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¿Diez Tribus Perdidas? La mentira del Anglo-Israelismo y el Israel perdido

Una de las ideas más difundidas  por los mesiánicos,mormones, natzratim, además de otros cristianos, es que después de la deportación de  Israel en el reinado de Oseas, las 10 tribus  del norte fueron asimiladas y,por lo tanto, actualmente están perdidas y muchos de ellos son, por ejemplo, «efraimitas», sin tener base alguna más allá que su fe o los textos escritos por sus pseudo-maestros.

 

Para entender bien el asunto, hay que remontarse en el tiempo histórico posterior a la muerte del rey Salomón.

 

Como sabemos, las 10 tribus  del Norte formaron el reino de Israel y las 2 restantes el reino del sur,conocido también como Judá. Cuando el reino unificado se dividió luego de la muerte de Salomón, hubo israelitas de las tribus del norte que se unieron al Reino del Sur y siguieron manteniendo su identidad, sin perder su origen tribal  y ahora siendo parte del Reino de Judá.

 

En los libros de Crónicas, se deja en claro que la tribus del norte continuaron existiendo en esos miembros que se fueron al R eino de Judá.

 

Un texto clave para entender esto, es 2 Crónicas 11:14-16, en donde dice lo siguiente:

 

» Los levitas abandonaron sus campos de pastoreo y demás posesiones para irse a Judá y a Jerusalén, ya que Jeroboam y sus hijos les habían impedido ejercer el sacerdocio del Eterno. En su lugar, Jeroboam había nombrado sacerdotes para los santuarios paganos y para el culto a los machos cabríos y a los becerros que había mandado hacer. Tras los levitas se fue GENTE DE TODAS LAS TRIBUS DE ISRAEL que con todo el corazón buscaba al Eterno, D-os de Israel. Llegaron a Jerusalén para ofrecer sacrificios al Eterno, D-os de sus antepasados«.

 

 

Si se fijan, en esta parte vemos que, por un lado , la tribu de Leví, decide unirse a Roboam,dado que el rey Jeroboam no les permitió ejercer el sacerdocio, pero también dice en el versículo 16 que con ellos se fueron personas de TODAS las tribus del norte a Jerusalén para servir a Hashem.Esas personas se establecieron allí. Luego, en 2 Crónicas 15:9 vemos que hubo otros de los israelitas que se unieron al reino de Judá, en tiempos de Asa, padre de Josafat, porque veían que el Eterno estaba con él.Eran del reino del norte, pero pasaron a formar parte de Judá, sin perder su identidad tribal.Se mencionan israelitas de Simeón,junto con Efraín,Manasés,además de los que se unieron en aquella época al reino del sur.

 

De manera que vemos que hubo israelitas del Reino del Norte (es decir, Israel), que se unieron al reino de Judá, mucho antes de que Israel fuera enviado al exilio.Ahora, fíjense en lo siguiente: la caída y cautiverio del reino de Israel se produjo durante el reinado de Ezequías, hijo de Ajaz,en el año sexto de su reinado, como puede leerse en 2 Reyes 18:9-12. Sin embargo, vemos en tiempos de Josías, en 2 Crónicas 34:9 nos dice algo bien interesante:

«Ellos vinieron al sumo sacerdote Hilcías y le entregaron el dinero que había sido traído a la casa de Dios, y que los Levitas guardianes del umbral habían recogido de Manasés y de Efraín y de todo el remanente de Israel, y de todo Judá y Benjamín y de los habitantes de Jerusalén«.

 

Aquí ya había ocurrido años atrás el destierro y exilio de Israel,pero se nos habla de Efraín,Manasés y TODO EL REMANENTE DE ISRAEL.Es decir, no todos habían sido enviados al exilio por Asiria y fueron a reparar el Templo, para posteriormente conmemorar Pesaj, como dice el siguiente capítulo.

 

Por ende,incluso después del exilio del Reino del Norte tenemos antecedentes de las tribus exiliadas con miembtros de éste formando parte del Reino del Sur y conservando su identidad.Es decir, seguían siendo de las tribus pertenecientes al ahora exiliado Reino del Norte,como he venido señalando.Por ende, no hay 10 tribus perdidas completamente, por la sencilla razón de que no todos los miembros de ellas fueron enviadas al exilio,sino que antes se habían unido a Judá algunos de ellos (repito,sin perder su linaje y conservando su identidad), y tenemos noticias de que en tiempos de Josías había un remanente de este destierro.

 

Algunos citan 2 Reyes 17:24-41 como prueba de que las 10 tribus fueron enviadas al exilio y,por tanto, estaban perdidas. Flavio Josefo, respecto a este punto, en su libro «Antigüedades de los Judíos», libro 9, capítulo 14, sección 1,dice lo siguiente:

 

«Cuando Salmanasar, rey de Asiria , se le hubo dicho que [Hoshea] el rey de Israel había enviado en privado a So, rey de Egipto , deseando su ayuda contra él , se enojó mucho,e hizo una expedición contra Samaria , en el séptimo año del reinado de Oseas , pero cuando no fue admitido [en la ciudad] por el rey, sitió Samaria tres años, y la tomó por la fuerza en el año noveno del reinado de Oseas , y en el séptimo año de Ezequías, rey de Jerusalén, y destruyó completamente el gobierno de los israelitas, y trasplantó a todo el pueblo en Media y Persia entre los cuales  llevó vivo al rey Oseas , y cuando movió a esta gente de su tierra, trasplantó otras naciones  fuera de Cuta… Así que las diez tribus de los hijos de Israel fueron removidas de Judea novecientos cuarenta y siete años después de que sus antepasados salieron de la tierra de Egipto, y  se apoderaron del país , pero 800 años después de que Josué había sido su líder, y , como ya he observado , doscientos cuarenta años siete meses y siete días después de que habían rebelado contra Roboam , nieto de David , y le hubieren dado el reino a Jeroboam…«.

 

Los anales de Sargón II, encontrados durante el siglo XIX, dicen, por otro lado,en la inscripción encontrada en el palacio de Khorsabad, en la línea 7,el acontecimiento de  la caída de Samaria:

 

«Sitié y ocupé la ciudad de Samaria y tomé 27.280 de sus habitantes cautivos. Tomé de ellos 50 carruajes, pero les dejé el resto de sus pertenencias. Puse mis lugartenientes sobre ellos, renové la obligación impuesta por uno de los reyes que me precedieron«.

El rey al que aquí alude Sargón II  es Tiglatpileser, al que no reconoció como monarca y que fuera el   padre de Salmanasar V, el rey mencionado en 2 Reyes 17:1-6,que sitió Samaria durante 3 años.Según revisaba, es posible que  Salmanasar hubiera fallecido y quien efectuara finalmente el cautiverio fuera Sargón, aunque,como sabemos, fue Salmanasar el que inició el sitio y NO Sargón y por ende, éste se atribuyera algo  realizado por un predecesor, lo cual no es de extrañar en las crónicas de los antiguos reyes del Oriente.

 

El problema con la afirmación de que las diez tribus que conformaban el Reino de Israel desaparecieron completamente con la deportación,es que no todos los israelitas estaban en el reino del Norte,ni tampoco todos fueron llevados al exilio, sino que una parte fue deportada, mientras otra se había unido a Judá tiempo antes y otra permaneció en dicha tierra y probablemente se mezcló con las naciones,como Cuta, que se mencionan en dicho texto. Sumado a eso, el mismo Flavio Josefo nos indica, en el libro XI, capítulo 5, sección 2 la ubicación de los miembros dispersos de estas diez tribus del Norte:

 

«Cuando Esdras había recibido esta epístola, estaba muy alegre, y empezó a adorar a Dios, y confesó que había sido la causa de gran favor del rey hacia él, y que por la misma razón agradeció por todo a Dios. Entonces leyó la epístola en Babilonia a los Judios que estaban allí, pero guardó la misma epístola, y envió una copia de la misma a todos los de su nación que se encontraban en Media. Y cuando estos Judios habían entendido  que piedad tuvo rey  hacia Dios, y  la bondad que tuvo por Esdras, todos estaban muy complacido; más aún, muchos de ellos tomaron sus efectos consigo, y llegaron a Babilonia, ya muy deseosos de bajar a Jerusalén, pero luego todo el cuerpo del pueblo de Israel permaneció en ese país, por lo cual no hay más que dos tribus en Asia y Europa sujetas a los romanos, mientras que las diez tribus están más allá del Éufrates hasta ahora, y son una inmensa multitud, que no pueden ser estimados por números«.

Por tanto, ya se conocía el destino de los israelitas deportados por Sargón II y no estaban tan perdidos como parecía.

 

Hasta aquí se ha hablado de lo que pasa antes del exilio de Judá, pero después del exilio de Israel.Después de dicho acontecimiento, el mismo libro de 1 Crónicas 9.3 nos dice que volvieron israelitas de Judá,Benjamín,Efraín y Manasés para establecerse en Jerusalén.Además, el profeta Amós indica en su libro que de aquellos israelitas residentes en el Reino del Norte, que serían llevados capturados y, posteriormente,enviados al exilio, habría un remanente de una décima parte de la población del Reino del Norte que volvería luego del cautiverio y seguiría en dicha tierra, como está escrito:

«Porque así dijo el Eterno D.os: «La ciudad que sale  a la guerra con mil, se quedará con cien;y la que sale con cien, se quedará con diez en la casa de Israel«. (Amós 5:3)

 

Sumado a lo anterior, en Esdras 6:17 se nos menciona que se ofrecieron sacrificios por las 12 tribus, entendiéndose que en aquel momento había miembros presentes.

Ahora,  incluso el NT desmiente la idea de las 10 tribus perdidas, porque se mencionan personas que NO eran de Judá y Benjamín en el tiempo de Jesús.Lucas 2:36 por ejemplo nos informa de una ancia de la tribu de Asher, que era parte del reino del Norte:

 

» Y había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ella era de edad muy avanzada, y había vivido con su marido siete años después de su matrimonio».Luego Pablo se reconoce como judío, siendo parte de la tribu de Benjamín y sabemos además que Bernabé era de la tribu de Leví, según dice el libro de los Hechos«

 

En Hechos 26,7 se nos menciona a las 12 tribus por parte de Pablo en tiempo presente.Santiago 1:1, además, dice que la epístola está destinada a los israelitas de las 12 tribus que se encuentran en el exilio, lo que indica que no sólo había personas de las 10 tribus del norte fuera de Israel en esa época, sino también de las 2 tribus del sur.

 

 

Vemos que incluso el NT da noticias de que había personas de otras tribus en tiempos de Jesús.El asunto es que, si bien hubo una parte de las tribus del reino del  Norte que,efectivamente fue deportada y/o asimilada, también hubo una parte que NO sufrió esto, pues se unieron siglos antes al reino del sur y por ende, nunca fueron desterrados en esa época y hubo otra parte que después regresó con las tribus de Judá y Benjamín del exilio y no sólo eran dos tribus, sino personas de cada una de las tribus de Israel y dado que esas personas habitaron en la región y provincia de Judea,esos israelitas pasaron a ser judíos y por eso es incorrecto creer que el término se limite a los miembros de  la tribu Judá solamente, dado que también era el gentilicio asignado a cada israelita que habitaba la provincia o país de Judea,sin importar si era de Judá o no y en textos como el libro de Ester vemos que el término es aplicado a personas de otros tribus, como Mardoqueo (Ester 2:5), que era proveniente de la tribu de Benjamín.En Esdras pasa algo parecido.

Aparte de eso, para entender la aplicación de la palabra «judío» como gentilicio, es preciso estudiar bien la historia de Israel  a partir del siglo V AEC y lo que sucedió posteriormente con Israel durante el dominio romano, en donde  se crea una provincia, con el nombre de Judea, que no sólo se limitaba  a la región homónima, sino que incluía territorios como Samaria,los Altos del Golán,Galilea, la orilla oriental del río Jordán y ,por lo tanto, era más que el territorio del reino de Judá y de ahí se entiende que todos los habitantes de dicha zona, sin importar su tribu, pasaran a ser designados como judíos y que luego del segundo destierro fueron exiliados en distintas partes del imperio romano y, por ende, los judíos son personas de cada una de las 12 tribus que fueron deportadas durante cada uno de los exilios.No sólo son Judá,como señalan sin fundamento estos grupos. El Tanaj mismo nos da pistas sobre los verdaderos efraimitas, como lo señalado en Jueces 12:5-6, en donde se nos menciona la dificultad que tenían para pronunciar la «sh»,sumado a que una buena parte de  los efraimitas también se incorporaron a Judá antes del exilio y luego siguieron siendo parte de Israel.

 

En conclusión, la idea de que hay 10 tribus perdidas completamente de la historia de Israel, NO tiene un sustento basado en el Tanaj, ya que éste nos informa que incluso antes del exilio del Reino del Norte hubo israelitas que se unieron al Reino de  Judá y después hubo un remanente que se unió a Judá, en tiempos de Josías. Adicionalmente, después del regreso del primer exilio, vemos que hay personas de las tribus del norte que se establecieron en Jerusalén y en el territorio de Israel.

Eso NO significa que no haya israelitas que fueron asimilados, y, por ende, perdido su identidad. Tampoco es correcto decir que los judíos son sólo Judá, pues no es así, ya que Israel actualmente está formado por israelitas de cada una de las doce tribus de Israel, sin excepción alguna y en la era mesiánica,aquellos israelitas que descienden 12 tribus (no sólo del antiguo Reino de Israel) que fueron asimiladas durante los cautiverios o exilios ,serán reunidas y tendrán  al verdadero mashiaj como rey, de acuerdo a lo anunciado por los profetas en el Tanaj

Es decir, el anglo-israelismo NO tiene asidero en el Tanaj y ni siquiera en el NT….

 

FUENTES CONSULTADAS

  1. Anales de Sargón II. Texto disponible en inglés en los sitios: http://www.shsu.edu/~his_ncp/Sargon.htmlhttp://www.isaiah666.com/sargon_annals.pdf
  2. Josefo Flavio., «Antigüedades de los Judíos«,traducción al inglés por William Whiston, disponible  gratuitamente en: http://www.ccel.org/ccel/josephus/works/files/works.html

Nacimiento de la Era Mesiánica

Según se tiene por convicción, la Era Mesiánica global llegará por alguno de estos dos caminos: el razonable o el tormentoso.

Si es el razonable, disfrutaremos de la Era Mesiánica porque hemos colaborado en la construcción de Shalom. Así, la Era Mesiánicas será la conclusión razonable y necesaria de un trabajo personal y colectivo. Habremos desaprendido y aprendido hasta alcanzar las virtudes que nos permiten llevar una vida de armonía, solidaridad, comprensión, amor, shalom. En este escenario, la Era Mesiánica no tiene más opción que aflorar.

Pero, está el camino oscuro, por las malas. Nos negamos a salir de la celdita mental, nos aferramos al EGO y sus herramientas, nuestra vida individual y la social está plagada de miedo, resentimiento, angustia, odio, agresión, discriminación negativa, barbaridad, religión, mentira, manipulación, etc.
En este segundo escenario la Era Mesiánica nos explotará en la cara, de manera sorpresiva, inesperada. Será una intervención divina dolorosa. Dios impondrá al Mashiaj/Mesías, aunque estemos en rebelión, aunque prefiramos seguir esclavizados a la muerte del EGO. Sobrevendrá sin nuestro permiso, y dolerá.

Viendo el mundo, interno y externo, personal y colectivo, ¿cuál crees que tiene más chances de suceder?

¿Se convirtió Rut al judaísmo?

Una amable señora me comentó el otro día lo siguiente: “…deseo guardar las mitzvot, mas de los 7 preceptos y sus derivados por amor a H’, como aquella mujer llamada Ruth que se convirtió al judaísmo por amor a H’…”.
A lo cual respondí: “¿Cuál es ese amor a Dios que usted cree tuvo Rut? ¿Y cuál sería el suyo?”
La simpática señora no respondió a mis preguntas, sino que expresó otras ideas, hasta que finalmente dijo: “ok more sino me equivoco esta en el Tanaj, deje lo busco y se lo escribo”.
Seguí insistiendo, porque me pareció importante aprender algo que no sabía, o quizás me había olvidado, ¿dónde dice que Rut se convirtió al judaísmo por amor al Eterno?
Luego, la exquisita dama me dijo: “no maestro Yehuda exactamente como usted dice …no dice, pero si dice que ella le dijo a su suegra Naoemi que su D-os seria su D-os y su pueblo seria su pueblo, siempre he creido que Ruth quiso abrazar el judaísmo que al igual que muchos queremos abrazar el judaísmo, por amor a H’”.
La charla siguió un rato más.

Tenemos la tendencia de dar las cosas por sentado, una vez que creímos algo, según nos dijeron o nos pareció. Es la regla general, yo no quedo fuera de ella.
Entonces, por ejemplo, es común que la gente crea que la primer conversa al judaísmo fue Rut, ¿por qué?
¿Realmente fue ella la primer conversa en la historia?
Y, según me parece, la buena señora tenía la idea de que Rut se convirtió al judaísmo por amor a Dios, pero… ¿realmente fue así? ¿Es el amor a Dios lo que llevó a la princesa moabita a dejar su identidad espiritual noájica (y su posición socio-económica privilegiada en Moab) para abrazar la identidad espiritual judía con todas sus exigencias y cargas?
De hecho, ¿hay alguna prueba textual –en el Tanaj, no en interpretaciones posteriores- que confirme que ella se convirtió?
Y si lo hizo, ¿cuándo?
Y, ¿por qué?
Y, ¿para qué?
Preguntas… ¡preguntas!

Es con ellas (las que son verdaderas preguntas, sinceras, criteriosas) que uno aprende, conoce, comprende, hace vivo el conocimiento, se despoja de preconceptos, allana el camino hacia la claridad multidimensional.
¿Qué hizo Dios cuando se cometió el primer pecado en relación a Él? (Bereshit / Génesis 3:6).
¡Preguntó! (Bereshit / Génesis 3:9).
¿Qué hizo Dios cuando se cometió el primer pecado en relación al prójimo? (Bereshit / Génesis 4:8).
¡Preguntó! (Bereshit / Génesis 4:9).
¿Por qué lo hizo? ¿Acaso no sabía lo que había sucedido? ¿No sabía la verdad? ¿No sabía lo que el pecador iba a responder?
¿Por qué preguntó?
¿Sería para enseñarnos que la pregunta es una clave indispensable para retomar el camino que se pierde por causa del pecado?
Recordemos que en su origen tradicional el pecado no significa otra cosa que “desviarse del camino”, que por lo general no se produce por un deseo maligno, por rebeldía o anhelo de causar el mal, sino por otros motivos.
Entonces, ¿por qué nos cuesta tanto amar las preguntas verdaderas, que podrían ser nuestras mejores aliadas a la hora de crecer espiritualmente?
No en vano la fiesta de la libertad (Pesaj) es también la fiesta de las preguntas… ¿por qué será?
Sí, preguntar es bueno, cuando las preguntas son verdaderas…

Entonces, ¿cómo responder a las preguntas que quedaron planteadas más arriba al respecto de Rut?
Espero me ayudes con respuestas, con la condición de que deben estar basadas en pasajes “bíblicos”, no en otras fuentes o especulaciones.
Si luego de responderlas con pasajes del Tanaj deseas aportar datos de midrashim, exégetas, estudiosos judíos, o tus propias reflexiones personales, las agradezco.
Te las dejo aquí:

  1. ¿Realmente fue Rut la primer conversa al judaísmo en la historia?
  2. ¿Se convirtió por amor a Dios?
  3. ¿Hay alguna prueba textual de que ella se convirtió?
  4. Y si lo hizo, ¿cuándo?
  5. Y, ¿por qué? (¿Por amor a Dios y/u otra cosa?).
  6. Y, ¿para qué?

Y si gustas, me serviría saber:

  1. ¿Qué entiendes tú por amar a Dios?
  2. ¿Qué dice el Tanaj sobre el amor a Dios?
  3. ¿Cómo un noájida debe expresar ese amor a Dios?
  4. ¿Es la conversión al judaísmo la manera que tiene un gentil para amar a Dios?

Te agradezco tu amabilidad y generosidad.
Pasa un excelente día.

(Publicado originalmente en serjudio.com)


Estudia, si gustas:

http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/pregntale-a-tu-hijo

http://serjudio.com/dnoam/pesaj60i.htm

http://serjudio.com/personas/etica/el-que-no-sabe-preguntar

http://serjudio.com/rap1651_1700/rap1655.htm

http://serjudio.com/rap1851_1900/rap1861.htm

Jaiei Sará 5774

Sará, la primer matriarca de la Familia Judía fallece a la edad de 127 años, así comienza el relato de la parashá Jaié Sará. Su amoroso marido, el patriarca Abraham, se encarga de los preparativos para su sepelio. La Torá hace particular destaque de la adquisición una parcela de tierra, en Cnaan, para darle digna sepultura. Compra, a un altísimo precio, la cueva de Majpelá, junto al terreno a su alrededor.
Abraham sabía que en esa caverna estaban sepultados Adam y Java, por ello la escogió como cementerio familiar, ya que más tarde sería el lugar de reposo terrenal de la mayoría de nuestros patriarcas y matriarcas.

Si bien el Eterno había prometido para el patriarca y toda su descendencia heredera (los judíos) la posesión de la tierra de Israel, Abraham consideró necesario adquirir la parcela, incluso aceptando pagar un precio exorbitante y dejar asentado por escrito la transacción comercial.
¿Qué motivos pudo tener el patriarca para tal decisión?
La sagrada Tradición de Israel registra algunas ideas al respecto:

  1. Para que Efrón, el anterior ocupante, no tuviera posibilidad legal para quejarse o reclamar nada. Él la había vendido por libre decisión, recibió el importe exagerado que había demandado, y había testigos y un documento para proteger a Abraham de las variaciones de humor de este personaje y sus aliados de turno.

  2. Para dignificar a Sará en su lugar de reposo terrenal, pues la gente envidiosa y malvada podría haber dicho: “La entierra en donde le dieron gratis, porque no la valoraba ni respetaba”. Si bien las murmuraciones aviesas no deben ser tenidas en cuenta, sabemos el efecto nocivo de las palabras perjudiciales, del lashón hará y cuestiones similares.

  3. Para actuar de modo pacífico. La tierra era para él y sus descendientes, por siempre, pero todavía no estaba ejerciendo su derecho plenamente. En este momento estaba ocupada por otra gente, pobladores ajenos pero que se creían con autoridad para morar allí. Abraham avinu prefirió tratarlos de manera amable y amistosa, sin avergonzarse de pedir permiso para hacer uso de lo que le pertenecía, y hasta comprando su tierra a un sobreprecio.

¿Se te ocurre algún otro motivo?

De acuerdo a nuestra Tradición “maasé abot siman labanaim” “מעשה אבות סימן לבנים”, los hechos de los patriarcas son símbolos para nosotros. Esto significa que en diferentes generaciones suceden acontecimientos similares, que en gran medida son como ecos de lo que ocurrió a los patriarcas, o siguen patrones similares de comportamiento.

¿Podrías señalar hechos en la historia moderna judía y sionista que resuenan en este relato de Abraham avinu?
¿Cuáles podrían ser las enseñanzas prácticas para la vida cotidiana de lo que estudiamos hoy?

(Publicado originalmente para SERJUDIO.com)

El tesoro oculto

Tras muchos años de duro trabajo, un anciano labrador comenzó a notar que sus fuerzas iban mermando cada vez más. Sabía que a sus hijos no les agradaba el campo, veían el esfuerzo pero no los beneficios, preferían la vida de ciudad, en apariencia mucho más cómoda, por lo cual, como no quería que sus tierras fueran abandonadas, quiso enseñarles a apreciar la belleza y bendición que allí crecía.
Les llamó y les anunció: -Queridos hijos, vayan a la viña que con tanto amor llevo cultivando todos estos años y busquen aquello que enterré como tesoro para ustedes.
Pensando que se trataba de algún cofre lleno de riquezas exóticas, corrieron veloces al campo. Cavaron durante horas, hasta que no quedaba ni un solo centímetro de tierra sin remover alrededor de las viñas. Ellos no lo sabían, pero estaban haciendo el trabajo habitual para revitalizar la tierra y permitir a los cultivos obtener más y mejores nutrientes.
A pesar del esfuerzo realizado, no encontraron nada que mereciera la pena vender ni conservar. No había monedas, lingotes, brazaletes, coronas, pagares, nada, solo tierra. Se enojaron un poco por lo que consideraron un engaño del padre, pero lo disculparon a causa de su condición.
Meses después, uno de los hermano pasó por allí y descubrió que todo su trabajo no había sido inútil, ya que la viña estaba llena de apetitosos frutos, con los que pudieron enriquecerse.

Como en este relato, los tesoros pueden estar presentes y al mismo tiempo permanecer ocultos.
Solamente quien abre sus ojos y conoce puede llegar a apreciar la riqueza escondida. 
Esta moraleja se aplica a todas las dimensiones de la vida, no solamente a lo material o económico.

En la parashá encontramos un ejemplo de alguien que pudo destapar las marañas que tapaban un increíble tesoro; déjame que te explique, por favor.
Abraham, el primer patriarca de Israel, desde muy pequeño tuvo la convicción de que las creencias politeístas no tenían sentido, que era imposible que esos dioses tuvieran existencia o poder. Razonaba, o creía, que debía de haber algo superior, quizás una deidad suprema por sobre los dioses, o tal vez un solo dios, único, fuente y motivo de todo.
Pero no tenía como demostrarlo, ni visiones proféticas, ni libros revelados, ni una tradición al respecto, ni una cultura, ni siquiera una familia que le instruyera en la senda de esa creencia. Era él contra el mundo. Sus argumentos podían ser muy lógicos, pero faltos de evidencia práctica. Por lo cual, era una creencia individual y extraña que nadaba contra la corriente poderosa y llena de rituales. Además, en su juventud aún no era experto en comunicarse, por lo que a veces recurría a acciones un poco atropelladas, o palabras faltas de tacto. Por supuesto que esto no le conseguía adherentes ni apoyo, sino oposición y respuestas hoscas.
Tenía mucho por aprender, y mucho también por des-aprender, pero cada cosa a su tiempo.
Así pues, su prédica no hallaba mucho eco favorable. Por el contrario, desde el rey hasta el más humilde de los hombres lo trataban como rebelde, loco, fuera de lo normal. ¿Cómo se atrevía a discutir la autoridad del monarca? ¿Cómo se oponía a la ley, puesto que el rey decretó y era obligatorio creer que él era verdadero dios hijo de un dios?
¿Cómo una persona en sus cabales podía siquiera dudar de que los dioses eran los que controlaban el mundo hasta en sus mínimos detalles? ¡Ninguna persona sana pensaba, sentía o decía cosas parecidas!
Para todos era verdad incuestionable que los dioses existían, que competían entre ellos, que tenían necesidades materiales, que dependían en varios sentidos de sus fieles, que parecían hechos a imagen y semejanza de los hombres. Así era la creencia general y por tanto lo normal. Y, si alguien creía diferente, ¡bien callado se quedaba! El miedo era grande de no contradecir al rey, quien no tenía inconveniente en usar todo tipo de violencia y presión para mantener su dictadura casi global.

Como sabemos, Abraham no fue el primer monoteísta. Adam lo fue, así como Caín y Ebel, Set, muchos de los posteriores y por supuesto que Noaj.
Éste aún vivía cuando el futuro primer patriarca hebreo daba vueltas con sus juveniles ideas revolucionarias, era su antepasado más viejo y aún con vida.
Ambos personajes tuvieron oportunidad de encontrarse, el anciano contaba aquellas historias que parecían fabulosas, de una civilización arrasada por el desastre que ellos provocaron desequilibrando la naturaleza. Del reinicio de la humanidad, del pacto de los benei Noaj, de las posteriores zozobras, de cómo el mundo fue olvidando nuevamente a Dios para arrastrase en supersticiones. De todo esto relataba Noaj a su descendiente, quien bebía las palabras y confirmaba que no estaba loco, que no imaginaba cosas raras, sino que había reencontrado la Luz que había sido opacada por las tinieblas de la ignorancia y el egoísmo.
También tuvo ocasión de compartir y aprender de Shem (que recibió en algún momento el título y apodo de Malkitzedek), el hijo de Noaj del cual provienen los semitas.
Por lo visto, había otros monoteístas que permanecían ocultos, resguardándose de las hordas del terrible rey Nimrod, el cual impuso con mano dura su imperio, que dependía en gran medida de la mitología idolátrica para sostenerse.

Abraham recibió esa confirmación oral, de testigos presenciales del Eterno y Sus obras en la realidad, sin embargo, por muchas décadas no tuvo una revelación directa del Eterno.
A pesar de ello, siguió siendo leal a este camino que había iniciado, a pesar de costarle beneficios materiales, comodidad, relaciones sociales, sumarse problemas, sin embargo, nada de ello retuvo a Abraham de seguir avanzando en esta senda de virtud. Su camino no solo era de creencias diferentes, ni de inconformidad con la cultura general, sino que incluía una gran cantidad de acciones de bien hacia el prójimo, sin pedir retribución, sin esperar nada egoísta a cambio, eras actos de simple y pura bondad.
Por ello en la tradición es identificado Abraham como modelo de bondad, JESED, no solo como el que promovió activamente el monoteísmo en una época peligrosa para hacerlo.
Porque, los monoteístas anteriores estaban escondidos, temerosos, no hablaban de sus creencias ni manifestaban su desacuerdo con el relato obligado desde el poder. Pero él, sí.
Abraham removió la tierra, no sabía bien qué iba a encontrar, pero sabía que había un tesoro oculto. Lo sabía porque su neshamá (espíritu) gritaba silenciosamente en su interior, señalándole la salida para dejar de lado la tiranía de idolatría y abrazar al Eterno.
Finalmente, comenzó a brotar para él aquello que estaba aguardando a ser des-tapado, nuestra relación sagrada con Dios. Y con esto, la bendición, la plenitud, el Shalom.

Nosotros tenemos algunas ventajas sobre el primer patriarca, aunque no nos hable directamente Dios a través de profecía, ni Noaj o Shem puedan darnos testimonio directo de sus diálogos con el Eterno.
Pero, contamos con siglos de tradición ininterrumpida y fiel, contamos con la certificación de todo el pueblo quien presenció la entrega de la Torá al pie del monte Sinaí, transportamos con nosotros la Torá desde hace más de tres milenios, estudiamos el Naj, compartimos Torá oral, somos unos cuantos más que el solitario patriarca, la idea del monoteísmo se ha extendido y alcanzado remotos lugares, entre otras cosas. Sí, tenemos a nuestro favor varias ventajas con respecto a nuestro primer patriarca.
Y, de manera similar a él, todos tenemos tesoros ocultos por revelar, en todos los planos de nuestra existencia.

Pero, vale hacernos una pregunta: ¿Lo que hacemos nos lleva a lo que deseamos? 
Porque una cosa es desear, o incluso manifestar tal deseo, y otra muy diferente poner manos a la obra para alcanzar nuestras aspiraciones.

Si bien la teoría es importante, el pensamiento por sí solo no concreta. El pensamiento forma nuestra percepción sensorial, nos sirve para construir nuestra realidad, pero sin acción resulta estéril.
Solamente cuando nos comprometemos con actos es que transformamos el mundo, contribuimos a hacer realidad nuestros deseos.
Pero, la comodidad, el miedo, la inseguridad, la ignorancia, la duda vacía llevan a la rutina, que es otra forma de la parálisis.
No avanzamos, nos quedamos quietos, sin cambios.
Quizás con grandes ideas, llenos de proyectos, incluso sabiendo a la perfección qué es lo que podemos hacer, pero sin hacerlo.
Surgen las excusas, nos justificamos, o guardamos silencio mientras miramos hacia otro lado para hacer de cuenta que todo quedará en el olvido.
Cuando lo cierto es que dando un pequeño paso, avanzando aunque sea un poquito, remando en dirección a nuestra meta, ya iniciamos un proceso que probablemente nos realice.
Como remover la tierra, buscando tesoros ocultos, algo tenemos que hacer para que surja la bendición que espera por nosotros.

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí)

Como arcilla

(Publicado originalmente para SERJUDIO.com).

Un famoso párrafo del piutken anajnu beiadja”, de la noche de Iom Kipur, dice: “como arcilla en manos del alfarero”.
Similar al que encontramos en el musaf, casi al comienzo de la Amidá para el oficiante: “somos en Tu mano como arcilla en manos del alfarero”.

Unos renglones antes, hay una pasaje que no suele ser tan mencionado, y es el que expresa: “El oro y los ricos tesoros no traerán ayuda al hombre, no lo rescatarán en el día de la retribución. Pero, la bondad y la justicia que demuestre durante su vida marcharán delante de él y su glorioso Creador lo recibirá”.

Por supuesto que cada uno podría encontrar casi cualquier mensaje que quisiera en el extenso texto que recitamos en este día santo y de alegría, pero, no sé exactamente porqué, este breve pasaje que te destaqué es de los menos usados en prédicas y enseñanzas.
Tal como otros, que ya hemos compartido en ocasiones anteriores, de profetas y sabios, en los que predomina como escudo para el hombre sus actos de bondad y justicia.

Pero, la gente por lo general, sigue aferrada a supersticiones, creencias banales, rituales de compra-venta de salvaciones, adhesión a líderes religiosos, palabrería, santurronería y otras cuestiones menudas pero a las que se las llena de humo hasta que parecen inmensas.
Oro y ricos tesoros, a ojos del que los consume, pero que llegada la hora del pago verdadero no tienen ningún valor ni sirven para el rescate.
Y sin embargo, siguen siendo ídolos adorados por sus esclavos.
En la típica estrategia del impotente que quiere controlar lo que no puede controlar, ni debiera querer hacerlo.
En vez de hacer lo posible, de disfrutar lo accesible, de encontrar la plenitud, se desprecia lo bueno a cambio del placer (o del tormento) que se percibe como salvación, y no es más que fantasía.

Por nuestra parte, reiteramos que nos parece que la medida debe ser el accionar con bondad y justicia, construir shalom.
Hay otras enseñanzas en este trozo del rezo, pero quedarán, Dios mediante para otra oportunidad.

Ahora, si somos como arcilla en manos de alfarero, ¿qué podemos hacer? ¿Cuál nuestra fuerza? ¿Cuál nuestro poder? ¿Cómo atrevernos a suponer que algo podemos hacer, si no somos más que un objeto amorfo a merced del Creador?
La respuesta es que como arcilla hay algo que podemos ser pero que no puede serlo el alfarero: podemos ser arcilla.
Es decir, podemos ser hombres, humanos, personas, cosa que Dios no es.
Estamos a merced de infinidad de elementos que no controlamos, ni siquiera con nuestra altamente avanzada tecnología.
Y por sobre todo, más allá de todo, está el impensable poder del Eterno, quien es el amo de todo, y sin embargo nos dio un átomo de poder, único, nuestro, que solamente depende de nosotros. Es nuestro libre albedrío. Nuestra capacidad para decidir si hacemos el bien o hacemos el mal.
Eso ya no depende del artesano, sino de nosotros.
En palabras de los Sabios: “Todo está en manos del Cielo, menos la reverencia al Cielo” (Berajot 33b).

Cuando actuamos de acuerdo a nuestra identidad espiritual (judaísmo para judíos, noajismo para gentiles), y por ello desplegamos actos de bondad y justicia, en una constante construcción de shalom, estamos desarrollando el mundo, encontrando felicidad.
Sí, por reconocernos limitados, al aceptar nuestras carencias, pero no por ello entregarnos a la desesperación o la pasividad del indolente.
Porque somos limitados, y al mismo tiempo contamos con el poder que desde Arriba nos otorgan.

Entonces, ¿cuál es el camino a la plenitud, el shalom, la felicidad?
La construcción de shalom, por medio de actos de bondad y justicia.

Tú decides

A la zorra cada día se le dificultaba más encontrar algo con lo que pudiera alimentarse. Un día, descubrió en el interior de un tronco caído una abundante cantidad de manjares que alguien había dejado allí. La zorra entró en el tronco y tragó todo con rapidez, sin dejar siquiera una miguita. Quiso salir, pero tan abultado estaba su abdomen que no cabía por el agujero que había usado para entrar. Impotente ante esta situación, comenzó a lanzar gritos de auxilio, con la esperanza de que alguien pudiera rescatarla de tan penosa situación.
Al rato apareció un lobo, que atraído por sus gritos se acercó a conocer el porqué de tanto lamento. Cuando le contó lo sucedido, le dijo: -Yo no me preocuparía por ello, ni gastaría tiempo en lamentarme. Lo único que necesitas es esperar a que tu barriga vuelva a estar como antes y seguro que podrás salir sin problema.
La zorra agradeció el consejo y esperó, esperó y esperó, no una hora o dos, sino algunos días de encierro y ayuno obligado, hasta que pudo salir, con más hambre que antes y mucho malhumor.
Por una de esas casualidades, días más tarde se cruzó con el lobo al cual increpó por el consejo que le había dado. Él respondió: -En lugar de quejarte, agradece que el dueño de la comida no volvió y por ello no te castigó por tu imprudencia y maldad.

¿Cuál crees que podrían ser las moralejas de esta narración?
¿Respetar el entorno? ¿No quebrar los límites? ¿Medir las consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos? ¿El tiempo todo lo resuelve? ¿Si uno tiene paciencia las cosas se arreglan? ¿Es fácil dar consejos? ¿No quejarse sino hacer? ¿Hacer lo posible para mantener la homeostasis? ¿No dejar comida olvidada dentro de un tronco hueco? ¿No ser glotón?
¿Tú qué opinas?

Déjame compartir contigo lo que pensé.
Como la zorra de la fábula, estamos en este mundo y podemos disfrutar de lo que en él hay. Pero, cuando nos excedemos, cuando hacemos cosas incorrectas, a pesar de creer que estamos obteniendo ventajas, realmente nos estamos metiendo en problemas. Al final, no nos llevamos nada y hasta terminamos peor de lo que comenzamos.
Una opción más saludable y lógica es disfrutar de aquello que nos es permitido y aportar para que la armonía (interna y externa) sea mantenida.
Si aprendemos para conocer, si tomamos conciencia, si planificamos lo que haremos, si actuamos con mesura, probablemente estaremos en un estado mejor que si nos dejamos llevar por la ignorancia, el preconcepto, la superstición, el apuro, el egoísmo, etc.
¿Tú qué opinas?

Lo cierto es que en varias ocasiones la humanidad, a causa del egoísmo y la maldad, no supo cuidar el delicado equilibrio de la naturaleza y de la sociedad, por lo que sucedieron catástrofes que pudieron haber sido evitadas. Por supuesto que hay eventos naturales que no tenemos (todavía) injerencia, pero en otros somos directos responsables. Y no que hablar de las noxas sociales, tales como guerra, desigualdad social, pobreza, discriminación, entre otras. ¡Cuanto mejor viviríamos si hiciéramos menos como la zorra!

Al respecto, mira lo que nos relata la Torá (de la nación judía): "El Eterno vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal… La tierra estaba corrompida delante de Elokim; estaba llena de violencia. Elokim miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra…" pero "…Noaj [Noé] era un hombre justo y cabal en su generación; Noaj caminaba con Elokim." (Bereshit / Génesis 6:5, 11, 12, 9).
En una generación sumergida en el egoísmo y el mal, alguien pudo sobresalir, un hombre hizo la diferencia.
Todos podemos ser ese hombre, aquel que desequilibra la balanza hacia el lado del bien, como dijeron nuestros Sabios: “en el lugar donde no hay hombres, esfuérzate en ser hombre” (Pirkei Avot 2:5).
Como enseñara Maimónides, el gran rabino y maestro: “la persona debe verse a sí misma y su relación con el mundo entero como si sus actos buenos y sus actos malos estuviesen en una balanza. Si comete un pecado, inclina su balanza y la del mundo entero al lado culpable, atrayendo la consecuencia negativa hacia sí y hacia el todo el mundo.
Por el contrario, si cumple un precepto inclina la balanza de todo el mundo hacia el lado del mérito, atrayendo la redención y liberación hacia sí y hacia otros, como está escrito: “Un justo es el fundamento del mundo”
(Mishlei/Proverbios 10:25), lo que quiere decir que la persona que actúa de forma virtuosa, inclina la escala de todo el mundo hacia el lado del mérito, y lo salva. Es, por lo tanto, la costumbre de todo Israel aumentar su tzedaká, realizar buenas acciones y arrepentirse…” (Mishné Torá, Leyes de Arrepentimiento).

Cada uno es importante, tú lo eres, depende de lo que hagas.
Podemos actuar en armonía interna y externa, o no.
Desde el comienzo de la humanidad tenemos la orientación correcta, que luego fue plasmada en la Torá. Es bueno conocerla, estudiarla, aprender de sus valores y practicarlos, todo de acuerdo a las reales posibilidades de cada uno.

Resumen de la parashá Noaj ("Noé"), que corresponde sea leída por el pueblo de Israel esta semana 
El mundo se ha corrompido a causa del hombre y lentamente va rumbo a una gran catástrofe natural. Solamente un hombre, Noaj, con su familia logra salvarse. También se encargan de rescatar a los diversos animales.
A partir de ese momento el Eterno hace un pacto con la humanidad, que se mantiene hasta la actualidad. Es el pacto de los Benei Noaj, los noájidas o naciones de la tierra, que consta de siete mandamientos:

  1. No adorar a dioses falsos.
  2. No maldecir al Eterno.
  3. No asesinar.
  4. No mantener relaciones sexuales prohibidas.
  5. No robar.
  6. No comer carne de un animal con vida.
  7. Instituir un Sistema Legal.

Estos siete mandamientos se simbolizan con el arcoíris, cada color representa un mandamiento. Por ello, muchas personas que actualmente conocen este pacto y viven de acuerdo a él, lo usan como emblema. Se supone que este código legal sagrado es base para el sano desarrollo de la persona y la sociedad, en todas sus dimensiones.
En cuanto al contenido la parashá, de a poco la humanidad va creciendo y ocupando más territorios mientras mantenía su centro en el valle de Shinar, donde decidieron construir una torre que les sirviera de protección ante nuevos desastres. Sin embargo, el motivo por detrás era rebelarse contra el Eterno, ya al poco tiempo de haber atestiguado a qué conduce la maldad. Finalmente, se generan conflictos, la gente se expresa pero no se comunica, ya no se entienden unos a otros, han dejado de hablar el mismo idioma. Así pues, se dispersan y se fragmenta la sociedad.
Finalmente se enuncia la genealogía de diez generaciones que va desde Noaj hasta Avram, y se introduce a éste y su familia en el relato bíblico.

Mashiaj: profundización y repaso

  1. ¿Cómo saber que X persona es realmente el Mashiaj?
  2. ¿Por qué solamente la nación judía tiene derecho a decidir acerca de lo que atiene al Mashiaj?
  3. ¿Cuáles eventos históricos ocurridos durante la vida del profeta Ieshaiá/Isaías dan luz a algunas de sus profecías mesiánicas más famosas?
  4. ¿Qué llevó a la gente a la errónea creencia de que el Mashiaj es un ser supernatural, una especie de dios, semidios, o superhéroe?
  5. ¿Cómo se explica que la gente siga a falsos mesías?
  6. ¿Cómo se explica que la gente enfrentada a las evidencias que demuestran la falsedad de un postulante a mesías, igualmente se aferran a esa creencia?
  7. ¿Por qué en el judaísmo es un principio básico el creer que el Mashiaj vendrá?
  8. ¿Dónde deberá ejercer el Mashiaj? ¿Por qué?
  9. ¿Cómo se vincula al Mashiaj con la profecía? Cinco respuestas.
  10. ¿Cómo crees que cambiaría tu vida con el Mashiaj?
  11. ¿Qué cosas te parece que deberían suceder para que el mundo acepte al verdadero Mashiaj?
  12. ¿Cómo sabemos que aún no ha venido el Mashiaj profetizado?
  13. David haMelej fue Mashiaj. Esto es verdadero o falso. Argumenta.
  14. Vincula Meguilat Rut con Mashiaj.
  15. Vincula Shofar con Mashiaj.
  16. Vincula Sidur con Mashiaj.
  17. Vincula Israel con Mashiaj.
  18. Vincula Dios con Mashiaj.
  19. Vincula Pesaj con Mashiaj.
  20. Vincula Iom haAtzmaut con Mashiaj.
  21. ¿Cómo se compuso el personaje ficticio de “Jesús/Ieshu/Ieshúa”?
  22. ¿Por qué no debiéramos decir “Antes/Después de Cristo”?
  23. ¿Cómo sabemos que no todo falso Mesías fue una persona perversa o con malas intenciones?
  24. ¿Hay que tener FE en el Mashiaj?
  25. ¿Hay que CREER en el Mashiaj?
  26. ¿Qué papel juega la fe en el tema del Mashiaj?
  27. Si alguna persona es postulada como Mashiaj, ¿qué se debe cotejar para resolver la cuestión?
  28. Si una persona que se postula como Mashiaj fallece antes de cumplir con todas las verdaderas profecías mesiánicas, ¿qué podemos concluir?
  29. ¿Cuáles son las desgracias que provocaron, voluntariamente o no, los falsos mesías?
  30. ¿Todas las profecías mesiánicas tienen el mismo valor de confirmar la idoneidad del Mashiaj?

Secreto de continuidad

Menciona la parashá Nitzavim: «No sólo con vosotros hago yo este pacto y este compromiso solemne; ciertamente es con el que está aquí con nosotros hoy, delante del Eterno nuestro Elokim, y también con aquel que no está aquí con nosotros hoy.» (Devarim / Deuteronomio 29:13-14).

Hacer un pacto que compromete a los que están presentes y conformes, es comprensible y lógico; pero, ¿qué validez tiene un convenio que recae sobre los que no están presentes, tales como las futuras generaciones?

Rabbi Meir quiere explicar el concepto de convenio hereditario con el siguiente Midrash (Shir haShirim Rabbá 1:4): “Cuando los israelitas llegaron a las montañas del Sinaí para recibir la Torá, descubrieron que Dios solamente se las confiaría si eran capaces de valorar debidamente tan preciosa joya.
Él les dijo: ‘¿Quién es vuestro asegurador que certifique que ustedes guardaran mi Torá?’
Entonces los judíos dijeron: ‘Nuestros ancestros serán nuestros fiadores’.
El Eterno respondió: ‘Ellos no son suficiente, tienen sus propias faltas y precisan ellos mismos quien los avale’.
Los judíos dijeron: ‘Si no aceptas a nuestros antepasados, acepta a nuestros profetas, porque ellos darán testimonio por nosotros’.
Pero el Eterno respondió: ‘También en vuestros profetas encuentro falta, por lo que ellos también precisan de garantes. Intenten una vez más’.
Los judíos, recién liberados de la esclavitud de Egipto, vieron a los Cielos y dijeron al Eterno: ‘Si Tú nos entregas tu Torá, nosotros te entregamos a nuestros hijos’.
Respondió Dios: ‘Ya que ustedes me ofrecen a vuestros hijos, Yo les entrego mi Torá’”.

Una posible interpretación podría ser la siguiente.
Los antepasados, con todos sus méritos, no sirven para garantizar los compromisos del presente. Ellos no están aquí y ahora, su influencia puede ser más o menos importante, pero no decisiva. Ya que son los vivos quienes deben tomar decisiones y llevarlas a cabo. El pasado tiene su lugar, es bueno conocerlo y aprender de él, pero no sirve para garantizar las decisiones actuales. Un inteligente hombre dijo: «Quien quiera prever el futuro debe consultar el pasado, porque los eventos humanos siempre se asemejan a los de anteriores épocas. Esto surge del hecho de que son productos de los hombres que, han sido y siempre serán, animados por las mismas pasiones y así necesariamente deben tener los mismos resultados«. (Nicolás Maquiavelo, “Los discursos”).

Los profetas, líderes, sabios, los que tienen mayor conocimiento y experiencia, sirven de maestros porque ellos nos muestran con inteligencia el panorama, pero somos nosotros los que debemos verlo. El maestro tiene que hacer su parte, pero también el alumno tiene que hacer la que le corresponde, para que de esa forma sea posible el aprendizaje, el desarrollo. Si el que guía pone lo mejor de sí, pero quien debe acompañarlo no lo hace, no hay continuidad.

Entonces, explica el Midrash, solamente cuando los que están presentes toman sobre sí el compromiso de hacer lo que tiene que hacer, con la mejor voluntad y destreza, para cumplir integralmente con su propia tarea, es que están sirviendo ejemplo vivo para los que vienen tras de ellos.
Por esto es que los hijos se convierten en la garantía de que habrá permanencia, porque son los padres los que hacen todo lo posible para que ellos reciban, aprendan, valoren, cumplan y trasmitan. No se depende de lo que otros hicieron o pudieran hacer, sino del esfuerzo y dedicación honesta de cada uno, cada cual haciendo su parte, para que de esa forma las futuras generaciones se integren efectivamente a la cadena de la Tradición.

Éste, quizás, es uno de los secretos de la vigencia y actualidad de la Torá y de la continuidad en el pueblo judío.

Estando a pocos días de Rosh haShaná, quiero desear para ti y tu familia un buen año, lleno de noticias positivas, de salud, bienestar y paz. Que sepamos ser garantes de todo lo bueno que recibimos a diario.

Shana tová umetuka, Shabbat shalom umevoraj.
Moré Yehuda Ribco

Todos y uno

En la parashá se menciona unos de los preceptos que se cumplen exclusivamente en la tierra de Israel: en determinados años se daba el diezmo (10%) de la cosecha a los levitas, extranjeros, huérfanos y viudas.

La preocupación por el bienestar de los menos favorecidos socialmente es habitual en la Torá, no solamente en nuestra parashá. Son varios los mandamientos que implican acciones de bondad y justicia.
Esto se enfatiza particularmente ahora, en los tramos finales del relato de la Torá, cuando el pueblo está a escasos días de ingresar a la tierra de Israel.
Como es sabido, la época de milagros constantes y guía profética va cediendo lentamente, para que los israelitas puedan ir adquiriendo cada vez mayor protagonismo en las decisiones de sus vidas.
Es como si Hashem se hiciera a un lado, cual un padre con su hijo que va creciendo y asumiendo mayores compromisos y responsabilidades. Si el padre no le da un lugar activo al hijo, si no le permite experimentar su libertad, si no admite que escoja y reciba las consecuencias de sus actos, difícilmente el hijo podrá asumir independencia y madurez. Por ello, los milagros evidentes y la profecía se van reduciendo, para que sean los judíos quienes hagan milagros con sus acciones cotidianas y manifiesten la Voz de Dios por medio del estudio y enseñanza de las sagradas fuentes de la tradición.

Que los menos favorecidos no queden relegados es un punto focal en la Torá. Pero, al mismo tiempo se evita que haya un paternalismo que agobie a las personas. Que el que da no se fastidie o se sienta abusado; que el que recibe no se vea limitado en sus opciones para independizarse y ejercer su real poder. Por ello, la idea de la Torá no es solamente “caridad”, sino TZEDAKÁ, que es la mezcla perfecta de bondad y justicia.
Recordemos las palabras de los Sabios: “La justicia (tzedaká) y los actos de bondad (jesed) equivalen al resto de las Mitzvot de la Torá.” (Talmud Ierushalmi Peá 1:1)

En estos días previos a Rosh HaShaná intensificamos tres acciones: TESHUVÁ, TEFILÁ y TZEDAKÁ (arrepentimiento sincero, rezos, bondad-justicia). Porque con esas herramientas estamos mejorando nuestra vida y la de nuestro prójimo.