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Resp 1098 – comunicación con d-os?

omarsanson nos consulta:

hace tiempo he estado leyendo sus post y me parece muy interesante, pero recordando mi niñez recuerdo que cuando rezaba lo hacia como si hablara con mi papá, pero ahora ciento que ya no lo puedo hacer, crecí en una casa donde hay libertad de pensamiento pero católica, ahora me pregunto si en realidad tenia comunicación con d-os, ya que desde muy niño no creía en jesus, yo lo veía como un hombre como todos y nunca como hijo de d-os, era comunicación con d-os o me equivoco?
Omar, Sansón, 21 años, estudiante, distrito federal, México.

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El consejo diario 390

Siga investigando, siga estudiando,  siga preguntando, siga dudando, siga admitiendo, siga avanzando, siga repasando, siga buscando al máximo lo que puede alcanzar de verdad.
Que no le impidan encontrarse con usted mismo, con su Yo Esencial; porque, a fuerza o engaño, le obligan a usar y aceptar las caretas que le imponen (y se pone) a las que se entrenó a llamar “yo”.
Estudie, busque, siga, adelante, rompiendo ilusiones, demoliendo expectativas, rechazando la ceguera de la fe, destruyendo el imperio de la ignorancia, que es otra forma de impotencia.
Recuerde: espiritualidad es vida, religión es muerte.

Esos inútiles ídolos

Abraham-sacrifica

Una vez leí una historia, creo que era un Midrásh que me hizo gracia; dicho relato contiene una enseñanza muy, pero muy, básica, que quiero relataros en una versión un poco, sólo un poco, libre, jocosa pero respetuosa, al estilo de los relatos de un padre cuenta a sus hijos pequeños. Supongo que muchos conocen la historia, pero vale la pena recordarla; En todo caso ruego me disculpen el versionar la historia haciéndola más infantil.

Se cuenta que el padre de Abram (Téraj) era un fabricante de ídolos y tenía, en la propia tienda, una especie de altar donde algunos clientes dejaban ofrendas. Un día Téraj tuvo que salir de viaje y dejó a cargo de su hijo del negocio-templo.

Abram (que ya era consciente de la existencia de un solo Dios único) tuvo hambre y, como la gente dejaba ofrendas de alimentos a esos diosecillos de barro, Abram decidió comerse las ofrendas.
Pero fue más lejos, decidió dar una lección a su padre y tomó un palo para romper todos los ídolos que había… todos menos uno.
Escogió al más grande, el que tenía forma de más bruto; a éste lo dejo entero y le colocó ente las manos el palo que había utilizado para romper a los demás ídolos.
Así lo dejó y así lo encontró Téraj cuando volvió de su viaje.

Téraj, al entrar en la tienda, quedó horrorizado:
– ¿Abrám que has hecho?
– ¿Yo, padre?, yo no he hecho nada malo.
– Pero has roto todos los dioses, y has comido toda la comida de las ofrendas

Abrám se hizo el sorprendido…
– Pero padre, no ves que ese ídolo grande tiene el palo y que el palo tiene las marcas de haber roto todos los demás ídolos más pequeños… Acaso no puede ser que ese dios grandullón se haya comido las ofrendas, por eso es el más gordo y grande, y que los demás dioses se hayan enfadado con él y lo hayan atacado. Al ver al grandullón con el palo da la impresión que debió tomarlo para defenderse y así ha destrozado y matado a todos los demás dioses.

Téraj miró con estupor a Abram no dando crédito a la historia de su hijo, pasó del asombro a la ira, pues sabía que Abrán se estaba burlando de él; al final gritó:
– ¡Pero eso que cuentas es imposible y lo sabes!

Abrám lo miró y le contestó:
– ¿Qué es lo que es imposible, padre? ¿Qué ese ídolo coma? Entonces ¿Por qué le dan ofrendas de alimentos? ¿Es imposible que se defendiera de un ataque? ¿Entonces por qué le reza? ¿Es imposible que se moviera y tomara un palo? Entonces que es sino un simple trozo de barro. Padre si sabes que es imposible… ¿por qué los adoras?

Téraj, ante la evidencia del absurdo, y siendo presa del orgullo, hizo una huída hacia delante y reaccionó con fanatismo queriendo castigar a Abrám, no sería hasta años más tarde que saldría de su error.

Reflexión: Cuando uno que conoce el noajismo, no puede por menos verlo algo absolutamente natural; es un pacto antiguo, el más antiguo, entre Dios y el ser humano; Y, a mi modo de ver y de alguna manera, es algo que está inscrito en nuestros corazones.

De esta forma, por muy atrapados que esté los idólatras en sus creencias hay algo que (vamos a llamarlo sentido común) les impide creer lo que ellos predican y, en el fondo de sus almas, saben que viven algo que, sencillamente es un absurdo.

En el relato se ve como se ofende el idólatra por romper el ídolo al que ofrecían alimento… “matar a su dios” al que dirige sus plegarias, al que le solicita ayuda y favores…
pero al tiempo no se acepta que un ídolo tenga tanto poder de romper otros ídolos… tan claro que, paradójicamente, son incapaces de verlo.

Es tan triste (por no emplear otras palabras más duras) que nosotros, que hemos sido creados a imagen y semejanza del Eterno, nos postremos ante ídolos, que por ello el mandamiento de NO IDOLATRÍA, ocupe un nivel tan importante en los listados de los mandamientos de la humanidad, de TODA la humanidad.

Amigos, Dios es liberador, la idolatría es esclavitud y la sumisión de la inteligencia (que es un don de Dios) al absurdo.
Se puede ser idiota… pero no TAN idiota y, sin embargo ¿cuántos ídolos aún quedan en el mundo?
¿y en nuestra vida?

La Estrella Roja

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Recientemente releía un artículo de Fulvida que hace énfasis en aceptar y respetar la identidad propia de cada quien; saber quien se es, de donde se viene y en donde se está; así como también respetar la identidad y tradición de los amigos de otros países – http://fulvida.com/id-noajica/identidad/t-que-dices-que-eres-judo -.

En los primeros párrafos, el querido maestro hace una relación directa entre “anhelar paz” con “amar la verdad”; esto en función de aquellas personas que reconocen quienes son culturalmente y escogen vivir tal y como son, sin copias de identidades ajenas a las suyas.

Yo como costarricense, tengo dichos, costumbres y tradiciones propias de mi querido país; sin embargo nuestras tradiciones no son milenarias como la de otras culturas, sino que se han venido construyendo en pocas decenas de años. Y, en honor a la verdad,  nuestra idiosincrasia fue formada por los aportes de otras culturas, tal es el caso de algunas comidas típicas, algunos dichos populares, algunos instrumentos musicales, algunos trajes típicos, etc, que fuimos asumiendo como propios, pero que en la realidad son parte de algunos países vecinos; es decir, somos mestizos por cualquier lado que se nos quiera ver.

Sin embargo, hay algo que me ha llamado la atención, y es que en materia de moral, nuestros primeros padres eran muy apáticos a los deberes religiosos o morales;  existía en los primeros pobladores mucha pobreza, que sumada al libertinaje, en una ocasión un obispo, el señor Garret y Arloví nos excomulgó en el año 1711. Esos hechos, y otros más, me hacen suponer que la influencia cristiana en este país no tiene más de unos 200 años; sea, que casi por puro interés en lo que ofrecía un Estado recién formado en 1821 y que daba cierto poder político a la iglesia católica, los habitantes paulatinamente se hacían cristianos.

Sobre esto, en algún momento tuve la oportunidad de compartirles un pequeño artículo que había escrito en respuesta de algunas interpretaciones de nuestra historia que hacen los “judíos” mesiánicos ticos, y espero que mis paisanos me ayuden a enriquecerlo:

http://fulvida.com/varios/de-usuarios/el-error-de-la-especulacion-mesianica-cristiana

He de contarles que en la provincia donde vivo, pululan los cristianos mesiánicos. Y esto es porque es aquí, en donde tiene residencia uno de sus principales líderes y propulsores de dicha religión; y fue desde aquí desde donde comenzó a diseminarse sus ideas a otros lugares del país.

El otro día, me encontré un artículo en la red, escrito por uno de esos líderes seguidores del cristoloco crucificado, en donde aparte de negar nuestro mestizaje, saca conclusiones tan disparatadas que no sabe uno si ponerse a llorar o reír, ya que no se sabe si lo escribe en serio o en broma.

Entre sus múltiples disparates, me llamó la atención que este seguidor de Cristoloco mencionara  una de las primeras banderas de Costa Rica, la de 1823, para justificar su insostenible tesis. Describe:

En el centro de San José (Capital de Costa Rica)… existe un monumento en su honor (Referencia al primer Jefe de Estado): Sobre la superficie anterior del pedestal de la estatua se halla un bajorrelieve de la primera bandera de Costa Rica, en la que lucía un Maguen David rojo sobre un fondo blanco, elocuente testimonio de que nuestra Nación fue la primera en el mundo que enarboló dicho Escudo en su Bandera, aún antes de que lo hiciera el Estado de Israel… Los grandes patriarcas de Costa Rica … tenían conciencia de su judaísmo y, por supuesto, del significado del Maguen David en la bandera de Costa Rica…” (lo encerrado en paréntesis en propio).

Lo que esta describiendo (¿equivocadamente?) este señor, NO es la primera bandera de Costa Rica, sino que es la TERCERA, que estuvo vigente del 6 de junio de 1823 hasta el 4 de Marzo de 1824; es decir, aproximadamente 2 años después de nuestra independencia.

La información que existe de esa bandera, información que es púbica y que puede conseguirse en algunas fuentes de la red, a mí en lo personal no me hace suponer ninguna “conciencia” del judaísmo del primer Jefe de Estado. A modo de ejemplo, en las Actas de la Asamblea Provincial y de la Junta Gubernativa de 1823-1824 que pueden conseguirse en Wikipedia,  y con respecto a la susodicha bandera y a la moneda temporal para esa fecha, se puede leer:

 «Sesión 13º- Sala de Sesiones – San José, mayo 10 de 1823. Presidida por el señor Presidente Peralta y señores supra indicados.

1º.- Habiéndose indicados varios puntos relativos al régimen político de administración de la Provincia se acordó, 1º. Que durante su actitud actual adopta provisionalmente por pabellón una bandera blanca con una estrella roja en el centro.

2º.- Que el gobierno adopte las medidas conducentes y prontas para el establecimiento de un cuño provisional de oro y plata, moneda redonda con la mayor exactitud y perfección que sea asequible igualando su peso y ley a la de Guatemala y México con el tipo o inscripción siguiente.

Por un lado, una estrella en el centro, orlada su circunferencia con esta inscripción circular Costa Rica Libre, la era vulgar y época de la libertad contada desde el año de 21; por el reverso una palma en el centro cruzada por una espada y un fusil con bayoneta y un cañón por debajo y en la orla la inscripción de su valor en pesos o reales que señalará el Gobierno.

3º.- Que el Gobierno adopte las medidas conducentes para la expulsión de personas que por su desafecto al sistema actual de Gobierno sean perjudiciales a la seguridad de las Provincias:- sobre definición de embargos por la renta de tabaco: sobre administración y distribución de la masa decimal conforme a las leyes vigentes.

4º.- Que se inserte en el Estatuto un artículo especial por el que queda el Gobierno autorizado para obrar conforme a los artículos 8, 9, 11, 12 y 14 de la acta de dos de septiembre del año próximo pasado de 22, y con respecto al estado actual y de absoluta libertad de la Provincia.

Se levantaron las sesiones. – Peralta, Pte. –Vidal, Srio.

(Actas de la Asamblea Provincial y de la Junta Gubernativa, Tomo III, 1823-1824)” El resaltado es propio.

¿Donde se menciona un Maguen David? ¿Será posible que por una sola referencia a una estrella roja en el centro de una bandera y de una moneda se pueda llegar a suponer conciencia judaica de los patriarcas ticos con el fin de autodenominarse ahora judíos? Es claro que escogieron una estrella roja en una bandera blanca para nuestra tercera bandera, lo que no es claro es el porqué lo hicieron. La sola bandera blanca con su estrella es motivo de suficiente suposición especulativa del mentiroso mesiánico; pero el que lee los 4 artículos que conforman el Acta también puede fácilmente concluir que escogieron esa bandera por que les dio la gana y punto, ya que no hacen ninguna motivación del porque la escogieron. El acta lleva este orden: en el punto primero la escogencia de una bandera, en el punto dos la necesidad de acuñar moneda y su forma, en el tercero sobra la expulsión de personas que no estén de acuerdo con el Gobierno en temas de embargo, en el punto cuatro sobre la absoluta libertad del país recién naciente. Noten que luego de escoger la bandera y su forma, le restan importancia a dicho punto para tratar otros. No motivan ni justifican la forma de la bandera, la que nos representaría en ese momento ante el resto de países recién independizados. No justifican lo que rebuscadamente si asegura el especulador líder de la secta mesiánica.

Para concluir, por más que rebusquen en la historia patria los mentirosos mesiánicos, por más que intenten torcer los hechos históricos para sostener sus fabulas, la verdad es evidente, salta a la luz para el que la anhele. Como dice el artículo transcrito: “la verdad es simple, es clara, es pura, es pacífica”

Santidad noájida

Noájida no es ser miembro de una secta, ni de una religión, ni de una elite, ni de una clase social, ni de un grupo cerrado, ni de una moda, ni de una novedad, ni de un movimiento social, ni de… pon el título que desees o te parezca. 
Realmente, noájida es ser parte del 99.8% de la humanidad (el 0.2% restante son los judíos).
(Estimamos la población mundial actual en unos 7.000.000.000 –siete mil millones- de individuos, de los cuales solamente unos 15.000.000 –quince millones- son judíos).

Este es un hecho cierto, que no depende de creencias u opiniones.
Existen los noájidas y existen los judíos.
¿Qué los diferencia? ¿Acaso la raza, la creencia, la religión, alguna cuestión metafísica, qué?
En esencia, el pacto que los vincula con Dios.
Los noájidas están comprometidos al pacto de los Siete Mandamientos Universales, en tanto que el pueblo judío al pacto de los 613 mandamientos de la Torá.
Esa es la gran divergencia entre unos y otros.
Los noájidas, es decir la casi totalidad de la población humana, tiene asegurada la santidad, la “salvación”, la vida eterna, la bendición terrenal, simplemente por vivir éticamente, a través del cumplimiento de los siete mandamientos que les corresponde a cada uno de ellos: no adorar entidades que no son Dios, no maldecir a Dios, no asesinar al inocente, no tener relaciones sexuales prohibidas, no robar, no comer parte de un animal con vida y establecer cortes de justicia.
Por su parte, los judíos como nación tienen un yugo mucho más pesado y complejo, pues no se limita el requerimiento divino a estos preceptos básicos y esenciales, sino que el compromiso incluye numerosas acciones, infinidad de prohibiciones, muchas y difíciles pautas, que les han sido impuestas por Dios y libremente aceptadas por la nación judía hace ya más de 3300 años.

El pacto noájida es mucho más antiguo, mucho más abarcativo, en apariencia sencillo y básico, pero tan sagrado y valioso como el que Dios selló en su momento con el pueblo judío para siempre.
Así pues, el noájida que desea vivir la plenitud espiritual cuenta con su propia herencia, que son los Siete Mandamientos; tal como el judío tiene sus propios mandamientos que cumplir. Ambos sagrados, ambos de origen celestial, ambos que conducen a la vida de santidad, ambos que adquieren porción placentera en la vida venidera.

El noájida no es un hermano menor, no es el hijo pobre, no es el dejado de lado, no es el fracasado, por el contrario, SÍ ES el socio valioso de Dios en la tarea de construir shalom en el mundo, tal como lo son los judíos, pero al ejercer su propio rol, y no por querer usurpar el rol que corresponde a los judíos, o por tomar para sí acciones y/o prohibiciones que Dios dictó como mandamientos a los judíos y no a los gentiles.

Claro que el noájida que por algún motivo legalmente válido desea tomar para sí la pesada responsabilidad y compromiso de los judíos, tiene ante sí el camino de la conversión legal y formal al judaísmo. Por ser un paso de enorme significación, que es irreversible e implica un cambio profundo y rotundo en el estilo de vida, es que la conversión se realiza como paso final de un largo proceso, durante el cual el proponente estudia, experimenta, conoce, respeta, cambia, incorpora, decide y luego se presenta ante un tribunal apropiado que le tomará las pruebas necesarias y tras los procedimientos rituales la persona se convierte al judaísmo.
Por ser el pacto judío mucho más restrictivo y riguroso, la conversión solamente se da en una vía, de los menos mandamientos a los más, pero no a la inversa. Es decir, la persona que nace judía o se ha convertido legalmente, NO tiene ante sí la posibilidad legal y/o espiritual para ser noájida, porque no se admite la reducción de compromiso. Pero el gentil que desea aumentar su número de mandamientos, para pasar de los siete fundamentales a las decenas o centenas que deberá cumplir como judío, entonces eso sí es posible hacerlo.

Existe una gama de consciencia y acción entre los noájidas, porque no todos conocen su identidad espiritual, ni saben de los mandamientos noájicos, ni los cumplen. Básicamente tenemos a la gran mayoría de los noájidas, que no tienen consciencia de su identidad, ni conocen el pacto eterno que los vincula con el Eterno, ni cumplen con sus siete mandamientos con la consciencia de estar ejerciendo su rol en el mundo. Por supuesto que la gran mayoría de las personas, aunque ignorantes de los Siete, igualmente se comportan con la ética humana esencial, esa que radica en su Yo Esencial y no en los mandatos sociales. Por ello la enorme población que no asesina, no roba, respeta los lazos conyugales, respeta el dolor de los animales, llevan una vida acorde a las leyes, y sí, se tiende a no maldecir a las deidades. Pero la casi totalidad desconocen al Eterno y por ello cuando buscan en su interior y se dan cuenta de que precisan vincularse con Dios, se confunden y adoran dioses que no son Él, o se creen ateos, porque rechazan a esos falsos dioses que evidentemente no son divinidades existentes, pero incluyen allí al Eterno por error e ignorancia.
Luego están los noájidas que son conscientes de la identidad espiritual noájica, saben de los mandamientos, han tomado consciencia y hasta quizás vivieron un rato con el compromiso de armonizar su vida con la senda sagrada del noájida. Pero la consciencia espiritual volvió a embotarse, se perdió el brillo, ya se está otra vez confundido y perplejo. Quizás se regresó a la vida anterior, con idolatría, con muchas máscaras que se hacen pasar por el Yo pero son solo antifaces, o tal vez en la confusión se inmergen en un caos de noajudaísmo, una mezcolanza de algo parecido a noajismo con algo parecido a judaísmo. Error, oscuridad, mixturas enfermizas, perdida de la luz, abandono de la senda sagrada por ir detrás de cosas que llaman la atención, o parecen satisfacer el espíritu, pero son solo sensaciones del EGO. Entre estas personas suelen estar los que fantasean con la conversión al judaísmo, pero no por los motivos válidos ni por un compromiso real con la espiritualidad al estilo judío, sino más bien como efecto de su enfermedad emocional, sus problemáticas personales, que en el fondo suponen se solucionarán con una fraudulenta conversión al judaísmo. Es gente dolida, sufrida, no mala de por sí, aunque nos hemos topado personalmente con un puñado que son capaces de realizar cosas macabras, terribles, con tal de satisfacer su EGO pero escudarse en supuesta espiritualidad noájica o mística extraña. Pobre gente, esperemos que mejoren pronto y que no sigan engañando a los incautos que caen detrás de sus patrañas.
Luego están los noájidas conscientes pero que no cumplen cabalmente con sus Siete. Los motivos pueden ser variados para tal ”ortodoxia” en la creencia pero “agnosticismo” en la acción, el hecho es que existen noájidas conscientes pero no activos. Por supuesto que por lo general siguen siendo personas éticas, no incurren en crímenes ni en acciones decididamente antagónicas al noajismo, pero se abstienen de actuar como noájidas y por serlo.
Luego están los noájidas conscientes y activos, saben y cumplen. Son personas que en su vida cotidiana procuran construir Shalom, desde las cosas pequeñas hasta las grandes, desde lo diario a lo excepcional. Lo hacen porque saben que es su misión en la vida, tal como el Eterno les ha decretado y ellos aceptan con amor y respeto.

Como se aprecia, a diferencia de sectas y religiones, en el noajismo no hay necesidad de no pregonar guerras "santas", ni inquisiciones, ni castigos a los “herejes”, ni perseguir a los que piensan o hacen diferente, ni estigmatizar a los “ateos” o los que andan por su propia órbita espiritual, ni hacer pesar sentimientos de culpa para manipular, ni hacer campañas antagónicas en contra de otros noájidas o maestros judíos que acompañan al noajismo, ni… En resumen, el que anda por la senda de la Luz del noajismo no precisa manejarse con las herramientas del EGO, sino que trata en la medida de lo posible que sus palabras, acciones, presentaciones, todo lo que hacen sea desde la fuente sagrada del AMOR. Por ello en vez de guerras, antagonismos, declaraciones pomposas, rituales, ofensas, mentiras, gritos, violencia, en lugar de lo que produce el EGO se actúa y enseña acerca del perdón, comprensión, arrepentimiento, compromiso, responsabilidad, construcción de shalom, aceptación del diferente, paciencia con los ritmos y procesos del prójimo, ayuda al necesitado, aprender a conocerse y mejorarse, entre otras nociones que surgen desde la fuente del AMOR.
¡Cuán diferente es el comprometido con el noajismo (y judaísmo) verdadero a los miembros de las religiones!

Vale aquí un pequeño consejo, mucho cuidado con esos que se hacen llamar noájidas, o “maestros judíos de noajismo”, pero que son religiosos, viciosos por poder, adoctrinados por el EGO, encandilados por su vanidad, ambiciosos de llenarse con lo que te pertenece y no les corresponde. Cuidado, mucho cuidado con ellos. Pueden estar al lado tuyo, ser “amigos” en el Facebook, enviarte mensajitos muy simpáticos y en apariencia saludables a tu email, suelen llenarse la boca de frases pomposas de rabinos y citar libros judaicos, se regodean con sus conocimientos de tales y cuales, censuran a más no poder, esgrimen sonrisas y falsos afectos. Cuidado con ellos.

Mientras construimos shalom, cada uno como puede, recordemos que debemos apartarnos del mal para hacer el bien. 
Mucho más necesario es apartarnos del mal que se disfraza como bien.

También es bueno tomar tiempo para aprender, para darse cuenta de tantas cosas que rompen con los esquemas que uno ha ido aprendiendo y mamando desde la cuna.
Casi todo es nuevo, incluso aquello que parece similar a lo conocido suele ser bastante diferente y novedoso.
Entonces, ir con calma, no creerse sabio por haber leído un par de textos o haber aprendido uno o dos conceptos. Con calma pero sin pausa. Con paciencia, con respeto, con amor, con tolerancia, porque el camino del aprender realmente requiere de un poderoso e imprescindible des-aprender. Primero, primerísimo, hay que desaprender mucho de la ideología y practica previas, luego aprender mucho, hacer mucho, vivir mucho de noajismo. No se nace maestro de noajismo, aunque uno haya sido maestro en la iglesia o la universidad o la ieshivá. No se nace maestro de noajismo por ser inteligente o carismático, ni por haber sido líder religioso o tener conocimiento de hebreo o lecturas filosóficas. Por algo el Señor de señores hizo del noajismo una realidad completa y compleja pero en sencillos Siete Mandamientos, fundamentales, necesarios, básicos. Por algo Él decretó que no tuvieran una pesada y compleja Torá al estilo de los judíos, ni les puso la carga de innumerables preceptos y reglamentos derivados. Por algo el Creador no ordenó y determinó que hubieran ministros espirituales noájicos, ni rabinos que los comandaran, sino que en la vida cotidiana cada uno hiciera su parte para llevar a cabo el Plan divino. Sin amos, sin clérigos, sin opresivos rituales, sin ceremonias, sin religiosidad, sin depender de lo que decida un rabino o un concilio de rabinos, porque el noajismo se autosustenta sin depende de autoridad judías.
Claro, actualmente pareciera necesario el báculo del rabino o del maestro judío entendido, pareciera imposible el noajismo sin un libro de reglamentos procesado por alguna autoridad judía, pero es solamente por la situación del momento, por los siglos de oscuridad y apartamiento. No es parte del Plan divino, según podemos constatar, que el noájida sea una sucursal del judío, ni el noajismo una factoría judía. Por el momento, dado el fracaso de los antepasados de los noájidas actuales, es bueno tener la orientación adecuada desde el sabio maestro judío conocedor de la temática, pero es como el faro que alumbra al barco en mitad de la noche atormentada por la tempestad. Cuando el mar se calma y la claridad se establece, cuando los del barco tienen control y conocimiento, ya no dependen del faro, sino de sus propios medios para navegar con seguridad y éxito. Recuérdalo cuando pretendan encorsetarte en instituciones judías o que dependen de personas judías que no entienden o no saben del la independencia que corresponde a los noájidas y el noajismo. Independencia en la unidad, en la armonía, en el ejercicio conjunto del AMOR para establecer un mundo de shalom bajo el reino del Eterno.

Noajismo, al igual que el judaísmo, es conexión.
Con uno mismo, con el prójimo, con la sociedad, con el mundo, con Dios.
Si lo que vives de “noajismo” no te sirve para estar conectado, realmente, en paz, en armonía aún en la discusión, entonces no es noajismo.
Conectar… recuerda… conectar…

Si estás recién conociendo esto probablemente te sientas impulsado a querer reuniones, congregaciones, la vida social al estilo que conoces de tus iglesias. No tiene nada de malo reunirse para rezar, estudiar, compartir, colaborar, etc. Pero no hacerlo desde la religión, sino desde lo que corresponde al noájida y el noajismo. Recuerda que en su esencia noajismo no precisa de organización estilo iglesia o secta, noajismo es vida, constante vida, no en “reuniones” religiosas, sino en cada instante de nuestra vida. Tampoco tiene nada de malo congregarse, pero si de eso se hace todo el noajismo, entonces estamos en otro tipo de religión, en otro error, y no en el noajismo puro y sincero.

Te agradezco que hayas leído hasta aquí y quedo de ti para lo que pueda ayudarte.
Hasta luego, y que sepamos construir shalom a cada instante, y si no pudimos hace un rato, bueno… quizás ahora podamos…

El «No-Vivo»

Hace poco, me llamó la atención un comentario recibido en mi Facebook, que me hizo una persona por una relación que hice de un video que circula en internet, con un artículo de la pagina web serjudio.com.

El video muestra a un presidente de América del Sur, profiriendo  maledicencias en contra del Estado de Israel, relacionándolo con una sentencia divina; mientras que en el artículo en mención, es una respuesta a una pregunta revestida con un antisemitismo irracional y una declaración arrogante de odio hacia la humanidad de los judíos.

Juzguen, amigos, ustedes mismos:

El Video: http://www.radiojai.com.ar/jaitv/home.asp?id=63517

El Artículo: http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1524.htm

Antes de continuar quisiera aclarar que, como bien me lo hacía saber un sabio profesor, no soy ningún militante del “anti cristianismo” o de la “anti religiosidad”, ni tampoco promotor del Judaísmo; básicamente por 2 motivos personales: del cristianismo, o de cualquier otra religión, estoy convencido que son subproductos de la sobrelimitación de la función natural del Ego del hombre, ante su incapacidad de soportar el terrible sufrimiento que produce la falta de control sobre las circunstancias de la vida, y el terrible sufrimiento por la falta de control ante lo inminente: la muerte (Ego secuestrando el Intelecto del Hombre = religión). Sobre lo segundo, la no promoción del judaísmo, porque es completamente desconocido para mí, pues no soy judío, y por lo tanto, no promuevo lo que desconozco.

Ahora bien, les comentaba que me llamó la atención un comentario que recibí, en el que la persona me indicaba que otro presidente de un país del Oriente Medio, no solamente ha proferido insanas palabras contra el Estado de Israel, sino que también ha llamado al exterminio del judío, pero que en su caso se le nota cada día más sano y más lleno de odio.

Entendí, por ese comentario, que al Presidente del país de Oriente Medio no se le está aplicando la misma “sentencia divina” que si se está ejecutando al Presidente del país suramericano.

Reza la sentencia divina, que puede ser vista en el link de arriba, así:

Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.» (Bereshit / Génesis 12:3)”.

El querido Maestro, autor de dicho artículo, advierte una posible interpretación de esa sentencia con estas palabras:

Queda en sus manos la elección de lo que le espera en su futuro: o la vida (siendo amigo del pueblo de Israel), o la no-vida (siendo enemigo de Dios y los judíos).” (Lo resaltado es propio).

Llama la atención el término que utiliza el Maestro: La No Vida.

Nótese que no utiliza otro término, como podría ser, por ejemplo: muerte, enfermedad, depresión, etc. Ahora, se puede entender la frase «no-vida» como sinónimos de las que mencioné, pero quedaría un poco vago en concepto, porque en el contexto del artículo, la frase “no-vida”, hace alusión a otros términos tales como: odio, miedo, terror, desprecio, envidia, es decir: falta de armonía o falta de ganas de vivir; por lo que fácilmente se puede deducir que dicho termino que utiliza el querido Maestro hace referencia a que los enemigos de Dios y de los Israel, pierden esa capacidad de disfrutar la existencia, es decir, la capacidad de gozar de lo bueno de la vida.

¿Pero, por qué? Es fácil deducir (esto sin restarle significados más trascendentales desconocidos para mi, y que el tal vez otros sí puedan dilucidar)  que  concentrarse  con odio, con envidia o con desprecio por lo que hacen los otros, es desperdiciar y malgastar un tiempo que se puede invertir en cosas provechosas, como por ejemplo y en el caso de los ambos presidentes, ocuparse en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos del país que dirigen (en mi país, a las personas que les gusta meterse o investigar en la vida de otros les llamamos “metiches”, “viejas de patio”, o “gente vina” ).

El estar pendiente por lo que hace un Estado y sus ciudadanos, en las condiciones de los ejemplos expuestos, es igual a estar “No Vivo”, o bien, no gozando de la vida. Pareciera que para uno de esos mandatarios, se le está educando así: “si se concentro en lo que hacía un país ajeno al suyo, ahora concéntrese en su salud” (no quiero que me mal entiendan y piensen que estoy juzgando una acción con mi propia interpretación; solo quiero hacer énfasis en que una posible lección de una enfermedad es la desconcentración de asuntos ajenos).

Ahora bien, y de acuerdo al artículo citado, el cuidarse de la acción de maldecir a Israel, debería también aplicada a todo Estado o individuo, pues tal como se intenta exponer, antes de la acción de maldecir, hay una acción de concentración en lo que hace el otro tan excesiva, que da como resultado la acción de maldecir.

El “vivir y dejar vivir” debería ser una máxima en la vida diaria; el “dejar en paz” al otro debería ser otra.

Para terminar, quisiera apuntar otro término que el buen Maestro asocia directamente con el expresión “No-Vida”. Si notan, el Maestro lo asocia como un igual de la condición de “enemigo de Dios”.

Noten: “Queda en sus manos la elección de lo que le espera en su futuro: o la vida (siendo amigo del pueblo de Israel), o la no-vida (siendo enemigo de Dios y los judíos).” (Lo resaltado es propio).

Creo que nadie quisiera autoproclamarse enemigo de Dios (aunque tal vez por ignorancia así se actúe); sin embargo con la acción de concentrarse con odio hacia lo que hace otro, lleva como resultado a la acción de maldecirlo, lo que a su vez da como resultado un desperdicio de tiempo de vida; pero tratándose de esas acciones contra Israel, esas acciones, aparte de resultar en desperdicio de tiempo de vida, llevan consigo el título de “enemigo de Dios”.

El libro “El Camino del Genil Justo”, indica en su capítulo 7 sobre la Blasfemia, Parte 1, así:

“… Cuando alguien es perjudicado por una persona y busca venganza, pudiera (llegar a) gritarle o maldecirlo. Si el perjuicio es grande, el afectado podría no estar satisfecho solo con palabras sino que podría (llegar a) agredir físicamente a quien le perjudicó. En casos extremos, el vengador podría no llegar a satisfacer su sed de venganza hasta que llega a dar muerte. Esto es entre un hombre y su vecino. Entre el hombre y Dios la cosa es distinta. El hombre no puede matar a Dios ni puede agredirLo físicamente. La mayor venganza que un hombre puede cometer en contra de Dios es maldecirLo. Por tanto, la blasfemia es vista como la expresión del deseo de herir a Dios, incluso de borrar Su existencia o de asesinarLo…” (pag 69)

Conforme a la cita transcrita, cuando el Maestro relaciona el término “No-Vida”, con la expresión “enemigo de Dios”, en el caso de proferir palabras directas en contra de Israel, pareciera que compara al maldiciente con un blasfemo; o bien, con alguien que no reconoce la Bondad y la Grandeza del Creador.

Conclusión:

Para no ser un “No-Vivo”, hay que:

Vivir y dejar Vivir.

Dejar en paz al otro.

Cuidarse de no ser blasfemo.

 

(Este pequeño artículo lo escribo en mérito por la abuelita de una querida amiga, fallecida hace pocos días.)

 

El mundo, ¡que bello lugar!

En este escrito, he querido ver el mundo un poco color de rosa para compensar que hay muchos que lo ven en blanco y negro. Aunque no olvides que lo mejor es contemplarlo siempre tal cual es, con su infinidad de delicados matices, con sus sombras y con sus luces.

Curiosamente y contra lo que se suele pensar habitualmente, al contrario de aquel verso escrito por Jorge Manrique: « cualquier tiempo pasado fue mejor»; el mundo en el pasado raramente y excepto quizás en algún lugar puntual y efímero, fue mejor que ahora.

En este texto quiero realizar un somero repaso a algunas aportaciones que gracias a unas pocas personas, han alumbrado a la humanidad y que pese al actual pesimismo globalizado, la han llevado a cotas de bienestar inimaginables en otros tiempos.

No pretendo que sea este artículo una oda a la autocomplacencia y mucho menos a la inactividad o el conformismo. Pero sí me gustaría que sirviera de acicate para impulsarnos un poco a todos en la tarea diaria de mejorar el planeta así como la existencia de cuantos en él habitamos.

Recordad y tened presente que unas pocas personas  impulsaron el progreso pero fueron muchas las que hicieron posible cada cambio, cada mejora, cada avance.

Vivimos en la actualidad una cierta desidia generalizada y desconfianza hacia todo, en especial a quienes nos dirigen y nos rodean. En cambio, nos mantenemos  ajenos a ciertos hechos y realidades otrora bastante habituales.

Trasladémonos imaginariamente a cualquier época del pasado y miremos a nuestro alrededor, os invito a imaginarlo vívidamente.  Veremos gracias a nuestros” poderes” (entiéndase poderes como imaginación) que la población mundial no ha pasado de los mil millones de personas antes del siglo XVIII y que a pesar de esto, con siete veces menos población que ahora, los grupos humanos de entonces se pasaban el tiempo en guerras constantes.

Repararemos en el atroz sufrimiento de millones de personas como resultado de esas guerras, de enfermedades, de tratamientos inadecuados, de ideas genocidas y autoritarias, de creencias absurdas y de inspiraciones mágicas.

No existía la anestesia como la conocemos hoy;  un simple dolor de muelas era una tortura, pero además podría decirse irónicamente que  la tortura era algo extendido, habitual y aceptada por casi todos.

No se conocían los antibióticos por lo que millones de personas morían inexorablemente de infecciones y epidemias.

Imaginad una época donde el simple acto tan normal en nuestros días de afeitarse cada mañana llevara aparejado un riesgo de defunción nada desdeñable.

La higiene no se relacionaba con la salud y en la práctica, el mismo médico que atendía a un moribundo de cualquier enfermedad era el que ayudaba a traer los niños al mundo sin ni siquiera lavarse las manos.

La media de vida, al contrario de lo que mucha gente cree, no se refiere a que antes no hubiera personas que vivieran setenta u ochenta años. Se refiere a que gran cantidad de los recién nacidos morían casi al instante. Veamos como se  hace la media para que se entienda fácilmente; si dos personas nacen y una llega a los setenta años y otra fallece a los cero años, sumamos el total de las dos edades (setenta más cero) y lo dividimos entre dos (dos personas) para calcular la media, que en este caso sería treinta y cinco años.

Un pasado en el que alimentarse no estaba asegurado y en el que resguardarse del frío y encontrar cobijo no era algo a dar por supuesto.

Reflexionemos un poco, volvamos al presente. En unos doscientos años (que en la escala de nuestra existencia es muy poco tiempo) la población mundial no se ha duplicado, se ha septuplicado.

Sigamos razonando, tenemos siete veces más personas, pero ahora casi todos comemos, el dolor físico, en la mayoría de los casos nos pasa de largo o se mitiga bastante.

Una enfermedad no es en general sinónimo del final de nuestra vida.

Aunque aún hay guerras y conflictos,  robos y asesinatos, la sociedad no los  percibe igual que en el pasado y para la mayoría, la vida humana posee un gran valor. Teniendo en cuenta que somos siete veces más bocas que alimentar, personas que atender, individuos que organizar y resguardar, en el mundo hay menos hambre, menos dolor y quizás menos maldad que en el pasado.

Hasta aquí llegaré en esta ocasión con el optimismo.

De otro lado, ahora todo es global. Las dos mayores guerras de la historia se han producido en el siglo pasado y solo estamos al comienzo del XXI.

Nunca el ser humano poseyó el poder de fulminar el planeta en el pasado.

Grandes retos tenemos por delante, también en el pasado los tuvieron otros.

Unas pocas personas,” esclavas” de su época como ahora lo somos los que leemos este artículo, porque ninguna persona escapa a su tiempo, marcaron entonces la diferencia y gracias a su esfuerzo y constancia, mejoraron el mundo.

 ¿Qué vamos a hacer nosotros? ¿Seguiremos sentados frente al televisor o el ordenador, quejándonos y perdiendo lo más valioso que tenemos, nuestro momento?

¿Nos prepararemos y formaremos a la vez que vamos haciendo desde ya lo que podamos para construir una realidad mejor? ¿Esperaremos a estar perfectamente preparados antes de empezar a riesgo de que nunca llegue ese momento por causas ajenas a nuestra voluntad?

¿Qué vais a hacer vosotros? ¿Qué vas a hacer tu?…

De la religión y la espiritualidad

"Una de las lecciones más tristes de la historia es ésta: si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño. Encontrar la verdad deja de interesarnos. El engaño nos ha engullido. Simplemente, es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos caído en el engaño. En cuanto se da poder a un charlatán sobre uno mismo, casi nunca se puede recuperar." – Fragmento de ‘El Mundo y Sus Demonios’ por Carl Sagan.

Es así como el EGO se perpetúa en su apariencia de poder.
Deja de interesarte la búsqueda de la verdad, para afiliarte fanáticamente a lo que tu crees.
Ya no existen más las preguntas, sino las afirmaciones, las repeticiones de lemas, las agresiones, las mentiras, las negaciones, el silencio de la opresión y del miedo.
Cuando se usan signos de interrogación, es para encubrir afirmaciones, para aseverar disimuladamente, para hacer de cuenta que se está buscando el conocimiento, para bloquear el camino a la iluminación, para agredir, para mantener vigente el encierro en la celdita mental del EGO.

El esclavo del EGO no pregunta, no critica, no cuestiona, no piensa.
Pero, repite, memoriza, declama, reclama, protesta contra sus “enemigos” en tanto aclama al EGO y sus representaciones.
Y sé que interroga inquisitivamente a quien supone un adversario, un hereje, un “libre pensador”, dispara supuestas preguntas, que son afiladas armas (aunque vistas desapasionadamente, no son más que cascotes toscos, brutales, insípidos como quien las origina y dispara). Se ponen en campaña despiadada para colgar a los que pueden traer un poco de luz a las vidas de los oprimidos, a los que con su forma de vivir y/o pensar pueden poner en peligro sus armaduras y murallas de falso poder. Allí sí que son activos, hábiles en lanzar sus dardos venenosos, en inventar cuando no tienen otro argumento, en gritar, en hacerse las víctimas, en cualquiera de los recursos que el EGO les capacita a ostentar.

Aparece el EGO y sus representaciones, que se exteriorizan en los símbolos del poder, en los charlatanes, en los mercaderes de la fe, en los líderes religiosos, en los patancitos bravucones que vociferan su “elección” y superioridad por sobre el resto.
Desde el primer creador de religión, que también fue –y no casualmente- el primer asesino de la historia, desde Caín, la cosa es idéntica. La religión ligada a la prepotencia, al orgullo, a la negación de la realidad, a las inquisiciones, a la severidad amarga, a la careta de alegría que esconde la angustia mortal, a la muerte en vida, al celo, a la envidia, a la masacre… siempre se repite, en cada generación.
Tal como el primer organizador de la religión formal, el rey cazador Nimrod, nacido en un pesebre de una supuesta virgen, muerto y renacido, crucificado para redimir a los que tuvieran fe en él, hijo del dios más poderoso, perseguidor de los que se le oponían, desde aquel antiguo momento hace mucho más de dos mil años atrás, la cosa vuelve una y otra vez por el mismo cauce. Cambian los nombres, varían las caras, las religiones toman más o menos rehenes, pero en la base es el mismo EGO, muy poco cambia de su esencia.
La religión como negación de la vida, como prisión, como escollo en el abrazo que Dios tiene a Sus hijos.

Con esto en mente podemos visualizar el gradiente que va desde lo espiritual a lo religioso.
Como ya hemos enseñado en varias ocasiones previas, espiritual es lo que conecta con el Eterno y con el prójimo, se consigue por medio de las acciones correctas (cumplimiento de los mandamientos pertinentes a cada uno).
En la otra punta, esta la religión, que es la externalización del EGO, en dioses, santos, pastores, líderes, ritos, lemas, miedos, sentimientos de culpa, esperanzas banales, amenazas, seducción, inmovilidad, adicción, búsqueda de un re-ligarse a esa deidad que se siente lejana, extraña, cambiante, mucha veces terrible y sádica.

Aquella persona que armoniza su Yo Vivido a su Yo Esencial, que logra reducir al máximo la influencia del EGO, que actúa con bondad, justicia y lealtad, está en el camino espiritual. Si logra concebir al Eterno, su relación será de amor reverencial, de entrega, de confianza, de gratitud, de servicio a Él, de amor al prójimo para cuidar y amar a aquellos que son Sus hijos, de fidelidad, de emociones positivas, desprovisto de manipulaciones o terrores ingratos. Reconoce el valor del arrepentimiento sincero, de la reparación, de asociarse con Dios para perfeccionar al mundo, es un constructor de shalom.

Aquel que ha logrado una relativa libertad, una rajadura en las cáscaras que rodean a su Yo Esencial, que de a ratos se encuentra sintonizado a su esencia espiritual, probablemente llevara una vida de ambivalencia con su dios. Sentirá apego al tiempo que rechazo. Amor al tiempo que terror y espanto. Sufrirá de sentimientos de culpa por errores o presuntos errores que no sabe (o no quiere saber) cómo reparar. Tendrá pesadillas vívidas con el infierno y a veces solaz con fantasías sobre paraísos. Así estará, en una relación de ambivalencia, como tironeado entre el abrazo sagrado con su Yo Esencial y el aferrarse enfermizo al EGO. Entre el amor y el odio a su dios.

Aquella persona que está sometida al EGO, es religiosa, fanática, enceguecida por la fe en lo absurdo, incapaz de preguntar, falto de respeto hacia la diversidad saludable, apelando a la violencia o el sometimiento, difundiendo mentiras y exigiendo cada vez mayor ritualismo, severidad, negación del placer. En su enfermedad es capaz de amar más la muerte que la vida, e incluso proclamar que en la matanza de “infieles” está el camino a su bizarro paraíso. También puede ser que ese paraíso del EGO que tanto anhela sea un sitio poblado de sus deseos más prohibidos, menos confesados. Porque el religioso, el esclavo del EGO, probablemente lleve apariencia de virtud ante el público, pero sea una aberración antagónica al shalom en su fuero íntimo o privado.
Son personas ansiosas, angustiadas, enfermas emocionalmente y con coletazos habitualmente en lo mental, que encuentran en la religión un marco estructurado para contener el desparrame emocional, o también encuentran en ella la maquinaria sanguinaria para someter, dominar, imponer, destruir, abusar, dejarse llevar por el EGO y afectar con ello al prójimo y al ecosistema.
Sobre esta gente el gran seudocientífico Boris Cyrulnik escribió: “Tenemos tanta necesidad de creer que quien nos haga vacilar se nos presentará como un agresor” (“De cuerpo y alma”).

Así es. La religión es la cuna de cruzadas, inquisiciones, talibanes, “guerras santas”, terroristas motivados por sus “libros santos”, matanzas, ateísmo militante, noajismo “guerrero”, y todas las otras manifestaciones del EGO arropado de “santidad”. Hay que acallar al Yo Esencial, hay que extirpar la autenticidad, hay que evitar que se desmorone el poder del EGO, a como dé lugar. Se inventan las peores torturas y estados dictatoriales, se difunden las más alocadas mentiras, se persigue a los que denuncian esta cuestión, porque se siente la imperiosa necesidad emocional de apretujarse en la cárcel del EGO.
Detrás de todo talibán, de todo guerrero santo, de todo misionero, de todo fanático, de todo salvaje instigador de su fe, se encuentra siempre un esclavo del EGO, un emisario del EGO.
Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a los otros religiosos, aquellos que se presentan con más simpatía, que hacen uso de su carisma, que se visten con elegancia, que son elocuentes, que son hábiles estafadores que venden cintitas contra malos de ojo, jabones sanadores, pócimas mágicas, libritos cabalisteros y otras baratijas supersticiosas vendidas a precio de oro, sanación de Jesús o cualquier otro falso dios/redentor, sectarismos, adulación fervorosa a “maestros” consagrados de cualquier denominación, falsas conversiones al judaísmo, supuesta espiritualidad que no es otra cosa que manipulación emocional y todas las otras mercaderías corruptas y deplorables, pero que sirven para engrosar los bolsillos de los líderes, o darles “poder”, que no deja de ser EGO… solo EGO y más EGO en envase de religión, más o menos fetichista, más o menos ritualista, más o menos marketinera, más o menos idolátrica, pero solo EGO.
Y sí, también recordemos que hay monoteístas e incluso creyentes en el Uno y Único, y hasta incluso bastante apegados a los mandamientos que les corresponden, pero que no dejan de ser “religiosos” (en el sentido que usamos nosotros la palabra), que comercian con Dios, que Lo quieren manipular con rezos o donativos, que exigen severidades desquiciadas, que niegan la posibilidad de la felicidad auténtica… bueno, de hecho niegan todo lo que sea auténtico, imponen su molde, y todo ello dentro del monoteísmo e incluso del cumplimiento de algunos de los mandamientos que les corresponden.
Y no, esta religiosidad corrupta (siempre lo es) de los que solo se aferran a su creencia en el Eterno no tiene nada que ver con ser “legalista”, según predican los pastores que son negadores del Eterno y sus mandamientos. El legalismo es parte de la espiritualidad, del camino correcto. La Ley, la Torá (la noájida y la judía), son patrones sanos y necesarios de enriquecimiento y virtud. El problema está en hacer de Dios un ídolo más y de pervertir Su Torá para transformarla del “manual de la buena vida” a un sumario de la manipulación y un cepo para individuos y colectivos.
Atiende: "Y el Eterno dijo a Moshé [Moisés]: ‘Así dirás a los Hijos de Israel: ‘Vosotros habéis visto que he hablado desde los cielos con vosotros. No os hagáis dioses de plata junto a Mí; tampoco os hagáis para vosotros dioses de oro." (Shemot / Éxodo 20:19-20). Según Rabi Akiva esto debe ser entendido en el sentido de no hacer de Dios un ídolo, de no comportarse con Él como se hace con los dioses falsos. Él es Otro, absolutamente otro. No asociarlo a poderes, no rebajarlo en Su poder. No representarlo, no hacer de Dios un ídolo más.
Conectarse a Él directamente, tal como ocurrió en la Revelación en Sinaí, sin dobleces, sin falsedades, sin fanatismos, sin religión.

En el otro extremo, el espíritu es la fuente de la comprensión, bondad, justicia, construcción de shalom, apego al Eterno (cuando se ha podido desbloquear el acceso a Él causado por los mandatos familiares o sociales).

En el medio, los que navegan en la ambivalencia.

Como puedes comprender, no todos los que tienen el conocimiento de estas cuestiones son libres y no vuelven a incurrir en errores y pecados.
Porque la inteligencia y el manejo de conceptos no es la llave para romper con el predominio del EGO, aunque es bastante útil.
Uno puede repetir con acierto frases e ideas liberadoras, pero ser esclavo.
Uno puede entender como funciona el imperio del EGO, y estar encerrado dentro de sus trampas.

Está en ti evaluar en dónde te encuentras, si en la religión o en la senda espiritual, o en un intermedio.
Si te hace feliz, realmente feliz, pleno, dichoso, en paz tu estado religioso, si eso no te impide conectarte contigo, con el prójimo, con Dios (el verdadero), bueno… no sé cómo le haces, pero sigue en esa existencia. Pero que sea auténtica, y no la santidad de apariencias, para llenar el ojo, para calmar a tus amos… que seas realmente una persona íntegra e integrada.

Si te encuentras en el vaivén, en esa ambivalencia con Dios, el Uno y Único, y no sales lesionado de esto, ni lesionas a nadie, ni fracturas tu conexión con el Padre Celestial, si gozas de shalom… no sé cómo le haces, pero sigue así. Pero que sea una existencia auténtica, no colmada de impotencia, de orgullo, de esperanzas huecas, de rencores silenciados.

Si estás frecuentemente andando por la senda espiritual, realmente estás en conexión, unificado, en armonía, avísame porque quisiera tu guía y consejo.

Como sea, espero que estés muy bien y puedas gozar de la plenitud de la bendición que espera por ti a cada instante.
Hasta luego y gracias por permitirme acompañarte en este texto.

El manipulador impotente

El manipulador usa sus armas para dejarte en situación de impotencia, real o imaginaria.
Lo que le importa conseguir es que
te sientas impotente,
que te creas así,
que no combatas,
que no seas libre,
que tengas la convicción que solamente el manipulador es el que te habilita,
solo él te da algún poder,
sólo él te brinda la capacidad para ser libre,
solo él te salva.

Para lograrlo cuenta con algunas estrategias:
despreciarte;
ridiculizarte;
inhabilitarte;
criticarte;
burlarse;
quejarse;
demandar;
hacerte creer impotente;
hacerte creer más poderoso de lo que eres;
elogiarte en exceso y falsamente ;
esperar de ti más de lo que realmente puedes hacer;
darte un regalo, que seguramente no pediste y tal vez no querías, y no perderá la oportunidad de hacerte pagar una y otra vez por él, con dinero o emocionalmente;
compararte, directa o indirectamente, con otros;
no atender lo que pides;
considerar que no sabes tomar decisiones y tomarlas por ti;
darte su “habilitación” para inhabilitarte ni bien puede;
organizar tu agenda, tu casa, tu vida;
hacerte dependiente;
castigarte;
someterte a privaciones;
gritarte;
humillarte públicamente;
usurpar tus lugares;
entrometerse en tus asuntos;
negarte lo que te pertenece;
obligarte a actuar o dejar de actuar;
violar tus límites;
insultarte;
hacerte sentir culpable;
victimizarse;
mentir con respecto a quien es su relación contigo (se hace pasar por la víctima, o por la bondadosa, o por la madre/amiga/esposa/etc. intachables y geniales, lo que fuera necesario para que todos tengan una imagen de pureza al verla y en cambio tu imagen sea desagradable, irrespetuosa, problemática, demandante, ingrata, loca, etc.);
te lleva con astucia hasta el enojo pero luego te hace sentir que estás enfermo o que no sabes controlar tus emociones;
te hace sentir que no puedes ser responsable, pero sí culpable;
no valora lo que haces, lo que le regalas, lo que proyectas, siempre tiene cómo romper tus sueños y esperanzas;
probablemente te indicará como vestir, qué comer, cómo peinarte, con quien estudiar, dónde vivir, etc.;
limpia sobre lo que limpiaste, como si tu trabajo fuera ineficaz o inexistente;
te elige novio/a, amigos/as, trabajos, carrera profesional;
suele repetirte mil veces las cosas, como si no confiara en ti, como si no fueras capaz de dar respuestas verídicas, como si precisaras que te recordaran las cosas;
no deja pasar oportunidad para corregirte, sea con motivo o sin él;
cuando te pasa alguna desgracia, encontrará la falta en ti para que haya ocurrido;
todos son mejores que tú;
te llamará al celular para preguntarte dónde estás, que tienes que regresar, que esto y aquello, cuando estás con tus amigos, lo que te pondrá en una situación ridícula;
y no solamente está lo que dice, sino cómo lo dice, el tonito, el gesto, la postura, la mueca, todo en tu desmedro, lo verbal y lo paraverbal;
tanto te ha hecho dependiente que cuando tratas de hacer algo por tu cuenta, tomar tu decisión, dar tu paso, sientes que estás en el limbo, perdido, a punto de hacerte añicos.

Por supuesto que su “arte” no se limita a ti, sino que probablemente maneja un discurso pernicioso para conseguir la complicidad (voluntaria o no) del entorno, para que le ayude en su trabajo de quebrarte, privarte de la libertad, someterte, manipularte.
Por ahí hará públicas cosas que te pertenecen, divulgará asuntos privados, para generar opiniones externos que le refuercen en su apariencia de poder sobre ti.

Resumiendo,
quiebra los límites entre el “yo” y el “tú”, haciendo que sea un confuso y letal “nosotros”, indiferenciado.
Hace que dependas en todo y para todo, que sigas siendo un niño pequeñito que precisa de la manipuladora en todo momento, como si tu vida fuera una extensión de la suya.
Estás en una jaula, quizás no con barrotes o paredes, pero una jaula mucho más fuerte y dolorosa, una que no te abandona ni a mil millones de kilómetros de distancia.
Llevas la cárcel en tu interior.

Se forma la idea de que solo existe una verdad, una opinión válida y con autoridad y por supuesto es la que emana del manipulador. así se evitan las posibles fugas.
Entonces, probablemente ya de muy pequeño (en las relaciones de este tipo con un padre o una madre) el manipulado debe consultar todo, no tomar decisiones, posponer hasta obtener el visto bueno o la palabra “sagrada” del manipulador, rechazar cualquier elogio hasta que no sea consagrado por el manipulador, etc.
Para reforzar esto el manipulador suele rodearse de un séquito de “admiradores”, personas débiles, faltos de carácter, manipulados a su vez, que pretenden obtener algo de supuesto poder por estar a la sombra del amo, del EGO personificado en el manipulador.
Veamos un manipulador, un líder tóxico en particular, y a su alrededor habrá alcahuetes, soplones, chismosos, aduladores, cobistas.
En esos peliagudos juegos de falso poder algunas veces el líder termina siendo marioneta de alguno de su camarilla de secuaces.

Advertiste que de pronto pasé del manipulador “casero”, el que se da en relaciones familiares o muy cercana, al líder tóxico, al que pastorea sectas tóxicas.
No fue un error, ni es casualidad.
Sus procedimientos son similares, así como sus objetivos. Y en el fondo está el mismo núcleo enfermo que lleva a esta forma de existencia siniestra.
Al igual que el político artero, el falso pacifista, el estafador, entre otros.

Hasta aquí el comentario que unifica una cosa con otra.
Ahora, volviendo al manipulado.

El día que el que es manipulado despierta un poco su consciencia puede llegar a sentir que está “atado”.
Y ese sentimiento se queda corto en lo que realmente hay detrás.

Es posible que si tienes embotada tu consciencia no admitas que estás en una relación de este estilo, sea como manipulador o manipulado.
O quizás eres afortunado y nunca caíste en estos juegos macabros.
Pero, si has podido despertar un poco tu consciencia y eres capaz de evaluar tu situación, podrías reconocer en este texto una detallada descripción de tu vida, tal como de la de cualquiera que ha sufrido algún tipo de manipulación.
Tal vez al leer estas líneas es cuando irás viendo cómo se parece mucho a lo que te pasa con tu madre, con tu padre, hija, esposa, patrón, empleado, amigo, colega, vecino, aunque por lo general son en las relaciones de dependencia familiares en donde más se despliegan estas situaciones.
Tal vez al leer y reflexionar puedas abrir los ojos, porque lo más común es que cuando una persona está siendo sometida por un manipulador tiene incapacitada la capacidad de conectar los hechos, los sentimientos, los pensamientos, las decisiones, las faltas de ellas.
La víctima seguramente que desde muy pequeña ha sido entrenada a no poder visualizar que es parte de este oscuro juego de muerte.

Pero en el interior del manipulado el conflicto existe.
Su Yo Esencial desea que la persona alcance el máximo de su plenitud, que goce aquello que tiene a mano gozar, que sea libre.
Y, cosa curiosa, el EGO del manipulado puede convertirse en aliado del Yo Esencial, al ejercer su rol natural y original: preservar la vida e integridad de la persona.
Entonces, el manipulado tenderá a mentir, a gritar, a escapar físicamente, a golpear, a insultar, a enojarse, a luchar por subsistir, aunque sea de forma poco madura, aunque no sea muy evolucionada su reacción, al menos habrá intentos de oponerse a la manipulación. A veces estas agresiones se vuelven en contra del propio manipulado, como autolesiones, cortes que se provoca, accidentes poco casuales, pérdidas, fracasos escolares o laborales, etc., como una manera intrincada de romper el yugo del manipulador, o también como una manera de castigarse pero al mismo tiempo castigar al manipulador. Cuestiones sumamente complejas, dolorosas, que merecen ser trabajadas con respeto y comprensión, pero amorosa firmeza, al momento de establecer un trabajo terapéutico.

Lo habitual es que tristemente el EGO del manipulado suele sintonizar con el EGO del manipulador y asociarse en someterlo al sentimiento de impotencia.
Los reclamos se van reprimiendo, los enojos se van achacando a problemas personales, la figura del manipulador se erige como inalcanzable, perfecta, amorosa, y uno como basura, impotente, mal agradecido, enfermo, nada.
Ahí quedó sellada la jaula que mencionamos más arriba, la celdita mental que ha sido trabajada por el “arte” del manipulador.

A todo esto, el manipulador, que parece tan poderoso, tan diestro, tan hábil, tan capaz, tan omnipresente, en verdad es impotente.
La persona que tiene el EGO a raya, y por tanto sabe su poder real y lo emplea con bien y justicia, no cae en juegos de manipulación.
El poderoso no precisa de manipular.

Entonces, ¿qué esconde el manipulador para que se haya convertido en ese oscuro personaje?
¿Cuál es su historia para que su máscara predominante en las relaciones significativas sea la del manipulador?
¿Qué tan profundamente encerrado en su EGO se encuentra como para tener que sobrevivir de esta manera, parasitando a otra persona, por lo general alguien con un gran potencial?
¿Cuán inmensamente impotente se siente el manipulador, pero tan negado a sanar, que recurre a parasitar a otro en lugar de emprender una terapia efectiva?

Las cuestiones pueden seguir, pero quiero dejar ahora solamente unas pocas sugerencias liberadoras/reparadoras:

  • no quieras controlar aquello que no puedes controlar,
  • controla aquello que está en ti controlar,
  • aprende a poner y respetar límites de manera amable, AMABLE, pero firme,
  • aprende a conocer tus potenciales ocultos y no desarrollados,
  • decide sin pedir consejo ni permiso y disfruta del resultado, sea un éxito o un fracaso,
  • a veces tropieza por gusto y date el placer del revolcón, luego tendrás mucho más placer por volver a levantarte y ser mucho más fuerte que antes,
  • no confrontes directamente con el manipulador, en principio llevas las de perder,
  • no quieras tú manipular, no eres experto en ese sucio “arte”.

Este pequeño texto, en su idea original iba a ser muy breve, ya se extendió demasiado, por lo que lo dejó por aquí.
Agradezco a M.B.M. por su colaboración, a la psicóloga Verónica Doño por algunos importantes apuntes y observaciones y a Itzhac Pollack por algunos datos que me permitieron unificar ideas en cuanto al manipulador familiar y al líder tóxico.

Poderosa voz del silencio

"…he aquí que el Eterno pasaba.
Un grande y poderoso viento destrozaba las montañas y rompía las peñas delante del Eterno, pero el Eterno no estaba en el viento.
Después del viento hubo un terremoto, pero el Eterno no estaba en el terremoto.
Después del terremoto hubo un fuego, pero el Eterno no estaba en el fuego.
Después del fuego hubo un sonido de silencio fino.
Y sucedió que al oírlo Elías, cubrió su cara con su manto, y salió y estuvo de pie a la entrada de la cueva."
(1 Melajim / I Reyes 19:11-13)

¿Dónde estaba el Eterno?

De niños se nos enseña a hablar, aunque dudosamente alguien se dedique a instruirnos en la Comunicación Auténtica.
Los adultos están como ansiosos para que salgan palabras de nuestras bocas, que mencionemos nombres y objetos, que formemos alguna frasecita, aunque solo fuera a media lengua y de dudosa efectividad.
Se nos enseña a hablar, generalmente para ser  responsivos, esto es, a dar respuestas. Cuanto más rápidas y que alegren al adulto, mejores son las reacciones de nuestros “maestros” sin licencia para enseñar.

”¿Cómo se llama la abu? Vamos, repite, aaaabbbuuuu mirrrtttaaaa, aaabbbbuuuu mmmmmmmiiiirrrrtttttaaaa. Vamos… aaa-bbb-uuuu…”.
Y así está horas la abuelita Mirtha enseñando y premiando con sonrisas y festejos cuando su nietito gorgojea algo que quiere parecerse a “abu mirta”.
Y también está el “rrrooojjjooo”, “tommaaattteeee”, “uupppaaa”, “popo” y poco a poco todo aquello que la abuela Mirtha, mamá, papá, la señora que cuida, el hermanito, quien sea, sin olvidarnos de la omnipresente tele, le va enseñando.

Por supuesto que el aprendizaje del idioma materno no requiere, normalmente, del esfuerzo académico de doña Mirtha, sino que se va dando de formal natural, pero bueno, agradezcamos a la abuela por su empeño noble. Ella hace lo que cree es mejor para su nietito, para adaptarlo al mundo, para darle un código compartido de convivencia, para que sea feliz. Que responda según se le demanda, que esté listo para resolver las tareas, que sea eficiente, que sea limpio, que sea educado, que sea un engranaje más en la maquinaria social.

Se enseña a emitir voces, a formar frases más o menos elocuentes, al mismo tiempo se está enseñando a relacionarse con otros, a responder aquello que deja contento a alguien, a hacer lo que obtiene alguna premiación, a decir pero no a comunicar, a repetir pero no a crear.
¿A cuántos se los educa para percibir, reconocer, nombrar y expresar sus emociones?
¿En qué familia se instruye para desarrollar la inteligencia en su multidimensionalidad, que incluye lo emocional?
¿En cuál colegio o liceo se dicta la asignatura “Emociones y su expresión saludable”?
No, creo que no hay aún de esas cosas.

Por el contrario, hay reprimir toscamente, acallar lo que debe ser dicho, negar lo que debiera ser reconocido, esmerarse en obtener créditos sociales merced a la adaptación y al desempeño supuestamente intelectual.
Sí, se adoctrina en el hablar responsivamente pero no a callar responsablemente.

Se nos enseña a callar bajo pena de castigo, para censurar, para reprimir, para reprobar, para esconder la personalidad, para no ser rechazado, para atarse al miedo, para hundirse en la angustia, para esclavizarse al EGO.
No se nos va instruyendo para guardar el silencio que es revelador, que es parte sustancial de la Comunicación Auténtica.
Por el contrario, el silencio es percibido a veces como amenazante, agresivo, invasivo, manipulador, confesor. Se instila temor y odio hacia el silencio, al tiempo que se demanda el silencio cómplice. Pero no se educa en el silencio reflexivo, que permite escuchar y comprender al otro, reconocer y admitir los propios sentimientos, elaborar pacientemente las propias ideas, elaborar una respuesta auténtica y no meramente resolutiva o “políticamente correcta”.
Sí, se nos llena de silencios del EGO, para apartarnos de los silencios comunicativos del AMOR.

Con cada lección que vamos compartiendo podemos ir viendo que es enorme lo que tenemos para desaprender para poder aprender.

El silencio comunicativo nos refuerza en nuestro poder verdadero, en tanto que el silencio ominoso es parte de la manipulación del EGO para asentarnos en la impotencia.
Porque, cuando callamos lo que debe ser dicho, cuando debe ser dicho, del modo que ha de ser dicho, estamos conspirando para someternos al EGO, quedarnos en la impotencia, quebrar el lazo que nos une sanamente con el prójimo.
Ese silencio saludable que es tapado por parloteo ensordecedor, palabrería hueca, plegarias idolátricas, imaginación esquiva, repetición de lemas, vocifero, gritos, insultos, amenazas, burlas, mentiras, engaños, habladurías, corrupción, negocitos, jugarretas, zalamería, silencio enfermo.

Podemos controlar nuestro silencio, porque luego de emitir la voz, ya no la podemos detener o devolver.
La palabra algo modifica, sea sustancial o no, nuestra palabra produce cambios. Pueden ser positivos, pueden ser negativos.
La voz del EGO es casi seguramente negativa, puede que instantáneamente o luego de un tiempo, con efectos que en ocasiones se vislumbran y a veces permanecen ocultos y/o latentes hasta que se manifiestan.
Esa es la voz, la del EGO, la que hay que silenciar, doblegar, acallar (a no ser en el escasísimo número de situaciones en las que el EGO es la reacción natural necesaria y única, pero son realmente casi inexistentes en la vida adulta).

La voz del EGO es la que nos lleva a situaciones de impotencia, de fracaso, de falso éxito, de falta de placer.
En tanto que el silencio reparador, parte esencial de la Comunicación Auténtica, nos fortalece, ahuyenta terrores, reafirma en poder, asegura, acaricia, bendice.

Te pido que leas nuevamente en silencio este texto, no solo el silencio del que no habla, sino en el silencio de opiniones, de réplicas, de creencias. Silencia tu mente para simplemente leer y permitir que lo que quiero expresar llegue a lo más profundo y auténtico en ti.
Luego, elabora un comentario que sea provechoso y quieras compartir con nosotros.
Más tarde, aplica lo aprendido y ejercitado para mejorar tu vida.

Hasta luego y gracias por regalarme unos minutos de tu preciosa vida al leer estas humildes líneas.