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Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

Soy bueno…

Recién vi publicado esto en el muro de uno de mis “amigos” del Facebook:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
por eso es que de todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes.

A primera vista es como para hacer clic en el botoncito de “me gusta” y quizás hasta decir, “gracias” o algo parecido.
Pero luego de la reacción inicial de buena onda, cuando uno se permite analizar con mesurada crítica, surgen otras ideas.
¿Te tomas tu tiempo para analizar y luego sigues leyendo?

Creo que bien valdría preguntarse: ¿por qué uno actúa bien hacia los demás?
Las respuestas podrían ser múltiples, tales como:

porque Dios manda,
porque está bueno,
porque el otro se beneficia,
porque me deja contento,
porque así el otro queda en deuda,
para que el otro me pague de algún modo,
para ser bien visto por la sociedad,
para ganarme el paraíso,
para sentirme bien,
porque así me lo enseñaron y no me lo cuestiono,
porque filosóficamente es lo correcto,
porque me sale comportarme así,
porque quiero hacer del mundo un mejor lugar,
porque sigo el ejemplo de tal o cual personaje,
y así podríamos ir pensando más y más respuestas, con mayor o menor originalidad, más o menos honestas.

Lo que el buen señor del Facebook, seguramente que siguiendo a otros buenos señores que lo hicieron antes,
en realidad no pareciera ser “de todo corazón”, como expresa, su deseo de que le vaya bien a los demás,
sino que con “medio corazón”,
pues su interés no está en el beneficio real del otro,
sino en como el desearle eso
repercute para bien en uno mismo.

Pongámoslo de otra manera,
te deseo todo lo mejor
para que A MÍ me vaya bien.

¿Suena de auténtico y desinteresado cariño hacia el prójimo?
Quizás para ti sí, esto sea algo bueno y sin ningún interés secundario por detrás.
Pero en mi humilde opinión,
no se está genuinamente interesado en el bienestar del otro,
sino solamente como mecanismo supersticioso, mágico, misterioso
para que el bien me llegue a mí.

Ojo, no estoy juzgando a la buena persona que con toda buena intención puso el mensaje en el FB, ni a los que andan por la vida pensando, creyendo, sintiendo cosas parecidas.
Por lo general, así nos comportamos casi todos los humanos.
Cuando empezamos a pelar las capas de cebolla de nuestro Yo Vivido, vamos descubriendo que no solemos ser tan auténticos, tan buena onda, tan desinteresados, tan misericordiosos.
Con un honesto ojo podemos vernos procurando obtener réditos, manipulando, haciendo arreglitos con el prójimo o pretendiendo hacerlos con Dios, nos vamos descubriendo como personas poco claras en su soñar, pensar, desear, actuar.
Y… no es que tenga nada malo desear para uno prosperidad, bienestar, comodidad, placer, buen pasar, disfrute, etc. No tiene nada de malo, en lo absoluto.
Lo que no es tan bueno es “ser bueno” porque de esa forma voy a ganar algo.
Eso es EGO, y el EGO no lleva a buen puerto.

¿Cómo me hubiera gustado el mensaje en el FB?
A ver… podría ser algo así como:

Dicen por ahí «…que para que lo bueno llegue a uno, primero debe uno deseárselo a los demás»,
¡no creas todo lo que dicen!
De todo corazón les deseo que la abundancia llegue a todos y a cada uno de ustedes,
porque si a ti te va bien, para mi es suficiente motivo de alegría.

No se si me gusta mucho tampoco esta formulación.
Quizás es una apariencia de bondad, quizá sería mejor decir simplemente:

Deseo que puedas disfrutar de la bendición constante que desde lo Alto te hacen llegar.

No lo sé.
¿Tú qué crees?

En resumen, la idea de este breve post era reflexionar los motivos por los cuales actuamos bien.
¿Te ha servido para ello?
¿Descubriste algo nuevo acerca de ti?

Para finalizar:

Ben Azai dice: «El pago por el cumplimiento del bien es el bien mismo. El correspondiente al mal, es el mal mismo.
Dichoso aquel que oye un insulto y simula ignorarlo, pues evita un centenar de males.»
(Pirkei Avot)

EL NUEVE DE AV, Y EL NOÁJIDA CONSTRUCTOR DE SHALOM

Todos los  “rebeldes”, ancianos, mujeres,  y el pueblo… resistía valientemente; a pesar de ello, tuvieron que retroceder palmo a palmo, y ese 9 de Av, los “rebeldes” cómo los llamaban dieron su última batalla,  un soldado romano lanzó la tea encendida por la ventana dorada del templo, al  poco tiempo las vigas de madera empezaron a arder, y luego…

Los intentos,  la lucha cuerpo a cuerpo, pero no  fue suficiente,  muchos optaron por morir antes de caer presos de los romanos…  ocurría entonces la destrucción del segundo Templo, Jerusalem fue destruida y sólo quedó un campo de casas quemadas y de desolación.  “Setecientos mil judíos fueron muertos o perecieron de inanición o enfermos durante el sitio de Jerusalem que duró año y medio” según el historiador Tácito.  Si seguimos uno a uno los sucesos veremos en la historia eventos que han sido dolorosos y tristes,  para Israel, para el judío y también para nosotros, aquellos que reconocemos al Único y verdadero, al Dios de Israel, como nuestro.

También veremos en la historia hablar de amor al prójimo, lo cual resulta muy fácil, ha sido emblema, anzuelo, carnada de religiones, pensamientos, y  movimientos que más allá de esas palabras que suenan amables, cambia seres humanos en  seres  apáticos, egoístas, que por ningún motivo han dejado su comodidad, sus títulos, su poder, sus dominios.

No es acaso amor verdadero ¿ponerse en el zapato del otro, intentar comprender, y compartir el dolor ajeno,  tender la mano cuando alguien lo requiere, dar de nosotros los mejor en pro de elevar la condición del prójimo? . Cuando actuamos presa de nuestro ego,  olvidamos el mundo que nos rodea, disminuimos  esa condición humana que el Eterno ha plasmado en su obra al momento de la creación del hombre.  Actuar de ese modo, nos hace  menos que su imagen,  peor aún, menos que humanos.

Cuando la grandeza del hombre se mide por la fuerza y  el uso del poder para dominar a otros, a costa del sufrimiento de los demás, de la explotación de nuestros congéneres, del robo de sus posesiones para obtener prestigio, del asesinato para adquirir respeto, entre muchos ejemplos, la grandeza  no deja de ser insignificante, falsa, mediocre, eso no es grandeza, es pobreza absoluta, sin condición humana, sin sentimientos, sin Dios

Cuando vemos noticias, cuando leemos las páginas atroces de la historia, vemos eso, “el hombre ha estado sin Dios, su presencia parece oculta”, este ha sido uno de los lutos que vive Israel, que viven nuestros hermanos judíos, claro, ellos han sido objeto de páginas atroces en la historia, y aunque el mundo lo  ha visto voltea la cara, se hace el de la vista gorda, mientras habla de amor al prójimo, mientras hace reuniones para hablar de paz mundial, y  el mundo  lo ha permitido, lo ha ignorado, se ha pasado por alto adrede, y la razón verdadera, es,  la misma razón por la que el pueblo de Israel hoy  9 de Av, se viste de luto, ayuna, ora, reflexiona, espera y aguarda,  porque la presencia del Eterno ya no está en Jerusalem, y parece ocultarse de la faz de la tierra, pareció partir, retirar su permanencia juntamente con su  morada  el Beit HaMikdash, que albergo su presencia.

Cómo no llorar esa ausencia, y como no compartir el duelo por ello que nuestros hermanos judíos recuerdan, porque  sus vidas e historias han estado llenas de  dolor por esta ausencia,  reflejada en tantos sucesos; expulsión de los judíos, Inquisición, Cruzadas, conversiones a la fuerza al cristianismo; comienzo de  la Primera Guerra Mundial ; acciones antisemitas,  persecuciones,  holocausto, … Muerte casi hasta  “el exterminio”.

Aquellos que creemos juntamente con ellos en la verdad, sabemos que llegará el día en que esto cambiará, que el dolor, la ausencia, las lágrimas, la angustia, se convertirán en risa, en gozo, en alegría.

Hoy es un día para reflexionar, para unirnos a la pena de nuestros hermanos judíos, eso no hará de nosotros los noájidas  que seamos más noájidas, pero sí, nos hará más humanos, nos  ayudará a imitar el atributo de  piedad de nuestro Creador, nos haremos más  seres humanos dispuestos a trabajar activamente por emular aquellas cualidades, que nos harán realmente  imagen de nuestro Hacedor.

También los noájidas podemos unirnos a este día de luto,  porque anhelamos la presencia del Eterno, la verdad, el mundo de shalom. Hemos de evaluar nuestras acciones,  estamos tristes, pero hemos de reflexionar para buscar la guía que proviene de lo alto, para trabajar  activamente y ayudar a  crear esa morada aquí en este mundo para el Creador, también  estamos tristes,  porque el mundo está sumido en el materialismo, y porque la esencia de nuestro Padre aún no ha sido revelada.

Y nos unimos a la esperanza de un pueblo que espera “que  la hermosa presencia del Eterno, se haga realidad prontamente, y en nuestros días,  y que su retorno sea con misericordia”..

Que seamos verdaderos constructores de shalom.

Cuando las cosas no salen bien!

Todo sucedió un 8 de Marzo del 2007 la mañana corrió normal, levantándome temprano para variar para llevar a mi pequeño hijo al jardín de niños por cierto estaba contento pues unos días atrás acababa de cumplir sus cuatro años  y ya se sentía un niño grande.

Mi esposa se metió a bañar y me pidió que le sacara su pantalón de mezclilla y una blusa verde recuerdo bien y para su sorpresa encontré lo que me pidió ya que a mi no se me da bien el encontrar las cosas creo.

En lo que salía mi esposa me toco cambiar a mi pequeña que también acababa de cumplir años, o mas bien su primer año, mis dos hijos son de febrero pero se llevan tres años.

Desayunamos y todo transcurrió de la manera mas normal y ordinaria, fui a nuestra futura casa con un amigo a sacar basura que los constructores habían dejado y sin entender tenia un extraño sentimiento en mi corazón lo cual trate de ignorar.

Por la tarde mi esposa se dio cuenta y me pregunto si me pasaba algo si todo iba bien a lo que le conteste que si y me dijo que porque tenia ese aspecto a lo que le dije que no sabia.

Te invito a cenar o a comer un helado le dije y me contesto esta bien si quieres invitamos a Josué un querido amigo de nosotros que estaba de visita y le dije que si es mas yo los invito le dije y me baje por las escaleras y en eso ella me llamo y cuando me pare me dijo, te amo.

Como a eso de las siete cincuenta salí a sacar la camioneta del estacionamiento y me estacione enfrente, nunca me estacionaba ahí, siempre esperaba a mi esposa en el estacionamiento pero esta vez no fue así.

Salió Josué y comenzó a cerrar esos enormes portones de acero, gigantes aun para nosotros y en eso salió mi esposa y Josué le grita “apúrate si quieres irte enfrente o te gano tu lugar” y mi esposa sale corriendo y en ese momento pensé gritarle “no corras te vas a caer” pues tenia zapatillas y no sus tenis, en eso mi amigo se apura a cerrar y cuando sale mi esposa uno de los portones se sale del riel y cae sobre ella.

Yo me baje corriendo para quitar la pesada puerta pero no podía moverlo, salieron los demás que vivían ahí y juntos movimos la pesada reja y corrieron a llamar a la ambulancia ya que había mucha sangre.

Yo le pedía a Dios que no me hiciera esto con ella teniéndola en mis brazos llena de sangre me atreví a levantar mis ojos al cielo y decirle a Dios, no me hagas esto, obviamente mi dolor nublaba mi razón.

Al ver que la ambulancia no llegaba y ella no respondía la decidí llevar al hospital mas cercano unos amigos me ayudaron y rápido maneje hacia el hospital que no esta muy lejos sino como a 5 minutos de donde vivíamos.

Al llegar la bajaron rápido y en menos de lo que esperaba salieron los doctores diciéndome que no había nada que hacer, que cando llego ya no tenia signos vitales y que la pesada reja le había fracturado el cráneo.

Fueron los días mas oscuros que yo había vivido, como explicarle a mi hijo de cuatro años que su mamá había muerto y como le iba a hacer con mi hija de apenas un año de edad, como la iba a criar yo solo.

Hubo momentos que pensé en el suicidio pero el amor a mis pequeños fue lo que me detuvo.

Cuando sepultamos a mi esposa mi amigo que provoco el accidente me pidió perdón y yo le decía que yo no culpaba de lo que había pasado, pero pasado el tiempo el comenzó a hacer cosas muy terribles con su vida y yo pensaba que como el podía vivir así!!

Mi vida y la de mis hijos y la de nuestros seres amados cambio por completo, pero la de el no, al contrario se estaba descomponiendo!!

En mi corazón comencé a sentir rencor que se convirtió con el tiempo en un profundo odio, tanto que no podía oír ni siquiera el nombre de este joven.

El se cambio de ciudad pero ni aun así deje de sentir el odio, mi sentimiento lo acompañaba donde el fuera yo lo seguiría odiando pensaba.

Lo odie con todas mis fuerzas pero había algo dentro de mi que me decía que no estaba bien, que no era correcto, así que le pedí ayuda a Dios para perdonarlo y para sorpresa mía lo vi en mi ciudad con unos amigos mutuos y para sorpresa mía me decidí a acercarme a el y lo abrace y le dije que me perdonara por tanto odio que sentía y el comenzó a llorar y me pidió perdón por todo.

El perdón no solo me libero del odio que yo tenia, el comenzó a arreglar su vida y el día de hoy somos muy buenos amigos!!

Hace ya casi cinco años de la muerte de mi esposa, mi niña tiene ya casi seis años y mi hijo casi cumple los nueve, con la ayuda de mis padres y sobre todo de mi madre quien fue la que en mi dolor me ayudo mucho a criar a mis hijos salí adelante.

El odio no nos deja nada bueno, nos mantiene lisiados en la vida, pero si nosotros le pedimos ayuda al que todo lo puede el nos ayudara y siempre estará con nosotros aunque las pruebas sean duras en nuestras vidas.

Siempre he pensado que las pruebas en la vida no son mas que las pinceladas con las que Dios obra en el hermoso lienzo que es nuestra existencia.

Si vives con odio estarás en la oscuridad,  pero si perdonas podrás ver las cosas mas claras.

Los Huecos en La Vida

Espero mi apreciado lector se encuentre bien con los suyos.

Mis queridos lectores, hoy les voy a hablar de la caridad. No quiero extenderme en el tema, pues hay muchos que no tienen mucho tiempo, y los que lo tienen hay demasiado material aquí para su disfrute y aprendizaje. No quiero exponer versículos, sino compartirles unas palabras desde mi muy humilde y escaso conocimiento acerca de la temática.

Es sabido en la tradición que aquel que da termina por recibir. ¿Y porque esto es así?

Dios es quien una vez al año (desde el calendario universal, en la fiesta del Rosh Hashana) determina el sustento y salud de la persona, es decir, la persona determinada en todo el año no tendrá ni más ni menos que lo que Dios determinó para él.

Cuando alguien da o comparte de lo suyo, en uno mismo queda un hueco. Que la providencia Divina, por así decirlo, se ve obligada a llenar. A causa de todo esto, quien comparte de lo suyo termina recibiendo de Dios. Y no crean que esto corresponde solo al dinero, pues uno en ocasiones diversas no solo puede dar dinero, sino también amor, consejo, cariño, amistad, etc.

O, bien cabe preguntarse: ¿Cómo era esto en tiempos donde no existía el dinero?…

Sin embargo, cabe también aclarar que este conocimiento no debe afectar en lo más mínimo a tus acciones generosas o pensamientos bondadosos. Cuando realices un acto de caridad, no lo realizarás porque sabes que ello volverá, sino que tu corazón no esperará recompensa o devolución, pues tus actos bondadosos deben ser igual a los del Padre, es decir, dar desinteresadamente, sin esperar ni desear nada a cambio.

Entonces, has huecos en tu vida que el Padre se encargará de llenarlos, pues al fin y al cabo, tú te lo mereces.

 

El leal a Dios es Noajida.

Pd: Mi internet no anda muy bien que digamos, por eso la falta de imagen en el texto. Pero espero sepan apreciar el contenido y llevarlo a la práctica, eso es lo importante. Gracias!

 

 

Ante Dios y los hombres

Como es nuestra sana costumbre, comparto contigo esta semana otra enseñanza válida para la espiritualidad noájica a partir de las enseñanzas de la Torá (judía) en su lectura semanal pública (la parashá semanal).

Como sabes, pues hemos enseñado al respecto, es correcto que el noájida estudie aquello de Torá que puede serle de beneficio para desarrollar su vida a plenitud como noájida. Sin embargo, NO ES el estudio de Torá un requisito indispensable, esencial, fundamental para el noájida, pues el Eterno ha provisto otro camino para el perfeccionamiento y elevación del noájida.
Sin embargo, cuando al noájida se le provee de los conocimientos idóneos que surgen de la Torá, a través de la instrucción apropiada por parte de maestros judíos conocedores tanto de judaísmo como de noajismo, es un encuentro agradable.
Pero recuerda, no todos los judíos, ni siquiera todos los rabinos, tienen conocimiento acerca de las cuestiones noájicas, a veces tan solo una idea superficial, pero que se ve teñida gruesamente por preconceptos, tanto acerca de lo que es un gentil como de lo que es la vida sin la Torá. Por tanto, para que el maestro judío aporte buen material, que no dañe el espíritu del noájida, es medular que tenga conocimiento cabal de lo que significa en su esplendor y belleza la identidad espiritual noájica, sin verlo con las gafas del gueto mental, sino con la amplitud de la humanidad multicultural, tal como la ha llevado a ser la intervención divina.

Es un tema que puede resultar confuso para algunos, complicado, de difícil delimitación.
Otras veces los prejuicios ganan al razonamiento.
Sin dudas que el EGO con sus trampas múltiples juega un importante papel a la hora de trastocar el orden, puesto que el caos es un caldo de fermento para el EGO.
Así pues que te dejo planteada la idea, para que medites, para que indagues, para que sigas creciendo en verdad y no en confusión “sagrada”.
Tienes mucho buen pan espiritual a tu alcance en este santo HOGAR, puedes alimentarte y crecer gratuitamente, luego verás cómo hacer con lo que aprendas.

Ahora, en concreto sobre el texto que el pueblo judío lee públicamente esta semana, te cuento que está escrito en la parashá:

… luego volveréis y seréis libres de culpa ante Hashem e Israel…
(Bemidbar / Números 32:22)

El Talmud (Ierushalmi, Shekalim3:2) enseña:

"Dijo Rabbí Shemuel bat Najmani, dijo Rabbí Ionatan: ‘Tanto en la Torá, como en los Nebihim (Profetas), como en los Ketubim (Hagiógrafos) -es decir, en todo el TaNa"J- encontramos que el hombre debe hacerse responsable de sus actos frente a las criaturas, tal como lo debe hacer frente al Eterno’"

Es común encontrar gente que presume de ser “santos” por “creer” en Dios. Que se vanaglorian de ser “religiosos”, por llevar una vida de aparente perfección que se manifiesta al mentar a la deidad a cada rato, por expresar conceptos enrevesados, por mutilar palabras hebreas en sus aburridos discursos, por ser inquisidores con los que no tienen la “estatura” como para creer en Dios.
Son los religiosos, que siguen el modelo de las sectas, iglesias, congregaciones de creyentes que dicen tener a Dios en sus vidas, sentir fuegos divinos, estar inspirados por sueños proféticos, ser estudiosos de Torah y Kabbalah, gente religiosa que son condenados esclavos de sus EGOs, pero igualmente bailotean para hacerse ver ante los demás como la cúspide a la que debe aspirar cada humano.
En el fondo, o ni tanto, esta gente está lleno de religión pero vacía de espiritualidad.
Son pozos secos, sin agua viva, que se embuten de ritos, palabrería, condenas, seudo profecías, misticismos, adoraciones a rabinos y otros santos, porque carecen de la percepción de su unión santa con el Eterno.

Están también los del otro extremo. Aquellos que se pueblan de la falsa misericordia del humanismo. Los que se dicen “progresistas”, que rechazan a cualquier dios, en especial al Uno y Único, para adular terroristas, malandrines, gentuza variopinta . Los que persiguen a los judíos y al judaísmo, pero no son antisemitas, porque ellos son anti imperialismo israelí, ellos son luchadores por la paz y la justicia, de acuerdo a sus podridas ópticas corrompidas por la falta de ética espiritual.
Son ateos, porque tienen demasiado orgullo como para admitir la Presencia de Alguien superior.
Son ateos, porque están hundidos en sus EGOs, atrapados por sus mentiras, por sus delirios intelectualizados.
En realidad, son fervientes creyentes de sus EGOs, de sus falacias, de sus líderes, de los que manchados de sangre inocente predican ser emisarios de la paz.

Ambos extremos se tocan, a pesar de aparentar ser diferentes e irreconciliables.

El hombre de Verdad, ama la justicia, hace el bien, es leal al Eterno.
Se para con firmeza sobre los pilares de conocer que Dios existe, sin complicarse en religiosidad; y en el de que es imprescindible construir Shalom con el prójimo, empezando por el interior de cada uno.

Es bueno estar en armonía interna y externa.
De comunión con Dios y con el prójimo.

Esa es la meta a la que debe aspirar toda persona.

La de una salud integral, multidimensional, que repercuta en el avance personal, colectivo, ecosistémico.

Es una tarea que Dios te propone, eres tú quien debe llevarla a cabo, o fracasar y dar excusas que justifiquen lo que no tiene justificación.

Resp. 984 – pedir perdon por mail?

Ezequiel Fuentes nos consulta:

Hola mi pregunta es simple…Una persona que me lastimo mucho hace 6 meses, hoy me envio un E-MAIL pidiendome perdón. Yo necesito perdonarla, para podr transfromar el rencor que tengo en algo positivo. Mi pregunta es si es correcto pedir disculpas por E-mail o debería esta persona pedirmelo personalmente? Porque tal vez, a ella le cueste mucho verme a la cara y pedirme perdón, debería yo ser más comprensivo y disculparla aunque utilizo el mail para pedirme perdon? Gracias por responder.
Ezequiel Fuentes, 26, estudiante, bsas, argentina

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El consejo diario 367

La religión es para los que huyen, para los que les remuerde el sentimiento de culpa, para los que desean pero no se animan.
La religión es EGO.
Es culparse por el pasado, angustiarse por el futuro y negarse a vivir el presente.

En cambio la espiritualidad es para los que aman la vida, desean gozar de la bendición, abrazan la justicia, comparten el bien.
La espiritualidad es conexión con Dios, con el prójimo, con el otro, con el cosmos…
La espiritualidad es vivir aquí y ahora, sin olvidar lo memorable, sin rechazar los proyectos posibles.

El consejo: sé menos religioso para que puedas ser más espiritual.

Romper el círculo vicioso

Al comienzo de nuestra vida en este mundo somos sumergidos en una espantosa sensación de suprema impotencia.
Es un trauma intenso el momento del nacimiento y lo que sigue a continuación.
Cualquier miedo, sufrimiento o pesadilla es menor a lo que se siente en esa ocasión.
Cada órgano sensorial es atiborrado de información que no puede procesar, ni organizar, ni filtrar. Fluyen torrentes de sensaciones caóticas y que se sienten como terriblemente dolorosas.
Para peor, no existe recurso fisiológico ni de aprendizaje a disposición para poner orden a ese caótico malestar, ni esperanza, ni consuelo, ni noción que lleve a “ser fuerte y soportar” hasta que el temporal pase. Nos “salva” el hecho de que nuestro sistema nervioso no está desarrollado y por tanto el cerebro está naturalmente “embotado”.

Nuestra especie está impedida de todo, no sobreviviríamos ni unas pocas horas, o tal vez minutos, sin la asistencia de algún otro que nos sostenga, proteja, alimente, críe.
Sin embargo, en nuestro diseño se nos ha provisto de un rudimentario sistema de supervivencia, extremadamente primitivo, irracional, inconsciente, que consiste en pocas y pobres herramientas: llorar, gritar y patalear; de modo tal de conseguir la atención de aquel que nos puede sostener con vida. Si nada de eso alcanza la meta, el mismo sistema de supervivencia pone al niño en un estado de desconexión con la realidad insoportable, generalmente a través del dormir.
A este sistema lo denominamos EGO, que a pesar de su escaso alcance y poder suele alcanzar su meta de que el niño sobreviva.
El EGO es útil en tanto el niño va adquiriendo madurez fisiológica y destrezas que le permitan vivir de modo cada vez más independiente y empleando otros instrumentos y recursos más allá de los básicos que provee el EGO.
Pero, el EGO se mantiene al mando y ejerce diferentes presiones para seguir en él.
El EGO, que no es un demonio, ni un ángel, ni un espíritu sino un mecanismo normal y natural del hombre, recurre a “trucos” que mantengan el estado o sentimiento de impotencia, para que la persona continúe sometida al pavor inicial, que puede estar maquillado o disfrazado, y así se siga esclavizado al supuesto poder salvífico del EGO.

Que quede claro, el EGO está diseñado para ayudarnos a sobrevivir en situaciones extremas, cuando realmente la impotencia invade a la persona y no hay otros instrumentos ni mecanismos para sobrevivir.
Pero el EGO se mantiene “encendido”, al mando de la vida del individuo, a través de los mismos instrumentos rudimentarios del inicio, si bien los va modificando y complejizando sus modos de actuar no se basan en que la persona ejerza un verdadero poder sobre sí mismo y el entorno, sino que manipule para alcanzar la satisfacción de sus necesidades de supervivencia.
Así, por ejemplo, el niño de 6 o 7 años puede cortar con cuchillo y tenedor su carne para comer, pero se enoja, grita, hace un berrinche, se niega a comer o algo parecido para que su mamá le corte el trozo de carne.
Se paraliza en el ejercicio de su poder pero para alcanzar la satisfacción de sus necesidades manipula a otro.
Y la madre cede, también el padre, y los abuelos, y la maestra, y…
Los niños bien pronto aprenden a manipular, al principio por no poder hacer otra cosa, realmente no están capacitados en una gran cantidad de acciones ni en comprensión del mundo.
Luego siguen manipulando porque es más cómodo, más fácil, en apariencia más placentero, en apariencia más seguro, brinda una especie de “dominio” sobre otros y en muchas ocasiones también brinda la satisfacción de la necesidad.
Se inventa aquello de “más vale malo conocido”, se insiste en transitar por la senda ya transitada y que no es buena.
Todo vale con tal de alejar el miedo a la impotencia, de obtener el control al punto de exceder lo que es saludable y caer en grotescas acciones y barruntados pensamientos saturados de emociones negativas.

Sería bueno dejar de manipular y esforzarse, comprometerse, responsabilizarse, dominar positivamente, pero el EGO conduce a negar la realidad, retine en la sensación de impotencia con tal de perseverar en su rol de “dios”, “salvador”, “redentor”, “camino, verdad y vida”.
Sería bueno dije, pero no es lo que se suele hacer.

Es extraño que nos aferremos al EGO, porque éste nos hunde en oleadas de miedo, de sensación de impotencia, en lugar de desprendernos de él y ser libres, saludables, dichosos.
Pero, nos aferramos, nos esclavizamos, nos sometemos, somos adoradores del EGO, al que luego podremos dar diferentes aspectos, disfraces y nombres.
Todas las excusas, mentiras, manipulaciones, justificaciones, racionalizaciones, intelectualizaciones, modos de actuar, sometimiento a mandatos externos que vamos esgrimiendo para seguir bajo el reinado del EGO se constituyen en máscaras que ocultan nuestro rostro. Son ropajes que vamos usando, de acuerdo a nuestro apego al EGO en las diversas circunstancias. Son las cáscaras del Yo Vivido, al que solemos llamar “YO”, pero que no son en realidad nuestro Yo Auténtico, sino lo que hacemos para no sincronizarnos con éste.

Es extraño, pues pareciera que amamos la impotencia, aunque le tememos profundamente, huimos de ella con toda nuestra alma, hacemos cualquier cosa para manipular y no caer en su sensación, pero no damos los pasos necesarios para afirmarnos en nuestra verdadera identidad.

Es extraño, la verdad asusta.
La luz que espanta las oscuridades, también asusta. Lo que libera es lo que se repudia.
Es extraño… ¿o no lo es teniendo claro cómo es que funcionamos bajo el imperio del EGO?

Se pretende vivir en control, se sobreexcede en la pretensión de controlar, se manipula, se cae en fallas, lo que produce inseguridad, lo que lleva al miedo, lo que es sentir la impotencia, lo que refuerza la necesidad de control, lo que hace exceder en la pretensión de controlar, lo que produce mayor inestabilidad, lo que conlleva cometer errores, lo que da miedo, lo que hace sentir aún mayor impotencia, lo que impulsa a sobredimensionar los problemas y la necesidad de controlar más allá de toda razón, lo que…
Es una especie de lucha por obtener el control para no hundirse en el caos, pero es precisamente la necesidad angustiosa de controlar –incluso lo que no se puede ni debe controlar- lo que produce mayor realidad o sentimiento de caos e impotencia.

¿Cómo superar esto?

Si tuvimos un entorno familiar asertivo, que nos impulsara a valorarnos, que nos contuviera, que nos amara en verdad y por tanto nos comprometiera a respetar los límites y a ejercer nuestro potencial a la medida de nuestra capacidad, estamos en la senda correcta.
Pero todo esto no dependió de nuestra decisión, sino de las elecciones y conductas de otros.
Además, probablemente ya somos adultos, por lo cual no tenemos como volver el reloj atrás y mejorar aquello que los otros no hicieron por nosotros.
Si somos adultos, si tenemos hijos, es hora de trabajar para que ellos no sean afectados por el imperio del mal ejercido por el EGO y sus emisarios (religiones, misioneros, sectarios, fanáticos, malandrines, corruptos, manipuladores, vejadores, falsarios, estafadores, egocéntricos, entre una larga lista).
Está en nosotros tomar conciencia y actuar de una forma provechosa, beneficiosa, nutricia, que permita al hijo conocerse en su auténtica identidad, que le permita desplegar sus mejores capacidades, que le infunda valor, que mitigue sus angustias y miedos, que refuerce lo mejor que hay en él y es posible que se desarrolle en él. No es una tarea ni sencilla ni cómoda. Sencillo y cómodo es ponerlos delante de la tele todo el día, estupidizarlos con juguetitos electrónicos las 24 horas, hacerlos adictos a tal o cual cosa, momificarlos, negarles su identidad espiritual, hacerles creer que es la manipulación el sistema para gobernarse y gobernar el mundo, estimularlos a huir de la realidad, mostrarles que fácil es mentir y echar culpas, hacerlos religiosos, obligarlos a vivir en dependencia constante, desvalorizarlos, todo eso es fácil y cómodo…
Pero no es la forma de criar hijos sanos, buenos, lindos, inteligentes, santos… Para ayudar a crecer a nuestros hijos es necesario desprenderse del EGO, porque es virtualmente imposible educar en libertad en tanto uno es esclavo del EGO.

Volviendo a aquel que ya es adulto y esclavo del EGO, ¿qué podemos hacer AQUÍ y AHORA?

Tomar conciencia del círculo vicioso que hemos descrito anteriormente con el primado del EGO sobre cada uno.
No es imprescindible tener noción de cada aspecto, ni “recordar” lo acontecido en el momento del espantoso trauma inicial, ni estar totalmente de acuerdo con esta teoría, sino conocerla.

Luego hay que reconocer aquellos aspectos en los que uno es potente y en cuales no, enumerarlos, tenerlos claro, evaluar el potencial real que se puede alcanzar.
Es hora de dejar de querer controlar aquello que no se puede controlar. Soltar, liberar, dejar ser, no asumirse en el rol del que está 100% a cargo; pero tampoco hundirse en la inacción y el caos.
Controlar aquello que es posible controlar.

Y luego está la parte que me parece más esforzada: confiar.
Confiar en el orden cósmico, diseñado y sostenido por Dios (si eres ateo, confiar en el orden de las leyes naturales).
Confiar en el prójimo… ¡nada fácil para algunos!
Confiar en que el prójimo hará su parte, sin vivir como un inocentón súper confiado y que no es precavido.
Por lo cual, es necesario ser precavido, atender a lo que nos rodea, prestar suma atención, ser “temeroso”, para que el miedo agazapado desde nuestras más íntimas entrañas no se fortalezca y prevalezca.

Luego, perdonar, ser tolerante con el fracaso propio y ajeno, pero sin dejar de actuar con justicia y rectitud.
El perdonar, perdonarse, pedir perdón, es un bálsamo poderoso… pero que muy pocos saben saborear.

Hay un aspecto fundamental, que lamentablemente no es tomado en cuenta por la gran mayoría de las personas.
Los Siete Mandamientos Universales son básicos para sostener una vida individual y colectiva saludable, que deja al EGO reducido a su mínima expresión, que brinda confianza, que potencia para superarse.
Los mandamientos de no adorar otros dioses, no blasfemar y de sostener las cortes de justicia son como las columnas que sostienen a los otros mandamientos en su finalidad de promover una sociedad saludable, en la cual se pueda vivir confiando en el prójimo.
Por no adorar otros dioses ni blasfemar, se aparta la persona de doctrinas extrañas, de religiones, de moralidades corruptas aupadas en creencias seudo espirituales. Se tiene la protección de la confianza en Dios, en el Uno y Único, quien ha provisto y ordenado los mandamientos. Al actuar en consonancia con estos dos mandamientos, se encausa a la persona en confiar, puesto que hay un poder superior, incorruptible, perfecto, que siempre está a cargo.
Por respetar a los juzgados, por promover el imperio de la justicia entre los hombres, se brinda un marco regulatorio, se alienta el ejercicio de la conducta responsable que está sometida al control de las autoridades civiles.
Estos son los marcos que contienen a los otros mandamientos, que como te dije sirven para estimular la confianza en el prójimo.
Puedes caminar tranquilo, pues nadie te atacará ni para herirte, ni para asesinarte, ni para robarte, ni para obligarte a hacer cosas que no quieres.
Puedes salir tranquilo, sin celos, sin complejos, sin resquemores, sin dudas corrosivas, porque sabes que tu esposa/esposo te será fiel, tal como tú lo eres.
Puedes dormir tranquilo, porque nadie entrará a tu casa, nadie te molestará, a tus hijos nada les pasará cuando salen por la noche.
Puedes respirar en paz, porque vives en una sociedad en la cual se respeta la vida animal en todas sus formas, lo que enfila la conducta a contemplar al prójimo y sus pertenencias, para que no se cometan actos deleznables.
Puedes confiar, porque el imperio de la LEY divina y humana está al control, al sano control, de la sociedad.
Los percances pueden ocurrir en este mundo ideal protegido por los Siete Mandamientos, por supuesto que ocurrirán accidentes, pero serán verdaderos accidentes y no imprudencias, desacatos de las normas, locuras del momento.

Pero, no vivimos en el paraíso de los Siete Mandamientos Universales.
Vivimos en un mundo dominado por el EGO, sometidos a la impotencia, rodeados de indiferencia, llenos de odio, vapuleados por las religiones, angustiados, ansiosos, deprimidos.
Vivimos encerrados en celditas mentales, acomplejados, desvalorizados, con cero autoestima, violentando los derechos de los otros, adorando falsos dioses, adulando a Jesús y otras patrañas, elogiando a los falsarios, pretendiendo ser lo que no somos.
Desconfiamos, en nada confiamos.
Somos enfermos, estamos enfermos, enfermamos.
Las diversiones son burlas, morisquetas ofensivas, mofarse de los que creemos más débiles.
Usamos de nuestra inteligencia para inventar formas de destrucción y excusas y justificaciones y mecanismos perversos de manipulación.
Abusamos de los recursos naturales, explotamos hasta la enfermedad las riquezas de nuestro mundo.
Damos la espalda a Dios pero corremos a abrazarnos a los pastores mentirosos, a cabalisteros, jasideos, seudo rabinos, iluminados, gurús, diosecitos a nuestra imagen y semejanza.
Nos creemos la gran cosa, pero no somos más que amebas un poco más sofisticadas.
El EGO domina, la impotencia está en todas partes, la promovemos nosotros.
Escapamos de la responsabilidad, de la libertad, del deber, de la justicia, de la bondad, del perdón… escapamos de todo lo bueno para seguir en la cómoda, o en lo que parece que lo es.
No tenemos vidas, encerrados, con pánico, victimizados, siendo victimarios, manipuladores…
Andamos por la vida, como patéticas sombras.
Destruimos pero somos “religiosos”.

No es casualidad que desde hace unos miles de años Dios ha dado el plan de vida para la humanidad, los Siete Mandamientos Universales, pero igualmente sigamos en el fango sin sacar la cabeza y ser libres.

Escucho tus comentarios mientras te recomiendo la relectura de http://fulvida.com/?p=434.

Resp. 973 – como educo a mi hija

William nos consulta:

Buenas. Gracias por esta pagina pues es el unico contacto por el momento que tengo con un noajida
Tengo una hermosa hija que esta cursando primer grado el problema es que en la clase de religion le dejan tareas acerca del bautismo,sobre jesus y sobre sacramentos paganos
Sin embargo trato de incunlcarles los valores noajidas pero no puedo omitir esta materia pues es necesaria para que siga avanzando en su en su formacion academica
¿Que puedo hacer en este caso?

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