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La historia gemela de Jeroboam – Segunda parte

Por Lic.
Alfredo Zambrano G.


Una historia que se vuelve a repetir:


La historia de Jeroboam, sus infidelidades, su caída
y destrucción, es la triste y nefasta realidad que ha sacudido y
está sacudiendo hoy los mismos cimientos de la creación y de la
humanidad, pues representa de manera contundente la verdadera cara
del Cristianismo y sus orígenes. Amigos míos, la historia del
Cristianismo, y la de sus hijas (Protestantismo, Mesianismo,
Netzaritas, etc.), no es otra cosa que la misma historia de Jeroboam
y su reino, pero con otros nombres y en otras fechas.

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Resp. 6 – ¿Amar a Dios?

Shalom! el mandamiento de amaras al senor tu Dios con todo tu corazon con todas tus fuerzas con toda tu alma ect , es tambien para los bene noaj o noajidas?? espero que no se interprete mi pregunta como capsiosa mi intencion es encontrar verdades claras para no meternos en camiseta de once varas como tantas personas de problemas enormes. gracias de antemano por su amable respuesta.
Jesse Baquera

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Sexualidad saludable

Como sabes, existen cinco planos que conforman al ser humano:

Espiritual, Intelectual, Social, Emocional y Físico.

Para que la persona viva en armonía, con equilibrio y de manera constructiva,
cada uno de estos planos deben ser nutridos y sostenidos dentro de los
parámetros de lo saludable y lo correcto.

Te explicaré muy brevemente cuales serían los parámetros básicos para
mantener una sexualidad saludable, para las personas noájidas:

Plano Lo saludable
Físico Mantener relaciones sexuales con otra persona.
Esto significa que la masturbación, de manera compulsiva o que reemplaza
el contacto con otra persona, cae bajo la sombra de lo no saludable.
Es aconsejable que se mantengan las relaciones en una cantidad que sea satisfactoria.
Emocional Que las relaciones sexuales sean ejercidas con una
persona querida, que sea significativa y no meramente una persona del
momento.
Esto significa que no es emocionalmente saludable el contacto sexual con
prostitutas o en relaciones ocasionales con quienes no se tiene lazos
afectivos.
Social Que las relaciones se den en los lugares y momentos
socialmente aceptados. Y que sean en condiciones y situaciones
correctas.
Por ejemplo, en intimidad, respetando las reglas de la urbanidad, etc.
Dentro de lo que cada sociedad define como "bueno".
Intelectual Que se actúe en lo sexual con conciencia y
responsabilidad.
Esto quiere decir que se cuide la persona de enfermedades de transmisión
sexual, de embarazos de no deseados, de relaciones con personas que
podrían resultar nocivas de cierta manera, etc.
Espiritual Que la sexualidad se ejerza dentro de los lazos del
matrimonio, con la pareja única, estable y fiel.
Que sea una relación heterosexual.
Que haya mucho respeto entre ambos miembros.

Cuando todos estos componentes se encuentran, finalmente la persona encuentra
gozo y sentido en su relación de pareja.

Si quieres saber más, te invito a que visites
CTERAPIA

Lic. Yehuda Ribco 

Ocurre en el Oriente

*Julio Mar�a Sanguinetti
Ex Presidente de la Rep�blica O. del Uruguay*

 La simplificaci�n vulgar presume que la guerra que hoy afecta a Israel
y El L�bano es algo nuevo. En el propio mundo �rabe se est� hablando hoy de la
6�. Guerra.

La verdad hist�rica nos dice que ella empez� el mismo d�a del
nacimiento del Estado israel�, en 1948, y no ha cesado a�n, con la
alternancia de per�odos de fuego y sangre con otros de diplomacia armada.
No ha habido un d�a de sosiego, desde aquel lejano tiempo en que, bajo el
influjo emocional del Holocausto perpetrado por los nazis contra el pueblo jud�o,
la organizaci�n internacional se decidi� a reconocerle un hogar que
le diera asiento, en el que pudiera reencontrarse con sus tradiciones ancestrales
y construir su nuevo tiempo.

Esa idea que gan� espacio en el mundo civilizado, necesit�, desde
el primer d�a, de la voluntad de lucha del pueblo israel�. Fueron entonces los
gobiernos �rabes los que no aceptaron ni siquiera la creaci�n del otro Estado,
el palestino, y desataron una guerra dirigida a impedir que aquel
balbuceante Estado jud�o se consolidara. Esa guerra, esa misma guerra, es la que
hoy contin�a, con un conjunto de Estados u organizaciones isl�micas
que propugnan su desaparici�n, bajo la misma horrenda consigna repetida por tantos
labios y que en los �ltimos meses ha reflotado el Presidente del
Ir�n en su versi�n original: "Borraremos a Israel de la faz de la tierra".

Nadie de buena fe puede ignorar que este es el hecho central del conflicto,
aunque los escenarios hayan ido cambiando. Todo lo que transcurre
alrededor es accesorio a esta circunstancia nuclear: en el mundo �rabe
siguen existiendo grupos isl�micos, que son gobierno en algunos Estados como Ir�n
y Siria, cuya pol�tica es la destrucci�n de Israel y el exterminio del pueblo jud�o.

A partir de esa definici�n, que parece ignorarse, no hay duda de que
el escenario ha ido modific�ndose y presenta hoy caracteres propios.
Israel ya no es el mismo d�bil Estado de 1948. Pero tampoco es la vigorosa naci�n
militarizada de "La guerra de los 6 d�as" de 1967 o de la de Yom
Kippur en 1973. Su �xito ha sido darle bienestar y cultura a su gente. Como consecuencia,
cada vida duele m�s y la movilizaci�n de sus j�venes es un
sacrificio que crece d�a a d�a. Frente a unos enemigos que siguen pobres pese a la riqueza
petrolera de sus Estados y sus �lites, y que – en esa pobreza y la ignorancia que ella
provoca- son f�cil presa para un extremismo violento e ilimitado.

Los Estados �rabes tampoco ya son lo mismo. Egipto, Jordania,
la Arabia Saudita, han crecido, se han desarrollado y han pactado -expresa o t�citamente-
la paz con Israel hace muchos a�os. Y cuesta imaginar que retornen a la guerra. Pero est�n
amenazados desde adentro por esas corrientes fundamentalistas que resquebrajan su unidad
nacional y aspiran a conquistar el poder, por las buenas o m�s bien por las malas, en una
regi�n donde no hay sistemas democr�ticos. Frente a ellos los Estados fundamentalistas, Ir�n,
Siria, inmensamente ricos por su petr�leo, arman una nueva guerrilla, el Hezbollah, que no
representa una reivindicaci�n territorial, o un pueblo en busca de destino. El enfrentamiento
de hoy es con esa organizaci�n, cuyo �nico objetivo es, lisa y llanamente,
la destrucci�n de Israel.

Los palestinos, a su vez, tambi�n han cambiado. Tienen ya su propio Estado,
reconocido por Israel, e intentan una d�bil experiencia democr�tica, con
un gobierno de quienes integraron una organizaci�n terrorista y hoy tratan de reconvertirse.
Israel unilateralmente les ha devuelto la franja de Gaza, pero ellos no han podido controlar
a lo que, desde all�, al d�a siguiente de recibir graciosamente
ese territorio, han vuelto a disparar cohetes contra la poblaci�n jud�a de la zona. Todo ese
pueblo palestino, que quiere la paz, porque incluso vive del trabajo que Israel le ofrece,
es pe�n de estrategias que le son ajenas: le usan de bandera quienes quieren la guerra, le
tironean hacia un lado y hacia el otro las facciones religiosas que dividen el mundo isl�mico
y son idealizados por los occidentales que por una raz�n u otra asumen un pacifismo c�mplice
con el terrorismo, mientras sus presuntos protectores -enriquecidos- no les brindan el amparo
que f�cilmente podr�an regalarles. Esos palestinos saben que tendr�n que entenderse con los
jud�os y los israel�es y saben tambi�n que tendr�n que convivir con ellos, por los siglos
de los siglos.

Europa, rica, bien comida y bien vivida, da volteretas en nombre de intereses
variados. Le teme a sus minor�as isl�micas y en consecuencia, no est� dispuesta a decir
una palabra a favor de Israel. Tampoco arriesgar�a un soldado propio porque su impotencia militar
ya es definitiva luego de que en Kosovo, en su propio suelo, hubo de acudir a los norteamericanos
para que salvaran – paradoja- a una minor�a isl�mica amenazada de extinci�n.
Simplemente juega un rol pol�tico que maneja publicitariamente, pensando ego�stamente en sus electores
internos, sus intereses econ�micos en la regi�n y la tranquilidad de sus barrios de inmigrantes.
Hace pie en los errores norteamericanos, algunos monumentales como esa guerra sin fin ni
destino del Irak, e intenta salvar su rostro ante unos y otros sin arriesgar nada.

El otro gran actor, este s� que fundamental, es el extremismo. El islamismo radical
jihadista viene creciendo hace a�os, el mundo chiita va imponiendo su visi�n primitiva del mundo
y ha logrado golpear no solo a Israel sino al coraz�n de Occidente. Los atentados contra Nueva York y
Madrid le han dado conciencia de su poder. Ahora tiene de reh�n al pobre L�bano, una vez m�s v�ctima de
conflictos que le son ajenos. Los oportunistas temerosos de Occidente prefieren refugiarse en la teor�a
de que esas bombas se las debemos a Bush y a Aznar, desconociendo que ellas estallar�n contra todo aquel
que no se resigne a que triunfe su visi�n teol�gica intolerante, racista, esclavista de la mujer y enemiga
de las libertades individuales.

La guerra es siempre un exceso y los muertos nos duelen a todos. Podemos discutir la an�cdota puntual,
quien tir� primero o quien tir� despu�s, quien da�� m�s o menos civiles (que siempre caen en la
atrocidad b�lica). Pero no nos equivoquemos: m�s all� de las v�ctimas, en ese escenario del Cercano Oriente,
vuelven a enfrentarse los valores autoritarios de la religiosidad fan�tica contra los principios de quienes
creemos en la libertad pol�tica, en el Estado de Derecho, en la vida democr�tica, en la plenitud de
los esp�ritus que solo la sociedad abierta ofrece.

Amor es hacer por otro

Excelso amor, nuestra m�s grande a�oranza,

Excelso amor, un bien en extinci�n.

Excelso amor, conceptuado en �frases m�gicas�,

Excelso amor, de su esencia lejos voy.

 Excelso amor, �c�mo puedo definirte?

Excelso amor, definirte es definirme.

Excelso amor, definirme marca  andanzas,

Excelso amor, que me une o me divide.

 Excelso amor, �plat�nicos sentimientos?

Excelso amor, �sensaciones de placer?

Excelso amor, �satisfacci�n de lo instintivo?

Excelso amor, �qu� bajo te han de vender!

 Excelso amor, trasciendes lo intangible,

Excelso amor, generas m�s que  saber,

Excelso amor, que nadie te vulgarice,

Excelso amor, haz callar la estupidez.

 Excelso amor, es hacer por otro.

Excelso amor, no por m� ni para m�.

Excelso amor, por y para otro,

Excelso amor, busca siempre construir.

Excelso amor, �ven, domina nuestro impulso!

Excelso amor, confecciona nuestra uni�n.

Excelso amor, en obras muestra tu brillo,

Excelso amor, se eleve nuestra canci�n.

Alfredo Zambrano G.

Director de FULVIDA Venezuela

Todos los derechos son propiedad de sus autores.

Reir y Hacer Reir (II Versión)

El que rïe y hace reir

Vive y hace vivir

Recrea el cosmos

Acarrea sanidad

Desentrañó el misterio  de la vida

Encontro su lugar

y ayudo a otro a hallarlo

¡Excelsa empresa!

¡Excelso don!



Bendito el que lo forja

Bendita su existencia


Que su halito se aumente

su recuerdo perdure

y su ejemplo se eternice






Por Alfredo Zambrano G.

Director de FULVIDA Venezuela

Todos los derechos son propiedad de sus autores.



Cuando tu hermano está en peligro…

Por Andrés Cordovés, Venezuela

¿Si alguien golpea a tu hermano injustificadamente, dejarás que pase desapercibida la ofensa?
¿Si amas a tu hermano, deseas la paz y la justicia y ves tal hecho, te quedarás de brazos cruzados?
¿Si el agresor se mofa, aún después de cometer el acto inmisericorde de injusticia para con tu hermano, dejarás que sobresalga la desarmonía?
¿Si a tu hermano lo hieren, no te están hiriendo a ti también, por qué no defiendes el honor, por qué no luchas en contra de la perversión?
¿Si alguien, ajeno al conflicto, se burla de tu familia, no defenderás la honra de tu familia?
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¿Religión o humanismo?

Es tan simple, solo siete preceptos:

(1)saber que D»s existe, saber que es Uno y Único;

(2)no maldecirLo y no maldecir a nuestro hermano;

(3)no matar;

(4)no robar;

(5)establecer una familia, dar vida y vivir una sexualidad con sentido trascendente;

(6)respetar la vida, la integridad de los animales, valorar la creación, cuidar de nuestra salud y aprender a controlar nuestras necesidades físicas; y

(7)fomentar/ velar por la justicia, anhelar y luchar por la paz, constituirnos en sociedad y aprender a convivir. 


Esto no es una religión, es tan solo humanismo, seamos menos religiosos y más humanistas y veremos los cambios que el hombre puede generar.

Andrés Cordovés, Venezuela.