Archivo de la categoría: Costumbres

Hodu laHashem ki tov

הוֹדוּ לה’ כִּי-טוֹב כִּי לְעוֹלָם חַסְדּוֹ

Así da comienzo el salmo 118, el cual podríamos traducir como: "¡Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!" (Tehilim / Salmos 118:1).
Otra opción: Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
Y una más: Agradeced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
También: Reconoced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".

Podemos notar que son traducciones ligeramente diferentes, puntualmente de la voz “hodu” y secundariamente de “jasdó”.
Si nos centramos en “hodu”, podemos decir que cada una de las opciones indica una posible reacción positiva al recibir un bien. 
“Hodu” es reconoced, admitid, confesad, agradeced y alabad.
Cada una de ellas, y/o todas ellas.

Todas estas traducciones son apropiadas, porque apuntan a diferentes niveles de conciencia de aquel que ha recibido la bondad de parte del Eterno.
Porque, para alabar sinceramente, con plenitud, con sentido, en verdad,
es indispensable agradecer realmente lo que se ha recibido,
para lo cual es fundamental admitir/confesar y reconocer que alguien (Dios, en el caso del párrafo que estamos estudiando) ha actuado bondadosamente con nosotros.

Por lo tanto, ¿qué grado de conciencia está manifestando aquel que “modé”?
¿Solamente admite ser beneficiario?
¿Además agradece por ello?
¿O también alaba al que le benefició?
Aunque pudieran ser en apariencia meros matices, resultan en grandes diferencias.

Así pues, entre el simple reconocimiento y la portentosa alabanza ubicamos el agradecimiento.

Decir “gracias” es una palabra, tan solo eso.
Poderoso vocablo, en el idioma que lo emitas, es una llave que abre puertas de bendición, de plenitud, de abundancia.
Sí se la decimos a un congénere, es algo maravilloso, un puente de entendimiento, de “buena onda”, de respeto y valor.
En nada resta a quien la pronuncia, y sin embargo puede ser rica para el que la recibe. Seguramente que así es en los planos emocional y social, pero sus efectos positivos pueden alcanzar al resto de las dimensiones que conforman al ser humano.
Por lo cual, recuerda que estás haciendo un “buen negocio” cada vez que genuinamente agradeces a quien te ha hecho un favor, sea que lo pagues o no, lo hayas pedido o no, lo esperaras o no.
Agradece.
Tú ganas, el otro gana.
Agradece.

Cuando agradecemos a Dios estamos haciendo lo que corresponde, Él nos otorga sin recibir nada a cambio en ninguna circunstancia. Por ello Su bondad es auténtica, perfecta, ya que no tenemos nada para ofrecerle a cambio.
Todo lo que hagamos o digamos, no lo precisa, no le sirve, no le suma ni le resta.
Él no precisa de sacrificios, ni de sangre derramada, ni de loas, ni de guerras santas, ni de carne de animales asado, ni de olores gratos, ni de ayunos, ni de santurronería humana, ni de que te restrinjas con exceso en aquello que tienes permitido, ni de largas horas de penurias para “agradarle”, ni de rituales rayanos en lo supersticioso. Son cosas que en el pasado la gente creía que a Dios agradaba, y algunos lo siguen teniendo incluso en la actualidad como centro en sus vidas. Él las permitió, y hasta legisló, para que hubiera límites, para que el deseo primitivo de las personas pudiera satisfacerse sin provocar daños. Porque tan grande es Su misericordia. Entonces dio pautas para sacrificios de animales, y cómo realizarlos, y el ritual necesario y los tiempos, con reglas detalladas.
¿Él las precisaba?
Pues, ¡no!, según dejó constancia en el Tanaj.
¿A Él agradaba?
Tampoco, como también lo señaló en el Tanaj.
Era el antiguo hombre endeble y de mente primaria el que creía satisfacer a Dios con esas cosas, por lo cual Él las toleró y dio pautas para encauzarla.
Te recomiendo estudiar el capítulo 32, del tercer tomo del “Moré Nebujim”, del cual solo te citaré un pequeñísimo párrafo:

No juzgó Dios oportuno ordenarnos en aquel momento el rechazo de todas esas especies de culto, su abandono y supresión, dado que habría parecido entonces algo inadmisible a las creencias de los hombres, siempre apegada a sus costumbres… Por tal motivo Dios toleró estas diversas clases de culto…”.

((Najmánides, por ejemplo, tiene una idea diferente al respecto de los motivos de sacrificios de animales.
Otros sabios, con otras ideas, siempre en la base del respeto a la inteligencia del otro, a su derecho a declarar su postura, a su diferencia, a los textos sagrados, a la ley.
Es una modalidad de vida por completo opuesta a la de los ignorantes que se las vienen de esclarecidos, que suelen ser fanáticos, obtusos, negativos, vengativos.
El amigo Alejandro Dolina nos deja algo para pensar: "…la ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte… especialmente a las conclusiones.”.
Muy interesante observación y adecuada a lo que venimos tratando, ¿te das cuenta por qué?))

Ciertamente Él ha indicado en repetidas ocasiones (por medio de Sus profetas) qué es aquello que desea de nosotros, básicamente que actuemos con bondad y justicia unos con otros, esa es la forma más perfecta de alabanza, de loa, de rezo, de “fe”. Que seamos amables con Sus hijos, que procuremos el bienestar de Sus amados, que permitamos que el mundo sea un Paraíso terrenal para que sirva de “morada” a Su Presencia.
¿Quieres una vida llena de espiritualidad?
Vive cada instante construyendo shalom.
Actúa, piensa, siente, habla con bondad y justicia hacia tu prójimo.

Por supuesto, a los que siguen apresados por costumbres primitivas, que ya hace unos 850 años Maimónides valoraba como perimidas y fuera de uso, este camino de santidad les parecerá demasiado “laico”, poco “bíblico”, carente de “misticismo”, algo que no casa con lo que se supone es la vida de una persona “religiosa”.
¿Cómo vivirá el “religioso” sin sacrificios, sin ayunos, sin abundantes restricciones, sin rituales, sin acciones lindantes en la superstición, sin negociar salvaciones de pecados a cambio de algunas monedas o rezos? 
¿Cómo vivirá el “religioso” sin toda la pompa y el parloteo?
La respuesta la ha dado el propio Dios en el Tanaj:

"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)

Pero, ¿no están los sacrificios también en la “palabra del Eterno” (la Torá)?
¿Qué significa entonces este pasaje de Samuel?
La respuesta la brinda Dios nuevamente:

"Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la Torá de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado…
Tzión [Sion] será redimida con el juicio, y sus arrepentidos con la caridad.
"
(Ieshaiá / Isaías 1:10-27)

Igualmente, cuando queremos agradecer de modo directo, no a través de acciones de construcción de Shalom que favorecen a Sus hijos, tenemos la simple, sencilla pero sagrada formula: “gracias”; en el idioma que tú entiendas y manejes. No precisas del hebreo, ni bíblico ni moderno, sino tan solamente expresar con auténtico sentimiento y conciencia la palabra “mágica”: gracias.
Es lo poco que podemos hacer, aparte de la construcción de shalom, elevar un agradecido reconocimiento que Lo alabe por Su bondad. Ese agradecimiento que surge de nosotros, es algo nuestro, algo que no pertenece a Dios sino que lo elaboramos nosotros. Ciertamente que tampoco le cambia en nada a Él esa palabra o párrafo agradecido y elogioso, pero es lo que tenemos para ofrendar sinceramente.
Como ocurre en el caso del párrafo que estamos estudiando, agradecemos por Su bondad hacia nosotros.
Según interpreta “Daat Mikrá”, podemos comprender el verso (que motivó este texto) de cuatro formas:

  1. Agradezcamos al Eterno, porque Él es bueno (aunque no comprendamos cómo lo es y al mismo tiempo sufrimos).
  2. Agradezcamos al Eterno, porque es bueno agradecer (algunos dicen que todo, incluso lo que percibimos como malo).
  3. Agradezcamos al Eterno porque es bueno lo que nos dio (algunos dicen que hasta lo que percibimos como malo).
  4. Agradezcamos al Eterno, porque es buena la misericordia que tiene con nosotros.

Cualquiera de las cuatro opciones, el agradecimiento parte de nosotros, al constatar la acción del Eterno que recae sobre nosotros.
El animal para sacrificio, el dinero para el templo, el alimento que no consumimos durante el ayuno, etcétera, todo lo dio Él originalmente; pero nuestro “gracias”, es nuestro. La pequeñita creación humana que dirigimos al Todopoderoso. Pequeñita, pero formidable.
Si somos conscientes de que Él es fuente de todo bien, tal vez podemos darnos cuenta también de que hay una infinita reserva que podría satisfacernos sin menoscabos.
Por supuesto que la gratitud genuina no está a la caza de provechos egoístas, pero incluso así los beneficios se obtienen, y quizás multiplicados.

Sin embargo, a algunos les cuesta enormidades decir gracias, poder emitir y sentir el agradecimiento.
Hacia el prójimo y hacia Hashem.
(A veces más con uno que con otro, a veces igualmente obstaculizados).

¿Por qué nos cuesta tanto agradecer?
Cuando tenemos en claro las modalidades del EGO, encontramos pronta respuesta.
(Aunque no fue mencionado hasta ahora, el estudiante comprensivo ha descubierto que estuvimos hablando de él en muchas oportunidades).
Demos algunas ideas bien concretas.

Porque creemos que lo que obtenemos nos corresponde y no le debemos nada a nadie. Tenemos la errónea creencia de que el mundo está para servirnos, por tanto, al beneficiarnos de alguna cosa no tenemos nada para agradecer, si es que estamos haciendo usufructo de lo propio. ¿Voy a agradecer a otro, u Otro, por lo que es mío?
Así cree el hombre, siervo del EGO.
Al respecto, el afamado William James dijo: “Desde que estamos en la cuna, lo único que nos interesa es el reconocimiento y el amor del resto del mundo”.
Cierto, así opera el EGO.
Llama la atención para solventar su impotencia.
Manipula el entorno para obtener satisfacción.
Recurre a operaciones elementales, abusivas, agresivas, despiadadas, carentes de moralidad, con tal de evitar el padecimiento del no-poder.
Bajo el reino del EGO, ¿cómo agradecer?
Por tanto, un buen remedio al influjo nefasto del EGO es instalar la costumbre saludable del reconocimiento del bien recibido, el agradecer y elogiar a quien corresponda. Aunque al principio se haga sin completa autenticidad, no importa. Lo que importa es estar en la senda correcta, pues las acciones apropiadas repetidas generan un hábito saludable y que se perpetúan luego con el sentimiento en armonía.
Entonces, recuerda agradecer.

Veamos otro motivo por el cual cuesta tanto agradecer.
Porque el reconocer la bondad que hemos recibido nos pone en cierta situación incómoda, que puede ser la de deudor, o de impotencia, o de necesitado. Para muchos, si no para la mayoría, estas sensaciones obligan a actuar de manera dura, displicente, rehusando reconocer el bien recibido.
¿Quién quiere ponerse adrede en una situación de inferioridad?
Por supuesto, nuevamente es el EGO quien crea esta impresión fantasiosa.
Lo cierto es que si recibimos algo, no necesariamente somos más débiles, quizás es al revés.
Y, sin dudas, quien agradece nunca está en un estado de indefensión, sino en el de otorgar un “gracias”.
Pero, el EGO no se maneja con lógica ni razones, rehúye la verdad, acobarda, instiga a la manipulación, agrede, sume en confusión y caos. El EGO es como un misionero típico, como el fanático religioso, como el partidario político acérrimo, como el rebelde sin causa, como todo el que grita con prepotencia para ocultar su prepotencia. Es que todos ellos, todos, son esclavos del EGO, su dios, su amo, su líder, su destino.
Sin embargo, aquel que despierta su conciencia, reconoce los bienes recibidos, asume su lugar, agradece y además elogia sinceramente, está alumbrando las celdas, abriendo las puertas, curando a los leprosos, trayendo salvación al mundo. Agradecer, cuan simple, cuan poderoso, una herramienta increíble para beneficiarnos y beneficiar al mundo.
Si además viene con demostraciones materiales de aprecio, sirven para sustentar causas nobles.
Mira lo que nos dijo Aldous Huxley: “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.”.

Para ir finalizando, te agradezco por haberme acompañado hasta aquí, y si quieres te agradezco por compartir este texto con tus amistades.
Recuerda agradecer, al autor de este humilde texto, a los que lo motivaron, a los que aportaron sus citas, a los que contribuyen a sostener el sitio para que sea difundido, a todos los que participan y a Dios.

Seis principios para organizar nuestras vidas

get-organised-200En el año 2007 el Primer Ministro japonés Shinzo Abe tuvo que retirarse del poder pues el país se encontraba inmerso en una situación económica bastante difícil producto de las camarillas características del Japón que habían hundido a la nación siendo que este país terminó por perder su posición hegemónica como la segunda potencia más desarrollada del mundo para cederle su lugar a la China, algo impensable en la mentalidad del japonés.

Aunque la cultura japonesa tiene muchos defectos también tiene muchas virtudes, siendo que una de ellas es la disciplina heredada por medio del Bushi Do que era la forma de instruirse y de vivir de un samurai. Lo interesante de todo esto es que pese a ciertos factores misóginos que nada de honrosos tienen dentro del Bushi Do, existen otros valores que sí son de suma importancia y que nada tienen que ver con la misoginia sino más bien con la vida honrosa y honesta de un samurai, como por ejemplo la vida honorable que debía de llevar el samurai y la disciplina mental y física que llevaba. Hay cosas que se pasaban de tono como el kami kaze pero también hay otras muy buenas como el concepto de defender la patria y de la mejora constante.

El Japón del período posterior  a la Segunda Guerra Mundial debió de levantarse de las cenizas de sus propias malas decisiones y daños a potencias a los que atacó por un apetito voraz de control y de conquista. Aunque es sumamente reprochable que Japón buscara subyugar y controlar a otras naciones por medios crueles e inhumanos y el hecho que Japón se haya aliado con el Eje, lo cierto del caso es que esto le costó caro, siendo que como resultado perdió a sus fuerzas armadas aparte que tuvo que resarcir a los aliados por las pérdidas suscitadas por la guerra, el mismo caso le sucedió a Alemania.

Curiosamente Shinzo Abe fue elegido como primer ministro del Japón nuevamente este año  y aplicando conceptos de la Dinastía de los Meiji está en la búsqueda del reposicionamiento de la nación nipona como la segunda potencia más desarrollada en el mundo, esto lleva dos aristas, de una parte el poder que Japón ejerce sobre sus homólogos el cual ha disminuido significativamente por la gran influencia que ejerce la China y por otro lado el golpe al honor japonés ya que su otrora colonia, la China, se encuentra por encima de ellos y esto para el japonés es una de las situaciones más dolorosas que sus egos puedan sufrir.

Es por ello que el primer ministro Abe ha incluido dentro del plan de desarrollo económico del Japón el concepto de fukoku kyohei que en palabras sencillas supone dos cosas, el enriquecimiento del Estado y el refuerzo del ejército. No es nada honroso el utilizar al EGO para buscar controlar al mundo, pero en el caso de Japón parece que en mucho han aprendido a la lección porque tanto fue su orgullo y EGO que terminaron por perderlo todo y cuando nuevamente hacían aspavientos por su forma de ser, volvieron a sufrir una dosis de humildad. Sin embargo, como bien dijo nuestro querido Moré, siempre hay cosas que se pueden extraer de todas las situaciones y esta no es la excepción a pesar que fukoku kyohei tiene un substrato egotístico.

Pese a que Japón no cuenta con un ejército, lo cierto del caso es que las dos vertientes del concepto de recién mención, fukoku kyohei,  son muy importantes, pues si tomamos dichos conceptos y los aplicamos a nuestras vidas como individuos, podemos mencionar que en el caso de los noájidas conscientes de nuestra identidad, ello implica reforzar nuestros estudios en lo que a nosotros nos compete y poner en práctica esos conceptos para la efectiva construcción de Shalom. Paradójicamente las enseñanzas que hoy incluyo vienen de dos potencias que pertenecieron al Eje, aspecto completamente deshonroso y vergonzoso en la historia de estos países, empero, las naciones que hoy han surgido son bastante distintas de las cenizas que alguna vez formaron la antisemita Alemania y el oportunista Japón de la Segunda Guerra Mundial.

Las enseñanzas de las políticas económicas del Japón y de Alemania nos servirán para mejorar como constructores efectivos de Shalom. Aquí volveremos a tomar otro concepto de Economía pero esta vez de la Alemania moderna. No debemos olvidar lo que ocurrió en la Segunda Guerra Mundial y debemos de repudiar al nazismo y al fascismo, pero una cosa son los nazis y otra los alemanes pues aunque es muy reprochable lo que los abuelos hicieron, lo cierto del caso es que debemos de seguir adelante y no seguir con ese resentimiento hacia los hijos, quienes nada tuvieron que ver con las malas decisiones de los padres.

Para poder lograr fukoku kyohei hacia una construcción efectiva de Shalom es necesario que utilicemos otro concepto de la filosofía japonesa, el kaizen que quiere decir algo así como mejora continua. ¿Cómo logramos esa mejora continua? Lo logramos siguiendo principios ordenados, principios que tienen que ver con la forma en que el actual gobierno alemán ha logrado levantar la economía de Alemania y posicionarse en una lugar estratégico en Europa pasando de ser una de las naciones menos prometedoras en 1999 a ser la nación que muchos ven como la líder actual en Europa en el 2013, aunque claro está, los alemanes se muestran renuentes y no muy cómodos con su nueva posición de liderazgo de facto. ¿Por qué es esto importante? Por dos razones, en primer lugar el demostrar que hasta el que ha caído más bajo siempre puede levantarse, si eso quiere hacer y, en segundo lugar porque a través de una mejora continua que nos permita enriquecernos en todos los sentidos podremos reforzar nuestra base de valores noájidas, iremos hacia la construcción efectiva de Shalom y ayudaremos a la mejora de este mundo.

Es por ello que entramos en un concepto conocido como ordnungspolitik que quiere decir política ordenada. En el caso de los estados la política tiene que ver con su organización, pero los individuos también nos organizamos a lo interno y a lo externo y debemos de hacerlo de una manera sencilla pero efectiva, pues como bien dice un familiar mío, al fin y al cabo la pérdida de tiempo se traduce en la más grande de las pérdidas pues el tiempo es el activo más importante.

Es por ello que para lograr organizarnos ordenadamente tenemos que enfocarnos en el orden como tal, porque la falta de orden causa caos y el caos genera pérdida de tiempo y de otros activos. Vamos a poner un ejemplo, si yo vivo en desorden en casa, tendré que perder aproximadamente diez minutos diarios buscando las llaves de la casa entre todo el chiquero para poder salir a trabajar, en cambio si las llaves están en su lugar sabré que cada mañana estarán allí y no tendré que perder diez minutos buscando las llaves por todo el desorden que conforma o más bien, deforma mi hogar. Lo mejor es tratar que exista predictibilidad, esto se logra poniendo las cosas en su lugar, planeando bien y administrando bien.

Ese orden aplica para las finanzas también por lo que se debe buscar ahorrar. Los noájidas conscientes de nuestra identidad y que construyamos efectivamente Shalom no tenemos la necesidad de tener que ser consumistas desmedidos, pues nuestra satisfacción yace en la conciliación de los cinco planos de inmanencia en que vivimos, a saber, el espiritual, el intelectual, el emocional, el físico y el social y más bien debemos de incitar a una política de consumo responsable, siempre favoreciendo el consumo comedido pero también propiciando otros valores que vayan más allá del fuero de lo material.

Entonces ese orden deberá darse en estos planos para poder movernos hacia el siguiente principio que nace de manera lógica a partir del orden y que tiene que ver con la claridad. Al haber orden y no haber interferencia se pueden ver las cosas de manera clara. Al actuar con claridad se aumenta el control pero no como el EGO quiere que se controle, sino que al haber orden hay claridad y al haber claridad el EGO tiene menos oportunidad de entorpecer o nublar las cosas, porque hay orden y hay claridad y surge el control, el control de mantener al EGO a raya y de ver las cosas por lo que realmente son.

Esto nos lleva a un tercer principio que nace de los dos anteriores y que tiene que ver con la completez que es contraria a la pereza y, por tanto, de suma importancia que sea aplicada pues lo que vale la pena hacerlo vale la pena hacerlo bien hecho y lo importante es planear con cuidado pero con completez. Una de las cosas que ayuda mucho para completar las tareas necesarias para lograr la meta tiene que ver con la utilización de una agenda ya que esto nos ayuda a mantener un orden que nos da claridad y nos permite saber qué es lo que tenemos que hacer.

Por último tenemos la puntualidad, que va más allá de llegar temprano o a tiempo sino que tiene que ir de la mano con los principios antes mencionados. Esa puntualidad tiene que ver con el hecho que debido a nuestra organización y planeamiento cuidadoso hemos logrado definir cuáles son las acciones y metas que deben ser completadas enteramente o mejor no se hacen del todo y que deben ser llevadas a tiempo de acuerdo a lo planeado para así alcanzar el objetivo.

En resumen, un noájida consciente de su identidad y que quiera construir Shalom buscará siempre enriquecer su acervo espiritual, intelectual, emocional, físico y social para poder reforzar la construcción efectiva de Shalom tanto a lo interno como a lo externo y lo hará en orden, con claridad, con completez y puntualmente para ser efectivo, eficaz y poder llevar una vida de plenitud y goce. A partir de llegar a esas conclusiones fue que comprendí aquel camino hacia la sabiduría que habla de aplicar la perspicacia de los negocios a la vida cotidiana.

¡Que pasen una excelente semana y que sigamos construyendo efectivamente Shalom!

El consejo diario 393

Construir shalom no es palabrería,
ni lema religioso,
ni fórmula para mágicamente controlar a Dios y al mundo,
sino que es la forma de curar el interior de uno y así curar al mundo.

Actos de bondad Y justicia, con lealtad, de forma permanente.
Así haces tu parte, aquella que Dios te encomendó, para que el mundo sea lo que está destinado a ser: el paraíso terrenal, así obtienes gozo aquí y en la eternidad.

Amor: ¿sentimiento y acción?

En la nación judía este shabat (día séptimo) se leerán dos parshiot (secciones) consecutivamente, en Kedoshim, encontramos un fragmento de un versículo muy famoso:

“וְאָהַבְתָּ לְרֵעֲךָ כָּמוֹךָ: אֲנִי ה” “veahavta lereeja camoja, ani Hashem” “Amarás a tu prójimo como a ti mismo, yo soy el Eterno”
(Vaikrá/Levítico 19:18).

Miles de párrafos han sido escritos e infinidad de comentarios y opiniones surgieron y lo seguirán haciendo a partir de estas profundas palabras. Por ejemplo, Rabí Akiva, quien enseñó:

"זה כלל גדול בתורה, שלא תאמר – הואיל ונתבזיתי, יתבזה חבירי עמי; הואיל ונתקללתי, יתקלל חבירי עמי. אמר רבי תנחומא: אם עשית כן – דע למי אתה מבזה, ‘בדמות א-לוהים עשה אותו’"
(בראשית-רבה כ"ד, ז).”

“es un gran principio de la Torá; para que nadie diga: ‘Como fui despreciado, que lo sea también mi prójimo. Así como me maldijeron, que lo hagan con mi prójimo’.
Rabí Tanjuma añadió: ‘Si actúas de ese modo degradante, debes saber a quién desprecias: a Dios, puesto que ‘’a Su imagen hizo al hombre’’’”.
(Bereshit Rabá 24,7).

¿Te das cuenta cuál era el significado de “amar al prójimo” para estos grandes sabios?
¿Cuál sería el concepto de “amor” que se maneja en este concepto específico?

Mientras piensas en posibles respuestas, te propongo continuar aprendiendo sobre el tema a través de conocer brevemente otro de los contenidos de estas parshiot.
Dios instruye a Moshé para que Aarón ingrese al lugar prohibido por excelencia: el Kodesh haKodashim, también conocido como “Santo de los Santos”; la pequeña habitación del Templo dedicada a alojar el Arca del Testimonio con las Tablas del Pacto en su interior. Esa pequeña sala estaba vedada para las personas, según se nos relata, quien entraba no salía con vida, puesto que la Divina Presencia irradiaba allí una tremenda energía que el cuerpo humano es incapaz de tolerar.
Dios permitió el acceso exclusivamente al Cohén Gadol (Sumo Sacerdote) y solamente en Iom Kippur (Día de la Expiación), para lo cual habían de tomar en cuenta numerosos ordenamientos que aseguraran el retorno a salvo del Cohén. Todo esto como parte de un complejo y milenario ritual destinado a la expiación (especie de enmienda) por los pecados de Israel. El ceremonial incluía el sacrificio de animales e incienso, así como el echar suertes sobre dos cabritos, uno de los cuales se dedicaba para Hashem en tanto que el otro se soltaba en el agreste desierto. A éste lo conocemos como “chivo expiatorio”, pues simbólicamente cargaba con las culpas de Israel que se perdían con él para siempre en el vacío.
Por supuesto que este acto alegórico por sí solo no eliminaba el daño (interno y externo) causado por los pecados, por lo cual el elemento principal y esencial era (y sigue siendo) la TESHUVÁ (arrepentimiento completo y sincero) que incluye acciones reparadores. Las ceremonias deben venir acompañadas, o precedidas, por los actos de bondad y justicia, entre los cuales uno de los principales es la teshuvá.

Muchos de los profetas dejaron bien claro este principio, lo espiritual no se mide tanto en cantidad de rituales y fe, sino en la conducta saludable y fiel. Te cito solamente a uno de los profetas más grandes de la historia, Shmuel/Samuel:

"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que SU palabra sea obedecida? Ciertamente el acatar SUS órdenes es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que la grasa de los carneros.”
(1 Shemuel / I Samuel 15:22).

¿Puedes encontrar el nexo entre el amor al prójimo y lo que explicamos acerca de la teshuvá?
¿Sabes qué dijeron otros profetas al respecto del amor al prójimo y de la buena conducta (especialmente para con los débiles de la sociedad) contrastados con el valor de los rituales y de la fe?
¿Puedes relacionar el contenido del comentario con Iom Haatzmaut (Día de la Independencia del moderno Estado de Israel) y el Iom haZicarón leJalalei Tzahal (Día del Rercuerdo de los Caídos del Ejército de Defensa)?
Te propongo que indagues y compartas tus ideas.

Para alejar la enfermedad

La tradición ha distribuido la Torá en 54 sidrot o parshiot (secciones) para su lectura consecutiva semanal. A causa de la compleja estructura del calendario judío, en algunos años se leen dos parshiot el mismo shabat. Así ocurre este año, por lo cual este sábado se leerán las dos parshiot que estamos reseñando.
Éstas no suelen ser de las “populares” para los judíos modernos, puesto que refieren a temas bastante alejados de nuestra vida cotidiana, y sin embargo, contienen muchísimas enseñanzas que nos pueden servir.
Veamos brevemente.

En la primera parashá nos encontramos con algunas reglas que la Torá establece para la mujer que ha dado a luz. Una de ellas dispone que desde ese momento no debe ir al Santuario, porque está en estado de impureza y no está permitido entrar al lugar del Templo en esa condición. Si nació un varón este período es de 33 días, en tanto que 66 por una niña. Al cabo de este tiempo, ella ofrecía un sacrificio en el Templo y retomaba el estado de pureza.
A veces “puro” e “impuro” son traducidos como “limpio” y “sucio” respectivamente, o ideas similares, pero en el contexto de la Torá estos son conceptos espirituales. Así, puro hace referencia a lo que está conectado con la vida, en tanto que impuro a lo que en algún grado está desconectado de la vida.
¿Se te ocurre algún motivo no sexista para que la impureza sea el doble de tiempo cuando nace una niña? Quizás parte de la respuesta está en comprender qué significa realmente “impuro”.

Luego la parashá continúa con normas acerca del metzorá, la persona enferma de tzaraat, que comúnmente se traduce como lepra aunque realmente era una dolencia completamente diferente. Esta persona debía apartarse de la vida social y permanecer aislado hasta que algún cohén (miembro de la tribu de Leví dedicado a los servicios del Templo y rituales) certificara que estaba curado. Entonces la persona ofrecía sacrificios al Eterno, participaba de algunos ritos de reparación y luego retornaba a la vida comunitaria.

La segunda parashá, Metzorá, trata de los procedimientos con respecto a marcas de tzaraat que aparecieran sobre objetos o viviendas. Además indica rituales de inmersión o ablución para diferentes situaciones en las que se precisa de purificación.

Dice la Mishná (principal compilación de leyes de la Torá Oral), en Negaim 2:2, que aquel que parece estar afectado por tzaraat no debe declarase enfermo o sano, sino recurrir a un cohén, para que sea este experto el que decida si es metzorá o no. ¿Cuál es el motivo para esto?
Según enseñan los que saben, es porque por lo general la persona no es capaz de ver sus propias faltas. Es más fácil ver los errores de los demás, pero cuesta mucho apreciar y reconocer las equivocaciones personales. Para sí mismo, es corriente inventar mil excusas o negaciones.
Esto es especialmente cierto en el tzaraat, porque, según la tradición, esta enfermedad no se originaba directamente en bacterias, virus u hongos, sino en conductas negativas de la persona que terminaban por afectar su salud en varios planos: físico, emocional, social y mental.
Los Sabios destacaron entre esas conductas negativas la de usar la palabra para dañar. Así pues, el que quiere perjudicar a alguien con mentiras, insultos, agresiones, engaños o cosas similares, termina dañándose también a sí mismo (y a los que le prestan atención), según aprendemos de nuestras Fuentes.

Como recordatorio:

"¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela."
(Tehilim / Salmos 34:13-15)

¿Cuáles serían las enseñanzas prácticas que pudimos encontrar a partir de esta breve reseña?

Resp. 1106- ¿Es correcto decidir vivir en soltería?

Luis Diego Perez Chacon nos consulta:

Saludos More. Le comento que de mis hermanos se encuentran casados y tienen hijos. Pero a mi siempre me ha agradado el estar soltero y sin obligaciones matrimoniales. Así he contruido una vida y vivo independizado, y aun no tengo ni ganas ni intención de formar un matrimonio.
Mi pregunta concreta es: 1. ¿Se trasgrede algun mandamiento universal por decidir vivir en soltería? 2. ¿Los noajidas tenemos obligación de casarnos y procrear hijos?. 3.¿Se es muy egocentrista si se decide vivir en soltería?

Luis Diego Perez, 34, abogado, Costa Rica

Seguir leyendo Resp. 1106- ¿Es correcto decidir vivir en soltería?

El consejo diario 390

Siga investigando, siga estudiando,  siga preguntando, siga dudando, siga admitiendo, siga avanzando, siga repasando, siga buscando al máximo lo que puede alcanzar de verdad.
Que no le impidan encontrarse con usted mismo, con su Yo Esencial; porque, a fuerza o engaño, le obligan a usar y aceptar las caretas que le imponen (y se pone) a las que se entrenó a llamar “yo”.
Estudie, busque, siga, adelante, rompiendo ilusiones, demoliendo expectativas, rechazando la ceguera de la fe, destruyendo el imperio de la ignorancia, que es otra forma de impotencia.
Recuerde: espiritualidad es vida, religión es muerte.

El consejo diario 389

Hacer, hacer lo que es bueno y justo, en la medida de lo posible, eso es lo que importa a fin de cuentas.
No la esperanza, ni la fe, ni la expectativa, ni la fantasía, ni el deseo, ni la voluntad, ni la creencia, ni el parecer, ni el afecto, ni el sentimiento, ni la emoción, ni… cada una de ellas puede aportar algún granito de arena, pero a la postre lo que lleva a la felicidad, a los milagros, a la bendición es el practicar, el hacer.
Hacer lo que es bueno y justo, en la medida de lo realmente posible.
El tesoro está quizás a un solo paso de distancia, ese paso ¡HAY QUE DARLO!
No esperar a ser cargados mágicamente por algún dios o ángel, ni pretender que lo dé otro por nosotros, pues el paso que debemos dar, solamente cuenta cuando lo damos.

“Truco” para ser feliz

Actúa con tu prójimo de tal forma que pienses así:

“Mi felicidad depende en buena medida de su bienestar”.

Prójimo es cualquier otro, pero especialmente aquel que está próximo a ti.
Cónyuge, hijo/a, madre, padre, otro familiar amigo cercano, conocido, vecino, colega, etc.

No es lo que el otro hace, hará, hizo o pretendes que haga para beneficiarte lo que te colmará de felicidad.
Tampoco es lo que recibas como regalo, retribución, pago, devolución, dádiva, de su parte.
Menos aún lo es la esperanza de obtener algún provecho de lo que tú hayas hecho por él, o de lo que le has dado.
Todavía menos de someterlo a tu capricho, de mantenerlo entrampado con jugarretas, en una demostración de hueco y escaso poder.

Tenlo presente, tu felicidad se basa en gran medida en que el otro esté bien, siempre y cuando eso no te perjudique ni traspase los límites necesarios de tu «egoísmo positivo».
No te enfoques en ti, no te pongas en el lugar del receptor, no estés a la espera de nada, simplemente haz tu parte para que el otro pueda sentirse bien.

Si el otro disfruta o no, si agradece o no, si reconoce o no, si retribuye o no, no depende de ti, no te centres en ello.
Simplemente haz tu parte, colabora en proveer a su bienestar sin esperar absolutamente nada a cambio.

Verás como de a poco, o al instante, estarás bien, sentirás felicidad.