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El último Tishá beAv

En la perashá Devarim nos encontramos un par de veces (2:34; 3:6) con la palabra “metim”, la cual es comúnmente traducida como “muertos”.
Pero, cuando prestamos la corriente atención a la grafía y el contexto, debemos traducirlo correctamente como “hombres”, “personas”.
Existe unas diferencias mínimas pero esencial de escritura entre un metim y el otro:

  • cuando se trata de difuntos la “e” es una tzeiré, que son dos puntitos en horizontal debajo de la letra – מֵּתִים, y la mem está acentuada (indicando una letra que se ha obliterado);
  • cuando se trata de hombres la “e” es un shevá ná, que son dos puntitos en vertical debajo de la letra – מְתִם.

Estos metim en la perashá Devarim eran hombres que estaban condenados a muerte, pero… ¿quién no lo está?

Nuestro pasaje terrenal es limitado, tenemos los días contados.
Esto puede ser vivido con angustia, con el terror a la constante presencia de la muerte que se la espera a cada momento. Como también, saber que todo lo que hicimos, hacemos y tal vez haremos está destinado al foso, a la corrupción, al olvido a la nada. Es la máxima de nuestras impotencias, y por más que plantemos un árbol, criemos un hijo y escribamos un libro, nuestro ser se desvanece, desaparece, se transforma en una niebla mezclada entre otras neblinas hasta ya no ser. Todas nuestras creaciones son alimento para la nada, puesto que todo lo material tiene un final.
Y allí fuera, el universo es ajeno, ausente, frío, impasible, sigue inconmovible y no corre a darnos una mano ni a convertirnos en un héroe de cuento.

Somos metim con los dos puntitos en vertical, pero avanzando para ser metim con los dos puntitos en horizontal.
¿Cómo no estar aterrados, llenos de miedo y pavor?
¿Cómo no sumergirse en un mar de dolor y pesimismo?
¿Cómo no soñar con tener súper poderes y controlar el universo con nuestro deseo y pensamientos positivos, como una manera primitiva de escondernos de nuestra miseria y suponernos libres de padecer la más cruel de las impotencias?
¿Cómo no alterarnos ante cualquier manifestación o síntoma de nuestra vulnerabilidad, si pone a la vista (propia y/o ajena) que estamos consumiendo nuestra corta existencia y que nada podemos hacer para evitar nuestra conversión en nada?
¿Cómo no adorar al EGO, en forma de deidad mágica, que nos ilusiona y hace delirar con controlar y dominar a todo y todos, aunque en la realidad ni siquiera llegamos a conquistar nuestras más básicas tendencias?
¿Cómo no adoctrinarse en religiones y grupos sectarios, que nos prometen salvaciones milagrosas, curaciones increíbles, victorias más allá de lo posible, felicidad al solo costo de nuestra fanática fidelidad e irracional fe?
¿Cómo no seguir adormecido, anestesiado, estupidizado, los dictados de líderes de toda calaña (religiosos, seculares), quienes nos permiten sentirnos importantes, protegidos, a resguardo de la impotencia, aunque queramos o no seguimos navegando a la deriva rumbo a la nada total?

¿Qué es Tishá beAv, el día de hoy, sino un patético recuerdo de que así estamos en este mundo?
Todos, judíos o gentiles, creyentes en algo real o en fantasías producidas por el EGO, todos estamos en el mismo barco que se terminará por hundir. Tishá beAv nos los recuerda a todos, sin excepción, si es que queremos entender el mensaje y hacer algo con él para mejorar nuestra limitada existencia.
Tan vulnerable y entregada al olvido, al punto que el profeta menciona, por ejemplo:

«Aun los esclavos se han enseñoreado de nosotros; no hubo quien nos librara de su mano.»
(Eijá / Lamentaciones 5:8)

¿Te das cuenta?
Más esclavos que los esclavos, abandonados de todo poder, carentes de decisión, carcomidos por el no-poder, sin siquiera esperanza de que ese mal termine.

Lo que lleva a lo que sabemos:

«Por esto está enfermo nuestro corazón; por esto se han ensombrecido nuestros ojos.»
(Eijá / Lamentaciones 5:17)

Y sin embargo, hay esperanza.
Hoy mismo, cuando leímos la Meguilá Eijá finalizamos su lectura dolorosa con:

«Haz que volvamos a ti, oh Eterno, y volveremos.»
(Eijá / Lamentaciones 5:21)

La respuesta está en encontrar el camino a nuestra propia identidad, a la NESHAMÁ, el espíritu que somos.
Volver al hogar, a la vida en armonía con nuestra esencia espiritual, según las coordenadas dictadas por el Eterno.
Pero, ¿esto nos da ese poder mágico del cual presumen todas las religiones?
¿Seremos por ello los que dictaremos a Dios lo que Él debe hacer por nosotros? ¿Él correrá a hacernos los mandados y a hacernos vencer allí en donde nada hemos hecho? ¿Nos salvaremos de la muerte  de cualquiera de las otras impotencias que nos agobian en este mundo?

Seguiremos siendo limitados, seguiremos destinados a la muerte, los males seguirán golpeándonos, pero el temor será vencido, la nada ya no afectará nuestra existencia terrenal.
Porque estamos seguros de que hay un sentido y una posteridad.
Muere el cuerpo, el Templo se destruye, pero la esencia es intocable, nada la vulnera. No es cuestión de fe, de opinión, de deseo, de fanatismo. Es, simplemente, ser quien somos. Sencillamente, sin complicaciones, sin malabarismos, sin manipulaciones, sin entregar la vida a dioses o pastores/rabinos.

Estamos en un mundo donde todo tiene un fin, pero estamos al mismo tiempo en un mundo que no tiene fin pero es la finalidad.
Podemos ser muertos en vida, destinados a la nada. Es una de las posibles opciones, pero también tenemos la otra opción, aquella que Dios ha aconsejado que tomemos, pues podemos ser gente que morirá algún día, pero que cada momento es aprovechado al máximo, disfrutando de lo permitido, apartándose de lo prohibido, construyendo SHALOM con acciones de bondad y justicia y asegurando nuestra existencia eterna llena de plenitud.

Que se éste el último Tishá beAv de duelo, el primer día de la completa redención.
Depende en gran medida de ti.

(Publicado originalmente en serjudio.com, republicado aquí por tener enseñanzas acordes a la identidad noájica.)

Descansa en Paz Ariel Sharon

Pocas personas han dejado una marca indeleble en la historia de sus países pero muchas menos han sido las que han dejado una huella en una región y menos aun los que la hayan dejado en el mundo. El ser un líder, el levantarse y reclamar sus derechos, implicará de una parte la admiración de unos y el desprecio de otros. Pero cuando la patria y los paisanos se ven en peligro, es deber de cada individuo el defender los suyos, claro está, siempre y cuando no esté violando la propiedad privada de los demás y siempre y cuando se dé dentro de un marco razonable.
En tanto que muchos brillan por su ausencia cuando Israel ha sido atacado por los petrodólares tanto a nivel militar como civil, político, etc., existieron personas que se levantaron y dijeron, no. En ese grupo podemos incluir a Winston Churchill, no obstante lo que muchos digan, Ronald Reagan, Margaret Thatcher, José María Aznar, Stephen Harper, entre muchos otros noájidas, quizás no todos conscientes de su identidad noájica pero sí pro-Israel así como muchos judíos pero desafortunadamente no todos.
Ariel Sharon fue un gran estratega militar, catalogado por muchos como el mejor de todos, también fue muy buen político. Hijo de un agrónomo y de una médico, Sharon, cuyo nombre fue Benjamín Scheinerman, fue desde muy joven un sionista activo y se vio envuelto en varios combates, sobre todo en el año de 1947, en la que fuera precursora a la independencia de Israel en 1948. Le tocó ver muchas cosas en combate, como toda guerra que siempre está plagada de atrocidades. Sus destrezas militares lo llevaron a que fuera promovido a comandante de pelotón y poco tiempo después David Ben-Gurion le dio el sobrenombre de Sharon.
Nuevamente Sharon fue promovido a comandante de las fuerzas especiales de la Brigada Golaní, y en 1950 se convirtió en un oficial de inteligencia para el Comando Central. En 1967 Ariel Sharon estuvo al mando de una de las unidades militares más importantes en la Guerra de los Seis Días, el Frente de Sinaí, lo cual le llevó a los encomios de diferentes estrategas militares internacionales por las hazañas realizadas. Asimismo en la Guerra de Yom Kippur realizó otra hazaña que le valió el crédito por el cambio en el curso de los hechos que llevó a la derrota del ejército egipcio.
En 1982 cuando fue Ministro de Defensa, las Fuerzas de Defensa Israelíes fueron criticadas por la masacre de Shabra y Shatila donde murieron varios centenares de palestinos. Un informe investigativo de una comisión a cargo de indagar sobre los hechos determinó que no las FDI no habían tenido ninguna responsabilidad directa con el hecho pero sí de manera indirecta.
En el área internacional Ariel Sharon destacó como Ministro de Asuntos Exteriores en el período de 1998 a 1999 durante la administración de Benjamín Netanyahu. En el año 2000 Sharon se lanzó a campaña para ser electo como Primer Ministro y en febrero de 2001 ganó las elecciones como Primer Ministro. En el año 2003 endosó el “Mapa del Camino hacia la Paz” bosquejado por los Estados Unidos de América., donde comenzó un retiro unilateral de la Franja de Gaza. En el año 2005 Sharon expulsó a varios asentados y ya para ese mismo año fundó el partido de Kadima.
En diciembre de 2005 Sharon fue hospitalizado por un accidente cerebrovascular isquémico y durante su estadía en el centro médico se le detectó una insuficiencia cardíaca que le llevó a que se le concertara una cateterización cardíaca para enero de 2006, sin embargo, no se le realizó porque Sharon retornó a sus labores un día antes de que se realizara dicho procedimiento donde sufrió una apoplejía hemorrágica y fue diagnosticado con una angiopatía amiloide cerebral. Ehud Olmert se convirtió en Primer Ministro a partir de ese momento y Ariel Sharon fue llevado a cirugía en varias ocasiones, sin embargo, nunca regresó de su estado comatoso.
Así como Ariel Sharon hizo cosas muy buenas, así hizo cosas muy malas, como ceder territorio que había sido ganado cuando él mismo había dicho que lo ganado no debía de cederse así como otros cuestionamientos por asesorías y demás. No obstante, sea como sea, Ariel Sharon fue en su tiempo un baluarte para Israel, nadie le puede quitar su mente ágil y sus destrezas militares fue un gran hombre, un excelente abogado y un político hábil, destrezas que llevaron a la consolidación del Estado de Israel.
En el tanto en que en mi país el períodico “La Nación” publicó una noticia con el nombre de Ariel Sharon pero que en realidad lo que hace es citar el odio de ciertos sectores, creemos que es necesario que se le reconozcan sus méritos y que más bien, lejos de andar citando a un grupo de fanáticos y sus palabras de odio, más bien deberían de citarse las bellas palabras del Primer Ministro Británico, David Cameron, o de la Canciller de Alemania, Angela Merkel, entre muchos otros que han reconocido en este hombre a una gran figura, quien no solo jugó un papel importante en su país Israel sino también en Medio Oriente y en el mundo entero.
Es por ello que como Presidente de FULVIDA y en vista que ya para la próxima semana estaremos comenzando los trámites para la inscripción de la nueva fundación así como la redacción de los estatutos de la nueva fundación, donde, entre sus objetivos se encuentra la defensa del pueblo judío y, por ende, de Israel; propongo que se cree un comité de vigilancia de este tipo de “información” proporcionada por un medio que debería ser imparcial, para que, si fuera el caso, se realicen las rectificaciones del caso, como a bien se tiene contemplado en la Convención Americana Sobre los Derechos Humanos, donde la Corte Interamericana de los Derechos Humanos ha fallado sobre el tema del derecho de rectificación y respuesta y que se establezca un proceso de hábeas data para que se presente la información de manera imparcial.
La libertad de expresión es un derecho humano que encuentra un límite cuando es una apología al odio y a profanar la memoria de un difunto, máxime cuando ello leva ínsito asuntos de índole política y que favorece a un grupo sobre otro, sin proporcionar la información adecuada. Es deber de los noájidas conscientes de nuestra identidad el velar porque se tutelen los derechos de las personas, sea que éstas estén dentro o fuera de los límites de nuestros respectivos países. Por ahora solo queda el presentar un protesto por medio de esta página contra el artículo publicado en ese periódico en tanto que se constituya formalmente la nueva fundación en Costa Rica. Una vez constituida podremos ejercer las acciones legales correspondientes para la tutela de los derechos de las personas y el honramiento del compromiso adquirido en los estatutos de no permitir que se vilipendie a ciertos sectores y que no se permitan discursos que propendan a la apología del odio nacional, racial o religioso en los términos del artículo 12, inciso 5 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, el cual reza:
“5. Estará prohibida por la ley toda propaganda en favor de la guerra y
toda apología del odio nacional, racial o religioso que constituyan
incitaciones a la violencia o cualquier otra acción ilegal similar contra
cualquier persona o grupo de personas, por ningún motivo, inclusive los de
raza, color, religión, idioma u origen nacional.”.
Existen una serie de mecanismos legales en los ordenamientos jurídicos de los países que nos permiten ejercer derechos de rectificación y respuesta así como de acciones civiles e inclusive penales por la incitación al odio y por brindar informaciones inexactas. Los objetivos se ejercen en la práctica y no en la letra solamente. Que descanse en paz Ariel Sharon y que se recuerde a la persona por quien fue, tanto por enemigos como por amigos, pero no provocando reacciones ni buscando manipular la opinión de la audiencia de manera que solo se muestre un lado en claro contraste de lo que el periodismo serio y responsable debe de ser, o sea, imparcial e informativo.

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La destruccion del Templo de Jerusalén

La destrucción del templo de Jerusalén, ha sido uno de los sucesos más trágicos que han marcado la historia no solo del Pueblo
Judío, sino de la humanidad entera.

El templo representaba la estancia de la presencia divina en este mundo y su destrucción refleja el exilio de esta misma, pero no solo en el templo, sino en la vida de cada uno de nosotros.

Humildemente en esta casa de estudios, hemos dicho que la respuesta a la mayor parte de los males que aquejan a este mundo, reposa en el Noajismo y su respectivo cumplimiento.

La destrucción del templo sagrado no fue hecha por Judíos, fue realizada, planeada y ejecutada por miembros de las naciones, sin duda se aprovecharon de la debilidad que como comunidad tenía en ese entonces el Pueblo Judío, pero la matanza y la quema fue hecha por manos de Noájidas (miembros de las Naciones), personas que habían endiosado su ego, que habían elevado su Yo (vivido) al sitial de un dios, tal como lo relata la Tora acerca del rey Nabucodonosor.

La destrucción del templo fue resultado directo de la ignorancia y la transgresión de estas órdenes que promueven la vida (los 7 Mandamientos Universales).

La visión Judía al menos la que es apegada a la tradición, demanda introspección a cada suceso de la vida para poder rectificar y mejorar la existencia, así entonces cada generación ha buscado dar respuesta (para rastrear el origen) de tan lamentable suceso, y un par de respuestas emergen a la luz, una de ellas es el odio gratuito que existía entre el Pueblo Judío, en realidad no solo entre ellos….. De hecho existe aún con más fuerza y poder entre los miembros de las naciones, solo hay que echar una mirada para ver el estado en que se encuentra el mundo, Naciones que se odian y rapiñan entre si, guerras civiles llevadas al genocidio, matanzas crueles y cruentos enfrentamientos entre hermanos, masacres entre unos y otros….. el odio gratuito esta mucho más presente entre nosotros, entre las naciones.

Es el exilio….. el reinado del ego.
grito
Vivimos entre una apasionante lucha por el dominio, en medio de una encarnizada batalla para lograr la supremacía, pero que en realidad no es más que un perverso jueguito de impotentes buscando creerse un poquito poderosos, lo malo es que lo hacemos dentro de un ecosistema planetario, no individual sino de forma globalizada, donde lo que hacen unos repercute a otros, tal como se ve claramente reflejado en la destrucción del templo de Jerusalén, donde los miembros de las naciones fueron artífices del caos ajeno.

Por eso decimos «el Noajismo es la respuesta»

Es el final del exilió y cuando este termine para todos, seguramente habrá otra vez Templo en Jerusalén, porqué la presencia divina dejará de ser solo unas lindas palabras para transformarse en una bella realidad.

El declive del ego, el fortalecimiento de la vida a través del cumplimiento de las leyes universales (los 7 Mandamientos).

En tanto, lamentar las pérdidas… Pero sin dejar de mirar el presente, con la esperanza y convicción firmes de que con nuestras acciones, podremos edificar un mejor mundo para todos.

Resp. 1144 – Las 3 semanas

talmidim nos consulta:

Buenas tardes More

Durante las 3 semanas de duelo que transcurren en estos dias, por las tragedias que se han hecho presentes en el pueblo de Israel, pero que repercuten en toda a humanidad.

¿Los Noajidas tenemos algo que hacer, en estos tiempos marcados con duelo?

Gracias por todo y un saludo.
Edgar Juarez, 34 años, Administrador, Mexij

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Shoá y Sheminí: Recordar para comprometerse con la vida

El próximo domingo, que será 27 de Nisán, recordaremos de manera solemne a las víctimas y a los héroes de la Shoá. Desde 1959 es el “Iom hazikarón laShoá velaGuevurá”
“יום הזיכרון לשואה ולגבורה” “Día de recordación del Holocausto y el heroísmo”, según ley aprobada por la Knesset (parlamento israelí). Ésta es la fecha oficialmente marcada, porque es necesario tener un momento especial, único, que quede establecido como símbolo para todo los tiempos. También, porque no es bueno estar de duelo siempre, hay tiempo para el llanto y tiempo para la risa, tiempo para penar y otro para gozar, según enseña el rey Salomón en el Tanaj.
Pero, lo cierto es que cada día puede emplearse para el recuerdo y muy especialmente para comprometerse a que no vuelva a suceder algo similar, nunca más.
Pocos días atrás cantamos en el Seder de Pésaj, durante la recitación de la Hagadá:
“שלא אחד בלבד עמד עלינו לכלותינו” “Shelo ejad vilvad amad aleinu lejaloteinu” “Porque no fue solamente uno el que se alzó en nuestra contra para extinguirnos”. En cada época surge otro Amán el amalecita, otro Labán el arameo, otro Faraón, otro Antíoco, otro Tito, otro Arafat una y otra vez. Han intentado de todo: extirpar el judaísmo de los judíos, suprimir a los judíos del mundo, apartar del mundo a los judíos, sustraer a los judíos del judaísmo. Esto y otras tácticas más, terribles, espantosas, dolorosas, con mayor o menor “éxito”, con efectos que pueden perdurar durante largas generaciones. Pero ante esto hallamos una constante: la nación judía ha logrado prevalecer, puede haber caído, sufrido tremendas bajas, pero como nación se ha mantenido durante milenios, fiel a sí misma, a su origen, a su destino, a su esencia. “Am Israel jai vekaiam” “La nación de Israel vive y perdura”.
Recordar para comprometerse con la vida, es uno de los lemas que siempre acompañó al judaísmo.

Precisamente en la parashá que estamos comentando, Sheminí, encontramos el siguiente párrafo (Vaikrá/Levítico 11:44):

“Porque Yo soy Hashem, el que te hizo subir de la tierra de Egipto, para ser tu Dios. Por tanto, serán santos, porque Yo soy santo”.

“כִּי אֲנִי ה’, הַמַּעֲלֶה אֶתְכֶם מֵאֶרֶץ מִצְרַיִם, לִהְיֹת לָכֶם, לֵאלֹהִים; וִהְיִיתֶם קְדֹשִׁים, כִּי קָדוֹשׁ אָנִי”

“קָדוֹשׁ” “Kadosh” “Santo o sagrado”, en la tradición hebrea se entiende como aquello que está cercano al Eterno. También se comprende, en un sentido más general, como aquello que está separado y es en cierto modo único. “Lekadesh” es santificar, pero también apartar para dedicarlo a una situación o función particular. Por ejemplo, el esposo está santificado para su esposa y viceversa. Shabat es el día santificado para el pueblo judío y recíprocamente. Ierushalaim es la ciudad de la santidad, con alguna cualidad que la hace diferente y más cercana al Eterno.
Siendo así, ¿cómo puede el hombre, cualquier hombre, ser santo? ¿Se precisan de milagros, hechos maravillosos, una fe intensa, negar las cosas del mundo, vivir encerrado entre libros y soledad? ¿Qué es lo que exactamente hace sagrada la existencia de la persona?
Una de las posibles respuestas la brinda el versículo que hemos citado:

  1. Recordar la esclavitud que sufrimos, sea la de Egipto o cualquier otra (personal o colectiva).
  2. Tener presente que es el Eterno quien nos eleva de cada una de nuestras angustias.
  3. Mantener un vínculo cercano con el Eterno, fuente de toda vida y bendición.
  4. Actuar de tal modo que nuestras acciones se encuadren dentro del marco de la santidad (tal como lo define la Torá).

Recordar, pero no para estar anclado al pasado, con culpas o remordimientos, sino como trampolín para una buena vida aquí y ahora, proyectándose positivamente al futuro.

Por el duelo

Hace aproximadamente tres semanas, mi padre partió de esta tierra, a su mundo, con todo lo que ello implica, un proceso difícil, arduo, y también lleno de dolor, principalmente para él, aunque también para nosotros, y desde la perspectiva del que experimenta la pérdida del ser querido, deseo opinar, o más bien compartir, lo que aprendí en esos difíciles momentos.

Como enfrentar una pérdida de tal magnitud, y todo el proceso que ello conlleva, pero si desde nuestra profunda ignorancia, no sabemos que hacer, cómo comportarnos, en la vida cotidiana, como saber cómo comportarse antes esos momentos inesperados.

Como pude trate de prepararme, para saber qué hacer y cómo hacerlo, nadie nos prepara para esos momentos, y solos dudosamente, sabremos cómo actuar a la altura de ello.

Trate de informarme, escuche una conferencia del Rab Itzjak Betech sobre visitar enfermos (bikur jolim) y estudie dos libros, uno llamado “por los caminos de la eternidad” y otro “duelo y valor” dos grandes obras de excelentes Rabinos, muy útiles a la hora de enfrentar, esos difíciles momentos de la vida.

En realidad, no quiero tocar mis sentimientos, porque aun lamento la perdida de mi padre….. que también era mi amigo, lo vi agonizar y morir…….. te puedo asegurar, se lo que es una perdida, espero en estas palabras, si algún día alguien experimenta lo mismo, o algo similar, encuentre un poco de Luz para su vida, ya que esos momentos son duros, y sin una guía adecuada, podemos perder el norte y actuar de forma incorrecta.

Te contare un poco acerca de mi situación, no es lo ideal, pero si dejarte entrar en mi vida sirve para ayudar, entonces que así sea, a mi padre le diagnosticaron tumor cerebral (glioblastoma multiforme) un cáncer agresivo y maligno, una enfermedad terminal, de tres a seis meses de vida fue el diagnostico delos médicos, aun así yo tenía la esperanza de que pudiera haber una posibilidad de que el viviera más, sin embargo el diagnóstico fue demasiado optimista porque no duro ni siquiera dos meses con vida.

Por el tumor y sobre todo que afectaba el cerebro, había alteraciones en algunas de sus funciones corporales básicas, también el corazón empezó a fallar, junto con unas complicaciones de los pulmones, alguna ocasión la sangre ya no circulaba bien en sus extremidades y se ponía morado, y en su rostro se reflejaba el miedo de verse así mismo de ese modo, las náuseas eran constantes, y aunque él quería alimentarse, devolvía toda la comida, y en sus ojos se veía la impotencia, la tristeza, el miedo, verlo en ese estado era sin más decir devastador, sin embargo, escuche que no puedes ir a soltarte en llanto frente a un enfermo, porque lejos de contribuir a su mejoría, su ánimo puede decaer viendo tu estado, pensando el mismo, que tal vez ya no tenga cura, lo que hacía yo cuando estaba por ganarme el llanto, era empezar a revisar sueros, ver que medicamentos le tocaban, preguntar cómo estaban saliendo los análisis pruebas etc. de ese modo ahogaba o contenía el llanto y el dolor de verlo así en ese estado, y así pasaron las semanas……….

Cuando por fin salió del hospital, hable con el neurocirujano y le pregunte qué estado guardaba la salud de mi padre y el me dijo.

¿Qué esperas tú?

Le conteste que viviera el más tiempo posible, que yo había investigado y en contadas ocasiones, la vida de los pacientes se prolongaba incluso por años, el me contesto que no esperara tanto, porque
podría sufrir una decepción, que mi padre en cualquier momento se agravaría y todo terminaría, y yo le conteste- entonces en cualquier momento puedo esperar lo peor, y él me dio un consejo salomónico me dijo- vive cada día porque si estas así, no vas a tener vida, esperando que tu padre muera, o teniendo expectativas irreales

El Rey Shelomo lo dijo hace miles de años “tiempos para llorar tiempos para reír” cada cosa en su momento e instante preciso, y lo tengo muy presente porque es algo que me sirvió de mucho, cuando mi padre murió estuvimos todos ahí, y ahí en esa cama él se fue, pero entonces que hacer después, cerramos sus ojos, cambiamos sus ropas y lo cubrimos con una sábana blanca, por corrección y dignidad.

Normalmente puedo considerarme una persona fría no tan emotiva, sino más bien reservado, no suelo dar rasgos de expresividad desbocada, pero en ese momento las cosas no deberían de ser así, yo sabía que una perdida era una perdida y que debería de afrontarla como tal, he enfrentado situaciones adversas en mi vida, considero yo bastante, y las lágrimas no suelen asomarse en mis ojos, pero ese día no me contuve y aun puedo verme a mí mismo recargado y llorando sobre el ataúd de mi padre, aun veo a mi hija sentada en el piso llorando por su abuelo, leí que en ocasiones hay diversos consejos de la gente que nos rodea, de familiares y amigos, de aquellos que desean consolarnos, pero muchas veces son eufemismos, porque en realidad, no es accesible tal estado en una situación así “se fuerte” “no llores” “él está mejor allá” sin duda existen las buenas intenciones, pero no bastan en momentos así, y leí que si debes llorar debes llorar, la catarsis emocional debe manifestarse, porque de no ser así toda la energía emocional contenida, puede hacer estragos posteriormente, entonces desahogarse no es malo, sino más bien saludable, propicio para esos momentos (si así lo requiere el deudo), lo más duro fue verlo morir, ese fue el momento cúspide, fue muy dura su agonía, pero el momento en el que exhalo su último aliento de vida, fue arrasador, dicen los Sabios que ver exhalar a alguien es similar a ver quemarse un rollo de Tora, considero humildemente que de acuerdo a la santidad intrínseca de cada persona es tal acontecimiento, pero ese abrazo que funde lo celestial con lo terrenal se quiebra, y el alma deja el cuerpo, y ese acontecimiento deja huellas profundas muy profundas.

El duelo es necesario y saludable, la reflexión que proviene del mismo es muy útil también, una cubetada de agua fría, para quien está como dormido en vida.

Recordando los momentos agradables en la vida de mi padre todos expusieron algo, a mí también me toco decir algo.

El mensaje más importante que me deja la vida de mi padre, es que sucesos como estos, nos hacen chocar con la realidad irrefutable de la vida, y esta es que a todos nos llegara la muerte, tarde que temprano, todos moriremos, y esta realidad nos hace demandar un sentido trascendente de la vida, más allá del ajetreo cotidiano y las apuraciones diarias, un plus, que nos haga sentir que no solo estuvimos aquí por estar, sino que nuestra vida se prolonga, incluso más allá de la misma muerte.

En medio del dolor y la tristeza, sé que existía algo positivo, algo para reflexionar, y el dolor no se iba, pero también un sentimiento/pensamiento de que el Eterno, como lo dijo el More Yehuda en Su perfecto amor y conocimiento otorga todo lo bueno, a cada persona, en cada momento, confiar en que todos los sucesos que están fuera del alcance de nuestras manos, son dirigidos con perfección por Quien solo hace Lo bueno o sea Dios.

¿Pero en momentos así habremos de confiar en el Eterno?

¿Cuando vemos morir a alguien que amamos?

¿En esos momentos manifestaremos nuestra confianza en Dios?

Por lo que viví creo que no tenemos la obligación, de ser fuertes, de demostrar gallardía, de actuar como si nada sucediera, porque de hecho, es la confluencia entre el razonamiento y las emociones lo que nos distingue de los demás seres que habitan este mundo, la expresividad emocional dirigida razonablemente, llorar también nos hace humanos, y si sentimos tristeza y dolor es por ello mismo, entonces cuando nos enfrentamos a sucesos como estos, no deberemos contener el dolor si lo sentimos, o la pena si la experimentamos, sino más bien todo lo contrario, vivir con aceptación la etapa del duelo, sin dejar de confiar en el Eterno, pero sabiendo que como seres humanos, tenemos derecho de sentirnos tristes o apesadumbrados Y A EXTERNAR DICHOS SENTIMIENTOS.

No seremos pecadores si lloramos o herejes si nos sentimos tristes, es algo normal y saludable, que sintamos pena y dolor, es natural que extrañemos a alguien con quien hallamos compartido años de vida, y es algo que no se supera de la noche a la mañana, la etapa de duelo es necesaria podría decir que indispensable, para poder continuar con la vida de manera normal, y respetamos esos tiempos, en tanto nos preparamos para continuar con la vida.

Me quedo claro que el cuerpo guarda una santidad muy grande por ser este depositario del alma, de hecho no podríamos decir que somos seres espirituales con cuerpos terrenales ni viceversa, sino que más bien en este mundo la plenitud y grandeza de un ser humano, es la conjugación de ambas facetas, la espiritual y la terrenal, y cuando una persona muere, en realidad deja tras de sí una parte, de lo que en vida fuera el mismo (de hecho este es uno de los conceptos que evolucionaron en las exposiciones del More en referencia al yo autentico y al yo vivido “las dos instancias del ser”).

Me quedo muy claro que debemos de tratar el cuerpo con sumo respeto, teniendo especial cuidado en no rodear el féretro con idolatría, y tampoco permitir que en ningún momento nadie vea el cuerpo del occiso, de cuidar que este mismo no se quede solo en ningún momento, prender una veladora si alguien  lo desea, o leer algunas partes de libro de salmos (Tehilim) Y tratar de que el cuerpo sea sepultado lo antes posible y se cumpla el versículo “del polvo vienes y al polvo regresaras”

Ayer visite la tumba de mi padre y eleve una plegaria del libro “por los caminos de la eternidad” que dice así:

Profundamente conmovido piso la tierra, donde reposa en el silencio de la muerte, aquel que tanto tiempo vi a mi lado, cubriéndome con ternura, iluminándome con sus consejos, sirviéndome de guía y apoyo por el tortuoso camino de la vida,. Durante mis tiernos años, disputaste mi vida a la enfermedad y a la muerte, y nunca separaste tu mano protectora de tu hijo: todo lo que tengo, todo lo que soy, es a ti, a tu amor que lo debo. Cuantos sacrificios hiciste para educarme. Cuantas fatigas, cuantas inquietudes, cuantas largas vigilias, para preparar mi futuro.

Las lágrimas acuden a mis ojos pensando en las numerosas pruebas de amor y dedicación que tú me prodigaste. ¡Lamento tanto no haber tenido el privilegio de compartir más tiempo de vida contigo!

La tristeza marcara siempre el día en que tus ojos se cerraron a la luz y el que oí por última vez el sonido de tu querida voz. Hubiera sido para mí una felicidad, poder darte también mi cariño y afecto, velar por tu vejez como tu velaste por mi infancia, y asimismo yo no pagaría sino una pequeña parte de mi deuda,  mas Dios resolvió de otra manera y tu partiste, dejándome lleno de aflicción. Con el dolor de haberte perdido, tengo también el disgusto amargo, de no haberte testimoniado toda la intensidad de mi gratitud, así como la pena de no retornar a esos años que pasaron y no vuelven más.

Como desearía, si pudiese, demostrarte todo el afecto que está en mi corazón y que infelizmente no te puedo dedicar.

Mi adorado padre, desde lo alto de los cielos en donde moras, en el seno de la luz y de la paz, perdóname todas las faltas que cometí contra ti y de las que sinceramente me arrepiento. Perdóname, los disgustos que involuntariamente te cause.

Tengo también la necesidad de la luz de la fe, para soportar con firmeza la desgracia de haberte perdido. Me dejaste, pero continuas existiendo; creo si, que me oyes, que me ves. Tu alma tan buena y tan pura, libre de los lazos terrestres, vive en el mundo de los bienaventurados, siento continuamente tu presencia benéfica. Esto me sustenta y me consuela.

Cuando estoy luchando con las dificultades de la vida, me acuerdo que estas cerca de mí y recobro fuerza y me animo. Con tus lecciones y con tus ejemplos, me enseñaste a amar el bien y a procurar lo que es justo.

Ser fiel a tus enseñanzas, compenetrarme en todas mis acciones, de los principios de justicia, de lealtad, de dedicación, que fueron la ley de seguridad de tu existencia, es la mejor manera de honrar tu memoria y bendecir tu nombre.

Que tu imagen venerada que está siempre grabada en mi corazón, me impulse para el bien y me libre del mal.

Mi querido padre, quiero ser digno de ti, para que cuando llegue mi hora, pueda aparecer delante del Supremo Juez, con el alma pura, la conciencia tranquila y llevando conmigo un acompañamiento de buenas obras. Amen.

Quiera el Eterno Bendito Es, enviar consuelo a todos los deudos de Tzion y Jerusalem, y de todas las demás Naciones, que sus familias no sepan más del dolor, y que sea restaurado el reinado de la casa de David pronto y en nuestro días.

En memoria del pequeño ezra y de manuel, con cariño. 

Exilio y Redención de Av

El ayuno de Av es la el día más oscuro de la nación de Israel. Numerosos acontecimientos trágicos y espantosos han pasado en esta fecha y su entorno, marcándolo como especial, o identificándolo como tal. El día de la amargura extrema, el polo de la negatividad para los judíos.
Al mismo tiempo, en la sagrada Tradición se menciona que el Mashiaj ha nacido en este día, junto a la destrucción del Templo nació el redentor. Es la esperanza entremezclada con la amargura, el optimismo aún en la mayor de las angustias, una modo típicamente judío de contemplar la realidad.

El ayuno  de Av recuerda el llanto de aquellos judíos que se negaron a confiar en Dios y prefirieron la muerte en el desierto a la toma de la Tierra Prometida. Recuerda la destrucción de los dos templos, con siglos de diferencia, junto a la masacre de miles de judíos y el fin de la independencia de Israel. Recuerda el exilio nacional y colectivo en numerosas instancias. Recuerda la matanza y persecución, la conflictiva estancia de los hijos de Dios entre las naciones idólatras.
El resumen es el exilio, el estar fuera del lugar indicado, el vivir una existencia pasajera y de apariencias en lugar de la propia identidad en su plenitud.

En la tradición mística más esmerada se reconoce también su faceta personal, interna.
Estamos en exilio personal, alejados de nuestro Yo Esencial, esclavizados por el EGO, sometidos a los disfraces del Yo Vivido, encerrados en celditas mentales, en una diáspora casi constante.
Cuando armonizamos nuestras dimensiones, cuando sintonizamos nuestro Yo Vivido a la luz del Yo Auténtico, cuando dejamos de doblegarnos ante el EGO para tomar el verdadero control de nuestras vidas, es que estamos ingresando a la Era Mesiánica individual, una en la cual es nuestro príncipe interno nos gobierna y nos redime. Ya no es el EGO el que manda, sino el AMOR.

El profeta del desastre, el testigo del fracaso en la época del primer Templo, el gran Irmiá/Jeremías lo deja ver en numerosas ocasiones, pero quizás resalta en esta frase:

"El aliento de nuestra vida, el ungido del Eterno, ha sido atrapado en sus fosas; aquel de quien habíamos dicho: ‘A su sombra viviremos entre las naciones.’"
(Eijá / Lamentaciones 4:20)

Así es.
Nuestra neshamá, nuestra esencia espiritual, nuestro Yo Esencial, ese que es nuestro nexo sagrado con Dios y el cosmos, lo más auténtico de nosotros en nosotros, el aliento de nuestra vida, lo que es del Eterno en nosotros, está atrapado entre las cáscaras y costras que impone el EGO a través de las instancias del Yo Vivido.
Estamos en exilio de nosotros mismos, apartados de nuestra identidad, reconociendo que somos tal o cual que en verdad no somos. Estamos en búsqueda de dioses y salvadores, de reyes y pastores, de mesías y redentores, cuando la solución está dentro nuestro. Allí vive nuestro Mesías personal, nuestro redentor. Nuestro Mesías que está acosado por el falso salvador, por el “Jesús”, que es el EGO. El EGO que se presenta como salvador, que nos impone sus inflexibles reglas de muerte, que nos hace padecer, pero tiene el descaro de aparecerse como el único que nos salva. Ese que nos obliga a adorar dioses, que son impostaciones suyas, ese que nos hace creer cosas adversas y sentir impotencia, para seguir sometiéndonos a su imperio de perversión.
Y nuestra neshamá está encerrada, atrapada en una fosa oscura, en donde la relegamos.
Es por esto que también penamos y padecemos en el ayuno de Av.
Porque el exilio nacional, la destrucción de los templos, las masacres, las agresiones, todo el mal externo y material que tenemos presente en este ayuno, son materializaciones de lo que sucede en nuestro interior, a causa del EGO.

Es posible romper el yugo del EGO. Podemos retornar a nuestra patria, a ese Templo sagrado que mora en nuestro interior (Shemot / Éxodo 25:8) y que tanto desconocemos. Podemos encontrar la estabilidad, la paz, la confianza, la fuerza, la belleza. Y no dependemos de medios externos, ni de dioses, ni de mediadores, ni de congregaciones, ni de conversiones a nada. El Templo está en nuestro interior, el nexo santo está en nosotros, ¡somos nosotros!
Nuestra parte más pura, auténtica e intachable está allí, a la espera de que ingresemos a la Tierra Prometida, unjamos a nuestro Mesías personal, inauguremos nuestro Templo, vivamos a pleno la Era Mesiánica. Pero no lo hacemos. Damos excusas, nos negamos, preferimos morir en el desierto, seguir en el exilio, justificarnos, inventarnos religiones, buscar conversiones, hacernos extremistas, fanatizarnos, llenarnos de eslóganes, repetir lemas, ser religiosos, vivir en exilio y en apariencia disfrutarlo y llamarlo hogar.

Por esto, este ayuno de Av es ocasión de reflexión, de conocimiento interno, no solamente de llanto por lo que pasó hace siglos, no solo recordar a los inocentes masacrados, no solamente penar por la independencia nacional perdida, no solo los Templos… sino por el exilio interno, ese que nos obliga a ser extraños en nuestra propia tierra. Ese exilio que pone ídolos en los atrios del Templo, al EGO en el sitial de un dios.

Aprovechemos este ayuno, o cada ocasión que podamos, para hacer el camino de regreso al hogar. Podemos hacerlo.

El significado de una vida liberadora

Séneca el menor una vez mencionó que el hombre solo tiene oportunidad de refinarse cuando es puesto frente a la tribulación y también dijo que la única forma de crecer en sabiduría es enseñándole a los demás.

Interesantes los aportes de este filósofo estoico que prefirió suicidarse antes que ser cristiano, a pesar de que los cristianos tomen sus ideas y las tergiversen y busquen adecuarlas a sus intereses, lo cierto del caso es que no porque algo deje de ser utilizado o cumplido, pierde su obligatoriedad ejecutiva, pero, sabiendo el embuste que las religiones organizadas representan, ¿sería de sorprendernos el plagio de las ideas de Séneca por parte de los cristianos?

La pregunta pareciera ser capciosa y obviamente lo es; al menos para nosotros los que hemos sido expuestos a la verdad. Cuando uno de los nuestros parte de este mundo, es imposible no analizar nuestras propias vidas y ver cómo las llevamos.

Vinimos sin nada a este mundo y sin nada nos iremos, salvo las experiencias que hayamos cosechado a lo largo de nuestra estancia en este planeta, por eso no es de extrañar que una vida virtuosa vaya acompañada de la búsqueda y adquisición del conocimiento y la sabiduría necesaria para ponerlo en práctica.

No se trata de jugar a la noche de brujas y recitar palabras en hebreo masticado sino de vivir una vida a plenitud. La vida a plenitud se vive a través de la liberación de las cadenas del ego, se vive cuando se abraza la identidad espiritual intrínseca, cada quien siguiendo su camino.

Ayer meditaba acerca de la suerte de nuestro querido abuelo, el difunto Jaime Benítez, porque sin importar a qué edad se liberara de la esclavitud de las religiones y cuán constante fuera, lo cierto del caso es que al final de sus días partió de este mundo abrazando su esencia, y tendrá su parte en el mundo venidero.

Nosotros no podemos decir lo mismo, porque estamos aquí y ahora pero no sabemos a dónde estaremos en unos años. Es por eso quela ToráNoájicaes tan importante, porque se da aquí y ahora, no en un futuro y en otra dimensión.

La sabiduría de nuestra Torá Noájica se da porque no se enfoca en el pasado ni en el futuro, el primero no tiene remedio y el segundo no lo tendrá tampoco sino hacemos algo para enmendarlo en el presente, que es tan fugaz y resbaladizo que no nos podemos asir a él por mucho tiempo.

Se acerca el final de un año de mucho provecho, porque los dolores y las angustias que pasamos no nos mataron, pero sí nos fortalecieron. Crecimos en sabiduría gracias a los aportes desinteresados de aquéllos que transmiten el conocimiento por el simple amor al prójimo.

Rosh Hashanah está a un poco más de tres semanas de ocurrir, por eso es importante que recordemos este año y que tengamos presente que los años no pasan en vano, por eso debemos de ser diligentes y de acumular el conocimiento y la sabiduría para ejercerlo y transmitírselo a los demás.

Debemos de tener claro que el andar usurpando identidades que no nos corresponden, publicando posts en la página de Facebook con alusiones que nos hagan judaizarnos, debe de detenerse y no ocurrir más, porque esto es producto de la envidia, aquella envidia que nos carcome como el cáncer linfático que destruye al cuerpo.

Si vamos a poner una petitoria a favor de Israel o de algún judío, debemos de tener claro que lo hacemos no con el afán de judaizarnos pero sí de solidarizarnos con nuestros socios, entendiendo, claro está, que no vamos a despreciar nuestro legado noájico.

Isaac solía retirarse al bosque para conversar con El Eterno y para encontrarse a sí mismo. Nótese que conversar con El Eterno no es lo mismo que rezar. No nos confundamos y recitemos el Shemonei Esrei o carguemos un Sidur creyendo que con esto  nos vamos a santificar. Nuestra misión no es ser una nación de sacerdotes, eso le corresponde al pueblo judío, nuestra misión es el construir y mantener Shalom.

Propongo que sigamos un pequeño ejercicio que nos será de mucha utilidad. Es un reto pero vale la pena tomarlo; cada vez que pensemos en un hebraísmo, como por ejemplo, Shalom, sustituyámoslo por so contraparte en castellano, por ejemplo, paz y armonía; en vez de decir HaShem, digamos mejor El Eterno, en vez de decir Sheva Mitzvot, digamos mejor Siete Leyes Universales y lo más importante, recordemos que nuestra identidad es preciosa y es nuestra.

Dejémonos de paños tibios y tomemos al toro por los cuernos, comencemos a construir un mundo pacífico y armónico. No dejemos para mañana lo que podemos hacer hoy, apliquemos la verdad, la justicia y la caridad, así nos aseguraremos que estaremos listos para recibir el año nuevo con vigor y paz espiritual.