aunque para los judíos es un mandamiento saber que Él existe.
Eso no es lo principal, en el razonamiento de Dios, no en el de este modesto maestro.
Atiende:

«Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá / Isaías 1:16-17)

No dice que usen cabeza cubierta, ni que vistan “gracioso”, ni que bailoteen, ni den plata al líder religioso, ni digan “amén”, a cada rato, ni que sean “creyentes”.
Tampoco que se congreguen en fiestas sabáticas, ni se hagan pasar por sabios de Torá, ni comercien con “Kabbalah”.
Nada de eso.
¿Qué es lo que pide?

Pide ética, respeto por el prójimo, amor por el prójimo, vivir una vida de construcción de Shalom.

Reitero, amar a Dios, saber de Su existencia, claro que es estupendo, son mandamientos para los judíos.
Pero de poco valen cuando se maltrata al prójimo, se condena al inocente, se oprime al necesitado, se actúa con maldad.

Cumplir con los mandamientos, aunque no se crea en Dios… suena paradójico, pero es lo que se expresa en estos textos sagrados.
Y si esto es así para los judíos, a los que Dios ha escogido y sometido a un peso de 613 mandamientos, y demanda que sepan que Él existe, y demanda que Le amen, y demanda tantas otras cosas… ¿acaso no será así para los noájidas, a los cuales Dios no mandó saber acerca de Él, ni de amarLe, ni de atenderLo constantemente, ni ningún otro mandamiento por el estilo?

Así:

«¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim.»
(Mijá / Miqueas 6:8)

Esa es TODA la ciencia del espíritu: ser justo, ser bueno desinteresadamente y actuar con humildad ante Dios.
Si alguno no cree en Él pero es bueno, es justo y no blasfema ni adora deidades… ¿acaso está por la senda incorrecta o va en el rumbo correcto?

Gracias a Dios, Él no juzga con la severidad y pocas luces con que hacemos los humanos.
Porque Él escudriña los rincones del corazón, conoce hasta los pensamientos que nosotros desconocemos de nosotros mismos, evalúa con pleno saber, no anda precisando que le suban el ánimo, no es esclavo de Su ego… por ello no es rencoroso, ni vengativo… aunque las mentes estrechas lo vean así.
Porque es Dios, y no un invento nuestro.
Porque es nuestro hacedor, y no un reflejo de nuestra mediocre oscuridad.

«reconoce al Elokim de tu padre y sírveLe con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque el Eterno escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú le buscas, Él se dejará hallar; pero si Le abandonas, Él te desechará para siempre.»
(1 Divrei Haiamim / I Crónicas 28:9)

Aquel que se dedica a cumplir con los mandamientos que le competen y busca a Dios, eventualmente encontrará esa paz interior que le confirma su conexión eterna con Él.
Aquel que se rebela en Su contra, que Lo abandona, que se opone a Su autoridad, a ese es a quien Dios deja de lado. Porque Dios devuelve lo que Le dan, medida contra medida (TB Sanhedrin 90a). Si voluntariamente, a sabiendas, uno detesta a Dios, Dios le regresa lo que recibe…

Atiende:

«El Eterno se dio a conocer por el juicio que hizo; los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos. »
(Tehilim / Salmos 9:17)

Cada cual cosecha lo que siembra.
Pero la misericordia de Dios puede mitigar el dolor de la cosecha escasa y aumentar el regocijo del que Él considera merecedor de bondad.

Pero, sabemos que Él es misericordioso y si alguno es ateo o agnóstico o hasta “religioso” pero cumple cabalmente con los Siete Mandamientos (si es gentil), y con lo que puede de los 613 (si es judío), ¿acaso lo dejará desvalido?

Él sabe como es el hombre y por eso es misericordioso y no anda cancelando “entradas al paraíso” porque la persona se equivoca o no ha sido educada en el camino del bien.

Ah… ¿pero Maimónides no dice que el gentil solamente tiene parte del paraíso si cumple sus mandamientos sabiendo que son divinos?
Realmente no dice eso con exactitud. Veamos:

“Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales, se lo denomina un gentil piadoso y tiene su porción del Mundo Venidero [derivado de Sanhedrin 90a]; en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá, acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos.
Sin embargo, aquel que los hace porque les parece racionales, no se lo considera un “extranjero residente”, y no es uno de los piadosos de las naciones del mundo, sino de los ilustrados de las naciones.”
(Hiljot Melajim 8:11)

Sin embargo, en el Talmud (Sanhedrin 56a hasta 57b), que es la fuente de Torá Oral de la cual abreva Maimónides nada menciona acerca de creer en Dios, ni de admitir la divinidad de los preceptos como condición única para ingresar el gentil de conducta ética al mundo venidero.
Ni una palabra de ello.
Aunque se detiene en detalles sobre reglamentos, penas, ocasiones y otros, pero en modo alguno siquiera alude a la creencia en Dios como condición, ni a su obligatoriedad, ni a su carácter de único ticket de entrada al paraíso.

Por más datos, en la Tosefta Sanhedrin 13:2-3, y en el Talmud Rosh HaShaná 17a se menciona lo que acontece a judíos y gentiles en el mundo venidero a causa de sus acciones y méritos y no en su creencia en Dios. Y específicamente se declara que el espíritu de los perversos entre los gentiles “se evapora”, cosa que no ocurre con el espíritu de los gentiles promedio ni los justos.
Interesante, ¿no?

Comprobemos qué dice el Midrash Eliahu Rabbá –Ish Shalom- 14:

“Dijo el Santo bendito Sea a Moshé: ‘Sea judío o gentil, hombre o mujer, esclavo o sierva, si ejecuta alguno de los mandamientos obtiene su recompensa.”

En estas palabras no se expresa la obligatoriedad de creer en Dios, sino de cumplir con los mandamientos, en perfecta concordancia con lo que en la santa Tradición se dice y se repite:

“es la acción lo fundamental y no la teoría”
(Talmud, Abot 1:17)

Más aún, el Talmud (Avoda zará 2b, 3a) indica que la persona recibe su recompensa por los actos positivos que ejecuta, más allá de sus motivaciones.
Es cierto, pareciera que esto contradice a Maimónides, pero es el Talmud quien lo establece, con su autoridad mayor a la del gran Maimónides.
Maimónides es una luz, una cúspide, pero no es LA autoridad única ni última. Hay otros con similar estatura, jerarquía y dignidad que establecen otras leyes en ocasiones, y tal parece que en este punto en el Talmud hay opiniones divergentes. Esto no resta un ápice a la magnitud y valor de Maimónides, sino que lo encuadra dentro del sistema normativo tradicional del judaísmo. No hay “Papa”, ni palabra de un rabino que deba ser asumida como vinculante para todos los judíos. Por supuesto que la valía de Maimónides, el respeto que se ganó, su obra, su enseñanza, es el mérito que le hace ser una de las voces más apreciadas dentro del judaísmo tradicional. Pero cuando en el Talmud se dan otras opciones, éstas no son para descartar con impaciencia y poca sabiduría.

Así pues, Maimónides afirma lo que afirma, y en el Talmud encontramos que no es la única opción al respecto.
Es decir, el gentil que no conoce a Dios pero que sin embargo lleva una vida acorde a los Siete Mandamientos, igualmente es meritorio y obtiene su poción de mundo venidero.

Ante la disyuntiva, es preferible andar por el camino de la misericordia, de la apertura que en nada obtura el acercamiento del lejano así como el fortalecimiento del cercano.
¿Cuál es el valor práctico y trascendental de condenar a la negación de la vida eterna a aquel que actúa acorde a lo que Dios dispuso, pero que no alcanza todavía a reconocerLo como deidad única y que ordenó los mandamientos?
¿Es justo y misericordioso el apurarse a condenar y negar la “salvación” a quien vive según Dios manda, pero que no tiene la capacidad, el conocimiento, la salud emocional, como para “creer” en Dios?
Habiendo diferentes posturas, igualmente válidas, ¿es lo más acertado, es una imitación de las acciones de Dios, el expulsar de la eternidad al que podría algún día reconocer a Dios?

Yo prefiero acercar al que por ignorancia, torpeza, error, comodidad está lejano.
Es mi opción, aunque yerre o “peque”, puesto que prefiero ser denunciado ante el Juez por “amor gratuito” que por “odio gratuito”.
Es mi decisión, es lo que dentro del marco de la ley me está permitido hacer. No le pido a nadie que me siga en esto, es lo que yo escojo, tal como otros muchos más grandes escogieron anteriormente. Como dijera en otra oportunidad: «prefiero ser conocido por pecar por ahavat jinam -amar gratuitamente- y no por sinat jinam -odio en balde-«, citando al venerable Rav Kook.
Precisamente, en imitatio Dei, siguiendo el modo de proceder de Dios para con Sus criaturas.
Por tanto, en lo personal, no me mueve un pelo que se me tilde de “rebelde” o “ignorante” por no jugar al juez sabihondo y condenar a la desaparición eterna a aquel que lleva una vida ética, de construcción de Shalom, en perfecta sintonía con lo que Dios manda, pero que todavía tristemente no puede dar el pasito para aceptar la realidad de Dios.
Prefiero confiar en que cuando Dios dijo que se hiciera lo que Él mandó, aunque no se crea en Él, está bien… aunque no sea lo mejor. Porque al admitir al errado sincero, se está debilitando la oscuridad y amplificando el espacio para la Luz.
Dijo el Rav Kook:

“En verdad, toda oscuridad no es más que la Luz disminuida.”
(Orot Hakodesh 2, p. 455)

Permitamos a la Luz avanzar, abrazando al que no es antagonista, sino un espíritu puro encerrado en las contradicciones del EGO.
En tanto mantenemos a raya a los enemigos del Eterno, a aquellos malvados que adrede se oponen a Él para difundir sus maldades y ejercer su impudicia.

Habiendo expresado esto, igualmente me parece que se puede para aclarar aún mejor la postura expuestas por Maimónides, vemos que el salmista dijo claramente:

«Los impíos serán regresados al Sheol, todas las naciones que se olvidan de Elokim.»
(Tehilim / Salmos 9:18)

Sheol es la tumba, el olvido, la falta de eternidad.
Al olvido van los difuntos perversos.
De la tierra son, a la tierra regresan, sus obras no prosperan.
Además de los impíos están mentados también las naciones que “se olvidan” de Dios.
Es decir, los que habiendo encontrado el camino del noajismo escogen rechazarLo, negarLo, volver a la pudrición de la religión, obviar a Dios para halagar a sus EGOs.
Aquel que nunca tuvo la oportunidad de conocer acerca de Dios, ¡ese no Lo olvido!
(Al respecto es interesante el debate en el Talmud, Sanhedrin 105a, y en Tosefta Sanhedrin 13:2, que no reproduciremos aquí).

Así pues, por supuesto que la cima corresponde al hombre ético y que reconoce la existencia de Dios.
Sin embargo, nadie niega el valor en este mundo y en el venidero del que no habiendo podido tener conocimiento de Dios igualmente se comporta de modo ético, acorde a los Siete Mandamientos Fundamentales.

Una cosa es aquel que Lo conoció pero escogió olvidarLo.
Otra cosa es aquel que nunca tuvo la oportunidad de ser enseñado y liberado de las redes de la ignorancia y/o el error de sus mayores.

Pero cuando la persona actúa falta de ética, cuando adrede hace el mal, eso es diferente, está en desbalance interno y provoca el desequilibrio en el medio.
Cuando la persona quiebra las reglas más elementales de la convivencia, entonces ya no es cuestión de opiniones.
Algo no está bien.
Para que se comprenda, el hombre nace provisto de una Luz interna, de su esencia, de su espíritu, que es la línea directa y constante con Dios.
En ese seno se afincan los Siete Mandamientos de forma natural, sin necesidad de haber sido ordenados, sin tener que estudiarlos.
De hecho, cuando los estudiamos, cuando los aprendemos, en realidad los estamos recordando, repasando una lección antigua que quedó en lo más profundo del ser.

Por ello, cuando la persona vive de un modo carente de la más elemental ética, actuando en total y completo servilismo a su EGO, deseando y quebrando el orden sin tapujos, es un síntoma de que algo está groseramente alterado en su ser.
Es tanta la escoria alrededor de su espíritu, tanta cáscara dura y ruda impidiendo el gozo de su esplendor, que pareciera como si realmente no tuviese conexión con Dios.
Algo como lo que se puede observar en los promotores conscientes y activos de la idolatría, o en los jefes nazis, o en los miserables terroristas que no se guardan de asesinar hasta a sus propios hijos en busca de saciar sus más sanguinarios y oscuros deseos.
Este tipo de gente es la que no tiene mérito para gozar de los bienes del mundo venidero, porque de hecho niegan la vida aquí y en la eternidad.

Pero el que no ha aprendido acerca del Eterno, el que ha sido engañado y lleva una vida de ateísmo, religión, falsas doctrinas, sin ser consciente de la gravedad de esto… ¿qué alma inmisericorde es capaz de acusarlo y prometerle infiernos y dolores eternos?

En definitiva, loable quien cumple con su parte y además confía en Dios. Ese es el ideal.
Encaminado anda por la senda de Dios, aquel que aún no sabe que está haciendo lo que Dios le mandó. Eventualmente alcanzará también a confiar en Dios. Tal es el deseo, que lo real alcance lo ideal sin quebrantos.
Todos recibimos nuestra justa recompensa, que no es de nosotros saber cual es, porque no somos Dios ni evaluamos de acuerdo a los pensamientos y parámetros de Él.

Procuremos, por tanto, desplegar una vida de construcción de Shalom.
Acerquemos al lejano, abracemos al cercano.
Seamos semejantes a Dios en la medida de nuestras posibilidades, al actuar como Dios actúa.
Dejemos de lado las condenas, amenazas, presiones, burlas inmerecidas, parloteos poco saludables.

Y el que piensa diferente, en tanto no transgreda revoltosamente ningún mandamiento, ¡bienvenido sea!

Los señores de la foto…

En la actualidad el disfraz tiene más peso que la esencia.
Por ejemplo, uno llega a considerar que un hombre barbudo, con guedejas colgando de sus sienes, pelo rapado, gran sombrero negro, saco largo negro, camisa blanca, es de lo más ortodoxo y por tanto aplicado dentro del judaísmo. Probablemente se les dirá “rabino”, aunque no lo sea, pero eso “parece”.
Tal como si fuera condición indispensable vestir de esa manera, porque de lo contrario uno no estaría en la senda del Eterno.

Sin embargo, eso es solamente apariencia, teatro, disfraz, para nada la esencia o lo que identifica en realidad a la persona.

Contemplemos esta imagen (tomada de Matzav.com).


Seguramente pocos admitirían que estamos ante personas ortodoxas, y más aún, de los más encumbrado de una de las ieshivot –academias rabínicas- anteriores a la Shoá.
Sí amigos, así es.
Estos señores con el rostro rasurado perfectamente, con ropas modernas –para su época-, con diferentes estilos de ropas y sombreros, sin uniformes, similares a cualquier caballero de clase media de hace 70 años atrás, estos señores eran la flor y nata, lo mejor entre lo mejor de la ortodoxia judía.

Así eran en su mayoría los ortodoxos hasta hace pocos años.
Porque se valoraba la acción y no la postura. Porque se apreciaba el contenido y no el disfraz. Porque se reconocía la importancia de equilibrar lo físico con lo espiritual. Porque importaba la calidad y no la cantidad. Porque se estudiaba y se sabía y no meramente repetía con infantilidad de extremista fanático. Porque no eran necesarias imposiciones restrictivas apabullantes para sostener una máscara de religiosidad, cuando lo que se tomaba en cuenta era la belleza de la espiritualidad bien entendida y vivida.

Pero ahora entre muchos ortodoxos prima lo superficial.
Se buscan rituales complicados porque se está vacío de espiritualidad.
Se imponen más y más límites a lo que es permitido, por miedo a lo que se desconoce.
Se obliga a ser parte de grupos cerrados, enceguecidos, imposibilitados de preguntar y madurar, para que algunos pocos sigan en el poder, desde sus tronos fantasiosos de “rebes” y “líderes cabalísticos”.
En este complejo camino muchas veces se cae en el error profundo, incluso en la idolatría disfrazada de piedad. Adoración de persona, rezar a personas, denegar la humanidad del prójimo, supersticiones variadas, tráfico de influencias emocionales, hostigamiento, discriminación negativa, rituales paganos convertidos en piedra fundamental de doctrinas y prácticas, etc. ¿De que vale el disfraz si uno lleva una vida antagónica con el camino y la meta que propone Dios para Sus hijos?

Cuando en los hechos el disfraz es solamente eso.
El miedo es otro de los instrumentos del EGO.
Las restricciones agobiantes son manifestación de la limitación intelectual y la inoperancia espiritual, en la mayoría de los casos.
El adoctrinar en lugar de enseñar es asegurarse en la prisión conocida en lugar de aventurarse a crecer y cumplir al máximo grado el potencial individual.

Lamentablemente este cáncer social se extiende, se amplía.
Ya no son solamente unos pocos extremistas, ahora se van incorporando otros a esta forma superficial de vivir.
Se mandatan uniformes exteriores para uniformizar el pensamiento, para someter las emociones, para bloquear el avance dentro de los marcos permitidos.

Incluso entre algunos noájidas se está percibiendo algo similar.
El afán de vestirse como lo que se cree es un judío ortodoxo, el anhelo por trajes negros y camisas blancas, poblarse de barbas, dejarse colgar pelos desde las sienes, usar la cabeza cubierta con grandes gorras, prohibir lo que está permitido en aras de aparentar una mayor “ortodoxia” noájica.

Triste, patético, lamentable, erróneo y seguramente lleva al vaciamiento del intelecto, a la pobreza del accionar, a la parálisis emocional y al consiguiente aumento de la religiosidad para tratar de llenar el hambre de espiritualidad.

Veamos nuevamente la foto.
Son judíos ortodoxos, de lo mejor entre la nobleza intelectual y de práctica del judaísmo, gente impecable por dentro y por fuera… ¡de la ieshivá Telz! Que es decir el Harvard de las ieshivot.
Pero hoy serían tildados de no-ortodoxos, conservadores, judíos modernos, reformistas, laicos por más de uno que viste el uniforme, repite los lemas, adora a sus “rebes”, pero seguramente no tiene ni un 10% del conocimiento y acción de los señores de esta foto.

Y en esta foto… ¿qué vemos?

Los tiempos cambian.
Ahora se exalta lo externo, el ser parte de la secta, el agruparse en torno a algún líder con su doctrina metafísica, el discriminar y presionar a los diferentes.
Antes… antes no todo era mejor, pero al menos había lugar para el debate saludable, la apertura dentro de los parámetros correctos, el ser activo y pensante.
(Quizás estoy idealizando el pasado, pero las fotos no me dejan).

Por supuesto que para aquellos que comprenden y sienten la importancia de tal o cual vestimenta, en tanto no contradigan ningún mandamiento, están en su derecho y son bienvenidos de hacer como hacen. No hay nada de malo en sí en la forma de vestir pulcra, decorosa, acicalada, hasta uniformizada, en tanto no sea un disfraz para ocultar el vicio y oscuridad interior.
¿No es mejor llenar de contenido a la vasta mayoría irreflexiva, temerosa, títeres, EGÓlatras que se aferran a lo externo, a lo superficial, en lugar de mejorar lo que realmente tiene valor y trascendencia?

Para finalizar, un pensamiento del gran maestro, el Rav Kuk:

"Los hombres justos no se quejan de la iniquidad, sino que incrementan la Justicia.
No se quejan de la herejía, sino que acrecientan la confianza en Dios.
No se quejan de la Ignorancia, sino que aumentan la sabiduría."
(Arpelei Tohar)