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Abandono: todos tus miedos

Quizás más de una vez no has podido entender los motivos por los cuales una persona sigue al lado de quien la maltrata, ya sea física, emocional, social y/o mentalmente.
Tal vez has tratado de preguntarle, preguntarte: ¿Por qué sigues así?, ¿para qué sigues ahí? 
¿Te convencieron sus respuestas, sus excusas?

Sentías y sabías que como persona tiene el derecho de ser tratada con respeto y consideración y que nadie, nunca, puede abusar de su libertad, nadie tiene el derecho ni el poder de humillar, lesionar ni coartar su libertad.
Y sin embargo, ¡sigue aferrada a esa relación!

Quisiera que me acompañaras a explorar un poco este asunto, veamos qué más se puede descubrir al respecto, espero te sea de beneficio y bendición.

Hemos enseñado en más de una ocasión que todos los miedos se derivan a cinco básicos, y estos a su vez se reducen a uno solo: miedo a la impotencia, al no poder.
Cada uno de los miedos que has experimentado, todos, sin excepción, si te pones a observar con detenimiento reconocerás que no son más que una visión a futuro de padecer de impotencia, falta de control. Mayor o menor. Real o imaginaria. Pero siempre a no poder.
Vamos, piensa en alguno de tus miedos, o de alguna persona que conozcas bien, míralo con cuidado y dime, ¿no es acaso a causa de alguna impotencia?
¿Accidentes? ¿Enfermedades? ¿Muerte? ¿Pobreza? ¿Abandono? ¿Dolor? ¿Miseria? ¿Burla? ¿Fracaso? ¿Divorcio? ¿Locura? ¿Extravío? ¿Animales? ¿Aviones? ¿Ascensores? ¿Demonios? ¿Dios?
Cualquiera de los miedos que menciones, son sospechas de padecer de impotencia a futuro.

El origen se encuentra en el espantoso trauma inicial del nacimiento, hecho que quedó registrado en una capa de tu memoria que no puede ser modificada posteriormente, ya que se inscribe en regiones profundas y primitivas de nuestro sistema nervioso. A diferencia de otros recuerdos, éste es vívido, inalterable (en tanto se preserve físicamente y siga activo), sin conexión a símbolos y por tanto imposible de definir con palabras, imágenes, sonidos, etc., solamente se lo siente, con mayor o menor carga energética. Encuentra canal para expresarse, entre otras cosas, con los miedos.
Cada miedo que sentimos se genera por una expectación de impotencia, en cualquiera de las cinco dimensiones de nuestro ser, que se enlaza con aquella sensación de pesadilla sin solución que fue el trauma inicial.

Comprendamos bien, el miedo actual está a la espera de un evento que aún no ocurre (futuro) y que está conectado al terror inicial marcado en nuestra memoria (pasado).
Entonces, no es extraño encontrar un motivo de miedo consciente que podríamos evaluarlo como relativamente leve, pero que provoca reacciones a la vista desproporcionadas.
Por ejemplo, un perrito faldero se transforma en nuestra imaginación corroída por el miedo en una fiera descontrolada. Una puntada en el pecho en un infarto. Terminar una relación sentimental, que ya está finiquitada hace rato, en una condena a la soledad eterna. Un despido laboral a la miseria total. Unos pasos en la noche a una escena violenta sacada de películas macabras. Un vuelo en avión en una catástrofe de proporciones bíblicas. Invitar a una chica a salir en una tortura de las más espeluznantes. Mil ejemplos, tú recuerdas más de uno.

Concentrémonos ahora en el miedo al abandono, que fue el que dio pie a estas reflexiones.

Para no ser abandonados, y/o para mitigar el miedo a serlo, entonces:

  • Abandonamos nosotros
  • Soportamos cualquier cosa, para seguir “acompañados
  • No nos involucramos en relaciones humanas

Modalidades de éstas:

  • Abandonamos primero
  • No nos permitimos tener intimidad emocional
  • Somos infieles
  • Engañamos
  • Somos agresivos
  • Manipulamos para que no se nos abandone
  • Sometemos al otro
  • Hacemos creer que hemos superado la necesidad de compañía
  • Decimos que nos gusta como se nos maltrata
  • Explicamos que tenemos ciertas obligaciones que nos exigen vivir como lo hacemos
  • Seguimos con el que nos abandona constantemente, que nos hace sufrir horrores la soledad en compañía

Consideramos que el miedo al abandono cuenta con una distinción especial por sobre los otros miedos básicos.
Te explico brevemente.
Como sabemos, en su origen las herramientas activas del EGO sirven para llamar la atención, de forma tal de conseguir resolver las necesidades/impotencias que disparan al EGO.
Necesariamente precisamos que alguien nos atienda, por tanto, el llamar la atención se convierte en (cierta forma) vital.
Vamos formando un hábito con la repetición de la conducta: alguien/algo nos salva cuando hacemos lo suficiente para que se nos preste atención. Como bebes no entendemos qué pasa, solamente nos dejamos llevar por nuestro instinto (el EGO), y se va marcando en nuestra memoria la presencia de ese algo/alguien sin identificar que nos rescata de las peores miserias. No estamos capacitados para reconocer que es mamá, papá, la nana, todos son lo mismo, nadie es un individuo, son cosas que se sienten y no se fijan como identidades en nuestra memoria. Solamente queda la profunda impresión de que de alguna manera algo/alguien nos rescata.
Esto es lo que crea también la imagen de un salvador, real o imaginario. De un dios. De un algo/alguien con poderes más allá de los nuestros que se presenta para sacarnos de problemas.
Si lloramos, gritamos, pataleamos, tarde o temprano surge de las sombras el salvador, nos cuida, nos protege, nos satisface, y luego desaparece nuevamente en las sombras. Eso es lo que iba percibiendo el bebe, lo que fue quedando registrado en su memoria. No es coincidencia que sea la fe de religiosos, supersticiosos y similares .
Sí, así nacen los dioses a imagen y semejanza del EGO y de los que vinieron a darnos una mano estando en necesidad.
Es una diferencia sustancial del Eterno y de la espiritualidad con respecto a las religiones y sus dioses (uno o mucho).

Entonces, también queda rotulada en nuestro inconsciente la creencia de que la soledad es igual a destrucción, a caer en la pesadilla de la impotencia, de que algo/alguien debe rescatarnos o de lo contrario estaremos sometidos a la desgracia.
Siendo así, el abandono podría considerarse como la antesala indiscutida a la tortura, al infierno.
Entonces, ya podemos ir viendo que detrás de estrategias conscientes y beneficios racionales, detrás del miedo al abandono se esconde el miedo a la impotencia (como en todo miedo), al que se suma a la certeza inconsciente de que solos estamos perdidos. O alguien/algo nos rescata, o perecemos en dolores y sufrimiento. O algo/alguien nos salva, o nada podemos.

Es fácil descubrir lo que se esconde detrás de frases como “Sin cristo nada podemos hacer”, “Con dios todo, sin dios nada”, “Separados de mí nada podéis hacer”, “Con Jesús lo tenemos todo, sin él nada”, “Vivir en cristo” y similares. Sea de esta idolatría o de cualquier otra. Sea con religiones organizadas o de aquellas individuales. Sean supersticiones más o menos estrambóticas. Sea gente que pone su fe en la ciencia y los científicos, o en el progreso del hombre, o en cuestiones similarmente ateas o agnósticas, pero que no dejan de tener al EGO como el salvador ilusorio en las sombras. E incluso, con gente que tiene su confianza puesta en el Uno y Único, pero que vive la relación con Él como si fuera un ídolo más, y el judaísmo/noajismo una religión de “salvación”.

Hasta aquí por hoy, espero que te sirva lo que has aprendido. Te pido que me expliques, por favor, lo que has podido comprender y cómo crees que te sirve para llevar una mejor vida, llena de bondad y justicia, construyendo shalom. Me ayudas, ¿por favor? Gracias.

Excusas

Hay un arte que solemos ir perfeccionando por su uso cotidiano: el inventar excusas.

Como a veces nos parece conocer el significado de una palabra, pero no sabemos expresarlo, comparto contigo lo que el diccionario trae: “Motivo o pretexto para eludir una obligación o disculpar alguna omisión” (Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe).
La definición es clara, entendemos que la excusa se usa para no hacer algo o porque no hicimos algo.
Lo sabemos sin recurrir al diccionario, por experiencia propia ya que la hemos empleado en mil ocasiones durante la última semana, así como la usaron con nosotros en otras tantas.
Desde las cuestiones banales hasta las trascendentales, sea hacia otros o hacia uno mismo, no tarda en aparecer la excusa.
¿Estás de acuerdo o tienes alguna excusa para darme/darte?

De acuerdo a lo que venimos aprendiendo, la excusa se basa en la herramienta pasiva del EGO (desconexión de la realidad), la cual se emplea para evitar el sentimiento de impotencia y, probablemente, conseguir manipular a otros para obtener algún beneficio por medio de un poder-falso.

En el primer diálogo registrado de la humanidad, el de Serpiente con Javá/Eva ya encontramos la primer excusa.
Fue una que Eva pensó para habilitarse a disfrutar de algo que tenía prohibido.
Ella tuvo el deseo, luego el ingenio para inventar la excusa, y entonces obtuvo “misteriosamente” el permiso para hacer lo que no debía hacer.
Presta atención:

"Entonces la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era atractivo a la vista y que era árbol codiciable para alcanzar sabiduría. Tomó, pues, de su fruto y comió. Y también dio a su marido que estaba con ella, y él comió."
(Bereshit / Génesis 3:6)

Un instante antes ella había expresado:

"-Podemos comer del fruto de los árboles del jardín.
Pero del fruto del árbol que está dentro del jardín ha dicho Elokim: ‘No comáis de él, ni lo toquéis, no sea que muráis.’"
(Bereshit / Génesis 3:2-3)

¿Qué pasó para que de repente se olvidara lo que ella misma había dicho?
¿Cómo fue que se atrevió a traspasar un límite claramente impuesto por el Todopoderoso?
La respuesta: porque supo idear una excusa y creer en ella.
El árbol era bueno para comer, que era vistoso, y seguramente daría a quien lo probara conocimientos inaccesibles de otra forma.
Sí, probablemente el árbol era bonito de ver, ¿pero ello significaba que era “bueno para comer”?
(En un aparte, ¿no debiera ser el fruto bueno para comer y no el árbol? Cerramos el aparte).
Y si realmente con su vista uno descubría su sabor, ¿eso significaba que daría conocimiento a quien lo probara?

Ella quiso, ella deseó, ella inventó una excusa para hacer lo que no debía.
¿Cuál fue su sentimiento de impotencia?
El desear y saber que no debía consumar aquello que deseaba.
Alguien le había impuesto un límite, le había marcado un tajante “no”.
No era cualquier “alguien”, sino el Rey de reyes, el Creador de Todo, la Ley en Sí mismo.
Aquel que es TODOPODEROSO, por tanto no experimenta la impotencia.
Ese “alguien” dijo “no”, y ponía a Eva en situación de real impotencia, de no poder.
Entonces, el EGO, el viejo y perpetuo EGO le susurró la idea genial, la excusa por medio de la cual se degradaba el no hasta hacerlo un extraño “sí”.
Si ella hubiera sido firme a la Ley, a la consigna, sin dar vueltas innecesarias se habría ahorrado la acción prohibida, pero prefirió hacer de cuenta que tenía poder allí en donde en verdad era impotente. Se inventó la excusa para estar desconectada de la realidad y actuar según su deseo, en este caso idéntico a su EGO.
Como suele ocurrir, las consecuencias negativas se producen por la acción u omisión producto de la excusa, porque por más que uno pretende que la realidad es otra, igualmente la realidad se impone y sucede lo que tiene que suceder.

¿Cuál hubiera sido la mejor opción para Eva?
¿Qué hacer en lugar de excusarse?

Podemos señalar que cuando dejamos de inventar excusas y afrontamos los eventos de nuestra vida con compromiso y responsabilidad, posiblemente estaremos dando pasos firmes para el crecimiento, la unificación, la armonización, la construcción de shalom (interna y luego externa).
Piénsalo.
Toda vez que diste una excusa, a ti o a otros, lo hacías para escapar de tu obligación. Esto puede salvarte momentáneamente de “pagar los platos rotos”, pero tarde o temprano se cumple aquello de que “nada es gratis en la vida”. De una u otra forma deberás pagar, hacerte cargo. Quizás no de la manera que crees, tal vez te parezca que se puede vivir zafando, pero el universo se encarga de acomodar las cosas (hay algo que se llama Justicia Divina, ante la cual todos rendimos cuentas finalmente).
Por ello, las excusas que parecen una salida fácil y elegante, son profundizar los problemas, diversificarlos, complicarse para dentro de un rato.
Sería más satisfactorio comportarse con asertividad y ánimo resolutivo, que incluye aceptar las consecuencias negativas cuando las hubiere, así como pedir perdón, solucionar lo que se ha estropeado, etc.

En ocasiones las excusas son extremadamente insidiosas, aparentemente espirituales y de contenido sacro, pero que no dejan de ser terribles escollos para el bienestar de la persona y su medio.
Mira la mentira que Serpiente dijo a la mujer para que se atreva a oponerse a la Ley del Eterno:

"Es que Elokim sabe que el día que comáis de él, vuestros ojos serán abiertos, y seréis como Elokim, conocedores del bien y mal."
(Bereshit / Génesis 3:5)

Sí, es otra excusa, que está montada en una mentira (¿o no lo es?).
Serpiente quiere que la mujer coma del fruto del árbol que tiene prohibido, para lo cual la lleva por caminos extraños. Le habla con insistencia, le hace fortalecer el deseo, razona con ella para que no tema, explica que no hay ninguna consecuencia negativa, que la prohibición se debe a un temor del Dios porque Él no quiere que las personas adquieran una virtud propia de Él. El fruto da poder, esa es la idea. Un poder digno de un dios. Algo que la Ley veda para que las personas no alcancen un grado de divinidad, de ausencia de impotencia. Susurra Serpiente con habilidad, promete poder, el fin del sentimiento de impotencia.
Sí, es una excusa “sagrada”, hacer de la persona una divinidad, ponerla a la altura de Dios.

Te cuento algo que quizás no te habías dado cuenta.
Eso mismo suelen hacer las personas a menudo, en todas las épocas y lugares.
Cuando rezan y esperan que Dios les sirva, que les cumpla sus antojos. Porque el rezo es visto como una especie de control remoto que somete a Dios, lo obliga a trabajar en provecho del que reza. Cual genio de la lámpara, que espera satisfacer el deseo del orante. ¿No te ha pasado alguna vez? ¿Tal vez hoy mismo, si es que has rezado?
Desde nuestra honda impotencia queremos que el Todopoderoso haga lo que nosotros no podemos o no queremos hacer.
¡Dios, dame trabajo! Pero no salgo a buscarlo.
¡Dios, dame dinero! Pero no trabajo.
¡Dios, dame sanidad! Pero no me cuido ni visito al médico.
¡Dios, dame una esposa! Pero me quedo encerrado en mi pequeño círculo.
¡Dios, dame, dame, dame! Porque, ¿no está Dios acaso para proveernos de satisfacción a cambio de algún ritual o de algún canto?
Es triste, es lamentable, es común.
Creo, pero no estoy seguro, que hasta incluso es blasfemo.
Y se acrecienta con todas esas supersticiones que a tontas y locas la gente añade a su vida, y hasta le dan estatus de santidad porque algún sujeto con supuesta autoridad las avala (vaya uno a saber el motivo egoísta, in-excusable, para hacerlo). Cintas rojas, manitos, ojitos, libritos, cartelitos, fotitos, piedritas, cartitas, aritos, anillitos, pancitos con formitas, migajas que sobran del menú de una supuesta autoridad, etc. varios que llegan incluso a tomar algunos preceptos para efectos mágicos (ejemplos: mezuzá para protección de casas, tzedaká para obtener ganancias económicas, honrar a los padres para llevar una larga vida, cumplir para hacerse un lugarcito privilegiado en el paraíso, entre otras).
Y cada una de las abominaciones supersticiosas vienen certificadas por excusas que convierten al Todopoderoso en un títere mojigato, que solamente debe cumplir lo que el supersticioso reclama.

En lo personal, y te pido perdón por darte mi humilde opinión, es más de lo mismo que Serpiente dijera en el primer diálogo registrado de la humanidad.
Queremos obtener el poder de dioses, ser una deidad, o manejar a nuestro capricho a Dios.
Entonces, con aires de religiosa piedad nos imaginamos que cada una de nuestras conductas tienen una pátina sagrada, que imponen sobre la realidad nuestro deseo.
Y no nos damos cuenta que seguimos cometiendo una y otra vez el mismo error, quebrantar la Ley con la supuesta convicción de cumplirla.
Seguimos comiendo del fruto del árbol prohibido, mezclando el bien con el mal, pintando de bueno aquello que no lo es.

Oh sí, las excusas están por todas partes.
Ahora mismo estás pensando alguna para no seguir leyendo, para declarar que estás en contra, para enojarte…

Otro ejemplo de insidiosa excusa de perfil religioso es la que afirma que “todo es para bien”, con la creencia de que efectivamente lo malo también es bueno, puesto que se cree que todo viene de parte del Creador y Él no es injusto ni provoca daños sin motivo bondadoso. Si bien es una poética poderosa, un estupendo argumento del EGO, no deja de ser una excusa para vivir fantaseando, negando la realidad de mal, lo que cada uno tiene para hacer para corregir su propia personalidad y así contribuir al “tikún olam”, que es la corrección del mundo.
La maldad, el daño sin sentido, la injusticia, lo dañino son reales y son malos, no es negando su presencia como mejor construiremos shalom (interno y externo).
Lo cierto es que si cuando acontece algo malo damos la excusa de que todo es de Dios, así que eso no es malo, nos desviamos de la buena senda. Lo mejor sería encontrar qué podemos aprender del suceso adverso, cómo elaborar a partir de ello algún sentido trascendente, qué podemos hacer para corregirnos y corregir al mundo. Así, afrontando con responsabilidad y compromiso la realidad, no andamos trastabillando con excusas mágicas y por el contrario realmente empleamos el pensamiento positivo y la confianza en que Dios es bueno Y justo.

Otra del grupo insidioso espiritual es la que encuentra en las dificultades pruebas de Dios, castigos divinos, resultados de pecados y por tanto no emprende acciones realmente reparatorias, de modificación de conductas o actitudes. Se deja en esa vaga dimensión religiosa el motivo para los pesares y así no crecer y desarrollarse.
¿No es una manera de echar la culpa a Dios (dios, dioses, destino, karma, suerte, etc.) y así mantenerse en estado de impotencia, a merced del EGO?

Es que, echar culpas es uno de los cantos favoritos entre las excusas.
Que fue como me educaron, que son los políticos, que el país está a la miseria, que la situación internacional, que los masones-judíos-sionistas-comunistas-fascistas-etc., que yo hago todo lo posible pero mi esposa es necia, que mis hijos están en malos ambientes, que la TV-internet-video juegos son los grandes males del siglo, que aquel y ese otro también, todos tienen su parte de la culpa y por eso ahora yo me excuso y evado mi responsabilidad y compromiso.

Por supuesto que las excusas no se dan solo en el ámbito de lo espiritual, o religioso (que es absolutamente otra cosa), sino en cada uno de los planos de existencia. Remarcamos en este momento con algunos ejemplos que aplican al ámbito de lo espiritual, o religioso, pero tú sabes bien que las excusas van y vienen en casi cualquier momento del día por casi cualquier cosa. Sea hacia uno mismo, para otro, en lo grande y pequeño.

Recuerda que tienes control sobre un número limitado de cosas, puedes procurar un sano control sobre otras, pero la vasta mayoría queda por fuera de tu área de dominio.
No tienes cómo reformar tu pasado, por más que culpes y lamentes, es inamovible. Pero tienes el poder de darle un sentido diferente, que apunte a lo saludable, aquí y ahora. Uno de los instrumentos poderosos es el arrepentimiento sincero, en caso de que tuvieras tú parte de la responsabilidad de haberte salido del buen camino. Esto no cambia el pasado, pero te permite hacer lo que está a tu alcance para vivir mejor el aquí y ahora.
No tienes forma de marcar a tu antojo el futuro, por más que te angusties y estés ansioso, aunque hagas extraños pactos con dioses y fuerzas ocultas, el futuro es inexistente. Pero tienes el poder de arar, abonar, irrigar, sembrar, cuidar para que eventualmente en el futuro puedas recoger tu cosecha. Si te limitas a vivir el presente, con la excusa de que es el único tiempo que existe (lo cual es cierto), estás solamente haciendo eso… dando una excusa. El futuro está cimentado en el presente, que para él es pasado. Tus decisiones, acciones, conductas, actitudes, omisiones de hoy necesariamente tendrán efectos en la posteridad. Entonces, puedes planear hacia dónde quieres dirigirte y caminar hacia allá. Porque es este momento, aquí y ahora lo que te dará la oportunidad de realizar un futuro más satisfactorio.
No tienes cómo controlar a otra persona, puedes emplear la manipulación, ejercer el autoritarismo, privar de libertad, hacer de cuenta que realmente tienes poder sobre la otra persona, pero supongo que tú no eres un sádico, malvado, abusador, sicópata, por lo que no te entregas a esos terribles “juegos” de falso poder. Por lo cual, el otro finalmente no está bajo tu control. Pueden coexistir, negociar, vencer y ser vencidos, pero el otro es otro y su decisión no depende de tu control. Aunque sea tu hijo, padre, esposo, mejor amigo, la persona que tú crees conocer y manejar, no está bajo tu dominio.

Es necesario cuestionar tu sistema de creencias, ver en dónde te dejan en estado de impotencia (real o sentida), darte cuenta de las excusas que inventas, asumir el poder allí en donde estás habilitado a ejercerlo. No eres hereje por usar tus capacidades para preguntar, para aventurarte a pensar diferente, para actuar dentro del marco de la ética en procura de mejorar tu existencia y la del entorno.
Las excusas religiosas, con fanatismos y hacerse la víctima son solo eso, excusas.

Como ser multidimensional (espiritual, intelectual, social, emocional y físico) puedes y debes desarrollar tus potencialidades para disfrutar de lo que es lícito y permitido. Encontrar tu poder y usar de él, para tu beneficio sin que por ello perjudiques a otro.

Deja de lado las excusas, porque la excusa surge por un sentimiento de impotencia e inmoviliza en la impotencia.
Puede venderse como una respuesta, una solución, pero es el problema y su profundización.

Vive aquí y ahora, conoce tus limitaciones y acepta las que no puedas modificar, y trabaja con paciencia, amor, respeto, lealtad, constancia, bondad y justicia para mejorar aquello que es perfectible.
No precisas de las excusas, sino del AMOR.

En estos días que van de Rosh haShaná a Kipur me parece necesario tener en cuenta esta enseñanza, sea para corregirla o para corregirnos.
Te deseo lo mejor y que puedas disfrutarlo.

Noah-dating: La Segunda Parte

Permítanme primero que todo agradecerles por leer estas líneas. Sé que están muy ocupados y les agradezco por tomarse el tiempo de leer lo que estoy por escribir. Decidí escribir esto por dos razones, primero porque deseo agradecer a Dios por su generosidad infinita y la oportunidad que nos ha dado hoy de iniciar un nuevo proceso en nuestras vidas, digo nosotros porque me estoy refiriendo a mi novia y a mí y aunque me siento avergonzado que solo he escrito esto hasta ahora y que no he escrito antes para agradecer a Dios por tantas bendiciones que Él me ha dado, sería peor si callara  y mantuviera este conocimiento lejos de otros que les puede ayudar. La segunda razón es que mi novia desea que compartamos esto con otros para que no solo seamos nosotros los que disfrutemos de esta felicidad.

Ha sido un proceso de aprendizaje y de enriquecimiento para ambos, comenzando por el hecho que esta no ha sido una travesía fácil, los dos hemos tenido obstáculos y vallas en el camino que tuvimos que sortear para llegar a este punto y anoche decidimos formalizar nuestra relación al darle un nombre. Mucha gente nos ha ayudado a aprender y convertirnos en mejores personas así que me gustaría compartir mi experiencia con ustedes para que ustedes también puedan enriquecer sus relaciones, si tienen ya una relación, o comenzar una nueva con la persona indicada.

El noajismo no se trata de ismos, más bien es la forma de vivir y aunque muchos evitarán con antipatía el hecho que el no congregarse en un lugar de adoración de su dios personal es perjudicial o porque no se lee la Torá judía, que es la herencia eterna y el regalo de Dios al pueblo judío solamente, no tiene sentido y que a todos debería permitírseles estudiar la Torá como si se tratara de algo del dominio público, es el error más grande cuando se lleva la vida porque nosotros los noájidas tenemos un camino sagrado compuesto de Siete Mandamientos Universales dados por Dios a las naciones del mundo para que podamos vivir vidas ricas y satisfactorias.

Así que el primer consejo que humildemente les doy a aquéllos que estén buscando enriquecer sus vidas y sus relaciones es, primero que todo, el seguir los Mandamientos Universales dados a las naciones. No traten de tomar lo que no les pertenece, la Torá judía y la cultura judía son judías por una razón, para que esta nación sacerdotal pueda iluminar a las naciones y aunque muchos quienes no conocen muy bien la cultura la envidian, la verdad es que aquellos quienes conocemos un poquito de la cultura, una vez que comenzamos a vivir nuestras vidas como se dispuso que fueran vividas, es decir, disfrutando lo que es permitido y apartándonos de lo prohibido, comenzamos a ver cambios en nuestras vidas que nos permiten vivir en paz y armonía con nuestros coetáneos y con Dios y en vez de tratar de imitar a los judíos, aprendemos a amarles por lo que nos han enseñado y porque ese amor surge del respeto, no les robamos su propiedad.

Sería tonto para mí el decir que lo he aprendido todo cuando por el contrario, todavía estoy aprendiendo y casi no sé nada, pero una cosa que he visto con mis propios ojos es que cuando uno vive una vida sin religión y hace las cosas correctamente, las cosas comienzan a cambiar para mejorar lo cual es un proceso lógico, si lo pensamos, porque no nos etiquetamos con denominaciones religiosas que buscan coartarnos y encarcelarnos, más bien vivimos libremente y aunque no aceptamos la idolatría de otros, en vez de evitar apáticamente al idólatra, evitamos apáticamente su idolatría pero no a la gente que la practica porque estamos con los brazos abiertos para liberar y no para encarcelar.

Así que esto me lleva al segundo consejo, ya que al llevar una vida rica y satisfactoria, uno no tiene necesidad de permitir a su EGO surgir y uno se encuentra en un lugar de tranquilidad que le permite ver a las personas por lo que son; esto es muy importante porque uno ve el mundo con los ojos abiertos y oye con oídos abiertos y toca con tacto abierto y saborea con el gusto abierto y respira con la respiración abierte porque la roca pesada que otrora yaciera sobre su pecho ya no está.

Así que esto trae como consecuencia el flujo de la comunicación auténtica ya que uno ha aprendido a domar su EGO lo que le permite hablarle a otras personas sin máscaras. ¿Por qué es esto importante? Es importante ya que uno expresa sus verdaderos sentimientos. Si hay algo que se traiga abajo una relación rápidamente es el uso de máscaras porque las personas se enamoran de los personajes en vez del ser humano real que está detrás de la máscara. Cuando estaba en el proceso de cortejar a mi novia, el cual, dicho sea de paso, sigo realizando porque el cortejo es una actividad continua si se desea que el amor se mantenga vivo, traté de ser honesto y tan libre de máscaras como he podido, lo que trae el tercer consejo que es el ser uno mismo; si le atraes a la persona, sé lo suficientemente justo para permitirles que se enamoren de quien eres y no de quien pretendes ser, ya que podrías encontrarte capaz de conquistar a quien deseas pero no de estar con esa persona con quien deseas estar. Nótese la diferencia sutil pero muy importante, de una parte la máscara y la mascarada tratan de poner un frente que eventualmente caerá, mientras que de otra parte al actuar honesta y auténticamente se es capaz de estar con la persona con la que se desea estar en vez de “conquistar” a esa persona.

 

Como consejero que he aprendido a ser durante los años desde que me convertí en coordinador de FULVIDA en Costa Rica mucha gente ha compartido sus historias conmigo; estarán sorprendidos de cómo la comunicación abierta y honesta pueden permitirnos estar con la persona que deseamos; he descubierto que la mayoría de la gente tiene inseguridades porque sus egos les hacen sentir inseguros aunque no haya razón para estarlo, la mayoría de la gente desea la compañía y prácticamente todos desean ser amados. Así que no seas un sádico-tímido , como una de mis mejores amigas ha denominado a la gente que no son tímidos pero sí sádicos y sé tú mismo y no quien pretender ser o quien otros desean que seas. Tengo que decir que aunque no soy psicólogo, mi carrera me ha enseñado muchas cosas y una de ellas es que el mimar a alguien todo el tiempo va a llevar  a un ego inflado, así que trata a la gente con respeto, da cumplidos genuinos pero no te excedas en mimarles al menos que desees terminar con la paja más corta. Así que este cubre el cuarto consejo.

Aprende a escoger a la persona adecuada para ti. Una cosa que he aprendido es que aunque exista un alma gemela, que no estoy seguro de que exista, la verdad es que la mayoría de las parejas pueden ser almas gemelas si así lo desean al aprender a aceptarse el uno al otro con todas sus virtudes y flaquezas y ver más allá de ellas. Les daré un ejemplo. He estado envuelto en la política toda mi vida así que me es natural el hablar de ello, que abiertamente abogo por Israel y que expresaré mis opiniones las cuales usualmente vienen con el hecho que uno termina envuelto en el mundo político. Mi novia me dijo que a ella no le gusta la política y que no quiere ser parte de ella aunque ella respeta mis opiniones y no interferirá en mi carrera política. Ella temía que a mí me fuera a gustar ella menos y me preguntó que si ese será el caso. Le dije que lejos de hacerme sentir que me gusta menos más bien me hace que me guste más porque eso demuestra que ella es un individuo con su propia opinión y no una sombra mía.

No recuerdo quién dijo una frase que me llamó la atención pero que iba en la línea que cuando dos personas piensan idénticamente es porque una de ellas está pensando por los dos así que esto trae a colación el quinto consejo; esocoge a la persona correcta no porque sea una sombra tuya sino porque esa persona es un individuo que tiene su propia opinión y que no teme a compartirla contigo.

Las personas tienden a vivir en el pasado o en el futuro pero nunca en el presente donde las cosas pasan y como resultado de esto terminan con pasados dolorosos y futuros inciertos. No te preocupes si la persona es “la indicada” más bien preocúpate que esa persona se convierta en “la indicada” al amarla sin esperar nada a cambio, solamente así te podrás haber deshecho del EGO y serás capaz de apreciarte de lleno y a esa persona. Como vez, Dios ha diseñado al mundo para que amemos sin esperar nada a cambio y cuando realmente lo hacemos el efecto se multiplica al punto que el amor reina y el odio y la polarización son suprimidos. Llévalo un día a la vez y has que esa persona importante en tu vida se enamore más de ti cada día. Quizás no tenga que ver con comprar convertibles de paquete, quizás tenga que ver con abrir la puerta, preparar el desayuno de vez en cuando, dar un símbolo de agradecimiento, pero lo más importante, no poner a la persona en un pedestal porque dejas de ser un humano libre y te comportas como un esclavo y se pierde la atracción. ¿Significa esto que debas de maltratar a tu pareja? Para nada, lo que significa es que amas a esa persona como ser humano y le corriges cuando está equivocada y le das cumplidos cuando realiza buenas acciones. Nadie es completamente perfecto pero a la vez nadie es completamente imperfecto, así que siempre habrá espacio para la crítica constructiva tanto como también habrá espacio para los cumplidos moderados.

Enfócate en la persona pero también ten una vida. Siempre busca mejorar y no dejes que pase un día en que no mejores  y que no ayudes a tu pareja a mejorar también. Las relaciones se basan en la construcción y no en la destrucción. Si estás en una relación donde eres el único que da entonces algo está mal. Así que matas a la desesperación al suprimir tus arrebatos egotistas y actúas normal cuando te conduces a través de la vida como una persona promedio que realiza acciones no tan promedio. Disfruta de la vida y enfócate en hacer que cada día sea mejor. Recuerda, debes ser atractivo y para ser atractivo no puedes abrazar a la muerte, abraza a la vida y verás la diferencia.

Debes estar listo para marcharte de aquél que no te aprecie por quien eres o por las cosas que haces por ellos. Eres valioso y eres un milagro de Dios, tienes una misión que cumplir y debes aprender a valorarte por quien eres, no seas chovinista pero no seas un masoquista que ama torturarse a sí mismo con cosas que pasaron o que piensas que pasarán. Recuerda, hay miles de millones de personas en el mundo y tú sabes que tienes la llave para elevar a tu pareja y aquéllos que te rodean así que no te ahogues en un vaso de agua.

Escribe  una lista de cosas que hayas hecho correctamente y de cosas que hayas hecho incorrectamente y recuérdalas para que no tropieces dos veces con la misma roca pero no te obsesiones con esos hechos. Aprende a emplear el poder de la experiencia para definer un possible perfil de tu pareja pero no vivas en el pasado pensando que tu pareja hará esto o aquello solo porque alguien más te lo hizo, aunque aprende a ver los patrones de conducta, así serás capaz de tener una noción de lo que podrían hacer.

Por ultimo, sé agradecido con Dios y con la bendición que has recibido y comparte tu conocimiento con otros. Recuerda que el agradecimiento no se trata solamente de palabras sino también de acciones así que sé agradecido y permítele a otros aprender de tus experiencias para que ellos también puedan disfrutar de una vida rica y satisfactoria mientras que también ellos pasarán el conocimiento a otros.dating04e

¡Qué Dios te lo pague!

Ves a una persona que está aferrada a un cable eléctrico. Está recibiendo corriente. Se está lastimando. Puede incluso morir.
¿Le dirás que rece y deje todo en manos de Dios?
Hay mucho “religioso”, que se cree sabio y experto, que le citará rabinos, libros y opúsculos para decirle que “todo está en manos de Dios”, por tanto le dice al que se electrocuta que rece, que implore piedad de Dios, porque Él es bueno y todo depende de Él.
Tú, ¿qué harías?
¿Quizás ayudarle a soltar el cable?
¿Cortar la electricidad?
¿Explicarle que deje el cable (si puede)?
¿Llamar al 911 o algo parecido?
¿Gritar pidiendo auxilio para que algún experto venga rápido?
¿Alguna otra cosa práctica y que Dios realmente ha dejado a nuestro alcance para hacer?

Un amigo tuyo es adicto a X cosa. Puede ser droga, cigarro, relaciones enfermizas, apuestas, la tablet, trabajo, comida, lo que fuera. Tu amigo está hundido y hundiéndose más y más en ello. Sufre. Niega su sufrimiento. Busca ayuda pero la rechaza. No busca ayuda pero grita silenciosamente porque le auxilies.
Hay mucho “religioso”, que se cree amo de Dios y Su titiritero, que le espetará lemas, repetirá palabras que no comprende, y con pose de santo le ordenará que clame a Dios para que Él le salve.
Pero nada dirá de hacer terapia, concurrir a “X anónimos”, pedir asistencia profesional, probar con métodos que han sido efectivos anteriormente para dejar la X adicción, o simplemente pedirle que lo deje sin más consejos porque no sabe que más decirle. ¡No! Nada de esto dirá, porque supuestamente Dios es el que tiene que obrar el milagro (aleluya hermano, este es el pensamiento mágico típico de los religiosos y de los niñitos pequeñitos). ¿Cómo el adicto hará algo por su parte que sea asertivo y en procura de la salud? ¡Todo depende de Dios y el que dice lo contrario es un burro, hereje o algo peor!
Sin embargo, ¿tú qué harías?

El religioso dirá: “¡qué D-s te lo pague!”, y no abonará lo que te adeuda…
¿Es muy espiritual este accionar?
¿Construye Shalom?
¿Es la verdadera Voluntad de Dios?

Por supuesto que rezar es bueno.
Es genial tener confianza en Dios (¡que no fe! eso es religioso, es decir, lo contario a la espiritualidad).
Es evidente que una ayuda, manifiesta o invisible, de Arriba es algo maravilloso.
Pero Dios nos ha dado herramientas para hacer lo que tenemos y lo que debemos hacer.
Esperar a que Él haga nuestra tarea, incluso la que no nos gusta, es una falta de respeto hacia Él, o hasta incluso una verdadera blasfemia.
Pero, el supersticioso, el religioso, el esclavo del EGO, cree que sigue al Eterno, pero solamente adora a su EGO al que llama “dios” (con el nombre que sea, incluso con el del Eterno). Cree que mandando a su dios, estará todo hecho. Porque, el dios es su esclavo. ¿No?

Pero, gracias a Dios hay otro camino.
Uno de vida, de salud, de verdad, de eternidad.
Es el camino espiritual.
En el cual Dios es el REY, y tiene Su parte; y el hombre es Su socio, que también tiene SU propia parte de la tarea.

Sin embargo, los religiosos son la inmensa mayoría. Los siervos del EGO son lo que predominan. Tienen la fuerza de la masa, del grito, de la violencia, de la amenaza, de la presión social, del dinero, de la corrupción, de la mentira, de la manipulación, en fin, de todo lo poquito que es el EGO en verdad.
Por ello, la senda espiritual parece errónea, “pecaminosa”, rara. En tanto que la senda oscura de la religión parece tan cierta y completa.

Depende de ti qué escogerás.
Yo, realmente, prefiero ayudar a mi amigo a soltar el cable por sus propios medios, a que se libere de la adicción de la manera que Dios quiere: con su propio esfuerzo y compromiso.

Dios y la religiòn

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Nosotros que tenemos una percepciòn diferente a la de los demàs de la realidad, sabemos, entendemos y comprendemos muy bien que Dios esta por un lado y la religion por otro, es decir, no asociamos religion con Dios, tal como lo hacen los demàs.

La religion es un invento del hombre, algo que surgiò desde el deseo egoìsta del hombre para poder llevar a la pràctica sus deseos egoìstas. Tambièn es algo inventado como manera de comprender a Dios, es decir, el miedo a lo desconocido nos lleva a inventarnos algo irreal pero conocido para adorar.

Entonces, tenemos por un lado las leyes Divinas, creadas por Dios, el verdadero, para el gozo, la vida simple, el autoconocimiento, la ayuda al projimo, la bondad, lealtad y justicia. Y por el otro, las leyes del hombre, creadas por los deseos egoìstas, para la autosatisfacciòn, el prestigio, el poder, el falso èxito o reconocimiento, ademàs de el crecimiento del egoismo, tal como se ve claramente en la actualidad.

Por un lado Dios, por el otro la religiòn, por un lado la identidad espiritual de cada uno en todo su brillo y por el otro la satisfaccion de los deseos egoistas que llevan al egoismo…

Dos palabras que en la actualidad son asociadas pero que en la historia nunca lo fueròn…

Y tu, querido lector: ¿Que haras para que en la actualidad se entienda la diferencia?…

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Hodu laHashem ki tov

הוֹדוּ לה’ כִּי-טוֹב כִּי לְעוֹלָם חַסְדּוֹ

Así da comienzo el salmo 118, el cual podríamos traducir como: "¡Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su misericordia!" (Tehilim / Salmos 118:1).
Otra opción: Alabad al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
Y una más: Agradeced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".
También: Reconoced al Eterno, porque es bueno; porque para siempre es su bondad genuina!".

Podemos notar que son traducciones ligeramente diferentes, puntualmente de la voz “hodu” y secundariamente de “jasdó”.
Si nos centramos en “hodu”, podemos decir que cada una de las opciones indica una posible reacción positiva al recibir un bien. 
“Hodu” es reconoced, admitid, confesad, agradeced y alabad.
Cada una de ellas, y/o todas ellas.

Todas estas traducciones son apropiadas, porque apuntan a diferentes niveles de conciencia de aquel que ha recibido la bondad de parte del Eterno.
Porque, para alabar sinceramente, con plenitud, con sentido, en verdad,
es indispensable agradecer realmente lo que se ha recibido,
para lo cual es fundamental admitir/confesar y reconocer que alguien (Dios, en el caso del párrafo que estamos estudiando) ha actuado bondadosamente con nosotros.

Por lo tanto, ¿qué grado de conciencia está manifestando aquel que “modé”?
¿Solamente admite ser beneficiario?
¿Además agradece por ello?
¿O también alaba al que le benefició?
Aunque pudieran ser en apariencia meros matices, resultan en grandes diferencias.

Así pues, entre el simple reconocimiento y la portentosa alabanza ubicamos el agradecimiento.

Decir “gracias” es una palabra, tan solo eso.
Poderoso vocablo, en el idioma que lo emitas, es una llave que abre puertas de bendición, de plenitud, de abundancia.
Sí se la decimos a un congénere, es algo maravilloso, un puente de entendimiento, de “buena onda”, de respeto y valor.
En nada resta a quien la pronuncia, y sin embargo puede ser rica para el que la recibe. Seguramente que así es en los planos emocional y social, pero sus efectos positivos pueden alcanzar al resto de las dimensiones que conforman al ser humano.
Por lo cual, recuerda que estás haciendo un “buen negocio” cada vez que genuinamente agradeces a quien te ha hecho un favor, sea que lo pagues o no, lo hayas pedido o no, lo esperaras o no.
Agradece.
Tú ganas, el otro gana.
Agradece.

Cuando agradecemos a Dios estamos haciendo lo que corresponde, Él nos otorga sin recibir nada a cambio en ninguna circunstancia. Por ello Su bondad es auténtica, perfecta, ya que no tenemos nada para ofrecerle a cambio.
Todo lo que hagamos o digamos, no lo precisa, no le sirve, no le suma ni le resta.
Él no precisa de sacrificios, ni de sangre derramada, ni de loas, ni de guerras santas, ni de carne de animales asado, ni de olores gratos, ni de ayunos, ni de santurronería humana, ni de que te restrinjas con exceso en aquello que tienes permitido, ni de largas horas de penurias para “agradarle”, ni de rituales rayanos en lo supersticioso. Son cosas que en el pasado la gente creía que a Dios agradaba, y algunos lo siguen teniendo incluso en la actualidad como centro en sus vidas. Él las permitió, y hasta legisló, para que hubiera límites, para que el deseo primitivo de las personas pudiera satisfacerse sin provocar daños. Porque tan grande es Su misericordia. Entonces dio pautas para sacrificios de animales, y cómo realizarlos, y el ritual necesario y los tiempos, con reglas detalladas.
¿Él las precisaba?
Pues, ¡no!, según dejó constancia en el Tanaj.
¿A Él agradaba?
Tampoco, como también lo señaló en el Tanaj.
Era el antiguo hombre endeble y de mente primaria el que creía satisfacer a Dios con esas cosas, por lo cual Él las toleró y dio pautas para encauzarla.
Te recomiendo estudiar el capítulo 32, del tercer tomo del “Moré Nebujim”, del cual solo te citaré un pequeñísimo párrafo:

No juzgó Dios oportuno ordenarnos en aquel momento el rechazo de todas esas especies de culto, su abandono y supresión, dado que habría parecido entonces algo inadmisible a las creencias de los hombres, siempre apegada a sus costumbres… Por tal motivo Dios toleró estas diversas clases de culto…”.

((Najmánides, por ejemplo, tiene una idea diferente al respecto de los motivos de sacrificios de animales.
Otros sabios, con otras ideas, siempre en la base del respeto a la inteligencia del otro, a su derecho a declarar su postura, a su diferencia, a los textos sagrados, a la ley.
Es una modalidad de vida por completo opuesta a la de los ignorantes que se las vienen de esclarecidos, que suelen ser fanáticos, obtusos, negativos, vengativos.
El amigo Alejandro Dolina nos deja algo para pensar: "…la ignorancia es mucho más rápida que la inteligencia. La inteligencia se detiene a cada rato a examinar; la ignorancia pasa sobre los accidentes del terreno que son las nociones a gran velocidad, y jamás hay nada que le llame la atención. Así llega rápidamente a cualquier parte… especialmente a las conclusiones.”.
Muy interesante observación y adecuada a lo que venimos tratando, ¿te das cuenta por qué?))

Ciertamente Él ha indicado en repetidas ocasiones (por medio de Sus profetas) qué es aquello que desea de nosotros, básicamente que actuemos con bondad y justicia unos con otros, esa es la forma más perfecta de alabanza, de loa, de rezo, de “fe”. Que seamos amables con Sus hijos, que procuremos el bienestar de Sus amados, que permitamos que el mundo sea un Paraíso terrenal para que sirva de “morada” a Su Presencia.
¿Quieres una vida llena de espiritualidad?
Vive cada instante construyendo shalom.
Actúa, piensa, siente, habla con bondad y justicia hacia tu prójimo.

Por supuesto, a los que siguen apresados por costumbres primitivas, que ya hace unos 850 años Maimónides valoraba como perimidas y fuera de uso, este camino de santidad les parecerá demasiado “laico”, poco “bíblico”, carente de “misticismo”, algo que no casa con lo que se supone es la vida de una persona “religiosa”.
¿Cómo vivirá el “religioso” sin sacrificios, sin ayunos, sin abundantes restricciones, sin rituales, sin acciones lindantes en la superstición, sin negociar salvaciones de pecados a cambio de algunas monedas o rezos? 
¿Cómo vivirá el “religioso” sin toda la pompa y el parloteo?
La respuesta la ha dado el propio Dios en el Tanaj:

"¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros."
(1 Shemuel / I Samuel 15:22)

Pero, ¿no están los sacrificios también en la “palabra del Eterno” (la Torá)?
¿Qué significa entonces este pasaje de Samuel?
La respuesta la brinda Dios nuevamente:

"Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la Torá de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado…
Tzión [Sion] será redimida con el juicio, y sus arrepentidos con la caridad.
"
(Ieshaiá / Isaías 1:10-27)

Igualmente, cuando queremos agradecer de modo directo, no a través de acciones de construcción de Shalom que favorecen a Sus hijos, tenemos la simple, sencilla pero sagrada formula: “gracias”; en el idioma que tú entiendas y manejes. No precisas del hebreo, ni bíblico ni moderno, sino tan solamente expresar con auténtico sentimiento y conciencia la palabra “mágica”: gracias.
Es lo poco que podemos hacer, aparte de la construcción de shalom, elevar un agradecido reconocimiento que Lo alabe por Su bondad. Ese agradecimiento que surge de nosotros, es algo nuestro, algo que no pertenece a Dios sino que lo elaboramos nosotros. Ciertamente que tampoco le cambia en nada a Él esa palabra o párrafo agradecido y elogioso, pero es lo que tenemos para ofrendar sinceramente.
Como ocurre en el caso del párrafo que estamos estudiando, agradecemos por Su bondad hacia nosotros.
Según interpreta “Daat Mikrá”, podemos comprender el verso (que motivó este texto) de cuatro formas:

  1. Agradezcamos al Eterno, porque Él es bueno (aunque no comprendamos cómo lo es y al mismo tiempo sufrimos).
  2. Agradezcamos al Eterno, porque es bueno agradecer (algunos dicen que todo, incluso lo que percibimos como malo).
  3. Agradezcamos al Eterno porque es bueno lo que nos dio (algunos dicen que hasta lo que percibimos como malo).
  4. Agradezcamos al Eterno, porque es buena la misericordia que tiene con nosotros.

Cualquiera de las cuatro opciones, el agradecimiento parte de nosotros, al constatar la acción del Eterno que recae sobre nosotros.
El animal para sacrificio, el dinero para el templo, el alimento que no consumimos durante el ayuno, etcétera, todo lo dio Él originalmente; pero nuestro “gracias”, es nuestro. La pequeñita creación humana que dirigimos al Todopoderoso. Pequeñita, pero formidable.
Si somos conscientes de que Él es fuente de todo bien, tal vez podemos darnos cuenta también de que hay una infinita reserva que podría satisfacernos sin menoscabos.
Por supuesto que la gratitud genuina no está a la caza de provechos egoístas, pero incluso así los beneficios se obtienen, y quizás multiplicados.

Sin embargo, a algunos les cuesta enormidades decir gracias, poder emitir y sentir el agradecimiento.
Hacia el prójimo y hacia Hashem.
(A veces más con uno que con otro, a veces igualmente obstaculizados).

¿Por qué nos cuesta tanto agradecer?
Cuando tenemos en claro las modalidades del EGO, encontramos pronta respuesta.
(Aunque no fue mencionado hasta ahora, el estudiante comprensivo ha descubierto que estuvimos hablando de él en muchas oportunidades).
Demos algunas ideas bien concretas.

Porque creemos que lo que obtenemos nos corresponde y no le debemos nada a nadie. Tenemos la errónea creencia de que el mundo está para servirnos, por tanto, al beneficiarnos de alguna cosa no tenemos nada para agradecer, si es que estamos haciendo usufructo de lo propio. ¿Voy a agradecer a otro, u Otro, por lo que es mío?
Así cree el hombre, siervo del EGO.
Al respecto, el afamado William James dijo: “Desde que estamos en la cuna, lo único que nos interesa es el reconocimiento y el amor del resto del mundo”.
Cierto, así opera el EGO.
Llama la atención para solventar su impotencia.
Manipula el entorno para obtener satisfacción.
Recurre a operaciones elementales, abusivas, agresivas, despiadadas, carentes de moralidad, con tal de evitar el padecimiento del no-poder.
Bajo el reino del EGO, ¿cómo agradecer?
Por tanto, un buen remedio al influjo nefasto del EGO es instalar la costumbre saludable del reconocimiento del bien recibido, el agradecer y elogiar a quien corresponda. Aunque al principio se haga sin completa autenticidad, no importa. Lo que importa es estar en la senda correcta, pues las acciones apropiadas repetidas generan un hábito saludable y que se perpetúan luego con el sentimiento en armonía.
Entonces, recuerda agradecer.

Veamos otro motivo por el cual cuesta tanto agradecer.
Porque el reconocer la bondad que hemos recibido nos pone en cierta situación incómoda, que puede ser la de deudor, o de impotencia, o de necesitado. Para muchos, si no para la mayoría, estas sensaciones obligan a actuar de manera dura, displicente, rehusando reconocer el bien recibido.
¿Quién quiere ponerse adrede en una situación de inferioridad?
Por supuesto, nuevamente es el EGO quien crea esta impresión fantasiosa.
Lo cierto es que si recibimos algo, no necesariamente somos más débiles, quizás es al revés.
Y, sin dudas, quien agradece nunca está en un estado de indefensión, sino en el de otorgar un “gracias”.
Pero, el EGO no se maneja con lógica ni razones, rehúye la verdad, acobarda, instiga a la manipulación, agrede, sume en confusión y caos. El EGO es como un misionero típico, como el fanático religioso, como el partidario político acérrimo, como el rebelde sin causa, como todo el que grita con prepotencia para ocultar su prepotencia. Es que todos ellos, todos, son esclavos del EGO, su dios, su amo, su líder, su destino.
Sin embargo, aquel que despierta su conciencia, reconoce los bienes recibidos, asume su lugar, agradece y además elogia sinceramente, está alumbrando las celdas, abriendo las puertas, curando a los leprosos, trayendo salvación al mundo. Agradecer, cuan simple, cuan poderoso, una herramienta increíble para beneficiarnos y beneficiar al mundo.
Si además viene con demostraciones materiales de aprecio, sirven para sustentar causas nobles.
Mira lo que nos dijo Aldous Huxley: “El amor ahuyenta el miedo y, recíprocamente el miedo ahuyenta al amor. Y no sólo al amor el miedo expulsa; también a la inteligencia, la bondad, todo pensamiento de belleza y verdad, y sólo queda la desesperación muda; y al final, el miedo llega a expulsar del hombre la humanidad misma.”.

Para ir finalizando, te agradezco por haberme acompañado hasta aquí, y si quieres te agradezco por compartir este texto con tus amistades.
Recuerda agradecer, al autor de este humilde texto, a los que lo motivaron, a los que aportaron sus citas, a los que contribuyen a sostener el sitio para que sea difundido, a todos los que participan y a Dios.

Dios y el sentimiento de culpa

El post anterior a este, dedicado al terrible sentimiento de culpa, brindó algunas pautas para romper con esa esclavitud.
Alguna persona religiosa que las leyera podría opinar algo parecido a: “Pero no menciona a Dios en ninguna parte. Ni habla del poder de los rezos. Ni pide pactar con Él para obtener liberación. Ni espera milagros. Ni usa frases hebras, o cintas de colores, o velas aromáticas, o consejos de rabinos, o…”; o cosas por el estilo.
Y sería correcta la observación del amigo religioso, absolutamente apegada a la realidad del escrito.
Pero, ahora te ayudaré a ver cada uno de los 15 consejos con gafas espirituales, y no religiosas o controladas por el EGO.
Porque recuerda, la religión es antagónica a la espiritualidad. La religión es una proyección del EGO que se corporeiza en institucionalidad social. En tanto que lo espiritual proviene directamente del Eterno, su fundamento es el AMOR, y emplea todos los recursos a su disposición para proyectar la luz del Infinito en las cuestiones cotidianas.

Ahora, acompáñame por favor, te repetiré lo que ya mencioné y en otro color lo que te explico ahora.
Todos o casi todos los comentarios explicativos están fundamentados en postulados arraigados en la Tradición, seguramente encontrarás citas y fuentes a lo largo y ancho de serjudio.com y de fulvida.com. En esta ocasión omitiré citar o apuntar autores. Si estás interesado, tómate el trabajo de hacerlo tú y con gusto los leeré en la sección de comentarios más abajo.
Así pues, ya lo sabes, no serán mis silvestres opiniones personales, sino paráfrasis de personas mucho más grandes que servidor.
Los consejos:

  1. Reconoce que cometer errores es normal.
    Desde el primer error del hombre el Eterno le abrió la puerta para que lo reconociera y así poder enmendarlo.
    Reconocer errores no es otra cosa que habilitarse a encontrarse con uno mismo y así abrazar de nuevo al Padre.
    Si pretendemos que nunca erramos, si con vanidad somos ciegos a nuestras imperfecciones, estamos negando no solamente nuestra humanidad, sino también Su acto de creatividad continua.
    Por lo cual, al admitir nuestra limitación, nuestra potencial caída en faltas, y que esto no nos convierte en pecadores, ni en engendros del demonio, ni en malas personas, estamos afirmando nuestro deseo por establecer un reino celestial en este mundo.
  2. Comete algún errorcito adrede de vez en cuando, nada que sea lesivo ni cause daños a nadie. Por ejemplo, olvídate de ver tu programa favorito en TV; que se te queme una milanesa; que te olvides el cumpleaños de tu suegra (¡esto nunca jamás te ocurra, ella no te lo perdonará!), algo, pequeñito, que no cause dolor a nadie, solamente un malestar molesto a ti. Y reconoce tu error, admítelo y PERDÓNATE. He visto que la gente tiene una enrome dificultad en perdonarSE. Aprende a no ser así.
    El Padre Celestial adrede nos hizo imperfectos, para encontrar el camino a la auto superación, pero además porque la perfección solo le es propia a Él.
    En los puntos de ruptura, allí donde estamos débiles, es cuando tenemos la oportunidad para alcanzar cimas que de otra forma nunca serían escaladas.
    No está en el error en sí la dificultad, sino en cómo lo asumimos, qué hacemos con él, qué tanto dejamos hundirnos por los pesos que son alojados en nuestras mochilas.
  3. Aprende acerca de la TESHUVÁ (proceso de auténtico arrepentimiento) y ponla en práctica lo más rápido que puedas.
    La TESHUVÁ es un secreto a voces desde el comienzo de los tiempos, es una clave indispensable.
    A Él le place la persona que encuentra la senda del arrepentimiento total y sincero.

    Porque de esa manera hacemos nuestra parte como socios en la construcción de un mundo mejor.
  4. Discierne entre lo que realmente es tu culpa y lo que no. Si no puedes hacerlo, porque te sientes culpable de todo, entonces pide ayuda profesional para poder ir investigando con asesoría acerca de lo que has hecho, las implicancias, etc.
    Dios no te juzga por lo que otros han hecho, sino por lo que tú has hecho.
    No permitas que las creencias, las interpretaciones erróneas, el EGO te lleven a una vida de falsedad.
    Ten presente que Dios ES Verdad, idolatría es mentira.
  5. Entrénate en ser un cuestionador, alguien que no teme preguntar para tratar de encontrar la verdad de las cosas. No te quedes con impresiones, no repitas lemas, no seas dogmático, no te pienses que sabes todo (o no sirves para nada), no te fanatices. Pregunta, aprende a hacerlo. Verás que las cosas no son tan simples como parecen, ni tan complejas como parecen. Descubrirás diferentes facetas y tonalidades y no solamente el monolito de blanco o negro que asumes como real.
    Abraham, el patriarca judío, cuestionó alguna vez a Dios sobre Su juicio, lo cual le valió al patriarca ser considerado una persona leal, justa y epitome de la misericordia.
    Preguntar, indagar, cuestionar es parte de nuestra lealtad a Él.
    Por supuesto que en algún momento llegamos al límite, somos tan ínfimos en relación a Él.
    Pero al mismo tiempo tenemos un potencial inmenso, impresionante, para conocer, perfeccionar, ser socios de Él en la construcción de este mundo.
  6. Estudia lo que enseñamos sobre el EGO y coteja cómo se manifiesta en tu vida. Tienes una gran tarea por hacer con esto.
    Antes de la enfermedad Dios ya crea el remedio, está en nosotros descubrirlo, aprender a usarlo, y dejar que fluya aquello que no tiene solución humana.
  7. Asume que puedes controlar lo que está bajo tu dominio, el resto no puedes ni debes controlarlo. Por tanto, lo que pasa no siempre es por ti o fue tu error o culpa. Si estabas en el trabajo cuando tu hijo tuvo un accidente en la escuela, ¡no es tu culpa! Tú debías trabajar, él debía estar en la escuela. Y si hubieras estado con él, no sabes que otra cosa hubiera sucedido. Controlas lo que está bajo tu dominio, el resto déjalo fluir.
    Solo Dios es todopoderoso, solamente Él. Todopoderoso significa eso precisamente: que no conoce la impotencia, ni tiene cabida en Él. Los trucos del EGO, las mentiras, la manipulación, el engaño, la violencia, el alarde vacío, todo lo del EGO no existe en Él.
    Es el poder total, pero incluso así, hay cosas que Él no hace. Algunas porque no tienen sentido, otras porque se auto limita, y otras porque las dejó a la espera de que seas tú quien las haga. Aquello que te corresponde hacer y tú las dejas para que sea Dios quien las haga, se quedan sin hacer…
  8. Reconoce qué es de cada quien y permite que así sea.
    También lo que corresponde a ti en relación a Él y a Él en relación a Sus criaturas.
    Recuerda, Él es el Señor de señores, Rey de reyes, no tu esclavo personal, no un patético mortal que debe acudir a satisfacerte o a brindarte salvaciones mágicas.
    Él no es un ente maligno, abusivo, sediento de venganza, furioso, tal y como lo pintan las religiones y los religiosos.
    Esa es la imagen de su propio dios, el EGO; pero en nada parecido al Eterno.
    El Uno y Único es Amor, pero también Justicia. Tenlo presente y no abuses, ni en menos, ni en más. No corras los límites.
  9. Goza del aquí y ahora en tanto no desperdicias tu futuro.
    Negar las bendiciones que Él te hace llegar, porque crees que te son inmerecidas, o te supones más “santo” por privarte de bienestares, no son maneras de agradar a Dios, sino de contrariarlo.
    Él te brinda los bienes del mundo para que tú los goces, dentro de los límites que Él se ha encargado de marcarte.
    Ya suficiente te limita como para que tú te atribuyas supuesta superioridad por restringirte aún más, e inútilmente.
    Por supuesto, a veces en la mayor limitación se encuentra el modo para alcanzar el buen camino medio; pero que la excepción no sea la norma.
  10. Deja de torturarte con palabras, acciones, recuerdos, relaciones que te mantengan en tu celdita mental.
    Él nos hizo NESHAMÁ –espíritu, Yo Esencial-, y nos alojó temporalmente en esta hogar –cuerpo, mundo-. Nuestra misión es lograr la unificación de nuestras múltiples dimensiones, para que todo el conjunto esté en armonía con lo dictado por el Eterno. Una vida de torturas, de reproches, de quejas, de malestar, de odio, de rencor, de envidia, de impotencia, no es la senda para la unificación, ni para el deleite que nos corresponde como hijos del Eterno, socios Suyos en la tarea de convertir el mundo en un paraíso.
    Al EGO no le sirve que conozcamos nuestro lazo Eterno con el Padre, ni que nos rijamos de acuerdo a las reglas del espíritu, sino que le conviene mantenernos prisioneros de creencias, mitos, dogmas, miedos, ansiedad, angustia, sentimientos de culpa, en fin, todo aquello que nos suma en impotencia.
    Ser espiritual es ser libre.
  11. Ayuda generosamente y sin esperar nada a cambio a alguna persona que esté en situación de necesidad (material, emocional, espiritual, social, etc.). Si no puedes con una persona, hazlo con animales, en una protectora de mascotas por ejemplo. Pero no te quedes en la inmovilidad ni en el egoísmo, sino que sé altruista.
    Es Él el creador.
    ¿Acaso no ama Él Su obra?
    ¿No ha señalado especialmente su amor por el ser humano?
    ¿No ha declarado Él que los Hombres somos Sus hijos?
    Por tanto, cuando colaboras con alguna persona, de manera desinteresada, para su beneficio, estás dando una mano a un hijo del Padre. ¿No estará Él satisfecho con tu obra de bien?
    Y, si por alguna causa no puedes ejercer tu bondad con hombres, o puedes pero quieres ampliar tu marco de acción, no dejes de lado el asistir a los animales, porque también son obras de Sus “manos”.
  12. Usa la Comunicación Auténtica siempre.
    Sí, también a la hora de rezar, o especialmente en ese momento sagrado en el cual desde lo más profundo de ti te encuentras con el Padre celestial.
    El rezar no es ejercer un ritual externo, ni adoptar una pose religiosa. El rezar es que te permitas conectarte con tus multidimensiones, que todo se armonice y contribuya a perfeccionar tu existencia y la del prójimo.
    Así pues, rezar no es repetir palabras, ni pronunciar lemas, ni negociar con Dios, ni informarle a Él de algo que no sabe, o de ordenar al Señor que te sirva a tus necedades. Rezar es aprender a verte en perspectiva, conocerte, amarte, respetarte para así poder hacer lo mismo con el prójimo, de modo de unificarte en verdad con Dios.
    Entonces, serás simple y verídico; respetarás tu lugar y el del Padre; expresarás con ánimo constructivo aquello que quieras comunicar; y no darás nada por presupuesto, sino que rogarás, agradecerás, alabarás y no hablaras DE Dios, sino CON Dios.
  13. Haz ejercicios físicos acorde a tu condición sanitaria.
    Todo lo que el Eterno nos ha dado es para servirLe, también con el cuerpo, por supuesto. Éste no es una celda apestosa, ni un ataúd con vida, ni un lastre mortal, sino el vehículo por medio del cual el espíritu cosecha experiencias y alumbra con la Presencia del Eterno a través de las acciones.
    Cuanto mejor tengamos acondicionado el vehículo, más provechosa será la travesía y mejores resultados serán posibles.
  14. Dedica tiempos para actividades de ocio que sean en compañía, con presencia real pero también vale virtual.
    El ocio es necesario para hacer higiene mental y emocional, además de permitir entablar o fortalecer vínculos emocionales y sociales. Es parte de la nutrición que corresponde a estas otras dimensiones de nuestra personalidad, en tanto que seres que habitan este mundo. Por lo cual, no es una pérdida de tiempo, ni vanidad, ni mundano, más bien todo lo contrario. Es la forma de fortalecernos y de dar al Yo Esencial ocasión de permitirnos descubrir quien realmente somos, quienes estamos siendo y hacia donde queremos dirigirnos.
    El ser humano debe mantener equilibrado y nutrido cada uno de sus planos de existencia, porque el descalabro en uno significa el fracaso en todo el sistema.
    El Eterno no quiere que seamos estropajos, sino personas plenas, integrales, con salud. Mantener la salud, fortalecernos, en cada dimensión, es un mandamiento.
  15. Vive cada instante de tal forma para que no tengas nada por reprocharte. ¿Cómo? Construyendo shalom, actuando con bondad Y justicia Y lealtad. Pero, si no pudiste hacerlo, entonces relee desde el primer ítem de esta lista.
    Si tenemos al Eterno presente en cada momento, no en palabras, no como predicadores de cuestiones huecas, no en simpáticos rituales, tampoco como superstición para obtener beneficios, sin dudas que haremos que cada momento sea especial, único, irrepetible, de plenitud multidimensional integral, por tanto santo.

Una gran lección:

"Al Eterno he puesto siempre delante de mí" – "shiviti Hashem lenegdi tamid"
(Tehilim / Salmos 16:8)

Que tus actos NO sean religiosos, sino de armonía entre tus dimensiones.
Básate en el AMOR, en Dios, y no en dictados del EGO.
Construye Shalom, hasta en las cosas que te resultan más aburridas o cotidianas.
Recuerda, a cada instante tener presente al Eterno, porque siempre estás conectado a Él y debes materializar esa unión en este mundo.
Así, vivirás aquí y en la eternidad.

Resp. 1139 – Dios y dios: la misma farsa con diferente olor ?

frankkk nos consulta:

More, por un lado tenemos al NT que nos dice que vino un mesias que resulta que mataban incluso a los judios por amor a el, pero por el lado del Tanaj tenemos a Dios que dice que los amo tanto que los eligio a los judios y mire las cosas y su magnitud que les pasaron en varias ocaciones de la historia, no puede llegar a ser mas de lo mismo, nada mas que cambia la historia? Ademas es abstracto y hay muchos rabinos y sabios con un entendimiento distinto… Saludos !
Franco Farioli, 19 años, estudiante, Santa Fe, Argentina

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Resp. 1137 – Alguna promesa para los Noajidas?

RocioRico77 nos consulta:

Saludos Licenciado Ribco
mi pregunta es sobre las promesas que El Eterno da a su pueblo ¨Estare contigo
¨Yo ire delante de ustedes¨ ¨Yo peleare sus batallas¨
que hay para nosotros los Noajidas existen algunas promesas o ¿todas son para su pueblo amado? gracias por su tiempo
Rocio Rico, 36 ,Comerciante, Saltillo, Coahuila, Mexico

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Pinjás y la acción

Esopo fue un autor de la antigüedad griega, nació hacia el 600 AEC, no se sabe exactamente donde ni los jalones de su historia. A pesar de esto, ha legado sencillas pero profundas enseñanzas, algunas de las cuales hemos venido compartiendo en otras oportunidades. Era politeísta, por lo cual algunas de sus parábolas aluden a sus creencias. Nosotros no compartimos tales opiniones, sin embargo, incluso de esas fábulas podemos aprender. Como enseña el enorme Maimónides: “Recibe la verdad de aquel que la diga” (Introducción a su comentario a Masejet Abot). Así pues, podemos dejar de lado el envase y beneficiarnos del contenido apropiado. Por ejemplo: “Conducía un carretero su carro hacia una aldea, cuando éste cayó a una zanja profunda. El hombre, en lugar de ayudar a los bueyes a salir de aquel pozo, se quedó allí cruzado de brazos, lleno de fe invocaba a los dioses, y en especial a Hércules, que era el de su mayor devoción. Llegó entonces Hércules y le dijo: -¡Empuja una rueda, arrea a los bueyes y no invoques a los dioses si no pones esfuerzo de tu parte! Por ahora, estás rogando inútilmente.”
¡Cuánto tiempo y conocimiento han pasado y a pesar de ello mucha gente, creyente en uno o varios dioses, parece seguir actuando como el carretero!
Espera que de algún lugar mágico y misterioso aparezca la solución a los problemas que por ellos mismos podrían resolver.
Por supuesto que rezar al Eterno es una acción positiva, confiar en la ayuda de Hashem es estupendo; el problema es la pasividad pretensiosa que asume que Dios hará lo que uno mismo puede y debe hacer.

En la Tradición encontramos la siguiente enseñanza: “Dijo Aba Shaul: Está escrito en la Torá: ‘Este es mi Dios y a Él elogiaré’ (Shemot/Éxodo 15:2). ¿Cómo es posible que un hombre elogie a Dios? Es posible cuando se comporta como Él. Tal como Él es compasivo y lleno de bondad, también tú has de ser compasivo y actuar bondadosamente.” (Mejilta de Rabí Ishmael 3).
Para el sabio Aba Shaul había un conflicto en el pasaje de la Torá, porque: ¿De qué vale el elogio, ese rezo lleno de palabras lisonjeras, cuando ninguna llega a describir realmente al Eterno ni hay plegaria o regalo que Él precise? ¡Todo es poco y nada ante Él!
La solución es simple: la manera de agradar a Dios, de rendirle homenaje, no está precisamente en las palabras, sino especialmente en las acciones en sintonía con Su Voluntad. ¡Esa es la alabanza efectiva! Como dijera el profeta: "Porque misericordia quiero Yo, y no sacrificios; y conocimiento de Elokim, más que animales asados." (Hoshea/Oseas 6:6).
No seamos como el carretero, mejor actuemos como proponen Aba Shaul y Hoshea. Podemos aprovechar cada momento para hacer lo que es bueno y justo, de esa forma estamos elogiando a nuestro Padre y llenando el mundo de Shalom. Así, en vez de esperar sentados a los milagros, somos socios en su manifestación.

A todo esto, ¿cómo se relaciona este comentario con la parashá de la semana?
Pinjás, nieto de Aarón haCohén, en una ocasión actuó de tal modo que logró encausar una situación penosa para el pueblo judío. Cuando nadie atinaba a hacer nada, él intervino y fue resuelto el asunto. Como consecuencia, Hashem prometió: "Yo le concedo Mi pacto de paz." (Bemidbar / Números 25:12).
La Torá nos quiere enseñar algo concreto: haz tu parte, pon tu máximo empeño, siempre dentro de lo legal, cumple con lo que te toca y no dejes de rezar mientras tanto. Tú ejerce lo que te corresponde y deja a Dios que haga lo que es de Él.
Eso construye shalom.