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Por la salud…

Rogamos al Todopoderoso por la recuperación e integridad de estas personas, dentro de la comunidad de fieles del Eterno:

  • Por la recuperación de Carolina Gutiérrez Jaramillo hija de Gloria Jaramillo Lópe

Que la persona que padece una enfermedad haga lo que corresponda hacer, y que le dirija sus plegarias a Dios es fundamental.
Pero, junto a esto (y a veces, en lugar de esto), el que muchas personas sumen sus ruegos y peticiones al Eterno, insuflan un espíritu de recuperación renovado en las personas convalecientes, hagamos pues estas plegarias
(junto a las que nacen de nuestro corazón):

Ruego

¡Oh Eterno, no me reprendas en Tu ira, ni me castigues en Tu indignación!
Compadécete de mí, oh Eterno, porque languidezco!
¡Sáname, oh Eterno, porque mis huesos se estremecen!
También mi alma se estremece.
¿Hasta cuándo, oh Eterno?
¡Vuelve! oh Eterno, libra mi alma.
¡Sálvame por Tu misericordia!
Por cuanto en la muerte no hay recuerdo de Ti.
En el sheol, ¿quién te alabará?
Estoy agotado de tanto gemir.
Todas las noches hago nadar mi cama. Empapo mi lecho con mis lágrimas.
Mis ojos están turbios de tanto sufrir. Envejecen por causa de todos mis adversarios.
Apártense de mí todos los engañadores, porque el Eterno ha oído la voz de mi llanto.
El Eterno ha escuchado mis súplicas.
Todos mis enemigos se avergonzarán y se asustarán.
Se volverán y serán súbitamente avergonzados.

Tehilim / Salmos 23

(1) [Salmo de David] El Eterno es mi pastor; nada me faltará.
(2) En prados de tiernos pastos me hace descansar. Junto a aguas tranquilas me conduce.
(3) Confortará mi alma y me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
(4) Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
(5) Preparas mesa delante de mí en presencia de mis adversarios. Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
(6) Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Eterno moraré por días sin fin.

Bendición

Cúranos, oh Eterno, y seremos curados. Sálvanos, y seremos salvados porque Tú eres nuestra alabanza.  Y tráenos perfecta curación a todas nuestras heridas por cuanto Tú, oh Rey Todopoderoso, Eres Fiel y Misericordioso Curador.
Reconocemos que eres la Fuente de Todo, Tú, Eterno, el que curas los enfermos y liberas a los oprimidos.


Junto a las plegaria, estas acciones son imprescindibles:

  1. generosidad (donar dinero, ayudar al prójimo, etc.)

  2. estudio de las porciones aptas de Torá para noájidas

  3. recitación de Salmos (Tehilim)

  4. obedecer las prescripciones de los médicos competentes

  5. apartar todo pensamiento negativo

  6. visitar a los enfermos

  7. confiar en que Dios, los doctores, los allegados, uno mismo, podemos esforzarnos por mantener o recuperar la Salud

  8. el optimismo y buen humor

  9. hacer ejercicio físico, en la medida de las posibilidades
  10. gozar de lo permitido y apartarse de lo nocivo.

Recomendamos leer:

Cuatro postulados de vida

Para mi desagrado, caí­­ en una página de seguidores de Jesús, en la cual ostentan sus dogmas de pecado y perdición espiritual.
Alientan con mentiras y engaños a la gente para que adopten sus creencias erróneas, y de esa manera provocan que los ingenuos abandonen al Eterno para ir detrás de dioses falsos, de í­­dolos de perdición.
Disfrazan de santidad la peor de las corrupciones, para aparecer como puros y buenos, cuando ciertamente sus manjares son venenosos y perjudiciales en gran medida.
En su plataforma de fe, definen cuatro leyes sus fundamentos de vida, con las cuales pretenden «vender» la idea de la trascendencia del pecador Jesús y la imperiosa necesidad de adorarlo.

Las expongo ahora en el siguiente texto, para luego demostrar cuáles son las verdaderas sendas que debe seguir en fiel del Eterno, en lo que ha de creer para no extraviarse detrás de ideas ajenas y que laceran la sanidad espiritual.

Dicen los idólatras adherentes al falso dios Jesús y a los dogmas paulistas:

    1. PRIMERA LEY
Dios le AMA, y tiene un PLAN maravilloso para su vida.

    2. SEGUNDA LEY
El hombre es PECADOR y esta SEPARADO de Dios; por lo tanto no puede conocer ni experimentar el amor y el plan de Dios para su vida.

Dios es santo y el hombre pecador. Un gran abismo los separa. El hombre está tratando continuamente de alcanzar a Dios y la vida en abundancia, y cruzar este abismo de separación mediante sus propios esfuerzos: la religión; la moral; la filosofí­­a; las buenas obras; etc.

   3. TERCERA LEY
Jesucristo es la ÚNICA provisión de Dios para el pecador. Solo en el puede usted conocer y experimentar el amor y el plan de Dios para su vida.

   4. CUARTA LEY
Debemos individualmente RECIBIR a Jesucristo como Señor y Salvador para poder conocer y experimentar el amor y el plan de Dios para nuestras vidas.

PERO, es la senda de pensamiento correcta de los fieles del Eterno, lo siguiente:

    1- PRIMER POSTULADO
El Eterno por Amor infinito ha creado al mundo y todo lo que hay en él.
Por Amor lo sostiene.
Por Amor ha hecho al mundo «bueno», ideal para que vivamos aquí­­ y desarrollemos todo nuestro potencial:

«Elokim vio todo lo que habí­­a hecho, y he aquí­­ que era muy bueno.»
(Bereshit / Génesis 1:31)

Somos fruto de Su Amor.
Por Amor ha dado leyes, algunas de las cuales son naturales-fí­­sicas; otras son espirituales.
Por Amor nos impone Sus mandamientos, que debemos seguir para lograr desarrollar al máximo nuestra vida, tanto en Este Mundo como en el Venidero.

    2- SEGUNDO POSTULADO
El Eterno es Santo y exige que nosotros seamos santos, porque está en nuestras manos alcanzar la santidad.

«Habla a toda la congregación de los Hijos de Israel y diles: ‘Sed santos, porque Yo, el Eterno vuestro Elokim, soy santo…
Guardad todos Mis estatutos y todos Mis decretos, y ponedlos por obra. Yo soy el Eterno.»
(Vaikrá / Leví­­tico 19:2, 37)

No es una meta imposible de alcanzar, ni es lejana a nuestro ser.

Él nos indica el camino para alcanzar esa santidad: el cumplimiento cabal de los mandamientos que Él nos ha dado para cumplir.

Si bien el Eterno es totalmente diferente a todo lo creado, incluido el ser humano, nosotros tenemos la capacidad para emularlo, para obtener cierto parecido a Él:

«En pos del Eterno vuestro Elokim andaréis, y a Él temeréis. Guardaréis Sus mandamientos y escucharéis Su voz. A Él serviréis y a Él os adheriréis.»
(Devarim / Deuteronomio 13:5)

Andamos detrás del Eterno, nos parecemos a Él, cuando guardamos sus mandamientos, haciendo caso a lo que nos ha ordenado que cumplamos.
De esa manera estamos actuando con amor y fidelidad, hacia aquel que nos Ama.

    3- TERCER POSTULADO
La verdadera vida, en Este Mundo y en el Venidero, se obtiene de una manera solamente:

«Por tanto, guardaréis Mis estatutos y Mis decretos, los cuales el hombre que los cumpla, por ellos vivirá. Yo soy el Eterno.»
(Vaikrá / Leví­­tico 18:5)

No se precisa ninguna fe, ni creencia, ni superstición. Solamente cumplir con los mandamientos que Él nos ha impuesto, pues es el cumplimiento de los mandamientos la verdadera vida y salvación.

Seguir a Jesús es rechazar a Dios, repudiar Su Amor, abofetear Su rostro, negar Su Presencia.

    4- CUARTO POSTULADO  
Si queremos degustar el placer del Paraí­­so en Este Mundo, solamente debemos someter nuestra voluntad a Su Voluntad.
Es decir, acatar y cumplir con los mandamientos, tal como ha sido escrito:

«Guarda, pues, los mandamientos, leyes y decretos que hoy te mando que cumplas.
Y será que por haber obedecido estos decretos, por guardarlos y ponerlos por obra, el Eterno tu Elokim guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres.
Él te amará, te bendecirá y te multiplicará. También bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra…
Serás más bendecido que todos los pueblos…
El Eterno quitará de ti toda dolencia y todas las terribles enfermedades de Egipto»
(Devarim / Deuteronomio 7:11-15)

Hasta aquí­­ el planteo que querí­­a presentarte.
Tenlo presente, recuérdalo, afí­­rmate en el camino correcto y no permitas que los inquisidores y engañadores te perturben tu armoniosa relación con el Padre celestial.