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Parashat Behaalotejá 5772 – בהעלותך

La tercera parashá del cuarto libro de la Torá, Bemidbar/Números, que nos presenta una variada temática:

  • El diario encendido de la Menorá (candelabro de siete brazos) en el Beit HaMikdash (Templo), a cargo de Aarón haCohén y sus descendientes.
  • Consagración de los levitas como servidores en funciones sagradas del Templo.
  • Ordenanzas respecto al sacrificio de Pésaj para las generaciones, que es de naturaleza y esencia diferente al ofrendado como Pésaj en Egipto. También se establece la posibilidad, en casos de necesidad, de traer el korbán (sacrifico) un mes más tarde, en el Pésaj sheni.
  • El uso de shofarot y trompetas para dar anuncios, alertar y convocar.
  • El orden de desplazamiento del campamento de Israel. La travesía se hacía de forma ordenada y armónica, como parte del entrenamiento para la libertad y autonomía que estaban recibiendo del Eterno.
  • Los extranjeros que acompañaron a los judíos a su salida de Egipto murmuran en contra de Dios y de Moshé porque se sienten hastiados del man, el alimento de misterioso origen celestial que los nutría de forma sabrosa y perfecta. Los quejosos, a los que se sumaron algunos del pueblo, querían carne, no les bastaba con lo que desde Arriba estaban recibiendo a diario como provisión y subsistencia.
  • Dios instala el Sanedrín, Senado judío, formado por 70 representantes (y un presidente), con funciones legislativas y judiciales, para colaborar con Moshé en su tarea de conducir al pueblo.
  • Miriam, hermana de Moshé, habla negativamente acerca de cuestiones personales de éste; como consecuencia es afligida por Tzaraat, aquella enfermedad especial que hemos explicado en el comentario de las parshiot Tazría-Metzorá este año. Moshé, quien es destacado como el más humilde entre los hombres y el más leal servidor del Eterno, pide a Él por su sanación, sin guardar rencor ni penas.

El pueblo era llevado por Dios, protegido, cuidado, mimado, nutrido, aleccionado sin demasiado esfuerzo, pero parecía que nada era suficiente. Las quejas no paraban, los gemidos, lloriqueos y rebeliones. Algunas demandas son comprensibles, dada la dura situación que atravesaban y su pasado como esclavos; sin embargo, nada parece contentar al deseo de la otra esclavitud, la del Ietzer HaRá (EGO) (según el verso 11:4).

Quizás podamos entender esta perpetua insatisfacción al estudiar el siguiente pasaje del conocido pensador, autor y educador judeo-argentino, Jaime Barylko, que cuando trata acerca de las doctrinas de Sócrates concluye diciendo: “… enseña a pensar, a distinguir entre apariencia y verdad. Nos enseña que la fortuna, los bienes materiales, las riquezas, los honores, todo aquello por lo cual el hombre se desvive, son juguetes que nos divierten, falsas máscaras del ser.
El verdadero ser busca su perfección interior, el autogobierno, el aprendizaje continuo. En eso y sólo en eso consiste el bien
.”

El consejo diario 383

Detente,
respira,
observa qué es lo que estás por hacer,
analiza de donde proviene esa conducta,
admite tus sentimientos oscuros,
perdónate por ser frágil,
escoge una alternativa que sea constructiva,
construye Shalom.

Este es el consejo principal, el fin del reinado de la manipulación, el declive del EGO.

Religioso-espiritual

El religioso da "diezmo" para recibir doble, triple, por mil… boleto de ingreso al paraíso.
El que sigue el camino espiritual da caridad por amor al prójimo, por empatía, porque es algo bueno y noble.

El religioso reza para obtener poder, cree que así controla y manipula a su dios, a la naturaleza, a los otros.
Quien anda por el sendero espiritual reza para estar en armonía interna y externa, consigo, con el prójimo, con Dios.

El religioso espera convertir a todos a su fe, los de fuera son herejes, son malignos, hijos de algún demonio.
El que construye shalom aprende, aunque cueste, que hay que tener paciencia, ser compasivo, comprensivo, educar con la propia conducta, que la verdad no es algo para imponer sino para encontrar. Todos portamos el EGO y debemos lidiar con él, no por ello somos enfermos, malvados o pecadores sin “salvación”.

El religioso ama los disfraces, los ritos, la parafernalia, el ruido, el creer que controla y que posee el dominio, la violencia activa o pasiva.
Quien vive conectando su multidimensionalidad trata de unificar sus instancias, perfeccionar su carácter, ayudar al prójimo, controlar lo que puede y lo que no lo deja fluir, entrar en contacto profundo con el Eterno, sin volteretas, sin malabares porque no los precisa.

Ah, dos mundos por completo diferentes.
Yo prefiero el de la multidimensionalidad, aunque no sea el más fácil en apariencia, aunque no convenza ni sea “exitoso”.
¿Tú que escoges?

Resp. 1078 – mi mama es catolica, mi suegra cristiana, mi esposa indecisa y yo noajida como afrontarlo

elbergaleanonos consulta:

creo que el titulo lo dice todo pero para hacerlo mas claro mi mama y mi suegra son extremadamente apegadas a sus religiones, y mi esposa no sabe por donde ir, yo ya e estudiado muchas religiones y en todas encontrava falencias, vacios sin explicacion logica, hasta que gracias al señor encontre mi verdadero ser y con el cual me siento completamente identificado, ser NOAJIDA, como puedo afrontar estas personalidades o como convivir con ellas? more y compañeros agradezco su ayuda de antemano SHAL
Elber Galeano, Arquitecto, Montería, Colombia

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La esclavitud al rito y el dogma

A sugerencia de nuestro amigo Yehuda publico el siguiente texto que, en su versión original, era un comentario sugerido a partir de una intervención de nuestro contertulio Luis Diego, bueno aquí lo dejo a vuestra amable consideración.

“Pues pensando en lo que dices, creo que no andas desencaminado, me refiero a la necesidad de «encontrar el culto correcto» para buscar la aprobación de Dios, aquí lo que sucede es que se alteran los factores de manera que -en este caso- sí se altera el producto, me explico, se busca el ritual que «acerque» a Dios, a eso se añade que el «poder» se vuelca en el ritual -la sacralización del «abandono en brazos de la fe» no deja de ser un ritual, perfilado por Lutero y, aún más enfatizado, por los fundamentalismos cristianos estadounidenses- que de medio -ese es el papel teórico de un rito: un puente de comunicación- se convierte en fin, digamos que de algo instrumental pasa a ser algo finalista. De ahí esa preocupación -muy cristiana, culturalmente hablando, aún más presente según el tipo de cristianismo dominante en el entorno- por «la forma de culto correcta», porque si uno se equivoca en esa «elección» -«airesis» que es el término griego de dónde deriva «herejía», significa «elección»- dadas las características de la deidad del cristianismo pues… uno se condena -recordemos aquella respuesta, que comentamos con Yehuda hace unos días, de una madre a su hijo: «irás al infierno» ¿por qué? pues… por haberse equivocado en la «elección» de la manera de buscar la aprobación de Dios, había escogido (según criterio de la madre) incorrectamente-.

Diría que esa preocupación -que tiene su origen en el primer cristianismo institucionalizado, todas las controversias cristológicas derivaban de buscar «el modo correcto» que Dios aprobaría- es actualmente aún más acuciante en contextos evangélicos -y asimilables, el mesianismo es, por ejemplo, asimilable a eso- que católicos u otras corrientes muy institucionalizadas y jerarquizadas -como la ortodoxia griega-, sencillamente porque en lo primero hay un cierto abandono a la «iluminación» que debe surgir de la «sola scriptura» y en lo segundo se valora lo que se llama el «magisterio de la Iglesia» -por ejemplo, en el catolicismo forma parte de ese magisterio el catecismo, que es un «manual de instrucciones» que ya viene dado de manera institucional y jerárquica, eso si se cambia (cosa que se hace de tanto en tanto) lo hace por la vía o canal pontificio adecuado, ya está previsto, el creyente de «a pie» no debe preocuparse por la búsqueda de la «corrección», y un sacerdote cualquiera no tendrá de repente una «iluminación», es más, si la tiene… tiene todos los números de ser suspendido «a divinis» de sus funciones-.

Como diría que el evangelismo en su variante fundamentalista estadounidense -da igual ahora la «subsecta»- ha avanzado mucho en Latinoamérica en detrimento del catolicismo romano creo que el ambiente en sus países -el que recoges- deriva de ahí, y por eso, también, la profusión de «iluminados» de todo pelaje, casi diría que andan buscando un dogma y una doctrina en una estructura que -a diferencia de la católica o la ortodoxa- no la favorecen, de manera que no solo existe sino que aún se fomenta más esa «necesidad» -la «búsqueda del rito adecuado»- en un contexto que carece de los instrumentos formales e institucionalizados para satisfacerla -digamos que cada pastor, se disfrace de rabino o no, tiene plena «autoridad» para decir la suya-. Por lo cual, imagino, que el desconcierto y la «angustia vital» generada debe ser mayor, todavia más, repito, por el enfásis ritualista depositado en la idea de fe -presente pero muy matizado en el catolicismo, la ortodoxia griega o las variantes monofisitas-, sencillamente: si te equivocas de «línea telefónica» Dios… condena, da igual la motivación del error, la honestidad de la persona o su sinceridad en esa «búsqueda de contacto», incluso su comportamiento.

Citaría al respecto una cosa que me dijo ya hace unos años Yehuda -y que me pareció y me parece inteligente-, el asunto planteado no era el de la creencia incorrecta sino el de la ausencia de creencia, pero creo que el trasfondo de la respuesta vale: «a Dios no  le importa que crea o no en él, le importa que se comporte de la manera adecuada», creo que lo mismo valdría para el problema de la «comunicación», a fin de cuentas son las acciones -que es la materialización de las decisiones- lo que habla, porque ahí hablamos nosotros pero… lo que carece de sentido es ponerse a adorar al «teléfono».

Ajarei mot y Kedoshim-אחרי מות וקדושים

Este texto es largo y en algunas secciones complejo.
Para ayudarte en su lectura, para no aburrirte, le pondré títulos que diferencian secciones.
Espero que encuentres algo que te sea de provecho, que lo vivas, que lo compartas y si quieres nos dejas un comentario aquí debajo, porque tener retorno de los lectores es agradable y necesario.
Que pases un excelente día, el mejor de tu vida.

Parshiot de la semana.
Esta semana en el pueblo judío (fuera de Israel) se leen dos parshiot juntas, Ajarei mot junto con Kedoshim (אחרי מות קדושים).
De Kedoshim es un clásico de los comentaristas la sección del versículo tan mentado y manoseado que expresa: "Amarás a tu prójimo como a ti mismo." (Vaikrá / Levítico 19:18).
Sabemos de su trascendencia, de su centralidad, de su importancia por lo cual lo hemos trabajado en numerosas ocasiones previas. Es bueno recordarlo, releerlo, revisar lo ya enseñado porque es maravilloso encontrar nuevas ideas, mejores acciones incluso en aquello que uno ya creía conocer y asumía como aprendido. Así pues, te invito a que hagas clic aquí, para que se abra una lista de textos que sería bueno repasar.
Mientras tanto, vamos a continuar con una nueva lección, fresca, renovada, que se añada a las ya ofrecidas por nosotros en todos estos numerosos años que trabajamos gratuitamente para difundir la “Luz de Vidas” a quien quiera recibirla de nuestras parte.

Relaciones humanas y con Dios.
Al comienzo mismo de Kedoshim encontramos lo siguiente:

"El Eterno habló a Moshé [Moisés] diciendo:
‘Habla a toda la congregación de los Hijos de Israel y diles: Sean santos, porque Yo, el Eterno vuestro Elokim, soy santo.
Cada uno de vosotros respete a su madre y a su padre.
Guardad mis shabatot.
Yo soy el Eterno, vuestro Elokim."
(Vaikrá / Levítico 19:1-3)

Respetar a los padres, guardar los shabatot (los días consagrados por Dios para ser celebrados por los hijos de Israel), son mandamientos que el Eterno ha dado al pueblo judío, parte de los 613.
Uno de ellos corresponde a los preceptos que regulan las relaciones entre las personas, los que se denominan בין אדם לחברו.
En tanto que la que concierne a las fechas consagradas está dentro del grupo de las relaciones del hombre con Dios, que son denominadas בין אדם למקום.
Apreciemos que ambos grupos son relevantes, fundamentales.
Ambas selecciones son de similar peso y valor, con la consigna de hacer santa la vida del judío, porque tal es la orden emitida por la Divina Voluntad.
No debemos proceder como aquellos que solamente ven la porción ética de la Torá y desechan o disminuyen el valor de las reglas que conectan con Dios sin pasar por el prójimo.
Pero tampoco es correcta la posición de los que pretenden imponer un reinado monopólico de mandamientos de relación con Dios, despreciando lo que refiere a la ética, al buen comportamiento, a desplegar el potencial humano a su máxima capacidad, lo que conocemos como דרך ארץ.
Unos y otros son pilares del judaísmo, fortalezas de nuestra identidad, valores irrenunciables, que nos conectan con nuestra esencia, con el prójimo y con Dios.
Los dos conjuntos de mandamientos valiosos, aunque son desde siempre considerados los que nos relacionan correctamente con el prójimo los prioritarios. Dios puede vivir sin nuestra alabanzas, sin nuestras oraciones, sin nuestros ruegos, sin nuestra dependencia en Él; pero el prójimo que nos necesita, nos necesita…
Igualmente recordemos, los que ganamos SIEMPRE somos nosotros al cumplir con los mandamientos que nos competen, aunque no es por la ganancia que debemos proceder.

Notemos otros aspectos muy interesantes.

Ser santos: el motivo central de la parashá Kedoshim, de toda la Torá en realidad.
Primero, hay una orden directa por parte de Dios hacia los judíos, deben ser santos.
Y expone un claro motivo, porque Dios es santo. Sabemos el porqué, porque Dios así quiere de Su hijo primogénito, de Israel. Es la Divina Voluntad que los judíos alcancen un grado santidad, de distinción, de actitud especial.
Porque eso es ser santo, diferente de lo corriente, que sobresale positivamente de la norma.
Tal como Dios, que es Uno y Único, por completo diferente a todo lo que conocemos o creemos conocer. Así como el es santo, debemos ser nosotros.
Que nuestros actos, nuestra postura en la vida demuestre nuestra grandiosa interioridad, nuestra conexión con Él.
Recordemos que todos somos Sus hijos, hechos a Su imagen y semejanza. No una material, pues Él no es material, no con una forma física, pues no hay forma o materia que lo represente. Pero ciertamente, ese lazo espiritual, esa potencia creadora, es lo que nos identifica como hijos de Dios, aptos para la santidad.
A mayor cercanía con Dios, mayor el grado de santidad.
Y esta cercanía no se produce por un movimiento en el espacio, no es por estar en tal o cual lugar. La cercanía a Dios se manifiesta acorde a nuestra conducta. Si estamos actuando en sintonía con Él, si emulamos –en lo humanamente posible- Sus acciones, estamos elevando nuestro grado de santidad.
Porque, podemos hacer como Él hace, dentro de nuestro limitado marco de acción.
Tal como está dicho:

“Hacer como hace el Eterno.
Así como Él viste a los que no tienen ropa, uno debe vestir a los que no tienen ropa…
Así como Él visita a los enfermos, uno debe visitar a los enfermos…
Así como Él consuela al que está de luto, uno debe consolar al que está de luto…
Así como Él entierra a los muertos, uno debe enterrar a los muertos…
El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”
(Sota 14a).

Por más información al respecto de esta interesante temática, recomiendo seguir el texto que se abre haciendo clic aquí.

La santidad, una cuestión de la vida cotidiana.
Entonces, llegamos a la santidad. Que, repito, no es un estado de éxtasis, no es apartarse de la sociedad, no es vivir en negación de lo material, no es mortificación del cuerpo, no es palabrería santurrona en idiomas incomprensibles, no es solitario encierro de meditación, no es vestirse de modo simpático, no es hacerse adicto a una religión o líder religión, no es cambiar de país o costumbres nacionales, sino, tal y como expresan con total limpieza y claridad los Sabios de la Verdad: actos de bondad desinteresada, ayudar al necesitado, consolar al sufriente, dar una mano al que precisa de nuestro auxilio, sonreír al amargado, dar un hombro al que llora, en fin… toda buena obra para con el prójimo que puede parecer poca cosa, poco espiritual, poco santo, pero realmente es el camino dorado hacia la verdadera santidad. No lo declara este humilde maestro, sino los grandes Sabios de la Verdad. Es posible hallar infinidad de citas que vuelven al mismo punto, a la cúspide espiritual que es el servicio hacia el prójimo de manera desinteresada, el altruismo, el verdadero amor.
¿Entiendes cómo se relaciona todo?
El amar al prójimo como a ti mismo es la clave para la santidad.
El altruismo es la manera correcta de vivir.
Por lo tanto, aquello que niega al prójimo, que lo desmerece, que lo lastima, no es el camino sino el abismo.
El EGO, ese que nos hace sentir impotentes pero creer todopoderosos, es la perdición.

Tristemente el corazón del hombre lo lleva hacia la religión en lugar de hacia el espíritu.
Se erigen ídolos para usurpar el trono de Dios.
No solamente los dioses de las religiones, sino todo aquello que el EGO impone como objeto de adoración, lo que esclaviza al hombre, lo que lo narcotiza y desconecta de sí mismo, del prójimo y por ende de Dios.
Hasta lo que puede ser en su origen sagrado, termina siendo profanado por el afán del EGO.
Entonces, y tal como ya enseñamos (y es bueno repasar y volver a analizar): “Lo que libera es lo que suele ser repudiado.”
Sí, liberan las buenas acciones desinteresadas que hacemos para con el prójimo.
Libera el verdadero amor, el de las acciones generosas.
Libera el actuar como Dios, con bondad y justicia.
Pero… eso es despreciado.
Pronto se izan banderas de fanatismo ideológico, de religiosidad, de sectarismo. Entonces se infama, se injuria, se maldice, se profana, todo en el nombre de algún dios, e incluso de Dios.
Se deja de lado el amor, el verdadero y no el de las revistas o novelas, para esgrimir armas, para vociferar consignas, para preparar trampas, para acarrear el mal.
Es una historia que se repite, una y otra vez, desde Caín, o incluso desde Adam y Java, hasta aquí.
Porque el EGO, siempre el EGO, sigue dominando, controlando, manipulando y nosotros como esclavos trabajando tristemente para él.
Aunque la Torá (noájica y judía) nos dan las claves para ser libres, para retornar del exilio del espíritu, para evidenciar la Era Mesiánica personal y colectiva, sí podemos hacerlo, tenemos las claves, pero siempre derivamos hacia donde el Ego nos comanda.
Entonces, rechazamos lo que nos puede liberar, nos anclamos a lo malo, lo hacemos nuestro destino, nuestro dios.

Y por ello, sufrimos.
Estamos en celditas mentales, pequeñitas, sucias, malolientes, con la puerta cerrada pero sin llave. Si quisiéramos podríamos ser libres, ser “salvos”, vivir nuestra Era Mesiánica, estar conectados, ser uno.
Pero no, se nos antoja seguir en el Egipto interior, en desprecio, en malhumor, en enojo, en amargura, en quejas, en dolor, en exilio.

Pudiendo ser santos, nos lanzamos de lleno al fango del odio y la miseria. Parece que nos gusta olvidar que somos hijos de Dios para actuar como necios siervos del EGO, nuestro dios.

Perls y Horney nos definen a los neuróticos.
Miren la interesante definición que el Dr. Friedrich Salomon Perls nos regala:

“Neurótico es todo hombre que usa su potencial para manipular a los demás en vez de crecer él mismo. Usurpa el control, se enloquece de poder y moviliza a amigos y parientes en lugares donde él es impotente para usar sus propios recursos”.

Interesante, ¿sí?
Cuando nosotros vamos viendo cómo actúa el EGO, tenemos bien en claro lo que el Dr. Perls está describiendo.
Tal cual, es el EGO en funciones, que controla a la persona, la que está maniatada por su sentimiento de impotencia, para lo cual recurre a lo que sea para delirar que es poderoso, que tiene el control, cuando realmente nada controla.
Pobre diablo, manipulador, tejedor de tramas, infamador, acusador desde las sombras, resentido, impotente, que cree manejar los hilos de las historias, que hasta cree venir en nombre de su dios, cuando en los hechos ni siquiera en su propia casa es el amo.
Pobre diablo. Pero, tristemente así parece que somos la mayoría de los humanos. Desde Adam hasta aquí. En exilio.

Por su parte, Karen Horney nos brinda esta explicación:

“Uno de los rasgos predominantes de los neuróticos de nuestro tiempo es la excesiva dependencia de la aprobación o del cariño del prójimo… Además existe una notable contradicción entre su deseo de recibir cariño y su propia capacidad de sentirlo o de ofrecerlo…”.

Oh sí, el hombre que se siente impotente pero pretende controlar el universo.
Control, control, control… eso desea, para sentirse en poder, pero no puede ni siquiera consigo mismo… pobre diablo… en celo, en venganza, en revancha, mascando odio, inventando estafas inexistentes, quejándose, haciéndose el pobrecito… pobre diablo, impotente… esclavo por gusto de su EGO…

Hombres larva.
Ciertas personas que se la pasan pidiendo, sin reconocer lo que se les da, y hasta se enojan cuando no reciben en tiempo o forma lo que creen merecer.  Gente ingrata, amargada, desconectada de su esencia. Se quejan amargamente, porque sienten que se les debe algo, a lo cual nunca se hicieron merecedores. Piden, reclaman, exigen, se quejan, echan culpas, están en desequilibrio, no son funcionales al ecosistema. No aportan, pero igual, se quejan.
Insufriblemente se quejan.
Y algunos pasan la raya limítrofe, y entonces de quejosos llegan a actuar con mucha malicia y descontrol que aparenta ser un control sobredimensionado (te recomiendo que releas la frase, porque es complicada de comprender si no se tiene clara la noción del EGO y cómo opera).
Algunos intentan demostrar su poder ejerciendo el control sobrepasado, todo es impostura, lleno de falsedad, muy falso.
Son larvas, que en su origen significa espectro, enmascarado, fantasma. Pues esconden su esencia sagrada detrás de numerosas máscaras, rostros falsos. Algunos de ellos pueden parecer sonrientes, otros espantosos, otros indiferentes, como sea, todos ellos ocultando al verdadero ser, el Yo Auténtico, ese que es puro e intocado, su esencia espiritual. Sin embargo, su conducta es terrible, molesta, perjudicial, enfermiza. Eso es lo que manifiestan, eso es lo que hay.
Algunos llevan su intento de conquista y manipulación aún más lejos, puesto que entran en un jueguito terrible, en donde se dice o se hace entender que: “yo no soy nada, no tengo nada, no puedo nada”, así que el mundo les debe dar, sostener, tolerar todas las insolencias, mantener, etc.
Es como un estado de infantilidad sin fin, en donde se admite la propia impotencia para dejarse caer en brazos de otro, uno que se hará cargo, que cargará con las vicisitudes del impotente.
De esa manera se crea un enfermizo lazo de dependencia, de sentimientos de culpa, de manipulación, de malicia inyectada una y otra vez.
Si por alguna de esas casualidades aquel que se ha hecho cargo de llevar aupado al otro no quiere o no puede responder a las abusivas quejas, entonces se producen pataleos, berrinches, llantos, gritos, acusaciones, accidentes, enfermedades, depresión, en fin, todo lo que esté dentro del abanico de opciones de los que viven parasitando a otros.

En este estado, esas personas se pueden transformar en auténticas déspotas, pequeños sátrapas, faraones en pañales, pretenden manejar como marionetas a los demás usando los hilos de la lástima, la vulnerabilidad, la discapacidad, la ineptitud, la victimización. Andan “pobreteándose” continuamente, murmuran o susurran, o tal vez proclaman: “pobrecito yo, el mundo me hizo mal”. Hay quienes tienen la actitud contraria, “yo puedo todo” y secretamente buscan que le devuelvan, que la reconozcan, que le digan lo fuerte y buena que es (este papel lo suelen jugar los que ayudan a los que abiertamente no pueden).

El peligro de esta conducta es que, muchas veces, termina provocando una ira interna, lo que en el lengua de la Cabalá se llama “pan de la humillación”. Comemos gratis, pero no satisface, sino que perturba, porque estamos actuando negativamente, desde la impotencia, reconociendo nuestra ineptitud, poniendo nuestra vida en manos de otro.
Esto genera ese movimiento oscuro interno que es profundo malestar con uno mismo, pero que se expulsa como reacción agresiva en contra del dador.
Porque el que recibe se siente doblemente impotente, más que al principio, mucho peor porque a su impotencia primera le suma el reconocerla, el deberle a otro, el no haber hecho nada más que manipular para obtener ventajas.
Entonces, este hombre larva se venga haciendo daño al que tanto le dio.
Nosotros lo hemos vivido en carne propio innumerables veces, desde hace años venimos alimentando con buen pan espiritual,  mucho de los que se hicieron pasar por amigos llegado un momento se fueron enojados, insultando, maldiciendo, agrediendo injustamente, difamando, creando discordias… pero agradecer, reconocer, valorar, pagar… no, eso no…
Su EGO es demasiado grande como para que puedan abrir los ojos, despertar, tomar conciencia, crecer, vivir, ser libres.
Prefieren la muerte en vida, ejercer el falso control, dañar, odiar, vengarse, ser ridículos… EGO… EGO…
En el caso contrario, el del que da indiscriminadamente, también puede suceder un cansancio en su cruzada solidaria y terminar enojado con los que ayudó porque no lo reconocen o no lo ayudan.
Se agota, llega al límite, no recibe, explota… Sí, también es EGO dar y dar y dar y dar y dar hasta explotar… ¿entiendes por qué?

Resumiendo.
El mismo Dr. Perls, que citamos antes, nos enseña:

“El hombre se trasciende a sí mismo únicamente por la vía de su verdadera naturaleza, jamás por medio de la ambición ni metas artificiales. El darse cuenta de y la responsabilidad por el campo total por el sí mismo y por el otro le dan significado y configuración a la vida del hombre.”

Tarea.
Nos extendimos demasiado, por ello voy a terminar aquí nuestro encuentro, pero te quiero dejar una tarea.
Sabemos que el destino de muchas personas mayores es el abandono, la soledad.
¿Qué tienes para hacer al respecto tú?
Para el prójimo, para tus padres, e incluso para prepararte para tu vejez…
¿Qué tienes hoy mismo para hacer?
Y, ¿te das cuenta como la respuesta está tejida con numerosas fibras de esta parashá?
Y… ¿encuentras la conexión con la parashá Ajarei mot, que no es tan evidente pero es firme?

Promover la Paz

“La práctica de conceder a otros el beneficio de la duda es esencial para el buen mantenimiento de relaciones humanas pacíficas.
Los seres humanos interactúan constantemente con otras personas y es inevitable que en ocasiones alguien sienta que fue denigrado o lastimado por otra persona.
Sin embargo, cuando reflexionamos un poco, la conducta que a primera vista pareció ser maliciosa o insensible, en ocasiones podría ser interpretada de distinta manera.
Si en este tipo de situaciones la persona considera todas las posibilidades e interpreta ese acto aparentemente malicioso de una manera generosa, no solo evitará conflictos innecesarios, sino que también se salvará de numerosas transgresiones que con frecuencia aparecen cuando hay conflictos; por ejemplo, hablar mal de los demás, el odio injustificado, el rencor y la venganza.”

Extraído de la “Enciclopedia de Taryag Mitzvot”, página 197,  citando a Sefer HaJinuj; Maharal, Derej Jaim a Abot 1:6-7; Noam HaMitzvot

El Noajismo en tu vida cotidiana

Podemos suponer el camino espiritual de las Naciones como una cosa meramente “de Dios” algo francamente alejado de nuestra vida cotidiana, sin embargo de acuerdo al artículo que te copio y pego más abajo, las cosas no son así, muy al contrario estos hábitos tienden al crecimiento y perfeccionamiento del ser humano.

¿Qué tienen en común la infidelidad y una entrevista de trabajo?

Recientemente, la línea divisoria entre la vida personal de una persona y su vida laboral se a difumado. Una década atrás, el enfoque era diferente. Si una persona era infiel frecuentemente a su esposo(a), si era aficionado(a) al juego, si tenía problemas de drogas o alcohol, incluso si era violento hacia su familia, muchos considerarían esa actitud propia de su vida personal, y no tenía incumbencia con su vida laboral.

En una encuesta realizada hace no mucho en los estados Unidos por la Sociedad de Administración de Recursos humanos, se encontró que el 80% de 371 Gerentes de Recursos Humanos que participaron en esta encuesta piensan que sus organizaciones deben tomar en cuenta el comportamiento del candidato en su vida personal, fuera de las horas de trabajo, al momento de tomar decisiones de contratación o de promoción interna para el caso de empleados.

La pregunta debe ser realizada: Es la ética personal y la ética en los negocios dos caras de una misma moneda, ¿o son manifestaciones de diferentes características?

Marvin Zuckerman, un psicólogo de la Universidad de Delaware, ha identificado características personales que afectan la manera que una persona se comporta, tanto en privado como en su vida laboral. El tipo buscador de sensaciones, busca nuevas experiencias en cada actividad que realiza, y tiende a tomar riesgos con el fin de satisfacer esas necesidades. La investigación encontró conexiones cercanas y elementos en común con varios tipos de comportamiento, por ejemplo, adicción a drogas o alcohol, libertinaje sexual y frecuencia en el juego. Lo que estos comportamientos tienen en común es la búsqueda de emociones.

 Si la necesidad por emociones se manifiesta en la esfera profesional y ocupacional dependerá de la situación y de la existencia de otro rasgo: que el individuo pudiera ser anti-social. Si es del tipo que busca sensaciones significa que es también una persona social y elegirá una profesión y cargos que satisfagan su necesidad de cambios constantes.

Están aquellos que reprimen sus rasgos en el trabajo, pero los liberan después de la jornada laboral, cuando se van a casa. Aquellos con rasgos anti-sociales, esto es, quienes carecen de la voluntad o capacidad de adaptarse por ellos mismos a las normas socialmente aceptadas, les produce satisfacción el cometer violaciones en el ámbito ocupacional así como otros actos criminales.

 La encuesta muestra que la mayoría de los buscadores de sensaciones no es anti-social; sin embargo, la mayoría de la gente anti-social necesariamente también es buscador de sensaciones. A partir de estos rasgos de personalidad y características, sería muy útil si se pudiera saber por anticipado cómo se comporta un candidato en su vida personal, de modo de evaluar su adaptabilidad a una posición o cargo.

 Sin embargo, la mayoría de las empresas están al tanto de la dificultad de indagar en la vida personal de un candidato al momento de su evaluación, y tal vez investigar sobre la vida personal de un candidato no esté permitido debido a los derechos de privacidad. No obstante, la acepción básica es que un empleado se comportará en el futuro próximo exactamente como se comportó en el pasado inmediato. Más aún, esa relación existe entre su comportamiento en el lugar de trabajo y sus patrones de comportamiento después del trabajo.

  * Por Ishayau (Sigi) Horowitz

 Se está descubriendo (o dando a conocer) que las prohibiciones estipuladas por el Eterno dentro de cada uno de los 7 Mandamientos Universales son aspectos que más allá de básicos son fundamentales para poder llevar una vida de productividad, así como de realización, en cualquier aspecto de la vida, en este caso en particular en el ámbito laboral, es muy interesante que una persona que transgrede el Mandamiento de “No relaciones sexuales ilícitas” como está expuesto más arriba, no es un candidato que digamos apto para ocupar un puesto en alguna organización, por la inestabilidad de su lealtad así como de su integridad, y vemos que las actitudes tanto fuera como dentro del trabajo “están casadas” y no existe una clara línea divisoria entre ambas, y bueno no es nuevo que nos demos cuenta que lo que el Creador del mundo ha estipulado como incorrecto afecte cada una de nuestras esferas en las que nos movemos día a día.

 ¡Noajismo puro es lo que necesita el mundo amigos!

 ¡Hasta luego!

 Fuente: http://www.midotsystem.com

Ámbitos del aprender

Muchas veces creemos que aprender implica poseer (o en el peor de los casos, repetir) algún conocimiento de tipo intelectual.
Aprender ideas, conceptos, frases, lemas, explicaciones, párrafos, versos, etc.
Pero aprender incluye otras dimensiones y no solamente la intelectual.
También se aprenden procedimientos, es decir, modos de hacer cosas.
Como también se aprenden actitudes, es decir, posiciones, posturas, disposiciones mentales-emocionales que se manifiestan de algún modo.

Estos tres ámbitos del aprendizaje han de estar presentes en cada real aprender, porque es imprescindible que la teoría, práctica y conciencia estén entremezclados, potenciando a la persona en sus capacidades y virtudes.

No basta con una sola de estas dimensiones, ni para aprender, ni para aplicar lo aprendido, ni para la vida.
Tenlo presente.

Te daré un ejemplo.
Uno puede saber mucho sobre la caridad, tener en cuenta leyes, normas, reglas, costumbres, etc.
Por supuesto que este conocimiento es muy bonito y hasta provechoso, pero estéril si no se conjuga con la acción.
Aquí entra el procedimiento, el hacer. Que es, como dar para no humillar al receptor, cuando dar, que hacer, que decir, que ocultar. Es decir, todas las acciones encaminadas para efectuar en la práctica la caridad.
Esto es estupendo, alentador, maravilloso pero quedaría en lo yermo si la persona no tiene el deseo, la voluntad, el movimiento emocional, la conciencia que lo lleve a aplicar en los hechos lo que sabe y la forma de hacerlo.

En síntesis, tienes ante ti diferentes retos de aprendizaje y aplicación.
No te quedes en uno solo de ellos, aprende de los tres ámbitos y aplícalos.
El beneficiado, como siempre, serás tú.

Clave de alegría

Armonía entre nuestras dimensiones.
Que el Yo Vivido esté en sintonía con el Yo auténtico.
Unificarnos.
Conectarnos con nuestra esencia y así contactarnos realmente con Dios y con el prójimo.
La sincronía de todos los planos que conforman lo material con lo espiritual, siendo éste la guía, la Luz que alumbra el camino a seguir.
Que las decisiones sean tomadas desde el amor y no desde el EGO.
Que se tomen decisiones y no meramente se reaccione.

La alegría sincera se encuentra al actuar de acuerdo al propio ser espiritual.
La alegría sincera se produce cuando se vive bajo la Luz de la Vida.
Las mentiras, los engaños, las falsas identidades, las apariencias, las actuaciones teatrales en el escenario del mundo, son manchones que tapan la Luz, impregnan de pesar el alma. Llevan al sufrimiento, a la desesperación, al exilio, al “pecado”.
No es la prohibición, lo que no te está permitido, lo que te angustia, sino el deseo por lo prohibido, el tomar lo ajeno, el disfrazarte de quien no eres.

En lo prohibido no encuentras la dicha, aunque provee de cierto deleite sensorial. 
La satisfacción no está en sumar cosas que no te pertenecen, aunque podemos sacar rédito de ellas. 
Tampoco en vivir de acuerdo al deseo de otro, al mandato de otro, al aplauso de otro, a la aprobación de otro… ni siquiera si ese otro eres tú en el exilio, ignorante de tu identidad esencial, en desarmonía.
Serás feliz cuando te encuentres, te ames, te respetes, te cuides.
Cuando admitas tu ser espiritual como el señor de tu palacio interno y ya no más al EGO.