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Como es nuestra sana costumbre, comparto contigo esta semana otra enseñanza válida para la espiritualidad noájica a partir de las enseñanzas de la Torá (judía) en su lectura semanal pública (la parashá semanal).
Como sabes, pues hemos enseñado al respecto, es correcto que el noájida estudie aquello de Torá que puede serle de beneficio para desarrollar su vida a plenitud como noájida. Sin embargo, NO ES el estudio de Torá un requisito indispensable, esencial, fundamental para el noájida, pues el Eterno ha provisto otro camino para el perfeccionamiento y elevación del noájida.
Sin embargo, cuando al noájida se le provee de los conocimientos idóneos que surgen de la Torá, a través de la instrucción apropiada por parte de maestros judíos conocedores tanto de judaísmo como de noajismo, es un encuentro agradable.
Pero recuerda, no todos los judíos, ni siquiera todos los rabinos, tienen conocimiento acerca de las cuestiones noájicas, a veces tan solo una idea superficial, pero que se ve teñida gruesamente por preconceptos, tanto acerca de lo que es un gentil como de lo que es la vida sin la Torá. Por tanto, para que el maestro judío aporte buen material, que no dañe el espíritu del noájida, es medular que tenga conocimiento cabal de lo que significa en su esplendor y belleza la identidad espiritual noájica, sin verlo con las gafas del gueto mental, sino con la amplitud de la humanidad multicultural, tal como la ha llevado a ser la intervención divina.
Es un tema que puede resultar confuso para algunos, complicado, de difícil delimitación.
Otras veces los prejuicios ganan al razonamiento.
Sin dudas que el EGO con sus trampas múltiples juega un importante papel a la hora de trastocar el orden, puesto que el caos es un caldo de fermento para el EGO.
Así pues que te dejo planteada la idea, para que medites, para que indagues, para que sigas creciendo en verdad y no en confusión “sagrada”.
Tienes mucho buen pan espiritual a tu alcance en este santo HOGAR, puedes alimentarte y crecer gratuitamente, luego verás cómo hacer con lo que aprendas.
Ahora, en concreto sobre el texto que el pueblo judío lee públicamente esta semana, te cuento que está escrito en la parashá:
“… luego volveréis y seréis libres de culpa ante Hashem e Israel…”
(Bemidbar / Números 32:22)
El Talmud (Ierushalmi, Shekalim3:2) enseña:
"Dijo Rabbí Shemuel bat Najmani, dijo Rabbí Ionatan: ‘Tanto en la Torá, como en los Nebihim (Profetas), como en los Ketubim (Hagiógrafos) -es decir, en todo el TaNa"J- encontramos que el hombre debe hacerse responsable de sus actos frente a las criaturas, tal como lo debe hacer frente al Eterno’"
Es común encontrar gente que presume de ser “santos” por “creer” en Dios. Que se vanaglorian de ser “religiosos”, por llevar una vida de aparente perfección que se manifiesta al mentar a la deidad a cada rato, por expresar conceptos enrevesados, por mutilar palabras hebreas en sus aburridos discursos, por ser inquisidores con los que no tienen la “estatura” como para creer en Dios.
Son los religiosos, que siguen el modelo de las sectas, iglesias, congregaciones de creyentes que dicen tener a Dios en sus vidas, sentir fuegos divinos, estar inspirados por sueños proféticos, ser estudiosos de Torah y Kabbalah, gente religiosa que son condenados esclavos de sus EGOs, pero igualmente bailotean para hacerse ver ante los demás como la cúspide a la que debe aspirar cada humano.
En el fondo, o ni tanto, esta gente está lleno de religión pero vacía de espiritualidad.
Son pozos secos, sin agua viva, que se embuten de ritos, palabrería, condenas, seudo profecías, misticismos, adoraciones a rabinos y otros santos, porque carecen de la percepción de su unión santa con el Eterno.
Están también los del otro extremo. Aquellos que se pueblan de la falsa misericordia del humanismo. Los que se dicen “progresistas”, que rechazan a cualquier dios, en especial al Uno y Único, para adular terroristas, malandrines, gentuza variopinta . Los que persiguen a los judíos y al judaísmo, pero no son antisemitas, porque ellos son anti imperialismo israelí, ellos son luchadores por la paz y la justicia, de acuerdo a sus podridas ópticas corrompidas por la falta de ética espiritual.
Son ateos, porque tienen demasiado orgullo como para admitir la Presencia de Alguien superior.
Son ateos, porque están hundidos en sus EGOs, atrapados por sus mentiras, por sus delirios intelectualizados.
En realidad, son fervientes creyentes de sus EGOs, de sus falacias, de sus líderes, de los que manchados de sangre inocente predican ser emisarios de la paz.
Ambos extremos se tocan, a pesar de aparentar ser diferentes e irreconciliables.
El hombre de Verdad, ama la justicia, hace el bien, es leal al Eterno.
Se para con firmeza sobre los pilares de conocer que Dios existe, sin complicarse en religiosidad; y en el de que es imprescindible construir Shalom con el prójimo, empezando por el interior de cada uno.
Es bueno estar en armonía interna y externa.
De comunión con Dios y con el prójimo.
Esa es la meta a la que debe aspirar toda persona.
La de una salud integral, multidimensional, que repercuta en el avance personal, colectivo, ecosistémico.
Es una tarea que Dios te propone, eres tú quien debe llevarla a cabo, o fracasar y dar excusas que justifiquen lo que no tiene justificación.
La acción de combatir la idolatria conlleva una reaccion. Es como si lanzas una piedra contra un avispero. Difundir Fulvida, los principios del Noajismo, o dar la verdadera óptica judía de profecías usadas por los falsarios para justificar sus mentiras, todo esto levanta ampollas. Coloque en mi muro de face un enlace a Serjudio.com, sobre el cap. 53 del profeta Isaìas. No pasó mucho tiempo para que comenzara la polémica, y lo malo no es la polémica en si, pues aquel que con humildad se acerca a preguntar y con deseo de aprender es bienvenido, pero el cobarde qeu se escuda detrás del anonimato de un teclado para atacar y difamar con saña, deja patente la vileza de su persona y de la doctrina que sustenta. Los misioneros cristianos, y en este caso concreto del face, mesianicos, puntualmente de AYIN, al no lograr argumentar, cayeron en el ataque personal. Estas actitudes las he vivido antes en foros de debate con nazis judeofobos. ¿ Será que hay similitudes en sus personalidades ? ¿ Tanta rabia y frustación les provoca que con argumentos del Tanaj se caiga su mundo de falacias ? ¿ Tan anulada está su gestión mental, que se ciegan ante la evidencia que dan los verdaderos profetas del Eterno ? Las verdades están en un único sitio, en la bendita Torah, el resto son fábulas y cuentos, pero muy peligrosos. Debo acotar que por recomendación de nuestro Moreh, quité ese enlace y lo volví a colgar pero sin invasiones idolatricas, duro poco, ya empezaron de nuevo, o sea que la lucha en contra de la idolatría es el tema de nunca acabar.
Se habla de que el Quijote de de Cervantes Saavedra es un excelente libro y que forma parte de las bases de Occidente. Desafortunadamente nunca tuve la oportunidad de leerlo porque mi educación secundaria fue realizada en un lugar donde no se exigía leer el libro porque no formaba parte de la literatura de ese lugar, interesante, porque sí leímos Pablo Neruda, aunque era en español y el suscrito sirvió de intérprete para leer los poemas, ya que no había mucha gente que fuéramos castellano-hablantes.
Ahora que comencé a leer el libro, por cierto, no va muy avanzado, puedo ver por qué es una obra tan importante y la genialidad del escritor. Hoy no me voy a extender mucho porque creo que cuánto más condesado esté este comentario, más fácil será de digerir. Sólo me limitaré a mencionar que es interesante como ciertas características del manchego pueden aplicarse a los Noajudas.
a) El Quijote perdió la mente por obsesionarse con los caballeros andantes. El noajuda pierde la mente por obsesionarse con los judíos.
b) El Quijote tenía unas armas viejas y un morrión herencia de sus antepasados. El noajuda escudriña en su pasado para encontrar algún rastro aunque sea mínimo de judaísmo.
c) El Quijote no tenía celada de encaje sino solo un morrión por lo que se hizo una media celada “de apariencia entera.” El noajuda no está circuncidado ni es de madre judía y no le interesa cumplir con los mandamientos a cabalidad, pues si realmente le interesara entonces no andaría fingiendo ser lo que no es, y como quiere llevar a cabo su empresa judájida, entonces hace las del Quijote, se consigue una kipá y se deja crecer las barbas para aparentar ser judío y en el caso de la mujer, piensa en raparse el cabello o vestirse de cierta forma para pasar por judía.
d) El Quijote de la Mancha tomó a su rocín pero no le gustó el hecho de que fuera rocín y no percherón y le cambió su nombre a Rocinante porque sonaba más como nombre de caballo de caballero andante. El noajuda no se contenta con la Torá noájida porque siente que es inferior a la del judío, pero tampoco tiene las agallas para hacer la conversión, entonces tal y como hizo el Quijote, toma la Torá para el gentil, la distorsiona y la modifica a como le viene en gana y se inventa su propia ley.
e) El Quijote, quien se llamaba Quijada o Quesada, no le gustó su nombre y entonces, recordando al valeroso Amadís el cual agregó a su nombre el lugar de su proveniencia, se llamó Amadís de Gaula y así Don Quijote se llamó Don Quijote de la Mancha. El noajuda sintiéndose mal de que se le denomine noájida prefiere cambiarse el nombre y busca cualquier otro, meshpitim, alaph, etc.
f) Aquí me veo obligado a citar textualmente a Cervantes: “(…) Limpias, pues, sus armas, hecho del morrión celada, puesto nombre a su rocín, y confirmándose a sí mismo, se dió a entender que no le faltaba otra cosa, sino buscar una dama de quien enamorarse, porque el caballero andante sin amores, era árbol sin hojas y sin fruto, y cuerpo sin alma. Decíase él: si yo por malos de mis pecados, por por mi buena suerte, me encuentro por ahí con algún gigante, como de ordinario les acontece a los caballeros andantes, y le derribo de un encuentro, o le parto por mitad del cuerpo, o finalmente, le venzo y le rindo, ¿no será bien tener a quién enviarle presentado, y que entre y se hinque de rodillas ante mi dulce señora, y diga con voz humilde y rendida: yo señora, soy el gigante Caraculiambro, señor de la ínsula Malindrania, a quien venció en singular batalla el jamás como se debe alabado caballero D. Quijote de la Mancha, el cual me mandó que me presentase ante la vuestra merced, para que la vuestra grandeza disponga de mí a su talante? ¡Oh, cómo se holgó nuestro buen caballero, cuando hubo hecho este discurso, y más cuando halló a quién dar nombre de su dama! Y fue, a lo que se cree, que en un lugar cerca del suyo había una moza labradora de muy buen parecer, de quien él un tiempo anduvo enamorado, aunque según se entiende, ella jamás lo supo ni se dió cata de ello. Llamábase Aldonza Lorenzo, y a esta le pareció ser bien darle título de señora de sus pensamientos; y buscándole nombre que no desdijese mucho del suyo, y que tirase y se encaminase al de princesa y gran señora, vino a llamarla Dulcinea del Toboso, porque era natural del Toboso, nombre a su parecer músico y peregrino y significativo, como todos los demás que a él y a sus cosas había puesto.(…)” El noajuda, no apreciando su herencia ni su misión, habiendo hecho del morrión celada (kipá y barbas o, corte completo de cabello, para las mujeres), puesto nombre a su rocín (alaph, meshpatim, etc.) y confirmándose a sí mismo (dícese el noajuda a sí mismo: “no soy noájida” sino alaph porque la ley es anticuada y vivimos en tiempos modernos…) y por último se convence el noajuda a sí mismo:
“ si cuando comience mi empresa me encuentro por ahí a algún gigante como aquellos que se encuentra el caballero andante, monstruo de mal talante, como el Moré que me dice que no haga lo que no me corresponde- o sus escamantes compañeros de FULVIDA que no aprueban mis aventuras caballerescas- noajudescas- y de mi celada hacen morrión- como cuando uno les recuerda que son noájidas y no lo que ellos intentan aparentar ser- entonces solo me queda el enamorarme de una damisela porque caballero –noajuda- no es caballero real –judío- si no tiene moza de quien enamorarse y es por eso que os he escogido Dulcinea del Toboso –judaísmo- para llevaros en el fuero de mi corazón cada vez que emprenda la batalla contra los indolentes fulvidescos y aquellos gigantes e insolentes que me paran en seco y de este caballero andante se burlan, por vuestra rebeldía pagaréis con ablación -hablando mal a nuestras espaldas.”
g) Por último, recordemos que el Quijote salió en busca de aventuras y veía las cosas distorsionadas, por eso más de una vez atacó molinos de viento y a pobres transeúntes que nada tenían que ver en su locura pero que salieron afectados por esa demencia. El noajuda parte de su casa y se va con su indumentaria y enseres a promover el judajismo y a confundir a las pobres almas que van en busca de la verdad.
Dejando de lado un poco el sentido del humor, vemos cómo es que las enseñanzas de Cervantes aplican hoy en día. No seamos como el Quijote, motivo de burla y desdén de los cuerdos que veían su locura sino que seamos personas normales, que estamos en sintonía mental y física. Cariños a todos.
En más de una oportunidad los hombres de Dios señalaban lo siguiente:
«Los ídolos de ellos son de plata y oro, obra de manos de hombres.
Tienen boca, pero no hablan; tienen ojos, pero no ven;
tienen orejas, pero no oyen; tienen nariz, pero no huelen;
tienen manos, pero no palpan; tienen pies, pero no andan; no emiten sonido con sus gargantas.
Como ellos, son los que los hacen y todos los que en ellos confían.»
(Tehilim / Salmos 115:4-8)
(Ver también, en traducción de judíos respetuosos de los mandamientos, Salmos 135:18; Isaías 44:9-20; Jeremías 10:8; Jonás 2:8; Habacuc 2:18-19).
Podemos sintetizas brevemente la idea central con un par de frases para recordar toda la vida:
Así como los hombres, sus dioses.
Así como Dios, Sus leales.
¿Así como Dios Sus leales?
Pero… ¿eso es posible?
Si Dios es completamente diferente a todo lo creado, si Él es inalcanzable e incomprensible… ¿ser como Dios?
Exactamente eso, ser como Dios, lo cual es un mandamiento para los judíos (mitzvá 434), en tanto es un ideal bonito para los noájidas que son conscientes y activos de su santa identidad espiritual.
Lo que se conoce como “imitatio Dei”, “imitación de Dios”.
Tal como el mismo Dios ha expresado:
«Lalejet bejol derajav uledovka bo – Andar por todos Sus caminos y apegarse a Él»
(Devarim/Deuteronomio 11:22)
Y:
“Ajarei Hashem Elokeijem teleju – En pos del Eterno, su Elokim, andarán”
(Devarim/Deuteronomio 13:5)
Y:
«Vehalajta bidrajav – Andarás en Sus caminos»
(Devarim/Deuteronomio 28:9)
En palabras del Talmud:
“Hacer como hace el Eterno.
Así como Él viste a los que no tienen ropa, uno debe vestir a los que no tienen ropa…
Así como Él visita a los enfermos, uno debe visitar a los enfermos…
Así como Él consuela al que está de luto, uno debe consolar al que está de luto…
Así como Él entierra a los muertos, uno debe enterrar a los muertos…
El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”
(Sota 14a).
Notarás que los ejemplos que pone el Talmud no son del ámbito “religioso”, no implican ser como “dioses”, ni ser ritualistas, ni vestir de tal o cual manera.
Explícitamente se trae a colación acciones concretas que Dios hace en favor de personas.
Tal como Dios favorece a los necesitados, así debes vivir tú.
Lo que pide Dios es lealtad, por supuesto, pero una vida de ética, de constante construcción de Shalom.
Así como Dios, Sus leales.
En esta línea de conducta ética, de valoración de la relación entre los individuos, es que determinó Maimónides en su Mishné Torá, Hiljot Matnot Aniim, capítulo 1, ley 9.
Atiende, por favor.
“No se rechaza al idólatra que viene a buscar de la caridad, sino que vienen a recibirla junto a los de Israel, y reciben porque actuamos de modo pacificador”
Y, en Mishné Torá, Hiljot Matnot Aniim, capítulo 7, ley 7:
“Se les da sustento y abrigo a los idólatras pobres junto a los pobres de Israel, porque actuamos de modo pacificador”
Y, en Mishné Torá, Hiljot Ebel, capítulo 14, ley 12:
“Se entierra a los idólatras, y se consuela a sus deudos, y se visita a los enfermos idólatras, porque actuamos de modo pacificador”
Y podríamos seguir citando al gran maestro al respecto, pero creo que ya es más que evidente la dirección de la ética requerida del judío, y que es oportuna asumir por el noájida.
Tomar en consideración al necesitado, respetar al prójimo, aunque detestemos y aborrezcamos su conducta y sus podridas creencias.
Es nuestro deber eliminar la idolatría, hasta sus rastros más pálidos, para lo cual podemos destruir, burlarnos, y otras cosas más, porque a la idolatría se la debe despreciar, cero respeto hacia ella. Pero al idólatra, a ese que está perdido, no tenemos más que considerarlo un hermano perdido, al cual es menester ayudar. Sea que lo consideremos pecador o no.
No así con el incitador, aquel que adrede, con todo conocimiento, con rebeldía contra Dios, difunde y promueve el ilícito, la ilegalidad, la inmoralidad, la rebelión, la idolatría, el odio. A esta clase de gente, se la ha de condenar sin pausa, no concederle paz, todo dentro de la ley. Porque no se puede ser misericordioso con aquel que se debe ser estricto, porque al final terminan sufriendo los inocentes injustamente.
Por tanto, a la inmensa mayoría de gente atrapada en la idolatría debemos ayudarla, cuidarla, respetarla, en lo posible orientarla hacia la Luz, la libertad, para que despierten su conciencia y rompan sus cadenas religiosas. Con amor y paciencia. Pero al misionero, al que voluntariamente se disfraza para promover el mal, la idolatría, a ese hay que negarle la ayuda, procurar que sea detenido dentro de lo que marque la ley (mitzvot 517, 518 y 519 para los judíos).
En palabras de la sagrada Torá:
«Pero el profeta que se atreva a hablar en Mi nombre una palabra que Yo no le haya mandado hablar, o que hable en nombre de dioses ajenos, ese profeta morirá.»
(Devarim / Deuteronomio 18:20)»
Y con más detalle, que se percibe con claridad un boceto de las acciones y métodos del misionero, el falso judío, el noajuda, en estas líneas:
«Tendréis cuidado de hacer todo lo que Yo os mando; no añadiréis a ello, ni quitaréis de ello.
‘Cuando se levantará en medio de ti profeta o soñador de sueños, y te dé una señal o un prodigio,
y se cumple la señal o el prodigio que él te predijo al decirte: ‘Vayamos en pos de dioses ajenos’ -que tú no conociste- ‘y sirvámoslos’,
no escuches las palabras de tal profeta ni de tal soñador de sueños; porque el Eterno vuestro Elokim os estará probando, para saber si amáis al Eterno vuestro Elokim con todo vuestro corazón y con toda vuestra alma.
En pos del Eterno vuestro Elokim andaréis, y a Él temeréis. Guardaréis Sus mandamientos y escucharéis Su voz. A Él serviréis y a Él os adheriréis.
Pero tal profeta o tal soñador de sueños ha de ser muerto, porque predicó la rebelión contra el Eterno vuestro Elokim que te sacó de la tierra de Egipto y te rescató de la casa de esclavitud. Él trató de desviarte del camino por el que el Eterno tu Elokim te mandó andar. Así eliminarás el mal de en medio de ti.‘Si te incita tu hermano, hijo de tu madre, o tu hijo, o tu hija, o tu amada mujer, o tu íntimo amigo, diciendo en secreto: ‘Vayamos y sirvamos a dioses ajenos’ -que tú no conociste, ni tus padres,
dioses de los pueblos que están en vuestros alrededores, cerca de ti o lejos de ti, como está un extremo de la tierra del otro extremo de la tierra-,
no le consientas ni le escuches. Tu ojo no le tendrá lástima, ni tendrás compasión de él, ni lo encubrirás.
Más bien, lo matarás irremisiblemente; tu mano será la primera sobre él para matarle, y después la mano de todo el pueblo.
Lo apedrearás, y morirá, por cuanto procuró apartarte del Eterno tu Elokim que te sacó de la tierra de Egipto, de la casa de esclavitud.
Y todo Israel lo oirá y temerá, y no volverá a hacer semejante maldad en medio de ti.»
(Devarim / Deuteronomio 13:1-12)
Son mandamientos duros, para los judíos, que sirven como referencia para los noájidas.
Realmente duros, Dios no quiere el mal de las personas, ni siquiera de las perversas, particularmente cuando son miembros de la casa de Israel –como los casos descritos en estos dos párrafos anteriores-. Pero, cuando las personas son un cáncer mortal, que corroen y corrompen, cuando adrede van por la vida destruyendo vidas, cortando el camino de la espiritualidad, perturbando el orden cósmico, adulterando la espiritualidad con religión, y todo esto de forma consciente y malévola, Dios no puede admitir misericordia, porque Sus hijos son los que están en grave riesgo.
(Toma en cuenta que estos mandamientos no se aplican con pena de muerte en la actualidad, y que deben ser sometidos al escrutinio de la ley, no del mero deseo o parecer personal. No actúes apresuradamente al condenar, no seas como los fieles a dioses de mentira, que insultan, amedrentan, amenazan, condenan al infierno, hacen terrorismo, asesinan en nombre de sus deidades).
Como dijera el inspirado salmista:
«¿Acaso no aborrezco, oh Eterno, a los que Te aborrecen y contiendo contra los que se levantan contra Ti?
Los aborrezco por completo; los tengo por enemigos.»
(Tehilim / Salmos 139:21-22)
Sin embargo, el salmista también dijo:
«Sean exterminados de la tierra los pecados, y que los impíos dejen de serlo.»
(Tehilim / Salmos 104:35)
Porque la guerra del siervo del Eterno no es contra hombres, contra gente ingenua, torpe, cómoda, petulante, que se dejan corromper y son siervos del EGO.
La guerra es contra el mal, por tanto, contra aquellos que a sabiendas y conscientes son rebeldes contra Dios e impulsan lo negativo. Adoran al EGO y desean imponer el imperio del mal sobre la tierra.
Como compruebas, hasta a los idólatras se les debe respetar en su condición humana, darles caridad, ayudarles, porque son creados a imagen y semejanza del Eterno. Si bien ellos con sus creencias, pero especialmente con sus conductas se ponen en la senda incorrecta, no por ello dejan de ser hermanos, gente necesitado, y a causa de la construcción del Shalom también deben ser atendidos en sus necesidades básicas.
Porque esa es la idea, como te repito lo ya citado de Sota 14a:
“El comienzo de la Torá es actos de bondad desinteresada y su finalidad son los actos de bondad desinteresada…”
Entonces…
¿Juzgar severamente a alguien que tiene un comportamiento ético, que es bueno y justo, pero no cree en Dios, es lo que Dios hace y nos comanda hacer?
¿Dios es un energúmeno impotente que maldice a quienes no Le conocen, porque carecen de educación o capacidad emocional, o la oportunidad como para conocerLo?
¿Tan pequeño hacemos a Dios?
¿Tan vanidoso y torpe, que condena a la nada a los que no tienen el grado de creencia sincera en Él?
¿Acaso Él dejará desvalido al que nació y fue criado en un hogar de gente no respetuosa de Dios?
¿Tan malvado es Dios?
¿Tan oscuro en nuestro deseo?
¿Así somos, que así imaginamos a nuestros dioses?
Yo por mi parte, confieso: ¡Ese NO ES mi Dios!
Tampoco es, según hemos visto en las citas más arriba mencionadas, el Dios de la Torá (judía), ni el Dios del noajismo, sino que parece más bien una caricatura de hombre asediado por la inseguridad, por la baja autoestima, por el anhelo de ser vitoreado o sufrir el anonimato.
Es más, mira lo que el Talmud Ierushalmi expresa:
“Dice Dios: que me dejen a Mí pero que no abandonen el cumplimiento de los mandamientos, porque de cumplir con ellos sin creer en Mí, eventualmente terminarán también por creer en Mí… (lamed Torá shelo lishmá shemitoj shelo lishma at ba y etc.)”
(T.I. Jaguigá perek 1 halajá 7)
(El texto que se abre al hacer clic aquí más que recomendable es fundamental de leer, conocer y aprender.)
Impresionante, ¿no?
Seguramente que el que se ha criado en un hogar “religioso” (y por tanto muy pobre en espiritualidad), renegará de tal afirmación divina.
¿Cómo Dios prefiere que la gente no sea creyente en Él, siempre y cuando se comporten con la ética adecuada tal cual Él la expresó?
Para el “religioso” esto es algo incomprensible.
Pero para el que ha bebido del manantial de la espiritualidad es claro.
Dios no es un enano rencoroso, pendiente del aplauso ajeno, inexistente si no hay una cohorte de zánganos bailoteando alrededor.
Dice el profeta de la Verdad:
«porque soy Elokim, y no hombre»
(Hoshea / Oseas 11:9)
Tal cual.
Es Dios, no un patético mortal.
No hijo de mujer.
No alguien que nace, sufre y muere.
Es Dios, aunque no nos entre en la cabeza (y está bien que así sea).
Es incomparable. Por ello los místicos le han denominado “ein sof – sin fin”, “el infinito”. Pero se han atrevido a decirLe “ain” – “nada”, porque es absolutamente incomprensible Su esencia, no tenemos herramientas para penetrar siquiera un poco el carácter de Su existencia.
No es hombre… ¿oyeron creyentes en colgados?
Pero tampoco es hombre, para decirle a los que lo reducen a ser como uno más, a pensar como nosotros, a necesitar como un hijo de mujer, a disfrazarse como otro “religioso”.
Ya lo advirtió el profeta:
«¿Quién es sabio para entender estas cosas, y prudente para que las conozca?
Ciertamente los caminos del Eterno son rectos, y los justos andarán por ellos.
Pero los rebeldes tropezarán en ellos.»
(Hoshea / Oseas 14:10)
Esos “religiosos” que en realidad son pobres espiritualmente, que son rebeldes en contra de Él, porque carecen de ética, tropiezan a cada rato en los mandamientos del Eterno.
Para que no nos demos cuenta andan por la vida prohibiendo lo permitido, encerrando la alegría, inventando excusas, usurpando vidas, negando el potencial de cada ser.
Pero los que confían en verdad en el Eterno, andan por los caminos correctos, aunque parezcan menos “santos” que los “religiosos”, su conducta es impecable, su corazón limpio, sus manos abiertas para saciar al necesitado para compartir con el maestro.
Confiar en Dios, más que “creer” en Él, es un mandamiento para el judío, no así para el noájida.
Y sin embargo, a Dios no le da inconveniente decir que Lo dejemos a un lado, junto con todos las reglas que incumbe a esto, siempre y cuando no dejemos de ser éticos, de construir Shalom, de ser buenas personas con el prójimo.
Claro que esto no es el ideal.
El ideal es ser leal con el cumplimiento y poseer una fuerte confianza en Él.
Saber que Él existe, opera, supervisa, recompensa, etc. Por supuesto que es importantísimo, pero a la hora de la hora, Dios está por encima de nuestra mediocridad y aplaude a quien es ético mucho más que aquel que vive como un salvaje pero plagado de religiosidad.
A Dios no Le cambia ni un milímetro si crees en Él o no.
Pero si le cambia a tu prójimo si actúas con bondad y justicia, como constructor de Shalom o no.
Por supuesto que confiar en Dios es mucho mejor, no lo niego ni un poquito, pero a la hora de la hora, ¿es eso lo que Dios valora como principal?
Si leemos el capítulo primero del profeta Isaías comprobamos que Dios detesta a los “religiosos”, gente que tiene la palabra “dios” en sus bocas, saltan en alabanzas, hacen rituales, sacrifican animales, se pasean por templos, se visten con ropas de “religiosos”, son convidados en todos los festivales, pero carecen de ética, destratan al prójimo, se mofan de los mandamientos entre el hombre y el prójimo, y por eso son “religiosos”, descarados, que representan todo el show, con restricciones insoportables (jumrot) incluidas, pero a la hora de la verdad son vacíos.
Dios no quiere religiosos, no le hace mella si crees en Él o no, aunque para los judíos es un mandamiento saber que Él existe.
Eso no es lo principal, en el razonamiento de Dios, no en el de este modesto maestro.
Atiende:
«Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.»
(Ieshaiá / Isaías 1:16-17)
No dice que usen cabeza cubierta, ni que vistan “gracioso”, ni que bailoteen, ni den plata al líder religioso, ni digan “amén”, a cada rato, ni que sean “creyentes”.
Tampoco que se congreguen en fiestas sabáticas, ni se hagan pasar por sabios de Torá, ni comercien con “Kabbalah”.
Nada de eso.
¿Qué es lo que pide?
Pide ética, respeto por el prójimo, amor por el prójimo, vivir una vida de construcción de Shalom.
Reitero, amar a Dios, saber de Su existencia, claro que es estupendo, son mandamientos para los judíos.
Pero de poco valen cuando se maltrata al prójimo, se condena al inocente, se oprime al necesitado, se actúa con maldad.
Cumplir con los mandamientos, aunque no se crea en Dios… suena paradójico, pero es lo que se expresa en estos textos sagrados.
Y si esto es así para los judíos, a los que Dios ha escogido y sometido a un peso de 613 mandamientos, y demanda que sepan que Él existe, y demanda que Le amen, y demanda tantas otras cosas… ¿acaso no será así para los noájidas, a los cuales Dios no mandó saber acerca de Él, ni de amarLe, ni de atenderLo constantemente, ni ningún otro mandamiento por el estilo?
Así:
«¡Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno!
¿Qué requiere de ti el Eterno?
Solamente hacer justicia, amar misericordia y caminar humildemente con tu Elokim.»
(Mijá / Miqueas 6:8)
Esa es TODA la ciencia del espíritu: ser justo, ser bueno desinteresadamente y actuar con humildad ante Dios.
Si alguno no cree en Él pero es bueno, es justo y no blasfema ni adora deidades… ¿acaso está por la senda incorrecta o va en el rumbo correcto?
Gracias a Dios, Él no juzga con la severidad y pocas luces con que hacemos los humanos.
Porque Él escudriña los rincones del corazón, conoce hasta los pensamientos que nosotros desconocemos de nosotros mismos, evalúa con pleno saber, no anda precisando que le suban el ánimo, no es esclavo de Su ego… por ello no es rencoroso, ni vengativo… aunque las mentes estrechas lo vean así.
Porque es Dios, y no un invento nuestro.
Porque es nuestro hacedor, y no un reflejo de nuestra mediocre oscuridad.
«reconoce al Elokim de tu padre y sírveLe con un corazón íntegro y con ánimo voluntario; porque el Eterno escudriña todos los corazones y entiende toda la intención de los pensamientos. Si tú le buscas, Él se dejará hallar; pero si Le abandonas, Él te desechará para siempre.»
(1 Divrei Haiamim / I Crónicas 28:9)
Aquel que se dedica a cumplir con los mandamientos que le competen y busca a Dios, eventualmente encontrará esa paz interior que le confirma su conexión eterna con Él.
Aquel que se rebela en Su contra, que Lo abandona, que se opone a Su autoridad, a ese es a quien Dios deja de lado. Porque Dios devuelve lo que Le dan, medida contra medida (TB Sanhedrin 90a). Si voluntariamente, a sabiendas, uno detesta a Dios, Dios le regresa lo que recibe…
Atiende:
«El Eterno se dio a conocer por el juicio que hizo; los impíos fueron atrapados en la obra de sus propias manos. »
(Tehilim / Salmos 9:17)
Cada cual cosecha lo que siembra.
Pero la misericordia de Dios puede mitigar el dolor de la cosecha escasa y aumentar el regocijo del que Él considera merecedor de bondad.
Pero, sabemos que Él es misericordioso y si alguno es ateo o agnóstico o hasta “religioso” pero cumple cabalmente con los Siete Mandamientos (si es gentil), y con lo que puede de los 613 (si es judío), ¿acaso lo dejará desvalido?
Él sabe como es el hombre y por eso es misericordioso y no anda cancelando “entradas al paraíso” porque la persona se equivoca o no ha sido educada en el camino del bien.
Ah… ¿pero Maimónides no dice que el gentil solamente tiene parte del paraíso si cumple sus mandamientos sabiendo que son divinos?
Realmente no dice eso con exactitud. Veamos:
“Todo gentil que se compromete a cumplir con los Siete Preceptos Universales, se lo denomina un gentil piadoso y tiene su porción del Mundo Venidero [derivado de Sanhedrin 90a]; en tanto reconoce que estos mandamientos le fueron ordenados por el Eterno y reconfirmadas a través de Moisés en la entrega de la Torá, acerca de que los descendientes de Noé habían sido ordenados para cumplirlos desde tiempo antiguos.
Sin embargo, aquel que los hace porque les parece racionales, no se lo considera un “extranjero residente”, y no es uno de los piadosos de las naciones del mundo, sino de los ilustrados de las naciones.”
(Hiljot Melajim 8:11)
Sin embargo, en el Talmud (Sanhedrin 56a hasta 57b), que es la fuente de Torá Oral de la cual abreva Maimónides nada menciona acerca de creer en Dios, ni de admitir la divinidad de los preceptos como condición única para ingresar el gentil de conducta ética al mundo venidero.
Ni una palabra de ello.
Aunque se detiene en detalles sobre reglamentos, penas, ocasiones y otros, pero en modo alguno siquiera alude a la creencia en Dios como condición, ni a su obligatoriedad, ni a su carácter de único ticket de entrada al paraíso.
Por más datos, en la Tosefta Sanhedrin 13:2-3, y en el Talmud Rosh HaShaná 17a se menciona lo que acontece a judíos y gentiles en el mundo venidero a causa de sus acciones y méritos y no en su creencia en Dios. Y específicamente se declara que el espíritu de los perversos entre los gentiles “se evapora”, cosa que no ocurre con el espíritu de los gentiles promedio ni los justos.
Interesante, ¿no?
Comprobemos qué dice el Midrash Eliahu Rabbá –Ish Shalom- 14:
“Dijo el Santo bendito Sea a Moshé: ‘Sea judío o gentil, hombre o mujer, esclavo o sierva, si ejecuta alguno de los mandamientos obtiene su recompensa.”
En estas palabras no se expresa la obligatoriedad de creer en Dios, sino de cumplir con los mandamientos, en perfecta concordancia con lo que en la santa Tradición se dice y se repite:
“es la acción lo fundamental y no la teoría”
(Talmud, Abot 1:17)
Más aún, el Talmud (Avoda zará 2b, 3a) indica que la persona recibe su recompensa por los actos positivos que ejecuta, más allá de sus motivaciones.
Es cierto, pareciera que esto contradice a Maimónides, pero es el Talmud quien lo establece, con su autoridad mayor a la del gran Maimónides.
Maimónides es una luz, una cúspide, pero no es LA autoridad única ni última. Hay otros con similar estatura, jerarquía y dignidad que establecen otras leyes en ocasiones, y tal parece que en este punto en el Talmud hay opiniones divergentes. Esto no resta un ápice a la magnitud y valor de Maimónides, sino que lo encuadra dentro del sistema normativo tradicional del judaísmo. No hay “Papa”, ni palabra de un rabino que deba ser asumida como vinculante para todos los judíos. Por supuesto que la valía de Maimónides, el respeto que se ganó, su obra, su enseñanza, es el mérito que le hace ser una de las voces más apreciadas dentro del judaísmo tradicional. Pero cuando en el Talmud se dan otras opciones, éstas no son para descartar con impaciencia y poca sabiduría.
Así pues, Maimónides afirma lo que afirma, y en el Talmud encontramos que no es la única opción al respecto.
Es decir, el gentil que no conoce a Dios pero que sin embargo lleva una vida acorde a los Siete Mandamientos, igualmente es meritorio y obtiene su poción de mundo venidero.
Ante la disyuntiva, es preferible andar por el camino de la misericordia, de la apertura que en nada obtura el acercamiento del lejano así como el fortalecimiento del cercano.
¿Cuál es el valor práctico y trascendental de condenar a la negación de la vida eterna a aquel que actúa acorde a lo que Dios dispuso, pero que no alcanza todavía a reconocerLo como deidad única y que ordenó los mandamientos?
¿Es justo y misericordioso el apurarse a condenar y negar la “salvación” a quien vive según Dios manda, pero que no tiene la capacidad, el conocimiento, la salud emocional, como para “creer” en Dios?
Habiendo diferentes posturas, igualmente válidas, ¿es lo más acertado, es una imitación de las acciones de Dios, el expulsar de la eternidad al que podría algún día reconocer a Dios?
Yo prefiero acercar al que por ignorancia, torpeza, error, comodidad está lejano.
Es mi opción, aunque yerre o “peque”, puesto que prefiero ser denunciado ante el Juez por “amor gratuito” que por “odio gratuito”.
Es mi decisión, es lo que dentro del marco de la ley me está permitido hacer. No le pido a nadie que me siga en esto, es lo que yo escojo, tal como otros muchos más grandes escogieron anteriormente. Como dijera en otra oportunidad: «prefiero ser conocido por pecar por ahavat jinam -amar gratuitamente- y no por sinat jinam -odio en balde-«, citando al venerable Rav Kook.
Precisamente, en imitatio Dei, siguiendo el modo de proceder de Dios para con Sus criaturas.
Por tanto, en lo personal, no me mueve un pelo que se me tilde de “rebelde” o “ignorante” por no jugar al juez sabihondo y condenar a la desaparición eterna a aquel que lleva una vida ética, de construcción de Shalom, en perfecta sintonía con lo que Dios manda, pero que todavía tristemente no puede dar el pasito para aceptar la realidad de Dios.
Prefiero confiar en que cuando Dios dijo que se hiciera lo que Él mandó, aunque no se crea en Él, está bien… aunque no sea lo mejor. Porque al admitir al errado sincero, se está debilitando la oscuridad y amplificando el espacio para la Luz.
Dijo el Rav Kook:
“En verdad, toda oscuridad no es más que la Luz disminuida.”
(Orot Hakodesh 2, p. 455)
Permitamos a la Luz avanzar, abrazando al que no es antagonista, sino un espíritu puro encerrado en las contradicciones del EGO.
En tanto mantenemos a raya a los enemigos del Eterno, a aquellos malvados que adrede se oponen a Él para difundir sus maldades y ejercer su impudicia.
Habiendo expresado esto, igualmente me parece que se puede para aclarar aún mejor la postura expuestas por Maimónides, vemos que el salmista dijo claramente:
«Los impíos serán regresados al Sheol, todas las naciones que se olvidan de Elokim.»
(Tehilim / Salmos 9:18)
Sheol es la tumba, el olvido, la falta de eternidad.
Al olvido van los difuntos perversos.
De la tierra son, a la tierra regresan, sus obras no prosperan.
Además de los impíos están mentados también las naciones que “se olvidan” de Dios.
Es decir, los que habiendo encontrado el camino del noajismo escogen rechazarLo, negarLo, volver a la pudrición de la religión, obviar a Dios para halagar a sus EGOs.
Aquel que nunca tuvo la oportunidad de conocer acerca de Dios, ¡ese no Lo olvido!
(Al respecto es interesante el debate en el Talmud, Sanhedrin 105a, y en Tosefta Sanhedrin 13:2, que no reproduciremos aquí).
Así pues, por supuesto que la cima corresponde al hombre ético y que reconoce la existencia de Dios.
Sin embargo, nadie niega el valor en este mundo y en el venidero del que no habiendo podido tener conocimiento de Dios igualmente se comporta de modo ético, acorde a los Siete Mandamientos Fundamentales.
Una cosa es aquel que Lo conoció pero escogió olvidarLo.
Otra cosa es aquel que nunca tuvo la oportunidad de ser enseñado y liberado de las redes de la ignorancia y/o el error de sus mayores.
Pero cuando la persona actúa falta de ética, cuando adrede hace el mal, eso es diferente, está en desbalance interno y provoca el desequilibrio en el medio.
Cuando la persona quiebra las reglas más elementales de la convivencia, entonces ya no es cuestión de opiniones.
Algo no está bien.
Para que se comprenda, el hombre nace provisto de una Luz interna, de su esencia, de su espíritu, que es la línea directa y constante con Dios.
En ese seno se afincan los Siete Mandamientos de forma natural, sin necesidad de haber sido ordenados, sin tener que estudiarlos.
De hecho, cuando los estudiamos, cuando los aprendemos, en realidad los estamos recordando, repasando una lección antigua que quedó en lo más profundo del ser.
Por ello, cuando la persona vive de un modo carente de la más elemental ética, actuando en total y completo servilismo a su EGO, deseando y quebrando el orden sin tapujos, es un síntoma de que algo está groseramente alterado en su ser.
Es tanta la escoria alrededor de su espíritu, tanta cáscara dura y ruda impidiendo el gozo de su esplendor, que pareciera como si realmente no tuviese conexión con Dios.
Algo como lo que se puede observar en los promotores conscientes y activos de la idolatría, o en los jefes nazis, o en los miserables terroristas que no se guardan de asesinar hasta a sus propios hijos en busca de saciar sus más sanguinarios y oscuros deseos.
Este tipo de gente es la que no tiene mérito para gozar de los bienes del mundo venidero, porque de hecho niegan la vida aquí y en la eternidad.
Pero el que no ha aprendido acerca del Eterno, el que ha sido engañado y lleva una vida de ateísmo, religión, falsas doctrinas, sin ser consciente de la gravedad de esto… ¿qué alma inmisericorde es capaz de acusarlo y prometerle infiernos y dolores eternos?
En definitiva, loable quien cumple con su parte y además confía en Dios. Ese es el ideal.
Encaminado anda por la senda de Dios, aquel que aún no sabe que está haciendo lo que Dios le mandó. Eventualmente alcanzará también a confiar en Dios. Tal es el deseo, que lo real alcance lo ideal sin quebrantos.
Todos recibimos nuestra justa recompensa, que no es de nosotros saber cual es, porque no somos Dios ni evaluamos de acuerdo a los pensamientos y parámetros de Él.
Procuremos, por tanto, desplegar una vida de construcción de Shalom.
Acerquemos al lejano, abracemos al cercano.
Seamos semejantes a Dios en la medida de nuestras posibilidades, al actuar como Dios actúa.
Dejemos de lado las condenas, amenazas, presiones, burlas inmerecidas, parloteos poco saludables.
Y el que piensa diferente, en tanto no transgreda revoltosamente ningún mandamiento, ¡bienvenido sea!
En un comentario un nuevo amigo de nuestro hogar FULVIDA escribió: “De lo poco que le he leído y tal y como supongo diría el, para mí, y a partir de ahora, Maestro Moré: “Si Dios me ha hecho Noájida ilustrado, y ateo, ¿quién es alguien para contradecirlo?”. ”
Aplica una consideración para evitar errores, confusiones, caos y desvíos involuntarios de la senda correcta.
Este comentario está formado por una afirmación correcta: “Dios me ha hecho noájida”.
Así es.
Cuando nacemos podemos ser judíos, si nuestra madre es judía; o podemos ser de la inmensa mayoría de la humanidad, es decir, noájidas, en caso de que nuestra madre no fuera judía.
El nacer, hasta donde sabemos, no es una cuestión de nuestra elección personal.
Hemos nacido por acciones ajenas, voluntarias o no.
Nuestra raíz espiritual no depende de nuestras decisiones, de nuestra voluntad, de nuestro parecer.
Somos, porque así ha sido dispuesto más allá de nuestra escogencia.
Nosotros creemos que fue la Divina Voluntad la que nos hizo formar parte del gran grupo humano de los noájidas, o del pequeño grupo humano de la familia judía.
También creemos que si Dios lo marcó así, y siendo que ambas identidades espirituales son sagradas, completas, amadas por Dios, entonces el camino obvio y perfecto para el gentil es el noajismo, en tanto que el camino para el judío es el judaísmo.
Dios creó ambas identidades espirituales con sus respectivos manuales de vida: noajismo y judaísmo; por lo cual, lo sabio y bueno es vivir de acuerdo a lo que Dios seleccionó para cada cual, de acuerdo al estilo apropiado para cada cual.
Por supuesto que hay algunos pocos gentiles que sienten una poderosa atracción hacia el judaísmo, una que no tiene componentes secundarios tales como intereses sociales, ni ventajas materiales, ni huidas emocionales, ni ningún otro interés espurio, sino tan solo el intenso deseo de servir a Dios al estilo que deben hacerlo los judíos, por completo apegados a los mandamientos que son para los judíos, sin banalidades, sin escoger según la comodidad o el propio parecer. Para esas pocas personas hay una puerta abierta hacia la verdadera conversión formal y legal al judaísmo, pero sin dudas que la casi totalidad de los gentiles tienen su camino en el noajismo, tal y como es de sentido común y de acuerdo a lo determinado por Dios.
Pero el comentario del nuevo amigo contiene una afirmación equivocada, que es la que puede generar mayor confusión dolor y caos.
Es cuando expresa convencido que: “Dios me ha hecho… ilustrado y ateo…”.
Tanto el ser ilustrado como ateo ya no queda en potestad de Dios, sino de la propia elección de cada uno.
Por supuesto que nuestras elecciones están cruzadas por componentes sociales, seguimos modas, nos vemos sometidos a presiones, somos producto de nuestra experiencias y enseñanzas de nuestros mayores y del medio social, nos convencen desde la tele, etc., pero somos nosotros los que nos hacemos cargo de lo que escogemos hacer con nuestras vidas. Al menos, eso es lo que se espera que haga un adulto.
El ser ilustrado o ignorante, el ser ateo o creyente, el ser leal a Dios a través del cumplimiento de los mandamientos o quebrantarlos, el usurpar legados espirituales ajenos o ser coherente con lo que es propio, etc., no es lo que Dios decretó para la persona, sino lo que la persona escoge para sí.
No podemos achacarle a Dios el resultado de nuestras elecciones. Tampoco el medio social en el cual nos vemos insertados. Si bien nosotros no escogimos nacer de padres ladrones, mentirosos,e estafadores, religiosos, ateos, burladores, brutos, violentos, idólatras, etc., si bien no somos responsables por lo que nuestras mayores y nuestro marco social nos lleva a hacer, ciertamente que al momento de elegir somos nosotros los que lo hacemos.
Según sabemos, Dios no juzga con similar estrictez a aquel que teniendo a disposición buena educación, correcto marco social, buenos ejemplos, etc., que aquel que ha sido sometido a malos ejemplos, pésimas doctrinas, imposibilitado de acceder a otro modo de vida más acorde a la senda de Dios.
Dios es más estricto con aquel que se lo merece. Es así.
Pero cuando alguien se ha “topado” con SERJUDIO.com o FULVIDA.com, o algún otro lugar de buen contenido, y rechaza adrede la información, se niega a salir de la celdita mental que lo encierra, se aferra a su EGO y sus mentiras, se moviliza en contra de las cosas de Dios, esa persona está eligiendo adrede, voluntariamente, por gusto oponerse a Dios y andar por la senda de la oscuridad. ¿Acaso Dios tendrá tanta misericordia con alguien así corrupto y corruptor?
De hecho, no lo sabemos, porque es Él el único que tiene perfecto conocimiento de todos, absolutamente todos, los determinantes. Es Él quien juzga cabalmente, no parcialmente como nosotros.
Sin embargo, así hemos aprendido, acerca de que cada uno es responsable cuando se le ha puesto ante sí la oportunidad de elección y teniendo la capacidad de hacerlo, se escoge el mal.
Así pues, resumiendo, Dios te ha hecho nacer judío o gentil.
Pero luego, como tú vives, tu estilo de vida, eso es algo que te compete a ti. No puedes responsabilizar a Dios acerca de esto.
Dios te dio tu identidad, Dios te dio el manual de vida (Torá judía y Torá noájida), eres tú quien debe vivir tu vida.
Con sus altibajos, con sus dudas, con sus contradicciones, con sus secretos, con sus luces y sombras.
Eres tú el que está a cada rato en la necesidad de elegir entre lo bueno y lo que no lo es.
En la actualidad el disfraz tiene más peso que la esencia.
Por ejemplo, uno llega a considerar que un hombre barbudo, con guedejas colgando de sus sienes, pelo rapado, gran sombrero negro, saco largo negro, camisa blanca, es de lo más ortodoxo y por tanto aplicado dentro del judaísmo. Probablemente se les dirá “rabino”, aunque no lo sea, pero eso “parece”.
Tal como si fuera condición indispensable vestir de esa manera, porque de lo contrario uno no estaría en la senda del Eterno.
Sin embargo, eso es solamente apariencia, teatro, disfraz, para nada la esencia o lo que identifica en realidad a la persona.
Contemplemos esta imagen (tomada de Matzav.com).
Seguramente pocos admitirían que estamos ante personas ortodoxas, y más aún, de los más encumbrado de una de las ieshivot –academias rabínicas- anteriores a la Shoá.
Sí amigos, así es.
Estos señores con el rostro rasurado perfectamente, con ropas modernas –para su época-, con diferentes estilos de ropas y sombreros, sin uniformes, similares a cualquier caballero de clase media de hace 70 años atrás, estos señores eran la flor y nata, lo mejor entre lo mejor de la ortodoxia judía.
Así eran en su mayoría los ortodoxos hasta hace pocos años.
Porque se valoraba la acción y no la postura. Porque se apreciaba el contenido y no el disfraz. Porque se reconocía la importancia de equilibrar lo físico con lo espiritual. Porque importaba la calidad y no la cantidad. Porque se estudiaba y se sabía y no meramente repetía con infantilidad de extremista fanático. Porque no eran necesarias imposiciones restrictivas apabullantes para sostener una máscara de religiosidad, cuando lo que se tomaba en cuenta era la belleza de la espiritualidad bien entendida y vivida.
Pero ahora entre muchos ortodoxos prima lo superficial.
Se buscan rituales complicados porque se está vacío de espiritualidad.
Se imponen más y más límites a lo que es permitido, por miedo a lo que se desconoce.
Se obliga a ser parte de grupos cerrados, enceguecidos, imposibilitados de preguntar y madurar, para que algunos pocos sigan en el poder, desde sus tronos fantasiosos de “rebes” y “líderes cabalísticos”.
En este complejo camino muchas veces se cae en el error profundo, incluso en la idolatría disfrazada de piedad. Adoración de persona, rezar a personas, denegar la humanidad del prójimo, supersticiones variadas, tráfico de influencias emocionales, hostigamiento, discriminación negativa, rituales paganos convertidos en piedra fundamental de doctrinas y prácticas, etc. ¿De que vale el disfraz si uno lleva una vida antagónica con el camino y la meta que propone Dios para Sus hijos?
Cuando en los hechos el disfraz es solamente eso.
El miedo es otro de los instrumentos del EGO.
Las restricciones agobiantes son manifestación de la limitación intelectual y la inoperancia espiritual, en la mayoría de los casos.
El adoctrinar en lugar de enseñar es asegurarse en la prisión conocida en lugar de aventurarse a crecer y cumplir al máximo grado el potencial individual.
Lamentablemente este cáncer social se extiende, se amplía.
Ya no son solamente unos pocos extremistas, ahora se van incorporando otros a esta forma superficial de vivir.
Se mandatan uniformes exteriores para uniformizar el pensamiento, para someter las emociones, para bloquear el avance dentro de los marcos permitidos.
Incluso entre algunos noájidas se está percibiendo algo similar.
El afán de vestirse como lo que se cree es un judío ortodoxo, el anhelo por trajes negros y camisas blancas, poblarse de barbas, dejarse colgar pelos desde las sienes, usar la cabeza cubierta con grandes gorras, prohibir lo que está permitido en aras de aparentar una mayor “ortodoxia” noájica.
Triste, patético, lamentable, erróneo y seguramente lleva al vaciamiento del intelecto, a la pobreza del accionar, a la parálisis emocional y al consiguiente aumento de la religiosidad para tratar de llenar el hambre de espiritualidad.
Veamos nuevamente la foto.
Son judíos ortodoxos, de lo mejor entre la nobleza intelectual y de práctica del judaísmo, gente impecable por dentro y por fuera… ¡de la ieshivá Telz! Que es decir el Harvard de las ieshivot.
Pero hoy serían tildados de no-ortodoxos, conservadores, judíos modernos, reformistas, laicos por más de uno que viste el uniforme, repite los lemas, adora a sus “rebes”, pero seguramente no tiene ni un 10% del conocimiento y acción de los señores de esta foto.
Y en esta foto… ¿qué vemos?
Los tiempos cambian.
Ahora se exalta lo externo, el ser parte de la secta, el agruparse en torno a algún líder con su doctrina metafísica, el discriminar y presionar a los diferentes.
Antes… antes no todo era mejor, pero al menos había lugar para el debate saludable, la apertura dentro de los parámetros correctos, el ser activo y pensante.
(Quizás estoy idealizando el pasado, pero las fotos no me dejan).
Por supuesto que para aquellos que comprenden y sienten la importancia de tal o cual vestimenta, en tanto no contradigan ningún mandamiento, están en su derecho y son bienvenidos de hacer como hacen. No hay nada de malo en sí en la forma de vestir pulcra, decorosa, acicalada, hasta uniformizada, en tanto no sea un disfraz para ocultar el vicio y oscuridad interior.
¿No es mejor llenar de contenido a la vasta mayoría irreflexiva, temerosa, títeres, EGÓlatras que se aferran a lo externo, a lo superficial, en lugar de mejorar lo que realmente tiene valor y trascendencia?
Para finalizar, un pensamiento del gran maestro, el Rav Kuk:
"Los hombres justos no se quejan de la iniquidad, sino que incrementan la Justicia.
No se quejan de la herejía, sino que acrecientan la confianza en Dios.
No se quejan de la Ignorancia, sino que aumentan la sabiduría."
(Arpelei Tohar)
Mucho se ha tratado en este sagrado hogar el tema del ego y cómo es que éste afecta a las personas. Nuestro querido Moré lo ha profundizado bastante y nos ha dado una buena idea de los planos de inmanencia del ser humano que nos ha permitido mejorar nuestras vidas y llevarla por mejores lides.
Por supuesto que a pesar de todo este conocimiento que muchos se desearían, y que dicho sea de paso, nos es dado de forma gratuita y con el único fin de enriquecer nuestras vidas, en ocasiones es tomado y desechado por algunos como si fuera baladí o peor aún, es tomado y tergiversado para servir los propósitos de los manipuladores.
No es de extrañar entonces que los malandrines sagaces recurran a la bellaquería para lograr sus propósitos. Estoy seguro que si Maquiavelo resucitara y los viera trabajar, escribiría la segunda parte del Príncipe pero no le llamaría el príncipe sino que tendría que escoger entre llamarle el “Rav” (mesiánico), “El Cuasi-Noájida-Rav,” “El Pastor,” “El Mulá,” y quién sabe cuántos nombres más encontraría porque si “El Príncipe” se basó en la vida de Cesare Borgia y sus estratagemas para alzarse con el poder, entonces Nicolás Maquiavelo escribiría acerca de los artificios de los fetraficantes para la secuela a esta obra que dio origen a la definición moderna del Estado.
Sun-Tzu aplaudiría con lágrimas en los ojos y se sentiría orgulloso de ver como sus discípulos han superado al maestro y ni qué decir de Cleopatra que se sentiría celosa de los estafadores que utilizan el vehículo de la religión para incrementar su peculio.
Pero no nos quedemos allí, hemos de recordar que para que estos sujetos lograran sus objetivos, se necesitó de la intervención u omisión de los tontos que les facilitaron sus cometidos. Pues las cosas lejos de cambiar siguen igual y más bien a veces pareciera que empeoran.
Justamente hemos estado tratando el tema del infame Hitler y su falta de talento, que dicho sea de paso, es muy interesante la acotación de nuestro amigo Noaj relacionada con el hecho de que por ser sus pinturas prepósteras a la hora de retratar figuras humanas, se pudo ver que el energúmeno de Hitler tenía un ego bastante crecido y que no le importaban los que le rodeaban sino que buscaba la vanagloria y el reconocimiento.
Se habla entonces que un gusano de la calaña de ese perverso ser sólo estaba interesado en avanzar sus propósitos y que se valió de lo más conveniente en ese momento que era culpar a los judíos por los problemas que afrontaba Alemania. Obviamente hay mucha tela que cortar con respecto a esto porque no sólo lo hizo por ese motivo utilitario para hacerse del poder sino que andaba por la vida como un errante y resentía el rechazo del ingreso a la academia de Bellas Artes y le pareció muy bien culpar a los judíos.
Esto me recuerda que hace unos años, en el colegio, mi profesor de Historia Mundial, quien es judío y tuvo familiares que sufrieron el flagelo de los malvados nazis, decía que Hitler era un resentido social que buscó el mundo del arte como una forma expedita de escalar dentro del espectro social, pero obviamente sus planes se vieron frustrados por su propia pereza, pero tal era su arrogancia que prefirió culpar a otros porque no podía aceptar que él fuera el culpable de su propia “desgracia.” Mussolini no se le quedaba atrás en cuanto a lo de perdedor tal y como ha sucedido con muchos de los tiranos, nótese el ejemplo de Rasputín o de Napoleón.
Ralea de ese nivel tiene un problema muy grande y es que tienen complejo de realeza y no pueden aceptar que las cosas se logran de forma honesta y con trabajo duro. Pues algo así es la historia que pienso compartir hoy ya que me ha sulfurado por el hecho de que un rufián miembro de la morralla de Hitler y demás secuaces decidió que la forma más rápida de escalar socialmente era la de asirse a los judíos y hacerse pasar por uno de ellos.
Resulta ser que hace un tiempo un taimado que decidió que iba a enriquecerse a costa de los demás y dándose cuenta de que en nuestro país no iba a tener las facilidades para lograr su despreciable cometido, decidió volar a Suramérica y hacer una “conversión” al judaísmo mediante métodos cuestionables por medio de sectillas que se hacen pasar por judíos pero que no son judíos ortodoxos y observantes sino rebeldes y perezosos que consideran muy difícil cumplir con los preceptos que les fueron mandados y se inventan doctrinas de cuarta para dar justificación a su holgazanería.
Como no gozan del poder político que desearían debido a su pereza, entonces les ha quedado muy bien tomar gentiles descarriados, confundidos u oportunistas para incrementar el número de miembros a su “movimiento.” Habíamos hablado con anterioridad del tema de los judíos que lo son de sangre pero no de corazón y que le andan sugiriendo a gentiles atravesados con ganas de ser lo que no son que estudien Torá, lean Cabalá y que no hay problema en celebrar el Shabbat.
Pues de esa laya son los que dicen llamarse judíos pero que más bien son traidores a la causa porque no parecen comprender lo importante que ha sido el seguimiento de los mitzvot para la supervivencia de la nación y más bien andan confundiendo a los noájidas obnubilados que andan dando tumbos en búsqueda de su identidad espiritual y que lejos de ayudarles más bien les engatusan para que empiecen a expandir erradas creencias que ni son judías ni son noájidas sino más bien “judájidas.”
Entonces hacen creer al embelesado noájida que ahora pertenece a alguna clase de élite y cuando ya le han subido los sumos bastante, el “judájida” comienza a sentirse como judío y a actuar como si fuera uno de ellos pero, ¡esperad! Resulta ser que cuando busca colarse en la sinagoga o asistir a actividades propias de las comunidades judías recibe un vastagazo y una dosis de realidad porque inmediatamente se le hace ver que no es judío y como se le delimita su campo de acción, entonces se le sube el ego y comienza a criticar y no le queda más remedio entonces que comenzar a hacer estupideces para sentir que figura en algo.
Se va y comienza a interpretar las Sagradas Escrituras a como le viene en gana y siempre buscando sacar provecho de alguna forma, corre azorado y saca su pequeño violín y comienza a recitar una cantaleta para que sientan lástima de él y los revesados que le dijeron y le instaron que estudiara todo lo que tenía prohibido le dicen que no es culpa de él y que lo que pasa es que los rabinos son unos anticuados y que fulano de tal es un arrogante y que crea divisiones que no existe, que zutano es un tal por cual y que nadie lo quiere, que mengano está resentido con la vida porque perdió mucho dinero en un negocio y que fue un goy el que le robó y finalmente que perengano es un rabino arrogante y chauvinista que no entiende que los tiempos han cambiado.
Hay un dicho en nuestro país que dice “Desde que se inventaron las excusas…” y que he escuchado en otros países de América Latina. Entonces resulta ser que ahora esos otros “fulanos” que le dieron el apoyo al pobre “judájida” pertinaz le dicen que si no lo aceptan así porque en la comunidad ortodoxa todavía son muy anticuados, entonces que se convierta, pero como son pupilos dela MadrePereza, entonces no le aconsejan que vaya a donde Rav Perengano porque fijo le va a decir que no, es mejor si va a donde este otro “Rav” que es muy “buena gente” y que le va a ayudar con la conversión y no se la va a poner tan difícil como Perengano.
“¡Ay qué bien!,” dice el obstinado “judájida” que finalmente va a poder quitarse ese titulillo de goy y así va a poder meterse de lleno con la comunidad y con el cuentito de que los judíos de madre judía no pueden discriminar al converso entonces, ahora sí, el “judájida” va a poder avanzar su agenda y saciar su ego porque es más que obvio que le importa un pepinola Halajá.
Entonces va el alelado gentil que está deseoso de quitarse su calificación noájida y “Rav Meimportauncominolaley” lo convierte y aquí comienza el problema porque resulta ser que toda aquella cantaleta de ser judío y del servicio al Creador era solo una artimaña para poder entrar en el mundo de los negocios y avanzar económicamente.
Cuando se le dice que es judío se sulfura y se sube como el mercurio y dice que no es judío sino que se convirtió por los negocios y alardea de sus contactos. Y luego se vuelve y dice de forma escarniosa que él no es judío y que más bien simpatiza “hasta cierto punto” con el nazismo porque sus ideas eran buenas. Da náuseas el escucharle decir eso.
Esos son precisamente los energúmenos responsables de los caos en el mundo. De todo esto podemos aprender una cosa, ni el “judájida” era alelado ni era tan tonto como aparentaba ser. El zorro sagaz se valió de impertinentes para lograr sus objetivos para que luego ande alardeando de sus logros económicos.
Zapatero a tus zapatos, noájida a tus siete mandamientos que bien complicado que es de por sí cumplir con ellos y bien difícil que es estar batallando con el ego día tras día como para andar usurpando lo que no nos corresponde. Bobalicones como los que hemos mencionado en este comentario son un vivo ejemplo de lo que no hay que hacer y hay que tener cuidado con la lengua porque todo lo que sube tiene que bajar.
No se trata de auscultar en lo que dice Jabad con el cuento de que está permitido leer lo que dice el sitio en línea o de que “Rav Meimportauncominolaley” me invitó para pasar Shabbat en su casa y lo mejor de todo es que cuando se les confronta acerca de las credenciales rabínicas de estos “ravs” los sujetos que dicen ser noájidas pero que tienen un “rav” que los guía, se enojan y dicen que ellos no creen en él porque investigaran a su querido “rav” si no por fe.
Jabad, Torá, Halajá, Shabbat, etc., son cosas para los judíos y, en cuanto a los imbéciles que se creen neo-nazis que ya de por sí son despreciables, lo mejor sería que enmendaran su errada forma de pensar y en cuanto converso que hace ese tipo de comentarios no queda otra cosa más que repudiarles por la repulsión que produce.
¡A trabajar se ha dicho! No nos demos por vencidos y sigamos adelante con nuestra noble causa que llevamos las de ganar.
Este comentario refleja la opinión del escritor y no necesariamente la de FULVIDA.
claudiamejia nos consulta:
Shalom!
1- En el consejo diario 364 nos dicen que no debemos hablar de Di-s, sino con Di-s…
2- Discúlpenme la ignorancia, pero quisiera saber por qué no se debe hablar de Di-s?
3- Es muy difícil entender, pues sé que Di-s ha trazado nuestro camino, el cual cada uno debe recorrer,
4- adicionalmente en los mitzvot habla de ello, de no interferir, no tratar, etc a los idólatras…
5- pero y si es alguien como yo, en búsqueda del camino correcto?
6- En qué momento es correcto hacerlo?
Gracias.
dams nos consulta:
1- Tras leer con interés parte de las entradas de este sitio he llegado a la conclusión que cumplo casi en la totalidad los requisitos de un noájida observante(no adorar idolos…).
2- Dado que no es requisito indispensable creer en Dios:
3- ¿Ser ateo es una forma de ser noájida?.
4- ¿Ser ateo es también una forma se ser judio si se es judio?.