Hay que ser extremadamente cuidadoso con las semillas que sembramos en nuestra mente y en la de la gente de nuestro entorno, en especial nuestros hijos.Porque esas semillas mentales no se vuelan con el viento, sino que una vez que entraron al campo de nuestra mente tienden a permanecer allí, inactivas, agazapadas, dormidas, como si […]
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Aprender a pensar
Por lo general lo que hacemos con la mente NO es pensar, aunque así llamemos a los sucesos que pasan por ella. Más bien repetimos lemas, nos dejamos llevar por consignas, reaccionamos con pre-pensamientos (sentimientos), actuamos programaciones, acatamos mandatos sociales/morales, dejamos correr la imaginación y en todo esto nos perdemos la chance de pensar. ¿Y […]
Lo evidente
Cuando no se sabe la respuesta a la siguiente pregunta, y se usa el sentido común, suele darse una respuesta muy firme, proclamada con mucha fuerza, evidente por sí misma y que sin embargo es absolutamente errónea. La pregunta es: si dejas caer al mismo tiempo, desde la misma altura, una bola de plomo y […]
El enfoque adecuado
Si estás poniendo tu atención en desgracias, entonces tu cerebro solo está disponible para captar malos momentos.Puedes pasar al lado de una oportunidad gratuita para la felicidad, pero serás incapaz de reconocerla, porque tu radar estará enfocado en descubrir otras cosas. Pero si amplías tu mente, si dejas de atarte al sufrimiento, si no sigues […]
El venenoso pensamiento mágico
Desde hace un tiempo se puso de moda el “pensamiento mágico”, incluso entre las que se pudieran considerar personas pensantes. Es tan fuerte la errónea creencia que con el pensamiento positivo Dios saldrá a hacer los mandados, que hoy ocupa casi el lugar de un dogma sagrado. Personajes y personajillos lo andan repitiendo, fabricando lemas, […]
Divina existencia
Avances o retrocesos?
El ser humano es capaz de llegar a lugares inimaginables para muchas de nuestras generaciones pasadas. Así como antes veneraba a las fuerzas de la naturaleza como dioses, hoy es capaz de controlarla, en cierta medida.
Llegar tan cerca de los astros que creía inalcanzables y desconocidos. Fotografiarlos o hacer conjeturas casi exactas sabiendo de qué están hechos.
Puede sentarse y ver nuestro planeta desde los cielos, con un aparato mostrarlo a quienes estamos bajo sus pies. Aparato también creado por él (o ella, sigo hablando del ser humano, sin distinción de sexo). Hasta bebiendo un café o comiendo un almuerzo, podemos verle en vivo y sorprender hasta a los más pequeños, así ellos tampoco quedan de lado a la hora de impresionarse por los grandes alcances de la humanidad.
También ha demostrado su capacidad para describir hasta los hechos más increíbles que han sucedido hasta que llegásemos a ser quienes somos. Desde teorías de evolución, a teorías de comportamiento en nuestra vida cotidiana, desde ciencias como la física o la biología a elucubrar las más extrañas filosofías.
Así como indagar en lo que nos construye físicamente y saber que inclusive nuestras células están formadas por organismos cada vez más pequeños.
Ni qué hablar de la medicina, que cada día logra avances asombrosos respecto a su lucha contra las bacterias o virus que quieren que dejemos de existir. Cirugías que antes podían ser mortales, hoy pueden durar minutos. Trasplantes de corazón, pulmones, hígados, etc. Se llega a preguntar si es posible traspasar hasta el propio cerebro de una persona a otra. Descubrimientos sobre nuestras células madre, lograrían hasta darnos respuestas a nuestro mismo origen. Claro, la genética es un tema complejo y en la palestra sobre si su uso es realmente positivo o no. Pero está a la vista y nadie puede negarlo.
Y la tecnología, aaah si, la tecnología. Que es la fuente más utilizada para comunicarnos los unos a los otros. Hacer factibles relaciones que antes eran imposibles, que jamás podrían tener un mínimo de contacto si no fuese por ésta misma.
Y muchos otros tantos campos de los cuales cada día se especializa más y más.
Es cosa de un par de clics y unas cuantas teclas para obtener respuestas hasta a las preguntas que pueden parecer inútiles a primera vista, pero ahí están. Y alguien ya las hizo.
Aunque…
Por otro lado, más oscuro, también ha sido capaz de destruir generaciones enteras, con su propia mano.
Utilizar los mismos descubrimientos y avances para su propia destrucción. Y peor aún, para la extinción de especies ajenas a él. A tal punto de estar en amenaza en un futuro no muy lejano la existencia misma de toda especie.
Hacer creer a otros que todo lo anterior es inservible y dañino. Utilizar la propia palabra y escritura para traer daños irreparables en la historia. A través del mal uso o malformación de esta, tergiversar el pensamiento mismo a niveles irreparables.
Formar seres que deseen saborear el odio como si de una golosina se tratase. A tal punto de odiar la vida misma y apreciar más la cercanía a la muerte.
Y mucho más triste cuando saben que al hacer uso de esta (La muerte) y querer disfrutarla como si fuese un juego de roles del cual tendrán su premio o recompensa después la utilizan para dañar a otros inocentes que, dado los prejuicios ya injertados hasta sus fibras más agudas, creen, merecen un destino peor.
En todo lo anterior, está el EGO. Tanto como para querer mantenernos con vida, tanto como para buscar la muerte.
Un feroz aliado o un temible cómplice.
A un paso de distancia, quizá a menos, encontramos que podríamos encontrar una pequeñita Luz. Menospreciada a cada instante, pero incesante en su labor. Que nos llama a ser lo mejor que podemos Ser. Para lograr a través de ella, irradiar por completo nuestro aquí y ahora. Que es lo que realmente “tenemos”.
Pues, los descubrimientos, las ciencias, las filosofías, la historia, la tecnología, los astr
os, la naturaleza y hasta la misma muerte, de seguro seguirán “estando” en esta vida. Pero de que se irán con nosotros después de nuestro paso por ella, muy poco sabemos.
Termino con una enseñanza de un gran amigo y maestro, que mucho ha soportado y hecho por quien escribe:
“Construir Shalom, por medio de actos (pensamientos/palabras/acciones) de bondad y justicia”,
Yo le agrego en la medida de cada uno según sus posibilidades.
Mis sinceros deseos que cada uno o una puedan superarse. Por mucho que cuesta, aún quedan latidos y respiro.
Acto Creador 1
En artículo anterior propuse que la Realidad nos supera en potencia, en poder. Existirán momentos donde, puesta en peligro la existencia, se actúe instintivamente. Pero también percibimos una impotencia aparente, irreal, sentida y subjetiva, donde sin estar en peligro la existencia, se actúa instintivamente, pero de forma creativa y no pasiva.
Una primer premisa es que somos y estamos en una realidad supera nuestro poder y nuestras facultades.
Por “ser y estar en La Impotencia” lo entiendo así, no solo por el hecho de que se existe en una realidad intimidante, sino que también por el hecho de que la existencia la experimenta el hombre con un traumatismo.
La Gran Realidad es que coexistimos sumergidos en un escenario peligroso sin tener control o poder; y para empeorar la Realidad, existe una lesión en el hombre.
El acto de nacer fue la experiencia más terrorífica que un hombre puede experimentar sin que se le iguale. Experiencia que, por suerte, no quedó registrada en la base de datos cerebrales, sino en el corporal, pero dejo un trauma o lesión (nota: “volver a nacer” o “renacer” sería un acto natural más cruel que se le pueda hacer al humano).
Entonces, si el nacimiento de un ser humano produjo un traumatismo corpóreo, no psíquico, se puede concluir que la experiencia humana es traumada. En otras palabras, el ser humano experimentará la vida con una herida o traumatismo y existirá con esa lesión; producida por su propia incapacidad de responsabilizarse por su propia existencia en ese primer momento de nacer.
En sus primeros años, la relación del hombre con el medio ambiente necesariamente tiene que ser una relación egoísta; pues no se cuenta con otros recursos que auxilien en mantener la existencia.
Esa experiencia traumática de nacer se re-vive una y otra vez, pues existimos en la Realidad que nos supera por mucho en poder.
Experimentamos nuestra existencia humana en la Gran Realidad traumatizados; reviviendo, inconscientemente, una y otra vez nuestro terror inicial.
Ni el propio hombre, ni nadie ni nada, es culpable por su herida o traumatismo; así que no es posible responsabilizar a nadie ni a nada. Tampoco es posible ganarle en poder a la Realidad, ni curar nuestra herida o traumatismo. Eso nos deja solo una sola alternativa: concientizar nuestro traumatismo para poder responder ante la realidad con la propia existencia.
Si nos detenemos aquí y pensamos en lo anterior, podríamos detectar que siempre hemos respondido ante la Gran Realidad, pero de forma no concientizada.
El traumatismo del hombre ha echado andar impulsos o energías internas que, reprimidas y sublimadas al exterior, han convertido al ser humano en creador o modificador de medio y de la propia situación o condición.
Para entender mejor lo anterior véase por ejemplo a un privado de libertad. En una cárcel y con una sentencia de años, la persona puede convertirse en una gran artista de la pintura, la literatura, la música u otra arte; pues sin estar muy consciente de ello, el preso sublima hacia el experior su impotencia ante la pena de cárcel para crear algo, o de lo creado, re-crearlo, en otra cosa.
Los estudiosos del tema han visto este fenómeno en la sociedad; cuando por algún agente interno o externo, se produce algún cambio en la seguridad de la rutina crea tensiones sociales al punto de que los individuos generan cambios sociales, nuevos regímenes, otra cultura, etc.
El punto es que, como segunda premisa, la realidad la enfrentamos con nuestro traumatismo, y eso provoca que se nos remuevan energías, y esas energías nos hacen ser creadores o creativos.
Se puede así concluir fácilmente, que es obligación concientizar, saber y conocer nuestra propia impotencia relativa para darle una respuesta la asertiva (ya no instintiva o inconciente): ser creadores o hacer actos creadores.
Si hasta aquí el lector está de acuerdo, cabría entonces preguntarse ¿Qué se entiende por acto creador? En mi opinión, pareciera ser una de las mejores formas de dejar fluir el sentido de impotencia sin reprimirlo intentando olvidarlo, o ignorarlo.
Y a modo muy resumido: dedicarse a algún arte, en alguna idea, en algún ensayo que compartir, en alguna opinión de algún artículo, en componer una partitura musical, crear un objeto mecánico, tejer alguna prenda nueva, en escribir algún libro, es decir, enfocarse en crear.
No con intención de engendrar un negocio, ni como medio de desentendimiento de alguna situación que se deba prestar atención; sino como ese acto humano que produce la satisfacción de decir: “esta es mi obra, esto lo hice yo, esta es mi huella, este es mi hijo, esto lo cree yo, este es resultado mío, esto lo pensé yo”.
Tal vez por “acto creador” se pueda dejar fluir la carencia de poder, y se pueda entender un poco mejor el término “Imitatio Dei”. Sin embargo, tal vez y más adelante, y detenidamente, comparta mi idea personal de lo que entiendo «acto creador» como medio para dejar Fluir.
Aprendiendo a Dejar Fluir
Por nuestros maestros logramos concientizar algo revelador (e intimidante a la vez), que ha servido para el propio autodescubrimiento: cuando nacimos, lo hicimos a la impotencia. (1)
Pasamos del estado de plena seguridad intrauterina, a otro de seres individualizados de nuestro origen materno- aunque fuese físicamente- para encararnos a La Gran Realidad: el mundo no es el útero; esa era la Realidad y la Verdad; la carencia de medios neuronales (2) para comprender la realidad del momento era insuficiente para suavizar La Gran Verdad, la cual estaba revelándose e imponiéndose en ese momento, sin que nadie la defendiera o explicara.
La Gran Verdad-Realidad era que éramos 2 seres y no 1, que el mundo no era el útero aunque uno de esos seres no lo comprendiera o entendiera, y que finalizado el tiempo de formación física, ambos seres tenían que separarse para individualizarse y así, responsabilizarse cada uno por su propia existencia.
Gracias al cielo que nuestro EGO hizo que no nos explotara el corazón del terror ante la Gran Verdad- Realidad: que el mundo es otro, y que en el mundo real éramos seres individualizados responsables de nuestra propia existencia, y para empeorar la escena, no teníamos mucho poder.
Esa Gran Verdad- Realidad no ha variado en nada desde nuestro nacimiento, ni tampoco el EGO ha dejado de cumplir su función natural, aunque extralimitadamente. Mucho menos el deseo de Poder y Control nos ha abandonado, pues se ha acrecentado al punto de ser un estimulante para negar la impotencia, a luchar en contra de ella, o a rechazarla de cualquier forma (3) , estemos conscientes de ello o lo ignoremos.
Ante esa invariación, entonces, ¿Qué se puede modificar o transformar? Y en definitiva, la forma de responder ante la impotencia que presenta la Gran Verdad- Realidad.
Si lo que podemos variar es la forma de responder, entonces llevan razón los maestros cuando separan Impotencia Real de la Sentida. La primera, la real, es la objetiva, que se presenta la sensación cuando existe un real peligro de muerte; mientras que la segunda, la subjetiva e imaginaria, son todas las demás que no ponen en peligro la vida (4) .
De la primera quien responde es el EGO con todo su arsenal con el fin de salvar la vida; mientras que la segunda quien responde es la razón, la reflexión, el análisis con el fin de aprender a dejar fluir.
Los maestros han enseñado que “dejar fluir la sensación de impotencia imaginaria” es el mejor mecanismo del hombre para liberarlo de la impotencia imaginaria; o en otras palabras, para que el hombre sea más humano y menos primate.
“…Entonces, en vez de atormentarte, pelear, llorar, sufrir o creer la fantasía de la impotencia, puedes hacer otra cosa.
Admite tener esa idea,
acepta que te cruzó por la mente,
reconoce que algo en ti ha generado esa imagen irreal del futuro,
PERO,
no te subas a ese tren, déjalo ir.
Que fluya, así como el pasado negativo. Que se escurra sin llevarse consigo tu energía…
Ahí está la idea negativa, la invitación al miedo, el desastre que pasa por tu mente.
Ve como pasa la idea y luego dedícate a otra cosa. No malgastes tu tiempo. Allí pasó el tren que no te servía, que iba para cualquier lado menos hacía tu felicidad, ¿por qué habrías de seguir pensando o aferrándote a él?
Te enfocas en otras cosa, en aquello que tú realmente quieres, o mejor aún, en lo que estás haciendo aquí y ahora, en eso que es justo y bueno.
Estás vivo, aquí y ahora, estás haciendo lo permitido, entonces, ¿cómo habrás de temer al mal?…” Yehuda Ribco. (5)
Y también:
“..El control estaba en dejar FLUIR/ACEPTAR las situaciones en lugar de entorpecerlas con seudo soluciones provenientes del miedo de saberte limitado en tu limitada humanidad.
Ser conscientes de esto no hará que no sintamos miedo, pero nos ayudará a afrontar lo que viene, puesto que a una preocupación le sigue otra y otra y otra…” Jonathan Ortiz. (6)
Si hasta aquí se está de acuerdo, entonces cabría preguntarse ¿Cómo se aprende a dejar fluir la impotencia imaginaria? ¿Cómo realmente se deja fluir la impotencia sin reprimirla?, o dicho de otro modo, ¿Cómo realmente se sabe que se está dejando fluir la impotencia y no se está cometiendo el error de reprimirla inconscientemente?
Te comparto un ejemplo: en tu trabajo, te enfrentas a una impotencia, la cual se ha trasformado en un problema más personal que laboral. Logras resolver en parte el problema pero no su totalidad. Decides “dejar fluir” esa sensación de impotencia y decides no pensar más en ello, tomar unas vacaciones para desentenderte del tema.
En las vacaciones piensas de vez en cuando en dicha situación y sientes nuevamente el sentimiento de pesar y pena que produce la impotencia, que rápidamente intentas controlar concentrándote en otra cosa.
La sensación de impotencia, junto con el deseo de control, se sigue presentando, al punto de tener pesadillas nocturnas. Por los conocimientos profanos y empíricos sobre el tema onírico, evalúas que dichas pesadillas son producidas por la represión al sentimiento de impotencia y al deseo de control del problema laboral, y concluyes que no dejaste fluir la sensación, sino que la evasión a tal problema con las vacaciones produjo una represión de la sensación.
Si el olvido o la desconcentración del problema no es sinónimo de “dejar fluir la impotencia”, entonces, ¿Cómo se aprende a dejar fluir?
Una respuesta que encontré ha sido concentrarse- y entregarse- a una actividad creadora. Es decir, cumplir con el deber o los deberes que la vida presenta; hacer lo que está al alcance para resolver la situación que produce la sensación de impotencia, y hecho el aporte máximo, concentrarse- y entregarse- a una actividad creadora:
“Bien, si nos centramos en como halla sentido el hombre de la calle, nos daremos cuenta de que existen tres caminos que nos llevan a dar sentido a la vida: primero, cumpliendo un deber o creando un trabajo…” (7) (el resaltado es mío)
Resulta llamativo el hecho de que la actividad creadora del hombre sea puesta en primer lugar para su búsqueda de sentido, pues al entregarse este en algún trabajo o actividad no solamente construye o modifica su ambiente, sino que encuentra sentido a su propia existencia.
“.. cuando (el hombre) logra vivir, no ya de mantera compulsiva o automática, sino espontáneamente, entonces sus dudas desaparecer. Es consciente de sí mismo como individuo activo y creador y se da cuenta de que solo existe un significado de la vida: el acto mismo de vivir…” (8)
Pareciera que en la actividad creadora del hombre (generadora de vida, de ideas, de obras, de pensamiento, de acciones) esta una respuesta posible a como aprender a dejar fluir la sensación de impotencia imaginaria.
Hasta aquí, y por la hora, esta pequeña reflexión.
No me queda más que agradecer su lectura y comentarios, para retirarme a dormir.
Y si te agradó, experimenta antes de compartir ¡¡ conviértete en un laboratorio experimental viviente, y no en autómata ¡
“…El comprender estos mecanismos, el tener claro cómo funcionamos, el profundizar en la ciencia de la conducta humana, es meritorio para toda persona leal al Eterno (judío o noájida), pues nos permite llevar una vida de mayor verdad, actuar con real bondad, servir al Eterno desde la lealtad, ayudar al prójimo con misericordia, establecer justicia con derecho, no ser más una marioneta del EGO y sus manifestaciones externas…” Yehuda Ribco.(9)
(Baruj Dayan Emet. Bendito sea el Juez Justo.
En merito del señor David Fremd; paz a sus restos, consuelo a su familia, y justicia por su muerte.
En solidaridad con la comunidad judía, especialmente la Uruguaya, por la sensible pérdida del señor Fremd; y en general, en solidaridad con la comunidad judía y su derecho a la legítima defensa, con acciones de hecho y de derecho, ante la violencia sin sentido que están padeciendo.)
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[1] “…Cuando nacemos, cuando nos vemos sumergidos en un océano de plena impotencia, es el cuerpo el que padece, el que memoriza el trauma espantoso…” Yehuda Ribco. El Cuerpo Conoce.
[2] “..Al no contar con mecanismos neuronales, ni aprendizaje previo que permita dar significado a lo que ocurre, el recuerdo de tal momento traumático queda registrado en el cuerpo…” Yehuda Ribco. Síntesis sobre el Ego.
[3] “…todo deseo es deseo de poder…nos sentimos impotentes desde el inicio y a lo largo de nuestras vidas. Infinidad de sucesos nos demuestran nuestra limitación, nuestra debilidad, nuestra fragilidad….Oh sí, es terrible, pero allí está siempre presente la impotencia. ..Para paliar esa amarga realidad, .., para evadirnos de nuestra condición es que deseamos. Deseamos poder. ..Sí, el deseo es una forma de paladear la sensación de ser poderosos, …Deseamos, y nos creemos como dioses. ..El EGO se hace amo del deseo.
Porque, deseo y EGO nacen juntos, al momento en que nacemos al mundo y sufrimos el espanto de la impotencia original…” Yehuda Ribco. Te concedo tu deseo.
[4] “…Cada problema que atravesamos es un momento o estado de impotencia, real o vivida. ..Problema = impotencia, real o sentida. Sabemos que ante el sentimiento de impotencia se dispara automáticamente el EGO con alguna de sus herramientas naturales y/o sus derivados.
Habrá, repito que de forma automática, una o varias de las siguientes conductas: llanto, grito, golpes o desconexión de la realidad, y/o cualquiera de sus derivados. No depende del pensamiento, ni de la voluntad, ni de etnia, estado civil, edad, religión, estrato social, cultura, sino simplemente de cómo está organizado el cuerpo y su sistema rudimentario de defensa. En determinados problemas la respuesta del EGO puede ser la indicada o quizás única posible…” Serjudio.Com: IEADA
[5] Serjudio.com: Salmos 23:4, el miedo que te consume hoy.
[6] Fulvida.com: No sueltes el Volante.
[7] Viktor Frankl. El hombre en busca de Sentido último. Pag 203
[8] Erich Fromm. El miedo a la Libertad. Pag. 268
[9] Fulvida.Com : Ilusión de Control.
Un breve pensamiento sobre “Irhat Hashem–temor/reverencia del Eterno”
En las ciencias jurídicas, una palabra no siempre expresa su sentido propio.
Por ejemplo, la palabra “alimentos” se interpreta en un sentido tan amplio que incluye ropa, zapatos, medicinas, dinero, comida, diversión, estudios, etc.
El mismo caso encontramos con la palabra “excepciones” que no necesariamente expresa anomalías o rarezas a la regla general, sino que se entiende más como medidas de defensa ante las pretensiones de la contra parte (excepción de pago, prescripción, caducidad, etc).
Pero también, en las ciencias jurídicas se articulan palabras que forman frases cuyos significados no son precisamente según su sentido propio. Tal es el caso de la frase “buen padre de familia” cuyo significado jurídico es el de ser una persona diligente, responsable y cumplidora; aunque sea soltero, sin hijos, sin padres o hermanos.
Y así, en dicha ciencia social se pueden encontrar miles de palabras o frases cuyos significados, a veces, son contrario al sentido propio de sus significados comunes, o bien, muy amplios. “Alimentos”, “excepciones”, “patrimonio”, “bien jurídico”, “servidumbre” “hipoteca”, “cancelación prendaria”, etc son algunos pocos ejemplos.
Pero este fenómeno no es patrimonio exclusivo de las ciencias jurídicas, sino que también lo he notado en algunas enseñanzas que se proporcionan en este sitio, y que tienen relación directa con La Ley Universal, El Código Legal Noájida, o como se quiera ver a las Leyes Universales.
Por ejemplo, en su sentido literal, La Prohibición a la Idolatría no implica adoración, rito o ademán alguno hacia ningún dios, ídolo, o hacia el Creador; sino la abstención completa de la persona de esas acciones, aunque fuesen bien intencionadas, como más adelante expondré.
Y sobre esto, el maestro expone en su artículo “Irhat Hashem–temor/reverencia del Eterno” (1) como puede entender “temor/reverencia” el no-judío al que le está prohibido una acción religiosa.
Es decir, “temor/reverencia” no necesariamente significan el sentido propio de dichas palabras, sino que conllevan sentidos mucho más amplios, que a su vez, no implican violación a la prohibición principal.
Del artículo indicado, así como del que le da origen, personalmente puedo resumir lo que entiendo así:
– no vivir con miedo o temeroso de castigos divinos.
-gozar el placer que otorga la vida mientas se aparta de lo prohibido, falso, equivocado.
-vivir con conciencia.
-tener presente, individual y colectivamente, la Ley Universal para todos los actos humanos.
-Aprender Comunicación Autentica y ejercitarla.
-Construir Shalom con actos de justicia y bondad.
Así, puedo entender que “temor/reverencia”, lejos de lo que religiosa y ritualmente se puede entender, tiene que ver con la forma en que se administra la propia vida y como puede la persona apegarse a una ética superior. Sobre la forma en cómo se construye una sociedad más apegada a valores y principios, y menos a prejuicios arcaicos hartos superados.
De resultar medianamente razonable mi conclusión, las acciones que propone el maestro en su artículo “Irhat Hashem–temor/reverencia del Eterno” no me resultan contradictorias ni a mi propia identidad, ni a mi propia Torá, ni a la Prohibición a la Idolatría; ni incluso me parece que sean contradictorias a los que siguen una posición no teísta, ya que es razonablemente lógico y humanista.
Sin embargo, el problema lo noto en mis amigos creyentes bien intencionados, los que con el gran deseo de realizar un acto de amor hacia El Creador, se inclinan por realizar actos de “temor/reverencia” no requeridos, obviando la prohibición idolátrica. O noto también un problema en mis amigos ateos, los que por su extremismo legalista, se ven imposibilitados en ampliar el significado de la prohibición.
De los primeros quisiera comentar en breves líneas algunas de mis conclusiones. De los segundos, posteriormente en algún otro artículo.
¿Qué le está pasando al noajida creyente bien intencionado?
Juzgando por lo que he visto en mi Facebook, en su buena intención de realizar una acto público de amor para demostrar su “temor/reverencia” hacia El Creador, estan idolatrando su propio concepto de dios, idolatrando a maestros o rabinos, está apartándose de sus amigos noajidas no teístas; cuando la obligación principal debería estar centralizada en mejorarse individualmente, mejorar la sociedad, y estudiar las profundidades abismales que tienen nuestro “simple” Código para descubrir cada día un poco más de La Verdad y aplicarla a nuestra Realidad.
Obvian que para el hombre resulta imposible conoce al Creador.
Resulta imposible para los mortales saber qué es lo que él quiere individualmente para cada quien. Por ende, resulta imposible saber con plena seguridad que el Creador quiere, individualmente, un acto de “temor/reverencia” y amor del creyente bien intencionado.
Aunque SI podemos estar seguros de lo que NO quiere el Creador, pues la propia legislación taxativamente lo expresa. La imposibilidad humana sobre conocer al Creador implica que no lo busquemos, pero SI implica que lo imitemos. «Imitar las acciones de Dios» pareciera ser el deber del hombre, como resultado lógico de la imposibilidad entenderlo. Necesariamente nos obligaría en estudiar con seriedad las Prohibiciones para discernir las acciones correctas. Pero es tema de otro artículo y de maestros, no mío.
Pero volviendo al tema de mis conclusiones sobre el concepto de “temor/reverencia” y su malpraxis en algunos noajidas creyentes bien intencionados:
¿Cuál es el fundamento para una conclusión así?
Pues, apelo a los antecedentes y respondo con preguntas:
¿Quién le dijo al siervo de Abraham que debía, bienintencionadamente, realizar actos religiosos que no le había enseñando su maestro? (2)
¿Paso años sirviendo y educándose a la par de un maestro noajida, aprendiendo sobre las Leyes Universales y sanas conductas, y le gano la buena intención de adoración a dios sin que nadie se la pidiera? (3)
¿Y qué me dicen de Noé? Le pidió el Creador que recogiera animalitos para salvarlos del Diluvio, y lo que hizo fue matarlos para agradar al Creador ¡¡ (4)
Si “de buenas intenciones está construido el infierno” decían los viejos.
Pero ni el El Texto Fundamental, que nos narra la entrega de nuestra legislación, se logra detectar un mandato o una ley que implique un ritual bienintencionado de “temor/reverencia” hacia el Creador ¡¡ (5)
En síntesis, puedo entender que la mejor loa que puede hacerle un mortal al Creador en “temor/reverencia” es desarrollar una existencia, individual y colectiva, que sea evolutiva en dignidad de hombre; en explorar y explotar sus potencialidades y capacidades. En hacer de este mundo un paraíso, un Edén, un lugar santo (no santurrón), un lugar donde el hombre se naturalice y la naturaleza de humanice. No un acto bienintencionado subjetivo.
Muchas gracias por su lectura, comentarios y correcciones; pues la intención es que de los errores aprendamos todos.
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(1) http://fulvida.com/2015/07/06/irhat-hashemtemorreverencia-del-eterno/
(2) http://fulvida.com/2014/12/02/avraham-y-su-siervo-se-inclinaron/#comment-61340
(3) http://fulvida.com/2014/12/07/en-busca-de-sentido-de-la-prohibicion/
(4) http://serjudio.com/shemot/tetzave66.htm
(5) http://fulvida.com/2008/03/27/un-texto-fundamental/