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Resp. 922–Servir al Ego?

F.G. FLORES nos consulta:

Buen día Moré y amigos de Fulvida;

Como siempre deseo agradecerle a usted y los que día a día dedican su tiempo para que encontremos nuestra identidad espiritual.
¿Conoce usted de alguna forma para poder predeterminar si nuestros pensamientos, intenciones o acciones que a vayamos a realizar están sirviendo realmente a una noble causa o al ego solapado?

Muchas gracias por su respuesta y que El Eterno le bendiga a usted, a sus seres queridos y a todos aquellos que realizan tan noble labor.
F.G. Flores, 27, Estudiante, San José, Costa Rica.

 

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El esclavo del lápiz

 

Enseñanza para comentar y pensar

Un estudiante se quejaba de que no podía concentrarse como para estudiar en profundidad los temas propuestos.
El continuo divagar de sus pensamientos no se lo permitían.
Al ver su cara preocupada, su maestro le consultó por el pesar que le aquejaba, a lo cual respondió el discípulo: «Maestro, los pensamientos y las imágenes mentales no me dejan estudiar; si consigo espantarlos por unos segundos, luego vuelven con más fuerza. No me dejan tiempo para meditar en los temas, llaman la atención, desgastan… no me dejan en paz… como un pájaro carpintero taladran mi cabeza y por más que me esfuerzo no consigo vencerlos…».
El maestro le enseñó que: ”Cuanto más peleas contra ellos, más te ganan”.
No obstante, llevar a la práctica este breve pero profundo consejo no le resultaba sencillo al estudiante, por lo cual seguía lamentándose de que los pensamientos no le dejaban en paz y que su mente estaba confusa.
Cada vez que intentaba concentrarse, millones de murmullos y clamores irrumpían en su cabeza.
Para empeorar las cosas, el alumno se sentía especialmente fracasado, como si fuera el primero y único en no tener la habilidad para clarificar su mente y aquietar su corazón.
Parecía no querer, o no poder, entender que su situación era muy frecuente, diríamos que lo común en las personas.
Pero esa angustia “personalizada”, era como una especie de victoria dentro de su derrota, por lo cual se mantenía angustiado, caótico, desconcentrado, amargado consigo mismo.
Ante esto, el sabio decidió cambiar de estrategia, le daría un ejercicio para entrenar su cuerpo y su mente.
El maestro le dijo: «Aferra este lápiz bien fuerte y no lo sueltes por ningún motivo. Mantén constante tu presión sobre el lápiz. No aflojes. Mientras así haces, siéntate y ponte a estudiar».
El discípulo obedeció. Su mente se dirigía a constatar la presión que ejercía sobre el lápiz, para retornar a la hoja que tenía frente a sí.
En cierto momento pensó: “No entiendo este ejercicio. Si mi maestro se pensaba que me iba a concentrar en el estudio por desviar mi atención hacia el lápiz, se equivocó. Estoy más pendiente de cómo aprieto mis músculos de la mano y no soltar el lápiz a comprender el texto que leo y releo y no me entra. Este ejercicio no lleva a nada…”.
Al cabo de un rato el maestro le ordenó:»¡Suelta ahora el lápiz!».
El alumno relajó sus músculos, por lo que el utensilio resbaló hacia la mesa.
Miró a su maestro con sorpresa, como esperando alguna explicación, o quizás aguardando a que el maestro le preguntara y él le revelara que en nada le había ayudado para concentrarse y aprender del texto.
Pero el maestro se limitó a preguntar: «Dime, por favor, quién aprisionaba a quién, ¿tú al lápiz o el lápiz a ti?

 

Preguntas para reflexionar

  1. ¿Qué haces para superar tus limitaciones y alcanzar al máximo tus potenciales?
  2. ¿De qué estás siendo esclavo en este momento de tu vida?
  3. ¿Conoces al Faraón interno que te tiene sometido y no te deja llevar una vida de plenitud?
  4. ¿Puedes explicar la moraleja del relato?

La agresividad y su canalización

La agresividad en tu vida

Debemos conocer acerca de la agresividad, pues forma parte de nuestra vida, tanto interna como externamente.
No podemos eludirla, sea que actuemos de manera agresiva, reprimamos nuestras intenciones agresoras, deseemos agredir, seamos víctimas de agresiones, sintamos rabia, etc.
Es una parte constitutiva del ser humano (y también de los animales), no le es ajena ni resulta anormal o producto de enfermedades o posesiones de ningún tipo.
Por tanto, al tener un conocimiento más acabado podremos tomar decisiones más acertadas y actuar con mayor precisión como constructores de Shalom.


Agresividad hace referencia a un conjunto acciones y actitudes que pueden llegar a manifestarse (o no) a través de:

  • diversos canales (gestos, golpes, palabras, sonidos, etc.),
  • con variada intensidad (pelea física, discusión verbal, insulto, olvidos, etc.),
  • más o menos activa (amenaza, violencia; sabotaje, inhibición, quejas, manipulación emocional),
  • provocada por variados objetos o situaciones (persona o grupo en concreto, un acontecimiento, un pensamiento rumiado, el recuerdo de un momento adverso, etc.) y
  • repercute en cualquiera de los planos que integran al individuo: físico, emocional, social, mental y espiritual.

De acuerdo a los planos:

  • Físico: cambios fisiológicos y biológicos (ritmo cardíaco y presión arterial aumentan, variaciones en los niveles de las hormonas adrenalina y noradrenalina) que acompañan a la ira, lucha, golpes, gestos, destrucción de objetos, portazos, ataques, enfermedades, lesiones, suicido, asesinato, rapto, privación de libertad, etc.
  • Emocional: rabia, cólera, expresiones faciales, tonalidad y volumen del habla, mentiras, gruñidos, omisiones, silencios, implantar sentimiento de culpa, manipulación, ciertos chistes, ironía, negación de ayuda, adicciones, religiosidad, etc.
  • Social: falta de respeto, ofensas, provocaciones, amenazas, presiones, hostigamiento, robo, fraude, acoso, ataques, relaciones inarmónicas de poder/sumisión, lesionar el derecho legítimo de otra persona, etc.
  • Mental: ideas o fantasías destructivas, elaboración de planes perversos, ideas persecutorias, obsesiones, rumiación de pensamientos, deseos de venganza, guardar rencor, provocaciones, parálisis ideativa a causa doctrinas de alguna religión, etc.
  • Espiritual: actitudes/acciones negativas que no permiten o dificultan el cumplimiento de alguno de los mandamientos que deben ser cumplidos por cada quien (siete fundamentales para los gentiles, 613 para los judíos).

Si quisiéramos encontrar alguna idea que englobara todas las anteriores podríamos mencionar:
la actitud o acción que tiende a forzar a un cierto grado de impotencia a alguna persona, sea uno mismo u otro individuo o colectivo.
Con esta idea podemos contemplar que en ocasiones se puede ser agresivo (y es necesario y correcto serlo) dentro de lo lícito y/o adaptativo, aunque cuando está fuera de control pareciera enraizarse la agresividad en el lado oscuro del ser.

La impotencia, o su sentimiento, en la base de toda agresividad.

La IMPOTENCIA, o el sentimiento de la misma, está en la raíz de la conducta agresiva.
El sentimiento de impotencia puede ser vivido como una sensación de ira o malestar que surge a partir de lo que se considera un agravio, malos tratos, rechazo, imposibilidad, incapacidad, desprecio, u oposición entre otros disparadores del sentimiento.
La agresividad luego se presenta como un deseo de combatir la posible causa de la impotencia y alcanzar un estado de poder.
Generalmente se asocia a la agresividad como dirigida hacia afuera, hacia otra persona, o indirectamente hacia un objeto relacionado o que simboliza a otra persona.
Sin embargo, la persona al agredir puede, directa o indirectamente, hacerse daño a sí misma.
Puede también reprimir la manifestación externa de la agresión, o dirigirla directamente a sí misma.
Sin embargo, tengamos en cuenta que la energía reprimida termina siempre acarreando daños a la persona que no expresa de forma constructiva su ira, o no la canaliza adecuadamente.
La supresión constante lleva a estados de estrés, de frustración, de desgaste de energía. Cuando se acumula la energía agresiva, se crea un núcleo que va succionando energía del ser, debilitándolo, llevándolo a estados menos adaptativos. Esto lleva a que la persona reaccione de manera desmesurada, pues no reacciona ante un estímulo en concreto, sino que éste sirve como disparador para la explosión del contenido reprimido. Pero, ¿qué ocurre si la persona suprime también esta explosión? Pues, tenderá a reprimirse más y más, gastará mayor esfuerzo en imponer mayores barreras de contención, sufrirá de mayor ansiedad o angustia pues cada vez es mayor el trabajo de no expresar la agresividad. Es un círculo vicioso, que hunde a la persona en más y más frustraciones, llevándolo a sentimientos cada vez más pesados de impotencia, de imposibilidad, que se harán reales en una parálisis cada vez más completa.

Otra ocasión de sentirse impotente es cuando uno percibe una dificultad que es negada o no admitida por otros.
Esto puede deberse a problemas de perspectiva, pero también a cuando uno juzga de acuerdo a intenciones ajenas
en lugar de reaccionar ante los hechos explícitos.
El prejuicio, o el juicio de intenciones es causa frecuente que nos puede llevar a tener reacciones violentas desmesuradas y desproporcionadas.

Como hemos mencionado, la agresividad adaptativa es la que permite conseguir para el sujeto cierto estado de satisfacción de alguna necesidad, sin por ello pretender dañar adrede a otra persona.
Es importante tener en cuenta este aspecto, pues en la base de la asertividad se encuentra esta agresión básica adaptativa, que recurre a afianzar a la persona, a dotarla de sentimiento saludable de potencia, aunque con ello se menoscabe la posibilidad o realización de otro.
Por ejemplo, la persona que debe tener el ánimo, la disposición y la realización para competir contra otros, o confrontarse, para alcanzar sus metas acordes con las normas sociales.
Así pues, se hace imprescindible conocer los límites entre lo apropiado y no, para no negarse ni inhibirse en aquello que es necesario y requiere el ejercicio de alguna dosis de agresividad.

En ocasiones la agresividad es usada de manera consciente, como herramienta de manipulación para generar miedo en otros y presionarlos a actuar conforme a los propios deseos, como mecanismo de coerción. Por supuesto que este uso NO es asertivo, ni debiera estar entre tus recursos de conducta.

Por otra parte, no es conveniente, ni saludable, ni resolutivo, expresar de forma iracunda, violenta, destructiva nuestra energía agresiva.
Las reacciones violentas han de quedar restringidas para aquellas situaciones extremas, de imperiosa necesidad de supervivencia, y no otras.

Aprovechar de manera constructiva la energía agresiva

La agresión es una reacción del sentimiento de impotencia, y/o un mecanismo para superar tal sentimiento.
Existe en ti, por lo cual lo primero es reconocer cuando se manifiesta en cualquiera de tus planos.

Admisión.
El peor consejo que te podrías dar sería que negarás su presencia, aunque te resulte incómodo, mejor es admitir que está en ti y pugna por manifestarse.
Ya teniendo conciencia de su presencia, podrás hacer algo positivo con su energía.
Porque, si la niegas, si la reprimes, si la tapas, si haces de cuenta que no está, no por ello deja de existir.
Es cierto que no debes rumiar acerca de tus frustraciones, ni estancarte en pensamientos negativos que se relacionen con tus deseos o necesidades que no han podido realizarse.
Pero no por ello haz de mirar para otro lado, esperando que las cosas se solucionen por sí solas y sin participación tuya.
La energía que introduces dentro de ti, o que movilizas de una zona a otra sin emplearla luego, y que no desplazas de manera constructiva o no modificas hacia otras formas de energía que te aprovechen, termina por estancarse en ti, lo que puede repercutir en un estado de estrés continuo, en enfermedad en cualquiera de tus planos del ser, en brotes de violencia por cuestiones menores, entre otras afecciones a tu saludable transcurrir cotidiano.
Así pues, ya lo sabes, reconoce cuando estés con sentimiento de agresión, con deseos de explotar, planificando algún daño, actuando con hostilidad, siendo cínico, degradando a otros, etc.

Identificación del deseo y del obstáculo.
Si además de reconocerla puedes advertir qué es lo que te ha llevado a ese estado, cual es el sentimiento de impotencia que te hizo pasar al modo agresivo, entonces has dado otro paso en tu crecimiento personal.
Muchas veces si identificas lo que generó o disparo la agresividad, podrás trabajar directamente con la causa (sentimiento de impotencia) en lugar de con el resultado secundario (deseo de agredir), lo que te habilitará para articular una respuesta más provechosa y una forma de vida con mayor armonía.
Probablemente no lo conseguirás enseguida, pero si te entrenas en conocerte y en aprender a darte cuenta de tus estados de ánimo, entonces estarás cada vez más en «poder» y menos sumido en sentimiento de impotencia.

En ocasiones el reconocimiento de la propia impotencia, real y muy humana, habilita a desmontar la respuesta agresiva innecesaria para adquirir un estado de admisión consciente y saludable de la impotencia, o tal vez el uso de un recurso agresivo adaptativo (comunicación auténtica, acciones asertivas).

Por otra parte, el conocimiento de la causa posibilita el recurrir a toma de decisiones, a veces laterales o creativas, que permiten sobreponerse a la impotencia y alcanzar el objetivo deseado sin recurrir a excesos negativos.
Es posible entonces, expresar la agresividad de una forma constructiva para resolver el estado o sentimiento de impotencia.
La impotencia puede resolverse en ocasiones cuando se elaboran o adquieren habilidades que eran deficitarias.

No reaccionar automáticamente, darse un tiempo y espacio para elaborar otra opción.
Cuando percibas que estás por reaccionar, toma distancia (física, emocional, mental), cuenta hasta diez, respira profundo, discúlpate y sal a dar un paseo o sal al balcón, no manifiestes tu ira, pues si bien puedes suponer que la descarga del momento te ayudará a destrabar la situación conflictiva, en realidad solamente será un incentivo para acrecentar el estado de impotencia y la controversia con otros.
Luego de este tiempo fuera, quizás puedas expresar tus deseos de manera asertiva, por ejemplo, en vez de decir “Estoy enojado contigo”, podrías decir “Me gustaría si pudiéramos tal y cual cosa”.
Darse tiempo y oportunidad para pensar otras opciones es una necesidad que no debe dejar de intentarse.

¿No puedo? ¡Sí puedes!
Recuerda que en muchas ocasiones eres tú el que piensa o siente que no puedes, por eso te conviertes en un impotente o frustrado por decisión propia.
Actúa con confianza, aunque no la sientas, actúa como si pudieras, que cuando en verdad no puedas ya se encargará el mundo de ponerte un freno.
Mientras eso no ocurra, mientras no choques contra la pared de los verdaderos límites, no te dejes guiar por la impresión de los “no puedo”, sino que da un paso más, uno por vez, y ya verás hasta donde llegarás.

Artes marciales.
El entrenamiento en artes marciales, desprovistas de elementos religiosos, es oportuno para aprender a canalizar y emplear de manera constructiva la agresividad.
Se entrena en respiración, posturas, gestualidad, amabilidad, roles sociales, etc. a la par que se adquieren técnicas que permiten desplegar las potencialidades, reforzando la conciencia del propio poder y los límites.

Registro y evaluación.
Es especialmente útil llevar un registro de los momentos de enojo.
Éstos permiten a la persona adoptar una visión más detallada y meditada, permitiendo tomar distancia de reacciones impulsivas y sentimientos de frustración y rabia.
Para conseguirlo habría que tener a mano constantemente una libretita en la cual tomar nota de la hora, incidente, persona involucrada, resolución, pensamientos así como cualquier otro dato que pueda aprovecharse para evaluar posteriormente con detalle el episodio.
Además, sirve lo registrado como material para realizar, más adelante, un intento de resolución alternativa, es decir, pensar qué otra reacción se hubiera podido implementar para obtener un sentimiento de potencia y una satisfacción mayor.
También permite tomar conciencia de las señales somáticas que anuncian que se está entrando en un estado de enojo, lo que habilita a realizar alguna técnica de relajación o de interrupción de la reacción automática habitual. Por otra parte, el hecho de estar pendiente de llevar un registro metódico abre una brecha a la reacción automática, pues reclama que se someta la conducta a una supervisión racional, apartada de la emoción sin control.

Cambiar la dirección de la acción.
La energía cinética (de movimiento) que se destinaría para una acción agresiva, en determinadas circunstancias, puede ser usada en la dirección contraria.
Por ejemplo, cuando se quiere dar un golpe y efectivamente se estira la mano y se alcanza a la persona a la cual se desea agredir, PERO, se la acaricia (por supuesto que esto solamente con quien corresponda y como corresponda).
La caricia en lugar del golpe, aunque el pensamiento sea hostil, llevará a una respuesta amorosa de parte del otro y de una reversión del ánimo en uno mismo.
De manera similar hacer con la caricia verbal en lugar de la palabra terrible que luego de pronunciada no tiene retorno ni arreglo.
Por supuesto que esta práctica no debe servir para negar la conciencia de un conflicto, de un sentimiento de impotencia que debe ser corregido.
Cuando lo pruebes, podrás comprobar su efectividad y su capacidad para resolver cuestiones que te hacen sentir impotente.


La risa.
El sentimiento de impotencia es de contracción, de limitación.
La agresión es un intento de expansión.
Así pues, el grito, el golpe, la respiración agitada, la risa nerviosa y falsa, el insulto, etc., son conductas expansivas, de dilatación o ensanchamiento del espacio personal.
Si se cancelan estas conductas y se las reemplazan con manifestaciones de alegría, tales como carcajada o el canto, que son también de dilatación y ampliación, pero constructivas.
Prueba a hacer esto, encontrarás que habrá un sentimiento liberador, pero ten cuidado de que tu conducta expansiva gozosa no sea tomada de manera adversa por la otra persona.
Que no se sienta despreciada o amenazada, o similar, por tu risa o canto.

La solidaridad.
Es un fuerte protector y fortalecedor en todos los planos el vivir de una manera solidaria, caritativa, con apertura generosa hacia el prójimo, particularmente sin personas cercanas o instituciones que ayuden a las masas (tales como FULVIDA.com y SERJUDIO.com).
Por lo cual un gran bálsamo y potenciador es el actuar con bondad, caritativamente, compartiendo de lo nuestro con el prójimo, sin por ello llevarnos a situaciones de pobreza o sufrimiento.
Dona de tu dinero, aprende a dar en lugar de querer solamente recibir para ti, sé un socio del Eterno en la creación de un mundo de Shalom, también a través de tu economía. No te quedes siendo impotente, ni ambicionando lo que no te corresponde, ni guardándote lo que es para compartir, ni siendo avaro. Excusas puedes inventar miles para no colaborar con FULVIDA.com o SERJUDIO.com, o con aquellos que de una u otra forma te alimentan y sostienen; puedes justificar tu avaricia de manera muy original o aburrida, pero no dejas de ser un avaro que se está aferrando a su EGO y por tanto a su IMPOTENCIA.
Da caridad, comparte, regala, aprenderás a saborear tu poder y a ser feliz.

La plegaria.
Es muy bueno acordarse de conversar con el Padre Celestial, directamente con Él, sin intermediarios de ninguna especie (ni ángeles, ni santos, ni enviados, ni tzadikim, ni hijos, ni corderos, ni nada), tú en franca charla con Él.
Derrama tu corazón ante Él, expone tu caso y admite tus fallas para corregirlas, así como reconoce tus virtudes para aprovecharlas en la sagrada tarea de construcción de Shalom que te compete a ti.
Usa aquello que tienes permitido, de acuerdo a tu identidad espiritual (noájida o judaica), para ayudarte a elaborar tus rezos, a conocerte más, a conectarte con tu alma y de esa forma expresarte abiertamente y con respeto venerable hacia Dios.
Encuentra las fuerzas que hay en ti, manéjalas para tu provecho y para beneficiar a otros.


Libérate de la carga y sé feliz

ImagenEstamos trabajando estos últimos días algunos temas que refieren a la actividad mental, a los nexos mente-espíritu, a los lazos mente-emociones, a la comunicación, entre otros.
Espero que tales textos te sirvan para aprender, reflexionar, conocerte, conocer al prójimo y especialmente construir shalom, comenzando desde dentro, desde tu ser, hacia fuera.
Ahora veremos una técnica ancestral empleada para corregir o resolver ciertos errores de actitud y acción.

Recordemos rápidamente que estamos formados por:

  • Una esencia pura, el plano espiritual, a la que podemos «Yo Auténtico», verdadera identidad individual y conexión directa con el Eterno y el universo.
  • El plano mental, que es nuestro timonel quien elige entre las opciones que se nos presentan y nos abre el panorama a otras opciones que no aparecen a primera vista.
  • El plano social, que nos vincula con los demás, son el entorno social, con el lenguaje, la cultura, las instituciones, la ley, etc.
  • El plano emocional, que sirve como motor para nuestras acciones, núcleo básico de identidad y fuente de la comunicación.
    El plano físico, la estructura material que nos permite realizar nuestra actividad en este mundo.

La salud, el estado óptimo del ser humano es el equilibrio dinámico, cuando cada plano está nutrido como corresponde y en armonía consigo mismo así como con el resto de los planos.
Con este equilibrio dinámico es que podemos establecer contacto verdadero con nosotros mismos y con el prójimo.

En los casos en que se establece un marcado desequilibrio, o cuando alguno de los planos interfiere en la tarea de otro de los planos, es que la persona sufre de alguna enfermedad.
Recordemos que a cada uno de los planos le corresponde sus propios tipos de enfermedad.

En este texto trataremos de la técnica que nos habilita a lograr el equilibrio entre los planos, sus herramientas nos permiten conectar con nuestra esencia pura, adecuar las tareas de los planos y permanecer en paz.

Una de las grandes dificultades que trastorna el sano equilibrio suele ser la incapacidad o dificultad de dejar libre, de soltar, de descargarnos, de limpiarnos de recuerdos que no proveen de energía positiva, sino que actúan como pozos en donde se drena y malgasta la energía vital.
Para ser concretos, hablamos de recuerdos activos negativos tales como resentimiento, celo, envidia, no perdonar, deseos de venganza, pasiones enfermizas, obsesiones, engaños, usurpación de identidades, etc.

Existen patrones de conducta que facilitan el borrado, la liberación de aquello que pasa y estorba y hasta hace vivir una perpetua agonía.
¿Qué pasa cuando borramos?
Cuando admitimos la orden superior, del plano espiritual, que nos exige soltar la mochila, descargar las piedras, entonces canalizamos la energía para que recorra nuestros recovecos y borre y sane y nos habilite a gozar de la vida.
Pero, tenemos que estar dispuestos a «dejar ir».
Dispuestos a cambiar de patrón de conducta, despojarnos de esos lemas que nos acompañan y justifican en la permanencia en el dolor y la enfermedad.
Hay gente que prefiere seguir en el pozo por miedo al cambio, porque desconfían de que pueden vivir de otra manera, o porque tienen la impresión de que «el otro» se «merece» ser odiado, repudiado, etc.

Tenemos que estar atentos para limpiar constantemente y conscientemente, porque no nos es posible saber los innumerables pensamientos que tenemos al día y las memorias que esos pensamientos están intoxicando y que conllevan una carga de sufrimiento perpetuo.
Hay que ser activos y entrenarse hasta formar el hábito automático de «soltar lo negativo», dejar de atesorarlo como si fuera un preciado cofre de riquezas, cuando en realidad es un pozo oscuro y asfixiante.

Así pues, no es solamente un trabajo de recuperar lo dañado, limpiar lo ya ensuciado en el pasado y que permanece mugriento por nuestra falta de «soltar»; sino además es imprescindible tener una defensa activa constante, para detener cualquier nuevo impulso de añadir otro registro turbio a nuestra memoria.

Es como el antivirus de tu PC, que puede realizar un escaneo de los archivos ya guardados, para reconocer y eliminar los perjudiciales virus que ya contaminan tu sistema; pero además cuenta con barreras de defensa que advierten de la intrusión de las diversas afecciones que actualmente pretenden acceder a nuestro sistema y dañarlo.
Si estamos conscientes de que tenemos que tener, activar y actualizar el método de protección de nuestra PC, ¿cómo obviar el que se merece nuestro sistema más precioso, que es nuestro ser?

Algo maravilloso es que cuando entrenamos nuestro sistema activo de defensa y no permitimos que más registros se dañen, paulatinamente otros registros que ya han sido dañados encuentran un canal para recuperarse, liberando al ser de tensiones, quitando peso, mitigando la amargura, equilibrando el ser.

¿Cuál es la técnica?
Decir «lo siento», cuando eres parte activa de cualquier situación inarmónica.
Deja de lado el orgullo, las justificaciones, el enojo, el ego y con honestidad di: «lo siento».
Sé cauteloso para no tomar responsabilidad de aquello que no eres responsable, que tu admisión sea justa y no se convierta en una actitud de apertura a la manipulación emocional por parte de otros.
Pero, ten en cuenta que en ocasiones el otro no sabe hacer otra cosa y eres tú quien puede hacer el cambio positivo, pidiendo disculpas aunque no seas en justicia «culpable» de nada… es para considerar cuando se aplica esta estrategia de constructor de shalom.
Cabe añadir que en ciertas condiciones el disculparse y disculpar no se hacen cara a cara o ante otra persona, sino consigo mismo, con Dios como testigo.

La contraparte es admitir el pedido de disculpas por parte del otro, sin aumentar la herida, sin reclamos fuera de límites.
Cuando el otro dice honestamente «lo siento», se terminó el debate.

Luego habrá que ver como solucionar los daños, restaurar el equilibrio perjudicado, devolver lo tomado sin permiso, etc.
Pero, sin ánimo negativo, sin venganzas, sin atribuirse perfección, sino con deseo sincero de restablecer la armonía interna y externa.
Es sencillo, aunque pudiera parecer complicado o bastante inútil.
Siglos de experiencia demuestran el valor del perdón.

Como refuerzo debes agradecer cuando corresponda, a quien corresponda, hasta por aquello que pudiera resultar mínimo y de poco interés, o cotidiano por lo cual pareciera que ya no es más necesario reconocer el gesto o hecho bondadoso por parte del prójimo.

Cuando se practica esta antigua y eficiente técnica se producen cambios en el entorno, gana uno y ganan los demás.
Con estos sencillos pasos se modifica el medio y el ser, se contagia la «buena onda», se instala un registro positivo en la memoria que alienta la creación de más acciones y actitudes positivas.

Ya dijimos en más de una ocasión que es una técnica antiquísima, ¿quién la inventó?
La respuesta quizá te sorprenda, el mismo Dios.
Atiende:

«Caín se enfureció mucho, y decayó su semblante.
Entonces el Eterno dijo a Caín: -¿Por qué te has enfurecido? ¿Por qué ha decaído tu semblante?
Si te enmiendas, ¿no serás enaltecido? Pero si no te enmiendas, yacerá el pecado a la puerta. Y hacia ti será su deseo; pero tú lo puedes dominar

(Bereshit / Génesis 4:5-7)

Enmendar el decaimiento producto de un EGO que ha tomado el control y no permite pensar con claridad, actuar con bondad, conectarse con el cosmos con justicia.
El Eterno te manda a que te enmiendes, porque tú puedes y debes hacerlo.
Mientras no sueltas el peso, mientras te aferras, estás sometido a fuerzas adversas que te hunden.

Recuerda que el registro negativo en tu ser, tú lo creaste, por tanto eres tú exclusivamente quien lo puede cambiar.
Por lo cual, debes aceptar el 100% de responsabilidad por tus actos.
Cuando buscas excusas, inventas historias, tramas engaños, perduras en tus enojos, solamente te hundes más y te alejas de la salud y el bienestar.

Gracias y lo siento/estás perdonado.
Hay que utilizarlas conscientemente, con pleno conocimiento de lo que estamos expresando y admisión de lo que conlleva.
Sin hacerte expectativas, sin esperar del otro que reaccione como tú deseas; sino simplemente siendo tú el responsable por tu parte, de ser el luminoso ser que sabe limpiar sus registros negativos, que no se aferra al dolor, que deja ir lo que no tiene verdadero valor.
Lo que le toca al otro, le toca al otro y tú no puedes hacerte cargo de ello.
Por tanto, tú perdonas, tú admites tu parte, tú agradeces y tú no esperas NADA del otro.
Tú serás constructor de Shalom, obtendrás shalom, aunque el mundo no te acompañe.
Sin embargo, tus actos y actitudes tendrán repercusión (mayor o menor) en el entorno, por lo que será una onda expansiva de buena energía, de salud.
Pero, si esperas tal o cual cosa del otro, si crees que el otro debe pedirte perdón, si el otro debe agradecerte, si el otro esto y aquello, entonces probablemente no has aprendido a soltar, sigues aferrándote a lo que no tiene valor, sigues esclavizado a tu EGO…
Entrénate para ser libre.

Recuerda que los registros negativos o positivos tuyos te pertenecen, tú eres su amo.
Pero recuerda también que formas parte de una gran memoria colectiva y si se añaden a tu ser registros positivos y se borran los dañados, entonces estás acumulando bondad para TODO el universo también.
Quizás sea una pequeña gota en un inmenso océano, pero sumadas esas pequeñas partículas son las que forman el océano completo.

Perdona, libérate de la carga.
Pide perdón, libérate de la carga.
Agradece, bendice, reconoce lo bueno, libérate de la carga.

Reglas mentales y salud espiritual

imageHemos sido creados para que nuestra mente consciente trabaje como el experto y despierto timonel en nuestra vida.
Pero el timonel no gobierna la nave (vida personal), sino que está bajo el mando de alguien que conoce el mapa, sabe el destino hacia el cual dirigirse, conoce los fundamentos de la travesía, recibe informes fidedignos que le autorizan a liderar la nave. Esa autoridad es el capitán.
Al capitán de la nave se lo llama “neshamá” en el idioma de la creación, lo podemos denominar “espíritu” en español y también “Yo Auténtico”.
La mente debiera trabajar en armonía y bajo el mando seguro y firme del Yo Auténtico, es decir, de aquella esencia pura nuestra que nos conecta con Dios y con la creación.
Si la mente se cultiva, se nutre, se entrena, se adiestra como corresponde y especialmente se armoniza con el Yo Auténtico, se puede establecer un patrón de conducta saludable, donde se toman decisiones basadas en lo que es justo y bueno, siendo leales al Eterno.
Podrán haber errores y fracasos, pero nunca basados en intereses mezquinos ni en deseos de provocar adrede daños a inocentes.
Como mencionó Eric Schmidt (CEO de Google): “Intentamos cosas. Recordad, celebramos nuestros errores. Somos un compañía donde consideramos que está absolutamente bien intentar algo muy difícil, no conseguirlo y aprender algo del hecho.”.

Es decir, la persona que vive de acuerdo a los mandamientos que Dios le ha ordenado (siete universales para los gentiles, 613 de la Torá para los judíos) y que desarrolla su faceta mental, tiene como resultado que se aparta del mal y se dedica a cultivar lo que es noble y perenne, con aciertos y errores pero siempre bajo el manto del bien.
No basta con ser lúcido y culto, aunque es un mandato que cada cual desarrolle su intelecto según la medida de su capacidad intelectual.
Tampoco basta con ser ético, si bien es un mandato llevar una vida correcta.
Sino que se debe actuar con bondad y justicia, decidiendo con sabiduría Y especialmente con consciencia de que se está procediendo así porque es la Voluntad del Padre Celestial.

En muchísimas ocasiones, lamentablemente, se somete al EGO, quedando como un títere de sus pasiones, apetencias, deseos, conveniencias egoístas, presiones sociales, etc.
Por lo cual, en vez de obrar con lucidez y escoger con propiedad la ruta hacia un mejor destino, solamente sirve para elaborar excusas, inventar pretextos, justificar acciones u omisiones, idear planes que apartan de la senda del bien pero brindan un gozo momentáneo (habitualmente aparente).
La persona se sumerge en el error, en el pecado, en el ilícito y emplea su poder mental para hundirse voluntariamente.
Aunque, es frecuente también que se cancele el pensamiento, se lo debilite, se lo asfixie, para que permanezca en la inconsciencia de la gravedad ética de sus actos y no restablezca la firmeza del lazo con el mando del Yo Auténtico.
Entonces, o la persona se conduce adrede de manera incorrecta, o está como a la deriva, enceguecida para evaluar su situación y quizás tomar nuevamente las decisiones que lo aproximen a la Luz.

Sería interesante que releyeras lo anterior, que lo estudiaras, que te hicieras preguntas sobre el texto para ver si has comprendido y puedas avanzar con lo siguiente.
Es importante, diríamos que básico y esencial, tener el conocimiento claro al respecto.
Gracias.

Ahora, eres conocedor y comprensivo de una de las tareas principales de tu mente y de cómo se hace imprescindible su armonización con tu Yo Auténtico.
En consecuencia, te brindo algunos datos sobre la actividad mental.
Estos podrían servirte para conocerte más, y comprender mejor al prójimo; así también son herramientas útiles a la hora de llevar a cabo cambios de importancia en tu vida.
Estos datos los he recopilado de diversas fuentes, entre otras: “La Inteligencia Emocional”, “La Inteligencia Social”, ensayos de PNL, textos acerca de comunicación.


Los pensamientos tienen un correlato físico.
Los pensamientos se acompañan por un correlato involuntario fisiológico, tales como movimientos, gestos, postura corporal, sudoración, etc.
Algunos son gestos amplios, claros y comprensibles por el receptor pero los hay otros muy breves y pequeños, casi imperceptibles.
Estos movimientos no son voluntarios ni pueden ser controlados voluntariamente pues recorren una vía neuronal que no pasa por el centro de control voluntario.
Está de moda una serial americana llamada “Lie to me” – “Miénteme”, que se basa en los estudios en la vida real al respecto de un científico llamado Dr. Ekman, y que gira en torno a esas microexpresiones que delatan el pensamiento inconsciente o el omitido voluntariamente.
Por otra parte, los promotores de la grafología indican que la lectura de los trazos de escritura permiten develar la personalidad del escritor.

El cerebro no discierne entre realidad y fantasía.
Cuando vemos una película de terror y nos sorprende una escena aterradora, realmente sentimos miedo, como si de alguna manera no supiéramos que estamos presenciando una película.
Ocurre que el cerebro solamente registra el estímulo y no reconoce que es parte de una fantasía o de una representación ficcionada, para el cerebro el asunto está realmente pasando; por tanto, reacciona de acuerdo al estímulo.
Cuando nos llenamos de estímulos negativos, el cerebro se puebla de reacciones fisiológicas al respecto; nos alteramos, estamos preparados para que ocurran cosas malas, etc.
Cuando nos rodeamos de estímulos positivos, el cerebro emite reflejos de pacificación, de calma, de armonización.
El reconocimiento se podría producir con posterioridad a la reacción, si es que la persona se da el tiempo, la ocasión y la voluntad para discernirlo.

Lo que se espera tiende a hacerse realidad.
Cuando nuestro cerebro recibe información repetitiva, sea de origen interno (ideas) o externo (comentarios, prédicas, publicidad, etc.), tiende a enfocarse en ellas y convertirlas en pautas fijas.
Cuando se fija esa pauta el inconsciente hará lo que esté a su alcance para cumplirla.
Por esto es tan importante estar atentos y filtrar lo que permitimos que recorra por nuestra mente.

Una vez que cualquier idea ha sido fijada en la mente inconsciente, permanece hasta que otra idea la reemplaza.
De esta forma se forma en nuestro interior lo que creemos o nos parece acerca de nosotros mismos y el mundo.
Se nos han reiterado ciertos datos que han quedado anclados en la memoria inconsciente y se manifiestan como creencias, mandatos, guiones internos, etc.

La emoción sustituye el raciocinio.
Cuando los pensamientos están conectados o inyectados de emoción tienen más poder que lo datos fríos.
Esta realidad es la que suelen emplear los manipuladores que trabajan para sembrar la idolatría, cuando en sus concentraciones reúnen masas de personas a las que encandilan con shows premeditados llenos de gritos, cantos, pasiones, proclamas fuertes, gestos poderosos, etc., que llevan a cancelar el pensamiento racional para que se introduzcan pensamientos contaminados por emotividad sin filtrar.

La mente no puede procesar dos ideas contradictorias al mismo tiempo.
Por lo cual se decantará por una de ellas, por lo general aquellas que están asociadas con creencias fijadas en el inconsciente, o aquellas que contengan mayor caudal emocional.
Si, por ejemplo, la persona empieza a tener ideas que la angustian y de inmediato se concentra en ideas alternativas positivas que refuerza de forma intensa, entonces se detiene el mecanismo de angustia.

Un pensamiento inducido puede generar cambios como un pensamiento interno.
Este hecho si es empleado para el bien, permite corregir hábitos nocivos, restablecer la armonía interna, etc.
Pero si es usado por manipuladores, promotores de idolatría, engañadores, etc., entonces podría llevar hacia zonas peligrosas.

Las ideas se encadenan con sus similares.
Si pensamos negativo, encontraremos más pensamientos negativos que nos hundirán más en la oscuridad.
Pero si pensamos positivo, vemos con claridad y fuerza la imagen en nuestra mente, la sentimos, entonces se irán aclarando los pensamientos, se sumarán otros positivos.

Fortalecer al timonel.
Cuando adrede fortalecemos el pensamiento, filtrando los mensajes negativos, no admitiendo el secuestro desde le plano emocional, vinculando la mente con el plan espiritual, entonces estaremos procurando nuestra salud.

Bien amigo lector, hasta aquí este pequeño estudio.
Te pediré que lo repases, que trates de entenderlo por completo y en todos sus detalles.
Luego te ruego que expongas en la sección de comentarios, aquí debajo, cómo crees que las religiones se aprovechan de estos conocimientos para manipular a las personas; cómo podemos hacer nosotros para ayudar a liberarlos del mal; y cómo esto funciona en ti para brindarte seguridad y libertad o por el contrario malestar y esclavitud al pasado, a adoctrinamientos, a creencias falsas, a religiones, a presiones sociales, etc.
Depende de ti y de tu participación que esta importante enseñanza permanezca y se desarrolle.

La distraccion del ego hacia el constructor de Shalom.

Suele suceder muchas veces que la fatiga nos cubre para no relizar nuestra tarea primordial en el mundo. Que la pereza o la distraccion nos gusta o nos atrae más que trabajar como socios en la sagrada tarea de construir Shalom, el ego lucha  hasta tal punto de dejar a la persona dormida de su mision y totalmente descuidada de su objetivo, pues tal es su proposito.

Quiero compartir un dicho de los Sabios con respecto al estudio de Torá por parte del judio del cual se puede extraer una rica enseñanza para el que quiera mas luz en su vida y más construccion de Shalom.

Los sabios enseñan para los judios que deben estudiar Torá aunque no tengan ganas y que es mas propicio ese momento que cualquier otro. ¿Que aprendemos de este consejo?:

Seguramente has conocido o te ha pasado personalmente rechazar el Noajismo a primera vista. Has visto como muchos hacen vagar a sus miradas para escapar de la responsabilidad. Tambien te ha pasado o has visto que se siente un pequeño disgusto por tu herencia o cosas similares.

¿Porque pasa esto?

Nuestro peor enemigo, ese que no cesa, ese que trabaja a full, ese que no duerme, que no se cansa, que arduamente se esfuerza en hacernos tropezar, ese es nuestro ego, nuestro más íntimo y peor enemigo.

¿Que tiene que ver el en todo esto?

Querido lector, cuando el ego descubre que tienes un gran potencial para construir, cuando ve que tu puedes hacer mucho por tu identidad espiritual, cuando nota que puedes despertar muchas conciencias y que te esforzaras en trabajar y no fracasar en la sagrada tarea de construir shalom, nuestro pequeño a- ene -migo nos distrae, nos causa pereza, nos corre la mirada para que veamos y nos concentremos en otra cosa, lucha, se esfuerza al máximo para que no acarrees esa luz que puedes irradiar y hacer brillar en este apreciado mundo.

Y muchas veces lo logra, sobran los ejemplos de los que abandonan el Pacto con Dios, de los que dan la espalda, de los que se esfuman, de los que se vuelven polvo, de los que tristemente utilizan su potencial en vivir una pequeña y aburrida vida de diversion. Triste por ellos que pierden la batalla o se dejan vencer por no luchar.

Es por esto que los Sabios, en el caso de los judios, aconsejan estudiar aunque no se tenga ganas porque esas ganas que faltan las causa el ego, aquel que nota que el crecimiento del que estudia traera más luz.

Y es tambien por esto que se escribe este post, para que aquellos que estan flojos se den cuenta de que tienen mucha fuerza y que el ego les hace creer lo contrario.

Si piensas que no eres un buen Noajida, pues no te creas o no creas al ego. Pues ello significa que tienes mucho potencial para dar y hacer de este mundo una morada para Dios.

Pd: No tenia ganas de escribir el post, pero noten como salió. Cariños!


«Si aún no eres parte de la comunidad de Fieles a Dios,

nota que eres la pieza del rompecabezas que falta»

El consejo diario 277

Es tan difícil que el ego te deje reconocer en todo tu valor…
O te infla, y entonces te crees superior a lo que eres y dejas de trabajar por mejorarte allí en donde lo precisas.
O te menoscaba, entonces vives arrastrado e ignorando tu destino principesco.
El ego, ay el ego, nuestro enemigo más peligroso y más cercano.

La causa del mal

Si con toda inocencia tu hijito te preguntara cuáles son los males humanos en este mundo, ¿qué le contestarías?
Te confieso que yo señalaría cosas tales como: idolatría, perversiones, corrupción, crímenes, mentiras, violencia, infidelidad, falta de responsabilidad y compromiso y quizás alguna cosa más.
¿Tú quitarías o añadirías algo a esto?

Si mi hijito con más profundidad insistiera y preguntara qué es lo que tienen en común a todos estos males, ¿qué le responderías?

La Tradición judía, con su sabiduría celestial, nos brinda con frescura y claridad la respuesta justa.
En la base de todos, absolutamente todos los males provocados por la persona, se encuentra el así llamado Ietzer HaRá, que significa la «tendencia hacia lo negativo«. Nosotros, en este sagrado HOGAR le damos el nombre de EGO.
Quizás sea más comprensible si piensas en egoísmo, aunque no sea exactamente lo mismo.

El EGO es la raíz y la finalidad de todas las acciones y actitudes negativas humanas.
Medítalo un instante, busca ejemplos en las cosas cotidianas así como en los grandes eventos de la historia, y terminarás por reconocer que allí está esa presencia oscura que llamamos «egoísmo».

Tengo que mencionarte que existen dos modalidades del egoísmo, una constructiva y la otra nociva.
El egoísmo constructivo es aquel que nos mueve a preservarnos, a buscar alimento, refugio, a procrear, etc. Este tipo de egoísmo, al que se le puede denominar «tendencia negativa canalizada hacia fines positivos», es en absolutamente necesario y bueno.
Pero, el egoísmo nocivo, el que apabulla al otro, el que succiona para sí atributos ajenos, el que rechaza o es indiferente a las necesidades justas de otra persona, ese egoísmo es un cáncer emocional y espiritual, que debilita y acaba con la vida del que lo padece y probablemente de quien esté a su alcance.

Piénsalo, encuentra ejemplos de conductas o actitudes negativas, mientras tienes presente que detrás de todo esto se encuentra el egoísmo, y de pronto podrás descubrir el «secreto» para tanto dolor y sufrimiento.

¿Cuál es la sana cura para este mal corrosivo?
La respuesta la brinda nuestra Tradición, la Torá, la instrucción sagrada, revelada por Dios a los hombres, es el antídoto para el mal del egoísmo.
La Torá judías para los judíos.
La Torá noájida, para los gentiles.

Ciertamente ésta es la única manera de combatir o de canalizar con bendición ese pesado flagelo que es el egoísmo.
Cuanto más instrucción sagrada apliquemos a nuestra vida (de aquello que nos está permitido), de acuerdo a cuanto vayamos aprendiendo y asumiendo, más Luz estaremos posibilitados de traer al mundo. Primero en nuestro interior, luego derramándola en nuestro entorno.
Con la Luz del Eterno el predominio del bien y la justicia se va estableciendo.
Es un trabajo indispensable, armonizar nuestras dimensiones, recobrar la identidad sagrada que se esconde detrás de las máscaras que vamos usando.
Ésta es nuestra parte en la labor del advenimiento de la Era Mesiánica, hacer lo que está a nuestro alcance, con entereza y pujanza, para quitar la pesada piedra que es el egoísmo de nuestro corazón y dar un nuevo corazón vital a nuestra existencia (individual y colectiva).

Al comienzo el romper la cadena de la esclavitud del Ego es dificultosa, muchas son las cosas para aprender y reparar, mucho lo que se debe evitar el continuar ciegamente detrás de hábitos que ya forman como una dura costra en nuestro ser.
Pero de a poco, con paciencia y sin ansiedad, con tenacidad, con integridad, de a poco, se va alcanzando nuevas escalas de libertad para alumbrar nuestra vida y la de nuestro mundo.

Gradualmente debemos ir reconociendo nuestras fallas y nuestras virtudes, nuestros apegos del Ego, para irlos modificando en procura de alcanzar una estatura espiritual inmensa, desde la cual la esclavitud del Ego ya no nos manipula.

Tienes mucho más para aprender, para disfrutar para obtener en los textos que encuentras aquí: EGO.