Pensemos por un momento:
Si todo el mundo (especificamente los gentiles):
– Abandanoran cualquier forma de idolatria como expresada por las religiones grupales o personales
– No asesinaran, en su lugar respetaran la vida
– No robaran, en cambio respetaran la propiedad ajena
– No blasfemaran, en su lugar respetaran al Creador
– No cometieran relaciones sexuales ilicitas, sino ajustaran sus deseos sexuales a lo permitido
– No comieran parte de un animal con vida, sino expresaran su respeto por la Creación
– Establecieran cortes de Justicia, y por supuesto, las desarrollaran teniendo como base las leyes anteriores, las obedecieran, respeteran y mejoraran continuamente
Si toda la humanidad lo hiciera, ¿Cuál seria el resultado?
Indudablemente habria paz en el mundo.
La receta de la paz mundial no la tiene Miss Universo, ni los presidentes de primer mundo, ni los carismaticos pero pauperrimos líderes manipuladores de vida.
La paz mundial no se consigue haciendo lo contrario a lo que dictan las Siete Leyes de Noaj. La humanidad tiene miles de años manejando en el carril equivocado y los resultados saltan a la vista.
¿Quieres paz para ti, para tu familia, para tu entorno, para tu sociedad, para tu pais, para tu mundo?
Entonces que tus acciones demuestren cuál es tu identidad espiritual.


El 3 de agosto de 1492, Cristóbal Colón partió del Puerto de Palos (actualmente Palos de la Frontera), en Huelva, Andalucía, España. Su expedición contaba de una nao, la Santa María, y dos carabelas de menor tamaño, la Pinta y la Niña. Esta última construida en el cercano puerto de Moguer.