Hace algún tiempo, comenté un post en donde se aludía al RaMbaM y allí el moré me preguntaba sobre la relación que hay entre lo que estoy estudiando y los mandamientos noájidas. Ayer se me ocurrió publicar lo que había comentado, pero ampliando el contenido; las reflexiones al respecto. Ahora comparto con ustedes mis reflexiones:
«A cada profesional vinculado a las ciencias médicas, que se relaciona con pacientes, se le ha depositado la confianza de que por medio de su intervención, producirá cambios en el estado del cliente/paciente. Desde el técnico o auxiliar paramédico hasta el médico más renombrado y périto, tienen el deber de velar por mantener la integridad del paciente, sin ponerlo en riesgo ni tampoco a ellos mismos.
En éste contexto, los kinesiólogos,como profesionales de la salud, también tenemos que los principios de la bioética, que son:
1. No maleficencia: debemos evitar realizar consciente y voluntariamente acciones que puedan causar daño o perjudicar a los demás; no poner en riesgo la integridad o vida del paciente.Esto implica que debemos tener una formación, tanto teórica como clínica estricta y actualizada permanentemente para prestar servicios a nuestros pacientes.Es una responsabilidad de cada uno de nosotros.Tanto estudiantes como profesionales.
2. Beneficencia: debemos buscar o procurar lo mejor dentro de nuestras herramientas para asegurar el bienestar del paciente con nuestra intervención.
3. Autonomía: Debemos respetar la voluntad del paciente y su familia.Informarle sobre lo que realizaremos y tener su autorización (con exclusión de cuando se dan situaciones en que las personas puedan ser no autónomas como en caso de demencia o coma,etc.) A veces es preciso contravenir esto en pos del bienestar del paciente y tenemos que fundamentar el porqué .
4. Justicia: el trato y servicios dados al paciente, deben ser ecuánimes , sin importar la clase social,económica,credo religioso, tendencia polítca,sexo,etc.
A nivel nacional, un kinesiólogo, puede desempeñarse tanto en la investigación como en la clínica . Respecto a ésta última, si, por ejemplo tenemos un paciente en UCI y no tomamos la decisión correcta a la hora de intervenirle,procurando no dañarle y buscar su bienestar, podemos generar secuelas o incluso la muerte (por yatrogenia).En el área traumatólogica, por ejemplo, podemos marcar la diferencia en ciertos casos entre rehabilitar y permitirle retomar sus actividades previas; a mejorar su calidad de vida o dejarlo con nuevas alteraciones o incluso invalidez.Estas situaciones permiten ilustrar lo siguiente:
- Cada uno tiene una responsabilidad social con la labor que realiza, que debe asumirse con compromiso. No debe ser nuestro interés el ganar dinero a costa del bienestar de un paciente y dejar de lado a aquellos más vulnerables por falta de recursos.
- .Segundo, estamos tratando con seres humanos, creados a imagen y semejanza de D-os (entiéndase esto no como algo físico,pues D-os es incorpóreo). Si pudo evitarse alguna consecuencia, pero no se hizo,actuamos con negligencia y puede llegarse a transgredir la ley noájida de no matar.
- Finalmente, se debe actuar dando lo mejor de sí y entregando un trato justo a quienes requieren de nuestros servicios, sin importar asuntos personales y, como se mencionó más arriba, la condición socioeconómica.No porque alguien sea pobre se le va a dar una atención de segunda categoría, porque no hay ser humanos de segunda clase.Todos somos iguales ante D-os y nadie ni peor es mejor por tener más o menos dinero. Al no actuar de esta forma, se atenta contra el deber de velar por la justicia social, que debe cumplir todo ser humano, en dondequiera que viva, sea a nivel individual o por medio del establecimiento de cortes de justicia que velen por una sociedad mejor y más justa, sustentada en los 7 Mandamientos Noájidas (Shevá Mitzvot Bnei Noaj) entregados por el Eterno a la humanidad.