Luz de Belem Garcia Sanchez, Coatzacoalcos, Ver, Mexico nos escribe:
¿Qué pasa cuando una persona tiene una plaga en su cuerpo por haber pecado, como se puede alcanzar el perdón y la sanidad?
Shalom,
«Bendito el que viene en el nombre del Eterno.» (Tehilim / Salmos 118:26).
Bienvenido y gracias por enviarnos su interesante misiva.
Antes de responder surgen algunas preguntas importantes:
1. ¿A qué llama usted plaga? Creo que usted está confundiendo plaga con afección cutánea.
2. ¿Qué parámetros usted sigue para diagnosticar que una plaga es a causa de haber pecado? ¿Acaso cada afección cutánea es producto de un pecado?
3. ¿Qué pecado (s), según usted, tiene como retribución una plaga? Pareciera que usted sabe qué pecados tienen como castigo una enfermedad.
4. ¿Cree usted que alguien que padezca de una plaga no está gozando del perdón Divino? Acaso sufrir de una afección cutánea es reflejo de estar privado de la indulgencia del Creador.
5. ¿A qué sanidad se refiere? Usted entiende por sanidad algún acto carente de explicación racional, algún suceso milagroso.
Por otro lado,
Si usted se refiere a la enfermedad de Hansen, producida por el bacilo de Hansen (Mycobacterium leprae), sepa que ésta nada tiene que ver con nega tzaraat, es decir, lepra espiritual, la cual es referida en el Tanaj.
En la actualidad, el acné, la psoriasis, el eccema, la urticaria, entre otros, tienen explicaciones científicas coherentes y lógicas, además de gozar de tratamientos médicos para controlarlas, sin necesidad de creer que se precisa de perdón divino para ser sanado o librado de ellas.
Finalmente, si alguien padece de una afección de la piel, y cree que tiene su origen en el plano espiritual (aunque no sea así), entonces es aconsejable que haga una introspección, y aproveche ese momento de vulnerabilidad para contemplar lo efímero de la vida en Este Mundo y lo eterno del Mundo Venidero. Si en el proceso encuentra que ha cometido alguna falta, entonces será su deber pedir perdón y la determinación de tratar de evitar repetir tal hecho. Y no está demás que procure buscar ayuda médica que le prescriba medicamentos eficaces para tratar su mal, así alcanzará sanidad. Recuerde que a Dios no le estorba un médico.
Si le quedan dudas pertinentes, hágalas llegar.
Que sepamos construir Shalom.
Prof. Jonathan Ortiz