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Si Moisés no existió…

Muchos cristianos, de entre su múltiples denominaciones (por supuesto que mesiánicos, netzaritas y similares dentro de ellas), cuando queda al descubierto que sus argumentos acerca de Jesús (su existencia, divinidad, bondad, mesianismo, poder sobrenatural, influencia positiva, etc.) no son racionales, ni cuentan con evidencias reales, ni tienen más asidero que su sola fe en lo absurdo, suelen disparar con pretendida altura intelectual: “Pero ustedes, los judíos, tampoco pueden demostrar que existió Moisés o Abraham, ni tienen el arca de la alianza, ni documentos antiguos que verifiquen que su “Antiguo Testamento” es otra cosa que un cuento mitológico (como nos insisten ustedes que es nuestro venerado Nuevo Testamento). Entonces, no nos vengan con pruebas, verificaciones, o cosas racionales. Ustedes, los judíos, también creen por fe y no hay forma que puedan demostrar nada”.

Lo habré escuchado infinidad de veces, seguramente he intentado razonar con la persona que lanza tal afirmación con vehemencia, pero por lo general el creyente se aferra a su creencia y demostrarle el error no hace más que fortalecerlo en su esclavitud.
Ni con lenguaje diplomático, ni con ternura, ni con claridad metodológica y conceptual, ni con todo lo contrario a lo anterior; nada de ello araña los barrotes de la celdita mental dentro de la cual se refugia temeroso el creyente.
Tiene oídos, pero no entiende. Tiene ojos, pero no percibe. Tiene la puerta de la celdita sin cerrojo, pero no se atreve a dar el paso hacia la libertad.
A mí me da mucha pena, porque sufro al ver a un congénere esclavo por propia decisión y que se empecina en seguir esclavizado como si en ello le fuera la vida,. Yo quisiera verle libre, pleno, haciendo de su vida un presente maravilloso… pero lo que yo quiero no cambia el hecho cierto, no puedo controlar lo que no puedo controlar. Esa persona porfía y se mantiene como un roca en su fe, ¡yo no voy a pretender controlar eso!
Admito que crea y sienta así, no voy a negar que tiene fe y que cree en eso que cree, aunque a mí no me guste. Para esa persona: su dios es real, sus contradicciones seguramente no son tales en sus ecuaciones mentales, sus evidentes fantasías son hechos concretos; todo lo puede la fe en el absurdo, y admito que eso este ocurriendo con la persona.
Y comprendo perfectamente lo que pasa por detrás, entre las sombras de su pensamiento/sentimiento inconsciente: ¡por algo tuvo la necesidad de esconderse en la creencia absurda de la fe!
Mientras no se remueva el escollo fundamental, el EGO y sus construcciones, que mantiene atrapada a la persona, difícilmente el intelecto, la demostración, las pruebas, la razón, tengan alguna cabida en su vida como creyente.
Porque el EGO ha secuestrado al pensamiento y lo usa para sus objetivos.
La persona puede tener una capacidad intelectual impresionante, pero al estar secuestrado su pensamiento, en poco le sirve para ayudarle a librar de su opresor. Más bien, lo contrario, a mayor capacidad secuestrada, mayor potencial negativo en manos del EGO. Es dable esperar que en áreas que no le afecten al dominio del EGO, la mente seguirá elaborando pensamientos lúcidos, acordes a su capacidad. Pero, al entrar a zonas que pudieran hacer zozobrar el dominio del EGO, las fuerzas intelectuales son puestas en estado de suspensión o de activa repulsión de lo que pudiera servir de liberación.
El mismo EGO impone que se siga con la inercia, ¿cómo admitir que uno estaba en error tanto tiempo y tan profundo? ¡Mejor seguir errado antes que humillarse, demostrar impotencia, y corregirse! Entonces, la persona sigue encarcelada en sus creencias absurdas, atada por un hilito de arañita que de tanto anudarlo termina pareciendo cadenas de titanio o kevlar.

Para quien desee una posible respuesta a aquello de: “Pero ustedes, los judíos, tampoco pueden demostrar…”, aquí presento una.

El ser judío no es formar parte de una religión, sino que es ser parte de una familia: la judía.
Esta familia tiene creencias que le son propias, así como rituales, códigos, historia en común, un hogar, etc.; digamos, como toda familia. En este caso es una muy antigua y muy extendida en el espacio.
Así pues, no modifica ni un milímetro si existió realmente o no alguno de los personajes de su historia, o si hubo tal objeto que ahora no se encuentra, o si el autor de la Torá es Dios, porque hay un hecho cierto, la familia existe y es lo que es. Se puede creer o no, compartir o no la creencia familiar, pero eso no cambia el hecho que uno pertenece a la familia y esa familia es una realidad, no un mito, un parecer, un deseo. Aquí está la familia judía, viva, vigente, actual, con su sistema de vida (el judaísmo) que se adapta perfectamente y permite desarrollar una vida multidimensional productiva y trascendente (y todo esto molestó y molesta a tanto dictador y abusivo, ¿a qué no sabes por qué? Piensa en el EGO y tendrás una posible respuesta).
Un judío ateo es judío.
Un judío que se pierde detrás del EGO y cree en la divinidad o mesianismo de Jesús, sigue siendo de la familia judía, aunque tiene suspendidos legalmente todos sus derechos a ejercer dentro de la vida judía, mientras no se arrepienta completamente de su terrible desvío. (Atención, uno es judío por haber nacido de madre judía o por haberse convertido leal y legalmente al judaísmo. No se es judío por fe, por creer en X cosa, por amar a Israel, por pagar una conversión, porque su apellido es Z, etc.).
Un judío que cree en Dios pero no cumple con los preceptos cabalmente, sigue siendo judío.
Un judío que no cree en Dios pero cumple cabalmente con los preceptos, sigue siendo judíos.
En fin, las creencias no determinan la existencia del judaísmo ni la del judío (aunque, como mencionamos, algunas creencias pueden inhabilitar los derechos que la persona tenga para ser contada dentro de la familia o realizar ciertas formalidades).
El judaísmo es un organismo vivo, multidimensional. Su historia es eso, historia. Sus creencias, creencias. Su existencia, un hecho que no precisa de mirar al pasado, basta con reconocer el presente.
Por otra parte, tenemos una cadena de transmisión de conocimiento (conocimiento, no fe) que no se ha interrumpido de mas de 33 siglos.
Una tradición que se basa, fundamentalmente, en lo que se recibe y entrega en el hogar. A éste se añaden las instituciones que se han erigido como accesorias al trabajo de educación del hogar, tales como escuelas, sinagogas, centros comunitarios, centros juveniles, rabinos, maestros, líderes (madrijim), etc.
No se trata de inculcar y adiestrar en una fe, sino de preservar lo que es propio, la herencia (que no la material, sino la multidimensional).
Es la familia la encargada de vivir las tradiciones, la de enseñar con el ejemplo, la de mantener vivo el relato y la vivencia, la de ir adaptándose a las necesidades del momento sin por ello perder su identidad, su vínculo con las otras familias que forman la Familia. Con la confianza en la base del sistema, porque las nuevas generaciones confían en las que les precedieron. No hay imposición obligada por parte de clérigos, ni conversiones forzadas, ni todo aquello que es propio de sectas y religiones.

Pero, ¿qué pasa si al cristianismo le falta Jesús?
Mira lo que dice su propia creencia: "Si Cristo no resucitó, vana es nuestra predicación, y vana es nuestra fe".
Ellos están obligados a tener fe, aunque sea en lo absurdo o precisamente por serlo.
Sin fe, se cae todo el andamiaje.
Todo.
Como el cristianismo es una religión, y no un pueblo, ni una nación, ni mucho menos una familia, al faltar su dios, su fundador, su corazón, todo el resto ya no tiene ningún sentido.

¿Entiendes cuál es la diferencia fundamental entre ser una familia y ser una religión?
¿Entiendes como el supuesto dardo venenoso que lanzan al querer destruir al judaísmo comparando sus creencias con las cristianas, no tiene ningún sentido?
Para mí está muy claro, pero quizás no lo sé expresar con suficiente solvencia para que sea comprendido por más personas (de entre aquellas que están en condiciones de hacerlo, por no estar cautivados sus intelectos por el EGO).

Si pudiéramos librar a las personas “creyentes” del secuestro mental en el cual se encuentran, rápidamente dejarían de lado todos los asuntos derivados de la fe.
Yo supongo que más pronto que tarde, reconocerían que su identidad espiritual es la noájica y vivirían a pleno el noajismo.
Ya no darían vueltas en torno a sus creencias perimidas, no se angustiarían porque en el pasado estuvieron confundidos y extraviados, ni temerían infiernos y castigos de dioses vengativos.
Serían plenos, felices, verdaderos constructores de Shalom.

Habría otros que quizás continuarían con el cristianismo pero como algo cultural, como aquello que han conocido de toda la vida y forma parte de sus costumbres centenarias. Serían cristianos sin fe, sin Jesús, sin repetir lemas e insistir en que es válido el argumento de su fe en sí mismo. Festejarían Navidad con la excusa de la noche de paz, noche de amor, encuentro familiar, comilonas, regalos, día sin trabajar. Festejarían “pascuas”, para tener días libres, o como tenemos en Uruguay “la Semana de Turismo” en lo que los cristianos llaman “Santa”. Se reunirían el domingo, que está genial como día para no trabajar y dedicar a cosas no frecuentes durante el resto de los días. Sabrían que el día sagrado es el sábado, Shabat para los judíos, pero usarían el domingo para estar con la familia, ir de picnic, ver una peli con los hijos, dormir la siesta, congregarse a estudiar asuntos de valor espiritual que son relevantes a los noájidas, infinidad de cosas que durante los cinco días laborales no es sencillo hacer.
Podrían ser más plenos, menos aterrorizados por fantasías nocivas, más amorosos del prójimo porque quieren serlo y no porque tienen miedo a castigos infernales. Podrían ir a trabajar como “misioneros” a regiones apartadas y complicadas, porque desean colaborar con el bienestar de otras personas, y no porque de esa forma capturan almas para su deidad o se compran un pedazo de cielo a cambio de sufrir aquí en la tierra. Serían mucho mejor noájidas, que es lo que corresponde que sean, aunque siguieran con costumbres que denominan cristianas.

Si quieres aprender más acerca del EGO: http://serjudio.com/category/exclusivo/cterapia

Si deseas ayuda para ir saliendo de la celdita mental, ¡no solo en cuestiones religiosas!: http://serjudio.com/nosotros/sesiones-online

Si quieres colaborar con nuestra sagrada tarea: http://serjudio.com/apoyo

Si quieres saber más acerca de noajismo: FULVIDA

(Gracias al Docto amigo, Jorge Romero Gil –drungario- por la lectura previa).

Código secreto para el bienestar

Nuestra época, tan llena de información, tecnología, conocimiento científico, todo lo cual que permite una mayor y mejor vida, viene también acompañada por un cierto oscurantismo espiritual.

Se ha puesto de moda, entre gente que es observante de los preceptos y entre los que no, todo tipo de ensalmos, supuestos pactos con Dios, amuletos, rituales arcanos, veneración de hombres, pasividad intelectual, compras de indulgencias, cambios de nombres, uso de determinadas prendas de vestir y no otras, portar una cinta roja, o una mano Hamsa –de origen árabe-, para desviar el “mal de ojo”, trazar cartas astrales y ventilar asuntos astrológicos junto a lectura de palmas de mano, una variada sarta de intentos de doblegar la Voluntad divina por medio de todo tipo de encantamientos o sortilegios.

Hasta los preceptos son tomados como mecanismos para el propio beneficio. No es que se quiera dañar a alguien, no es la idea, pero sí obtener ventajas de lo que es el cumplimiento de los mandamientos (o de costumbres no supersticiosas que son ancestrales).
Entonces, quien da tzedaká espera que se le retribuya celestialmente pero multiplicado por 100, o 10 si somos modestos.
Quien reza pretende que de Arriba le envíen por correo privado y urgente el paquete con la solución reclamada.
Quien entona Tehilim aguarda a que tal persona se cure, tal negocio salga favorable, tal caballo gane la carrera, etc.
Quien honra a sus padres por supuesto que hace cuentas de los años que está añadiendo a su vida.
Quien lee la “parashat haman”, el martes de parashá Beshalaj para asegurar con esa sola lectura la parnasá del año.
Quien… y así, se pueden encontrar todo tipo de trueques con el Eterno.
Por supuesto que esto es una manera poco apropiada de vivir y de vincularse con Dios y el prójimo, pero bueno, así es la moda…

Lo más triste es que muchas veces estas conductas son patrocinadas por gente que se presenta como rabinos, maestros, entendidos en Torá, y quizás lo sean realmente. Es más, no dudo que en el 90% de los casos efectivamente tengan el título académico judío que dicen tener. Lo cual, a mi humilde parecer, agrava las cosas.
Dejan de lado el sencillo y claro camino espiritual para introducirse en esas suertes y artificios que el propio Eterno ordenó desterrar por completo de nuestras vidas:

"…no aprenderás a hacer las abominaciones de aquellas naciones (antiguas canaaneas):
No sea hallado en ti quien haga pasar por fuego a su hijo o a su hija, ni quien sea hechicero, ni agorero, ni encantador, ni quien hace sortilegios, ni quien pregunte a los espíritus, ni adivino, ni quien consulte a los muertos.
Porque cualquiera que hace estas cosas es una abominación al Eterno.
Y por estas abominaciones el Eterno tu Elokim los echa (a los canaaneos) de delante de ti.
‘Serás íntegro para con el Eterno tu Elokim."
(Devarim / Deuteronomio 18:9-13)

Dejan de lado esa integridad, el sencillo camino espiritual, para enrevesarlo con todo tipo de magias, posesiones, entidades sobrenaturales, amuletos, frases de poder, libros que su sola posesión brinda todo tipo de beneficios materiales, etc.; para lo cual brindan excusas, tales como que fueron revelaciones en sueños, está en cartas de sabios, son costumbres antiguas, hay personalidades actuales que lo apoyan, etc.
(Alguna persona con ojo crítico, no es mi caso, podría descubrir que muchas veces detrás de esto no hay una fe ingenua por parte del mercader o promotor, sino un evidente negocio con pingües ganancias, obtención de dominio sobre otros, renombre, es decir, aquello que el EGO presenta como un reflejo de poder. Por fortuna, yo no tengo ese ojo avizor que se da cuenta de tales asuntos).

En ocasiones  incluso arropan el asunto en una especie de cientificismo, y mezclan conceptos que supongo no comprenden con aquello que ofrecen. Hablan de física cuántico, teorías de cuerdas, disonancia cognitiva, fenomenología, y por el estilo para hacer creer que la superstición realmente tiene un valor científico, que no es mera presunción espiritista.
O por el contrario, afirman su superstición como si fuera verdad mística implacable a la cual se debe aceptar o estar en el lado de los “necios”. Si uno considera banal el solo “pensamiento positivo”, es un necio. Si uno declina realizar actos evidentemente supersticiosos, es un necio. Y por el estilo.

Por supuesto que tienen modos de dar vuelta el pasaje que cite más arriba de Devarim para afirmar que lo de ellos no entra dentro de esas acciones, y que en todo caso aquel que se opone a ellos es el que está en falta con el Eterno, por no creer en los dictados de tal sabio, o las palabras de tal libro medieval.

Sí, desde mi modesta perspectiva estamos en un embudo de oscurantismo, y no pareciera haber algo que lo detuviera.

En la parashá de esta semana, Beshalaj, encontramos un interesante pasaje.
Allí se venía el faraón con los soldados del cuerpo de elite y los hebreos estaban atrapados. A los lados montañas, de frente el Mar de las Cañas, atrás el malón que se les venía encima. Por supuesto que lloran, gritan, patalean, se quejan, reclaman, se violentan, exigen que Moshé y Dios los salve ya.
Moshé no era mago, ni ilusionista, ni contaba con el botoncito rojo para hacer volar a los egipcios a sola voluntad.
¿Qué hizo?
Clamó al Eterno.
Él respondió:

"-¿Por qué clamas a Mí?
Di a los Hijos de Israel que se marchen."
(Shemot / Éxodo 14:15)

¿Entiendes el mensaje para todas las generaciones?
Si tienes en tu haber la posibilidad de realizar algo, ¿por qué esperas a resolverlo con un rezo?
Si puedes trabajar, ¿por qué esperar caridad?
Si tienes al médico, ¿por qué no le consultas y le haces caso en vez de esperar que un ritual metafísico te sane?
¿Por qué clamar a Dios por soluciones, si las tienes en tus manos?

¡Claro que es bueno rezar!
Por supuesto que sí, y todos los días.
Es saludable hacerlo, para el judío es cumplir un precepto, brinda solaz y calma en tiempos de tormenta, tiene poder… ¡claro que sí!
¡Pero no es el llamado a la farmacia, restorán, pizzería, ebay para que el muchacho del delivery (envío a domicilio) te traiga tu pedido!
El valor del rezo es muy diferente al del formulismo ritual, o de la secreta negociación para que Dios te dé lo que desees.

“¿Por qué clamas a Mí?” cuando Él ya explicó con claridad cuál es la clave para la buena vida:

"Harás lo justo y bueno ante los ojos del Eterno, a fin de que te vaya bien"
(Devarim / Deuteronomio 6:18)

Cero superstición, es espiritualidad.
Hacer lo bueno y lo justo, es el código secreto para el bienestar.

Si te ha servido este post y quieres hacer lo bueno y lo justo, y ayudarme a que yo lo siga haciendo, puedes agradecer aquí mismo como comentario y si puedes/quieres enviar una donación que nos permita seguir dedicando infinidad de horas y esfuerzo a esta tarea. Sea que lo haga o no, se agradece y bendice.
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Dedicado a Isai y Anable Olivera, que su nobleza de corazón, junto a sus acciones de bondad y justicia, sigan siendo el canal de bendiciones de parte del Eterno.

Padre de la religión

Nuestro ser auténtico se compone por nuestra carga genética y nuestro Yo Esencial (neshamá o espíritu).
El Yo Esencial está permanentemente conectado con el Eterno, es posible decir que es parte de Él (no puedo explicar ahora cabalmente este último enunciado).
La neshamá no cambia, no se daña, no crece, no muere, no enferma, no se desliga del Eterno ni deja de ser “quien” es.
Por su propia “naturaleza” impulsa a la persona al encuentro con el Eterno, a la bondad, a la justicia, a la solidaridad, a lo que es vida.

Pero, en este mundo este capitán cuenta con una nave y una tripulación que no siempre están en armonía ni admiten su mando.
El timonel debiera ser la mente.
El motor las emociones.
Los pasajeros y resto de los tripulantes lo social.
En tanto que el cuerpo es el barco.

En ocasiones se pone al motor al timón; se encierra al navegante en una celdita; se abandona al capitán en una sala apartada, lejana y desierta; y cualquier otra variación que pone a la nace y su viaje en conflictos y dificultades. ¿Por qué ocurre esto?

Uno de los tripulantes que más caos genera, más sentimientos de impotencia, más enfermedades, es el que conocemos como EGO.
Su trabajo es de rescatista, lanza los salvavidas cuando alguien cae al océano y alerta al resto de los viajantes para que colaboren en el rescate.
Por supuesto que es una tarea de sumo valor, pero muy específica. No es habitual que un viajero esté en situación de tal peligro y que precise el servicio profesional del rescatista.
Pero, él se encarga de pasar de un puesto de trabajo a otro, y de cierta manera toma de rehén a toda la embarcación.
Es hábil para ello, al punto que hasta el propio timonel siente que no puede controlar la dirección de la nave sin las directivas del rescatista.

Mientras, el capitán sigue abandonado en la salita apartada, y su voz apenas puede ser escuchada cuando el barco está en profunda calma, es decir, casi nunca.
Él sigue en contacto con el puerto, no perdió la radio que lo comunica, por lo que está al corriente de todo lo que ocurre en el gran mundo, pero está incapacitado de tomar nuevamente el control de su embarcación.
Muchas veces logra codificar un mensaje de Luz e infiltrarlo en los sueños, los que deberían ser interpretados correctamente para ofrecer oportunidad de vida y bendición.

Mientras, los del barco sienten una tremenda adhesión al EGO, quien con sus escasos pero astutos recursos logró un lugar que no le corresponde ni puede/sabe ejercer.
El barco en su totalidad adoran al rescatista, porque es un salvador, ¿o no es ese su rol?
Ellos se encargan de creer que es útil para todo problema.
Y él se encarga de mantener viva esa creencia. Llega a generar problemas para aparecer como supuesto salvador. Claro, si en principio no hubiera provocado la dificultad, no se hubiera necesitado de su servicio.
La tripulación se siente impotente y le llama.
La tripulación se va creyendo cada vez más impotente, de tanto convocarlo a actuar.
Crece con una tendencia a la idolatría, porque adora al EGO como salvador. Depositan su fe en él. Sí, la fe, que es la convicción de que lo absurdo es real, precisamente porque es absurdo.

La figura interna del EGO la encontramos representada luego en personas, instituciones, objetos, grupos, creencias, dioses, etc.
Cuando somos pequeñitos esa figura externa es nuestra madre o la persona que nos cuida. Ella es el todo. Ella es el mundo. Ella es la seguridad. Ella es la vida. Sin ella hay muerte, miseria, dolor, abandono, sufrimiento, impotencia. Ella nos rescata, tal como corresponde a la figura externa del EGO. Es así, es real. El problema ocurre cuando esta dependencia necesaria de los primeros tiempos de vida se extiende más adelante.
En ocasiones esa figura materna se aprovecha del vínculo desigual, ella sostiene y el otro es dependiente, porque le genera cierta aura de poder, cierta satisfacción, cierto goce de poder. Y hay figuras maternas que van haciendo sentir a sus críos que deben estar pendientes de ella todo el tiempo, no salir de la órbita de la madre. Es como si el EGO estuviera investido en un cuerpo humano.
¿Cuánta gente adulta sigue en una relación infantilizada por esta causa?
No se casan, no tienen trabajos fijos, son mal remunerados, viven en casa de los padres, son adictos a alguna cosa, viven de impotencia en impotencia para estar siempre en la esfera de la madre.
Obviamente que para la madre esto también es una situación enfermiza, pero el anhelo del EGO es más fuerte.

Luego también están quienes depositan la fe en dioses que salvan, en santos que sanan, en líderes que deciden lo que uno debe hacer o dejar de hacer, en grupos que dan poder, en objetos que aseguran ciertos éxitos (amuletos, símbolos, etc.), en religiones que endiosan al EGO y lo adoran de manera organizada.
Marcados a fuego en un lugar inaccesible para la memoria consciente, en un código indescifrable por nuestro idioma, se mantiene vivo el recuerdo de la terrible experiencia de la máxima impotencia. Eso nos mueve a miedos y a buscar salvadores. De allí el poder de las religiones, su capacidad para seguir existiendo a pesar de ser evidentemente falsa y absurda. Es que la necesidad de depender para no sentir el terror del aniquilamiento total es muy fuerte.
Es obvio, aunque el razonamiento sea claro y lúcido, aunque las evidencias sean contundentes, la ceguera de la fe es sumamente fuerte.
Así explicamos que tanta gente sigue esclavizada por la religión, y fanatizada, aunque por un instante despierten y vean la Luz, para luego volver a encerrarse en su celdita mental.
No es que el que hizo el trabajo de esclarecer lo hiciera mal, fuera poco diplomático, no informara correctamente, estuviera vendiendo “pescado podrido” (puede ser, pero supongamos que no), sino que hay un bloqueo muy intenso y profundo que mantiene a la persona encerrada en su celdita mental. La idolatría tiene su explicación en este esquema que te he esbozado.
(Mientras tanto, el capitán sigue aislado, su voz trata de alcanzar a alguno en el barco que le libere, pero el EGO sigue al mando).

No es una tarea imposible, pero casi.
Fracasos habrá de a miles, en tanto uno que otro podrá librarse y encontrar la armonía interna que le permita la externa.
Cada tripulante podrá ejercer su rol, incluso el EGO.

El Eterno nos brinda la primera terapia para ir superando el sometimiento a la religión (o al EGO, que es casi lo mismo).
Son los Mandamientos, (siete para el noájida, 613 para los judíos) que nos permiten re-conocer nuestro lugar en el mundo, nos permiten ir adquiriendo conciencia de que somos personas completas, mutidimensionales, responsables de nuestros actos, que somos actores en este mundo y no meros títeres a merced del “destino”.

No tengo fe, no la preciso, no la quiero

La gente religiosa (por tanto no judía ni noájida) por lo general usa el concepto fe con la siguiente acepción: “Creencia en algo sin necesidad de que haya sido confirmado por la experiencia o la razón, o demostrado por la ciencia”.
Fe, que es una ciega creencia que se desespera para abrazarse alegremente con lo absurdo, tal como los propios padres de su religión sostienen. Recuerda a Tertuliano, a quien se atribuye que predicó: “credo quia absurdum” – “creo, porque es absurdo”, con el sentido que se debe tener fe precisamente porque no hay razón posible.
Siendo así, se rechaza el razonamiento, se lo menosprecia, se inventa toda clase de justificaciones para aferrarse a lo irracional e imposible. Se realizan volteretas mentales para no caer estrepitosamente, y, por supuesto, se emplea muchísima emotividad para acallar la reflexión a impulsos de la emoción.

Esto hace de la fe una interesante herramienta de dominación de personas y masas.
Típico recurso del EGO, tanto en lo interno como en lo externo.
¿Te parece infantil creer que una virgen pare un hijo al que concibió de un dios, y que el vástago es a su vez un dios? Precisamente por ello debe ser cierto, dice la fe. Y si no lo crees, algo mal hay en ti. Eres incapaz de recibir el don divino, estás en pecado, eres impuro o cualquier otra excusa para acallar tu pedido de un mínimo de sentido común y evidencias palpables (o verificables).
Eres un “hijo de tu padre Satanás”, si te niegas a admitir lo absurdo que te quiere imponer el mazo de la fe. Como el falso dios, falso salvador, falso rabino, falso profeta, el mítico Jesús, agredió a personas sabias que no podían (y no debían) creer en los disparates que él afirmaba, entonces él, en su “gran amor” disparó: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. El ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira.” (Juan, capítulo 8, verso 44).
Ante esta diatriba, ante tanto odio descargado, ante tanta demanda de fe en lo absurdo, la gente simple y manipulable se sometería, temerosa de vaya uno saber qué castigo terrible. Pero gente preparada intelectual, emocional y espiritualmente no se inmuta con estas alucinadas maldiciones, reconocen su nulidad. Por lo cual, la gente preparada no se deja emboscar por las trampas de la fe. Pero, la gente simple cae, se golpea, se somete y después se mantiene a sí misma encerrada en su celdita mental; ¡no sea cosa que el hablador les envenene nuevamente con sus feroces palabras de muerte!

Como estas buenas gentes, los religiosos, tienen fe en sus dioses, dogmas, libros sagrados, convicciones, mundos imaginarios, tienden a suponer que el resto de los “creyentes” en algún dios también comparten esa forma de relacionarse con su deidad, es decir, por medio de la fe.

Entonces asumen que los judíos tienen fe en el Eterno.
Fe en lo que la Torá expresa es cierto.
Fe en que ocurrieron los hechos descritos en el Tanaj.
Que el judaísmo depende sustancialmente de la fe, porque si no, ¿cómo se explicaría?

Debemos admitir que por desgracia hay judíos y noájidas que no tienen claro los propios conceptos y que al estar inmersos en una mayoritaria sociedad cristiana asumen que judaísmo y noajismo son religiones, y que sus creencias son sustentadas en la fe.
Por supuesto que al realizar un análisis, hasta simple del asunto, pronto se descubre que no es posible que el judaísmo y el noajismo sean religiones, ni que sus creencias dependan de la fe.
Sobre la no-religión de judaísmo y noajismo hemos escrito anteriormente y está publicado. Te convido a que busques en el sitio.
Sobre la diferencia entre EMUNÁ (confianza) y fe, también ya hemos enseñado, pero quisiera dejar ahora un par de ideas nuevas o que refuerzan las ya ofrecidas anteriormente.

Adam no precisó en lo absoluto de fe.
Él tenía una comunicación directa con el Eterno.
Él sabía de la existencia del Eterno y de Su intervención en el mundo.
Incluso luego de su salida del huerto de Edén, aunque pudiera no mantener esa conversación fluida de antaño, el conocimiento de la Presencia estaba marcado en su memoria.

Sus descendientes confiaban en el relato de las generaciones previas, era innecesaria la fe.
Sin embargo, su hijo Caín inventó la religión, es decir, el intento pusilánime por religarse con una deidad a la que se siente lejana, desconectada.
Caín no tenía fe, él también sabía de Dios, pero le faltaba sentir que nunca estamos ausentes de Dios.
Su invento fue una gran piedra de tropiezo de ahí en más. No en vano el acto inmediato posterior de la religión fue el asesinato, inventado por el inventor de la religión.
(Sobre esto ya explicamos en más de una ocasión, también, busca si gustas y te interesa).

Cuando el relato que pasó de Adam a sus descendientes se fue tergiversando, las manifestaciones de la religión se fueron fortaleciendo.
Está plasmado en la Torá con la frase: "Entonces se comenzó a invocar en nombre del Eterno." (Bereshit / Génesis 4:26).
Ya las personas sentían que estaban por completo desconectados de Dios y que precisaban de intermediarios celestiales, sacrificios, rituales, castas sacerdotales, etc. La religión a todo vapor. El resultado, de esto más la corrupción total en lo moral, ético, social, fue la gran devastación del Diluvio.
Quizás esta gente perversa, apartada del bien, tenían fe en sus dioses… ¿cómo saberlo? Lo cierto es que no siguieron el camino de lo que llamaríamos hoy noajismo, que en aquel momento se llamaba adamismo, es decir, el pacto de la humanidad y Dios expresado en el código de mandamientos que Él ordenó a la persona cumplir.

Noaj no precisó la fe.
El era un hombre recto, justo, con ello se ganó “la salvación” de la catástrofe.
El Eterno se comunicaba con él por medio de la profecía.
Noaj sabía de la existencia de Dios, lo comprobaba en sus charlas, en los hechos, en las promesas que se cumplían.

Los tres hijos de Noaj no tenían fe en Dios, ellos eran testigos directos de Su actuación en el mundo.

Quien sería el patriarca de los judíos, Abraham, no tenía fe, ni la precisaba.
Según narra la Tradición, él razonó desde muy pequeño y descubrió que el politeísmo, impuesto por el poder político-militar de Nimrod, no tenía asidero.
Él descubrió, gracias a la reflexión y el análisis, que la fe en dioses y cuentos mitológicos es una planta marchita y hedionda, que la adoración de dioses y otros amuletos es un hecho infantil, carente de valor, propio de gente ignorante y débil. Activó con diligencia en una campaña contra la idolatría y la manipulación política, hasta el punto de poner en riesgo su vida y la de sus familiares, y merecer terribles castigos de parte del gobernante cínico.
Tal cual es descrito en la Tradición, no es mi idea ni lo que quiero creer, sino el relato del Midrash.
Pero no se quedó solo con sus conclusiones inteligentes , ya que recibió directamente de Noaj el conocimiento de la existencia de Dios.
Noaj, su antepasado aún vivía y se encontraron. Noaj quería que su conocimiento de Dios no se perdiera a causa del terror que imponía Nimrod y su obligatoria divulgación de la fe en la idolatría. Así pues, en silencio, sin alertar a los espías del gobernante, Noaj enseñó a su tataranieto acerca de Dios. No eran cuestiones de fe, ni creencias, ni dogmas bizarros, ni asuntos irracionales. Sino las vivencias del anciano, las palabras del pacto noájico que Dios selló con la humanidad para todas las generaciones, los relatos de la gran catástrofe. (La segunda gran catástrofe, la de la Torre de Babel, la vivieron ambos en carne propia).

Pero, la educación en espiritualidad, en conocimiento de Dios y del código noájico no se quedó allí.
Abraham se encontró reiteradamente con Shem, el hijo de Noaj, con el cual estudió varios años las leyes y doctrinas sagradas de su tiempo. También su abuelo Eber participaba del conocimiento secreto de Dios. Recordemos, mantenido en sombras no para tener un poder sobre los ignorantes o hacerse los superados, sino porque el emperador Nimrod los asesinaría a ellos y sus familias si se enteraba de que preservaban el recuerdo de Dios, del noajismo y de las vivencias del mundo anterior al imperio de la religión.
Como siempre, los dictadores de la fe tienen torturas y genocidios listos para lanzar contra los fieles del Eterno.
(Como dato al margen, Nimrod inventó aquello que él era un dios, hijo de EL gran dios de los cielos que había preñado a una virgen, que nació al comienzo del invierno, que murió y resucitó, que solamente la gente se salvaría teniendo fe en él, que era el cordero de dios, entre otras menudencias. Si te suena conocido, solamente ten en cuenta que Nimrod fue milenios anterior al cuento de Jesús. ¡Pequeño dato al margen!).

Regresando a Abraham y su conocimiento de Dios, ya que no fe, recordemos que el título más famoso de Shem es "malki-tzedek", supongo que la gente cristiana lo tiene oído… ¿no?
Así que fe, lo que se dice fe… ¡no! Abraham no la tenía ni la precisaba.
La fe era lo que aportaba la idolatría y el imperio del mal. En cambio el tenía confianza en Dios, una confianza basada en su propio razonamiento, en el relato fidedigno de los mayores a los que respetaba y mantenían con lealtad la Tradición.
La confianza es la base de nuestra vida de sociedad, e incluso de nuestra identidad social. En la confianza reside en gran medida nuestra salud emocional.
Pero no podemos confundir confianza con fe.
La confianza emplea la razón, el estudio, la duda, la pregunta, la crítica, para finalmente reposar.
La fe cree, omite la pregunta, cancela el razonamiento, detesta la pregunta, trata de necio al que critica, reposa antes de cualquier intento de ser plenamente humanos.

Hay un pasaje que se traduce incorrectamente y que a menudo es usado por los portadores de la fe para “demostrar” que Abraham era “justificado por la fe” (sea lo que ello represente).
Donde dice: "Él creyó al Eterno, y le fue contado por justicia." (Bereshit / Génesis 15:6).
Si ponemos el versículo en su contexto, rápidamente descubrimos que no hay ninguna fe aquí, sino plena confianza en Dios.
Abraham está recibiendo un mensaje por vía profética, está en ese momento comunicándose con Dios. No precisa de fe, para él es un hecho que Dios existe, que actúa, que interviene y que está en contacto personal con él. ¿Para qué precisaría fe teniendo el teléfono marcado y a Dios en línea?
Así pues, lo que el pasaje expresa es que ante una promesa hecho por Dios, Abraham la aceptó sin remilgos, sin vueltas raras, sin pedirle pagares o comprobantes.
Él creyó que Dios no cambia de parecer ni engaña, y por tanto recibió como recompensa lo mismo que dio, o sea, ser considerado por Dios como un hombre justo, que no engaña.
Creo que hay más de esto explicado en el sitio, busca si quieres.

Podríamos seguir con Abraham y los otros patriarcas y matriarcas, pero pasemos rápidamente a Moshé.
Él fue criado de muy pequeño con creencias hebreas, las que fueron sepultadas por el enorme adoctrinamiento en varias áreas recibido en palacio de Faraón.
Quizás tenía cierta fe en los dioses egipcios, no lo tengo claro, o quizás era un agnóstico… ¿el primero de ellos? No lo sé.
Lo cierto es que Moshé tuvo el mérito de recibir la revelación directa del Eterno, Él le habló, y sin embargo Moshé dudo de Dios.
Obviamente no tenía fe, ¡ninguna!
Ni siquiera teniendo a Dios hablándole al oído bastó para que el gran hombre admitiera que estaba ante Dios (Shemot/Éxodo capítulos 3 y 4).
Finalmente, a fuerza de evidencias, de demostraciones, de la imposición de la realidad, es que tuvo que reconocer que el Todopoderoso se había comunicado con él y le había encargado el mandadito de servir como Su embajador ante el poderoso Faraón.
Pero, hasta último momento se negó Moshé… y de fe… ¡nada!
La fe no era el nexo entre el Eterno y Moshé, ni en el primer encuentro, mucho menos en los posteriores.
Moshé dejó de lado su incredulidad, su agnosticismo, para saber que era efectivamente Dios la voz que retumbaba en su interior, Aquel que le llevó a realizar obras que ni en los más fantásticos sueños hubiera imaginado.
Sin un rastro de fe, porque era totalmente innecesaria.

Para ir terminando, y para conectarlo con la parashá que precisamente se lee esta semana Beshalaj, por favor, atiende: "Cuando Israel vio la gran hazaña que el Eterno había realizado contra Mitzraim / Egipto, el pueblo temió al Eterno, y creyó en el Eterno y en su siervo Moshé [Moisés]." (Shemot / Éxodo 14:31).
Las diez plagas que castigaron a Egipto, no sirvió para que ellos tuvieran "fe”.
Ni los otros sucesos maravillosos hasta ese entonces.
Solo cuando el grupo de elite del ejército se hundió, tras la apertura y cierre del Mar de las Cañas, recién entonces pudieron creer en Dios y en Moshé.
Hasta ese momento no sabían qué pasaba, si era de Dios o alguna especie de magia.
Si se hubieran guiado por la fe, pronto hubieran aceptado cualquier disparate, como golpeados por un haz de luz caído de una nube que de un instante al siguiente los convierte en gente de fe. Pero no, pasaron meses, quizás algún que otro año, y nada movía su reticencia a creer en lo que Moshé les ofrecía. Para ellos no era cuestión de fe, sino de hechos. Cuando se cumplió lo que debía cumplirse, y el razonamiento les demostró que era la Presencia del Eterno quien actuaba, sin lugar a dudas, entonces creyeron/confiaron, porque ya sabían racionalmente que era lo correcto.

Podríamos seguir dando ideas y explicando, pero para quien le interese tiene material publicado aquí, y para quien prefiera seguir en su celdita mental de la fe, nada le servirá.
Por lo cual, me retiro a descansar, tranquilo de conciencia, feliz con la vida, agradecido al Eterno, en paz conmigo y con mi prójimo.
Que durmamos bien y despertemos mejor, para poder construir a full shalom el día de mañana.

Disfruta de:

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Un camino de vida

Hace varios años que trabajo como profesor, maestro, difusor de noajismo / judaísmo (con sentido y sin etiquetas) y psicólogo.
Con el estudio y la experiencia creo que he ido adquiriendo un estilo propio, nada grandioso o de destaque, simplemente un estilo propio.

¿Cómo es?
Intento que la propuesta sea invitar a pensar, a dialogar, a criticar, a comunicar auténticamente, a admitir los fallos y tratar de mejorar en ellos, a reconocer los logros y potencialidades y aprovecharlos para el bien, a preguntar, a volver a preguntar y a veces a responder (pero esto solo a veces).
Es un estilo que demanda mucho de uno mismo, porque no sirve el esquema usado la vez anterior, tampoco los apuntes viejos y mohosos que se pasan de una clase a la otra, ni la memorización, como tampoco la imposición insensible.
De mi parte es un esfuerzo de creatividad, de estudio que amplíe o profundice el mero repaso, de idear alternativas a las respuestas ya concebidas, de negarme a aceptar un “porque sí” como bandera.

En resumen, propongo ser una persona íntegra, y que mi acompañante (estudiante, paciente, socio en la tarea) también lo sea.
Que vivamos de manera plenamente multidimensional y no siendo parte de un rebaño.

¿Crees que es un tarea sencilla?
Tengo la impresión de que no lo ha sido hasta ahora.
Como tampoco ha sido bien recibida, o entendida.

Pareciera que romper el molde, salir de la inercia, desplazarse de la zona de confort, animarse a pensar, decidir, ser responsable, trabajar para mejorarse, ser creativo, está seriamente entorpecido por algún proceso inconsciente, uno que pretende mantenerte encerrado en celditas mentales, empobrecido, amargado, quejoso, débil, lleno de fantasías que te paralizan, atemorizado… ¿sabes de qué te estoy hablando?
Sí, acertaste, es el EGO en funcionamiento, pero si me disculpas, esta vez no te lo explicaré, te ofrezco los cientos de textos a tu disposición que ya lo hacen y con detalles. Los encuentras en: http://serjudio.com/category/exclusivo/cterapia. Es una buena tarea la de ponerte a buscar, seleccionar, encontrar, leer, estudiar, desaprender, aprender, aplicar, compartir, vivir a pleno.

Bajo la bandera del EGO, la gente prefiere repetir lemas, anular la mente, cegar el corazón, escoger por fe, someterse sin crítica en obediencia a "rebes", pastores, o cualquier otro clérigo que se pone de intermediario entre la persona y Dios. Que se entromete en tu vida, la mayoría de las veces con tu aceptación (voluntaria o no). Que te niega el pensamiento, rechaza la crítica, abusa de tu credulidad, manipula tus sentimientos, te cosifica y masifica, se encarga de hacerte sentir culpable, te aterroriza con todo tipo de temores, te promete fantasiosos premios y salvaciones, juega a que tiene alguna clase de poder que tú mansamente se lo otorgas.
El líder que representa externamente al EGO, te impone su creencia, te ordena acallar toda duda, te trata de necio si te atreves a preguntar con inteligencia, te amenaza si muestras un pedacito de independencia, porque no quiere personas integrales, sino manso rebaño.

A cambio, humildemente te propongo que seas tú, que te encuentres con tu Yo Auténtico, uses las máscaras del Yo Vivido para que muestren tu rostro y no la falsedad que te impone el EGO. Te propongo que te quieras, te respetes, te cuides, que seas persona y por ello realmente leal a Dios y solidario plenamente con el prójimo.
Porque, el sumiso del EGO no puede ser leal a Dios, ni ser solidario realmente.
El EGO se impone como una deidad, es el origen de toda religión. Hasta tiene el atrevimiento de ponerse en el lugar de Dios, y Él claramente ordenó a la nación judía “no tendrás dioses ajenos delante de Mí”. Cuando sigues la religión, estás adorando al EGO, aunque le llames Hashem y te encargues de realizar cada uno de los rituales prescritos hasta su más mínimo detalles. Si el EGO está al mano, no estás en la senda de la espiritualidad, sino en el de la religión. No rezas al Eterno, sino a lo que el EGO te hace creer que es Él.
No sé si llego a expresar con suficiente claridad lo grave del asunto y lo fundamental que resulta conocer de las trampas del EGO para llegar a ser una persona íntegra y así realmente leal al Eterno.

Tienes mucho para desaprender, como todos nosotros.
Desde el nacimiento el EGO está adoctrinándonos, llevándonos a usar caretas en vez de la cara.
Bien pronto la sociedad se encarga de entrenarte, como a una mascota, para que repitas sus lemas, adoptes sus doctrinas como sagradas, te invistas de sus mandatos.
Comes cada bocado envenenado que te ofrecen, y cuando creces estás acostumbrado al sabor de la hiel, la buscas, y crees que es un bálsamo sagrado.
Sí, tienes que desaprender, como yo también.
Cada uno a su ritmo, en su proceso.
Si no se desaprende, el aprendizaje de lo luminoso se entorpece o hasta se anula.
Es que, el caos envuelve y cada ítem positivo que se estudia se ensucia, se interpreta de manera arrevesada para que apoye las tesis enfermas del EGO.

¿Cómo desaprender?

  • Leyendo textos que ayuden a hacerlo. Creo que lo que tenemos en serjudio.com y fulvida.com sirven a tal fin, pero claro, no son los únicos.
  • Animándote a preguntar, para aprender, para quitar las cáscaras, para entender.
  • Criticar, no por placer ni para confrontar, sino para exprimir el conocimiento hasta que desprenda su rico jugo.
  • Construyendo shalom en cada instante, con la conducta cotidiana de bondad Y justicia.
  • Comunicando auténticamente.
  • Deshabilitando las respuestas automáticas del EGO, al conocerlas, reconocerlas y dejarlas de lado para usar las herramientas del AMOR.
  • Desprendiéndose de aquellos que obtienen su podercito sometiéndote. Probablemente te dan algo a cambio de tu esclavitud, por ello te resulta creer que puedes romper el lazo y avanzar por ti mismo.
  • Echando para fuera de tu vida a los que te manipulan y someten a permanecer en tu celdita mental.
  • Buscando a los que te ayudan y alientan a encontrar el nexo sagrado entre tu Yo Vivido y tu Yo Auténtico.
  • Orando, no por formulismo ni ritual, sino como una forma sincera y bella de comunicarte con el Padre celestial desde lo más profundo de ti.
  • Agradeciendo.
  • Pidiendo perdón.
  • Perdonando, sin por ello dejar de lado la búsqueda de la justicia.
  • Negándote a repetir lemas vacíos.
  • Siendo creativo.
  • Apartándote de lo malo.

Y luego, tu aprendizaje estará irradiando sabiduría y comprensión.

Que tu manera de vivir sea de construcción de Shalom constante, contigo mismo y así podrás realmente con el prójimo.

Si será importante pensar, preguntar…

No es lo mismo verla venir que bailar con ella

Este es un costarriqueñismo que con sus variantes, estoy seguro que aplica para muchas otras regiones de Hispanoamérica. Existen muchas personas que aman lo judío, aunque lo aman en tanto las cosas estén bien, porque en el momento en que las cosas se ponen un poco difíciles dejan todo de lado. Los puedes ver todos los días predicando desde sus cómodas páginas de Facebook, donde maquinan cómo van a hacer más dinero.

Ya sabes de quiénes hablo, son esos de cuyas bocas salen palabras de amor hacia Israel y hacia el pueblo judío, algunos dicen “Yo sí estoy con Israel”, pero a la hora de llegada se marchan, dejan todo tirado y huyen cuando ven el peligro. Sí claro, es muy fácil decirse judío para satisfacer al EGO, porque ven en el judaísmo un club exclusivo, porque piensan que el ser judío implica riqueza instantánea, porque piensan que el leer la Torá les hará más sabios, sí, ya sabes de quiénes hablo, de los que se dicen ser amigos de Israel, que pregonan amor y solidaridad pero que muy en el fondo guardan un resentimiento por no ser aceptados.

Claman a gritos que su dios es uno, pero a la hora de llegada su dios se triparte y deja de ser uno para convertirse en tres, cinco, o sea, en un dios para satisfacer su ego. Algunos lo ven como un dios vengativo, otros como un dios que obliga a sus seguidores a despojarse de todos, algunos lo ven como un dios sanguinario que da a su único hijo como sacrificio, no obstante que supuestamente es todopoderoso y que tendría infinitas maneras distintas de “perdonar a los pecadores” del mundo. A pesar de todas estas incongruencias se rehúsan a salir de sus celdas mentales y prefieren seguir siendo esclavos prisioneros en el presidio del ego.

Los puedes ver cómo te lanzan a la ignominia, cómo es que cuando les enseñas la verdad tal cual es se resienten, gritan, lloriquean, patalean y cuando ven que estas armas no les funcionan, se desconectan de la realidad. Son los que sonríen en espera de algo, no conocen lo que es amar, que es dar sin esperar nada a cambio, dejan que sus egos los gobiernen y se explayan cuando sus creencias son cuestionadas.

Critican la vida de los demás y establecen toda una demonología para culpar a otros por sus propias acciones, hablan de luchar contra los enemigos de Israel pero a la hora de llegada huyen, hablan de ingresar a las comunidades judías y formar parte del pueblo judío cual perro por su casa y cuando ven que no pueden entrar, entonces maldicen y critican, utilizan términos como elitistas, racistas, chovinistas, engreídos, etc., y como remedio se inventan sus propias doctrinas.

Roban cual ratero de callejón lo que no les pertenece, se visten como creen que se ve un judío, creen que todos los judíos se apellidan Rothschild y que viven en mansiones, rodeados de opulencia, resienten el no ser parte del pueblo de Dios y con el mayor de los mal agradecimientos, pisoteen y escupen su legado noájida, se siente ciudadanos de segunda categoría.

Eso sí, cuando se dieron los pogromos o la persecución nazi, todo rastro de judío que había en esos usurpadores desapareció y nótese que no hablamos de los netzaritas, mesiánicos, etc., que son deuna época más reciente sino de aquéllos que desde los albores del judaísmo decían llamarse amigos de los judíos. Sí es triste pero cierto, aquéllos que los enemigos más acérrimos son los que usualmente se harán pasar por los amigos más cercanos. Alardean de lo que ellos mismos dicen ser pero no ostentan validez en su alarde, pregonan a los cuatro vientos pasajes sacados de contexto en tanto que no comprenden el significado de las cosas que dicen, en definitiva, en cada uno de sus pasos enseñan cuán grande es su EGO.

Qué puedes hacer ante este tipo de personas? En primer lugar, si se autodenominan morés, rabinos, etc., existe un deber desenmascararlos, porque con su torcida forma de ver las cosas pierden en las tinieblas de la idolatría y de la confusión a muchas personas. Otra de las razones es porque usualmente yace un propósito patrimonial detrás de sus farsas. Muchas personas hoy en día sufren duras penas por la cárcel de la idolatría; cónyuges que se someten a sus consortes y son vejados, personas que creen en el matrimonio para toda la vida y aguantan las infidelidades, abusos y demás maltratos de sus parejas porque así lo dice un libraco, personas que son cruelmente vilipendiadas y vapuleadas por tener creencias distintas a los demás y zorros sagaces que echan mano de la ignorancia de la persona y de las doctrinas idólatras para justificar los actos más aberrados y aborrecibles.

Pero nosotros como noájidas que somos, presentamos un baluarte ante estas crueldades y barbarie, somos estandartes de lo que un ser humano no judío es y estamos agradecidos por nuestro sagrado legado. Cómo puedes mostrar tu agradecimiento por haber sido creado como ser humano y como noájida? Primero que todo cumpliendo con los siete mandamientos y, en segundo lugar, ayudando a que más personas conozcan su verdadera identidad. Significa eso que debamos ir de puerta en puerta predicando el evangelio noájida? Para nada! Pero si alguien nos pregunta no le neguemos la respuesta y sobre todo, demos el ejemplo cumpliendo con lo que nos toca y no más allá.
impostor
Feliz semana!

Medalla de bronce, como mucho…

Un querido amigo gentil, que anhela fervientemente las cosas judías y las busca con frecuencia, me confesó lo siguiente: “Me confunde no ser nada. Usted me dice que soy noájida pero eso es la medalla de bronce, como mucho”.

Ante todo, he de admitir que mi apreciado amigo sienta esto acerca de sí mismo y del noajismo.
Admito que se siente confundido con la cuestión espiritual.
Admito que siente que no es nada.
Admito que considera que el noajismo es un premio consuelo, un fracaso al cual le otorgan algún premio para hacerlo más llevadero; pero fracaso al fin.
Admito que él siente todo eso y le agradezco infinitamente su confianza y aprecio que tuvo para contármelo sin restricciones.
Admito todo ello, con plena honestidad de mi parte, pero no comparto en lo más mínimo esos sentimientos y creencias.

Yo SÉ, no siento ni creo, SÉ que el noajismo es un TODO.
SÉ que el noajismo es sagrado y perfecto para el gentil.
SÉ que la confusión de mi amigo no proviene del noajismo, sino de la ignorancia del mismo, y/o de no aceptarlo que el patrimonio espiritual que Dios, en Su sabiduría y amor, ha entregado a las naciones del mundo.
SÉ que mi amigo no esta solo en tales sentimientos y creencias, ya que me he cruzado con varias personas con similares.

Veamos bien.
Es un error conceptual poner al noajismo como si estuviera en una competencia, en una carrera espiritual, contra el judaísmo.
Como si hubiera una pista y al final una meta, el primero en cruzarla es llevado al podio y galardonado con el oro y la fama.
Realmente, tal imagen es un profundo error.
Tal carrera no existe, como tampoco existe la competencia.
Dios no nos puso en el mundo para divertirse observando como nos arrancamos los ojos y despedazamos para alcanzar la gloria trepando sobre el cadáver del perdedor. ¡Todo lo contrario! Nos ha puesto aquí como en un gran gimnasio de entrenamiento, para aprender a disfrutar, para gozar con los sentidos, para sentir la falta y luego satisfacerla y tener placer, para sentir soledad y formar lazos de unidad, para ser solidarios y dar y recibir. Somos socios, cada uno con su tarea. Somos parte de una orquesta, cada uno con su instrumento. Todos perdemos si alguno pierde. Cada uno gana cuando todos ganamos.

Claro, es difícil darse cuenta de todo ello. Mucho más difícil cuando las religiones y doctrinas enseñan lo contrario. Nos hacen creer que estamos en un mar de lágrimas, que cada placer es pecado, que el mundo es de Satanás, que las limitaciones y pobreza son el camino a la “salvación”, que algunos pocos son los escogidos del “señor” en tanto los otros se pudrirán eternamente. Esas son las ideas religiosas, con sus tintes y colores.

Pero la espiritualidad es opuesta a la visión religiosa, contraria a la creencia de que estamos en un circo romano para matar o morir.
¿Podrá penetrar la Luz en la mente y el corazón?
¿O seguiremos encerrados en celditas mentales? Una de las cuales es la que nos hace sentir que si no somos el “number one” no somos nada.

Según Dios ha provisto, el judaísmo es un camino, el apropiado para los judíos.
En tanto que el noajismo es un camino, el que corresponde para los gentiles.
Así como la corriente alterna sirve para unos aparatos y la corriente continua para otros, sin que sea una mejor que la otra. (Si algún electricista, físico o experto se da cuenta de algún error en el ejemplo, que me lo haga notar y lo cambio por otro. Gracias.)
Ambas corrientes son “buenas”, y alimentan a los dispositivos diseñados para cada una.

Entonces, el camino del judaísmo y el del noajismo,
los dos llevan al mismo lado,
pero desde diferentes lugares.

Yo no veo que uno sea mejor que otro.
Sí percibo que el judaísmo es mucho mas pesado, estricto, tedioso, plagado de detalles.
¿Cómo no serlo si cuenta con 606 mandamientos más que el noajismo?
Porque, en definitiva, la médula diferencial son esos 606 mandamientos extras, a los que se suman miles y miles de reglamentos.
Claro, por supuesto que hay toda una cultura y cosmovisión detrás, pero que no hace del judaísmo mejor que el resto de las culturas.

Aquellos gentiles que tanto desean el judaísmo, en su gran mayoría se quedan con lo superficial, lo anecdótico, lo folclórico o hasta lo que ni siquiera es realmente judío en su origen y esencia (trajes negros, sombrero de ala ancha o circulares de piel de animal, música klezmer o jasídica, cuentitos de maestros milagrosos, bailecitos emborrachados, etc.). Están también los que se fascinan con lo que ellos creen descubrir en el judaísmo, como una gran familia, escapar de sus propios problemas, ser parte de una cultura milenaria, pertenecer a un pueblo “misterioso”, ¡vaya uno a saber qué imagina el soñador!
Porque, los que profundizan y hacen de su interés una dedicación madura, por lo general culminan en un proceso de conversión formal y legal al judaísmo.

Ahora, el gentil que se siente fracasado porque considera en poco al noajismo, o sigue ilusionado con el judaísmo, ¿no está en cierta forma faltando el respeto a Dios?
Porque, según la Tradición es Dios el que decidió que exista el noajismo y que sea el camino para el gentil.
Él también decidió que el 99% de la población mundial sea gentil, y que el número no varía mucho.
Y decidió que el gentil nazca como tal.

Creer que uno es un fracasado por ser parte de la casi totalidad de la humanidad, por no ser parte de ese 0,02% de personas… ¿es respetar a Dios?
Considerar que el noajismo es deficiente, escaso, incompleto, falaz, de poca monta, escala en el camino al judaísmo, ¿es respetar a Dios?

No hay una carrera espiritual que antagonice a judaísmo con noajismo, sin que hay complementariedad.
El judaísmo es para acercar el cielo a la tierra.
El noajismo la tierra al cielo.

¿Entonces?

Embajadores de Shalom

Foto tomada desde la parte más alta del Volcán Irazú en la provincia de Cartago, Costa Rica.
Foto tomada desde la parte más alta del Volcán Irazú en la provincia de Cartago, Costa Rica.
Esta semana ha sido una semana de mucho aprendizaje, sobre todo por el hecho que en un corto viaje de un día que hicimos a uno de los volcanes pudimos apreciar la magnificencia de la Creación y reforzar aquellos principios que hablan que nuestra misión en este mundo como seres humanos es la de cuidar la Creación así como de regocijarnos en ella, reconociendo, claro está, que el Creador es Dios y no nadie más. Cada vez que tengo contacto con la naturaleza me acerco más al Creador y mi corazón se llena de un gozo inexplicable que, en efecto, me hace comprender un poquito más nuestra razón de ser como seres humanos y también el agradecer a Dios por su infinita bondad de crear una Creación llena de belleza con el simple hecho que nosotros nos deleitemos.

La sabiduría está en los libros pero también lo está en la observación de la vida cotidiana, aun no me olvido de que la primera vez que leí a Hobbes criticando a los que solo leían y no vivían, me encontraba en la habitación de un hotel después de haber interactuado en una actividad oficial del gobierno a la que fui invitado en razón de la celebración de la anexión del Partido de Nicoya, que hoy es la provincia de Guanacaste, a nuestro país, y que ya al domingo siguiente me desperté y estaba leyendo el Leviatán donde la principal crítica que Hobbes hacía era que muchos leen y creen saber y dan sermones y diz que enseñan pero no han vivido, entonces su conocimiento es teórico pero no práctico.

Es algo parecido como cuando uno está haciendo el presupuesto mensual y cuando ya terminó de incluir todo lo que planeó, le sobra una gran cantidad de dinero, pero en el camino resulta ser que se presentaron imprevistos y que a final de quincena o de mes más bien quedó en números rojos. Ahora bien, si deja un cierto monto para eventualidades y no sucumbe al consumismo impulsivo, entonces sí le va a sobrar una cantidad pequeña o grande, dependiendo de cuánto haya guardado, que podrá ahorrar, es algo parecido a aquel principio de administración de empresas que reza que todo aquél que produzca ingresos propios y no sea a asalariado, debe de tomar una pequeña parte de las ganancias como salario, pero no comerse el capital, y la otra parte reinvertirla en el negocio, pero eso no se logra solo leyendo un libro sino también viviendo en el día a día.

En igual sentido un noájida no puede aislarse del mundo en el que vive y no puede encerrarse en una ciudad feudal esperando encontrar un líder que le guíe, no debe realizar rituales que le confundan en su senda y que lo conviertan en un religioso y no debe creer que ya porque ha tenido la suerte de ver las cosas por lo que son, que eso lo hace superior a los demás. El otro día hablaba con un hombre que me impresionó mucho por su sabiduría, el cual comenzó a hablarme sobre los años nuevos, puesto que estábamos próximos al comienzo del año nuevo civil 2014, me dijo que no obstante que él es judío, si un cristiano desea celebrar el año nuevo cristiano o el musulmán el suyo, el hindú el suyo, etc., que lo podían hacer y que él no se iba a oponer y mucho menos a irrespetarlos.

Ese pensamiento me llamó mucho la atención porque tiene mucha razón, ello no quiere decir que debamos de apoyar la idolatría, pero cada quien despierta a su tiempo, no antes, y el noajismo no es una religión, no busca adeptos, es más, ese señor del cual les comento empezó a hablarme acerca de cómo es que los rabinos no viven del rabinato sino que, en buena teoría, deben de tener sus propios ingresos, el rabinato es algo que hacen para enseñar pero no para lucrar con ello, yo lo extendería más e incluiría el ejemplo de nuestro querido Moré, quien no obstante que no es un rabino, también sigue ese principio de procurarse el sustento por sí mismo y no de vivir del maestrazgo, porque quien realmente ostenta el conocimiento no cobra por transmitírselo a los demás. Así fue como poco a poco comencé a conocer maestros comprometidos con sus distintas causas, sea en el ámbito espiritual, en el ámbito de negocios, académico, etc., todos tienen algo en común, enseñan por el amor a enseñar y no para lucrar, entonces cuando uno ve una persona que enseña sin buscar un beneficio económico correlativo, sabemos que estamos ante alguien que tiene vocación de enseñar y eso es un muy buen indicio.

Un noájida consciente de su identidad que esté comenzando a desintoxicarse de la idolatría y del hedor que ésta deja, inclusive después de haber despertado, o que ya se encuentre desintoxicado y que más bien esté en la senda del avance del conocimiento, debe ser un embajador de Shalom. Lo que esto quiere decir es que no obstante que no apoyamos la idolatría bajo ninguna forma, no por ello vamos a insultar a las personas que están sumidas en ella. ¿Se asemeja esto a aquel aberrado principio de poner la otra mejilla cuando nos han insultado? ¡De ninguna manera! O ¿quiere ello decir que vamos a darles una palmadita en la espalda y darles campo abierto para sigan siendo idólatras? ¡Claro que no! Pero de allí a andar provocando a los que aun son esclavos de la hediondez de la idolatría para que por medio de la violencia, de los insultos o de la injuria vayan a despertar, hay mucha diferencia.

Hace unos pocos meses uno de mis amigos quien es el hijo del candidato a vicepresidente de uno de los partidos políticos que aspira a la presidencia de la República, me ofreció un puesto en la campaña y por un momento me pareció bien porque podríamos avanzar con los proyectos de FULVIDA y de la nueva fundación a inscribirse el próximo año. En medio de un concejo de estrategia de FULVIDA sometimos la idea a votación y en su mayoría, las personas se opusieron a ello, en efecto, uno de los argumentos más convincentes tuvo que ver con el hecho de que lo que la Fundación haga necesariamente reflejará sobre los noájidas y también sobre los judíos, pues hasta que la gente no comience a despertar y ver que el noajismo es la senda de vida de los no judíos, mucho seguirán asociándolo con el judaísmo y es ahí donde debemos de ser cautos toda vez que también debemos trabajar para realizar una buena representación diplomática del noajismo y del judaísmo. Vale mencionar también que un embajador de Shalom noájida buscará diferenciar al noajismo del judaísmo para que las personas comiencen a conocer su verdadera identidad.

He ahí el por qué somos embajadores de Shalom, porque más que con palabras, es con el ejemplo con lo que se predica y ello lleva aunado el hecho que un noájida consciente de su identidad que reconozca la verdad que hay en la Torá, será también respetuoso y garante del pueblo judío porque sabe que es el pueblo de Dios y lejos de sentir alguna envidia o resentimiento infundado, más bien buscará aprender de ellos y ser una persona que busque ser más completa cada día, pues en el tema de la espiritualidad no existe un concepto de inercia sino más bien de dinámica y debido al gran margen que existe para desenvolvernos, siempre encontraremos nuevas situaciones por lo que nunca dejaremos de aprender.

El ser embajadores de Shalom también implica que interactuemos en el mundo, que no nos aislemos cual ermitaño en la montaña más recóndita, sino que, por el contrario, vivamos en sociedad, pues hay que recordar que uno de los planos de existencia de los seres humanos es el social, mas ello no implica que nos tengamos que dejar contaminar de la idolatría. Un fenómeno muy curioso que existe en la naturaleza es el de la iluminación, cuando hay luz ésta opaca completamente a la oscuridad, así pues, cuando nosotros somos luz y no idolatría, opacamos a la idolatría porque reflejamos un semblante de paz y de alegría y como todos andamos en búsqueda de la felicidad, la gente eventualmente nos preguntará cuál es nuestro secreto.

Así que no se trata de llevar odios ni resentimientos, tampoco hay que olvidar y ni nos vamos a hacer de la vista gorda cuando vemos que alguien cegado por su ego quiere dañarnos a nosotros o a los nuestros, pero tampoco vamos a andar halándole el rabo a la ternera, como decimos aquí en Costa Rica. Un embajador de la paz y de la armonía se convierte en un puente para que las personas aprendan del noajismo y que los no gentiles reconozcamos el gran aporte que el judaísmo le da a la humanidad, que apreciemos el legado que ellos custodiaron por siglos, no obstante las persecuciones y atrocidades que se cometieron en su contra sin justificación alguna y con la más grande de las crueldades; que son el pueblo de Dios y que si dejamos de lado al EGO finalmente comenzaremos a vivir con esa paz y armonía que es lo que al fin de cuentas la mayoría de nosotros buscamos.

Un embajador de paz y armonía se convierte en un representante del pueblo de Israel, no se cree judío pero sí amigo de los judíos, no lee la Torá ni realiza mandamientos exclusivos del pueblo judío, pero sí promueve su respeto e inclusive insta a judíos no observantes a que abracen su fe, no pregona la guerra sino el entendimiento y poco a poco, lejos de buscar crear una mescolanza de fes como a bien lo ha tenido la Organización de las Naciones Unidas, más bien busca que se elimine la idolatría paulatinamente, pero no por medio del insulto, del engaño o de la violencia, sino más bien, por medio del diálogo, la enseñanza de la verdad sin tapujos pero con respeto y de la promoción de la paz y de la armonía.

Sea que hoy sea el primero de enero del año civil 2014 o que sea el primer día del año chino, hindú, musulmán, cristiano, etc., lo cierto del caso es que no es con insultos ni burla que se logrará rescatar a las personas de la idolatría sino que será a través de la paciencia, el conocimiento bien fundado y la no imposición de nuestros valores, sino más bien, sembrando la semilla pero dejando que la otra persona sea la que la deje germinar, que poco a poco irá muriendo la idolatría del mundo e irá imperando la verdad, la justicia y la caridad, en un marco de respeto donde sabremos cuidar de la creación, extasiarnos en su belleza y reconoceremos que no somos sus dueños sino sus ciudadores, mas ello no será obstáculo para que agradezcamos a Dios por habernos creado y siempre reconoceremos que fue Él y no una paloma, ni profetas voladores ni hijos naturales, adulterinos, etc., los que crearon esta maravillosa creación.

Resta por desearles un excelente año nuevo civil, que dicho sea de paso, es un día como cualquiera otro, como cuando un abogado tributarista le desea a sus clientes feliz año nuevo fiscal y de hecho lo hacen, aunque no tengo un muy grato recuerdo al respecto porque ese día nos tocó hacer un examen de Derecho tributario, en el que me acuerdo que no me fue muy bien por cierto, pero aún así se entiende la idea que deseo transmitir.
Para nosotros los noájidas conscientes de nuestra identidad, el año comenzó hace unos meses atrás, para el resto de la humanidad en Occidente está apenas comenzando, pero sea como sea, no irrespetemos, tampoco aplaudamos la idolatría; eso sí, digamos la verdad sin tapujos pero con respeto también y seamos embajadores de Shalom, día a día, hora por hora, minuto por minuto, cuando vivimos el momento en el presente y no nos agobiamos por el pasado o el futuro estamos iniciándonos en la escuela diplomática de la promoción de la paz y de la armonía.

¿Y ahora, quién podrá ayudarme?

Allí está el recuerdo de la infancia, la persona en problemas que exclama: “Oh, y ahora, ¿quién podrá ayudarme?”. Y del lugar menos esperado, saltando como un chapulín (langosta), vemos aparecer la inefable figura del máximo súper héroe de todos los tiempos, quien con su quebrada y aguda voz responde: “Yo, el Chapulín Colorado”.

También, para los memoriosos, estaba la letanía de la perrita Sweet Polly Purebred en apuros: “¿Adónde, adónde, adónde estará, mi héroe adorado, mi gran Súper-Can?”.

Así, podrás recordar infinidad de personajes de ficción o de la historia, de religiones y sagas históricas, que tienen algo en común: la espera de ese alguien que vendrá a rescate.

¿Estás esperando que alguien te venga a rescatar?
Cualquiera que fuera la situación, una sentimental, laboral, de pobreza, enfermedad, soledad, dudas, presentar un informe, rendir un examen, en cualquiera de las dimensiones de tu vida. Te encuentras abrumado, entonces, ¿esperas ese rescate?

¿Alguna persona, el gobierno, Dios, una deidad, un santo, un ángel (de la guarda), un profesional, un amigo, un familiar, un rabino, un maestro, cualquiera?
¿Te quejas, reclamas, dependes, rezas ordenando soluciones, dictaminas con decretos para que el universo los concrete, pides auxilio, tienes esperanzas en que de alguna forma las cosas se resolverán?

¿Sientes como si algo te faltara para conseguirlo por ti mismo?
Dependes de esa ayuda, y te angustias si no aparece, o te enojas, hasta llegas incluso a odiar al que te decepciona (sepa o no que tú esperas su auxilio, pueda o no brindártelo).

Hasta pareciera como si a veces tu pareja no fuera otra persona, alguien para amar y que te ame, para respetar y que te respete, para construir juntos una vida.
No, pareciera como si estuviera para tapar algún pozo, esconder alguna amargura, cubrir alguna falta, servir a tus necesidades (y/o viceversa).

¿Le reconoces como una persona completa, o es alguien para “completarte” solamente?
¿Y ella a ti?
¿O son como dos personas que se usan mutuamente como si fueran muletas, tal como si estuvieran incapacitados para caminar cada uno sobre sus propios pies?

Necesariamente surgen las fallas, los desencuentros, las faltas, las imprecisiones, los disgustos, los no quiero, o la sumisión que representa la muerte emocional de al menos uno de los dos.
En la pareja así como en los otros lazos que formaste de dependencia. Sea con tu pastor, clérigo, jefe, empleado, vecino, amigo, hijo, cuidador, médico, sicólogo, deidad… nómbralo tú.

Con tal de no perder esa ilusoria ayuda, eres capaz de… ¡tú sabes qué!
No preciso contarte lo que bien puedes reconocer que haces, dejas de hacer, obligas, te obligan para no quedarte inerme, sin poder, sin esa ayuda.

Así no puedes ser feliz.
¿Cómo serlo, si cada cosa está dependiendo de otro?
Entonces, te mantienes alerta a no perder el lazo con es persona, sospechas, ansías, te esclavizas para esclavizar, con la esperanza de mantener la cadena bien tensada, para el otro no escape y quizás no tomaste conciencia que tú eres también esclavo de esa relación poco feliz.
De modo que pretendes controlar aquello que no está bajo tu dominio, al tiempo que renuncias a controlar lo que ciertamente puedes/debes controlar.
Estás más interesado en saber minuciosamente que hizo ella, en vez de aprender a controlar tus pensamientos confusos y empobrecedores. Dedicas horas y energías a que el otro no salga de tu órbita, pero no aprendes a vivir felizmente.
¿No te parece poco razonable?

Por supuesto que la comunicación auténtica es inexistente o impracticable, atenta contra el estado de impotencia en el cual te encuentras a (dis)gusto.
Podría espantar a aquel que consideras un salvador.

Indudablemente, disfrutar a pleno de tu espiritualidad (enemiga declarada de la religión), puesto que el espíritu libera, refuerza la identidad, mantiene vigorosas relaciones con el prójimo, construye shalom. Mejor esfumarse en la religión, en las doctrinas necias, en lemas repetidos hasta el cansancio, en rituales, en falsas santidades, en pactitos y negocitos con la deidad, a la cual se le atribuye el rol de salvador al servicio del impotente hombre. Impotente pero pretende dominar con palabras mágicas, sacrificios inútiles, prácticas supersticiosas a los poderes, al Todopoderoso. ¿No es irracional?

¿Te sientes identificado con esta descripción?

¿Y si comenzarás a dejar ir las esperanzas en salvadores y soluciones mágicas?
¿Si trataras de hacer tu parte en lugar de depender de otros?
¿Si te comprometieras y fueras responsable en vez de quejarte y demandar?
¿Si aceptaras tus limitaciones, te entrenarás para mejorar, y admitieras tus fuerzas?
¿Si controlaras tu porción y con ello fueras feliz?
¿Si rezaras para conocerte mejor, agradecer, comunicarte con el Padre, pensar qué pudieras hacer para mejorar la vida del prójimo?
¿Si fueras más solidario y menos pedigüeño o avaro?
¿Si construir shalom entrara en tu vida, no como un lema más, sino como la manera de vivir a cada instante?
¿Si dejaras de necesitar a tu pareja y fueras un integrante al 100% de un equipo en el cual el otro participante también pone el 100%?
¿Si juzgaras menos y aceptaras más, sin por ello permitir lo negativo, ilegal, contrario a la ética?
¿Si fueras una persona que integra lo espiritual a la vida cotidiana, en lugar de enfrascarse en dogmatismos y religión?
¿Si no creyeras más en reyes magos, Papa Noel y cualquier otra fantasía o superstición, para dedicarte de pleno a vivir?

Nacimiento de la Era Mesiánica

Según se tiene por convicción, la Era Mesiánica global llegará por alguno de estos dos caminos: el razonable o el tormentoso.

Si es el razonable, disfrutaremos de la Era Mesiánica porque hemos colaborado en la construcción de Shalom. Así, la Era Mesiánicas será la conclusión razonable y necesaria de un trabajo personal y colectivo. Habremos desaprendido y aprendido hasta alcanzar las virtudes que nos permiten llevar una vida de armonía, solidaridad, comprensión, amor, shalom. En este escenario, la Era Mesiánica no tiene más opción que aflorar.

Pero, está el camino oscuro, por las malas. Nos negamos a salir de la celdita mental, nos aferramos al EGO y sus herramientas, nuestra vida individual y la social está plagada de miedo, resentimiento, angustia, odio, agresión, discriminación negativa, barbaridad, religión, mentira, manipulación, etc.
En este segundo escenario la Era Mesiánica nos explotará en la cara, de manera sorpresiva, inesperada. Será una intervención divina dolorosa. Dios impondrá al Mashiaj/Mesías, aunque estemos en rebelión, aunque prefiramos seguir esclavizados a la muerte del EGO. Sobrevendrá sin nuestro permiso, y dolerá.

Viendo el mundo, interno y externo, personal y colectivo, ¿cuál crees que tiene más chances de suceder?