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Hasta un Tzadik puede caer

La mayoría de nosotros tenemos una imagen de los Tzadikim (justos) como superseres que han nacido perfectos y virtuosos, y van por la vida siempre haciendo lo correcto. Pero el Rey Salomon nos enseña que hasta el justo tiene que luchar para ser justo. Seguir leyendo Hasta un Tzadik puede caer

¿El día que Superman venció a Einstein?

Hay una interesante anécdota, que no podemos decir si es cierta o no, pero que es muy ilustrativa.

Resulta que, se enteró el famoso físico de que en un edición de Superman habían  publicado algo parecido a: “Superman aceleró al doble del a velocidad de la luz”.
Ante este disparate, escribió a los editores de la revista una atenta misiva en la que les explicaba la imposibilidad de que, de acuerdo a su teoría de la relatividad, cualquier objeto con masa pudiera superar la velocidad de la luz.
Los editores  se asesoraron y contestaron: “Estimado Dr. Einstein, agradecemos tanto su carta como su atención, pero nos permitimos recordarle que su Teoría de la Relatividad es solamente una teoría, en tanto que el hecho de que Superman vuele al doble de la velocidad de la luz es un hecho comprobado.”

Los seguidores de la idolatría, con la de Jesús (Yeshuah) a la cabeza, viven como una realidad su fantasía. Repiten insistentemente los mismos eslogans y lemas, como una manera de confirmar y comprobar la realidad que se han inventando.
Desprecian a los que somos fieles del Eterno, y que por tanto nos negamos a ensuciarnos con la idolatría.
Se creen dueños de la verdad y la salvación, pero solamente están presos de sus oscuras cárceles de mentiras y fantasías.

Sabemos que llegará la época en la cual los misioneros desaparecerán, que ya nadie cargará con la cruz/madero de ninguna rebelión en contra del Eterno.

Mientras tanto, es nuestro deber como judíos y noájidas mantenernos dentro de la Buena Senda, ser constructores de Shalom.
Aunque las masas llamen «teorías» o «viejos tesamentos» a nuestras concepciones espirituales.

Resp. 150 – Literatura apta

Estimado moré, primero felicitarlo por este nuevo sistema. Yo soy un literato que ocasionalmente escribe en la red. Mi pregunta es que mensaje le es licito transmitir según la pureza del noajismo, al escritor, sin caer en la inmoralidad y la fantasia pretensiosa. Existe algo así como una “literatura kosher” y que pautas se recomiendan. Gracias y mis mejores deseos siempre. Paz.
Atte.
Oncoy Bustamante, César.
Lima, Perú.

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Tù no necesitas la aprobacion de los demàs 2

Nunca has de recibir aprobaciòn de todo el mundo sobre aquello que crees,piensas, hagas o quieras hacer. Has de considerar la desaprobaciòn como algo natural de los seres humanos; a menos que te consideres tù un ser valioso, no has de sentirte deprimido al hallarte con alguien que desaprueba lo que eres.

Y donde es que adquiriste el sìntoma de bùsqueda de aprobaciòn?. Puès en casa, en la escuela, colegio, iniversidad, iglesias, templos de religiones organizadas, con maestros religiosos que te enseñan conformidad y sometimiento, usando como armas el miedo al castigo y el deseo de recompensa.

La experiencia religiosa verdadera serìa la de poder fiarte de tì mismo como guìa y no necesitar la aprobaciòn de una fuerza externa. La religiòn verdadera deberìa ser el aprender a respetarte tù como ser valioso, dotado de capacidades grandes de poder realizar aquello que decides y no permitiendo que nàdie manipule tus deseos, sòlo por que ellos creen que no lo mereces o no te conviene o que Dios te asignò esa suerte.

Tienes que complacer a Dios, te han enseñado, sè humilde, callado, no protestes, no contradigas, dà las gracias por todo, pide permiso para poder hablar, cuida tu vocabulario, lo siento, perdòn, etc., etc.

La gente que parece conseguir la mayor cantidad de aprobaciòn en la vida es precisamente la que nunca la busca, que no la desea y a la que menos le preocupa conseguirla.

Francisco Cabrera

Ecuador

Jasidei Umot ha-Olam

¿Reconoce usted al caballero de la foto?
¿Sabe en dónde está?
¿Por qué besa una pared?
¿Qué hacen esos papelitos incrustados en la piedra?
¡Ah!, y ¿qué es esa cosa que está puesto en la cabeza?
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Proselitismo monoteista

Tanto he pensado en lo del «Proselitismo monoteista», cuando, los mismos hechos son la viva voz.
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Tù no necesitas la aprobacion de los demàs !

A tì te gustan los cumplidos, las adulaciones y caricias psicològicas verdad?, andas en busca de aprobaciòn de todo aquello que haces o quieres hacer; ya sea en lo personal , profesional, espiritual, etc.

Si tu necesidad de aprobaciòn del resto, se ha convertido en tì en costumbre, dèjame decirte que has de cosechar frustraciones y miserias. Fraces como: consulta con mamà primero, no lo hagas hasta no estar seguro, pregunta primero al pastor, al rabino, al jefe o al lider; no hacen màs que inmovilizarte e impedir tu realizaciòn personal.

Si ese tercero te desaprueba, lo màs probable es que permitas que tu opiniòn no cuente, ya que tù entregas una parte de tì mismo al dejar que otros decidan por tì.

Te han dicho: no confìes en tì mismo, sigue las reglas que aunque te parezcan absurdas sìguelas, mira el manual, dì esto, esto sì , esto nò, sòlo esto te conviene.

Si dejas que la opiniòn de los demàs sea màs importante para tì que la tuya propia y si no logras luego su aprobaciòn, tendràs toda la razòn de deprimirte, de ser culpable e indigno, puesto que ellos son màs importantes que tù.

Sòlo de tì depende hacer aquello que te propones y de nàdie màs. Sè independiente, sè libre. No tienes obligaciòn de hacer feliz a nàdie, ni quedar bièn con nadie. Vive !

La perdida mirada de la señora águila

La anciana señora águila se despertó, como todas las mañanas, temprano pues tenía muchas cosas para hacer.
Navegar entre las nubes, aletear en las corrientes, ascender hasta donde el cielo parece la noche y especialmente, debía buscar su comida diaria. Algún conejo, un ave transeúnte, algo que cocinar.
Pero, está mañana fue diferente a las demás, pues no encontraba sus anteojos por ninguna parte.
¿Cómo prentenden que una abuela águila salga a cazar sin sus anteojos?
¡Moriría de hambre! Eso, si no chocaba con el pico de alguna montaña.
Desperada buscó y rebuscó.
Puso el nido patas pa’rriba pero sin éxito.
Al parecer algún pícaro le había sustraído sus lentes… ahora le quedaba la prisión de la oscuridad, la quietud y la muerte.
Desanimada y desesperanzada la triste abuela águila lloraba y lloraba, desconsolada y amargada porque apenas si distinguía sombras difusas sin sus anteojos de águila.
La pobre no se había dado cuenta de que sus lentes estaban encima de su mesa de luz, como todos los días.
Ella con el apuro y la distracción olvidó donde estaban y no sabemos si los volvió a encontrar…

¿Qué aprendemos de esta narración?