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Independencia de Israel

Cinco de Iyar del 5708, 14/15 de Mayo del 1948 Declaratoria de la Independencia del Estado de Israel.
Esa semana correspondía la lectura de la parashá KEDOSHIM, la cual sería leída en su totalidad a pocas horas de oficializado el nuevo Estado.
Es una sección intensa, profusa en contenidos, rica en enseñanzas.
En ella encontramos pasajes célebres, quizás el más afamado (¿y menos cumplido?) que reza: “Ama a tu prójimo como a ti mismo, Yo soy el Eterno”.
En uno de sus versos menos repetidos por el refranero popular, pero igualmente de valioso y sagrado, la parashá indica:

"Cuando hayáis entrado en la tierra y plantado toda clase de árboles frutales, os abstendréis de sus frutos que serán como bloqueados para vosotros.
Por tres años os serán bloqueados, y su fruto no se comerá.
El cuarto año todo su fruto será santo, una ofrenda de alabanza al Eterno.
El quinto año podréis comer de su fruto, para que os aumente su producción.
Yo soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Vaikrá / Levítico 19:23-25)

Es curioso que precisamente sea esta porción la que presenta un “ki tavohu el haaretz” – “Cuando hayáis entrado en la tierra”, es decir, el ingreso de los judíos a “la tierra”, a su nuevo país, a su nuevo Estado.
¿Casualidad?
¿Podemos admitir que se den estas “casualidades” en asuntos tan trascendentales?
Es una posibilidad, por supuesto, pero mejor sería pensar en una sincronía, esto es, “una coincidencia en el tiempo de las diferentes partes o funciones de un proceso” (DRAE).
Como si estuviera sincronizado, orquestado finamente cada evento para la realización de un determinado fin.
Cada pieza encaja en ese ballet cósmico, del cual no tenemos idea, no nos damos cuenta, a no ser que alcemos la mirada y contemplemos con perspectiva multidimensional y sin prejuicios y cegueras de limitada humanidad.

Pero bueno, ¿a qué viene tanta alharaca por una “sincronía” aparente o probable entre una declaración política (con su consiguiente realización) y un pasaje de la Torá?
Veamos…

Más interesante puede resultar cuando se buscan precisamente esas mismas palabras llamativas en toda la Torá y se encuentra que solamente aparecen en cuatro ocasiones, las tres restantes son:

"Cuando hayáis entrado en la tierra que el Eterno os dará, como Lo prometió, guardaréis este rito.”
(Shemot/Éxodo 12:25)

“’Habla a los Hijos de Israel y diles: ‘Cuando hayáis entrado en la tierra que Yo os doy y hayáis segado su mies, traeréis al sacerdote un manojo de espigas como primicia de vuestra siega.”
(Vaikrá / Levítico 23:10)

“’Habla a los Hijos de Israel y diles que cuando hayáis entrado en la tierra que Yo os doy, la tierra tendrá reposo para el Eterno."
(Vaikrá / Levítico 25:2)

Pueden advertir una interesante “omisión” en el versículo que corresponde a la semana del nacimiento del moderno Estado laico de Israel.
Te doy un momento para que releas las cuatro citas y encuentres en qué se diferencia este pasaje del resto de los pasajes.

Tal vez lo descubriste, en las otras tres oportunidades se recalca que es la tierra que Dios ha dado a los judíos, pero en nuestro pasaje en particular esto no se menciona.
Relee, revisa, acude a tu “biblia” (a tu jumash, en hebreo original; si eres gentil lee en español de exclusiva traducción judía erudita), allí lo podrás corroborar.

Los antiguos comentaristas notaron que en este pasaje ocurría esto y proveyeron de sabias explicaciones.
Por ejemplo, que allí adonde los judíos lleguen para asentarse habrían (condicional, no obligatorio, ver TB Kidushín 39a) de poblar las tierras de árboles frutales, favorecer el desarrollo ambiental, producir alimentos, dedicarse a cultivar la tierra como si fuera la propia, la prometida, aquella que es el hogar eterno e inquebrantable de la nación judía: la tierra de Israel.
Por supuesto que por razones históricas, mayoritariamente ajenas al poder y voluntad de los judíos, esto no pudo efectuarse como regla general.

Ahora bien, creo que es hora de ver otro sentido, sin por ello pretender que sea verdad revelada ni incuestionable.
Sabemos que muchos judíos observantes de las mitzvot (ejemplo aquí) se negaron y niegan a reconocer derecho de existencia al Estado de Israel, entre otros argumentos enfatizan que se debe aguardar a que esta diáspora culmine con la instauración del reino mesiánico en Israel, que sea Dios quien a ojos vista devuelva a los judíos a su tierra patria y que no sea por medio de batallas u otras formas humanas de retorno.
Por supuesto que la naturaleza laica, y muchas veces contraria a la halajá, del Estado es otro fuerte incentivo para la oposición acérrima.

Los debates se han dado entre grandes personajes de Torá, por supuesto que los líderes observantes que son sionistas no se quedan atrás a la hora de presentar pasajes sagrados que demuestran el valor trascendental de la gesta heroica sionista (ejemplo aquí, otros datos aquí).

Pero… ¿Qué nos está diciendo la Torá?
Según nos parece, es nuestra idea humilde, nos está dando autorización para ingresar a la tierra de Israel, tomarla, sembrarla, cosecharla, respetarla, amarla, vivir en ella, hacer nuestra patria y luchar para perpetuarnos en ella.
Aunque Dios no lo haya autorizado “directamente” aún. Porque no han habido milagros espectaculares manifiestos, no se han abierto cielos ni mares (aparentemente), no se diezmaron ejércitos enemigos bajo espadas angelicales (que se pueda afirmar de manera contundente)… han habido infinidad de milagros silenciosos, perceptibles para quien tiene el ojo y el corazón bien dispuesto, la mente limpia de prejuicio. Es una hazaña sobrehumana el retorno al terruño, la permanencia, el desarrollo.
Aunque sea con la fuerza humana, con contratiempos, con altibajos, gracias a la santidad implícita en lo material (estudiar al Rav Kook), con el esfuerzo de los “laicos” y de algunos “religiosos sionistas”, sin la “bendición” de los “ortodoxos” renuentes a dejar las celdas de la esclavitud diaspórica.

Una primera vez se ha ingresado por mano de Dios, tras la muerte de Moshé, bajo el liderazgo de Ieoshúa.
Una segunda vez, temblando, de manera inconclusa, tras el exilio babilónico y con el beneplácito del rey Ciro.
Una tercera, la estamos esperando, cuando se instaure el reino mesiánico.

Y tenemos esta cuarta, que nosotros ubicamos antes de la redención final, en la cual se ingresa aunque Dios no haya “declarado abiertamente” que entrega la tierra para poseerla.
Es el ingreso motivado en el corazón humano, detrás de ideas nacionalistas, con el peso del Holocausto detrás, apoyados por naciones culposas y vacilantes, atrozmente angustiados por enemigos de toda clase. Pero allí está la nación judía, cumpliendo su “destino”, regresando adonde es su lugar “natural”, invocando derechos nacionales como cualquiera de las otras naciones del mundo, pero en el fondo, allí en donde está oculto, está Dios.

Es una gesta sagrada, disfrazada de laicidad.
Es una gesta que no será quebrada por la ferocidad del enemigo, ni silenciada por el poder económico social del imperialismo extranjero, ni echada a perder por la desesperanza de algunos judíos, ni asesinada por los enemigos de Dios (y por tanto de los judíos).

Es un proceso lento, pero seguro.
Con altibajos, pero de firme horizonte.
Los ideales sionistas han muerto.
El idealismo es un mito pasado.
Las dificultades se acrecientan.
La batallas se libran para supervivencia.
Las armas aún no nos dejan convertirlas en tractores y arados.
Los recursos todavía no se pueden dirigir por completo a la construcción de sendas pacíficas.
El enemigo está sediento de sangre y robar la tierra, para profanar lo sagrado, por tanto se debe empuñar el sable defensor.
Los misiles enemigos llueven, por lo que es preciso abrir paraguas tecnológicos.
Las mentiras del imperialismo agreden desde los medios de comunicación masiva internacional, por lo que la víctima judía es presentada como un feroz loco/lobo.
El fruto se ha visto “bloqueado” por algún tiempo.
Pero el Socio no defrauda a Israel.
Es el comienzo de la redención final, para el pueblo judío y para el mundo.
Le pese a quien le pese, lo acepte quien lo acepte…

Por tanto, feliz cumpleaños Estado de Israel.
Felicidades, aquellos que se regocijan en el Eterno.

Respeto interno por el otro

Amigo noájida, te brindo ahora un breve estudio que aprendemos de la porción de lectura semanal de Torá del pueblo judío.
Esta semana para los judíos corresponde la lectura de la porción llamada “Behar”, contiene numerosas enseñanzas provechosas para el noájida, de acuerdo a su propia identidad espiritual, acorde a sus cualidades sagradas. Sin usurpaciones, sin falsedades, sin pretensiones de ser lo que no se es.

Hemos hablado muchas veces acerca de la autoestima, de la esclavitud al EGO, de cuestiones de salud multidimensional porque creemos que es una piedra angular para la constitución armónica y equilibrada de la persona y de la sociedad.

Sabemos que la finalidad primaria de la Torá (la judía con sus 613 mandamientos para los judíos, la noájica con sus siete mandamientos para las naciones) NO es proveer de una fórmula para fortalecer nuestra percepción propia, nuestra auto-imagen; sino que la Torá procura en primer término que reconozcamos la autoridad del Eterno, para que de ese modo acatemos con mayor prestancia y solvencia Sus mandamientos.

Sin embargo, cuanto mayor es la autoestima saludable, con más perfección se cumple con los divinos Deseos.
Y en una espiral de crecimiento, cuanto más correcto es el cumplimiento de los preceptos, más crece la autoestima.

En esta sección encontramos varios temas que nos permiten ahondar en la materia, y hasta des-cubrir aspectos que podrían haber pasado desapercibidos.

Prestemos atención a esta prescripción, que parece, para nuestra vida actual, como si estuviera totalmente fuera de época y uso:

«Si tu hermano se empobrece estando contigo, y se vende a ti, tú no le harás servir como esclavo.»
(Vaikrá / Levítico 25:39)

En la lectura habitual del poco sagaz, nos quedaríamos con la idea que esta frase es propia de la antiquísima vida en el Medio Oriente, en donde aún eran sometidas las personas como esclavas a causa de deudas económicas. (Sabemos que todavía existen esclavos, se venden mujeres para prostitución, se roban niños para diferentes “usos”, etc.; lo sabemos).
Es que el mandamiento es bastante explícito al respecto, ¿no?

Sin embargo, el fondo del mandamiento es este:

no trates a tu prójimo como si su vida careciera de sentido, como si él fuera un accidente del Cosmos.
Reconoce en él a un hijo del Eterno, y ayúdale a desarrollar sus mejores potencialidades.

¿De dónde sabemos que éste sería el sentido esencial del mandamiento?
Para entenderlo, preguntémonos: ¿Por qué la Torá debía prohibir que al esclavo no lo hagamos trabajar en labores sin sentido ni utilidad real?
¿Acaso un esclavo no está al servicio de su amo?
¿Acaso el amo no puede mandarle a realizar cualquier actividad, por falta de sentido que sea?

Y la respuesta surge por sí misma: la Torá espera que nosotros podamos tener un respeto interno por la dignidad del prójimo, incluso por aquel que está en el escalafón económico/cultural más bajo de la sociedad, puesto que todos, desde el dignatario hasta el misérrimo esclavo, todos somos criaturas del Eterno, a Su imagen y semejanza creados.
Un ser humano, sin importar su estado social, mantiene vigente su chispa de divinidad, y por tanto, es su deber desplegar su espiritualidad, alimentar su plano espiritual como corresponde (noajismo para noájidas, judaísmo para judíos), para que de esa manera alcance su máximo nivel en Este Mundo, y en el Venidero.

Así pues, no tenemos la potestad de hacer que el otro (aquel que depende de nosotros) tenga una vida carente de sentido, ni de fomentarle su necedad.
Es nuestra obligación repudiar y rechazar todo tipo de idolatría, también aquella que hace de la vanidad y el sinsentido una manera de vida.
¿Cómo podemos vincular esto con la autoestima?
El que tiene una autoestima endeble generalmente tiende a desmerecer al prójimo, a destratarlo, a restarle valor y sentido a sus cosas.
No estamos hablando del que se opone a las ideas del otro, o a la conducta del otro,
no, estamos hablando de aquel que su intento está en rebajar al otro, quitarle valor como persona, desacreditarlo como hijo del Eterno.

No es casualidad que la idolatría de Jesús endilga a los judíos (y a todos los que con conciencia rechazan el mito estafador del redentor de la cruz) el ser «hijos del Diablo» y otras mentiras hediondas y pérfidas más.
Solamente alguien con muy poca altura en la escala de la autoestima, es capaz de acusar de tremenda falsedad a un conjunto de personas, que por lo general son dignas y correctas.
¿Por qué tratar de “endemoniados”, “malditos”, “herejes”, “infernales”, “estúpidos”, a aquellos que no quieren compartir su fe?
¿Qué negro pozo de EGO retiene y esclaviza a los que se consideran mejores por tener fe en un cuento, y en base a eso agreden, amenazan, presionan, guerrean, libran “yihads”, aterrorizan, conquistan, etc.?

Una persona que aprende (a pesar de sus sentimientos) a valorar y valorizar los aspectos positivos del otro, sean aquellos aspectos reales o solamente los potenciales, está aprendiendo también a valorarse a sí mismo.
Es decir, aquel que tiene la predilección de someter al prójimo, de tratarlo como a esclavo, de ningunearlo, en el fondo, es a sí mismo a quien desprecia.

¿Qué pasa con el idólatra que se rebela contra el Eterno y además ensucia la reputación de Israel (el estado o el pueblo)?
En realidad ocurre que su espíritu sufre tanto por no tener contacto directo con el Eterno, y les resulta tan dolorosa esa percepción, que no encuentran otro modo que proyectar su maldad y pecado en el otro, en los judíos. Así pues, los que dicen que los judíos son, por ejemplo, «hijos del Diablo», «quieren dominar al mundo», «mentirosos y diabólicos», etc.; en verdad es que ellos se sienten que son «hijos del Diablo», ellos quieren dominar al mundo, etc.
Un ejemplo típico: los nazis, borrado sea su nombre, acusaban y acusan a los judíos de querer dominar al mundo… pero… ¿no estaba en los planes nazis convertirse en el único imperio mundial?
¿¡De qué pues acusaban a los judíos!? ¿De sus propios pecados?
Es en esta línea que el profeta Isaías dijo: «Pero a él lo han angustiado nuestras transgresiones, nuestros pecados lo han afligido. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y en sus heridas fuimos nosotros sanados.» (Ieshaiá / Isaías 53:5).
Si tú te creías “progre”, de esos que solamente ven la maldad de Israel y alaban y protegen a la víctima pobrecita palestina, ¿no es hora que te hagas un enjuague mental y descubras la podredumbre interna que te está esclavizando?
Son tus angustias las que angustian a los inocentes.
Son tus maldades las que agreden y destruyen al mundo.
Es tu esclavitud a tu EGO lo que no te permite ser realmente progresista, y no meramente un payaso “progre”.

Pero el que es capaz de hallar sinceramente lo positivo, lo valioso, hasta en aquel que socialmente pareciera carecer de valor, sin dudas que es una persona que no se desvaloriza, ni se falta a sí mismo el respeto.
Recordemos que solamente aquel que respeta/honra al prójimo, es el que obtiene verdaderos respeto y honra.
Como enseña la obra “Capítulos Fundamentos” (Pirkei Avot 4:1)

¿Quién es sabio?
Aquel que encuentra algo que aprender de otra persona.

¿Quién es fuerte?
Aquel que domina sus pasiones.

¿Quién es rico?
Aquel que se contenta con lo que tiene.

¿Quién merece la honra?
Aquel que muestra honra por las criaturas de Dios.

Así pues, a la hora de hacer algo para aumentar en autoestima,
no dejemos de estimar (valorar) correctamente y positivamente al prójimo.

¡Les deseo a usted y los suyos que pasen un excelente día, que pueda gozar a plenitud la bendición que está recibiendo de lo Alto!

Moré Yehuda Ribco

Relatos, anécdotas y enseñanzas

El maestro explicó a sus congregados: El necio argumenta: ‘¡Estos son mis bienes! ¡Ésta es mi familia! ¡Ésta mi propiedad!’
Y el necio no se da cuenta que ni siquiera él mismo se pertenece realmente…

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se relaciona el relato con el comentario a la sección semanal que hemos brindado?
  • ¿Cuál es la manera de ser generoso realmente?
  • En ti y en mí
    «Mi siervo eres tú, oh Israel; en ti Me gloriaré.»
    (Ieshaiá / Isaías 49:3)

    • ¿Cómo puede ser que el Todopoderoso, que es glorioso en Sí mismo, expresa que Su gloria está en el pueblo judío?
    • ¿Qué cosas dice el Eterno que Lo glorifican?
  • El equilibrio
    «Solamente el amor domina al temor»
    (Zohar, Shemot 216a)

    • De acuerdo a esta enseñanza, ¿cómo podemos hacer para alcanzar mayor estabilidad en nuestra vida?
    • ¿Cuál es el mejor camino para vencer nuestros temores cotidianos?

Mi perfil en Facebook, ante los demás

Soy uruguayo.
Tenemos nuestro símbolos patrios, nuestros emblemas de identidad.
Objetos, colores, uniformes, casacas deportivas, héroes, himnos, historias, relatos, anécdotas, cánticos, lemas, regiones, banderas, etc.
Uruguay es La Cumparsita, Gardel, Diego Forlán, la Celeste, la bandera bicolor, Artigas, Batlle, el mate y termo con bizcochos, la rambla de Montevideo, el asado el 1º de Mayo, habernos creído la Suiza de América, la carne vacuna criada a campo abierto y extensivamente, el alfajor, Punta del Este, Rocha, Colonia del Sacramento, la final de Maracaná, Nacional y Peñarol-Peñarol y Nacional, la rivalidad con los porteños (habitantes de Buenos Aires), el palacio Salvo, ser un país laico pero que tiene por feriados no laborables festividades cristianas, creernos los campeones de América y del Mundo, creernos los más cultos de las Américas, creernos libres de racismos y prejuicios, creernos el ombligo del mundo pero con más humildad que los argentinos, eso es Uruguay y algunas cosas más.

Si voy por el mundo, supongo que tengo a mano mi pasaporte “Oriental”, que es así como se llama a los uruguayos.
Mi cédula de identidad. Mi credencial cívica, aunque no la vaya a usar en el extranjero. Mis recuerdos, mis amores, mis afectos, mis apegos.
Mi idioma, con sus modismos, giros lingüísticos, entonaciones, deformaciones, porque hablamos “uruguayo”, que es un derivado del español, muy parecido al “argentino”, pero que no es lo mismo. Aquí decimos “tá”, “bó”, “botija”, “bichicome”, “el cante”, lo entiendas o no.
(Tal como tú tienes todo esto, tal cual, pero de tu propia identidad).

Si estoy en Madrid o Caracas y veo la bandera de franjas azul punzó sobre fondo blanco, con el sonriente sol dorado a su lado superior, me siento identificado y curioso por saber de qué se trata.
Si juega la Celeste, hinchamos por ella, aunque no tengamos mucha gloria verdadera en los últimos años, lustros o décadas.
Si me hablan de la rambla y estoy en Acapulco, la comparo y la extraño.

Soy uruguayo, y me resulta ingrato que me confundan por mi acento o modos de hablar con un porteño.
Es que somos un pequeño país, una nación que entra en un barrio de Sao Paulo o Ciudad de México, pero orgullosos de nosotros, aunque con conflictos de enano entre gigantes, un gran complejo de inferioridad poco trabajado en terapia.

Está claro hasta aquí mi breve retrato, aunque quizás no tienes mucha idea de qué se trata “rambla”, “mate”, “bó” o “Rocha”.
Te percatas de que tengo una identidad y cosas que la refieren.

¿Qué dirías de mí, o de cualquier uruguayo, que se presentara ante los demás con cosas tales como:
el obelisco de Buenos Aires, el Cristo Redentor carioca, la Torre Eiffel, la Casa Blanca gringa, la efigie de Nelson Mandela, el escudo de Gran Bretaña, la camiseta de la selección de Italia, el sauerkraut (chucrut) alemán, el shawarma mediterráneo, saludando como un sensei de artes marciales oriental, hablando con una mezcla de palabras inglesas-latinas-japonesas, y sin nada que me hiciera dar a conocer como perteneciente a la nación uruguaya?

Probablemente estarías de acuerdo con que no estoy muy orgulloso de mi uruguayismo o uruguayidad, o que soy un ignorante, o me repele mi identidad, o que me atrae lo ajeno más que mi propio tesoro.
Probablemente verías deplorable que tuviera tan poco afecto por mí mismo, por lo mío, por lo de mi acervo, por mi cultura, por mi pasado, por mi presente.

Quizás peor si ni siquiera fuera tan cosmopolita, sino que me concentrara en una sola presencia extranjera: presentara la bandera tana como propia, hablara en una mezcolanza italo-hispana, comiera pasta y pizza a diario, hablara de «la mia mamma», festejara los goles de la azzurra, soñara con el pasado imperial de los césares, coleccionara objetos de la cohortes imperiales,  llamara a mi hija «Milanessa», y a mi hijo «Udinese», anhelara mis vacaciones pasarlas en la isla de Capri, bebiera vino de la Toscana, mencionara los códigos de la Famiglia, y diera la impresión poderosa de ser un italiano más… aunque con incongruencias, faltas de conocimiento y otros datos que para el ojo entendido demostraría mi falsa identidad itálica.

Entonces, ¿qué me dirías de los “noájidas” que se presentan en Facebook, por ejemplo, con imágenes de estrellas de David, con palabras en hebreo (a veces pésimamente escritas), con lemas judíos, con citas judaicas, con saludos hebreos, con permanentes referencias a asuntos internos de Israel, con aspiraciones judaicas, con sentimiento nacional sabra (israelí), pero escasamente si tienen algún modo de representar su verdadera identidad, su misión, su esencia noájica?
¿Qué me dices de todos esos buenos gentiles que se andan presentando aquí y allá de forma tal que uno no sabe si el otro es judío natural con algún padre de origen gentil, judío legal que se convertido formalmente al judaísmo, gentil que usurpa la identidad judía tales como los “mesiánicos”, gentil confundido espiritualmente, o un noajUda?
Veo a diario noájidas que no pronuncian ni una idea gentil, pero abundan en disparar palabras en supuesto hebreo, citar a rabinos, mencionar obras judías, resumir noticias de diarios de Israel, comentar acerca de la política israelí, rezar con “tejilim”, saludar con “chalon”, poner estrellas de David como perfil, entre otras cosas muy poco noájidas y muy “demasiado” judaicas»?

Si tienes orgullo de ser quien eres, si te amas, si re respetas, si te conoces, si te cuidas, si respetas el derecho y propiedad del otro, si respetas a Dios, entonces aprenderás acerca de tu propio tesoro, lo cuidarás, te presentarás como noájida, con tus propios símbolos, en tu idioma, con tus frases, con tus formas que te corresponden.

¿O no?

No…

Idolatría = Falsedad = Inmoralidad = Muerte

Amigo noájida, te presento ahora un estudio basado en la porción de lectura de Torá semanal para los judíos, de la sección denominada “Behar”.
Está en la Torá judía, pero tiene invaluable importancia para el noájida, para alimentar su espíritu de manera apropiada.
Que te sea de provecho y bendición.

En la Torá, Dios habla a los judíos y les establece con irrevocable claridad:

«No os haréis ídolos, ni imágenes, ni os levantaréis piedras rituales, ni pondréis en vuestra tierra piedras esculpidas para postraros ante ellas; porque Yo soy el Eterno, vuestro Elokim.»
(Vaikrá / Levítico 26:1)

El Eterno en Su Torá expresa, una y otra vez, un rotundo NO a la idolatría.
Un NO inmenso a cualquier objeto, acto, palabra o pensamiento que esté dirigido hacia el elogio, apoyo o reconocimiento de la idolatría.

Nosotros podríamos dar motivos y razones para esta terminante negación, sin embargo, Dios ha sido muy claro: «NO a la idolatría, porque Yo soy Dios«.
Sin peros, sin mediatintas, sin filosofías, sin excusas, ni atajos o mitos.
NO es NO, porque Dios es Dios.
Por lo tanto, aceptar la idolatría, aunque sea en un 0,0001% es negar a Dios.

Pero, ¿qué es la idolatría?
Te daré ahora una breve caracterización, pero te pido que investigues a profundidad en SERJUDIO.COM y FULVIDA.com, pues encontrarás mucha más información.

Idolatría es aceptar como deidad a seres u objetos (ej.: maestros, imágenes, astros, fenómenos climáticos, ángeles, profetas, etc.).
También es idolatría querer plasmar a Dios en una forma que no es acorde con lo que la Torá ha trasmitido (ej. de idolatría: Dios como hombre de carne y hueso, Dios como uno de varios dioses, Dios mortal, Dios que miente o yerra, Dios que repudia la Torá o sus preceptos, Dios que le da lo mismo si un noájida vive como noájida o como judío, etc.).

Como puedes comprender, va más allá de adorar estatuas o arrodillarse delante de íconos, que es lo que en principio surge como idea de idolatría.
La idolatría es una forma de activismo (voluntario o no) en contra de la soberanía del Eterno sobre Su creación (sea que se arrodille la persona ante una imagen o no).
Por ello, es frecuente ver a ignorantes “evangélicos” mofarse de católicos y llamarlos “idólatras”, porque sus hermanos en la fe en un falso dios adoran o veneran estatuas y todo tipo de intermediarios y estampitas. Sin embargo, ¿acaso la fe en un pobre desgraciado, un brujo descarriado, un mito imposible, la fe en el colgado, es mejor?
Todo ello es idolatría, más o menos ritualizada, más o menos investida de colorido pagano, pero no deja de ser despreciable a ojos de Dios.

¿Y qué decir de aquellos que endiosan a rabinos, maestros, líderes, gurúes, iluminados?
¿O los que sabiendo la realidad de la doble senda hacia Dios, noajismo para noájidas y judaísmo para judíos, igualmente pretenden usurpar la senda del otro y vivir una vida de mascaradas?

Aquel que adora cualquier cosa (o ser) como deidad, en lugar o además de Dios, está indicando que Dios no es EL Dios de la Revelación en Sinaí, pues Dios ha afirmado categóricamente «Yo soy Uno, no hay otro aparte de Mí«:

«Así ha dicho el Eterno, Rey de Israel, y su Redentor, el Eterno de los Ejércitos: ‘Yo soy el primero y Yo soy el último, y fuera de Mí no hay Elokim»
(Ieshaiá / Isaías 44:6)

Decir algo diferente, como por ejemplo que un ser humano es un dios (o parte de Dios), o que «Dios se hizo hombre», o el sol, o una estatua, o lo que sea es un dios (o parte de Dios), es lisa y llanamente afirmar que Dios es mentiroso y que lo que Él ha dicho es falso. (Porque Él declaró que es Uno y Único, pero resulta que si hay otros; entonces Dios estaría mintiendo).
Si esto fuera así, si el Creador, el Dios que se reveló en Sinaí delante de todo el pueblo de Israel fuera mentiroso, entonces, ¿en qué podríamos confiar?
Nada tendría sentido, no habría orden, ni justicia, ni misericordia, ni verdad. Cada cual sería el amo absoluto de sus acciones y nadie tendría derecho a reclamar justicia o misericordia.
El universo sería un caos dispuesto para que al más astuto o perverso o fuerte se aproveche y triunfe.
¡A esto lleva la idolatría!

Por esta razón cuando estudias historia te encuentras que allí donde hubo idolatría, también hubo inmoralidad. Haz un breve repaso de tus lecciones escolares, piensa por ejemplo en Roma y la depravación de todo tipo que llenaba cada resquicio de su poderosa cultura.
Ahora piensa en los descendientes del imperio romano, en aquellos que mantienen sus raíces idolátricas vivas pero las ocultan debajo del disfraz de «monoteísmo» (como los falsos-judíos mesiánicos, por ejemplo, entre otros que profesan similares doctrinas pero con nombres diferentes).
Piensa en ellos y sus actos, públicos o privados, y no te sorprenderás al encontrar corrupción (sexual, comercial, familiar, gubernamental, etc.) en todos los planos que componen sus instituciones.
Para peor, no contentos con vivir en una constante estafa, se consideran santos y fieles a Dios, cuando en verdad están en activa oposición al Padre y en franca rebeldía contra lo que es bueno.
Muchos incautos siguen a los líderes de la perdición, pues no han aprendido en sus hogares los buenos principios que nutren el espíritu y quitan el error de la vida.
Muchos, la mayoría, están en pos de la idolatría «honestamente», sin ánimo de rebelión, sin deseos perversos por contradecir al Padre, sin deseo de vivir en corrupción.
Pero, por no esforzarse por estudiar de los verdaderos maestros y aceptar sus palabras, se convierten en ciegas ovejas que van a la perdición detrás de sus pastores, de los maestros de la mentira, que son lobos feroces y rapaces disfrazados como «buenos pastores». Por no acatar las correcciones que los verdaderos maestros les brindan, muchos se transforman en cómplices de los lobos feroces. Entonces se aferran con tesón a su error, se vuelven fanáticos de su idolatría disfrazada de piedad, se hacen acérrimos enemigos de los «defensores de la Torá» y fanáticos promotores de la estafa en la que viven. Se ciegan activamente a reconocer cualquier falsedad en su «religión» y presionan, maldicen, excomulgan, eliminan a aquellos que han despertado a la Luz y se han dado cuenta de la verdad. Son ovejas guerreras detrás de sus líderes insensibles y despiadados, y no saben (o no quieren saber) que con esa forma de vida descarriada están ganando perdición en Este Mundo y en el Venidero.
Destilan rencor, difunden mentiras, actúan desagradecidamente, confunden, reprochan, juran en falso… en fin… van copiando el escabroso modelo que sus líderes de la perdición les van inculcando…
Sus vidas se llenan de oscuridad y de temor a la Luz, y viven angustiados con estrechez de ánimo y mental.
La corrupción ha triunfado nuevamente pues se ha infiltrado por la puerta abierta por la idolatría1

Lo contrario también es cierto, que la idolatría entre a la vida por la puerta abierta por la corrupción.
De esta manera se puede entender el siguiente pasaje:

«Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante.
Entonces el Eterno dijo a Caín: -¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante?
Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo. Pero, tú lo puedes dominar.
»
(Bereshit / Génesis 4:5-7)

Es que son partes gemelas, como siameses pegados grotescamente, la idolatría y la corrupción en todos los órdenes de la vida.
Todo ese vicio multidimensional arraigado al EGO entronizado como dios y señor de la persona.

Recuerda, Dios dijo NO a la idolatría.
Y NO es NO.

Muchas buenas personas están esclavizadas por la idolatría.
Sin dudas que actúan con bien hacia el prójimo y tienen conductas dignas de elogio.
Pero esto NO ES GRACIAS a la idolatría que profesan, ¡SINO A PESAR DE ELLA!
Si estuvieran libres de las doctrinas «religiosas» que son de perdición, tendrían muchísima más fuerza y bendición las buenas obras que ejecutan.
Por otra parte, al estar en el mismo bando de los que destruyen en el nombre de la idolatría, con sus buenas obras  están acarreando confusión y dando ánimos a los perversos para que se mantengan en sus perversiones.
Es un tema largo, que con la ayuda del Eterno desarrollaremos en otro momento.
Pero lo que debe quedar claro ahora es lo siguiente: si profesas alguna religión (por tanto no eres judío ni eres noájida, que son los fieles a los preceptos que Dios te ha dado), aunque estés actuando bien, tu espíritu está marchito. Y no es justo que padezcas de espíritu mustio. La cura a esta enfermedad espiritual está en tus manos: rompe los lazos que te atan a la religión, y si eres gentil vive fielmente de acuerdo a los preceptos para los noájidas, y si eres judío, ve y aprende Torá y vive según los preceptos que en ella se dictan.

Cuando le cierras cualquier rendija a la idolatría, preservas tu vida del mal.

Te resumo lo que hemos visto hasta ahora:

Idolatría = Falsedad = Inmoralidad = Muerte

Al saber esta fórmula puedes comprender el mensaje que el inspirado salmista nos da en este pasaje:

«No alaban al Eterno los muertos, ni cuantos descienden al silencio.»
(Tehilim / Salmos 115:17)

Los «muertos» son los que NO alaban al Eterno.
Los idólatras alaban a falsas deidades y por eso no alaban al Eterno (y lo insultan), por tanto están como muertos espiritualmente.
¿Quieres estar muerto en vida?
Deja de alabar al Eterno, entonces tu corazón seguirá palpitando, seguirás en el mundo, pero tu espíritu estará marchito.

Se alaba al Eterno de palabra y especialmente con actos (que NO son aplausos, levantar las manos, ademanes, etc.). Los actos de alabanza son llevar a cabo de los mandamientos que Él te ha dado para cumplir.
Esa es la mejor de las alabanzas, tal como se nos ha enseñado:

«¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.»
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)

¿Cómo atenta contra Dios la adhesión a cualquier falso dios?
Realmente, Dios no es afectado en nada, tanto si creemos en Él como si no. A Él no le añade ni quita si actuamos movidos por ganas irracionales o falsas doctrinas en lugar de ser fieles a Él.
Debe estar bien claro esto: si pecamos o erramos no estamos dañando en lo más mínimo a Dios, ni restándoLe poder. Si actuamos correctamente, si cumplimos con los mandamientos tampoco le estamos dando nada.
Todo lo que Él nos ordenó es para nuestro beneficio, sea el personal o el colectivo.

Te resumo entonces:

Dios => Verdad => Justicia y Misericordia => Vida

En conclusión.
El idolatra es culpable de engaño, pues se adhiere a lo falso aunque dice que predica lo verdadero.
Está del lado de los que destruyen el mundo, aunque sinceramente crea que está haciendo el bien.
En palabras del Eterno a través del profeta:

«Por tanto, así ha dicho el Señor Elokim, porque habéis hablado insignificancia y habéis visto mentira; por eso, he aquí Yo estoy contra vosotros, dice el Señor Elokim. Mi mano estará contra los profetas que ven insignificancia y adivinan mentira…»
(Iejezkel / Ezequiel 13:8-9)

Para triunfar sobre la idolatría, sobre el mal, ¿qué debes hacer?
Presta atención:

«Solamente el amor domina al temor»
(Zohar, Shemot 216a)

Ama la corrección, ama la Torá (que quiere decir «instrucción» sagrada), aquella que te corresponde por derecho, seas noájida o judío.
Dedícate con empeño a cumplir con aquellos mandamientos que están a tu alcance y te corresponden de acuerdo a tu identidad espiritual, se siervo del Eterno y no un opositor.
Presta atención a los verdaderos maestros judíos, que te traen palabras de Torá (Escrita u Oral) que es apropiada y legal para ti, y que no recurren a artificios ni a efectos escénicos para trasmitir su claro mensaje.
Comparte con tus hermanos noájidas, estén más avanzados o rezagados en su experiencia noájica, para que entre todos nos fortalezcamos y purifiquemos de las vilezas propias del EGO.
Atiende a los maestros que con sencillez y directamente te orientan por las Sendas de la Vida.
Apártate de los que buscan hacerte sentir culpa por todo, reniega de las doctrinas que son como trajes hechos a medida de sus difusores.
Apártate del mal y haz el bien:

«Escoge la vida para que vivas, tú y tus descendientes, amando al Eterno tu Elokim, escuchando Su voz y siéndoLe fiel. Porque Él es tu vida y la prolongación de tus días»
(Devarim / Deuteronomio 30:19-20)

Este mensaje de fidelidad al Eterno lo vivió con intensidad Avraham hace alrededor de 3800.
Sus descendientes, los judíos, aprendieron a desechar la idolatría definitivamente hace alrededor de 2500 años.
Desde entonces tanto ellos (los judíos) como los noájidas (gentiles conscientes de su identidad y activos para cumplir con los Siete Mandamientos) cometemos errores, como humanos que somos, pero tenemos conciencia clara para no volver a caer en el infecto pozo de la idolatría nuevamente.
Sin embargo, muchos hermanos judíos, tal como la inmensa mayoría de los hermanos gentiles, están naciendo y creciendo sin una verdadera educación judía/noájida (según corresponda), por tanto aunque su espíritu puro se mantiene inquebrantable con el Eterno, están en riesgo de ser contaminados por las bajezas que esta sociedad ofrece con facilidad: religiones, sectas, mesianismos, pornografía, infidelidad, desprecio por la vida, engaños, etc.
Es nuestro deber fortalecernos en nuestro conocimiento de la verdad espiritual y en el cumplimiento de los preceptos que nos corresponden por orden de Dios, para de esa manera no solamente vivir, sino posibilitar que el hermano, el prójimo tenga algún punto de referencia estable que lo lleve al reencuentro con su verdadera identidad.
De manera tal de hacer verdad este pasaje de la sección de Torá de la próxima semana, llamada Bejukotai:

«Si andáis según Mis estatutos y guardáis Mis mandamientos, poniéndolos por obra,… Yo pondré Mi morada entre vosotros, y Mi alma no os abominará. Andaré entre vosotros y seré vuestro Elokim, y vosotros seréis Mi pueblo.»
(Vaikrá / Levítico 26:3-12)

¡Te deseo a ti y los tuyos que pasen un día excelente, en donde gocen a pleno la plenitud de la bendición que reciben de gratis a diario!
¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

Del EGO y del SER

Una sección de nuestro cerebro es denominada por algunos teóricos como “cerebro de reptil o reptiliano”, que sería su porción más primitiva y encargada de asegurar los procesos instintivos básicos de subsistencia.
Esta
raíz primaria opera en conductas toscas de lucha o de huida.
Es un “camino rápido” para relacionarse con el mundo, que no pasa por el filtro del pensamiento racional, pues éste suele ser sensiblemente más lento y por tanto inoperante en determinadas condiciones de riesgo o necesidad.
No usa palabras, no las registra; no emplea metáforas ni pensamiento racional, sino que se maneja con reacciones instintivas ante hechos (reales o sentidos).
Es un sistema de alerta y reacción veloz. Por ejemplo si andamos por la calle y sentimos un bocinazo y saltamos a la vereda, reaccionó nuestro complejo reptiliano; si de pronto vemos las muecas en el rostro de alguien desfigurado por el terror, nos ponemos en estado de alerta para reaccionar en defensa o huida; etc.

Es éste el cerebro que aloja al EGO y recibe los primero “recuerdos” e “impresiones” del recién nacido.
(En realidad, no son recuerdos que podamos compartir con palabras, ni siquiera con imágenes, son sensaciones difusas pero que pueden ser extremadamente intensas. Es ese arrebato de furia enceguecedora, esa cólera incomprensible, esa angustia innominada, ese terror pavoroso, esa sensación profunda y perturbadora que te secuestra y no tienes noción de lo que estás haciendo.)
Allí se instala el profundo y espantoso sentido de impotencia original, producto del nacimiento de la persona.
Desde allí se nutren pesadillas y angustias, miedos y dudas, agresiones y religiones, todas las maldades conocidas y por conocer.
Allí, en donde quedo grabado a fuego el sentimiento inconcebible de la impotencia llevada al extremo y del EGO que apareció como un “salvador” milagroso.

Esto tiene que quedar bien en claro para ti.
Entre otras cosas te estoy enseñando que la terapia psicológica de “palabras”, no alcanza siquiera a rozar el núcleo de tus pesares. Que el reconocer tus errores del pasado y declararlos, no quita el motivo que te llevó a cometerlos. Que estás a merced de las imposturas del EGO mientras no tengas conciencia de su verdadera naturaleza y modos de funcionamiento. Que el razonamiento es una poderosa herramienta pero impotente en el reino en el cual reside el EGO. Que ninguna mística barata o superstición tiene real poder sobre tu vida, pero tú puedes conferirle credibilidad y hacer que tenga efectos positivos o negativos.
Estas son algunas de las implicaciones de la enseñanza del día de hoy.

¿Qué es el EGO?
Es nuestra primer línea de defensa ante el terrible sentimiento de impotencia inicial, que ocurre al momento del nacimiento.
En aquella oportunidad es nuestra tabla de salvación, un aliado, un sistema rudimentario pero efectivo que nos ha provisto el Creador para sobrellevar el impacto espantoso de la impotencia que sobreviene al nacer.
Es un mecanismo para la supervivencia en las condiciones extremas de impotencia que caracteriza al nacimiento.
Cuenta con herramientas activas (llanto, gritos y pataleos) y una pasiva (evadir la realidad, en un primer momento por medio del dormir).
Con las herramientas activas se procura llamar la atención para recibir el cuidado y nutrición de los cuales depende la supervivencia. De no obtenerse respuesta se pasa al modo pasivo, en donde se bloquea el sufrimiento que ataca desde dentro pero especialmente desde fuera.
Sin dudas que a pesar de su carácter rudimentario es eficiente y absolutamente indispensable para la especie humana.
El problema radica en que su accionar se prolonga más allá de los tiempos y circunstancias para los que fue creado.
Va tomado dominancia en el control (y formación) de la personalidad.
Cuando las experiencias y la maduración neuronal van permitiendo otros modos de acción y reacción, igualmente el EGO sigue prendido al mando de las conductas, impidiendo un desarrollo saludable y altruista de la persona.
Para no perder dominio se boicotea a la persona, se la hace pasar por momentos de impotencia, se la reduce a estados de indefensión que pudieran haber sido evitados, se la culpabiliza, para mostrase luego el EGO como el “salvador”, el “dios” que está siempre al rescate y dispuesto al sacrificio para dar vida al hombre.
Pero no solo con amenazas y torturas manda el EGO, también con promesas y esperanzas, con deleites y anhelos cumplidos en secreto.
La lujuria, el vicio, la codicia, el orgullo, la avaricia, el libertinaje son ramales del EGO, que vienen a acariciar el sentir de la persona, a rodearlo de caricias infames, para que no se libere y no sea amo de su propia existencia.
Es un juego macabro, realmente enfermo, que nos somete a todo tipo de vejámenes y situaciones tormentosas, a las cuales parecemos acceder voluntariamente, o a veces como si estuviéramos signados por un destino perverso.
En los hechos, somos nosotros mismos, ese EGO que es parte de nosotros, los que nos tiene esclavizados, enfermos, enjaulados en celditas mentales de las cuales pareciéramos temerosos de salir para vivir con apertura, libertad, responsabilidad, compromiso, gozo.

Retomando la línea evolutiva individual, cuando el bebe va creciendo y adquiriendo experiencias a la par que madurez neuronal, va sintiendo que está en competencia feroz por recibir lo que necesita: atención, cuidado, alimento, afecto, etc.
En parte es el instinto de supervivencia, en parte el EGO desde su trono reptiliano, pero el niño hará y deshará con tal de seguir siendo el centro del universo, real o fantasiosamente.
El EGO moverá a conductas en toda la gama posible con tal de no perder el poder sobre los otros, ni dejará de ejercer trucos y manipulación para no perder siquiera un palmo de su dominación.
Es que se siente como una verdad indudable que si se comparte, si se cede, si se negocia, se está en peligro de morir, o peor aún, de retornar al estado inicial de sufrimiento espantoso del nacimiento.

Sobre esta realidad interna es que los padres y maestros deben ir educando en valores altruistas.
Tarea para nada sencilla.
Entre los eslabones que dificultan este aprendizaje se encuentra también el profundo rechazo de los adultos por el compartir, por el actuar en verdad con bondad y justicia, pues por lo general las personas no han corrido al EGO del mando de sus vidas. También padres y educadores están sometidos a la esclavitud del EGO.
Tal vez matizados por obligaciones sociales, disfrazados con las máscaras de moralidad pública, sujetos a reglas comunes que deben ser obedecidas so pena de castigo, pero allí en el fondo no para de susurrar sus palabras venenosas el EGO.

El EGO encierra detrás de cáscaras oscuras a la esencia espiritual pura y en permanente nexo con Dios.
No permite que los niveles conscientes de la persona adviertan esa conexión sagrada, que no se perciba la Luz del Alma.
Las cáscaras del EGO están allí para hacer sentir desconexión, desamparo, soledad, inexistencia de Dios, vacío existencial, podredumbre interna, culpa intensa por cualquier motivo. La persona que no está consciente de su nexo sagrado constante se hunde en la desesperanza, en la rutina asesina, en la falta de creencia en Dios, en la impotencia total. Es fácil para el EGO esclavizar a una persona así abatida.
Por supuesto que el EGO se presentará como el que viene a rescatar y no como el causante del malestar.
Así pues el Yo Esencial parece “otro”, “ajeno”, alejado de toda conexión con la persona, siendo en verdad que la persona ha sido secuestrada de su verdadera identidad e impuesta a llevar una vida teatralizada a cargo del EGO.

Si bien puede presentarse al EGO como reinando sobre la dimensión material, debemos reconocer que al presentarse el EGO en función de “redentor” o “divinidad”, es común que la persona se someta a ilusiones de espiritualidad, a rituales de corte religioso, a todo tipo de supersticiones y ceremoniales de apariencia sacra, sin estar realmente en conexión con Dios o la esencia pura espiritual de cada ser.
Esas religiones, todas ellas, son manifestaciones del EGO. (Recordemos: judaísmo y noajismo NO SON religiones.)
La religión, cualquiera, es adoración del EGO, al cual se exterioriza como una o varias divinidades; aunque en la nueva onda de religiosidad light no faltan los que hablan del “dios interno”, o de que cada uno es un dios.
EGO y solamente EGO.
La idolatría es la adoración al EGO figurado externamente al individuo.

Así pues, el EGO impone cáscaras que bloquean a la persona la conciencia de su propia esencia espiritual cristalina.
Al mismo tiempo va elaborando máscaras que se van adosando al ser, que lo van haciendo representar roles y papeles, como en una obra de teatro mal guionada.
La personalidad se construye con esas máscaras, a las que llamamos Yo Vivido, que están adosadas al Yo Auténtico y no le permiten expresarse en todo su real potencial y alcance.

Nuestro Yo Auténtico está limitado en parte por su componente material (el cuerpo) y en parte por las máscaras del EGO.
Somos prisioneros de nosotros mismos.
Cuando en verdad nuestro Yo Esencial está encadenado al infinito, es un nodo en la red espiritual que no conoce limitaciones temporales-espaciales.
Siendo casi ángeles, debemos conformarnos con una vida de pordioseros, menos aún que animales.

Esa neshamá pura está buscando constantemente comunicarse con nosotros, es nuestra vocecita de la conciencia que quiere contactarse con nuestro ser consciente.
En el medio se interpone el EGO con sus aullidos, amenazas, reproches, promesas, maldiciones, zalamerías, humillaciones, caricias, fantasías…
El EGO requiere silenciar la voz tenue de la esencia espiritual, pues si estuviéramos en armonía multidimensional, si el espíritu estuviera en plena comunicación con el resto de nuestros planos del ser, el EGO perdería todo poder y realidad.

Por tanto, el EGO guerrea con todos sus recursos, que son bastante limitados pero bien aceitados y ejercitados.
Se nos hace creer que el EGO es un demonio, Satanás, un ángel caído, un dios poderoso, un dios de este mundo, el materialismo, tales o cuales grupos de poder.
Pero el EGO es un mero mecanismo primitivo de supervivencia, muy bueno en su momento, inoperante y terrible fuera de su contexto.
Su poder es aquel que le toleramos y regalamos con nuestra falta de conciencia y decisión de ser libres.
Es un impotente que te hace sufrir de impotencia, es un cáncer, es un suicida pues con tal de no perder el dominio es capaz de enfermarte, de llevarte a la muerte, de sumergirte en cualquier miseria o locura.
No puede dejarte que seas quien puedes llegar a ser, porque de hacerlo él no tendrá razón de ser, se perderá en las sombras del olvido reptiliano.

Si pudiéramos hacer el “clic” para apagar el EGO y prender la Luz de nuestro Yo Esencial, estaríamos cumpliendo una de las misiones principales en nuestra vida.
Estaríamos en realidad sirviendo a Dios, siendo leales a Él, desarrollando todo nuestro potencial; en lugar de servir al EGO, ser esclavos del EGO, impidiendo con artimañas nuestro desarrollo integral.

Nuestro trabajo, como almas en este viaje mortal, es cambiar la sede de nuestra identidad del ego al Sí mismo. Eso es todo.

Una forma de terapia es dejar de luchar, abandonar la ilusión de control, perderse en la impotencia para de esa forma quitar el yugo del EGO con sus falsas salvaciones y sanidades.
Fluir sin pelear.
No entrar en controversias, no debatir, no dudar, no argumentar, no dar excusas, no justificarse, no hablar.
Dejarse llevar por la corriente de sensaciones, admitir la impotencia, observarla, no juzgarla.
Sumergirse en la propia debilidad, en la propia ignorancia, en la propia limitación humana.
No ir a la guerra contra el EGO, pero tampoco servirlo.
Bajar los brazos, cerrar los ojos, dejar de percibir el mundo, acallar las voces interna, no seguir pensamiento alguno, no desear nada, solamente estar y dejarse llevar.
Allí encontraremos el canal, la brecha, el hilo sagrado hacia nuestra esencia espiritual.

En vez de descubrir nuestros temores hechos realidad, experimentamos la exaltación perfecta del abrazo del amado.
Es el encuentro con nuestro ser, con nuestra esencia, con Dios.

Los antiguos cabalistas, y pocos de los modernos, encuentran en el verdadero rezo un ámbito para sumergirse en experiencia de intensidad espiritual.
El rezo deja de ser un ritual reiterado, palabras repetidas, peticiones, alabanzas, ruegos, agradecimientos, juegos del EGO para ser el encuentro que debiera ser. Hitbodedut, aislarse del entorno pero también del mundo interior falsificado por el EGO. Experimentar el encuentro con el sí mismo y a través de éste con Dios.

Es un trance momentáneo, un éxtasis que se desvanece con rapidez.
El EGO difícilmente deja de actuar en tanto la persona está con vida.
El ejercicio de la dominación desde el pozo más profundo del cerebro no es posible de evitar de manera permanente, al menos para la absoluta mayoría de las personas.

Debes comprender que si la persona halla ese instante de elevación y encuentro, difícilmente vuelva a ser siervo del EGO. No dependerá de ritualismos, no se someterá a supersticiones, no hará de Dios un ídolo, no adorará líderes, no se aferrará a sus máscaras, no pretenderá ser lo que no es, no precisará de drogas u otras formas de dependencia psico-emocional. Será una persona cada vez más libre, más plena, más feliz, más solidaria, más contenta con su porción, más sociable.
No te dejes confundir por disfraces de santidad, otras formas externas del EGO. No te dejes seducir por maestros, “rabinos”, gurúes que con ropajes y actitudes “místicas”, te confunden con filosofías y palabras, te prometen santidades imposibles. Son manifestaciones externas del EGO.

Otra terapia se encuentra en actuar con bondad y justicia, con ánimo altruista.
El altruismo es la contraposición del egoísmo.
Cuanto más se dedica la persona a hacer actos de bien hacia el prójimo, con generosidad desinteresada, menos poder le entregamos al EGO, por tanto más libres estamos siendo.
Por supuesto que el EGO no tolera tales acciones, por tanto deberás hacerlo yendo en contra de tus ideas, de tus sentimientos, de tus creencias, puesto que todas ellas están dominadas y conquistadas por el EGO.

Existen otras técnicas, pero no es ocasión de mencionarlas.

Hasta aquí estas anotaciones que quería compartir contigo.
Espero que te sean de bendición y provecho, para que seas consciente de la bendición constante que recibes desde lo Alto y la disfrutes a pleno.

Luz y sombras

En donde hay sombras, hay una luz que las refleja; quizá la falta está en que siempre vemos solo las sombras, vemos todo lo gris, lo negativo de las cosas, y no quiere decir que siempre sea muy fácil ver algo que no sean las sombras, hay circunstancias tan duras que es más fácil decir «no veas solo las sombras» que hacerlo. Pero por eso fuimos puestos en esta vida, porque se nos halló capaces, se nos dotó de todo lo necesario para lograr está y otras muy difíciles empresas. De cualquier modo las sombras no son lo único que se puede ver, se puede ver las luz que las refleja. Solo que ver la luz que las refleja nos exigirá un balance, un equilibrio.

Repito, Balance y Equilibrio. 

Porque ver solo la luz nos podría llevar a una situación similar a la de los mosquitos (espero correciones si el ejemplo es muy malo) estos que se ven llevados por tanta luz que… Paff!!. Demasiado solo ver la luz, demasiado solo voltear a ver a Dios (lo digo en sentido figurado, porsupuesto) mucha luz, también puede ser fatal.

Balance: Revisión de los aspectos positivos y negativos de una situación o del estado de una cosa para poder extraer una valoración general

Equilibrio:Capacidad de una persona para actuar conforme a la razón sin dejarse llevar alocadamente por las propias ideas o sentimientos.

Hay algo que arroja esas sombras, hay una luz que las refleja, cierto y muy importante también, pero hay un objeto, algo de ahora, de aquí, algo que si tienes a la mano para cambiar, algo que si se puede modificar. Como el niño que ve a un horrible mounstruo dibujado por la sombra de un sueter o de un abrigo colgando. Puede y debería levantarse y MOVER ese objeto que da forma a su pesadilla. Ahí está lo que sí podemos hacer, lo que debería de captar nuestra atención y nuestro propósito. No una sombra que refleja erráticamente cosas que no existen, o una luz que pretendemos manipular para que las sombras sean lo que esperamos. En realidad lo que debemos cambiar es el objeto que refleja esas sombras.

¿Cuál es ese objeto?

Pues cada uno de nosotros lo sabemos mejor que nadie, porque cada quien sabe que es lo que debe de accionar en su vida en particular.

Hay retos, situaciones, problemas… que pueden parecer gigantes, o muy feas, como monstruos terroríficos. Pero echemos un vistazo el objeto que refleja esos espantos. Quizá… y no siempre pero si muchas veces; sea solo un sueter o abrigo colgado que solo tenemos que doblar y guardar, quizá no sea un gigante, solo hay que ver atentamente no la sombra, ni perdernos embobados en la gran luz, solo hay que buscar el objeto y accionar.

La impotencia y el Noajismo

El material publicado aquí es abundante para ahondar en el tema de la impotencia eje fundamental que utiliza el Ego para dominar la existencia del individuo te dejo algunos links para que des un vistazo y te formes un criterio.

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/impotencia-como-condicin-humana

http://fulvida.com/fortalecimiento/feliz-septimo/egocentrismo-positivo
 

http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/del-ietzer-har
 

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/eres-un-ttere-no 

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/impotencia-y-ego

http://fulvida.com/fortalecimiento/feliz-septimo/egocentrismo-positivo
 

A grandes rasgos la impotencia es el “no poder” cuando un ego esta desbocado este pensamiento/sentimiento es el principal elemento que utiliza el ego para manejar a su antojo a la persona, por ejemplo: una persona que se acostumbra a tener todo tipo de pasiones desenfrenadas en todos los aspectos, cuando esta persona no pueda satisfacer sus locos deseos la impotencia se presentara y le hará sufrir grandemente, porque el ego ya no puede saciarse y crea en la persona sentimientos negativos de vacío y miseria, a través de su impotencia el ego hará que la persona ejecute determinadas acciones para saciarse manejando a la persona cual simple titere.

La impotencia es el “no poder algo”

Fíjate como son las cosas querido lector, a veces las cosas no son lo que parecen ni parecen lo que son, aquí en esta sagrada casa de estudio se publica material sobre el ego sobre la impotencia y con justa razón alguien podrá decir.

¡OIGAN PERO QUE TIENEN QUE VER TODAS ESTAS COSAS CON EL NOAJISMO!

Bueno en realidad tenemos la dicha o el privilegio (mal valorado) de tener un excelente Maestro que nos enseña cosas de acuerdo a nuestra identidad y no mentiras disfrazadas de judaísmo o noajismo.

Nosotros como Noajidas tenemos 7 Mandamientos fundamentales de los cuales 6 son de “NO HACER”

La mayoría de los Mandamientos son de “NO HACER” son acciones que aunque podamos no debemos hacerlas, esta es una condición de “no poder hacer algo” aunque no nace de nuestras propias limitaciones sino de instrucciones directas del Creador del mundo.

Es una impotencia artificial, pero más parece un entrenamiento para poder manejar mejor el sentimiento de impotencia que se presenta en la persona como una condición humana, natural y saludable en muchos aspectos, como si el Creador del mundo (Bendito Es) nos tratara de enseñar lo benéfica que puede ser la impotencia en muchas ocasiones, porque a veces el no poder hacer algo es mucho más benéfico que poder hacerlo.

Como el drogadicto que aunque quiera por las circunstancias ya no puede lastimar más su cuerpo inyectándole más droga, si por algún motivo ya no se puede drogar más esa impotencia más que perjudicarlo lo beneficia enormemente.

Alcanzas a ver como la impotencia es también algo muy benéfico cuando esta se presenta por un buen motivo o más bien dicho por un motivo de bien.

El Creador Bendito Es nos entrena desde nuestros Mandamientos de “No hacer” a familiarizarnos con el sentimiento de la impotencia que es una condición humana, natural e irrenunciable.

6 de los 7 Mandamientos universales son de “No hacer” son cosas que no podemos hacer.

En realidad la impotencia es muy buena cuando la finalidad lo es también, pero cuando esta se presenta porque queremos o intentamos saciar nuestra tendencia hacia el mal (nuestros apetitos oscuros) sus efectos son terriblemente molestos.
 

He sentido impotencia muchas veces en la vida y se lo molesta que esta puede ser……..

Cuando te ofenden y no puedes revirar con las mismas palabras

Cuando te gritan y no puedes alzar la voz de la misma manera

Cuando no puedes cambiar tu situación actual por mucho que lo desees

Es molesto lo se………

Pero queridos amigos…… no todo lo que podemos hacer ¡ES CORRECTO! Aunque algunos piensen lo contrario

Como el pastor que se acuesta con la mitad de las esposas de la congregación

O el drogadicto que se inyecta droga hasta que su cuerpo le pide tregua

O el cura que abusa de un adolecente

O el vivaz que pide diezmo para enriquecerse así mismo diciendo que con ello TU TE HARAS RICO

En fin ejemplos sobran para ejemplificar cosas que podemos hacer pero no son correctas.

Nosotros como seres humanos tenemos excelentes facultades que nos elevan por encima de las demás criaturas de este mundo, una de ellas es la de poder elaborar pensamientos.

Tal vez tu querido lector alguna vez has considerado hacer algo incorrecto por una perspectiva borrosa de la situación o por una idea equivocada, entonces entrena tu mente a pensar de la manera correcta, conoce tus mandamientos los reglamentos de los mismos, conoce que es lo que el Creador del mundo ha señalado como malo para que te apartes de ello y cuando no puedas hacerlo la impotencia no te moleste.

La mente es una excelente herramienta para liberarnos del poderoso aunque débil en esencia influjo del ego.

El no poder hacer algo en ocasiones suele ser molesto y desagradable pero esto también se debe a que con nuestros pensamientos/sentimientos creemos que es correcto o beneficioso en algún modo y por eso nos molesta que no podamos hacerlo.

Apreciado lector cuando la impotencia se haga presente en tu vida esfuérzate en recordar que en muchas ocasiones el “no poder hacer algo” es mucho más beneficioso que poderlo hacer.

Dijo así el More Yehuda

En ocasiones perder es ganar

Ahora pregúntate ¿Cómo puede ser que perder sea ganar?

Bueno sencillamente perder es ganar cuando tenemos la perspectiva incorrecta de las cosas, a veces porque no sabemos, pero a veces porque llamamos al mal bien y al bien mal.
 

¿Por qué mentimos?

Una mentira lleva a otra.
Lleva al dolor.
A la agresión.
A la separatividad.
Al caos.
A una vida de ficción.
A relaciones ficticias.
A la desconfianza.

Una mentira activa, en donde se dice algo falso, o media verdad.
Una mentira pasiva, en donde se silencia algo que debiera ser dicho.

Una mentira con excusas de piedad.
Una mentira para protegerse de lo que se teme hará un agresor.
Una mentira para dañar.
Una mentira para evadir responsabilidad.
Una mentira para ser “cortés”.
Una mentira para no estar en discordia o no discutir.
Una mentira para obtener dominio, poder, dinero, preponderancia, fama.

Una mentira para los otros, o para ti mismo.
Una mentira para los demás que llegas a tú a creerla como verdadera.

Mentir para sentirse bien consigo mismo.
Mentir para hacer sentir bien a otros.
Mentir para seguir actuando mal.

Mentir para que te quieran, mentir para que no te dejen de querer.
Mentir porque no soportarías saber la verdad.
Mentir porque no se quiere sentir culpa por hacer sentir mal a otro.

La mentira es terrible, aunque se presenta como un método para huir y resguardarse de lo terrible.
¿Siempre?

¿Por qué mentimos?

Eres el amo del universo…

Hay gente que cree realmente, y vive como si fuera verdad que: “Cuando quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo.” (Paulo Coelho).

Te hablan de “El Secreto”, por el cual puedes obtener lo que deseas con fuerza.
Te hacen unos cálculos irrisoriamente científicos para demostrarte que la “Ley de Atracción” es verídica.
Te insisten que Dios quiere hacer magia para ti, solamente debes pedirlo con fuerza y acompañarlo por donaciones de dineros y valores para el “líder” (pastor, rabino, gurú, paes, cabalistero, etc.).
Te ordenan que levantes tu mano derecha y digas “amén”, con tu corazón concentrado en tu deseo, y como un rayo se cumplirá. Y si no se cumple, es que eres pecador, fallado, hipócrita, no tienes suficiente fe, no pediste lo que era bueno, tienes la culpa, etc…
Te aseguran a ciencia cierta de que Dios es tu sirviente y está para salir corriendo a cumplir tus deseos, como genio de la lámpara.
Te traen el cuento de personas que a través de la fe y rituales de “simpatías” atrajeron riqueza, prosperidad, sanación.

Sí, la gente ama ese poder, ese misterio, esa fantasía de ser súper poderoso, de ser el amo del universo, de no tener más que “pensar positivo” para que pasen cosas buenas.
Nos creemos más de lo que somos, porque nos sentimos realmente menos de lo que en verdad somos.

Tú, que te crees favorecido por el universo, que te sientes el predilecto del cosmos, que tienes el poder para que la creación se confabule a tus órdenes, tú que sientes que eres el centro del mundo.
Te muestro tu grandioso lugar en la orquesta de la creación.
Atiende, aunque dudo que te llegue a despertar siquiera un poco la conciencia que duerme en ti.

 

 

 

 

 

 

 

 

COMO TE CREES

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en tu PAÍS

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en la TIERRA

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en el SISTEMA SOLAR

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en la GALAXIA

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en nuestra sección del UNIVERSO

 

 

 

 

 

 

 

TÚ en el UNIVERSO

 

 

 

 

 

 

 

Un baño de modestia, para quien tiene capacidad de usar su conciencia.

Al mismo tiempo, tienes un enorme poder, eres singular, eres valioso, tu aporte cambia drásticamente el curso del mundo… pero no por medio de magia, ensalmos, encantamientos, buenas ondas metafísicas, palabritas arameas-hebreas, una fe profunda… tienes un enorme poder que debes usar.
Aquí te enseñamos gratuitamente cómo hacerlo.

¡Qué pases un excelente día!