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La historia gemela de Jeroboam – Primera parte

Por Alfredo Zambrano G.


Le invitamos a
que lea con paciencia, con dedicación y mucho esmero este
texto que ha sido cuidadosamente elaborado para su
instrucción y desarrollo en la vida noájida.



“Yo, pues, te tomaré a ti, y reinarás sobre todo lo que
deseare tu alma, porque serás rey sobre Israel. Y sucederá
que si obedecieres todo cuanto te mandare, y anduvieres en
Mis caminos, e hicieres lo recto a Mis ojos, guardando Mis
estatutos y Mis mandamientos, como lo hizo David, Mi siervo,
entonces Yo estaré contigo, y edificaré para ti casa segura,
como la edifiqué para David; y a Israel te la daré a ti”.


(1 Reyes 11: 37-38)

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Resp. 4 – ¿Sangre prohibida?

Saludos Lic.
un gentil piadoso puede comer de todo,incluyendo morcilla de cerdo? Veamos algunas tribus africanas como los masai que beben sangre de reses muertas,en terminos medicos es dañino,y en terminos espirituales ,lo es tambien aunque el masai ignore estos terminos?
gracias
Maria F.
Puerto Rico

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¡Siembra!

Tengo un consejo para darte, que me ha servido personalmente, y sé que ha sido de provecho y bendición a muchas personas a lo largo de las generaciones.
Presta atención por favor, no desperdicies ni una letra de lo que te diré. Seré breve y espero que te ilumine.

Dijo el inspirado autor:

"Los que siembran con lágrima, con regocijo segarán.
El que va llorando, llevando la bolsa de semilla, volverá con regocijo, trayendo sus gavillas.
"
(Tehilim / Salmos 126:5-6)

Aunque estés con dolores, aunque padezcas, aunque tengas dudas, aunque el miedo te carcoma, aunque la lágrima pueble tu rostro,
debes sembrar, debes actuar conforme a tu meta, debes hacer lo necesario para construir.
Porque solamente el que siembra, solamente éste, es quien recoge los frutos, y el que cantará con regocijo.
Solamente el que obra conforme a su meta, es el que construye un paraíso para su vida y para la vida de quienes le rodean.
Así pues, ya lo sabes.
No permitas que el desconsuelo te venza, no des tu brazo a torcer ante el temor, no te humilles ante tu enemigo,
sufre si has de sufrir,
pero continúa llevando la bolsa de semillas buenas,
porque cuando siembras, es que recogerás y disfrutarás y entonces entonarás verdaderos cantos de alabanza y gloria.

Pero,
si das excusas,
si te escondes detrás de máscaras de dolor (real o fantaseado),
si das más excusas aún,
si dudas acerca de si obtendrás los resultados que esperas,
si desconfías de tus fuerzas,
si miras para adelante y no ves éxito sino confusión,
si no caminas para no tropezar,
si no comienzas el trámite por miedo a no concluirlo,
si sigues dando excusas,
si no pides la mano de la niña bonita por temor a ser rechazado,
si pones "peros" y "noes" y más excusas…
solamente estás llorando,
sin sembrar… SIN POSIBILIDAD de cosechar…

Triste es tu vida si no siembras.

¿Lloras?
¿Temes?
¿Dudas?
¿Desconfías?
¿No sabes el resultado?
¿No sabes si es lo correcto, aunque nada te demuestre que no lo es?

¡SIEMBRA!

Y recuerda mi querido que:

"El que observa el viento no sembrará, y el que se queda mirando las nubes no segará."
(Kohelet / Predicador 11:4)

No des la excusa de que está el cielo encapotado, de que habría tormenta, de que la cosecha quizás se estropee, sino…

¡SIEMBRA!

Porque si te quedas dando razonables excusas, igualmente estás perdiendo el tiempo,
es decir, perdiendo tu vida,
malgastando el tesoro más impresionante que tienes.

¡SIEMBRA!

Claro que debes ser prudente, claro que debes obtener información, claro que debes analizar y evaluar correctamente tus acciones, no es cuestión de sembrar "a tontas y locas". Pero recuerda que hace menos de cien años en el sur de Israel había pantanos y desiertos, muerte y desolación, pero unos valientes doctores, abogados, maestros, profesores, gente carente de conocimiento en agro, se atrevieron a desafiar lo imposible, y padecieron, y se esforzaron, y aprendieron en el camino, y finalmente vencieron.

¡Sembraron en el desierto y cosecharon buenos frutos!

Y si por esas cosas, no hubieran logrado el éxito al primer intento, hubieran seguido fieles a su meta, trabajando, sembrando, aprendiendo a hacer mejor las cosas, sufriendo quizás, pero sembrando y sembrando… en honor al versículo:

"Siete veces cae el justo y se levanta"
(Mishlei / Proverbios 24:16)

Eran justos, pues estaban actuando dentro del marco de los mandamientos, y eran justos porque buscaban con dignidad alcanzar su meta.

Ya lo sabes, ahora solamente te queda a ti tomar mi consejo o no…

¡SIEMBRA!

 
Lic. Yehuda Ribco
Más para ti con la asistencia de la Cabala-terapia…

 

Un hombre por la libertad

Reci�ntemente se ha estrenado en Venezuela una pel�cula biogr�fica sobre aquel latinoamericano cuyo nombre est� grabado en el Arco del Triunfo de Par�s, y su estatua erigida frente a la del general Kellerman en el Campo de Valmy, su retrato colocado en la galer�a de los personajes del Palacio de Versalles, aquel a quien tres continentes vieron luchar decididamente por sus ideales; estamos hablando del hombre que mereci� de Napole�n Bonaparte el elogio de: ". .. Este Quijote, que no est� loco, tiene fuego sagrado en el alma…"  y del que Bol�var dijo: "… el m�s ilustre colombiano…", ese que trajo a la Am�rica Hispana, gracias a sus relaciones con los precursores de nuestras independencias, las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, aquel que un 28 de Marzo de 1750, en la ciudad de Caracas, nac�a, para situarse en el pedestal que los hombres han destinado a sus l�deres m�s sobresalientes, Sebasti�n Franciso de Miranda, "el criollo m�s culto de su tiempo". 

En su largo periplo por este mundo, este caraque�o, descendiente de canarios, Venezolano de Espa�a, particip� en la independencia de las trece colonia de Norteam�rica, batall� en las fronteras francesas mientras se agitaban las calles de Paris al son de la marsellesa, form� parte de los ej�rcitos rusos, siendo amigo de la Zarina Catalina de Rusia, predic� a los j�venes militares criollos la doctrina de la emancipaci�n, de la autoadministraci�n de las tierras meridionales, de la independencia de la metr�pol�s espa�ola, gan� mentes y voluntades a favor de la causa revolucionaria en nuestros pa�ses latinoamericanos, dirigi� �l mismo una expedici�n en la cual daba comienzo a los movimientos independentistas latinoamericanos, dise�� la bandera de tres naciones del norte de Am�rica del sur, y fu� el pensador de Colombia, de una naci�n �nica suramericana, fue el occidentalizador de los patriotas.

Sus inicios los di� en la Universidad de Caracas, donde se gradu� de Bachiller, para 1771, este muchacho de apenas 21 a�os, zarpa a tierras peninsulares con el prop�sito de servir en el ej�rcito real, para 1774 luchaba en la defensa de Melilla, contra las fuerzas del Sult�n de Marruecos y luego se encamina en la expedici�n contra Argel, a�os m�s tarde se encontraba en el continente norteamericano defendiendo la plaza de Pensacola, donde por primera vez vislumbra los cambios que deben reproducirse en su patria; una patria que a�n permanec�a en el sue�o, en la fantas�a, puesto que la patria para los nacidos en la Am�rica hispana se hallaba a distantes millas n�uticas del suelo que ve�a nacer mestizos y puros. Es edecan del general Juan Manuel Cajigal para 1782, y junto a ï¿½ste libra la expedici�n naval que parte de Cuba para conquistar las Bahamas, negociando �l una capitulaci�n, derrota tras derrota, regresa a suelo espa�ol para ser acusado de traici�n, por lo que huye a la nacida recientemente rep�blica norteamericana, donde estudia m�s detenidamente el proceso y frecuenta a personajes como Washington, La Fayette, Hamilton, Paine, esbozando su proyecto de constituir a la Am�rica hispana en un Estado independiente de la Corna Espa�ola.

Inglaterra le sirve de residencia por largos a�os, persigue a�n la idea de crear la Patria Am�ricana; Miranda lleg� a dominar seis idiomas e incluso tradujo del griego y el lat�n, cultiv� una biblioteca que lleg� a preservar 6.000 vol�menes, en su mayor�a representativos de la cultura del siglo de las luces.

Viaj� por gran parte de la Europa, conoci� la cultura de esos pa�ses, se nutri� de sus artes, ciencia e historia, enriqueci� su idea, sus proyectos, pidi� financiamiento, pero no lo obtuvo, recibi� tareas que le valieron m�s honores que una simple ayuda militar y nunca la consigui�.

Para 1792, Miranda, amigo del Alcalde de Par�s, Jer�nimo Peti�n, es nombrado Mariscal de Campo del Ej�rcito Revolucionario Franc�s, cosechando en poco tiempo las victorias de Morthomme y Briquenay, para luego coronar con Valmy, se ve envuelto en intrigas y casi muere en la guillotina en Francia y decide regresar a su residencia en Londres, donde reanuda sus peticiones para hacer la independencia en latinoam�rica, tras fracasar en su intento de motivar a ingleses y norteam�ricanos en la financiaci�n de su proyecto no se abate sino que decide emprender solo su misi�n, el 3 de agosto Miranda pisa suelo venezolano, izando la bandera tricolor colombiana, pero no consigue el apoyo popular y tiene que huir de manos del ej�rcito realista, cuando la Junta Suprema de Gobierno de Caracas viaja a Londres en busca de su apoyo para la constituci�n de la primera rep�blica del continente, viaja a Caracas e integra el congreso constituyente, sus intervenciones y las de sus pupilos hacen tomar la decisi�n definitiva de adoptar la independencia y crear un gobierno federal en los territorios, hasta ese momento, pertenecientes a la Corona Espa�ola.

1812, Bol�var pierde la plaza del Puerto Cabello y Miranda se ve obligado a Capitular, lo que no les gusta a los mantuanos venezolanos y lo denuncian y lo entregan al gobierno espa�ol, quien lo hace prisionero hasta su muerte, en el arsenal de la Carraca, en la prisi�n de las cuatro torres. 

Su misi�n la seguir�a el joven Bol�var en el norte y San Mart�n y Art�gas en el sur de nuestra Am�rica. 

Hoy, orgullosos de contar con estos ejemplos de personas podemos hacer realidad los sue�os y fantas�as que una vez pensaron estos hombres, no solo ser republicas independientes, sino hacer cada d�a de esas rep�blicas independientes nuestro suelo, hacernos nosotros m�s iguales y respetarnos, hermanarnos y construir la justicia y equidad.

Cu�ntanos tu opini�n acerca de este art�culo.

Andr�s Cordov�s, Venezuela.