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El Camino sagrado

El pasaje del “Shemá Israel” (Devarim/Deuteronomio 6:4 y ss.) suele ser muy conocido y repetido (muchas veces sin llegar a comprenderlo realmente).
Lo encontramos varias veces en el libro de rezos judío, pues es necesario que la persona judía lo repita como plegaria más de una vez por día.
Es, ciertamente, un pilar sobre el que se apoya buena parte de la ideología judía en lo que refiere a creencias y actitudes “religiosas”.

Pero, resulta, que por lo general dejamos en la ignorancia el pasaje que en la Torá está inmediatamente introduciéndolo, veámoslo brevemente ahora:

"Pero tú (Moshé), quédate aquí conmigo (dice el Eterno). Yo te diré todos los mandamientos, las leyes y los decretos que les has de enseñar (a los judíos), para que (los judíos) los pongan por obra en la tierra que les doy para que tomen posesión de ella (Israel).
‘Tened cuidado
(dice Moshé a los judíos), pues, de hacer como el Eterno vuestro Elokim os ha mandado (a ustedes, judíos). No os apartéis a la derecha ni a la izquierda.
Andad en todo el camino que el Eterno vuestro Elokim os ha mandado, para que viváis y os vaya bien, y para que prolonguéis vuestros días en la tierra que vais a tomar en posesión.
‘Éstos, pues, son los mandamientos, las leyes y los decretos que el Eterno vuestro Elokim ha mandado que
(yo Moshé) os enseñara (a ustedes judíos), para que los pongáis por obra en la tierra a la cual pasáis para tomarla en posesión (Israel).
Son para que reverencies al Eterno tu Elokim, tú con tu hijo y el hijo de tu hijo, guardando todos los días de tu vida todas sus leyes y sus mandamientos que yo te mando, a fin de que tus días sean prolongados.
Escucha, pues, oh Israel, y cuida de ponerlos por obra, para que te vaya bien y seas multiplicado grandemente en la tierra que fluye leche y miel, como te ha prometido el Eterno, Elokim de tus padres."
(Devarim / Deuteronomio 5:28-30, 6:1-3)

Muy interesante y esclarecedor párrafo. En una rápida lectura podemos advertir que no contiene de por sí nada novedoso, nada que no encontremos en otras partes de la Torá y del Tanaj.
Apreciamos una y otra vez el mismo claro y poderoso mensaje: el Eterno es el que diseñó y ordenó los mandamientos que ha dado a cada quien, 613 para el pueblo judío y siete para cada uno de los gentiles. Él ha decretado que ese sea el modo de vida, del cual no es bueno apartarse.
El CAMINO no es una creencia, ni la fe en algún ser espiritual, ni la repetición de lemas o pasajes sagrados, sino que el camino es lo que el Eterno ha mandado, los mandamientos que Él demanda de cada uno que cumpla.
Entonces, si queremos andar con seguridad por la senda del Eterno, sin apartarnos, sin equivocarnos, sin desviarnos, sin inventar propias doctrinas, lo que tenemos que hacer está claramente expresado: cumplir con los mandamientos que nos competen. Eso es lo que tenemos que hacer, no otra cosa. No tenemos porqué aferrarnos a dogmas o ideologías, ni seguir costumbres que nos son ajenas, ni husmear en misterios o secretos, puesto que eso NO ES lo que el Eterno ha revelado como el CAMINO que debemos seguir.
Es el cumplimiento de esos mandamientos que nos corresponden lo que nos vivifica, lo que nos otorga vida en Este Mundo y en la Eternidad, es nuestro bien y bienestar, es nuestra “esperanza”. No hay otra cosa, tal como queda expresado rotundamente por el mismo Dios en boca de Su siervo más fiel, Moshé el gran maestro.
El Eterno no obtiene ninguna ventaja, no le cambia si cumplimos o no con lo que Él nos demanda, es a nosotros a quien beneficia, a nosotros a quien brinda bienestar.
Cuando vivimos en sintonía con los mandamientos que nos ha dado Dios a cada uno, entonces estamos en una relación correcta con Él pero también con el prójimo, con nuestra familia, con nuestra posteridad, con el ecosistema, con el cosmos. Somos un elemento que promueve la vida, que reproduce la bendición, que comparte la Luz con otros.
¿Cómo?
No por la fe, no por “la palabra”, no por el estudio o memorización de párrafos bíblicos, no por congregarse con “hermanos”, no por la creencia en tal o cual cosa, sino por la acción positiva, aquella que está en armonía con los mandamientos que Él nos dictó.
Atiende bien, esto no es una enseñanza de un rabino ni de un maestro, es lo que el propio Eterno expresa, revela, demuestra como EL CAMINO.

Nosotros podemos divertirnos con los jueguitos del EGO, o podemos estar empantanados con ellos. Distracciones hay miles, tal como excusas y justificaciones. Palabra zalameras o las que son ofensivas fluyen como ríos de leche y miel, pero nada de eso cambiará la Verdad, la Norma sagrada que ha dictado el Rey de reyes.
Él no nos pide creencia, no precisa de nosotros, no requiere que le halaguemos o satisfagamos como a dioses de piedra o barro. Pero Él sí nos ordena vivir con un código de conducta que hace del mundo un paraíso y del paraíso una realidad terrenal.

Ten presente:

"Guardad cuidadosamente los mandamientos del Eterno vuestro Elokim y sus testimonios y leyes que te ha mandado.
Harás lo recto y bueno ante los ojos del Eterno…"

(Devarim / Deuteronomio 6:17-18)

Harás lo que es bueno y justo ante el Eterno, porque en eso quedan contenidos todos los mandamientos.
Hacer lo bueno y justo.
Hacer…

¿Quién te pide fe o sacrificios?

El hombre sabio e inspirado por el Eterno nos aconseja:  "Cuando vayas a la casa de Elokim, guarda tu pie. Acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios, que no saben reparar el mal." (Kohelet / Predicador 4:17).

El consejo aplicaba textualmente en épocas que el Templo del Eterno estaba en funciones en Ierushalaim, cuando las personas realizaban algún sacrificio (animal o vegetal) para acompañar al proceso de TESHUVÁ, arrepentimiento. (Había innumerables tipos de sacrificios, uno de los cuales era éste).
Las palabras de Kohelet siguen en plena vigencia, y ya las analizaremos un poquito más en un rato, aunque los rituales de sacrificios desde hace milenios ya no se realizan.
Es que, desde el comienzo del sistema ritual de sacrificios en el judaísmo, es totalmente sabido que estos son accesorios, complementarios y no lo principal, la TESHUVÁ va por sus sagrados carriles que pueden prescindir perfectamente de cualquier derramamiento de sangre, muerte de un ser vivo, o rituales “religiosos”. En su momento y lugar, en su contexto histórico y cultural, en su etapa en la evolución de la conciencia espiritual del hombre, los sacrificios rituales tenían un valor que para nosotros es incomprensible, pero no podemos juzgar al pasado desde el conocimiento y la conciencia del presente. Para ellos el sacrificio era un elemento sustancial, para nosotros el eje se ha corrido. Precisamente estamos enfocados mucho más en lo que el Kohelet señala en el versículo citado.
Nosotros (nuestros maestros) proponemos que es mejor si nos concentramos en la reflexión, en el oír, en el aprender a reconocer nuestros errores, en reparar lo que es posible reparar, en perfeccionar nuestro mundo, en construir shalom, en llevar una vida de armonía interna-externa, en lo que tiene un valor trascendente y de cambio real.
En vez de hacer como los necios, los de antaño y lo de todos los tiempos, que se despatarran por preparar sacrificios, creerse “salvos” a causa de alguna sangre derramada, que se sienten “de Dios” por malabarismos de la fe, cuando no viven haciendo lo bueno y apartándose de lo malo.
Explica el rey Shlomó que ir a la casa de Elokim, tanto cuando existía y realmente se hacían sacrificios, como ahora, es tener una actitud y una conducta de constructor de shalom, de edificador de un mundo mejor y no tanto una visita académica, religiosa, ritualista, de fe.
Es lo que dice, es lo que está claramente enseñado en el texto santo. Pero hay aún más.

En masejet Berajot 23a, a partir de este versículo se enseña que el Eterno dice: “¡No seas como el tonto que peca y trae un sacrificio, pero sin tener conciencia de si lo hace por algo bueno o algo malo, porque son incapaces de diferenciar entre bien y mal, e incluso así traen sacrificios delante de Mí!”.
Es de tonto pretender comprar la absolución del Eterno por medio de sacrificios, de la fe, de rituales, de pantomimas religiosas, de todo lo externo.
Eso no agrada al Eterno ni colabora con el proceso de TESHUVÁ.
La TESHUVÁ es un proceso interno, de cambio profundo, que tiene por supuesto repercusiones en el mundo externo.
Pero, quedarse solo con el afuera, el disfraz, los gestos, es de tontos, de gente hueca, de gente que peca y con estos actos rituales o fe se están burlando del Eterno. El ritual no hace a la persona digna, no los justifica, no le brinda redención, porque es la reparación del mal lo que pretende el Eterno con la TESHUVÁ.

La TESHUVÁ causada por amor al Eterno, logra transformar los pecados intencionales en méritos, sí, aunque suene muy extraño; pero, la TESHUVÁ causada por el miedo, solamente cambia el peso del pecado de intencional a no intencional, pero no logra la reparación interna, ni el crecimiento en la escala espiritual.
(Recomiendo a los que comprenden hebreo el texto que se abre haciendo clic aquí.)
¿Cómo se define la TESHUVA causada por amor (meahava)?
Cuando uno toma conciencia de la gravedad de lo realizado y no se justifica ni busca excusarse, sino que admite su acción y toma la determinación de reparar el daño (en la medida de lo posible) y no volver a cometerlo. De allí el simbolismo del sacrificio que se realizaba en el Templo, así como el animal muere y es quemado, debe suceder con la porción de EGO que nos ha llevado a cometer tal error. Que se extinga la negatividad, que resplandezca el bien, que el EGO sea usado por el hombre para la construcción de Shalom, y no el hombre sea esclavo de su EGO para la gratificación sin valor.
La TESHUVÁ basada en amor, no se está pendiente de castigos o recompensas, no se hace “pactos” o “negocitos” con Dios para que se contente con el sacrificio y por ello perdone el pecado, no se trata de echar culpas o mitigar la propia responsabilidad, no es engordar a Dios con grasa o hacerle feliz con aromas de carnes asadas, tampoco es adorar por fe a salvadores o mediadores, porque entonces no sería arrepentimiento basado en amor sino en miedo.
El arrepentimiento insincero, el que se maneja con negociaciones, toma al sacrificio tal como hacían los antiguos y los actuales paganos, quienes tienen la obligación de contentar a su dios (dioses) por medio de ofrendas, regalos, rituales, porque el dios (dioses) tiene necesidades que sus fieles deben satisfacer, de no hacerlo, el dios (dioses) montan en cólera y castigan.
Pero, en la conciencia espiritual este manejo es contemplado como lo que es: EGO.

Así pues, sacrificar, tener fe, ritualizar la vida, llenarse de prohibiciones que no tiene sentido, ser “religioso”, es seguir apegado a lo que no da vida, es seguir en la inconsciencia de lo que es bien y mal, es seguir cosificando a Dios, es seguir esclavo del EGO.

Así se comprende aún mejor lo profetizado por el hombre de la Verdad:

"Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda."

(Ieshaiá / Isaías 1:11-17)

La base de la misión del hombre no está en adorar a un dios, ni en los rituales, ni en la fe, ni en mitos sobre sangres que salvan, ni en llevar una vida de complejidades “teológicas”, claramente lo que Dios desea del hombre es que ande por la vida como un constructor de Shalom, haciendo lo bueno, haciendo lo justo, apartándose del mal para gozar del bien.

La Torá escrita (Bereshit / Génesis 4:3) relata que el inventor del sistema de sacrificios fue Caín, el primer hombre nacido de padre y madre humanos, copiado inmediatamente luego por su hermano Abel.
Ni uno ni otro fueron instruidos por el Eterno para hacer esto, sino que salió de su propia imaginación. Del primero porque quizás supuso que podía comprar el beneplácito del Dios por medio de una dádiva, como si Él la precisara… el segundo porque quizás no quiso ser menos que su hermano, no perder el favor de su Dios… ¡vaya uno a saber!
Lo cierto es que este ritual no trajo paz al mundo, ni bendición, ni armonía, ni progreso, ni confraternidad, ni solidaridad, ni… ¡nada bueno! Este invento de la primer religión trajo violencia, enemistad y hasta el primer asesinato… ¡las cosas de la religión parece que no han cambiado!
(Recordemos que ni judaísmo ni noajismo son religión, aunque hay algunos que viven su judaísmo y su noajismo como si de religión se tratase).
Noaj al descender del arca, al ver la devastación tremenda, no tuvo mejor idea que matar animalitos para elevar sacrificios que nadie le pidió ni nadie quería, de esos mismos animalitos que Dios le había dicho que salvara para que se conservaran y proliferara. La respuesta del Eterno a ese “aroma grato”, no fue precisamente grata: "No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud. " (Bereshit / Génesis 8:21). Sí, ese ánimo de destruir y con la excusa de congraciarse con el Dios (dioses) no demuestra la nobleza de corazón del hombre, sino su EGO. Así somos, impotentes a pesar de ser poderosos; ridículos, a pesar de estar a la altura de casi ángeles. Porque nos sometemos al EGO y entonces vivimos haciendo payasadas aburridas y terribles, con muecas de alegría pero absoluto vacío y desesperación. Como dibujara el salmista con sus palabras: "¿Por qué se amotinan las naciones y los pueblos traman cosas vanas? Se presentan los reyes de la tierra, y los gobernantes consultan unidos contra el Eterno y su ungido, diciendo: ‘¡Rompamos Sus ataduras! ¡Echemos de nosotros Sus cuerdas!’. El que habita en los cielos se reirá; el Señor se burlará de ellos." (Tehilim / Salmos 2:1-4). En nuestro delirio egotístico pretendemos cambiar a Dios, o comprarlo con nuestras vanas ofrendas y sanguinarios sacrificios, para manipularlo… como si pudiéramos… y Él, allí desde Su trono se burla de los que en impotencia se creen todopoderosos, de los que se creen reyes pero son monigotes del EGO. Se ríe Dios de ti y de mí, porque seguimos siendo payasos que en verdad no hacemos reír a nadie.
A Él complace realmente la persona que vive en sintonía espiritual, sintonizado a la frecuencia divina: hacer lo bueno y justo, apartarse de lo que Él declara malo para hacer lo que Él distingue como bueno. El resto… el resto…
¡Pero cómo tiene “éxito” el resto!
¡Cómo triunfan en el mercado de las religiones los que ofrecen objetos a la venta, proponen escuelas de misticismos, centros de cabalistería, bailes mesiánicos, palabrejas en hebreo, pertenecer a sectas con más o menos renombre!
¡Qué buenas tajadas obtienen los traficantes de la fe con esos shows que arman para divertir a sus ovejitas!
¡Cómo se difunden por las redes sociales las palabras de los farsantes, de los religiosos, de los “poderosos”! Tienen un tremendo éxito, si lo medimos con la vara del materialismo sin ápice de espiritualidad.
Esos que hacen de su secta la única salvación, de sus prédicas la única vedad, de sus odios la única razón de existencia, de sus mentiras la única senda para la “salvación”… ¡esos se enorgullecen de su éxito! Pero en realidad, son el más oscuro fracaso. Como Caín, religiosos y asesinos. Como Noaj al bajar del arca, religioso y patético. Como todos los que se escudan en rituales y diferentes supercherías, con trucos de feria barata, fracasados pero llenos de oro y fama.

Mensajes de plenitud espiritual como este no son de los que atraen masas de gente, no lo consiguieron los profetas, tampoco los sabios, muchos menos este humilde maestro. Lo que a la gente atrapa es el show, los rituales, la pompa, los efectos especiales, la palabrería, el seudo misticismo, las supersticiones, los amuletos, las fantasías de otras vidas, el adquirir objetos, el bailotear como zombis, el seguir los dictados de un fantoche que se autoproclama líder de alguna secta, el vestir curioso, el disfrazarse de lo que uno no es, el sacrifico, todo lo externo y pasajero eso vende, eso cotiza, eso atrae… y es contra eso que los profetas y sabios se han levantado una y otra vez, para volver a ser silenciados por las hordas de adoradores de la vanidad.
Lo que es el camino del Eterno, ese que El mismo ha proclamado y declarado, ese no cotiza. Es que al EGO no le sirve que la persona encuentre su libertad y completitud por el sencillo y perfecto camino de la bondad y la justicia. Entonces, le hace creer a la persona que es necesario hacer mil rituales, vestirse cómico, hablar raro, aprender de memoria palabras y frases con un cierto tinte de “magia”, ser ovejas de algún pastor, festejar fiestas incongruentes, vivir como supuestamente lo hacían los modelos del pasado, llevar una vida atrevida, lo que fuera, menos lo que realmente Dios ha declarado como EL camino a seguir.

Como expresa el Eterno a través de Su profeta: "La Torá verdadera estuvo en su boca, y por eso: en sus labios no se halló malicia, en paz y en justicia anduvo Conmigo y a muchos apartó del pecado."
(Malaji / Malaquías 2:6).
Hay gente que se llena la boca de “Torá que no es verdadera”, es decir, de instrucciones que se hacen pasar por reveladas, sagradas, obligadas, cuando lo cierto es que son inventos, falsedades, farsa, producto del EGO. Pero el que tiene palabras de Torá verdadera, no precisa del disfraz, ni de engaño, ni de hacer piruetas para obtener ganancias o poder. Por el contrario, el que trae el Verbo del Eterno en su boca, el que lo hace carne con sus acciones, no habla malicia (mentiras, falsedad, engaño, religión, amenazas, maldiciones, injurias, difamaciones, perjuicios contra los inocentes), sino que habla lo necesario, lo que está en sintonía con su forma de vivir, que es de paz y justicia. Anda con el Eterno, no detrás de algún clérigo, del invento novedoso de algún “grande”, de lo que está de moda. Y con sus acciones de nobleza logra enseñar a los demás cual es el camino a seguir.
Pero, lo repito, esta forma de vida, la realmente espiritual, no es la que consigue fans, seguidores, una hinchada impresionante ni estadios repletos. Porque a la gente le encanta que se les mienta, que se les haga creer que son poderosos, que se les haga suponer que tienen conexiones “interestelares”, cualquier cosa, con tal de mantenerlos prisioneros del EGO.

Es sobre estos líderes corruptos y sus ovejas seguidoras que el profeta ha declarado en nombre del Eterno: "desde el menor hasta el mayor de ellos, cada uno persigue las ganancias deshonestas. Desde el profeta hasta el sacerdote, todos obran con engaño y curan con superficialidad el quebranto de mi pueblo, diciendo: ‘Paz, paz.’ ¡Pero no hay paz!
‘¿Acaso se han avergonzado de haber hecho abominación? ¡Ciertamente no se han avergonzado, ni han sabido humillarse! Por tanto, caerán entre los que caigan; en el tiempo en que yo los castigue, tropezarán’, ha dicho el Eterno."
(Irmiá / Jeremías 6:13-15).
¡Oh sí! Estos pastores de religión, seudo rabinos, maestros del engaño, usurpadores predican sobre paz, hacen espectáculos de sanidad, de restaurar casas extraviadas, de devolver a los perdidos, de salvación, de conexión con el “sadik”, dicen hablar y actuar en nombre de Dios, pero no hay paz en lo que hacen ni dicen. Sus vidas son de vergüenza, y como ellos sus seguidores. Y sin embargo, siguen prosperando (materialmente, al menos), llenando sus recintos de adoración con más y más miembros. Reciben elogios y poderes, se les atiende como si proveyeran de bendición, no son humillados… pero hay un Juez y hay un tiempo para las consecuencias de cada acto.

Entonces, regresando al comienzo, ¿de qué vale el sacrificio, la fe, la adoración, la adulación, el disfraz, la actuación, cuando lo que el Eterno demanda es otra cosa bien distinta?
Presta el oído a las palabras, aprende a reparar el mal, ayuda a tu conciencia espiritual a despertar y luego no dejes que vuelva a dormir.
Recuerda: "Harás lo recto y bueno ante los ojos del Eterno, a fin de que te vaya bien…" (Devarim / Deuteronomio 6:18), no hay más secretos, ni otro camino espiritual posible.

Sé que algunas personas poco sensibles a lo espiritual me criticarán por repetir el tema, como que es muy insistente mi mensaje de construir shalom por medio del bien y la justicia, apartarse del mal para hacer el bien, los lazos del EGO, entre otras cosas… sí es cierto, estoy girando últimamente mucho sobre estas temáticas… ¡y así me parece que debe ser!
Desde hace milenios el mensaje celestial no ha cambiado y como hemos visto es este y no otro, ¿por qué habríamos de modificarlo?
Por otra parte, cada artículo contiene una nueva enseñanza, nueva por no estar publicado todavía, o por contener un giro más que clarifica aspectos, o por contener la misma idea pero expuesta de una manera más clara (al menos eso espero).
Por ejemplo, hoy podemos decir que hemos aprendido que existen tipos de TESHUVÁ, alguna de las cuales se quedan a mitad de camino del ideal. De hecho, según expresan los Sabios, y hemos escrito más arriba, ni siquiera puede considerarse como una real TESHUVÁ, sino que a veces no es más que disfrazar el pecado con otro pecado.
Es tan importante saber esto, y especialmente ahora que estamos en el mes de Elul, el que se destina a la reflexión, al perfeccionamiento del sí mismo, al retorno a lo mejor que hay en uno, al abrazo con el prójimo, al encuentro con el Rey que nos está esperando con paciencia y cariño.

Así pues, estudiemos con humildad, vivamos con sentido, tratemos de hacer lo mejor de nuestra parte aunque no siempre podamos. Estamos limitados en muchos aspectos, pero tenemos la intención y la acción.

FULVIDA en Costa Rica comunica: 22 de agosto de 2012

San José, Costa Rica a las ocho horas con cuarenta y tres minutos de veintidós de agosto de dos mil doce.

En atención al festival denominado “Escucha Israel” a celebrarse en la hermana república de México, la Coordinación de FULVIDA en Costa Rica menciona lo siguiente:

PRIMERO: Dentro de los ideales de la organización se encuentra la promoción de los Siete Mandamientos Universales conocidos también como los Mandamientos a los hijos de Noé, donde uno de ellos es la prohibición a la idolatría y, por ende, nuestra organización se opone de manera rotunda a la promoción o diseminación de ideas que vayan contrarias a la creencia en un Solo y Único Dios.

SEGUNDO: El movimiento de mesiazgología que busca atribuirle la divinidad y el mesiazgo a Jesús de Nazaret es completamente contrario a la doctrina judaica y a la doctrina noájida también, por lo que manifestamos nuestra total oposición contra la mesiazgología nazarena por encontrarse diametralmente opuesta y ser anatema a la existencia de un Solo y Único Dios.

TERCERO: De esta misma manera recordamos a la población en general que el judaísmo es de raigambre monoteísta mientras que el cristianismo es politeísta; habiendo dicho esto no puede haber conciliación entre uno y otro por lo que todo aquel mesiazgólogo nazareno que se haga llamar judío, no es tal, en virtud que existen inconsistencias de carácter sustancial irreconciliables entre el judaísmo y el cristianismo que desnaturalizan por completo la judeidad de aquél que crea en Jesús de Nazaret y que aunado a esto no posea descendencia cognaticia judía o, en su defecto, se haya convertido al judaísmo por medio de una conversión rabínica ortodoxa.

CUARTO: Con base a lo anterior, en Costa Rica los denominados “judíos mesiánicos” no son tales, siendo cristianos que utilizan indumentaria similar a la que los judíos ortodoxos utilizan pero debido a las diferencias mencionadas en el acápite anterior, no son judíos ni se les debe considerar como tal.

QUINTO: Es por ello que FULVIDA en Costa Rica hace un llamado a la población judía y noájida de Costa Rica para que se unan a esta voz de reclamo contra las iglesias cristianas que están utilizando el nombre judío y desmereciéndole en virtud de la falacia que los mesiazgólogos cristianos le están presentado al público no consciente de la realidad existente.

SEXTO: FULVIDA en Costa Rica por este medio emite un comunicado oficial, manifestando el oprobio y la oposición diametral contra la confusión generada por los mesiazgólogos cristianos en la hermana República de México así como la ocurrida en suelo patrio y no avalamos ni avalaremos conductas destinadas a confundir y a crear el caos en la población debido a la manipulación de información.

Firma Responsable

Felipe G. Flores

Presidente Coordinación de FULVIDA en Costa Rica

Cédula 1-1186-0941

Lo que el Eterno pide del gentil

Dijo el sabio salmista, inspirado por el “espíritu de santidad”: "De la misericordia y el derecho cantaré; a ti cantaré salmos, oh Eterno." (Tehilim / Salmos 101:1).
De la bondad y la justicia, de eso cantaba el rey David, de eso quería enseñar… de la bondad y la justicia…
Así trataba de vivir él, de dar el ejemplo: "David reinaba sobre todo Israel, y practicaba David el derecho y la justicia con todo su pueblo." (2 Shemuel / II Samuel 8:15).

Una de las tantas mentiras de los misioneros de la cruz, mesiánicos, netzaritas y otros desvariados, es que el noajismo es un “invento rabínico”, puesto que no encuentran las siete leyes de Noaj en el texto escrito de la Torá judía.
En otras ocasiones ya hemos explicado al respecto, no lo haremos nuevamente, quien tiene buena intención y ánimo de estudio podrá buscar en este sitio, encontrar, leer y aprender como desarmar ese sucio engaño de los misioneros, uno más entre tantos. Sabemos que todo su sistema de creencias es una red espantosa de errores, tergiversaciones, media-verdades, falsedades, inventos, manipulación, exhibicionismo, egolatría, y por supuesto sus praxis está colmada de agresiones (verbales, psicológicas, físicas) en contra de todo lo que no cuadre con sus intereses monopólicos e imperialistas.
Es decir, EGO más EGO, de principio a fin.
Así proceden los misioneros de hoy, exactamente como sus predecesores. Quizás no arman hogueras en plazas públicas ni tribunales inquisitoriales que torturan y exterminan sin nadie que se les oponga, pero siguen siendo una eficiente máquina de generar caos, desestabilizar, corromper, destruir lo bueno y justo que hay en el planeta.

En esta oportunidad no quiero detenerme a explicar la razón por la cual no se hallan explícitos los mandamientos para las naciones en la Torá escrita judía, sino que deseo tomar como cierto el postulado de que son un “invento rabínico”, NO PORQUE LO SEA, ya que es FALSO, sino para que a partir de la falsa premisa podamos desvirtuar esta nefasta falacia de los misioneros.
A ellos les sirve provocar la duda del origen y validez del noajismo, porque saben que la única espiritualidad válida para el gentil es el noajismo, y esa simple y clara verdad no les deja desarrollar su plan de conquista y toma de control. Por tanto, el noajismo tal como el judaísmo son los enemigos a vencer por parte del imperio del mal. Mientras el judaísmo y el noajismo sigan existiendo, ellos no  podrán completar su siniestro deseo de dominar por completo a la humanidad por medio de la doctrina idolátrica.
Sé que suena a conspiración paranoide, pero desde el padre de la religión tal como la conocemos actualmente, Nimrod, hasta las iglesias mesiánicas modernas (que los muchachos las quieren llamar “sinagogas”), han seguido metódicamente el mismo camino, bajo similares premisas, con idénticos patrones, con tal de dominar, controlar, manipular a la humanidad.
Creo que también tenemos escrito sobre esto, así que te pido que busques, encuentres y estudies.

Los misioneros en casi cualquiera de sus versiones, expresan que la “única salvación” (sea lo que esta patraña quiera decir) es por creer, adorar, seguir, adular, al muchacho de la cruz, alias el madero.
Por tanto, los gentiles nada tienen que buscar en el noajismo, sino solamente tener fe en su patético muchachito colgado, alias el redentor súper poderoso.
Que los mandamientos noájicos no son “bíblicos”, pero que la salvación por la fe en Jesús, alias Ieshua, alias Ieshu, sí es “bíblico”.

Desde ya podemos claramente afirmar que Jesús, con el nombre que le quieran dar, NO tiene NADA de bíblico, puesto que “la biblia” es el texto mejor conocido como TANAJ, aquel que es patrimonio del pueblo judío y en él no hay una palabra explícita, ni implícita, ni sombra que hace suponer la existencia de un cristo tal como el Jesús, con el alias que le quieran inventar. Por tanto, de bíblico ni una letra.

Lo que SÍ es bíblico es el constante pedido que hace el Eterno a los gentiles, lo que Él quiere de ellos.
No es una Voluntad Celestial que permanece en misterio, no es algo que se ha sembrado en corazones silenciosos, no es un supuesto, no es algo dicho al pasar, sino que una y otra vez es el mismo mensaje que transmite la Divina Radio para todo aquel gentil que tenga sintonía con Su Emisora Sagrada.
Veamos.

Cuando Él decide permitir el Diluvio, no es a causa de la falta de fe, no es porque el hombre estaba maldito sin Jesús, sino porque: "He decidido el final de toda carne, porque la tierra está llena de violencia por culpa de ellos.” (Bereshit / Génesis 6:13).
Sí, es la violencia el problema, la falta de verdad, bondad y justicia. La corrupción en sus actos, tal como explícitamente declara el mismo Padre Celestial.
Él no reclamó fe, ni creencia, ni rituales, ni adular a un bastardillo crucificado en la imaginación del novelista testamentario… está reclamando bondad y justica, como lo declara rotundamente: "¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno! ¿Qué requiere de ti el Eterno? Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim." (Mijá / Miqueas 6:8).

Esto se repite de manera incesante en las sagradas escrituras, como ejemplo: "[Salmo de David] oh Eterno, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién residirá en tu santo monte?
El que anda en integridad y hace justicia, el que habla verdad en su corazón, el que no calumnia con su lengua, ni hace mal a su prójimo, ni hace agravio a su vecino; aquel ante cuyos ojos es menospreciado el vil, pero que honra a los que temen al Eterno; aquel que a pesar de haber jurado en perjuicio suyo, no por eso cambia; aquel que no presta su dinero con usura ni contra el inocente acepta soborno. ¡El que hace estas cosas no será movido jamás!"
(Tehilim / Salmos 15:1-5).

Mucho tiempo antes de la generación perversa del Diluvio, también ante situaciones de violencia, el Eterno brindó la clave para restaurar el equilibrio, brindar alivio, espiritualizar la existencia, pues fue Él quien dijo a Cain: "¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante? Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo; pero tú lo puedes dominar."
(Bereshit / Génesis 4:6-7).
En el Padre no hay palabras vanas, y éstas son de oro.
Enseña que el estar enceguecido por el encono, o la envidia, o los reproches, no es nada bueno, es tener la puerta abierta al pecado o error. Enseña que el retorno, el arrepentimiento, es la senda poderosa para restaurar el ánimo. Enseña que Él no quiere fe, ni rituales, ni sacrificios, puesto que no le dice al primer humano nacido de padres humanos que haga nada de eso. Simplemente que viva con bondad y justicia, que se quite de encima el malestar provocado por el EGO, que no se deje dominar por las pasiones negativas, sino que por el contrario sea él quien tome las riendas de su vida y se conduzca con bondad, sin furia, sin decaimiento, sin manipulación.
Está claro que al Padre poco y nada le importa la fe hueca y vacía, en nada tiene la fe en un supuesto salvador muerto para limpiar con su sangre de pecados al mundo. Esos son cuentos de los paganos, no la Divina Voluntad. Porque, desde el comienzo de los tiempos vemos al Eterno ser consistente, reiterando sin cambios una y otra vez la misma idea: bondad y justicia, andar por el camino correcto, que es ese que Él marca.

Pero, las personas preferimos oír la voz tosca del EGO, nos dejamos seducir y nos vamos derivando hacia lados oscuros. Pronto la violencia en sus múltiples formas y manifestaciones ocupa el lugar que debiera tener el Shalom. Entonces, tenemos que tener bien clara la orientación Divina, que no reclama fe ni adoración, sino una conducta de bondad y justicia.
Mira, como Noaj no fue “justificado” por su fe, ni fue “salvo” por adorar o adular a un falso mesías, tampoco por realizar rituales o sacrificios, ni siquiera por tener algún conocimiento extraordinario y fuera de lo corriente. Noaj fue rescatado a causa de su conducta digna, por andar de acuerdo a los mandatos que Dios le había impuesto, tal como vemos: "Noaj [Noé] era un hombre justo y cabal en su generación; Noaj [Noé] caminaba con Elokim." (Bereshit / Génesis 6:9).
Eso hacía Noaj, ni más ni menos. No pregonaba ningún “ministerio”, no hacía danzas “mesiánicas”, no barbotaba ensalmos en hebreo, no predicaba “la palabra”, no estudiaba Torá, no iba por la vida haciéndose pasar por santo, no, nada de eso entraba en el estilo de vida de Noaj. Y sin embargo encontró el beneplácito del Eterno, el rescate cuando el resto moría en agonía espantosa.
Noaj era justo, aunque no muy bueno, sino meramente “buenito”. Hacía estrictamente lo justo, apenas si un poquito de bondad hacia el prójimo, pero siempre con lealtad a lo que el Eterno había declarado como “camino”.
Por supuesto que esa falta de misericordia no es un punto a favor de este ancestro de la humanidad, por supuesto que es una falla, por supuesto que mucho mejor podría haber actuado, pero no dejó de lado al Eterno ni a la justicia, con lo cual ya fue suficiente.
Nada de fe, todo acción que contribuye a dar shalom al mundo.
Noaj no hizo el máximo posible, aunque absolutamente comprensible por su contexto histórico y social, por ello no es el exponente más perfecto al cual puede aspirar un noájida, pero tampoco para desechar.

Otro antiguo gentil mencionado en el Tanaj que tampoco supo cubrir el espectro de la bondad con justicia fue Iyov, conocido como Job.
Como ya hemos enseñado en otra oportunidad, este hombre no era “bueno”, en el estricto sentido del término, sino temeroso del pecado, angustiado por la idea de caer en pecado y por tanto ser castigado. Esto lo ponía en un estado de existencia poco gozosa, remordimientos, flaquezas, y ritualismo no solicitado. Pero igualmente le alcanzaba para hacer su parte. No, Job tampoco es el mejor ejemplo de lo que el noájida debe hacer con su vida. El constructor de Shalom debiera ser bueno y justo, siendo leal a Dios.

Entonces, aparece un hombre diferente a los anteriores, alguien que comprende el sentido de “ser espiritual”, que es estar en conexión con Dios, no meramente por medio de rituales, no con malabarismos mágicos, ni con la fe, sino con las acciones concretas, con la construcción real del Shalom en Este Mundo.
Ese hombre es el primer patriarca del pueblo judío, Abraham el hebreo.
Él era noájida, debía vivir como tal, aunque el Eterno le confirió a él y su línea de herederos un mandamiento adicional y exclusivo, el de la circuncisión.
Veamos como es descrito este ejemplar hombre, tomemos nota de lo que se espera del noájida: "Porque Yo le he escogido y sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden el camino del Eterno, practicando la caridad y el derecho, para que el Eterno haga venir sobre Avraham [Abraham] lo que ha hablado acerca de él." (Bereshit / Génesis 18:19).
Pues, nuevamente vemos el mensaje del Eterno para el hombre, que sea bueno y justo, porque ESE es el camino del Eterno, aquel que Él mismo ha reservado al hombre para alcanzar la plenitud en todos los aspectos, en Este Mundo y en la Eternidad.
No son explicaciones de rabinos, ni juegos de palabras de “padres de la iglesia”, no es la prédica engañosa del pastor que ahora se hace llamar rabino, no son volteretas en el aire de un hombre que un día te dice una cosa y al siguiente otra diferente; vemos que directamente es la palabra verdadera del Uno y Único Dios, que insiste y no se cansa en machacar con el mensaje sagrado: sé bueno y justo. No busques rituales, no quieras aprender idiomas o costumbres, no pretendas imponer fe o creencias, deja de lado patrañas de ídolos y salvadores, no le reces a santos, aleja de tu vida a los que te hostigan, simplemente vive como una personas sagrada, practicando el bien y la justicia. ¿Para qué esperar mesías colgados si Dios ya ha dado la respuesta a todos los males? ¿Por qué usurpar doctrinas o costumbres que te son ajenas nacionalmente y espiritualmente? ¿Por qué pretender hablar supuestos idiomas sagradas o vestirte como antiguos habitantes? ¡Sí nada de eso te pide Dios!
Es Dios el que impone la senda al noájida, no otro.
Y la senda para el noájida está muy clara: apártate del mal y haz el bien sé bueno y justo, sé leal a Dios. Eso es todo. No busques más, porque Dios no te ha ocultado ningún secreto ni tesoro, todo te lo ha dicho. Él te hizo saber Su Voluntad, lo que espera que tú como hijo noájida cumplas. Entonces, ¿cómo te atreves a poner en duda a Dios y pretender enseñarLe que le faltó añadirte tal o cual cosita?
No es Jesús la respuesta a ninguna necesidad espiritual, como tampoco lo es la vida judaica (o parte de ella) para el que ha nacido gentil y desea permanecer como tal.
Es la espiritualidad noájica el camino y la meta.
Tal es lo que el propio Elokim determina, no el hombre.
Por supuesto que Abraham hacía otras cosas, por ejemplo daba diezmo a los que trabajaban por el bienestar del prójimo, brindaba hospedaje a los visitantes, consolaba a los dolientes, luchaba por los prisioneros, rezaba, comerciaba, entre otras cientos de actividades, todas ellas porque así era lo que se acostumbraba, o porque eso le agradaba a Abraham, o porque era lo necesario de hacerse, pero NO porque fuera lo que Dios le hubiera mandado hacer. Ten bien en cuenta la diferencia entre lo que el Eterno pide y espera de aquello que uno suma por propia idea, no sea que uno se confunda y llegue a pensar que lo que uno decide añadir también es mandado por Dios. Mucho cuidado de las buenas intenciones que no vienen limitadas por el buen conocimiento, porque suelen terminar en desastres.

Pero claro, podrían argumentar que las cosas cambian, Dios cambia, entonces un día Dios decide que “A” es para siempre, pero al día siguiente decide que “A” ya no es para siempre. Como si Dios fuera un niñito, o un patancito llevado por el EGO. Sabemos que Elokim NO ES hombre para cambiar y cuando promete una cosa, la cumple. Y cuando Él afirma que algo es para todas las generaciones, así es, sin cambios.
Entonces, muchos siglos más tarde, aparece un importante militar asirio en Israel buscando la cura a una dolencia que le aquejaba. Recurre al profeta Elisha, Eliseo. El militar espera honores, la entera disposición del profeta para servirle y adularle, el poderoso pretende ser tratado como está acostumbrado a serlo.
Pero el profeta no estaba a su servicio, sino al de Dios.
Sabía Elisha que Naaman, el militar gentil, tenía que aprender una poderosa lección: ser humilde. Entonces todo lo que le manda decir, los simplísimos procedimientos para curarse no tienen finalidad ritual, ni “religiosa”, ni siquiera terapéutica corporal en sí misma, ni aún de enseñanza de “Torá”, sino que lisa y sencillamente le quiere enseñar a bajarse un poco del pedestal en el cual su EGO lo ponía, que aprendiera un poco de humildad.
Y el militar es curado, y no precisa hablar en hebreo, ni bendecir, ni recitar pasajes de Torá, ni tener fe en salvadores, ni adorar a Jesús (o con el nombre que prefieran inventarle), ni vestirse de forma jocosa al estilo de un europeo del oriente de hace tres siglos atrás, ni dar volteretas en el aire clamando a Dios, ni… nada de nada…
Solamente hacer con humildad lo que el profeta le mandó.
Eso era todo.
La lección simple pero impresionante en su poder.
Y Naaman fue curado, pero igual seguía con mañas y trampas al solitario. Porque él argumentó que “regresaría al templo de los dioses de su país, claro que no los adoraría, pero bueno… allí estaría y si tenía que arrodillarse… bueno… ustedes saben como es la cosa… pero claro, él se llevaría un puñado de tierra de Israel para adorar al Dios de Israel… porque obviamente es Dios de Israel y no del universo, así que preciso tener tierra de este lugar para que este Dios tan fuerte me preste atención… porque ustedes saben, yo soy Naaman…” y en ese estilo siguió el gran militar su discurso de justificaciones.
Y el profeta, el realmente poderoso profeta, el iluminado hombre, el que recibía mensajes directamente de Elokim, el que por su intermedio Dios curaba y daba vida, ese gran Elisha simplemente le respondió: "Ve en paz. " (2 Melajim / II Reyes 5:19).
Nada de discursos, nada de “guerra espiritual”, nada de predicar la palabra, nada de adorar o seguir a un rabino de Galilea so pena de arder en el infierno, nada de extirpar todas sus creencias y la cultura de su país, nada de obligarle a comprar un manto ritual, nada de ordenarle que le pague un salario inmenso por su trabajo “religioso”, nada de venderle un curso a distancia de hebreo y cabalismos, nada de tratar de convertirlo a judío, nada de que haga ceremonias los viernes de noche con otros supuestos noájidas, nada de todo lo que eso hoy es tan común en la gente atribulada y confundida.
El profeta, y por tanto en calidad de emisario de Dios, simplemente le dijo “Ve en paz”.
Sí, aunque Naaman iría a los templos de idolatría, aunque tenía conceptos erróneos acerca del verdadero Dios, aunque no le compró ningún objeto de judaica a precios de oro, aunque no sería una copia desdibujada de un judío europeo del siglo 17, aunque no tendía fe en el salvador colgado… sí, aunque Naaman solamente aprendió un par de cositas esenciales, con ello ya era suficiente.
Porque el profeta, en nombre de Dios, sabe que el camino del gentil es simple pero completo: bondad y justicia.
Por ello, “Ve en paz”, no precisas de otra cosa más que vivir como un hombre bueno y justo. Claro que pecarás, si lo viéramos desde el ojo estricto, claro que tu vida no tendrá rituales parecidos a lo que hacen los judíos, claro que hablarás en arameo como el resto de tus compatriotas asirios, claro que irás a los templos de vuestros dioses… ¿y qué? “Ve en paz”…
No sé si llegamos a comprender la magnitud de la real enseñanza que el profeta Elisha nos está brindando aquí acerca del camino del gentil leal a Dios.

Más o menos por la misma época ocurrió el encuentro de Ioná, Jonás, con los gentiles marineros del barco y con la gente de la ciudad pecadora de Nínive.
¿Acaso pidió Dios, a través de Iona, que la gente gentil extraviada estudiara algo de Torá, se hicieran judíos, aprendieran hebreo, se bautizaran, se hicieran la circuncisión, compraran objetos de judaica, se juntaran los viernes a la noche a rezar, cantaran canciones judías, se vistieran como lo que parece es el disfraz de judío, creyeran en algún salvador, tuvieran fe en Jesús, se dedicaran a congregarse a repetir palabrería barata pero oscura de algún supuesto rabino cabalista, aprendieran de memoria los Salmos, alabaran al Eterno?
¿Alguna de esas cosas pidió el Eterno para perdonar a los pecadores de Nínive y darles salvación?
¡Nada de eso!
Nada. Ni siquiera se menciona como valioso el hecho de que ayunaran varios días, que se vistieran de duelo, que invocaran a Dios, que se sintieran apenadas… tampoco eso es lo que el sagrado texto resalta y destaca para explicar la salvación que provino de Dios. Sino que expresamente dice: "Elokim vio lo que hicieron, que se volvieron de su mal camino, y desistió del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo." (Ioná / Jonás 3:10). Eso es lo que le importó al Eterno, porque eso es lo que conduce por el camino que Él diseñó con Amor y Sabiduría para sus hijos de entre las naciones. Que la persona abandone el mal camino, que se arrepienta de la violencia e injusticia, que ya no actúe de manera displicente o indiferente hacia el prójimo, que se arrepienta realmente. No por medio de rituales, no por repetir lemas que están en escritos sagrados de otras culturas, no por disfrazarse de lo que no se es, no por tener fe en algún santo o salvador… sino que sus obras lo conduzcan por la senda del bien, aquella que Él marcó para que el hombre ande: el bien y la justicia, no otra cosa.
¿Advertiste que ni siquiera pidió que creyeran en Él o Le adoraran, y sin embargo igualmente les concedió la misericordia celestial?

Seguiré dando algún ejemplo más, aunque creo que ya ha sido más que abundante y claro el mensaje, porque aquel que quiere despertar podrá hacerlo con lo ya dicho; pero el que anhele seguir estando en la celdita mental, encontrará cualquier excusa, cualquier textito en la internet, cualquier palabra suelta que le parezca útil con tal de justificar sus aventuras que le desvían de la ruta recta.
Vemos y comprobamos lo que el Eterno quiere del hombre, específicamente del noájida, que es andar por la vida obrando con bien y justicia, sin necesidad de rituales, ni de estudios de Torá, ni de congregarse a hacer cosas que son de judíos, ni muchísimo menos tener fe en falsos dioses o salvadores o adular falsos rabinos de antaño o actuales. Cada excusa, cada palabra contraria, no es más que producto del EGO, otra trampa más para permanecer en el estado de impotencia, teniendo dioses ajenos que entorpecen la comunicación directa y sagrada con Dios.

Daniel el visionario, ¿qué le recomendó al rey gentil que hiciera para obtener la gracia del Eterno?
Si dijiste actuar con bondad y justicia, es que has entendido el mensaje que Dios tiene preparado desde el principio del mundo para ti.
Atención: "Por tanto, oh rey, que te sea grato mi consejo, y rompe con tus pecados mediante la práctica de la justicia, y con tus iniquidades mediante obras de misericordia para con los pobres. Tal vez esto resulte en la prolongación de tu tranquilidad." (Daniel / Daniel 4:24).
Practicar la justicia, realizar obras de bondad… ese es el camino, eso es lo que ELOKIM ordena para los hijos de las naciones.
¿Quién es el atrevido que lo niegue? ¿Quién el rebelde que seguirá insistiendo con el cuentito de Jesús-Yeshuah, o con que el gentil debe estudiar Torá, o parlotear en hebraico, o hacer rituales que son “bíblicos”, o cualquier otra supuesta alternativa a lo que el mismo Dios declara?
¿Notaste que nuevamente la fe no está como foco del asunto real a ojos del Eterno? No va por el lado de la creencia en Él la “salvación”, aunque es un grado mayor de fidelidad. Sin embargo, por algo Él exige que el gentil sea bueno y justo como principal, y hasta único requisito… ¿acaso tú, yo o ese patán que te quiere vender alguna doctrina religiosa sabemos más que Él?

Los judíos, sí tienen multitud de mandamientos que en nada competen a los gentiles, pero en el fondo y en el principio, la base es exactamente la misma: bondad y justicia, siendo leales al Eterno.
Atiende a este ejemplo, el profeta Ieshaiá, Isaías, reprende a los judíos aunque muchos de ellos traían sacrificios al templo, rezaban, eran ritualmente activos, se esmeraban por los preceptos en relación a Dios, sin embargo el profeta declara sin dudas: "Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda."
(Ieshaiá / Isaías 1:11-17).
Con estas palabras ya queda expuesto con claridad suprema el asunto, de nada vale la fe, el ritual, las pamplinas religiosas, la abundancia de palabrearía y jolgorio místico, la petulancia de creerse santos, mientras se deja de lado lo que realmente importa a ojos del Padre: la bondad y la justicia.
Es cierto que para el judío hay otras cuestiones que el propio Eterno ha declarado como necesarias, pero no son para el gentil, son para el judío. Por otra parte, la base es la misma, ni una coma de diferencia: bondad y justicia.

¿Quién es el cínico que se atreverá aún a proponer que el camino del noájida debe ser el de copiar rituales judaicos, vivir mendigando ser judíos pero sin atreverse a convertirse leal y legalmente, reclamando estudios de “Torá” para ejercitar su mandíbula y el EGO?
¿Quién vendrá con propuestas disparatadas de sumar reglamentos y rituales al simple y sagrado camino del noajismo?
¿Quién será el atrevido que invocará el Tanaj para proponer acciones que desafían la Voluntad del Padre para Sus hijos gentiles?^
¿Quién seguirá sustentando la mediocridad de la fe, de la salvación a través del sacrificio de un inexistente hombre, o de embrujos y amuletos cabalisteros?
Seguramente que no aquel que sea leal al camino del Eterno.
Porque el Eterno ha hablado, una y otra vez, y ha sido leal a Su Palabra, sin cambiar ni una letrita de lo que dijo: bondad y justicia, en eso se resume el camino del gentil piadoso.

Los petulantes, los misioneros, muchas veces dicen que el capítulo 56 de Isaías da pie para que los gentiles celebren el Shabat a la manera judía, cuando realmente no es así, ni parecido siquiera. Y tal como suelen hacer, el propio párrafo que quieren usar para engañar contiene en sí mismo, o en su contexto, la respuesta que lapida sus pretensiones siniestras. Atiende la palabra del Santo: "Así ha dicho el Eterno: ‘Guardad el derecho y practicad la bondad; porque mi salvación está próxima a venir, y mi justicia pronta a ser revelada." (Ieshaiá / Isaías 56:1).
Esto fue dicho para los judíos, quienes sí tienen multitud de mandamientos dados por el Eterno con respecto a asuntos rituales o de pormenores en sus acciones, por ello es doblemente importante reconocer que la base está en lo que venimos declarando una y otra vez: vivir con bondad y justicia, eso es lo que atrae la salvación del Padre, la plenitud tan añorada por todos.

Y el profeta Irmiá, Jeremías, NO dice algo diferente, ¿cómo habría de hacerlo?: "Así ha dicho el Eterno: Practicad el derecho y la justicia; librad a quien es despojado de mano del opresor; no maltratéis ni tratéis con violencia al forastero, ni al huérfano ni a la viuda; no derraméis sangre inocente en este lugar. Porque si realmente ponéis por obra esta palabra, entonces entrarán por las puertas de esta casa, en carros y a caballo, los reyes que se sientan sobre el trono de David, ellos, sus servidores y su pueblo. Pero si no escucháis estas palabras, por mí mismo he jurado, dice el Eterno, que esta casa será desolada." (Irmiá / Jeremías 22:3-5).
Lo que salva no es el templo, ni la fe, ni los rituales, ni las palabras altisonantes, ni la confesión doctrinal, ¿qué es lo que salva, dice DIOS?

Y el profeta Iejezkel, Ezequiel, ¿dice algo diferente? ¡Por supuesto que NO!
"Si un hombre es justo y practica el derecho y la bondad-no come sobre los montes, no alza sus ojos hacia los ídolos de la casa de Israel, no mancilla a la mujer de su prójimo, no se une a mujer menstruosa, no oprime a nadie, devuelve su prenda a quien le debe, no comete robo, da de su pan al hambriento y cubre con ropa al desnudo, no presta con usura ni cobra intereses, retrae su mano de la maldad, obra verdadera bondad entre hombre y hombre, camina según mis estatutos y guarda mis decretos para actuar de acuerdo con la verdad-, éste es justo. Éste vivirá, dice el Señor Elokim."
(Iejezkel / Ezequiel 18:5-9).
Si, son mencionados algunos preceptos que Dios entregó a los judíos y que no son aplicables para los noájidas, recordemos que está hablando el profeta judío a los judíos de asuntos judíos; sin embargo, solo un necio o desquiciado puede negar que la base, el fundamento, lo que sostiene todo el resto es exactamente esto: bondad y justicia, siendo leales a Dios.
¿Es así?
Si te quedan dudas, el mismo profeta lo sintetiza: "Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá. No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá." (Iejezkel / Ezequiel 18:21-22).
Y si aún no te queda claro: "Y si el impío se aparta de su impiedad y practica el derecho y la justicia, por ello vivirá." (Iejezkel / Ezequiel 33:19).

Y el profeta Amós, ¿cambia el discurso de Dios?
¡Absolutamente NO!
Predica exactamente lo mismo, que dejemos de lado la vanidad de los rituales, la pobreza de esíritu de pretender vivir una vida ajena y que nos enfrasquemos a pleno en la construcción de shalom, por medio de… sí, adivinaste… la bondad y la justicia: "Aborrezco, rechazo vuestras festividades, y no me huelen bien vuestras asambleas festivas.
Aunque me ofrezcáis vuestros holocaustos y ofrendas vegetales, no los aceptaré, ni miraré vuestros sacrificios de paz de animales engordados.
Quita de mí el bullicio de tus canciones, pues no escucharé las salmodias de tus instrumentos.
Más bien, corra el derecho como agua, y la justicia como arroyo permanente."
(Amos / Amós 5:21-24).

Y Tzefania, Sefonías: "Buscad al Eterno, todos los mansos de la tierra que ejecutáis su decreto. Buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás seréis protegidos en el día del furor del Eterno." (Tzefoniá / Sefonías 2:3).
Lo mismo, siempre lo mismo… ¿cómo habría ser de otra forma si es el mismo Dios quien a lo largo de las generaciones se mantiene firme en lo que es Su Voluntad?

Y cuando una inteligente y sabia mujer gentil, la reina de Saba, visitó a Salomón el rey súper poderoso y brillante en mil aspectos, no tuvo mejor elogio que regalarle que: "¡Bendito sea el Eterno tu Elokim, que se agradó de ti para ponerte en su trono como rey para el Eterno tu Elokim! Porque tu Elokim ama a Israel para hacerlo firme para siempre, te ha constituido como su rey, a fin de que practiques el derecho y la bondad.’" (2 Divrei Haiamim / II Crónicas 9:8).
Sí, el gentil inteligente no reniega ante la evidencia, no se inventa religiones, no anda husmeando el hogar judío para robar –pedir prestado- objetos o rituales, sino que está contento con su porción sagrada, que es profunda y eterna. El gentil que es leal a Dios y a sí mismo sabe que está en la bondad y la justicia lo único que tiene que anhelar y hacer, de esa forma alcanza el bienestar aquí y en la eternidad.

Hemos expuesto algunos de los ejemplos ´”bíblicos”, sin recurrir a ninguna interpretación, sin mencionar tratados de la Torá Oral, sin avalar con párrafos de eminencias judaicas, quisimos hacerlo de esta manera.
Espero que sea de bendición y para la armonía interna y externa.
Ahora, a seguir el consejo del inspirado salmista, que es una orientación sustancial para toda persona que anhele al Eterno: “¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela."
(Tehilim / Salmos 34:13-15).

Vamos, a construir SHALOM.

Parashat Shoftim 5775 – שופטים

Los temas de la quinta parashá del libro Devarim, son:

1. Necesidad de establecer y resguardar un sistema jurídico y de justicia fiel.

2. Cuidados para no caer en la corrupción moral.

3. Respeto a las autoridades consagradas de cada época.

4. Las leyes referidas al rey judío.

5. Precaución para no extraviarse a causa de supersticiones.

6. Leyes referidas a los testimonios y a los crímenes ultra intencionales.

7. Reglas para la guerra, el botín y el asedio a las ciudades enemigas.

8. La responsabilidad de los gobernantes por el bienestar de su pueblo.

La santidad suprema se halla cuando el hombre conoce su esencia y no se encierra en sí mismo, sino que lleva una vida plena, en relación a todo lo existente. Siente la “Presencia” en lo inanimado, en lo vegetal, en los animales, la vida en todo, también en cada hombre, en cada uno de los seres humanos” (Rav Kook, “Arpelei tohar”).

El Rav Kook, a principios del siglo XX, era realmente un adelantado para su época en varios aspectos, incluido el de la conciencia y acción ecológica. El gran maestro se basaba principalmente en la Torá judía para sus enseñanzas, por lo cual no estaba inventando nada novedoso, sino trayendo desde los orígenes del tiempo la Sabiduría primordial, que a veces se mantiene escondida a a espera de ser revelada a su debido tiempo.

En líneas generales, de manera tardía el hombre está tomando conciencia de que es parte de una red natural, que es un integrante más del ecosistema, por lo que está necesariamente vinculado a todos y cada uno de los seres vivientes así como a los elementos físicos. Cualquier modificación al sistema, necesariamente tiene consecuencias. Esto que parece tan simple de comprender, ha llevado milenios para que forme parte del pensamiento del hombre.
Lentamente va despertando de ese largo sueño que lo mantuvo desconectado del mundo, que le hizo fantasear con ser el amo de todo y con derechos a usar y abusar de los recursos del ambiente. Estamos evidenciando las graves secuelas que ha acarreado esta manera de vivir de espaldas a la realidad, a partir de una dicotomía materia-espíritu que es inexistente.
Algo similar acontece con la ecología netamente espiritual, la cual ha sido trastornada desde hace milenios con la introducción de la idolatría, falsos dioses, falsos redentores, supuestos mesías salvadores, creencias que vienen a opacar el real rostro espiritual de cada ser. La contaminación del EGO es profunda y perjudica notablemente tanto al ecosistema espiritual como al material, porque en definitiva materia y espíritu en Este Mundo no son entidades separadas la una de la otra, sino íntimamente relacionadas y ligadas. No hay espiritualidad sin materialidad, ni materia carente de espíritu.

Gradualmente vamos comprendiendo nuestro lugar y el del resto de la creación, lo que nos permite tomar decisiones con mayor discernimiento, para descubrir la santidad implícita en todo lo que existe. Así se fortalece el respeto a la Creación del Eterno, porque somos todos parte de un mismo sistema, formadores de una red de vida que nos involucra a todos.
De modo idéntico se está produciendo un lento pero seguro despertar de la conciencia espiritual de la humanidad. De a poco se vuelve a conocer la existencia del noajismo, la senda natural y sagrada que corresponde a las naciones, tal y como desde el comienzo de los eones marcó el Eterno. Son pocos aún los ecologistas espirituales, los pioneros en el noajismo, en ámbitos castellanos apenitas unas pocas decenas o centenas. Pero es el lento, aunque progresivo, amanecer a una era de mayor claridad y bienestar para todos. Somos los pioneros en la Era Mesiánica, con nuestro mensaje y actividad en lo referente a la construcción de Shalom. Estamos trabajando en el Plan Divino, para hacer realidad el deseo de un mundo de paz y plenitud para todos. No por medio de magia, ni de rituales, ni a la espera de milagros que nos vienen a rescatar sin esfuerzo. Sino con entrega, trabajo, dedicación, esfuerzo, lealtad, constancia. Somos pocos los pioneros en la senda del retorno, pero estamos seguros de andar a la Luz del Eterno.
Mientras en el entorno se sigue dando la corrupción, la contaminación, el desperdicio, el maltrato, porque la conciencia sigue aletargada, está anestesiada por el EGO, y por el EGO externo, ese que produce imperios y centros de poder hegemónicos. Al imperio no le sirve que estemos despertando, que seamos constructores de Shalom, que propongamos el camino real y alternativo al descalabro que se viene sucediendo desde hace milenios. El imperio tiembla, aunque somos poquitos y débiles, porque nosotros contamos con un Socio que nos ayuda.
Por supuesto que el imperio hace intentos para desestabilizarnos, para promover la discordia y el mal. Nos envían personas a mentir, difamar, generar caos, sembrar dudas infundadas, armar líos, poner un hermano en contra del otro, porque en esas estrategias de manipulación está el poder del imperio.
Podemos caer en sus trampas, porque son hábiles y saben hacer su sucio arte. O podemos fortalecernos y aún desde nuestra aparente debilidad ir quitando de encima el yugo del imperio, que es el mismo que el del EGO.
Nuestro deber es mantener firmes, en el camino del bien y la justicia, de apartarnos del mal y gozar del bien. Ser ecológicos, como es nuestra esencia.

Al respecto, en la parashá que esta semana corresponde leer al pueblo judío se expresa la mitzvá para el pueblo judío de “bal tashjit”, que significa no desperdiciar innecesariamente. Detrás de este precepto se encuentra el sentido de valorar cada cosa, usar sin abusar, ser participes en el desarrollo de un mundo mejor y no los causantes del desastre.
Cuando el gentil asume su propia identidad como noájida y vive a pleno su legado, sin máscaras, sin falsas atribuciones, sin pretensiones erróneas, está usando sin abusar, está andando a la Luz del Eterno.

Aprender a vivir en concordia con el entorno físico y social, así como en armonía interna, es lo que nos planteamos hoy como meta, para encontrarnos con la santidad propia y de cada cosa creada.

¡Shabbat Shalom UMevoraj!

Moré Yehuda Ribco

Parashat Ree 5772 – ראה

Los temas de la cuarta parashá del libro Devarim, son:

1. La necesidad de centralizar el servicio divino en un solo lugar, el cual nosotros más tarde conoceremos como el Beit HaMikdash en Ierushalaim.

2. Autorización para ingerir carne de animal kasher más allá de los usados como korbanot –sacrificios-, pero prohibición expresa de ingerir sangre.

3. Cuidados a tener con el falso profeta, también con aquel que viene a desviar a la gente de la senda correcta.

4. Especificación de los animales que está permitido comer y cuáles no.

5. Ley del diezmo.

6. Reglas de los Shalosh Regalim –fiestas de la peregrinación- y el mandamiento de ir a Ierushalaim para las festividades consagradas.

Recordemos que la Torá es el mensaje de Dios para el pueblo judío, a través de éste (y especialmente por la conducta acorde a la Torá de los judíos) llega indirectamente para los gentiles, los cuales pueden tomar como referencia aquello que está en sintonía con su propia identidad espiritual, sin falsificar su espiritualidad, sin apropiarse indebidamente de lo que no les pertenece, sin confundirse con mandamientos judíos que nada tienen que ver con ellos. Ejemplo, el diezmo, que es un mandamiento para judíos. Sabido es que muchos estafadores (pastores, misioneros, clérigos, seudo rabinos, otros crápulas por el estilo) roban a sus fieles dinero con la excusa de que es el diezmo que Dios ordena que ellos, gentiles (también gentiles disfrazados de judíos, tales como mesiánicos, netzaritas, ebionitas, falsos sefaradíes, “cripto judíos”, efraimitas, entre otros), les den a ellos, sus clérigos. Esta gente es engañada vilmente, robada, maltratada con la mentirosa excusa de que es por orden de Dios. Así que no solamente se ofende y perjudica gravemente al prójimo, sino que se insulta y blasfema contra Dios, además de robar pertenencias de la espiritualidad judía que en nada corresponden a los gentiles. Por lo cual, ruego encarecidamente que se ande con cuidado y precaución, no sea que por tener buenas intenciones pero poco conocimiento se termine alejando de la senda correcta, se caiga en espantosos pecados y maldiciones que uno mismo se genera. Tenerlo presente es importante, es parte del resguardo de la sagrada identidad espiritual de los noájidas.
Por milenios los noájidas han fracasado en SU deber de mantener su tesoro espiritual. NO ES deber de los judíos preservar el noajismo, ni tampoco de mantenerlo con vida. Es el deber puro y exclusivo de los gentiles. Pretender que sean los judíos los que tienen que hacerse cargo es otra excusas infantil, producto del EGO, para seguir en el camino del fracaso.
Por tanto, es hora de despertar y de hacerse cargo de lo que a cada uno le corresponde. Sin disfraces, sin pretensiones falsas, sin imposiciones dislocadas, sin trastocar el orden que Dios ha impuesto. Debemos ser socios en la construcción de Shalom y no promotores del caos.
Pero, mientras el noájida permanezca extraño a su identidad, pretendiendo lo que no le corresponde, imponiendo como mandamientos cosas que no lo son, fraguando religiones en lugar de la sana vida de santidad noájica, seguiremos en un mundo desolado, de exilio.
Precisamente uno de los sentidos de la porción de esta semana de la Torá es el de terminar con la diáspora de la humanidad.
Veamos cómo, en un estudio de Torá apto y bueno para la espiritualidad del gentil.

En una ocasión anterior nos enseñó la Torá acerca del mandamiento del diezmo (diez por ciento de los ingresos), que los judíos debían destinar a los cohanim y leviim, los sacerdotes y sus ayudantes quienes laboraban en el Templo y en las cuestiones relativas a lo sagrado. De esta forma el israelita, también participaba de la santidad, no por trabajar en el Templo como sus hermanos, sino al colaborar en el sustento de las cuestiones santas. El dinero era necesario para pagar sueldos, adquirir implementos de uso general, refaccionar, etc. No era destinado a enriquecer a nadie o a privilegiar la pereza de unos pocos.

En nuestra parashá, nos habla la Torá del “מעשר עני – maaser aní”, el diezmo para entregar como caridad a los pobres. Con esta cesión monetaria la Torá nos quiere instruir una lección muy importante.
Que no suponga la persona que lo espiritual y lo santo es solamente lo que se relaciona con el culto, con el Templo, con las personas que trabajan en cuestiones “religiosas”; eso es importante, pero no es lo único, y ni siquiera lo prioritario.
Sino que entienda que al ayudar al prójimo, al ocuparse por su bienestar, al actuar con bondad, se está siendo notablemente santo y espiritual, incluso más que de la forma anterior.

Uno de los motivos es entender que “espiritual” es TODO lo que nos vincula con Dios y el prójimo. Sean los asuntos considerados rituales, los mandamientos que nos vinculan directamente con Dios; tanto como los mandamientos sociales, de una persona con otra.
Cuando actuamos de tal manera que brindamos bienestar a otra persona, le proveemos de sustento, le acompañamos en sus padecimientos, desplazamos nuestro egoísmo para que resalte el altruismo, ¿cómo no estará feliz y complacido Dios al ver que estamos siendo bondadosos con uno de Sus hijos?
¿Hay algo más espiritual que dejar de lado el egoísmo para hacerle un bien a otro sin esperar nada a cambio?

Tal como promete la Torá: "Sin falta le darás, y no tenga dolor tu corazón por hacerlo, porque por ello te bendecirá el Eterno tu Elokim en todas tus obras y en todo lo que emprenda tu mano." (Devarim / Deuteronomio 15:10).

Dios no precisa de tus dádivas, pero el prójimo necesitado puede que dependa de ti y tú de él.
¡Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco

Parashat Ekev 5772 – עקב

Los temas de nuestra parashá, la tercera del libro Devarim, son:

1. El esfuerzo que se debe hacer para limpiar de idolatría la Tierra de Israel y la vida personal.

2. Elogios sobre las diversas bondades de la Tierra de Israel.

3. El cuidado que se debe tener para llevar una vida ajustada a los preceptos de la Torá, porque cada acto conlleva su consecuencia.

4. Recuerda Moshé el pecado del becerro de oro así como otros momentos trágicos en la historia de Israel durante su estadía en el desierto.

5. Se advierte para que la persona, o el colectivo, no crea que tiene el poder o el control sobre las cosas, puesto que somos un elemento más en el universo. Si bien Dios nos ha dotado de grandes prerrogativas, éstas no deben ser motivo para extraviarse y confundirse.

6. Está mencionada la parashá “Vehaiá im shamoa”, la que continúa en el rezo diario al párrafo del “Shemá Israel”.

7. Es anunciado el mandamiento de “birkat hamazón”, agradecer por haber comido y estar satisfecho.

La Torá nos previene de un terrible error, muy frecuente: "No sea que cuando comas y te sacies, cuando edifiques buenas casas y las habites, cuando se multipliquen tus vacas y tus ovejas, cuando se multipliquen la plata y el oro, y cuando se multiplique todo lo que tienes, entonces se llegue a engrandecer tu corazón y te olvides del Eterno tu Elokim, que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud… No sea que digas en tu corazón: ‘Mi fuerza y el poder de mi mano me han traído esta prosperidad.’” (Devarim / Deuteronomio 8:12-17).

Es muy común creer que uno es el que controla el universo, de una u otra manera. Más usual de lo que parece a simple vista. Sea con encantamientos o plegarias, gracias a arreglos con dioses (o Dios), mediante amuletos, a través de repetir determinadas fórmulas, usando ciertos objetos o vestimentas, manipulando, etc. Como fuera, el hombre se las ingenia para creerse todopoderoso. En tiempos modernos se difunden “secretos” de “atracción”, mediante los cuales se promete conseguir mágicamente lo que uno desea. Tal como un difundido lema, falso pero tan repetido que hasta parece cierto: “Piensa con insistencia y el universo se confabulará para que ocurra”.
Así también era antaño, desde el mismo origen de la humanidad. Porque, el engañoso corazón (parte profunda del cerebro) del hombre, su EGO, le hace valorar como verdaderas muchas ilusiones, sean de impotencia o de omnipotencia.
Para prevenirnos de fracasos, como lo son también las glorias vanas, es que con claridad impresionante la Torá nos declara que no supongamos ni por un instante que es por “mi fuerza y mi poder” que alcanzo el éxito, sino que: “al contrario, acuérdate del Eterno tu Elokim. Él es el que te da poder para hacer riquezas…" (Devarim / Deuteronomio 8:18).
La idea que hay detrás de esto es que cada uno haga su parte, que se esmere por alcanzar sus metas, que no se deje ganar por el desánimo ni por el orgullo, porque tiene cierto poder y controla aquello que puede controlar. Al ubicarnos en nuestro verdadero sitio, al aceptarnos integralmente, con defectos y virtudes, al reconcoer al prójimo su propio lugar, estamos encaminados hacia el disfrute pleno de nuestra vida.
¡Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco

Resp. 1084 – Inmoralidad sexual en la generación de Adam?

elbergaleano nos consulta:

Buenas noches Moré y amigos de fulvida tengan bendiciones y que Has´em los bendiga, estudiando el día de hoy me acoje una pregunta y quisiera que con su conocimiendo me ayudaran a resolver, conociendo la ley de inmoralidad sexual en la que una persona no puede tener relaciones con algunos parientes cercanos, en la era de adam como se justifico esta ley si los unicos humanos que se podian procrear eran familiares en primera linea de consanguinidad, agradezco sus comentarios y sabias respuestas
Elber Galeano, 28 Años, Arquitecto, Montería, Colombia

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Parashat Vaetjanán–Najamú (5772) ואתחנן

Los temas que trata nuestra parashá son:

1. Finaliza Moshé su discurso de despedida con el que rememora hechos históricos de las últimas décadas de Israel.

2. Comienza a continuación la alocución que pretende clarificar y reforzar a la relación del pueblo judío con la Torá y las mitzvot.

3. Encontramos que el Eterno no levanta la prohibición para que Moshé entre a la Tierra de Israel, a pesar de sus ruegos.

4. Es recordado el momento más sagrado de la historia, cuando el Eterno se encontró “frente a frente” con todo el pueblo judío en el monte Sinaí y les recitó los mandamientos que conforman el Decálogo.

5. Se advierte al pueblo que la consecuencia de rechazar las mitzvot es el exilio, tanto interno (personal, psicológico) como externo (colectivo, nacional).

6. La teshuvá, el arrepentimiento sincero, es presentado como el camino para la reparación, el reencuentro, la rehabilitación.

7. Se pasa lista a algunos de los milagros que Dios hizo por Israel y su sentido espiritual.

8. Resuena el texto del Decálogo, los así llamados “Diez Mandamientos”.

9. Es expresado el texto del Shemá Israel, párrafo central en la ideología monoteísta.

10. Se repasa el mandato de limpiar de idolatría a la Tierra de Israel y en las vidas personales de cada uno de los miembros del pueblo.

El pecado es el desvío del camino correcto según delimita la Torá, es el exilio de sí mismo. Quien peca se aleja de su verdadera esencia. No es un hecho “religioso”, sino un desequilibrio interno, un enmascaramiento de su autenticidad buena y pura.
Distintos pueden ser los causantes del extravío pero una es la solución: la TESHUVÁ, el arrepentimiento sincero. En palabras del Rav Kook: “Muy grande y alta es la dicha de la teshuvá… no hay nada que pula y limpie al hombre y lo eleve al estatus de ‘hombre pleno’, como la profundidad de su arrepentimiento” (Orot haTeshuva 13:11).
Podríamos, modestamente nosotros, enumerar sus pasos:

  1. Saber que X acción está mal.
  2. Reconocer que uno ha hecho tal acción mala, sin dar excusas, sin justificarse, admitiendo el hecho, la seriedad del mismo, la responsabilidad por lo efectuado y sus consecuencias.
  3. Querer enmendar la situación provocada por el pecado.
  4. Hacer lo posible para corregir, mejorar, reparar, restaurar lo que se ha dañado con la acción negativa.
  5. Admitir la acción y pedir sinceramente perdón a la persona que ha sido agraviada y luego a Dios. En caso de ser un pecado contra Dios, pedir de Él el perdón
  6. Aceptar las consecuencias legales o materiales de los hechos que hemos desencadenado.
  7. Comprometerse a no volver a incurrir en esa acción en el futuro.
  8. No volver a hacer esa acción, dadas circunstancias similares.
  9. Perdonarse, no torturarse con sentimientos de culpa, negaciones, remordimientos. Dejar libre, fluir, no esclavizarse. Encontrarse a sí mismo, descubrir el tesoro de bien en su esencia pura que cada uno contiene en su interior.

Grandes y buenas son las enseñanzas de la Torá para mejorar nuestra vida cotidiana.

¡Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco