L a energía de la vida manifestada a través de nuestros deseos es poderosísima como lo es la fuerza del mar, sin los límites adecuados, el mar puede destruirnos.
Como podemos equilibrar nuestros deseos y no corrompernos?
Cumpliendo y viviendo nuestra vida en armonía con los siete preceptos Noajidos.
Los Preceptos le dan forma armónica a nuestros deseos de modo que se crea una ecología espiritual en todos los ámbitos de la vida. Cada vez que deseamos algo, debemos conocer los parámetros que nos ayuden a evaluar si nuestro deseo afecta positiva o negativamente a nuestro semejante.
Cuando actuamos en equilibrio con las leyes espirituales beneficiamos a todas las creaturas por igual. En cambio, cuando nuestros deseos obstaculizan los de nuestros semejantes surgen las guerras, la pobreza, el sufrimiento.
Podemos canalizar esa energía de la siguiente manera; por ejemplo creando una represa imaginaria que contenga y regule esa energía y utilizándola para dar Luz al mundo.
Concentrarnos y usar parte de esa energía en ayudar a nuestros semejantes siendo conscientes de las necesidades de otros y no centrarnos en nosotros mismos, de esa manera damos el primer paso hacia la liberación de la dependencia de los Deseos egoístas de solo recibir.
¿Qué PODEMOS HACER?
Trabajar en armonía para traer Luz al mundo, vivir una vida llena de buenos deseos positivos, todos los días y hacer donaciones, caridad actos de bondad, ser amables, respetuosos, tolerantes, sinceros,
Amigo de tus amigos que salgan de nuestro ser. Todas las buenas acciones realizadas con intención y conciencia y no en forma mecánica. De esta manera creamos las condiciones que nos ayudan, si asi lo deseamos, a en cursar nuestra energía hacia niveles de altruismo.
La Energía de los instintos de ese mar que si no aprendemos a controlar adecuadamente es insaciable.
En cambio cuando le damos a su justo lugar, nos proporciona paz, tranquilidad y satisfacción, plenitud en todos los ámbitos de la vida.
No olvidemos que uno que uno de los actos mas altruistas de la vida es el amor. El verdadero amor
No depende de estados de ánimos ni de sentimientos egoístas y pasajeros sino que es constante y esta basado en objetivos altruistas y desear hacer buenos actos.
El más fundamental de todos debe ser:
“Amaras a tu prójimo como a ti mismo”
Y de allí en adelante no pensaremos solo en nuestros propios deseos, sino siempre en ;
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