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Tienes la capacidad de cambiar al mundo

Como es nuestra costumbre, comparto contigo alguna enseñanza noájica a partir de la lectura semanal pública de la Torá judía. Si bien la Torá es heredad de la congregación de Israel, un patrimonio propio y no transferible, es cierto que se encuentran buenos tesoros que enriquecen sanamente la vida de toda persona, sea judía o noájida. Siempre y cuando esté el pan horneado con la receta justa, de acuerdo a los parámetros que hacen de la “buena intención” una bendición y no meramente una excusa para llevar al error.
Así pues, hermano noájida, te invito a disfrutar juntos de este sabroso plato aderezado para tu crecimiento multidimensional.

He seleccionado para ti de la parashá los siguientes temas:

1. El ser humano encuentra a menudo la oportunidad de elegir entre hacer el bien o no, de elegir lo bueno o no. Recordemos que a cada acción corresponde una reacción.

2. Está prohibido añadir o quitar de los mandamientos que la Torá ha ordenado. Son 613 para los judíos, que se encuentran en la Torá; en tanto que oralmente Dios dictó y establece como pacto perpetuo que sean Siete los Mandamientos Universales para todas las naciones. Ni uno más, pero tampoco ni uno menos.

3. Es muy grave prestar atención a falsos profetas, gente que viene y habla en nombre de Dios pero que su mensaje es contrario a lo que Dios quiere; o a los que profetizan en nombre de dioses, para desviar a la gente del camino del bien y la justicia.

4. Leyes de kashrut, que es la dieta alimentaria que corresponde a los hijos de Israel. La idea fundamental de estas leyes no está en preservar la salud física, sino en fortalecer la identidad espiritual judía, nutrir espiritualmente específicamente a los que son judíos. Las personas gentiles no obtienen ninguna ventaja real por consumir estos alimentos o guardar esta dieta. De hecho, puede llevar a perjudicarlos, al hacerles creer que están haciendo algo “sagrado” y necesario, cuando en realidad es totalmente ajeno al sentido de la espiritualidad noájica. Aunque, puede tener ventajas secundarias para el gentil, pero que realmente no tienen relación directa específica con su identidad espiritual, ni lo que su espíritu precisa para cumplir su misión sagrada en este mundo.

5. Son fundamentos del judaísmo, así como para el noajismo, el ser solidario, generoso, misericordioso, caritativo. Ayudar al prójimo en todas las formas posibles sin que conlleve sacrificio para el que da.

6. Para el miembro de Israel es de gran importancia de mantener vigentes las festividades ordenadas por la Torá, para conectarlo con SU pasado, alegrarle en SU presente y dar sentido a SUS acciones hacia el futuro. Las festividades propias de los judíos tienen algunas ramificaciones que pueden ser compartidas sanamente por los noájidas, siempre y cuando no lleve a confusión, usurpación o errores.

Dice la parashá: “¡Mira! Hoy pongo ante ti la bendición y la maldición” (Devarim / Deuteronomio 11:26)

El Talmud, Kidushin 40, nos enseña que una persona debe considerar que el mundo se encuentra en un estado de equilibrio dinámico, se balancea entre lo meritorio y lo infractor.
Cada acción sirve para inclinar la balanza hacia uno u otro lado. La persona debiera tomar esto en cuenta a la hora de hacer alguna elección. Porque la vida es toma de decisión, aunque no nos demos cuenta, a cada rato tenemos que optar.
Si cumplimos con alguno de los mandamientos que nos corresponde, o si actuamos de manera buena y justa, entonces contribuimos con nuestro grano de arena para favorecer el despliegue del bien; pero si hacemos lo contrario, estamos patrocinando a la oscuridad.

En consecuencia, la Torá enseña a cada uno: "¡Mira!". Hoy, ahora, en este momento puedes escoger la bendición o la maldición, actuar como constructor de Shalom o encarcelarte en el egoísmo.

Parece mucha responsabilidad, pero Dios confía en ti, por eso te da la oportunidad de tomar la decisión.
Dios confía en ti, sabe que tienes la capacidad para ser Su socio en la tarea de hacer de este mundo un paraíso terrenal.

Relato: El camino de la autoestima

Ésta es una vieja historia, de la cual hemos encontrado diversas versiones.
Comparto contigo hoy una de ellas.

Un labrador iba con su hijo a la feria de un pueblo cercano y llevaban un mulo viejo.
Cuando pasaron por una aldea, algunos hombres comentaron lo tonto que resultaba llevar un burro e ir andando, por lo que el labrador le dijo al hijo que se montara inmediatamente al animal, mientras ponía una sonrisa en su rostro y la dirigía a los aldeanos.
Pasaron por su lado unas personas y descalificaron al niño, lo tildaron de desconsiderado por permitir que su veterano padre fuese andando mientras él iba sentado en el cuadrúpedo, ante lo cual el hijo se bajó presuroso y dejó al padre su lugar. Todo esto mientras posaban amablemente ante los criticones.
Al rato, otros hombres comentaron lo injusto que era que fuese el padre subido al burro, cuando era un hombre fuerte y experimentado, en tanto que el hijo era aún muy joven y seguramente terminaría exhausto de la dura caminata.

Por supuesto que veloces decidieron subirse los dos encima del asno, para que unos momentos más tarde unas mujeres criticaran la escena, pues el animal era demasiado viejo para llevar tanto peso.
¿Qué hicieron?
Auparon al burro entre los dos y así marcharon rumbo a la feria, pero se encontraron con un grupo de gente que se burlaba y hacía fiesta por verlos en tan grotesca situación.
El ruido y la extraña postura pusieron nervioso al burro, quien se encabritó y salió corriendo. En su presurosa huida no vio un pozo y allí cayó.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cuál es la moraleja?

2. ¿Qué simboliza la caída final del burro en el pozo?

3. ¿Por qué actuaban así el anciano y el niño?

4. ¿Cómo relacionas este relato con el contenido de la parashá?

5. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

6. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

Resp. 990 – masturbacion como prescripcion medica

clara nos consulta:

Shalom!A consecuencia de hechos traumaticos y ajenos a mi voluntad,durante años rechace toda relacion con hombres.Ahora quisiera formar una familia.No podre sin superar lo pasado.En Terapia me indican practicas de masturbacion junto con otras tareas.¿Se admite?1)No proporciona placer,de hecho me causa mucho dolor.2)No sere aceptada asi por ningun hombre, salvo que mienta deliberadamente.3)Pensar que puede ser incorrecto dificulta aun mas.4)El objetivo es «desear» la compañia masculina. Gracias.
cdr. Madrid. España.

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Dios, te olvidaste de darme el vuelto…

DIOS PADRE TODOPODEROSO CAMINA POR MI CASA Y LLEVATE MIS PREOCUPACIONES Y CUALQUIER ENFERMEDAD . POR FAVOR VIGILA Y SANA A MI FAMILIA Y A MIS AMIGOS, BENDICE Y ALEJA A MIS ENEMIGOS. EN EL NOMBRE DE JESUS ¡AMEN!*** ESTA ORACION ES MUY PODEROSA. DETEN LO QUE ESTAS HACIENDO Y COLOCALA EN TU MURO POR LO MENOS POR UNA HORA. OBSERVA QUE DIOS TRABAJA DE MANERA MARAVILLOSA! LO QUE DEBES TENER ES FE!!! …AMEN

Lamento si te provoca nauseas, como a me ocurre a mí, perdóname por favor que haya comenzado este post con este mensaje tan lleno de idolatría, egocentrismo, falsedad, presunción, superstición, infantilismo, en fin… EGO.

Lo vi recién publicado en el muro de un “amigo” del Facebook, y no pude menos que sentirme bastante mal… digamos, decepcionado con la criatura humana, tan baja, pero tan engreída como para pretender controlar y manipular al Todopoderoso con estas frases llenas de infantilidad enfermiza. Porque una cosa es que un niño sea infantil, lo que está bien, pero otra muy diferente es que gente grande, hasta profesionales de renombre, se comporten enfermizamente como si fueran niños.

Quizás no te des cuenta de porque estoy siendo tan “agresivo” con la pobre persona que lo único que hizo fue una plegaria.
Bueno, déjame que te lo explique brevemente, pero antes por favor te tomas el trabajo de leer este par de links:

Ahora, comencemos un breve análisis.

Esta plegaria comienza “bien”.
Reconoce a Dios, reconoce que el es Padre, reconoce que es Todopoderoso.
Hasta aquí, totalmente compartible por cualquier alma pura.

Pero luego… ¡el terremoto!

Ese que es “dios”, “padre”, “todopoderoso” recibe una orden mía: “camina”.
Es tan tonto, insensible, pelele, torpe, ignorante que tiene que acudir a mi orden, debe cumplir mi reclamo: “camina”.
Traduzco el sentido detrás de esa orden: “¿Quién te crees que eres?
Si te crees un dios, ¡estás equivocado!
Aquí el dios soy yo, porque soy yo el que te dice lo que debes hacer.
Y te digo: camina”.

A ver, corazón mío, ¿cómo te parece que se ve esto así expuesto?
¿Te diste cuenta del lugar en que presumes estar y dónde estás ubicando al Eterno?
No, no te diste cuenta… si lo hubieras hecho antes no habrías actuado de esa manera soberbia, altanera, estúpida…
Cuando el EGO está al mando, la persona anda a oscuras, encerrada en su celdita mental.
En ella Dios es un dios, que está al servicio del hombre.
Por eso no suena blasfemo darle órdenes al Todopoderoso, porque para el siervo del EGO hasta Dios es menos que uno mismo.

Pero la cosa no termina ahí.
Porque si se le hubiera dicho que caminara solamente, bueno… es algo espantoso, como explique más arriba, pero se agrava mucho más cuando se exige que “camina por mí casa”.
A ver… a ver…
¿No tendrá Dios alguna cosa más importante, interesante, relevante, trascendente, cósmica, universal, que hacer con “Su tiempo” que andar caminando por tu casa?
Sí, yo sé que Dios está en todas partes, incluso allí en donde no se Le llama ni es bienvenido. Sí, también está en “tu casa”… pero… pero… ¿cómo decirlo?… Que vengas tú y le digas que se ponga a caminar por tu casa, como si El no supiera lo que hacer, como si El necesitara de tu orientación, como si El estuviera esperando a cumplir tus deseos… ¿cómo decirlo? Bueno, no tengo palabras, pero sí tengo en las entrañas una sensación que no sé como describirla. Quizás tú me puedas ayudar a poner en palabras esto que siento.
Un miserable humano, acomplejado, apocado, impotente, dando órdenes al Rey, al Padre, al Todopoderoso, para que venga a caminar por su casa… ¿cómo decirlo?

Ah… pero la cosa todavía pasa a ser peor.
”Llévate mis preocupaciones”…
Mira querido, si hubieras dicho “ven, mira al mundo, haz la paz”… ok, no sería lo más perfecto, habría cosas para criticar, pero al menos estaríamos ante un pedido importante, algo que ni tú ni nadie puede por sí solo hacer. Dudosamente estemos preparados aún para vivir en un mundo pacífico a causa de nuestras acciones para conseguirlo. Entonces, ok, perfecto, recurrimos a Dios, le pedimos amablemente que nos dé una gran mano… está bien, somos impotentes y El es Todopoderoso. Está bien, es un pedido altruista, generoso, solidario, humanitario, bueno, sensible.
Pero que mandes a Dios, al Supremo, que venga a tu casa, que la recorre, para que recoja la mugre que tú no quieres recoger… ¡cómo te atreves!
Sí, ya sé que en tu servilismo al EGO te crees una deidad y por eso mandas al dios que adoras, por eso te sientes al centro del mundo, ya sé que tu religión (como el 99% de lo que es religioso) te hace creer con el poder de controlar al cosmos si así lo sueñas o deseas, pero… ¿cómo explicártelo sin herir tu sensibilidad?
A ver, si tienes asuntos que te preocupan en casa, entonces… ¿no te parece mejor que hagas algo para que dejen de preocuparte?
Si son cuestiones que puedes solucionar… ¿para qué molestas a Dios con ello?
Si son cuestiones sin solución… ¿por qué no haces algo para no preocuparte? Piensa en alguna terapia, respira profundo, toma té de hierbas, aprende a poner las cosas en su lugar, reza con humildad y corrección, ayuda al prójimo que está en peor situación, encuentra la moraleja del asunto aunque sea terrible, reconoce tu impotencia como ser humano y apechuga tu condición de tal… no sé, hay opciones. Como viste, hasta rezar. Cosa que es muy linda, muy buena, muy provechosa.
Pero, rezar de verdad, comunicarse con Dios, abrir el corazón, encontrar el centro de uno mismo para armonizarse y sintonizar con el mundo y especialmente con la Divina Voluntad.
Rezar, que está en las antípodas de dar órdenes a Dios, de mandarle hacer tu tarea, de obligarlo a resolver tus cuestiones, de usarlo como tu esclavo.

Algo similar con el tema de que Dios se lleve cualquier enfermedad.
Puedes consultar al médico, seguir las prescripciones, llevar una vida saludable, consultar con otro médico, rezar, hacer buenas acciones, ayudar al necesitado, concentrarte en lo bueno que queda a pesar de la enfermedad… no sé, tantas cosas que se pueden hacer.
Sí, es cierto, gente buena sufre, muerte, es mutilada, etc. a causa de las enfermedades, ¿quién lo niega?
Sí, la ciencia aún no tiene todas las respuestas ni soluciones.
Sí, Moshé rezó por su hermana enferma.
Sí, rezar es una buena opción, a veces. Pero no la única.
Sin embargo, esto que publicó en su muro el “amigo”, difícilmente sea un rezo o una plegaria.
Es más parecido a la lista de compras del supermercado que tú le entregaste a tu empleada doméstica, a tu dios: “a ver, diosito, me sacas la basura, limpias los cuartos, pules los metales, pasa la aspiradora por la alfombra, no te olvides de cepillar a fondo el inodoro, perfuma mi casa, para eso te estoy pagando”.

Después una frase un poco menos insensible, porque se pide por la salud de familia y amigos.
Al menos ya no es todo yo… ¡pero alto!
Son MÍ familia, MÍS amigos.
No es lejano a poder decir que quiero que estén sanos para que YO no sufra a causa de ellos.
Sánalos, porque así alejarás de mí preocupaciones, sinsabores, tristeza, etc.

¡Bueno Moré Yehuda! Te has puesto fanático. Deja en paz al pobre tipo, ¿qué tiene de malo que pida por la salud de la gente querida por él?
No tiene nada de malo.
Pero hay algo en el contexto, que si lo analizas fríamente, sin pasiones, podrás reconocer como realmente perturbador.

Y llega la hora del hipócrita… “bendice a mis enemigos, pero mantenlos lejos”.
Por una parte, loable el desear el bien del enemigo.
Verdaderamente está muy bien.
Y hasta se podría decir que estamos de acuerdo con aquello de mantener alejado al enemigo.
Pero… ¿no sería mejor que hiciéramos algo para que muera la enemistad y surja la paz?
En lugar de que el otro se vaya lejos, apartarlo por decisión mágica y acción divina, ¿por qué no pedir a Dios que me ayude, que nos ayude, a encontrar caminos de entendimiento, de reconciliación, de convivencia?
¡No! ¿Para qué?
Si el genio mágico que es tu dios lo puede apartar de ti para que no moleste más.
No importa que siga la enemistad, que él siga siendo tu enemigo, lo importante es que no te lo cruces para que no se peleen, no te sientas mal, no te perturbe tu calma mágicamente obtenida.
¡Hipócrita! Deseas el bien de tu enemigo, pero lo mantienes como enemigo pudiendo pedir que no lo sea más, o mejor aún tratando de dar los pasos necesarios para el reencuentro. Quizás no se logre, quizás él tenga el corazón de piedra, quizás haya mucho daño de por medio, o muchos mal entendidos… pero al menos podrías intentarlo y ser un constructor de shalom y de paso pedir a Dios una mano para tener la fuerza y el coraje para hacerlo… pero… no… mejor me lo bendices y que me lo apartas…

Y al terremoto se le suma un tsunami junto a una explosión nuclear: “En el nombre de Jesús”.
A ver… yo entiendo que tu religión –carente por completo de espiritualidad- te exige meter al ídolo en el medio o el final de la invocación mágica a tu dios.
Pero, piénsalo un poquito… (me llamo a silencio, que cada cual lo llene como quiera o pueda).

Corazón mío, tu rezo ya fue espantoso pero al meterle el condimento de Jesús se ha convertido en todo lo que un rezo no debe ser.
Hay EGO, hipocresía, blasfemia, idolatría, egoísmo, enemistad, pereza, inacción, manipulación de tu dios y del prójimo… ¿esto es un rezo?
¿Esto es algo que se pueda considerar sagrado?
Yo creo que de sagrado no tiene ni una letra, aunque se hable de Dios, Padre, Todopoderoso y Amén…
Pero parece que para ti y el millonario número de personas que lo copian en sus muros y ponen “me gusta”, esto es un excelente ejemplo de santidad…
¿tan bajo hemos caído?

El análisis podría continuarlo y despedazarlo, pero me cansé y no quiero privarte de la oportunidad de que lo puedas hacer tú.
(Si quieres lo compartes aquí, en la zona de los comentarios que son bienvenidos. Además puedes incluir otras reflexiones y comentarios que te hayan surgido leyendo lo anterior y lo que viene).

Otro pedido en Facebook.
Es por completo diferente en que no está sumergido en la idolatría de Jesús.
Es diferente porque propone hacer algunas buenas acciones, aunque no veo ninguna que sea caridad, visitar enfermos, ayudar al desvalido, dar de comer al necesitado, alentar al triste, abrazar al solitario, abrigar al desprotegido, en fin, ni una sola acción noble de constructor activo de Shalom.
Pero, ¿ves que tenga alguna similitud con la anterior?

Aumentemos en mitzvot para REFUA …
Hace click en asistire y ya ganaste una mitzva! Ni hablar de encender las velas, y mas que mas 30 minutos antes… 
…  necesita de nuestras tefilot. Todos podemos aportar, no solo con las velas.. Separando Jala, diciendo las berajot con cavana, asher iatzar, estudiando tora o solo pidiendole a Hashem que le mande refua shelema. Quiera HAshem, el que cura a todos, que podamos ver a … sanita y en su casa con sus papas y hermanos.
QUE hashem los recompense con todo lo que ustedes necesiten, que Él escuche todas sus tefilot

Tu dios, tu siervo

¡Qué trastornada está la gente cuando tienen al EGO como norte!
Lamentablemente, así estamos la mayoría de los humanos… apresados por nuestros EGOs.

Seguramente te ha pasado, o conoces a alguien, o escuchaste de aquel que hace arreglitos con su dios, algo así como: “yo creo en ti, te adoro, me congrego con tus fieles, doy el diezmo al líder que te predica, me quedo en la ruina para enriquecer al pastor que te profetiza, renuncio a todo por ti, pero a cambio me DAS… (viene larga lista que incluye, por supuesto, dinero, amor, salud, sanación, salvación, prosperidad, éxito, fracaso de enemigos, enfermedad de la suegra, etc. varios, según gusto del consumidor)”.

Vamos… dime que así procediste en el pasado, o así haces ahora…
Ok, tú no… te creo, pero alguien de tus allegados seguramente que sí.

Dios, el verdadero Uno y Único o cualquiera de esos dioses que la gente sigue con fanatismo, parece estar al servicio de la persona.
Es como un abombado comerciante que vive del trueque, tú le das unas migajas para que él te dé buena mercadería.
Es tu esclavo, tu servidor, tu sirviente, ese que está para darte, satisfacerte, cuidarte, protegerte, lo que sea que a ti se te ocurra reclamar.
Tú eres el centro del universo, tu dios está anhelante por tus gritos, alelushas, plegarias, manos alzadas, lemas repetidos, palabras mal escritas en hebreo en tu Facebook, que compres libritos religiosos, que te congregues, que hables de dios todo el tiempo, tu dios está desesperado por no ser olvidado, para no perderse en el anonimato, para no morir como han muerto los dioses del pasado de Grecia, Filistea, Roma pagana, entre otros que han mordido el polvo del olvido.
Tu dios muere si tu lo dejas de lado, así que él corre para tenerte contento, para halagarte, para que lo tengas en cuenta, para que no te vayas y lo abandones… pobre miserable dios que no es nada sin tus gritos en congregación, sin tus plegarias, sin tus diezmos, sin tus ofrendas, dios es nada sin ti…

Vamos, piénsalo un poco, sé honesto contigo mismo, lo que te estoy describiendo ¿está muy lejos de lo que pasa?
Sí, puedes mentir, no te culpo, no te juzgo, puedes mentirte y negar la realidad… haz lo que te plazca, como haces en tu relación con tu dios, con tu prójimo…
Vive en la negación, porque eso es lo que puedes hacer. No puedes hacer otra cosa, ¿o sí?
Creo que no.
Porque tu vida está en desconexión.
Desconectada de Dios, el Uno y Único.
Desconectada de tu prójimo, hasta el más próximo a ti.
Porque estás desconectado de ti mismo.
Crees que tu identidad se resumen las máscaras del Yo Vivido, porque no sabes, ni quieres saber nada de tu Yo Esencial.
No te conoces, te desprecias, huyes de ti, para seguir cómodo aunque padeciendo a pleno; cómodo en la negación que no te compromete a nada.

Entonces, aparentas estar conectado a tu dios ese que es tu siervo. Ese que es capaz de morir para que tú vivas y seas salvo.
Ese que corre para darte lo que reclamas, que tiene que someterse a tus deseos.
Entonces, manipulas a los demás, así como haces con tu dios.
Lloras, pataleas, gritas, engañas, tal y como un bebe grandote, lleno de mañas, plagado de estafas al solitario.

Los demás tienen que servirte, sino, los desechas.
Lo mismo que tus dioses.
Porque un día eres católico, al otro evangélico, al otro mesiánico, al otro te crees judío ortodoxo, luego te haces pasar por noájida leal, más tarde eres noájida mesiánico, después supuesto converso al judaísmo por la rama reformista o quizás hasta conseguiste un “rabino” ortodoxo que te vendió una ilegítima conversión judaica, pero luego vuelves a tu vida de gentil resentido con la vida, y paseas por los babas cabalisteros, y te internas en un ashram, después paseas tu cuerpo por las drogas, para volver a confesarte con el curita de la otra cuadra… patética tu vida, aunque no sea tan trajinada y te quedes en algún punto intermedio.
Vagabundo, por no tener conciencia ni amor por tu verdadera identidad espiritual.
Porque desechas si no te sirven, dejas de lado a la gente como a los dioses, solamente te tienen que servir, de lo contrario pa’fuera.

Pides plata, pides salud, pides amor, pides, pides y a veces das, pero si es que a cambio tendrás alguna ventaja real o fantaseada.
Eres bueno, porque te conviene.
Eres justo, para no marchar preso.
Eres religioso, para sentirte mejor, como un drogado que se instala en su adicción para anestesiar su conciencia con la maldición que consume.
Eres ateo, porque no sabes qué hacer con tu vida.
O crees saberlo, pero si es que la vida se acomoda a tus criterios y a los dogmas que tu adoras, sean religiosos de nombre o de hecho.

Luego excusas, justificaciones, racionalizaciones, explicaciones, apologías, mascaradas, apariencias, tonteras, negaciones, mentiras para seguir aferrado al pastor que te saca hasta el último centavo, preso del EGO que te esclaviza con temor, sentimiento de culpa, angustia por el futuro, ideas peregrinas que tu consideras verdaderas.

Para finalizar, quizás lo sintetizo en una frase:

El propósito de servir a Dios no es para recibir “bendición” (dinero, amor, fama, salud, éxito, el paraíso, hijos, etc.);
sino que el propósito de disfrutar de la bendición es servir con más capacidad a Dios, a través de la bondad hacia el prójimo.

¿Eres parte de una secta?

Las estafas funcionan porque hay algún hábil vendedor de ilusiones y algún ingenuo con dinero para comprar lo que sea.

Las estafas religiosas funcionan porque existen personas que ofrecen:

  • esperanza hacia el futuro
  • a la vez que llenan de culpas por el pasado
  • y terrores por lo que vendrá

si el “comprador” no cuenta con la protección que ellos ofrecen.
Por supuesto que estos mercaderes se complementan con los ingenuos que:

  • sienten culpas (reales pero la más de las veces fantaseadas),
  • tienen miedos diversos y no hacen nada saludable para solucionarlos,
  • y  se angustian por lo que no existe,

por lo cual se desesperan para conseguir –al precio que sea- ese remedio milagroso que el traficante de la fe les ofrece.

Si el remedio no funciona, la culpa siempre es del comprador, del que no tiene suficiente fe, que no ha dado suficiente dinero, que sigue siendo poco fiel al gurú de turno y su sistema de creencias.
Si el remedio funciona, vaya uno a saber porque cosa ajena al mismo, entonces el exitoso responsable es el gurú y sus doctrinas.

Algunos de estos comerciantes religiosos dicen venir en nombre, protegidos, enviados, escogidos, por dioses, ángeles, fuerzas místicas, maestros ascendidos, espíritus, rabinos famosos, entre otros cuentos irreales pero que el comprador quiere creer.
Dicen tener poderes, aunque son reservados para momentos privados.
Dicen contar con cartas de recomendación dadas de puño y letras por tal autoridad, pero nunca nadie las vio.
Dicen tener contactos importantes en gobiernos, empresas, rabinatos, instituciones, pero no se encuentra jamás evidencia de ello.
Dicen contar con el aval de tal o cual ilustre personaje, pero lamentablemente falleció, o está en el extranjero, o es imposible contactarlo.

Dime, ¿te suena conocido?
Tu líder “noájico”, jasideo, cabalistero, místico, carismático, pentecostal, mesiánico, judaico, o lo que fuera, ¿te dijo algo parecido?
¿Se maneja contigo a través de amenazas de lo que te pasará si lo dejas, si crees otras cosas diferentes, si te vas para otro grupo, si lees otros textos, si no crees en lo que te ordenan, si no asistes puntualmente a TODAS las reuniones que él proponga?
¿Te hace dar dinero, aunque no tengas ni para comer, con la excusa de que eso te hará más rico, serás consagrado, será usada en “tzedaká”, algún enfermo secreto la recibirá, es tu diezmo obligatorio, le estás robando al “señor”, te irás al infierno si no lo das, te irás al paraíso y tendrás muchas bendiciones aquí si lo das?
¿Te hace sentir culpas por cosas que ni siquiera son malas, ni siquiera hiciste, pero igualmente debes sentirte culpable y sin otra forma de solucionarlo que seguir los rituales y creencias que este líder te demanda?
¿Pretende controlar cada aspecto de tu vida, hasta las cosas íntimas y que nada tienen que ver con la esfera lógica para su consejería?
¿Se hace pasar por “espiritual”, “sagrado”, se viste de modo “diferente”, te predica muchas cosas razonables y un montón más que son incomprensibles, pero a la hora de la hora demuestra que no es ni tan puro, ni tan bueno, ni tan cuerdo?

Si alguna de estas cosas te suenan conocidas, si es lo que estás viviendo con tu “rabino”, “líder noájico”, gurú, pastor o lo que fuera, debes saber que probablemente estás metido en una secta o en un grupo con características de tal. Ese líder es un traficante de la fe, te vende mentiras, te lleva al desastre multidimensional.

Ahora que lo sabes, lo más probable es que no vuelvas a ingresar ¡AQUÍ!
Porque la Luz te duele, la verdad te hace temblar, te sientes mal contigo mismo por reconocerte un tonto, un esclavo, un sometido, un estafado. Entonces… tu EGO te doblegará, negarás la realidad, inventarás excusas, borrarás de tu mente las incongruencias de tu líder y volverás a repetir lemas, levantar manos, adorar dioses, seguir como borrego las malas enseñanzas que has hecho parte de tu vida.

Como sea, te deseo lo mejor.

Soledad: miedo, religión, solución

Hemos escrito en otras ocasiones sobre el tremendo impacto que el trauma del nacimiento representa para la vida de la persona.
Hablamos de la impotencia, de la sensación de terror invasivo, del miedo primordial del cual derivan todos los otros miedos que nos petrifican durante nuestra existencia.
Entre éstos encontramos el miedo al abandono, a la soledad, al desamparo, a la pérdida.
¿Quién no lo ha sentido?
¿Quién está libre de él?
En ocasiones podemos hacernos los distraídos, mentirnos, engañarnos, fantasear con la intención de desprendernos de la realidad: estamos solos, aunque estemos rodeados de gente.
¿Nunca lo sentiste?
¿Nunca pensaste al respecto?
Te aseguro que en más de una ocasión el frío cosquilleo de la soledad, del abandono, del desamparo te ha recorrido; más de una vez has hecho hasta lo improbable para no estar aterrado en soledad.
¿Me equivoco?

Cosas que se han hecho para no sentir el abrazo de la soledad:

  • quedarse en una relación matrimonial violenta, infiel, enfermiza,
  • soportar el maltrato de un progenitor, tutor, “amigo”, etc.,
  • admitir tener relaciones sexuales prematrimoniales con el novio/a cuando no se quería hacerlo,
  • sonreír cuando los “amigos” se burlan de ti,
  • congregarte con los de tu “secta” –la cual aborreces- con tal de tener un grupo,
  • admitir y aplaudir cada disparate de tu pastor, “rabino” mesiánico, gurú de turno, para sentirte amado, tenido en cuenta, cobijado por su “poder”,
  • rezar, negociar, pactar con alguna deidad con tal de asegurarte de que ella esté a tu lado,
  • salir con una mujer/hombre diferente a cada rato, para no tener que sufrir el fin de alguna relación seria y significativa,
  • no divorciarte por miedo a no tener a nadie después,
  • querer terminar alguna relación más o menos estable –sentimental, laboral, terapéutica, comercial, amistad, etc.- pero no saber cómo hacerlo,
  • pagar por sexo,
  • dar obsequios a hijos, nietos, amigos, etc. con la finalidad de tenerlos “cerca”,
  • hacer sentir culpa al hijo, nieto, etc. por no estar pendiente de uno,
  • recluirte y aislarte, porque inconscientemente supones que es “menos mala” la soledad provocada que la que te sobreviene,
  • pasar por constantes abandonos, abandonando y siendo abandonado,
  • no comprometerte seriamente, formalmente, con nadie, porque así “mágicamente” no habrá posibilidad de que te dejen,
  • amenazar al otro para que no se vaya,
  • hacerte la víctima para que le otro se quede contigo por culpa,

Podrías tú regalarnos otros ejemplos que conozcas, que hayas vivido, que te hayan contado, que te surgen a la mente. Gracias.

¿Puedes visualizar lo que quiero compartir contigo?
Quizás es a ti a quien le está ocurriendo, o a alguno de tus allegados, o a alguien que conozcas.
Pero, no mires para fuera, mira en ti.
¿Reconoces que tienes un tremendo miedo a la soledad?
¿Te das cuenta de lo que hiciste y haces para manipular a los demás para no estar solo/a?

Ah, más de uno negará que está en este trance… pero la vocecita de la conciencia está gritando para que la atiendas.
Si meditas y eres sincero, encontrarás que tú también estuviste y probablemente estés enlazado por el miedo a la soledad, al abandono, al desamparo.
Mirar para otro lado, acusarme de estar delirando, auto engañarte, puede dejarte tranquilo por un rato… ¿pero te dará la paz y el bienestar que no tienes?

Es un hecho que la soledad es parte intrínseca de nuestra existencia terrena.
En tanto somos cuerpo, somos separación.
Ni siquiera en los instantes de mayor compenetración física de dos seres humanos (en la gestación y en la relación sexual genital), se acorta la distancia que los separa y aísla.
No es el cuerpo el lugar para dejar de sentir la soledad como dolorosa… aunque los abrazos calmen, las caricias contenten, los besos endulcen el ánimo, el cuerpo del amado a un lado se sienta como el embrujo que quiebra el mal hechizo de la soledad.
Pero es el cuerpo el canal que podemos emplear para que nuestra unidad espiritual se ponga de manifiesto.
Espiritualmente no hay espacio ni distancia, en tanto la acción sea armoniosa entre los seres.
Cuando dos o más personas están en la misma sintonía de acciones, de pensamientos, de sensaciones, están alcanzando la unificación.

Algo así intuyen, o les instruyen, a los pastores, a los traficantes de la fe, a todos los que usan la manipulación en todo su espectro para conseguir someter a los demás a sus malvados deseos.
Por ello es tan común que ordenen cantar al grupo himnos repetidos, una y otra vez la misma frase, el mismo lema. Por eso ordenan levantar al unísono la mano derecha. Ponerse de pie todos juntos. Gritar incoherencias bien alto, todos a la par. Por ello es tan importante para estos pastores que todos concurran a todas las “celebraciones” y reuniones, y hacen hasta lo imposible para tener a todos actuando como marionetas acompasadas al mismo ritmo todo el tiempo.
Es una forma de quebrar voluntades, anular el pensamiento crítico, estimular las sensaciones primitivas, potenciar el EGO, infantilizar, todo esto es cierto. Pero también está el truco de hacer vibrar en una misma frecuencia a la masa de enceguecidos seguidores. Ellos intuyen, o han sido instruidos por sus maestros del mal, que la comunidad, el rebaño de “ovejitas”, tiene que actuar como tal, como rebaño, como una mente, como un cuerpo, como un ser, gobernados por el “pastor”. Eso les da la sensación de unidad, de ser parte de algo más grande, de narcotizar su sentimiento de soledad… que sigue vivo y cada vez más angustioso, pero ellos esconden detrás de los harapos hábilmente confeccionados por el pastor, falso rabino, gurú, cabalistero, jasideo, etc.
Cuando algo o alguien puede quebrar la frecuencia de dominación, rápidamente se ponen en juego otros instrumentos de dominación, para erradicar la fuente de distorsión, para que el sentimiento angustiante de soledad no salga a la luz.
Para los pastores es esencial mantener al rebaño unido, haciendo idioteces una y otra vez, con tal de que sigan pagando el diezmo, dando a sus hijas para su disfrute sexual, compartiendo a sus esposas para lo mismo, etc.

Hasta aquí hemos esbozado el problema de la soledad, del miedo a la soledad.
Hemos apenas rozado cómo hacer frente a esto.
Y hemos visto cómo los sanguinarios traficantes de la fe, entre otros especuladores (como políticos, por ejemplo) se aprovechan del miedo y de lo que parece una solución al mismo para acentuar el daño y sacar grandes réditos personales.

Me encantaría que pudieras compartir tus ideas aquí, en la zona de comentarios.
También que compartieras este texto, como el resto del buen pan espiritual, que tenemos gratis para todo el que desee. Puedes difundirlo por tus redes sociales, copiarlo y enviarlo como email, hacer presentaciones, imprimirlo, como tu prefieras, pero no olvides mencionar el link y autor, para hacer correctamente las cosas.
De paso, puedes apoyarnos económicamente también, porque aunque no lo creas también tenemos que comer, vestirnos, pagar la luz, entre otras pequeñas cosas que a personas religiosas parece que no las atormentan.

Así pues, aquí estamos, para seguir estudiando y compartiendo.
Si Dios permite, iremos ampliando sobre esta temática muy importante e interesante, pero depende en buena medida de cómo respondas tú.

Todo mi cariño y respeto para ti.

Superar el miedo es poner en su lugar al EGO

En numerosas ocasiones hemos trabajo el tema del miedo.
Hemos llegado a la conclusión de que TODO miedo es en su origen el terror a la impotencia, aquella que se padeció como catastrófica al momento del nacimiento.
Esta raíz de terror a la impotencia, de no regresar a sufrir la pesadilla aquella, se ramifica según las dimensiones de la persona (física, emocional, social, mental, espiritual), encontrando un núcleo fundamental de miedo en cada plano, el cual a su vez se ramifica en otros miedos terciarios.

Podríamos diagramarlo, en un simple bosquejo para nada completo de la siguiente manera:

Todos padecemos, en mayor o menor medida, cada uno de estos miedos.
Para algunos serán más constantes los miedos sociales, o los físicos, o los mentales, etc.
Para otros habrá un carrusel de miedos, o un licuado de varios sabores, o una creencia mágica de haber superado todos los miedos y ser imbatible.
Pero siempre, allí agazapados están los miedos.
A cuya cabeza, en su raíz, el intenso, oscuro, profundo terror a la impotencia que ya se sufrió al comienzo de la vida en este mundo, desde momentos antes del nacimiento hasta meses o semanas después.
Esa impotencia que carcome, que corroe, que paraliza, que alienta a la desconexión con la realidad que se siente como tormentosa, o que impulsa al surgimiento del EGO con sus herramientas primitivas de manipulación del entorno, tales como gritos, llanto o golpes.

Tú también eres así.
Si te contemplas con sinceridad encontrarás que cada uno de estos miedos, con sus múltiples derivados, operan en ti.

Ahora, ¿tú tienes consciencia de cuál es tu mayor miedo? O, más correctamente expresado, ¿cuál es el miedo que mayor presencia tiene en tu vida?

¿A la locura?
¿A la falta de control?
¿Al no saber?
¿Al no poder?
¿A fracasar?
¿A que te señalen como fracasado?
¿Al rechazo?
¿Al anonimato social?
¿A no tener la razón?
¿A que otro te venza?
¿A que nadie te quiera?
¿A amar y no ser correspondido?
¿A querer sin alcanzarlo?
¿A decidir?
¿A equivocarte?
¿A cambiar?
¿A la confrontación?
¿A lo desconocido?
¿A lo que ignoras?
¿A lo que hay más allá?
¿A lo que esconde la oscuridad?
¿A ser exitoso?
¿A quedar paralítico?
¿A tener cáncer?
¿A la muerte?
¿A la muerte de un familiar?
¿A la pobreza?
¿A la miseria?
¿A la vida?
¿A ser feliz?
¿A casarte?
¿A tener hijos?
¿A que nadie te quiera?
¿A que tu pareja te sea infiel?
¿A que te engañen?
¿A ser falso?
¿Al desempleo?
¿A la soledad?
¿Al dolor?
¿A que te rapten?
¿A que a un hijo le pase algo malo?
¿A que te violen?
¿A tomar riesgos?
¿A…?

Vamos, tómate un tiempo, el que consideres necesario, piensa, toma consciencia, conócete, escribe cada miedo que te atraviesa, cada miedo que te atrapa.
No es fácil, pero es necesario.

Ya te adelanto que encontrarás que cualquiera sea el miedo, en el fondo, en su base, está el terror a la impotencia. Pero, no hablaremos sobre esto ahora.
Más bien quiero que te concentres y delimites el contorno de cada uno de esos miedos, pero en particular aquel que más te angustia y atormenta.
Vamos, hazlo.
Cuando lo tengas definido y escrito en una hoja ante ti, continúa con la lectura.

Ahora tienes que hacerte otra pregunta y responderla con similar sinceridad.
Pon tu respuesta por escrito.

¿Qué has perdido a causa de este miedo?
Piénsalo con serenidad.
Yo no espero ninguna respuesta, cualquiera que des sinceramente está bien.
Vamos, medita con calma.
Piensa en la gente que se fue de tu lado, los que desaparecieron, los que no quieren volver a verte, los que ya no están. Las oportunidades laborales, de estudios, de tener una mejor calidad de vida. Los viajes, hazañas, aventuras, amistades, cargos, rangos, títulos, etc. El dinero perdido o mal invertido o gastado. Los objetos rotos o desaparecidos. Los dolores y dolencias. El tiempo malgastado. Los años de psicoterapia estériles. Los miles de comprimidos psiquiátricos que consumiste. Las drogas –legales o no- con las que pretendiste tapar tu miedo. No sé con exactitud, tienes que ser tú quien se toma el trabajo de verse en el espejo del alma y reconocer aquello que has perdido a causa de este miedo que has señalado como el más persistente.
Cuando lo tengas escrito en la hoja ante ti, continúa con la lectura.

Como hemos enseñado, y en parte mencionamos en este texto, el EGO es un primitivo mecanismo de supervivencia. Sirve para llamar la atención de los otros sobre uno, para de esa forma “manipularlos” y obtener asistencia, que nos satisfagan, que nos rescaten de la muerte por hambre, que nos quiten el peso de la soledad, etc.
Cuando las cosas se salen de control, cuando la manipulación no tiene resultado, el EGO desconecta a la persona de la realidad circundante, en principio con el dormir, también con el fantasear y finalmente puede llevar al delirio, a la total vida irreal en un mundo real percibido como generador de impotencia.
El EGO, que cumple un notable rol en los primeros momentos de existencia terrena, se mantiene en funcionamiento cuando debiera quedar reducido a una mínima presencia, solamente útil en casos de extrema necesidad y ante la inaccesibilidad de otros recursos para dominar la impotencia sentida o real.
El EGO se impone como una deidad, la que busca luego dioses ajenos para adorar.
El EGO se presenta como un mítico salvador, quien viene al rescate de aquel que pone su vida, su fe, en él.
El EGO es el prototipo interior de todos esos dioses, semidioses, salvadores mágicos que pueblan las mentes y fantasías de las religiones y supersticiones.
El EGO está formado para manipular y para hacer vivir en la irrealidad, con tal de preservar al individuo con vida en la realidad (paradójico, amerita una relectura de tu parte).
El EGO te manipula a través de sus rústicos instrumentos, uno de los cuales es el miedo.
Así pues, cuando tienes miedo (que no es lo mismo que precaución, tampoco que susto), estás ante una imagen interna de impotencia, un someterte al control del EGO, por el terror de volver a experimentar ese espantoso momento inmediatamente previo al nacimiento, durante y luego del mismo.
Es un terror marcado en tus células corporales, ni siquiera en tus neuronas. No es un miedo que se explique con palabras, ni siquiera es racional, pues fue horriblemente vivido mucho antes de que tuvieras capacidad de palabras y de razón.
Por tanto, hablar del miedo es bueno, pero no llega a quitar su veneno que te paraliza, que te momifica, que te idiotiza, que te obliga a someterte al EGO, que no te permite avanzar, cambiar, tomar la decisión que te libere.
El miedo está al servicio del EGO, para que te retuerzas en impotencia y no accedas a la libertad que existe en tu esencia espiritual y te mereces disfrutar.
El EGO te hace creer que el miserable territorio conocido es lo único que te mereces, lo único que te sirve, lo único que puedes controlar.
Por lo cual, la mera idea de cruzar los límites de ese territorio dispara una señal de alerta, nace el sentimiento de miedo a tal o cual circunstancia que te pueda llevar a un cambio.

Mira qué simpático.
La impotencia te genera miedo.
Ese miedo te lleva a la inacción o a la acción pobre y torpe.
Esto te somete a “no poder”.
Lo que es impotencia, y te confirma tu cualidad de impotente (que no puedes).
Lo que fortalece la sensación de miedo.
Lo que obliga a actuar para dejar de actuar o para fracasar.
Lo que demuestra tu impotencia.
Lo que recalca que eres impotente y todo lo que haces está mal.
Lo que te lleva a tener miedo.
Lo que…

Toma tu tiempo y responde por escrito en la hoja ante ti: ¿Puedes recordar al menos una ocasión en que este círculo vicioso haya acontecido en tu vida? ¿Lo podrías describir?
Tienes tiempo, medita con calma.
Enfócate en encontrar la respuesta.

Ahora viene la respuesta más importante que te pediré que escribas.
¿Quieres superar tu miedo?
Piensa bien lo que quieres responder, y luego ponlo por escrito.

Acompáñame ahora a crecer, a superarnos cada vez más, a construir Shalom desde dentro hacia fuera.

1>
Conoces a tu miedo.
Ya has visto el rostro del miedo.
Ya viste cómo opera en ti.
Te explique qué lo genera.
Le quitamos todo rastro de “enfermedad”, “maldición”, “hechizo”, “poder oculto”, “demonio”, puesto que descubrimos juntos que es un emergente del sentimiento primario de impotencia.
Reconocimos que el miedo es algo “normal”, inherente a la persona humana.
Descubrimos que el miedo es usado por tu EGO para convertirte en un títere, manipulado, prisionero, imposibilitado de cambiar y crecer.
Entonces, el miedo está ahí porque en verdad tú quieres el cambio positivo, tú quieres crecer, tú quieres ser más independiente, tú quieres y puedes, pero el EGO no te deja.
El miedo está ahí para ponerte un palo a tu rueda, bloquearte el camino, frenarte en tu crecimiento.
El miedo no es real.
Es una fantasía que promueve tu EGO para confirmarte que eres impotente, pero en verdad ¡eres poderoso!

Este primer nivel es confirmarte en tu salud, en tu armonía.
Tener miedo es normal.

2>
Cada vez que te surja un miedo, te sientas y respondes a estas preguntas:
a) ¿Qué has perdido a causa de este miedo en otras oportunidades?
b) ¿Cómo sería tu vida sin este miedo?
c) ¿Qué sería lo peor que pasaría si hicieras las cosas a pesar de este miedo?
d) ¿Qué sería lo mejor que pasaría si hicieras las cosas a pesar de este miedo?

Sería bueno que tuvieras una libreta o cuaderno en donde anotarás cada miedo en una página, con la fecha correspondiente, estas preguntas con sus respuestas y fueras viendo tu manejo de las situaciones a lo largo del tiempo.

Luego de consignado en la libreta, ahí se queda el miedo.
Ya no tienes más que pensar en él.
Le has prestado atención, lo has atendido, le diste importancia.

Ahora, cierras la libreta,la guardas y pasas al siguiente nivel.

3>
No le lleves el apunte al miedo.
Haz como te parezca, dentro de lo legal, dentro de lo permitido, dentro de lo precavido, ¡HAZ!
Si estás ponderando al miedo, no dejarás de estar sometido a él.
Avanza a pesar de él.
Romperás el círculo vicioso que te mencioné más arriba.
Te darás autoridad, dominio, poder, valor, dicha, te sentirás potente, porque no te quedarás encerrado en tu celdita mental, sino que darás un paso hacia la dirección correcta.

4>
Si a pesar de lo anterior aún te retienes, escucha este consejo.
Dibuja en tu mente una imagen hermosa, sea un paisaje, una residencia, una habitación, un cuadro, una persona, lo que tú consideras que te brinda belleza, armonía, placidez, paz.
Dibuja en tu mente esa imagen con precisión.
Ponte en algún lugar en esa imagen. Que estés cómodo, que te sientas a gusto, que seas el centro de atención, que seas el protagonista, disfrutando de todo lo bueno que hay para ti.
Ponle un título que te suene agradable, que retengas, que sea melodioso a tus oídos.
Saborea esa imagen de gozo.
Mientras lo haces te tocas el lóbulo de tu oreja derecha. Presiona con suavidad pero con insistencia. En tanto visualizas la imagen de placidez, lees su título armonioso, disfrutas sus melodías y sonidos agradables.
Sigue pulsando tu lóbulo y respira por la nariz profundamente y con calma.
Repite en voz apenas audible el título de tu imagen, a la que atesorarás en tu mente y a la cual recurrirás cada vez que te gane el desanimo, la angustia, la ansiedad.

Sumérgete en tu imagen ideal, tócate el lóbulo de la oreja, respira.
Cuando estés así, acomete la acción que te da miedo.
No pienses, solamente hazlo.
(Siempre tomando en cuenta que sea legal, permitido, precavido).
Hazlo sin pensar en otra cosa, solamente sonriendo tu corazón a la acción.

Luego, pasa al siguiente nivel.

5>
Reconoce tus méritos.
Lleva una lista de tus éxitos, de tus victorias, de tus pasos adelante.
Puede ser una lista que tengas a la vista en tu habitación, o como fondo de pantalla en tu computadora, o en algún lugar que tengas acceso fácilmente y a menudo.

Hasta aquí este sistema para superar tu miedo, al poner a tu EGO en su lugar.
Te pido que me recompenses, si te sirve lo que te he regalado hoy, de alguna de estas dos maneras (o de las dos):

1- Agradeciendo y compartiendo los resultados en la zona de comentarios aquí debajo.

2- Enviando tu apoyo económico para permitirnos continuar brindando de nuestro tesoro para tu bienestar.

Gracias por todo, hasta luego.

Resp. 984 – pedir perdon por mail?

Ezequiel Fuentes nos consulta:

Hola mi pregunta es simple…Una persona que me lastimo mucho hace 6 meses, hoy me envio un E-MAIL pidiendome perdón. Yo necesito perdonarla, para podr transfromar el rencor que tengo en algo positivo. Mi pregunta es si es correcto pedir disculpas por E-mail o debería esta persona pedirmelo personalmente? Porque tal vez, a ella le cueste mucho verme a la cara y pedirme perdón, debería yo ser más comprensivo y disculparla aunque utilizo el mail para pedirme perdon? Gracias por responder.
Ezequiel Fuentes, 26, estudiante, bsas, argentina

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Maltrato familiar

Es sabido que hay muchas mujeres maltratadas que siguen aferradas a su marido abusador, e incluso llegan a defenderlo ante quienes le objetan su comportamiento violento y negativo.
Resulta paradójico pero es frecuente (ejemplo con video al hacer clic aquí).
¿Cómo entender que una mujer golpeada defiende a su marido golpeador?
¿Cómo explicar que la víctima se ponga del lado del victimario?
Son preguntas, una de tantas, que surgen y son muy válidas.

Varias voces han dado sus respuestas (ejemplos no académicos al hacer clic aquí, otra voz, otra más –de infinidad- pero que es más reconocida al seguir este link).
Nosotros daremos una, muy breve, por tanto parcial y que no abarca todas las situaciones y vínculos.

Recordemos al EGO, esa función de supervivencia para los inicios de nuestra vida en este mundo, que se mantiene activo a pesar de que ya la persona cuenta con otras herramientas para asegurar su supervivencia.
El EGO es la medida rudimentaria que procura resolver el terrible dolor y angustia que proviene de sentirse absolutamente impotente, inoperante, desamparado, ante la invasión de sensaciones y estados que impactan en el recién nacido.
El EGO se expresa a través de llanto, gritos, golpes y en caso de no conseguir satisfacción puede provocar la desconexión con la realidad tormentosa, a través del dormir, de la fantasía, de la negación de la realidad, entre otros escasos elementos primitivos.

El EGO se presenta como salvador, como una deidad, como un héroe, la única tabla de salvación al rescate del desvalido y acongojado infante. Éste –el infante- lo coloca –inconscientemente- en un sitial de deidad, lo adora, se esclaviza a él, puesto que fue el EGO quien lo salvó de aquella espantosa pesadilla sin esperanzas al comienzo de la vida terrena.
Durante el transcurso de las experiencias a la par que la maduración corporal, el niño va adquiriendo otras facultas y capacidades como para responder, pero sin embargo aquella primera experiencia de terror supremo, ese miedo que es madre de todos los miedos, permanece incorporado, marcado a fuego en el lenguaje sin palabras del cuerpo. Ese miedo está en la base de todos los otros. La impotencia (real o imaginada, siempre sentida) es la que genera cada pesar en la persona, sea con un rostro o con otro, puesto que la impotencia es multiforme, pero constante durante toda la existencia.
Al igual que lo es el recuerdo, también sin palabras y absolutamente irracional, que encumbra al EGO como salvador, como un dios, al cual adorar y servir con fidelidad.

Pensemos un poquito y seamos sinceros, cuándo nos sentimos desvalidos, desamparados, perdidos, sin fuerzas, ¿cómo reaccionamos inicialmente?
Gemimos, lloramos, golpeamos, ejercemos la violencia, manipulamos y si eso no funciona nos hundimos en el extravío de la conciencia, en el desprecio por la realidad, en la invención de otras realidades que aparentan darnos poder, pero realmente nos hunden más en el descontrol de la impotencia.
¿Es así o no?
Manipulamos con violencia, gritos, mentiras, engaños, golpes, maltratos, abusos, amenazas, presiones, hostigamiento, haciendo sentir culpas… manipulamos activamente.
Pero también manipulamos de forma pasiva, enfermando, siendo desvalidos impedidos de todo que deben ser sostenidos por otros o mueren, empobreciendo, embruteciendo nuestro entendimiento, negándonos a crecer, dependiendo de milagros, rezando en vez de haciendo, esperando que ángeles nos salven de demonios, permitiendo ser manipulados para de esa forma manipular, siendo víctimas para recibir apoyo, siendo abusados y maltratados para que el maltratador se quede a nuestro lado y seamos “algo” para “alguien”… si, también así manipulamos.

El EGO confecciona atuendos para que te disfraces.
El EGO puede hacer usar la máscara del súper exitoso, el cual pretende llevarse el mundo por delante.
El EGO puede hacer que uses el disfraz del desgraciadito, al que todo le sale mal, que el destino se le ríe a cada rato.
El EGO puede hacer que te presentes como un tirano, un sanguinario dominador.
Todos estos disfraces esconden el atroz miedo a la impotencia, y a la impotencia misma.
Todos ellos son formas de evadir la realidad, de alejarse del Yo Auténtico para manipular, para no sentir impotencia.
Paradójico nuevamente puesto que esto precisamente es la manifestación y amplificación de la impotencia.
Para ponerlo en claro: el EGO que nace para contrarrestar la impotencia, luego depende de ésta para seguir a cargo de la vida de la persona.
Debe provocar a la persona a que se sienta o viva en impotencia, de modo tal de no perder su lugar de dios y salvador.
Por lo cual se inventará mil excusas para demostrar que está haciendo lo posible por ser poderoso, feliz, saludable, dichoso, pero en verdad se está provocando su constante padecimiento de la impotencia, sea como sentimiento de culpa por el pasado, sea por el sentimiento de angustia por el futuro.

Es una dosis muy fuerte de Luz y realidad la que te estoy brindando.
Por varios motivos supongo que no será fácil comprender y digerir este mensaje.
Por lo cual, con toda humildad te pido que te tomes un tiempo para releer los párrafos anteriores, toma notas, haz algún esquema que visualmente te permita comprende lo que te quiero explicar, pon en tus propias palabras lo que entiendes.
Luego trata de responder a nuestro planteo inicial, que es tratar de explicar el cómo entender que mujeres –niños, hombres, cualquiera- que es maltratado suele ponerse del lado del abusador.

Tras este trabajo de verdadero estudio multidimensional te encargo que compartas con nosotros al menos dos cosas:

1- ¿Qué has entendido de lo que te explique?
2- ¿Cómo explicas lo que plantemos como problema que dio pie a este texto? La explicación tiene que estar vinculada con lo que entendiste, por tanto con el EGO.

Es importante para mí que puedas compartir con nosotros.
Es importante para nosotros que lo hagas.
Es importante para ti, espero.

Aquí quedo a la espera de tus líneas.
Hasta luego.