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Exilio y Redención de Av

El ayuno de Av es la el día más oscuro de la nación de Israel. Numerosos acontecimientos trágicos y espantosos han pasado en esta fecha y su entorno, marcándolo como especial, o identificándolo como tal. El día de la amargura extrema, el polo de la negatividad para los judíos.
Al mismo tiempo, en la sagrada Tradición se menciona que el Mashiaj ha nacido en este día, junto a la destrucción del Templo nació el redentor. Es la esperanza entremezclada con la amargura, el optimismo aún en la mayor de las angustias, una modo típicamente judío de contemplar la realidad.

El ayuno  de Av recuerda el llanto de aquellos judíos que se negaron a confiar en Dios y prefirieron la muerte en el desierto a la toma de la Tierra Prometida. Recuerda la destrucción de los dos templos, con siglos de diferencia, junto a la masacre de miles de judíos y el fin de la independencia de Israel. Recuerda el exilio nacional y colectivo en numerosas instancias. Recuerda la matanza y persecución, la conflictiva estancia de los hijos de Dios entre las naciones idólatras.
El resumen es el exilio, el estar fuera del lugar indicado, el vivir una existencia pasajera y de apariencias en lugar de la propia identidad en su plenitud.

En la tradición mística más esmerada se reconoce también su faceta personal, interna.
Estamos en exilio personal, alejados de nuestro Yo Esencial, esclavizados por el EGO, sometidos a los disfraces del Yo Vivido, encerrados en celditas mentales, en una diáspora casi constante.
Cuando armonizamos nuestras dimensiones, cuando sintonizamos nuestro Yo Vivido a la luz del Yo Auténtico, cuando dejamos de doblegarnos ante el EGO para tomar el verdadero control de nuestras vidas, es que estamos ingresando a la Era Mesiánica individual, una en la cual es nuestro príncipe interno nos gobierna y nos redime. Ya no es el EGO el que manda, sino el AMOR.

El profeta del desastre, el testigo del fracaso en la época del primer Templo, el gran Irmiá/Jeremías lo deja ver en numerosas ocasiones, pero quizás resalta en esta frase:

"El aliento de nuestra vida, el ungido del Eterno, ha sido atrapado en sus fosas; aquel de quien habíamos dicho: ‘A su sombra viviremos entre las naciones.’"
(Eijá / Lamentaciones 4:20)

Así es.
Nuestra neshamá, nuestra esencia espiritual, nuestro Yo Esencial, ese que es nuestro nexo sagrado con Dios y el cosmos, lo más auténtico de nosotros en nosotros, el aliento de nuestra vida, lo que es del Eterno en nosotros, está atrapado entre las cáscaras y costras que impone el EGO a través de las instancias del Yo Vivido.
Estamos en exilio de nosotros mismos, apartados de nuestra identidad, reconociendo que somos tal o cual que en verdad no somos. Estamos en búsqueda de dioses y salvadores, de reyes y pastores, de mesías y redentores, cuando la solución está dentro nuestro. Allí vive nuestro Mesías personal, nuestro redentor. Nuestro Mesías que está acosado por el falso salvador, por el “Jesús”, que es el EGO. El EGO que se presenta como salvador, que nos impone sus inflexibles reglas de muerte, que nos hace padecer, pero tiene el descaro de aparecerse como el único que nos salva. Ese que nos obliga a adorar dioses, que son impostaciones suyas, ese que nos hace creer cosas adversas y sentir impotencia, para seguir sometiéndonos a su imperio de perversión.
Y nuestra neshamá está encerrada, atrapada en una fosa oscura, en donde la relegamos.
Es por esto que también penamos y padecemos en el ayuno de Av.
Porque el exilio nacional, la destrucción de los templos, las masacres, las agresiones, todo el mal externo y material que tenemos presente en este ayuno, son materializaciones de lo que sucede en nuestro interior, a causa del EGO.

Es posible romper el yugo del EGO. Podemos retornar a nuestra patria, a ese Templo sagrado que mora en nuestro interior (Shemot / Éxodo 25:8) y que tanto desconocemos. Podemos encontrar la estabilidad, la paz, la confianza, la fuerza, la belleza. Y no dependemos de medios externos, ni de dioses, ni de mediadores, ni de congregaciones, ni de conversiones a nada. El Templo está en nuestro interior, el nexo santo está en nosotros, ¡somos nosotros!
Nuestra parte más pura, auténtica e intachable está allí, a la espera de que ingresemos a la Tierra Prometida, unjamos a nuestro Mesías personal, inauguremos nuestro Templo, vivamos a pleno la Era Mesiánica. Pero no lo hacemos. Damos excusas, nos negamos, preferimos morir en el desierto, seguir en el exilio, justificarnos, inventarnos religiones, buscar conversiones, hacernos extremistas, fanatizarnos, llenarnos de eslóganes, repetir lemas, ser religiosos, vivir en exilio y en apariencia disfrutarlo y llamarlo hogar.

Por esto, este ayuno de Av es ocasión de reflexión, de conocimiento interno, no solamente de llanto por lo que pasó hace siglos, no solo recordar a los inocentes masacrados, no solamente penar por la independencia nacional perdida, no solo los Templos… sino por el exilio interno, ese que nos obliga a ser extraños en nuestra propia tierra. Ese exilio que pone ídolos en los atrios del Templo, al EGO en el sitial de un dios.

Aprovechemos este ayuno, o cada ocasión que podamos, para hacer el camino de regreso al hogar. Podemos hacerlo.

¿Convertirse a judía? ¿En serio?

Esta es una conversación que tuve hoy con una persona a través de mensajería del Facebook.
Edité algunas partes para preservar la identidad de la persona, así como cuestiones que no fueran relevantes al tema a tratar.
Espero que sea de beneficio y bendición para todos.

  • bs´d
    Shalom moré.
    Le escribo por este medio, porque considero que lo que necesito contarle y consultarle es algo muy íntimo. Trataré de ser lo más breve.
    Hace * años conocí de judaísmo por un novio judío que tuve. No era religioso, pero aprendí algunas cosas con él. Cuando terminamos la relación yo me acerqué mucho a un grupo de personas q llevan muchos años practicando judaísmo y buscan la conversión.
    Como todos a los que le sucede lo que a mi, era mi sed espiritual y mi búsqueda de H`la q me hizo acercarme a la Torah, y como no tuve una guía, pues hice lo que tenía a mi alcance con todo mi corazón. De vez en cuando visité su pagina fulvida, pero no me llenaba o tal vez, en mi ignorancia no supe ver…en fin, no lo sé. En este tiempo, he adquirido un poquito de conocimientos y siempre caminando hacia la búsqueda de la conversión. ha Kadosh baruj Hu me dió la oportunidad de estar en Eretz Israel en la festa de Sucot e hice amigos también. Llevo ya un año de cuidar de comer kasher, a pesar de lo dificil que es aqui, en *, observar shabat, las festividades, etc.
    En fin…sucede que en este hermoso camino que he recorrido y que agradezco con el corazón entero a H´q me lo haya mostrado, comencé a estudiar las halajot de kivbd Av vaEm y me topo con las cosas dificiles del respeto a mis padres (obviamente gentiles) y q por cosas de hijos siempre habia diferencias "sin sentido", pero con esfuerzo comencé a cumplir en lo más posible. Pues, gracias a eso mi relación con mis padres, sobre todo con mi Mamá, ha mejorado mucho. Ahora los aprecio mucho más y me ha sensibilizado mucho respecto a ellos, su cuidado, su bienestar, etc. Todo esto, me ha hecho ver que en mi decisión de seguir el camino hacia la conversión jamás los tomé en cuenta, los abandoné, me encerraba en shabat, me enojaba que tocaran mi comida o mis libros, etc. Y poco a poco fui saliendo y ahora, cuando paso shabat en casa, también les comparto de las seudot y hasta comentamos la parashá formando un ambiente hermoso, en familia….
    Lo mismo me ha pasado con mis amigas más cercanas, no me habia fijado que se han sentido desplazadas por mi en el sentido "espiritual".
    Justo es en estos momentos en que me siento así, como abriendo los ojos a todo esto, que el grupo de aqui está más cerca de la conversión…y al ver la cercanía del momento, me digo a mí misma "detente!" siento que he estado ignorando a mi familia y amistades y les he estado negando la riqueza que les pertenece de la Torah, lo hermoso y el disfrute que se puede obtener a través de ella, no pretendo jamás acercarlos al judaismo, sino que hablo en el sentido del noajismo q enseña a VIVIR, DISFRUTAR y estar cerca de Ribonó shel Olam. Es esto lo q en mi corazón y en mi mente me grita "detente!" y quisiera tener la palabra de alguien, que me comprenda y me guie. Este shabat pasado, fue el primero en el que no cumplí tanto como he acostumbrado de hace un tiempo ya, y me senti extraña, triste.
    Quiero ser luz, y es como habeme dado cuenta de que he sido oscuridad, encierro.
    Ahora estamos en los días tristes, y no sé cómo debo comportarme en mi situación, no sé si hacer el ayuno, no sé nada. Siento que no puedo dar paso atrás después de todo lo que B`H´ conozco, pero también siento que no puedo seguir hacia adelante. No sé qué hacer, y no tengo a quién recurrir..me siento triste.
    Agradezco de antemano el sólo hecho de leerme. Un enorme saludo y gracias por su intensa labor que ilumina las vidas de todos cuantos llegan a sus sitios web y demás.
    Berajá, hatzlajá ve kol tuv.

  • Yehuda:
    Hola *.
    ¿Qué es lo q quiere Dios de usted?

  • que sea feliz…..

  • Yehuda:
    Esa es una posibilidad.
    Pero El explícitamente dijo que quiere de Ud.
    ¿Qué es exactamente ESO qué El quiere?

  • Que Lo ame con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas…
    Que ame a mi prójimo como a mí misma…
    Que cumpla Su Torah.

  • Yehuda:
    Perdón, ¿usted es judía?
    ¿Ya se ha convertido formal y legalmente al judaísmo ante un tribunal autorizado?
    No me queda claro por su respuesta.

    • No, no he hecho conversión aùn… Le comento que he estado aprendiendo y practicando algunas cosas junto con el grupo que hay aquí, quienes hemos buscado hacer la conversión. Ya 2 Rabinos de * nos conocen, así como nuestra situación y parece q el momento de la conversión es más cercano. Y es justo en estos momentos q me siento de esta manera que describo…

  • Yehuda:
    Exactamente, por eso mismo le pregunté si ya había hecho conversión.
    Porque lo q usted responde no tiene NADA q ver con lo q Dios pide de usted.
    ¿Qué pide DIOS de USTED?
    No le estoy preguntando por lo que a usted le parece o quiere, sino lo que EL pide realmente de usted… seguramente lo sabe, ¿sí?

  • Se refiere a mi condición de gentil… Sería cumplir con los 7 preceptos universales..

  • Yehuda:
    ¿Qué es lo q Dios quiere de Ud.?
    ¿Dice en algún lado que usted tiene o debe:
    ’Que Lo ame con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas…
    Que ame a mi prójimo como a mí misma…
    Que cumpla Su Torah.’?
    ¿Dice en algún lado que quiere que sea feliz?
    ¿Dice en algún lado que sea judía?
    ¿Dice en algún lado todo eso que estuvo haciendo porque quiso durante años?
    Realmente, ¿qué es lo q DIOS quiere de usted?
    No quiero que me repita lo que algunos rabinos (verdaderos o falsos) dicen, ni lo que dicen los que venden conversiones falsas, ni lo que dicen los traficantes de la fe, ni lo que su EGO, ni lo que la sociedad dice, ni lo que sus amigos dicen, ni lo que le parece, sueña o anhela… nada de eso le estoy preguntando, sino que me diga, que se diga, con simpleza y sencillez solamente lo dice DIOS al respecto.

  • No lo sé Moré…

  • Yehuda:
    ¡Bien!
    Ahora por fin estamos en el comienzo.

  • Auxilioo! No sé què hacer.. Què quiere Él de mí?

  • Yehuda:
    Bueno es preguntarse eso, y hacer lo posible por encontrar la respuesta. En vez de seguir el camino del engaño es mejor tener la humildad y lealtad de preguntar y responder con verdad a esta pregunta: ¿Qué quiere Él de mí?
    Ahora, por fin ahora, está encaminada. Ya no trastornada por el EGO, ni por las propagandas de los que tienen intereses en que usted haga esto o aquello, sino que andar con fidelidad con el Eterno.
    Entonces, ya que se animó a preguntar lo que hace años debía haber preguntado, permítame hacerle otra pregunta.
    ¿Dios la hizo nacer gentil?

  • Si

  • Yehuda:
    ¿Y El dijo a los gentiles que tiene que:
    ’Que Lo ame con todo mi corazón, con toda mi alma y con todas mis fuerzas…
    Que ame a mi prójimo como a mí misma…
    Que cumpla Su Torah.’
    ?
    O ¿Él ordenó que los gentiles se deben convertir judíos?
    ¿Es alguna de estas cosas el camino del gentil justo?

  • No

  • Yehuda:
    Entonces, ¿por qué respondió eso cuando le pregunté antes que quería Dios de usted?
    Ahora piense.

  • Porque es lo que yo he querido hacer..
    Creo q he actuado desesperada y equivocadamente, maleada por las falsedades que me rodean, y decidí que la conversión era el camino correcto.
    Pero ciertamente fue MI elección.
    Pero Él no dijo nada d eso.

  • Yehuda:
    No, ciertamente que Dios no dijo nada parecido para el gentil.
    Sabemos que TODO lo que Él hace es bueno y justo…
    Bueno y justo, tal como nosotros debiéramos serlo.
    Porque, ¡esa es la respuesta a lo que Dios quiere de usted!
    Él quiere que usted sea “buena y justa”.
    (Vea el profeta Miqueas 6:8 y la explicaciones al respecto publicadas en fulvida.com y serjudio.com)
    Eso, que es profundo a la vez que sencillo y simple.
    Eso que parece tan elemental, pero que realmente es la cima de la espiritualidad.
    Sin complicaciones.
    Sin falsedades.
    Sin inventos.
    Sin cosas estrafalarias diseñadas para robarle dinero o para obtener dominio sobre usted.
    Dios no quiere que sea judía, ni que cumpla con la Torá judía, ni que se haga pasar por judía, ni que lleve una vida que le es por completo ajena a su identidad. ¡Dios la hizo gentil, bienaventurada usted por esa identidad! Alabado sea el Eterno que ha colmado al mundo de personas gentiles, que son el 99.98% de la población humana, porque son los socios de Dios para convertir a este mundo en un paraíso terrenal y de esa forma alcanzar el paraíso celestial. No por medio de disfraces, no por malabarismos religiosos, no por llevar vidas exóticas, no por hacerse pasar por lo que no son, ni por pretender ser mejores por convertirse a judíos. Mejores son si reconocen su propia identidad y viven a pleno con ella. Nadie es mejor por dejar de ser quien es, para llevar una vida de apariencias, sea con rulitos en las sienes y música jasídica de fondo…
    Dios explícitamente le ordena que viva a pleno siendo buena y justa, no otra cosa.
    ¿Acaso usted puede saber mejor que Él lo que debe hacer con su vida?
    Y todos esos payasos, especialmente los que se hacen pasar por judíos y rabinos para vender falsas conversiones y objetos de judaica a los ingenuos que les siguen, ¿son mejores que Dios y Sus profetas? Esos patanes no se dan cuenta de que se están burlando de Dios, blasfemando, llevando al infierno emocional a los que les siguen… y sin embargo, son tan “exitosos” en sus delitos…
    Ahora, joven amiga, ¡tiene tanto para hacer!
    Parece poco y simple, solo ser buena y justa, pero es la cosa más profunda y sagrada que puede hacer con su vida.
    Claro, si se atreve… pocos son los que aceptan con humildad su misión, muchos son los que viven en celditas mentales…
    Ahora, si usted fuera sicóloga, ¿qué comentaría de nuestra breve charla?

  • A veces nos dejamos llevar por nuestros impulsos, actuamos pronto, sin pensar creyendo q hacemos bien..pero cuando nos detenemos a pensar y reflexionar podemos darnos cuenta q solamente le dimos cabida al ego, con lo cual no hay realización…plenitud.
    Así es como a veces queremos "pensar por Di.s" y no nos detenemos a ver realmente qué dice Él, con lo q terminamos equivocandonos por supuesto.
    Gracias Moré…

  • Yehuda:
    A las órdenes.
    ¿Puedo usar parte de esta charla para un post en fulvida y serjudio.com dejando de lado las cosas personales y lo que pueda identificarla?
    Creo que hay mucho para que otros también aprendan.
    gracias

  • Por supuesto Moré. Me alegraría mucho saber q a través d mi caso otros puedan encontrar respuestas a sus dudas.
    Muchas gracias. Kol tuv

Parashat Balac 5772 y Purim

En ocasiones veo a la parashá Balak como un precursor de Purim.
Sabido que a esta festividad también se la conoce como la del “venafoj hu”, cuando las cosas se dan vuelta, y ocurre lo inesperado, se presentan los contrastes, las apariencias se mezclan con lo original y lo que parecía ser de una manera resulta ser otra. Es en Purim cuando se usan máscaras por un día para tapar las máscaras, el Yo Vivido, de todos los días.
Es una fiesta muy profunda en su simpleza aparente.

En esta parashá se nos cuentan sucesos ocurridos cerca de mil años antes de la historia de Purim.
Aquí también hay un rey impotente a la par que prepotente,
un séquito de ministros y subordinados que toman atribuciones,
un maligno encargado de destruir a los judíos, 
una salvación oculta, 
lo que es no es,
y lo que debía suceder de una forma sucede de otra.
En una lectura comprensiva y comparativa resaltaran numerosos detalles que asocian una historia con la otra. Es cuestión de tomarse el tiempo, proveerse de baterías de conocimiento, y emprender la búsqueda que bien pronto se encontrará las pistas.
Algunos aspectos son diferentes, como por ejemplo el final de ambas historias, o quizás luego de analizar con detalle podemos encontrar que no hay tantas diferencias.

Encontramos que el supuestamente poderoso tropieza allí en donde el débil tiene éxito.
Vemos al sabio que fracasa cayendo en ignorancia y violencia, al tiempo que brilla el entendimiento del que es considerado inepto.
Testimoniamos como el que posee enormes capacidades las desperdicia, las tuerce hacia lo que pierde en lugar de usarlas para alcanzar lo que salva.
Comprobamos intentos de maldición que se vuelven pálidas bendiciones, que al mismo tiempo esconden larvadas otras maldiciones.
Allí está quien debe guardar silencio que habla, y el que tiene que decir algo importante se pierde en divagaciones, palabrería, cosmética ridícula o silencios perniciosos.
El enemigo es el encargado finalmente de pregonar públicamente las alabanzas y bendiciones del que quería destruir, porque el “rey” hizo que el tiro del malvado le saliera por la culata y le dañara en tanto la víctima era rescatada para bien.

Sí, hay mucho para desentrañar. Especialmente luego de que aprendimos a reconocer las injerencias del EGO en nuestra vida, de cómo manipulamos y somos manipulados, de cómo vivimos en conflicto, de cómo estamos en “galut pnimit” (exilio interior)… muchísimo es lo que tenemos para aprender. Te ofrezco que nos encontremos en pocos días en Bogota, Colombia, para que juntos veamos las enseñanzas que afloran de estas historias. Te espero.

Ésta es una invitación a seguir estudiando, para encontrar allí no solamente el saber sino el ejemplo de vida apropiada para el leal al Eterno.
Un estilo de vida que necesariamente involucra el ser bueno y justo, como es Dios el que se encarga de demandar de cada persona:

"¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim."
(Mijá / Miqueas 6:8)

Ser justo, ser bueno, ser leal. Eso es lo que Dios pide de cada persona.
No lo dice un hombre, lo dice DIOS.

Para mí, es suficiente.
Pero, es interesante ver que gente no muy apegada a los asuntos espirituales, en esta caso Voltaire, tuvo una inspirada genialidad al decir:

"Si eres justo, ya lo reúnes todo; la fuerza, la prudencia y la templanza sólo son cualidades útiles. Si las tienes, tanto mejor para ti; pero si eres justo, tanto mejor para los demás. No es suficiente ser justos; es menester, hacer el bien a los demás".

Sí, doblemente interesante que se este autor el que pareciera estar bebiendo directamente de las fuentes espirituales al afirmar lo que afirmó.
Es como otro “milagro oculto”, otra paradoja de Purim, pero con un profundo mensaje muy cierto y vital.

De paso, ¿saben ustedes qué famoso personaje expresó el versículo que da comienzo a las plegarias matinales en la sinagoga?
Como ayuda, es el verso que comienza con las palabras “ma tovu ohaleja Iaacov”…

Resp. 1081- Jala?

Mónica de Q. nos consulta:

Shaloom Rav Yehuda Ribco quisiera saber si es correcto lo siguente:
Puedo Yo una B`nei noaj hacer Jalot para shabat ? aun sin bendicion
pues consegui el Libro que se llamael secreto de la Jala y ahì explican que hay ciertas bendiciones que se hacencuando se elaboran dichas Jalot o no me corresponde hacerlo ? gracias

Seguir leyendo Resp. 1081- Jala?

Jukat 5772 – חקת

Los temas que trata nuestra parashá son:

Ø "Pará Aduma" (vaca roja). Es el procedimiento requerido para purificar a la persona que ha estado en contacto con un cadáver humano. Desde hace siglos que no se reliza.

Ø Casi al cumplirse los cuarenta años de permanencia del pueblo en el desierto fallece la profetisa Miriam, hermana de Moshé. Es sepultada en Kadesh.

Ø En el desierto de Sin, nuevamente el pueblo reclama por la falta de agua para beber. Aarón y Moshé ruegan a Dios y Éste ordena que los reúnan en Meriva para que presencien cuando Moshé tome su bastón en su mano para luego hablarle a una roca de la cual surgiría agua. Moshé no pide agua a la roca sino que la golpea, como había hecho cuarenta años atrás en una ocasión similar. También le grita a los israelitas, aparentemente cansado por tantas quejas, revueltas, complicaciones, casi sin fin.
El Eterno decretó que ni Moshé ni Aarón entrarán a la Tierra de Promisión, también ellos morirán en el desierto.

Ø El pueblo continúa sus marchas, pero debido a que el rey edomita, descendiente de Esav, les niega el paso por su territorio, deben prolongar su viaje, haciendo un rodeo para alcanzar los límites de Israel.

Ø En el monte Hor muere Aarón, el cohen hagadol. Su hijo Eleazar es investido para ocupar sus funciones. La desaparición física de Aarón es llorada por todo el pueblo durante treinta días.

Ø El pueblo murmura en contra de Moshé y de Dios por haberlos sacado de Mitzraim, porque no tienen agua, y porque están hartos de man. Dios entonces, envía serpientes del desierto que mordían y envenenaban a los pecadores. A modo de remedio, Dios ordena a Moshé que haga la imagen de una serpiente y la coloque sobre un pedestal, para que aquel que alce los ojos y la vea, sea curado.

Ø Sijón, rey de los amorreos, lucha contra Israel, para no permitirles el paso por su país; esta batalla desemboca en la toma de esas tierras por parte de Israel. Convirtiéndose en la primera posesión territorial del pueblo de Israel, luego de la esclavitud egipcia.

Ø Se asentaron los israelitas en la ribera oriental del Jordán, frente a Jericó.

Nuestros Sabios en el Talmud (Pesajim 66b) nos enseñan: “Todo hombre que se enoja, si es sabio se aparta de él su sabiduría, si es profeta se aparta de él su profecía”.
El gran Najmánides (Igeret haRamban) por su parte instruye: “Acostumbra a hablar siempre calmadamente, a toda persona y en todo momento, con esto vencerás al enojo, que es una cualidad muy mala que lleva al hombre al pecado”.
Más recientemente, el Rav Kook (Shmoná Kvatzim 3:134): “Cuando vemos algún sector o partido que habla siempre con ira, es para nosotros una evidencia de que no cuenta con conocimiento, que no tiene contenido con el cual llenar su vacío interior; por lo cual, se enoja realmente con sí mismo, pero a causa de su egoísmo a la fuerza trata de volcar su ira sobre los demás”.

1. ¿Cómo vinculamos estas grandes enseñanzas con el contenido de la parashá?

2. ¿Cuáles son los temas recurrentes en la parashá?

Una manera diferente de ver las cosas

Este escrito es un comentario al texto que ves haciendo click al siguiente link

http://fulvida.com/ajenos/israel/parashat-shelaj-lej-5772-%d7%a9%d7%9c%d7%97-%d7%9c%d7%9a

Como una breve introducción el texto habla sobre los expedicionarios que envió Moshe por orden de Dios (y a petición del pueblo) para observar de cerca la Tierra prometida, y las inmediatas consecuencias de sus actos.

El pueblo que seguía a Moshe después de la revelación del Sinaí, era el remanente de lo que había quedado después de la revuelta de lo del becerro de oro, pero al parecer el “virus” que se había esparcido entre ellos al juntarse con el populacho permanecía latente aunque oculto dentro de ellos, y ni bien hubo la oportunidad de que se manifestara o tal vez como lo dijo un comentarista de aquí de fulvida fue para ello que se solicitó el envió de expedicionarios para observar de cerca la tierra prometida, para que el EGO tuviera el pretexto idóneo para embotar a la persona, la promesa del Eterno era clara y no tenía por qué haber sido cuestionada, mucho menos por ellos que habían sido testigos claros de cómo el Eterno Mismo se manifestó a ellos en el monte de Sinaí.

Al parecer su convivencia con personas que tenían los sentidos embotados termino por copiar la conducta estúpida de los primeros, al parecer no les basto ver que la tierra era buena sino que en lugar de ello su ego busco el primer pretexto con tal de desobedecer la orden del Eterno de conquistar esa tierra, pretextos tales como los que se enuncian en el texto que parece dando click en el siguiente link.

http://fulvida.com/ajenos/misioneros/teshuv-la-salvacin-mesinica

El ego boicotea a la persona no por ser “malvado” sino más bien torpe, pero como sostiene la tesis que expone el More Yehuda, el ego montado sobre el sentimiento de impotencia lleva al ser humano a cometer grandes estupideces, tal es el caso de el grupo de los 10 expedicionarios y el de los “mapilim” pero siempre ahí en el fondo está el ego montado sobre el sentimiento de impotencia causando perjuicios a la persona, la impotencia de unos como otros los llevo a ser exiliados sin haber aun tocado la tierra prometida, en lugar de hacer resplandecer la propia identidad se hundieron en los mandatos del ego, y fue hasta que esa generación se terminó que la siguiente pudo entrar a tomar posesión de la Tierra prometida por el Eterno al pueblo de Israel.

A simple vista podemos observar respuestas irracionales tanto del grupo de los 10 expedicionarios como de los mapilim, el ego como activo natural de supervivencia no funciona bajo los sectores más evolucionados del cerebro, de hecho parece ser que su respuesta por ser rápida no atraviesa por la zona cerebral encargada del procesamiento racional de los datos recibidos del exterior, entonces bajo esta limitante las respuestas emergentes del centro emocional del cerebro no suelen ser grandes ni las mejores decisiones.

Por ejemplo el celoso, buscando que “su propiedad” no se aleje de él, hostiga acosa amenaza, y el resultado que tanto temía es el mismo que se ocasiona con sus propios actos, sin en lugar de ello procediera de una manera más evolucionada, fortalecería su relación con verdadero amor, con actos más racionales y menos instintivos.

O la chica que anda con el hombre casado, su necesidad de “amor” no le deja ver las cosas con claridad y honestidad, así mismo tampoco le importa o aunque le importe los daños que cause a ese núcleo familiar, sigue con dicho hombre.

En ambos casos el pensamiento es cancelado y da paso a una respuesta netamente emocional, las complicaciones en ambos casos son evidentes además de graves en muchos casos.

¿Cómo puede explicarse que el mismo individuo haga cosas que le compliquen la vida?

Todas las idolatrías se manejan de esa manera, no de forma consciente, no por voluntad de sus adoradores, sino porque así es el mecanismo natural, el origen natural de la idolatría.
Viéndolo de esta forma comprendemos la terrible enfermedad que representa, puesto que no es un atentado consciente contra Dios y el hombre, sino una falla interna, un desequilibrio, una enfermedad. Al decir de los Sabios de la Sagrada Tradición: “Nadie transgrede a no ser que le entre un ánimo de idiotez” (TB Sota 3a). ¿Cuál es ese estado anímico enfermizo, idiota? No otro que el emanado desde el EGO.     Yehuda Ribco    

¡Seguro! Los Sabios de bendita memoria poseían estos conocimientos, hoy nosotros lo ratificamos a raíz de los descubrimientos a nivel cerebral que ha hecho la ciencia y que han ubicado al ego en determinadas zonas del cerebro en las cuales no opera el pensamiento racional.

Entonces no es de extrañarse reacciones al parecer muy lógicas de parte de las personas, pero que en realidad de fondo tienen como presentación una estupidez clara y llana si nos detenemos a pensar un poco en ello.

Ahora que el More está exponiendo el tema de la Teshuvá autentica (del retorno a la identidad), me parece ver dentro de todo el contexto de lo planteado, la visión clara de las cosas, empezar a reconocer la realidad desde una perspectiva racional y saludable, sin la visión empañada del ego ni de sus trampas al solitario o autoengaños, ver las cosas tal y como son.

Me parece ver que la Teshuvá comienza ahí mismo, quitando poder al ego y empezando a ver con una visión sincera clara y honesta las cosas que suceden dentro y fuera de nosotros.

Ieoshua y Calev, en su multidimensionalidad alcanzaron a comprender que la Tierra que se presentaba ante ellos era efectivamente la que el Eterno había prometido a sus padres, habría que emprender la empresa de entrar en ella y conquistarla pero el Eterno estaría con ellos.

La inseguridad del pueblo me parece muy similar a la de todos los Noajidas que conscientes de su identidad aún reniegan hablar de ello, por el miedo de ser rechazados agredidos en fin, pero existe todavía una reserva para hablar de ello, esta renuencia a aceptar con vigor la herencia milenaria me parece muy similar a la del pueblo que dirigía Moshe hacia la Tierra prometida, sin duda el Noajida no tiene que pelearse con los religiosos ni lanzarle escupitajos a sus ídolos porque eso haría que ellos respondan del mismo modo, pero sí debería de haber mayor vigor en la difusión de este alimento para la vida, hace pocos meses abrí cuenta en el popular Facebook, y veo que no muchos comparten los textos que aquí se publican también sé que cada quien es libre de compartir lo que desee pero sería muy bueno que más personas compartieran (es una opinión), como los de aquel entonces nosotros no debemos dudar porque el Eterno estará con nosotros, deberemos hacer las cosas prudente y razonablemente pero nunca dejar de hacerlas.

El texto que escribió el More así como todos los aporte de los comentaristas fueron muy jugosos Y DIERON ORIGEN A ESTE ESCRITO, agradezco los inteligentes aportes de los comentaristas de dicho texto y por supuesto al More por exponer temas tan interesantes y útiles para la vida.

Para finalizar estos días son propicios para exponer el tema de la Teshuvá, el cual me parece por demás interesante, aunque simple, el pecado consiste en el desvió del buen camino y la Teshuvá en el retorno al buen camino, en otras palabras ser quien tu eres, desplegar la espiritualidad en base al intelecto las emociones y la interacción social desde los actos físicos.

Digamos que la plenitud de nuestras características humanas es el retorno autentico, el ego anula el pensamiento embota las emociones y deteriora lazos sociales además de la integridad física (en muchos casos)

Quiera el Eterno (Bendito Es) que el merito de este texto intervenga para hacer brillar sus atributos de Misericordia sobre Angel hijo de María de jesus, así como sobre sus cosas y familia.

 

Job 1:1-5. Para ser bueno y justo con Dios y el prójimo.

La historia de Job, una historia pocas veces comprendida.
Una en la que la educación, piedra angular en sostener una vida de armonía, parece ausente.
Sobre eso quiero comentarte en esta oportunidad.

Prestemos atención a la lectura de las sagradas escrituras del judaísmo, tratemos de comprender lo que el inspirado autor nos quiere trasmitir.
Vamos:

"Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Elokim y apartado del mal.
(2) Le nacieron siete hijos y tres hijas.
(3) Poseía 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 500 yuntas de bueyes, 500 asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más grande de todos los orientales.
(4) Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
(5) Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los consagraba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: ‘Quizás mis hijos habrán pecado y habrán bendecido a Elokim en sus corazones.’ De esta manera hacía continuamente."
(Iyov / Job 1:1-5)

¿Te ha llamado algo la atención en este breve texto?
Vemos un hombre poderoso en su época y lugar. Dinero no le faltaba, eso es innegable. Poder tampoco. Era famoso. Era estimado. Era como la figura más predominante en el medio oriente.
Ese era Job.
Afortunadamente era reverente al Eterno, trataba de vivir apartándose del mal, actuaba con rectitud, cumplía las leyes. Claro que sí, era un ciudadano respetuoso de la ley y de la convivencia social. No transgredía, no cometía infracciones, andaba con honestidad por la vida. Es una virtud digna del mejor elogio, ¿no?
Pero notemos un detalle. Se apartaba del mal, pero… ¿hacía el bien?
Recordemos que ambas son necesarias para ser una persona completa. Apartarse del mal y hacer el bien. Con solo apartarse del mal uno consigue no cometer transgresiones, con el temor reverente del Cielo uno escapa de situaciones problemáticas. Pero, ¿dónde queda la faceta activa? ¿Qué hace para promover el bien, para darlo a conocer, para que la gente lo reconozca y actúe con bondad?
Por ello, no basta con temer al Cielo y apartarse del mal. No basta, aunque es una gran virtud.
Se debe complementar con los actos bondadosos genuinos, con las acciones promotoras de Shalom.
Como menciona Dios a través del profeta, Él quiere que el hombre sea bueno Y justo. No una de las dos, sino ambas. Y esto parecía no cumplirlo el justo Job, más no el bueno de Job.

Esta virtud “defectuosa” tarde o temprano se manifiesta problemática.
Y así lo veremos en lo que continúa (que en lo medular no trataremos en este texto, pero te anticipo que resuelve –según entiendo- el espinoso tema aquel de “el hombre justo que le pasan cosas malas”).

Como vemos, Job tenía mucho de todo, posesiones, animales, servidores y también hijos e hijas.
Era como un rey, lleno, poderoso, recargado de bienes.
Mucho tenía, pero algo aparentemente estaba faltando.
Veamos.

¿Qué hacían sus numerosos hijos?
No leemos que hicieran asistencia social, ni fueran líderes justos de su generación, ni comerciaran de alguna manera y proveyeran de bienes y servicios a sus contemporáneos, ni eran estudiosos, ni eran… se la pasaban de jolgorio en parranda. Siempre había buen motivo para celebrar, ¿y por qué no? Si papá Job se encargaba de proveerles de todo, todo, sin necesidad de esfuerzo, sin trabajo, sin dedicación Ellos estiraban el brazo y papá Job les daba sin límite. Al menos, en apariencia, se llevaban bien entre ellos. Eso es algo para destacar, o al menos eso es lo que parece del texto literal.
Así pues, tenemos a unos jóvenes licenciosos, príncipes enviciados, que teniendo el poder y la capacidad para ser motores de expansión del bien, se centraban solamente en gratificarse a ellos mismos. Siete hijos varones, una parranda por día, siete por semana, una día en cada casa.

Al cabo de una semana, cada fin de semana, el preocupado padre Job los convocaba para que él se encargara de elevar sacrificios en honor a la deidad, no sea cosa que ellos hayan pecado.
Es que entre copas y copas, con mezcla de alcoholes y otros “endulzantes”, con cuerpos que iban y venían, con la cabeza aligerada y el corazón alegre, con la juerga a flor de piel… ¿cómo saber si habían incurrido en algún error leve o grave?
¿Podemos nosotros saberlo?
¿Cuál era el pecado que molestaba que incurrieran los muchachos y muchachas?
El de blasfemar, maldecir a Dios, que está mencionado con el eufemismo “bendecir” a Dios.
Los comentaristas clásicos nos hacen notar que este tipo de sacrificio, “olá” – “holocausto” – “incinerado por completo”, era el acostumbrado hacer cuando uno tenía pensamientos negativos, los que no implican un acto en los hechos, en este caso el de insultar a la deidad de alguna manera, con la excusa de la borrachera o la falta de consciencia.
Y así procedía este hombre poderoso, cada semana, una y otra vez, ofrendando diez animales en honor al Dios, porque eso era lo que él consideraba necesario para prevenir a sus hijos de castigos a causa de blasfemar. Madrugaba, presuroso corría a sacrificar animalitos con la buena intención de prevenir castigos divinos. Una y otra vez, escudaba la conducta de sus hijos detrás de la sangre derramada de los holocaustos.
Parece un hombre notable, como para tomar en consideración y ejemplo. ¡Tanta religiosidad aplicada a los sacrificios! ¡Tanto esmero y velocidad para disculpar los posibles pecados de blasfemia de sus descendientes! ¡Tan atento a los detalles rituales! Sí, a primera vista, a ojo de lector superficial y poco entrenado en la ciencia del estudio de la Torá se pude consignar a Job como un modelo de noájida a seguir, con todo su ritualismo, su detallismo, sus animales muertos en sacrificio, su temor reverente de Dios… sí… pero no…

¡Cuán errado e impotente era este temeroso y poderoso hombre!
¡Cuánto descarrío y desgracia en tanta buena intención desprovista de ciencia!

Entendamos, no era un mal hombre el amigo Job, pero tampoco podemos decir que era bueno.
A lo sumo, recto, correcto, justo, temeroso de pecar, pero no era bueno.
Y tampoco se encargó de educar en la buena senda a sus hijos e hijas. No lo vemos como maestro, como orientador, como consejero, como hombre sabio que encamina a sus continuadores detrás de sus pasos de gigante. Más bien vemos a un hombre que no pone límites cuando son necesarios, que permite el desenfreno, que no enseña, pero que corre como bombero a apagar principios de incendio o teme enojar a la deidad y se apura a apaciguarla.
Pero el padre, el hombre, el que tiene que estar, el que educa, el que instruye, ese no aparece, al menos no en esta descripción.

Así pues, Job está ausente en su presencia.
Presente para aparecer al final del ciclo de juergas, para compensar a la deidad con sacrificios que nadie le pidió; pero totalmente ausente cuando tiene que dirigir a sus hijos o aleccionarlos o haberles nutrido en cómo debe ser la conducta de la persona.

No, los sacrificios compensatorios no bastan.
Aunque no peca de hecho, el hombre Job peca en su omisión.
Es cómplice en su tolerancia ante conductas reñidas con lo esperable y en su intolerancia con la posibilidad de que los hijos hayan pecado.
Pero en vez de educar, compra “la paz” con ofrendas.
¿Es eso paz?
¿Es eso lo que Dios quiere?

Resuenen las palabras del profeta cuando declara: 

"Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. "
(Ieshaiá / Isaías 1:11-13)

El sacrificio, un método anticuado, nacido en la desesperación del hombre, en su ignorancia, pero que no reviste real sentido.
Y lo demuestra Job, sacrificando una y otra vez, cada semana, en lugar de corregir la conducta de sus hijos o hacerles entender lo que es el camino de Dios. No, él no estaba despierto a la conciencia espiritual, como dormidos estaban también sus hijos, todos ellos entumecidos con rituales, con ritos vistosos, con aromas de carnes asadas, con festivales, pero con cero contenido espiritual.
Job, un hombre muy religioso, pero desarrollado en lo espiritual.
Temeroso del pecado, reverente de Dios, cosas que son sumamente loables… pero, ¿cuál era el sentido de vivir así?
En esto, de por sí no hay pecado, pero tampoco hay perfección ni construcción de Shalom.
Su propia esposa, sus hijos, sus amigos cercanos, todos ellos no han sido influidos positivamente por Job, porque, ¿cómo habría de recibir influencias positivas si él no hace nada para instruirles en el camino del Shalom?
Temer al pecado, correr a hacer sacrificios, dar sermones, no hacer cosas malas y ¿nada más? ¿A eso se limita el potencial multidimensional del hombre?

Cuando lo vemos con esta luz, cuando entendemos que no era tan bueno ni tan perfecto Job, se nos aclara rápidamente la metáfora que continúa narrando el capítulo, aquella de la puja entre Dios y Su ángel Satán. No están disputando, no están jugando con el destino del hombre, no hacen al estilo de dioses paganos, sino que ponen de manifiesto la debilidad del proceder, de la cosmovisión “religiosa” (más no espiritual) de Job.
Pero esto, no es el tema que trataré hoy contigo.
Dios mediante, algún día, podremos estudiar al respecto.

La redención de Job surge cuando cambia su modo de actuar, o más correctamente, cuando comienza a actuar con bondad, con bien, con generosidad sincera.
Ya no como temeroso del pecado, ya no más como justo indiferente al prójimo, sino como un hombre activo en la construcción de Shalom.
Atendamos, hacia el final de la historia Job confiesa:

"De oídas había oído de Ti, pero ahora mis ojos Te ven.
Por tanto, me retracto, y me arrepiento en polvo y ceniza."
(Iyov / Job 42:5-6)

Sí, ese hombre que se ufanaba de temer a Dios, de escapar del pecado, de hacer sacrificios propiciatorios en lugar de educar en el camino del bien, ese hombre ahora reconoce que solo fue un religioso más. Alguien que hablaba de oídas, suponía, inventaba ritos, creía entender a Dios y por eso actuaba como si fuera sabio, sin serlo.
Ahora, por fin ahora, despierta a su conciencia espiritual.
Hasta aquí no hacía el mal activamente, pero tampoco hacía el bien.
A partir de ahora se da cuenta de sus carencias y de sus vicios. El vicio de presumir, el de suponer, el de inventar caminos que lo apartan del Camino.
Y ya no recurre a sacrificios, porque no valen de nada si no se hacen en su contexto y especialmente con su sentido puro.
Ya no mata animales para complacer o aplacar a una deidad enojona. Ahora simplemente hace lo que tiene que hacer: TESHUVÁ.
¿Simple, no?
Sin rituales, sin palabrería, sin rebusques, pero pleno de espiritualidad, con la simpleza de la verdad, con fidelidad a Dios.
Se arrepiente y actúa como a Dios agrada. Tal es el secreto universal de la felicidad.
A sus amigos que seguían enroscados en religión, Dios les pide sacrificios de animales (Iyov / Job 42:8), porque ellos no alcanzaban a comprender, no podían salir de su celdita mental.
Pero de Job no pidió Dios sacrificios, sino que viva como constructor de Shalom. Lo vemos con efusiva claridad aquí:

"El Eterno restauró a Job, cuando él oraba por sus amigos, y aumentó el Eterno al doble todo lo que había pertenecido a Job."
(Iyov / Job 42:10)

La salvación de Job no dependía de sacrificios, ni de sangre derramada, ni de fe, ni de temor, ni de rezar por el mero hecho de rezar, ni de rituales, ni de posturas, ni de imposturas, ni de hebraísmos, ni de palabras hebreas, ni de repetir lemas judaicos, ni de leer Cabalá, ni de hacerse pasar por judío, ni de… la salvación de Job fluyó para él cuando fue capaz de interesarse por otro, hacer algo generoso por otro, actuar con bondad, hacer algo para beneficiar a otro en verdad.
Job fue “salvo”, restaurado, cuando aprendió a vivir con sentido espiritual, en su multidimensionalidad, en su plenitud, como constructor de Shalom.
Haciendo lo bueno y justo.
Lo que Dios espera que tú también hagas.

En resumen…

Job 1:5 ¿Se sumergían ritualmente los hijos de Job?

En los últimos días se ha suscitado la idea de que en el libro de Job, en el Tanaj, se menciona que los hijos de Job tomaban abluciones rituales para noájidas como mecanismo de purificación espiritual para gentiles.
Se trajo como evidencia para tal suposición el versículo 5 del capítulo primero.
Veamos qué dice concretamente ese verso, en su contexto:

א אִישׁ הָיָה בְאֶרֶץ עוּץ, אִיּוֹב שְׁמוֹ; וְהָיָה הָאִישׁ הַהוּא, תָּם וְיָשָׁר וִירֵא אֱלֹהִים–וְסָר מֵרָע.  ב וַיִּוָּלְדוּ לוֹ שִׁבְעָה בָנִים, וְשָׁלוֹשׁ בָּנוֹת.  ג וַיְהִי מִקְנֵהוּ שִׁבְעַת אַלְפֵי צֹאן וּשְׁלֹשֶׁת אַלְפֵי גְמַלִּים, וַחֲמֵשׁ מֵאוֹת צֶמֶד בָּקָר וַחֲמֵשׁ מֵאוֹת אֲתוֹנוֹת, וַעֲבֻדָּה, רַבָּה מְאֹד; וַיְהִי הָאִישׁ הַהוּא, גָּדוֹל מִכָּל בְּנֵי קֶדֶם.  ד וְהָלְכוּ בָנָיו וְעָשׂוּ מִשְׁתֶּה, בֵּית אִישׁ יוֹמוֹ; וְשָׁלְחוּ, וְקָרְאוּ לִשְׁלֹשֶׁת אַחְיֹתֵיהֶם, לֶאֱכֹל וְלִשְׁתּוֹת, עִמָּהֶם.  ה וַיְהִי כִּי הִקִּיפוּ יְמֵי הַמִּשְׁתֶּה וַיִּשְׁלַח אִיּוֹב וַיְקַדְּשֵׁם, וְהִשְׁכִּים בַּבֹּקֶר וְהֶעֱלָה עֹלוֹת מִסְפַּר כֻּלָּם–כִּי אָמַר אִיּוֹב, אוּלַי חָטְאוּ בָנַי וּבֵרְכוּ אֱלֹהִים בִּלְבָבָם:  כָּכָה יַעֲשֶׂה אִיּוֹב, כָּל הַיָּמִים.

Ahora, veamos qué dice en una traducción basada en fuentes judías eruditas, las únicas con derecho y potestad para traducir y comentar sobre sus propias escrituras y tradiciones:

"Hubo un hombre en la tierra de Uz, que se llamaba Job. Aquel hombre era íntegro y recto, temeroso de Elokim y apartado del mal.
(2) Le nacieron siete hijos y tres hijas.
(3) Poseía 7.000 ovejas, 3.000 camellos, 500 yuntas de bueyes, 500 asnos y muchísimos siervos. Y aquel hombre era el más grande de todos los orientales.
(4) Sus hijos iban y celebraban un banquete en la casa de cada uno, en su día, y mandaban a llamar a sus tres hermanas, para que comiesen y bebiesen con ellos.
(5) Y cuando habían transcurrido los días de banquete, sucedía que Job mandaba a llamarlos y los consagraba. Levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Pues decía Job: ‘Quizás mis hijos habrán pecado y habrán bendecido a Elokim en sus corazones.’ De esta manera hacía continuamente."
(Iyov / Job 1:1-5)

La dificultad en la suposición acerca de los baños rituales se genera a partir de la palabra que traducimos “consagraba”, y que en el original dice “vaikadshem”.
Ya veremos qué significa, pero antes notemos qué dicen algunas traducciones cristianas (por lo tanto ajenas, insuficientes, riesgosas) al respecto:

  • Al terminar esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Job jamás dejaba de hacer esto. “La biblia de nuestro pueblo”.
  • Una vez terminados los días de esos banquetes, Job los mandaba a llamar para purificarlos; se levantaba muy temprano y ofrecía sacrificios por cada uno de ellos, pues decía: “Puede que mis hijos hayan pecado y ofendido a Dios en su corazón.” . “Biblia latinoamericana 2005”.
  • Y sucedía que cuando los días del banquete habían pasado, Job enviaba a buscarlos y los santificaba, y levantándose temprano, ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque Job decía: Quizá mis hijos hayan pecado y maldecido a Dios en sus corazones. Así hacía Job siempre. “La biblia de las américas”.
  • Y acontecía que, habiendo pasado en turno los días del convite, Job enviaba y santificábalos, y levantábase de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán blasfemado á Dios en sus corazones. De esta manera hacía todos los días. “Reina Valera 1909”.
  • Al terminar esos días de fiesta, Job los hacía venir para purificarlos: madrugaba y ofrecía un holocausto por cada uno, por si habían pecado maldiciendo a Dios en su interior. Esto lo solía hacer Job cada vez.  “Biblia del peregrino”.

Por lo general no nos interesa en lo más mínimo lo que los traductores / corruptores cristianos dicen sobre palabras o versos del Tanaj, pero en esta ocasión nos parece oportuno, ya que entendemos que es por la incorrección en la traducción que luego se derivan los errores en la suposición.

Notamos que se usan dos voces “purificar” y “santificar”.
En el contexto judío (que da origen al relato de Job, que si bien era un gentil, su narración es parte de las escrituras judías, escrita por judíos, para judíos, con nociones judías) no remiten al mismo concepto, no son sinónimos.
Purificar (“letaher”) es retornar a la pureza, a la conexión con la vida.
Santificar (“lekadesh”, ) es separar, convocar, reunir en asamblea, apartar, consagrar, escoger, reservar, preparar.
No, evidentemente no es lo mismo purificar y santificar.
Ni tampoco se usa indistintamente a lo largo de las sagradas escrituras judías.
Los autores saben qué significa cada una y cuando corresponde su uso y no las confunden.

Tomemos un ejemplo de cuando aún no había Torá revelada, de cuando todavía no existía un cuerpo “dogmático” judío, de una época paralela a la de Job y veamos cómo se dice purificar: "Entonces Iaacov [Jacob] dijo a su familia y a todos los que le acompañaban: -Quitad los dioses extraños que hay en vosotros, purificaos (“veiteharu”) y cambiad vuestros vestidos." (Bereshit / Génesis 35:2). En ese mismo sitio, el renombrado comentarista Ibn Ezra dice sobre “purificaos”: “que bañen sus cuerpos”. Sí, así es. Purificar implica en muchas ocasiones el lavado de partes o la totalidad del cuerpo, pero eso es “letaher”, no “lekadesh”. Recordemos es éste el verbo que usa Job y no el correspondiente a purificar.
Es evidente, letaher no es lekadesh. Podríamos seguir abundando en ejemplos, hay decenas al respecto, pero no creo oportuno extendernos. Quien quiera realmente y se maneje con sinceridad y luz, encontrará correctamente.

El verso 1:5 de Job no usa la voz letaher sino una derivada de lekadesh, dice “vaikadshem”.
Así que partiendo desde el conocimiento básico del lenguaje es improbable hasta el grado casi absoluto de que el autor haya pretendido que los hijos de Job se “purificaran”, sino más bien que se “consagraran”, “santificaran”. Repito, lekadesh es santificar, convocar, reunir en asamblea, separar, apartar, consagrar, escoger, reservar, preparar.
(http://translate.google.com/#iw|es|%D7%9C%D7%A7%D7%93%D7%A9).

Los comentaristas clásicos sobre este pasaje, al respecto de la palabra en cuestión, no explican, lo que significa que es comprensible en sí mismo, sin suposiciones, sin nada extraordinario que aprender.
Pero, para no dejar dudas, la exégesis tradicional y establecida del Metzudat David enseña sobre “vaikadshem”: “Los convocó para que vinieran donde estaba él, así podría encaminarlos por la senda recta del Eterno”.
En similar dirección explica el Metzudat Tzión, cuando pone aquí mismo: “Se refiere a convocar, como cuando dice “hitkadshu lemajar” – “reúnanse mañana” (Bemidbar / Números 11:18)”.
Claramente se usa el sentido de “convocar”, consagrar, juntar, separar especialmente, para nada vinculado con el “purificar”.
Mucho antes que estos sabios comentaristas, en el propio Vaikrá Raba (sección 7) explicita exactamente la misma identificación con el pasaje en el libro de Bemidbar.

Veamos allí entonces qué es leakdish.
Según Rashi: “Prepárense para una desgracia que ocurrirá, como en Jeremías 12:3”.
Prepararse, estar listos, reunirse, estar pendientes, pero de purificarse… nada…

En conclusión, si tomamos en cuenta las fuentes sagradas, los comentaristas de renombre, el lenguaje en su obviedad, las costumbres de aquel tiempo y cultura, no hay siquiera una remota posibilidad para suponer que Job hacía que sus hijos tomaran baños rituales, abluciones. Nada en el texto lo permite suponer, ninguno de los comentaristas consultados lo sugiere siquiera al pasar.

Así pues, de aquí no hay evidencias de baños rituales que realizaran los noájidas de antaño como mecanismo de purificación espiritual.
Y de haberlo en algún sitio, tampoco se constituye en precedente legítimo para realizar hoy en día las costumbres que correspondían a aquellos tiempos y lugares.
Lo que Dios espera de cada gentil es el cumplimiento de los Siete Mandamientos y todas las buenas acciones que corresponden a sus razonables derivados. Esto es, llevar una vida de santidad por medio de las acciones buenas, justas y leales, tal como Él mismo se encargó en más de una ocasión de reclamar a través de Sus profetas.
Si los antiguos, que se presumen noájidas conscientes, realizaban ciertos rituales, actuaban según las normas de su época, no amerita como para tomarlo como necesario o bueno para esta era o nuestras culturas.
Mucho ha variado y no depende el noajismo de tales rituales o costumbres del medio oriente, sino de la fidelidad a los Siete Mandamientos y no a otra cosa.
Lo que era correcto como costumbre hace 3500 años probablemente no tenga cabida en la actualidad, ni sentido, ni razón de ser para el noájida despierto y activo.
Te menciono al pasar tres que se me vienen a la mente: poner la mano en el aparato sexual del otro cuando se va a prometerle algo; hacer sacrificio de animales como forma de alabar a Dios; la poligamia. En su momento puede que hayan tenido sentido, aunque algunas de las costumbres mencionadas como de los pueblos en aquellas épocas ya resultaban dudosas incluso entonces. Pero actualmente, no tienen sentido ni utilidad ni vigencia para el noájida. Lo quieren hacer, bueno, mientras no sea ilegal… pero… ¿serán más “santos” por vivir como los antiguos del medio oriente?

Pero los Mandamientos y aquellas reglas que permiten desarrollar una vida de plenitud en todas las dimensiones, acorde al sentido de los Mandamientos, eso sí tiene total vigencia y vigor.

Es más, Maimónides estableció como norma que deben ser extremadamente cuidadosos los noájidas de no inventar rituales que deriven en religiones, pues precisamente de ello es lo que hay que apartarse, la religión es lo que “impurifica”. Explícitamente codifica Maimónides:

Es regla general que no deben inventar una nueva religión ni adoptar para sí preceptos que no les corresponden [que son de los 613 para los judíos] o crear mandamientos por sí mismos sobre la base de sus propias decisiones .
Si quiere, que se convierta al judaísmo formalmente y cumpla con todos los preceptos [de los judíos], o que se quede con sus instrucciones noájicas, y no añada ni quite de ellas.

Si se dedicó al estudio de Torá [de las partes que no le conciernen directamente como noájida], o hizo Shabat [al modo judío], o innovó alguna cosa “religiosa” se lo debe castigar y se le debe informar que es merecedor de la pena de muerte, aunque no se le ejecute.”
(Mishné Torá, Hiljot Melajim cap. 10, ley 9)

En definitiva, seamos dichosos con nuestra porción, hagamos lo posible por construir Shalom que es muy necesario, indispensable, tal es nuestra sagrada tarea en el mundo.
Podemos dedicar nuestra existencia a lo que es bello, puro, santo, justo, cierto, verdadero, favorable, hay tanto para hacer, que está esperando por nosotros.
No sé si es razonable dedicar recursos y escasos y estar pendientes de cosas accesorias, que pueden resultar llamativas, anecdóticas, engordantes del EGO, útiles en cuestiones secundarias y a veces verdaderas piedras de tropiezo para multitudes….
Tenemos tanto para hacer, tanto necesario, y el tiempo es tan escaso.
Aprovechemos nuestras energías para hacer de este un mejor mundo, para que vivamos en Shalom y nuestros descendientes.
Eso es lo que hubiera querido decirnos Job

Yo, tú, otro, uno

En tu origen eres completamente otros.
Presta atención, cuando el espermatozoide de tu padre penetra la membrana del ovocito de tu madre y ambos se combinan, en ese preciso instante sagrado de la fecundación, eres una célula microscópica, solo una célula es todo lo que eres, una célula absolutamente formada por materia de una célula de tu madre y una de tu padre.
Eso y solamente eso.
¿Te das cuenta que en tu inicio eres absolutamente otros?
Esa célula se divide, luego la división se continúa y el maravilloso de la gestación sigue su curso.
De la célula inicial se forman cientos, miles, millones, que van adquiriendo su forma y funcionalidad de acuerdo a un programa específico diseñado para la especie.
Al día 40, considera la Tradición (TB Menajot 99b), que el espíritu se integra al feto. De acuerdo a Rashi in situ, “el feto adquiere forma humana”. En este momento está consagrado el Yo Auténtico.

Al nacer el bebe entra en contacto directo con otras personas, hasta ese momento su único contacto era reducido, con su líquido amniótico y placenta; con esporádicos contactos con el afuera mediatizados a través de su madre; con sonidos, posiciones, sustancias que provenían de su madre.
Pero al nacer, todos los sentidos se ven invadidos de ajenidad. Sonidos, aromas, caricias, movimientos, formas, sabores, palabras, mandatos… el otro, lo otro, se impone por doquier. Todo es otro. Hasta el mismo es otro, ya que no tiene conciencia de ser ni tampoco de la existencia de algo que es otro. Todo es una masa multiforme, extraña, cambiante, aterrorizante a veces y placentera otras. Todo mezclado, sin formas, sin contenidos, sin sentido. Cosas que están y desaparecen, pero tampoco se sabe que es una cosa y que es la otra.

Al irse desarrollando su cerebro y al estar sumergido en un océano de experiencias, su memoria se va plasmando con información, que muy lentamente va siendo ordenada, sistematizada, adquiriendo asociaciones, desarrollando sentidos. Muy lentamente.
Sus pensamientos, que son corporales, de movimiento, de sensaciones, provienen del afuera.
Cuando adquiere la capacidad de simbolizar, de expresar ruiditos comunicantes, más tarde palabras y luego un lenguaje, también es producto del afuera que se incorpora y se va sistematizando dentro.
Tus ideas no son tuyas originalmente, son retazos que pediste prestado a otros y compusiste para que parecieran tuyas. A veces surge un rayo de inspiración, algo que modifica por completo lo anterior, pero cuando vemos detenidamente encontramos que no hay tal desaparición de lo viejo, sino que aquello permanece, de una u otra forma sosteniendo lo nuevo y en apariencia original. Solo Dios crea algo de la nada, nosotros solamente damos forma a lo que ya está creado. Vamos desarrollando, modificando, pero siempre en base a lo anterior.
Por lo general, aquello que hemos introducido de fuera es asumido como realmente propio, como sustancial para la vida, como bastión a defender incluso al riesgo de matar o morir. Pero, son solo creencias, ideas, vapor que viene de fuera y te impregna hasta parecer verdadero.
Todo viene de otro, aunque lo único auténtico en ti es el Yo Auténtico, y hasta éste es esencialmente Otro.

Nos vamos construyendo con nuestras experiencias, en nuestras relaciones con el entorno y con otras personas.
Vamos tomando prestados roles, creencias, lemas, ideas, gustos, hábitos, como si fueran producto de experiencia personal, cuando realmente es una marejada continua del afuera que se va adquiriendo. Es cierto, cada uno es individual, es uno, pero formado por otros, con otros, de otros. Hasta cierto punto, y tal como indican las fuentes esotéricas de la Tradición, todos somos uno, unificados, somos cosmos, somos uno.
Ya no solamente uno en nuestra multidimensionalidad, sino uno con el prójimo, uno con el extraño, uno con lo que fue y lo que será, unificados en esa dimensión denominada “Iejidá”, donde se comprende que todos somos extensiones con apariencia de individualidad, pero realmente un solo ente universal. Pero claro, llegar a comprender y asumir esto, no es para todos, ni se pretende que se acepte esta idea y se viva acorde a lo que exige. De hacerlo, la senda es la del AMOR, no el del romance, no el de los poemas, no el infantil, no el que se disfraza para ocultar la miseria egoísta. El AMOR en su comprensión de la unidad del ser, de la unicidad de la aparente diversidad.

Nuestro camino individual está ligado al de los que nos rodean. 
Lo queramos o no, estemos de acuerdo o no.

En nuestro origen somos otros, nos vamos construyendo como otros, en un nivel profundo somos uno con todo.

¿Quién envío a los exploradores?

En el comienzo de la parashá Shlaj Lejá encontramos lo siguiente:

"Entonces el Eterno habló a Moshé [Moisés] diciendo:
‘Envía hombres para que exploren la tierra de Canaán, la cual yo doy a los Hijos de Israel. Enviaréis un hombre de cada tribu de sus padres; cada uno de ellos debe ser un dirigente entre ellos.’
Moshé [Moisés] los envió desde el desierto de Parán, de acuerdo con el mandato del Eterno. Todos aquellos hombres eran jefes de los Hijos de Israel."
(Bemidbar / Números 13:1-3)

Por su parte, en el relato que hace Moshé 38 años más tarde, él dice:

"Todos vosotros os acercasteis a mí y dijisteis: ‘Enviemos delante de nosotros hombres que nos reconozcan la tierra y nos traigan información acerca del camino por donde hemos de ir y de las ciudades a las que habremos de llegar.’
Me pareció bien lo dicho, y tomé a doce hombres de vosotros, un hombre por tribu."
(Devarim / Deuteronomio 1:22-23)

Son varias las cuestiones que se pueden formular al poner un texto junto al otro, y mucho más cuando se suman los versos previos y posteriores, pero quiero centrarme solamente en la aparente contradicción que con fuerza surge de estos párrafos: ¿quién pidió u ordenó que fueran enviados los exploradores, los meraglim? ¿Dios? ¿El pueblo? ¿Moshé?

Al estudiar con atención los textos en su contexto, al prestar atención a lo que está escrito y especialmente a lo que está omitido o sugerido, podemos rápidamente brindar una respuesta certera y satisfactoria.
(Se pueden suponer muchas versiones, se pueden inventar supuestas respuestas, pero hay que encontrar lo que es cierto, lo que está sintonizado con el resto del sistema de conocimiento).

El asunto fue así.
Los hebreos estaban a pocos días de ingresar a la tierra prometida, la cual sería conquistada con la ayuda poderosa del Eterno.
Luego ellos se repartirían las porciones que conformarían las provincias correspondientes a cada una de las doce tribus que heredarían territorios, quedaría excluida la tribu de Leví, la cual no tendría territorios autónomos aunque sí ciudades de residencia dentro de las provincias de sus hermanos.
Los hebreos deberían hacer la repartición de los terrenos, por lo cual el Eterno comanda a Moshé que vayan a explorar la tierra líderes tribales, de las doce tribus que heredarían territorios. Es por ello que el mandato de Dios excluye a los levitas, pues no tenían necesidad de enviar un representante a reconocer la tierra ya que luego no estarían en las negociaciones correspondientes a la repartición.
Es por ello que Dios solicita que sean cabezas tribales, gente que conoce a los suyos y entiende que precisan para solar de residencia. Gente con poder para negociar en nombre de sus hermanos, con sus connacionales de las otras tribus.
Así pues, la exploración mandada por Dios no tenía fines militares o de reducir la ansiedad de las masas dudosas acerca de su capacidad de conquista ante el enemigo residente, sino tan solo conocer para definir las porciones a adjudicar a cada tribu.

Pero entonces, de entre el pueblo surge un clamor, un anhelo, un deseo temeroso arraigado en el EGO.
Ellos saben que Dios les prometió luchar a su favor, que Él estaría de su lado y la tierra sería tomada de los enemigos.
Pero el EGO asusta, hace sentir impotencia, manipula para que uno no se libere de sus tenazas y de paso haga caer a otros ante sus respectivos EGOs.
De entre los alelados se levanta un pedido, que los dirigentes no sean meros observadores imparciales, que medirán capacidades territoriales con vistas a la división de parcelas. No, eso no es suficiente para los esclavos del EGO. Ellos precisan sentir que alguien está allí para salvarlos de sus conflictos, al tiempo que es manipulado por sus debilidades.
Se quejan, presionan, manipulan, hacen saber que tienen miedo, dudas, angustias ansiedad, temor, y piden que se los comprenda, son libertos, nunca fueron independientes, nunca lucharon para tomar su lugar, etc.
Moshé lo sabía muy bien, por dos años había padecido los incontables conflictos que provocaban.
Les dijo:

"Mira, el Eterno tu Elokim te ha entregado la tierra que está delante de ti. Sube y tómala en posesión, como el Eterno, Elokim de tus padres, te ha dicho. ¡No temas ni desmayes!’"
(Devarim / Deuteronomio 1:21)

Pero no era suficiente las palabras, ni las señales, ni los milagros.
Ellos querían algo más, el EGO no se sacia, es parte de su táctica para someternos.

Ellos quisieron que los exploradores trajeran otras noticias sobre la tierra y sus habitantes, de su poder, de sus capacidades, de sus ejércitos, de sus debilidades, de sus tesoros, de esto y aquello, todo lo necesario para dejar en paz los temores.

Esto le pareció bien a Moshé, entonces, por sobre la orden dada por Dios, él encomendó a los hombres otra tarea, una extra. Algo que a primera vista no contradecía ni obstaculizaba la finalidad para la cual fueron enviados por Dios.
Moshé, de motu propio, comandó:

"… a explorar la tierra de Canaán y les dijo: ‘Subid de aquí al Néguev, y de allí subid a la región montañosa.
Observad qué tal es la tierra, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si es poco o numeroso.
Observad qué tal es la tierra habitada, si es buena o mala; cómo son las ciudades habitadas, si son sólo campamentos o fortificaciones;
cómo es la tierra, si es fértil o árida; si hay en ella árboles o no. Esforzaos y tomad muestras del fruto del país.’ Era el tiempo de las primeras uvas."
(Bemidbar / Números 13:17-20)

Sí, no hay ninguna contradicción ahora, se entiende perfectamente que ocurrió.
Dios mandó algo, específico, claro, definido, que correspondía a las doce tribus que tomarían posesión de la tierra, necesario para las negociaciones de adjudicación.
El pueblo precisaba otra cosa, su EGO estaba saturando de dudas y quejas para manipular la situación y llevar a la perdición al pueblo.
Moshé en modo alguno se opuso a Dios o dejó de cumplir lo que Él le mandó hacer, pero, añadió algo para satisfacer al EGO del pueblo, que revisaran la tierra para confirmar que ellos podrían tomarla y que sería bueno y agradable vivir en ella.

El resultado, bueno, como suele pasar cuando el EGO comanda y se añade a lo que fue ordenado… completa tú la historia.