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El consejo diario 367

La religión es para los que huyen, para los que les remuerde el sentimiento de culpa, para los que desean pero no se animan.
La religión es EGO.
Es culparse por el pasado, angustiarse por el futuro y negarse a vivir el presente.

En cambio la espiritualidad es para los que aman la vida, desean gozar de la bendición, abrazan la justicia, comparten el bien.
La espiritualidad es conexión con Dios, con el prójimo, con el otro, con el cosmos…
La espiritualidad es vivir aquí y ahora, sin olvidar lo memorable, sin rechazar los proyectos posibles.

El consejo: sé menos religioso para que puedas ser más espiritual.

Romper el círculo vicioso

Al comienzo de nuestra vida en este mundo somos sumergidos en una espantosa sensación de suprema impotencia.
Es un trauma intenso el momento del nacimiento y lo que sigue a continuación.
Cualquier miedo, sufrimiento o pesadilla es menor a lo que se siente en esa ocasión.
Cada órgano sensorial es atiborrado de información que no puede procesar, ni organizar, ni filtrar. Fluyen torrentes de sensaciones caóticas y que se sienten como terriblemente dolorosas.
Para peor, no existe recurso fisiológico ni de aprendizaje a disposición para poner orden a ese caótico malestar, ni esperanza, ni consuelo, ni noción que lleve a “ser fuerte y soportar” hasta que el temporal pase. Nos “salva” el hecho de que nuestro sistema nervioso no está desarrollado y por tanto el cerebro está naturalmente “embotado”.

Nuestra especie está impedida de todo, no sobreviviríamos ni unas pocas horas, o tal vez minutos, sin la asistencia de algún otro que nos sostenga, proteja, alimente, críe.
Sin embargo, en nuestro diseño se nos ha provisto de un rudimentario sistema de supervivencia, extremadamente primitivo, irracional, inconsciente, que consiste en pocas y pobres herramientas: llorar, gritar y patalear; de modo tal de conseguir la atención de aquel que nos puede sostener con vida. Si nada de eso alcanza la meta, el mismo sistema de supervivencia pone al niño en un estado de desconexión con la realidad insoportable, generalmente a través del dormir.
A este sistema lo denominamos EGO, que a pesar de su escaso alcance y poder suele alcanzar su meta de que el niño sobreviva.
El EGO es útil en tanto el niño va adquiriendo madurez fisiológica y destrezas que le permitan vivir de modo cada vez más independiente y empleando otros instrumentos y recursos más allá de los básicos que provee el EGO.
Pero, el EGO se mantiene al mando y ejerce diferentes presiones para seguir en él.
El EGO, que no es un demonio, ni un ángel, ni un espíritu sino un mecanismo normal y natural del hombre, recurre a “trucos” que mantengan el estado o sentimiento de impotencia, para que la persona continúe sometida al pavor inicial, que puede estar maquillado o disfrazado, y así se siga esclavizado al supuesto poder salvífico del EGO.

Que quede claro, el EGO está diseñado para ayudarnos a sobrevivir en situaciones extremas, cuando realmente la impotencia invade a la persona y no hay otros instrumentos ni mecanismos para sobrevivir.
Pero el EGO se mantiene “encendido”, al mando de la vida del individuo, a través de los mismos instrumentos rudimentarios del inicio, si bien los va modificando y complejizando sus modos de actuar no se basan en que la persona ejerza un verdadero poder sobre sí mismo y el entorno, sino que manipule para alcanzar la satisfacción de sus necesidades de supervivencia.
Así, por ejemplo, el niño de 6 o 7 años puede cortar con cuchillo y tenedor su carne para comer, pero se enoja, grita, hace un berrinche, se niega a comer o algo parecido para que su mamá le corte el trozo de carne.
Se paraliza en el ejercicio de su poder pero para alcanzar la satisfacción de sus necesidades manipula a otro.
Y la madre cede, también el padre, y los abuelos, y la maestra, y…
Los niños bien pronto aprenden a manipular, al principio por no poder hacer otra cosa, realmente no están capacitados en una gran cantidad de acciones ni en comprensión del mundo.
Luego siguen manipulando porque es más cómodo, más fácil, en apariencia más placentero, en apariencia más seguro, brinda una especie de “dominio” sobre otros y en muchas ocasiones también brinda la satisfacción de la necesidad.
Se inventa aquello de “más vale malo conocido”, se insiste en transitar por la senda ya transitada y que no es buena.
Todo vale con tal de alejar el miedo a la impotencia, de obtener el control al punto de exceder lo que es saludable y caer en grotescas acciones y barruntados pensamientos saturados de emociones negativas.

Sería bueno dejar de manipular y esforzarse, comprometerse, responsabilizarse, dominar positivamente, pero el EGO conduce a negar la realidad, retine en la sensación de impotencia con tal de perseverar en su rol de “dios”, “salvador”, “redentor”, “camino, verdad y vida”.
Sería bueno dije, pero no es lo que se suele hacer.

Es extraño que nos aferremos al EGO, porque éste nos hunde en oleadas de miedo, de sensación de impotencia, en lugar de desprendernos de él y ser libres, saludables, dichosos.
Pero, nos aferramos, nos esclavizamos, nos sometemos, somos adoradores del EGO, al que luego podremos dar diferentes aspectos, disfraces y nombres.
Todas las excusas, mentiras, manipulaciones, justificaciones, racionalizaciones, intelectualizaciones, modos de actuar, sometimiento a mandatos externos que vamos esgrimiendo para seguir bajo el reinado del EGO se constituyen en máscaras que ocultan nuestro rostro. Son ropajes que vamos usando, de acuerdo a nuestro apego al EGO en las diversas circunstancias. Son las cáscaras del Yo Vivido, al que solemos llamar “YO”, pero que no son en realidad nuestro Yo Auténtico, sino lo que hacemos para no sincronizarnos con éste.

Es extraño, pues pareciera que amamos la impotencia, aunque le tememos profundamente, huimos de ella con toda nuestra alma, hacemos cualquier cosa para manipular y no caer en su sensación, pero no damos los pasos necesarios para afirmarnos en nuestra verdadera identidad.

Es extraño, la verdad asusta.
La luz que espanta las oscuridades, también asusta. Lo que libera es lo que se repudia.
Es extraño… ¿o no lo es teniendo claro cómo es que funcionamos bajo el imperio del EGO?

Se pretende vivir en control, se sobreexcede en la pretensión de controlar, se manipula, se cae en fallas, lo que produce inseguridad, lo que lleva al miedo, lo que es sentir la impotencia, lo que refuerza la necesidad de control, lo que hace exceder en la pretensión de controlar, lo que produce mayor inestabilidad, lo que conlleva cometer errores, lo que da miedo, lo que hace sentir aún mayor impotencia, lo que impulsa a sobredimensionar los problemas y la necesidad de controlar más allá de toda razón, lo que…
Es una especie de lucha por obtener el control para no hundirse en el caos, pero es precisamente la necesidad angustiosa de controlar –incluso lo que no se puede ni debe controlar- lo que produce mayor realidad o sentimiento de caos e impotencia.

¿Cómo superar esto?

Si tuvimos un entorno familiar asertivo, que nos impulsara a valorarnos, que nos contuviera, que nos amara en verdad y por tanto nos comprometiera a respetar los límites y a ejercer nuestro potencial a la medida de nuestra capacidad, estamos en la senda correcta.
Pero todo esto no dependió de nuestra decisión, sino de las elecciones y conductas de otros.
Además, probablemente ya somos adultos, por lo cual no tenemos como volver el reloj atrás y mejorar aquello que los otros no hicieron por nosotros.
Si somos adultos, si tenemos hijos, es hora de trabajar para que ellos no sean afectados por el imperio del mal ejercido por el EGO y sus emisarios (religiones, misioneros, sectarios, fanáticos, malandrines, corruptos, manipuladores, vejadores, falsarios, estafadores, egocéntricos, entre una larga lista).
Está en nosotros tomar conciencia y actuar de una forma provechosa, beneficiosa, nutricia, que permita al hijo conocerse en su auténtica identidad, que le permita desplegar sus mejores capacidades, que le infunda valor, que mitigue sus angustias y miedos, que refuerce lo mejor que hay en él y es posible que se desarrolle en él. No es una tarea ni sencilla ni cómoda. Sencillo y cómodo es ponerlos delante de la tele todo el día, estupidizarlos con juguetitos electrónicos las 24 horas, hacerlos adictos a tal o cual cosa, momificarlos, negarles su identidad espiritual, hacerles creer que es la manipulación el sistema para gobernarse y gobernar el mundo, estimularlos a huir de la realidad, mostrarles que fácil es mentir y echar culpas, hacerlos religiosos, obligarlos a vivir en dependencia constante, desvalorizarlos, todo eso es fácil y cómodo…
Pero no es la forma de criar hijos sanos, buenos, lindos, inteligentes, santos… Para ayudar a crecer a nuestros hijos es necesario desprenderse del EGO, porque es virtualmente imposible educar en libertad en tanto uno es esclavo del EGO.

Volviendo a aquel que ya es adulto y esclavo del EGO, ¿qué podemos hacer AQUÍ y AHORA?

Tomar conciencia del círculo vicioso que hemos descrito anteriormente con el primado del EGO sobre cada uno.
No es imprescindible tener noción de cada aspecto, ni “recordar” lo acontecido en el momento del espantoso trauma inicial, ni estar totalmente de acuerdo con esta teoría, sino conocerla.

Luego hay que reconocer aquellos aspectos en los que uno es potente y en cuales no, enumerarlos, tenerlos claro, evaluar el potencial real que se puede alcanzar.
Es hora de dejar de querer controlar aquello que no se puede controlar. Soltar, liberar, dejar ser, no asumirse en el rol del que está 100% a cargo; pero tampoco hundirse en la inacción y el caos.
Controlar aquello que es posible controlar.

Y luego está la parte que me parece más esforzada: confiar.
Confiar en el orden cósmico, diseñado y sostenido por Dios (si eres ateo, confiar en el orden de las leyes naturales).
Confiar en el prójimo… ¡nada fácil para algunos!
Confiar en que el prójimo hará su parte, sin vivir como un inocentón súper confiado y que no es precavido.
Por lo cual, es necesario ser precavido, atender a lo que nos rodea, prestar suma atención, ser “temeroso”, para que el miedo agazapado desde nuestras más íntimas entrañas no se fortalezca y prevalezca.

Luego, perdonar, ser tolerante con el fracaso propio y ajeno, pero sin dejar de actuar con justicia y rectitud.
El perdonar, perdonarse, pedir perdón, es un bálsamo poderoso… pero que muy pocos saben saborear.

Hay un aspecto fundamental, que lamentablemente no es tomado en cuenta por la gran mayoría de las personas.
Los Siete Mandamientos Universales son básicos para sostener una vida individual y colectiva saludable, que deja al EGO reducido a su mínima expresión, que brinda confianza, que potencia para superarse.
Los mandamientos de no adorar otros dioses, no blasfemar y de sostener las cortes de justicia son como las columnas que sostienen a los otros mandamientos en su finalidad de promover una sociedad saludable, en la cual se pueda vivir confiando en el prójimo.
Por no adorar otros dioses ni blasfemar, se aparta la persona de doctrinas extrañas, de religiones, de moralidades corruptas aupadas en creencias seudo espirituales. Se tiene la protección de la confianza en Dios, en el Uno y Único, quien ha provisto y ordenado los mandamientos. Al actuar en consonancia con estos dos mandamientos, se encausa a la persona en confiar, puesto que hay un poder superior, incorruptible, perfecto, que siempre está a cargo.
Por respetar a los juzgados, por promover el imperio de la justicia entre los hombres, se brinda un marco regulatorio, se alienta el ejercicio de la conducta responsable que está sometida al control de las autoridades civiles.
Estos son los marcos que contienen a los otros mandamientos, que como te dije sirven para estimular la confianza en el prójimo.
Puedes caminar tranquilo, pues nadie te atacará ni para herirte, ni para asesinarte, ni para robarte, ni para obligarte a hacer cosas que no quieres.
Puedes salir tranquilo, sin celos, sin complejos, sin resquemores, sin dudas corrosivas, porque sabes que tu esposa/esposo te será fiel, tal como tú lo eres.
Puedes dormir tranquilo, porque nadie entrará a tu casa, nadie te molestará, a tus hijos nada les pasará cuando salen por la noche.
Puedes respirar en paz, porque vives en una sociedad en la cual se respeta la vida animal en todas sus formas, lo que enfila la conducta a contemplar al prójimo y sus pertenencias, para que no se cometan actos deleznables.
Puedes confiar, porque el imperio de la LEY divina y humana está al control, al sano control, de la sociedad.
Los percances pueden ocurrir en este mundo ideal protegido por los Siete Mandamientos, por supuesto que ocurrirán accidentes, pero serán verdaderos accidentes y no imprudencias, desacatos de las normas, locuras del momento.

Pero, no vivimos en el paraíso de los Siete Mandamientos Universales.
Vivimos en un mundo dominado por el EGO, sometidos a la impotencia, rodeados de indiferencia, llenos de odio, vapuleados por las religiones, angustiados, ansiosos, deprimidos.
Vivimos encerrados en celditas mentales, acomplejados, desvalorizados, con cero autoestima, violentando los derechos de los otros, adorando falsos dioses, adulando a Jesús y otras patrañas, elogiando a los falsarios, pretendiendo ser lo que no somos.
Desconfiamos, en nada confiamos.
Somos enfermos, estamos enfermos, enfermamos.
Las diversiones son burlas, morisquetas ofensivas, mofarse de los que creemos más débiles.
Usamos de nuestra inteligencia para inventar formas de destrucción y excusas y justificaciones y mecanismos perversos de manipulación.
Abusamos de los recursos naturales, explotamos hasta la enfermedad las riquezas de nuestro mundo.
Damos la espalda a Dios pero corremos a abrazarnos a los pastores mentirosos, a cabalisteros, jasideos, seudo rabinos, iluminados, gurús, diosecitos a nuestra imagen y semejanza.
Nos creemos la gran cosa, pero no somos más que amebas un poco más sofisticadas.
El EGO domina, la impotencia está en todas partes, la promovemos nosotros.
Escapamos de la responsabilidad, de la libertad, del deber, de la justicia, de la bondad, del perdón… escapamos de todo lo bueno para seguir en la cómoda, o en lo que parece que lo es.
No tenemos vidas, encerrados, con pánico, victimizados, siendo victimarios, manipuladores…
Andamos por la vida, como patéticas sombras.
Destruimos pero somos “religiosos”.

No es casualidad que desde hace unos miles de años Dios ha dado el plan de vida para la humanidad, los Siete Mandamientos Universales, pero igualmente sigamos en el fango sin sacar la cabeza y ser libres.

Escucho tus comentarios mientras te recomiendo la relectura de http://fulvida.com/?p=434.

Observamos lo que somos

Werner Heisenberg, un gran científico gentil alguna vez dijo: “Lo que observamos no es la naturaleza en sí, sino la naturaleza expuesta por nuestro método de cuestionar”.

Interesante.

Nos vemos la realidad, la construimos de acuerdo a quien somos.

Pero, ¿quién somos?

Ah… nada fácil de resolver en pocas líneas, como me propongo compartir contigo ahora.
¿O es más fácil de lo que supongo?

  • Somos Yo Esencial, es decir espíritu, aquello que nos conecta constantemente con Dios, con el todo.
  • Somos Yo Auténtico, el espíritu y el cuerpo.
  • Somos Yo Vivido, que resultan ser las máscaras que vamos asumiendo a lo largo de nuestra existencia terrena.

Estas máscaras suelen presentarse y considerarse como el Yo, como el único e importante, siendo que en verdad son aditamentos, condiciones externas que tomamos o nos imponen, que se convierten en centro cuando son solamente periferia. Nos embarcamos en desarrollar y conocer nuestro Yo Vivido y perdemos la pista a nuestro Yo Auténtico.

El Yo Vivido es expresión del EGO, por tanto engaño, instrumento de dominación y manipulación, herramienta para mantener en estado de impotencia y apartados de nuestro real poder y nuestra real conexión con nuestro ser, con el prójimo y con Dios.
Al enfocarnos en lo vivido dejamos de atender lo auténtico.
Nos alejamos de lo que conecta para girar en torno a lo que aliena.
Perdemos la energía, nos debilitamos, erramos, fallamos a nuestro sentido de vida.

El desvío del camino certero se dice en hebreo “jet”, que comúnmente se traduce como “pecado” ((Se puede clasificar de modo más preciso, pero nos conformaremos ahora con una simplificación. Se puede profundizar buscando lo publicado en el sitio.)).

Pecado, significa en su sentido original hebreo hacer un desvío, errar el blanco.
No implica una cuestión moral o religiosa, sino que es un concepto afín al “excursionismo”, o mejor aún al “senderismo”.
Hay un camino delimitado, señalizado, comprobado en su eficiencia, en este caso diseñado y especificado por Dios para el hombre.
Al salir de los bordes, al quebrar las pautas, al apartarse del sendero, se está “pecando”.

El cumplir con los mandamientos que Dios te ha dado (Siete Universales para los gentiles, los que corresponden de los 613 para los judíos), es acatar las reglas, seguir las guías, andar con seguridad por el camino establecido por Dios para ti.
Por tanto, cada mandamiento cumplido, es un paso hacia la meta sagrada de vida.
En otra imagen que empleamos en otras ocasiones, cada mandamiento a tu haber es otro eslabón que te conecta con la vida.

Creo que te das cuenta que el pecado es una deficiencia en la conexión con la vida.
Cuando pecamos estamos debilitando nuestro vínculo con el ecosistema, con nuestro vecino, con Dios pero también con nosotros mismos.

¿Qué nos lleva al pecado?
Básicamente el EGO.
Permíteme que te recuerde los grados del pecado, de menor a mayor:

  • Por error.
  • Por ignorancia.
  • Por comodidad.
  • Por rebeldía.

En ocasiones la ignorancia y el erro, pero casi siempre la comodidad y la rebeldía son expresiones directas del EGO que nos carcome desde dentro y nos somete a su primado.
No te lo explicaré ahora, te dejo la tarea que medites, reflexiones y te des cuenta (y compartas luego con nosotros) cómo se conectan estos grados del pecado con el imperio del EGO en ti.

Anda por allí nuestro sistema de creencias, la identidad que hemos adoptado, la necesidad de sentirnos con poder y en control, las etiquetas y roles con las cuales procuramos sostener nuestra imagen “pública” que sentimos eternamente en falta y herida.

Podemos intentar responder a las siguientes cuestiones:

  • ¿Cuáles son mis conductas más habituales?
  • ¿Cuál viene siendo mi patrón de conducta en lo que respecta a la conexión?
  • ¿Qué estoy  construyendo con mi estilo de vida?
  • ¿Tengo presente y soy consciente de mi estado de conexión conmigo, con el prójimo, con el ecosistema, con Dios?
  • ¿Qué estoy haciendo para mantener limpia la luz que irradia desde mi esencia espiritual hacia el resto de mi personalidad?
  • ¿Tengo claro cuánto de EGO hay en mi forma de vida?

Da por sentado que no nos agrada sentirnos inseguros, padecemos la incertidumbre.
Ambas nos retrotraen a la pesadilla inicial de la absoluta impotencia.
Por tanto andamos a los tumbos por la vida consiguiendo aquello que nos asegure el sentirnos seguros en todos los planos materiales: mental, social, emocional y físico.
Andamos a la búsqueda constante de trofeos que nos amurallen en la sensación de seguridad y control.
Pretendemos armar un orden que nos organice nuestra vida y así dejar fuera la ansiedad y la angustia.
A veces nos engañamos, porque creemos lograrlo.
Pero ese orden, esa falsa seguridad es una ilusión, que deja de percibir el influjo del EGO, niega lo que está sucediendo para de esa forma pretender que todo está bien.
Pero allí sigue reinando el caos, la impotencia.
Por lo cual, si una breve ficha se mueve, sentimos que se tambalea toda la estructura, se nos dispara el estrés, nos hundimos en angustia, recurrimos a desesperados manotones para sostenernos en precaria estabilidad.
Así estructurados nos inclinamos a construir una realidad poblada de etiquetas, ponemos cada cosa en compartimientos catalogados y enumerados, tejemos redes que contengan aquello que nos puede hacer percibir nuestra debilidad interior.
Adoramos ídolos, endiosamos al EGO que se nos presenta como el “salvador”, como “camino, verdad y vida”, todo para huir con desaliento de esa tremenda muerte en vida que fue el padecer la impotencia inicial.
Nos llenamos de aire, nos enviciamos, perdemos la conciencia con todo tipo de adicciones, nos regodeamos con cosas superfluas, nos afiliamos a dogmas y clubes insubstanciales, nos hacemos fans de sectas en sus diversas caricaturas, imponemos cierto orden en el caos, para no ordenar el caos interior que sentimos como irrecuperable.
Cosificamos al prójimo, masificamos nuestras relaciones, por lo que nos petrificamos nosotros mismos, así es fácil comprender que adoremos dioses de piedra y madera, aire al que adulamos como divinidad.
La raza, el país, la bandera, el partido, el cuadro deportivo, el ídolo del espectáculo, el jugador de fútbol, el pastor, el rabino, el Rebbe, el cabalistero, los ángeles, dioses, las creencias, los líderes, el cónyuge, el padre, la naturaleza, etc. vienen a ser los nuevos dioses que tienen la mágica respuesta, el orden anhelado, el poder y el control que se fantasea adquirir para escapar de la tremenda sensación de impotencia.
Todo es lo mismo: EGO.

El apego a lo pasajero, el afán por lo falso, el servilismo al EGO, el llorar por lo que no vale, el morir por ideales absurdos, el matar por adquirir prestigio… desconexión, pecado, debilidad, auto impulsarse a caer en esa impotencia que tanto se teme y de la que tanto se huye.
Es simpático… para escapar de la impotencia uno se mete por completo en un círculo vicioso que arrastra hacia la continua impotencia…

El miedo nos ahoga, la duda, el conflicto, porque no andamos por la senda de la conexión, sino por la del deseo oscurecido.
Cada instrumento que aplicamos para procurar corregir nuestro mal, termina por desviarnos aún más.
Entonces, no es extraño que la religión sea poderosa, el fanatismo, los terroristas ponderados como luminarias actuales. No tiene nada de raro que en cualquier parte estemos inseguros, que los malandrines gobiernen, que la corrupción sea habitual. Es que el falso orden que imponemos desde el EGO no es más que una faceta del caos irreverente de nuestro interior mal trabajado y peor encausado.

El EGO para todo encuentra respuestas, y si no… las inventa.
Es hora de hacer que nuestra voluntad se acompase con la Divina Voluntad, de acuerdo a lo que Él decreto para cada uno según su propia identidad espiritual.
Noajismo para noájidas.
Judaísmo para judíos.
De esta forma estaremos en la vía de la conexión, del verdadero orden, del dominio sobre nuestra realidad, la que construiremos con la pureza de las doctrinas correctas y las acciones de shalom.

Decálogo

El Decálogo, lo que común y erróneamente se denomina como “Diez Mandamientos” fue entregado y ordenado por Dios para los judíos.
Son muchísimas las enseñanzas que obtenemos y derivamos de estas diez frases, que corresponden en realidad a catorce mandamientos divinos para los judíos.
Algunas de las ideas y especialmente reglas son específicas para las personas judías, pero muchas de ellas tienen un valor universal, que es compartible y aplicable por cualquier persona que desee andar por la Senda del Eterno, a la Luz de su Palabra.
No es mi intención extenderme demasiado, sino tan solo concretarme a la introducción  de una fascinante enseñanza que se desprende de analizar los enunciados en un contexto “topográfico”.
Permíteme que te lo muestre.

Máximo EGO
El individuo está aislado, centrado en sí mismo, víctima de su impotencia y los delirios de poder. Es esclavo de su EGO.

Tableta B
Relación entre el hombre y el hombre

Idea central
Desarrollo de la personalidad

Tableta A
Relación entre el hombre y Dios

No asesinar

Aceptación de la existencia de Otro

Saber que Dios existe

No al adulterio

Aceptación de la relación con Otro

No adorar dioses ajenos

No secuestrar

Aceptación de la otredad del Otro

No usar el nombre de Dios en vano

No testimoniar en falso

Aceptación del poder del Otro

Recordar el Shabbat

No codiciar lo del prójimo

Coexistencia armoniosa con Otro

Honrar a los padres

Máxima CONEXIÓN
La persona está integrada como sujeto, como miembro de la sociedad, en su relación con Dios.
Es altruista, solidario, responsable, comprometido, bueno, justo y leal.

Ahora, un breve desarrollo para aumentar la comprensión.
Nacemos siendo impotentes, es condición básica de todo ser humano.
Contamos con una herramientas rudimentaria para sobrevivir, el EGO.
Sus métodos bruscos para llamar la atención suelen ser efectivos para que alguien se encargue del bebe, lo alimente, lo cambie, lo consuele, lo divierta, lo duerma, etc.
Si el llamado de atención no funciona, o el adulto no está disponible o dispuesto, el EGO “desconecta” al niño de la realidad dolorosa, lo lleva a un mundo de fantasías, el sueño.
Por supuesto que en esa etapa de vida el EGO es un gran amigo y así se va presentando a la naciente conciencia del ser.
El EGO se pone en lugar de un “salvador”, cosa que es cierta, de cierta forma.
El problema se avecina cuando el EGO se mantiene en el control del niño, siendo que éste va adquiriendo otros instrumentos y formas de conectarse con los demás y con la realidad, además de operar sobre ella.
El EGO en funcionamiento, cuando ya no es necesario, lleva a la persona a aislarse, a manipular a los demás, a situaciones de conflicto interno y externo, a multitud de desequilibrios, a una vida caótica y de desconexión con la realidad más o menos intensa.
Es necesario que el niño sea educado correctamente para que el EGO se vaya reduciendo, para que quede en su rol de herramienta útil en situaciones de extrema necesidad, cuando la impotencia gana nuevamente a la persona y no tiene prácticamente ninguna otra opción que recurrir a él.
Nuestro Creador, que es también es nuestro Maestro, nos brinda instrumentos de liberación del EGO, nos instala en nuestro lugar, nos fortalece en nuestra identidad, pero no de forma mágica o milagrosa, sino a través de un mapa de conductas que debemos conocer y aplicar, para que de esa forma podamos crecer integralmente, derrocar al EGO situado como dios al cual servimos en esclavitud.
El mapa de conductas se denomina “Torá”, que en hebreo quiere decir “instrucción”, “guía”, “ley”.
La Torá noájica es oral, se compone de siete mandamientos fundamentales, así como el relato de la entrega de los mismos por parte de Dios al patriarca Noaj.
La Torá judía es tanto oral como escrita, uno de cuyos componentes es el Decálogo, que estamos comentando en esta oportunidad. Los catorce mandamientos que componen el Decálogo están incluidos dentro del conjunto de 613 mandamientos que Dios ha dado para la nación judía, para ellos y no para el resto de las naciones. Así como la Torá que Él ha dado a los judíos es para ellos, y no para los gentiles.
Sin embargo, ambos tienen el mismo peso, similar valor, idénticas intenciones: conducir a la persona y a la sociedad hacia un mundo de Shalom, de plenitud, armonía, gozo consciente de la Presencia de Dios y Su bendición constante.
Si los gentiles conocen y viven sus siete mandamientos, así como el pueblo judío se hace cargo de sus 613 mandamientos, se estará en un mundo que no se encuentre bajo el dominio del EGO, y por consiguiente plagado de personas impotentes y caóticas, sino en un mundo solidario, espléndido, gozoso.
(Sin embargo, el cumplimiento por sí solo no basta para llevar una vida íntegra. Será necesario retomar este tema en otra oportunidad, o buscar lo que ya tenemos publicado al respecto).

El Decálogo, como hemos dicho al comienzo, es para el pueblo judío, pero algunas de sus enseñanzas son aplicables y saludables para el gentil también.
Esto que te enseño ahora es para compartir por ambos.

Estábamos en el relato del comienzo de la vida del individuo, que queda bajo el mando del EGO.
Un estado de caos, de desconexión, de soledad, de dolor, de falsedad, de fantasías, de delirios, de locura, de malicia, de robo, un mundo enfermo por dentro y por fuera.
El primer paso hacia el derrocamiento del EGO lo vemos en la tabla que presentamos más arriba: aceptar la existencia del Otro, sea Dios o el prójimo.
Si el Otro no es más que “algo” para satisfacernos, para ser manipulado, para estar a nuestro servicio, para llenar nuestras apetencias, no le estamos reconociendo una real existencia, sino una funcionalidad, que bien puede ser “usa y bota”. ¿No te ha pasado que alguna persona te haya hecho sentir así? ¿Qué eras “apreciado” mientras le servías de algo, pero luego fuiste borrado del mapa? ¿O quizás eres tú el que así ha hecho con alguien?
El Otro “no existe”, porque no le das lugar en tu corazón.
El bebe no está capacitado pues su sistema nervioso no se ha desarrollado, por tanto es normal que no sea consciente de la existencia de otros… pero tú, ¿qué excusas puedes dar?
Viene Dios y te enseña: “Yo existo, no preciso mandarte que lo creas, ni que tengas “fe”, sino solamente basta con decírtelo. Viste Mis obras, Yo soy quien te sacó de Egipto. Sin embargo, no me interesa que hagamos doctorados en teología, para Mí es más importante que sepas que el prójimo también existe. A Mí no me cambia en nada si tú Me sirves o no, pero a tu prójimo sí le puede afectar del modo en que te comportas con Él. no lo niegues. No lo asesines, ni siquiera simbólicamente. Admite que Yo existo, admite que el prójimo existe. No somos tus sirvientes, no somos tus títeres, Yo soy tu Dios, y él es tú prójimo.”

Cuando se avanza al siguiente escalón se descubre que admitir la existencia del Otro no basta, se debe admitir que existen las relaciones y que no siempre éstas tienen algo que ver conmigo.
El Otro tiene su vida independiente, aunque me cueste admitirlo. El otro tiene sus relaciones y no siempre soy bienvenido en ellas.
Ahora que sé que existe una mamá y un papá, debo aceptar que ellos mantienen una relación que me tiene por fuera y no debo entrar a ella.
Y eso irá pasando en lo sucesivo, con otras personas, con otras relaciones que establezca.
Esto que me limita, también me libera.
Yo también tengo mis relaciones, mis cuestiones privadas en donde yo establezco quien entra y quien no.
Dios también tiene ese “derecho”, el derecho a que no le seamos infieles, que no nos prostituyamos con falsos dioses, ni siquiera movidos por buenas excusas.
Tenemos una relación particular con Él y cuando metemos en medio a dioses, ángeles, mediadores, “salvadores”, ídolos, Jesúses, vírgenes, santos rabinos difuntos, seudo profetas, gurús, etc., estamos haciendo algo incorrecto. Estamos quebrando la fidelidad de la relación que tenemos con Él.
Así como existe el Otro y debemos tomar conciencia y aceptarlo, igualmente con las relaciones que el Otro mantiene, sea que estemos incluidos en ellas o no.

Está el Otro, las relaciones del Otro, estamos nosotros y nuestras relaciones. Está la conciencia de todo esto.
El siguiente paso en la escala del crecimiento es aceptar que el Otro es otro, que tiene derecho a su identidad, a sus decisiones, a ser él mismo, nos guste o no.
No está para darnos placer, no está para que lo manipulemos, tampoco para que nosotros seamos manipulados o nos arrastremos para satisfacerlos.
Él tiene su vida, me guste o no. Sea mi hijo o mi hija, mi alumno o mi empleado, él debe hacer su vida y yo debo respetarlo.
Por supuesto que el sirviente del EGO pretenderá tener bajo su control a todos y todo, no admite que le contradigan, no acepta que le marquen sus errores, no quiere voces disonantes. Él es el amo, aunque en realidad sea un pobrecito esclavo de su EGO.
Sin embargo, la persona que anda a la Luz del Eterno, que está en la escalera de la plenitud no buscará dominar a otros, no negará a los demás sus derechos, no impondrá su voluntad de forma injusta, reconocerá qué puede controlar y que no y no se angustiará por saberse impotente en ciertos aspectos, sino que más bien eso le dará libertad y serenidad.

El siguiente escalón ya incluye admitir que el otro no solamente existe, mantiene sus relaciones que no nos incluyen y otras que sí, es independiente de nuestra voluntad, sino además que el Otro es poderoso sin necesitarnos.
Debe ser duro despertar un día y darse cuenta de que ese mundo que habíamos imaginado en el cual somos el centro, del cual todo depende, que se caería si faltáramos, en realidad sigue tan firme y funcional cuando faltamos.
Más de uno habrá fantaseado con que el mundo nació el día que uno nació, que el mundo es mejor por estar uno aquí, etc., pero en los hechos el mundo gira estemos en él o no.
Somos importantes, sin dudas, pero una partícula de polvo cósmicos en un universo que aparece como infinito.
Somos valiosos, pero mejor es sí nos bajamos del pedestal y admitimos que el otro puede vivir perfectamente sin nuestra presencia.
Ni el divorcio, ni la muerte, ni el alejamiento son el fin para el otro, al menos no debiera serlo.
Dios sigue siendo Dios, con nuestros rezos o sin ellos.
El otro seguirá para adelante, contigo o sin ti.
Es duro, ¿no?
Algunos se niegan a reconocerlo, pobres prisioneros de sus EGOS y se andan imaginando que el mundo se caerá el día que ellos desaparezcan, que Dios tiembla de solo pensar que él no cree en Él… conocemos a varios sujetos así, cabalisteros, magos de las palabras que corrompen lo espiritual, gurús, falsos rabinos, entre otros. Incluso gente de renombre, que se desviven por tener a quien manipular, por ser el centro en la vida de alguien, por recibir el dinero como diezmos, etc.
Eso no es lo que Dios quiere del hombre.

Hasta el cuarto grado hemos llegado a reconocer al otro en su completitud, falta el quinto escalón, en el cual podamos llevar una vida de conexión con el prójimo y con Dios.
Entendemos que el otro es otro en TODOS los aspectos, aunque cueste, aunque duela.
Podemos apreciar lo que posee, en todos los aspectos, pero haremos el esfuerzo para no corrompernos anhelando lo que no es nuestro.
Podremos buscar nuestra propia forma de ser felices, nuestro camino para la plenitud, nuestro sentido de vida.
Claro que podremos hacerlo, cuando no estemos encerrados en las celditas mentales de nuestro EGO.
Al salir de esas paredes maltrechas podemos respetar al prójimo, amarlo, serle fiel, estar conectados.

Pero, mientras no avancemos estos cinco grados, seremos aún esclavos, de una u otra manera. Esclavos en fin.
Está en ti seguir tu camino, ese que Dios te ha marcado, o seguir el camino del EGO.

La Voz

«Siete semanas y llega el gran momento, acontecimiento único en la historia de la humanidad: D-os se dispone a hablar, a revelar su Ley, a hacer oir su Voz. Rayos y truenos para quienes dormitan en sus camas. Mientras, el tiempo y el corazon de los hombres se abren para recibir la llamada de Aquel que confiere al yo, Su misterio.
Luego, silencio. Y desde el fondo del silencio, una Voz.
D-os está hablando. ¿De que? ¿De su obra secreta, de sus intenciones imperceptibles por siempre jamas?
No, habla de las relaciones entre los hombres, de los deberes de cada individuo para con los otros individuos.
En ese instante unico, D-os prefiere hablar de relaciones humanas y no de teologia…»

Elie Wiesel Premio Nobel 1986, en Celebración Biblica.

¿Noajismo o religión?

El Noajismo y la religión tienen una sola cosa en común, ambos se proclaman como el camino para encontrar a Dios, el Noajismo fue enunciado por Dios mismo y la religión fue creada por el hombre una diferencia fundamental.

Lo negativo de la religión es por demás abundante, aberraciones de lo más degradante se efectúan en el nombre del dios cristiano, toda la ausencia de vida, de luz, de bondad es motivada en las religiones, solo piensa en los sacerdotes pederastas que abusan de los alumnos, o de los pastores que se acuestan con las esposas de los miembros de la congregación, o de las estafas inhumanas con la promesa de soluciones milagrosas a gente hambrienta de cambiar su vida o vayamos aún más a fondo todos los asesinatos en nombre de jesus cuantos judíos muertos(mujeres, hombres y niños) por las cruzadas, la inquisición el holocausto.

La religión caracteriza toda la ausencia de vida en este mundo, caracteriza la muerte y la oscuridad.

Veamos algunas diferencias fundamentales entre el cristianismo y el Noajismo

Noajismo “No idolatría (no servir a otra cosa que no sea Dios)”

Cristianismo “Adorar a un hombre como si fuera un dios

Noajismo “No asesinar (fomentar la vida)”

Cristianismo “convertir a los que no son de su “fe”, asesinar en nombre de dios, asesinatos en masa llámense cruzadas, inquisiciones, guerras santas etc., hacer cualquier cosa aunque esta sea ruin y reprobable en nombre del dios cristiano (jesus).”

Noajismo “No robar”

Cristianismo “una característica peculiar del cristianismo es que toma(roba) las escrituras hebreas propiedad precisamente de esa nación para sostener su credo aun cuando esto es una enorme contradicción porque el cristianismo niega el pacto eterno entre Dios e Israel”

Noajismo “No relaciones sexuales ilícitas”

Cristianismo “la sexualidad esta normada a como bien entienda el individuo sin reglas claras y específicas sobre el tema, no es raro ver en esta sociedad que la infidelidad incluso es algo “cool” de moda”

Noajismo “No blasfemar u ofender al Creador y a sus escogidos”

Cristianismo “no existe respeto a Dios porque incluso Su misma voluntad es agredida e ignorada, al darle la espalda al pacto del arcoíris la alianza eterna entre Dios y las naciones”

Noajismo “No comer parte de animal con vida”

Cristianismo “la crueldad es parte del credo pues el dios de esa religión aparece crucificado y ensangrentado en una cruz”

Noajismo “Establecer cortes y leyes de justicia”

Cristianismo “El clero es la máxima autoridad y sus decisiones son irreprochables aun cuando vayan en contra de las leyes de justicia”

Los postulados éticos y morales que enuncio el Creador del mundo en los 7 mandamientos universales son de gran beneficio para la humanidad, fomentan la paz y la armonía entre todos los que vivimos en este mundo.

El cristianismo ha sido utilizado para “justificar” actos de lo más bajo y ruin, todo con el pretexto de que “con fe serás salvo” dejando de lado aspectos fundamentales como el respeto a la vida, el ejercicio de una sexualidad saludable, el respeto a la  propiedad ajena entre otras cosas más.

Como te puedes dar cuenta la diferencia entre el Noajismo y el cristianismo es estratosférica pero no nos podemos quedar solo con palabras basta con que eches un vistazo a la calle y veas el mundo lleno de cristianismo y también de corrupción.

El Noajismo con sus 7 mandamientos fundamentales es el camino hacia una era donde la paz y la armonía dejen de ser solo palabras bonitas que pronuncia la gente.

El Noajismo es el camino para encontrar la luz, la verdad y la vida.

imagen tomada de granadablogs.com

 

 

 

Noajismo o religión

Cuan diferentes pueden ser las cosas aunque ambas tengan un mismo objetivo, así pasa con el Noajismo y las religiones, aunque ambas persiguen un mismo fin sus características son muy diferentes, la gente honesta e integra busca a través de la religión encontrarse con el Creador, aunque también hay gente que utiliza la religión para sus propios fines personales pero así son las cosas que hace el hombre falibles, para muchos la religión es el único medio de vincularse con el Creador, el Noajismo es el auténtico modo para vincularse con el Eterno y de ese modo darle vida a la vida.

Dos cosas que buscan un mismo fin pero que sus diferencias son muy marcadas.

Veamos algunas diferencias fundamentales entre el cristianismo y el Noajismo

Noajismo “No idolatría”

Cristianismo “Adorar a un hombre como si fuera un dios

Noajismo “No asesinar”

Cristianismo “convertir a los que no son de su “fe”, asesinar en nombre de dios, asesinatos en masa llámense cruzadas, inquisiciones, guerras santas etc, hacer cualquier cosa aunque esta sea ruin y deprobable en nombre de dios.” 

Noajismo “No robar”

Cristianismo “la riqueza material es como se mide a las personas”

Noajismo “No relaciones sexuales ilícitas” 

Cristianismo “la sexualidad esta normada a como bien entienda el individuo sin reglas claras y específicas sobre el tema”

Noajismo “No blasfemar u ofender al Creador y a sus escogidos”

Cristianismo “el nombre de Dios es jesus y los judíos son asesinos de Dios (como si Dios pudiera morir)”

Noajismo “No comer parte de animal con vida”

Cristianismo “la crueldad es parte del credo pues el dios de esa religión aparece crucificado y ensangrentado en una cruz”

 

Noajismo “Establecer cortes y leyes de justicia”

Cristianismo “El clero es la máxima autoridad y sus decisiones son irreprochables aun cuando violenten de la manera más agresiva las leyes de justicia”

 

Los postulados éticos y morales que enuncio el Creador del mundo en los 7 mandamientos universales son de gran beneficio para la humanidad, fomentan la paz y la armonía entre todos los que vivimos en este mundo.

El cristianismo ha sido utilizado para “justificar” actos de lo más bajo y ruin, todo con el pretexto de que “con fe serás salvo” dejando de lado aspectos fundamentales como el respeto a la vida el ejercicio de una sexualidad saludable el respeto a la  propiedad ajena entre otras cosas más.

Como te puedes dar cuenta la diferencia entre el Noajismo y el cristianismo es estratosférica pero no nos podemos quedar solo con palabras basta con que eches un vistazo a la calle y veas el mundo lleno de cristianismo y también de corrupción.

El Noajismo con sus 7 mandamientos fundamentales es el camino hacia una era donde la paz y la armonía dejen de ser solo palabras bonitas que pronuncia la gente.

Noajismo para todos para que de ese modo vivamos en un verdadero paraíso y podamos vincularnos de modo autentico con el Creador a través de una buena conducta en nuestras vidas.

imagen tomada de granadablogs.com

como una nota aclaratoria quiero decir que esta imagen me parecio apta para reflejarel interior de cada uno de nosotros si queremos que ser luminosos, puros o lugrubes y desolados, mas alla del diablo cristiano ese demonio externo que predican en ese credo creo que esta imagen retrata como puede ser nuestro interior de acuerdo a nuestra eleccion Noajismo o religion

Un tropezón no es caída

Luego de que uno tropieza una vez, otra vez y otra vez con el mismo error o varios…puede llegar a pensar de que serviria arrepentirse nuevamente del error, si no será ni la primera vez que cae, ni la última.

Esta escrito: «Reduces al hombre a pulpa y dices:  Arrepientanse, hijos del hombre…Salm. 90:3»

Dios a lo largo de la historia siempre a aconsejado el arrepentimiento, que se conforma de:

a – Reconocer el error.

b – Arrepentirse SINCERAMENTE de haber transgredido.

c – Pedirle perdon a Dios por haber actuado en contra de Sus mandamientos.

d – Tratar con todo nuestro esfuerzo y voluntad de no volver a cometer el acto equívoco.

Reconocer el error es lo primordial, admitirlo, saber y reconocer que algo anda mal en uno mismo es lo primero dentro de la Teshuva (arrepentimiento sincero). La sinceridad es muy importante, pues si no hay sinceridad de arrepentimiento, entonces uno ha reconocido el error, admite que algo anda mal, pero en cierta forma sigue y prefiere ser complice del mal. El perdon va de la mano con la sinceridad, pues quien es sincero ya es perdonado, pero es menester de cada uno rogar Su perdon. Y por último, sacar el jugo de la Teshuva, unir fuerzas, voluntad, cumplir los preceptos, dar caridad, estudiar, adquirir conocimiento del tema en cuestión, alejarse de lo prohibido en general y no solo de aquello que se ha transgredido en la ocasión.

Lo cierto es que el hombre tropieza pero no cae, o en palabras de un muy querido amigo mío:

«Un tropezón no es caída»…

Puede pasar que alguien cometa un error y se arrepienta. Luego comete el mismo error y se vuelve a arrepentir…pasa, puede pasar y ha pasado. Nose como juzga Dios, pero si se que hay una herramienta que El mismo ha dado a la humanidad entera: El arrepentimiento, que solo adquiere validez conforme lo explicado anteriormente.

No somos perfectos, y no estoy dando una excusa, pues somos perfectibles, es decir, que debemos utilizar los errores como trampolín de crecimiento, aprender, tomar experiencias positivas de las equivocaciones, y de allí surgirá el desvanecimiento de lo que no anda bien y perjudica nuestras vidas.

Mi querido socio, hay, hubo y habrá siempre una oportunidad, busca el empujón hacia una vida trascendente, no te quedes, utiliza lo que esta dentro de tus posibilidades permitidas en vez de hundirte en la depresión, en la infelicidad, en el fango del error que solo lleva al error.

Mi querido lector, si has tropezado arrepientete mientras haya tiempo, que todavia no has caido.

El leal a Dios es Noajida.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta»

El tiempo…y la necesidad de la simpleza en la vida…

La vida se construye día a día. Cada segundo que pasa es de gran    importancia  en este proceso.Muchas veces se pierde el tiempo  preocupándonos (o angustiándonos ) por lo que no tenemos aún o     por  aquello en lo que hemos fracasado en algún momento.Nos desgastamos ya sea física o mentalmente por obtenerlo, haciéndonos   dependientes por conseguirlo.

Junto con esto,dejamos de lado lo que ya se tiene y es invaluable o  relevante en nuestras  vidas,como la familia,  amigos, pareja, estudios, trabajo,etc (dependiendo de la etapa en que    cada uno se encuentre) y el hacer de esto un hábito, con el correr de  los meses o años ,tarde o temprano comenzamos a sentirnos  miserables. Dejamos pasar muchas oportunidades de crecer en lo que  nos desempeñamos por mala inversión del tiempo. Podemos  encontrarnos rodeados de gente, pero solos en medio de una  multitud, habiendo tenido  en realidad mucho por lo que agradecer y  disfrutar.Cuando se alcanza este punto, la vida puede volverse un  «hastío» y podemos caer en depresiones, favorecer la aparición de    enfermedades a largo plazo,ser amargos, vulnerables,etc.

Es por eso  que lo mejor para cada uno es no dejar que la codicia o frustraciones personales  presentes y/o  pasadas se enseñoreen de nuestra vida cotidiana, pues en realidad tales experiencias buscan moldear el carácter de cada uno;corregir o perfeccionar. Es necesario reconocer nuestros errores para comenzar con esto, pero no estarnos torturando por no ser perfectos.Nada es porque sí y es preciso darse cuenta de que detrás de cada problema, hay siempre una oportunidad para superarse a uno mismo.

Disfrutemos de lo simple y de nuestros seres queridos, que nadie sabe lo que pasará el día de mañana;luchemos por nuestros metas personales, pero sin hacer de ellos nuestros «dioses». que nos lleven al pasado o al mañana,sin permitirnos ver el HOY….Quizás lo que nos preocupa no sea necesario en nuestras vidas,  no estamos preparados para recibirlo aún o bien  será diferente a lo que pensamos.Sólo el tiempo permitirá responder a esto. Nadie dijo que la vida vendría con instrucciones y por lo tanto, debemos ser activos,pero pacientes y levantarnos después de cada caída, ya que así como tenemos potencial para cometer errores,tenemos potencial para  construir y ser mejores….

¿Noajismo o Religión? (frases cortas de Noajismo)

Los 7 mandamientos universales son técnicas para depurar la conducta de la persona, como una consecuencia lógica el individuo vive con mayor equilibrio y tranquilidad su vida, las religiones o más bien dicho a pesar de ellas el ser humano tiene destellos de moralidad y rectitud pero la religión es un obstáculo y el noajismo el impulsor de una buena vida.