Archivo de la categoría: Cuentos Populares

Noajikids: El Zorro y el Cuervo

Cierto cuervo, de los feos el primero, robó un queso y, llevando su botín fue a saborearlo en la copa de un árbol. En estas circunstancias lo vio un zorro muy astuto, y comenzó a adularlo con la intención de arrebatárselo. – Ciertamente, hermosa ave, no existe entre todos los pájaros quien tenga la brillantez de tus plumas, ni tu gallardía y belleza.
Si tu voz tan melodiosa como deslumbrante tu plumaje, creo, y con razón, que no habrá entre las aves quien te iguale en perfección. Envanecido el cuervo por este elogio, quiso demostrar al galante zorro la armonía de su voz. Al comenzar a graznar, dejó caer el queso de su negro pico. El astuto zorro, que no deseaba otra cosa, cogió entre sus dientes la suculenta presa y, dejando burlado al cuervo, se puso a devorarla bajo la sombra de un árbol.
Moraleja: «Quien a los aduladores oye nada bueno espere de ellos. «

Noajikids: El Avariento

Cierto hombre ávaro vendió cuanto poseía y convirtió su precio en oro, el cual enterró en un lugar oculto; y teniendo todo su ánimo y su pensamiento puesto en el tesoro, iba diariamente a visitarlo, lo que observado por otro hombre fue a aquel sitio, desenterró el oro y se lo llevó.

Cuando el ávaro vino según costumbre a visitar su tesoro, vió desenvuelta la tierra, y que lo habían robado, se puso a llorar y a arrancarse los cabellos. Uno que pasaba viendo los extremos que hacía aquel hombre, se llegó a él, y después de informarse de la causa de su dolor, le dijo: ¿Por qué te entristeces tanto por haber perdído un oro que tenías como si no lo poseyeras? Toma una piedra y entiérrala, figurandote que es oro, una vez que tanto te servirá ella como te servía ese oro que nunca hacías uso.
 De nada sirve poseer una cosa, si no se disfruta.

Noajikids: El Burro Flautista

Esta fabulilla, salga bien o mal, me ha ocurrido ahora por casualidad. Cerca de unos prados que hay en mi lugar, pasaba un borrico por casualidad. Una flauta en ellos halló, que un zagal se dejó olvidada por casualidad. Acercóse a olerla el dicho animal y dio un resoplido por casualidad.

En la flauta el aire se hubo de colar, y sonó la flauta por casualidad. «¡Oh!», dijo el borrico. «¡Qué bien sé tocar! ¡Y dirán que es mala la música asnal!» Sin reglas del arte borriquitos hay que una vez aciertan por casualidad.

Moraleja: Sin reglas del arte, el que en algo acierta, acierta por casualidad.

Noajikids: La Vasija Agrietada

Un cargador de agua en la India tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo y que él llevaba encima de los hombros.

Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua. Cuando llegaba al final del largo camino, la vasija rota sólo contenía la mitad del agua.Durante dos años completos, esto sucedió diariamente. Desde luego, la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pero la pobre vasija agrietada se sentía miserable y estaba muy avergonzada de su propia imperfección.
Después de estos dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador diciéndole: «Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo, porque debido a mis grietas sólo puedo entregar la mitad de mi carga».
El aguador, apesadumbrado, le dijo compasivamente: «Cuando regresemos a la casa, quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino».
Así lo hizo la tinaja, pero de todos modos se sintió apenada, porque al final, sólo quedaba dentro de sí la mitad del agua que debía llevar.
El aguador dijo entonces: «¿Te diste cuenta que las flores sólo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado. Si no fueras exactamente como eres, con todos tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza».
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos como esa vasija, pero debemos saber que nuestro cargador, que es Dios, si se lo permitimos, puede aprovechar las grietas para obtener maravillosos resultados.

Noajikids: El Pastor Mentiroso

Apacentando un joven su ganado, gritó desde la cima de un collado: “¡Favor! que viene el lobo, labradores”. Éstos, abandonando sus labores, acuden prontamente, y hallan que es una chanza solamente. Vuelve a clamar, y temen la desgracia; segunda vez la burla. ¡Linda gracia!
 
Pero ¿qué sucedió la vez tercera? que vino en realidad la hambrienta fiera. Entonces el zagal se desgañita, y por más que patea, llora y grita, no se mueve la gente, escarmentada; y el lobo se devora la manada.
 
¡ Cuántas veces resulta de un engaño contra el engañador el mayor daño!

El Diente Roto

A los doce años, combatiendo Juan Peña con unos granujas recibió un guijarro sobre un diente; la sangre corrió lavándole el sucio de la cara, y el diente se partió en forma de sierra. Desde ese día principia la edad de oro de Juan Peña.

Con la punta de la lengua, Juan tentaba sin cesar el diente roto; el cuerpo inmóvil, vaga la mirada sin pensar. Así, de alborotador y pendenciero, tornóse en callado y tranquilo.

Los padres de Juan, hartos de escuchar quejas de los vecinos y transeúntes víctimas de las perversidades del chico, y que habían agotado toda clase de reprimendas y castigos, estaban ahora estupefactos y angustiados con la súbita transformación de Juan.

Juan no chistaba y permanecía horas enteras en actitud hierática, como en éxtasis; mientras, allá adentro, en la oscuridad de la boca cerrada, la lengua acariciaba el diente roto sin pensar.

—El niño no está bien, Pablo —decía la madre al marido—, hay que llamar al médico.

Llegó el doctor y procedió al diagnóstico: buen pulso, mofletes sanguíneos, excelente apetito, ningún síntoma de enfermedad.

—Señora —terminó por decir el sabio después de un largo examen— la santidad de mi profesión me impone el deber de declarar a usted…

—¿Qué, señor doctor de mi alma? —interrumpió la angustiada madre.

—Que su hijo está mejor que una manzana. Lo que sí es indiscutible —continuó con voz misteriosa— es que estamos en presencia de un caso fenomenal: su hijo de usted, mi estimable señora, sufre de lo que hoy llamamos el mal de pensar; en una palabra, su hijo es un filósofo precoz, un genio tal vez.

En la oscuridad de la boca, Juan acariciaba su diente roto sin pensar.

Parientes y amigos se hicieron eco de la opinión del doctor, acogida con júbilo indecible por los padres de Juan. Pronto en el pueblo todo se citó el caso admirable del «niño prodigio», y su fama se aumentó como una bomba de papel hinchada de humo. Hasta el maestro de la escuela, que lo había tenido por la más lerda cabeza del orbe, se sometió a la opinión general, por aquello de que voz del pueblo es voz del cielo. Quien más quien menos, cada cual traía a colación un ejemplo: Demóstenes comía arena, Shakespeare era un pilluelo desarrapado, Edison… etcétera.

Creció Juan Peña en medio de libros abiertos ante sus ojos, pero que no leía, distraído con su lengua ocupada en tocar la pequeña sierra del diente roto, sin pensar.

Y con su cuerpo crecía su reputación de hombre juicioso, sabio y «profundo», y nadie se cansaba de alabar el talento maravilloso de Juan. En plena juventud, las más hermosas mujeres trataban de seducir y conquistar aquel espíritu superior, entregado a hondas meditaciones, para los demás, pero que en la oscuridad de su boca tentaba el diente roto, sin pensar.

Pasaron los años, y Juan Peña fue diputado, académico, ministro y estaba a punto de ser coronado Presidente de la República, cuando la apoplejía lo sorprendió acariciándose su diente roto con la punta de la lengua.

Y doblaron las campanas y fue decretado un riguroso duelo nacional; un orador lloró en una fúnebre oración a nombre de la patria, y cayeron rosas y lágrimas sobre la tumba del grande hombre que no había tenido tiempo de pensar.

Enseñanza:

«Aparentar es la llave más próxima a la falsedad y por ende, a la soledad.»

Y

«Más vale parecer tonto y estar callado… que abrir la boca y disipar las dudas.»

 

El Traje Nuevo del Emperador

Hubo una vez un emperador que era muy presumido, sólo pensaba en comprarse vestidos. Tenía un grupo muy numeroso de sastres que constantemente le hacían nuevos ropajes, porque deseaba ser el emperador mejor vestido de todos los reinos del mundo.

Cierto día llegaron al palacio imperial dos pícaros muchachos, pidiendo ser recibidos por su majestad. Decían que eran unos afamados sastres que venían de lejanas tierras. El emperador, al conocer la noticia, les hizo pasar inmediatamente.

– Majestad, hemos traído una tela que es una maravilla -dijo uno de los pícaros.

– No la pueden ver los ignorantes, pero a los inteligentes les gusta mucho -dijo el otro.

El emperador se entusiasmó con lo que decían y pidió a los falsos sastres que le comenzaran inmediatamente un vestido con aquella tela, que enseñaría a todo el mundo.

Los pícaros pidieron para los gastos grandes sumas de dinero y joyas valiosísimas. Hacían creer que cortaban y cosían el vestido, cuando, en realidad, no cosían nada. Y aquellos que lo veían, para que no les llamaran ignorantes, decían que era un vestido muy original.

Llegó el día en que el emperador fue a probarse el famoso vestido. Cuando se lo presentaron quedó admirado. ¡No veía el vestido! Y para que sus súbitos no pensaran que no era inteligente, decidió disimular.

Todo el pueblo esperaba que pasara el emperador, ya que tenía gran curiosidad sobre cómo sería el majestuoso ropaje. Entonces apareció el emperador. Iba caminando desnudo ante el asombro de todos.

Un gran silencio se hizo en la calle, pero nadie dijo nada para que no se le llamara ignorante. Sólo un niño, con su inocencia, dijo:

– ¡Mirad, mirad, el emperador va desnudo!

Ante esto, todo el mundo dijo lo mismo y el emperador sintió mucha vergüenza. Fue un día triste para él, Aprendió una gran lección:

¿Qué tal si escribimos la lección en la sección de comentarios?

Historia de un hombre simple

Un joven caminaba en el campo y miraba alrededor lo hermoso de la creación. Asombrado se preguntaba cómo podría rehacer su vida, corregir sus errores, preservar el mundo y a la gente, además de honrar a quién había creado tal belleza con esos procesos que le dan vida a él y a la creación.

Se le acercó un hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quien ha creado tanta belleza, haz rituales mágicos, ven sígueme.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quien ha creado tanta belleza cree en mí, para que no te vayas al infierno.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quien ha creado tanta belleza, haz meditación y pronuncia palabras y sonidos.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quien ha creado tanta belleza, contacta seres de otros planetas.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quien ha creado tanta belleza, conviértete en un ser acuariano y de las constelaciones.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quién ha creado tanta belleza, haz la guerra contra los infieles, según dice tal profeta.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quién ha creado tanta belleza, acepta que la vida es sufrimiento y elige despertar al ser superior.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quién ha creado tanta belleza alcanza grados en mi logia ocultista.

Se acercó otro hombre y le dijo:
Si deseas honrar a quién ha creado tanta belleza solo ten fe ciegamente.

Así, el joven solamente escuchaba, hasta que algo en su interior muy profundo le hizo contestar:

¡Callad!… lo único que deseo es mejorar mi actitud… porque quiero preservar este planeta que me parece tan hermoso… quiero desarrollar mis capacidades al máximo para poder ayudar a esto… quiero vivir plenamente mi vida dentro de la belleza de la creación con esos procesos que me dan vida a mí y a la creación.

Otro hombre que nunca se acercó a él lo miró y le dijo:

Ya te has respondido, no te das cuenta que eres más simple que todos esos que dicen ser sabios.

Hazlo, mejora tu actitud… desarrolla tus capacidades al máximo y ayuda a preservar el planeta. Vive plenamente tu vida dentro de la belleza de esta creación… con esos procesos y reglas que te dan vida a ti y a la creación.

¿Sabes? -le dijo-

Para hacer eso no necesitas de:

1. Rituales mágicos
2. Temores a infiernos
3. Meditación y pronunciación de palabras y sonidos
4. Contactar seres de otros planetas
5. Convertirte en un ser acuariano y de las constelaciones
6. Hacer la guerra contra los infieles según dice tal profeta
7. Aceptar que la vida es sufrimiento y despertar a tu ser superior
8. Alcanzar grados en logias ocultistas
9. Tener fe ciegamente

Y otras tantas cosas…

Sólo necesitas eso que dijiste: Mejorar tu actitud, desarrollar tus capacidades al máximo para preservar la belleza de este planeta y vivir plenamente lo hermoso de la creación en su proceso natural de vida.

Te podría decir que eso suena a ser justo contigo y con los demás, también suena a ser misericordioso, pues estás reparando daños y preservando la creación y a las personas.
Eso es hacer justicia y amar misericordia.
Aunque también mencionas procesos de vida, para preservar la misma creación y preservarte a ti también dentro de lo que es vida.

Sabes -le dijo el hombre-

Pues se justo, ama misericordia y respeta las leyes que te dan vida a ti y a la creación.

El joven asombrado le dijo:

– Gracias señor, creo que es lógico lo que usted dice.

Luego agregó:

– ¿Porqué no me dijo usted esto antes de que todos los señores vinieran a sugerirme sus consejos?

El hombre le contestó:

-No me necesitabas para darte cuenta de que lo que realmente les asombra a todos estos señores es El Creador, pero aún no conocen como honrarlo. Sin embargo tú, amigo, ya lo descubriste. Así que haz justicia, ama misericordia y respeta las leyes que te dan vida a ti y a la creación.

El Carpintero

 

 

 

Un carpintero ya entrado en años decidió jubilarse, cansado y aburrido de una vida de gran trabajo y esfuerzo, de mucha dedicación.

Al comunicarselo a su patrón este le pidió un último favor antes de que dejara el trabajo, el favor era que hiciera una última casa, un último trabajo para él.

El carpintero acepto y constryó la casa con los peores materiales y con el mayor desgano, le dedico lo peor de su tiempo y conocimiento, lo peor de su esfuerzo pues lo único que le interesaba era dejar ese trabajo y ya.

Cuando entregó el trabajo a su patrón este sacó un juego de llaves de la casa y se las entregó al carpintero diciendo: «Este es mi regalo de despedida para ti, mi gratitud por todo el tiemo que entregaste en este lugar y por tu esfuerzo, la casa que tú mismo hiciste, es tuya»

La Gallina de los huevos de oro

Un granjero y su esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro cada día. Supusieron que la gallina debería contener un gran terrón del oro en su interior, y para tratar de conseguirlo de una sola vez, la mataron.

Haciendo esto se encontraron, para su sorpresa, que la gallina se diferenciaba en nada de sus otras gallinas.

El par de ingenuos, esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron en adelante del ingreso del cual se habían asegurado día por día.

En verso
Érase una gallina que ponía
un huevo de oro al dueño cada día.
Aún con tanta ganancia, mal contento,
quiso el rico avariento
descubrir de una vez la mina de oro,
y hallar en menos tiempo más tesoro.
Matola; abriola el vientre de contado;
pero después de haberla registrado
¿qué sucedió? Que, muerta la gallina,
perdió su huevo de oro, y no halló mina.
¡Cuántos hay que teniendo lo bastante,
enriquecerse quieren al instante,
abrazando proyectos
a veces de tan rápidos efectos,
que sólo en pocos meses,
cuando se contemplaban ya marqueses,
contando sus millones,
se vieron en la calle sin calzones!

Esta fábula enseña a los niños que jamás menosprecien lo que tienen