La Falacia del Yugo Desigual

Pregunta. Necesito me resuelva una duda, mi pareja es noajida y yo no y desde hace un tiempo tenemos muchos problemas. Evitamos hablar de lo que él es actualmente y lo que yo siento y pienso pues soy católica. Mi pregunta en sí es si él tiene que tener una pareja que sea noajida igual que él o no, si puede seguir a mi lado o nos debemos de separar, la verdad mi vida se ha vuelto un infierno pues ahora ya ni siquiera quiere tocarme y me evita a toda costa, me siento como un mueble en su casa, un objeto más digame que hacer pues yo lo único que quiero es que él sea realmente feliz. LM

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Respuesta. Estimada LM. Gracias por su confianza al plantear tan delicada pregunta. No existen soluciones mágicas para los problemas conyugales. Y no creo estar en condiciones de ayudarla como usted se merece.

Para empezar, ¿será sólo la cuesti’on "religiosa" lo que est’a creando "ruido" en su matrimonio?

Dios, Creador del Universo, nos creó a todos los seres humanos "a su imagen", lo que quiere decir que podemos hablar y que tenemos intelecto y capacidad para elegir entre lo que es provechoso (y en qu’e medida) y lo que no lo es. Si no usamos nuestra capacidad para equilibradamente razonar y sentir no somos más que unos animalitos superevolucionados. ¿Están usted y su esposo haciendo uso de estas facultades?

Empecemos por el principio. Existen dos códigos legales legítimos ante el Creador del Universo, Quien proveyó ambos códigos. El primero corresponde a los 613 mandamientos del pueblo judío. El segundo son las Siete Leyes de los Hijos de Noaj, que nos corresponde a todos quienes no somos judíos (es decir todos quienes no hemos nacido de vientre judío o que no hemos hecho la conversión halájica al Judaísmo). Por tanto, si su madre no fue judía en el momento en que usted nació y si usted no se ha convertido al Judaísmo, ¿qué es usted? ¡Usted también es noájida! Claro está, según sus palabras, usted profesa un conjunto de creencias que no se corresponden exactamente a aquella herencia que le ha dado Dios, las Siete Leyes. ¡Pero no por ser católica usted deja de ser noájida!

En el marco de las Siete Leyes hay una que regula las relaciones sexuales de los seres humanos. Usted puede entrar en el detalle a través del libro "El Camino del Gentil Justo" (Clorfene & Rogalsky) que está disponible en http://fulvida.com, http://www.jabad.org.ar y http://jmayorga.wordpress.com

Conforme a esta normativa un varón gentil tiene prohibido (entre otras) relaciones sexuales con una mujer que esté casada con otro hombre. Puesto que ese no parece ser su caso, no habría razón alguna, desde la perspectiva de las Siete Leyes, para que su esposo ya no se acerque a usted. Si su esposo está usando el tema del Noajismo para justificar su alejamiento está muy equivocado. El camino de Dios es el camino de la moderación. Y para saber qué es ser moderado hay que usar las facultades que nos constituyen "imagen de Dios".

Ahora bien la forma en que, según usted, está procediendo su esposo me recuerda lo que yo llamo la Falacia del Yugo Desigual (YD). El "yugo desigual" es un concepto cristiano que lo he visto muy intenso en personas que son cristianos evangélicos (especialmente pentecostales) y en personas que han dejado hace poco el Cristianismo en pro de las Siete Leyes.

Conforme a YD una persona cristiana no debe tener como socio (de trabajo por ejemplo) o pareja (sentimental o conyugal) a una persona que no está "en el mismo sentir", dicho en otras palabras, que no profesa sus mismas creencias. Conforme a esto se motiva a los feligreses (alias las ovejas) de la iglesia a que por ejemplo contraten trabajadores escogiendo exclusivamente de gente de la misma iglesia o al menos de alguna iglesia afín.

YD se vuelve mucho más intenso cuando de matrimonio se trata. Es una "afrenta contra Dios" – dicen los adeptos a la YD – el tener un novio(a) o enamorado(a) o pololo(a) que no esté en "el mismo sentir", ¡y la cosa se vuelve todo un barullo de pueblo chico cuando se llega al matrimonio con una persona que es YD!

Dios nos creó para que seamos felices. Y la felicidad no se puede alcanzar en plenitud cuando se vive sometido a falacias como la que acabo de mencionar.

Ahora bien. Conforme a las Siete Leyes, existe el divorcio conforme las pautas que lo rijan en su país, es decir conforme al Estado de Derecho. Pero el Noajismo no promueve el divorcio si no todo lo contrario: el crecimiento personal. Y no hay mejor espacio para el crecimiento personal que el matrimonio. El divorcio es la herramienta última para alcanzar la paz, cuando ya se han agotado las demás opciones…

Mi consejo es que busquen ayuda profesional. Yo no soy la persona indicada para ayudarles en temas conyugales: como futbolista soy buen ajedrecista, ¿me entiende? Le recomiendo que se contacte con Yehuda Ribco (puede encontrar su email a través de la página de Fulvida). Una terapia familiar puede ayudar mucho.

Esperando que usted y su esposo encuentren la paz,

Juan

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