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El complejo de culpabilidad

Muchos hemos sido sometidos a una verdadera conspiraciòn de culpabilidad en nuestras vidas, destinada a convertirnos en verdaderas màquinas culposas. Funciona de este modo: Alguien te recuerda que has sido mala persona por algo que dijiste o nò dijiste, sentiste o no sentiste, hiciste o no hiciste. Tù respondes sintiendote mal e incòmodo en el presente. Tù eres como un aparato que respira, habla, camina y reacciona con el peso de la culpabilidad. Porquè has recibido mensajes de preocupaciòn y culpabilidad?. Puès por que consideras «incorrecto» e «inhumano» que no te sientas culpable.

La culpabilidad es un comportamiento inùtil, pues despilfarra energìa emocional. No existe culpabilidad por grande que sea, que pueda cambiar la historia. Un niño fàcilmente se dà cuenta que sus padres no pueden soportar el verlo sufrir y que se sienten culpables por ser malos padres, el niño usa a menudo esta culpa para manipularlos. Los niños por supuesto, aprenden a usar este comportamiento destinado a producir sentimientos de culpabilidad en sus padres.

Asì mismo los maestros inducen y manipulan fàcilmente a los niños, mensajes como:»deberìa darte verguenza sacar esas notas», «tù mamà se và a desilucionar», «còmo puedes hacer sufrir a tus padres despuès de lo que hacen por tì?». A menudo se usa la culpabilidad en los colegios para hacer que los niños aprendan ciertas cosas o se comporten de manera especial. Y recuerda que aunque sea adulto sigues siendo un producto de esos colegios.

Reconoce lo absurdo de la preocupaciòn, empieza a enfrentar tus miedos con pensamientos y acciones productivas, aprende a vivir ahora, en el presente, sin inmovilizarte en el pasado o futuro. Vive!

Reacciones ante el misionero

Con el conocimiento que nos provee la CTerapia podemos señalar los cuatro modos de reacción posibles ante el ataque de un misionero, cuando éste viene con sonrisa de amigo, con ánimo de salvador, con piel de oveja y corazón de lobo.

Reacción tipo víctima.
La persona, cual oveja camino al matadero, se entrega a las manipulaciones emocionales del misionero.
Se siente culpable de todo y por todo, aunque nada por lo cual se siente culpable sea realmente de su responsabilidad.
Llora e intenta defenderse sumisamente ante los ataques del misionero, pero corre con anhelo a recibir la promesa de absolución que éste le brinda (ilusoriamente).

Reacción tipo agresor.
La persona, cual toro enfurecido, cornea pero mantiene sus ojos cerrados. Por esto, es difícil que acierte en sus embestidas para repeler al misionero.
Quizás insulte, humille, tome el pelo, se mofe y hasta puede llegar a algún tipo de violencia física (desde echarlo a patadas, hasta golpes y porrazos).
Lo que dice o hace a dudosamente sirve para detener la filosa agresión del entrenado misionero, que intentará usar la furia de la persona para enredarlo y llevarlo a una posición de tipo víctima, desde la cual podrá sujetarlo y manipularlo.
Sabemos que los misioneros son intensamente entrenados, reciben adiestramiento en artes y técnicas de manipulación intelectual y siembra de confusión mental.
Se les debe reconocer al menos esto, son maestros en el sucio arte de la guerra psicológica.
Y, tristemente, un toro enfurecido no cuenta con la capacidad de reflexión y fría estocada que se precisan para responder con eficiencia ante las soterradas agresiones del misionero.
El misionero se cerrará en su posición y ante cada golpe tendrá menos capacidad para discernir, para liberarse, para razonar, para elegir.
Cada agresión la tomará (enfermizamente) como una prueba celestial o infernal (depende la locura que crea), y será para él una señal de que está en la senda correcta.
Acusará, con motivo o no, al tipo agresor de ser agresivo, ser ciego, estar endemoniado, ser hereje, etc., en realidad, todo lo que quiera, ya que la reacción furibunda del otro le da pie para aprovecharse de la manifiesta debilidad del tipo agresor.

Reacción tipo salvador.
La persona, cual político demagogo y paternalista, querrá hacer ver al misionero lo infurctuoso de su tarea abominable. Le presentará versículos que socavan completamente la estéril fe en el colgado. Demostrará con razonamientos limpios y bien fundamentados, la corrupción de toda religión ajena a Dios, especialmente la que portan los misioneros. Disparará con encumbrada sabiduría frases y versículos, que resultan ser acertados en su interpretación y que ante un interlocutor saludable sirven para acabar cualquier discusión que apoye al falso dios y falso redentor.
Quizás la persona de tipo salvador, quiera explicarle al misionero lo errado que está y cómo eso debe ser a causa de algún trauma emocional de su niñez.
Con afán paternal le propondrá alguna terapia, alguna congregación de fieles del Eterno, alguna salida para esa tóxica adicción a religiones.
La respuesta del misionero será similar a la que tiene con el tipo agresor en lo que respecta a cerrarse y por consiguiente aferrarse con más fuerza a sus lemas, dogmas y frases hechas.
No prestará atención a razonamientos lógicos, los tildará de pensamiento griego y con eso basta para él para descalificarlo.
Los versículos que demuestran la podredumbre de su fe, serán rechazados con la excusa de que no están en "su biblia", o que no están de acuerdo a como el pastor interpreta el pasaje.
O lisa y llanamente, seguirá ciego y sordo escupiendo su monólogo aprendido de memoria, el cual debe repetir una y otra vez como un mantram, como un sortilegio que le dará su salvación.
Escaso éxito tiene el tipo salvador con los misioneros.

Reacción tipo espiritual.
La persona, como un sabio talmúdico, no se deja embaucar ni manipular; no se enfurece ni enceguece con pasión (aunque quizás se sienta enojado, o de cierta manera muestre su malestar interior); no trata de inculcar y corregir al que está hundido en un pozo, porque sabe que no tendrá éxito.
¿Qué hace entonces?
Respeta la humanidad del misionero, aunque deplora intensamente su bastardeado mensaje.
Por tanto, escucha aquello que es permitido oír: todo lo que no implique idolatría u otros gravísimos pecados. Pero se aparta cuando el misionero quiere someterlo a la tortura de oír sus huecos y estériles alegatos.
No debate, pues debatir es dar carácter de validez a los argumentos del otro.
No admite nada, pues no quiere contaminar su alma, pero no le dice directamente al idólatra lo mal que está.
Pero, cuando tiene la chance, entonces las palabras del sabio son como aguijones que taladran y perforan hasta lo más profundo. Destruye con frialdad, sin enojo ni rencor; para demoler toda la basura perjudicial y dejar en pie lo saludable, y dejar espacio para edificar lo bueno. Todo a su tiempo, con calma, con prudencia, con respeto y amor.
El tipo espiritual, con su conducta manifiesta su altura en moral y espiritualidad.

¿Cómo has actuado hasta ahora?
¿Qué me puedes comentar de tus experiencias personales al respecto?
Espero oír de ti… (misioneros, abstenerse)…

Doce caracterí­sticas básicas de un noájida tí­pico

Noájida

Confía solamente en el Eterno, que es el Padre celestial, que es el Creador del universo, que es el Dios Uno y Único, que es el Dios que liberó a los Hijos de Israel, que es el Dios que les entregó directamente a todo el Pueblo judío presente Su perfecta e inmutable Torá. No pone su fe en dioses humanos, ni en dioses ajenos, sino que solamente en Aquel que se manifestó a ciencia cierta delante de TODO el pueblo judío.

Se rige por un simple y estricto código que se basa en la justicia, la bondad, la verdad y la fidelidad. Acata las disposiciones de sus líderes, siempre y cuando no contradigan el código de conducta que proviene de la Torá, tal cual es iluminada por los Sabios verdaderos de Israel. No acepta como verdad espiritual ninguna palabra de otros libros que se hacen llamar «sagrados» y que son base de religiones del mundo.

Se concentra en la vida. Trabaja con libertad, ánimo, coraje, valentía, alegría en la construcción de Este Mundo, con la confianza de que está sembrando los buenos frutos que recogerá en el Mundo Venidero. La muerte es un hecho ineludible al final del camino, por el cual no hay que preocuparse, ya que el Padre celestial le ha dado la vida para que la desarrolle a plenitud. Por tanto, no teme a la muerte, no ronda en su mente todo el tiempo la idea de la muerte, no se dedica a «salvarse», no indaga con ansiedad y angustia al respecto de «cielos e infiernos», pues tiene certeza absoluta de que su cielo y su infierno dependen de sus obras en Este Mundo. Vive a plenitud, en la medida de sus posibilidades, pues confía en la Justicia y Amor del Padre celestial.

Escoge el camino por el cual andará de acuerdo a su libre albedrío, pues confía en que Dios le ha provisto de la capacidad para tomar buenas decisiones. Para actuar con corrección debe estudiar de buenas fuentes y analizar con madurez, para aprender cada vez mejor lo que es correcto. NO pasa su vida aterrorizado por el futuro. Sus líderes NO le amenazan constantemente con el infierno, castigos, tormentos, maldiciones, y otros sufrimientos inconsolables. NO achaca todos sus males a satanases y demonios, a enemigos materiales o etéreos. Sus maestros y líderes NO le exigen total sumisión ni obediencia ciega.
Por el contrario, el noájida puede y debe dialogar, preguntar, criticar con mesura, exponer sus puntos de vista, votar en las decisiones trascendentes de su comunidad, etc.

Colabora maduramente con sus hermanos judíos, pues entiende que cada uno tiene su lugar y su rol. El Eterno ha escogido a Israel para ser la nación santa, el reino de sacerdotes. Por tanto, no ataca a los judíos, no los aborrece, no los quiere suplantar, no quiere robarles su identidad única.
Con sus hermanos noájidas es solidario, colaborador, un amigo fiel, un compañero que no hace depender su ayuda o cariño de las creencias del otro.
Respeto y admisión del otro son sus patrones normales de conducta.

Predican con su acción acorde a los preceptos que Dios ha dado. NO predican con palabras altisonantes, incoherentes, carentes de fundamentos. NO envuelven con palabras complejas, que finalmente no quieren decir nada. JAMÁS amenazan, acusan, agreden, confunden, demandan furiosamente, ni apelan al sentimentalismo barato en procura de manipular a su audiencia. No dan dádivas o caridad como mecanismo para atraer adeptos, ni abusan del prójimo.

Su vida es simple, equilibrada, armoniosa. No rehuyen de los placeres, ni tampoco de sus deberes. Son responsables y comprometidos con la realidad. Carecen de rituales obsesivos, o de actos supersticiosos, o de objetos fetiches.

No tienen dogmas ni doctrinas irracionales. Están libres de doctrinas  faltas de racionalidad o carentes de valor espiritual. NO repiten lemas huecos, ni consignas de los jefes, ni frases rebuscadas pero ridículas, ni versículos fuera de contexto. Sino que desarrollan su intelecto, canalizan sus emociones, cultivan su espíritu en todos los planos que Dios nos ha dado.

Sus líderes viven de su trabajo honrado. No parasitan a los miembros de su comunidad, no amenazan con el infierno para conseguir «diezmos» u otras dádivas.
En caso de recibir sueldo de su comunidad, es un ingreso justo, de acuerdo a la tarea que realiza y al contrato laboral que la comunidad acepta abonar, tal como se paga a un secretario, a un gerente, a limpiador, etc.

La familia es un pilar fundamental. El respeto y aprecio por el cónyuge, el esmero por criar correctamente a los hijos, la unidad familiar, etc. No se abandona a la familia para correr a la «iglesia», ya que el centro de la comunidad noájica es la familia.

No acepta la discriminación negativa, el sexismo, los abusos de poder, las teocracias, el totalitarismo, la corrupción, ni cualquier otra manifestación del extravío del individuo y/o la sociedad. Dentro de la legalidad lucha para establecer justicia.

Son ciudadanos respetuosos y leales de su patria, pues es su deber espiritual participar de la vida pública para que la justicia sea establecida y sostenida.


Te ruego que hagas un ejercicio interesante.
Con total honestidad elabora una lista paralela a la que te he presentado, pero que en lugar de reflejar a un típico noájida, defina a un típico seguidor de Jesús, en cualquiera de sus miles de vertientes (católico, evangélico, bautista, falso judío mesiánico, falso judío netzarita, trinitario, unitario, etc.).
Luego, si lo deseas coméntame lo que has descubierto.
¿Te parece?

Fundamentos de la comunidad noájica

Como ya hemos enseñado, el ser humano está conformado por cinco planos de existencia. La vida saludable equivale a que cada uno de estos cinco planos esté correctamente nutrido y se mantenga en equilibrio. Cuando el equilibrio se rompe, a causa de falta de nutrición, exceso de la misma, nutrientes incorrectos, o algún otro factor corruptor, podemos considerar que la persona está enferma (palabra que no implica ni un juicio de valor, ni un aspecto solamente corporal).

Las comunidades humanas siguen exactamente idéntico patrón. Sus cinco planos deben estar en equilibrio, o la comunidad entra en un estado de enfermedad, que puede revestir mayor o menor entidad.

Te presento a continuación unos lineamientos básicos de como debiera estar nutrida una comunidad de noájidas, de modo tal de preservarse de enfermedades y estar en disposición para crecer, avanzar y abrazar con verdad al Padre celestial a diario.

Plano físico
Una comunidad debe contar con un espacio físico, una casa de la comunidad, aunque sea un salón.
Debe tener también los servicios esenciales, tales como electricidad, agua, servicios higiénicos, etc.
De ser necesario ha de estar asistida por un grupo de personas asalariadas, limpiadoras, serenos, secretarias, etc.
Debe tener las comodidades básicas para que las personas de la comunidad se sientan acogidas, confortables, seguras.
Es decir, el plano físico ha de estar equilibradamente nutrido, de manera tal de servir como lugar de encuentro, sitio de referencia, hogar para los visitantes, etc.

En este plano es también importante remarcar que la comunidad debe ayudar a proveer a sus miembros y a otras personas de medios económicos, alimento, vestimenta, vivienda, etc.
Es decir, todo lo que implican los actos de solidaridad estrictamente en el plano de las necesidades físicas.
Por supuesto que para cumplir con esta importante tarea es indispensable que la comunidad cuente a su vez con los medios materiales. Una comunidad desprovista, fragmentada, apática, insensible, falta de fondos monetarios difícilmente podrá realizar obras de solidaridad en el plano material.
Es por esto tan importante que los miembros de la comunidad aporten dinero, no para el enriquecimiento de algún líder o vivillo, sino para solventar los gastos propios de la comunidad, brindar servicios básicos, pagar por los elementos que la misma comunidad consume, abonar sueldos y salarios, realizar eventos y otras formas de aceramiento y además constituirse en un motor fundamental en una red solidaria.

Así mismo, se debe tener en consideración el tiempo y esfuerzo de maestros, conferencistas, visitantes ilustres, etc. Por lo cual, la comunidad debe administrar sus fondos para brindar a estas personas de alojamiento, dinero para viáticos, una retribución digna acorde a su aporte.

Plano emocional
Este plano es nutrido por la presencia auténtica de un interlocutor.
Es decir, que se facilite el encuentro de un "yo con un tú", y no el aglomeramiento de "yoes" que se encuentran reunidos en un lugar.
Para lograr este difícil cometido es necesario que los miembros de la comunidad comprendan que su papel es fundamental. Que deben estar abiertos al prójimo, ser receptivos, admitir las diferencias, ser no solamente tolerantes sino auténticamente comunicativos.
Por supuesto que no es sencillo nutrir este plano, puesto que las personas en general estamos enfrasacados en una carrera movida por nuestro ego. Sin embargo, desde la comunidad se puede inculcar el valor del encuentro auténtico entre personas, y se debe hacer cotidiano el encuentro. No con segundas metas, con ánimo proselitista, sino por el cariño que se brinda auténticamente al otro.

Por tanto, en la comunidad no solamente se podrá encontrar comida, albergue, calor, sino especialmente una palabra amable que sea sincera y un oído fraterno que no quiera aconsejar o guiar, sino simplemente oír sinceramente, con afecto.

Recordemos que el supuesto poder e influjo de las religiones y sectas radica en manipular con astucia este plano de las emociones. Realmente las religiones y sectas no brindan alimento espiritual, más bien solamente dan veneno para el espíritu. Pero son muy hábiles en hacer sentir fuertes impresiones emocionales a las personas que caen bajo sus garras.
Debe quedar en claro que tampoco alimentan ni equilibran el plano emocional, tan solo le brindan excitación a la par que narcósis, tal como hacen las drogas químicas.
Teniendo en vista esto, debe ser prioritario que la comunidad no manipule, no use el sentimiento de culpa, no amenace, no seduzca con promesas ilusorias, no cautive adeptos, no sea misionera, no busque el fuerte impacto emocional que de nada bueno sirve.
Sino que se dedique al puro y auténtico encuentro entre sus miembros, a la apertura mesurada, al diálogo de un "yo con un tú, un tú con un yo".

Y por supuesto, que sirva como hombro para el llanto en los momentos de desazón, así como de mano amiga para danzar (metafóricamente) en los momentos de dicha. Que nunca falte ese oído abierto con sinceridad, esa mano firme para acompañar.
No porque se busca la "salvación" o algún otro interés, sino simplemente porque se ama con sinceridad a uno mismo y de esa manera se ama con sinceridad al prójimo.

Por supuesto que cuando la comunidad se convierte en un obstáculo para que la vida familiar se desarrolle a plenitud, hay algo que no está funcionando bien en esa familia, en esa comunidad o en ambos.
A tenerlo presente por favor.

Plano social
En la comunidad el miembro en primera instancia, así como el ajeno en segunda, deberían encontrar el camino para socializar, para sentise parte de la sociedad, para no estar fuera de contexto.
Este plano se nutre con el reconocimiento sincero por parte del grupo, por el ser y sentirse parte.
Así pues, más allá del encuentro en el plano emocional, que es una relación personal, la comunidad debiera facilitar ocasiones para el intercambio entre los miembros de la comunidad.
De esta manera, se deberían organizar distinto tipos de eventos sociales, que tengan como una de sus finalidades el compartir con el grupo.

También en este plano se encuentra el favorecer a que sus miembros tengan trabajos dignos, sigan estudiando, obtengan sus títulos profesionales, sean provistos con ajuares para novias necesitadas, etc.

También que la comunidad sirva como bandera y puente con otras comunidades de noájidas, locales o extranjeras, así como con otras instituciones públicas o privadas que no revistan carácter de comunidad noájica.

Como sabemos el noájida debe ser un miembro activo de su sociedad, participar en aquellos aspectos que no contravengan su esencia espiritual noájica.
Por tanto, noches de gala con música de todo tipo (es muy adecuado que se ponga acento de lo folclórico), conferencias de índole cultural (que no estén directamente relacionadas con el noajísmo), kermesses, grupos de teatro, danzas típicas, talleres de actividades recreacionales, etc.

Plano Intelectual
Este plano se nutre de ideas y pensamientos correctos.
Así pues, no debe faltar una adecuada biblioteca en la comunidad, que contenga libros aptos para el crecimiento integral de sus miembros. En lo posible debiera contar con acceso a Internet. Se debería promover que haya clases para los miembros y ajenos, no solamente de temáticas noájicas, sino de otra índole.

Además de lo anterior, es menester que en la comunidad se promueva el desarrollo de la verdadera capacidad crítica. Que se abstenga de invocar el derecho a la obediencia hacia los líderes, o el de la sumisión.
Que se eduque para preguntar con respeto, que se valore el ansía sincera de conocimiento antes que la repetición estéril de versículos y consignas. La facilidad que tienen los misioneros para recordar ciertos versos y lemas no apunta precisamente al desarrollo y capacidad intelectual, sino solamente a un desarrollo "canceroso" de un aspecto de su plano emocional. Tengamos esto presente, y sumemos a la memorización la reflexión, el intercambio maduro, la posibilidad de disentir, el derecho a pensar y expresar con respeto y responsabilidad su pensamiento.

Plano Espiritual
Este plano se nutre de buenas acciones, que sean acordes con los mandamientos que son inherentes a la identidad esencial propia.
Así pues, que desde la comunidad se enseñe y se viva el amor a los mandamientos.
Que se reúnan, a veces, para rezar en comunidad.
Que se reúnan, a estudiar las porciones que tienen permitidas de la Torá.
Que aprendan acerca de los mandamientos universales y sus derivados.
Que tengan momentos para despejar sus dudas con respecto a la observancia de los mandamientos.
Que se asistan para encontrar en comunidad la confianza pura en el Eterno.

Recordemos que el noajísmo NO es una religión, ni debe crear una religión.
Por tanto, que este plano no sea el único, ni el central, sino uno de los cinco, que es alimentado con el nutriente que le es adecuado, que está equilibrado, que no se sobreexcede ni se exagera.

Una comunidad noájica que solamente se reúne para estudiar porciones aptas de Torá, para rezar, para hablar de cosas espirituales, ciertamente está teniendo carencias en sus otros planos, por lo que no está teniendo equilibrio ni haciendo las cosas de manera tal de abrazar al Eterno y al prójimo.
Esto lo deben tener muy presente aquellos hermanos noájidas que todavía cargan con algunas mochilas de su pasado en las idolatrías, especialmente las de Jesús, que han sido adiestrados para hacer "cosas de religión" todo el tiempo, dejando de lado el resto de la existencia. Esto es un error que debe ser despejado y eliminado de la vida personal del noájida, así como de la comunidad.

 

Hasta aquí el bosquejo de los fundamentos para una comunidad noájica.
Espero que sea de provecho y bendición.

Quedo a las órdenes.