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Receta “mágica”

Agradecer.
Un tema fundamental, pero que no atrae las miradas ni los corazones, mucho menos las acciones.

Agradecer, pilar de la existencia humana, pero que del que se escapa.

Pareciera como si la mera palabra “gracias” produjera urticaria o alguna otra rara enfermedad, pues se la evita a más no poder.

Agradecer, todo, lo bueno y lo que no consideramos que lo es.
Agradecer es una gran virtud.

No se precisa de monumentos, ni edificios, ni libros, ni estelas, ni ritos, ni plegarias, ni congregaciones, ni púlpitos, ni cualquier otra ceremonia o cotillón, tan solo decir “gracias”… sí, solamente decir “gracias”, aunque quizá hasta ni se sienta uno agradecido.

Agradecer, si no es una de tus costumbres, podrías comenzar a aprovechar esta oportunidad e incluirla en tu dieta diaria.
Por ejemplo, no dejar que pase un día sin agradecer al menos cien veces.
Sea a Dios, a tus padres, cónyuge, hijos, compañeros, colegas, enemigos, ayudantes, empleados, patrones, gente del servicio, amigos…

Vamos, esto no es difícil.
Ni siquiera te pido que lo sientas, solo que lo expreses con voz clara, amigable, confiada, sincera.
Vamos, repite después de mí: “Gracias, muchas gracias, es usted muy amable”.
Y si quieres, le agregas una pequeña sonrisa, pero que sea genuina.
Y de paso, si te atreves, hasta llegas a admitir que sí, que te sientes agradecido realmente… ¡no te hará daño, tampoco al otro!

Vamos, repite conmigo: “Gracias, muchas gracias, es usted muy amable”.
¿Cuántas veces ya lo dijiste hoy?
(Ojo, tampoco es que te pongas obsesivo con ir contando y batiendo algún record, solamente que te des cuenta que tienes numerosas chances por día para agradecer, y probablemente no lo haces, o no tomabas conciencia).

Está muy bien comenzar el día agradeciendo estar vivo, con una oportunidad de hacer la diferencia para ti y los tuyos.
Yo le agradezco a Dios, al Uno y Único, puedes tú también hacerlo si te parece. (Solamente NO le agradezcas a los falsos dioses, falsos redentores, falsos salvadores… por favor, eso no.)

Y mucho mejor que simplemente decir “gracias”, es agradecer con buenas obras.
Ahhhh… cosa tan difícil de hallar…
Gente que comparte, es generosa, entrega de lo suyo sin esperar NADA a cambio, y no por ello se desmerece, se siente usada, se sacrifica, se ofusca.

¡Cuánto mejor sería el mundo si cada uno se encargara de agradecer y de agradecer por medio de buenas obras!
Si das un poco de lo tuyo a quien lo precisa y también a quien te da a ti, por ejemplo FULVIDA o SERJUDIO.com, ¿acaso serás más pobre?
¡Todo lo contrario!
¡Serás infinitamente más rico y feliz!

Vamos, dilo y hazlo: “Gracias, muchas gracias, es usted muy amable. Me gustaría poder compartir con usted esto, si no lo toma a mal”.

(Ojo, no lo tomes como un negociado, pactitos con dioses o cosa similar. Si agradeces y agradeces con buenas obras, NO ES para recibir recompensa alguna, sino simplemente porque eres buena gente, porque te gusta ser buena gente, porque quieres ser feliz y hacer feliz a otros).

Se encuentra mucha palabrería en hebreo, rituales, disfraces, aleluyas, estudios de Torah, cabalistería, jesuses y etcéteras variados.
Abunda la religión pero tan poco de lo que es verdaderamente espiritual…

Hasta aquí por hoy.
Gracias por haber compartido conmigo unos pocos minutos de lectura.
Hasta luego.

Resp. 1050 – debo demostrar que ya no soy cristiana?

Laura Elizabeth nos consulta:

Ante la incredulidad de muchos y cuestionamiento de otros, como debo demostrar que ya no ejerzo el cristianismo y no me considero parte de el.
Laura Elizabeth Jara, 42 años Psicóloga Social , Cipolletti ,Argentina

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Resp. 1048 – ¿Puedo donar mis diezmos a la gente pobre?

fredy24 nos consulta:

1- Deseo que la décima parte de mis ganancias (diezmo) sean para ayudar a alguna buena causa;
2- he estado considerando la posibilidad de donarlos a alguna institución de ayuda humanitaria;
3- pero también tengo una hermana que es madre soltera y padece de carencias económicas,
4-  no se que hacer.
5- No soy una persona de muchos ingresos pero quiero contribuir en ayudar a los necesitados,
6-  pienso que es una manera de agradecer al Eterno todas las bendiciones que me ha dado.
Gracias
Fredy Hdez, 24 años, Estudio y trabajo, México.

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Resp. 1047 – enseñanza de religiones en la escuela

farid26 nos consulta:

Soy docente de ciencias sociales en educación básica en Colombia ¿cuál debería ser mi postura si en la institución educativa me solicitan que haga un reemplazo al docente de religión que deberá ausentarse durante un tiempo
farid martinez , 28, docente, cali, colombia

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EGO y Yo en la parashá Toldot

Estudiaremos un párrafo interesante de la parashá de esta semana.
Las lecturas pueden ser diversas, desde diferentes puntos de vista y con objetivos alternativos.
Yo quiero concentrarme en uno solo, una perspectiva cuya finalidad sea reconocer el EGO, su dominio, sus trampas y alguna estrategia de cómo desarmarlo.
No abordaré otras connotaciones, ni en el post ni en los comentarios que se sucedan luego.

La historia previa.
Al patriarca hebreo Itzjac y a su esposa Rivcá le nacen gemelos: Esav y Iaacov.
El primero es llamado así por su densa mata de cabellos, que lo recubren completamente.
El segundo es llamado así, en parte por haber estado asido al talón (akev) de su hermano al momento de nacer, en parte porque su personalidad es consistente (ikiv).
Esav, siguiendo el patrón de su nombre, es superficial, burdo, rudo, trivial, pasajero, activamente difuso.
Iaacov, es intenso, constante, no dice una cosa pero hace otra, se interioriza, le hinca el diente a los asuntos hasta compenetrarse en sus sentidos.
El primero es preferido por el padre, el segundo por la madre.

Llega el momento en el cual Itzjac quiere bendecir con los dones de la primogenitura a su primogénito.
Legalmente esos derechos son de Iaacov, quien en una transacción comercial absolutamente lícita los adquiere de su hermano.
Pero Itzjac no lo sabe.
Pero Esav no quiere respetar el contrato que él juró cumplir.
Por tanto, Iaacov tiene que actuar de manera controversial, en apariencia, para no ser perjudicado en su propiedad.
Esav sale a cazar un animal para prepararlo y dárselo a su padre, para que esté esté a gusto y le bendiga con los dones del primogénito.
En vez de declarar ante su padre su incompetencia como primogénito, Esav se calla y lo engaña.
Se consumará un robo, porque Itzjac es ignorante de la situación, porque nadie expresa lo que debe ser dicho.
¿Qué hacer?
Quizás lo mejor es entrar ante el padre y explicarle que Esav vendió sus derechos, los cambió por un plato de comida y ahora no hay lugar a quejas.
Quizás brindarle argumentos, evidencias, para hacerle entender a Itzjac que no cometa un error y permita a Esav robar lo que ya no le pertenece.
Pero nadie habla…
A instancias del consejo materno, se hará pasar por su hermano, se disfrazará de Esav. Poblará su lampiña superficie con rústico vello, se impregnará de olores campestres, se comportará de manera ruda para que su ciego padre crea que está en presencia de su otro hijo y le bendiga.
Sí, el consejo de la madre es engañar al padre…

El controvertido pasaje es:

"Y él (Iaacov/Jacobo) fue a su padre (Itzjac/Isaac) y le dijo: -Padre mío.
Él respondió: -Heme aquí. ¿Quién eres, hijo mío?
Iaacov respondió a su padre: -Soy yo; Esav [Esaú] [es] tu primogénito. He hecho lo que me dijiste. Por favor, levántate, siéntate y come de mi caza, para que tú me bendigas.
Entonces Itzjac preguntó a su hijo: -¿Cómo es que pudiste hallarla tan pronto, hijo mío?
Él respondió: -Porque el Eterno tu Elokim hizo que se encontrase delante de mí.
E Itzjac dijo a Iaacov: -Por favor, acércate y te palparé, hijo mío, a ver si tú eres mi hijo Esav, o no.
Iaacov se acercó a su padre Itzjac, quien le palpó y dijo: -La voz es la voz de Iaacov, pero las manos son las manos de Esav.
No lo pudo reconocer, porque sus manos parecían tan velludas como las manos de su hermano Esav, y lo bendijo.
Le preguntó: -¿Eres tú mi hijo Esav?
Él respondió: -Soy yo."
(Bereshit / Génesis 27:18-24)

Primero debes leerlo, entender lo que está sucediendo.
Reléelo las veces que consideres necesario, hasta que esté claro lo que se está relatando aquí.
Quien dice que cosa, que se está haciendo, que se esconde, que se dice, que se palpa, que se siente, etc.
Hazlo, por favor.

Vayamos a lo que queremos enseñar en esta oportunidad, y recuerda, no me desviaré para responder a otros importantes asuntos que surjan de la comprensión del texto sagrado.
Gracias.

Iaacov es símbolo del Yo Auténtico, es la sustancia, lo original, en sí mismo no trasciende pero es lo que conecta con lo real y trascendente.
Esav personifica al Yo Vivido, lo superficial, las máscaras, el adaptarse para sobrevivir, el producto del EGO ejerciendo su dominio sobre el ser.

Esav es quien pretende ser bendecido con los derechos del ser. Para ello argumenta que es lo que todos conocen, es lo que se manifiesta, es lo que uno es a partir de los mandatos y construcciones sociales/personales.
Esav, con sus groserías, con su rusticidad, con su inmadurez, con sus pataletas, con sus agresiones, con su torpeza, con su audacia, con su cobardía, con su urgencia para satisfacer sus apetencias, con sus “éxitos” sociales, con sus piezas cazadas, con sus artimañas, con sus religiones… ese Esav es el que se impone como el ser.
Pero, es un colcha armada de retazos, que recubre al auténtico ser.
Si bien no deja de ser verdadero, es él, en el fondo no es auténtico, porque no es la esencia incorruptible, porque no es lo que permanece del ser, porque no es lo que opera de acuerdo a patrones éticos y de construcción de Shalom.
Esav aparenta ser fuerte, porque agrede, porque es chabacano, porque es mal hablado, porque se rodea de amigotes, porque se aprovecha de los que considera débiles, porque es indócil; pero en la realidad es impotente, fláccido, miedoso, le aterroriza la vida y por ello usa sus máscaras de virtud e impiedad, para ocultarse, para ser otro, para aparentar fortaleza y destreza. Se vende como exitoso, pero es un fracaso.
Si Esav encontrará la armonía con Iaacov, si el Yo Vivido estuviera en sintonía con el Auténtico, ciertamente que la persona estaría en paz, dichosa, satisfecha, gozando del verdadero éxito y no de triunfos mordaces.
Pero Esav no está en paz con Iaacov, sino en pie de guerra.
Obviamente que tiene a mano justificativos, porque Esav es maestro en excusas. Por ello nunca es realmente feliz, ni vive, sino que pasa por la vida, en huida, en actuaciones como si el mundo fuera un gran teatro y el prójimo un público al cual fascinar para luego aprovecharse de él.
Esa es la vida miserable de Esav, del Yo Vivido que no encuentra el modo de desprenderse de la tiranía del EGO para pasar a convivir en equilibrio con su Yo Auténtico.

Iaacov, el Yo Auténtico, tiene que dejar de serlo cuando está en riesgo. Se disfraza de Yo Vivido, actúa como él. Se hace pasar por él.
Pero su voz, su interioridad, su esencia, es la misma.
Es su exterior el que cambia, el que se recubre de piel de animal, el que hiede a muerte.
Su esencia permanece pura.
¿No es doloroso que el Yo Auténtico deba sufrir ese exilio de su cualidad para no perecer a causa de la malicia del EGO?
Como dicen los Sabios, cuando la voz de Iaacov desfallece, es que las manos de Esav actúan.
Por tanto, es menester adentrarnos, conocernos, llegar a dejar de lado las astucias de Esav para encontrar nuestro Iaacov interior. Fortalecernos, comunicarnos auténticamente, ser buenos, ser justos, ser leales, dejar de lado las tretas de Esav, pero no para destruirlo, sino para encausarlo, dirigirlo, canalizar sus acciones para la construcción de Shalom.

Pero, si somos débiles, si permitimos serlo, entonces Iaacov se esconde, se disfraza de Esav, se pierde la chance de ser auténtico.
Si rechazamos conocer nuestro Yo Auténtico, entonces terminamos siendo solamente Yo Vivido.

Iaacov debe hablar con su padre, plantearle las cosas, sin camuflajes.
Usar la Comunicación Auténtica y no los modos propios del EGO.
Tal es la tarea que debemos aprender.
No es fácil, en ningún lado se prepara a la gente para buscarse y encontrarse. No hay escuelas, aún, que enseñen a valorar el Yo Auténtico, entrenar el Yo Vivido, andar por los caminos de Luz del Eterno.
Por esto, andamos en exilio.
La humanidad está en una diáspora oscura, porque andamos como dormidos, entre ilusiones, llenándonos de vanidades, adorando ídolos, corrompiendo el mundo.
Es la falta de armonía entre nuestras instancias yoicas que se materializa en lo que acontece en el mundo.

Es hora de dejar de ser Esav, de presentarse como él, de hacerse pasar por él.
Es hora de saber nuestra médula, amarnos, conocernos, cuidarnos, ser Iaacov, en paz y trabajo en conjunto con Esav.

Pureza de corazón

Hace un tiempo atrás les había hablado del valor fundamental de la gratitud, y por consiguiente, el tremendo escollo que supone la ingratitud para el desarrollo personal y colectivo. (Te sugiero que antes de continuar con este post, te tomes unos instantes para releer aquel otro, comprenderlo, comentarlo, encontrar los puntos de tu atención).

Quiero mencionarlos brevemente hoy otro de las piedras de tropiezo en el camino del crecimiento y la plenitud: el rencor.

La contracara del rencor es la capacidad de perdonar sinceramente y su complemento es el arrepentimiento auténtico.

Debes tener muy en cuenta que uno de los 613 mandamientos para los judíos es “no guardar rencor en el corazón”.
Otro es “no vengarse”.
Ambos mandamientos son reglas de vida provechosos y accesibles para todas las personas, no solamente asumidos como mandamientos para los judíos.
Es decir, cada noájida que así lo desee puede tomarlos para sí, vivir con ellos, porque son conductas éticas, beneficiosas para la persona, para la sociedad, para el entorno.
Aunque no son mandamientos noájicos fácilmente pueden enlazarse con el fundamento de “no asesinar”, también con el de no “no robar”, puesto que el rencor y la venganza suelen llevar a tragedias, a veces incluso con la costo de vidas humanas, pérdidas materiales, entre otros dolores derivados.

Antes de avanzar, delimitemos qué entendemos por guardar rencor, y qué por venganza.
Ejemplo de rencor:

  • Juan le pide a Pedro un utensilio.
  • Pedro se lo niega.
  • Al otro día Pedro es quien pide a Juan un utensilio.
  • Juan se lo da pero agrega un comentario del estilo: “Para que veas que yo no soy como tú, yo sí presto”, o algo parecido.

Ejemplo de venganza:

  • Juan le pide a Pedro un utensilio.
  • Pedro se lo niega.
  • Al otro día Pedro es quien pide a Juan un utensilio.
  • Juan NO se lo da y quizás agrega un comentario del estilo: “Tú no me diste, ¿cómo tienes el coraje de venir a pedírmelo ahora?”, o algo parecido.

Con lo que fuimos aprendiendo del EGO, rápidamente podemos reconocerlo detrás de estas oscuras actuaciones.
Te lo explicaré bien brevemente, pues no es el punto central de nuestro post actual.
Pedro hizo sentir impotente a Juan, le negó algo que él solicitaba. Le puso un límite que probablemente no esperaba. Lo frustró en su deseo. Le hizo ver que no tenía el poder sobre Pedro ni sobre la propiedad de Pedro. En resumen, Juan estaba enfrentando una situación de impotencia real y magnificada por su EGO.
No sabemos la historia previa, pero podemos suponer que Pedro no estaba negando el servicio de manera maliciosa, sino por sus propios intereses válidos.
Entonces, Juan, el que experimentó impotencia a causa de Pedro, cuando al otro día se siente en situación de poder, lo quiere ejercer, pero no desde la postura de construir Shalom (ser realmente espiritual), sino desde el EGO.
Su corazón se nubla con el deseo de tomarse la represalia, de hacer sentir mal al otro, de darle una cucharada de amarga impotencia. Guarda rencor, porque es el EGO el que susurra desde sus entrañas y domina su corazón.
Es su EGO el que lo lleva a la acción negativa, a la venganza.
Si no fuera EGO el que estuviera manipulando, las respuestas hubieran sido otras, pacíficas, armoniosas, conciliadoras, de verdadero ejercicio de poder, con autoridad y no con autoritarismo que es propio del EGO.

Así pues, romper el yugo del EGO, al no guardar rencor y al no vengarse, es sin dudas un excelente consejo de vida, que alcanzaría una importancia esencial en sí mismo, más allá de ser prescrito por el Eterno como mandamiento para los judíos.

La persona que atesora los malos sentimientos, que los acumula como si fueran monedas de oro, que no los libera correctamente, se afecta a sí misma en primer lugar. Se llena de malestar, de pensamientos nefastos, de dificultades para relacionarse con el prójimo, de fatigosas tareas que no conducen a ningún beneficio.

La manera de erradicar el rencor del ser, es por medio del sincero perdón; es decir, de equilibrar las cosas, de liberar las cadenas, de fomentar el bien, de buscar el imperio de la justicia.
Y no existe perdón sin auténtico arrepentimiento, sin reconocimiento del error, sin la decisión de luchar en contra de los hábitos perjudiciales, sin la determinación de restituir el orden que se ha quebrado con las acciones negativas.

Despoja al EGO de sus trucos, quítale sus juguetes de distracción, no te dejes convencer por las excusas que fácilmente inventa el pensamiento esclavizado al EGO.
Cuando justifiques una mala acción, date cuenta de que es mala, de que es producto del EGO, que en definitiva lleva a la destrucción, al dolor.
No solo de otro, sino de ti mismo.
Acuérdate que el EGO se presenta como un salvador, como un dios bondadoso, como un dios dispuesto a morir por tus pecados, pero en verdad es un tirano perverso, un ídolo sin poder pero con gran astucia para confundir, sembrar caos, mentir, perturbar, dañar porque se le da permiso de hacerlo.

Si guardas rencor, si tu vida se ha petrificado por hechos reales o ilusorios del pasado, si no ves la luz pues tienes oculta tu visión por los humos del mal sentimiento, si no encuentras la clave para la felicidad por rumiar el estiércol agrio de la venganza; ¿no crees que estás desperdiciando los irremplazables instantes de tu valiosa vida?
Estás en tu celdita mental, tus barrotes los has puesto tú mismo, y tú eres quien puedes romperlos y salir.
Si es que te animas.
Pero… no lo harás… es más cómodo seguir en la cárcel, justificarte, intelectualizar, armar teorías, echar culpas, manipular, hacerte el tonto, ser religioso, confiar en diositos redentores, todo es más fácil, hasta odiar, con tal de no hacerte cargo de tu vida.

Si el rencor es lo que te posee, tú no eres el amo de tu vida, sino que permites ser manipulado como marioneta en un tonto juego sin sentido, que siempre termina en soledad, desamparo, dolor, muerte.
Sí amigo, así es.
El rencor, la venganza, el juego de tramar historias perversas, siempre termina mal.
Porque es el EGO el que comanda.

Tenlo presente, y mientras aprendes a agradecer, aprende a perdonar sinceramente.
Es un consejo de amigo, de maestro.

(Elaborado a partir de un viejo texto de mi autoría en: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/sin-rencor)

Salir de la timidez

El EGO está detrás de la timidez extrema.
Ésta se constituye en un verdadero obstáculo que puede dificultar nuestro progreso multidimensional.
Su función es asilarte del mundo, empequeñecerte, hacerte desaparecer, que te vueltas invisible, que seas nadie.
No debe confundirse con la modestia, también conocida como humildad, que es el saber el lugar propio en el mundo, con los defectos y virtudes personales, y actuar en consonancia.
A diferencia de la modestia, la timidez es negarse, desconocerse, rechazar el contacto, sumergirse en pensamientos y creencias oscuros e irreales, que te separan de la realidad, de los otros y de ti mismo.
Por supuesto que hay grados, pero todos comparten la misma meta, el mismo origen, similares procedimientos, con mayor o menor énfasis o gravedad.

Como te he dicho, es el EGO quien manipula desde las sombras, desde lo más profundo de tu cerebro, para que vivas de esa manera.
Es su estrategia para dejarte estancado por sentirte impotente, que no te conozcas en tus reales dimensiones, para que de esa forma sigas dependiente de su falso abrazo salvador, de su mentirosa proclama de salvación.
Porque cuento más hundido en el sentimiento de impotencia, más fácilmente el EGO toma el control de tu vida.
Si tú sientes que no caes bien, si no te animas a esbozar la menor crítica, si no sabes lo qué decir, si no puedes pedir ayuda, si juzgas que si te equivocas –aunque en una cuestión mínima- eres un fracasado o se reirán de ti, si dices a cada rato “no sé” o “no puedo” y ni siquiera haces un poquito de esfuerzo para saber o poder, si te escondes, si te encierras, si te quedas en soledad, si pasan a tu lado como si no existieras, si sufres por todo esto o ya te has acostumbrado a esta tortura, estás evidentemente sumergido en el océano de la impotencia, bajo el mando del EGO.

Por ahí a veces se te ocurre alguna excusa, te justificas de tal o cual manera, encuentras que como nadie te comprende mejor no hablas, como nadie te lleva el apunte mejor ni te apareces, como ya sufriste de que te rechazaran mejor te autoexcluyes, y así vas inventando una tras otra excusas, o das siempre la misma, o hasta ya te cansaste y ni siquiera precisas decir más que “soy tímido”.

Aunque te parezca imposible, o innecesario, o ridículo, o lo que fuera, debes tener presente la necesidad de pedir ayuda para salir de esta situación. En realidad, no solo pedirla, sino también aceptarla y hacerte cargo de tu parte para salir de esta prisión que desde tu interior te has impuesto.
La gran mayoría de los psicólogos no manejan el concepto de EGO (todavía) como nosotros lo hacemos, pero igualmente tienen a disposición herramientas y técnicas para ayudarte. No sigas perdiendo el tiempo, pues estás malgastando tu tesoro más precioso, que es tu vida.
En vez de dar excusas huecas, es hora de ponerte en marcha para salir de esa prisión que te has construido, quizás con ladrillos y barrotes que otros te han dado, pero que tú te has construido con tu timidez.

Por supuesto que puede haber personas que son menos activas, menos sociables, menos comunicativas, y que no padecen de timidez patológica, sino que su estilo de ser es más bien reservado, lacónico, etc. Esto es aceptable, por supuesto. No todos somos iguales ni debemos actuar de forma idéntica.
Pero, la timidez extrema, la que paraliza, obtura, inmoviliza, impide el crecimiento, esa es necesario reconocerla y desactivarla, pues detrás de ella siempre está el EGO ejerciendo sus influencias nocivas.
Piensa esto, si tu eres callado, no vas a reuniones, no conversas, etc., porque en el fondo –o no tanto- te das cuenta que tienes miedo a: el fracaso social, al rechazo, a la soledad, a equivocarte, a parecer tonto, a que te crean loco, a decir algo desubicado, a no parecer exitoso, a quedar en desventaja por tus ideas, a la vergüenza, entonces, allí está el EGO operando para someterte.

Te daré ahora unos pequeños consejos para ir saliendo de la prisión de la timidez (pero recuerda solicitar ayuda especializada, dado el caso).

  • Conoce y aplica la comunicación auténtica en toda ocasión. Aunque tengas excusas para no hacerlo, hazlo. Las excusas se inspiran en el EGO y es a éste a quien no queremos más como tirano en tu vida.
  • Uno de los principios de la comunicación auténtica es no prejuzgar. En este sentido, debes saber que es imposible que interpretes correctamente y sin errores el pensamiento del otro a partir de sus gestos, de alguna palabra, de su expresión facial, etc. Podrías suponer, sacar conclusiones y estar por completo fuera de foco.
    Al tener conciencia de lo limitado de tu capacidad de apreciar sin errores, lo indicado es que preguntes, con tacto, con respeto, con amabilidad, pero no que te quedes con la idea de que tienes el conocimiento y te manejes a partir de ese prejuicio.
    Muchos tímidos optan por guardar silencio, por esconderse, por huir, porque presuponen intenciones, ideas, creencias, etc. en el otro, cuando quizás todo fuera absolutamente diferente de lo que está prejuzgando.
    Lo mejor, aunque cueste, es preguntar.
  • Como vimos, entre la timidez y el EGO están los miedos, muchos de los cuales se resumen al de fracasar, al de cometer errores.
    Aceptar que somos falibles, que podemos fallar, que no nos hace peores el ser imperfectos, es esencial para dejar de lado el mecanismo de la timidez.
    Por supuesto que tampoco sirva de excusa para ser perezoso, descuidado, irresponsable, si igual todos nos equivocamos… ¡no! Tú haz tu parte, plenamente, cabalmente, con todo, para que el éxito sea posible, pero ten presente que el resultado final no depende solamente de ti.
  • Tienes derecho a disentir, a contradecir, a no estar de acuerdo, a pensar diferente, a no gustarte algo, a tener ideas propias, a cambiar de parecer, a no decir “amén” a todo. Tienes derechos, aunque el EGO y otros que te quieren manipular te los nieguen.
    Claro que el que se escuda en la timidez propondrá mil excusas que parecen inteligentes para no decir, es más, para ni siquiera pensar algo que pudiera ponerlo en contrario a otros. Entonces, deja de luchar contigo mismo, no te esfuerces en hacer algo que te duela, pero tampoco dejes de hacerlo.
  • Hablar en voz alta, casi gritando, con seguridad, proyectando el aire las palabras, con gestos fuertes, pero sin agresiones, sin faltar el respeto, sin quebrar límites, eso dará seguridad. En principio externa, como sentida forzada, pero que se irá convirtiendo en parte de la manera habitual de comunicarse.
  • Así como tú eres imperfecto, tienes dificultades, dudas, temes, te escondes, también los otros.
    Reconoce el Yo Auténtico detrás de las máscaras.
    Reconoce las máscaras y aprécialas en su rol. Las máscaras ocultan, pero también revelan.
    Encuentra la sintonía para ti y para estar con el prójimo.
  • No juzgues (no en el sentido falsamente espiritual, de los religiosos), no te dejes llevar por el EGO.
    Deja de pretender controlar aquello que no puedes controlar.

Quisiera oírte a ti.

2012 More Yehuda Ribco en Mexico

Queridos amigos, apreciados lectores, no es ajena de nadie la situación por la que atraviesa el mundo, menos desconocida la situación tan deplorable que en puntos específicos de México se puede ver y aún más se puede vivir, asesinatos, aumento de violencia en las escuelas, infidelidad como un modo de vida, secuestros, robos, entre muchas otras cosas sumamente negativas que todos sabemos que ocurren a diario, ciertamente estos tiempos pintan muy difícil para todos.

Cada día es más palpable la fuerte descomposición social, aquí desde donde este modesto servidor escribe estas líneas, también día a día se puede ver con mayor claridad los tremendos desequilibrios de una sociedad lastimada profundamente por las religiones pero mayormente por el ego descontrolado.

Noticias en internet, radio, televisión y vemos como somos artífices de nuestra propia destrucción tal como en los “viejos” tiempos del patriarca Noaj, un panorama honestamente desolador.

Pero un rayo de Luz divisa en el horizonte, Dios el Creador del mundo da señales de que debemos de retornar al camino de los gigantes espirituales de antaño, aquellos enormes justos que se alzaban en medio de sociedades iguales o más corrompidas que la nuestra.

 México nuevamente se viste de gala para recibir a un grande entre los grandes.

 CON SUS ESPECTACULARES ENSEÑANZAS SOBRE EL EGO EL MORE YEHUDA RIBCO VISITA MEXICO.

 ¡EN UN EVENTO QUE NO TE PUEDES PERDER!

 ¡LUZ PARA LAS NACIONES! Y EL MORE YEHUDA RIBCO EN MEXICO

 UN HIJO DE ABRAHAM VIENE A RECORDARNOS NUESTRO CAMINO ESPIRITUAL…….

 ESTA VEZ NO TE LO PUEDES PERDER

 ¡SE PARTE DE ESTE IMPRESIONANTE EVENTO!

Para mayor información consulta a los organizadores del evento

http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/2012-simposium-en-mexico

Modelo noájico

La tarea del noájida consciente y activo NO es ir “predicando” la “verdad”, la “palabra”, la “buena nueva”, puesto que el noájida consciente y activo NO ES parte de ninguna religión ni busca adeptos a sus “creencias”.
El noájida consciente y activo es la persona que llegado a descubrir su verdadera identidad espiritual, aquella que Dios le ha dado con amor y sabiduría, y reconoce el inmenso valor de tal esencia espiritual. No se siente en desventaja, como un hermano bobo del judaísmo, ni anhela cambiar su propia identidad por la de otro. Siente gusto por saberse bello y perfecto como es en su esencia espiritual, y se propone mejorar en aquello que puede ser mejorado en el resto de las dimensiones que lo forman.
Por lo cual, lleva una vida afín a la Divina Voluntad para él, esto es, vive plenamente cada instante, como un constructor de Shalom, como una persona íntegra, justa y buena. No se anda “mandando la parte” de ser un santo, ni se disfraza de judío, ni actúa como misionero, ni pregona un estilo de vida santurrón y dogmático.
Al contrario, su vida es plena, gustosa en la medida de las posibilidades en cada una las dimensiones que le forman.
Disfruta de los placeres permitidos para el cuerpo, cosecha las bondades materiales que están a a su alcance, ejercita el disfrute sensorial lícito, mantiene relaciones armónicas con sus semejantes, participa de todas las actividades sociales positivas, colabora, trabaja, descansa, opina, pregunta, responde, canta, baila, dibuja, cultiva su mente, amplifica su creatividad, no se niega a nada que desee y le sea permitido (y conveniente) porque no apela a la torpe excusa de que prohibiéndose cosas (que son permitidas) será más “santo”.
La santidad no va por ese lado, no va por empequeñecerse, ni por negarse el placer, ni por apartarse de lo “mundano”, ni por repetir como loro lemas “religiosos”, ni por hacer malabarismos para incluir palabras y objetos judíos en su vida, ni por ser un payaso sin respeto por su propia identidad.
La santidad es actuar con bondad y justicia, con lealtad a las reglas que Dios realmente le ha ordenado, haciendo que cada momento esté cabalmente comprometido con la tarea de construir shalom, sea que lo alcance o no, pues el esfuerzo depende de él pero no el resultado.
Por lo cual, el noájida consciente y activo no debe tener la meta de subirse al púlpito, ni adoctrinar a los “infieles”, ni de atiborrarles de información, ni de perseguirles para que dejen las religiones y los vicios, ni de congregarse en algún antro para hacer cosas supuestamente sagradas (que por lo general son parodias de costumbres judías mal entendidas, o de usos paganos acondicionados a gusto del consumidor).
La tarea del noájida no es ministrar, ni pastorear, ni liderar, ni ser “moreh”, ni dar clases de “Torah”, ni farfullar en hebreo y jeringonza para darse aires de superioridad. Por supuesto que tampoco es tener algún blog en la Internet, ni hacer en su garaje un centro de reunión de fieles, ni de poner a cada rato música de judíos en sus publicaciones en el Facebook, ni de idolatrar a rabinos o monigotes barbudos, ni de decir “shabua tov” en vez de “buena semana”, ni de desesperarse para llenarse de conceptos seudo cabalísticos o jasideos, ni de…
¡Nada de eso es ser noájida!

Ser un noájida consciente y activo es vivir como constructor de Shalom a cada instante, según las mejores intenciones y acciones.
Se trata realmente de encontrar armonía interior, de vivir en paz con uno mismo, para así poder vivir en sintonía con el prójimo. De hacer lo bueno y lo justo. De aprender a responder pacíficamente y no con ironía o agresiones. De trabajar. De ser responsable. De ser feliz. De ser comprometido. De colaborar con acciones positivas. De oponerse con firmeza al mal, a la mentira, a la idolatría. De enseñar con el ejemplo de vida y no con la palabrería hueca pero que suena bien.

Se trata de aprender a vivir bien, en la medida de las posibilidades.
De ser feliz, por sentir la plenitud en cada instante.
De actuar como Dios quiere del gentil, es decir, siguiendo el modelo de vida que se basa en los Siete Principios Fundamentales.

Noájidas de antaño, verdaderos ilustres sirven de ejemplo para el noájida de todas las épocas.
Tomemos al primer patriarca de los hebreos, a Avraham, quien era noájida.
En casi todo puede ser replicado por el noájida actual, menos en aquello que explícitamente Dios le codificó para él y sus descendientes (los judíos actuales) como particular y exclusivo (por ejemplo, la circuncisión como acto espiritual, entre algunas otras cuestiones puntuales).

Vemos a Avraham en los primeros capítulos del Génesis y no encontramos a un religioso, ni a un predicador, ni a un “moreh”, ni nada parecido. Ni siquiera su imagen es la de una judío “ortodoxo” de la actualidad, de seguro no usaba kipá, ni sombrero, ni turbante, ni cuerditas de un ponchito, ni traje negro, ni barba de “rabino”, sino que su imagen externa era la que correspondía a un hacendado del medio oriente de hace 4.000 años atrás. Porque él sabía que la imagen externa debe ser espejo de la interna, y ésta en consonancia con la época y el código correcto de presentarse.
¡Cuántos gentiles delirantes de la actualidad debieran aprender de esto! Así no se disfrazarían de “jabad”, ni de “jasideo”, de ni de cabalistero, ni de judío, ni de lo que sea que se disfracen…
Pero, yendo a lo más importante, lo que reconocemos es a un hombre pleno, en cada una de sus dimensiones.
Que actúa, como mejor puede y de acuerdo a las circunstancias y capacidades.
Que cuando tiene que ir a a guerra, a la verdadera y no a esa payasada que los religiosos llaman “guerra espiritual” o “guerra santa”, va a la guerra.
Que cuando tiene que amar, ama.
Cuando tiene que negociar, negocia.
Cuando tiene que llorar, llora.
Cuando tiene que reír, ríe,
Cuando tiene que ser amable, lo es.
Cuando tiene que ser desprendido, no da excusas mezquinas.
Cuando debe implorar, hasta por los malvados, no se detiene de hacerlo.
Cuando tiene que trabajar, no manda a otros a hacer su parte.
Cuando tiene que ser alumno, no se escuda diciendo que ya es profesional y sabio y no tiene lo qué aprender.
Cuando se equivoca, y se da cuenta, trata de corregirse.
Cuando tiene que poner todo por su familia, no sale corriendo a congregarse en la iglesia.
Cuando tiene que reconocer su debilidad, no se espanta y afirma su personalidad.
Hay tanto para aprender de como vivir como noájida, como uno real y no como una patética imagen mediocre de religioso, no como hermano bobo del judaísmo, no como un adorador del EGO en forma de supuestas doctrinas espirituales.
En fin, es cuestión de aprender del modelo de Avraham, porque es hora de que los noájidas de la actualidad rompan los viejos mandatos y esquemas de las religiones, de la sumisión, de la esclavitud, para alcanzar los grados de belleza que desde su interior están llamados a alcanzar.