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Cordero de Dios… ¿o de Juan y de Pablo?

Dice el libro atribuido a alguien que denominan Juan (cap. 1, verso 29): “Al día siguiente vio a Jesús que venía hacia él, y dijo: He ahí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. “
En otro lugar de la oscura compilación el cabecilla de los misioneros afirma en la misma línea (1 Corintios, cap. 5 , verso 7): “Porque aun Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado.”

En ese mundillo de fe y absurdos es evidente que el sacrificio pascual es de un cordero destinado a quitar pecados.
¿Será cierto?

Antes de responder a esta pregunta absolutamente válida y necesaria, parece superfluo pero no está de más decir que un hombre no es un cordero; que la muerte tormentosa de un hombre a manos de la “justicia” romana no es el sistema ritual de sacrificios santificados por la Ley de Dios; que el cordero pascual y los ritos sacrificiales no eran representaciones figurativas ni profecías de un futuro mesías, sino hechos cotidianos y corrientes en épocas que existía un Templo de Dios en Jerusalén. Es tonto realmente tener que decirlo, porque parece más que evidente que un hombre no es un cordero, pero durante siglos hay personas que siguen creyendo con total firmeza de que un hombre es un cordero, que una pena de muerte romana es un sacrificio ritual y que el sistema de sacrificios establecido en la Torá no es más que un arquetipo para que sea cumplido por un fracasado al que se le atribuye carácter mesiánico.
Sí, son disparares, pero con la fe hasta esto es admitido y reverenciado como si fuera algo sagrado.
Es triste que así funcione la mente de los seguidores de tal personaje, sea que lo llamen Jesús, Ieshu, Yeshuah, o con cualquier otra denominación.
Es patético que en bases tan toscas y enfermizas se sostenga la “espiritualidad” de cientos de millones de personas, pobres atribulados que cargan sobre sí los mitos del imperio romano que los sigue sometiendo con sus engaños y astucias. Sea con el ropaje de cristianismo, catolicismo, supuesto judaísmo mesiánico, falsos benei anusim, imposibles descendientes de la tribu de Efraín, netzaritas, entre otras sectas y títulos cada vez más extraños y enajenados.

Ahora, retornemos a la primer pregunta: ¿El cordero pascual estaba destinado a limpiar o quitar de pecados al mundo?
Veamos qué nos indica el sagrado texto de la Torá:

Exo 12:1  Y el SEÑOR habló a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo:
Exo 12:2  Este mes será para vosotros el principio de los meses; será el primer mes del año para vosotros.
Exo 12:3  Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: «El día diez de este mes cada uno tomará para sí un cordero, según sus casas paternas; un cordero para cada casa.
Exo 12:4  «Mas si la casa es muy pequeña para un cordero, entonces él y el vecino más cercano a su casa tomarán uno según el número de personas; conforme a lo que cada persona coma, dividiréis el cordero.
Exo 12:5  «El cordero será un macho sin defecto, de un año; lo apartaréis de entre las ovejas o de entre las cabras.
Exo 12:6  «Y lo guardaréis hasta el día catorce del mismo mes; entonces toda la asamblea de la congregación de Israel lo matará al anochecer.
Exo 12:7  «Y tomarán parte de la sangre y la pondrán en los dos postes y en el dintel de las casas donde lo coman.
Exo 12:8  «Y comerán la carne esa misma noche, asada al fuego, y la comerán con pan sin levadura y con hierbas amargas.
Exo 12:9  «No comeréis nada de él crudo ni hervido en agua, sino asado al fuego, tanto su cabeza como sus patas y sus entrañas.
Exo 12:10  «Y no dejaréis nada de él para la mañana, sino que lo que quede de él para la mañana lo quemaréis en el fuego.
Exo 12:11  «Y de esta manera lo comeréis: ceñidos vuestros lomos, las sandalias en vuestros pies y el cayado en vuestra mano, lo comeréis apresuradamente. Es la Pascua del SEÑOR.
Exo 12:12  «Porque esa noche pasaré por la tierra de Egipto, y heriré a todo primogénito en la tierra de Egipto, tanto de hombre como de animal; y ejecutaré juicios contra todos los dioses de Egipto. Yo, el SEÑOR.
Exo 12:13  «Y la sangre os será por señal en las casas donde estéis; y cuando yo vea la sangre pasaré sobre vosotros, y ninguna plaga vendrá sobre vosotros para destruiros  cuando yo hiera la tierra de Egipto.
Exo 12:14  «Y este día os será memorable y lo celebraréis como fiesta al SEÑOR; lo celebraréis por todas vuestras generaciones como ordenanza perpetua.

Este es el sacrificio pascual, el Pesaj, exclusivo de Egipto, aquel que Dios ordenó para ser hecho en una única ocasión, como preparación previa de la plaga final que posibilitaría la salida de los esclavos judíos de Egipto.
Si leemos con conciencia e imparcialidad notamos que en nada se relaciona este sacrificio con pecados, con remisión de pecados, con perdón de pecados, con borrar pecados, ni siquiera con cuestiones del mundo.
Es un sacrificio puntual, destinado a preparar la salida de Egipto. Los días previos el animal debía ser atado a vistas de los egipcios, para mostrarles que los judíos ya no estaban sometidos a los mandatos de Faraón, sino a los de Dios. Toda la preparación y banquete era una manifestación pública de orgullo nacional, de reafirmación personal, de poderío y no más de sumisión y esclavitud.
Cada grupo familiar debía tener su animal, el cual sería sacrificado a la noche, cuando da comienzo el día 15 de Nisán. Uno por grupo familiar. No uno general, no uno para todos, no uno por el mundo, sino que uno por grupo familiar, de acuerdo al número de personas que comerán de su carne. La forma de consumirlo, acompañado por hierbas, sin romper sus huesos, que satisfaga y no quede, que sea para todos y cada uno, son las pautas de que es un mensaje para los judíos y los egipcios: estamos listos para ser libres,para vivir como hombres plenos, no más como ratas de alcantarillas, no más como ovejas de pastores sedientos de dinero y poder.
Por si fuera poco, está explícitamente declarado que es un mandamiento para ser cumplido en Egipto, según el mismo texto enfatiza en más de una oportunidad.
El cordero, uno por grupo familiar, era de un año, no de más, no de menos.
Sin defectos, es decir sin cortes, sin magullones, sin heridas, sin laceraciones, sin partes faltantes.
Debía ser matado de forma ritual, con mucha delicadeza, para no quebrar sus huesos y para que la sangre se vertiera en tinajas destinadas a su recepción. Con esa sangre se marcarían las entradas de las casas de los judíos fieles al Eterno, aquellos que hicieron caso a este mandamiento específico, por lo cual al momento de la muerte de los primogénitos no habría difuntos en sus casas.
El cordero de cada grupo debía ser asado al fuego por completo, y da detalles la Torá al respecto.
Y su carne debía ser ingerida por los miembros de cada grupo familiar, toda la carne debía ser consumida aquella noche. Los restos deberían ser incinerados por completo al fuego, nada debía quedar de ese animal.
En recuerdo de aquel momento es que los judíos celebran la festividad de Pesaj, pero no actuando igual que aquellos judíos esclavos de Egipto, puesto que de hacer un sacrificio pascual al estilo del hecho en Egipto, se estaría violando el mandato de Dios, el que ordenó que este ritual fuera único y exclusivo para la víspera de la liberación de los judíos de la esclavitud de Egipto.
El texto es claro, no da para dobles interpretaciones.

Cuando se lee con conciencia y objetividad el texto, rápidamente se diluyen las fantasías de Jesús como “cordero pascual de Dios que quita los pecados del mundo”.
Porque es más que evidente de que el cordero pascual no es UN cordero sino decenas de cientos; que cada animal era de un año; sin lastimaduras; que es un animal y no un hombre; que no es para quitar pecados sino para preparar la salida de Egipto; que expresamente no se habla de limpiar pecados por medio de este sacrificio; que debe ser matado de forma ritual; que debe ser asado y específicamente al fuego, no por carbones ni es una alusión metafórica a tomentos o vinagres; que debe ser comido por completo en una noche y acompañado por matzá y hierbas amargas; que debe ser asado al fuego; que no deben quedar restos materiales del mismo; que debía ser hecho en Egipto la víspera de la salida de los judíos de Egipto; que era específicamente un mandato para los judíos y para nadie más; que los judíos debían estar listos para salir de Egipto; que su sangre no era para limpiar pecados sino para marcar las casas de los fieles y prevenir la muerte de los primogénitos (y solo de ellos) en las casas marcadas.
Sí, la persona que no se deja llevar por fantasías ni por locuras de la fe, rápidamente reconoce la trampa de los misioneros, de Pablo, de los mesiánicos, de todos sus secuaces de cada generación.
No se sostiene ni un momento esta tramoya ridícula del cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Ni siquiera con los habituales malabarismos manipuladores que hablan de sombras y prefiguraciones, de Jesús escondido en cada palabra del “antiguo testamento” en forma de misteriosas alusiones.
El texto es claro, la historia no es pasible de triquiñuelas, aunque los traficantes de la fe, los soldados del imperialismo romano no dejarán de inventar argumentos cada vez más disparatados para seguir sosteniendo como puedan estas patrañas.

Claro, es cuestión de fe… pobrecitos…

Ahora, cuando somos realistas e investigadores, encontramos que en la sagrada Palabra del Eterno se ha ordenado a los judíos el sacrificio pascual para las generaciones, que es diferente al que hemos visto que era exclusivo para la previa a la salida de Egipto.
Veamos si el Pesaj (sacrificio pascual) para las generaciones sí puede tener relación con el dichoso “cordero de Dios que quita el pecado del mundo”.
Vamos al texto sagrado:

Exo 12:42  Esta es noche de vigilia para el SEÑOR por haberlos sacado de la tierra de Egipto; esta noche es para el SEÑOR, para ser guardada por todos los hijos de Israel por todas sus generaciones.
Exo 12:43  Y el SEÑOR dijo a Moisés y a Aarón: Esta es la ordenanza de la Pascua: ningún extranjero comerá de ella.
Exo 12:44  Pero el siervo de todo hombre, comprado por dinero, después que lo circuncidéis, podrá entonces comer de ella.
Exo 12:45  El extranjero y el jornalero no comerán de ella.
Exo 12:46  Se ha de comer en una misma casa; no sacaréis nada de la carne fuera de la casa, ni quebraréis ninguno de sus huesos.
Exo 12:47  Toda la congregación de Israel la celebrará.
Exo 12:48  Pero si un extranjero reside con vosotros y celebra la Pascua al SEÑOR, que sea circuncidado todo varón de su casa, y entonces que se acerque para celebrarla, pues será como un nativo del país; pero ninguna persona incircuncisa comerá de ella.
Exo 12:49  La misma ley se aplicará tanto al nativo como al extranjero que habite entre vosotros.
Exo 12:50  Y así lo hicieron todos los hijos de Israel; hicieron tal como el SEÑOR había mandado a Moisés y a Aarón.
Exo 12:51  Y sucedió que aquel mismo día, el SEÑOR sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto por sus ejércitos.

Aquí se refiere Dios al mandamiento exclusivamente para judíos de celebrar el sacrificio pascual por las generaciones venideras, tal como reza el texto.
Y es muy explícito Dios al declarar que es un mandamiento, un ritual, un sacrificio, una carne, un mensaje, que está absolutamente vedado para los extranjeros, es decir, para los gentiles. Es un ritual exclusivo para judíos. Solamente la persona nacida judía o aquella que se ha convertido de acuerdo a la ley respectiva es admitido dentro de este ritual.
Es lo que dice Dios, está en la Torá, no es invento de hombres, no es como el llamado nuevo testamento una obra literario fraudulenta, creación del imperialismo romano. No señor, la Torá es obra sagrada, directa de Dios.

El mismo Dios luego explícito aún más las cosas al ordenar a los judíos:

Deu 16:5  No podrás sacrificar la Pascua en ninguna de las ciudades que el SEÑOR tu Dios te da,
Deu 16:6  sino que en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja para poner allí su nombre, sacrificarás la Pascua al atardecer, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto.
Deu 16:7  Y la asarás y la comerás en el lugar que el SEÑOR tu Dios escoja. Luego, por la mañana, regresarás a tu habitación.

Ciertamente no se hacían en cualquier lugar, sino expresamente en el lugar elegido por Dios para hacerlo: el monte del Templo. Que no es el Gólgota, ni cualquier otra parte de Jerusalén o del mundo.
Y debía ser comido por completo en el monte del Templo. Desde que David tomó posesión de Jerusalén y su hijo construyó el Templo, allí se debía hacer, en ningún otro lugar, sin excusas. Es en el monte del Templo y solamente allí.
Y debía ser un ritual exclusivo de judíos, sin intervención de extranjeros, ni de romanos, ni de húngaros, ni de rastafaris, solamente judíos.

Señalemos que tanto el Pesaj ordenado para Egipto como el posterior, el de las generaciones, sin parte de los mandamientos de Dios a los judíos.
Aunque fueron decretados previo a la entrega de la Torá en el Sinaí, igualmente son mandamientos de la “Ley”, eso que tanto detestan los seguidores de Jesús que se atrincheran con Pablo en la aversión a la Torá y la adoración a un hombre redentor.
Recordemos que la “Ley” ya fue establecida para toda la humanidad desde el mismo comienzo de la misma, puesto que Adam recibió una Torá simple, compuesta por seis mandamientos. Al igual que Noaj recibió la Torá noájica, compuesta por siete mandamientos. Posteriormente los judíos recibieron su propia y exclusiva Torá, la que concierne a la nación judía y con los 613 mandamientos correspondientes a ella.
Por tanto, los payasos teólogos que quieran decir que el mandato del cordero pascual en Egipto fue antes de la Ley, por lo cual “se demuestra” que es por fe en Jesús que la persona es salva y no por acatar los mandamientos, no es más que una mentira falta de fundamentos, plena de grotesca falsedad.
¡Cuidado con los teólogos! Doctores en “divinidad”, que son sirvientes de sus EGOs.

Volvemos a notar que no se menciona para nada en el texto sagrado que el cordero pascual, los decenas de miles de ellos en realidad, sean para quitar pecados, ni siquiera se roza el tema de los pecados y los ritos sacrificiales que posteriormente se establecerían al respecto.
Como cualquier niño con un poco de educación en Torá sabe, el pecado se remedia con arrepentimiento sincero, no con sacrificios de animales… ¡menos que menos con el cordero por grupo familiar que se sacrificaba para recordar el Pesaj!
Pero esto tan simple, tan cierto, tan claro, no lo es para el que está preso en su celdita mental, entre sus barrotes de la fe.
Ni tampoco salvo a “todos” el primer cordero pascual, sino solamente a los primogénitos que permanecieron en sus hogares marcados por la sangre del cordero del grupo familiar.

Los de la fe seguirán repitiendo los lemas de su religión, seguirán difundiendo mentira y error.
Para ellos está bien hacerlo, pues sus líderes son los que les marcan el ritmo que bailan. Desde sus comienzos sus líderes fueron expertos en mentir, en falsear, en presentarse con disfraces, en llamar “santo” a lo inmundo, en adorar falsos dioses.
Para ellos es cuestión de fe, aunque sea algo absurdo.
He visto las piruetas que hacen para transfigurar esto, adaptarlo a su conveniencia, ver simbolismos según les convenga, convertir en metáfora lo que debe ser tomado literal, inventar alusiones, etc… son expertos en mentira, no lo olvidemos…

Podemos y debemos respetar a las personas, pero es nuestra obligación demoler las creencias terribles. Es una tarea necesaria, para todo el que es fiel a Dios, un sincero constructor de Shalom.

Ahora, a la vista de las evidencias, ¿alguien en su sano juicio y con lealtad a Dios puede seguir invocando la patraña del cordero, llamado Jesús, de Dios que quita el pecado del mundo?

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Como un plus, ya que el argumento central es el de más arriba, te dejo el texto del procedimiento para el sacrificio por el pecado, el real y no el invento de los seguidores de Jesús.
Tómate tu tiempo y verás que termina por hundir por completo el engaño del Jesús cordero quitador de manchas:

Lev 4:27  «Y si es alguno del pueblo el que peca inadvertidamente, haciendo cualquiera de las cosas que el SEÑOR ha mandado que no se hagan, y se hace así culpable,
Lev 4:28  y se le hace saber el pecado que ha cometido, traerá como su ofrenda una cabra sin defecto por el pecado que ha cometido.
Lev 4:29  «Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda por el pecado y la degollará en el lugar del holocausto.
Lev 4:30  «Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará todo el resto de la sangre al pie del altar.
Lev 4:31  «Luego quitará toda la grasa, de la manera que se quitó la grasa del sacrificio de las ofrendas de paz, y el sacerdote la quemará sobre el altar como aroma agradable para el SEÑOR. Así hará el sacerdote expiación por él y será perdonado.
Lev 4:32  «Pero si trae un cordero como su ofrenda por el pecado, que traiga una hembra sin defecto.
Lev 4:33  «Pondrá su mano sobre la cabeza de la ofrenda por el pecado y la degollará como ofrenda por el pecado en el lugar donde se degüella el holocausto.
Lev 4:34  «Entonces el sacerdote tomará con su dedo de la sangre de la ofrenda por el pecado y la pondrá sobre los cuernos del altar del holocausto, y derramará todo el resto de la sangre al pie del altar.
Lev 4:35  «Luego quitará toda la grasa de la misma manera que se quita la grasa del cordero del sacrificio de las ofrendas de paz; y el sacerdote la quemará en el altar con las ofrendas encendidas para el SEÑOR. Así hará el sacerdote expiación por él, por el pecado que ha cometido, y será perdonado.

Kinesiología,bioética y ser noájida

Hace algún tiempo, comenté un post en donde se aludía al RaMbaM y allí el moré me preguntaba sobre la relación que hay entre lo que estoy estudiando y los mandamientos noájidas. Ayer se me ocurrió publicar lo que había comentado, pero ampliando el contenido; las reflexiones al respecto. Ahora comparto con ustedes mis reflexiones:

«A cada profesional vinculado a las ciencias médicas, que se relaciona con pacientes, se le  ha  depositado la confianza de que por medio de su intervención, producirá cambios en el estado del cliente/paciente. Desde el técnico o auxiliar paramédico hasta el médico más  renombrado y périto, tienen el deber de velar por mantener la integridad del paciente, sin ponerlo en riesgo ni tampoco a ellos mismos.

En éste contexto, los kinesiólogos,como profesionales de la salud, también tenemos que los principios de la bioética, que son:
1. No maleficencia: debemos evitar realizar consciente y voluntariamente acciones que puedan causar daño o perjudicar a los demás; no poner en riesgo la integridad o vida del paciente.Esto implica que debemos tener una formación, tanto teórica como clínica estricta y actualizada permanentemente para prestar servicios a nuestros pacientes.Es una responsabilidad de cada uno de nosotros.Tanto estudiantes como profesionales.
2. Beneficencia: debemos buscar o procurar lo mejor dentro de nuestras herramientas para asegurar el bienestar del paciente con nuestra intervención.
3. Autonomía: Debemos respetar la voluntad del paciente y su familia.Informarle sobre lo que realizaremos y tener su autorización (con exclusión de cuando se dan situaciones en que las personas puedan ser no autónomas como en caso de demencia o coma,etc.) A veces es preciso contravenir esto en pos del bienestar del paciente y tenemos que fundamentar el porqué .
4. Justicia: el trato y servicios dados al paciente, deben ser ecuánimes , sin importar la clase social,económica,credo religioso, tendencia polítca,sexo,etc.

A nivel nacional, un kinesiólogo, puede desempeñarse tanto en la investigación como en la clínica . Respecto a ésta última, si, por ejemplo tenemos un paciente en UCI y no tomamos la decisión correcta a la hora de intervenirle,procurando no dañarle y buscar su bienestar, podemos generar secuelas o incluso la muerte (por yatrogenia).En el área traumatólogica, por ejemplo, podemos marcar la diferencia en ciertos casos entre rehabilitar y permitirle retomar sus actividades previas; a mejorar su calidad de vida o dejarlo con nuevas alteraciones o incluso invalidez.Estas situaciones permiten ilustrar lo siguiente:

  1. Cada uno tiene una responsabilidad social con la labor que realiza, que debe asumirse con compromiso. No debe ser nuestro interés el ganar dinero a costa del bienestar de un paciente y dejar de lado a aquellos más vulnerables por falta de recursos.
  2. .Segundo, estamos tratando con seres humanos, creados a imagen y semejanza de D-os (entiéndase esto no como algo físico,pues D-os es incorpóreo). Si  pudo evitarse alguna consecuencia, pero no se hizo,actuamos con negligencia y puede llegarse a transgredir la ley noájida de no matar.
  3. Finalmente, se debe actuar dando lo mejor de sí y entregando un trato justo a quienes requieren de nuestros servicios, sin importar asuntos personales y, como se mencionó más arriba,  la condición socioeconómica.No porque alguien sea pobre se le va a dar una atención de segunda categoría, porque no hay ser humanos de segunda clase.Todos somos iguales ante D-os y nadie ni peor es  mejor por tener más o menos dinero. Al no actuar de esta forma, se atenta contra el deber de velar por la justicia social, que debe cumplir todo ser humano, en dondequiera que viva, sea a nivel individual o por medio del establecimiento de cortes de justicia que velen por una sociedad mejor y más justa, sustentada en los 7 Mandamientos  Noájidas (Shevá Mitzvot Bnei Noaj)  entregados por el Eterno a la humanidad.

Ser humano

Existen días trascendentes para la humanidad en el correr del tiempo, así quiso el Eterno que fuera, tiempos y épocas, momentos en los cuales hay lo que aprender.

El mensaje que quiero compartir es simple y sencillo, a propósito de este día tan especial que esta por entrar, me refiero al Iom Kippur o día de la expiación.

Esta sagrada casa de estudio, tiene un aspecto muy destacado que de hecho he visto en poquísimos lugares.

Aquí se imparten clases, estudios, técnicas y conocimientos de cómo lidiar con nuestra tendencia hacia lo negativo modernamente  llamada “ego”, aquello que nos estanca como personas, nos obstaculiza para no dejarnos elevar como seres humanos y tener plenitud en este mundo, aquí en esta sagrada casa de estudios se proporcionan diferentes herramientas para crecer y refinarnos a través de estudios, investigaciones, clases que nuestro Maestro tiene a bien proporcionar a todo aquel que lo quiera aprovechar.

Finalmente ese es un mensaje poderoso del día de la expiación, retornar a la buena senda, hacer brillar la esencia del ser humano y reconocer a Hashem como Amo y Soberano del universo.

¿Pero como podemos dejar un camino equivocado sino podemos lidiar con nuestra tendencia hacia el mal?

Dejar un camino equivocado puede no resultar sencillo mucho menos sencillo si no puedes lidiar de forma constante con la tendencia hacia lo negativo y claro que esto es algo humano, no es algo demoniaco o de “gente mala”, así fuimos hechos con tendencia hacia lo bueno pero también hacia lo malo, sin embargo es necesario lidiar con dicha tendencia hacia el mal para que de forma efectiva podamos cambiar nuestra “forma de ser” retornar a nuestro origen, y mira amigo querido, apreciado lector en este sagrado lugar de estudios precisamente esa es la principal misión “conocer y ubicar en su lugar correcto a nuestro ego” mediante técnicas del pensamiento traducidas en actos reales.

Sin las herramientas adecuadas y verdaderamente efectivas para hacerlo, podrás arrepentirte mil veces y rogar perdón mil más, pero si no puedes ubicar al ego en su lugar respectivo, de nada servirá porque seguiremos haciendo lo mismo, andando por caminos oscuros, faltos de vida y de mucho pesar.

Un mensaje para este día tan especial es “estudiar, compartir y aprender junto a muchas otras personas, para hacer una verdadera expiación para toda la humanidad, a través del cumplimiento de nuestros mandamientos y un manejo correcto del ego con todas las herramientas que aquí se brindan”.

Comparte fulvida amigo mío, estudia y aprende a cómo lidiar con tu ego para que con eso puedas cumplir con los mandamientos que te fueron dados.

Mis mejores deseos para que sean inscriptos y sellados en el libro de la vida, y que haya muchas cosas buenas para toda la humanidad en los días que vienen.

¡Un abrazo y hasta pronto!

 

Isaías 29:13

¿A qué y a quién se refiere el profeta Ieshaiau/Isaías 29:13?

Es sabido que los pérfidos misioneros, (mesiánicos, netzaritas, ebionitas, falsos judíos, caraítas, falsos sefaradíes, supuestos descendientes de tribus perdidas, evangélicos, cualquier otra denominación cristiana similar), entre otros impostores de la fe, andan usando este versículo como un vehículo para promover sus mentiras, confundir, sembrar el caos, corromper, hacer propaganda de la religión rebelde, burlarse de los leales de Dios, entre otras maldades terribles.
Ya desde las páginas del profano “nuevo testamento”, en el evangelio atribuido al poco santo Mateo, se pretende hacer creer que este verso es un ataque profético en contra de los Sabios de la Torá Oral.
¿Será cierto que es una denuncia en contra de los verdaderos Sabios del Talmud, los conocidos como “fariseos”?
¿Será que el profeta de la Verdad, Isaías, realmente amonesta a los Sabios de la Torá y los declara ignorantes, perversos, herejes?

¡Por supuesto que NO!
Es evidente que el profeta Isaías NO está violentando a los Depositarios de la Torá, a los Maestros de la Luz, a los Líderes del Conocimiento Sagrado, a los Guardianes de la Tradición.
¡Nada más lejano a la voluntad del profeta, enviado por Dios, que perturbar el legado de Israel con ataques fantasiosos y poco santos!

Cuando usamos nuestro intelecto (y no la fe de los religiosos vacíos de espiritualidad),
y nos apoyamos en el conocimiento (y no en la vanidad de los idólatras),
y mantenemos nuestro corazón humilde ante la evidencia real (y no inventamos realidades alternativas, de acuerdo a nuestro deseo, como los traficantes de la fe),
y tenemos amor y respeto por Dios (y no hipocresía en todas las dimensiones, como misioneros),
rápidamente comprendemos el significado real y profundo de lo que el profeta quiere enseñarnos en este pasaje.

Ante todo, recordemos que el versículo debe ser entendido en su contexto, tanto literario, como histórico, cultural, temporal, etc.
Por tanto, no es bueno tomar un solo versículo, fuera de todo marco, y con ello pretender elaborar doctrinas, leyes o “teología”. Ese procedimiento aberrante, falto de honestidad, es el que acostumbran a emplear los misioneros, pero no podemos nosotros hacer como esos perversos. ¡Dios no permita!

En su contexto el profeta está hablando de falsos entendidos, de gente que no sabe leer, que no sabe comprender, que no cuenta con la clave para decodificar los mensajes, que son ajenos a la cadena de la sagrada Tradición.
Así pues, no es de los Sabios que el profeta está hablando, sino precisamente de los FALSOS sabios. Gente que son de la patota malquistada de los pastores de iglesia, supuestos rabinos mesiánicos, ilustrados necios que saben manipular los corazones pero carecen de entendimiento sagrado, gente hábil para el negocio de ser pedigüeños y obtener diezmos y otras prebendas pero son incapaces de servir con lealtad a Dios.
El profeta claramente está denunciando a esos religiosos, llenos de ritos, aleluyas, reclamos de diezmos y tributos, ejercitados en levantar la mano derecha y “clamar a Dios”, gente hueca pero astutamente preparada para el negocio de la religión. Gente que es esclava del EGO y por ello ausentes de lealtad a Dios y Sus mandamientos.
Esos que no tienen empacho en hacerse llamar “rabino”, “haham”, pastor, profeta, hombre del Señor, pero que no son más que pobres diablos, con sus almas opacas, sus espíritus encerrados detrás de los ardientes barrotes de las celditas creadas por sus EGOs.
Tal cual dice el profeta:

"Toda la visión será como las palabras de un libro sellado. Cuando lo dan al que sabe leer y le dicen: ‘Por favor, lee esto’, él dice: ‘No puedo, porque está sellado.’
Y cuando dan el libro al que no sabe leer y le dicen: ‘Por favor, lee esto’, él dice: ‘No sé leer.’"
(Ieshaiá / Isaías 29:11-12)

Tú que has pasado por iglesias, que aún estás en alguna de ellas, aunque la llames sinagoga, sabes de qué te estoy hablando.
Ese pastor tuyo, aunque le digas ahora rabino, es exactamente uno de los que está describiendo el profeta.
Es así, gente inculta, obtusa, ciega, carente de toda vitalidad espiritual, faltos de las claves sagradas para conectarse con el texto sagrado, miserables llenos de pecados y orgullo.
Y tú, sí tú, si eres misionero, si eres mesiánico, si eres oveja de esta gente, no eres mucho mejor en lo que a lealtad a Dios y respeto se refieren.
Me da pena decirlo, me molesta sonarte agresivo, pero prefiero parecerlo y no ser cómplice de la maldad, el odio, la rebelión, el caos.
Porque de gente así es de la que está hablando el profeta.
Sean judíos, que se llenan de “jumrot” innecesarias, claramente antagónicas con el espíritu y letra de la halajá.
O sean falsos judíos, esos mesiánicos o similares, que se inventan su propia religión.
O sean los seguidores de falsas deidades, pero que se hacen pasar por personas de Dios.
A todos ellos está señalando el profeta Isaías cuando está denunciando en estos versículos.
A los que no saben leer, porque son ignorantes… cosa que es mala, pero que se empeora al hacerse pasar por entendidos y revelados por Dios.
A los que saben leer, pero carecen de la capacidad de penetrar en el sentido real del texto, porque para ellos permanece cerrado, sellado… cosa que es mala, pero que se empeora cuando se hacen pasar por líderes espirituales, por personas dedicadas al crecimiento integral pero no son más que mezquinos holgazanes muy entrenados en el negocio de estafar con religión a los que les prestan atención.

Lee las palabras del profeta que te he citado. No creas en lo que te digo. No preciso que me creas, sino que leas, entiendas, analices, preguntes, indagues.
Está muy claro.
Es muy sencillo de ver, si es que no tienes tus ojos tapados y tu corazón cegado y tu cerebro entumecido.
Claramente el profeta NO está hablando de verdaderos Sabios, puesto que ellos saben leer, ellos saben penetrar en los sentidos de lo que está expresado.
¡Por algo son verdaderos Sabios!
No lo serían si fueran mediocres pedantes que se dedicaran a mandar a los demás bajo la excusa de que son “grandes”, “pontífices”, “predicadores” y por ello, solamente por sus “titulitos” deben ser admirados y aprobados.
¡Justamente es contra eso que se está levantando el profeta Isaías!
Contra los “doctores en teología” que te vienen a predicar “la palabra”, pero no son más que mentiras, engaños, falsedades, lemas podridos de religión que no tienen un gramo de espiritualidad.
Porque los verdaderos sabios no precisan esconderse detrás de “titulitos”, ni someter a la gente por miedo, ni presionar, ni amenazar, ni silenciar a los que están en divergencia, ni maldecir a los que piensan diferente, ni tratar de “hijos de serpiente” a los que no les dicen “amén” a todas sus estupideces.
Compara a los verdaderos Sabios con gente como el adorado falso dios de la cruz.
Éste maldijo, insultó, agredió, a los que cometieron el “pecado” de pensar diferente a sus payasescas fantasías. Condenó a muerte a los que no siguieran como borregos sus prédicas llenas de vicio y mentira.
Y de acuerdo a ese deplorable modelo han vivido durante dos mil años sus seguidores.
Demuéstrame que es mentira lo que te digo, o por el contrario pon argumentos que lo confirmen. Te invito a hacerlo. No me creas, estudia, analiza, sé leal contigo mismo y con Dios. ¿Eres capaz de dejar de repetir lemas y doctrinas y comenzar a pensar y hacer brillar tu luz espiritual?
¿Eres capaz?
Espero, realmente, que sí… pero el EGO es tan fuerte (en apariencia). Las doctrinas se te han implantado tan profundo. Te han sometido a tanta manipulación emocional y vejamen, que en el fondo dudo que puedas salir a la libertad, romper las cadenas con la religión, ser libre para ser obediente para con Dios.

Entonces, llega el profeta al verso que nos convoca y dice:

"Dice el Señor: ‘Por cuanto se aproximó este pueblo, con su boca y con sus labios Me honró, pero su corazón se alejó de Mí; y su reverencia a Mí es un precepto de personas, tal como han sido entrenados."
(Ieshaiá / Isaías 29:13)

¿No es exactamente lo que te describí líneas más arriba?
Gente que se llena la boca de aleluyas y amén.
Dicen la palabra “dios” cada dos palabras.
Repiten con fidelidad estéreo pasajes de la “biblia”.
Saben de memoria todas las respuestas prefabricadas que demuestran “la verdad” de su religión.
Cumplen con religiosa precisión los ritos de sus dogmas.
Son incapaces de dudar, puesto que si dudan se van al infierno.
Son paralíticos a la hora de caminar por un camino propio, sino que marchan lisiados por donde su pastor les marque… al ritmo del pastor.
Sí, sus bocas están llenas de clamores e invocaciones, de versículos y “tejilim”, pero en lo profundo están secos.
La religión mató al espíritu.
El EGO marchito la conexión con Dios.
Sus corazones no están con Dios, aunque hablen de Dios a cada rato.
Sus dogmas no son puras, aunque digan que son “bíblicas”.
Su fidelidad a sus líderes no es lealtad a Dios, sino a hombres.
Sus enseñanzas parecen muy bellas, muy beneficiosas, muy espirituales, pero solamente son apariencias.
Ellos no aman a Dios, no lo respetan, sino solamente viven tal y como les enseñaron.
Son entrenados y así viven.
Son amaestrados y amancebados y así continúan.
No analizan, no cuestionan, no critican, no piensan, no razonan, solo cumplen lo que sus pastores les dicen, lo que en sus casas les enseñaron.
Tienen fe, para ellos es suficiente.
Y eso es absolutamente lamentable.
Su fe es una ofensa.
Sus dogmas rebelión.
Su religión es la pornografía de los sacro.
Corrupción abunda en sus negociaciones.
Aunque hagan cosas buenas, no las hacen por bondad, sino porque eso les han inculcado, temen romper el molde, temen las consecuencias, se dejan llevar por temor.
Son cáscaras, máscaras de cara bondadosa, pero dentro es un oscuro hogar lo que impera (ver aquí).

Por supuesto que para aquellos que conocen a los Sabios les es evidente que es imposible que el profeta se refiriera a ellos con estos términos.
Nadie llegó al grado de Sabio de la Torá por ser hipócrita, por ser religioso, por ser de doble cara, por ser un holgazán astuto en comerciar y manipular.

Los verdaderos Sabios, los “fariseos”, eran maestros de Torá por mérito propio, adquirido y sostenido con estudio, esfuerzo, dedicación, lealtad total a Dios, cumplimiento dedicado de Sus mandamientos, honestidad, integridad, capacidad de interrogar y responder, entre otros atributos que hacen de una persona que sea admirable realmente.

Concluyamos con las palabras del excelente Malbin:

"Dice el Señor: ‘Por cuanto se aproximó este pueblo", ellos piensan que con tales afirmaciones se aproximan a Mí y se acercan a Dios, a causa de que magnifican y adoran la Palabra de Dios que está más allá del alcance de cualquier ser humano, pero en realidad "sólo su boca y sus labios me respetan", precisamente con esto es que ellos distancian su corazón de Mí.
Porque creen que haciendo esto están cumpliendo con el mandamiento de Dios y Sus enseñanzas, como si todo fueran actos externos sin pensamiento ni intención. En su opinión son cuestiones materiales sin nada más, no hay intelecto ni ciencia en ellos.
Así ocurre que "su reverencia a Mí” es meramente “un precepto de personas", que es resultado del "ser entrenados así" y están acostumbrados, esto es que se han acostumbrados desde su infancia y es su costumbre sin intención y sin pensamiento. Saben que son los mandamientos de Dios, pero no los hacen porque los ordenó Dios, sino porque así les inculcaron sus padres y sus antepasados, y hacen sin saber el sentido sino porque así fueron entrenados a practicar. Por medio de estas acusaciones el profeta pretende que el hombre no solamente cumpla con los mandamientos, sino que también estudie y comprenda el sentido de ellos, profundice intelectualmente en sus acciones.

Resp. 1023 – ¿Ladron que roba a ladron?

Pakirri nos consulta:

1- ¿Seria valido desde la perspectiva de las 7 leyes, cobrarse lo que le hayan robado a uno, cuando no es posible acudir a un tribunal?
2- ¿Es valido engañar a una persona que te puede robar?
3- ¿Engañar a una persona que te esta engañando?
4- ¿Y si la persona, potencia ladron, resulta un familiar?

Disculpe si ya se ha tratado el tema antes, pero creo que se merece tratar a mas profundidad.
Pako Moreno, 33, Vendedor, Monterrey, Mexico.

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Resp. 1017 – Maldiciones trans-generacionales de padre a hijo?

ioshua nos consulta:

EN LA TORA ESTA CLARO QUE D-OS NO CASTIGA A LOS HIJOS POR LOS PECADOS DE SUS PADRES. PERO HAY ACASO, ALGUNA EXPLICACIÓN PARA LOS MALES CONGÉNITOS,ESAS ENFERMEDADES QUE LAS TIENE EL PADRE Y EL HIJO Y DESPUÉS EL NIETO…..GRACIAS!!
ESTARÉ ATENTO A SU RESPUESTA.
JUAN CARLOS SALAZAR 40 AÑOS EMPLEADO, IBAGUE COLOMBIA

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Conocimiento de vida

En todas las épocas, pero con mayor intensidad en la nuestra, hubo y hay gente que con total convicción e ingenuidad dicen: «busca en tu interior la verdad, que allí está«.
Basados en estas creencias se apoyan innumerables religiones y sectas.
Si no me equivoco, todo lo de la Nueva Era (y lo derivado de ella) se sustenta en creencias del estilo.
Se habla del dios interior, del ser un dios, de secretos metafísicos para alcanzar el éxito al controlar al universo, entre otras creencias.
Lo dicen como si la persona fuera la medida de todas las cosas, como si el criterio personal fuera el patrón de medida para reconocer la validez y autenticidad de las cosas.
Por consiguiente, no existe “bien” ni “mal”, ya que cada cual es quien define las cosas. Todo es “relativo”, y en supina ignorancia mezclan a Einstein con esto y a la física cuántica, como método tergiversado de demostrar sus creencias al apelar a nombres insignes, cuerpos científicos complejos, conceptos escabrosos para el promedio de los mortales.
Abundan en palabrería hueca y sin sentido, pero que en magistral pirueta circense parece corroborar sus creencias.

Se apoyan en enunciados indemostrables, pero siempre bien esgrimidos con técnicas de manipulación y/o mercadeo.
Declaran poder, pactos con deidades, capacidad para profecías y milagros. Son demiurgos, creadores, sanadores, salvadores, enlaces con la vida perfecta.
Todo ello gracias a “demostrar” que todos somos dios, que cada uno es parte del “todo”, que cada senda es una senda a la deidad, etc.
Los babas, gurúes, iluminados, pastores, rabinos, cabalisteros, jasideos, abundan a la hora de fortalecer tales creencias.
Es una fiesta para los traficantes de la fe.

Pero, ¿es así en la realidad?
¿La verdad está dentro de cada persona?

Comencemos una respuesta con una sencilla evidencia que resulta incontrovertible.
Mira por favor la imagen que acompaña a este texto, hazlo con cuidado, pon toda tu atención en esto.
Ahora responde, ¿estás viendo que hay una espiral doble, uno de los brazos es verde y el otro celeste/azul?
¿Es verdad que lo estás viendo?
Vamos, mira nuevamente por favor. Tómate todo el tiempo que desees.
¿Listo?
Ciertamente todos vemos el verde y el azul, pero realmente es solamente el color verde el que allí se encuentra.
Puedes comprobarlo abriendo la imagen en un programa de edición de imágenes, usa luego el selector de color; o emplea alguna herramienta añadida a tu navegador de internet; o delimita una pequeña porción con tus dedos de lo que estás viendo celeste y otra de la que estás viendo verde.
Vamos, hazlo por favor.
La realidad no es la que tus ojos y cerebro te brindaron, sino otra bastante diferente.

Con esto tan simple, tan sencillo, tan banal ya se derrumba el mítico poder de la “verdad interior”.
Somos víctimas de nuestra limitación como humanos.
Ni siquiera podemos estar seguros de lo que estamos viendo en este mismo momento.
¿Cómo aventurarnos a presumir algo acerca de lo que está por completo por fuera de nuestra capacidad?

Sin embargo, el hombre es terco.
Su EGO es poderoso, aunque en realidad es un pobre impotente, y por tanto no admite su derrota, sino que se empecina y enceguece hasta que le den la razón, por las buenas o no tantas.
Ya se está inventando excusas, argumentos, justificaciones. Peleará hasta el fracaso antes de admitir que no tiene razón.

Así pues, veamos ¿qué es lo que el Eterno tiene para decir al respecto a la “verdad interior”?

En la sagrada Tradición reconocemos que el patrón real acerca de las cosas lo pone el Eterno, Él y solamente Él es quien determina lo bueno y lo que no lo es, y ÉL quien decide lo que es permitido hacer de lo que no lo es.

Tristemente se sigue ignorando esta verdad, y por lo tanto el relativismo moral cunde: hay personas que llaman «bueno» a lo «perverso» y que llaman «misericordia» a la simple y vacía «flojera».
Los asesinos y depravados son elogiados y respaldados por incautos y por poderosos, en tanto se lacera y acusa a los que se defienden para meramente sobrevivir y ser.
Los honestos viven tras rejas, temerosos, impedidos de disfrutar su libertad; al tiempo que los delincuentes e inmorales vagan con impunidad por doquier, sin siquiera un asomo de responsabilidad o arrepentimiento.
Así anda el mundo adoctrinado por la religión (que va desde el ateísmo más militante al ritualismo ortodoxo de cualquier secta de creyentes religiosos), cada recoveco saturado de EGO, desprovisto del Norte fiel e inquebrantable de la ética espiritual que proviene de la línea directa con la divinidad.
Todos somos dioses, al decir de estos creyentes, porque no hay un Dios.
¿Es así realmente?

El hombre NO es la medida de todas las cosas, en palabras del Tanaj (el mal llamado “antiguo testamento”):

«Así ha dicho el Eterno: ‘Maldito el hombre que confía en el hombre, que se apoya en lo humano y cuyo corazón se aparta del Eterno.
Será como la retama en el Arabá; no verá cuando venga el bien, sino que morará en los pedregales del desierto, en tierra salada e inhabitable.
»
(Irmiá / Jeremías 17:5-6)

Son palabras muy duras, pero que no dejan dudas: aquel que convierte la ética en una cuestión de valoración personal, o que hace del hombre su sistema de medida, termina por vivir en un desierto, sin bien y con mucho mal.
Ni la persona, ni un grupo de personas son los patrones de medida para definir lo bueno de lo que no lo es, solamente el Eterno es quien hace esto.

No está en el interior del hombre la respuesta a todas las cosas del mundo, sino en la Palabra del Eterno que ha sido interiorizada en el ser humano.
No está en los fantasmas, máscaras, actuaciones del Yo Vivido nuestra verdad, sino en la conexión con lo más puro que llevamos dentro, nuestro Yo Auténtico, que nos vincula constantemente con el Eterno.
No somos dioses, no llevamos dioses en nuestro interior, pero sí tenemos la esencia divina en nuestra anatomía multidimensional.
Esta esencia está en armonía con los mandamientos dados por el Eterno, a cada uno de acuerdo a su identidad espiritual (de acuerdo a si es noájida o judío).

Notemos lo que el sabio Salomón anuncia:

«escucha Tú (Eterno) en los cielos, el lugar de Tu morada, perdona y actúa.
Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón [porque sólo Tú conoces el corazón de todo hombre];»
(1 Melajim / I Reyes 8:39)

El Eterno conoce el camino de las personas, es decir, aquello que la persona hace, por donde sus pasos le van llevando, que construye con sus decisiones.
El Eterno conoce lo que el corazón de cada uno atesora, los motivos de sus actitudes, incluso aquello que para la persona es desconocido de sí misma, Él lo conoce.
El Eterno es bueno y misericordioso, perdona, es paciente, encuentra la forma de mitigar el mal que la persona se auto provoca, sin embargo, de acuerdo a sus acciones es que el Eterno lo retribuye.
Si el corazón de la persona está en sintonía con la Palabra del Eterno, habrá gozo; pero si el corazón está en desarmonía con el Eterno… ¿acaso gozará?
Podrá parecer libre, salvo, alegre, sin estrés, exitoso, lleno de esperanzas y bienestar… ¿pero es esto real?

Hay un versículo que pareciera dar un vuelco a esta reflexión, que nos induciría a pensar de que es cierto lo que creen que tenemos la verdad en nosotros.
Prestemos atención:

«Ciertamente muy cerca de ti está la Palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.»
(Devarim / Deuteronomio 30:14)

Pareciera como si el versículo admitiera que el conocimiento está dentro de la persona, que es subjetivo y no depende de referencias permanentes externas.
La Palabra está en el corazón y en la boca, es decir, cada uno de los judíos podría ser poseedores de la verdad en su ser y que cada palabra que expresare es verdadera.
Pareciera como si la voz del Eterno escuchada en Sinaí por tres millones de individuos fuera una voz más en el concierto desafinado del universo, una voz con el mismo valor y peso que todas las demás voces. Como si el deseo del Eterno expresado explícitamente por Él estuviera en el escaparate del cual uno puede escoger lo que mejor le parezca.

Sin embargo, si somos atentos, sin necesidad de ser muy profundos, podemos notar que en realidad el versículo no está indicando que el conocimiento a encontrar dentro de la persona es el SUYO, sino que es el conocimiento que proviene de la Palabra, es decir, de la Torá.

Por tanto, nuevamente reconocemos que para el Eterno no es la persona la que decide el valor de las cosas, ni la que determina lo bueno y lo que no lo es, sin que es Él quien lo hace.
Pero, sí depende de la persona el esforzarse por re-encontrar la Palabra del Eterno resonando en su interior, para de ese modo acatar con fidelidad Su deseo.

Recordemos el famoso midrash que nos enseña acerca de la Palabra del Eterno guardada en el interior del alma:

«…Una luz alumbra sobre la cabeza del feto en el útero y él puede vislumbrar de uno a otro punto del mundo… y no debes sorprenderte pues una persona duerme aquí pero su sueño puede estar viendo su sueño en España… se le enseña también toda la Torá de principio a final… ni bien el niño nace a la luz del mundo un ángel golpea sobre su boca y provoca que olvide completamente toda la Torá…»
(TB Nidá 30b)

Al feto humano en el útero materno desde Arriba se les enseña la Torá. No debiera entenderse por esto el texto que conocemos de la Torá, sino la esencia espiritual, el núcleo pre-creación, la raíz de la cual se desprende la realidad. Una Torá que es eterna y cuenta con una “vibración” que corresponde a los noájidas y otra diferente para los judíos. Es la Torá que sustancia la ética espiritual, que se manifiesta a través de los Siete Mandamientos para los hijos de las naciones y los 613 para la nación judía.
También, al feto se le muestra el gozo espiritual en el Más Allá.
Es un momento de plena conexión, desprovisto de experiencias mundanales, sin afectaciones, sin EGO, un vistazo al paraíso desde antes de nacer a este mundo.
Luego de esta completa instrucción, de esta sustanciación de su identidad espiritual, cuando ya está por nacer, el ángel le borra de la “conciencia” todo el conocimiento que se le había impartido. En realidad, en ese punto de su vida el bebe no tiene “conciencia”, no tiene aún cómo registrar en su memoria racional ningún recuerdo, mucho menos del período intrauterino, por tanto, no se olvida de nada que haya pasado por su conciencia, sino que aquello que estaba en su supraconciencia no entró a pasar a su conciencia.
Ese conocimiento sagrado, la verdad de la ética espiritual, la Palabra de Dios inscrita en el alma, queda impreso en los rincones ocultos de su inconsciente  y puede ser reencontrado, reconocido en su vida por medio del estudio y la reflexión adecuada.

Esto significa que el conocimiento lo tenemos en nuestro interior, pero no accedemos a él de manera directa y voluntaria.
Para que ese conocimiento interior sea provechoso no basta con buscar en nuestro interior, ni siquiera basta con desear con fuerzas alcanzarlo, sino que se precisa desbloquear las trabas que cierran la senda hasta él por medio de las claves adecuadas.
Está en lo profundo del inconsciente y no se accede por medio de palabras, porque fue incrustado en el ser en una sección que no maneja palabras, que no es racional, que existía antes de toda experiencia y relación interpersonal.
Para peor, se interpone una numerosa cantidad de “cáscaras” que son producto del EGO, que se interponen para que no podamos disfrutar de ese sagrado resplandor, de esa Luz espiritual que da sentido eterno a nuestra existencia mundana.
El EGO se encarga de desviarnos del conocimiento sagrado, nos hace vivir vidas de fantasía, actuamos personajes, huimos de miedos intensos, nos escondemos de nosotros mismos, llamamos yo al Yo –Vivido desconociendo la esencia perfecta de nuestro ser: el Yo Auténtico.
Voces nos pueblan, nos conquistan. Son voces que vienen de fuera pero que se hacen internas. Nos hablan, nos mandan, nos desmerecen, nos llenan de dudas, nos aterran, nos hacen extraviarnos y olvidarnos de nosotros. Nos hacen creer que somos dueños de la verdad, el centro del mundo al mismo tiempo de que somos impotentes y fracasados.
Es una paradoja dolorosa, pero real.
Y allí, al fondo, detrás de tanta máscara y cáscara, sigue resonando una sola y única vocecita sagrada, la que aprendimos del ángel, la que nos conecta con Dios constantemente, pero sin que le prestemos atención.

¿Cuáles son esas llaves para las puertas del conocimiento atesorado en nuestro interior?
La única manera de no engañarnos, de no creer que nuestras fantasías son verdades, es cuando comparamos nuestros pensamientos, nuestras intuiciones, nuestras sentimientos con el fiel perfecto de la Torá (la que nos corresponde) y los preceptos (que nos son propios, de acuerdo a nuestra identidad espiritual).
Cuando desbloqueamos las trampas del EGO.
Cuando no actuamos movidos por el miedo, la impotencia, la agresividad, el rencor, el afán irracional.
Cuando nuestros pasos vibran de acuerdo a la música sagrada y penetramos a través de las cáscaras y alcanzamos a conectarnos con nuestra esencia.

En el momento que la persona reencuentra alguna partícula de conocimiento verdadero, una llamarada de placer espiritual se extiende por su ser.
La persona que está en el camino del Bien goza con esta sensación de reencuentro, pues siente que está un poco más próximo a la Verdad, más estrecho su abrazo con el Eterno.
Pero la persona que no suele andar por el camino del Bien, sea por ignorancia o falta de esfuerzo, al sentir esa sensación del reencuentro con la Palabra, experimenta un vacío, que es aquel que se encuentra en su vida, y por lo tanto hace un esfuerzo para negar el conocimiento que ha reconocido. Lucha contra la luz reencendida en su interior y la ofusca con numerosos discursos y excusas.
Escapa rápidamente hacia la idolatría, se amansa ante un pastor, se disfraza de lo que no es, se vuelve religioso, se petrifica en rituales, repite lemas religiosos, se niega a ser libre, porque la libertad da miedo al principio, una sensación de estar perdido, cuando en verdad se está en el mejor momento.

Es triste, pero así padece buena parte de la humanidad, que llaman «placer» al engaño y «dolor» al verdadero goce espiritual.
Sin embargo, hemos nacido para reencontrarnos con esa esencia espiritual con la que estamos formados, para que el cuerpo y la neshamá -espíritu- trabajen en pos de la misma meta.

El Midrash (Otzar HaMidrashim, Ietzitrat Ulad, pag. 244 y 245, Eizenstein) nos relata con bellas metáforas el período de la concepción y gestación humana y nos aporta algunos datos más que son relevantes para nuestro tema:

Cuando está por ser concebido un humano,  el Todopoderoso ordena al ángel Laila: «¡Tráeme esa neshamá del Gan Eden -paraíso-!«, para que la introduzca dentro de la semilla germinal.
Sin embargo, la neshamá se resiste a que se la arranque de su fuente Divina, y se queja al Todopoderoso: «Yo soy pura y sagrada, unida a Tu Gloria. ¿Por qué es que debo ser degradada e introducida a un cuerpo humano?«.
El Eterno le responde: «No es como tú dices. El mundo en el cual vivirás es mucho más hermoso que el mundo del cual provienes. Fuiste creada con el solo objeto de que te conviertas en parte del ser humano y seas elevada con sus acciones.«

¿Captamos la belleza de esta enseñanza?
¡Éste Mundo, material y tan cargado de problemas, es potencialmente más bello que el mundo espiritual del cual proviene la neshamá!

¿Por qué?
Pues, porque en Este Mundo la persona (espíritu-cuerpo) está capacitada para crecer por medio del cumplimiento de las mitzvot, los mandamientos que le corresponden de acuerdo a su identidad espiritual.
La belleza de Este Mundo estriba entonces en cada acto que reencuentra a la persona con su neshamá, pues con cada reencuentro el grado de gozo de la neshamá aumenta.

Está en nuestras manos el hacer de Este Mundo un lugar de placer, ¿querremos intentarlo algún día?
Podríamos comenzar desde hoy…

¡Qué sepamos construir shalom!

Moré Yehuda Ribco

 

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • El artesano y las jarras
    «¡Ay del que contiende con su Hacedor, siendo nada más que un pedazo de tiesto entre los tiestos de tierra! ¿Dirá el barro al que le da forma: ‘¿Qué haces?’ o ‘Tu obra no tiene asas’?»
    (Ieshaiá / Isaías 45:9)

    • ¿Por qué es presentado el Eterno como un artesano y la persona como un jarrón de barro?
    • ¿Cómo se opone la gente al Eterno sin rebelarse directamente contra Él?
  • Superioridad
    «Los justos son superiores a los ángeles»
    (Sanedrín 93a)

    • ¿Cómo se explica esto, siendo que los ángeles son entidades espirituales sin inclinación a lo negativo?
    • ¿Cómo influye el autoengaño para que la persona sufra?
  • «El Rabí de Rozdoler decía: ‘Cuando me siento enojado contra alguna persona, yo pospongo la expresión de mi enojo. Yo me digo: ¿Qué pierdo si pospongo mi enojo?»
    (Niflaot HaRabbi, M.M. Walden, pg. 94)

Meditando

Pareciera que el hombre no es capaz de aceptar que no es el centro del universo ni el único protagonista en esta obra, que es el desarrollo de un plan no concebido por el.
Es tanta la soberbia que alberga en su corazón y la autosuficiencia, que no le permite admitir que hay una fuerza mucho mayor que el operando cada día en el normal devenir de los acontecimientos. Su EGO esta tan inflado que le lleva a concebir maquiavélicos planes para solucionar el caos imperante en el mundo.
Seamos lógicos y razonables, usemos la facultad con la cual nos doto el Creador, esa que tantas veces queda aparcada en un rincón y por su falta de uso ha traído tanta desgracia y oscuridad en la vida de millones. Formulemos una sencilla pregunta, ¿iba el Sabio Creador a dejar un espacio en blanco en un tema relacionado con el destino del espíritu del hombre, destino este que se vería afectado por su proceder en este mundo? ¿No dejaría desde un principio pautas o leyes de comportamiento para la normal convivencia entre semejantes, con vistas a un futuro en que un mundo mejorado se regiría por estas leyes? Hagamos un poco de historia muy rápidamente, el hombre, nace con una inclinación al mal, no con una mancha pecaminosa como sostienen algunos por ahí, pero también con la facultad de elegir lo bueno o lo malo.
Para pena del Creador y desgracia del creado este ha elegido lo malo desde el principio, la desobediencia de Adán y Eva, el asesinato de Abel a manos de su hermano Caín, y una larga historia de idolatría. Hay un punto álgido en la actitud de Nimrod, poderoso cazador delante de Dios, de quien se dice que cautivaba las mentes de los hombres para que le siguieran, por lo visto eran conocidas ya las técnicas de manipulación tan usadas hoy día por mucho “iluminado” que también cautivan a los incautos e ignorantes. Cuando la arrogancia llego a un punto escandaloso el Creador confundió los lenguajes para que el hombre se diseminara por la tierra. El pecado, la rebeldía contra el Creador trajo un numeroso abanico de falsos cultos y practicas no ordenadas por El, es verdad que también había hombres justos y temerosos que le honraban pues guardaban ese conocimiento que les permitía discernir entre lo sagrado y lo profano. En todas las generaciones hubo conocimiento de Dios en mayor o menor medida.
Cuando la maldad no pudo ser tolerada mas, pues parecía que a excepción de unos pocos la idolatría y la degradación moral dominaba cada aspecto de la vida, es tomada la decisión de barrer con todo lo creado por medio de un gran diluvio, pero había un varón justo, al cual se le encomendó la gran tarea de comenzar de nuevo, este justo se llamaba Noé. Viene el diluvio y comienza todo de nuevo, también la idolatría y la locura de las malas determinaciones. ¿Cuál era la forma de no desviarse y caer en la locura del alejamiento del Creador?, el cumplimiento de unas leyes, leyes que fueron dadas a Adán y confirmadas a Noé, mediante las cuales la sociedad seria armoniosa y el hombre se preparaba para un mundo mejor y perfecto en un futuro. El hombre es reacio a aceptar obediencia a lo que le signifique suprimir su EGO, las leyes eran dejadas de lado y de nuevo interviene el Creador, esta vez no por destrucción pues estaba el pacto hecho con Noé.
La existencia de leyes a cumplir nos provee de una sabia directriz para lograr armonía y equilibrio en este mundo, además de una preparación para el mundo venidero. ¿De donde sale la doctrina de que para llegar a Dios o comunicarse con el debe ser por medio de algún intermediario divino o semi-divino. Sencillo, el deseo de mantener a la masa unida bajo la directriz de la ignorancia. Las religiones son todas mas de los mismo, en resumen, un líder misterioso conocedor de los misterios del infinito y lo trascendental del alma humana, alguien con suficiente carisma para atraer a las multitudes detrás de su delirio, de su viveza, de su EGO.
Alguien dijo que la religión era el opio de los pueblos, el opio produce somnolencia y cansancio, un estado en el cual se hace complicado pensar, además de producir dependencia, eso son las religiones, te adormecen, te anulan la capacidad de razonar y dependes de ellas para todo, cárceles mentales en donde la personalidad, el alma y el espíritu están presos, en manos de los devoradores de almas, de los curas, pastores, falsos rabinos y falsos maestros.
Millones a lo largo de la historia se han apartado de la voluntad de Dios buscando en la idolatría, en las promesas, en la fama en lo falso, es hora de despertar, de salir de la oscura celda y ver la luz de la verdad, de lo real, fuera la idolatría y la mentira, la labor diaria es dura, muy dura, pero hay que llevarla a cabo.

Tú eres salvo

"Los padres no serán muertos por los hijos, ni los hijos serán muertos por los padres; sino que cada cual será muerto por su propio pecado."

(Devarim / Deuteronomio 24:16)

Esto puede ser comprendido en su sentido más directo, el cual expresa muy bien el profeta Iejezkel:

"El alma que peca, ésa morirá. El hijo no cargará con el pecado del padre, ni el padre cargará con el pecado del hijo. La justicia del justo será sobre él, y la injusticia del impío será sobre él.”

(Iejezkel / Ezequiel 18:20)

Cada uno es responsable por sus actos y las consecuencias de los mismos recaen sobre el que los ejecutó.

Hay un Juez que es en extremo justo, infinitamente justo, por lo cual no hará maldad ni condenará al inocente a causa del culpable.

Los hijos no son reprobados por las acciones de sus mayores, al igual que estos no lo son por lo que hacen o dejan de hacer sus descendientes.

En la mente saludable esto es claro, por lo cual es impensable suponer que algún otro vaya a cargar con la culpa del pecado ajeno, o que exista una culpa intergeneracional, o que pudiera haber algo así como un pecado original que mancha a toda persona, o que un presunto salvador místico lava los pecados de los que le tienen fe.

Es la palabra de Dios, la directa contenido en Su Torá tal como la expresada con cabalidad por un profeta de la Verdad.

Pero no faltan los religiosos, los traficantes de la fe, los menesterosos del alma, los hábiles manipuladores tendenciosos que te dirán que si tienes fe en tal o cual redentor tus pecados te son quitados, puesto que el “Hijo” carga la culpa de los pecados de sus fieles.

Esos mismos payasos de la fe te inducirán a sentirte mortalmente culpable y pecador, no por algo que realmente hayas hecho, sino por lo que supuestamente hicieron tus antepasados, cualquiera de ellos, hasta el mismísimo Adán.

Te harán sentir un paño de inmundicias tanto por tus ideas, por tus dudas, por tus actos, por tus omisiones pero también por aquello de lo cual no tienes ninguna responsabilidad ni culpa.

Para esos predicadores, pastores, “rabinos” mesiánicos y otros de similar calaña tú eres un pecador que irás al infierno, a no ser que tomes la píldora mágica de Jesús, el cual se hizo cargo de tomar para sí tus pecados, ser castigado por ellos, y entonces su “Padre” lo condenó a terribles dolores y padecimientos inhumanos solamente para que tú seas “salvo”. Su sangre te lava, dicen ellos con total desparpajo y religiosidad, carentes por completo de espiritualidad, amor, respeto, o lealtad a Dios.

Ya puedes tú corroborar lo que Dios realmente afirma y lo que esos malabaristas de la fe te enseñan.

Tú no eres culpable de nada de lo que ellos te endilgan, así como tampoco tienes esa protección mágica del impotente dios que ellos adoran.

Dios, el verdadero, no quiere la muerte del que pecó, ni desea el dolor. Tampoco maltrata al inocente injustamente para darle carta blanca al que tiene fe en un muchacho colgado a causa de sus propias rebeliones.

Dios te juzga por tus actos, no por tus sentimientos, ni por tu fe, ni por lo que piensas, ni por lo que crees, ni por lo que hicieron otros, sino simplemente por lo que tu haces o dejas de hacer.

Dios es infinitamente justo, al mismo tiempo es infinitamente misericordioso, por lo cual tus errores tienen una verdadera solución.

No se trata de magia, ni de fe, ni de adorar a un intermediario, ni de procurar que un santo te proteja, ni que un difunto rabino acuda a tu auxilio porque peregrinas a su europea tumba.

Cuando pecas, cuando te equivocas, cuando te apartas de la buena senda, tienes un modo de conseguir la rectificación, se llama Teshuvá, el completo y sincero arrepentimiento.

Ya hemos escrito al respecto muchas veces, nuestra última enseñanza la encuentras al hacer clic aquí.

Ahora, te lo sintetizo en las propias palabras de Dios a través de Su profeta Iejezkel:

“Si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá.

No le serán recordadas todas sus transgresiones que cometió; por la justicia/misericordia que hizo vivirá.

¿Acaso quiero Yo la muerte del impío?, dice el Señor Elokim. ¿No vivirá él, si se aparta de sus caminos?"

(Iejezkel / Ezequiel 18:21-23)

Esa es la verdadera misericordia de Dios, y no el fantasioso cuento de que le nace un hijo por medio de una virgen, que el chico se hace maravilloso, es crucificado, y entonces quien tiene fe en él se salva de los crímenes que haya cometido. Esta es una historia patética, ni siquiera congruente para la mágica mente infantil, ni siquiera coherente con el caos mental del demente.

Pero la verdad es muy claro, simple, cierta.

Pecas, te arrepientes, hace lo bueno, entonces Dios es misericordioso contigo.

Él no es el dios mediocre, sanguinario, violento, vengativo, de pacotilla que te hacen creer en las religiones.

Él no anhela el dolor del que ha pecado.

No se regocija con condenar a nadie a la “hoguera eterna”.

No precisa de manipular y extorsionar con amenazas de castigos eternos.

No envía mediocres salvadores para que por medio de la fe y el negociado te solucionen la vida aquí y en la eternidad.

Él te da el camino, la hoja de ruta, la brújula, el método para retornar y alcanzar el buen hogar.

No es con Jesús, ni con fe, ni con iglesias, ni con repetir salmos, ni con vestirse divertidamente, ni con danzas mesiánicas, ni con palabras en hebreo, ni con rituales.

El camino a la vida, la salvación, la eternidad es vivir una vida de bondad y justicia, y en caso de haber errado algún paso, entonces retornar al buen camino.

Dedicarse a construir Shalom, por medio de llevar una vida digna.

Simple, cierto, sagrado, tan lejos de las fanfarrias de los líderes de las religiones.

Tan bueno y sin embargo tan despreciado por la mente de las personas atribuladas por su esclavitud a sus EGOs.

Tú puedes ser salvo, hoy mismo.

Es cuestión de que hagas el bien y practiques la justicia.

Nada más.

¿Lo harás?

Recuerda que ese el único camino que Dios claramente ha afirmado y confirmado.

Te da una y otra vez oportunidad para que te rectifiques, para que te arrepientas, para que seas espiritual y no religioso.

Por ello Él sentencia:

"Yo soy el Eterno tu Elokim, un Elokim celoso que recuerdo la maldad de los padres sobre los hijos, sobre la tercera y sobre la cuarta generación de los que me aborrecen.”

(Shemot / Éxodo 20:5)

Él guarda el recuerdo de lo hecho por los padres, por los hijos, por los nietos, porque aguarda “paciente” a que los hijos rompan la mala costumbre que le transmitieron los padres. Él anhela que los hijos, los nietos, pueda quebrar el yugo del adoctrinamiento al que fueron sometidos.

Él recuerda y espera.

Pero, si a la cuarta generación la maldad sigue su camino, si la cadena del mal no se cortó, entonces está claro que es una familia de personas rebeldes contra Dios, que odian al hombre por aborrecer a Dios.

En ese caso, la maldad es tan profunda, en los hijos de la cuarta generación, que pareciera que la senda de la Teshuvá está bloqueada.

Tienen tanto odio enquistado en sus almas, tanto EGO pululando, tanta manipulación, tanta religión y tan poca religiosidad, que pareciera que la Teshuvá es imposible para ellos.

Es hora, amigo mío, de que atiendas a Dios, de que repruebas las doctrinas de muerte de tus mayores y te lances a la aventura de ser libre, de ser leal, de ser bueno, de ser justo, de ser un hombre de Dios.

No dejes que sea demasiado tarde.

Él es paciente, pero todo tiene un límite.

La oportunidad es ahora, vive hoy de acuerdo a los mandamientos que te corresponde.

Sé bueno, sé justo, sé espiritual, desprecia la mentira.

Eres tú quien te salva o quien te hunde.

Espero que escojas la vida.

Hasta luego.

Resp. 1013 – Noajismo y religiones

Eusebio Conde nos consulta:

Buen dìa, aun empiezo a leer su interesante sitio y me surge una pregunta, y es la siguiente:
1- que me garantiza a mi que el Noajismo es el camino correcto para mi vida si soy gentil ,
2- si todas las religiones me dicen lo mismo, por que creerle a ustedes y no a «otros» que al igual que ustedes me garantizan que ellos son el camino correcto,
3- porque debo yo de creerles a ustedes y no ha ellos???
4- yo no tengo ninguna religion creo simplemente en un ser supremo, llamese Dios, Jesus, Buda, o como quiera
Eusebio Conde,30 años, Transportista, Guatemala

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