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El deseo como apego a la idolatría

El Talmud Babilonio, Sanhedrín 63b, nos aporta una interesante idea de Ribí Yehuda, en nombre de Rab:

Los israelitas sabían que la idolatría no tenía ninguna realidad, ellos sirvieron a los ídolos solamente para permitirse el mantener abiertamente relaciones sexuales prohibidas.

Interesante observación que culmina con una conclusión terrible: “…finalmente se hicieron adictos a la idolatría”.

Es un pasaje que trata sobre la admonición del profeta Irmiá/Jeremías que encontramos en su capítulo 17.

Entendamos bien este asunto, pues tiene un mensaje poderoso para cada uno de nosotros, en cada una de nuestras generaciones.

El espíritu del hombre, su Yo Esencial, está en constante conexión con Dios.
Es imposible para la esencia del hombre desconocer a Dios, admitir trinidades y otras formas de idolatría.
Lo más puro y sagrado del hombre repudia completamente cualquier idolatría, aunque sea un rastro mínimo, pues el espíritu está incapacitado para mentir, para engañar, para desconectarse de Dios.
Por tanto, el hombre, todo hombre, hasta el más hundido en las miserias tiene un foco puro, intocado, inalterado, sagrado, que lo conecta con Dios. Lo triste es que sus acciones lo llevan a sentirse desconectado, a olvidar a Dios, a negar la santidad, a abrazar la maldición pero llamándola bien.

Expliquemos brevemente.
Entre la conciencia y la esencia se interpone una barrera formada por el EGO, con sus máscaras multiformes, con sus apetitos normales pero que cuando exceden el límite se convierten en problemas.
Así el hombre pierde la memoria de su lazo sagrado, se siente sin Dios, desamparado, a merced de los ataques espantosos que lo hunden en su impotencia.
Precisa desesperadamente asirse a alguna tabla de salvación, a algún salvador mítico que enjugue sus lágrimas, que le prometa salvación, que le jure bienaventuranza a cambio de pactar por entregar su alma.
Cae en el abismo del caos y la impotencia el hombre sin dioses, porque no tiene conciencia de Dios y su nexo perpetuo y sagrado con él.
Incluso aquellos que se hacen llamar ateos, y confiesan sinceramente que lo son, en el fondo son creyentes de alguna deidad, de alguna fuerza misteriosa, sea la ciencia, la humanidad, la conciencia humana, o como le quieran decir, todos se prosternan ante sus EGOs a los que endiosan y caracterizan como dioses que pueden tocar, comprender, adorar, servir.
Así anda la inmensa mayoría de la humanidad, adorando dioses, siendo esclavos del EGO, desconociendo a Dios, aunque en el fondo es a Él a quien buscan –sin saberlo-, aunque en esencia nunca están desconectados de Él, pero no lo siente…

Pero, cuando la conciencia está despierta, cuando se SABE (no se siente, ni se cree, ni se tiene fe, sino que se sabe) que Dios existe y actúa, cuando se es como aquellos antiguos judíos que estaban conscientes de la Divina Presencia, ¿cómo cae el hombre bajo el poder –irreal pero fuere- del EGO?
¿Cómo se aparta el hombre de Dios, aunque se sabe que Él está y uno está en comunión con Él?
¿Cómo cayeron algunos pocos miles de israelitas ante el Becerro de Oro, a instancias de la muchedumbre de extranjeros que los seguían, siendo que hacía pocos días habían presenciado y experimentado en persona el poder de Dios y Su majestad?
¿Cómo comprender que en épocas del Primer Templo, cuando la Divina Presencia era percibida y confirmada, igualmente las personas adoraban falsos dioses?

La respuesta la brinda el pasaje con el que comenzamos nuestro encuentro.
El hombre no anhela los ídolos, no los valida, no les admite ni poder ni existencia. El hombre sabe de su nulidad, de su irrealidad, de su poder nulo. Pero… pero… el EGO no descansa e inventa una excusa “genial”: el deseo por lo prohibido.
No un deseo suave, sino el poderoso deseo que Dios inscribió en nosotros por encontrar nuestra completitud, por conectarnos a otro ser humano, el poderoso deseo sexual.
El EGO lleva a desear fuertemente el contacto sexual prohibido, condenado por Dios en sus mandamientos, tanto para gentiles como para judíos.

Se impone el deseo en el centro de la existencia de la persona, pero se interpone Dios con Sus mandamientos.
Entonces, ¿que excusa se inventa el hombre, a instancias del EGO?
Hagamos de cuenta que Dios no es el único, que hay otros dioses… solo juguemos con esa idea… no es que la creamos realmente, pero… ¿cómo sería un escenario por el estilo?
Habría
dioses compitiendo por la adoración de los fieles, que tendrían que ganarse a sus fans, que propondrían distintas ideas y normas.
Habría algún dios que gustara de los banquetes, otro de las parrandas, otro de las burlas, otro de los robos, otro de las matanzas, y… ¿por qué no?… dioses que aplaudieran el contacto sexual que el Dios Uno y Único rechaza.
No es que crea en eso, se dice la persona, pero es divertido pensar cómo viviríamos si esos dioses estuvieran todos juntos en un Olimpo, en un palacio celestial de dioses.
Y, continuaría argumentando con astucia propia del adorador del EGO, ¿cómo saber que en realidad Dios es el único?
¿Acaso otros pueblos no tienen otros dioses?
¿No son pueblos fuertes? Mira los egipcios, y los sumerios, y los babilonios, y lo persas, y… sí… son poderosos, cultos, mira sus artes, sus reinos, sus obras de ingeniera… ¿será que ellos están sin dioses?
¿Por qué no podría ser que esos dioses tengan un poquito de existencia? Sólo un poquito, nada de exagerar… pero… ¿cómo puedo comprobar que Dios es el único?
Sí, yo sé que Él existe, se lo demostró a mis abuelos en Egipto, eso es sin dudas verdad. Yo mismo veo Su poder saliendo desde detrás de las cortinas del Santuario… no soy uno de esos extravagantes habitantes del futuro que niegan a Dios… yo creo en Él… daría mi vida por Él… pero… ¿por qué no existen los otros dioses? ¿Acaso no es el mismo Dios el que dice que no los adoremos?… Si no fueran verdaderos, ¿por qué Dios rechazaría que los adorásemos?
Aquí hay algo… sí… es todo mi fantasía… pero sería estupendo… podría gozar de esto y aquello con esta y aquella… placer, sin violencia, sin maldad… ¿a quién voy a dañar? Será todo consentido, todos mayores de edad, todos adultos, nos cuidaremos, nos mimaremos… sí, yo sé Dios dijo que no… pero un poquito… ¡no va a dañar a nadie!

Así, más o menos, el hombre usó su fantasía para imaginar dioses, para conferirles rangos y poderes, para que esas invenciones le posibilitarán gozar de lo prohibido sin sentimientos de culpa.
Pero, como suele suceder cuando el hombre prueba de lo prohibido, termina habituándose y olvida que se estaba mintiendo y se pasa a creer sinceramente en la veracidad de sus mentiras.

Termina el hombre adorando a otros dioses, suponiendo en ellos realidad, temiendo sus represalias, armando un mundo irreal para proteger la inventada realidad.

El deseo por lo prohibido llevó al hombre al terreno oscuro y después solamente quedan mentiras, huidas, excusas, agresiones, negaciones, ignorancia, ofensas, para permanecer encerrado detrás de sus celditas mentales.

Así actúa el EGO: «Engañoso es el corazón, más que todas las cosas, y sin remedio. ¿Quién lo conocerá?» (Irmiá / Jeremías 17:9).

Como te he dicho más arriba, este camino retorcido de inventar dioses para terminar adorándolos sinceramente ocurre cuando la persona sabe de Dios y de la nulidad de los dioses.
Pero, cuando desde la más tierna infancia el EGO ha encontrado un espejo externo en dioses, cuando el EGO encarna en cualquier dios que no es Dios, entonces la persona no anda por sendas tan complejas, sino que directamente adora a su dios, que es una forma de adorar a su EGO.
Incluso, entre los más enfermizos, hacen de Dios un ídolo, todo en sintonía con su EGO.

Es hora de que analices tu realidad, especialmente a ti mismo, pero sin dejar de ver con ojo sanamente crítico a la gente que te rodea.
Contempla a los dioses que sirves, identifica si son ídolos o Dios.
Extirpa los dioses extraños de tu seno.
Ubica a tu EGO en su justo lugar, de mecanismo primitivo de defensa, muy útil en escasos momentos pero luego complemente abusivo y espantoso.

Goza de lo permitido en tanto te apartas de lo prohibido.

Resp. 984 – pedir perdon por mail?

Ezequiel Fuentes nos consulta:

Hola mi pregunta es simple…Una persona que me lastimo mucho hace 6 meses, hoy me envio un E-MAIL pidiendome perdón. Yo necesito perdonarla, para podr transfromar el rencor que tengo en algo positivo. Mi pregunta es si es correcto pedir disculpas por E-mail o debería esta persona pedirmelo personalmente? Porque tal vez, a ella le cueste mucho verme a la cara y pedirme perdón, debería yo ser más comprensivo y disculparla aunque utilizo el mail para pedirme perdon? Gracias por responder.
Ezequiel Fuentes, 26, estudiante, bsas, argentina

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El “éxito” de los pastores

¿Cómo puede ser que tú aportas datos veraces y correctos, pero tu oyente parece no darse cuenta de lo que le muestras?
¿No te ha pasado que demuestras con evidencias y citas las falsedades de las religiones, pero los fieles a las mismas siguen empedernidos en sus estilos de vida?
¿No te sientes apenado cuando ves al fetraficante que moviliza a miles de congregantes, recibe aplausos y elogios, es apoyado económicamente, cuando resulta tan claro para ti que es un farsante, sus palabras son vacías y seguramente peligrosas, sus pasiones son bestiales, su conducta es ilegítima –y quizás criminal-, su imperio maligno es terrible?
¿Estuviste en la situación que exponías a un familiar o a un amigo acerca de lo espantoso de las religiones, pero ellos se negaban a admitir siquiera una letra de tus argumentos; y para peor, te querían manipular para que regresaras al rebaño de los religiosos?

Intentemos una respuesta posible.

El ser humano es multidimensional: espiritual, mental, social, emocional y físico.
Muchos políticos, columnistas, comentaristas y especialmente predicadores de las religiones tienden a manipular con habilidad los resortes que activan mecanismos de dominación emocional y social.
Ellos no le hablan al intelecto, esquivan la argumentación, eluden el pensamiento crítico para sumergir a sus oyentes en un océano de emociones furiosas, que vapulean a la persona y la impulsan hacia la dirección marcada por el hábil malabarista.

Así, los profesionales de la manipulación crean un ambiente social y un encuentro emocional que dé un sentido de pertenencia, inventa y refuerzan el sentimiento de la comunidad, someten a su audiencia a un torrente de percepciones que anulan el pensamiento crítico e impulsan el surgir de los miedos y deseos escondidos en lo profundo.

Si tú has participado de cuestiones por el estilo y ahora tienes la oportunidad y la claridad mental/emocional como para analizar, podrás confirmar la verdad de esta caracterización.
Recuerdas como el pastor los hacia sentar juntos, no quería personas desperdigadas por la sala, si eran pocos. Los quería juntos.
Él se encontraba encima de ti, en una tarima, en un estrado, sobre un altar, allí arriba, y tú debajo.
Él usaba micrófono, a un volumen intenso. A menudo se acompañaba de música fuerte que solía reiterar la misma melodía y las mismas palabras, una y otra vez.
Seguramente que hasta gritaba al micrófono cada dos por tres, elevando el clima emocional con cada grito.
Te hacía repetir palabras o frases, hasta el cansancio. Te hacia parar y sentar, estar de pie, levantar una mano y no la otra, cerrar los ojos y gritar junto al grupo.
Si alguien se atrevía a preguntar algo en contra del deseo del pastor, de inmediato era silenciado y estigmatizado, tratado como loco, malvado, perverso, hereje, perturbado, rebelde, mala semilla, del demonio o similar.
El pastor te convocaba a sus reuniones y no había excusa posible, era tu deber asistir, aunque no quisieras, aunque estuvieras enfermo, aunque te disgustara… era tu deber y si no lo cumplías te llovía una terrible cantidad de llamados a tu teléfono, mensajes de texto, citaciones, componendas, reprimendas, extorsiones, amenazas, en privado y ciertamente que en público también.
Por supuesto que el pastor era quien decidía por ti sobre casi cualquier asunto, tú debías obedecer o serías castigado. Se te prohibían las cosas más naturales y normales, con la justificación de que era la palabra de Dios en boca del profeta que era el pastor. Se te censuraba, se te encerraba, se te asfixiaba, se te sometía a todo tipo de maltratos (físicos, emocionales, sociales), se te exigía dinero y ofrendas, se te exigía lealtad y sumisión, mucha sumisión.
Tu vida giraba en torno a los deseos del pastor, entre las paredes de tu iglesia –a la que puedes llamar “sinagoga mesiánica” si eso te hace sentir más “espiritual”.
Se te demandaba austeridad, dedicación, servilismo, alejarte de los que te pueden hacer pensar otra cosa, incluso aborrecer a los de tu propia sangre o familia con tal de mantener tu vínculo con el pastor y con la comunidad de los “fieles”.
Todo tipo de maldiciones, insultos, palabrotas, desprecios se dedican a los “de fuera”, particularmente a los que traen un mensaje liberador que choca de frente con las astucias que te presenta el pastor como sagradas.
Sitios como SERJUDIO.com o FULVIDA.com son satánicos, serías excomulgado si los pisas, pues el pastor les tiene terror porque sabe que arruinan su negocio oscuro.
Hasta las cosas más deleznables tuviste que hacer, dejar hacer, ocultar o apoyar, con tal de que el pastor no te señalara en público a ti como “pecador”, siendo que en la verdad era el pastor el primero en la lista de los destructores, infieles, vejadores, ladrones, corruptos, malandrines, procaces, manoseadores, etc.
Las dudas se callan, el análisis de argumentos se prohíbe, se censura la crítica, las preguntas solo pueden ser bajo la atenta admisión del pastor y los de su camarilla de corruptos en el poder.
Efectúan falsos milagros, sugestionan, compran vidas, mienten descaradamente, hacen también “buenas acciones” pero siempre y cuando obtengan rédito de ello. Usan sus “éxitos” como pruebas de su poder divino, sus fracasos no se mencionan jamás o se explican para echar culpas a los pecadores de entre la comunidad, para hacerse las víctimas, para demostrar su bondad y la maldad que otros les hacen. Siempre caen parados, aunque hagan las cosas más terribles.
Se rodean de gente débil, de otros traficantes como ellos, de personas necesitadas emocionalmente, de personas con poca educación, de gente receptiva a sus trucos emocionales, de verdaderos creyentes obnubilados en las prácticas de dominación del grupo, y con ellos van ampliando su marco de labor, armando un marco de cohesión social.
Te sonríen, te saludan, te abrazan, te preguntan por tu vida, te invitan a sus cenas, te hacen sentir importante, y tú caes en las redes que han tejido para ti.
Es agradable… ¿o acaso te parece que se presentarán al principio como algo peligroso de lo cual tienes que huir espantado para salvar tu vida aquí y en la eternidad?
Obviamente que te hacen sentir como un pequeño rey, pero por poco tiempo.
Al rato ya estarás trabajando servilmente y sumiso para el pastor.
Aunque algo no te cierre, aunque en el fondo una vocecita te diga que estás yendo por el mal camino, igualmente encontrarás excusas para silenciar a tu conciencia, para mentirte, para permitir la adulación.
Luego, será tarde para salir fácilmente por tus propios medios.
Has creado una realidad alternativa, una en la cual eres esclavo de tu pastor, la comunidad es tu existencia misma, romper los lazos con uno u otra es sentido como un suicidio, como una pesadilla terrible. Entonces, desde lo más profundo de tus entrañas harás todo para seguir aferrado al barco, aunque éste se hunda.
Te han hecho sentir culpa por cosas del pasado que solamente puedes resolver con el bálsamo mágico del pastor. Te han creado angustia hacia el futuro que solamente puedes calmar con las esperanzas “sagradas” que solamente te brinda el pastor. Te prohíben vivir el aquí y ahora, solamente ser parte del universo del pastor y la comunidad.
El mundo está dividido entre los buenos, la comunidad y a su cabeza el pastor; y los malos, que son los de afuera, los otros, los que dicen algo diferente.
No hay intermedios.
No es posible que los “hijos del demonio” sean buenos, que tengan algo bueno para ofrecer. Los caricaturizan, se burlan, los desprecian, los convierten en peleles a ojos de su congregación, porque así consiguen al menos dos o tres ventajas: te llenan de pánico para que no caigas en la bolsa de los enemigos del pastor, te demuestran que solamente el pastor es el que sabe y a quien hay que seguir, te confirman en tu lugar dentro de la comunidad de amados y guiados por el pastor.
No les basta con escupir y maldecir a los otros, sino que te insisten acaloradamente que es imposible que el pastor yerre, todo en él es perfecto y sagrado, aunque a ojos vista sea un patán, tú negarás lo que sabes para aceptar lo que quieres creer.
Hasta lo más estúpido admites como verdad, porque crees por fe y te enseñaron que la fe mueve montañas en tanto que el pensamiento es para personas enfermas, las leyes son de hombres, pero tú sigues a alguien “más grande”, a un dios personal, a alguien que dio su vida por ti, a alguien que te ama hasta la muerte… ¿cómo dejar de estar en comunidad con súper héroes salvadores como esos?

Es un pequeño pantallazo de lo que he visto en otras personas, a partir de lo que escuchado y leído, pero nunca lo he vivido en persona.
Tú sí.
Por lo cual es importante que te expreses, aunque nunca lo hayas hecho antes, para comentar aquí debajo y corregirme si crees que me he equivocado en mi descripción, o aumentar los datos que no he mencionado.
Tú que has estado ahí, o todavía te encuentras, o pronto regresarás –Dios no permita- puedes dar una pincelada para mejorar nuestra caracterización.

Si de paso quieres encontrar la relación entre este tema y el EGO y con el maltrato familiar, te agradezco doblemente.

Y, si puedes responder a las dudas que dieron comienzo a este post, serán bienvenidas tus palabras.

Hasta luego.

Maltrato familiar

Es sabido que hay muchas mujeres maltratadas que siguen aferradas a su marido abusador, e incluso llegan a defenderlo ante quienes le objetan su comportamiento violento y negativo.
Resulta paradójico pero es frecuente (ejemplo con video al hacer clic aquí).
¿Cómo entender que una mujer golpeada defiende a su marido golpeador?
¿Cómo explicar que la víctima se ponga del lado del victimario?
Son preguntas, una de tantas, que surgen y son muy válidas.

Varias voces han dado sus respuestas (ejemplos no académicos al hacer clic aquí, otra voz, otra más –de infinidad- pero que es más reconocida al seguir este link).
Nosotros daremos una, muy breve, por tanto parcial y que no abarca todas las situaciones y vínculos.

Recordemos al EGO, esa función de supervivencia para los inicios de nuestra vida en este mundo, que se mantiene activo a pesar de que ya la persona cuenta con otras herramientas para asegurar su supervivencia.
El EGO es la medida rudimentaria que procura resolver el terrible dolor y angustia que proviene de sentirse absolutamente impotente, inoperante, desamparado, ante la invasión de sensaciones y estados que impactan en el recién nacido.
El EGO se expresa a través de llanto, gritos, golpes y en caso de no conseguir satisfacción puede provocar la desconexión con la realidad tormentosa, a través del dormir, de la fantasía, de la negación de la realidad, entre otros escasos elementos primitivos.

El EGO se presenta como salvador, como una deidad, como un héroe, la única tabla de salvación al rescate del desvalido y acongojado infante. Éste –el infante- lo coloca –inconscientemente- en un sitial de deidad, lo adora, se esclaviza a él, puesto que fue el EGO quien lo salvó de aquella espantosa pesadilla sin esperanzas al comienzo de la vida terrena.
Durante el transcurso de las experiencias a la par que la maduración corporal, el niño va adquiriendo otras facultas y capacidades como para responder, pero sin embargo aquella primera experiencia de terror supremo, ese miedo que es madre de todos los miedos, permanece incorporado, marcado a fuego en el lenguaje sin palabras del cuerpo. Ese miedo está en la base de todos los otros. La impotencia (real o imaginada, siempre sentida) es la que genera cada pesar en la persona, sea con un rostro o con otro, puesto que la impotencia es multiforme, pero constante durante toda la existencia.
Al igual que lo es el recuerdo, también sin palabras y absolutamente irracional, que encumbra al EGO como salvador, como un dios, al cual adorar y servir con fidelidad.

Pensemos un poquito y seamos sinceros, cuándo nos sentimos desvalidos, desamparados, perdidos, sin fuerzas, ¿cómo reaccionamos inicialmente?
Gemimos, lloramos, golpeamos, ejercemos la violencia, manipulamos y si eso no funciona nos hundimos en el extravío de la conciencia, en el desprecio por la realidad, en la invención de otras realidades que aparentan darnos poder, pero realmente nos hunden más en el descontrol de la impotencia.
¿Es así o no?
Manipulamos con violencia, gritos, mentiras, engaños, golpes, maltratos, abusos, amenazas, presiones, hostigamiento, haciendo sentir culpas… manipulamos activamente.
Pero también manipulamos de forma pasiva, enfermando, siendo desvalidos impedidos de todo que deben ser sostenidos por otros o mueren, empobreciendo, embruteciendo nuestro entendimiento, negándonos a crecer, dependiendo de milagros, rezando en vez de haciendo, esperando que ángeles nos salven de demonios, permitiendo ser manipulados para de esa forma manipular, siendo víctimas para recibir apoyo, siendo abusados y maltratados para que el maltratador se quede a nuestro lado y seamos “algo” para “alguien”… si, también así manipulamos.

El EGO confecciona atuendos para que te disfraces.
El EGO puede hacer usar la máscara del súper exitoso, el cual pretende llevarse el mundo por delante.
El EGO puede hacer que uses el disfraz del desgraciadito, al que todo le sale mal, que el destino se le ríe a cada rato.
El EGO puede hacer que te presentes como un tirano, un sanguinario dominador.
Todos estos disfraces esconden el atroz miedo a la impotencia, y a la impotencia misma.
Todos ellos son formas de evadir la realidad, de alejarse del Yo Auténtico para manipular, para no sentir impotencia.
Paradójico nuevamente puesto que esto precisamente es la manifestación y amplificación de la impotencia.
Para ponerlo en claro: el EGO que nace para contrarrestar la impotencia, luego depende de ésta para seguir a cargo de la vida de la persona.
Debe provocar a la persona a que se sienta o viva en impotencia, de modo tal de no perder su lugar de dios y salvador.
Por lo cual se inventará mil excusas para demostrar que está haciendo lo posible por ser poderoso, feliz, saludable, dichoso, pero en verdad se está provocando su constante padecimiento de la impotencia, sea como sentimiento de culpa por el pasado, sea por el sentimiento de angustia por el futuro.

Es una dosis muy fuerte de Luz y realidad la que te estoy brindando.
Por varios motivos supongo que no será fácil comprender y digerir este mensaje.
Por lo cual, con toda humildad te pido que te tomes un tiempo para releer los párrafos anteriores, toma notas, haz algún esquema que visualmente te permita comprende lo que te quiero explicar, pon en tus propias palabras lo que entiendes.
Luego trata de responder a nuestro planteo inicial, que es tratar de explicar el cómo entender que mujeres –niños, hombres, cualquiera- que es maltratado suele ponerse del lado del abusador.

Tras este trabajo de verdadero estudio multidimensional te encargo que compartas con nosotros al menos dos cosas:

1- ¿Qué has entendido de lo que te explique?
2- ¿Cómo explicas lo que plantemos como problema que dio pie a este texto? La explicación tiene que estar vinculada con lo que entendiste, por tanto con el EGO.

Es importante para mí que puedas compartir con nosotros.
Es importante para nosotros que lo hagas.
Es importante para ti, espero.

Aquí quedo a la espera de tus líneas.
Hasta luego.

Los sectores menos pudientes y la correlación con el fanatismo religioso

A través del tiempo las grandes sociedades modernas han debido de poner especial atención a la clase media que es la que da forma al sistema moral y ético, en cuanto al sentido material, ya que para las clases económicamente bajas y altas el tema moral es relativo. Nótese el ejemplo de la madre soltera que es muy mal vista ante la clase media, en la alta sociedad no se da porque se recurre al aborto y en las clases bajas se ve con más normalidad por la recurrencia constante, lo anterior solo por mencionar un ejemplo.

Es así como por lo menos en Costa Rica, se ha visto un fenómeno interesante en cuanto al fanatismo religioso el cual va ligado con substratos económicos limitados. Parafraseando a Victor Hugo en su obra “Los Miserables,” en uno de los diálogos que se daban entre los personajes y uno de los cínicos se mencionaba las bases axiológicas, o acaso biológicas, que yacían para la creencia en la religión. Según mencionaba el personaje, que era acaudalado, el solvente al tener un poder de compra muy grande tiene también la oportunidad de filosofar acerca de las cosas que le rodean y por lo tanto cuestionar sus valores y creencias mientras que el insolvente, al estar desposeído, materialmente hablando, recurre a sus creencias y bases axiológicas para poder mantenerse cuerdo.

Hasta hace unos cuantos años, nuestro país era de corte católico donde la maquinaria romana ejercía control en todas las esferas. Conforme se fue secularizando el gobierno y por ende las instituciones, los mercaderes de la religión vieron una gran oportunidad en tomar control de los más pobre a través de artimañas “misioneras” bajo el acercamiento de que “el césped nuestro es más verde que el tuyo” y que recurriendo a la algarabía y al jolgorio lograron atraer a los desposeídos de las áreas urbanas a sus centrillos de “adoración” que más bien se asemejaban a una casa de desplume, donde les enseñaban la “Biblia” de un modo distinto. Ese modo consistía en apartarse del modelo católico solemne, entendiéndose este último vocablo bajo la acepción de formalidad, gravedad y rigidez que no llegaba a las masas sedientas por un poco de “regocijo” en sus vidas.

Un autor nacional resume muy bien la percepción que se tenía del sistema solemne católico que imperó en nuestro país hasta principios de la década de los ochenta del siglo pasado y que fue reemplazado por un modelo de cristiandad protestante importado principalmente de los Estados Unidos. Él decía que a pesar de las miserias económicas que había, la gente esperaba con ansia los “rosarios” de los acaudalados porque daban golosinas y demás bocadillos que la persona pobre no podía comer salvo en esas ocasiones “especiales.” Así pues, con los movimientos de corte socialista iniciados después del golpe de Estado de 1948, donde se buscó dar vivienda digna a los sectores menos pudientes de la población, se empezaron a construir modelos de casas de habitación y vecindarios que en nuestro país se conocen como “de bien social” y que venían a darle un mejor techo a aquellos que no contaban con los medios económicos para procurárselo por sí mismos.

Estos nuevos vecindarios dieron origen al singular fenómeno de la “misión” por parte de los mercaderes de la fe que aunados a programas como los Cuerpos para la Paz creados durante la Administración Kennedy, vinieron a combinarse con las condiciones singulares de las viviendas de bien social y así comenzaron a adoctrinar a los habitantes de estos nuevos vecindarios en creencias cristianas de corte protestante. La rigidez y frialdad católica cedieron su lugar a  la aparente flexibilidad y calor protestante, que no era ni es tal, pero que no obstante esto las personas de escasos recursos acogieron con gozo debido a que se ajustaba más al estilo de vida al que estaban acostumbrados.

Mientras que el sistema católico-romano era uno sumamente clasista y discriminador, el  sistema protestante era egalitario, al menos en apariencia, y acogedor ya que no hacía distinciones como sí lo hacía el primero. En realidad este es un tema que trataremos en otra ocasión puesto que debido a la negativa de emperadores como Nerón de dar lugar al cristianismo, no les quedó más remedio a los profesantes de esta creencia errónea el tener que recurrir al zoroastrismo y a las clases sociales pudientes de otras latitudes distintas a la judía para poder convencer a los segmentos de mayor paridad económica y de esta forma hacerse con el poder, por lo que la inclusión de un sistema solemne era ideal para poder convencer a los patricios romanos y persas y de esta forma obtener el apoyo económico y político necesario para poder lograr su odiable cometido.

Entre los primeros que llegaron a tomar control real de las poblaciones menos pudientes estuvieron los mormones y los atalayas que recurrían a la logística guerrillera de la verborrea y de la manipulación psicológica para atraer a los tontos a sus mataderos donde los descuartizaban con el mal llamado diezmo que bien pudo llamarse quinto o acaso más que eso porque con las “actividades” que realizaban los “pastores” no era de extrañar que al final de la quincena los pobres diablos víctimas de los fetraficantes tuvieran que pedir prestado para poder tener al menos con qué pagarla tarifa del camión para ir a sus trabajos y recibir un salario para repetir el círculo vicioso de la entrega del diezmo y celebración de demás festejos destinados a enriquecer al desfachatado “pastor.”

En su afán de lucrar, las mal llamadas iglesias, tanto católica y protestantes, recurren a tácticas que cualquier publicista envidiaría. Como dijo Kenneth Galbraith, al utilizar miedo aquí y miedo en el más allá, logran hacerse del poder a través de este vehículo y por lo tanto tienen la facultad de dominar a las masas no pensantes que como buenos borregos van y dejan su patrimonio en manos de un inverecundo que utiliza la tergiversación y la idiolatría-egolatría para alcanzar la prosperidad económica a costas de los demás.

Después de mucho deliberar y de ver el reiterado mensaje de nuestro querido amigo Moré que bien nos recuerda que el conocimiento adquirido debe de ser puesto a servicio de nuestros hermanos, lo cierto del caso es que sólo se puede lograr si les damos una educación con base a las Siete Leyes Universales para que de esta manera despierten de ese letargo en el que viven y comiencen a vivir una vida espiritual.

Al encontrarme en una edad de juventud, me he dado cuenta lo difícil que es el conseguir una pareja que comparta los principios que se enseñan en este sagrado hogar. Por un lado se tiene a las jóvenes que han sido educadas en ambientes católicos desde muchas generaciones atrás y que son tradicionalistas y ven a los no católicos como comunistas u orates. Por otro lado están las jóvenes educadas en ambientes cristiano-protestantes que suelen profesar el fanatismo religioso y que buscan por todos los medios que las parejas en potencia de las jóvenes se adhieran a sus cultos y comiencen a dejar sus salarios o acaso sus patrimonios en las arcas del fetraficante cabecilla de la organización.

Con el avance económico que la sociedad costarricense ha experimentado debido al modelo del social-desarrollo adoptado por nuestro país, la polaridad económica resultante entre católicos y protestantes de las décadas de los sesentas, setentas y ochentas del siglo anterior ha sido remplazada por una relativa homogeneidad producto de la escala social de estos grupos. Sin embargo al vivir en un país de herencia iberoamericana donde todavía el nombre y apellido juegan un papel preponderante en el espectro social, se dan connotaciones de origen y por ende económicas en cuanto a las creencias que se profesen.        El éxito de los protestantes estribó en el planteamiento aparentemente egalitario que suplantaba al clasismo católico imperante y que a través de la algarabía y del jolgorio lograban que las personas menos pudientes vieran con mejores ojos al sistema protestante que al católico.

Para los que hemos hecho un análisis concienzudo de estos temas, es más que evidente que las artimañas de ambos lados, tanto del sistema católico-romano así como el del cristiano-protestante, dejan en claro una cosa; ambos son producto del tráfico de la fe. Decidimos mencionar las circunstancias de Costa Rica por ser éstas bastante particulares en cuanto al estar vinculadas al modelo del Estado social de derecho que se adoptó a partir de la década de los años cuarenta del siglo pasado y que ha servido para crear una clase media que hasta hace un lustro, era relativamente fuerte y que además, debido a proximidad física del que suscribe con este sistema social de derecho, ya que radico en Costa Rica, lo cierto del caso es que era necesario incluir ya que es del que tengo conocimiento. En efecto, sería bueno que nuestros amigos de otros países compartieran un poco de la historia de cómo fue que el fenómeno del fetráfico tomó control en sus respectivos países.

De lo anteriormente expuesto se puede colegir que  el problema del fanatismo religioso estriba en la falta de educación que estas personas tienen y la sed de llenar esos vacíos espirituales que llevan dentro. La sed desmedida por el dinero no es más que la evidencia del ego herido y resentido por diversas situaciones que van desde el resentimiento social hasta la egolatría propia. El noájida no se ve a sí mismo como un miembro de una nueva religión sino más bien como aquél que regresa a sus orígenes y logra conciliar tanto mente como espíritu y de esta manera atiene la paz espiritual en un marco de materialidad mensurada.

No se trata de imponer por la fuerza un nuevo sistema a los cegados por la fe. Es verdad que los discursos y cantaletas misioneras nos hacen a veces perder la paciencia pero lo cierto del caso es que con la imposición y la altanería no lograremos nada. Nótese cómo es que el diálogo y la persuasión no coercitiva funcionan mucho mejor que el cetro y la espada. Esto no quiere decir que a veces no sea necesario su uso, sin embargo el fin de nuestra labor es que se alcance la paz y la armonía y a pesar de que se pueda hablar de que el fin justifica los medios, lo cierto del caso es que no es este el mejor método para lograr la liberación espiritual y en muchos casos, material, de nuestros semejantes.

Nótese que lo mismo ocurre con otros sectores poblacionales en otras latitudes. El fanatismo religioso va ligado con la necesidad intrínseca del ser humano de saciar su ego y de sentirse superior a los demás. A nadie le gusta sentirse que es despreciado o segregado contra su voluntad y esto se puede observar en las diferencias que se dan entre los musulmanes chiitas y sunitas. Ambos profesan la idólatra creencia del islam que no es más que la historia cristiana pero con ciertos cambiecillos para poder manipular a un grupo que de otra forma no podría haber sido controlado para los propósitos de lucro y poder que buscaron los creadores de esta errada forma de pensar.

Hasta aquí el comentario de hoy.  Les deseo un excelente fin de semana y les envío cariños y saludos a todos.

Foto: Familia de atalayas en busca de nuevas personas que se adhieran a su sectilla.

México 2 Uruguay 0 Perdimos.

Bien podría decirse que México ganó el mundial sub-17, las matemáticas no mienten, sin embargo las religiones sí.

Podías estar en las calles cercanas al estadio y ver las faltas al prójimo, el robo, el atraco, la sacadera de carteras, los insultos, las ofensas, los «gracias a dios que ganamos», «gracias a la virgencita».

Un tipo ebrio insulta a otro, otro le insulta la mamá a uno porque no le dio el paso; un tianguis de obscenidades, leperadas y abusos en todos los sentidos por la euforia del triunfo. No niego que quizá a alguno le sirva de inspiración, de motivación; seguro que a los menos, el resto acaba de encontrar el perfecto pretexto para corromperse aún más, auque estoy seguro como dijo otro: «oye tu ¿y si perdíamos? –de todos modos nos embriagamos pero por el dolor, jajajajajaj—

Si, creo en lo personal que otra vez perdimos, perdimos porque nuestros valores mínimos como humanos, como personas son un trapo en deshuso y sin importancia, esos valores son los pañales del ego en donde hace todo tipo de suciedad y denigración hacia nosotros mismos y a todo aquel que se atreva a enfrentarle.

 Estos valores por el contrario debieran ser un lastre para el ego que si le frenamos quizá podríamos un día pensar en realmente saber que se siente ganar, porque para quien es esclavo ni el éxito ni el fracaso, ni el triunfo más contundente le sabrá sino a aquel dolor de cuando estás comiendo y te muerdes tu propia lengua.

El consejo diario 367

La religión es para los que huyen, para los que les remuerde el sentimiento de culpa, para los que desean pero no se animan.
La religión es EGO.
Es culparse por el pasado, angustiarse por el futuro y negarse a vivir el presente.

En cambio la espiritualidad es para los que aman la vida, desean gozar de la bendición, abrazan la justicia, comparten el bien.
La espiritualidad es conexión con Dios, con el prójimo, con el otro, con el cosmos…
La espiritualidad es vivir aquí y ahora, sin olvidar lo memorable, sin rechazar los proyectos posibles.

El consejo: sé menos religioso para que puedas ser más espiritual.

Espiritualidad verdadera

Hay un interesante libro titulado “Hagamos un Hombre”, escrito por el Rabino y Doctor Abraham Twerski.
Trata de su visión acerca de algunos factores de la autoestima enfocada desde la perspectiva de un rabino ortodoxo, de la corriente JaBaD, sazonada con sus conocimientos y experiencia clínica como psiquiatra.
Es una lectura agradable, amistosa, que puede proveer de algún esclarecimiento y orientación bastante saludable.

Quiero citarte un pequeño párrafo del mismo (página 67 de la edición en español):

“La espiritualidad consiste en el desarrollo del control sobre uno mismo para poder utilizar el cuerpo como un medio encaminado hacia un objetivo trascendente. No es sólo el intelecto del hombre lo que lo distingue de otras formas de vida, sino su espiritualidad, su capacidad para convertirse en dueño de su propia persona por medio de sus propios esfuerzos. De cumplir con este requisito, el hombre se convierte en el ser que Dios había pretendido.”

Sobre el concepto de espiritualidad hemos compartido en otras ocasiones (por ejemplo http://fulvida.com/varios/temas-frecuentes/espiritual), sería bueno repasar este texto, pues contiene buen pan para nutrir tu existencia.

Como hemos enseñado y puedes corroborar en la cita del rabino y doctor, la espiritualidad general no se encierra en una sala de estudio de Torá, no implica estudiar de manera continua y constante Torá, no se trata de vestir de manera curiosa, ni de hablar en palabras extranjeras, ni de apartarse del mundo, ni estar todo el tiempo citando versos bíblicos, ni consumir todo el material al que puedas acceder sobre religión y cabalá, ni afiliarte a una secta cabalistera, ni adorar a un líder carismático (rebe, rabino, doctor, líder, pastor, etc.), ni pretender bucear en recovecos místicos, ni oscurecer tu razonamiento, ni ponerte en cuclillas a meditar, ni…

Espiritual es VIVIR a pleno en este mundo, para que a través de tus acciones eleves cada rasgo material hacia algún objetivo trascendente, que te vincula con Dios.
Por ejemplo, el comer espiritual no significa prohibirse de ingerir lo que tienes permitido, o hacer complicados ritos antes de comer, o abundar en rezos y peticiones monacales. El comer espiritual implica consumir lo que te agrada –o quizás no tanto-, de aquello que te es lícito, que lo hayas agradecido, y que adquieras la sustancia y energía como para no enfermar y actuar luego para construir Shalom.
El sexo espiritual no es elaboradas poses, absurdas prohibiciones, sino disfrutar de los tiempos, lugares y encuentros con tu cónyuge, para que haya gozo, armonía, comunicación, vínculo profundo multidimensional en la pareja de esposos.
El estudio espiritual no se reduce a repetir de memoria pasajes de textos bíblicos, ni barbotar textos aramaicos que no penetran tu entendimiento, ni andar husmeando en aquellos temas que no te corresponden de acuerdo a la ley de Dios, sino que el estudio espiritual es aprender de todas las materias que existen, hasta la que crees “mundanales”, para no solamente estar informado, sino formarte para actuar como mejor constructor de Shalom. El estudiante de medicina, el de botánica, el de psicología, el de ingeniería, el de química, el de astronomía, el de matemáticas, el de jardinería, el de veterinaria, el de cocina, el de arte, el de música, el de cine, el de danza, el de… cada uno está haciendo su parte sagrada, en tanto no contradiga ninguno de los mandamientos que le corresponda y en alguna ocasión pueda usar su conocimiento para construir Shalom (o al menos, tenga esa sagrada intención).

Así pues, amigo y amiga, cuando tú cuidas tu salud al hacer ejercicio, al comer sano y medidamente, al comunicarte con tus personas significativas, al estudiar, al trabajar, al compartir, al… estás siendo plenamente espiritual, aunque no lo creas ni te parezca.
En el mundo está la espiritualidad, no fuera de él.

Por algo Dios te ha puesto en este mundo, no para que huyas de él, ni porque sea un castigo, sino para que fusiones en tu existencia lo material con lo espiritual.
Para que el espíritu sea carne, y la carne trascienda en el espíritu.
Que te hagas dueño de ti mismo, a través de cada una de tus acciones.
¿O no es tal cual lo que el rabino y doctor ha dictado en la cita?
En total concordancia con lo que el judaísmo viene pregonando y haciendo realidad desde hace milenios.

Espiritual es quien no se deja guiar como ciego, ni por lo que sus ojos codician ni por lo que sus pasiones desean.
No es siervo de su EGO ni del EGO de sus líderes, aunque estos sean rabinos o supuestos rabinos.

Puedes ser lo que Dios pretende que seas.
Puedes ser socio de Dios, o un escollo en la tarea de traer la redención al mundo.

De ti depende.
Puedes ser esclavo de tu EGO, tal como seguramente lo vienes siendo, y entonces elaborarás excusas para seguir por el mal camino que has absorbido en las religiones.
Buscarás maestros de “Torah y Kabbalah” aunque eres gentil y Dios no te lo permite.
Harás rituales y piruetas seudo espirituales.
Todo para seguir en tu rol de monigote a las órdenes de tu EGO.

O harás lo que Dios quiere que hagas.
Que seas espiritual, al construir Shalom con cada acto de tu vida, sin pretender lo que no eres.

¿A ti que te parece?

Como actuar…

Buen día amigo mío.

Como ya es habitual te convido con buen pan para que nutras tu espíritu.
Es un breve pero intenso estudio basado en la parashá (sección de lectura de Torá) que le corresponde leer públicamente esta semana a los hijos del pueblo judío.
Está elaborado tomando en cuenta lo que corresponde a tu identidad espiritual noájica, para que sea para bien y bendición y no se constituya en una piedra en tu camino.
Espero que te agrade y quieras retribuirme con algún comentario positivo. 
Hasta luego.

Comienza el sagrado texto para los hijos del pueblo judío con las siguientes palabras dichas por el Eterno:

"Pinjás, hijo de Eleazar, hijo de Aarón el sacerdote, ha hecho tornar mi furor de los hijos de Israel, llevado de celo entre ellos: por lo cual yo no he consumido en mi celo a los hijos de Israel." (Bemidbar 25:11)

Según la tradición, el espíritu combativo de Pinjás fue heredado por el famoso y nunca olvidado profeta Eliahu (Elías).

Como podemos leer acerca de éste en el libro Melajim I (Reyes I), tenía un fuerte temperamento, una postura firme, y a pesar de ser mensajero de el Eterno, y de intentar promover el Bien y la Paz, en numerosas oportunidades su celo, su pasión, su ahínco lo llevaron a acciones desmedidas, hasta quizás, injustificadas.

Y tal como cientos de años antes Pinjás fuera bendecido por el Eterno con el Shalom, la Paz, para que armonizara su conducta con sus objetivos, Eliahu el haNabí fue educado por el Eterno, a través de la siguiente profecía:

"Y Él le dijo: Sal fuera, y párate en el monte delante de el Eterno. Y he aquí el Eterno que pasaba, y un gran y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de el Eterno; pero, el Eterno no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero, el Eterno no estaba en el terremoto.

Y tras el terremoto un fuego; pero, el Eterno no estaba en el fuego. Y tras el fuego un susurro tenue y apacible." (I Melajim 19:11-12)

Entonces comprendió Eliahu: el Eterno no precisa estruendos, estremecimientos, ruidos, gritos, grandes manifestaciones, populachos enardecidos, pues el Eterno se encuentra en el susurro, en la voz calmada, en las palabras suaves…

El Eterno es Sabiduría, Justicia, Verdad, Generosidad, Bien…

Por lo tanto, si buscamos a el Eterno, y queremos encontrarlo, ¿en dónde lo buscaremos?

¿En el griterío, en las palabras altisonantes, en la muchedumbre, en el quebrantamiento de montañas y de rocas, en el fuego de la discordia y la pelea?

¿La Verdad se encubre en disfraces de poderío desmedido, injusticia descarada, prepotencia?

¿Precisa Dios de gritos en congregaciones, manos derechas alzadas, repetir como loros frases huecas, gesticular como poseídos por extrañas enfermedades, estar enceguecidos por pasiones religiosas?

¿Eso es lo que a Dios agrada?

¿Él estará en medio de comunidades contenciosas que se reúnen en garajes para manifestar absurdos aparentemente bíblicos en tanto se reniega de actuar con la lealtad que corresponde a un verdadero noájida?

¿Él querrá que el gentil se entrometa en asuntos judíos, pretenda estudiar Torá, se focalice en cuestiones que tienen que ver con Cabalá, siendo que Dios explícitamente entregó la Torá y sus cosas al pueblo judío y NO a las naciones gentiles?

¿Quiere Dios el orden armonioso del constructor del Shalom o la parodia desmedida del religioso?

La respuesta es: el Eterno está en el susurro apacible, en la melodía armoniosa, en las palabras apenas audibles. En las caricias, más que en los golpes. En la mansa respuesta, más que en la acción violenta y fanática. El Eterno ama a quien vive con rectitud, con verdad, con bondad y justicia. Por tanto ama y bendice al gentil que vive su noajismo a pleno y NO a aquel que aborrece su identidad y corre como maniático detrás de falsas conversiones al judaísmo, sectas místicas jasideas o cabalisteras o se engorda en las letrinas de la idolatría en todas sus denominaciones.

Es casi un axioma de la psicología que las personas realmente débiles, y que sienten su extrema fragilidad como una amenaza para su preservación, en muchos de los casos utilizan el recurso de presentarse como sumamente poderosos, indestructibles, Terminators y Rambos juntos, para ahuyentar sus temores, y que los otros no puedan reconocer su verdadero estado lastimoso.

Estas mismas personas psíquicamente flojas, también gustan de burlarse del otro, de la humillación, de rodearse de amigos bravucones que ofenden y violentan la vida ajena, usurpan, presionan, maldicen, amenazan, niegan lo permitido en nombre de sus propias ideas resentidas… porque, en el fondo son tan, pero tan débiles, que solamente a través de la degradación ajena pueden sentirse un poco seguros de sí mismos.

Por eso, la sabiduría, la paz, la justicia nunca van a estar entre los que hablan como ladridos de perros, ni entre los que usan el único argumento de deshonrar al otro buscando prevalecer ellos mismos.

Ejemplos notorios y desgraciados abundan en nuestro siglo, y en anteriores también… por eso, debemos aprender a reconocer esta importante lección:

La pasión desmedida, aun la que tiene finalidades superiores (como la que tuviera Pinjás al final de la parashá anterior) son buenas en tanto sean temporarias, breves, seguidas de la reflexión inteligente, de la suavidad de la armonía… porque, de lo contrario, la persona en lugar de ser más humana, se transforma en tempestad, terremoto, incendio, desolación y desierto estéril…

El fin está preparado para el que se consume en su propio fuego terrible, en ese calor infernal que se denomina EGO.

Puedes tú arder en él, hacer según te place.
O puedes ser libre, al vivir de acuerdo a tu identidad sagrada, como noájida, en la espiritualidad plena de los Siete Mandamientos Fundamentales, sin máscaras, sin parodias, sin burlas, sin presumir de lo que no eres ni tienes que ser.

Preguntas:

  1. ¿Por qué a menudo la persona con poca autoestima tiende a rebajar a los otros?
  2. ¿Cómo superar la baja autoestima?