Archivo de la categoría: Israel y judios

Koraj 5772 – קרח

Koraj (que era primo de Moshé y Aarón), secundado por algunos conflictivos personajes, además de doscientos cincuenta renombrados hombres de Israel se rebelaron en contra de la autoridad de Moshé y Aarón.

Koraj reclamaba que Aarón no tenía más derecho que cualquier otro del pueblo a ejercer las funciones del Cohen Hagadol (Sumo Sacerdote), él decía que cualquiera de Israel podría serlo. Su queja era contra el aparente favoritismo del dirigente Moshé hacia su propio hermano, Aarón. Sus reclamos no tenían ningún sustento legal o práctico, pero eran un buen vehículo para agitar aires revolucionarios y beneficiarse personalmente de ello. Detrás de sus palabras propicias hacia el pueblo, se escondía su conveniente envidia y deseo desmesurado de poder.
Estos rebeldes se presentaban a sí mismos como defensores de los derechos del pueblo, amigos del hombre común, solamente interesados en romper la corrupción de las “altas esferas”. Pero lo cierto es que eran personas sumamente codiciosas, ansiosas de mando, desesperadas por alcanzar estatus, fama, renombre, más posesiones de las que ya tenían.
Claro que no iban por la vida confesando sus vicios, no era provechoso para sus objetivos revelar su verdadera identidad e intereses. Preferían jugar al amigo, al compañero, al luchador social, para esconder sus pretensiones.
Como suelen hacer los demagogos, te abrazan y sonríen, te hacen bailar a su ritmo, juegan un rato contigo, te ofrecen algunos regalitos, te prometen maravillas, te hacen pasar un rato amable, pero nada de esto es por amor, bondad o justicia, sino meramente como mecanismo para obtener predominio sobre ti, manipularte, llevarte hacia donde ellos quieren, que no suele ser el lugar que a ti te beneficia.

Según nos descubre el diccionario (Espasa-Calpe, 2005), demagogia es: “Uso político de halagos, ideologías radicales o falsas promesas para conseguir el favor del pueblo. /Manipulación deliberada para ganarse a alguien. /En la antigua Grecia, gobierno dictatorial con el apoyo popular.”.

El gran autor griego Aristófanes dijo acerca de los demagogos: “…ustedes son como los pescadores de anguilas, en aguas tranquilas no pescan nada, pero cuando revuelven del fondo el barro para enturbiar las aguas, su pesca es buena; de la misma manera hacen ustedes, cuando los tiempos son turbulentos, es que se llenan ustedes los bolsillos con ganancias.”.

Por decisión del Eterno será demostrado públicamente quien es Su escogido para la función sacerdotal, si Aarón o si Koraj y su pandilla.
Durante la prueba, delante del pueblo, se abre la tierra que se traga a los revoltosos con sus pertenencias.
Aquellos que habían querido sobresalir de manera indigna, caen a lo más profundo.

Nos enseñan los Sabios: ”Aquel que persigue los honores, los honores escapan de él”.
La mejor manera de obtener un sitial de prestigio es por medio de la humildad, de la autoestima positiva y no a través de las fantasías del EGO y sus manipulaciones.
Así como es acertado descubrir a tiempo al que nos propone amistad falsa, nos invita a alocados proyectos, con excusas variadas, pero solo pretende obtener ventajas personales a costa de lo que te pertenece por derecho.

Parashat Shelaj Lejá 5772 – שלח לך

Te contaré el tema predominante en la cuarta parashá del cuarto libro de la Torá, Bemidbar/Números. Ante la incertidumbre e insistencia del pueblo y con permiso de Dios, Moshé envía líderes tribales, uno por tribu, aquellos que contaban con el apoyo de sus hermanos. Les encarga explorar la Tierra Prometida durante cuarenta días. Regresan cargados de frutas inmensas que demuestran lo descomunal que brinda aquella tierra. Diez de los exploradores aprovechan el impacto visual para afirmar que los habitantes también son gigantes y por tanto, ellos creen, que será imposible la conquista. Se ven como langostas delante de los poderosos canaaneos. Pronto se esparce un ánimo de desesperación y sospecha entre el pueblo, descreen de su poder para triunfar, ni aun con la promesa de Dios de estar con ellos. Se sienten infinitamente más débiles que sus enemigos, ¿pero lo son realmente? ¿La fortaleza está en las armas, las murallas, los músculos, el tamaño del ejército, en qué radica el poder? ¿Alguien con potencia física pero que se siente frágil, es efectivamente poderoso? ¿La belleza de la rosa, está en ella, o en el ojo que la ve, o en el cerebro de quien interpreta su imagen?
Tal parece que Calev y Ieoshúa, los dos exploradores que confían en Dios, sabían una respuesta a estas dudas, pues tratan que el pueblo recuerde que si Dios está con ellos, nada hay para temer. Él no es hombre para hacer promesas y no cumplirlas y Él había pactado que la tierra sería propiedad de los israelitas. La empresa puede parecer imposible, pero no lo es.

El pueblo se deja esclavizar por sus miedos, parecen sordos y necios a razones y evidencias, se cierran alrededor de lo que ellos sienten y creen, por lo que no permiten que se les ayude a ser libres. Al contario, claman que es preferible morir allí mismo o retornar a Mitzraim (Egipto). Lloran entre quejidos y postración. Como consecuencia, obtienen lo que desean y temen. Se decreta que no entrarán a la tierra, sino que los varones de entre 20 y 70 años morirán en el desierto, tal como ellos habían pedido. Permanecerán hasta completar 40 años en el desierto, al cabo de lo cual se permitirá que entren a la tierra de Israel.
A pesar de la orden de Dios, un grupo (los llamados “mapilim”) decide emprender la conquista de la tierra. Al contrario de sus hermanos israelitas, ellos se consideran con poder como para conquistar aquí y ahora, aunque Dios no los acompañe. Son advertidos por Moshé para que así no hagan, no tienen autorización ni la protección de Arriba. Ellos no lo oyen y rápidamente son exterminados por los hostiles y vigorosos habitantes de esa región.

Desde el dubitativo pedido de enviar expedicionarios hasta las reacciones revoltosas del final, todo fue muy grave, por lo que hubo que implorar al Eterno para que brille con Sus atributos de misericordia y mitigue Su estricta justicia. Dios respondió con la famosa frase, tantas veces repetida en los rezos de Iom Kipur: "Yo lo he perdonado, conforme a tu palabra." (Bemidbar / Números 14:20).

Hasta aquí mi narración de los hechos que suelen considerase centrales en la parashá.
Ahora, te dejo una frase, del filólogo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), para que encuentres cómo se relaciona con lo que hemos aprendido hoy:" Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti."

Un par de preguntas para ayudarte: 1- ¿Mintió alguno de los dos grupos de expedicionarios?
2- ¿Cuál es el error en común del pueblo en general y luego el de los “mapilim”?

Resp. 1079 – donde aprendo?

unomas nos consulta:

shalom queridos amigos me presento ante todos vosotros antes de hacerles una pregunta. espero no molestar a nadie ya que quizás no sea esta la sección apropiada para realizar preguntas.

me llamo Manuel soy de España. las biblias que tenemos aquí están enfocadas al cristianismo así que desconfió de su contenido.

como principiante al conocimiento de hijo de noe no se de donde saciar mi sed de conocimiento en cuanto a la verdad referente al eterno y sus instrucciones.

mi pregunta es la siguiente
manuel españa 43 años comerciante cordoba españa

Seguir leyendo Resp. 1079 – donde aprendo?

Parashat Behaalotejá 5772 – בהעלותך

La tercera parashá del cuarto libro de la Torá, Bemidbar/Números, que nos presenta una variada temática:

  • El diario encendido de la Menorá (candelabro de siete brazos) en el Beit HaMikdash (Templo), a cargo de Aarón haCohén y sus descendientes.
  • Consagración de los levitas como servidores en funciones sagradas del Templo.
  • Ordenanzas respecto al sacrificio de Pésaj para las generaciones, que es de naturaleza y esencia diferente al ofrendado como Pésaj en Egipto. También se establece la posibilidad, en casos de necesidad, de traer el korbán (sacrifico) un mes más tarde, en el Pésaj sheni.
  • El uso de shofarot y trompetas para dar anuncios, alertar y convocar.
  • El orden de desplazamiento del campamento de Israel. La travesía se hacía de forma ordenada y armónica, como parte del entrenamiento para la libertad y autonomía que estaban recibiendo del Eterno.
  • Los extranjeros que acompañaron a los judíos a su salida de Egipto murmuran en contra de Dios y de Moshé porque se sienten hastiados del man, el alimento de misterioso origen celestial que los nutría de forma sabrosa y perfecta. Los quejosos, a los que se sumaron algunos del pueblo, querían carne, no les bastaba con lo que desde Arriba estaban recibiendo a diario como provisión y subsistencia.
  • Dios instala el Sanedrín, Senado judío, formado por 70 representantes (y un presidente), con funciones legislativas y judiciales, para colaborar con Moshé en su tarea de conducir al pueblo.
  • Miriam, hermana de Moshé, habla negativamente acerca de cuestiones personales de éste; como consecuencia es afligida por Tzaraat, aquella enfermedad especial que hemos explicado en el comentario de las parshiot Tazría-Metzorá este año. Moshé, quien es destacado como el más humilde entre los hombres y el más leal servidor del Eterno, pide a Él por su sanación, sin guardar rencor ni penas.

El pueblo era llevado por Dios, protegido, cuidado, mimado, nutrido, aleccionado sin demasiado esfuerzo, pero parecía que nada era suficiente. Las quejas no paraban, los gemidos, lloriqueos y rebeliones. Algunas demandas son comprensibles, dada la dura situación que atravesaban y su pasado como esclavos; sin embargo, nada parece contentar al deseo de la otra esclavitud, la del Ietzer HaRá (EGO) (según el verso 11:4).

Quizás podamos entender esta perpetua insatisfacción al estudiar el siguiente pasaje del conocido pensador, autor y educador judeo-argentino, Jaime Barylko, que cuando trata acerca de las doctrinas de Sócrates concluye diciendo: “… enseña a pensar, a distinguir entre apariencia y verdad. Nos enseña que la fortuna, los bienes materiales, las riquezas, los honores, todo aquello por lo cual el hombre se desvive, son juguetes que nos divierten, falsas máscaras del ser.
El verdadero ser busca su perfección interior, el autogobierno, el aprendizaje continuo. En eso y sólo en eso consiste el bien
.”

El MESÍAS de tu vida

Nacemos sin sentimientos negativos, vengativos o autodestructivos; pero tampoco sin sentimientos de unidad, valoración o construcción.
No traemos programados sentimientos en el ADN, aunque se comienzan a formar ni bien estamos por entrar al mundo.
No nacemos con odio, no nacemos para odiar tampoco.
Por el contrario, nacemos por amor y para el amor, porque nuestra dimensión espiritual, nuestro Yo Esencial, es nexo con Dios y el cosmos, canal de amor, unidad sin fracturas. Tal esencia, que es AMOR, es nuestra existencia.
Ten en cuenta que cuando nuestro ropaje terrenal (nuestra conducta que son actos, palabras, actitudes, emociones) no se encuentra en armonía con el espíritu, estamos en exilio, experimentamos el fracaso, somos apartados del amor, aunque hablemos de espiritualidad, amor y cosas que suenan bonitas.

Nacemos y nuestro estado es puro; libre de toda mala intención; nadie nace para ser un hombre malo, todos nacemos para actuar con bien y justicia, para ser emisarios del AMOR.
Esa esencia permanece pura, la neshamá (espíritu) no se altera ni afecta ni por el paso del tiempo, ni por accidentes, ni por enfermedades, ni por experiencias, ni por el entrenamiento.
El “pecado” no afecta en modo alguno al espíritu ni la santidad intrínseca de la persona.
Pero, alrededor de la neshamá se forma como una costra endurecida, oscura, que tapa la irradiación espiritual, silencia la voz de la conciencia universal, nos obstruye nuestro encuentro con nuestro verdadero ser. Nos hace vivir en estado de apariencia, como actores en un mal teatro, como payasos amargados, como personajes sin más presencia que la máscara que representa.
Tal es el “pecado”, que es la desviación de la senda, el andar por caminos alternativos que nada tienen que ver con la majestuosa carretera que está preparada a nuestros pies.
Sin embargo, por más acciones perversas, por más cáscaras que nos esconden de nuestra identidad esencial, allá en el fondo permanece inalterada la neshamá.
Es nuestro Yo Esencial que resiste a todo cambio, que no muta, que no se vende al precio de la necesidad ni de la pasión.
Estamos destinados para el AMOR.
Entonces, ¿cómo comprender tanto odio, enojo, malestar, enfermedad, destrucción, violencia, acciones despiadadas, sentimientos falsos, sufrimiento? (Inquirimos sobre lo que el hombre provoca con sus acciones y omisiones, no por lo que son avatares de la naturaleza o accidentes reales).
¿Dónde está la falla?
¿Dónde se origina la ruptura?
¿Qué es lo que nos mantiene en el exilio de nuestro ser, alejados de nuestra verdadera identidad y sentido?
¿Por qué estamos inmersos en el caos, si estamos destinados al AMOR?
¿Por qué seguimos esclavizados, traumatizados, dañando y dañándonos si nuestra esencia nos impulsa a ser buenos y justos?

Al nacer nos acompañan unas funciones instintivas alojadas en el cerebro primitivo del hombre que sirven para sobrevivir a la indefensión natal.
Procuran llamar la atención para que el recién nacido reciba satisfacción a sus necesidades.
Es el grito, el llanto y el pataleo. Que alarman y anuncian la impotencia del infante, su rústico pedido de auxilio, de rescate, de anhelo por supervivir.
Cuando la atención no es alcanzada, el sistema se desconecta de las percepciones, para no seguir padeciendo y para ahorrar energía (más adelante también para fantasear o delirar con haberse sobrepuesto a la impotencia y haber satisfecho la necesidad).
Estas funciones básicas e instintivas las podemos denominar Ietzer HaRá, o también EGO.
El EGO, nuestro primer amigo que está listo para proveernos de salvación, para servir de intermediario en la satisfacción de necesidades, para aparecer como el que resuelve los miedos y aleja la impotencia.
Qué bueno es contar con el EGO en ese momento, y en los inmediatos subsiguientes (hasta alcanzar cierta maduración neurológica y aprendizajes, como para responder de manera alternativa y asertiva), así como en las ocasiones de impotencia real y cuasi absoluta, cuando estamos impedidos de elaborar alguna respuesta a las crisis o eventos peligrosos que nos ocurren.

Pero, el EGO se establece como patrón, en lugar de quedar en las sombras como último mecanismo de supervivencia.
Es oportuno esclarecer el modo por el cual el EGO se hace intruso perenne en la conducta y percepción del hombre.

Los hábitos se forman por la repetición de conductas.
Un estímulo se asocia a una determinada acción, y esta asociación se va reforzando a través de la repetición, del entrenamiento.
Se crea así una nueva entidad neuronal, un patrón de conducta, un hábito, una naturaleza incorporada que se hace propia.
Del acto se pasa a la actitud, a una forma de percibir, comprender y reaccionar ante la vida.

El niño con los mecanismos del EGO obtiene atención y con ella satisfacción a sus necesidades.
El sentimiento, real o imaginario, de impotencia se ve por momentos adormecido gracias a la manipulación que produce el EGO en la conducta de los otros.
Las herramientas del EGO manipulan a la otra persona, la hacen actuar según el propio deseo.
El bebe se siente “poderoso” de esta manera, obtiene lo que desea, llama la atención, va formando un hábito.
Llanto y/o grito y/o pataleo dan como resultado que se la atienda, que se le satisfaga.
La repetición, una y otra vez, de esto crea el hábito.
El niño ha aprendido a manipular.
Aún ni siquiera reconocer que es otro, diferente a los demás; mucho menos identifica quien es el otro, si es mamá, papá o algún dios; pero sí va marcando profundamente la huella de su hábito, forjando su futuro a través del entrenamiento constante en la manipulación.
Si lloro, pataleo, golpeo y luego también finjo, entonces voy obteniendo un cierto poder, no es realmente mío, pero es como si lo fuera. Manejo las vidas de otros, me siento en control de todo, el mundo se confabula para calmar mis angustias, abrazar mis temores y consolar mis pérdidas. Sí, el EGO me induce a creerme el centro del universo, a que si solamente pienso y pienso con ganas, entonces todo el universo se orquestará para venir a satisfacerme.
Soy un gran bebe, impedido de todo, pero que se cree en control hasta de los mismos dioses (los padres, mayores, el dios familiar, etc.).

No lo hace por maldad, es así como se va entrenando, va ejercitando su área de influencia y poder.
Aprende que a los gritos, con llantos, con golpes, enmascarando la realidad es como se obtiene lo que se desea.
Así va luego actuando por la vida, movido por su EGO. Ese mismo que le hace sentir impotente, incluso allí en donde no lo es, pero le hace creer que es poderoso.
¿Y cómo no creerse poderoso, si desde chiquito ha manejado a los otros para que corran a satisfacerle?

Nuevamente, el bebe, así como el niño pequeño no lo hace por maldad, tampoco con sentido egoísta, simplemente lo hace.
Durante un cierto tiempo no tiene otros recursos.
Solo cuenta con el EGO para llamar la atención.
Luego, cuando zonas más sofisticadas del cerebro se van desarrollando y nuevas experiencias se van incorporando, igualmente el hábito negativo ya se ha implantado.

Ya aprendió a jugar con las reglas del EGO, no con finalidad malvada, sino porque es lo que se ha convertido en su naturaleza responsiva.

A esto sumemos la sensación de impotencia que atraviesa en cada circunstancia de la vida. En las cosas cotidianas y en las extraordinarias, en las relevantes y en las insignificantes. Una tapa de bebida es muchas veces un estorbo a nuestra potencia, el no poder dormir, alguna enfermedad pasajera, el tránsito atascado, el ascensor que paró en algún piso y no viene aunque insistimos en tocar el botón, el vecino que hace ruidos, la alarma del auto que se disparó y suena toda la noche, el mosquito, el huracán, la demora del vuelo, la azafata malhumorada, la esposa antipática, el marido indiferente, la suegra siempre presente, la enfermedad mortal, la sombra perenne de la muerte… todo, a cada rato, hasta en donde no somos consciente, allí está la impotencia, real o fantaseada. Es un compañero del cual no nos podemos despegar, el sentimiento de impotencia.
La primera reacción ante esto, la que es natural, la que ha sido además incorporada con el entrenamiento del hábito, es la reacción del EGO.
El enojo, el miedo, el deseo, la manipulación.

Crecemos y aprendemos a mejorar nuestras estrategias y técnicas de manipulación.
Nos volvemos más refinados en ese oscuro arte.
Se vuelve todo un juego de hilos de marioneta, mascaradas, antifaces, un ajedrez mortal y real.
A las reacciones directas, evidentes, visibles (llantos, golpes, gritos todos ellos con sus derivados), se les suman las que son sutiles: la agresión pasiva, el echar culpas, el pretender que otro se haga cargo, la queja indirecta, la amenaza que no es manifiesta sino velada que llena de miedo e irritación.
Sí, terrible el poder del hacer lo posible para que el otro siente culpa allí en donde no tiene responsabilidad; tal como dramático es mantener relaciones sostenidas en el miedo (recordemos viejas enseñanzas que ya hemos dado acerca de los cinco miedos básicos).

Pero… ¿dónde está el mal en todo esto?
Podemos admitir egoísmo (atender el propio interés sin importarle lo que ocurre con los demás o el entorno), egocentrismo (creerse el centro del mundo y despreciar lo que ocurre a los demás), egolatría (veneración religiosa de uno mismo) quizás, ¿pero maldad?
Esto no parece maldad, aunque las actitudes y conductas sean chocantes, deplorables, desprovistas de solidaridad.
En fin, no es lo mismo egoísmo y sus primos a maldad… ¿o sí?

De hecho, los sabios reconocen que hay un fondo de bien en la existencia del Ietzer HaRá, cuando al respecto dijeron: "En el Génesis (1:31) cuando dice "es bueno" hace referencia a la tendencia buena del ser humano, en tanto que cuando dice que "es muy bueno", hace referencia al Ietzer HaRá, para enseñarnos que si no fuera por esta inclinación, la persona no construiría su casa, no desposaría mujer, ni tendría hijos" (Kohelet Rabá 3:16).
Así pues, en la mirada de los Sabios no solamente es bueno para el niño pequeño que su cerebro reptiliano (base neurológica del EGO) esté activo, sino que es también necesario en la vida adulta. Tiene su función, si faltara estaríamos incompletos, puesto que nos permite ser completamente humanos, con nuestra lucha interna, con nuestras tendencias opuestas, con nuestro afán por satisfacer nuestras apetencias narcisistas naturales.

Entonces, ¿de dónde surge el mal en la persona?
Tal vez un aforismo de Michel de Montaigne nos dé una idea: "Ningún hombre esta exento de decir tonterías; la maldad consiste en decirlas deliberadamente.".

Es decir, el mal surge cuando escogemos actuar de acuerdo al EGO y/o causando daño injustificado a otro (u otros, o al ambiente).
Ser egoísta no es malo, tampoco es bueno. Pero cuando la actitud y/o acto egoísta me lleva a causar perjuicio innecesario, entonces es malo.
Querer mi propiedad, no tiene nada de malo; pero si para conseguirla robo, mato, lastimo, estafo, miento, etc., entonces ya pasa a ser un acto malo.

De aquí podríamos sacar numerosas conclusiones, algunas que podrían llevarnos muy lejos del camino ético, de construcción de shalom que proponemos para todas las personas sin excepción.
Por lo cual, debemos considerar un patrón de medición que no se vea alterado por el EGO, ni por el propio ni por el social.
Este patrón inalterable son los Siete Mandamientos Universales, que son la línea de base, la raíz, el piso indispensable para la vida moral y ética.
En realidad, son la enunciación divina de la ética espiritual que Él ha implantado en el corazón de cada persona.
No es un código impuesto desde fuera, no es algo ajeno a la persona, sino que es parte de nuestro “sistema operativo”, venimos de fábrica con la ética que se corresponde a los Siete Mandamientos.
El EGO, tanto el personal como el social, puede desdibujar la realidad y hacernos sentir al código noájico como “Ley” elaborada por rabinos, como normas de conducta “religiosas” que se nos insta u ordena cumplir, como otra forma más de “nueva espiritualidad”; pero ciertamente no son así.
Son parte de nuestra esencia espiritual, venimos con ellas en nuestro ser.
Al vivir de acuerdo a ellos (los gentiles) están encontrando el sendero a su verdadera identidad y no una máscara más que se recoge de fuera y se inyecta al interior y se la fuerza a ocupar el lugar del propio rostro.
Que se entienda, para el gentil el código noájico es el modo de recuperar su identidad, de evaporar las ataduras del EGO, de encontrar la armonía interna-externa, de sintonizar el Yo Vivido con el Yo Auténtico.

Tal sería la idea que está detrás de la afirmación legislativa de Maimónides, cuando expresa: "Todo gentil que reciba para sí el cumplimiento de los siete mandamientos y sea cuidadoso con ellos, es uno de los justos de las naciones del mundo, y tiene su porción en el Mundo Venidero. Esto es así siempre y cuando los reciba y los cumpla pues tal ordenó el Eterno en la Torá y manifestó a través de Moshé, nuestro maestro, que desde antiguo los benei Noaj (noájidas) estaban obligados a ellos. Pero, si los hace a causa de que les parece razonables (y no las asume como obligaciones de origen divino), entonces no se le puede considerar como justo de las naciones del mundo, sino un seguidor de sus sabios.” (Mishné Torá, Hiljot Melajim 8:11).
Si el noájida actúa éticamente, vive conforme al código noájico, pero sin admitir su origen divino, entonces está muy bien, es una gran persona, pero no logra alcanzar la cima de su nivel espiritual a la que podría arribar. No logra desplazar por completo su EGO y permitir que gobierne el AMOR. Porque vive la ética de los sabios, las instrucciones buenas y justas de los hombres que le precedieron y supieron enseñar modos de vida saludables. Sin embargo, para lograr la sintonía de su Yo Vivido con su Yo Auténtico, es menester que admita el origen divino del código noájico y lo viva a pleno. Cuando así hace, es un “justo de las naciones”, alguien que vive a través de su ética natural, originaria, que irradia de su esencia espiritual.
Entonces, vivir una vida ética sin admisión del origen divino, está bien, es algo meritorio y de inmenso valor.
Pero vivirlo la vida ética aceptando que es de origen celestial, entonces es dar un paso más, ascender más, perfeccionar su existencia más. Ojalá y fuera lo común para toda la humanidad.

Pero, lo común es manipular, es vivir a la sombra del EGO, en celditas mentales, temerosos, echando culpas, jugando jueguitos perversos, agrediendo, violentando, usurpando, disfrazándose, huyendo de la realidad (escapando de sí mismo).
Se tiene al EGO como un dios, como EL dios y como un redentor y salvador, como EL mesías.
Sobre estos temas ya hemos trabajado anteriormente, son muy importantes, por eso te invito a que busques, encuentres, leas, estudies, critiques, preguntes y lo incorpores a tu vida.

El EGO queda al mando de tu vida.
Vives sumergido en sentimiento de impotencia, manipulas, sientes miedo, escapas, disfrazas tu realidad, buscas dioses fuera, o líderes fuertes, cosas a las cuales aferrarte (supersticiones, religiones, partidos políticos, hinchadas deportivas, equipos deportivos, etc.) que te hagan mitigar tus pesadillas y angustias.
Tristemente nos recuerda el sabio proverbista: "Lo que el impío teme, eso le vendrá; pero a los justos les será dado lo que desean." (Mishlei / Proverbios 10:24).
Así es querido amigo, lo que el EGO te lleva a temer, suele ser lo que te sobrevendrá. Si te escapas de la soledad, manipulas para no estar solo, te escondes del aislamiento, terminarás tarde o temprano solo, aunque estés rodeado de gente. Aunque hagas cualquier sortilegio y fórmula mágica pretendiendo controlar a tu dios y de ese modo milagrosamente te sentirás controlando al universo, terminarás avasallado por las fuerzas que no puedes controlar… si ni siquiera puedes controlar lo que sientes, cómo te sientes, cómo te sometes al EGO…
Y así con cada pesadilla que se te cruce, tarde o temprano se hará realidad. A no ser que cambies la pisada, que evapores al EGO, que vivas de acuerdo al AMOR.

Espero que hayas entendido nuestro planteo de cómo funciona el deseo "religioso" en las personas, lo que los lleva a vincularse tóxicamente con sectas, adherirse a grupejos religiosos, someterse a religiones "oficiales", degradarse en todo tipo de extravíos.
Con ello, de manera retorcida, buscan el poder, poder para no angustiarse más con el sentimiento de impotencia, poder para controlar el destino, poder sobre la muerte, poder sobre sus dioses, y creen sinceramente (en muchos casos) encontrarlo. Pero es solo ilusoriamente, es mentira que nace de la desconexión con la realidad que produce el EGO. Es falso poder. Similar falso poder de los imperios que dominan por la fuerza de las armas, de las mafias que atormentan con su violencia, de los grupos de influencia que dictaminan orientaciones con manejos económicos, etc.
Detrás de todas estas máscaras de poder, detrás de todos estos uniformes de dominio, hay hombres débiles, paupérrimos, desgraciados, temerosos, incapaces de vencer a su EGO.
Gente pendiente de lo que otra gente ve, opina, juzga, critica, proclama, denuncia, reclama, ordena, manipula.
Un viene y va, jueguito recíproco de manipulaciones, en donde alternativamente podemos ser víctima, agresor o salvador. Y vamos dando tumbos, buscando salvadores, salvando o agrediendo y detrás de estas tres imposturas, siempre el EGO.
Ya lo dijo el enorme sabio, luz para su nación y las naciones, el Rav Kook: “hay gente libre que tiene alma de esclavo y hay esclavos que están sus almas llenas de libertad; quien confía en sí mismo es libre, en tanto que el que está pendiente de la aprobación y beneplácito de otros, es un esclavo.
Todos nacimos para ser libres, solamente atados a los mandamientos del Eterno.
Pero allí, en medio, se interpuso el EGO. Éste nos lleva a buscar a quien manipular y por quien ser manipulado. Si viviéramos con confianza en nuestra misión sagrada, con amor y respeto por nuestra identidad, con aprecio a nuestro legado, entonces no estaríamos en derrota, en exilio, esclavizados. Pero, no confiamos, no amamos, no respetamos, no cuidamos, y por ello nos sometemos. Nos amparamos en dogmas y doctrinas, creencias y religiones, filosofías e idealismos, proponemos dar otras mejillas pero alzamos las armas, clamamos por paz pero estamos manchados de sangre, nos envolvemos con rituales pero carecemos de solidaridad. Es una imagen que se repite, una y otra vez, en cada época, en cada lugar. Desde antaño los profetas la denuncian y profetizan: "Dice el Eterno: ‘¿De qué Me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
" (Ieshaiá / Isaías 1:11-17).

Así dice el profeta, dice Dios.
Basta de ritualismo, de religión, de rigidez falta de humanidad.
Seguir los mandamientos es lo correcto, tanto los que conciernen a la relación del hombre con Dios, como a los que son de relación entre personas.
No sirve hacer como aquellos dogmáticos, religiosos, que se ponen enfáticos en los mandamientos que vinculan con Dios, en las cosas rituales, que abruman con detalles y menudencias. Pero, a la hora de tratar con el prójimo, son descarados, vergonzantes, agresivos sin necesidad, maltratadores, etc.
Así no marcha la cosa, pues ambos modos de mandamientos son requeridos.
Pero el EGO, ah el EGO, ese astuto amigo de la infancia hace ver las cosas a través de su lente distorsionada.
Hace presumir de poder, hacer creer que se controla a Dios con sacrificios, cánticos e inciensos, como si a Dios se lo comprara con espejitos de colores.
El EGO que lleva a creerse el centro del universo, el amo de Dios.
Es el que nos hace despreciar al prójimo, vivir en desarmonía.
Y no, eso no sirve. Eso lleva al mal.
Tal como relata el profeta.
No el mal etiquetado por la sociedad, o el que uno valora como tal, ni el de los filósofos.
El mal según criterio de Dios y expresado en Su Torá y explicado por los maestros que tienen el conocimiento y la virtud para aprender y enseñar.
Así pues, hay que arrepentirse, es decir, volver a la senda correcta.
Dejar el pecado, que quiere decir desvío del camino correcto, cosa que produce el EGO.

El mismo Rav Kook, que ya mencionamos, instruye: “el primer arrepentimiento (o retorno) es que el hombre se perdone a sí mismo (o también: vuelva a sí mismo).
Comencemos la construcción de Shalom por nosotros mismos, dejando de lado la identificación con las máscaras del Yo Vivido y encontrando el rumbo hacia nuestro Yo Auténtico.
Perdonemos, perdonémonos, aprendamos a vivir mirando el aquí y ahora con bondad y justicia, sin olvidar el pasado, sin vilipendiar el futuro, pero aprovechando a pleno este momento y este lugar. El presente es el único tiempo que existe, el único real, el único para disfrutar.

Gracias a Dios que el Noajismo no es una secta o religión, tampoco una filosofía o un compendio de leyes. Noajismo es la humanidad en su plenitud, en su integralidad.
(Tal como el judaísmo lo es para esa porción minúscula de la humanidad que se denomina Familia Judía).
Noajismo es el camino de regreso a casa. Es la herramienta sagrada para hacer de este mundo un paraíso terrenal. Es el modo que Dios ha dado para que cada uno salga del exilio espiritual y alcance su tierra prometida personal, la Era Mesiánica propia, el Mesías en su vida.
Con acciones concretas, absteniéndose del mal, haciendo el bien.
Pero también cultivando la interioridad, construyendo shalom desde dentro, dejando la discordia por la empatía.

Es triste saber que la inmensa mayoría de los humanos (gentiles y judíos) están desconectados de su esencia, en desequilibrio, realmente enfermos en su multidimensionalidad. Están abrumados por el EGO, alicaídos en sus emociones, corrompidos en sus creencias y anhelos, machacados por el miedo y el deseo que nace del EGO.
Es doloroso saberlo, porque son hermanos, gente cercana, hijos de la misma Familia.
Mientras estas personas están en el exilio espiritual, desconectados de su esencia, el Exilio se resiste a morir. No hay Era Mesiánica, porque tantos hijos están fuera de la senda, en caos, desafinando en la sinfonía cósmica.
Si bien nuestro propio EGO nos puede impulsar al enojo, al reclamo amargo, a la disputa inútil, a la agresividad innecesaria, así no se resolvería nada, sino que se acrecentaría el drama.
Por tanto, comencemos construyendo shalom en nuestro interior, admitiendo sus posturas, que aunque erróneas y lastimosas son las que ellos consideran válidas.
No respondamos desde el EGO, sino desde el AMOR.
Para ello debemos cultivarnos, trabajar en nosotros, romper el primado del EGO en nuestra vida, así podremos tender lazo de unificación con nuestros hermanos y con los extranjeros también.
Es el largo camino de regreso al hogar, de restablecer el paraíso terrenal como antaño, como nunca fue en la realidad.
En unidad, armonía, resplandor, amor.
Somos unidad, aunque la manifestación física nos haga separados y diferentes y hasta divergentes.
Encontrar el nexo que nos une, es el camino del AMOR, aquel que debemos estar dispuestos a andar.
Sin por ello olvidar que existen leyes, normas, mandamientos que no siempre son suaves, no siempre vienen con caricias, en ocasiones son severos y con penalidades duras. Es parte de la vida en Este Mundo, que hemos de aceptar y así trabajar por construir Shalom, con luz y con sombras. Pero siempre construyendo shalom.

Texto que aconsejo leer y estudiar con detenimiento: http://serjudio.com/cterapia/cab060808.htm

Parashat Nasó נשא – 5772

Nasó es la segunda parashá del cuarto libro de la Torá, Bemidbar/Números.
Nos presenta una variada temática que incluye asuntos tales como:

  • Censo de algunas familias de levitas para determinar el número de varones en edad laboral y sus correspondientes labores referidas al Santuario
  • disposiciones para que personas en determinadas situaciones de impureza “ritual” se alojen fuera del campamento y que retornaran al restaurarse su estado “normal”;
  • procedimientos para aquel que erró en su conducta en su relación personal con Dios;
  • algunas instrucciones para el manejo de situaciones de infidelidad matrimonial;
  • reglas para el “nazir”, que es quien se abstiene de gozar de determinadas cosas que son lícitas como forma de perfeccionar su carácter o por considerarlo un paso más en su “religiosidad”;
  • la Birkat Cohanim, fórmula prescrita por Dios para que los cohanim (miembros de la familia sacerdotal) canalicen la bendición del Eterno sobre sus hermanos israelitas;
  • las ofrendas que trajeron los dirigentes tribales durante doce días con motivo de la inauguración del Mishkán (Santuario, templo móvil), cada día correspondía a un líder por tribu.

La Birkat Cohanim (bendición sacerdotal), hace siglos es parte integral del Sidur (libro de rezos), en ocasiones se pronuncia públicamente al finalizar la Amidá (plegaria central) en el beit hakneset (sinagoga). También es costumbre que los padres honren con ella a sus hijos e hijas en la noche del viernes, antes del kidush (rezo de santificación) del Shabbat, entonces denominada Birkat HaBanim (bendición de los hijos).
Según refiere Maimónides (Hijot tefilá 14:14), en épocas del Beit HaMikdash (Templo) la pronunciaban los cohanim al término del servicio de ofrendas diario matinal, era el broche de oro. Tal como acontece al finalizar la oración de Neilá, que cierra la intensa jornada de reflexión y restauración que es Iom Kipur. Como si fuera el sello de aprobación, el gesto de confirmación de que nuestras acciones han sido gratas ante Dios.

Comienza con las palabras: “יְבָרֶכְךָ ה‘ וְיִשְׁמְרֶךָ” – “iebarejejá Hashem beishemereja”, que podemos traducir como: “Te bendiga el Eterno y te guarde (o cuide)”.
Resulta interesante advertir que no basta con que Dios bendiga, sino que además es necesario que también cuide. Es de suponer que la bendición divina incluye algún tipo de protección, de resguardo, de salvoconducto para no padecer contratiempos. Pero, al estudiar con detenimiento esta sección de la Torá, orientados por los exégetas correspondientes, comprendemos que no es así. La bendición del Eterno es sumamente valiosa, esencial, pero no es un manto mágico que resguarda de los sucesos penosos, de los aconteceres de la vida.
Es por ello también importante ser precavidos, prudentes, cuidadosos, no derrochar la bendición, no actuar de forma perezosa, ni esperando que desde lo Alto se nos resuelvan todas las necesidades. Dios bendice, pero nosotros somos los que actuamos para cuidar por nuestro Shalom y el del prójimo, tal como explica Ramban (Najmánides) al respecto de este versículo.

Finalicemos con una frase del gran Bashevis Singer: “Si te pasas diciendo que las cosas irán mal, tienes altas probabilidades de acertar”.

¡Shabbat Shalom UMevoraj! Moré Yehuda Ribco

Alimentando la vida – Iom Ierushalaim

Querido hermano noájida.
Este texto lo escribí especialmente para el público judío de serjudio.com, pero considero que se encuentran en él muchas enseñanzas que pueden ser oportunas y beneficiosas para los noájidas.
Te lo presento a continuación.

Compuso amargamente el salmista al ver el exilio del alma, la ruptura de Israel:

¿Cómo cantaremos las canciones del Eterno en tierra de extraños?
Si me olvido de ti, oh Ierushalaim [Jerusalén], que mi mano derecha olvide su destreza.
Mi lengua se pegue a mi paladar, si no me acuerdo de ti, si no ensalzo a Ierushalaim como principal motivo de mi alegría.
Acuérdate, oh Eterno, de los hijos de Edom, que en el día de Ierushalaim decían: »¡Arrasadla! ¡Arrasadla hasta los cimientos!»"

(Tehilim / Salmos 137)

Para muchos judíos de la actualidad (incluso para residentes en Eretz Israel), Ierushalaim es una ciudad más. Como Tel Aviv o Haifa, o tal vez Amberes y Kioto. De hecho, puede llegar a oírse que se preguntan con sinceridad: ¿Por qué habría de celebrarse el día de Ierushalaim y no el de Beer-Sheva o de Eilat?  En efecto, una ciudad como cualquier otra. Con sus añejas historias, sus variopintas mezclas, su sensualidad exótica, sus promesas incumplidas, sus pozos y sus paisajes, sus ruinas y sus glorias. Cosmopolita, heterodoxa, nacional y del mundo. Una más. Ignorada y desconocida. Sí, así la ven muchos judíos de la actualidad a la capital eterna del pueblo judío.

Para otros, es una ciudad "menos".
Poco trascendente para sus vidas personales, sin contacto en su agenda nutrida de vanidades importantes, sin memorias que ser evocadas, sin sabores ni aromas que desde lo profundo reclaman un lugar… nada… un nombre lejano, extraño, ajeno, vagamente susurrado, que atemoriza, conflictiva ciudad para mencionar ante el vecino gentil poco amante del judío y los judíos.
Una ciudad de otros, religiosa, universalista, falta de paz, carente de luz, sin el glamour de otras urbes, un sitio desértico, oriental, triste, feo, viejo, gastado… peligrosa de visitar.
No, Ierushalaim no es una opción válida para siquiera soñar con morar en ella.

Para otros, Ierushalaim es Ierushalaim… y todo explicado.

Pero, ¿qué puede estar sucediendo con esos que no reconocen la especial esencia y personalidad de este lugar’
Ocurre, al parecer, que tal como el libro de Tehilim/Salmos es un extraño para muchos judíos, así lo es también la ciudad por la cual nuestros ancestros lloraban y penaban desconsolados en el Exilio. Ya no es el corazón del alma, ni el alma del corazón. No se dirigen los rezos hacia ella, ni los anhelos por verla en plenitud, reconstruida, con vida. Ya no ocurre como con nuestros antepasados que sinceramente se dolían hasta el punto de sentir extrañeza de su propio cuerpo, como si fueran exiliados dentro de sí mismos si es que llegaban a desvirtuar la centralidad de Ierushalaim en sus existencias. Ierushalaim era superior a ellos, a sus egoísmos, a sus grandezas. Ierushalaim era el centro del mundo, hacia donde ojos y corazones se dirigían en rezos, por la cual se soñaba y se clamaba, el hogar perdido y tan añorado. Esa ERA Ierushalaim.
Ierushalaim lo era, pues, aparece hoy puesta en un lugar muy lejano dentro de las prioridades de muchos.
¡Hasta se pretende comerciar con su dignidad!

Un día, de no hace tanto atrás, los clérigos reformistas pretendieron desnucar el cuerpo del judaísmo quitando a Ierushalaim de las plegarias. Ya no sería más la capital añorada, ya no se elevarían peticiones por su restauración, ya sería abandonada toda pretensión mesiánica y de renacimiento nacional judío. El “iluminismo” trajo aparejado el oscurantismo del Yo Auténtico de la nación judía. En su desesperado intento por asimilarse, por ser judíos culturales, por despojarse de su identidad, se sumaron a los que borran el sano deseo de la redención judía del yugo de sus opresores. Trabajaron en pos de la asimilación, forma oculta de solucionar el antisemitismo a través de la desaparición, del esfumar la identidad judía, de desjudaizar a los judíos. Allí se fue también Ierushalaim a la sombras, a la negación.

A esto se le sumo luego la politizada y obtusa posición de algunos sectarios ortodoxos, eternos pedigüeños de esto y aquello, apabullantes demandantes de privilegios, aferrados a sus “pastores” quienes se niegan a ceder un centímetro de su poder, ciegos ante el maravilloso milagro del renacer de la nación y el pueblo de Israel. Más afanados en sus interpretaciones oblicuas, en sus adoraciones de milagreros de cuento, en sus EGOs desbordados de piedad supersticiosa, en su apetito desmedido por limosnas en vez de crecer de manera digna y armoniosa. Carentes de toda empatía o sensibilidad para con su prójimo, judío o gentil, que no alcanza el nivel de “excelencia” por ellos fraguado. Para estas personas es también la Jerusalén terrenal una casa extranjera, un hogar diaspórico, un gueto europeo trasplantado al medio oriente. No, para estos sectarios existe la Jerusalén mítica, celestial, desconectada de toda realidad, dibujada a imagen y semejanza de sus EGOs en plena algarada. Son capaces de abrazar al asesino de Irán, al asesino de los árabes que se dicen “palestinos”, de denostar a los judíos “sionistas” (sea lo que ello implique en sus mentes angustiadas), pero dudosamente muevan un dedo para mejorar su propia situación o la de sus verdaderos hermanos: los otros judíos.

Otros ajenos, que son judíos al menos de origen, no ven santidad en ninguna parte, ni afirmación de la identidad nacional, ni derechos históricos, ni nada que otorgue a la nación de Israel su lugar dentro de Ierushalaim. Para esta gente, por lo general de izquierdas, toda Jerusalén es árabe, toda la tierra de Israel está poblada por imperialistas judíos que no tiene siquiera derecho a la existencia, sino tan solo a desaparecer. Proclaman los lemas del imperialismo árabe-musulmán con total desparpajo, pero seguros de ser guerreros atrevidos en contra del imperialismo yanqui.

Vemos que no solamente los hijos de Edom despotrican en contra de Ierushalaim y están sedientos de sangre, de destruir la ciudad cordial. También dentro de los hijos del pueblo están los que la desprecian y manifiestan su deseo de arrasar con Ierushalaim. Hacen de Israel tierras de extraños, se hacen ajenos a ella, y desprecian a Ierushalaim.

Y sí, hay otros judíos, al menos de origen, que procuran desestabilizar el nexo sagrado de los judíos con su capital eterna, pero como muestra basta los que mencionamos.
Es triste, mucho, saber que estos miembros de la santa Familia Judía están desconectados de su esencia, en desequilibrio, realmente enfermos en su multidimensionalidad. Están abrumados por el EGO, alicaídos en sus emociones, corrompidos en sus creencias y anhelos, machacados por el miedo y el deseo que nade del EGO.
Es doloroso saberlo, porque son hermanos, gente cercana, hijos de la misma Familia.
Mientras estas personas están en el exilio espiritual, desconectados de su esencia, el Exilio se resiste a morir. No hay Era Mesiánica, porque tantos hijos están fuera de la senda, en caos, desafinando en la sinfonía cósmica.
Si bien nuestro propio EGO nos puede impulsar al enojo, al reclamo amargo, a la disputa inútil, a la agresividad innecesaria, así no se resolvería nada, sino que se acrecentaría el drama.
Por tanto, comencemos construyendo shalom en nuestro interior, admitiendo sus posturas, que aunque erróneas y lastimosas son las que ellos consideran válidas.
No respondamos desde el EGO, sino desde el AMOR.
Para ello debemos cultivarnos, trabajar en nosotros, romper el primado del EGO en nuestra vida, así podremos tender lazo de unificación con nuestros hermanos y con los extranjeros también.
Es el largo camino de regreso al hogar, de restablecer Ierushalaim como antaño, como nunca fue en la realidad.
En unidad, armonía, resplandor, amor.

Ahora, detengámonos un poco y preguntemos juntos:

¿En qué se basa la distinción (sinónimo de santidad) de esta ciudad?
¿Acaso son sus edificaciones lo que se añora hasta la muerte?
¿Acaso es su clima y atmósfera lo que ancla en ella a las nostálgicas poesías?
¿Acaso son sus ásperos habitantes los que transforman a esta ciudad en el seno cálido al que se recurre?

Dios ha distinguido a esta zona del orbe con una cantidad mayor de santidad.
Dios ha elegido una de sus montañas (Moriá) para establecer su Santo Templo. Y sabemos que Dios no es humano para cambiar de parecer, por lo que, estando o no el Templo en pie, la designación de lugar consagrado es a perpetuidad (Mishné Torá, Hiljot Beit HaBejirá 6:15). En tanto la Tierra exista, Ierushalaim es el sitio escogido por Dios, para que "Su nombre repose allí" (Devarim/Deuteronomio 12:11).
Dios ha observado con atento amor los avatares de este minúsculo y rocoso punto del Universo, desde el mismo comienzo de la Creación.
Pero más aún, la ha otorgado a los Hijos de Israel, como heredad perpetua, cual corazón de la tierra que nos ha prometido (Devarim/Deuteronomio 25:19).

El ser humano es un ente conformado por sus diversas dimensiones, es imposible existir apartado de ellas, somos cuerpo, emociones, sociedad, mente y espíritu. Somos todo ello, así estamos hechos.
De manera similar ocurre con la Tierra de lo Santo (Tierra Santa, según dicen erróneamente los cristianos), que en realidad se debería reconocer que es Tierra Y Santidad. O tal vez, la santidad de la tierra. O tal vez una tierra que propicia el despliegue de la santidad. Como sea la combinación, una sin otra no es posible.
Tierra que desarrolla sus potencialidades cuando se la combina con el Pueblo que le es propicio: el Pueblo de Israel. Es decir, la Tierra de Israel cuando fue Canaan o cuando fue apodada como Palestina, era un yermo (Vaikrá/Levítico 26:33), un erial (Ieshaiá/Isaías 64:9), guarida de zorros y alimañas, un territorio hostil, al punto de "vomitar a sus pobladores" (Vaikrá/Levítico 18:25); en tanto que, cuando es habitada por sus herederos (judíos), y estos actúan de acuerdo a los cánones de la Torá, entonces, la Tierra cobra el esplendor que Dios le ha designado como propio (Ieshaiá/Isaías 65:18,19).
Éste es un testimonio moderno de lo que profetizó la Torá hace milenios al respecto de la vitalidad de la tierra que depende de la presencia de SU pueblo, Israel:

"No hay ni una aldea solitaria a través de toda la extensión (valle de Jezreel, Galilea); no por treinta millas en cualquier dirección… Uno puede recorrer diez millas en la región sin ver un alma viva. Para experimentar el tipo de soledad que causa tristeza, ven a Galilea… Nazareth es abandono… Jericó yace en desolada ruina… Bethlejem y Bethania, en su pobreza y humillación… desposeídas de toda criatura viviente… Una región desolada cuyo suelo es rico, pero completamente despojado de todo… una expansión silenciosa, lúgubre… una desolación… Nunca vimos un ser humano en todo el recorrido… Difícilmente se ve un árbol o un arbusto en algún lado. Incluso el olivo y el cactus, aquellos amigos del suelo árido e indigno, han desertado… Israel yace en silicio y cenizas… desolada y desamorada…".
Mark Twain, "The Innocents Abroad", 1867

No, esa no debería ser la descripción de la Tierra de lo Santo.
No, algo está fallando si así acontece.
Ese terruño debiera estar florecido, lleno de vida, irradiando energías de bienestar hacia todos los puntos cardinales.
En visión del profeta:

“Israel brotará y florecerá,
Israel llenará las caras del mundo con frutos…”
(Ieshaia/Isaías 27:6)

La Tierra de Israel (con su dosis de santidad) que abarca los límites establecidos por Dios en su Torá, digamos que es como el cuerpo de "Israel"; en tanto que Ierushalaim, más que una entidad política-religiosa-histórica-social, es el espíritu de "Israel".
¿Qué ocurre cuando la unión indefinible de cuerpo y espíritu se quiebra? La muerte.
Ahora podemos comprender que las palabras del salmista (137), no son simples metáforas inspiradas por el hado profético; son verdades materializadas: la acción pierde fuerza; la palabra enmudece; la existencia del judío carece de real vida lejos de Ierushalaim, desarraigados de la fuente de su vida en esta tierra.
Ni Israel sin judíos, ni judíos sin Israel.
E Israel siempre con su corazón espléndido, con Ierushalaim rebozando de vida, de sonrisas, de plegarias, de trabajo, de productividad, de enseñanzas, de bondad, de justicia… ah, la Era Mesiánica, que para algo es tan esperada. No para doblegar a enemigos, ni para enseñorear a una nación sobre otras, sino para que la Luz del Eterno alumbre cada rincón y la vida tenga sentido y trascendencia. Que finalice el exilio del Yo Auténtico, apabullado por las máscaras y cáscaras del EGO, que retorne la esencia al trono de la existencia. Ah, la Era Mesiánica verdadera…

Hallamos una evidencia de esto en la bendición posterior a la comida, que es una de los mandamientos de la Torá (Devarim/Deuteronomio 8:10).
Esta plegaria consta de cuatro bendiciones centrales:

  • por el alimento;
  • por la Tierra de Israel;
  • por la vitalidad de Ierushalaim;
  • y por la completa paz (integridad) otorgada por Dios.

Para la persona razonable, surge entonces una pregunta obvia: si la bendición exclusivamente es por la comida, ¿por qué se ha incluido las menciones a Israel y Ierushalaim?
Se comprende el principio y el final, pues se reconoce el bien de obtener el alimento y que esto provee de satisfacción, lo que es parte de la integridad, del bienestar. Pero, ¿qué tiene que ver Israel y Ierushalaim en el medio?

Una de las respuestas podría ser la siguiente.
Los judíos pueden obtener su sustento material a lo largo y ancho del globo terráqueo, tal como el resto de las criaturas de Dios. Verdad que agradecemos en la primera de las bendiciones (hazan et acol).
Pero, si los judíos habitan en la que es SU Tierra, entonces, el sustento tiene un sabor extra, adicional. Es la tierra que Dios consagró para los judíos la que está trabajándose para que produzca el pan, el bienestar. No es cualquier tierra, aunque se la ame y respete, sino LA tierra de Israel, aquella a la que Dios encadenó el alma de Israel.
Así que, la segunda bendición (al haaretz veal hamazon), la que menciona la estrecha unión entre Israel la Tierra y el Pueblo, es un necesario peldaño en la correcta gratitud a Dios, que provee los alimentos, en cualquier sitio pero especialmente en el hogar milenario y ancestral.
Luego, al recordar la vitalidad de Ierushalaim, se añade el objetivo, la meta, a esa alimentación, que se espera procurar de la Tierra Santa. Alimentos que sirvan para la vida, para el espíritu, y no sólo para el deleite y el engorde.
Es decir, la tercera bendición (bone berajamav Ierushalaim) esclarece todo el sentido de agradecerle a Dios por la comida ingerida: que la persona continúe viva y saludable, provechosa y útil, para estar en un estado físico adecuado como para cumplir con los mandatos divinos.
Bendiciendo por la comida, y habiendo aprendido esto que mencionamos, el acto de comer se transforma en un hecho pleno de significados profundísimos, que permiten conectar a la persona, a través de cada bocado degustado, directamente con el Eterno.
No es comer nutrición del cuerpo, sino también posibilidad para que la persona haga algo trascedente durante su vida. Que se edifique una Ierushalaim, que se unifique en sus dimensiones, que esté en armonía interna y externa, que resplandezca su Yo Auténtico a través de su Yo Vivido. Que el hombre sea pleno, no cáscaras vacías, máscaras sin identidad. Que la nutrición haya permitido construir shalom y no solamente mantener en funcionamiento el organismo físico y las dimensiones que compartimos con las otras especies terrenas.
Que se reedifique Ierushalaim y el trono de David vuelva a sus herederos, esto simboliza que finalice el reinado del EGO para que domine el AMOR, que la persona esté en integridad, completa, en Shalom.

Ahora entendemos un poco más incluso el midrash (Tanjuma 10):

“Israel está en el centro del mundo, Ierushalaim está en el centro de Israel”.

Cada uno es un círculo concéntrico, de mayor santidad, de mayor identidad espiritual.

Aquí la tercera bendición da paso a la cuarta, la del Shalom.
Porque, es entonces, por último, que podemos bendecir a Dios por la integridad, que en hebreo es similar a shalom (paz), pues, se ha llegado a la cúspide del trabajo conjunto, de la armonización dimensional que incumbe todo desde cuerpo hasta espíritu, con el natural, simple y necesario acto de nutrirse. Nos unificamos, encontramos la manera de ser uno.
A través de elevar lo natural, por medio de dar trascendencia hasta la conducta más instintiva, es que escalamos hasta la cima, aquella en la que es posible reconocer a Dios en todos nuestros caminos, incluso en lo que aparenta ser pedestre y tosco. O para ser más exactos, precisamente en lo cotidiano, en lo que es corriente, en lo que no resalta por su “santidad”, precisamente allí es en donde más podemos descubrir la santidad de lo terrenal.

Ahora quizás podemos comprender una de las causas por las cuales en día de semana es costumbre recitar el mizmor (salmo) 137 antes de comenzar con el bircat hamazon (bendición posterior a la comida).
¿Cómo? ¿Que aún no comprendemos la relación entre este salmo, Ierushalaim y la alimentación?
Reiteramos, entonces: para el judío su comida es integralmente significativa (nutritiva para cuerpo y espíritu), si es obtenida e ingerida en Israel, y con la vitalidad de Ierushalaim restaurada, es decir, Ierushalaim vivida por y entre judíos. De otra manera, la comida es sólo combustible para continuar respirando y andando sobre la tierra…
Es también un símbolo cabalístico, de cómo debiera proceder el ser humano a elevar las chipas de luz sagrada que están en cada creación. Así el mundo es espiritual, el espíritu es mundano. La vida terrena es paradisíaca y el paraíso es fruto de nuestras acciones mundanales.
El pan espiritual que alimenta todo el ser, en su multidimensionalidad.
Pero, si comenzamos a menoscabar, si erradicamos a Ierushalaim, si nos olvidamos de la tierra propia, si nos contentamos con migajas, con el mero hecho de pasar por esta vida… ¿qué estamos viviendo si no una vida ficticia, una mala obra de teatro?

Si releemos el comienzo de este artículo podremos constatar una trágica realidad: en tanto el Beit HaMikdash -el Templo- sea una añoranza, los residentes en Israel pueden sentir que viven en "Israel", pero, en verdad, permanecemos todos aún en el Exilio. El exilio material, pero también el metafísico. Estamos en desarmonía entre nuestras máscaras y nuestra esencia, el Yo Auténtico aún no dirige la orquesta de la sinfónica del Yo Vivido.
Israel continúa en un desgraciado exilio pleno de materialismo, y de consumismo…que consume a sus habitantes (Bemidbar/Números 13:32).

Israel ha comenzado su renacimiento, gradual, en etapas.
Su cuerpo ha revivido, también sus emociones, con altos y bajos su medio social y el mental están encaminados. Están cobrando vida.
Falta aún el despertar espiritual, la toma de conciencia de la plenitud, el reinado del shalom.
Estamos solo en el comienzo, aún falta un poco más.

Pero, el momento del renacer de Israel está próximo.
Con la reconstrucción del Santuario del Eterno, con la elevación de la Ierushalaim terrena a su condición de Ierushalaim celestial, podremos, toda la humanidad, gozosamente celebrar una época de verdadera vida en armonía (Ieshaiá/Isaías 52:7). Con Israel en su Tierra. Con Israel con su Pueblo. Con Israel y su Torá.
Y diremos:

"Prorrumpid juntas con gritos de júbilo, oh ruinas de Ierushalaim [Jerusalén], porque el Eterno ha consolado a Su pueblo; ha redimido a Ierushalaim… Alegraos con Ierushalaim, y gozaos con ella, todos los que la amáis. Regocijaos, todos los que estáis de duelo por ella"
(Ieshaiá / Isaías 52:9; 66:10)

Artículo modificado del originalmente publicado hace décadas en mi antiguo sitio DARJEY NOAM: http://serjudio.com/dnoam/iom_ierushalaim60i.htm

El átomo de Amalek

Amalek es el pueblo que en la Torá se denuncia como el que odia a los judíos por excelencia. Tal es su meta en este mundo, odiar a los judíos, pretender destruirlos, organizar el genocidio final en contra de Israel.
Amalek como pueblo ha desaparecido hace milenios, pero su estilo permanece vivo.
Es lo que inspiró a Hitler, a Arafat, al innombrable presidente corrupto de Irán, al susodicho de Venezuela, entre otros infames y miserables negadores de Dios y asesinos del hombre.
Poseen el átomo de Amalek en sus seres.
El modo en que opera sus EGOs es tan pernicioso que los lleva a las peores salvajadas, a las cosas más descabellas, a lo inverosímil, con tal de odiar y realizar su odio en contra de los judíos.

Hemos podido advertir que el átomo de Amalek se encuentra sumamente activo en otros, menos poderosos que los mencionados, menos conocidos, pero que abundan.
Por supuesto que nos referimos a los confesos antisemitas, a todos los que abiertamente o con indirectas muy claras manifiestan su rechazo y desprecio por los judíos.
Esta gente enferma es visible en sus manifestaciones, en sus acciones, allí ponen en claro y sin pruritos su deseo pervertido en contra de Israel y los judíos.
A veces se hacen pasar por anti Estado o gobierno de Israel, a veces por sofisticados progresistas que defienden derechos inexistentes de un pueblo inexistente tal como es el “palestino árabe”.
También están los que abanderados en sus religiones persiguen a los judíos, tales como el macanudo de Mel Gibson y otros extremistas de la violencia religiosa.
Pero están los antisemitas agazapados, aquellos que tienen el átomo terrible pero lo esconden, no lo expresan con apertura, sino que lo mantienen oculto.

Estos últimos suelen encontrarse en los que se hacen pasar por judíos sin serlo, o los que no se hacen pasar por judíos pero rechazan su propia identidad espiritual noájica y corren a disfrazarse de lo que ellos consideran que es algo judío (sombreros o gorras negras, pelos en las sienes, barbas, trajes negros, cabello cubierto en las mujeres, rituales y objetos judíos, etc.).
A simple vista parecen que aman lo judío, si no, ¿por qué se disfrazarían de tales?
Pero, cuando rascamos un poco la superficie, entonces vemos brotar un monstruo espantoso, lleno de ira, odio, malicia, desvergüenza, infamia. Sí, ahí está agazapado ese engendro terrible, sediento de sangre, ansioso por devorar a sus víctimas. Es doblemente nefasto, porque en apariencia es dulce, es amistoso, viene con abrazos y palabras amables, no tiene actitud amenazante, se vende muy bien como amigo y guía confiable. Pero es solo la apariencia, el disfraz. El súcubo está ahí.
Para estos hombre larva la cuestión es aparentar, estar disfrazados, hacerse pasar por lo que no son, tomar el aspecto y modos de lo que más desprecian y odian, que son sus víctimas, las presas que desea cazar y depredar.
Así se comporta Amalek por lo general. Al principio dudosamente se aparece con armas y gritos de guerra, sino con invitaciones cordiales, ofertas pacíficas, insinuaciones placenteras. Al estar desprevenida la víctima, saltan a desgarrarla, a desmembrarla, a desangrarla, con toda pericia asesina. Así actúa Amalek por lo general, encubierto, con astucia, con trampas. Viene como amigo para ocultar el sórdido deseo de aniquilación.

Por supuesto que Amalek es un esbirro del EGO, actúan por EGO, sus estrategias son las del EGO, sus intenciones son las del EGO.
Amalek es una representación palpable del EGO.
Allí donde hay EGO abocado a destruir a los judíos y a la conexión del hombre con Dios, allí está el átomo de Amalek.

Entonces, cuando veo gente gentil que se hace pasar por judía, y se le advierte del error pero sigue con su disfraz, de manera premeditada, obstinada en la negación de su identidad espiritual, aferrados a lo que no son, y que de paso siembran el caos, la confusión, la falacia, el engaño, el desorden, el descontrol, entonces no veo otra cosa que EGO y el átomo de Amalek.
Cuando veo seudo judíos mesiánicos, noájUdas (los que se profesan noájidas pero se invisten como judíos), gentiles que hacen falaces conversiones la judaísmo, “judíos nuevos”, “judíos completos”, “judíos de la senda antigua”, judíos en Jesús, supuestos noájidas que hacen todo por parecer judíos, entonces yo veo EGO, mucho pero mucho EGO saturado por el átomo de Amalek.

Aquellos que reniegan de su identidad, especialmente de su identidad espiritual (judía para judíos, noájida para gentiles) son pobre gente, tan pobres que no tienen nada real aunque estén llenos de dinero, fama, aplausos, bienes materiales o “amigos”. No son nada, porque están desconectados de su ser. Son máscaras sin rostro. Actores sin más existencia que la del escenario de sus vidas. Ausentes aunque con el cuerpo presente.
Los que son rehenes del EGO, ajenos a su propia identidad, apartados de su ser, ¿cómo podrían estar habilitados para amar?
En su impotente ignorancia, se odian a sí mismos. ¿Cómo habría ser de otra forma si no se conocen y por tanto están incapacitados para amarse y para cuidarse?
Éste, el auto odio, es un sentimiento absolutamente espantoso, tanto que difícilmente puedan llegar a admitirlo.
Entonces, recurren a diversos métodos para falsificar lo que sienten.
Desplazan su odio hacia otros y hacia objetos o instituciones.
También se escabullen, tanto por estrategia maligna como para huir de su espantoso auto odio, y se disfrazan de aquello que temen y odian por fuera de ellos. En el caso que estamos tratando, Amalek se disfraza de judío, o mejor debería expresarlo como: de lo que suponen es el disfraz que asemeja ser un judío.
Miren la diferencia para comprender esto que puede ser complejo. Hitler odiaba abiertamente a los judíos, no tenía empacho en compartir sus disparatadas ideas y de llevarlas a cabo. Su odio era su pan habitual, lo ofrecía a quien deseara comerlo junto con él. Este odio “honesto” (igualmente detestable y maldito) no eludía el espejo, era vertido sin disfraces de ningún tipo. Al analizar conscientemente a Hitler y sus secuaces encontramos que también se odiaban a sí mismos, pero no precisaban hacerse pasar por otros, porque eran expresivos en su odio hacia fuera, coherentes con su odio hacia aquellos que odiaban. Ese odio hacia lo otro tapaba su auto odio, pero al menos les dejaba sostener su Yo Vivido odiador a vista de todos.
Pero el que se auto odia y rechaza ese sentimiento, al tiempo que se abstiene de expresar su odio hacia el otro, termina (muchas veces) disfrazado para aparentar ser aquel al que odia. Entonces su auto odio tapado se esconde en aparente amor hacia el que en secreto odia. Sin embargo, ni bien se rasga un poco el velo, como hemos mencionado más arriba, la fiera temible se abalanza para aniquilar a quien odia, de forma de preservarse de tomar consciencia de su odio a sí mismo.
Me parece que este mecanismo macabro es bastante complicado de comprender, por lo que sería bueno releerlo tranquilamente y evaluar si tomaste real conciencia del mismo.
En un brevísimo resumen.
1- se odian intensamente a sí mismos.
2- rechazan el tomar conciencia con ese nefasto sentimiento.
3- también odian a aquellos que pueden denunciar su auto odia.
4- se hacen pasar por uno de esos a los que odian.
5- aparente respeto y veneración por aquellos a los que odia y por los cuales quiere hacerse pasar.
6- al menor atisbo de rasgadura de la máscara aparece el odio exacerbado hacia aquellos con los cuales quería asimilarse.
7- su odio y sus acciones perversas son intensas, es un esfuerzo enorme para preservarse de reconocer su auto odio.

Te pudo que los mires,  verás que detrás de tanta adoración a lo judío, realmente están llenos de antisemitismo… ni bien pueden lo dejan salir con toda violencia.
Así pasa también con las otras personas y objetos que odian… míralos, observa, no juzgues, solo míralos actuar…
Reconoce al EGO operando en ellos.
Advierte el átomo de Amalek trabajando corrosivamente.
Comprende.
Comprende el espantoso odio, la pesadillesca sensación de impotencia masiva, su pobreza emocional, su odio, su odio…

Te pido que leas y releas este texto, especialmente ante manifestaciones de odio. También ante esos que se disfrazan para no ser quien son. También cuando del aparente amor y veneración se pasa al rechazo abrumador. Analiza estas palabras, encuentra su hay algún error en mi planteo, o lo puedes corroborar. Te agradeceré tu aporte constructivo para seguir creciendo en la construcción de Shalom.
Recuerda, la construcción de shalom siempre debe comenzar de dentro hacia fuera, del círculo íntimo hacia el universal.
Que el AMOR derrote al EGO, que los leales a Dios extirpen el átomo de Amalek en toda generación.

Resp. 1077 – Rezos para noajidas

Bachita nos consulta:

Saludos: Tengo entendido que un noàjida no debe rezar tomando palabras ni en la forma como rezan los judios , pero, en mi angustia clamè al Eterno justamente tomando las mismas palabras como rezan el pueblo judio, por salud . Pienso que EL me ha escuchado . Podrìa tener un comentario al respecto.??
Beatriz Calahorrano, 66, ama de casa, Quito-Ecuador.

Seguir leyendo Resp. 1077 – Rezos para noajidas

Articulo antisemita en el periódico La Jornada

Después del revuelo causado por el escritor alemán Gunter Grass con su poema antisemita titulado “lo que hay que decir”, no es extraño ver manifestaciones de apoyo a su notable aunque no rara enfermedad (antisemitismo), apoyos públicos que van desde lo insultante hasta lo grotesco, pero siempre con la amigable sonrisa de un columnista de los grandes diarios del país.

José Steinsleger escribe para La Jornada un artículo llamado El redoble de Gunter Grass donde argumenta o más bien inventa una postura ética de Gunter Grass que nada tiene que ver con la realidad, habla de la contenida energía de Grass reprimida por el peso del pasado culpable de la Alemania nazi, y explica que dado ese estigma incrustado en la moralidad de Grass, este poeta nazi se había contenido de emitir opinión sobre “la nueva problemática judía” de hecho Steinsleger no lo denomina así, pero todo apunta a que la ideología enferma del genocida adolfo hitler sigue latente y muy vital en los nuevos nazis (o viejos tal sea el mejor termino para definirlos).

Steinsleger escribe diciendo que Grass se ha dado el tiempo para emitir críticas, defender posturas, como las que combaten el racismo, específicamente contra gitanos e inmigrantes africanos encarcelados y deportados a Alemania, enarbola estos supuestos actos de Grass como si se tratara de un heroico caudillo defendiendo las más nobles causas, y si puede ser cierto que este poeta nazi le dedique un tiempo a estas actividades, puede ser cierto………. Y de serlo esto SERIA LO MINIMO QUE DEBERIA HACER dada SU RESPONSABILIDAD en el monstruoso holocausto de la segunda guerra mundial, entonces la verdad es que no es tan loable lo que hace , de hecho es muchísimo menos de lo que debiera estar haciendo, considerando su participación en el exterminio de todas esas personas inocentes, sin embargo dadas las circunstancias no podemos pedir que se reconozca en cabalidad el significado de la palabra justicia, que es mucho más que un mero lema para los “zurdos”, pues justicia es una gran característica de quien en verdad es integro para consigo mismo y para con sus semejantes.

Pero me parece que dentro de todo este discurso que hábilmente expone Steinsleger para defender lo indefendible, hay algo que salta a la vista……………

Traigo aquí un pequeño extracto de un sitio web que escribe sobre la conducta escalofriante del movimiento nazi.

No obstante, pese que el análisis objetivo de la conducta nazi, demuestra que no se trata de un mecanismo innato y adaptivo, sino que es aprendido, Hitler adoptó esta tesis del psicoanálisis, partiendo también de sus ideales darwinistas. Es decir, los comportamientos agresivos pueden observarse en diferentes especies animales, sobre todo en relación a la supervivencia, muchas dependen de tal según el grado de agresividad que muestren, y así lo explica el darwinismo social*, creencia que Hitler inculcó sobre sus seguidores, hecho que puede explicar el uso de la violencia y las agresiones de forma periódica y normal.

Es un hecho que Hitler veía a los judíos y a otras razas o etnias como una amenaza a su integridad, desde su enferma perspectiva pensaba que gente productiva y con notable participación en la sociedad, era una “amenaza” para su mundo, entonces su justificación era que no asesinaban personas, sino que simplemente eliminaban una “plaga” algo que podía perjudicarlos, esto es una enfermedad mental que ocasiona que el individuo distorsione de forma grave su percepción de la realidad y también es un fuerte inhibidor de la moral y la ética.

Pero ahora veamos algunas de las palabras del poeta nazi Gunter Grass.

¿Por qué he callado hasta ahora? Porque creía que mi origen, marcado por un estigma imborrable, me prohibía atribuir ese hecho, como evidente, al país de Israel…. Potencia nuclear que pone en peligro la paz mundial.

 MMMMMMMMMMMMMMM………………. parece que la vieja ideología enferma del nazismo hace nuevamente estragos fuertes, en la personalidad de este individuo, podemos ver manifestaciones notables en el comportamiento de Grass, de su antigua enfermedad, tal vez la larva del nazismo siempre ha estado ahí DENTRO DE GRASS LATENTE Y ESPERANDO EMERGER pero hasta ahora se atrevió a salir amparada en la palabras de un poeta que recibió un nobel de literatura, y bueno Israel NO AMENAZA a nadie con exterminarlo, de hecho hay muchos descubrimientos científicos positivos para la humanidad hechos por judíos, el estado de Israel a pesar de ser pequeño aporta buenas cosas para todos.

Pero no es extraño ver a un viejo miembro de la elite nazi (la fuerzas de la SS) desbordarse con odio hacia los judíos, amparado en la ideología enferma de que los judíos son una amenaza para el mundo, no es extraño que lo haga, aunque si ES MUY REPROBABLE.

Pero yo le preguntaría a este viejo nazi ¿Qué NO LE BASTARON SEIS MILLONES DE JUDIOS MUERTOS? ¿QUIERE VER MÁS?

En fin ASI ANDA EL MUNDO, premios nobel nazis, agresores-victimas, y gente productiva y ética tachada de lo peor.

Y el título del artículo de la jornada, me parece muy acertado “el redoble de Gunter grass” efectivamente el viejo nazi incorporándose de nuevo a las antiguas filas del nazismo, un título bastante acertado.

Pasen excelente tarde apreciados, aunque existan personas que odian la verdadera paz y la justicia.

¡Hasta pronto!