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Hodu laHashem ki tov

הוֹדוּ לה’ כִּי-טוֹב כִּי לְעוֹלָם חַסְדּוֹ

Así da comienzo el salmo 118, el cual podríamos traducir como: "¡Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!" (Tehilim / Salmos 118:1).
Otra opción: Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
Y una más: Agradeced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
También: Reconoced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".

Podemos notar que son traducciones ligeramente diferentes, puntualmente de la voz “hodu” y secundariamente de “jasdó”.
Si nos centramos en “hodu”, podemos decir que cada una de las opciones indica una posible reacción positiva al recibir un bien. 
“Hodu” es reconoced, admitid, confesad, agradeced y alabad.
Cada una de ellas, y/o todas ellas.

Todas estas traducciones son apropiadas, porque apuntan a diferentes niveles de conciencia de aquel que ha recibido la bondad de parte del Eterno.
Porque, para alabar sinceramente, con plenitud, con sentido, en verdad,
es indispensable agradecer realmente lo que se ha recibido,
para lo cual es fundamental admitir/confesar y reconocer que alguien (Dios, en el caso del párrafo que estamos estudiando) ha actuado bondadosamente con nosotros.

Por lo tanto, ¿qué grado de conciencia está manifestando aquel que “modé”?
¿Solamente admite ser beneficiario?
¿Además agradece por ello?
¿O también alaba al que le benefició?
Aunque pudieran ser en apariencia meros matices, resultan en grandes diferencias.

Así pues, entre el simple reconocimiento y la portentosa alabanza ubicamos el agradecimiento.

Decir “gracias” es una palabra, tan solo eso.
Poderoso vocablo, en el idioma que lo emitas, es una llave que abre puertas de bendición, de plenitud, de abundancia.
Sí se la decimos a un congénere, es algo maravilloso, un puente de entendimiento, de “buena onda”, de respeto y valor.
En nada resta a quien la pronuncia, y sin embargo puede ser rica para el que la recibe. Seguramente que así es en los planos emocional y social, pero sus efectos positivos pueden alcanzar al resto de las dimensiones que conforman al ser humano.
Por lo cual, recuerda que estás haciendo un “buen negocio” cada vez que genuinamente agradeces a quien te ha hecho un favor, sea que lo pagues o no, lo hayas pedido o no, lo esperaras o no.
Agradece.
Tú ganas, el otro gana.
Agradece.

Cuando agradecemos a Dios estamos haciendo lo que corresponde, Él nos otorga sin recibir nada a cambio en ninguna circunstancia. Por ello Su bondad es auténtica, perfecta, ya que no tenemos nada para ofrecerle a cambio.
Todo lo que hagamos o digamos, no lo precisa, no le sirve, no le suma ni le resta.
Él no precisa de sacrificios, ni de sangre derramada, ni de loas, ni de guerras santas, ni de carne de animales asado, ni de olores gratos, ni de ayunos, ni de santurronería humana, ni de que te restrinjas con exceso en aquello que tienes permitido, ni de largas horas de penurias para “agradarle”, ni de rituales rayanos en lo supersticioso. Son cosas que en el pasado la gente creía que a Dios agradaba, y algunos lo siguen teniendo incluso en la actualidad como centro en sus vidas. Él las permitió, y hasta legisló, para que hubiera límites, para que el deseo primitivo de las personas pudiera satisfacerse sin provocar daños. Porque tan grande es Su misericordia. Entonces dio pautas para sacrificios de animales, y cómo realizarlos, y el ritual necesario y los tiempos, con reglas detalladas.
¿Él las precisaba?
Pues, ¡no!, según dejó constancia en el Tanaj.
¿A Él agradaba?
Tampoco, como también lo señaló en el Tanaj.
Era el antiguo hombre endeble y de mente primaria el que creía satisfacer a Dios con esas cosas, por lo cual Él las toleró y dio pautas para encauzarla.
Te recomiendo estudiar el capítulo 32, del tercer tomo del “Moré Nebujim”, del cual solo te citaré un pequeñísimo párrafo:

No juzgó Dios oportuno ordenarnos en aquel momento el rechazo de todas esas especies de culto, su abandono y supresión, dado que habría parecido entonces algo inadmisible a las creencias de los hombres, siempre apegada a sus costumbres… Por tal motivo Dios toleró estas diversas clases de culto…”.

((Najmánides, por ejemplo, tiene una idea diferente al respecto de los motivos de sacrificios de animales.
Otros sabios, con otras ideas, siempre en la base del respeto a la inteligencia del otro, a su derecho a declarar su postura, a su diferencia, a los textos sagrados, a la ley.
Es una modalidad de vida por completo opuesta a la de los ignorantes que se las vienen de esclarecidos, que suelen ser fanáticos, obtusos, negativos, vengativos.
El amigo Alejandro Dolina nos deja algo para pensar: "…la ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte… especialmente a las conclusiones.”.
Muy interesante observación y adecuada a lo que venimos tratando, ¿te das cuenta por qué?))

Ciertamente Él ha indicado en repetidas ocasiones (por medio de Sus profetas) qué es aquello que desea de nosotros, básicamente que actuemos con bondad y justicia unos con otros, esa es la forma más perfecta de alabanza, de loa, de rezo, de “fe”. Que seamos amables con Sus hijos, que procuremos el bienestar de Sus amados, que permitamos que el mundo sea un Paraíso terrenal para que sirva de “morada” a Su Presencia.
¿Quieres una vida llena de espiritualidad?
Vive cada instante construyendo shalom.
Actúa, piensa, siente, habla con bondad y justicia hacia tu prójimo.

Por supuesto, a los que siguen apresados por costumbres primitivas, que ya hace unos 850 años Maimónides valoraba como perimidas y fuera de uso, este camino de santidad les parecerá demasiado “laico”, poco “bíblico”, carente de “misticismo”, algo que no casa con lo que se supone es la vida de una persona “religiosa”.
¿Cómo vivirá el “religioso” sin sacrificios, sin ayunos, sin abundantes restricciones, sin rituales, sin acciones lindantes en la superstición, sin negociar salvaciones de pecados a cambio de algunas monedas o rezos? 
¿Cómo vivirá el “religioso” sin toda la pompa y el parloteo?
La respuesta la ha dado el propio Dios en el Tanaj:

"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)

Pero, ¿no están los sacrificios también en la “palabra del Eterno” (la Torá)?
¿Qué significa entonces este pasaje de Samuel?
La respuesta la brinda Dios nuevamente:

"Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la Torá de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado…
Tzión [Sion] será redimida con el juicio, y sus arrepentidos con la caridad.
"
(Ieshaiá / Isaías 1:10-27)

Igualmente, cuando queremos agradecer de modo directo, no a través de acciones de construcción de Shalom que favorecen a Sus hijos, tenemos la simple, sencilla pero sagrada formula: “gracias”; en el idioma que tú entiendas y manejes. No precisas del hebreo, ni bíblico ni moderno, sino tan solamente expresar con auténtico sentimiento y conciencia la palabra “mágica”: gracias.
Es lo poco que podemos hacer, aparte de la construcción de shalom, elevar un agradecido reconocimiento que Lo alabe por Su bondad. Ese agradecimiento que surge de nosotros, es algo nuestro, algo que no pertenece a Dios sino que lo elaboramos nosotros. Ciertamente que tampoco le cambia en nada a Él esa palabra o párrafo agradecido y elogioso, pero es lo que tenemos para ofrendar sinceramente.
Como ocurre en el caso del párrafo que estamos estudiando, agradecemos por Su bondad hacia nosotros.
Según interpreta “Daat Mikrá”, podemos comprender el verso (que motivó este texto) de cuatro formas:

  1. Agradezcamos al Eterno, porque Él es bueno (aunque no comprendamos cómo lo es y al mismo tiempo sufrimos).
  2. Agradezcamos al Eterno, porque es bueno agradecer (algunos dicen que todo, incluso lo que percibimos como malo).
  3. Agradezcamos al Eterno porque es bueno lo que nos dio (algunos dicen que hasta lo que percibimos como malo).
  4. Agradezcamos al Eterno, porque es buena la misericordia que tiene con nosotros.

Cualquiera de las cuatro opciones, el agradecimiento parte de nosotros, al constatar la acción del Eterno que recae sobre nosotros.
El animal para sacrificio, el dinero para el templo, el alimento que no consumimos durante el ayuno, etcétera, todo lo dio Él originalmente; pero nuestro “gracias”, es nuestro. La pequeñita creación humana que dirigimos al Todopoderoso. Pequeñita, pero formidable.
Si somos conscientes de que Él es fuente de todo bien, tal vez podemos darnos cuenta también de que hay una infinita reserva que podría satisfacernos sin menoscabos.
Por supuesto que la gratitud genuina no está a la caza de provechos egoístas, pero incluso así los beneficios se obtienen, y quizás multiplicados.

Sin embargo, a algunos les cuesta enormidades decir gracias, poder emitir y sentir el agradecimiento.
Hacia el prójimo y hacia Hashem.
(A veces más con uno que con otro, a veces igualmente obstaculizados).

¿Por qué nos cuesta tanto agradecer?
Cuando tenemos en claro las modalidades del EGO, encontramos pronta respuesta.
(Aunque no fue mencionado hasta ahora, el estudiante comprensivo ha descubierto que estuvimos hablando de él en muchas oportunidades).
Demos algunas ideas bien concretas.

Porque creemos que lo que obtenemos nos corresponde y no le debemos nada a nadie. Tenemos la errónea creencia de que el mundo está para servirnos, por tanto, al beneficiarnos de alguna cosa no tenemos nada para agradecer, si es que estamos haciendo usufructo de lo propio. ¿Voy a agradecer a otro, u Otro, por lo que es mío?
Así cree el hombre, siervo del EGO.
Al respecto, el afamado William James dijo: “Desde que estamos en la cuna, lo único que nos interesa es el reconocimiento y el amor del resto del mundo”.
Cierto, así opera el EGO.
Llama la atención para solventar su impotencia.
Manipula el entorno para obtener satisfacción.
Recurre a operaciones elementales, abusivas, agresivas, despiadadas, carentes de moralidad, con tal de evitar el padecimiento del no-poder.
Bajo el reino del EGO, ¿cómo agradecer?
Por tanto, un buen remedio al influjo nefasto del EGO es instalar la costumbre saludable del reconocimiento del bien recibido, el agradecer y elogiar a quien corresponda. Aunque al principio se haga sin completa autenticidad, no importa. Lo que importa es estar en la senda correcta, pues las acciones apropiadas repetidas generan un hábito saludable y que se perpetúan luego con el sentimiento en armonía.
Entonces, recuerda agradecer.

Veamos otro motivo por el cual cuesta tanto agradecer.
Porque el reconocer la bondad que hemos recibido nos pone en cierta situación incómoda, que puede ser la de deudor, o de impotencia, o de necesitado. Para muchos, si no para la mayoría, estas sensaciones obligan a actuar de manera dura, displicente, rehusando reconocer el bien recibido.
¿Quién quiere ponerse adrede en una situación de inferioridad?
Por supuesto, nuevamente es el EGO quien crea esta impresión fantasiosa.
Lo cierto es que si recibimos algo, no necesariamente somos más débiles, quizás es al revés.
Y, sin dudas, quien agradece nunca está en un estado de indefensión, sino en el de otorgar un “gracias”.
Pero, el EGO no se maneja con lógica ni razones, rehúye la verdad, acobarda, instiga a la manipulación, agrede, sume en confusión y caos. El EGO es como un misionero típico, como el fanático religioso, como el partidario político acérrimo, como el rebelde sin causa, como todo el que grita con prepotencia para ocultar su prepotencia. Es que todos ellos, todos, son esclavos del EGO, su dios, su amo, su líder, su destino.
Sin embargo, aquel que despierta su conciencia, reconoce los bienes recibidos, asume su lugar, agradece y además elogia sinceramente, está alumbrando las celdas, abriendo las puertas, curando a los leprosos, trayendo salvación al mundo. Agradecer, cuan simple, cuan poderoso, una herramienta increíble para beneficiarnos y beneficiar al mundo.
Si además viene con demostraciones materiales de aprecio, sirven para sustentar causas nobles.
Mira lo que nos dijo Aldous Huxley: “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.”.

Para ir finalizando, te agradezco por haberme acompañado hasta aquí, y si quieres te agradezco por compartir este texto con tus amistades.
Recuerda agradecer, al autor de este humilde texto, a los que lo motivaron, a los que aportaron sus citas, a los que contribuyen a sostener el sitio para que sea difundido, a todos los que participan y a Dios.

Justicia Social

CARIDAD 3

Dijeron los Sabios: «Una puerta que no se abre para el pobre, se abrira para el mèdico»…

Y es que es tan importante la caridad, la generosidad, el compartir desinteresadamente, el pròjimo, es tan importante que la caridad o justicia social es uno de los fundamentos del mundo, es una de las columnas que sostiene la vida, es algo que acarrea la redenciòn.

¿Para que practicar la caridad?

Y es que aunque no queramos, aunque no deseemos una recompensa divina por practicarla, dar caridad, trae mucha suerte en la vida…

No hagamos justicia social para que no nos sobrevenga el mal, aunque seamos concientes de que no sobrevendra. No hagamos justicia social para esperar algo a cambio, hagamos justicia social para acarrear bendicion al mundo, para traer la redencion, para ser parte de los que tiran de la cuerda de la bondad.

Hagamos justicia social porque practicar esta acciòn tan generosa y de mucho poder, es ser socios de Dios.

Justicia social, caridad, generosidad, palabras que al hacerlas realidad tienen mucho poder, dar, compartir, desligarse de lo de uno para el otro segùn las posibilidades, ver al projimo, ayudarle en su necesidad, hacerle sentir bien, porque el projimo esta ahi… y en tus manos, querido lector, esta la oportunidad de ser un socio, SOCIO, presta atencion a la palabra, socio, nada màs, nada menos… CARIDAD es una herramienta dispobible todos los dìas para hacer de este mundo un paraìso para todos.

Esta herramienta esta en tus manos ¿La usaras?…

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Aborto, cosa de niñas o de mujeres?

 

Trataré de ser preciso para un tema tan delicado.

En nuestro país se dio el caso de una niña de 11 años que quedó embarazada producto de las reiteradas violaciones de su padrastro.
Nuestro presidente descartó cualquier posibilidad de aborto terapéutico argumentando la madurez de la niña y que el caso va a ser seguido por profesionales capacitados. Y al cabo de las 22 semanas (en 8 semanas más, hoy  es miercoles 10 de julio, 2013) de gestación se analizará si corresponde un «nacimiento prematuro». En sus propias palabras: “si fuera necesario tener un nacimiento prematuro, se tendrá que realizar esa terapia, porque en nuestro país la vida de la madre está siempre en el primer lugar”.

Quienes quieran enterarse del tema basta teclear en el santo buscador de la web «Niña de 11 años embarazada, Chile» y aparecerán varios sitios que publican la «famosa noticia».

Ahora, puede cada uno tener su opinión al respecto o inclusive decir «qué me importa», pero al menos vale tenerlo en cuenta porque nunca sabremos si, Dios no permita, nosotros tengamos que pasar por una situación similar.

Pero como este es un sitio sobre Noajismo, me referiré a lo competente a nuestro marco noájico, muchas veces desvirtuado. Para esto, me basaré sólo en 4 parrafos, que aparecen en el libro, conocido en el «ambiente» noájida, El Camino del Gentíl Justo de Chaim Clorfene & Yakov Rogalsky. En este libro, se explican diversos puntos en los cuales tratan sobre los derivados de cada mandamiento noájida. En esta ocasión sólo me referire al mandamiento directo que compete este tema, el cual prohíbe el asesinato.

Ok, en el capítulo 8,  se expone lo siguiente:

«1. El mandamiento que prohibe el asesinato fue explícitamente establecido
por Dios ante Noaj: “Quienquiera que derramare sangre de hombre, por
hombre será su sangre derramada, porque El hizo al hombre a Su imagen”
(Gén.9:6).

2. Un Noájida que mata a un ser humano, aun a un bebe en el útero de su
madre, recibe la pena capital. Esto quiere decir que a aquel que golpea
a una mujer embarazada, dando como consecuencia el deceso del feto, le
corresponde la pena capital.

Nota.- La acción debe haber sido llevada a efecto al menos cuarenta dias
después de la concepción. 2  Antes de los cuarenta días, el acto entra
en la categoría de destrucción del semen del hombre, y al trasgresor
le corresponde castigo desde los cielos, no por parte de una corte de justicia.

3. Hombres y mujeres son iguales en lo que refiere a la responsabilidad de
observar el mandamiento que prohibe el asesinato; y, cualquier acto por
el que un hombre sería hallado culpable, de igualmente conllevaría la culpabilidad
de una mujer.»

«7. Las autoridades no concuerdan respecto a si es permisible para un Noájida
el matar un feto con el propósito de salvar la vida de la madre. Pero todos
concuerdan que tomar la vida de la madre para salvar a un feto es asesinato
y debe ser castigado por las cortes.»

 

Entonces…

A simple vista las palabras del abucheado y  (en menor medida, menos mal :p) aclamado presidente tendrían armonía con lo anterior expuestos, a simple vista.

Puse el punto 1, 2 y 7 que son los que se relacionan directamente con el tema expuesto en un principio. Pero intencionalmente agregue también el punto 3, que no hace mención al aborto. Aunque en esta ocasión yo sí encuentro que tiene directa relación con el tema, es por esta idea que lo que quise exponer en este hogar, si es que alguno de ustedes, puede según sus conocimientos y experiencias, como diría el Moré, ayudarme a encontrar más Lúz en el tema, y si en el caso que estemos en contacto directo alguna vez, sepamos lo que NOS corresponde hacer o velar por que así se lleve a cabo.

 

Ya de plano nos fijamos que el aborto debiese estar prohibido como uso terapéutico, a excepción de que la vida de la madre esté en peligro y bueno, existen diversas posiciones, según me he fijado, inclusive en artículos de este mismo hogar se trata el tema a grandes y detallados rasgos y aunque sea difícil llegar a un consenso, aplicar sentido común o razonamiento a algunas cosas puede resultar beneficioso para aclarar este tipo de dudas, todo va a depender de cada situación.

Pero quiero ir más allá de si es recomendable o no el aborto terapéutico quiero centrarme en el punto 3, cuando dice claramente que hombres y mujeres tienen igual responsabilidad.

Entonces, ya no sólo es culpable del acto el hombre o mujer que realice la cirujía, sino también la madre que (en el caso que sea voluntario) haciendo uso de su intelecto, opte por dejar de tener a la criatura en el interior y decida dejarse en manos del encargado de la «intervención»,

cierto?

Si me he equivocado hasta ahora por favor no duden en expresarlo en los comentarios.

Me queda dando vueltas lo siguiente: Yo no sé realmente si en este caso sea correcto el criterio que esta aplicando el Gobierno de mi país, al asegurar que la niña tiene la madurez óptima para realmente ser catalogada como «Mujer» y ser capaz de tomar una decisión tan importante como hacerse cargo de un hijo…  sabrá la pequeña realmente que es ser Mamá, y más allá aún, aprendió que es ser hijo/a? Le enseñaron esos conceptos alguna vez como para que seamos capaces (in-intencionalmente) de hacerla responsable ? (según se enteren de la noticia correcta sabrán q su propia madre se refería a ella como «consentida»)

Entonces, en el caso de que ella no quisiera ser realmente madre – porque en este caso la niña sí quiere, sea cual sea su razón – puede también ser considerada culpable de asesinato por no querer tener a la criatura en su interior?

Qué dicen ustedes amigos?

Y por otro lado, en lo personal me pregunto,  si a las 22 semanas se planteará recién  si se va a  requerir un aborto espontaneo,  cuando la niña probablemente ya sienta lo que es tener una criatura viva en su interior y sea más terrible para la pequeña enterarse de esa situación:

¿Por qué diablos no se lo propone BIEN ahora que la pequeña sólo pueda tener trastornos psicológicos, en el caso de que así sea?

Delicado, a mi parecer. Pero en mi opinión, no me sumo al pensamiento del presidente de mi supuesta república, porque no lo reduciría a un expresar tan simple como el que «si la niña siente bien el ser mami, entonces es lo mejor». Porque lo más seguro es que pase el tiempo y ni el presidente ni las personas a cargo del caso irán a ver si en un par de años la situación anda tan simple como ellos quisieran que fuese, aunque ojalá me equivoque.

Pienso que debe ser tomado con la misma seriedad que le damos al pensar en la violación, porque el bebé, no es la causa, más bien es el efecto.

Mis saludos a todo el que pase y escriba, lea, medite, se oponga, critique, aporte, enseñe o se una a mis dudas.

Daniel.

Resp. 1140 – Préstamos onerosos a judíos y ejecución de pagos

invitado nos consulta:

Buenos días Moré y amigos de FULVIDA,

Sería ético que un noájida le preste dinero a un judío devengado cierto interés y que si el judío no paga que se le demande judicialmente? Gracias y que tengan un excelente día.
Cartago, Costa Rica

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¿Más importante una relación con Dios que una relación con los Preceptos? (Parte 2)

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Hace algún tiempo, había improvisado un pequeño artículo, titulado exactamente igual a éste, con ocasión a un comentario que había recibido en una fotografía que tengo publicada en mi perfil del Facebook; y en el que me parecía que el comentario estaba incorrecto porque sostenía que ante todo era más importante “tener una relación con Dios”.

En su momento indique que dicho termino no solo es una escusa perfecta para inventarse cualquier religión o rito, o inventarse cualquier tipo de conducta moralista al buen estilo de la vieja usanza religiosa; sino que también era imposible tener una “una relación con Dios” si la persona desconoce su propia identidad y el Código Noájida.

En su momento indique que lo más importante para el gentil es reconocer, conocer, aceptar y aplicar los Principios Universales, pues de lo contrario, tendría cualquier cosa menos “una relación con Dios”, ya que si pone en primer orden de prioridades lo que él mismo cree que es tener una relación con lo divino, haría lo mismo que han hecho las religiones: inventar sus dioses, ritos, dogmas, libros, etc. Si por el contrario la persona logra concentrarse en sus propios deberes que nacen de las Leyes Fundamentales, encuentra su justa “posición” y ubicación en el Mundo, pues concluye que los siete principios no son difíciles de cumplir; y es en su sencillez libre de todo ritual, que la obediencia a su observancia da como resultado la contrucción del mundo terrenal en el paraíso divino. Esto porque El Código Noájida apunta a una Ética Objetiva y Universal de la conducta humana, superior a la que pueda surgir del intelecto humano (viciado por deseo Ególatra que conveniente a los propios intereses).

Así, no se puede hablar de tener una relación con Dios, si se omite o desconoce Las Siete Leyes, o si solamente se les conoce como referencia; de lo contrario se tendría una relación pero con el propio dios de la persona (su EGO). Para subrayar, tener una relación con Dios no es el fin, sino que lo importante es tener una relación con el Código Noájida, reconociéndolo y conociéndolo.

Sobre el hecho de conocer y reconocer las Leyes Noájidas por parte del no judío, el sabio judío Maimónides (esto es una opinión personal), parte del hecho de que la persona ya los conoce o sabe de su existencia o vigencia; pero puede dar un paso más allá; un paso de reconocer el origen celestial del Código Noájida, en tanto las conoce como primera acción, o se concentra en él, o bien se educa en el Código Noájida.

Noten:

“Halajá 11

Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales, se lo denomina un gentil piadoso y tiene su porción del Mundo Venidero [derivado de Sanhedrin 90a]; en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá, acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos…” (Lo resaltado en negro no es del original)

http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/noajismo-un-marco-legal-claro-y-preciso-para-los-judos-y-lo-judaico

“Todo gentil que se compromete a cumplir…”: Se comprende que la persona de antemano sabe de su existencia o de su vigencia antes de su compromiso. La persona sabe que las Leyes Universales existen y que son. Aunque  ignore quien fue su Legislador, su fuente o su origen, no puede dudar de que la Ética Universal Objetiva exista y sea.

“…en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá…”: Se entiende que la persona puede dar un paso más allá luego de su compromiso; puede llegar a convencerse y reconocer o aceptar el origen divino del Código Noájida. Pero primero debe de saber de ellos o estar consciente de su vigencia.

“…acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos…”: Se entiende que la persona desarrolla un estudio concienzudo de los antecedentes históricos del Código.

Hay otros subtemas que pueden salir de la cita trascrita (gentil piadoso, mundo venidero, autoridad de Moisés o sus representantes en asuntos de los no-judíos por esa reconfirmación del Código Noájida en la entrega de la Tora, entre los que se puede notar); sin embargo, me quiero enfocar en el verbo resaltado “reconocer” el origen divino.

¿Cómo puede una persona reconocer el origen divino del Código Noájida?

Como personas pensantes, Noájidas consientes, constructoras de shalom, estudiosos de Las Leyes Universales, NO damos como respuesta la “fe” en creer por creer, o aceptar por aceptar; ni tampoco tomamos decisiones personales por la presión que produce los antiguos prejuicios religiosos de recompensas, penas o castigos por creer o no creer, rechazar o aceptar.

Tampoco aceptamos NI NINGUNA VERDAD por “fe ciega”, porque cuando estamos en presencia de “la falta de respuesta”, la sensación de impotencia ante dicha falta hace que el EGO active el narcótico de la “fe”, o de creer por creer, sin usar un gramo de nuestras otras herramientas, tales como el análisis, el estudio o la comprensión.

Si aceptamos, por simple “Fe”, un hecho o una afirmación sin ni siquiera dedicarle unos minutos de análisis, le estamos rindiendo culto a la Fe del Ego, porque en lugar de pensar o racionalizar o buscar una explicación lógica, se decidió aceptar, por la simple creencia, lo que es desconocido, desconectándose de la realidad para entrar a vivir al mundo de lo irreal, del cuento mágico, es decir, de la fe de las religiones.

Así pues, dudo mucho que el Noájida consciente de su identidad y libre de los miedos y prejuicios que imponen las religiones sobre cielos e infiernos, tome a la ligera ese reconocimiento divino del Código Noájida. Dudo mucho que lo acepte “de un solo golpe”.

Es más, el mismo sabio en sus líneas describe un proceso paulatino de reconocimiento sobre la divinidad del Código en el tanto se le prioriza; pues de su analisis concienzudo se puede facilmente observar como el compendio legislativo del gentil no surgió de la necesidad de regular un supuesto de hecho; sino que de antes de que surgiera el presupuesto de hecho, de antemano ese hecho ya estaba regulado:

“…Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales…”: Da entender que la persona DEBE primeramente conocer los preceptos ANTES de comprometerse, sino ¿Cómo se va a comprometer a algo que desconoce? Obviamente no se refiere a una simple lectura superficial de los preceptos, o su conocimiento liviano de cuales son; sino a un estudio serio o analítico de sus alcances para que pueda tomar la decisión de comprometerse con ellas; de otro modo ¿Cómo se puede comprometer a algo que apenas conoce?

“…en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá…”: Da entender que en el tanto la persona analiza la Ética Universal Objetiva de los preceptos, no solo se compromete con ella, sino que también paulatinamente empieza a concluir que las Leyes Noajidas no son producto del ingenio humano por cuanto regulan supuestos de hecho que no sucedieron primero; y aunque competen a las acciones de los hombres, Los Preceptos Noájidas no nacieron del fuero intelectual humano como necesidad de regular acciones que sucedían y que necesitaban regularse; y que por ende, el hombre tiene una filiación con algo más que a simple materia y energía.

Así las cosas, parece aún mas ilógica e irracional la afirmación de lemas religiosos de algunas personas, tales como que es más importante “tener una relación con Dios”, cuando se deja en segundo plano el tema de las Leyes Noájidas. Resulta imposible adquirir un grado de conciencia de Dios tal, si se deja de lado, en segundo plano, o apartada de la identidad del gentil, su propio compendio legal.

Pero aún hay algo más sorprendente, y más escalofriante a la vez, para el declarante de lemas religiosos; o el que pone de primer orden en su vida cualquier cosa menos la Ética Universal Objetiva del Código Noájida. Me refiero a esa persona que rebusca “las cosas de Dios”, la religión, los ritos, el dogma, el que se hace pasar por quien no es, el que copia la identidad judía, el que exige (con actitudes o palabras) conocer los secretos de la Tora judía, que es motivado por su sentimiento barato de “amor a Dios”.

La persona que deja de lado, en segundo plano, o como tema secundario el Código Noájida, o la Ética Universal Objetiva que surge de las leyes, SIGUE siendo enemigo de Israel y de los judíos; aunque se identifique como gentil, o sepa algo sobre el funcionamiento de su EGO. Si la persona pone en primer orden su “amor subjetivo a Dios”  en lugar del amor objetivo hacia Las Leyes Noájidas, no puede evitar seguir siendo un envidioso al grado de odiar a Israel y a los judíos.

Ojo: puse el verbo “seguir” en modo indicativo presente, porque en distinta medida existe en nosotros los no judíos, cierto odio y envidia hacia los judíos; emociones aberrantes de las que nos libramos en la medida de que nos concentremos en nuestro patrimonio, en lo nuestro, en nuestro deber; y no en lo que hacen los judíos y sus obligaciones, costumbres, tradiciones, con la intención de copiarles, robarles, o de alguna forma igualarles.

( http://fulvida.com/fortalecimiento/pensamiento/el-no-vivo )

Los Sabios de Israel enseñaron que con la entrega de la Tora a los judíos, el odio y la envidia empezó en los no judíos hacia Israel. El Moré explica que esa envidia y ese odio sigue hoy en día, camuflado en ilógicos motivos.

Noten:

En el santo Talmud, recopilación sagrada de la Torá Oral, encontramos el siguiente pasaje que resulta a la vez misterioso y esclarecedor:

“¿Por qué se llama Sinaí al monte (en donde Dios entregó la Torá a los judíos)?
Respondieron los sabios: es el monte en que descendió la envidia/odio (siná) de los gentiles en contra de Israel”
Talmud Babli, Shabbat 89a

Los sabios ..Nos dicen algo sorprendente, una verdadera revelación, la palabra “sinaí” deriva de la misma raíz idiomática que “siná”, que significa odio al mismo tiempo que envidia.
El monte se llamaba de otra manera, pero cuando Israel recibió a perpetuidad la Torá en ese sitio, el monte fue llamado de otra manera, en alusión a algo trascendente que había ocurrido allí.
Pero, no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“.
Pero, ¿cómo es esto?
Si lo que descendió allí fue la Torá que Dios entregó a perpetuidad como herencia y patrimonio de Israel, ¿cómo nos dicen los sabios santos que lo que descendió fue el odio/envidia?

Debes reconocer que los sabios no se equivocan en asuntos de espiritualidad, si ellos dicen que descendió la “siná” de los gentiles en contra de los judíos, así mismo es.

Odian y envidian a Israel, porque fue el pueblo que se esmeró y se consagró al punto de ser meritorio para recibir la Torá.
Odian y envidian a Israel, porque a pesar de ser una nación débil y pequeña, con muchas desventajas materiales, igualmente pudo ser leal, con sus altibajos, pero nunca habiendo caído tan bajo como el resto de las naciones del mundo.
Odian y envidian a Israel, porque cuando los hebreos eran noájidas (en el tiempo antes de la entrega de la Torá) vivían de acuerdo a los Siete Mandamientos y por eso fueron escogidos para recibir la Torá.
Odian y envidian a los judíos, porque son ellos los dueños perpetuos de la Torá y no las naciones del mundo.
Odian y envidian a los judíos, porque ellos tienen de primera mano un texto sagrado que ellos anhelan para sí, que desean obtener, que quieren ser dueños, que desean leer y estudiar y de no poder hacerlo quemarán el texto y exterminarán a los judíos.

Así ha sido en el pasado y sigue siendo hoy en día…”

(http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/%C2%BFque-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios Lo resaltado en negro es del original).

Así las cosas, y para concluir, desconocer nuestro propio Código, el del gentil, o restarle importancia dejándolo en segundos lugares, sustituyendo su lugar con la subjetiva “relación con Dios” no solo es un error, un imposible, un ilógico, o algo propio de la ridiculez de la religión y de sus ignorantes seguidores; además tal descuido o desatención conduce a ganarse el indigno título de “enemigo de Israel”, por cuanto la persona al poner en primer orden lo que ella misma considera como “relación con Dios”, su actitud oculta es pendenciera y envidiosa  con aquellos que desde un inicio obedecieron.

¿Sigue querido amigo (a) considerando más importante una relación con Dios que una relación con los Preceptos?

Eres un Padre Abusador ?

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El abuso sexual y el maltrato emocional durante la infancia influyen en el desarrollo de las regiones del cerebro especializadas en la autoconciencia y la sensación genital en la etapa adulta, según un nuevo estudio.

Un equipo internacional de investigadores descubrió que cambios específicos en la corteza cerebral reflejan la naturaleza del abuso durante la niñez, de acuerdo con el estudio publicado este 1 de junio en American Journal of Psychiatry.

El equipo, liderado por Christine Heim, directora del Instituto de Medicina Psicológica de la Universidad de Medicina Charité de Berlín, y Jens Pruessner, director del centro McGill para Estudios en Envejecimiento de la Universidad McGill de Montreal, examinó los cerebros de 51 mujeres jóvenes sobrevivientes a diversas formas de abuso durante su niñez.

El cerebro, al igual que los músculos, se desarrolla a través del uso: las áreas que se “ejercitan” más, suelen ser más gruesas.

Los científicos encontraron que la corteza es más delgada en las áreas del cerebro que procesan el tipo de abuso. Por ejemplo, cuando las mujeres sufrieron abuso sexual, la corteza somatosensorial —que representa a los genitales— es más fina.

«Si el abuso fue de tipo sexual, hemos visto cambios en la corteza somatosensorial, el área (del cerebro) que procesa la entrada desde el cuerpo para crear sensaciones y percepciones», dijo a Time.com Jens Pruessner, profesor asociado de psiquiatría de la Universidad McGill en Montreal.

Las mujeres que fueron maltratadas emocionalmente tienen una corteza más delgada en las zonas del cerebro asociadas con la autoconciencia, la autoevaluación y la regulación emocional, según la escuela de Medicina Miller, de la Universidad de Miami, cuyo investigador Charles B. Nemeroff participó en el estudio llamado Disminución de la representación cortical de campo somatosensorial genital después de abuso sexual infantil.

El abuso emocional podría generar la propensión a la depresión, mal humor y respuestas emocionales extremas, aunque depende de la persona y de circunstancias particulares, reportó Time. «Como adultos, (tienen dificultad) reflexionar sobre sí mismos y encontrar la manera correcta de tratar con las emociones», agregó Pruessner.

El descubrimiento permitirá “desarrollar nuevas terapias para intervenir en la reducción de la carga psiquiátrica de tales traumas que dura a menudo toda la vida”, según Nemeroff.

Los investigadores afirman que ese adelgazamiento de la corteza le sirve al niño como escudo contra los abusos, ya que el cerebro deja desatendida esas áreas. Sin embargo, la mayoría de los sobrevivientes de abuso no presentan síntomas. De hecho, la investigación muestra que el cerebro puede cambiar drásticamente cuando se le proporciona apoyo y sustento emocional.

Fuente CNN.

 

La Buena Vida

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¿La buena vida?, ¿que será?: Gozar de plena salud, tener millones en el banco, ser político, ser actor. Quizás estar en una mansión relajado al costado de una pileta, gozando de un buen trago, rodeado de siervos. O quizás sentirse apreciado por tener una posición social alta, estar rodeado de hipócritas que solo te acompañen por tener el bolsillo lleno. ¿La buena vida?, ¿que es la buena vida?…

Podríamos seguir enumerando situaciones o roles que nos parezcan o nos acerquen a lo que pareciera ser la buena vida, pero no serán mas que definiciones huecas y escasas, definiciones mas cercas a las personas egoístas y esclavas de sus egos, ¿no les parece?…

Y para un constructor de shalom, ¿que es la buena vida?. Pueden compartir sus opiniones, espero que las compartan, mientras tanto, les daré mi humilde definición de la buena vida para un leal a Dios, o por lo menos lo que debiera estar cerca:

La buena vida:

– Practicar bondad y justicia.

– Cumplir los mandamientos correspondientes.

– Trabajar.

– Criar a su debido momento hijos educados, hombres y mujeres noajidas.

– Dar caridad según sus posibilidades.

– Respetar, exigir respeto.

Y así podría seguir enumerando acciones, conductas, derivaciones de la bondad y la justicia, pues estas dos palabras son pilares en la vida de un constructor, que ellas te acompañen, te susurren, es lo que agrada a Dios, es lo que pide Dios: Bondad y Justicia… dos palabras que bien podría decirse son en resumen la definición de la buena vida…

Así concluimos, que al practicar la bondad y la justicia quizás no se goce de buena salud pero si de buena vida, quizás no seamos ricos materialmente, pero gozamos  de buena vida interiormente, quizás no tengamos una mansión ni siervos, pero si una casa pequeña y muchos amigos de verdad. Muchas cosas lindas, constructivas, de bienestar, se gana con la bondad y la justicia, ademas de recordar que en este mundo estamos sembrando para gozar de la cosecha en la posteridad.

Tu que crees?

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Portar Vida como obligación directa de la Prohibicion del Asesinato

El siguiente texto, es tomado por completo del Articulo publicado en SerJudio.com, bajo el tículo: «Parashat Itró 5760«, escrito en su totalidad por Yehuda Ribco.

 

Compartir las cargas

«Así aliviarás la carga que hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo.» (She. 18:22)

«Rabi Bunem escuchó el elogio de un hombre que amaba la soledad y comentó:

_ A veces un hombre ama la soledad, y se dirige al bosque para estar solo, pero desde allí echa una mirada entre las ramas para ver si no hay alguien que lo mira desde lejos admirado».

A veces conocemos personas (amigos, familiares, conocidos, etc.) que sufren y se apartan de nosotros, y a veces dan el pretexto: «solo estoy mejor».

Puede ser que sus palabras sean sinceras (no como el personaje del relato).

Puede ser que sus sentimientos, su deseo de soledad, sea puro.

Pero, en general, muy íntimamente desde el bosque de la soledad están esperando la mirada de otro significativo, la palabra de otro; o mejor: el oído abierto de otro, el corazón sensible de otro.

Porque la Torá nos lo dice claramente hoy: las cargas personales se alivian si se comparten.

Así pues, si conocemos a alguien que sufre, acompañándolo, prestándole atención, expresando con nuestras palabras o actos o silencios que lo reconocemos como un ser importante para nosotros, entonces, su sufrimiento se aliviará.

Seguramente que no lograremos evitar padecimientos reales (heridas, enfermedades, muertes, pobreza, etc.), pero el pensamiento y el espíritu pueden alcanzar pequeños «milagros» dispuestos a nuestro alrededor para nosotros. Si sabemos cómo alcanzarlos, si sabemos cómo compartirlos…383402_577891805565351_446084109_n

(Fotografía tomada del perfil de Facebook «Amazing Photos in the World»)

¿Potentes o impotentes?

Un joven me preguntó: “more, una pregunta, nosotros somos impotentes o es el EGO que nos hace sentir impotentes ? o sea teniendo al EGO en su lugar podriamos ser como "superpoderosos", es decir, sacar toda nuestra potencialidad ? y seriamos mucho mas eficientes o tampoco la gran cosa?”.

La pregunta puede ser respondida de manera breve.
El ser humano tiene poder bastante limitado, así que en muchas situaciones somos impotentes. Por ejemplo, no tenemos real control sobre otras personas, y apenas si controlamos un poco a nosotros mismos. ¿Cuántos pensamientos cruzan tu mente y tu diriges? ¿Cuántos sentimientos afloran cuando tú lo deseas o desaparecen según tu voluntad? ¿Eres quien maneja tus recuerdos y olvidos según tu deseo? ¿Y tu corazón, late según el ritmo que decides? ¿Y ventilas porque lo controlas? ¿Y tu torrente sanguíneo va por las sendas que tú escoges? Como ves, ni siquiera tienes control sobre tu organismo, apenas sobre una parcelas aquí y allí. Por lo visto, son las glándulas con sus hormonas más jefas de tu hogar que tú voluntad o decisión. ¿No? Y si hablamos de cosas fuera de ti, o dentro tuyo pero que no eres tú, tales como bacterias, virus, hongos, otros parásitos que te habitan, ondas electromagnéticas que te atraviesan, células cancerosas, en fin… ¿y el clima? ¿Cuántas ves el sol brilla porque tú lo has decretado? ¿Y el dólar, cotiza según tu beneficio personal? ¿Y el vecino que no para de armar ruidos a plena madrugada? ¿Y tu mascota que te muerde zapatos, medias y lo que se le ocurra? ¿Y el señor político que legisla sin importarle si te viene bien o no? ¿Y tu quipo de fútbol, que está allí naufragando en medio de la tabla hacia abajo? Y podría seguir con la lista para que vieras que poco que controlas, que tan impotente eres.
Al mismo tiempo, el hombre tiene –como especie- un enorme poder.
El león, el oso, el tiburón, hasta el perro de la esquina te pueden comer de un bocado, y por más que trates de escapar o enfrentarte a mano limpia contra ellos, seguramente terminarías en sus tripas. Pero el hombre ha inventado herramientas que potencian su escaso poder físico. Entonces, no solamente le ganamos al animal que nos ataca para defenderse o alimentarse, sino que arrasamos con especies enteras, a veces solo por diversión, otras por estupidez. Y llegamos a la Luna, y pronto a Marte en vivo y en directo, y enviamos sondas a otras partes del Cosmos, y nos sumergimos hasta donde el cuerpo no puede resistir. E ideamos maneras de disfrutar de los bienes del mundo, e incluso hasta podemos hacer uso sin devastarlo, si quisiéramos. Y descubrimos, a veces queriendo y muchísimas otras sin querer, modos de prevenir enfermedades, disminuir sus daños o curarnos. Y luchamos con valentías hasta el último minuto del partido, cuando vamos perdiendo, y en la última jugada coronamos nuestros empeños con ese gol que trae el empate y nos llena de satisfacción. Y dejamos testimonios de nuestra presencia, para bien o para mal, para que siglos después se nos recuerde y se comente acerca de nuestra pasada existencia. Y soñamos con mundos fantásticos, donde jamás hombre ha estado antes, y viajamos en imaginación hasta allí, en naves inexistentes pero que podrían presagiar el futuro. Y cantamos, y bailamos, y construimos, y jugamos, y compartimos… y… sí, el hombre desde su pequeño poder puede potenciarlo y alcanzar grandes poderes.
Muchos más podría si armonizara su multidimensionalidad, si se unificara internamente y de esa manera se unificara con lo exterior.
¡Cuántas posibilidades tiene el hombre, pero cuán poco puede hacer al mismo tiempo!
¿Qué hacer entonces?
¡Lo mejor!
Pero no pretender ir más allá de donde en verdad podemos llegar, en especial cuando de relacionarnos con otro se trata.
Y disfrutar del momento, del aquí y ahora, sin despreciar el porvenir, porque es la manera correcta de vivir.

Por otra parte, cuando tenemos algo de poder el EGO suele hacer que no lo aprovechemos. ¿Cómo? Nos hace sentir impotentes, con menos dominio del que en potencia tenemos; o llevarnos al fracaso por hacernos creer que tenemos “súper poderes” y entonces tropezamos con la realidad que nos demuestra la falsedad de nuestra ilusión. En ambos casos solemos terminar derrotados.