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La sabia modestia

Moshé,
el sabio, sagaz, humilde, noble, justo, amigo del Eterno, el profeta del cual todos los profetas son epígono,
Moshé,
monta en cólera contra sus sobrinos,
los dos hijos de Aarón,
Elazar e Ithamar (Vaikrá / Levítico 10:4).

El enojo se debió a una cuestión halájica,
de normativa legal,
de cumplimiento fidedigno de los designios de Dios para las personas,
en el suceso que nos interesa,
la cuestión era relativa a ciertos procedimientos de los sacrificios.

Al parecer,
podría calificársela como una ira justificada,
del maestro hacia sus indolentes discípulos.
Sin embargo,
no lo fue.

Ya que, como enseñan nuestros venerables Sabios (TB Pesajim 66b):

"Un estudioso de Torá que demuestra enfado o arrogancia, pierde momentáneamente su sabiduría; y un profeta su don de profecía".

Y en la misma página talmúdica, otra sentencia de los Sabios nos instruye que:

"Aunque en los Cielos le reservaron grandeza, el encolerizado se fabrica insignificancia".

La razón estaba del lado de los dos sacerdotes, injustamente acusados por el buen Moshé,
quien por un instante de enojo,
olvidó la halajá -norma- que le enseñará al respecto Dios.
Su hermano Aarón se la tuvo que explicar,
y siendo Moshé como era,
un hombre bueno y humilde,
pudo contener el enojo, abrir sus oídos y mente, para comprender aquello que le estaban queriendo explicar, y
finalmente se apaciguó y comprendió que había estado en un error.
(¡He ahí, precisamente, la mayor grandeza de Moshé! Pues, no es virtuoso el que dice que nunca ha pecado, sino el que dice que pecó y que reconoce el error y por eso trata de no volver a cometerlo).

Nosotros,
individuos que en general estamos muy lejos de la altura espiritual y sabiduría de Moshé,
¿no deberíamos ser excesivamente modestos y cuidadosos en nuestra conducta, para apartarnos de malos sentimientos y por tanto de pérdidas (muchas veces) irreparables?

 


Notas:

-Por medio de la Cabalaterapia, la persona se entrena en la modestia y el buen manejo de las energías, evitando así el sufrimiento que provoca la ira, el orgullo y la desesperanza.

Relato

Ya de muy niña Isabel se había dado cuenta de un hecho curioso: cuando su gallo cacareaba, el sol salía sobre el horizonte.
Al ir creciendo, descubrió que era un hecho científico: ¡el sol salía si su gallo cantaba!

Una tarde el viejo gallo tuvo la extraña idea de morir.
Por esta traición la consternada Isabel corrió a conseguirse un gallo joven, antes siquiera de que la sangre se enfriara en el viejo.
Con ansia y angustia aguantó la respiración hasta el amanecer siguiente, cuando aliviada reconoció que el nuevo gallo mantenía, como el anterior, a punto la salida del sol.

Orgullosa y feliz anunciaba siempre a sus conocidos y vecinos la enorme responsabilidad que pesaba sobre sus espaldas y sobre las plumas de su gallo, la de hacer que el Cosmos estuviera ordenado y la luz y calidez inundara la Tierra.

Los conocidos y vecinos sonreían y la felicitaban, mientras con burlona tristeza comentaban a sus espaldas lo desquiciada que estaba.

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el comentario que brindamos de la parashá?

  • En su vida, ¿cuál es SU gallo que tiene el poder de ordenar el Universo?

  • En los salmos leemos: "Aunque el Eterno es sublime, mira al humilde; pero al altivo lo reconoce de lejos." (Tehilim / Salmos 138:6).

    • ¿Por qué Dios prefiere al humilde, y tiene alejado al orgulloso?

    • ¿Es Dios realmente el que aleja al vanidoso, o es éste el que se aleja de Dios?

    • Dios es el más Alto entre los altos, el Señor de señores, y sin embargo Él presta especial atención al modesto… ¿cuál debiera ser la moraleja para nosotros, finitos humanos que nuestra importancia no alcanza ni una fracción de una fracción de la grandeza de Dios?

  • El inspirado David cantó a Dios: "Salvas al pueblo humilde; pero Tus ojos humillan a los altivos." (2 Shemuel / II Samuel 22:28).

    • ¿Señalar las similitudes entre este versículo y la enseñanza dada en nuestro comentario?

    • ¿Por qué el resultado del orgullo es que a ojos de Dios sea humillado el vanidoso?

No seas gaviota…

En la porción de lectura semanal de la Torá del pueblo judío, se ordena para ellos lo siguiente:

"De las aves, las que detestaréis y no comeréis por ser detestables son… la cigüeña…"
(Vaikrá / Levítico 11:13, 19)

En hebreo, que es el idioma original de la Torá, "cigüeña" se dice jasidá.
Tal es el nombre esta ave.
Pero también en hebreo jasidá es el femenino de jasid, es decir, el hombre pío, misericordioso, bondadoso, dispuesto a dar desinteresadamente una mano al prójimo.
Jasidá es la que hace jesed, bondades.
Nombre curioso para una ave, ¿no crees?

Como sabemos, fue Adam el que denominó a las especies animales en el comienzo mismo de la presencia humana sobre la tierra (Bereshit / Génesis 2:19).
No nombró por atributos superficiales, o de manera antojadiza, sino que siendo Adam un vasto sabio, escogió el nombre más apropiado para cada especie, pues el nombre hace referencia a alguna característica esencial del animal.

De acuerdo al gran erudito Rashi (in situ, citando al Talmud, Julín 63a), la jasidá se denomina así porque es bondadosa con los de su especie, les brinda alimentos, específicamente es amable con los pichones.
¿No es interesante el apunte?

Ahora bien, si advertimos el lugar en donde está mencionada la jasidá, descubrimos que es en la lista de animales voladores que no son kosher.
El inmenso Najmánides (en su comentario al versículo 13, citando al Talmud, Julín 59a) nos enseña que los animales voladores prohibidos para el consumo de la persona judía, son aquellos que se distinguen por su crueldad.

Entonces, surge una pregunta.
¿Cómo puede estar incluida la jasidá entre los crueles, cuando hemos dicho que es bondadosa?
El Rabí Itzjac Meir Alter nos brinda la respuesta: "Es a causa de que es bondadosa con miembros de su especie, pero nunca le da comida a una criatura de otra especie".

¿Lo entiendes?
Si te sientes bondadoso porque ayudas a los de tu familia, pero te importa un bledo otra gente; y estás capacitado para ayudarles, entonces, debes saber que estás siendo cruel.
Si dices: solamente haré caridad con los de mi religión, partido político, amigos, etc.; pero que a la otra gente la ayuden otros; y tú estás en condiciones de ayudarles, entonces estás siendo cruel.

Recuerda las palabras de la Tosefta, que además son halajá –reglamentación- (Shulján Aruj, Ioré Dea 251:1): "Se ha de sustentar a los menesterosos gentiles con los menesterosos judíos, para promover la paz" (Guitín 3, halajá 13)1.

Es que el jesed, la bondad/misericordia, es un pilar fundamental del mundo, tal como ha sido dicho:  "El Mundo con bondad será edificado" (Tehilim / Salmos 89:3).

Te propongo que seas parte de los que queremos edificar el mundo, que procuramos decir "alto" a los negativos, pero actuamos a la par con los otros constructores.
Tú puedes, y debes, hacerlo.

¡Cuídense y gocen de lo permitido para qué sepamos construir shalom!

Notas:

1- Se debe ser bondadoso con todas las personas, pero no se debe ser débil con el rebelde. Está prohibido por la Torá proveer de sustento o ayuda a la persona que atenta voluntariamente en contra del Eterno. A esta persona se le debe dar orientación, dirección, enseñanza, pero no otro tipo de acto "misericordioso" que terminará por ser perjudicial.

Este es el momento

De acuerdo a la tradición judía, como preparación para la festividad de Pesaj, el mes previo (que comienza al concluir la festividad de Purim) es tiempo de limpiezas internas y externas, es por tanto una invitación a recrearnos.
En estos días, una fuerte concentración de energía espiritual está disponible para que la aprovechemos en transformaciones decisivas y potentes; pues el período de introducción a Pesaj es el momento propicio para sacudirse las caretas impuestas por el servilismo al EGO y renovarse.
Es la fase del año destinada a derrocar a Faraones y Amanes (personificaciones del EGO), para abrir las murallas de las celdas psicológicas, redimir a los oprimidos, liberar a los esclavos, crecer en armonía y bienestar.
Así ha sido diseñado por el Creador desde el comienzo de los tiempos, pero no tenemos conocimiento de esto, ni contamos con herramientas para beneficiarnos del potencial disponible para nosotros.
Personas y situaciones (sea en su totalidad o en parte), tal como vienen siendo, tienen la puerta entreabierta para mutar o dejar de ser, y pasar a existir de una forma novedosa, con mayor poder real, en la cual la conciencia multidimensional permite crear nuevas y mejores perspectivas.

Pero, el EGO se refuerza también, pues al sentirse en peligro redobla sus trampas de manipulación y encarcelamiento de la persona.
El EGO está habituado desde el primer instante de vida terrena a dominar, con su pobre poder, por lo que no dejará fácilmente su trono ni dará redención a los oprimidos.
Hará lo que pueda para ejercer su oscuro dominio, y no se inmutará ni ante plagas o castigos sucesivos, ya que para todos encontrará excusas y métodos para continuar agobiando al alma de la persona.
El EGO, montado sobre el sentimiento de impotencia se aprovecha para no darnos paso a la libertad y la conciencia multidimensional.
Los esbirros del EGO, la gente que ha bajado los brazos ante la impotencia y se hunden completamente en su servilismo al EGO, por estas fechas también andan muy activas, pero no en limpiar sus almas y crecer, sino en ir diseminando mentiras, provocando discordias, generando caos, falsificando versiones, golpeando a inocentes, estropeando construcciones pacíficas, anulando tratados de verdadera paz, asesinando al bien y al inocente.
Como agonizantes desesperados, patalean, gimotean, llorisquean, insultan, gritan, agreden, berrean, maltratan, destruyen, bloquean, estafan, aterrorizan, simplemente para mantenerse con un pequeño hilo de vida, con la fantasías de que están en realidad vivos y valen algo sus existencias, a las órdenes de su Amo el EGO.
No nos extrañemos pues que por estas fechas, cada año, abunden las manifestaciones del mal provocado por el hombre, de manera más o menos ampulosa, puesto que en la guerra entre la Luz y la oscuridad, los enemigos de la Luz se apuran para no ser derrotados.
(Atención, no son guerras místicas de ángeles ni demonios, ni de Jedis contra Siths, o “buenos” y “malos”, por lo general este lenguaje poético que emplee es una descripción de luchas internas de cada persona, entre tendencias individuales naturales aunque algunas de ella se encuentren fuera de lugar y de enfoque. Sin embargo, el hombre es un ser ecológico, sus luchas internas necesariamente repercuten y afectan a la comunidad y al entorno. Los que son siervos del EGO por lo general no solamente se afectan individualmente, sino que también provocan cambios negativos a los demás.)

La culpa, trayendo imágenes del pasado (real o fantaseado); y el miedo, provocando fantasías acerca del futuro, nos bloquean de confiar y gozar a plenitud en el presente.
Por lo cual, es necesario aprender y entrenarse a vivir en el presente, concentrarse en lo que estamos experimentando aquí y ahora, y dejar de estar pendientes de lo que está por fuera de esta dimensión del ser.
Por supuesto, acarreamos un pasado.
También, debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos actuales en la construcción de nuestro futuro, y en la existencia de los demás.
Sin embargo, si no sembramos ahora, ¿qué cosecharemos mañana?
Vivamos el momento, hagamos nuestra parte, seamos constructores de Shalom sin permitir que nada nos desequilibre de nuestra ruta sagrada.
Cuando digo “vivir el momento”, no estoy justificando cualquier acto o perversión, ni siquiera aquellos nefastos pero escudados en lema bien intencionados. “Vivir el momento” es precisamente eso que quise decir. VIVIR, en su real expresión, que solamente se consigue con la plenitud en cada una de nuestras dimensiones existenciales.
Esto es, aquel que se hunde en vicios, difícilmente pueda decirse que esté “viviendo”, sino más bien está “pasando por la vida”, o quizás “sobreviviendo”.
Aquel que se ajusta a máscaras para rechazar su propia cara, es decir, se comporta de acuerdo a identidades que no le corresponde, tampoco está viviendo a plenitud, sino actuando como un actor mediocre en el escenario teatral de la vida.

Por ejemplo, hay tantos “noajUdas” que se la pasan merodeando instituciones judías, repitiendo como ecos huecos palabras hebraicas, angustiándose para realizar rituales que remeden ritos judaicos, llenándose de anhelos por aparentar ser judíos o algún día convertirse a judíos… ciertamente no están viviendo, ni hallando plenitud en sus vidas, ni desplegando sus dimensiones internas y externas hacia la cima de sus potencialidades. Sus vidas son pantomimas, mascaradas, obras patéticas llenas de dolor y miseria, aunque las pueblen de risotadas, aplausos, cancioncitas jasidea, barruntos rabínicos, comentarios sabihondos en foros de internet, etc.
Su rechazo a su identidad noájica, en pos de vivir como una sucursal pobre y desamparada del judaísmo, no es más que la manifestación evidente (para el ojo conocedor) de una vida miserable, dolorosa, iracunda, llena de terror y culpa. Una vida gobernada por el EGO, que deplora su condición natural y sagrada de noájida para disfrazarse de otra cosa, de algo que se supone se desea, pero que en el fondo (y ni tanto) se odia sobremanera.
Y así como este ejemplo de los “noajUdas” te podría haber mencionado a los falsos judíos mesiánicos, a los fanáticos de cualquier religión, a los extremistas de todo tipo, a los que traicionan, a los místicos, a los falsos cabalistas, a los que se hacen pasar por seres de luz pero son miasma caótica, a los que estafan, a los que roban, a los que depredan, a los que son agobiados por su orgullo o su ambición, etc.

Si tenemos a la vista la brújula los mandamientos divinos que nos toca cumplir, difícilmente haremos de nuestra vida un desperdicio.
Pero, tampoco hagamos de los mandamientos un ídolo, ni de pretender perfeccionarnos en ellos un ejercicio de escapismo a nuestra meta de desarrollo integral, pues está en nosotros desplegar nuestra multidimensionalidad a su máxima expresión.
Ejemplo, el noájida que se detiene a meditar y barruntar si el dar caridad es parte de los mandamientos que le competen o no, y si está haciendo algo sagrado al ser caritativo, cuando de hecho no hay un mandamiento noájico sobre el ser caritativo. Mientras tanto, mientras pierde tiempo y energías en debates inútiles, deja de actuar como constructor de Shalom, no abona a la tarea de perfeccionar al mundo, dejan de ayudar al desamparado, etc.
Todo EGO y más EGO.
Así pues, que los mandamientos no sean un ídolo, es parte de la tarea que debemos afrontar cada día en nuestro triunfo sobre el EGO.

Las excusas que ideamos se multiplican, por eso los obstáculos se acrecientan.

La vida y sus lecciones se presentan como desafíos que deben superar por medio de atenerse a la sabiduría y guía divina, expresadas en el manual de vida llamado “Torá”.
Torá judía, para los judíos.
Torá noájida, para los noájidas.
La Torá noájida es simple y sencilla, pero perfecta y sagrada: Siete Mandamientos Universales.
De los cuales se derivan reglamentos y modos de vida que conllevan plenitud del gozo de la bendición que constantemente se está recibiendo de lo Alto.

Los retos cotidianos suelen ser provocados por nuestro EGO, o el EGO de otros.
Son pocos (comparativamente) los acontecimientos a sufrir a causa de desgracias de índole natural, ajenos al EGO.
Por tanto, sea cual fuera el origen del padecimiento, al aprende a tomar conciencia y vivir conectados con la Luz omnisciente de nuestro interior, al tomar conciencia de nuestra esencia espiritual y nuestra conexión con Dios, estamos en disposición para llevar el padecimiento a su mínima expresión y encontrar caminos de plenitud incluso en la oscuridad.

El EGO emplea tu energía para encarcelarte y dominarte.
Eres tú quien provee al EGO de su aparente poder.
Si dejas de derrochar tu energía en culpas, miedos, enojos estarás en posesión de un poder casi ilimitado para romper con tus dificultades y gozar de la bendición constante.

Confía en ti mismo, en tu Yo Esencial.
Confía en Dios.
Admite que sientes miedo, que dudas, que te aterra el futuro, que temes tomar malas decisiones, que te sientes atrapado por el pasado, que te sientes impotente y por ello te enojas y amargas.
Admítelo, no lo niegues.
Sé consciente de tus limitaciones.
Pero no te quedes solamente en ello.
Luego de reconocerlo, déjalo de lado.
Si tienes miedo, igualmente hazlo.
Si dudas, toma una decisión y llévala a la práctica.
Si te aterra el futuro, vive el presente a pleno.
Si no has sido hábil en tus elecciones pasadas, entrénate en reconocer, analizar, evaluar y decidir.
Si estás atrapado por el pasado, es porque no vives el presente.
Si te sientes impotente, quizás lo seas, pero tu manera de reaccionar no te hace más poderoso, sino más y más impotente.
Si estás enojado y amargado, reconócelo pero no te llenes de estiércol ni lo eches encima de los demás.
Si te equivocaste, REPARA.
Si te olvidaste, recuerda.
Si erraste, existe el arrepentimiento completo y sincero (teshuvá).
Si fracasaste, no te quedes empantanado en el fango, ahogándote más y más en él.
Si actuaste movido por el EGO, muévete al compás del altruismo.
Si negaste tu identidad, aprende a conocerla, amarla, respetarla y armonizarla con tu multidimensionalidad.
Si vives penando, ¡disfruta! Dios te da de continuo bendición y todo lo que precisas, eres tú quien se niega a gozarlo.
La vida es bella, pero la afeas con tus cadenas al EGO.
Goza, piensa en grande, vive a pleno.
Si te parece que todo esto es palabrería muy complicada o vacía, ¡tienes razón! Porque esto que te cuento ahora no es para ser contado, sino para ser vivido…

¿Por qué seguir postergando decisiones?

Este es el momento…

Reconocer al EGO

¿Cómo saber si tus pensamientos, sentimientos, acciones, palabras, son provocadas por tu EGO?

¿Acaso disfrutar de lo bueno de la vida, sin atormentarse por culpas, es sinónimo de ser esclavo del EGO?
¿Acaso estar pendiente de que cada palabra o acto no sea originada en el EGO, es esclavizarse al EGO?
¿Acaso vivir sin importar lo que los demás opinen, sientan, consideren, es ser víctima del EGO?

¿Cómo puedes saber cuando estás actuando bajo el dominio del imperio mediocre y oscuro del EGO?

Te brindaré UNA respuesta, que probablemente cubra la mayoría de las situaciones en las cuales podrás discernir si estás operando a la sombra del EGO.
Es una respuesta, no necesariamente la única o definitiva, tenlo presente.

Repasemos brevemente lo que ya hemos enseñado.
Al nacer nos vemos sumergidos en un océano infinito de dolor, miedo, enojo, angustia.
Todos junto forma el terrible estado y sentimiento de impotencia original del humano.
Sentimiento que se marca a perpetuidad en los recovecos de su memoria y le acompañará a lo largo de su vida.

Ante esa invasión espantosa, el hombre dispone de una única herramienta protectora, a la que denominamos EGO.
Nace como una armadura, tosca, recia, insufrible, rudimentaria, pero útil para lo que fue diseñada: proteger al recién nacido del terror mortal de la impotencia.

Las armas con que cuenta este EGO son (en este artículo) escasas, algunas de carácter pasivo y otras activo.
Las activas son: llanto, gritos, pataleo.
La pasiva es la huida, básicamente en el neonato: dormir.

Estas herramientas son efectivas para resguardar a la persona, aliviarle el pesar inmenso de la impotencia, proveerle de auxilio externo, recibir atención, sobrevivir.
Son herramientas que serán usadas en lo sucesivo por el niño, quien se irá perfeccionando en el arte de manipular a los demás por medio de ellas.
Con el paso del tiempo y las interacciones estas armas serán sostenidas o a partir de ellas se elaborarán otras, similares pero más “adultas”. Por ejemplo, el llanto pasará a ser gimoteo lastimoso o quejas; el grito será un insulto o una ironía; el pataleo un golpe o una agresión emocional; la huida adquirirá otras facetas, tales como el fantasear, el delirio, la negación, el rechazo, el olvido, la distracción, el aburrimiento, la torpeza, entre otros.

Repasando: el EGO es beneficioso en los primeros momentos de vida, pues es la zozobrante tabla de salvación a la cual recurre instintivamente el niño para sobrevivir el impacto aterrador del nacimiento.
El EGO es necesario en alguna que otra ocasión más adelante, pero sería beneficioso que el EGO dejará paso a un control más desarrollado y eficiente de las cuestiones vitales.
El EGO recurre a recursos innatos para alcanzar sus objetivos de supervivencia: gritos, golpes, llanto y huida.
La persona que se mantiene esclavizada al EGO y actúa, habla, piensa, siente a través de su filtro estará usando (o abusando) de alguna de estas armas primarias, o alguno de sus derivados, como manera de manipular a otros, pretender controlar la realidad ajena al dominio personal, o anestesiarse a la percepción de su estado de impotencia. Para ni tener miedo, no angustiarse, no sufrir y manejar de alguna manera su enojo.

¿Hemos respondido a las preguntas iniciales de este artículo, especialmente a la primera?
¿Contamos ya con una guía para tomar conciencia de nuestro estado de servilismo ante el EGO?

Espero tus comentarios, son una buena retroalimentación y manera de crecer juntos en conciencia y libertad.
Gracias por acompañarme en este viaje.

El hombre ecológico

El mundo se maneja con leyes prescritas por el Creador.
Son las leyes naturales.
Las que competen a los cuerpos son estudiadas por las ciencias naturales en sus diversas ramas y especialidades.
Las que competen a los seres humanos en su multidimensionalidad, implican tanto el trabajo de los científicos como de los sabios entrenados en conocer la dimensión espiritual.
Las leyes humanas, las que se enraízan en la dimensión espiritual, son denominadas “mandamientos”.
Los Siete Mandamientos que corresponden a los hijos de las naciones del mundo, los gentiles, también llamados noájidas.
Los mandamientos que atañen a cada judío del conjunto de los 613 que demanda Dios de la nación judía.

Los cuerpos se comportan naturalmente en consonancia a las leyes naturales físicas, no es cuestión que dependa de la voluntad, el deseo, la opinión, la ignorancia, etc.
Los cuerpos, la materia, es dependiente de las leyes físicas, se esté consciente de ellas o no, se quiera respetarlas o no.
Al mismo tiempo, la persona también debiera actuar en sintonía y concordancia con las leyes espirituales, con los mandamientos que le son acordes.
Cuando se obstaculiza el desarrollo de los mandamientos, se está provocando una ruptura, un desequilibrio, una enfermedad en la dimensión espiritual inicialmente pero que repercute más pronto más tarde en el resto de los planos personales y colectivos.

Notemos que los mandamientos son obligatorios, no son opcionales.
Son, entre otras cosas, las claves esenciales para que la persona alcance su plenitud y lleve una vida de equilibrio dinámico multidimensional.
Son tan obligatorias como las leyes naturales físicas, sin embargo, a causa de nuestro carácter medular de ser humanos, Dios nos ha conferido el libre albedrío, a través del cual nos hacemos cargo del cumplimiento de los mandamientos porque así queremos y no porque somos compelidos por algún instinto ciego e irracional.

A ver si lo entendemos.
Los mandamientos son tan ineludibles como las leyes naturales físicas, sin embargo depende de la voluntad de la persona si se somete a la divina Voluntad o no.
No existe la opcionalidad de cumplir o no, son necesarios y esenciales de no cumplirse la persona entra en un estado de desequilibrio, de desajuste, de “mal”, que lo aparta del goce de la plenitud de la bendición que está siendo derramada sobre ella.

El desequilibrio personal y colectivo se continúa en el descalabro también del ambiente.
Estamos entrelazados con nuestro entorno, lo moldeamos y nos modela, por tanto cuando nuestras acciones u omisiones nos afectan, afectamos de alguna forma al medio.

A diferencia de las otras criaturas, los seres humanos continuamente perturban el equilibrio sistémico de la naturaleza.
Explotamos hasta el abuso de los recursos naturales, adrede ocasionamos sufrimiento a otros seres vivos, nos fanatizamos en nuestro servilismo del EGO por lo que arruinamos nuestra existencia y provocamos la ruina de los demás.
En ocasiones nuestras acciones devastadoras se excusan en la ignorancia, en la falta de conciencia del alcance de nuestras acciones.
Sin embargo, la ignorancia nunca exime de la consecuencia (o del castigo).
Un ejemplo simplón pero bastante frecuente: aquel que en época de sequía enciende una fogata y no la cuida por lo cual se propaga el fuego hasta convertirse en un voraz infierno que consume bosques enteros, hogares, vidas animales y humanas, etc. Todo a causa de la torpeza de alguien que no quería generar tal caos, que se escuda en su ignorancia o falta de prevención, pero que igualmente fue el disparador de una tragedia enorme.

Cuando el EGO nos domina, nuestra enfermedad multidimensional también repercute en el medio y por tanto se enferma al ambiente.
No es una cuestión cabalistera, mística, agnóstica, fantasiosa, para prédicas de patanes y charlatanes, sino la mera y sencilla realidad.
Que no la queramos ver o admitir, es otra cosa.
Nuestro servilismo al EGO nos maltrata de continuo, y causamos daños incesantemente al entorno.

En respuesta, la naturaleza actúa como está prescrito en su manual de instrucciones, procura reequilibrar dinámicamente el sistema.
Es una respuesta automática, obviamente, diseñada por el Arquitecto y Creador.
Es la homeostasis la que impera.
Ejemplo, si la presión de los elementos intraterrenos aumenta, se genera alguna reacción que canaliza la fuerza comprimida, por ejemplo a través de la erupción de un volcán.

La creación en su orquestada belleza está destinada a ejercer movimientos que lleven al equilibrio, en tanto que el hombre debe hacerlo por libre elección.
Podemos escoger ser libres y experimentar la perfección que abunda en la naturaleza, la bendición constante que fluye sobre nosotros.
O podemos encerrarnos en la esclavitud a nuestro EGO, y padecer, mentirnos, seguir agotando todos los recursos, para llevarnos finalmente a una extinción dolorosa, sea personal o colectiva.
En buena medida depende de nosotros y nuestras decisiones cotidianas.
Nuestro EGO en el poder es un amante vergonzoso, un amo patético, un consejero imbécil, un derrochón al comando de nuestro tesoro… ¿seguiremos apostando a vivir de mentiras en lugar de encarar un proceso de retorno a nuestro equilibrio interno, multidimensional, que ejerza un balance positivo en el ambiente?

Recuera que la tan mentada y visible crisis ecológica es una terrible realidad, pero también un síntoma de una grave enfermedad, cuyo virus infeccioso es el EGO de las personas.

Nuestro desequilibrio interno es el motor de la crisis ambiental.
La mejoría se encuentra en hallar el balance interno, multidimensional, para que reverbere en un estado de homeostasis generalizado.

Así pues, es necesario embarcarnos en un camino de crecimiento personal y colectivo.
Aprender las reglas de la naturaleza y los mandamientos que nos competen.
Ejercer nuestra función, de acuerdo a nuestra esencia espiritual.
Soltar las amarras del EGO, para de es forma actuar con altruismo, con bondad, con justicia, con lealtad.
Esto lleva indefectiblemente al gozo, al bienestar, a la plenitud, a la toma de conciencia de que constantemente somos benditos, pero que nuestro EGO nos cancela el gozo y el conocimiento de nuestro bien.
Tanto nos sumergimos en el océano infecto del EGO, que nos hundimos en depresiones, en descalabros, y arrastramos al medio con nosotros.
Romper la cadena del EGO es permitirnos vivir a pleno el aquí y el ahora, sin por ello desencadenar un desequilibrio para el futuro.

Es tan simple, y por ello tan rechazado.

Somos indiferentes al prójimo, porque nos desconocemos en nuestra real identidad.
Somos indiferentes ante el ambiente, porque priorizamos el tonto deseo pasajero antes que la plenitud gozosa de la bendición.

"Estamos frente a una verdadera emergencia planetaria. Es un desafío moral y espiritual para toda la humanidad" afirmó con seriedad Al Gore, quien fuera vicepresidente de los EEUU, cuando le fue entregado el Premio Nobel de la Paz.

¿Aceptamos el desafío de crecer?
¿Aceptamos hacer nuestra parte para romper el yugo del EGO?
Peligra tu vida, la de tus queridos, la del planeta… nos estamos suicidando para seguir engordando al pernicioso EGO.

De ti depende que hagas tu parte y que difundas los mensajes de redención que te ofrecemos gratuitamente.
A disfrutar de la vida, cuando escojas vivirla en armonía multidimensional.

Te espero aquí.

¿Dónde hay un lugar para mí?

Una vez el Baal Shem Tov (un carismático líder religioso, fundador del jasidismo) se detuvo en la entrada de una Casa de Oración (lugar en el cual se suelen reunir judíos para rezar al Eterno), y permaneció en la puerta, sin ingresar.
"No puedo entrar" -dijo. "Esta casa está llena de enseñanzas y de oraciones desde el suelo, y de pared a pared. ¿Dónde hay un lugar para mí?"
Ninguno de sus acompañantes comprendía sus palabras, ¿qué estaba diciendo el maestro? ¿Acaso en la espaciosa sala no había un lugar para él? ¿Qué intentaba enseñar con eso de que "la casa estaba llena de oraciones"?
Al ver que aquellas personas lo miraban atónitos, agregó: "Las palabras de aquellos que enseñan y rezan sólo desde sus labios y bocas y no desde sus corazones, no se elevan hasta Dios, ni llegan al corazón de quien las oye. Son pesadas como el plomo, duras como piedra y vacías como un abismo. Por eso es que en este sagrado lugar no hay lugar para que yo pueda estar, pues, el recinto está lleno de palabras salidas de los labios y nada más."

(Versión libre basada en un relato jasídico de Martin Buber)

Amigo noájida, ¿qué aprendes para mejorar tu vida con este breve relato?

Fantasías de poder Yoico

Uno de las parábolas del Maguid de Dubno nos cuenta que:

En cierta ocasión un grupo de turistas ciegos se extravía de su guía.
Los encuentra un malvado bromista que decide jugarles una mala pasada.
Así que, en alta voz dice: "Aquí tienes la bolsa repleta de monedas de oro, tú te quedas a cargo de repartirlas equitativamente entre todos ustedes".
Obviamente que no había tal bolsa, ni las tales monedas de oro; pero ESO los ciegos no lo sabían.
Lo que sabían era que, sin motivo, debían recibir un premio y que no lo habían recibido aún.
Por lo tanto, comenzaron a recriminarse uno al otro, y bien pronto olvidaron que eran amigos y que estaban perdidos de su camino. Pues, ahora lo único que les importaba era reñir para obtener lo que creían que les correspondía.

Preguntas para reflexionar y crecer:

  • ¿Cómo se puede relacionar este relato con el tema de la construcción del Shalom?

  • ¿A quiénes están representando los ciegos extraviados del cuento?

  • ¿Qué simboliza la bolsa con monedas de oro inexistentes?

  • ¿Cómo conseguir la paz nuevamente en este grupo?

  • ¿Cómo vinculas este relato con tu propia vida?

  • ¿Cómo opera el EGO en tu vida?

  • ¿Cómo daña tu existencia, multidimensionalmente, el EGO?

Te agradeceré que compartas tus respuestas aquí debajo, en la sección de comentarios.

Gracias.

Esas “explicaciones” religiosas…

Piglet vivía en una casa muy grande en medio de un haya-árbol, y el haya- árbol estaba en medio del bosque, y Piglet vivía en medio de la casa.
Al lado de su casa había un pedazo de tabla rota que contenía en él: "TRESPASSERS W" ((“Intrusos W”, suponemos que originalmente decía “Trespassers Will Shot” = “Se disparará a los intrusos”.)) .
Cuando Christopher Robin preguntó a Piglet lo que significaba, dijo que era el nombre de su abuelo, y había estado en la familia durante mucho tiempo.
Christopher Robin dijo que no podía llamarse "TRESPASSERS W", y dijo Piglet que sí puedes, porque su abuelo se llamaba así, y la W era la abreviatura de Trespassers Will, que era el diminutivo de Trespassers William.
Su abuelo había tenido dos nombres en caso de pérdida de uno – Trespassers a causa de un tío, y William a causa de Trespassers .

"Yo tengo dos nombres," dijo Christopher Robin despreocupadamente.

"Bueno, ahí lo tienes, eso lo demuestra", dijo Piglet.

De: “In wich Pooh and Piglet go hunting and nearly catch a Woozle, Winnie the Pooh, capítulo 3”. Traducción de Google Translate y mi modesta corrección (se agradece quien quiera mejorarlo).
Leer texto en inglés original: http://www.greeting-cards-4u.com/PooH/PooHBook/chap3.html

Este pequeño párrafo tiene muchas enseñanzas importantes, aunque a simple vista no lo pareciera ((Recomiendo la lectura de la entrada en Wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Winnie_the_Pooh)).

En una primera lectura puede resultarnos una charla incomprensible, propia de un soso cuentito para niños, de esos que pululan y llenan de vacío y tonterías las horas y mentes de nuestros hijos.
De esos que a menudo envician desde las pantallas de TV y a los que se añaden mensajes mercantilistas, imperialistas, religiosos, de sumisión a poderes ajenos, de embobamiento y no juicio crítico, etc. ((Si bien hay comiquitas muy interesantes para el estudio, tales como Bob Esponja, Los Padrinos Mágicos, entre otros.))

También nos puede parecer una conversación bizarra, sin sentido. Quizás no de niños precisamente, sino de gente que monologa de a dúos y opinan sin ton ni son.
Yo digo algo que me interesa, sin importarme lo que tú quieres decir; mientras tú dices algo que te interesa, sin importarte que es lo que yo quiero decir.
Esto también es muy frecuente, casi es la generalidad de las “comunicaciones” que nos circundan y de las que participamos, desprovistas de autenticidad, faltas de Yo Auténtico y deseo de entablar conexión real con el prójimo y el mundo.

Para ayudarnos a comprender mejor lo que quiero exponer a continuación te pido que, por favor, releamos el párrafo citado, con la dificultad que conlleva que sea una traducción, y veamos qué podemos aprender.

La gente, tú y yo, asumimos conceptos, prácticas, rituales, creencias, lemas, formas de vida, actitudes ante el mundo, ideolología, tradiciones, simplemente porque están ahí, porque nos han sido alcanzadas, porque las consideramos venerables y de valor.
Son como esa tabla rota, medio escrita, que nos impone una manera de pararnos en el mundo, de comprender la realidad, de asumir una identidad.
Queremos creer que nuestro abuelo (antepasado, líder, maestro, rabino, pastor, dios, emisario celestial, héroe patrio, personaje venerado, etc.) hacía o era tal o cual cosa, aunque en un análisis simple pero sincero reconoceríamos el disparate de nuestra asunción, de nuestra fidelidad de creencia.
Creemos y para mantener la absurda creencia vamos generando justificaciones y excusas.
Un error nos lleva a otro, y a otro, y este a uno más, hasta que por fin estamos tan lejos de la salida que nos dejamos hundir en la pequeñita celda mental que nos asfixia.
Nuestro espíritu grita y llora desesperado, anhelando la libertad, la responsabilidad, la vida, la luz, la plenitud, la bendición, todo para aquello que Dios lo ha creado y lo ha insuflado en nuestro ser; pero nuestro EGO lo mantiene encerrado, atomizado, atormentado, rodeado de paredes, de negaciones, de palabrería, de fantasías, de terrores, de miles de trampas para silenciarlo o simplemente ignorar sus sufridas y necesarias quejas.
Nos vanagloriamos en nuestra propia necedad a la que denominamos sabiduría.
Nos ufanamos de nuestra ceguera a la que llamamos fe.
Nos aplaudimos por nuestra fidelidad que realmente es esclavitud.
Mientras seguimos inventando argumentos, elaborando tesis complejas e intrincadas, llenas de palabrería hueca pero altisonante, simplemente para mantenernos presos de nuestra celdita ridícula, de nuestra personalidad sometida al deseo primitivo del EGO.

En nuestra impotencia nos dejamos engullir por nuestro EGO.
Somos ardientes esclavos de pasiones banales, pero que santificamos.
Somos torturadores, pero nos hacemos pasar por santos.
Somos inquisidores y terroristas, pero nos deleita presentarnos como “victimitas” a las que se les debe perdonar cualquier trapisonda.
Encontramos cualquier pretexto para seguir haciendo lo que nos viene en gana, creyéndonos muy sabios, muy santos, muy inteligentes, muy buenos, muy esclarecidos, muy libres, pero a la LUZ no somos más que pedantes pedazos de carne, comida por el gusano aún en plena vida.
Rimbombantes palabrerías y títulos, amiguitos y maestros, socios y compinches, seguidores y mecenas se suman a nuestra locura, a nuestra invención de un mundo de fantasía, lo que nos hace sentirnos más fuertes, más poderosos, cuando en verdad somos impotentes, nada pudientes, nada misma.

Nos gusta sumarnos a grupos, a masas de anónimos con nombre, a grupejos, a sectas, a foritos, a clasecitas, a aduladores de maestros, a seguidores de patancitos en apariencia bien intencionados pero ávidos de un poquito del sorbo de “poder”.
Es que tenemos a mano un tablón borroneado con palabras que no comprendemos, pero que repetimos como loros llenos de idiocia, que interpretamos a gusto del consumidor, que repetimos como lemas religiosos, para darnos ánimo, para no sentirnos tan poco.

Somos Piglets, pobres bobones viviendo en un mundo ficticio pero poblado de pruebas complejas, elaboradas por mentes sagaces, veloces para huir de la vida.

Mientras hago este análisis del pequeño párrafo del cuento que te cito, veo en mi memoria circunstancias, personas, agrupaciones que han pasado por mi vida, son retratadas con crudeza pero veracidad por estas duras palabras.
Y sé que para el esclavo del EGO estas palabras son solo eso, palabras, aire para dejar correr, cuestiones que no son entendidas y mucho menos asumidas para hacer un cambio radical en la vida, que dirija tus pasos hacia la Vida.

La mayoría seguirá detrás de barbados y pintorescos clérigos religiosos (con título o sin él), en pos de maestros ascendidos que revelan “la verdad” predicando en sus estraditos, venerando líderes que bailotean entre creencias de un día para el otro, genuflexos ante el que aparente poder, adoradores de deidades muertas como sus corazones.
No quieren seguir el camino de Dios, les parece poca cosa, deploran el noajismo aunque anhelan el judaísmo (para luego acomodar las cosas a su pobre criterio y según su apetito).
La mayoría andará adorando dioses, adulando personajes, invitando personalidades a sus hogares, repitiendo lemas y frases huecas pero que suenan tan lindo, comprando libritos y abalorios religiosos, rezando en idiomas ajenos a su esencia, perdiendo su vida pero teniendo a mano siempre muy buenas excusas para hacer lo que hacen.

Todos tenemos tablones podridos con mensajes del pasado, de otros, de los que pautan nuestra vida y que colgamos con orgullo como símbolo de nuestra precaria y aparatosa identidad.
Todos queremos creernos poderosos en los cinco planos de la multidimensionalidad humana.
Todos somos Piglets, aburridos, fracasados, extraviados, pero llenos de fe, de discursos preparados, de frases hechas para invocar, de figuras poderosas a las cuales citar.
Llenos de artimañas, de trucos, de magia para engañarnos y engañar a otros.

Nuestro espíritu se da cuenta, sufre, pero lo encadenamos y amordazamos.
No queremos ser libres.
Odiamos la libertad.
Odiamos que nos mencionen la palabra “responsabilidad”, y “compromiso” y “esfuerzo”… por eso preferimos dioses que nos hacen los mandados, cabalisteros que nos regalan profecías untuosas, maestros que nos halagan hasta el empacho, creencias que nos dan esperanza y sentimiento de paz en la pereza.
Odiamos ser humanos, preferimos ser Piglets…

¿Tú que opinas?

En apariencia cortos pero en realidad amplios

El llevar una vida con apego a las reglas del Eterno y con bases espirituales firmes no es fácil. El principal obstáculo que tenemos es vencer al EGO porque está latente, escondido como un ladronzuelo al acecho del primer tonto que pase frente a él para atacarle. El que solo se enoja solo se contenta, dice un dicho en mi país. Pues algo así pasa con los que andan tratando de debatir o de falsear nuestras bases.

El noajismo no es una religión sino una forma de vida. Se basa en la justicia y lo que es correcto y no en imposiciones ni rituales de ningún tipo. Errar una vez es de humanos, dos es de tontos pero tres es de necios. A veces pensamos que porque solo son siete mandamientos los que nos toca cumplir que con solo que lo hagamos superficialmente ya es suficiente. Esto no es así. Pero hay casos en que cuando tratamos de cumplir con ellos se nos aparecen ciertos personajes en el camino que buscan recurrir a lo que les está vedado para poder falsear nuestras creencias.

Primero que todo, la Torá es para el pueblo judío y por eso es que tenemos a maestros como nuestro querido amigo el Moré que nos guía, porque él sabe qué es lo que nosotros podemos recibir y qué no y el buscar cosas que nos están prohibidas bajo aparentes deseos de bondad, es simplemente otra manifestación del EGO.

Si El Eterno hubiese querido que naciéramos judíos, seríamos judíos. Si El Eterno quiso que naciéramos gentiles somos gentiles. El noajismo no es una escala antes de llegar al judaísmo. El noajismo es una identidad dada a nosotros por El Eterno. Así que cuando vengan esos intelectualoides de cuarta y te critiquen con base a argumentos encontrados en esta y esta otra sección de la Torá, como servidor al Eterno que eres desde un punto de vista gentil, respóndeles:

“Yo no tengo religión porque El Eterno me creó como un ser humano con libre arbitrio y libertad para servirle a Él y a nadie más. No ocupo ser nadie más que yo y a través de la justicia y la rectitud es que llevo mi vida. Si usted lee cosas que no debería de leer, lo único que le puedo decir es que no lo haga por su propio bien; pero en cuanto a debatir la legitimidad de mis creencias o de las suyas sería un debate fútil porque ni yo voy a hurgar en lo que no me corresponde ni usted va a dejar de hacerlo. Lo único que le puedo decir es que El Eterno sólo es Uno y es nuestro Di-s.”

El noajismo es libertad, el noajismo es vida. En apariencia siete mandamientos no parecen ser mucho, pero si realmente buscas cumplirlos a cabalidad te darás cuenta cuán amplios son. La amplitud no está en usurpar lo que no es nuestro sino en perfeccionar lo que nos pertenece. Existen personas con EGO’s de amplísimo tamaño. En la universidad a veces bromeamos de que tenemos profesores que ocupan dos clases, una para acomodar a sus estudiantes y la otra para acomodar al EGO.

¿Cúal ser en su sano juicio buscaría la esclavitud y el dolor cuando es libre y feliz? Entonces, ¿por qué ahondar en lo que no nos pertenece teniendo tanto por hacer? Hoy aprendí una lección muy valiosa para la vida porque como dicen en mi país “por tratar de hacer una gracia hice un sapo.” Esto quiere decir que lo que lleva buenas intenciones a veces puede devengar en malos resultados. “El que solo se enoja, solito se contenta.” “El que hurga en lo ajeno para justificar su egolatría, solito tendrá que darse cuenta de que lo que está haciendo está mal.” La mejor forma de ayudar a nuestro prójimo es dando el ejemplo con nuestra buena actitud. No siempre lo podemos lograr pero eso no significa que tengamos que desfallecer sino más bien utilizar los fracasos como fuente de conocimiento para evitar caer nuevamente.

La hermosura de la vida es que cuando se deja al EGO de lado se puede vivir a plenitud. Solamente imagínate cómo sería el mundo si dejáramos de lado al EGO. Si has herido, ofrece una disculpa y arrepiéntete, si has hurgado en lo que no te tocaba, ofrece una disculpa y no hurgues más. El verdadero arrepentimiento aunado a un legítimo esfuerzo de no errar es la rectitud y la bondad es buscar que las personas llevemos una vida humana, es decir, una vida digna y por buenas lides. Y para aquellos que busquen deslegitimarte, no les hagas caso, ofréceles www.fulvida.com para que comiencen a empaparse de la verdad y se unan a los que le servimos al Eterno y buscamos la construcción de Shalom.

 

Ay el eGO

Para los hijos de Israel está semana corresponde la lectura de la sección denominada Vaikrá, en el comienzo mismo del tercer libro de la Torá, el llamado Levítico.
Como procuramos hacer, en respeto a las leyes del Eterno, tratemos de encontrar alguna enseñanza apta para la espiritualidad noájica a partir del texto sagrado del pueblo judío.
Sin violentar identidades, sin usurpar patrimonios, sin quebrantar reglas, sin añadir con buenas intenciones pero escaso discernimiento de la pureza espiritual que sintoniza con el alma del gentil.
Recordemos que son muchos los que queriendo hacer más de la cuenta, llevados aparentemente por buenas intenciones, terminan haciendo lo que no debe ser hecho y apartándose del camino que el hombre debe transitar.
El camino del gentil es perfecto, diseñado por Dios, cuenta con Siete Mandamientos, no más.
Por supuesto que se puede perfeccionar la conducta, sin desviarse ni un ápice de los mandamientos correspondientes, sin apropiarse de lo que no es propio.
El perfeccionamiento de la conducta lleva al desarrollo de la ética, pues es en ese aspecto que los mandamientos judaicos pueden servir como paradigma para los gentiles.
En lo ético, NO en lo ritual ni en lo idiosincrático para los miembros de la nación judía.
Así pues, vayamos a la pequeña/inmensa enseñanza ética, una de las varias, que podemos elaborar a partir de una porción de la sección semanal que está establecida en el ciclo de lecturas de Torá para los judíos.

Se encuentra allí:

"Habla a los hijos de Israel, diciendo: cuando alguna persona pecare por yerro en alguno de los mandamientos de Hashem sobre cosas que no se han de hacer, y obrare contra alguno de ellos
(Vaikrá 4:2)

Releemos: “mandamientos de Dios sobre cosas que NO han de hacerse”.
Reiteramos: “mandamientos sobre cosas que NO se deben de hacer”.
¿Por qué la Torá menciona las "cosas que no se han de hacer" por parte de la persona como mandamientos?

Una de las respuestas plausibles la brinda el Rabbí Levi Itzjak de Berditchev, quien explicaba que era para enseñarnos cuan despreciable es para el Eterno el orgullo de la persona.

Te lo explico.
Una persona que actúa incorrectamente y se le advierte de su defectuoso proceder, puede retroceder en su actitud, entonces también tratará de enmendar sus acciones y su conducta indigna, haciendo Teshuvá, arrepintiéndose y corrigiendo en lo posible el perjuicio ocasionado.
Sintetizo: haces algo malo, te avisan, tomas conciencia y decides perfeccionar tu vida y corregir el daño ocasionado.
Es algo que ocurre, gracias a Dios.
Es la “magia” de la Teshuvá, el proceso de arrepentimiento completo y sincero.

Pero, ¿qué pasa cuando el EGO obstaculiza a la persona este camino de retorno?
¿Qué sucede cuando la vista espiritual de la persona está nublada a causa del influjo nefasto de su EGO?
¿Qué acontece cuando alguien no admite que está haciendo algo incorrecto, o no acepta que lo corrijan, o se niega a reconocer que se equivoca, o da excusas para seguir andando por la senda oscura, o pudiendo corregir se empeña en afear aún más su vida y el entorno?
¿Qué pasa cuando al comando del EGO la persona se niega a cambiar favorablemente?
La respuesta es evidente en sí misma.
El EGO se opone a rajatabla a la Teshuvá, y cuando la acepta es solamente parcialmente y como truco para incentivar a la persona aún más a apartarse del camino de la Luz.
Es dejar a la persona dar un paso atrás de su mal hacer, para luego llevarla dos pasos a las corridas en la dirección del mal… es tan común, tan corriente, tan habitual que ni siquiera te das cuenta que tú actúas así…
En muchas ocasiones esto se manifiesta como actitudes orgullosas de la persona.
El que deniega la corrección oportuna, pues ¿cómo tal persona me viene a decir a MÍ que tengo que hacer o no?
¿Cómo osa alguien señalarme que YO me equivoqué?
¿Quién se atreve a enjuiciarME, por qué primero no se juzgan a sí mismos en lugar de meterse CONMIGO… no son solamente de Dios los juicios?
¿Acaso no se dan cuenta de que esto que hago es bueno, pero ellos no tienen la mente limpia como para alcanzar MI nivel de conciencia y sabiduría?
En fin, excusas, palabrería, escudos herrumbrados, murallas agujereadas, intentos de eludir la responsabilidad y equilibrar el Yo Vivido para seguir bajo la bota cruel del EGO, en la fantasía de ser súper poderoso…

Para estas personas se les recuerda que lo que está haciendo mal ha sido codificado por Dios como mandamiento, como una ley, para que no sea hecho así.
No es el parecer de tal o cual maestro, ni erudición de hombres, ni lo que a mí me parece, sino un mandato directo emanado del Uno y Único.
Chico, es un mandamiento no una linda costumbre para acatar si te viene en gana…
Muchacho, aunque a ti te parezca que eres genial y lo que haces es cool, te advierten que Dios piensa otra cosa ….
Joven, tú puedes manipular a los que te oyen y torpemente te admiten en tus fantasías y yerros, pero Dios ha decidido algo que tú no estás cumpliendo…
Cuate, bájale a tu “auto estima”, porque de tan gordo que estás emocionalmente apenas si alcanzas a ver otra cosa que no sea tu vientre…

¿Se entiende el porqué el orgullo, esa pompa muy inflada de aire maloliente, no es más que un enorme obstáculo para crecer y llevar una vida de plenitud en bendición?

Pero, hay otro componente del orgullo, tanto o más nocivo que éste.

Ocurre también que la persona cegada por el EGO, cuando ciertamente cumple con algún mandamiento, siente su corazón repleto de ese sentimiento innoble del orgullo, y se arrebata su espíritu inflamado de arrogancia, se pavonea luciendo su arrogancia.
En un caso así, a pesar de haber cumplido con alguno de los preceptos del Eterno, por su veleidosa actitud se considera que ha pecado grandemente, pues, no cumplió con el mandamiento a causa de su lealtad a Dios, para honor del Eterno, sino como mérito propio, para agradar a su propio EGO.
Y peor aun, puede incluso suponer que el cumplimiento de ese mandamiento le sirvió a Dios para algo, como si Él estuviera necesitado de que las personas cumplieran con alguno de los mandamientos para poder seguir siendo Dios.
Entonces, cumplió algún mandamiento pero su vanidad transformó la buena obra en un espantoso resultado, porque:
– no lo hizo por fidelidad a Dios, sino para adoración de su EGO;
– no sirve como buen ejemplo para otros, quienes viendo la actitud nefaria de un “cumplidor de preceptos”, deciden apartarse de ellos para no ser tan indecentes como él;
-por menospreciar a Dios, suponiendo que Él necesita de que cumplamos con algún mandamiento, porque sin nosotros es impotente de alguna manera.

Así pues, no sólo el orgullo invalida el mandamiento ejecutado correctamente, sino que transforma su cumplimiento en un gravísimo pecado, como es el desprestigiar al Eterno y llevar a otros al error.

Por lo tanto, mejor apartarse del pecado y hacer lo que es bueno.
Y al hacer lo bueno, mantener nuestro orgullo en la justa medida…

Eres esclavo de tu EGO, a no ser que escojas la vida verdadera, el crecimiento multidimensional, la humildad en su exacta definición…