Gracias a los comentarios de dos damas en el sitio de BELEV.ME en Facebook tengo la oportunidad para escribir este pequeño estudio que comparto ahora contigo. Oneida: Quisiera hacer una pregunta Rav Yehuda Ribco, si una crisis existencial da lugar a la búsqueda de DS (según algunos) será que el nihilismo existencial da lugar al […]
Archivo de la categoría: impotencia
Cómo parar el ciclo de la alarma al caos
Es normal sentir la frustración, fue puesta en nuestro sistema por el Creador para indicarnos que estamos enfrentando una situación de impotencia. Tal como Él nos dotó de la capacidad de percibir el dolor, lo cual nos alerta que estamos recibiendo algún daño físico y es necesario movernos, cambiar algo, o lo que fuera para […]
El miedo que limita lo ilimitado
Así funciona el miedo: una limitación imaginaria está amargando la realidad ilimitada.El mañana fantaseado está vivo en la mente del miedoso, quitando energía y placer al único momento presente.El miedo te consume las fuerzas, se para en el centro de atención, reclama que se le atienda, se desespera por tu expectación porque si tú te […]
Probar de lo prohibido
El EGO para esclavizarte tiene que ponerte en situaciones de impotencia real, o hacerte sentir que estás en una.Entonces, de forma automática y natural se disparan los mecanismos del EGO: llanto y/o grito y/o agitación física. Así como también la impotencia pone en funcionamiento a los hábitos, que son conductas que fueron repetidas hasta convertirse […]
El miedo que te come
«כִּ֤י פַ֣חַד פָּ֭חַדְתִּי וַיֶּֽאֱתָיֵ֑נִי וַֽאֲשֶׁ֥ר יָ֝גֹ֗רְתִּי יָ֣בֹא לִֽי: El miedo que presentía me ha sobrevenido; lo que me daba terror me ha acontecido.»(Iyov/Job 3:24) Una tremenda y verídica sabiduría encierran estas palabras.Expliquemos comenzando por saber que el miedo es una fantasía de impotencia en el futuro, que no tiene realidad actualmente.No confundamos ni con susto […]
Elegir la Vida
Estar vivo no es sinónimo de VIVIR, hay muchos que parecen vivos, se levantan, hablan, se dedican a sus quehaceres diarios, se enamoran, se desencantan, ríen, lloran, comen, van al mercado, o al cine, o al fútbol, en fin hacen cosas día tras día, pero sin conocerse completamente, sin preguntarse cuál es el sentido de sus “ires y venires” en éste mundo, aprendieron que vivir es sobrevivir. Pero de seguro no saben que sus reacciones, o la manera como se comportan y se relacionan con otros no es más que una máscara, la cáscara que le permite moverse entre otros y a la vez protegerse.
Así es, hay quienes se protegen y no precisamente porque exista un peligro real, sino porque tienen hábitos adquiridos desde niños, desde esa primera etapa en la cual las herramientas del Ego le eran necesarias y le garantizaban la atención que demandaba, aunque no lo sepa sus acciones son en realidad herramientas que el Ego le ha facilitado para sobrevivir. Ha sido el salvador ante el miedo y su resultado más devastador “la impotencia”.
El miedo es la chispa que alimenta al Ego, que nos hace esclavos, impotentes, que nos paraliza, que nos brinda salidas que encarcelan y que atan. Recordarlo y entender que en más de una ocasión ha sido producto de fantasías es prepararnos para enfrentarlo, no sin antes reconocernos en nuestra justa medida, para luego volver los ojos a Quien Todo lo Puede, y comprender que cada episodio corresponde a un peldaño más en nuestro crecimiento, siempre y cuando elijamos la vida.
Y elegir la vida es, no negar nuestras debilidades y decidir trabajar en ellas, reconocer los potenciales y las herramientas que se nos ha otorgado no para vanagloria, sino para hacer lo que nos corresponde y cuando corresponde, elegir la vida es hacer lo bueno y justo pese a que todo parezca en vano, elegir la vida es reconocer la limitada condición humana y a la vez el potencial humano, dejar fluir lo incontrolable a nuestra condición y confiar en Aquel que Todo lo puede.
Finalmente elegir la vida es pelear la batalla para destronar al Ego.
¡Es hora de madurar!, que seamos capaces de enfrentar nuestros temores con certeza y responsabilidad.
Un abrazo y que juntos sepamos construir Shalom!
¿La religión como salvación?
El tema del Ego resulta tan importante, ignorarlo es abstenerse de enfrentarnos a nosotros mismos, a lo que creemos, a la manera como actuamos, a conocer y aceptar nuestros aciertos y desaciertos, y personalmente siempre que leo del tema encuentro algo nuevo, sabemos por ejemplo que las herramientas utilizadas por nuestro ego, en esa primera etapa se convierten poco a poco en hábitos, tras repetirlos una y otra vez… siempre que intentamos sobrevivir, ya sea porque tenemos hambre, o frío, porque no se comprende ni nos hacemos comprender, porque no es posible saber que la mamá o el papá van y vienen, pero al no saberlo la ausencia aunque temporal quienes nos cuidan suele resultar toda una tragedia, esa que llamamos “abandono”.
Recién aprendía en éste nutritivo texto que durante esos primeros años en el que el Ego nos resulta tan útil y necesario “papá y mamá” no son individuos, ni el cuidador, ni quien va y viene para acompañar al bebe, porque tal como se menciona en el texto al que me refiero “nadie es un individuo, son cosas que se sienten y no se fijan como identidades en nuestra memoria. Solamente queda la profunda impresión de que de alguna manera algo/alguien nos rescata”[1], claro no sucede esto por decisión, sino porque el bebé no tiene la capacidad para hacerlo.
Partiendo de ésta idea, resulta mucho más claro comprender ¿por qué las religiones se convierten en “oportunidades de salvación”?, pero no sólo ellas, sino que hay infinidad de “salvadores” de dioses creados “a imagen y semejanza del Ego”; que van y vienen, que mueren y resucitan, misteriosos pero manifiestos, dotados de poder para ayudar, para salvar, para dar paz… y todo ello porque donde abunda el temor, el pánico, o la impotencia, existe un espacio para ellos.
Es así como incluso se convierte al Eterno en un salvavidas más, o a la Cábala y su misticismo, o a la Torá y al Hebreo, o lo que sea, incluso al mismo Judaísmo o Noajismo, y esto ocurre cuando solo se les ve como “ismos”, es decir como “movimientos, doctrinas, corrientes” que van y vienen, que mueren pero resucitan, … que están dotados de poder para ayudar, para salvar, para … dar paz…, para… esconder nuestros miedos, incluso aquellos que ignoramos.
Caso contrario cuando entendemos quienes somos, cuando sabemos que pese a nuestra limitada condición, también podemos y debemos hacer eso que está en nuestras manos, para bien de otros, de nosotros, para cuidarnos y para cuidar, podemos elegir y esforzarnos por aprender y hacer lo que es bueno, lo que es justo…
No estamos abandonados a nuestra suerte, hay “algo que nos une al Creador”, que es intocable, que no se aleja ni nos deja para condenarnos, que no nos juzga sino que espera, habla, comunica pacientemente… pero que es preciso aprender a oír.
¡Que sepamos construir Shalom. Un abrazo!
[1] Moreh Yehuda Ribco