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Libres ¿De qué?

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La abolición de la esclavitud en los EEUU allá por los años de 1863-1865 fue más que un reconocimiento a los derechos fundamentales de cada individuo (en particular los de aquellos, que en esos días padecían el yugo de la opresión en forma de esclavitud) fue más que un reconocimiento a los derechos, una apertura de la conciencia fundamental que reside en cada uno de nosotros, para poder reconocerse a sí mismos (y a los otros) como seres humanos.

Sin embargo aquella libertad lograda en esos momentos, siguió siendo potencial y no dada, pues ya no había más cadenas que ataban a los individuos, ni más sometimiento por parte de los otros, pero con todo y esto, seguía existiendo el encarcelamiento mental, el condicionamiento emocional, la limitación en lo social y como resultado…. el aprisionamiento en lo espiritual, a final de cuentas esa “libertad” no era más que una apariencia, una ilusión más del ego para mantener sometida a la persona, si eran libres de las cadenas físicas que los mantenían atados y en un estado de limitación, pero aun existían otros factores que les impedían alcanzar la plenitud, la verdadera realización, su auténtica libertad.

Una libertad superflua no le provee de sentido a la existencia, es más un placebo, que un estatus de realización de la persona, Víctor Frankl un prisionero más de los campos de concentración nazis, en una de las peores miserias que ha podido experimentar el ser humano, logro entender esto, que la libertad autentica le provee al individuo un sentido de trascendencia, un verdadero significado para vivir, el, a través de la vinculación autentica (consigo mismo) y con el prójimo, logro alcanzar ese estatus, ese respiro, esa bocanada de aire, como cuando después de estar mucho tiempo bajo el agua, anhelamos alcanzar la superficie, una libertad que muy pocos llegan a saborear, aunque todos son capaces de alcanzarla, Víctor Frankl perfecciono dentro de ese terrible contexto de encarcelamiento, humillación y vejaciones, su famosa técnica llamada logoterapia, fue autor de diversos libros, además de muchos otros logros más, es paradójico que haya logrado detonar sus potenciales después de haber atravesado por esa terrible experiencia, más bien podríamos imaginar que resultaría fuertemente traumatizado, que de ahí en adelante seria tímido, introvertido, alejado del contacto con el “exterior” pero no fue así….. logro lo que pocos “libres” serían capaces de hacer, impacto su verdadero ser, logro un verdadero reencuentro consigo mismo, y de ese modo, el talento, la inteligencia, todos su potenciales pudieron salir a flote, emergieron para dotarle a él y los que le rodeaban un poco de su divinidad, un reencuentro consigo mismo.

Dice el Psicólogo Yehuda Ribco (2012) en uno de sus trabajos acerca la redención personal y la esclavitud a manos de las religiones:

Cuando has pecado, te has apartado de la senda que debes andar, esa es la definición de pecado.
Como muchos quizás sientes y crees que estás perdido para siempre.
Así también te lo han inculcado en tu hogar, en tu iglesia, en tu “sinagoga”, en infinidad de sitios que pregonan doctrinas religiosas en las cuales el hombre ES pecador y sin remedio, alguien destinado a la muerte eterna, al sufrimiento, al “infierno”.
Cuando te quieren manipular, que es en el 99% de los casos, te ofrecen falsas esperanzas, salidas milagrosas, maravillosos remedios para enfermedades que no tienes. Te venden, a precio carísimo, salvadores, redentores, sangres derramadas para purificarte, y te hacen sentir y creer que esa es la única manera de escapar del destino espantoso que te espera por ser pecador. Si no acatas, si no te sometes, si no te esclavizas, entonces estás condenado, solamente “tu padre” Satanás está aguardando por ti, para freírte en aceite hirviente y azufre en el infierno. Te desean las peores maldiciones, te auguran un futuro de pesadilla eterna. O acatas sus dogmas y te dejas abusar por los amos y reniegas de todo derecho a ser libre, o lo peor está preparado para ti. No hay otra solución, solamente infierno o sus dogmas.
Atención, esto es evidente cuando se trata del mito de Jesús, Yeshua, o el nombre que le quieran poner, en donde es textual esto mismo que te dicen. Te hablan del pecado original, de tu imposibilidad de ser salvo sin la sangre del cordero, de cómo su dios te odia y por ello te impone mandatos imposibles, para que tropieces y te vayas directo con tu padre el demonio. Es textual, así te amenazan y manipulan para que acates, te sometas, cierres los ojos, canceles el pensamiento y creas por fe ciega, o te vas al infierno, o te vas al infierno… o te hacen vivir el infierno con sus amenazas, presiones, agresiones, hostigamiento, desprecio, abandono, etc.
Pero, no solamente los seguidores del falso dios colgado actúan así. De todas las tiendas religiosas se levantan los “iluminados” que te atemorizan con castigos y sufrimiento, aquí o en la eternidad, si es que no avienes a ser manipulado por ellos. Cambiarán los nombres de los dioses, serán otras las propuestas doctrinales, pero al final es lo mismo: EGO. Manipulación, falsas creencias, soluciones mentirosas, hacerte vivenciar la impotencia para romper tu autoestima, esclavizarte, echarte culpas, fomentarte miedos, obligaciones estrafalarias, repetición de lemas, conductas absurdas que se convierten en reglamentarias, no comunicar, ser dócil ante el clérigo, llevarte a un estado de pobreza multidimensional desde la cual no tengas más respuesta que el abandonarte a sus exigencias.
Repito, desde todas las tiendas religiosas y sectarias se procede así, más o menos encubierto, con mayor delicadeza o brutalidad, pero allí en el fondo y en la finalidad encontramos siempre lo mismo. Mucho EGO, manipulación, distorsión de la realidad, desbalance, falta de Shalom (verdadero) aunque se repita mucho la palabra “shalom”, agresión, quejas, hacer sentir culpable, amenazas, promesas imposibles de verificar, esperanzas huecas… EGO… mucho EGO… (TESHUVÁ: la salvación mesiánica)

Vemos entonces que hay sometimiento aunque el mundo se crea “salvo”, aunque se diga que un hombre limpio al mundo de sus faltas, aunque se diga que con creer o tener fe arreglas todo, aunque se diga todo eso, aun así, el mundo, la sociedad, estamos truncados, vivimos coartados de una auténtica libertad, de una genuina realización (en todos los aspectos y no solo de manera parcial) vivimos sin poder desarrollar con soltura nuestra creatividad, nuestras emociones, nuestros vínculos con los demás, vivimos sin aprovechar nuestra capacidad intelectual y si también vivimos sin ser espirituales, aunque nos llenemos de religiones.

Bajo ese sometimiento, no puedes amar ni ser amado, tu realización en lo social es pobre, tu desarrollo intelectual es bajo, tus sentimientos no son ejercidos de manera saludable, en muchas ocasiones también el cuerpo es descuidado, y te podrás preguntar ¿pero la gente religiosa que yo conozco, no son así, ellos parecen ser felices? De hecho es cierto parecen felices, de a momento parecen serlo, pero solo es eso apariencias, porque si observas con detenimiento, entonces veras el desbalance, la falta de plenitud, si es gente que trabaja, tiene hijos, obligaciones, cuentas que pagar, compromisos sociales, hasta ¡una profesión!, pero ahí detrás de todo ello encuentras lo mismo, encarcelamiento mental, condicionamiento emocional, limitación en lo social, ¿O crees que aquellas personas por ser casadas en realidad tengan encuentros auténticos con su cónyuge? ¿O solo serán mero arrebatos emocionales que manan desde lo profundo de un ego desconsolado (por aquello de te quiero “para mi”)? Mas parece que es lo último, porque desconocemos el verdadero significado de lo que es amar, de aquella vinculación que es positiva para ambos y no solo un dulce melindroso para el ego, si aquellas personas están esclavizadas, condicionadas, aunque parezcan exitosas, en realidad viven sometidos, saboteados por sí mismos.

Es que ser libre, significa ser persona, cuando entendemos que persona es un conjunto de características únicas y diversas contenidas en algo que llamamos cuerpo humano, así entonces cuando procuramos por nuestra salud, física, emocional, intelectual, social y espiritual, es que podemos decir que gozamos de auténtica libertad, y esto no se logra de otro modo que reencontrándose consigo mismo a través del encuentro autentico con el prójimo, siempre mediante acciones de bondad y de justicia.

Cuando existe desarrollo multidimensional es que estamos en un ejercicio de auténtica libertad, pero si algún aspecto de nuestra persona no está siendo atendido como es correcto, entonces no somos tan libres como pensamos.

Comprender esto es dar un primer paso para nuestro viaje hacia la libertad, saberlo nos afianzara en ese camino de liberación y conocerlo (experimentarlo) finalmente nos hara caminar hacia ese rumbo.

Quiero hacer remembranza de unas palabras de un viejo discurso de mi padre.

Dice así: “la característica fundamental que distingue la humanidad de nuestros días, es el cambio. Este cambio exige una necesidad vital de comunicación, una comunicación amplia y permanente. Todos participamos como individuos y como colectividad en el quehacer social, para entender y transformar el presente, y para construir un futuro promisorio, futuro que será, el pasado de un hombre nuevo, y cuando hablamos del hombre, nos referimos a los adultos y a los niños, a las mujeres y a los varones, unos y otros deben comprender que el porvenir de sus hijos es uno solo y que su mejoramiento exige la unión de sus afanes y la comunión de sus ideales”

Finaliza diciendo: ”El hombre se libera por la educación y se redime por el trabajo”

La libertad autentica y genuina, no solo mana desde lo físico, desde la “libertad corporal” sino que es un ejercicio cabal de todas nuestras características que nos distinguen como seres humanos.

Somos individuos multipotenciales y como tales, si hacemos uso correcto y adecuado de todas esas características, entonces, y solo entonces, podemos decir que verdaderamente, somos hombres libres.

Referencias bibliográficas

Ribco, Y. (2012) TESHUVÁ: la salvación mesiánica. Obtenido desde http://fulvida.com/ajenos/misioneros/teshuv-la-salvacin-mesinica

La simplicidad de Las Siete Leyes

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Espero se encuentren sumamente bien queridos lectores.

El otro dia una compañera de trabajo, seguidora de la fe nazarena, me pregunto sobre los siete preceptos que cada uno de nosotros (e inclusive ella) debe cumplir. Al numerarselos y comunicarle un poco de lo mismo, me dijo que eran muy obvios, que a cualquier persona se le ocurriria vivir asì.

Sera asì?… Me cuesta mucho imaginar un mundo sin leyes Divinas, pero…

Bueno, siguiendo con el relato, mi respuesta fue: que si bien entran en el marco de lo que comunmente se conoce como ètica y moral, quien las cumple debe cumplirlas porque asi Dios ordenò, nos parezca bien o no, nos parezcan Divinas o no.

Y logre darme cuenta de algo, que creo es importante y poco tenido en cuenta. Las siete leyes de Noaj, son leyes simples pero Divinas, son leyes que entran en lo etico y moral pero a la vez son profundas. Las siete leyes en su conjunto son un anunciado de: «No te compliques la vida, ella es simple, por lo tanto vivela con simpleza».

Mientras el idolatra reza a cierto horario, nosotros lo hacemos cuando podemos, y no por ello somos pecadores.

Mientras el idolatra siente la presencia de Dios (o de su dios) en la iglesia, nosotros la sentimos en todos lados.

Mientras el idolatra se llena de palabrerias, nosotros enseñamos con el ejemplo.

Mientras el idolatra le llena el bolsillo al traficante de la fe, nosotros damos caridad a quien se la merece y segun nuestras posibilidades.

Mientras el idolatra se autocastiga, nosotros disfrutamos de la simpleza de la vida.

Obvio que podemos ayudar a quien quiera ser ayudado, no toleramos la idolatria, eso sì, pero tampoco nos olvidemos de que las personas idolatras tambien son personas.

Asi, mi querido lector, para culminar estas lineas, la vida es simple, se nos otorgaron siete leyes Divinas para hacer de ella una vida de felicidad, de a ratos en este mundo pero eterna en el mundo venidero.

Y tu, que tienes para compartir sobre la supuesta simplicidad de las siete leyes?

Gracias!!!…17957_100120453357199_6438241_n

 

 

IEADA (primera parte)

Cada problema que atravesamos es un momento o estado de impotencia, real o vivida.
Si tuviéramos potencia, poder, y lo pudiéramos aplicar de manera positiva, entonces no sería en modo alguno un problema.
Problema  = impotencia, real o sentida.

Sabemos que ante el sentimiento de impotencia se dispara automáticamente el EGO con alguna de sus herramientas naturales y/o sus derivados.
Habrá, repito que de forma automática, una o varias de las siguientes conductas: llanto, grito, golpes o desconexión de la realidad,  y/o cualquiera de sus derivados.
No depende del pensamiento, ni de la voluntad, ni de etnia, estado civil, edad, religión, estrato social, cultura, sino simplemente de cómo está organizado el cuerpo y su sistema rudimentario de defensa.

En determinados problemas la respuesta del EGO puede ser la indicada o quizás única posible.
En otras es la que surge espontáneamente, involuntariamente, en una fracción de segundo, pero que tal vez si dejáramos pasar un par de segundos más y no actuáramos en base al instinto, la respuesta y el posterior encadenamiento podrían ser de mejor resolución.
Ambas son normales, naturales, desprovistas de intencionalidad, ninguna pecaminosa en sí misma, nada de demonios y posesiones, tampoco de destinos místicos, simple y llana fisiología.
Pero en una el resultado es el esperable y necesario, en la otra las consecuencias suelen ser un empeoramiento de una situación que podría haber tenido otras derivaciones.

Evalúa tú y considera cuándo es oportuno y necesario que sea el EGO el que responda.
Un bebe con hambre, no va hasta la cocina y se prepara la cena, llora, grita, patalea o se duerme al no recibir los cuidados de un adulto atento y responsable.
Una señora mayor que está siendo arrojada al piso para robarle su cartera, probablemente reaccionará con gritos, algún intento de forcejeo, tal vez llanto y en puede que tenga algún episodio de desconexión de la realidad.
El joven que a la madrugada está volviendo del baile y lo rodean unos patanes para molerlo a palos, por el “placer” de dañar a alguien indefenso o tal vez “diferente”, ¿cuál será su reacción automática?
Y al señor que le comunican que su amada esposa tiene un cáncer terminal, ¿cómo reaccionará al primer momento?
Y alguien que ve salir  de un hotel de alta rotatividad a su cónyuge que está abrazada fuertemente de otra persona, ¿tendrá una respuesta inmediata ecuánime y meditada?
Y al enterarse que la empresa a la cual le ha sido fiel durante 34 años le está por despedir. O cuando llega la edad de la jubilación y no tiene un proyecto para continuar su vida con un propósito.
O cuando su pareja de mediana edad, que no trabaja y se pasa en casa todo el día de malhumor, agrediendo a sus hijos de un anterior matrimonio, y reclamando y demandando su atención y dinero.
O cuando quiere divorciarse, ya está cansada de la vida con su cónyuge, pero no tiene el valor, o la decisión, o el dinero, o lo que sea y sigue en esa prisión.
Y no salvó el último examen que debía para recibirse de su profesión, a pesar de haber estado 100% segura de que estaba más que resuelto.
O alguna persona conocida no te saludo aunque pasó a tu lado y evidentemente te vio.
O el vecino que hace ruidos muy molestos, para usted, a cualquier hora, cualquier día, y no hay pedido o amenaza que le devuelva la tranquilidad.
Y si su auto de repente se queda sin frenos y va a velocidad considerable en una ruta atestada.
Y en la oficina te pasean de una ventanilla a otra, de un formulario a otros dos, de una sección a la siguiente y largas colas de por medio, para no obtener respuesta. Ídem con llamadas telefónicas en donde te recibe una contestadora automática, musiquita espantosa y nadie con quien comunicarte durante horas.
El ascensor que no baja y tú dale que e dale tocando el botoncito y sudando para que de una buena vez se abra la puerta y subas a tu piso.
O la chica jovencita que recién conoce a un muchacho (con el cual ya tuvo relaciones íntimas) y éste se la pasa hablando de ex novias, conversando con ellas por teléfono a cada rato, descuidándola, ignorándola.
O su hija que no quiere comer, y se empecina en no comer, y se niega a comer, y es una guerra campal cada vez que se sientan a la mesa para la comida.
Y cuando su perrita se suelta de la correa y sale corriendo a gran velocidad justo delante de un camión que viene presuroso.
Y su adorado equipo de fútbol está jugando espantoso, el árbitro cobra en contra todo el tiempo, y nada parece salir bien.
O cuando está apasionado por esa chica hermosa, siente que la ama, que es la mujer de sus sueños, que no puede haber otra como ella, que la tiene ahí a su lado, pero no se anima a encararla con una propuesta, ni siquiera con una tímida invitación al cine y no mucho más.
O… podríamos seguir imaginando problemas, grandes o pequeños, reales o imaginarios, vitales o banales, trascendentes o vacíos, del momento o a largo plazo, personales o que involucran a más personas, y encontraríamos que siempre estamos ante el sentimiento de impotencia y el instantáneo brote del EGO como respuesta.

Te pedí que evaluaras cuál situación se resuelve apropiadamente con el EGO y cual pareciera resolverse pero se desmejora y agrava como consecuencia de permitir que sea el EGO quien toma las riendas de tu conducta.

Si ya hiciste este ejercicio, ahora te pido que evalúes un día cualquier de tu vida. Puede ser hoy mismo. Distingue las situaciones o estados de impotencia por las cual pasaste. Descubre tus impotencias, cómo llegaste a ese estado o situación. Percibe el juego del EGO desde las sombras. Date cuenta de si tu reacción fue la más provechosa para la mayoría de los implicados, o si termino por ser peor. Haz una lista para tener los datos a la vista y sin equívocos luego.
Hazlo por favor.

Ahora toca aprender a manejarse de manera más eficiente y efectiva, para dotar a tu vida de propósito, de tranquilidad, de goce de la bendición, de felicidad.
Vamos a ver cómo proceder para salir del bucle, no perpetuarse en círculos viciosos.
¿Estás preparado?

Pero no será ahora.
Este tema, si Dios quiere, lo continuaré ni bien pueda y quiera.

Ira

La ira, dice el diccionario:

1. f. Pasión del alma, que causa indignación y enojo.

2. f. Apetito o deseo de venganza.

3. f. Furia o violencia de los elementos.

4. f. pl. Repetición de actos de saña, encono o venganza.

La ira.
Por alguna razón la solemos ocultar, reprimir, negar, excusar, justificar, esconder, despreciar, avergonzarnos de sentirla o manifestarla, culpar o culparnos por ella.
Pero también la dejamos explotar, destruir, arrasar, carcomer, lastimar, esclavizar, matar.

Surge del EGO.
En su faceta positiva, es un recurso primitivo, inconsciente, natural, animal, una pasión automática y veloz “del alma” (entendida como configuración natural o energía primordial de vida) con la que contamos para defendernos en casos de extremo peligro, es un mecanismo rudimentario pero puntualmente efectivo para la supervivencia.
Su faceta negativa, es su manifestación (o represión inconsciente) en todo el resto de las circunstancias y situaciones. Por ejemplo, si nos sentimos socialmente  ignorados, lastimados emocionalmente (pero sin daño físico directo), no atendidos, rechazados, frustrados, es normal que el EGO dispare algunos de sus herramientas y que se configure una reacción iracunda, exactamente como si estuviéramos ante un peligro real de vida (como si tuviéramos que batallar para seguir vivos). Esta reacción realmente NO nos ayuda a preservarnos u obtener atención saludable. Por el contrario, aumenta el problema, le añade otros componentes que alegan de la resolución pacífica y constructiva.

Así pues, es necesario reconocer que uno está sumido en ira, admitirlo, saber que eso está pasando en nuestro interior. Darnos cuenta de que algo nos está haciendo sentir impotentes, real o imaginariamente, y que ha provocado la respuesta desde el EGO en forma de ira.

Sí, me siento engañado; sí, esa persona que tanto idealicé me defraudó; aquella amada me rompió el corazón; mis expectativas se marchitaron por inoperancia de otro; sufrí de una evidente injusticia que me imposibilitó alcanzar un propósito anhelado; se burlaron de mí; en fin, tantas circunstancias que nos someten a la sensación de la impotencia y la consiguiente reacción del EGO.
Entonces, mi pecho palpita rápidamente, mi respiración se hace rápida y entrecortada, siento la garganta apretada, me acaloro, la sangre se me sube a la cabeza, siento ganas de romper, de lastimar, de quebrar, de gritar, de insultar, de descalificar, de desparramar mi enojo y sentirme de cierta forma con poder. Sí, quiero controlar aquello que me sometió a la sensación de impotencia, y quiero demostrar que tengo poder, que controlo, que domino, que no soy débil. Quiero rugir, que mi voz haga estremecer al que me deja indefenso con su conducta, quiero hacer sufrir, quiero que el otro deje de demostrar mi pobreza para que yo demuestre cuanto valgo, que tan poderoso soy.
Pero, si exploto, si dejo que el EGO tome el timón, si grito, lloro, golpeo o me desconecto de la realidad, no estoy siendo más poderoso, sino más débil. Ciertamente soy más esclavo de mi impotencia y aumento el problema inicial.
La ira es parte del problema, nunca de la solución.
Pero, ahí está, la siento, no la niego, no la justifico, no la apaciguo con palabras falsamente calmantes. La reconozco, la admito, sé que estoy muy enojado, sé que estoy con ganas de hacer daño, sé que algo me ha llevado a sentir impotencia, pero no la manifiesto, tampoco la reprimo ocultándola y haciendo como si nada pasara.
La admito y la dejo ir sin dañar ni dañarme. Respiro, respiro, me concentro en la respiración. No hablo, no digo, no me quejo, no golpe, nada… respiro y me concentro en la respiración. La reacción automática, desde las zonas primitivas del cerebro, pasa en pocos instantes. Debo dejar que ese canal neuronal deje de tener influencia para que me maneje desde zonas desarrolladas del cerebro.
No lucho contra la ira, tampoco la trato de dominar por medio del engaño o negación/represión.
La dejo ir, no la guardo de mi corazón como si fuera un tesoro, porque es estiércol y no oro. Tampoco la disemino por mi entorno, porque contamina. Ni se la lanzo a mi prójimo, aunque sienta que él tiene la culpa de mi malestar. Sino que la admito y la dejo fluir sin actuarla.
Es una alarma que suena, para que atiendas debidamente a lo que la disparó.
¿Ahora puedo poner un límite y detener la agresión que me llevó a sentirme impotente? ¿Hay algo más “evolucionado” que tengo en mi haber para usar y diluir la “amenaza”? ¿Lo que diré, haré, servirá para calmar la cosa o para echar más gasolina al fuego de las pasiones?

Sí, es fácil aconsejarlo, pero cuesta hacerlo. Lo reconozco. A mí también me cuesta. Por eso, es cuestión de entrenamiento. De preparase en cada oportunidad y trabajar en el control sin controlar.

¿Qué, quieres tener la última palabra en la discusión?
¿No quieres parecer un debilucho?
¿Te parece insoportable que el otro se vaya con la ilusión de que ha triunfado?
¿Quieres limpiar tu honor mancillado a causa de tu impotencia?
¿Crees que te mereces atención y gloria?
¿Sientes que te resignas a ser un perdedor si no ladras, asaltas, insultas, agredes, etc.?
¡Vamos! Piensa bien, no con las tripas, sino desde la multidimensionalidad.
¿Qué ganas cuando es el EGO el que te maneja como títere?
¿De que te vale tener la última palabra cuando es realmente “la última” en una relación que podría ser perdurable?
¿Que tan fuerte eres cuando solamente con el poder falso de la impotencia te levantas sobre otro?
¿Quien maneja tu vida cuando es el EGO el que decide tus acciones?
¡Vamos! Toma un poco de distancia y mírate. Mira tu cara enloquecida por el sufrimiento y el enojo. Mira el papelón que estás haciendo. Defráudate de ti mismo, tan falto de vigor y dominio que necesitas recurrir a los trucos primitivos del EGO para arañar algo de atención y poder.

Y, ¿qué tan fuerte eres cuando te arrastras de dolor a causa de negar que sientes ira?
Si te viven agrediendo, te maltratan, abusan de ti, te ponen en situaciones espantosas, te hostigan, y tú no sientes nada… ¿eso es poder, eso es haber aprendido a someter al EGO, o es una ceguera impresionante a la realidad, una represión grosera de tus emociones, y por tanto mucho, muchísimo EGO?

Una cosa es reconocer al EGO, admitir su injerencia, percibir tus emociones “oscuras” y no permitir que todo esto te lleve a actuar destructivamente.
Otra cosa, muy, pero muy distinta, es creer que no pasa nada, que está todo bien, que no sientes nada cuando estás bullendo por dentro pero te niegas absolutamente a reconocerlo.
¿Comprendes lo que te estoy enseñando?

¿Sientes ira?
Ok, qué bueno que te das cuenta.
No la niegues, no la rechaces.
¿Te das cuenta qué de la situación la ha gatillado?
¿Ves en qué eres o te sientes impotente y por tanto la situación te ha despertado la reacción del EGO?
Sí, ahora tienes la conciencia despierta. Estás en camino de armonizar tu Yo Esencial con las máscaras del Yo Vivido. Tienes una oportunidad refrescante para crecer a través del duro aprendizaje que te propuso “el destino”. ¡No lo eches a perder actuando la ira!

El camino del AMOR no del EGO.

Resp. 1115- ¿Es injusto obtener bienes mediante la desesperacion del projimo por querer vender rapido, a un bajo precio?

frankkk nos consulta:

Hola more, mi pregunta es si es correcto jugar con la desesperacion de la gente por vender, me refiero a que publican algo a tal precio en una pagina, no lo pueden vender y yo cuando veo que no lo vendio y le preguntaron muchas personas, le ofrezco un numero por debajo del que cuesta realmente, y hay ocaciones en que lo consigo, es correcto ? yo lo unico que hago es ofrecer nomas, pero siento que esta mal tener esa intencion !
Franco Farioli,19 años, estudiante, Santa Fe, Argentina

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El sentimiento del ego

Solemos durante nuestra vida, atravesar por diversas circunstancias, que impactan en determinada manera nuestra conducta, y como es natural ante cualquier circunstancia, emergen ante nosotros, dos opciones para reaccionar o responder ante eso mismo, dos respuestas para elegir…… libre albedrio se le suele llamar, una respuesta (aunque la menos usada) podría ser de modo racional y saludable, surgida desde el razonamiento empapado de conocimientos adecuados, que es tal como se viene difundiendo en este sitio, y se logra otorgando las herramientas necesarias para que las personas reaccionen de diferente modo ante la vida, con los conocimientos y técnicas adecuados, otra respuesta que es la más común, es reaccionando de manera emocional, para sobreponerse al tan temido y rechazado sentimiento de impotencia, que definiremos como “el sentimiento del ego” la principal herramienta que este mismo utiliza para mantenerse entronizado en la existencia, la mayor parte de nuestras vidas.

Estamos traumatizados desde el nacimiento, aunque lo ignoremos, aunque lo neguemos, y muy a pesar de que este intenso trauma por el violento acto del nacimiento, nos marca de por vida, gran parte de esta misma, solemos ignorarlo o pasarlo por alto.

La misma violencia con la que el recuerdo atroz del nacimiento quedo impregnado en nuestra memoria, con esa misma violencia solemos reaccionar en el día a día, piensa un poco acerca de tus relaciones, de los sucesos que enfrentas el día a día, momento a momento, y veras ese mismo rostro violento del recién nacido que fue arrancado de la tranquilidad y confort intrauterino, pero reflejado ya en un adulto que cuenta con distintas herramientas para operar de modo diferente y no desde la impotencia primaria.

El trauma del nacimiento es intenso, está grabado en nuestra memoria, con una carga emocional tan inmensa, que a cualquier atisbo de impotencia real o sentida, se desborda ese mecanismo de supervivencia con que el recién nacido “escapo” de la extinción, es un trauma y como tal nos marca de por vida, como aquel que tiene un aparatoso accidente automovilístico y ahora teme transitar las grandes y concurridas avenidas viales, o el que sufrió un secuestro y ahora vive a la expectativa de proteger su libertad y que cualquier individuo que le parece inusual, le despierta un estado de alerta, como decimos habitualmente quedaste traumado.

Saber que tenemos este intenso trauma en nuestro organismo, no es motivo de alarma o preocupación, sino principio de salud y bienestar, porque entonces nos re-conoceremos y procederemos a anular las operaciones del ego, ni bien empiecen a manifestarse.

Tomemos un ejemplo, uno bien común…..

La chica o el chico bien enamorado, que de repente y sin previo aviso, es despedido por su amado/a, muy probablemente con una fuerte desconexión de la realidad (ilusiones), y grandes planes a futuro y ambiciosas metas, y entonces de repente… ¡la ruptura! terrible y devastadora, ¿Qué puede hacer el joven ante esta lamentable situación? No otra cosa más que operar desde el ego (desde el sentimiento de impotencia) y la violencia se hace manifiesta, se agrede, se reclama, se violenta…. PORQUE EN APARIENCIA NO PUEDE HACERSE OTRA COSA, y si todo esto no funciona, para sobreponerse al tan temido sentimiento de impotencia, entonces se desconecta de la realidad a la persona, no es extraño ver en decepciones amorosas prolongados periodos de sueño o escapes imaginarios de la realidad insufrible y en algunos casos más extremos y lamentables incluso hasta el suicidio, es que cuando la persona se siente morir en algún aspecto de su vida, algo debe salvarla y lo primero que se presenta es el ego a través de sus primitivas herramientas (llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad) como cuando éramos muy pequeños.

Hay desesperación cuando a la persona la inunda el sentimiento de impotencia (el sentimiento del ego) lo denomine así, porque el ego es potente generador de sentimientos negativos, pero la raíz primaria de todos ellos, es el sentimiento de impotencia, de ahí se ramifica en desesperación, tristeza, ira y decepción, pero todos provienen originalmente del sentimiento de impotencia y en la desesperación, la persona puede acudir a diferentes salvadores (el primero es el ego), incluso en una atinada aunque no muy común decisión, el que es presa del sometimiento del ego, puede acudir a un especialista en salud mental, en bienestar emocional, el auténtico profesional que este empapado de todos estos conceptos u otros que sean de igual manera efectivos, ojo pero no de aquel supuesto profesional que te manda a estudiar libros sobre fe y religión, que lo único que hacen es hundir aún más a la persona en el abismo oscuro de la desesperación y el dolor, el auténtico profesional que conozca y sepa aplicar las técnicas adecuadas para que la persona pueda salir a flote.

Este vanguardista descubrimiento sobre el sentimiento de impotencia, es autoría del Lic. Yehuda Ribco (apreciado Maestro), y en la red comienzan a aparecer similares consejos a los que se vienen vertiendo en este sitio de manera periódica, en similar sentido al que se viene tratando aquí sobre el sentimiento de impotencia, no sabemos sus fuentes (podría ser que lo vieron aquí), de hecho es un descubrimiento revolucionario y un potente rectificador y potencializador de la existencia, tal vez en un futuro sea la base de los tratamientos más efectivos en lo que a salud emocional y mental se refiere, aunque de verdad, repercute en toda la multidimensionalidad del individuo.

Bueno pero hablando de la desesperación, hagamos un breve pero muy útil paréntesis, para abordar un poco más de este aspecto, que es muy común que sea utilizado, para someter al individuo, muy particularmente desde el seno de las religiones, pensemos un poco acerca de la religión, en un primer ataque le atribuye al individuo algún pecado que jamás cometió (pecado original), para luego venderle su “salvación”  a precio de oro (sometimiento por fe y cancelación del pensamiento crítico) una vez que el sentimiento de culpa fue incrustado en el individuo por medio de alguna dizque “divina” culpa, entonces ya la persona se abandona a las exigencias religiosas, porque desde su parecer no existe otra salida, algún escape de su lamentable (aunque imaginaria) realidad, y esto es desesperación, aunque después migre a estados emocionales más placenteros, pero aun así el individuo ya fue sometido por una causa irreal, y entonces viene el sometimiento a cualquier cosa absurda, recordemos que la religión es eso precisamente, sometimiento a lo absurdo, principalmente lo absurdo que proviene del ego, como sacrificios para salvación, ofrendas a cosas inertes para obtener determinados favores, y otras tantas cosas más que anestesian a la persona, sin concederle mayores beneficios.

Pero hay un aspecto fundamental aquí que es lo que deseo recalcar, particularmente hablando de cuando a la persona la asalta el sentimiento de impotencia y el pensamiento racional es cancelado, y entonces una oleada de sentimientos negativos sumerge a la persona en un terrible y doloroso caos (interno y externo), que se manifiesta por lo regular en dolor, tristeza, soledad, abandono y etc., seguramente lo habrás experimentado en alguna ocasión, ¿no? Y es que se siente morir cuando el sentimiento de impotencia invade nuestras vidas, pero ante esos terribles casos que suelen presentarse a menudo en nuestras vidas, ¿Qué hacer?

Como mencionamos algunas líneas atrás, es excelente contar con ayuda psicológica de algún aspecto, para esos casos de extrema urgencia, sin embargo no cualquier profesional estará disponible las 24 horas del día, para auxiliarnos cuando lo necesitemos.

Reconocer nuestra impotencia, es un primer paso de liberación y crecimiento, el segundo es hacer lo que podamos hacer dentro de nuestras sanas posibilidades por crecer, por ejemplo puedes charlar de estos temas, con alguien de tu entera confianza, para que así en conjunto, pueda existir mutuo apoyo, tal como el ego se colectiviza en determinada manera, así mismo, una técnica de liberación es mucho más efectiva si se practica en grupo, sería muy loable si nosotros mismos por nuestras propias fuerzas pudiéramos sortear solos esos malos ratos, pero no es así, sencillamente porque cuando el ego se impone, el pensamiento racional es cancelado, no es brujería, ni una maldición, sino simplemente una función biológica que se activa en determinadas circunstancias y en otras es puesta de nuevo en standby.

Hemos aprendido que la CA (Comunicación Autentica) es una poderosa herramienta, para armonizar nuestra existencia, y si hacemos uso de ella de la manera más adecuada puede haber grandes resultados, por ejemplo, si cuando estamos pasando mal rato, hablamos con un amigo, que este empapado en estos conceptos y le decimos nuestro sentir, tal vez de ello pueda surgir un buen consejo, una autentica palabra de aliento,, porque en verdad que cuando el sentimiento de impotencia inunda nuestra vida en verdad somos impotentes, porque por nosotros mismos salir de ello resulta mucho más que complicado.

Pero fuimos hechos para convivir en sociedad  con todo lo que ello representa, si somos impotentes en diferentes aspectos, pero también tenemos facultades, como el habla y herramientas como la comunicación, haciendo uso de ellas podemos ser mejores personas, pero ¡atención! Cuando se menciona acudir a alguien más para dialogar, no se trata de crear una dependencia toxica o enfermiza, sino todo lo contrario a partir del dialogo construir conversaciones positivas y edificantes que beneficien a ambas partes, y partiendo de la convivencia social, reforzar nuestra habilidad para manejar los estados emocionales del ego.

Recuerdo una vieja fabula de Esopo, de aquellas que leíamos cuando estábamos en la primaria, donde se probaba romper un haz de varas y una sola persona no podía hacerlo, pero al hacerlo en conjunto (con mas personas) finalmente el haz cedía y se rompía, bien vale la pena recordar aquella fabula y tomar la interesante analogía, para decir que somos más efectivos en grupos inteligentemente organizados.

Tal vez cuando los embates del ego quieran hacer desmanes, alguien nos podrá decir.

No quieras controlar lo que no puedes controlar

Haz tu parte el resto no depende de ti……

No depende de ti… lo que el otro controla

Hace poco halle una vieja libreta de mi padre (su alma repose en el seno del Eterno) donde preparaba los borradores de sus discursos  que daba al finalizar los ciclos escolares, para finalizar tomare un par de líneas  de uno de esos discursos.

Dice así:

“Pueden tener  la seguridad de que lo que hacen sirve al país, de que en una forma o en otra, colaboran a la búsqueda de la justicia social, que debemos todos encontrar, dentro de la libertad con formas de trabajo y organización.”

Y finaliza diciendo:

“Nuestro tiempo es la época del despertar de la conciencia crítica. Nada ni nadie podrá detener el progreso de México, cuando este se finque en la fuerza organizadora y la inconformidad creadora de todos sus hombres y mujeres.”

Palabras atinadas e inteligentes, organizados somos más eficientes, mucho más eficaces, y la potente inercia que lleva el ego (a través del sentimiento de impotencia) suele detenerse si por fuente exterior, se hace un llamado a la cordura y la lucidez, con las palabras justas y en el momento exacto.

Y el ¡gran secreto! Para minimizar el influjo negativo del ego sobre nuestras vidas, se reduce a compartir y crecer en sociedad.

Referencias bibliográficas

Ribco, Y. (2005) Cterapia Optimismo: querer no es poder, pero es un paso… http://serjudio.com/cterapia/cab050404.htm

Ribco, Y. (2011) Herramientas del EGO. Obtenido desde http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/herramientas-del-ego

Ribco, Y. (2012) Malas conductas. Obtenido desde http://fulvida.com/fortalecimiento/ego-fortalecimiento/malas-conductas

Ribco, Y. (2012) Ego colectivo y Era mesiánica. Obtenido desde http://fulvida.com/id-noajica/despertando-al-projimo/ego-colectivo-y-era-mesinica

Ribco, Y. (2012) Tu sentimiento de culpa. Obtenido desde http://fulvida.com/ajenos/misioneros/tu-sentimiento-de-culpa

Ribco, Y. (2012) De amor y soledad. Obtenido desde http://fulvida.com/id-noajica/familia/de-amor-y-soledad

Ribco, Y. (2013) El cambio. Obtenido desde http://fulvida.com/fortalecimiento/ego-fortalecimiento/el-cambio

critica

Difusión Prismática

fulvida logo prism

Una de las tendencias -diría yo que «doctrinales»- dentro de las sectas religiosas es la de hacer proselitismo. Oh si!… ese afán desesperado de propagación, de convencer al otro de que está mal, de que está en desgracia y en pecado desde el mismo día en que nació y que seguirá condenado, a no ser que acepte incuestionablemente creer en el dogma que se le predica.

Me pregunto cuantas veces mientras esperamos en la parada de bus habremos escuchado algo como:

«… ¿Alguna vez le han hablado del evangelio? Déjeme leerle un pasaje de la biblia, en el libro del apocalipsis… Lo ve! usted está condenado!… pero «dios» tiene cosas buenas para usted…»

Este religioso de manera intrusiva, utilizando la amenaza y la manipulación intenta vender su producto: «La salvación», la cual con un amplio portafolio de servicios, incluye:
-No sufrimiento perpetuo en las llamas infernales junto a Satanás, después de la muerte.
-Ser raptado en el día del juicio final (al estilo de alguna película de Aliens)
-Un mundo futuro en donde jugaremos con leones y osos polares en un picnic dominguero junto a un dios encarnado por toda la eternidad, entre otras atracciones…

El misionero por «excelencia» crea una necesidad, un problema que nunca existió; entonces condena, degrada, juzga, se ensalza y después te da la solución para todos tus males. Tal cual lo hace aquel ágil vendedor entrenado para convencerte en tu propia casa de que necesitas lo que te ofrece, hasta el punto que te preguntas ¿Cómo he podido vivir sin esto toda mi vida?!… Así el proselitista trata de convencer a su objetivo, para sumarlo a su lista de ventas efectivas.

Se preguntarán a dónde voy con todo esto que posiblemente ya conozcamos de memoria y por experiencia propia…

Pues bien, nosotros como noájidas conscientes, tenemos una enorme tarea: despertar al prójimo y «abolir” la esclavitud de la idolatría…
Pero. ¿Es acaso proselitismo lo que debemos hacer para despertar al prójimo y dar a conocer los 7 preceptos universales?
Recuerdo haberme encontrado a través de los años con noájidas en internet (incluyendo en Fulvida) que han intentado hacer diferentes esfuerzos, usando métodos diversos para la “propagación” del noajísmo de una forma “viral”; sin embargo, algunos de ellos (NO generalizo) se han encaminado en esta tarea, usando métodos típicamente proselitistas… esto es, con premisas como por ejemplo:

– “Tenemos la verdad”, “Nosotros estamos bien, ustedes mal”, “Únanse a nosotros” o repartiendo material informativo (electrónico o físico) comparando religiones con el noajísmo, etc.

Esto a mi parecer, ya no es una cuestión de persuasión, sino de tratar de convencer a las personas para ganar adeptos, tomando como referencia el “éxito” del cristianismo y el islam.

 

Desde luego NO estoy diciendo que este ímpetu y ganas de dar a conocer la identidad espiritual al no judío sea algo malo, todo lo contrario! -es nuestra labor- pero considero que el error radica en tratar de hacerlo como si se tratase de una campaña de “evangelización” o como si se estuviera «misionando entre los misioneros».

El Eterno le encomienda en Su Torá al pueblo judío ser «luz a las naciones» y ser un «pueblo de sacerdotes» para que los demás pueblos (los hijos de Noaj) sepan cuál es su rol para la construcción de una sociedad más justa, además que tengan conocimiento del Único Dios y abandonen la idolatría. Pero el pueblo de Israel nunca ha sido particularmente proselitista y mucho menos en los últimos dos milenios en la diáspora… no es necesario ser un experto en historia para saber por qué.

Un claro ejemplo de ello, es esta misma página, que para el asombro de muchos (y a pesar de lo que otras personas malintencionadas y con sed de religiosidad puedan decir) Fulvida ha tenido un éxito incuestionable y sin precedentes en los países de habla hispana e incluso otros, sin la necesidad de campañas proselitistas… únicamente gracias al contenido que tiene, el cual se ha caracterizado por ser de gran calidad, amplio, educativo, ético, transparente.

El Moré con sus colaboradores ha hecho una gigante tarea por años, consiguiendo que la luz de la Torá llegue a los noájidas, lo que nos corresponde como noájidas.
Sin embargo nunca se ha optado por hacer una campaña ni proselitista, ni invasiva para convencer a nadie de que se «convierta» en noájida.

Esa es la diferencia entre el noajísmo y las religiones, el noájida es noájida desde que nace.

Entonces, ¿qué se supone que se debe hacer para que se difunda el noajismo?

Pues bien, si el pueblo de Israel fue encomendado por el Eterno para ser luz a las naciones, eso quiere decir que nosotros tenemos un rol importante para que esto sea posible. Nosotros los noájidas debemos ser refractores de esta luz. Yo lo llamaría: Hacer una «difusión prismática».

Tal cual la luz atraviesa el prisma y crea el espectro de color, debemos proyectar esa luz multicolor, incluyente, motivadora, pura, optimista, alejada de lo ilícito, sin religiosidad, sin palabrerías… Tan clara como el mismo arco que el Eterno redefinió como una señal de su convenio con las naciones, ese poderoso símbolo siempre visible para nosotros, que bien podría recordarnos que hay que «Apartarse del mal y hacer el bien» Eso es construir Shalom, eso es difundir noajísmo!

Por supuesto que ahora tenemos herramientas mediáticas muy poderosas para la difusión. Pero, aparte de saber cómo usarlas llenando la web de noájismo panfletero, ¿Estamos realmente proyectando luz y despertando al prójimo por el hecho de darle una lista de 7 mandamientos?

¿De qué nos sirve andar “predicando” como cualquier misionero, para intentar difundir una conciencia noájida, si lo hacemos imponiendo nuestras ideas, difamando a personas de bien, criticando…?

¿Y si la gente, aparte de tener una lista de códigos que le digan qué hacer y qué no, percibieran que somos personas notablemente justas, solidarias, éticas, respetuosas?… y esto debido a apegarnos a los 7 preceptos universales? ¿Qué creen que pasaría?

Los invito amigos a que seamos más proactivos, a que sigamos aportando a este hogar con conciencia, opinando con sentido. Invito de igual forma a aquellos pasivos lectores anónimos que se animen a hacerlo también. Difundamos noajísmo haciendo uso inteligente de las poderosas herramientas mediáticas de nuestra época, compartamos el nutritivo contenido de Fulvida donde queramos, pero no sólo para convencer a otros de que están equivocados, sino con el  ánimo de mejorar sus vidas, pues no somos fanáticos que queman libros y destruyen iglesias. Cuando aquellas personas que aún están en la idolatría descubran su identidad espiritual, ellos mismos se encargarán de convertir sus templos en bibliotecas y centros de estudio.  A difundir constructivamente!

Saludos a todos y feliz semana!

Un regalo para ser feliz

Estás a pocos renglones de recibir un gran regalo de mi parte, que espero te sirva para mejorar todas las dimensiones de tu existencia.

Cuando enriqueces –realmente- tu vida, cuando gozas la plenitud, cuando disfrutas del bienestar, comienzas a “vibrar” en una cadencia de armonía muy diferente a la existencia marcada por la esclavitud al EGO.

La cadencia del EGO es pesada, tóxica, perturbadora, estridente hasta el dolor o plagada de silencios represivos, confusa, caótica, enfermiza, limitante hasta la angustia, falsamente liberadora hasta el punto de la falta de límites saludables (que conlleva agresiones, crímenes, delitos, faltas, adicciones, etc.).
Es como un ritmo de marcha militar, rígido, inflexible, severo, en donde cada detalle debe estar inspeccionado y compilado; es como un canto religioso medieval, monocorde, monotemático, extraño a lo bello del mundo, oscuro, frío, tedioso, carente de vitalidad; es como un jolgorio sin gracia, una feria de rarezas sin alegría, risotadas que esconden tristeza, el caos de la impotencia.
Es como esto:

(Recomiendo ver el video que se abre haciendo clic aquí, brinda una secuencia de audio e imagen que es brillante en su dura poesía).

Lo queramos o no, lo sepamos o no, generalmente marchamos según ese ritmo terrible, de miedo, dolor, sentimiento de culpa, enojo, ira, gritos, llantos, golpes, manipulación, creernos impotentes o todopoderosos, perdernos en ilusiones o mentiras. Es la marcha del EGO.

Pero es posible dar pasos alternativos, edificantes, liberadores, refrescantes, gozosos, plenos, con sentido, vitales, eternos.
Está a nuestro alcance danzar, movernos, avanzar de acuerdo a una cadencia diferente.
Uno que armonice nuestros diferentes planos, que nos unifique internamente y con el otro.
Este vibrar armonioso, este cambio interno que retumba y se refleja en lo externo, se puede convertir fácilmente en un generador de una nueva sincronía, que no sea más la del EGO (individual y que se amplifica en lo colectivo), sino la sincronía del AMOR.
Somos nosotros los iniciadores indirectos de un movimiento de sincronización positiva, que es una manera excelente de difundir la construcción del shalom.

En otras ocasiones te he provisto de herramientas y saludables consejos para evaporar el falso poder del EGO sobre ti, que no repetiré ahora, pues hoy tengo un regalo más para sumar a los ya dados gratuitamente.

Este regalo se llama: la risa.

Reír.
Que no es lo mismo que burlarse, ni reírse de cosas desagradables o contrarias a los mandamientos, ni ser sádico ignorando el tiempo del sufrimiento real, ni actuar como tonto (aunque el rabí Najman de Breslov alguna vez aconsejó comportarse tontamente, justamente para encontrar el poder sanador de la risa), ni dejar de ser responsable y comprometido.
Reír, es reír.

Aunque al principio uno lo haga forzadamente, por compromiso, bien pronto se sueltan las restricciones sociales, las prohibiciones familiares, las vergüenzas y sentimientos de falta de adecuación todas ellas probablemente pautadas por el EGO, y surge la risa espontánea, fresca, sincera, sin otro motivo más que el reír.
Se aflojan los músculos, se oxigena el organismo, se llenan los pulmones, la sangre llega con más riqueza nutricia a cada rincón del cuerpo. Se expulsan sustancias tóxicas acumuladas, se relaja la postura, se siente bien.

La risa provee de beneficios multidimensionales, desde la liberación de endorfinas (hormonas del placer y bienestar), reducción de epinefrina y cortisol (hormonas que se vinculan al malestar y estrés), mejorar el sistema cardiovascular y el respiratorio, fortalecimiento del sistema inmune, crear/reforzar lazos afectivos, oxigenar la sangre y mejorar el rendimiento global del organismo, sensibilizar a la presencia del otro, entre varios efectos positivos más.

Pero además, le restamos a su poder (aparente) al EGO, lo que nos da mayor sensación de potencia, vitaliza nuestra auto percepción.
El tema puede ser extenso y esta vez no quiero serlo, por lo que te daré un brevísimo ejemplo para facilitar la comprensión.

Vas a salir a andar en bicicleta con tu hijo el domingo. Ya se vistieron ambos, planificaron el recorrido, comprobaron que el clima era propicio, desayunaron apropiadamente, anunciaron a los otros miembros de la familia que los “hombres” de la casa se irían solos de excursión matinal. Todo listo. Pero, no, todo no estaba listo. Sacaste tu bici a la calle, sacaste la de tu pequeño hijo, luego, y como fueron precavidos y llevaste el inflador, te pones a dar aire a las llantas… es que hace tanto que no usan las bicis.
Las dos del nene se llenan pronto. La tuya delantera tarda un poco más, es un rodado grande, pero lo consigues. Pero la trasera no quiere inflarse, bombeas y bombeas, estás sudando litros, te cansaste ya antes del paseo, y la rueda sigue fláccida. Pruebas ponerte así, de la otra forma, tomar la boquilla de este lado, te agachas, te incorporas, te enojas, pateas el piso, pateas la bici, te doblas el dedito del pie, insultas, tu hijo se ríe, te enojas con él, pateas con el otro pie y te lastimas el otro dedito, tu hijo se ríe pero se reprime para que no le grites, pero tú viste sus ojitos tentados a la risa y le dices cualquier barbaridad, tu boca es lo contrario a una fuente de aguas puras, el corazón late agitado, te duele el pecho, también los dos deditos, tomas la bici entre tus manos y la lanzas contra el piso, con fuerza, con odio, con bravuconería, en tanto insultas y jadeas, la bici se hace pedazos, uno de ellos te atraviesa el ojo, otro corta el brazo de tu hijo, sangras mucho, el niño también, tu esposa viene a auxiliarte pero resbala con unos de los perdigones que se escapó del eje del pedal, se cae y fractura la cadera, tu hija al ver el espectáculo horrendo queda traumatizada emocionalmente de por vida, tu hijo pierde el brazo y la confianza en ti y en él mismo, tu esposa se divorcia, el perro se suicida, tomas para olvidar, como ahora eres tuerto y tu trabajo requería visión de ambos ojos pierdes también el trabajo, entonces robas para conseguir dinero para tu vicio… todo por… ¿todo por?

Mira un pequeño cambio, que hará un enorme cambio.
La llanta trasera no se infla, te das cuenta de que está probablemente pinchada, tú no tienes idea de cómo se arregla, y si la tienes te sientes incompetente para ello, sonríes, te tomas la cabeza en un gesto simpático y le dices a tu hijo: “Campeón, una fuga de aire de medio milímetro es más fuerte que tu papá… jajaja… ¿vamos a invitar a las chicas a tomar un helado? Jajaja… mira que me creía súper fuerte después de las dos tazas de cereales que me desayuné, pero un poquito de airecito tiene más fuerza… jajajaja… Veo en la semana de pasar por la bicicletería, ¿ok? Y de paso, me fijo en internet un curso para reparar pinchazos… jajaja… y si no hay, abrimos uno y nos hacemos ricos con los padres ciclistas de fin de semana… jajaja”.

Pequeña diferencia…
Allí estaba una impotencia, real o sentida, que pudo manejarse desde el humor, desde la honestidad, desde el AMOR, desde otro lugar que no es el EGO.
Y estuvo la risa, sí también ella sirvió para doblegar al EGO.

Por supuesto que este ejemplo es solo eso, y las aplicaciones y metodologías con respecto a la risa son mucho más amplias.

Ahora, tú, recuerda reír.

" [Salmo de acción de gracias] ¡Cantad alegres al Eterno, habitantes de toda la tierra!
Servid al Eterno con alegría; venid ante Él con regocijo.
Reconoced que el Eterno es Elokim; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. Dadle gracias; bendecid su nombre,
porque el Eterno es bueno. Para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones."
(Tehilim / Salmos 100:1-5)

El manipulador impotente

El manipulador usa sus armas para dejarte en situación de impotencia, real o imaginaria.
Lo que le importa conseguir es que
te sientas impotente,
que te creas así,
que no combatas,
que no seas libre,
que tengas la convicción que solamente el manipulador es el que te habilita,
solo él te da algún poder,
sólo él te brinda la capacidad para ser libre,
solo él te salva.

Para lograrlo cuenta con algunas estrategias:
despreciarte;
ridiculizarte;
inhabilitarte;
criticarte;
burlarse;
quejarse;
demandar;
hacerte creer impotente;
hacerte creer más poderoso de lo que eres;
elogiarte en exceso y falsamente ;
esperar de ti más de lo que realmente puedes hacer;
darte un regalo, que seguramente no pediste y tal vez no querías, y no perderá la oportunidad de hacerte pagar una y otra vez por él, con dinero o emocionalmente;
compararte, directa o indirectamente, con otros;
no atender lo que pides;
considerar que no sabes tomar decisiones y tomarlas por ti;
darte su “habilitación” para inhabilitarte ni bien puede;
organizar tu agenda, tu casa, tu vida;
hacerte dependiente;
castigarte;
someterte a privaciones;
gritarte;
humillarte públicamente;
usurpar tus lugares;
entrometerse en tus asuntos;
negarte lo que te pertenece;
obligarte a actuar o dejar de actuar;
violar tus límites;
insultarte;
hacerte sentir culpable;
victimizarse;
mentir con respecto a quien es su relación contigo (se hace pasar por la víctima, o por la bondadosa, o por la madre/amiga/esposa/etc. intachables y geniales, lo que fuera necesario para que todos tengan una imagen de pureza al verla y en cambio tu imagen sea desagradable, irrespetuosa, problemática, demandante, ingrata, loca, etc.);
te lleva con astucia hasta el enojo pero luego te hace sentir que estás enfermo o que no sabes controlar tus emociones;
te hace sentir que no puedes ser responsable, pero sí culpable;
no valora lo que haces, lo que le regalas, lo que proyectas, siempre tiene cómo romper tus sueños y esperanzas;
probablemente te indicará como vestir, qué comer, cómo peinarte, con quien estudiar, dónde vivir, etc.;
limpia sobre lo que limpiaste, como si tu trabajo fuera ineficaz o inexistente;
te elige novio/a, amigos/as, trabajos, carrera profesional;
suele repetirte mil veces las cosas, como si no confiara en ti, como si no fueras capaz de dar respuestas verídicas, como si precisaras que te recordaran las cosas;
no deja pasar oportunidad para corregirte, sea con motivo o sin él;
cuando te pasa alguna desgracia, encontrará la falta en ti para que haya ocurrido;
todos son mejores que tú;
te llamará al celular para preguntarte dónde estás, que tienes que regresar, que esto y aquello, cuando estás con tus amigos, lo que te pondrá en una situación ridícula;
y no solamente está lo que dice, sino cómo lo dice, el tonito, el gesto, la postura, la mueca, todo en tu desmedro, lo verbal y lo paraverbal;
tanto te ha hecho dependiente que cuando tratas de hacer algo por tu cuenta, tomar tu decisión, dar tu paso, sientes que estás en el limbo, perdido, a punto de hacerte añicos.

Por supuesto que su “arte” no se limita a ti, sino que probablemente maneja un discurso pernicioso para conseguir la complicidad (voluntaria o no) del entorno, para que le ayude en su trabajo de quebrarte, privarte de la libertad, someterte, manipularte.
Por ahí hará públicas cosas que te pertenecen, divulgará asuntos privados, para generar opiniones externos que le refuercen en su apariencia de poder sobre ti.

Resumiendo,
quiebra los límites entre el “yo” y el “tú”, haciendo que sea un confuso y letal “nosotros”, indiferenciado.
Hace que dependas en todo y para todo, que sigas siendo un niño pequeñito que precisa de la manipuladora en todo momento, como si tu vida fuera una extensión de la suya.
Estás en una jaula, quizás no con barrotes o paredes, pero una jaula mucho más fuerte y dolorosa, una que no te abandona ni a mil millones de kilómetros de distancia.
Llevas la cárcel en tu interior.

Se forma la idea de que solo existe una verdad, una opinión válida y con autoridad y por supuesto es la que emana del manipulador. así se evitan las posibles fugas.
Entonces, probablemente ya de muy pequeño (en las relaciones de este tipo con un padre o una madre) el manipulado debe consultar todo, no tomar decisiones, posponer hasta obtener el visto bueno o la palabra “sagrada” del manipulador, rechazar cualquier elogio hasta que no sea consagrado por el manipulador, etc.
Para reforzar esto el manipulador suele rodearse de un séquito de “admiradores”, personas débiles, faltos de carácter, manipulados a su vez, que pretenden obtener algo de supuesto poder por estar a la sombra del amo, del EGO personificado en el manipulador.
Veamos un manipulador, un líder tóxico en particular, y a su alrededor habrá alcahuetes, soplones, chismosos, aduladores, cobistas.
En esos peliagudos juegos de falso poder algunas veces el líder termina siendo marioneta de alguno de su camarilla de secuaces.

Advertiste que de pronto pasé del manipulador “casero”, el que se da en relaciones familiares o muy cercana, al líder tóxico, al que pastorea sectas tóxicas.
No fue un error, ni es casualidad.
Sus procedimientos son similares, así como sus objetivos. Y en el fondo está el mismo núcleo enfermo que lleva a esta forma de existencia siniestra.
Al igual que el político artero, el falso pacifista, el estafador, entre otros.

Hasta aquí el comentario que unifica una cosa con otra.
Ahora, volviendo al manipulado.

El día que el que es manipulado despierta un poco su consciencia puede llegar a sentir que está “atado”.
Y ese sentimiento se queda corto en lo que realmente hay detrás.

Es posible que si tienes embotada tu consciencia no admitas que estás en una relación de este estilo, sea como manipulador o manipulado.
O quizás eres afortunado y nunca caíste en estos juegos macabros.
Pero, si has podido despertar un poco tu consciencia y eres capaz de evaluar tu situación, podrías reconocer en este texto una detallada descripción de tu vida, tal como de la de cualquiera que ha sufrido algún tipo de manipulación.
Tal vez al leer estas líneas es cuando irás viendo cómo se parece mucho a lo que te pasa con tu madre, con tu padre, hija, esposa, patrón, empleado, amigo, colega, vecino, aunque por lo general son en las relaciones de dependencia familiares en donde más se despliegan estas situaciones.
Tal vez al leer y reflexionar puedas abrir los ojos, porque lo más común es que cuando una persona está siendo sometida por un manipulador tiene incapacitada la capacidad de conectar los hechos, los sentimientos, los pensamientos, las decisiones, las faltas de ellas.
La víctima seguramente que desde muy pequeña ha sido entrenada a no poder visualizar que es parte de este oscuro juego de muerte.

Pero en el interior del manipulado el conflicto existe.
Su Yo Esencial desea que la persona alcance el máximo de su plenitud, que goce aquello que tiene a mano gozar, que sea libre.
Y, cosa curiosa, el EGO del manipulado puede convertirse en aliado del Yo Esencial, al ejercer su rol natural y original: preservar la vida e integridad de la persona.
Entonces, el manipulado tenderá a mentir, a gritar, a escapar físicamente, a golpear, a insultar, a enojarse, a luchar por subsistir, aunque sea de forma poco madura, aunque no sea muy evolucionada su reacción, al menos habrá intentos de oponerse a la manipulación. A veces estas agresiones se vuelven en contra del propio manipulado, como autolesiones, cortes que se provoca, accidentes poco casuales, pérdidas, fracasos escolares o laborales, etc., como una manera intrincada de romper el yugo del manipulador, o también como una manera de castigarse pero al mismo tiempo castigar al manipulador. Cuestiones sumamente complejas, dolorosas, que merecen ser trabajadas con respeto y comprensión, pero amorosa firmeza, al momento de establecer un trabajo terapéutico.

Lo habitual es que tristemente el EGO del manipulado suele sintonizar con el EGO del manipulador y asociarse en someterlo al sentimiento de impotencia.
Los reclamos se van reprimiendo, los enojos se van achacando a problemas personales, la figura del manipulador se erige como inalcanzable, perfecta, amorosa, y uno como basura, impotente, mal agradecido, enfermo, nada.
Ahí quedó sellada la jaula que mencionamos más arriba, la celdita mental que ha sido trabajada por el “arte” del manipulador.

A todo esto, el manipulador, que parece tan poderoso, tan diestro, tan hábil, tan capaz, tan omnipresente, en verdad es impotente.
La persona que tiene el EGO a raya, y por tanto sabe su poder real y lo emplea con bien y justicia, no cae en juegos de manipulación.
El poderoso no precisa de manipular.

Entonces, ¿qué esconde el manipulador para que se haya convertido en ese oscuro personaje?
¿Cuál es su historia para que su máscara predominante en las relaciones significativas sea la del manipulador?
¿Qué tan profundamente encerrado en su EGO se encuentra como para tener que sobrevivir de esta manera, parasitando a otra persona, por lo general alguien con un gran potencial?
¿Cuán inmensamente impotente se siente el manipulador, pero tan negado a sanar, que recurre a parasitar a otro en lugar de emprender una terapia efectiva?

Las cuestiones pueden seguir, pero quiero dejar ahora solamente unas pocas sugerencias liberadoras/reparadoras:

  • no quieras controlar aquello que no puedes controlar,
  • controla aquello que está en ti controlar,
  • aprende a poner y respetar límites de manera amable, AMABLE, pero firme,
  • aprende a conocer tus potenciales ocultos y no desarrollados,
  • decide sin pedir consejo ni permiso y disfruta del resultado, sea un éxito o un fracaso,
  • a veces tropieza por gusto y date el placer del revolcón, luego tendrás mucho más placer por volver a levantarte y ser mucho más fuerte que antes,
  • no confrontes directamente con el manipulador, en principio llevas las de perder,
  • no quieras tú manipular, no eres experto en ese sucio “arte”.

Este pequeño texto, en su idea original iba a ser muy breve, ya se extendió demasiado, por lo que lo dejó por aquí.
Agradezco a M.B.M. por su colaboración, a la psicóloga Verónica Doño por algunos importantes apuntes y observaciones y a Itzhac Pollack por algunos datos que me permitieron unificar ideas en cuanto al manipulador familiar y al líder tóxico.

Poderosa voz del silencio

"…he aquí que el Eterno pasaba.
Un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante del Eterno, pero el Eterno no estaba en el viento.
Después del viento hubo un terremoto, pero el Eterno no estaba en el terremoto.
Después del terremoto hubo un fuego, pero el Eterno no estaba en el fuego.
Después del fuego hubo un sonido de silencio fino.
Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva."
(1 Melajim / I Reyes 19:11-13)

¿Dónde estaba el Eterno?

De niños se nos enseña a hablar, aunque dudosamente alguien se dedique a instruirnos en la Comunicación Auténtica.
Los adultos están como ansiosos para que salgan palabras de nuestras bocas, que mencionemos nombres y objetos, que formemos alguna frasecita, aunque solo fuera a media lengua y de dudosa efectividad.
Se nos enseña a hablar, generalmente para ser  responsivos, esto es, a dar respuestas. Cuanto más rápidas y que alegren al adulto, mejores son las reacciones de nuestros “maestros” sin licencia para enseñar.

”¿Cómo se llama la abu? Vamos, repite, aaaabbbuuuu mirrrtttaaaa, aaabbbbuuuu mmmmmmmiiiirrrrtttttaaaa. Vamos… aaa-bbb-uuuu…”.
Y así está horas la abuelita Mirtha enseñando y premiando con sonrisas y festejos cuando su nietito gorgojea algo que quiere parecerse a “abu mirta”.
Y también está el “rrrooojjjooo”, “tommaaattteeee”, “uupppaaa”, “popo” y poco a poco todo aquello que la abuela Mirtha, mamá, papá, la señora que cuida, el hermanito, quien sea, sin olvidarnos de la omnipresente tele, le va enseñando.

Por supuesto que el aprendizaje del idioma materno no requiere, normalmente, del esfuerzo académico de doña Mirtha, sino que se va dando de formal natural, pero bueno, agradezcamos a la abuela por su empeño noble. Ella hace lo que cree es mejor para su nietito, para adaptarlo al mundo, para darle un código compartido de convivencia, para que sea feliz. Que responda según se le demanda, que esté listo para resolver las tareas, que sea eficiente, que sea limpio, que sea educado, que sea un engranaje más en la maquinaria social.

Se enseña a emitir voces, a formar frases más o menos elocuentes, al mismo tiempo se está enseñando a relacionarse con otros, a responder aquello que deja contento a alguien, a hacer lo que obtiene alguna premiación, a decir pero no a comunicar, a repetir pero no a crear.
¿A cuántos se los educa para percibir, reconocer, nombrar y expresar sus emociones?
¿En qué familia se instruye para desarrollar la inteligencia en su multidimensionalidad, que incluye lo emocional?
¿En cuál colegio o liceo se dicta la asignatura “Emociones y su expresión saludable”?
No, creo que no hay aún de esas cosas.

Por el contrario, hay reprimir toscamente, acallar lo que debe ser dicho, negar lo que debiera ser reconocido, esmerarse en obtener créditos sociales merced a la adaptación y al desempeño supuestamente intelectual.
Sí, se adoctrina en el hablar responsivamente pero no a callar responsablemente.

Se nos enseña a callar bajo pena de castigo, para censurar, para reprimir, para reprobar, para esconder la personalidad, para no ser rechazado, para atarse al miedo, para hundirse en la angustia, para esclavizarse al EGO.
No se nos va instruyendo para guardar el silencio que es revelador, que es parte sustancial de la Comunicación Auténtica.
Por el contrario, el silencio es percibido a veces como amenazante, agresivo, invasivo, manipulador, confesor. Se instila temor y odio hacia el silencio, al tiempo que se demanda el silencio cómplice. Pero no se educa en el silencio reflexivo, que permite escuchar y comprender al otro, reconocer y admitir los propios sentimientos, elaborar pacientemente las propias ideas, elaborar una respuesta auténtica y no meramente resolutiva o “políticamente correcta”.
Sí, se nos llena de silencios del EGO, para apartarnos de los silencios comunicativos del AMOR.

Con cada lección que vamos compartiendo podemos ir viendo que es enorme lo que tenemos para desaprender para poder aprender.

El silencio comunicativo nos refuerza en nuestro poder verdadero, en tanto que el silencio ominoso es parte de la manipulación del EGO para asentarnos en la impotencia.
Porque, cuando callamos lo que debe ser dicho, cuando debe ser dicho, del modo que ha de ser dicho, estamos conspirando para someternos al EGO, quedarnos en la impotencia, quebrar el lazo que nos une sanamente con el prójimo.
Ese silencio saludable que es tapado por parloteo ensordecedor, palabrería hueca, plegarias idolátricas, imaginación esquiva, repetición de lemas, vocifero, gritos, insultos, amenazas, burlas, mentiras, engaños, habladurías, corrupción, negocitos, jugarretas, zalamería, silencio enfermo.

Podemos controlar nuestro silencio, porque luego de emitir la voz, ya no la podemos detener o devolver.
La palabra algo modifica, sea sustancial o no, nuestra palabra produce cambios. Pueden ser positivos, pueden ser negativos.
La voz del EGO es casi seguramente negativa, puede que instantáneamente o luego de un tiempo, con efectos que en ocasiones se vislumbran y a veces permanecen ocultos y/o latentes hasta que se manifiestan.
Esa es la voz, la del EGO, la que hay que silenciar, doblegar, acallar (a no ser en el escasísimo número de situaciones en las que el EGO es la reacción natural necesaria y única, pero son realmente casi inexistentes en la vida adulta).

La voz del EGO es la que nos lleva a situaciones de impotencia, de fracaso, de falso éxito, de falta de placer.
En tanto que el silencio reparador, parte esencial de la Comunicación Auténtica, nos fortalece, ahuyenta terrores, reafirma en poder, asegura, acaricia, bendice.

Te pido que leas nuevamente en silencio este texto, no solo el silencio del que no habla, sino en el silencio de opiniones, de réplicas, de creencias. Silencia tu mente para simplemente leer y permitir que lo que quiero expresar llegue a lo más profundo y auténtico en ti.
Luego, elabora un comentario que sea provechoso y quieras compartir con nosotros.
Más tarde, aplica lo aprendido y ejercitado para mejorar tu vida.

Hasta luego y gracias por regalarme unos minutos de tu preciosa vida al leer estas humildes líneas.