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Navidad Pagana

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Por Irving Gatell (**)

Me da mucha risa leer tantas publicaciones en donde se intenta demostrar que la Navidad es una celebración «pagana», y que si uno la celebra, sin saberlo está adorando al Diablo, a Odín, a Osiris, etc.

Me parece una estupidez.

El primer error es el uso banal del término «pagano». Quienes lo aplican a quemarropa, en términos generales se refieren a que la Navidad no es una festividad de origen judío. Desde el punto de vista judío, el asunto es muy simple: los no judíos pueden festejar lo que se les pegue la gana cuando se les pegue la gana.

Curiosamente, los que más se la pasan señalando la Navidad como algo «pagano» (entiéndase: no judío) ni siquiera son judíos.

Yo no celebro la Navidad por cuestiones obvias, pero hay cosas que me encantan. Recuerdo que una vez, a mediados de Diciembre, subí a un taxi en el centro de la Ciudad de México. Buen conversador el taxista, de unos 40 años. Nos quejamos del tráfico navideño y del caos vial propio de esta urbe. Y, en esa lógica, se me ocurrió comentarle que por lo menos la ventaja es que seguramente tenía mucha demanda de pasaje. Su respuesta fue fascinante: sonrió, se le iluminó el rostro, y me dijo «¡Sí! Ya salió el dinero para los regalos de mis hijos!»

La sonrisa de un padre que podrá llevar regalos a sus hijos. La sonrisa de los hijos cuando vean sus regalos.

Pueden quejarse de todo lo que quieran: de los orígenes paganos de la Navidad, o del consumismo desaforado de la época. Pero todo aquel que no sea capaz de disfrutar al ver la emoción de un niño al destapara un juguete, tiene atole en las venas. Del mismo modo, todo aquel que no sea capaz de indignarse al ver a todos los niños que pasarán la Navidad pidiendo dinero en la calle, no merece ser llamado humano.

Pero volvamos al punto: desde una perspectiva estrictamente religiosa, los no judíos no tienen ninguna obligación de celebrar o dejar de celebrar lo que establece o prohíbe el Judaísmo. ¿Que la Navidad es pagana? Pues celébrenla paganamente, y disfrútenla. ¿Qué el árbol de Navidad es vikingo? Pues celébrenlo como vikingos (¿no es encantadora la escena en la primera película de Thor, donde el héroe regresa de un bar cargando a un ya vejete de origen escandinavo, profesor de física, lo tumba como bulto en su cama, y cuando Natalie Portman le pregunta si está bien, Thor le contesta «bebió como vikingo, peleó como vikingo; ha honrado a sus ancestros»?).

Ya dejen de ver paganismo y al diablo en todos lados. Dejen a la gente celebrar lo que se le pegue la gana. Insistiendo por aquí o por allá que tal o cual fiesta es pagana y que en realidad se adora al diablo, lo único que hacen es exhibir que los verdaderos adoradores del diablo son, justamente, los que lo ven por todos lados.

Yo sé que la filantropía y los buenos deseos deberían durar todo el año, pero si de todos modos tienen la oportunidad de hacer feliz a alguien en estos días, háganlo. Y así como muchos amigos no judíos se han embelesado viendo las Janukías en nuestras casas, a mi no me molesta ver árboles de Navidad encendidos (me refiero a los foquitos, no a las idioteces que hacen algunos pseudo-anarquistas) en las casas de mis amigos cristianos.

En las tradiciones herméticas, el árbol de Navidad tiene un simbolismo bellísimo. Sí, es vikingo. Sí, a los vikingos también los hizo D-os.

Pese al tráfico y al ruido, hay muchas cosas disfrutables de esta época, y sigo sin encontrar un sólo versículo de la Biblia que diga que pasarla bien es pecado.

Feliz Navidad!

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(**) Escrito realizado por el escritor Irving Gatell, y publicado originalmente sin título, en su cuenta en una red social.

Un ateo hablando de Dios y del Mito de la Tora

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Yo quisiera expresar libremente mi opinión, tal y como es típico en Fulvida.

Como puede corroborar el lector, en este sitio no hay posturas «oficiales» que se deban seguir sobre temas tratados. Es usted libre de creer, pensar, opinar o actuar, y esos grados de libertad no se encuentran en cualquier parte  ( http://fulvida.com/2013/05/05/los-judos-creen/ ).

Así, yo quisiera continuar expresando mi opinión (http://fulvida.com/2013/10/08/cada-cabeza-es-un-mundo-este-es-parte-del-mio/ ), sobre dios y los mandamientos, recalcando que no necesariamente tienen que ser compartidas por cualquier otro lector, ya que no soy ni la voz oficial de nada ni represento a nadie.

Aclarado el punto, quisiera que me acompañen con la lectura del siguiente texto encontrado en FULVIDA: http://fulvida.com/info/pecados_gene.htm

El texto, de autoría del querido y respetado Profesor Ortiz, puede dividirse así:

Primera Parte: Generación Pre-Diluvio

Entre lo que vale destacar:

-Humanos concebidos, nacidos, caminando, hablando en un mismo día.

-Humanos con una fuerza física descomunal, al punto de ver a los leones y panteras como pulgas; fuerza que aumentaba con la edad.

-Humanos más longevos de lo natural.

-Trabajaban la tierra solo una vez cada 40 años, y ésta producía para un periodo igual.

-No existía las estaciones del año; así las cosas, todo el tiempo era primavera.

A mí en lo personal, me cuesta aceptar (e imaginar) seres humanos de tal envergadura; así como me ha costado aceptar la idea de vírgenes concibiendo hijos, que a su vez, son su propio papa.

Me cuesta creer en la idea de fundos tan fértiles que produzcan en las cantidades y en el lapso de tiempo que se nos cuenta.

Imposible también para mí el creer que ni los ciclos de rotación o traslación de la tierra, o la inclinación de su eje, no permita las distintas estaciones del año, para las zonas terrestres que logran disfrutarlas.

Todo lo anterior, en lo personal, me parecen muy bonitos, pero antinaturales conceptos; que al igual que los cuentos cristianos, tienden a desviar la atención del “creyente”  hacia la más absurda creencia y hacia al abismo de los mitos.

Y para muestra, no es casualidad encontrarse en este sitio y en serjudio.com, personas que tanto insisten en cambiarse a judíos; o refiriéndose a dios como “di-s,d-os, -ios, di-s”; o haciendo consultas sobre la posición de los astros en su nacimiento; o confundiendo fe con creencia; o preguntando sobre “metratrones”; o solicitando explicaciones exégetas sobre pasajes bíblicos, y vaya a saber cuántas otras cosas más.

Todo parece girar en torno a lo irracional, a lo ilógico, a la fe absurda típica de los creyentes que buscan como no dejar morir el mito para dejar nacer a la razón.

Sin embargo, el artículo no queda ahí, como un “cuento de navidad” que alimenta la superstición de los ya de por sí supersticiosos participantes y comentaristas, sino que propone un ejercicio mental espeluznante; porque muestra una radiografía casi exacta de la realidad social en que vivimos, y digna para un artículo de cualquiera que se atreva.

Pero el punto a que voy, querido lector, es no quedarse en “lo bonito”, lo fantástico o mitológico del relato; no deducir en que el día que la humanidad cumpla con lo que le corresponde, se trasformará el planeta en un super planeta, y el humano en un super humano, tal cual vaticino jose luis de jesus miranda a sus incrédulos seguidores.

Segunda Parte: Rebelión Consciente Al Sistema Jurídico y Judicial

Entre lo que se puede resumir:

-Adhesión a conceptos creyenseros de los hombres (idolatría), lo que los hizo desenfrenadamente estúpidos ( ¿casarse con una bestia no es estupidez? ¿Caminar por las calles sin ropa no es de alguien orate? ), asesinos, adúlteros, “Swingers”,  y ladrones.

Pero ninguna de esas acciones y delitos empezaron gratis o por si solas. Nos cuenta el artículo que todo empezó por un desvío CONSIENTE y VOLUNTARIO, hacia La Idolatría. Aunque a mí me gustaría llamarla “idiotez”; porque nadie listo aceptaría perder su capacidad de razonar; o bien, aceptaría voluntariamente renunciar a su posibilidad de pensar.

Apunta dicho artículo, que esa generación se transformó en algo parecido a humanos, cuando aceptaron lo que hoy se acepta inconscientemente por puro temor: “la fe en dios”; o lo que es igual, la superstición.

Renunciaron torpemente hacia lo único que daba orden, y por consecuencia, a la “buena vida”, su Sistema de Justicia, su compendio oral de leyes lógicas; perdiendo así su verdadera identidad: La Humana, para dar campo a algo parecido a un humano, solo que sin la facultad de razonar.

Todo esto dio un resultado inevitable: un colapso del Sistema De Justicia, y por ende, de la sociedad misma.

Considero que la muerte por ahogamiento fue lo más humano para dicha generación; porque “…o dios los mata, o ellos mismos se encargaría de autoeliminarse cruelmente…”.

Pero lo cierto es que todo el aparato de autodestrucción que nos relata el artículo, fue iniciado cuando esas personas se adhirieron a la Fe, al Mito, a los dioses, a la creencia vacía y hueca, al prejuicio infundado, a la religión o religiones, al mito de la biblia, a antinaturales conceptos, etc.

Así, considero, que cuando nosotros, aun llenos de prejuicios religiosos heredados aunque los neguemos, nos consagramos en la lectura de los  artículos de Fulvida así como los publicados en Serjudio, lo hagamos con la mayor disposición de  utilizar nuestros propios recursos intelectuales disponibles, nuestra propia identidad y patrimonio de gentiles; y no con los lentes de nuestros antepadados; mentes hastiadas de conceptos heredados.

Esto para no caer en el mismo castigo de dicha generación; el cual no creo que haya sido  La Muerte, sino  VOLVERSE “NO HUMANOS”.

No quiero que se me mal entienda, en el hecho de que ataco la herencia de Israel o de sus libros sacros (http://fulvida.com/2013/01/08/el-no-vivo/ ), o que pongo en tela de duda el Código Noajida (http://fulvida.com/2013/05/29/como-sabemos-quien-fue-nuestro-bisabuelo-o-tatarabuelo/ ); solamente insisto en que el hecho de que tenemos una oportunidad única que pocas personas tienen o aprovechan, tanto el Fulvida.com como en Serjudio.com, de liberarnos de tanto pero tanto prejuicio e ideas absurdas sobre dios, religión, fe, creencia, etc; que sería una lamentable pérdida si no se logra aprovechar para mejorar y convertirse en un ser humano.

Si esa generación de personas, consiente y voluntariamente, renunciaron a su humanidad… consiente y voluntariamente retornemos a ella… !! Mientras aun haya tiempo..¡¡

 

1. No adorar ídolos.

2. No blasfemar.

3. No asesinar.

4. No mantener relaciones prohibidas.

5. No robar.

6. No comer parte de un animal que aún esté vivo.

7. Establecer cortes de justicia.

 

Al Estudiante con Cariño

Cum-Laude---Summa--GoldUno de los más grandes pasos que dimos para nuestra vida, ha sido no aceptar  nada ni ninguna verdad por “fe ciega”.  Ante una posible verdad, dicha o leída, asumimos una actitud de investigador; nunca de súbdito, ya que esta última lo que esconde es la falta de control o impotencia ante el no saber o no entender.

Pero lo cierto es que nunca fue así. Se nos educó para obedecer y no para pensar o analizar; para seguir a la mayoría u obedecer a los que detentan cierto poder o control. Como canes entrenados, se nos premiaba la obediencia,  sea con promesas salvadoras, o calificaciones.

Al ser el cuerpo el primer banco de memoria (http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/el-cuerpo-conoce), las primeras satisfacciones sentidas por el reconocimiento a la obediencia o la frustración por castigo a la desobediencia, complejizó más el descubrimiento de la verdadera vocación y habilidades, para transformar al ser en un buscador de reconocimientos dejando de lado su real identidad y vocación (http://fulvida.com/2012/12/18/ego-colectivo-y-era-mesinica/).

Tal y como lo apunta el artículo trascrito, no existe un EGO colectivo, sino que los comportamientos son sincronizados por haber bases movibles; esta hipótesis es fácilmente visible porque mientras por un lado está el estudiante recipiente de información anhelando satisfacer su EGO, por otro está el maestro trasmitiendo el “rigor mortis” del programa de estudio, sin posibilidad de variación en lo más mínimo y sin un ápice de fomento al análisis; y nada sincronizado a voluntad.

Sin duda, la memoria, sea corpórea o neuronal, es una gran herramienta de sobrevivencia, pues sin la primera no habría esa marca indeleble de terror que detona al EGO para poder sobrevivir; y sin la segunda no tendríamos como hacer conjeturas, suposiciones o experiencias. Sin embargo, el lugar de que el activo natural EGO se quede en su lugar, en la parte primitiva del humano, extralimita su función e impide “independizarnos” de él, sin dejar campo al pensamiento, a la vocación, identidad, al verdadero yo; y lo que queda es un ser contaminado de la sensación de seguridad que da el EGO satisfecho, que ve en la memoria neuronal una zona segura.

Por otro lado están los educadores, que apuestan a la seguridad del rito, de lo programado y esquemático. Los que con su extremo legalismo imponen su verdad; su única verdad, sin matices ni variantes. Con el poder de poner calificaciones de conformidad al programa establecido, crean un ser autómata de su propio deseo de satisfacción, con pocas probabilidades de que esa alma explore sus otros recursos aparte de la memoria.

Y todo, girando al compás de la más perfecta sincronía, sin que medie voluntad alguna. Unos memorizando para su propia satisfacción, y otros trasmitiendo datos memorizables para tener el control.

En lo personal, la propia vida me ha enseñado una lección: cada quien atraviesa situaciones que no se resuelven con lo memorizado individualmente, ni con el confort que da los EGOs sincronizados; sino que exigen de esa habilidad que cada quien posee, pero que hartamente se ignora. En palabras del querido maestro: “…Lástima que en la vida cotidiana no dirige el intelecto, sino que está adormecido, a media máquina, más ocupado en cuestiones pasajeras y banales…”  (http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/toledot-5773la-clave-de-la-bendicin-y-gozo)

O en palabras del señor Cabral (que en paz descanse): “…Mi abuelo, era un hombre muy valiente que sólo le tenía miedo a los boludos. Un día le pregunté ¿por qué? Y me dijo: Porque son muchos,.. Por temprano que te levantes, a donde vayas, ¡Ya está lleno de boludos!, y son peligrosos porque son mayoría...”

Tal vez por eso pienso que para el investigador y el que cuestiona le es más sencillo adaptarse a esos cambios que la vida presenta; sin quedarse indolente a expensas de obtener otra vez más el narcótico de la sensación de confort que caracteriza al súbdito. Tal y como se opinó en el artículo anterior: “.. Es necesario que encontremos cual de los rostros dibujados por el Yo Vivido pueden calzar a la perfección para representar a nuestro Yo Auténtico. Establecer un canal de comunicación entre ambos. Para que de ese modo se consiga el concurso del plano emocional, a través de un trabajo del intelecto, para liberar a la persona del yugo del EGO…Fue necesario satisfacer con placer legítimo al plano emocional, brindarle deleites permitidos, que gozara de lo que es aceptable…”

En palabras sencillas, se puede y es justo tener satisfacción por el gane de las materias o de la carrera, o estar de luto por la pérdida de una de ellas; sin suponer que nada de eso determina la verdadera habilidad o vocación la cual está allí, virgen y escondida detrás de deseos ególatras de cada uno, y que se resiste a ser sincronizada o suplantada.

Yo espero no haberme equivocado en mi vocación, ni en mi habilidad. Y espero que usted tampoco mi querido lector. Pero si fuese así, el deseo es que pronto retornemos a lo que por derecho nos corresponda, y que nuestro espíritu crítico y analítico no siga escondido nunca más.

Preguntas

 

Con lo que sigue, no es mi intención manosear ni husmear en tradiciones ajenas, creando conceptos propios; ni crear confusión ni quiero llegar a ninguna conclusión.

Solo que el texto me genera tanta impaciencia que me he rendido a la curiosidad.

 

..Tú sabes que cualquiera que no tenga esta forma (espíritu) que describimos no es un hombre, sino un animal con la forma y apariencia de un hombre, pero dotado de la facultad, que no tienen los demás animales, de causar toda clase de daños y males; porque el intelecto y la razón que le estaban destinados para alcanzar una perfección que le ha sido inasequible, los emplea para omnímodas maquinaciones malignas, resultando, en consecuencia, algo semejante al hombre o su parodia.” (Moré Nebujim 1:7).” Tomado de:  http://fulvida.com/2013/06/17/la-edad-del-universo-y-la-del-hombre

 

¿Por qué los verbos que describe el sabio están en presente si lo que pretendía explicar eran los primeros seres de la creación? ¿No hubiera sido mejor haber empleado verbos tales como “tuvieron”, “empleaba” para explicar un pasado del hombre?

Si se refería a un animal parecido a un humano ¿Por qué dice que tenía intelecto y razón que le permitía inclinarse adrede hacia lo malo si los animales siguen su instinto natural siguiendo su código genético?

¿Qué malo hacia ese ser si tenía que seguir su instinto para sobrevivir?

¿Estará describiendo a un chimpancé muy inteligente o a un humano muy estúpido?

¿Qué de malo hacía el Hommo Erectos o algún descendiente del Hommo Sapiens si lo que hacían era seguir su instinto al tiempo que formaban conciencia, cultura y pensamiento?

¿Cuáles eran esas “omnímodas maquinaciones malignas” que le ganaron el título de “animal con forma y apariencia del hombre” a ese ser?

Según la tiempo verbal presente que emplea el sabio en su comentario ¿No será que esta describiendo a un “humano” que nació, nace y seguirá naciendo pero sin espíritu, o sin conciencia de ser?

De ser así ¿No describe muy bien las acciones de algunos personajes históricos, de algunos religiosos extremistas o de algunos personajes que no tienen ningun tipo de remordimiento por sus actos?

¿ Se fererirá el sabio a que nacen seres sin espíritu?

 

 

Inmortalidad y Alma: Aryeh Kaplan

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Capitulo I ENCONTRAR TU YO VERDADERO

Mira tu mano. ¿Qué ves? Una parte de tu cuerpo, un apéndice hecho de hueso y tendones cubiertos por músculo y piel. Esta ocupado con nervios, vasos sanguíneos y conductos linfáticos que corren a través de ella y la conectan a tu cuerpo, haciéndolo parte de Ti.
Puedes abrir y cerrar tu mano. Ella obedece cada orden que tu mente le envía. Es tuya – una parte de ti. Pero ¿qué eres tú? ¿Qué pasa cuando le dices a tu mano que se abra y se cierre? ¿Cómo hace tu mano para que obedezca sus órdenes? Ahora señálate con un dedo. Si eres una persona promedio, apuntaras hacia tu pecho con un dedo. Piensas de ti mismo como tu cuerpo.
Pero ¿es tu cuerpo realmente tú? No hace mucho, una persona podría considerar su propio cuerpo como una parte integral de si mismo. Tú eras tu cuerpo y tu cuerpo era tú. Pero eso no es mas el caso. Los progresos científicos han modificado completamente el concepto de la personalidad e identidad humana. Los transplantes de corazón son hoy en dia muy comunes. Ya no son noticia.
Una persona puede vivir con el corazón de otro latiendo en su pecho. Si le preguntáramos a esta persona que se señalara a si mismo, apuntaría a su corazón? Es ese corazón transplantado realmente parte de él? ¿Es el corazón que late en tu pecho realmente tú? O es algo más? Los investigadores predicen que en los próximos 10 o 20 años, el trasplante de cerebro será posible. Esto nos forzaría a reevaluar completamente el concepto de la personalidad humana.
Imagine como seria experimentar un transplante de cerebro. Un hombre podría estar sufriendo una enfermedad incurable en su cuerpo, pero aun tener un cerebro sano. El donante, por otro lado, podría haber sufrido un daño cerebral irreversible, pero con un cuerpo sano. El cerebro seria removido del cuerpo enfermo y colocado en el sano. ¿Quién es el nuevo hombre? Tenemos un cerebro viejo con todas sus memorias, rasgos de personalidad y patrones de comportamiento en un nuevo cuerpo. El viejo cuerpo podría estar viejo y enfermo, mientras que el nuevo podría estar joven y lleno de energía.
Preguntémosle a ese hombre que se señale a si mismo. ¿Señalara él su cuerpo? Es su yo real su cuerpo o su cerebro? (En realidad, una pregunta análoga se plantea en el Talmud. Como se sabe, en caso de una muerte no resuelta, se debe traer un sacrificio especial, el Eglah Arufah, de la ciudad mas cercana al cuerpo[1]. La Mishnah plantea dos preguntas. ¿Qué pasa si la cabeza es encontrada en un sitio y el cuerpo en otro?[2]. y si el cuerpo es equidistante de dos ciudades, ¿desde que parte del cuerpo se deben tomar las medidas?[3]. En ambos casos, Rabbi Elietzer declaró que medimos desde el cuerpo, mientras que Rabi Akiba que medimos desde la cabeza. La Halajá sigue a Rabi Akiba[4])
Un transplante de cerebro plantea bastantes preguntas. ¿Qué tal un transplante de memoria? La cibernética ha descubierto muchas semejanzas entre los ordenadores y el cerebro humano. La tecnología de los ordenadores nos permite programar una transferencia de memoria, tomando toda la información que contiene un ordenador y transferirla a otro. Todo lo que pasa de un ordenador a otro es información. ¿Y si esto fuera hecho con el cerebro humano?
Esto puede caer en el reino de la ciencia ficción, pero aun si esto no fuera posible en la práctica, ciertamente si es posible en teoría. Permitámonos visualizar tal transferencia de memoria. Asumamos que tenemos una persona con una enfermedad incurable, y ni su cerebro ni su cuerpo puede ser salvado. Clonamos un cuerpo nuevo para este individuo. La posibilidad de hacer esto es discutida ampliamente en la literatura. Este nuevo cuerpo tiene un cerebro nuevo en blanco, capaz de funcionar, pero sin ninguna memoria o patrones de pensamiento.
Como paso final, efectuamos una transferencia de memoria, pasando toda la información desde la persona enferma al cerebro del cuerpo nuevo. Tenemos ahora una fascinante situación. Si toda la memoria del hombre, patrones de pensamiento y rasgos de personalidad son transferidos a un cuerpo y cerebro nuevos, esta persona existe literalmente en su nuevo cuerpo. Pero nada físico ha sido transferido. Todo lo que a sido colocado en este nuevo cuerpo es información que existía previamente el viejo cerebro.
Sin embargo esta información contiene la suma total de la personalidad de la persona. Pero si esto es cierto, nos ofrece una nueva percepción de nuestra pregunta original: ¿Quién es el verdadero tu? El verdadero tu no es tu cuerpo o cerebro, sino la información que contiene tu cerebro – tus memorias, rasgos de personalidad y patrones de pensamiento. (Los cabalistas filósofos escriben que el mundo espiritual es un reino cuya sustancia es información. Es una foro donde la información puede interactuar sin asociarse o depender de la materia. Así, un ángel, por ejemplo, puede interactuar con otro ángel, aunque no tengan conexión con nada material.
Los Ángeles pueden también interactuar con la información en una persona humana.) ¿Qué pasa entonces cuando una persona muere? Sabemos que el cuerpo deja de funcionar. El cerebro se vuelve inerte y el hombre físico esta muerto. Pero que pasa al verdadero tu – la personalidad humana? ¿Qué pasa con toda esta información – las memorias, patrones de pensamiento y rasgos de personalidad?
Cuando un libro se quema su contenido ya no esta disponible. Cuando se formatea un ordenador su información tampoco será más disponible. ¿Pasa lo mismo cuando un hombre muere? Es la mente y la personalidad irrecuperable? Sabemos que D´s es omnisciente. Él sabe todo y no lo olvida. D´s sabe cada pensamiento y memoria que existe en nuestros cerebros.
No hay un bit de información que se escape a Su Conocimiento. ¿Qué pasa entonces cuando un hombre muere? D´s no olvida, y por lo tanto toda esta información continúa existiendo, por lo menos en la Memoria de D´s. (Una alusión a esto se encuentra en la Kabala. Se dice que el Gan Eden o el Paraíso existen en la sefirá de Biná – el entendimiento divino[5]. Este bien puede ser relacionado con el concepto de memoria.
Las almas, por otro lado, son concebidas en la sefirá de Daat – conocimiento[6]. Uno puede decir que mientras vivimos, existimos en el Conocimiento de D´s (Daat), mientras que después de la muerte existimos en Su Memoria (Biná). Podemos pensar sobre algo que existe solo en la memoria como estático y efectivamente muerto. Pero la memoria de D´s no es una cosa estática.
La suma total de la personalidad humana puede ciertamente existir en la Memoria de D´s, pero puede aun mantener su propia identidad y volición, y permanecer en un estado activo. La suma total de la personalidad humana, existente en la Memoria de D´s, es lo que vive aun después que el hombre muere. (Esto puede ser el porqué los Cabalistas llamaron a Biná – entendimiento, mejor que memoria. Entender es un proceso dinámico, donde la información contenida en una memoria interactúa de una manera activa.
El alma no esta en un estado de memoria pasivo, sino en un estado dinámico de Biná.) El concepto de inmortalidad y de alma bien puede estar fuera del campo de la comprensión humana. “Ningún ojo excepto el de D´s ha visto esto”. Sin embargo, nuestro limitado entendimiento tanto de D´s como del hombre nos puede dar algún grado de percepción sobre nuestro futuro último. (En un sentido Cabalista, estamos hablando acá acerca del nivel mas bajo del alma, el nefesh HaBehemit o “alma animal” [7]. Esto probablemente puede ser identificado con la información contenida en el cerebro humano.
Sin embargo, esta interactúa con las partes mas altas del alma, Néfesh, Rúaj y Neshamá. Hablar de un concepto como es la memoria de D´s es muy difícil. Involucra una discusión profunda del total de la esfera trascendental. Nosotros damos nombres que tienen un significado para nosotros, como es Gan Eden, Paraíso, el Mundo por Venir, el Mundo de las Almas [8], o el vinculo de la vida eterna. Sin embargo, la Biblia habla de la inmortalidad como el retorno a D´s (Eccl. 12:7): …y se torne el polvo (afar) a la tierra que antes era, y retorne a D´s (Elokim) el espíritu (Rúaj) que Él le dio.
[1] Deum. 21:1-9 [2] Sotha 9:3 (45b) [3] Ibid. 9:4 [4] Yad Jazakah, Rotzeaj 9:9 [5] Zaherí Orah 8; Pardes Rimonim 8:9, 23:3 [6] EtzJaim, Shaar MaN U´MaD 4, Shaar HaKlipos 2 [7] Cf. Zohar 2:94b [8] Ver Derej HaShem 1:3:11
Aryeh Kaplan

Cada cabeza es un mundo. Este es parte del mío

En definitiva, todos los hombres somos iguales pero tan diferentes a la vez.

Nuestro pensamiento individual nos hace únicos e irrepetibles. No existirá otra persona en la historia de la humanidad que ocupe mi lugar ni el suyo. Cada visión de la vida es tan personal que dudo mucho que haya dos iguales, aunque se sigan principios idénticos.

Yo he sido de los que piensan que sin religiones los hombres seríamos más humanos y menos irracionales.

Me ha molestado tanto la idea religiosa, que he sido extremista; al punto de no gustarme mucho usar el vocablo “dios” (1).

He considerado que la “limpieza mental”, la “purga de ideas”, o el borro de memoria de las personas que de alguna manera renuncian a las religiones heredadas, debería de incluir incluso de lo que puede ser o significar el vocablo en mención; con el fin de reconstruir una personalidad sana y libre de cualquier prejuicio trasmitido generacionalmente.

Puede el lector tacharme de extremista, irrespetuoso, excomulgado del más allá, o sin porciones a tierras celestiales por mi falta de reverencia hacia lo sagrado y divino. Puede hacerlo si es que ese es su sentimiento.

Y no le culpo, porque la “seguridad de la creencia religiosa” hace nacer en el corazón del hombre esa separación hacia los que no piensan, creen, o sienten lo mismo que da seguridad a la mayoría.

Por otro lado, no me queda muy claro si mi forma de pensar traspasa en algún grado nuestro segundo mandato en el Código Noajida; mas sin embargo confieso que me alivia el hecho de que aun no existe un tribunal objetivo que juzgue mi pensamiento o mi sentimiento (aunque si existen tribunales que juzgan mi conducta).

Y aunque le parezca extraño mi preocupación si sobrelimito un mandamiento o no con mi forma de pensar, he de confesar que he considerado una forma de descubrir la humanidad y la libertad de pensar en la sencilla meditación del loable Código Gentil, leyes de Noe, Codigo Universal, o como se le quiera ver.

He considerado también que preocuparse si se tiene o no alguna conciencia sobre un Creador una vez que se haya abandonado alguna religión heredada, es una pérdida de tiempo muy lamentable; porque en honor a la verdad nadie que haya tenido una vocación religiosa familiar y que la haya abandonado puede saber lo equivocado que estaba o que esta, a pesar de que crea o suponga su total desarraigo.

Porque estar consciente de quien se es no es igual a “cambiar de concepto sobre dios” (2); sino es eso, saber quien se es y no quien le dijo que era.

Bueno sería (y según mi juicio) no fatigarse en descubrir en quien o en que se creé; sino en intentar reconstruir una personalidad bondadosa, libre, que de valor a la vida y que sobre todo vea lo valioso que es tanto el que piensa diferente como el que piensa igual.

 

(1)(2). La finalidad no es faltar al respeto para aquellos amigos lectores que tienen profundas convicciones; ni mucho menos a FULVIDA. Las opiniones escritas son personales y no necesariamente reflejan el punto de vista de la mayoría ni de este sitio. Se puso intencionalmente en minúscula con el fin de intentar quebrar el esquema mental que la religión ha hecho en la mayoría, e intentar hacer crecer el pensamiento critico.

 

Un aporte personal para la Construcción de la Conciencia

En reciente ensayo (1) me llamó la atención lo que le ocurría al Autor al escuchar una canción setentera. Compartía que al escucharla le evocaba recuerdos de un antiguo programa televisivo y, tal vez, indirectamente antiguos recuerdos de épocas pasadas.

Y nos contaba como el tema canción no tiene relación objetiva con sus recuerdos, ya que una cosa era su letra y otra el objeto del recuerdo, pero extrañamente su conciencia los correlacionaba.

Digo que me llamó la atención esa sensación, porque de alguna forma curiosa a mi me pasa lo mismo; y no solamente con música comercial que se utilizo de fondo de programas, sino que también con lugares, que no tienen ninguna relación directa con la asociación mental, más de la que existe en mi memoria o conciencia.

Del artículo, se nos propuso un ejercicio; un análisis de nuestras asociaciones mentales.

“¿Será un recuerdo de un hecho real?.. ¿Te aporta en algo a tu crecimiento multidimensional, especialmente en tu espiritualidad?..”

Debo confesar que de primera mano no entendía muy bien como una “asociación extraña que existe solo en mi mundo” podría ser motivo para aprender algo sobre mí mismo, para el propio crecimiento personal; y más importante aún, para el crecimiento de otros.

Y en los comentarios, se me amplificó la idea; se me abrió un poco más el entendimiento.

A la gran mayoría, y desde niños, se nos inculcó directa o indirectamente la idea religiosa; la conciencia de Dios, o al menos de cierto “mundo de niños angelicales zoomórficos con alas en la espalda; mundo gobernado por un gigante de túnica y barbas blancas” (o algo lo más parecido).

Inconscientemente los mayores inculcaron la idea religiosa muchas veces para que el menor aprendiera mediante ritos o actos a ganarse el favor del gigante, calmar su ira o bien tenerlo contento. Como fuese, lo cierto es que lo hicieron para “calmar” en cierto grado el Gran Pavor del Hombre: El existencialismo humano (de donde vengo, quien soy, para que estoy, para donde voy).

Al menos, para los que tenemos descendencia cristiana (aunque tal vez no eclesiástica, o religiosa oficial), la idea de que un humano-dios, quien junto al gigante dios, nos aseguraría una vida terrenal segura, junto con vida después de morir, fue un narcótico placentero que dio mucha seguridad ante la Gran Impotencia, la falta de poder o de control, el gran dilema del porque estamos viviendo en el planeta, o sencillamente ante no tener respuesta ante las circunstancias de la vida.

Como fuese, esas engañosas ideas o bobos supuestos que se creían sobre dios o lo divino, nos dios seguridad; seguridad ante la impotencia.

Lo cierto es que algunos en cierto punto de nuestra jornada de vida nos emancipamos; nos revelamos ante la conciencia religiosa trasmitida generación tras generación, por el motivo que fuese. Vimos lo irracional que era la fe en seres no visibles, hombres muertos por romanos y cuanta historieta o cuento fantástico nos hicieron creer de buena voluntad.

Pero el daño estaba hecho. La semilla de la conciencia religiosa hecho raíces y ramas, y por más que negásemos o reusásemos conscientemente las ideas acerca de la religión, las nociones sobre la divinidad están presentes.

Y a prueba un botón:

¿Qué se imagina el lector cuando escucha el vocablo “dios”?¿En qué piensa cuando escucha una canción en hebreo?¿Que siente cuando lee que el autor del post es Yehuda Ribco? ¿Qué cree cuando camina por las calles de Pavas (en el caso de mi país), y de pronto ve pasar a una persona con barba y gorrito en la cabeza saliendo de hacer compras en Kosher Center?

¿No es cierto que siente esa sensación de “seguridad, control, verdad, correcto”?

Díganme si me equivoco: ¿No es cierto que se siente tener cierto grado de “salvación”, o bien, dominio, o control por estar “noajidamente” en la “verdad”?

Al igual que la asociación mental que nos trae esa canción que tanto gusta, o ese lugar que evoca recuerdos, la conciencia religiosa que está programada en nuestro “chip” de memoria hace que veamos o sintamos “divinidad” donde tal vez no la haya.

No quiero negar la existencia de un posible sentimiento divino verdadero; o que me mal entiendan en que niego la posible “firma de Dios” en la grata gente israelí; solamente quiero poner énfasis en esas extrañas inclinaciones mentales que tenemos algunos de estar asociando subjetivamente ideas fantasiosas que no son otra cosa que idolátricas ideas. Así de simple.

Pero, ¿qué hacer entonces?

Negar la relación vista puede ser una salida. Porque es muy difícil aceptar con sinceridad lo que nos pasa. Mucho menos hacerlo público; máxime para un ateo resentido y recalcitrante como lo he sido.

Puede el lector negar su pasado, o el de sus descendientes, y sostener su falta de interés en temas religiosos por ello, y por ende fundamentar su desprecio por la idolatría. Eso es una salida. Al fin de al cabo, el olvido es una herramienta humana también.

Pero la verdad es otra. Procedemos de idolatras, tal vez sin malas intenciones, y tenemos una conciencia colectiva tan contaminada de ideas acerca de la divinidad, que terminamos en un caos de confusiones tras confusiones.

Bien, esa fue y es una realidad. Pero también cierto es que se puede construir otra realidad, y también heredarla (para los que son padres o piensan serlo).

Lo bueno es que, mientras se respire y haya aliento de vida, existe la oportunidad de enfocar la propia vida, hacia un propósito superior a las creencias propias. Ser alguien normal, que intente lo bueno y justo según los parámetros de la ideología del Código Noajida. Sin complicaciones teológicas o ideas pueriles sobre la posible existencia de la Eternidad.

Como lo dijo el amigo de todos los que visitamos este sitio:

 “…Pero, cuando se ingresa al campo de las acciones materiales, se establece lo que es norma: Hombre, ya que existes…cumple la función para la cual has sido creado…has todo lo que puedas por ser quien puedes llegar a ser…constrúyete a cada instante, no te abandones en la indolencia o el pesimismo o el vacío idealismo, porque si así hicieras…es mejor que no hubieras sido creado…”  Yehuda Ribco, en

http://serjudio.com/dnoam/rap83.htm

 

(1)   http://fulvida.com/id-noajica/identidad/pararararam-parara-param-param

¿Más importante una relación con Dios que una relación con los Preceptos? (Parte 2)

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Hace algún tiempo, había improvisado un pequeño artículo, titulado exactamente igual a éste, con ocasión a un comentario que había recibido en una fotografía que tengo publicada en mi perfil del Facebook; y en el que me parecía que el comentario estaba incorrecto porque sostenía que ante todo era más importante “tener una relación con Dios”.

En su momento indique que dicho termino no solo es una escusa perfecta para inventarse cualquier religión o rito, o inventarse cualquier tipo de conducta moralista al buen estilo de la vieja usanza religiosa; sino que también era imposible tener una “una relación con Dios” si la persona desconoce su propia identidad y el Código Noájida.

En su momento indique que lo más importante para el gentil es reconocer, conocer, aceptar y aplicar los Principios Universales, pues de lo contrario, tendría cualquier cosa menos “una relación con Dios”, ya que si pone en primer orden de prioridades lo que él mismo cree que es tener una relación con lo divino, haría lo mismo que han hecho las religiones: inventar sus dioses, ritos, dogmas, libros, etc. Si por el contrario la persona logra concentrarse en sus propios deberes que nacen de las Leyes Fundamentales, encuentra su justa “posición” y ubicación en el Mundo, pues concluye que los siete principios no son difíciles de cumplir; y es en su sencillez libre de todo ritual, que la obediencia a su observancia da como resultado la contrucción del mundo terrenal en el paraíso divino. Esto porque El Código Noájida apunta a una Ética Objetiva y Universal de la conducta humana, superior a la que pueda surgir del intelecto humano (viciado por deseo Ególatra que conveniente a los propios intereses).

Así, no se puede hablar de tener una relación con Dios, si se omite o desconoce Las Siete Leyes, o si solamente se les conoce como referencia; de lo contrario se tendría una relación pero con el propio dios de la persona (su EGO). Para subrayar, tener una relación con Dios no es el fin, sino que lo importante es tener una relación con el Código Noájida, reconociéndolo y conociéndolo.

Sobre el hecho de conocer y reconocer las Leyes Noájidas por parte del no judío, el sabio judío Maimónides (esto es una opinión personal), parte del hecho de que la persona ya los conoce o sabe de su existencia o vigencia; pero puede dar un paso más allá; un paso de reconocer el origen celestial del Código Noájida, en tanto las conoce como primera acción, o se concentra en él, o bien se educa en el Código Noájida.

Noten:

“Halajá 11

Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales, se lo denomina un gentil piadoso y tiene su porción del Mundo Venidero [derivado de Sanhedrin 90a]; en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá, acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos…” (Lo resaltado en negro no es del original)

http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/noajismo-un-marco-legal-claro-y-preciso-para-los-judos-y-lo-judaico

“Todo gentil que se compromete a cumplir…”: Se comprende que la persona de antemano sabe de su existencia o de su vigencia antes de su compromiso. La persona sabe que las Leyes Universales existen y que son. Aunque  ignore quien fue su Legislador, su fuente o su origen, no puede dudar de que la Ética Universal Objetiva exista y sea.

“…en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá…”: Se entiende que la persona puede dar un paso más allá luego de su compromiso; puede llegar a convencerse y reconocer o aceptar el origen divino del Código Noájida. Pero primero debe de saber de ellos o estar consciente de su vigencia.

“…acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos…”: Se entiende que la persona desarrolla un estudio concienzudo de los antecedentes históricos del Código.

Hay otros subtemas que pueden salir de la cita trascrita (gentil piadoso, mundo venidero, autoridad de Moisés o sus representantes en asuntos de los no-judíos por esa reconfirmación del Código Noájida en la entrega de la Tora, entre los que se puede notar); sin embargo, me quiero enfocar en el verbo resaltado “reconocer” el origen divino.

¿Cómo puede una persona reconocer el origen divino del Código Noájida?

Como personas pensantes, Noájidas consientes, constructoras de shalom, estudiosos de Las Leyes Universales, NO damos como respuesta la “fe” en creer por creer, o aceptar por aceptar; ni tampoco tomamos decisiones personales por la presión que produce los antiguos prejuicios religiosos de recompensas, penas o castigos por creer o no creer, rechazar o aceptar.

Tampoco aceptamos NI NINGUNA VERDAD por “fe ciega”, porque cuando estamos en presencia de “la falta de respuesta”, la sensación de impotencia ante dicha falta hace que el EGO active el narcótico de la “fe”, o de creer por creer, sin usar un gramo de nuestras otras herramientas, tales como el análisis, el estudio o la comprensión.

Si aceptamos, por simple “Fe”, un hecho o una afirmación sin ni siquiera dedicarle unos minutos de análisis, le estamos rindiendo culto a la Fe del Ego, porque en lugar de pensar o racionalizar o buscar una explicación lógica, se decidió aceptar, por la simple creencia, lo que es desconocido, desconectándose de la realidad para entrar a vivir al mundo de lo irreal, del cuento mágico, es decir, de la fe de las religiones.

Así pues, dudo mucho que el Noájida consciente de su identidad y libre de los miedos y prejuicios que imponen las religiones sobre cielos e infiernos, tome a la ligera ese reconocimiento divino del Código Noájida. Dudo mucho que lo acepte “de un solo golpe”.

Es más, el mismo sabio en sus líneas describe un proceso paulatino de reconocimiento sobre la divinidad del Código en el tanto se le prioriza; pues de su analisis concienzudo se puede facilmente observar como el compendio legislativo del gentil no surgió de la necesidad de regular un supuesto de hecho; sino que de antes de que surgiera el presupuesto de hecho, de antemano ese hecho ya estaba regulado:

“…Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales…”: Da entender que la persona DEBE primeramente conocer los preceptos ANTES de comprometerse, sino ¿Cómo se va a comprometer a algo que desconoce? Obviamente no se refiere a una simple lectura superficial de los preceptos, o su conocimiento liviano de cuales son; sino a un estudio serio o analítico de sus alcances para que pueda tomar la decisión de comprometerse con ellas; de otro modo ¿Cómo se puede comprometer a algo que apenas conoce?

“…en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá…”: Da entender que en el tanto la persona analiza la Ética Universal Objetiva de los preceptos, no solo se compromete con ella, sino que también paulatinamente empieza a concluir que las Leyes Noajidas no son producto del ingenio humano por cuanto regulan supuestos de hecho que no sucedieron primero; y aunque competen a las acciones de los hombres, Los Preceptos Noájidas no nacieron del fuero intelectual humano como necesidad de regular acciones que sucedían y que necesitaban regularse; y que por ende, el hombre tiene una filiación con algo más que a simple materia y energía.

Así las cosas, parece aún mas ilógica e irracional la afirmación de lemas religiosos de algunas personas, tales como que es más importante “tener una relación con Dios”, cuando se deja en segundo plano el tema de las Leyes Noájidas. Resulta imposible adquirir un grado de conciencia de Dios tal, si se deja de lado, en segundo plano, o apartada de la identidad del gentil, su propio compendio legal.

Pero aún hay algo más sorprendente, y más escalofriante a la vez, para el declarante de lemas religiosos; o el que pone de primer orden en su vida cualquier cosa menos la Ética Universal Objetiva del Código Noájida. Me refiero a esa persona que rebusca “las cosas de Dios”, la religión, los ritos, el dogma, el que se hace pasar por quien no es, el que copia la identidad judía, el que exige (con actitudes o palabras) conocer los secretos de la Tora judía, que es motivado por su sentimiento barato de “amor a Dios”.

La persona que deja de lado, en segundo plano, o como tema secundario el Código Noájida, o la Ética Universal Objetiva que surge de las leyes, SIGUE siendo enemigo de Israel y de los judíos; aunque se identifique como gentil, o sepa algo sobre el funcionamiento de su EGO. Si la persona pone en primer orden su “amor subjetivo a Dios”  en lugar del amor objetivo hacia Las Leyes Noájidas, no puede evitar seguir siendo un envidioso al grado de odiar a Israel y a los judíos.

Ojo: puse el verbo “seguir” en modo indicativo presente, porque en distinta medida existe en nosotros los no judíos, cierto odio y envidia hacia los judíos; emociones aberrantes de las que nos libramos en la medida de que nos concentremos en nuestro patrimonio, en lo nuestro, en nuestro deber; y no en lo que hacen los judíos y sus obligaciones, costumbres, tradiciones, con la intención de copiarles, robarles, o de alguna forma igualarles.

( http://fulvida.com/fortalecimiento/pensamiento/el-no-vivo )

Los Sabios de Israel enseñaron que con la entrega de la Tora a los judíos, el odio y la envidia empezó en los no judíos hacia Israel. El Moré explica que esa envidia y ese odio sigue hoy en día, camuflado en ilógicos motivos.

Noten:

En el santo Talmud, recopilación sagrada de la Torá Oral, encontramos el siguiente pasaje que resulta a la vez misterioso y esclarecedor:

“¿Por qué se llama Sinaí al monte (en donde Dios entregó la Torá a los judíos)?
Respondieron los sabios: es el monte en que descendió la envidia/odio (siná) de los gentiles en contra de Israel”
Talmud Babli, Shabbat 89a

Los sabios ..Nos dicen algo sorprendente, una verdadera revelación, la palabra “sinaí” deriva de la misma raíz idiomática que “siná”, que significa odio al mismo tiempo que envidia.
El monte se llamaba de otra manera, pero cuando Israel recibió a perpetuidad la Torá en ese sitio, el monte fue llamado de otra manera, en alusión a algo trascendente que había ocurrido allí.
Pero, no se le denominó “monte de la luz”, ni “monte del encuentro con Dios”, ni “monte de la recepción de la Torá”… se le llamó y se le conoce luego de milenios como “monte donde descendió el odio/envidia de los gentiles en contra de Israel“.
Pero, ¿cómo es esto?
Si lo que descendió allí fue la Torá que Dios entregó a perpetuidad como herencia y patrimonio de Israel, ¿cómo nos dicen los sabios santos que lo que descendió fue el odio/envidia?

Debes reconocer que los sabios no se equivocan en asuntos de espiritualidad, si ellos dicen que descendió la “siná” de los gentiles en contra de los judíos, así mismo es.

Odian y envidian a Israel, porque fue el pueblo que se esmeró y se consagró al punto de ser meritorio para recibir la Torá.
Odian y envidian a Israel, porque a pesar de ser una nación débil y pequeña, con muchas desventajas materiales, igualmente pudo ser leal, con sus altibajos, pero nunca habiendo caído tan bajo como el resto de las naciones del mundo.
Odian y envidian a Israel, porque cuando los hebreos eran noájidas (en el tiempo antes de la entrega de la Torá) vivían de acuerdo a los Siete Mandamientos y por eso fueron escogidos para recibir la Torá.
Odian y envidian a los judíos, porque son ellos los dueños perpetuos de la Torá y no las naciones del mundo.
Odian y envidian a los judíos, porque ellos tienen de primera mano un texto sagrado que ellos anhelan para sí, que desean obtener, que quieren ser dueños, que desean leer y estudiar y de no poder hacerlo quemarán el texto y exterminarán a los judíos.

Así ha sido en el pasado y sigue siendo hoy en día…”

(http://serjudio.com/sitra-ajra/idolatria/%C2%BFque-descendio-para-los-gentiles-en-sinai-cuando-descendio-la-tora-para-los-judios Lo resaltado en negro es del original).

Así las cosas, y para concluir, desconocer nuestro propio Código, el del gentil, o restarle importancia dejándolo en segundos lugares, sustituyendo su lugar con la subjetiva “relación con Dios” no solo es un error, un imposible, un ilógico, o algo propio de la ridiculez de la religión y de sus ignorantes seguidores; además tal descuido o desatención conduce a ganarse el indigno título de “enemigo de Israel”, por cuanto la persona al poner en primer orden lo que ella misma considera como “relación con Dios”, su actitud oculta es pendenciera y envidiosa  con aquellos que desde un inicio obedecieron.

¿Sigue querido amigo (a) considerando más importante una relación con Dios que una relación con los Preceptos?

Portar Vida como obligación directa de la Prohibicion del Asesinato

El siguiente texto, es tomado por completo del Articulo publicado en SerJudio.com, bajo el tículo: «Parashat Itró 5760«, escrito en su totalidad por Yehuda Ribco.

 

Compartir las cargas

«Así aliviarás la carga que hay sobre ti, haciendo que otros la compartan contigo.» (She. 18:22)

«Rabi Bunem escuchó el elogio de un hombre que amaba la soledad y comentó:

_ A veces un hombre ama la soledad, y se dirige al bosque para estar solo, pero desde allí echa una mirada entre las ramas para ver si no hay alguien que lo mira desde lejos admirado».

A veces conocemos personas (amigos, familiares, conocidos, etc.) que sufren y se apartan de nosotros, y a veces dan el pretexto: «solo estoy mejor».

Puede ser que sus palabras sean sinceras (no como el personaje del relato).

Puede ser que sus sentimientos, su deseo de soledad, sea puro.

Pero, en general, muy íntimamente desde el bosque de la soledad están esperando la mirada de otro significativo, la palabra de otro; o mejor: el oído abierto de otro, el corazón sensible de otro.

Porque la Torá nos lo dice claramente hoy: las cargas personales se alivian si se comparten.

Así pues, si conocemos a alguien que sufre, acompañándolo, prestándole atención, expresando con nuestras palabras o actos o silencios que lo reconocemos como un ser importante para nosotros, entonces, su sufrimiento se aliviará.

Seguramente que no lograremos evitar padecimientos reales (heridas, enfermedades, muertes, pobreza, etc.), pero el pensamiento y el espíritu pueden alcanzar pequeños «milagros» dispuestos a nuestro alrededor para nosotros. Si sabemos cómo alcanzarlos, si sabemos cómo compartirlos…383402_577891805565351_446084109_n

(Fotografía tomada del perfil de Facebook «Amazing Photos in the World»)

¿Cómo sabemos quien fue nuestro Bisabuelo o Tatarabuelo?

Hace unos días, en un post recientemente publicado, se generó un tema interesante en el apartado para los comentarios.

(http://fulvida.com/id-noajica/identidad/usted-es-nojida)

El tema básicamente era si se podían diferenciar el Código Noájida y la identidad del No-Judío de los cuentos y mitos de las religiones conocidas. Digo esto porque, directamente, en los comentarios no se cuestionó si el código Noájida era un invento; sino que el planteamiento directo era sobre la existencia real de Noé, y esto, indirectamente apuntaba, a que si Noé no existió, podría pensarse que el pacto Noájida y la identidad Noájida tampoco.

De hecho, el comentario 5.1.2 hace una pregunta bien directa: “¿…como sabe que esto que le estoy explicando y usted ha comentado por fin es LA VERDAD y no otro cuento mas de alguna religión o secta?”

Como personas pensantes, Noájidas consientes, defensora de nuestra identidad, constructoras de shalom, estudiosos de Las Leyes Universales, no aceptamos NADA NI NINGUNA VERDAD por “fe ciega”. Nos cuidamos y vemos con lupa nuestras sensaciones de impotencia, porque son en ellas donde el EGO del ser humano entra como narcótico para aminorar nuestro dolor ante la falta de control, poder o de respuesta ante lo que desconocemos.

Ante la falta de poder o control de algo que desconocemos, NO damos como respuesta la “fe” en creer por creer, o aceptar por aceptar lo que otro dice como supuesto hecho verídico aunque sea irracionalmente ilógico; ya si lo hacemos, nos convertiríamos en “ególatras”, que es lo mismo que la idolatría, pues estaríamos adorando al placentero narcótico- EGO-, pero sin personalizarlo en ninguna imagen. Le estaríamos rindiendo culto a la Fe del Ego, porque en lugar de pensar o racionalizar o buscar una explicación lógica, se decidió aceptar, por la simple creencia, lo que es desconocido, desconectándose de la realidad para entrar a vivir al mundo de lo irreal, del cuento mágico, es decir, de la fe de las religiones.

Así pues, cuando tenemos alguna duda sobre la veracidad de algún hecho que se nos intente imponer como “verdad absoluta”, NO asumimos una posición pasiva de aceptación; todo lo contario: analizamos, cuestionamos, investigamos, estudiamos, pensamos, racionalizamos, preguntamos, pedimos ayuda a los que saben y entienden, todo con el fin de acercarnos lo más que se pueda, a la Verdad Real de los Hechos, cuya finalidad y objetivo siempre va a ser desaprender para aprender a ser mejores personas sin prejuicios de ningún tipo y gozando de la libertad que gratuitamente se nos regaló.

Así las cosas, como les comentaba, un buen socio de este sitio, en su libertad como Noájida consiente,  expuso un argumento personal muy valedero y fundamentado en que tanto el diluvio universal como el personaje “Noé” podrían perfectamente catalogarse como mitóticos debido al conocimiento científico que hoy día se maneja. Apuntaba que si bien es cierto se pudiera pensar en posibles inundaciones mesopotámicas, científicamente era imposible que fuera global. También, comparaba al personaje Noé con un mito como cualquier otro, ya que en otras culturas, ajenas a las judías, existía también la historia del diluvio; y todo esto para afirmar que no existe modo de saber si la condición Noájida (o bien, la identidad del gentil y a su vez, el Código Noájida) son la “verdad absoluta” (Comentario 8).

Sus puntos de vista, valederos como de cualquier persona consciente y valientemente desarraigada de la religión, me conquistaron una opinión personal también a mí; un juicio de valor en que argumentar alguna posición propia. Usted mi querido lector puede hacer lo mismo, porque no estamos para convencer a nadie, sino para desarrollar lo nuestro, lo propio, lo que por derecho nos pertenece: nuestra real identidad; y no la que impone el religioso de turno.

¿Cómo sabemos quien fue nuestro Bisabuelo?

Les voy a contar lo que se del mío por línea paterna, por ser la familia más cercana que tuve. El en vida se llamo Ricardo Pérez (que en paz descanse). Físicamente se que era un hombre muy fornido, que usaba un pequeño bigote bien recortado, y un pelo crespo con un peinado de línea a un lado. He llegado a saber también que le gustaba andar siempre de corbata, y bien presentado. Por la información que he obtenido de una fuente confiable (mi abuela y suegra del señor Pérez), que el señor era Maquinista de tren para la Compañía Bananera cuando estaba en Costa Rica. Le gustaba andar una “smitan hueso” siempre cargada, en la pretina de su pantalón por si alguien se quería pasar de listo en no pagar el pasaje.

Cuenta la abuela, que su carácter no era muy dulce. Era un hombre “bravo”, enojón, de carácter duro y violento, de mano dura y poco paciente lo que lo hizo meterse en problemas cuando había convulsión política en mi pais; y que todo contrastaba con su especial afición al beisbol, a la música de la orquesta nacional, al respeto que merecía la cena familiar, al sentido de responsabilidad, y a su tremendo orden que mantenía en casa.

También he llegado a saber que en sus años mozos, se convirtió en un habilidoso mecánico de la Compañía Bananera, lo que aprovecho para cuando emigró hacia San José, incursionar en su propio taller mecánico, resaltando su trabajo y siendo reconocido por su sus colegas.

Falleció en San José, alrededor de 40 años antes de mi nacimiento. No lo llegue a conocer personalmente. La información que sé de él ha sido suplica oralmente y EN SU TOTALIDAD por mi abuela y mi papa, quienes conocieron personalmente al señor Pérez.

El hecho de no haberlo conocido, no quiere decir que no haya existido por cuanto yo estoy acá y ustedes me están leyendo. Lo cierto es que provengo de él porque estoy aquí en este tiempo y espacio. Mi bisabuelo contribuyo con la vida mi abuelo; mi abuelo con la vida mi padre, y mi padre con mi vida y por eso estoy acá.

De no ser por el testimonio de ellos, no tendría información de mi descendiente. De mi bisabuelo no existe mayor información que no sea la trasmitida oral y tradicionalmente,  por la escasez de prueba que pudiera constar en las instituciones públicas civiles; pero sé que existió porque mi abuela y mi papa me contaron de él (que sí lo conocieron) y porque yo estoy acá escribiendo. Siguiendo esa línea, eso quiere decir que yo provengo de una persona (mi bisabuelo) de la cual no conocí y de la cual no hay mayor información que la recibida por los testimonios de mi papa y mi abuela. Pero sé que existió físicamente porque yo existo físicamente. Es decir, yo mismo soy el testimonio vivo de la existencia del señor Pérez.

Es casi imposible corroborar su existencia a través de otros medios, debido al precario control de la población que existía en mi país, lo que hacía que incluso en los actos jurídicos en los que involucraban personas con cosas, no fueran públicos, ni el Estado supiera de ellos. En ocasión pasada, algo les había comentado en este artículo:

http://fulvida.com/varios/de-usuarios/el-error-de-la-especulacion-mesianica-cristiana

Pero desmeritar por falta de prueba científica la existencia de mi bisabuelo, o subestimar el testimonio de los mayores y reducirlos al grado de mito, sería afirmar que yo no existo tampoco; cosa que no es cierta, porque me están leyendo.

En mi propio caso, desconfiar de la veracidad al grado de la mitología de un antepasado es muy aventurado, y hasta cierto grado poco científico o metodológico; cuando no se obtiene pruebas directas de su vida; pues a través de otros elementos perfectamente se puede reconstruir su existencia en su tiempo y espacio. Tal y como en algún momento indique en el artículo anterior, en los años 1.700 en mi país; la población era censada con altos márgenes de errores pues no existían registros oficiales. Solamente vía testimonial o por declaración de parte se confiaba en que X era hijo de Y. Sin embargo esas declaraciones o testimonios eran tomados en cuenta para filiar persona a persona.

Por otro lado, hasta algunos héroes nacionales se sabe de ellos por esa vía, pues quedaron pocos registros de ellos. Caso en particular fue el señor Juan Santamaría, del cual se sabe de él por un testimonio de un sobreviviente de la campaña nacional de 1856 y por una pensión de guerra que se le otorgó a su señora madre, del cual quedo registrada documentalmente. Pero de su niñez, adolescencia y vida en general se sabe poco (hasta donde yo conozco).

En fin, para el caso, la confianza de TODA la prueba indiciaria (testimonial o tradicional vía oral) ayuda al investigador a reconstruir una verdad.

¿Qué pasa entonces con la Identidad del Noájida o el Código Noájida?

Exactamente lo mismo. Sabemos que las Leyes Universales están presentes, existen, son. No dependen de nada más que de ellas mismas para saber que ellas son y que el hombre tiene que ajustar su comportamiento a ellas.

Cualquier suceso pasado, presente o futuro, es perfectamente analizable a través de las Leyes Universales, pues no son leyes arcaicas o desactualizadas; regulan la conducta humana cotidiana y en cualquier espacio y tiempo, en relación con un límite necesario, para hacer del Humano un ser más allá de un animal instintivo. Son como la Declaración de los Derechos Humanos, que no varía ni cambia ni se disminuyen, que se reconocen solo por tener la condición humana.

El hecho de que no hayamos conocido sobre la existencia de Noé por los medios científicos tradicionales o actuales, ni que se haya descubierto prueba física contundente respeto al Diluvio Universal, no quiere decir que las Leyes Universales sean mito o que la identidad del gentil no sea, porque se estaría contraviniendo con la condición humana misma, reduciendo al humano a un animal más del reino animal sin límites mas que los que dicta el instinto natural; cosa imposible porque en estos momentos están haciendo uso de la comprensión de lectura a través de la vista, lo que en estos momentos está generando pensamiento en cada lector.

Nuestra capacidad de pensamiento, de raciocinio, de análisis, de no aceptar por “fe” lo que dictan los religiosos de turno, es prueba suficiente para demostrar nuestra propia identidad; nuestros límites de lo bueno y malo, nuestros frenos inhibitorios hacia algunas conductas por considerarlas NO BUENAS apuntan por si mismos al Código Noájida. ¿Qué persona, tribu, nación, familia, estado, etc ve como bueno el robo, el asesinato, el maltrato animal, el adulterio, la blasfemia o el politeísmo? Hasta el más desentendido de su identidad ve como MALAS esas conductas, aunque dicha persona profese religión o sea parte de cualquier tribu; porque no son normas impuestas socialmente o culturalmente, sino concienzudamente.

Ahora, negar la Identidad Noájida basándose en la inexistencia de Noé o del Diluvio Universal por falta de prueba científica, es exactamente como negar al bisabuelo por no tener prueba científica de su existencia. Si supeditamos la falta de existencia de La identidad Noájida y el Código Noájida a la falta prueba científica de existencia real de Noé o del Diluvio Universal, estaríamos afirmando que el hombre es un animal instintivo sin moral ni ética; cosa que no es cierta pues somos “Homo sapiens” con conciencia de estar vivos, y no “Homo erectus” cuya finalidad en la vida era únicamente sobrevivir.

Ahora, respecto de Noé y el Diluvio, como Noájidas conscientes, tenemos la libertad de elegir si confiamos en lo dicho por los mayores (los sabios judíos) respecto a su existencia, tal y como confiamos en nuestros mayores respecto de nuestros antepasados que no conocimos. O bien, podemos no confiar en sus nuestros mayores (los sabios judíos) respeto a su “versión de los hechos” respeto de Noé y el Diluvio; pero lo cierto es que desacreditar la Identidad Noájida y el Código Noájida por falta de prueba científica es un error, pues la sola conciencia del hombre de lo que es bueno y lo que no lo es, su capacidad analítica y racional, su espíritu de aventura  por la descubrir el Mundo, es prueba suficiente de su identidad única, no prejuiciada por la dictada por la religión, sino esa identidad “divina” que lo une a algo más que a materia y energía.

 

Sin título  (Descansa en paz bisabuelito. Sin haberte conocido yo te amo)