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Salmo 81

Según expresa el inspirado salmista, al pueblo judío durante su travesía por el desierto, el Eterno dijo: "Abre bien tu boca, y la llenaré." (Tehilim / Salmos 81:11).
A aquellos judíos y a nadie más. No a nosotros, no a los otros pueblos de aquella época, ni antes, ni después. Solamente a ellos. Esto está evidente y manifiesto en el contexto directo del versículo.

Podemos preguntar, ¿por qué a ellos?
¿Qué había de única en aquella generación?
Podemos reconocer que era una etapa única, germinal, en la cual estaba naciendo la nación judía.
Antes de la Revelación en Sinaí solamente existía en el mundo una única identidad espiritual humana: la noájica. Luego de la Entrega de la Torá, a partir de aquella ocasión, nació en el mundo la identidad espiritual judía, por ello es destacado aquella coyuntura como el nacimiento de la nación judía propiamente dicha (hasta aquel entonces eran tribus que descendían de los mismos patriarcas, gentiles que contaban con una promesa de Dios a sus padres y la señal en sus cuerpos de aquella promesa).
Sí, era un tiempo único, propicio para milagros sorprendentes y cotidianos, mensajes de alto contenido profético de manera habitual, manifestación de la Divina Presencia que conducía a los judíos desde la esclavitud a la redención.
Para pasar del sometimiento en Egipto a la independencia en Israel, era necesario un proceso de cambio profundo, de perfeccionamiento, de remoción de costras dañinas, de emancipación del Yo Esencial de las cubiertas opresoras que impone el EGO. Tuvieron que ascender desde el portal más extremo de oscurecimiento hacia el ápice de mayor elevación posible para un humano.
Tenían tanto por desaprender tenían aquellos judíos, profundamente sumergidos en el lodo de la esclavitud multidimensional, muchísimo. Estaban en un circuito para poder habilitarse y actuar en un alto grado de santidad, acorde a lo que es objetivo de cada persona, según su nivel.
Por ello, fue el punto más alto de la historia de la humanidad, comparable a lo que esperamos sea la Era Mesiánica.
Uno en el cual la intervención divina era cotidiana, manifiesta, activa, sin ocultamientos.
Puede compararse también con una nueva creación, el génesis dentro del génesis.

Por ello, para aquellos judíos en particular estaba hecho el ofrecimiento: abre con bien tu boca, que Yo (Dios) la llenaré.
¿Que significa esto?
Algunos opinan que el Eterno satisfaría los ruegos de los judíos del desierto. Es una idea que nos parece comprensible, de acuerdo al contexto que explicamos más arriba. Porque los judíos, probablemente, pedirían cosas que los ayudaran a salir del pozo del EGO para avanzar en la senda del AMOR. ¿Sería razonable otra cosa? Allí estaba la Divina Presencia, ellos eran testigos directos de los prodigios y maravillas que Dios realizó por su liberación, ¿qué otra cosa pedirían que no fuera algo acorde a la Voluntad Celestial?
Algunos lo extrapolan y dicen que esto significa que también hoy día uno debe pedir a Dios, y pedir en abundancia, cosas materiales, lo que desee su corazón, que maravillosamente Dios estará en servicio de entrega inmediata para hacerle el favor a la persona. Como si del genio de la lámpara se tratara, lo cual es un pensamiento que parece rayano en la blasfemia.

Otros explican que sería dar a aquellos judíos todo aquello que les permitiera hacer su parte propia en el trabajo de perfeccionamiento, por ejemplo con conocimiento auténtico de Torá.
Los que extrapolan dicen que también hoy la persona debe pedir a Dios para obtener claridad espiritual, dominio intelectual de cuestiones espirituales.

Otros comentan que no es un “trato” que tiene al hombre como amo y a Dios como siervo, sino una profunda enseñanza de índole práctica: que la persona abra la boca, para hablar con BIEN, palabras que provengan directamente de la neshamá (Yo Esencial), y no desde el EGO. Palabras de bondad, de AMOR, de unificación con el Eterno, por lo cual serían plenas, llenas, completas, de Shalom. Porque, si la persona usa su poder de expresión de manera bondadosa, entonces Dios está presente en sus palabras, en su vida.

En lo personal, considero que la tercera es la opinión que nos brinda mayores enseñanzas concretas y útiles a nosotros, en cualquier generación, circunstancia o identidad espiritual. Porque no nos hace depender de milagros, porque no ubica a Dios en un lugar de servidor nuestro, porque nos impulsa a doblegar nuestro EGO para liberarnos con la guía de la neshamá.

Si bien es cierto que está bien pedir al Eterno y esperar su positiva respuesta, está bien reconocer que todo proviene de Él; personalmente creemos que es una enseñanza de mayor peso el comprender que el rezo aparte de pedir, aparte de agradecer, aparte de alabar, debe ser un tiempo de reflexión, de conocimiento (propio y ajeno) y para el compromiso hacia la acción redentora.
No usar el rezo como un “control remoto” que dispone a Dios según nuestra voluntad, sino permitir que sea Su sagrada chispa la que nos alumbre desde nuestro interior, desde nuestra neshamá y nos conduzca a una vida de construcción de shalom.

Como sea, aquella oportunidad irrepetible fue desperdiciada, porque, continúa narrando el salmista: " …Mi pueblo no escuchó Mi voz; Israel no Me quiso." (Tehilim / Salmos 81:12).
¿Cómo?
¡Es sorprendente!
De haberlo querido ellos podrían haber extirpado el EGO por siempre de sus vidas, sometido a enemigos externos muy poderosos. Tenían al alcance el gozo de la plenitud de la bendición.
Pero no.
No escucharon la voz del Eterno, metáfora para no hacer caso a Su Voluntad.
Ellos no Lo quisieron.
¡Cómo!
¿Cuál puede ser la respuesta?

Y allí, un “lamento” del Eterno: "¡Oh Israel, si me oyeras…! No haya dios extraño en medio de ti, ni te postres ante dios extranjero." (Tehilim / Salmos 81:9-10).
Sí, el “dios” extraño en medio de nosotros es el que acalla con sus gritos la tenue y calma voz del Eterno.
El EGO, esa parte nuestra pero ajena, esa función natural pero que deificamos, eso interno pero que proyecta su imagen en religiones y poderes terrenales, ese que nos impide la unificación de nuestro ser, esa pequeñita parte de nuestro cerebro que nos desvía.
¿Será esa la respuesta?
¿Será por ello que estamos en vale de sombras de muerte en vez de gozar de la plenitud de la bendición constante?
¿Qué opinas?

Resp. 1139 – Dios y dios: la misma farsa con diferente olor ?

frankkk nos consulta:

More, por un lado tenemos al NT que nos dice que vino un mesias que resulta que mataban incluso a los judios por amor a el, pero por el lado del Tanaj tenemos a Dios que dice que los amo tanto que los eligio a los judios y mire las cosas y su magnitud que les pasaron en varias ocaciones de la historia, no puede llegar a ser mas de lo mismo, nada mas que cambia la historia? Ademas es abstracto y hay muchos rabinos y sabios con un entendimiento distinto… Saludos !
Franco Farioli, 19 años, estudiante, Santa Fe, Argentina

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Resp. 1137 – Alguna promesa para los Noajidas?

RocioRico77 nos consulta:

Saludos Licenciado Ribco
mi pregunta es sobre las promesas que El Eterno da a su pueblo ¨Estare contigo
¨Yo ire delante de ustedes¨ ¨Yo peleare sus batallas¨
que hay para nosotros los Noajidas existen algunas promesas o ¿todas son para su pueblo amado? gracias por su tiempo
Rocio Rico, 36 ,Comerciante, Saltillo, Coahuila, Mexico

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Resp. 1136 – Se han recopilado todos los libros sagrados del Tanaj?

shyngr nos consulta:

Hola moré, quería consultarle: ¿Sabe ud de algún libro sagrado
del Tanaj que haga falta por recopilar?
Mi preg. surge porque estuve hablando con una persona seguidora del dios cristiano y alega que en la su biblia(N.T.) aquellas citas que dicen: "como dice la escritura…" (Juan 7:38) y no incluye la referencia al Tanaj es porque tal vez haya libros que no se han encontrado aún por eso no hay referencia específica pero quizá esos autores si los conocieron.

Muchas gracias y shalom.
Shy Ng, 32, ingeniero, san jose, CR

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La edad del universo y la del hombre

Sabios de diversas épocas han mostrado que el universo tiene bastante más que 5773 años de existencia (al día de la fecha).
Sin embargo, hay personas que se siguen aferrando a un literalismo (poco literal) del texto de la Torá y hacen de la juventud del mundo un “principio de fe” al que se niegan a renunciar.
Diversas y elucubradas soluciones presentan para desestimar las evidencias que aportan las ciencias, así como la racionalidad; como si la antigüedad del mundo pudiera afectar en algo la grandeza del Eterno o lo majestuoso de su acto de continua creación.
Veamos algunas de las referencias de los sabios.

Ibn Ezra, en su comentario a Vaikrá/Levítico 25:2, al discutir sobre la Shemitá como ciclo sabático, cuando la Torá dice “reposo (Shabat) para el Eterno", el sabio explica: “Es un secreto acerca de la edad del universo que está aludido aquí”.
Aunque en el mismo sitio, el Ramban, comenta que el secreto está relacionado a cómo guardar el precepto de Shemitá refuerza la confianza de la persona en el Eterno y en Su poder. Tal sería ese secreto y no algo relacionado con la cuenta del tiempo de la creación. Sin embargo, el mismo Ramban en su comentario a Shemot/Éxodo 21:2, (donde también se trata el mandamiento de Shemitá y el significado de los siete ciclos), dice: “Y el siete fue elegido para días, para años y para Shemitá pero todo ello trata de otro asunto, el cual es el secreto de la edad del universo”, del tiempo transcurrido entre lo que se relata desde “Bereshit” hasta el pasaje del “Vaijulu”.
Entonces pues, hay algún asunto que permanece velado y que refiere a la edad del universo.
Probablemente sepamos darnos cuenta de que el mundo es muchísimo más antiguo que 5773 si reconocemos cuánto tiempo pasó durante el trabajo de la creación.

¿Cuánto tiempo representan esos seis “días”? 
Atendamos a este pasaje del Talmud(TB Sanhedrín 38b), en donde el  Rabbí Iojanán bar Jananiá dice que el sexto día de la Creción estuvo dividido en doce etapas, entre las cuales: "… séptima: se emparejó con Javá; octava: dos fueron a la cama y cuatro salieron; novena: le fue ordenado no ingerir del árbol; décima: pecó; undécima: fue juzgado: duodécima: fue echado". Ciertamente, no eran días “normales”, pues se nacía, apareaba, procreaba, se desplegaba vidas enteras en un solo “día”.
Ciertamente, no eran de 24 horas en el relato de la creación.
Así, aquella semana es un período mucho más extenso, que incluso puede tener la duración que hace encajar perfectamente los números que da la Torá y que brindas los estudios científicos modernos, como ya veremos.
Sin dudas que no fueron 24 horas por jornada, como bien informa el mismo Ramban, en su comentario a Bereshit/Génesis 2:3, donde asimila cada día de la creación a ese tiempo milenario que menciona el salmista en la contabilidad divina: "Pues mil años delante de tus ojos son como el día de ayer, que pasó" (Tehilim / Salmos 90:4). Sabemos que mil años, al igual que cuando se menciona, por ejemplo, “siete veces setenta”, o incluso solamente “siete”, no siempre es literal, sino una forma de expresar una gran cantidad.

Atendamos al sabio rabino Aryeh Kaplan (comentario al “Sefer Yetzirah”, publicado por Weiser, 1997, page 186): “De acuerdo al maestro cabalista, Rabí Isaac de Acco, cuando son contados los años de ese ciclo, uno no debe usar el año físico ordinario, sin el año divino (Otzar Jaim 86b). El Midrash (Bereshit Rabbah 8:2, Zohar 2: 145b, Sanhedrin 97a) dice que cada día divino es de mil años, basado en el verso “pues mil años son delante de tus ojos como el día de ayer”. Dado que cada año contiene 365,25 días, un año divino sería de 365,250 años de extensión. De acuerdo a esto, cada ciclo de siete mil años divinos debería consistir en 2,556,750,000 años terrestres. Esta cifra de 2,5 mil millones de años es bastante cercana a la que los científicos estiman es la extensión de la vida en la tierra. Si asumimos que el ciclo de siete años comienza con el relato de la creación de la Torá, entonces el comienzo fue hace unos 15,340,500,000 años atrás. Esta es una cifra muy cercana a la que los científicos estiman que dio comienzo a la expansión del universo, hace 15 mil millones de años atrás”.

El rabino erudito Samson Rafael Hirsch (Collected Writing, volume 7 (New York: Feldheim, 1992), page 57), nos enseña: “La Torá no describe cosas en términos de verdad objetiva, que es conocida solamente por Dios, sino en términos comprensibles por el hombre… La Torá emplea el lenguaje humano cuando habla de “que el sol se eleva o baja” y no de la rotación de la tierra, tal como Copérnico, Kepler, y otros científicos del estilo, en sus palabras y escritos hablan de la ascensión y descenso del sol sino por ello contradecir verdades que ellos derivan de sus propias conclusiones científicas. El lengua del hombre, que es el lenguaje de la Torá, describe los procesos y fenómenos de la naturaleza en términos de la impresión que causan en los sentidos humanos, sin por ello perjudicar en modo alguno los descubrimientos de investigaciones científicas.”
Dicho en breve, la Torá no pretenda ni intenta ofrecer conocimiento objetivos, exactos, de referencia científica, sino expresar ideas espirituales, indicar modos de vida correctos, para lo cual emplea el lenguaje cotidiano y con nociones acordes a los conocimientos y creencias de aquellos que fueron sus receptos originales.
De poco o nada le hubiera servido a los antepasados judíos bajo el monte Sinaí ser sumergidos en un océano de conceptos y datos científicos que para ellos eran irrelevantes e incomprensibles, más bien precisaban que el mensaje fuera claro y les hablará a su corazones directamente.
Así pues, es correcto decir que el sol gira alrededor de la tierra, por supuesto que no desde el punto de vista de la ciencia tal como la conocemos, sino desde el punto de vista del observador. Es correcto decir que el mundo tiene 5773 años, si allí se encuentra el primer ser realmente humano, es decir, un ser vivo dotado de la dimensión espiritual, aunque el hecho cierto es que el universo tenga decenas de miles de millones de años. Es el Midrash, Vaikrá Rabbah 29:1 quien nos testimonia que Rosh HaShaná es el cumpleaños del hombre y no del universo, cuando describe las “doce horas” en las cuales el primer humano fue creado, desde que fue una idea en la “mente del Eterno” hasta que fue expulsado del Edén. Todo ello en aquel primer Rosh HaShaná, con el universo ya en existencia hacía mucho.

¿Te das cuenta que esto también explica la presencia de especies similares al ser humano, pero diferentes en un aspecto fundamental: el espíritu?
Atiende a las palabras del enorme Maimónides: “Tú sabes que cualquiera que no tenga esta forma (espíritu) que describimos no es un hombre, sino un animal con la forma y apariencia de un hombre, pero dotado de la facultad, que no tienen los demás animales, de causar toda clase de daños y males; porque el intelecto y la razón que le estaban destinados para alcanzar una perfección que le ha sido inasequible, los emplea para omnímodas maquinaciones malignas, resultando, en consecuencia, algo semejante al hombre o su parodia.” (Moré Nebujim 1:7).
Así pues, podemos reconocer que ambas cuentas son correctas.
La tradicional que reconoce solamente 5773 desde la aparición del hombre como tal, y no desde el punto cero de la creación; y los miles de millones de años que refieren a la edad real de nuestro universo.
No se contradicen, no se contraponen, no se choca la Torá con la ciencia, sino que se complementan.

Pero, no nos quedemos solo con esto. El Talmud (Shabbat 88b) nos informa que “la Torá estuvo resguardada por 974 generaciones antes de que el mundo fuera creado”. Es decir, existió un tiempo muy extenso antes de este mundo que nosotros habitamos. Es un hecho físico que el tiempo solamente existe cuando existe espacio, ambos son inseparables. Por tanto, antes de que este universo existiera, ya existió al menos otro anterior. Lo que indudablemente dará a la creación del Eterno un lapso inmensamente mayor a casi 6000 años. Una idea similar queda expresada en otra porción del Talmud, Jaguigá 13ab, pero allí se da a entender que existieron seres vivos, incluso quizás poseedores de neshamá, tales como solamente los humanos tienen en el mundo.

Presta atención al Midrash nuevamente (Bereshit Rabbah 3:7): “Órdenes de tiempo existieron antes de la creación. Rabbí Abahu decía: “Dios creó mundos y los destruyó, hasta que Él creó este mundo y dijo que era “muy bueno””. Al respecto el Oraj Jaim (Rab Israel Lipschutz) dijo al respecto de hallazgos paleontológicos (restos de bestias prehistóricas gigantes): “…de todas estas evidencias es claro (y cita cabalistas, el Talmud, rabeinu Bejaie, Ramban, Ibn Ezra) que el mundo fue destruido y renovado una y otra vez, al menos cuatro veces…”.

Sí, sin dudas podemos coincidir con aquellos exégetas mencionados al comienzo del texto, hay cuestiones secretas, que no han llegado con claridad a nuestro conocimiento, pero que gracias a rastros en la Tradición, así como gracias a los descubrimientos de la ciencia, ahora es posible ir develando. No son secretos que en la práctica cambien un ápice nuestra vida.

Purim: La historia detrás de la historia

¿Quién eres y quién puedes llegar a ser?
¿Cómo con tu Yo Esencial, tu verdadera y trascendente personalidad y cómo con eso que estás siendo, las múltiples máscaras que conforman tu Yo Vivido?

Durante nuestra existencia terrena, las apariencias se mezclan con lo original, el rostro se confunde con las caretas, la mezcla se hace como imposible de filtrar.
Muchas veces lo que parece ser de una manera, realmente es otra.
Es un mundo de impresiones, de sensaciones, de subjetividad, de puntos de vista, de opiniones muy poco establecidas en conocimiento certero, en la claridad de la definición.

Es como lo que sucede en el relato del libro de Esther, aquel que narra las vicisitudes de los judíos en el imperio Persa, con la posterior redención.
La historia que recordamos para cada festividad de Purim.
Donde los personajes esconden sus identidades, donde los perversos dominan y pretenden exterminar a los justos, donde los débiles se enseñorean de los valientes, donde las víctimas son castigadas como culpables, donde las cosas parecen ser una cosa y luego son otra. Un mundo que parece estar sometido a las vueltas del destino, a las arbitrariedades de la suerte, al remolino de las casualidades. Donde se habla para no decir nada. Se venera lo podrido y se espanta a lo saludable. Se enrola en sectas y religiones pero se detesta la sencilla y plena vida espiritual.
Prejuicios por todos lados. Malos consejos. Creencias que atemorizan y esclavizan. Necedad. Egoísmo. Escasa autoestima. Fiestas que tapan amarguras. Excesos que encubren impotencia.
Sí, un relato del antecedente de Purim, tal pareciera ser nuestra vida terrenal.
Donde lo genuino está rodeado de murallas y cortinados, por lo cual su claridad está opacada por las ilusiones.

Pero, la voluntad debiera ser que cada día podamos ser personas transparentes, sinceras y honestas.
Sensibles, conscientes, amables, dispuestos a construir shalom.
Unificados, en unión.

Recuerda los cuatro preceptos que los rabinos dictaron para los judíos en Purim:

  1. Leer el relato del libro de Esther que se encuentra en el Tanaj.
  2. Realizar un banquete festivo.
  3. Dar regalo a los pobres.
  4. Compartir comidas con amigos.

Tales los preceptos rabínicos para ese día. Tienen su vinculación directa con costumbres o sucesos de la historia de Esther. Pero también son claves para comprender como ser libres y felices.
Por otra parte, la vivencia judaica ha hecho nacer varias tradiciones para la festividad, una de las cuales es el disfrazarse.
Si bien, lo más probable, es que la costumbre del disfraz en Purim tiene su origen en el carnaval europeo, igualmente es notable cómo se relaciona con el mensaje explícito e implícito de la festividad.
No en vano ha pasado a ser como el símbolo de Purim, casi su leit motiv.

Por supuesto que la mascarada está acorde a la celebración de la festividad de Purim, de un día de duración.
El problema es cuando la vida es un Purim cotidiano, el de cada jornada.
Allí pierde su encanto, su sentido, su llamado al despertar, y se momifica en la falsa risa que no trasluce ninguna alegría.
Se embriaga la conciencia para no pensar. Se responde para no preguntar. Se repite para no aprender. Se lucha para no crecer. Se humilla para no agradecer. Sí, cualquiera es ascendido a primer ministro del rey, en tanto los notables son encarcelados y sometidos a torturas.
Se vive como los días previos a la salvación celebrada en Purim, con Amán en el poder, con un rey apocado, con una población sometida, con una reina de la cual se ignoraba su identidad, con un héroe que apenas si hace oír su voz y que provocó la ira asesina del que detentaba el poder.
Cada una de estas cosas son símbolos, que no te explicaré hoy, sino que te pediré que seas tú quien me comparta tus ideas al respecto.

Koraj 5773

El tema central de la parashá es la famosa rebelión de Koraj y sus cómplices en contra de las autoridades constituidas en Israel.
Atacaban directamente en el plano ritual la autoridad de Aarón haCohén e indirectamente iban tras el poder político/espiritual de Moshé Rabeinu.
Los revoltosos decían disputar en nombre de la santidad del pueblo, a favor del beneficio de los anónimos israelitas, con la finalidad de servir mejor al Eterno. Tal era su discurso y así se presentaban, como defensores del desposeído, como hombres anhelantes de Dios.
Obviamente que no querían dejar a la vista que su real afán era recibir honores, ejercer el mando sobre los demás, obtener aquello que no tenían y soñaban con que les daría satisfacción a sus anhelos. Eran movidos por orgullo y codicia, no por altruismo y nobleza.
Dinero, tenían en abundancia, posición social también, podrían haberse dado por satisfechos, pero ¡no! Algo muy oscuro en el interior de sus corazones les torturaba. Ellos tenían que sobresalir en todo, absolutamente en todo. Estar por encima de cualquier otro, sin importar cuánto se perdiera en conseguirlo. Para ellos, el fin justifica los medios.
A causa de esta ceguera, de sus trampas y manipulaciones, de su deseo desmedido y enfermo, en vez de subir a puestos más elevados y llevar una vida plácida y benéfica, terminaron perdiendo todo, hundidos en abismos terribles de los cuales no pudieron salir.

Quisiera compartir contigo la siguiente versión de una fábula (de Esopo), espero que la vincules con nuestro comentario a la parashá:

Había una vez una zorra que, llevada por su sed, cayó en un profundo pozo del cual no podía salir.
Apareció en la boca del pozo un joven chivo deseoso de agua de calidad jamás probada. Cuando vio a la zorra en el fondo del pozo, quiso conocer cuál era la calidad de aquella agua. La zorra le dijo, que era la mejor que había probado, además le invitó a bajar para compartirla juntos.
Seducido por la invitación, fue a unirse con ella y tras beber unos buches del agua que tanto deseaba, se dio cuenta que era imposible salir de allí.
No te preocupes -dijo la zorra- conozco una manera de salir de este pozo. Para conseguirlo, debes dejarme que yo trepe por tu cuerpo y cuando esté arriba, yo te ayudaré a salir de aquí.
El chivo nuevamente creyó las palabras de la zorra y así hicieron. Desgraciadamente para él, cuando la zorra se vio libre de su infelicidad, se alejó del lugar haciéndose la sorda a los gritos de auxilio del doblemente engañado.

1- ¿Quién sería la zorra en el relato de Koraj? ¿Cómo opera?

2- ¿Quién el chivo? ¿Por qué es engañado con tanta facilidad?

3- ¿Cuál el pozo en el caso de Koraj? ¿Por qué caen allí los que caen?

4- ¿Qué representa en Koraj el agua de la fábula de Esopo?

5- ¿Cuál sería la enseñanza para nuestra vida cotidiana?

Para finalizar, los Sabios (Kohelet Rabba 1) enseñan: “Nadie deja este mundo con siquiera la mitad de sus deseos cumplidos”:

6- ¿Puedes encontrar el vínculo con lo que sabes de Koraj y su pandilla?

7- ¿Podrías hacer un auto análisis y ver si hasta el momento se aplica a tu vida?

8- ¿Qué te parece podrías hacer para superar esa condición de vivir deseando indefinidamente y estar en decepción constante?

Aquí debajo me encantará encontrar tus respuestas, a modo de comentario que amplia el contenido de este mensaje.

Que pases un Shabbat Shalom UMevoraj, con todo lo bueno.
Moré Yehuda Ribco

Profetas y profecía

Toda persona en su esencia más pura, en su neshamá, está constantemente conectado con el Eterno y con toda la creación.
Pero, ese Yo Esencial se encuentra amurallado detrás de capas y más capas que el EGO y las experiencias vitales han ido poniendo a su alrededor.
Además, nuestros cinco sentidos no están capacitados para percibir esa tenue voz que desde nuestro interior nos comunica verdades y sabiduría, bondad y armonía.
Entreverados con el abundante torrente de percepciones y estímulos, la vocecita sagrada de nuestro Yo Esencial, el canal conectivo con el Padre, permanece oculto, como en silencio, perdido, como si no tuviera existencia.
Sin embargo, ahí está, todo el tiempo disponible para nosotros, a nuestro alcance, sin necesidad de rituales, sin adherirse a doctrinas místicas, sin seguir a líderes religiosos, sin ningún aspaviento, allí en nuestro interior está la Palabra de Dios disponible para darnos vida, sentido, trascendencia.
Como en la propia Torá Dios se encarga de explicitarnos:

"Ciertamente este mandamiento que te mando hoy no es demasiado difícil para ti, ni está lejos.
No está en el cielo, para que digas: ‘¿Quién subirá por nosotros al cielo y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’
Tampoco está al otro lado del mar, para que digas: ‘¿Quién cruzará el mar por nosotros y lo tomará para nosotros, y nos lo hará oír, a fin de que lo cumplamos?’
Ciertamente muy cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón, para que la cumplas.
"
(Devarim / Deuteronomio 30:11-14)

Si aprendemos a doblegar al EGO (también conocido como Ietzer haRá o Satán), si des-aprendemos una cuantiosa cantidad de doctrinas y creencias nefarias, si reforzamos nuestras potencias multidimensionales, si dejamos de lado el querer controlar aquello que no está bajo nuestro dominio, ciertamente tendríamos ocasión de vislumbrar alguna percepción “extrasensorial”, que se aproximase a lo que fuera en su momento las revelaciones proféticas.
Dije “tendríamos ocasión”, que no es lo mismo que “tendríamos profecías”.
Déjame que te explique.

La profecía es recibir mensajes de parte del Eterno.
Cuando la persona tiene algún grado de percepción de contenidos, mensajes entrantes, que transitan por la conexión que el Yo Esencial mantiene con el Eterno.
La conexión es constante, propia del ser humano; pero la percepción de los mensajes que vienen a través de ella es circunstancial, que puede extenderse más o menos en el tiempo, y que puede variar de índole o categoría.
Es decir, un profeta no lo es todo el tiempo; y no todo lo que percibe es profecía de idéntico peso profético.
El único que mantuvo con firmeza su superior estatura profética fue Moshé, quien por divina Voluntad alcanzó y se sostuvo casi invariablemente en ese nivel, mientras fungió como profeta y líder del pueblo.

Así pues, la profecía es la capacidad de percibir mensajes entrantes que provienen a través de la conexión espiritual.
Como ya te mencione, todos tenemos esa capacidad de forma innata, aunque no fuera aprovechada.
Tampoco lo era por la mayoría de las personas en el pasado, cuando el canal de profecía estaba abierto. Hace unos 2500 años que el Eterno cerró el canal de la profecía para el ser humano. Desde ese entonces, ya no hay más profetas ni profecía en el mundo. (Por supuesto que todos los que desde entonces se autodenominan profetas y comercian con la “fe”, lejos están de la santidad, de la divinidad, o de guiar por la senda de la vida. Mucho cuidado con los lobos disfrazados de pastores o de ovejas.)
Sin embargo, la capacidad natural está en nosotros, tenemos formas de perfeccionarnos para ir alcanzando cada vez mayor grado de apreciación de la Luz interna y estar menos sometidos al EGO, pero, por Voluntad Divina estamos imposibilitados por ahora de traspasar el umbral hacia la profecía clara y precisa.
Aunque, tenemos la fiel promesa de que volveremos a recibir la información que fluye por ese sagrado canal, eventualmente, en la Era Mesiánica. Como leemos:

“Así­­ sabréis que Yo estoy en medio de Israel, que Yo soy el Eterno vuestro Elokim y que no hay otro.
Y nunca más será avergonzado Mi pueblo.
Y sucederá después de esto que derramaré Mi soplo sobre toda carne. Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán. Vuestros ancianos tendrán sueños; y vuestros jóvenes, visiones.“
(Ioel / Joel 2:27 – 3:1)

(Supongo que te habrás preguntado el motivo por el cual Dios restringió este canal tan provechoso de información sagrada. Quizás más adelante te brinde alguna idea al respecto, quizás no.)

En el Talmud se mencionan cuatro aspectos imprescindibles de todo profeta:

“el Eterno no hace posar Su Presencia sino en una persona que sea fuerte, rico, sabio y humilde”
(Nedarim 38a)

¿Cómo ha de interpretarse cada una de estas cuatro cualidades?
En otro sitio, el propio Talmud nos brinda una importante clave:

“¿Quién es sabio?
Aquel que aprende de toda persona.

¿Quién es fuerte?
Aquel que conquista a su Ietzer (EGO).

¿Quién es rico?
Aquel que se contenta con lo que tiene.

¿Quién merece la honra?
Aquel que muestra honra por las criaturas de Dios.”
(Pirkei Avot 4:1)

En este pasaje no está definida la humildad, sino que en su lugar se tipifica al merecedor de honra. Igualmente nos sirve para darnos cuenta que en la concepción judía tradicional, la humildad es contar con la correcta autoestima, saber valorarse adecuadamente, tanto en aquello que es una carencia como aquello que es una virtud. El humilde se evalúa sin rebajarse pero tampoco sin enorgullecerse en vano. Esta condición le permite valorar al prójimo adecuadamente, no hostigar, no agredir, no manipular, sino aceptar al otro, valorarlo, respetarlo, ayudarlo a corregir lo negativo, promoverlo a fomentar lo positivo, denunciar con firmeza lo torcido para enderezarlo. Tal es la humildad.

En este sentido, es interesante hacer notar que es fundamental el ánimo pacífico, armonioso, carente de agresión, sin enojo, sin esclavitud al EGO. Tal como leemos:

“… así también es con el enojo, que es un rasgo extremadamente destructivo, y es necesario que uno se distancie lo más posible de él, y se entrene para no enojarse, incluso en aquello que pareciera apropiado estar enojado… Los Sabios (Pesajim 66b) establecieron que aquel que está enojado es como uno que practica la idolatría. Además especificaron que cualquiera que está enojado, si es sabio pierde su conocimiento, si es profeta pierde su don profético…”
(Maimónides, en las “Leyes sobre Creencias”, Deot 2:3)

El mismo maestro, en Shemoná Perakim capítulo 7, explica que en particular es el desarrollo del plano mental con todas su potencialidades la llave hacia la profecía, y que es necesario completarlas con cualidades personales positivas, pero que no se las precisa a todas ellas. Así menciona a profetas que tenían ciertas dificultades emocionales, como el miedo, el enojo, el deseo, y a pesar de ello igualmente alcanzaron algún grado profético.
Aunque en el “Moré Nebujim” (Segundo tomo, capítulo 32) presenta para que analicemos otras perspectivas un tanto diferentes:

  1. La popular, también sostenida por algunos sabios de Torá: Dios elige a quien quiere, sin considerar las cualidades o dotes de la persona.
  2. La filosófica: la persona que alcanza un estado de integridad mental y moral, potencia su imaginación por medio de la cual profetiza sin más, sin intervención divina, sin elección, solamente por haber alcanzado un grado de desarrollo personal.
  3. La tradicional judía, fundamentada en nuestra cultura: es un proceso natural pero que precisa el factor de la intervención divina, puesto que Él puede bloquear el acceso a la profecía incluso a una persona que ha llevado al máximo sus potencialidades, con predominancia de la facultad imaginativa que forma parte de la dimensión mental.

Si relees lo que hemos escrito unos párrafos más arriba, podrías corroborar cual de estas opciones es la que nos representa mejor.

Pero además, y según explica Rabí Yehuda haLevi en el Cuzari (en base a Ialkut Shimoni, Shir haShirim 8:994), son necesarias dos condiciones más:

  1. Desde la entrega de la Torá la profecía se centro exclusivamente en miembros del pueblo judío.
    Antes hubo profeta entre las naciones, algunos vivieron y profetizaron luego de la entrega de la Torá, pero al morir ya no hubo renuevo profético entre los gentiles.
  2. La profecía se produce en la tierra de Israel exclusivamente, o fuera de ella cuando la cuestión atañe a su bienestar.

A esto sumemos que el Talmud (Sotá 48b) indica que la profecía requiere también de una época que la habilite, que abone a su recepción por parte del individuo apropiado.

Entonces, nos damos cuenta que para la formación de un profeta se precisa una combinación compleja de elementos: el profeta es una persona judía que ha logrado desarrollar sus capacidades multidimensionales, al punto de vivir en un estado de armonía interna y externa. Así quita el yugo del EGO sobre sí, por lo cual sintoniza su Yo Vivido a su Yo Esencial, lo que le permite disfrutar la irradiación de la Luz del Eterno, que repose en él la Shejiná (Divina Presencia). Claro, si esa es la Voluntad de Dios, si su generación es meritoria y si está en el territorio de Israel o laborando por el bienestar del pueblo judío en la tierra judía.

Como comprendes, el alcanzar grados de profecía depende de variados factores que deben combinarse, por lo cual los resultados no siempre será idénticos. Por ello, el gran Maimónides enumera once grados de profecía.
Los expondré ahora (muy brevemente), advirtiéndole antes que los dos primeros niveles no son propiamente proféticos, sino próximos a la profecía.

  1. Ayuda divina que incita y anima a realizar acciones buenas, grandes y relevantes. Ej.: Shofetim/Jueces 2:18.

  2. Una fuerza que impulsa a hablar con profunda sabiduría, divinas alabanzas, saludables admoniciones, o temas relativos a política o metafísica; más allá de las posibilidades naturales del que así procede.
    De este nivel son los textos inspirados que encontramos en la tercera sección del Tanaj, como por ejemplo Salmos, Proverbios o el libro de Daniel.
    No son profecías reales, pues ni siquiera el que las percibe las considera como mensajes que provienen directamente de Dios; sino que son inspiraciones de orden divino o sueños valorados como importantes.
    Tal es el caso específico de Daniel, que tomaba sus videncias como sueños y no como profecías.
    Tenemos aquí el nivel de la videncia de origen divino.
    Ej.: Daniel 7:2; 1 Melajim/Reyes I 3:15.

  3. Parábola percibida en sueños junto con su interpretación correcta y reconocida como mensaje del Eterno. Ej.: Zejariá/Zacarías 4:2.

  4. Percepción en sueños de palabras claras y distinguibles, sin ver al que las profiere. Ej.: 1 Shemuel/Samuel I 3:7.

  5. Un personaje revela algo en sueño profético y es tomada como revelación divina. Ej.: Iejezkel/Ezequiel 40:4.

  6. Es el más frecuente entre los profetas, y es cuando un ángel habla en sueño profético, y su palabra es tomada como revelación divina. Ej.: Bereshit/Génesis 31:11.

  7. Es cuando parece que en sueño profético es Dios mismo el que se comunica. Ej.: Ieshaiá/Isaías 6:1-8.

  8. Es cuando se perciben parábolas en una revelación profética en estado de vigilia. Ej.: Bereshit/Génesis 15:17.

  9. Cuando se oyen palabras de origen divino en estado de vigilia. Ej.: Bereshit/Génesis 15:4.

  10. Se ve en visión profética un personaje que le habla. Ej.: Iehoshúa/Josué 5:13.

  11. Es cuando en visión profética se percibe un ángel que le habla e interactúa con él. Ej.: Bereshit/Génesis 22:11.

Moshé es el único que superó este grado, pues de él está escrito:

"Frente a frente hablo Yo con él"
(Bemidbar/Números 12:8)

"Entonces el Eterno hablaba a Moshé [Moisés] cara a cara, como habla un hombre con su amigo"
(Shemot / Éxodo 33:11)

Todos los que perciben visiones y sueños deben apoyarse en su facultad imaginativa para comprenderlos y desentrañarlos, en tanto que Moshé lo que hacía era atestiguar la Palabra que le era revelada. En palabras de los Sabios:

“Todos los profetas veían en una pantalla no nítida, Moshé Rabeinu veía una pantalla nítida”
(Iebamot 49b)

Otra diferencia, es que Moshé es el único que toleró consciente la revelación de Dios, pues los otros profetas o recibían sus mensajes en sueños, o caían en sopor si la revelación se sostenía un cierto tiempo (mira el ejemplo de Avraham en Bereshit / Génesis 15). 
El  sistema nervioso humano es incapaz de tolerar la potencia energética de la conexión directa del Yo Esencial con el Infinito, por ello en buena medida el EGO también cumple una función protectora en el ser humano.
Al momento de la profecía, el profeta podía caer al piso con desmayos, o presentar signos de locura o alteraciones espacio/temporales, sufrir convulsiones o espasmos musculares involuntarios que podrían confundirse con ataques de epilepsia.
Así pues, la misericordia divina hacía que fuera en sueños la mayor parte de las profecías, para cuidar y proteger el sistema nervioso y la salud en general del profeta.
Al despertar, sentía el sabor poderoso del mensaje en su mente, percibía las imágenes (no solo visuales) con una precisión que la distinguía de los sueños corrientes, luego debía poner a funcionar su imaginación, su inteligencia, su intuición para alcanzar alguna claridad en el mensaje a reportar.

A todo esto, ¿la gente se preparaba para ser profeta o un buen día despertaba en ellos este don?

Sabemos que hubo algún período en el cual existieron gremios de profetas, los “benei hanebihim”, quienes estudiaban diversas materias y realizaban variados ejercicios para llegar a alterar sus estados de conciencia y alcanzar de esa forma alguna revelación celestial. Empleaban la música y probablemente movimientos corporales para sumirse en estados de éxtasis, de modo similar que ocurría con “profetas” en otras culturas, quienes buscan ofuscar su conciencia para tener supuestas visiones metafísicas.
Queremos creer que procuraban reducir los efectos del EGO en sus vidas, para de esa forma captar la suave voz del Eterno hablando desde su Yo Esencial. Pero, según parece la efectividad de tales academias y entrenamientos no rindieron abundantes frutos, no contamos con muchas profecías plasmadas en el Tanaj de discípulos de tales academias. Por más que araran el terreno, hicieran surcos, regaran, era el Eterno quien debía depositar allí la semilla para que germinara y creciera la profecía en ellos.

El Talmud enumera 55 profetas cuyo mensaje tiene significado para todas las generaciones, sus palabras han quedado registradas en el Tanaj.
Sin embargo, hubo varios otros, anónimos, puntuales, con acciones necesarias para tu tiempo y lugar sin intención de perpetuarse para las generaciones (ejemplo: 1 Melajim / I Reyes 13).
De acuerdo a la Tradición, cada miembro del pueblo judío fue profeta al momento de la Revelación de la Torá en Sinaí, condición que se evaporó para la mayoría tras el pecado con el becerro de oro. Éste fue un hecho único e irrepetible, la profecía al unísono de todo un pueblo, tal cual determina Maimónides, de una naturaleza difícil de comprender.

Hasta aquí hicimos un rápido bosquejo de las cualidades y condiciones para el profeta y la profecía, seguramente encontrarás mucha más información en nuestro sitio (serjudio.com y fulvida.com), porque hace varios años que trabajamos educando y difundiendo, son miles y miles los textos gratuitos a tu disposición. Aprovéchalos.

Ahora quisiera concentrarme un poquito en los mensajes, en esa información que se adquiere vía la red que conecta a nuestro Yo Esencial con el Padre y con el todo.
En la percepción general, e incluso académica, se asume que el profeta es una especie de vidente del futuro, que sirve para predecir eventos y avisar acerca de ellos.
Mira por ejemplo:

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

profecía
  1. f. Don sobrenatural de origen divino que permite el conocimiento de hechos futuros.
  2. Predicción hecha por un profeta.
  3. Conjetura basada en indicios o señales

¿Será esta realmente la función y finalidad de la profecía, de la verdadera, de la que proviene del Eterno, de la que tomamos como un cierto grado de manifestación de Su Voluntad?

Si hacemos un relevamiento detallado y metódico veremos que no es así.
Si bien hay mensajes que traen imágenes del futuro, esto no es la finalidad ni el sentido de la profecía.

En ocasiones en la profecía se brindan imágenes de un probable futuro:

  1. para llevar a la reflexión que conduzca a la teshuvá (arrepentimiento total y sincero) (ejemplos: Ioel/Joel 2 y el libro de Mijá/Miqueas);
  2. o para calmar el alma apenada por las tragedias y de esa forma no dar al EGO oportunidad de seguir haciendo caer a la persona y la sociedad en el error/pecado (ejemplos: Ieshaiá/Isaías 40 y 52).

Pero, la visión del futuro en sí misma no tiene ningún valor. Sino que una y otra vez el mensaje de los profetas es despertar la conciencia de su audiencia, de aquellos a los que les dirigen el mensaje del Eterno.
Que esa iluminación multidimensional los lleve a una vida de construcción de Shalom, plena de actos de bondad y justicia, con lealtad a los mandamientos del Padre Celestial.
Esa es la finalidad, comprobada en cada participación profética.
Así fue desde el comienzo de la humanidad, una y otra vez la misma exhortación de parte del Padre.

De aquí sabemos algunas pistas (Mishné Torá, Iesodé Torá 10:1) para reconocer a un falso profeta:

  1. Propone mandamientos “con profecía de parte del Eterno” que no han sido declarados previamente en la Torá, o los dictados oralmente a Noaj y sus descendientes para los gentiles.
  2. Anula de forma permanente algún mandamiento “con profecía de parte del Eterno”.
  3. Propone adorar/servir a dioses que no son Dios, o antepone intermediarios en nuestra relación con Él.
  4. Su profecía es en nombre de alguna deidad que no es el Dios que se revelara a la nación judía en Sinaí.
  5. Su finalidad no es la construcción de shalom, por medio de la bondad, la justicia y la lealtad al Eterno y Sus mandamientos. (A veces para construir shalom es necesario recurrir a la destrucción, son muy escasas las oportunidades, pero existen. Ejemplo: (1 Shemuel / I Samuel 15).
  6. Que lo que dice respecto sucesos positivos del futuro NO se cumplen en todos sus detalles.
  7. Puede que ocurran eventos asombrosos, algo que parece milagros, curaciones y sanaciones, espectáculos sorprendentes. Pero nada de esto tiene ningún valor espiritual ni de conexión con Dios, si va en contra de los mandamientos del Eterno o es para adorar dioses que no son el Padre Celestial.

Lo vemos en el propio texto de la Torá:

"Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.
‘Cuando se levantará en medio de ti profeta o soñador de sueños, y te dé una señal o un prodigio, y se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de dioses ajenos’ -que tú no conociste- ‘y sirvámoslos’, no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el Eterno vuestro Elokim os estará probando, para saber si amáis al Eterno vuestro Elokim con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
En pos del Eterno vuestro Elokim andaréis, y a Él temeréis. Guardaréis Sus mandamientos y escucharéis Su voz. A Él serviréis y a Él os adheriréis.
Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el Eterno vuestro Elokim que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el Eterno tu Elokim te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti."
(Devarim / Deuteronomio 13:1-6)

Y en el profeta:

"Así ha dicho el Señor Elokim: ¡Ay de los profetas insensatos que andan tras su propio espíritu, y que nada han visto!

Ellos ven vanidad y adivinación mentirosa. Dicen: ‘Así dice el Eterno’, pero el Eterno no los ha enviado. ¡Con todo, esperan que Él confirme las palabras de ellos!
"
(Iejezkel / Ezequiel 13:3-6)

¿Y cómo comprobamos si alguien es realmente un profeta (en la época y lugar en la que había)?

  1. Que sea una persona con lealtad a la Torá.
  2. Que sea cumplidor cabal de los mandamientos que le corresponden de la Torá.
  3. Que diga hablar en nombre del Eterno y su fama le precede como persona de bien, honesta, cultivada emocionalmente.
  4. Que lo que dice respecto sucesos positivos del futuro necesariamente DEBEN cumplirse perfectamente, con todos sus detalles.
  5. Que lo que dice respecto a sucesos negativos del futuro, eventualmente se cumplen, si es que las personas no rectificaron su conducta y se apartaron del mal camino que el profeta vino a denunciar.
  6. No tiene necesidad de presentar pruebas milagrosas, pero si lo hace, con que fuera una única vez es suficiente.

Una imagen que da el profeta acerca del sacerdote del Eterno retrata en buena forma al profeta verdadero:

"Mi pacto con él fue de vida y de paz. Estas cosas le di, y él Me temía y guardaba reverencia ante Mi nombre.
La Torá verdadera estuvo en su boca, y por eso: en sus labios no se halló malicia, en paz y en justicia anduvo Conmigo y a muchos apartó del pecado.
Porque los labios del sacerdote han de guardar el conocimiento, y de su boca han de buscar la Torá, pues él es un mensajero del Eterno de los Ejércitos."
(Malaji / Malaquías 2:5-7)

Te invito a que hagas un test para corroborar tus conocimientos: http://serjudio.com/tests/test012.htm y gracias por leer hasta aquí este largo texto, que es casi una recopilación de material que desde hace varios años tenemos publicado en nuestros sitios. Visita los links que te hemos ido ofreciendo, son muchos, son extensos algunos de los textos, pero es una pequeña colección de lo que tienes para ti gratuitamente aquí.
Y recuerda, si quieres colaborar con nuestra tarea de educación y difusión de valores verdaderamente basados en la Torá, para judíos y gentiles, te estaremos muy agradecidos.

Usted es noájida

Si ha nacido de madre que es judía (realmente judía, no “judía por fe”, no “judía porque le parece”, no “judía por apellido”, no “judía por Cristo”, no “judía porque me parece que desciendo de sefaraditas”, no “judía porque alguien me lo dijo”, no “judía mesiánica/netzarita”, no el “Israel espiritual”, no “judío cristiano”, no “cabalístico”, entre otros que se creen o se hacen pasar por judíos SIN serlo),
si ha nacido de madre que es judía,
entonces usted es judío.

Si ha nacido de madre gentil pero ha realizado un proceso legal y leal de conversión al judaísmo, (NO esas falsas conversiones mesiánicas, evangélicas, por internet, reformistas, creerse judío por sentirse uno, entre otras que no tienen ninguna validez),
entonces usted es judío.

Si ha nacido de madre gentil y no ha realizado su proceso de conversión leal y legal al judaísmo,
entonces usted es gentil.
¡Qué bueno que así sea!
Significa que es hijo de Dios, hecho a “imagen y semejanza” del Padre, sin necesidad de tener fe en nada ni nadie para ser salvo. Quiere decir que ha recibido un don maravilloso, el de ser beneficiario de los bienes de este mundo y estar dispuesto para gozar los bienes del mundo eterno. Sin necesidad de rituales, sin obligaciones extrañas, sin tener que aprenderse libros enteros incomprensibles, sin poner su fe en cosas absurdas, sin necesidad de seguir a ningún clérigo o líder iluminado. No precisa nada de ello, porque usted ES hijo de Dios y tiene al acceso allanado hacia Él.
Usted es miembro del 99.98% de la humanidad, con una senda propia y sagrada hacia Dios, la cual es el noajismo.
Esto es tal cual lo que Dios ha dispuesto.

Como gentil que es, ha nacido con una identidad espiritual propia, que le representa auténticamente, que le une con el Padre Celestial, que es su Yo Esencial, que es su espíritu de vida en este mundo y en el mundo más allá.
Es su espíritu enlazado a Dios por el dorado hilo noájico.

El espíritu del noájida, que así es como podemos denominar al gentil, se expresa en su plenitud a través del cumplimiento de los Siete Mandamientos para las Naciones:

  1. No servir a dioses falsos.
  2. No maldecir a Dios.
  3. No asesinar.
  4. No tener relaciones sexuales prohibidas.
  5. No robar.
  6. No comer parte de animal con vida.
  7. Establecer sistemas de ley y justicia.

Estos son los preceptos básicos, fundamentales, de los cuales se derivan diferentes reglas y costumbres.
Están todos estos mandamientos basados en dos grandes pilares: la bondad y la justicia. Pues ambos deben estar contemplados en la conducta habitual de la persona. Que todos los actos sean buenos y justos, pues así se construye shalom. Así se ordena el caos, se alumbra la oscuridad, se sana a los enfermos, se da vida a los que mueren, se trae la Presencia de Dios a nuestras vidas.
Haciendo así es como cada uno contribuye a restablecer el Paraíso en la Tierra, a promover que vivamos en la Era Mesiánica.

Cada gentil ES un noájida.
No precisa conversiones, ni confirmaciones, ni documentos que lo habiliten, ni tribunales que lo sancionen, ni aplausos, ni recitaciones.
Por el hecho de haber nacido ya uno es noájida.
La cuestión estriba en saberlo y entonces actuar conscientemente de acuerdo al Plan de Dios (el noajismo).

Así pues tenemos distintos grados de cercanía del noájida con su identidad espiritual:

  1. El que no sabe que es noájida y tampoco vive los preceptos.
  2. El que no sabe pero los cumple porque son éticos, parte de la vida corriente en la sociedad moderna.
  3. El que lo sabe pero elige otra cosa.
  4. El que lo sabe, pero los cumple en parte.
  5. El que lo sabe, los cumple, pero los mixtura con religiones o con judaísmo.
  6. El que lo sabe y los cumple esperando recibir premios a cambio.
  7. El que lo sabe y los cumple porque para ello está en este mundo.

Usted, ¿en cuál de estos grados se encuentra en este momento?
Me agradaría mucho que dijera que en el séptimo, pero si no es así, cualquiera está bien en tanto se comprometa a estudiar y conocer para aplicar con conocimiento y pureza.

Espero que haya quedado claro,
usted ES noájida, sin importar lo que le hagan creer o le hicieron creer. No es cristiano, ni musulmán, ni ateo, ni umbandista, ni sintoísta, ni nada de esas cosas; usted ES noájida. Las religiones (incluida la atea) son máscaras que entorpecen el reconocimiento del propio rostro, son producto del EGO y no regalo del Cielo.

Usted ES noájida, porque esa es la condición natural de todo gentil.
Así pues, cuando descubre la senda sagrada del noajismo y decide andar por ella,
no está “naciendo” de nuevo,
ni afiliándose a una nueva religión,
ni en tránsito para convertirse al judaísmo,
ni en un movimiento que alguien puso de moda,
ni en una secta extraña,
ni formando parte de una doctrina,
ni cambiando nada en su propia esencia,
simplemente está volviendo a usted mismo,
a ver su propio rostro sagrado,
a redescubrir su identidad,
a encontrar quien es realmente
y así poder encontrar realmente a Dios (y no a los dioses, que todos son producto del EGO).

En su enorme mayoría,
con sinceridad,
lleno de buenas intenciones,
deseando la conexión sagrada con el Padre,
el gentil ha intentado por muchos medios descubrir su llama espiritual,
hacer que la Luz brille en su ser,
abrazarse al Padre,
ciertamente que mucho ha probado el gentil,
religiones y dogmas, doctrinas y creencias, fe y rituales, simulaciones de judaísmo y misticismo variado, supersticiones y renuncias,
sí, llevado por su deseo por el Padre mucho ha hecho el gentil,
pero todo ello lo desvía del sagrado sendero.
El gentil fracasa, una y otra vez.
Repito, no por malicia en su gran mayoría, no por odio a Dios o deseo del mal,
¡todo lo contrario!
Es su deseo del bien, su amor al Padre, pero la ignorancia de su identidad espiritual así como las trampas del EGO lo que lo llevan siempre al extravío y el fracaso.

Pero ahora, está usted en posesión de la clave para su felicidad, para su bendición, para su salvación, para su plenitud.
Es simple, es sencillo, es sagrado, es real.
Es el noajismo.
Es el RETORNO a su propia identidad, no a convertirse en algo diferente, sino dejar de lado los disfraces para ser usted mismo.
Regresar al HOGAR, al Yo Esencial, a ser auténtico, a estar conectado con sí mismo, con el prójimo y con el Padre.
Es un despertar, no una conversión.

Usted es noájida, ¡sea feliz por ello!
Ahora, es tiempo de despertar, de ser.
De actuar con bondad y justicia, sin religiones, sin seguir a líderes religiosos, sin rituales, sin repetición de lemas, sin vestirse diferente, sin hablar raro, sin predicar cosas que parecen “espirituales” pero poco tienen que ver con el camino que Dios ha trazado para usted.

Usted es noájida, vívalo a pleno. Solo cosas buenas obtendrá de ello.

Mashiaj / Mesías personal HOY

Mesiánico viene de la voz hebrea MASHIAJ que significa ungido, es decir, se ha derramado sobre él (persona u objeto) el aceite consagrado para designarlo en determinada tarea.
Su uso más corriente y habitual es para señalar a aquella persona que ha sido coronada como rey, en particular de Israel, del pueblo judío.
No cualquiera podía ser ungido ni cualquiera podía ungir. Hay estrictas reglas que deben ser tomadas en consideración pues importantes cuestiones de gobierno, sociales, de vida y muerte dependen de mantener el orden legal establecido y no pervertir la autoridad y la estabilidad.

El primero fue el rey Shaúl (1 Shemuel / I Samuel 10:1), el segundo el rey David (1 Shemuel / I Samuel 16:13), el tercero el rey Shelomó (1 Melajim / I Reyes 1:39). Luego se sigue la línea con decenas de reyes que gobernaron el reino de Yehuda e Israel.
Pero tenemos registrados a reyes gentiles que también fueron ungidos para mandar sobre sus respectivos reinos, por ejemplo Jazael de Asiria (1 Melajim / I Reyes 19:15) y Ciro de Persia (Ieshaiá / Isaías 45:1).

El Mashiaj tan esperado es otro rey más, el que retomará el mandato político del pueblo judío, uno que deberá cumplir estrictamente con las normas requeridas para su unción y que completará en su vida con todas las profecías que refieren a su reino.
Sobre esta temática hemos abundado en otras oportunidades, demostrando como NADIE, absolutamente NADIE, ha cumplido con las profecías que son REALMENTE MESIÁNICAS, por lo que te sugiero que si estás interesado en profundizar indagues aquí:

Es claro, si somos precisos y honestos al interpretar las profecías que son verdaderamente mesiánicas, que se trata de un asunto muy terrenal, político, nacionalista, que implica la reunión de los judíos nuevamente en su tierra patria, el gobierno del rey (mashiaj) sobre su pueblo, las relaciones pacíficas con los vecinos, la prosperidad material de sus habitantes, el desarrollo y avance de multitud de aspectos que permiten llevar un estilo de vida apacible, satisfecho que deja tiempo para el estudio, la reflexión, el despliegue también de la faceta espiritual.
No es una utopía irreal, ni la espera de un superhéroe mitológico, ni un dios convertido en hombre, ni un reino espiritual, ni un rabino en el exilio adorado por sus seguidores, ni cosas por el estilo. La demarcación territorial, la presencia del poder terrenal desde el trono de Jerusalén, las relaciones cordiales con los otros países, el establecimiento del orden jurídico de acuerdo a la Torá no son metáforas, sino profecías que deben materializarse y sirven como demostración sin dudas de que se está en la Era Mesiánica.
Así lo demuestra el análisis objetivo y sensible de las verdaderas profecías mesiánicas. Ojo, los especuladores de la fe inventan falsas profecías a las que les atribuyen mesianismo, así como niegan la materialidad del mesianismo.

Por otra parte, hay también un proceso mesiánico individual, que corresponde a cada persona y no a la nación judía como conjunto.
El mashiaj, en esta faceta, es la denominación del reinado de la neshamá, el espíritu, el Yo Esencial, por sobre la persona.
Es decir, que el individuo no esté más en el exilio interno, víctima del rey déspota, del exilio, de la opresión, de la mentira, de la falsa identidad que es el EGO, sino que se termine la diáspora representada por las caretas del Yo Vivido para reluzca dentro y fuera del ser su Yo Esencial.
Que el mashiaj reine en tu ser, dentro tuyo, y establezca el reino de paz, de armonía, de prosperidad, de gozo de la bendición, de amor al prójimo, de amor y veneración al Eterno. Esto es el fin del exilio interno en el cual todos nos encontramos. Que reine el mashiaj, tu Yo Esencial. Que el Ietzer haRá, el Satán, el EGO, deje de someterte a la impotencia, a la desconexión de la realidad, a la religión, a la falsa piedad, a la idolatría, a lo malo.
Sí, eso es también la Era Mesiánica.

Podemos conseguir que reine el mashiaj en nuestro ser.
Lo mesiánico se relaciona con hacer la voluntad de Dios en este mundo, cumplir con los mandamientos que Él te ha dado para que sigas.
De esta forma se manifiesta la Divina Voluntad a través de nosotros en este mundo.
Hacemos carne los mandamientos, convertimos el Deseo de Dios en nuestra realidad cotidiana.
No por medio de magia, ni de rezos, ni de pactos extraños, ni amuletos, ni rituales, ni cualquier otra cosa que sea religión, sino por el cabal cumplimiento de los mandamientos que te corresponden a tu cumplir.

En este caso, mesiánico es Dios presente en nuestras acciones diarias.
En la construcción de Shalom, que son actos de bondad Y justicia.

El Yo Esencial se despliega en acciones materiales de amor y comprensión y justicia.
Hacer a Dios presente en nuestro día a día también está más allá de los 7 mandamientos para las Naciones, que son los pilares para la construcción de una sociedad justa.
Está en permitir que sea Dios el que dirija tu vida, pero recuerda, no como un asunto religioso ni para obtener “poderes” especiales manipulando al Creador.
Sino que en la construcción de shalom por medio de la acción constante en bondad Y justicia, es que hacemos espacio para que reine el Mashiaj en nuestro interior y tengamos una vida de plenitud.

Atiende a lo dicho por el gran sabio Salomón, que inspirado por el Eterno nos expresó:

"(13) También he visto esta sabiduría debajo del sol, la cual me parece grandiosa:
(14) Había una ciudad pequeña con pocos hombres en ella, y contra ella vino un gran rey y la rodeó edificando contra ella grandes torres de asedio.
(15) Y se encontraba en ella un hombre pobre, pero sabio, el cual con su sabiduría libró a la ciudad. Pero nadie se acordaba de aquel hombre pobre.
(16) Entonces dije: ‘Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque el conocimiento del pobre sea menospreciado y sus palabras no sean escuchadas.’
(17) Las palabras del sabio con sosiego son oídas, y son mejores que el grito del que gobierna entre los necios.
(18) Mejor es la sabiduría que las armas de guerra, pero un solo pecador destruye mucho bien."
(Kohelet / Predicador 9:13-18)

Te lo explico brevemente a la luz de lo que venimos enseñando del EGO (también conocido como Satán y Ietzer haRá) y el texto presente.

Verso 13: nos dirá Salomón una gran enseñanza.

14: la pequeña ciudad es el hombre en sus primeros instantes de vida, el rey que vino a asediar es el EGO, las murallas en torno son las cáscaras, máscaras, falsas identidades, creencias, dogmas, miedos, todo lo que el EGO pone alrededor del Yo Esencial para que su Luz Divina quede opacada y no alumbre al resto del ser.

15: el pobre hombre sabio es el Yo Esencial, pobre porque no despliega los recursos de manipulación y control salvaje del EGO, sabio porque está en constante y eterna conexión con Dios. Es el Yo Esencial el verdadero rey de esa ciudad, el libertador, el salvador, pero nadie lo recuerda ya que está tapado por la mugre que acumuló a su alrededor el EGO. Es el EGO quien se presenta como el rey, como el salvador, como el dios, como la verdad, como la vida, como lo único válido dentro del ser y fuera en sus representaciones externas tales como religiones, dioses, santos, “tzadikim”, líderes, políticos, etc.

16: el sabio Salomón entiende que es el Yo Esencial la clave para una vida de integridad, de plenitud, de verdad, de santidad, sin embargo, el EGO con sus primitivas herramientas logra silenciar la suave voz de la verdad del Yo Esencial, se impone con sus mentiras, con sus excusas, con sus predicas, con sus biblias, con sus lemas religiosos, con sus miedos repetidos hasta el cansancio. Allí en nuestro interior tenemos la llave a la felicidad, a la salvación, a la dicha aquí y en la eternidad, pero está perdida debajo de tantas costras que acumula el EGO, al cual adoramos y respetamos y tememos.

17: el Ego emplea sus herramientas violentas, ingratas, engañosas, las que ya hemos señalado en muchas ocasiones. Pero el Yo Esencial murmura en voz pausada, silenciosa, difícil de advertir entre el griterío ensordecedor que produce adrede el EGO. Es que el EGO sabe que si oímos la voz de Dios en nuestro interior, se quiebra su poder, se termina el exilio, se acaba la religión, pierden sentidos los ritos, las supersticiones se desnudan en su real nulidad, todo el falso poder y autoritarismo del que hace gala el EGO queda inutilizado si el hombre sintoniza con su Yo Esencial.

18: sí, mejor es cualquier cosa que ofrezca nuestro mashiaj personal, nuestro redentor verdadero, el Yo Esencial que es la conexión sagrada y perenne con nuestro Padre Celestial; cualquier cosa del mashiaj personal es más valioso que lo que provenga del EGO, pero éste se aprovecha de cualquier cosita pequeña para corromper, para destruir prontamente. Cualquier descuido ya es aprovechado para sumergir a la persona nuevamente en la sensación de impotencia, en sentirse asediado y sin salvación, por lo cual ofrece el EGO promesas de bienestar que son completamente falsas pero que la persona suele terminar aceptando y adoptando como vida.

Bien, hemos visto la interpretación de la enseñanza del gran sabio Salomón.
Es hora de comenzar el despertar de la conciencia espiritual, o de mantenerlo.
Construye shalom sin religión.
Ésta es cosa más mesiánica que puedes hacer hoy, para tener al masiaj vivo en ti hoy, para que la Era Mesiánica colectiva se haga realidad.
Construye shalom, sin rituales ni palabrería.
Porque es la consigna de toda persona que se crea mesiánico y anhele vivir en paz, plenitud, bendición.