El problema con las religiones se centra en el antropocentrismo que emana de ellas. Así tenemos el cristianismo que se centra en un tipo mechudo y rebelde que en su locura y maldad creyóse único y deidad. Por otra parte tenemos a los musulmanes que idolatran al mal llamado “profeta” y dicen que subió a los cielos desde Jerusalem. Cito dos ejemplos solo como prueba del antropocentrismo alrededor del cual giran las religiones del mundo. En los últimos días la muerte del infame Usama Bin Laden ha creado diferentes reacciones en las personas. Están desde los que se regocijan de la muerte del perverso ser hasta aquéllos que han satisfecho su sed de venganza después de todo el mal que este energúmeno causó. De hecho en el mundo árabe prácticamente le idolizan y le creen una cuasi-deidad a pesar de que es más que evidente que el tipo era un lunático malvado que buscaba aniquilar a todo aquél que no fuera musulmán e inclusive les llamaba “infieles.”
Recuerdo la primera vez que escuché la traducción de las cintas de Bin Laden en CNN y cómo era que la intérprete mencionaba la palabra “infiel” una y otra vez. Las imágenes de los aviones comerciales estrellándose contra las Torres Gemelas me impactaban y era más que claro cómo era que la maldad se condensaba y atacaba lo que ninguno de nosotros habríamos pensado que podría ser atacado, el centro comercial del mundo. Luego unos años más tarde se dio el atentado de Mumbai donde murieron muchas personas inocentes a manos de manipulados que tomaron un arma y mataron sin ton ni son. Las escenas que los diarios mostraban eran espeluznantes y reflejaban la verdad que tratamos de obviar todos los días, el fanatismo religioso nos conduce como seres humanos a nuestra propia destrucción.
Stephen Hawking mencionaba en uno de sus libros que lo más cercano a una forma de vida que hemos creado ha sido el virus informático y se repetía a sí mismo, un virus, con toda la tecnología que tenemos disponible hemos creado un virus que es el vivo ejemplo del parasitismo y la destrucción porque el virus actúa como un ente parásito que se vive del parasitado hasta que el recipiente fenece y entonces se muda a otro cuerpo para continuar con el proceso. Obviamente Hawking tiene razón en cuanto al hecho que hemos creado virus informáticos que destruyen los sistemas operativos y causan pérdidas millonarios año tras año y en su afán de demostrar la maldad inherente en el ser humano, este físico recurre al ejemplo viral que para el lego o el emocional resulta el ejemplo por excelencia.
No obstante esto, es necesario mencionar que si bien es cierto nosotros como seres humanos hemos creado entes virales que obviamente son la epítome del parasitismo y de la decadencia, lo cierto es que el físico no se enfocó en las cosas buenas que hemos creado como el sistema informático en sí que es también producto de la mente humana y que gradualmente demuestra cuán valioso puede ser, basta con ver el ejemplo de FULVIDA que es un punto de encuentro electrónico para todos aquellos que estamos físicamente separados por miles de kilómetros.
El ejemplo de Bin Laden y su fallecimiento se asemeja al ejemplo de Hawking ya que vemos a Bin Laden como un ser malvado y de hecho así es, pero en el mundo árabe se le ve de forma muy distinta. Un prominente escolar egipcio dijo que el terrorismo causado por los Estados Unidos era mucho mayor que el terrorismo causado por Bin Laden ya que Bin Laden solo seguía las creencias musulmanas y lo único que deseaba era instaurar la regla islámica en el mundo, aunque lo hubiese hecho de forma equívoca. El árabe piensa como piensa Hawking porque piensa que todos aquellos que no son musulmanes son similares a los entes virales de Hawking que son el único producto de la mente del ser humano lo cual solo demuestra un odio solapado hacia el resto del mundo. Como se puede ver, cuando se tiene la visión de que somos inherentemente malos o que somos “infieles,” etc., esto abre un portillo para que los oportunistas creen las condiciones necesarias para la persecución y el dolor.
Sin importar lo que los medios de comunicación del imperio islámico-árabe digan, lo cierto es que el terrorismo sí existe. Me pregunto que pensaría el director de Reuters si le explotara una bomba en frente de la casa y viera a su familia morir a manos de los terroristas. Creo que ya no estaría tan renuente a no llamar a esos individuos “terroristas” y buscaría utilizar todos los adjetivos peyorativos para describir a semejante lacra. El cuento de los «palestinitos» es una de esas historias ficticias que han inventado más al norte de Terán para ocultar las verdaderas intenciones de quienes buscan hacer que el desorden y el caos reinen en el mundo.
Tomando prestadas las palabras de un hombre sabio, no nos regocijemos del deceso de nuestro enemigo por el hecho de que a través de su muerte se ha servido venganza sino que regocijémonos del hecho de que con la muerte de ese villano se elimina un foco de maldad que estuvo presente causando daños a aquellos que no lo merecían. Sin embargo Bin Laden no es el único que ha buscado atacar a Israel y a sus aliados, de hecho hay muchos Bin Ladens allá afuera como el sin nombre de Irán, el líder de Hamás, los líderes de Hezbolá y sobre todo aquellos banqueros y petroleros que esconden el dinero de los terroristas y les financian sus actividades. Como bien dijo el excelentísimo Primer Ministro Netanyahu cuando la “Autoridad” “Palestina” mencionó que se aliaría con Hamás; Hamás es enemigo de Israel y la Autoridad Palestina no puede ser amigo de Hamás y de Israel a la vez. La muerte de Bin Laden tiene un propósito mucho mayor que la simple satisfacción de venganza, demuestra que el que persevera alcanza y tomó muchos años pero se perseveró y se alcanzó y de esta manera se eliminó a una de las calañas más ruines que hayan cruzado este planeta.
El pensó que podía hacer lo que se le viniera en gana y que era intocable porque sus amigos del servicio secreto pakistaní le iban a proteger todo el tiempo. Lo que no se imaginó es que tanto va el cántaro al agua que se despedaza y que cuánto más arrogante se vuelve la persona más duro es el golpe que recibe. La misión continúa, talvez no todos tengamos la posibilidad de enlistarnos en el ejército y pelear directamente contra los mensajeros de la idolatría pero si podemos luchar haciendo consciencia y sobre todo no permitiendo que esas actitudes abominables como el fanatismo religioso y de hecho, la «religión» en sí, vayan a compelernos a realizar los actos macabros que estos malvados llevan a cabo. La mejor forma de liberarnos es a través del conocimiento y del hecho de saber que somos libres de las cadenas idolátricas que nos quieren amarrar ya sea por las buenas o por las malas. Entonces sintámonos bien por la muerte de Bin Laden por el hecho de que se ha eliminado una escoria más del mundo pero no nos excedamos en nuestro regocijo hasta el punto que lejos de ser un sentimiento de alegría sea más bien uno que nos asemeje a esos despreciables y miserables seres que buscan crear el desorden y el caos porque nos habremos bajado a su nivel porque ya no estaríamos hablando de regocijo sino de fanatismo.
Sé que es difícil no sentirse así pero lo cierto del caso es que cuando dejamos que sean las emociones las que nos manden, estamos destinados al fracaso y a la insensatez. Como dijo Clausewitz, ningún hombre en su sano juicio iría a la guerra si lo analiza racionalmente porque es casi seguro que morirá y al menos que tenga algún tipo de patología mental, lo cierto es que nadie desea morir; por eso es necesario recurrir a las emociones porque el corazón no piensa y el soldado abrumado por sus emociones está listo para ir al campo de battalla.
Saludos a todos y todas nuevamente y que estén muy bien.