Recientemente participé en un seminario internacional donde se hablaba acerca del liberalismo. Tal parece que la palabra liberalismo lleva una connotación negativa, asociada con una especie de canibalismo donde sobreviva el más fuerte y donde no importa la caridad ni la piedad. En esa reunión donde nos encontrábamos distintos miembros de diferentes países alrededor del mundo y discutíamos la razón de ser de los fracasos que la idea liberal ha tenido en las sociedades, llegamos a la conclusión que parte de ese fracaso se debe al hecho que las personas tienen miedo a la libertad y que muchos fantoches se han aprovechado del liberalismo para avanzar sus agendas personales y han prostituido a una postura que más bien encierra nobleza diciéndose liberales cuando en realidad se creen monarcas a los que hay que rendirles pleitesía y que tienen un derecho divino de robarle al pueblo bajo argumentos insensatos y completamente espurios.
El liberalismo como tal parte de la idea de la libertad, la razón de ser del liberalismo es la libertad en sí, es decir, el no mantenerse oprimido, el no ser víctima de las vejaciones del gobierno, el escoger por nosotros mismos, o sea, todo lo que engloba el ejercer el libre albedrío con sus buenas o malas consecuencias. Al fin de cuentas toda acción conlleva una reacción sea ésta positiva o negativa, según como hayamos actuado.
Los principales liberales promulgaron ideas de separación de los poderes del Estado, separación de las religiones de los gobiernos y libertad para las personas. La doctrina del Derecho de los derechos humanos parte de la libertad, del respeto a las personas y de la igualdad ante la ley sin importar si son ricas o pobres. Esos ideales son piedras angulares del noajismo que promueve la libertad de escoger. Así como el liberalismo busca que haya el menos número posible de reglas, así también lo hace el noajismo, nótese que son siete mandamientos pero que el hecho que sean pocos no significa que sean escasos, pues bastante que cuesta cumplirlos a cabalidad.
El problema más grande que existe en el mundo de los intelectuales es que hay un sentimiento de superioridad y de creer que todo se sabe, este es un error gravísimo porque lleva a las personas a volverse “creativas” en el mal sentido de la palabra, queriendo controlar las cosas y centralizar todo, coartándole así la libertad a las personas de actuar y de ser como quieran ser. Por ej., Me sorprende ver cómo es que hay religiones que le prohíben a las personas ingerir alcohol. El problema no es ingerir alcohol, el problema es hacerlo en exceso, pero simplemente porque a algún intelectualoide se le ocurrió que la ingesta de alcohol es mala, les pareció muy bien volverlo un pecado bajo pretextos de profetas sabelotodo y entonces las personas se privan de disfrutar de algo que no es malo si se utiliza con medida.
Igual quieren hacer esos intelectualoides con el noajismo pues hay muchos que creen que siete mandamientos no son suficientes y quieren inventar el viento o el agua tibia donde no hay nada que inventar. Debido a sus egos agrandados creen que lo saben todo y piensan que lo que ellos creen es correcto y es lo que debe ser, solo porque a ellos les parece. El hecho que a ellos les parezca bien y que les sirva a ellos no significa que necesariamente vaya a ser bueno para los demás. Esta quizás es una de las razones por las que el noajismo tiene reglas amplias, precisamente para permitirle a las personas llevar a cabo su vida como mejor les parezca en el tanto que no violen principios básicos de convivencia.
Nótese cuánto margen de acción tenemos que ni siquiera se nos obliga a dar caridad. Ello no quiere decir que no sea bueno que la demos, pero no se nos obliga a hacerlo. La lección es que esto sucede así para que las personas ejerzamos nuestra autonomía de la voluntad. Como seres racionales e inteligentes que somos sabemos que dar caridad es bueno, pero lo que se quiere es que la demos porque nos nace y no porque nos obliguen. Ese es un pensamiento liberal, es decir, de buscar la libertad, por ende, los noájidas debemos estar muy conscientes acerca de qué nos corresponde a nosotros hacer y no permitir que se empiece a usurpar el terreno del vecino, es decir, el de los judíos, o pero aún modificar las leyes para introducir la idolatría.
Es precisamente por esa “creatividad” que se dieron los problemas de antaño y se dan hasta la fecha. Esto no solo ocurre en el noajismo, ocurre en el gobierno también; cuanto más simple mejor, pero ello implicaría que todos aquellos que quieren dársela de sabiondos no podrían proponer ideotas o más bien, idioteces, que crean reglas confusas y contradictorias que terminan afectando a los demás, cuando bien se pudo haber dejado las cosas como estaban porque funcionaban mejor.
Creo que una frase que se podría utilizar sería la de “Siete son suficientes” para que no haya charlatanería o buenas intenciones con malos resultados que más bien causan mucho daño y que sirven para la confusión. Durante la próxima ocasión comenzaré a publicar consejos de cómo salir de las deudas y alcanzar la independencia financiera, pues una vida plena implica también tener dinero en el banco y aunque el dinero no lo es todo, cuando no hay preocupación por hambre se puede pensar mejor. Que pasen una excelente semana.