Archivo de la etiqueta: Relacion con el projimo

Yo, tú, otro, uno

En tu origen eres completamente otros.
Presta atención, cuando el espermatozoide de tu padre penetra la membrana del ovocito de tu madre y ambos se combinan, en ese preciso instante sagrado de la fecundación, eres una célula microscópica, solo una célula es todo lo que eres, una célula absolutamente formada por materia de una célula de tu madre y una de tu padre.
Eso y solamente eso.
¿Te das cuenta que en tu inicio eres absolutamente otros?
Esa célula se divide, luego la división se continúa y el maravilloso de la gestación sigue su curso.
De la célula inicial se forman cientos, miles, millones, que van adquiriendo su forma y funcionalidad de acuerdo a un programa específico diseñado para la especie.
Al día 40, considera la Tradición (TB Menajot 99b), que el espíritu se integra al feto. De acuerdo a Rashi in situ, “el feto adquiere forma humana”. En este momento está consagrado el Yo Auténtico.

Al nacer el bebe entra en contacto directo con otras personas, hasta ese momento su único contacto era reducido, con su líquido amniótico y placenta; con esporádicos contactos con el afuera mediatizados a través de su madre; con sonidos, posiciones, sustancias que provenían de su madre.
Pero al nacer, todos los sentidos se ven invadidos de ajenidad. Sonidos, aromas, caricias, movimientos, formas, sabores, palabras, mandatos… el otro, lo otro, se impone por doquier. Todo es otro. Hasta el mismo es otro, ya que no tiene conciencia de ser ni tampoco de la existencia de algo que es otro. Todo es una masa multiforme, extraña, cambiante, aterrorizante a veces y placentera otras. Todo mezclado, sin formas, sin contenidos, sin sentido. Cosas que están y desaparecen, pero tampoco se sabe que es una cosa y que es la otra.

Al irse desarrollando su cerebro y al estar sumergido en un océano de experiencias, su memoria se va plasmando con información, que muy lentamente va siendo ordenada, sistematizada, adquiriendo asociaciones, desarrollando sentidos. Muy lentamente.
Sus pensamientos, que son corporales, de movimiento, de sensaciones, provienen del afuera.
Cuando adquiere la capacidad de simbolizar, de expresar ruiditos comunicantes, más tarde palabras y luego un lenguaje, también es producto del afuera que se incorpora y se va sistematizando dentro.
Tus ideas no son tuyas originalmente, son retazos que pediste prestado a otros y compusiste para que parecieran tuyas. A veces surge un rayo de inspiración, algo que modifica por completo lo anterior, pero cuando vemos detenidamente encontramos que no hay tal desaparición de lo viejo, sino que aquello permanece, de una u otra forma sosteniendo lo nuevo y en apariencia original. Solo Dios crea algo de la nada, nosotros solamente damos forma a lo que ya está creado. Vamos desarrollando, modificando, pero siempre en base a lo anterior.
Por lo general, aquello que hemos introducido de fuera es asumido como realmente propio, como sustancial para la vida, como bastión a defender incluso al riesgo de matar o morir. Pero, son solo creencias, ideas, vapor que viene de fuera y te impregna hasta parecer verdadero.
Todo viene de otro, aunque lo único auténtico en ti es el Yo Auténtico, y hasta éste es esencialmente Otro.

Nos vamos construyendo con nuestras experiencias, en nuestras relaciones con el entorno y con otras personas.
Vamos tomando prestados roles, creencias, lemas, ideas, gustos, hábitos, como si fueran producto de experiencia personal, cuando realmente es una marejada continua del afuera que se va adquiriendo. Es cierto, cada uno es individual, es uno, pero formado por otros, con otros, de otros. Hasta cierto punto, y tal como indican las fuentes esotéricas de la Tradición, todos somos uno, unificados, somos cosmos, somos uno.
Ya no solamente uno en nuestra multidimensionalidad, sino uno con el prójimo, uno con el extraño, uno con lo que fue y lo que será, unificados en esa dimensión denominada “Iejidá”, donde se comprende que todos somos extensiones con apariencia de individualidad, pero realmente un solo ente universal. Pero claro, llegar a comprender y asumir esto, no es para todos, ni se pretende que se acepte esta idea y se viva acorde a lo que exige. De hacerlo, la senda es la del AMOR, no el del romance, no el de los poemas, no el infantil, no el que se disfraza para ocultar la miseria egoísta. El AMOR en su comprensión de la unidad del ser, de la unicidad de la aparente diversidad.

Nuestro camino individual está ligado al de los que nos rodean. 
Lo queramos o no, estemos de acuerdo o no.

En nuestro origen somos otros, nos vamos construyendo como otros, en un nivel profundo somos uno con todo.

Koraj 5772 – קרח

Koraj (que era primo de Moshé y Aarón), secundado por algunos conflictivos personajes, además de doscientos cincuenta renombrados hombres de Israel se rebelaron en contra de la autoridad de Moshé y Aarón.

Koraj reclamaba que Aarón no tenía más derecho que cualquier otro del pueblo a ejercer las funciones del Cohen Hagadol (Sumo Sacerdote), él decía que cualquiera de Israel podría serlo. Su queja era contra el aparente favoritismo del dirigente Moshé hacia su propio hermano, Aarón. Sus reclamos no tenían ningún sustento legal o práctico, pero eran un buen vehículo para agitar aires revolucionarios y beneficiarse personalmente de ello. Detrás de sus palabras propicias hacia el pueblo, se escondía su conveniente envidia y deseo desmesurado de poder.
Estos rebeldes se presentaban a sí mismos como defensores de los derechos del pueblo, amigos del hombre común, solamente interesados en romper la corrupción de las “altas esferas”. Pero lo cierto es que eran personas sumamente codiciosas, ansiosas de mando, desesperadas por alcanzar estatus, fama, renombre, más posesiones de las que ya tenían.
Claro que no iban por la vida confesando sus vicios, no era provechoso para sus objetivos revelar su verdadera identidad e intereses. Preferían jugar al amigo, al compañero, al luchador social, para esconder sus pretensiones.
Como suelen hacer los demagogos, te abrazan y sonríen, te hacen bailar a su ritmo, juegan un rato contigo, te ofrecen algunos regalitos, te prometen maravillas, te hacen pasar un rato amable, pero nada de esto es por amor, bondad o justicia, sino meramente como mecanismo para obtener predominio sobre ti, manipularte, llevarte hacia donde ellos quieren, que no suele ser el lugar que a ti te beneficia.

Según nos descubre el diccionario (Espasa-Calpe, 2005), demagogia es: “Uso político de halagos, ideologías radicales o falsas promesas para conseguir el favor del pueblo. /Manipulación deliberada para ganarse a alguien. /En la antigua Grecia, gobierno dictatorial con el apoyo popular.”.

El gran autor griego Aristófanes dijo acerca de los demagogos: “…ustedes son como los pescadores de anguilas, en aguas tranquilas no pescan nada, pero cuando revuelven del fondo el barro para enturbiar las aguas, su pesca es buena; de la misma manera hacen ustedes, cuando los tiempos son turbulentos, es que se llenan ustedes los bolsillos con ganancias.”.

Por decisión del Eterno será demostrado públicamente quien es Su escogido para la función sacerdotal, si Aarón o si Koraj y su pandilla.
Durante la prueba, delante del pueblo, se abre la tierra que se traga a los revoltosos con sus pertenencias.
Aquellos que habían querido sobresalir de manera indigna, caen a lo más profundo.

Nos enseñan los Sabios: ”Aquel que persigue los honores, los honores escapan de él”.
La mejor manera de obtener un sitial de prestigio es por medio de la humildad, de la autoestima positiva y no a través de las fantasías del EGO y sus manipulaciones.
Así como es acertado descubrir a tiempo al que nos propone amistad falsa, nos invita a alocados proyectos, con excusas variadas, pero solo pretende obtener ventajas personales a costa de lo que te pertenece por derecho.

¿Porque tantas prohibiciones?

¿Te has preguntado alguna vez porque de los 7 Mandamientos universales, 6 son prohibiciones y solo uno es una instrucción de hacer?

¿Por qué?

Obviamente aunque supongamos cosas jamás llegaremos a entender por qué el Eterno los diseño así, eso queda dentro de Sus ecuaciones espirituales que nosotros jamás comprenderemos, sin embargo no es nocivo si nos ponemos a meditar un poco en ello.

6 prohibiciones y solo un Mandamiento positivo de hacer.

La opinión que tengo hoy día del porque (o al menos de alguno de los para que) de los 6 Mandamientos prohibitivos, es motivado en todo lo que he percibido en distintas platicas con diferentes personas.

Empecemos………..

No relaciones sexuales ilícitas.- honestamente no me extraña que Dios haya enunciado un Mandamiento de esta naturaleza, en verdad no me extraña, en la esquina, en el partido político, en la estética, en casi todos lugares, no falta en alguna ocasión oírse hablar a algún casado que le echa el ojo a otra mujer que no es su esposa o alguna mujer casada que le coquetea a otro hombre, o la plática en donde sale a flote alguna aventurilla de algún hombre o mujer casada con un tercero, ya es tan usual la infidelidad que no es de extrañarse nada pero nada, que se haya enunciado un Mandamiento de esa naturaleza, digo tú también debes de conocer algún caso de infidelidad que sea cercano o no tanto.

No asesinar.- que se podrá decir de este Mandamiento………. si hay lugares donde la gente se mata por dos pesos, o asesinatos porque alguien miro feo a otro o estupideces similares, pero tampoco es de extrañarse una prohibición de esta naturaleza, porque hoy día es algo, que es casi parte de la forma de vida de las personas.

No robar.- tampoco esta prohibición extraña, el otro día se me olvidaba un cambio en la tiendita de la esquina, y parece que si no regresaba no me lo iban a dar, o en el transporte público el chofer del colectivo quedo de darme mi cambio de un billete, pero cuando me baje ni él ni yo nos acordamos del billete, se nos fue a los dos (aunque creo que más a mi), pero en general me parece que cualquier ocasión para tomar ventaja material de los demás no es desperdiciada.

No idolatría.-  la idolatría tiene bastantes ramas negativas, pero de forma general sirve para rehusar la autoridad del Creador del mundo y amparar en la religiosidad actos sumamente negativos, también la mediocridad como forma de vida, y si la derivas hacia la superstición que es una de sus ramas, deja al individuo en la inacción total dejando todo en manos de poderes o fuerzas inexistentes.

No blasfemia.- Esta prohibición no tiene tanta implicación aunque también es una derivación de lo anterior, pues culpamos a Dios de lo que es nuestra responsabilidad, vociferando pestes por “desgracias” que nosotros mismo nos ocasionamos, pero culpamos a Dios por ello, cuando está en nuestras manos la responsabilidad de las cosas.

No comer parte de animal con vida.- ¿Han visto alguna persona comerse a un animal mientras todavía este vivo? ¿Se imaginan una escena de ese tipo? Seria de lo más grotesco e inhumano, este Mandamiento atiende a la mínima sensibilidad que debe existir en la persona, incluso fuera del ámbito alimenticio, porque los animales en general son tratados bastante mal.

Establecer cortes y leyes de justicia.- este Mandamiento no es una prohibición, pero habla del cumplimiento de todas aquellas leyes, que refuercen la ética y valores universales.

Ahora como conclusión: cada prohibición enunciada en los Mandamientos universales, son las principales fallas de la sociedad en general, son los puntos fundamentales en los cuales hay que trabajar, que por eso los haya enunciado el Eterno pues no creo, sin embargo si son puntos destacados en los cuales la sociedad anda muy pero muy mal, es donde las personas principalmente “fallan” y no es casualidad que los Mandamientos estén dirigidos hacia ahí.

¿La solución?

HacerLe  caso al Eterno (Cumplir los Mandamientos) ¿sencillo no?

¡Hasta pronto!   

TESHUVÁ: la salvación MESIÁNICA

Cuando has pecado, te has apartado de la senda que debes andar, esa es la definición de pecado.
Como muchos quizás sientes y crees que estás perdido para siempre.
Así también te lo han inculcado en tu hogar, en tu iglesia, en tu “sinagoga”, en infinidad de sitios que pregonan doctrinas religiosas en las cuales el hombre ES pecador y sin remedio, alguien destinado a la muerte eterna, al sufrimiento, al “infierno”.
Cuando te quieren manipular, que es en el 99% de los casos, te ofrecen falsas esperanzas, salidas milagrosas, maravillosos remedios para enfermedades que no tienes. Te venden, a precio carísimo, salvadores, redentores, sangres derramadas para purificarte, y te hacen sentir y creer que esa es la única manera de escapar del destino espantoso que te espera por ser pecador. Si no acatas, si no te sometes, si no te esclavizas, entonces estás condenado, solamente “tu padre” Satanás está aguardando por ti, para freírte en aceite hirviente y azufre en el infierno. Te desean las peores maldiciones, te auguran un futuro de pesadilla eterna. O acatas sus dogmas y te dejas abusar por los amos y reniegas de todo derecho a ser libre, o lo peor está preparado para ti. No hay otra solución, solamente infierno o sus dogmas.
Atención, esto es evidente cuando se trata del mito de Jesús, Yehua, o el nombre que le quieran poner, en donde es textual esto mismo que te dicen. Te hablan del pecado original, de tu imposibilidad de ser salvo sin la sangre del cordero, de como su dios te odia y por ello te impone mandatos imposibles, para que tropieces y te vayas directo con tu padre el demonio. Es textual, así te amenazan y manipulan para que acates, te sometas, cierres los ojos, canceles el pensamiento y creas por fe ciega, o te vas al infierno, o te vas al infierno… o te hacen vivir el infierno con sus amenazas, presiones, agresiones, hostigamiento, desprecio, abandono, etc.
Pero, no solamente los seguidores del falso dios colgado actúan así. De todas las tiendas religiosas se levantan los “iluminados” que te atemorizan con castigos y sufrimiento, aquí o en la eternidad, si es que no avienes a ser manipulado por ellos. Cambiarán los nombres de los dioses, serán otras las propuestas doctrinales, pero al final es lo mismo: EGO. Manipulación, falsas creencias, soluciones mentirosas, hacerte vivenciar la impotencia para romper tu autoestima, esclavizarte, echarte culpas, fomentarte miedos, obligaciones estrafalarias, repetición de lemas, conductas absurdas que se convierten en reglamentarias, no comunicar, ser dócil ante el clérigo, llevarte a un estado de pobreza multidimensional desde la cual no tengas más respuesta que el abandonarte a sus exigencias.
Repito, desde todas las tiendas religiosas y sectarias se procede así, más o menos encubierto, con mayor delicadeza o brutalidad, pero allí en el fondo y en la finalidad encontramos siempre lo mismo. Mucho EGO, manipulación, distorsión de la realidad, desbalance, falta de Shalom (verdadero) aunque se repita mucho la palabra “shalom”, agresión, quejas, hacer sentir culpable, amenazas, promesas imposibles de verificar, esperanzas huecas… EGO… mucho EGO…

Entonces, ¿qué hacer?
Es un hecho que el pecado existe, porque pecar es desviarse de la senda que uno debe transitar y no hay nadie que no se aparte de ella.
Sea por rebeldía, o comodidad, o ignorancia o error, todos tenemos en nuestro haber muchos ladeos y bifurcaciones.

Lo cierto es que Dios, el Uno y Único, ha creado un mecanismo insuperable para ajustar tu vida, equilibrarte, hallar la armonía con el prójimo y el cosmos.
Es posible recuperarse, volver a la ruta sagrada.
No te desesperes.
Porque, Dios ha preparado para ti el camino de la TESHUVÁ, del arrepentimiento, del retorno, de la respuesta efectiva y positiva.
En palabras del profeta Isaías (1:16-18): “ Lávense, purifíquense, aparten de Mi vista sus malas acciones. Cesen de obrar mal, aprendan a obrar bien; busquen el derecho, socorran al oprimido; defiendan al huérfano, protejan a la viuda. Entonces, vengan, y discutamos –dice el Eterno–. Aunque sus pecados sean como el rojo más vivo, se volverán blancos como nieve; aunque sean rojos como escarlata, quedarán como lana.”.

No está en rituales, tampoco en la fe.
No son necesarios sacrificios, ni derramamiento de sangre.
Son se precisan intermediarios entre Dios y el hombre, redentores milagrosos que limpien de los pecados.
Nada de eso pide Dios.
Él está declarando exactamente qué es lo que indica para rectificar al humano, para quitar el peso del pecado de sobre sus espaldas y de su conciencia.
Es Dios el que habla en boca del profeta, y no un payaso disfrazado de religioso, o un emisario del EGO.

Entonces, podemos enumerar los pasos oportunos y necesarios para el proceso de TESHUVÁ.

  1. Saber que X acción está mal.
  2. Saber que uno ha hecho tal acción mala.
  3. Reconocer que uno la ha realizado, sin dar excusas, sin justificarse, admitiendo el hecho, la seriedad del mismo, la responsabilidad por lo efectuado y sus consecuencias.
  4. Querer enmendar la situación provocada por el pecado.
  5. Hacer lo posible para corregir, mejorar, reparar, restaurar lo que se ha dañado con la acción negativa.
  6. Admitir la acción y pedir sinceramente perdón a la persona que ha sido agraviada y luego a Dios. En caso de ser un pecado contra Dios, pedir de Él el perdón. De nada sirve pedir perdón a Dios si no se ha pedido primero de la persona ofendida (de ser posible) y si no se ha tratado de corregir lo roto por nuestra acción.
  7. Aceptar las consecuencias legales o materiales de los hechos que hemos desencadenado.
  8. Comprometerse a no volver a incurrir en esa acción en el futuro.
  9. Perdonarse, no torturarse con sentimientos de culpa, negaciones, remordimientos. Dejar libre, fluir, no esclavizarse.

Llegados a este punto, se ha podido tomar conciencia de lo realizado y procedido a apartarse del mal, para enmendar luego lo destruido, a la par de moverse en dirección al bien.
No es un procedimiento mágico, ni se obtiene una limpieza espiritual milagrosa, sino que se retoma la senda de la que uno se ha desviado, pues eso es pecar: apartarse de la buena senda.
Dios es bueno y justo, por lo cual la posibilidad del retorno es factible, sin esperar a que vengan del espacio fuerzas místicas a rescatarnos, sin necesidad de rituales complejos, ni siquiera de sacrificios o rezos purgatorios.
Todo está allí, en las acciones.
En el bien hacer, en el proceder con bien, con justicia, en lealtad al Eterno, con amor sincero hacia el prójimo.

Para avanzar por el sendero de la TESHUVÁ requerimos de autoestima adecuada, porque si no conseguimos evaluarnos justamente, si no sabemos dónde estamos parados, qué tan lejos de la meta estamos, difícilmente notemos lo perdido de nuestro transitar por la vida.
Aunque, no basta con saber que uno está desviado del camino, también es imprescindible admitir que se ha fallado, en poco o mucho, y tener la fortaleza para emprender la vuelta, y mucha más aún para pedir perdón con sinceridad. No es fácil reconocer la impotencia, pero cuando se hace, se está en verdadero control de aquello que se puede controlar.
Si somos más profundos en nuestro análisis, llegamos a descubrir que de hecho nuestra autoestima, nuestra propia valoración, se fortalece cuando ponemos vigor para volver a la senda correcta.
Los errores pueden hundirnos, pero también fortalecernos. Está en nuestra decisión, en la forma que encaremos las cosas, qué obtendremos.
Así pues, cuando el EGO nos quita de la ruta, nos debilitamos, sentimos la impotencia que nos corroe y nos trastornamos en nuestro correcta evaluación de nuestro verdadero alcance y poder.
Pero si no dejamos al EGO que comande nuestra vida, si no hacemos caso a esas voces que nos demuelen por dentro, si no nos derrumbamos detrás de nuestros apetitos y miedos, estamos en condiciones de retornar al camino bueno y crecer en él.

Cuidado, el EGO está listo para que tropecemos en cada uno de los 9 pasos del proceso de TESHUVÁ que te he explicado más arriba.
Cada uno puede ser motivo para la derrota, para volver a la celdita ridícula que nos impone el EGO.

Ya lo dijo el Eterno a Caín (Bereshit / Génesis 4:6-7):  “–¿Por qué estás resentido y con la cabeza baja?
Si obras bien, andarás con la cabeza levantada. Pero si obras mal, el pecado acecha a la puerta de tu casa para someterte, sin embargo tú puedes dominarlo.”
.

Los posibles pozos que te ponga el EGO podrían ser:

  1. Saber que X acción está mal.
    1. X no es un acto malo, en realidad es una buena acción.
    2. Todo es cuestión de opiniones.
    3. No dijo Einstein que todo es relativo.
    4. Hay diferentes puntos de vista al respecto.
    5. Mi religión no lo toma como malo.
    6. En la física cuántica se dice que algo es y no es al mismo tiempo.
  2. Saber que uno ha hecho tal acción mala.
    1. Yo no fui.
    2. Yo no lo hice.
    3. Me obligaron.
    4. Está escrito que pasara.
    5. Fue su culpa, ¿quien le mandó estar ahí cuando pasó?
    6. Los caminos de dios son misteriosos.
  3. Reconocer que uno la ha realizado, sin dar excusas, sin justificarse, admitiendo el hecho, la seriedad del mismo, la responsabilidad por lo efectuado y sus consecuencias.
    1. Eso está justificado porque esa persona merecía que le pasara eso.
    2. Puede que sea algo malo, pero no en esta oportunidad.
    3. Ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón.
    4. Yo soy pobre y tenía necesidad de hacerlo.
    5. Fue sin querer, otra cosa hubiera sido queriendo.
    6. No fue nada en realidad, protestó y reclamó más de la cuenta.
  4. Querer enmendar la situación provocada por el pecado.
    1. Ok, estuve mal, lo admito. ¿Lo dejamos así?
    2. Ya te pedí perdón, ¿qué más quieres que haga?
    3. Bueno, al pasado pisado.
    4. Listo, no podemos arreglar lo que ya está roto.
  5. Hacer lo posible para corregir, mejorar, reparar, restaurar lo que se ha dañado con la acción negativa.
    1. Me siento mal por lo que te hice, me encantaría ayudarte, pero ahora no puedo.
    2. Ya pasó mucho tiempo, esto no tiene arreglo.
    3. Hice lo que pude por repararlo, pero quedo así como está ahora, espero que te sirva.
    4. Otro día arreglamos, ¿está bien, no?
  6. Admitir la acción y pedir sinceramente perdón a la persona que ha sido agraviada y luego a Dios. En caso de ser un pecado contra Dios, pedir de Él el perdón. De nada sirve pedir perdón a Dios si no se ha pedido primero de la persona ofendida (de ser posible) y si no se ha tratado de corregir lo roto por nuestra acción.
    1. Dios juzga, no el hombre.
    2. Yo ya me confesé con mi clérigo, no tengo nada que hablar contigo.
    3. Eres rencoroso y vengativo, ¿cómo esperas que te pida perdón?
    4. ¿Acaso no te ordeno dios dar la otra mejilla?
    5. ¡Si ya te pagué por lo que rompí! ¿Qué más pretendes de mí?
    6. Tu que eres mi dios, lávame de todos los pecados, hazme renacer en ti, porque tu sangre limpia todos los pecados.
  7. Aceptar las consecuencias legales o materiales de los hechos que hemos desencadenado.
    1. Te pagué, te pedí perdón, ¿qué más quieres?
    2. ¡Esto es injusto!
    3. ¡Ya me disculpé!
    4. Mi dios lava mis pecados, no tengo nada que agregar.
    5. Mi redentor se hace cargo de mis pecados, ¡arréglate con él!
    6. Pero si me perdonaste, ¿cómo te atreves a pedirme que te devuelva lo que te extravié?
  8. Comprometerse a no volver a incurrir en esa acción en el futuro.
    1. Fue solo un error, no volverá a pasar.
    2. Todos cometemos errores.
    3. Errar es humano.
    4. Bueno, por ahora me portaré bien, pero si se presenta la ocasión…
    5. Ah, quien sabe el futuro… no me pidas que adivine que voy a hacer entonces.
    6. Está en manos de dios.
  9. Perdonarse, no torturarse con sentimientos de culpa, negaciones, remordimientos. Dejar libre, fluir, no esclavizarse.
    1. Soy un pecador y ya no tengo salvación.
    2. Solo la sangre del cordero redime y no creo en él.
    3. Soy malo.
    4. Soy impotente, nada de lo que haga vale.
    5. Satanás me ha esclavizado.
    6. Es el EGO, yo no tengo fuerza sobre él.

Estos son solo algunos ejemplos, quizás no todos muy brillantes o creativos, pero espero que sirvan para que se entienda mejor el punto que quiero establecer.

El proceso de TESHUVÁ es esencial, porque realmente no estamos libres de errores, voluntarios o involuntarios.
Por ello, es bueno hacer el ejercicio diario de evaluar nuestras acciones, no para mortificarnos inútilmente, sino para descubrir tanto las cosas positivas que reforzar, como aquellas en las que hemos tropezado y poder mejorarnos en ellas.
Pedir perdón sinceramente es para valientes, para gente con poder y fortaleza. Es posible para TODOS, sin excepción, la cuestión es aprender a no caer en las trampas del EGO, a no ser un pupilo del Yo Vivido en sus múltiples antifaces, sino una persona que vive en busca de la armonía entre su Yo Auténtico y su Yo Vivido.
Romper el yugo del EGO para aceptar la Ley del AMOR.

Y perdonar al que se arrepiente… ah perdonar… leamos lo que codificó Maimónides (Hiljot Teshuvá 2:10): “Está prohibido ser cruel y no aceptar la conciliación, debe ser suave para conciliar y duro para enojarse. Cuando el que ha pecado le pide que le perdone, debe perdonar de todo corazón y con ánimo dispuesto. Incluso si le ha angustiado mucho con su pecado, la Torá ordena que no se vengue ni guarde rencor, y así debe proceder la simiente de Israel con su corazón correcto.”.
El perdonar no implica dejar de lado la justicia, pero sí la amargura, el resentimiento, el remordimiento, el deseo de venganza, la impotencia.
Al perdonar te liberas del peso horrible, sin por ello dejar de pretender que se imponga la justicia con su determinación.

Esto es en esencia la ERA MESIÁNICA.
Una en la cual se termina el exilio, se acaba el imperio de las pasiones, se quiebra el imperio del EGO.
Es la Era en la cual se gobierna con paz, amor, justicia y lealtad. Se toman decisiones, buenas o malas, correctas o no, pero siempre basadas en el análisis, en el conocimiento, en la buena intención nutrida con sabiduría. Se establece un reino interno de shalom, de armonía multidimensional y ya no más de guerra, de pecado.

Te propongo que seas parte de los que construyen shalom, asientan el reinado mesiánico.

La ilusión del poder

Decía Aldous Huxley: “Un fanático es un hombre que conscientemente sobrecompensa una duda secreta”.
No sé si estoy por completo de acuerdo con este genial pensamiento, me rechina una palabra “conscientemente”. Yo tengo la fuerte impresión que debiera ser “inconscientemente”.
Según lo entiendo, el fanático es uno que duda, que no sabe, que solamente se basa en una precaria fe ciega, que se sostiene con argumentos oscuros y falaces. No tiene paz interior, no hay luz, no hay claridad ni fortaleza. Solamente debilidad, escaso compromiso, caos interno, un infierno que lo devora desde dentro.
Duda de sí, seguramente porque no se conoce, está envuelto en disfraces y lemas, bien lejos del espejo que le devuelva la verdadera mirada.
Duda del prójimo,seguramente porque no SE conoce, entonces, menos puede llegar a conocer a otros.
Duda de sus dioses, porque no tiene de donde aferrarse que le dé calma.
Duda de todo, no confía en nada, está desesperado, aterrado, en permanente estado de abandono, con la miseria a flor de piel.
Aunque nade en dinero y placeres mundanales, abrumado está como para poder ser feliz.
No, no  hay paz en la vida del fanático.
Para el fanático la paz puede que sea una palabra del diccionario, pero nada más… ¿o quizás un sueño muy distante que lo llena de dolor? ¿O tal vez una palabra que usa como lema, como mantra, como estandarte, pero detrás no tiene vida, es solo una palabra, hueca, vacía, en agonía constante como quien la pronuncia?
Con ese sufrimiento encima, sin pausa, anda el fanático.
Entonces, de manera inconsciente se a los extremos de cualquier línea para actuar su dolor, llega a lo absurdo, allí en donde hay acciones arbitrarias, en donde no hay racionalidad ni explicaciones, solamente acciones que manifiestan poder y fuerza, pero que son solamente ilusión de poder. Solo sombras,vanidad, apariencias, actuación, porque el verdadero poder, ese que surge de la paz interna, ese que es producto del conocimiento y la humildad, ese poder no está a su alcance. Es un guerrero, que defiende la mentira radical que es su vida, aunque de tanto repetirla y sostenerla en alto la hace pasar por verdad, la llega a sentir como LA VERDAD. Pobre desgraciado, pobrecito… si no mancillara lo sagrado, si no violentara al inocente, sería digno de la más tierna compasión…
Así son todos los fanáticos, quienes de manera inconsciente van sobrecompensando su debilidad con demostraciones de fraudulento poder.
Terroristas, religiosos, racistas, partidarios, misioneros, xenófobos, charlatanes, traficantes de la fe, proselitistas rabiosos, celotes, celosos, disparatados difusores de sus enconos, neonazis, ovejas de un pastor, discípulos de un maestro “místico”, portadores de estandartes de LA VERDAD… ponle el mote que quieras, el disfraz que se te ocurra, la causa que se te antoje, todos son lo mismo, marionetas del EGO, fracasados, actores que pretenden tener el poder pero están ahogados hasta el gañote en sus sentimientos terribles de total impotencia. Podrán tener el poder temporal, pero son absolutamente impotentes en lo que realmente.

Ah, la ilusión del poder.

Dinero, fuerza, dominio, fama, subordinados, conquistas, territorio, bienes materiales, toda una farsa de poder.
Guerras de destrucción, genocidios, matanzas, violaciones, robos, pillaje, demostraciones de mucha fuerza material, pero la impotencia travestida de poder.

Se compra la alegría del momento, la sonrisa fácil, el placer que vibra y desaparece y a eso se llama erróneamente felicidad.
Pero no está en lo pasajero la felicidad.
Tampoco en la fortaleza el poder.

Se aplasta la disidencia, se acalla con griteríos las voces discordantes, se silencia al que se opone, se asesina al diferente, se lleva al extremo, todo al extremo… porque en secreto se duda, se teme, se siente impotente, se sabe que uno está parado en terreno resbaladizo, se percibe que uno no es real.

Ya lo sabes, el EGO te manipula, porque te hace sentir impotente (lo seas o no, lo seas en gran o pequeña medida), pero te hace creer poderoso (o incompetente para salir del pozo).
Tú puedes aferrarte a esa celdita y sufrir y hacer sufrir. Puedes ser un fanático, un depredador porque temes ser presa. Pero si así pasa, seguirás siendo un muñeco patético, una piltrafa, un impotente con aires de sobrador.

El camino está en construir shalom, desde dentro y de allí hacia fuera.
De unificarte, armonizar tus dimensiones, sintonizar tu Yo Vivido a tu Yo Auténtico.
La clave está en el AMOR, el real y no el de la palabra hueca.
Conócete para amarte y cuidarte, así podrás ser poderoso y no un mero fanático de la superstición o el líder que te arremolina.

Ya deja la ilusión de poder y realmente PUEDE.
En palabras del Rav Kook: “Si olvidas tu grandeza, te olvidas de ti mismo” (Orot).

El MESÍAS de tu vida

Nacemos sin sentimientos negativos, vengativos o autodestructivos; pero tampoco sin sentimientos de unidad, valoración o construcción.
No traemos programados sentimientos en el ADN, aunque se comienzan a formar ni bien estamos por entrar al mundo.
No nacemos con odio, no nacemos para odiar tampoco.
Por el contrario, nacemos por amor y para el amor, porque nuestra dimensión espiritual, nuestro Yo Esencial, es nexo con Dios y el cosmos, canal de amor, unidad sin fracturas. Tal esencia, que es AMOR, es nuestra existencia.
Ten en cuenta que cuando nuestro ropaje terrenal (nuestra conducta que son actos, palabras, actitudes, emociones) no se encuentra en armonía con el espíritu, estamos en exilio, experimentamos el fracaso, somos apartados del amor, aunque hablemos de espiritualidad, amor y cosas que suenan bonitas.

Nacemos y nuestro estado es puro; libre de toda mala intención; nadie nace para ser un hombre malo, todos nacemos para actuar con bien y justicia, para ser emisarios del AMOR.
Esa esencia permanece pura, la neshamá (espíritu) no se altera ni afecta ni por el paso del tiempo, ni por accidentes, ni por enfermedades, ni por experiencias, ni por el entrenamiento.
El “pecado” no afecta en modo alguno al espíritu ni la santidad intrínseca de la persona.
Pero, alrededor de la neshamá se forma como una costra endurecida, oscura, que tapa la irradiación espiritual, silencia la voz de la conciencia universal, nos obstruye nuestro encuentro con nuestro verdadero ser. Nos hace vivir en estado de apariencia, como actores en un mal teatro, como payasos amargados, como personajes sin más presencia que la máscara que representa.
Tal es el “pecado”, que es la desviación de la senda, el andar por caminos alternativos que nada tienen que ver con la majestuosa carretera que está preparada a nuestros pies.
Sin embargo, por más acciones perversas, por más cáscaras que nos esconden de nuestra identidad esencial, allá en el fondo permanece inalterada la neshamá.
Es nuestro Yo Esencial que resiste a todo cambio, que no muta, que no se vende al precio de la necesidad ni de la pasión.
Estamos destinados para el AMOR.
Entonces, ¿cómo comprender tanto odio, enojo, malestar, enfermedad, destrucción, violencia, acciones despiadadas, sentimientos falsos, sufrimiento? (Inquirimos sobre lo que el hombre provoca con sus acciones y omisiones, no por lo que son avatares de la naturaleza o accidentes reales).
¿Dónde está la falla?
¿Dónde se origina la ruptura?
¿Qué es lo que nos mantiene en el exilio de nuestro ser, alejados de nuestra verdadera identidad y sentido?
¿Por qué estamos inmersos en el caos, si estamos destinados al AMOR?
¿Por qué seguimos esclavizados, traumatizados, dañando y dañándonos si nuestra esencia nos impulsa a ser buenos y justos?

Al nacer nos acompañan unas funciones instintivas alojadas en el cerebro primitivo del hombre que sirven para sobrevivir a la indefensión natal.
Procuran llamar la atención para que el recién nacido reciba satisfacción a sus necesidades.
Es el grito, el llanto y el pataleo. Que alarman y anuncian la impotencia del infante, su rústico pedido de auxilio, de rescate, de anhelo por supervivir.
Cuando la atención no es alcanzada, el sistema se desconecta de las percepciones, para no seguir padeciendo y para ahorrar energía (más adelante también para fantasear o delirar con haberse sobrepuesto a la impotencia y haber satisfecho la necesidad).
Estas funciones básicas e instintivas las podemos denominar Ietzer HaRá, o también EGO.
El EGO, nuestro primer amigo que está listo para proveernos de salvación, para servir de intermediario en la satisfacción de necesidades, para aparecer como el que resuelve los miedos y aleja la impotencia.
Qué bueno es contar con el EGO en ese momento, y en los inmediatos subsiguientes (hasta alcanzar cierta maduración neurológica y aprendizajes, como para responder de manera alternativa y asertiva), así como en las ocasiones de impotencia real y cuasi absoluta, cuando estamos impedidos de elaborar alguna respuesta a las crisis o eventos peligrosos que nos ocurren.

Pero, el EGO se establece como patrón, en lugar de quedar en las sombras como último mecanismo de supervivencia.
Es oportuno esclarecer el modo por el cual el EGO se hace intruso perenne en la conducta y percepción del hombre.

Los hábitos se forman por la repetición de conductas.
Un estímulo se asocia a una determinada acción, y esta asociación se va reforzando a través de la repetición, del entrenamiento.
Se crea así una nueva entidad neuronal, un patrón de conducta, un hábito, una naturaleza incorporada que se hace propia.
Del acto se pasa a la actitud, a una forma de percibir, comprender y reaccionar ante la vida.

El niño con los mecanismos del EGO obtiene atención y con ella satisfacción a sus necesidades.
El sentimiento, real o imaginario, de impotencia se ve por momentos adormecido gracias a la manipulación que produce el EGO en la conducta de los otros.
Las herramientas del EGO manipulan a la otra persona, la hacen actuar según el propio deseo.
El bebe se siente “poderoso” de esta manera, obtiene lo que desea, llama la atención, va formando un hábito.
Llanto y/o grito y/o pataleo dan como resultado que se la atienda, que se le satisfaga.
La repetición, una y otra vez, de esto crea el hábito.
El niño ha aprendido a manipular.
Aún ni siquiera reconocer que es otro, diferente a los demás; mucho menos identifica quien es el otro, si es mamá, papá o algún dios; pero sí va marcando profundamente la huella de su hábito, forjando su futuro a través del entrenamiento constante en la manipulación.
Si lloro, pataleo, golpeo y luego también finjo, entonces voy obteniendo un cierto poder, no es realmente mío, pero es como si lo fuera. Manejo las vidas de otros, me siento en control de todo, el mundo se confabula para calmar mis angustias, abrazar mis temores y consolar mis pérdidas. Sí, el EGO me induce a creerme el centro del universo, a que si solamente pienso y pienso con ganas, entonces todo el universo se orquestará para venir a satisfacerme.
Soy un gran bebe, impedido de todo, pero que se cree en control hasta de los mismos dioses (los padres, mayores, el dios familiar, etc.).

No lo hace por maldad, es así como se va entrenando, va ejercitando su área de influencia y poder.
Aprende que a los gritos, con llantos, con golpes, enmascarando la realidad es como se obtiene lo que se desea.
Así va luego actuando por la vida, movido por su EGO. Ese mismo que le hace sentir impotente, incluso allí en donde no lo es, pero le hace creer que es poderoso.
¿Y cómo no creerse poderoso, si desde chiquito ha manejado a los otros para que corran a satisfacerle?

Nuevamente, el bebe, así como el niño pequeño no lo hace por maldad, tampoco con sentido egoísta, simplemente lo hace.
Durante un cierto tiempo no tiene otros recursos.
Solo cuenta con el EGO para llamar la atención.
Luego, cuando zonas más sofisticadas del cerebro se van desarrollando y nuevas experiencias se van incorporando, igualmente el hábito negativo ya se ha implantado.

Ya aprendió a jugar con las reglas del EGO, no con finalidad malvada, sino porque es lo que se ha convertido en su naturaleza responsiva.

A esto sumemos la sensación de impotencia que atraviesa en cada circunstancia de la vida. En las cosas cotidianas y en las extraordinarias, en las relevantes y en las insignificantes. Una tapa de bebida es muchas veces un estorbo a nuestra potencia, el no poder dormir, alguna enfermedad pasajera, el tránsito atascado, el ascensor que paró en algún piso y no viene aunque insistimos en tocar el botón, el vecino que hace ruidos, la alarma del auto que se disparó y suena toda la noche, el mosquito, el huracán, la demora del vuelo, la azafata malhumorada, la esposa antipática, el marido indiferente, la suegra siempre presente, la enfermedad mortal, la sombra perenne de la muerte… todo, a cada rato, hasta en donde no somos consciente, allí está la impotencia, real o fantaseada. Es un compañero del cual no nos podemos despegar, el sentimiento de impotencia.
La primera reacción ante esto, la que es natural, la que ha sido además incorporada con el entrenamiento del hábito, es la reacción del EGO.
El enojo, el miedo, el deseo, la manipulación.

Crecemos y aprendemos a mejorar nuestras estrategias y técnicas de manipulación.
Nos volvemos más refinados en ese oscuro arte.
Se vuelve todo un juego de hilos de marioneta, mascaradas, antifaces, un ajedrez mortal y real.
A las reacciones directas, evidentes, visibles (llantos, golpes, gritos todos ellos con sus derivados), se les suman las que son sutiles: la agresión pasiva, el echar culpas, el pretender que otro se haga cargo, la queja indirecta, la amenaza que no es manifiesta sino velada que llena de miedo e irritación.
Sí, terrible el poder del hacer lo posible para que el otro siente culpa allí en donde no tiene responsabilidad; tal como dramático es mantener relaciones sostenidas en el miedo (recordemos viejas enseñanzas que ya hemos dado acerca de los cinco miedos básicos).

Pero… ¿dónde está el mal en todo esto?
Podemos admitir egoísmo (atender el propio interés sin importarle lo que ocurre con los demás o el entorno), egocentrismo (creerse el centro del mundo y despreciar lo que ocurre a los demás), egolatría (veneración religiosa de uno mismo) quizás, ¿pero maldad?
Esto no parece maldad, aunque las actitudes y conductas sean chocantes, deplorables, desprovistas de solidaridad.
En fin, no es lo mismo egoísmo y sus primos a maldad… ¿o sí?

De hecho, los sabios reconocen que hay un fondo de bien en la existencia del Ietzer HaRá, cuando al respecto dijeron: "En el Génesis (1:31) cuando dice "es bueno" hace referencia a la tendencia buena del ser humano, en tanto que cuando dice que "es muy bueno", hace referencia al Ietzer HaRá, para enseñarnos que si no fuera por esta inclinación, la persona no construiría su casa, no desposaría mujer, ni tendría hijos" (Kohelet Rabá 3:16).
Así pues, en la mirada de los Sabios no solamente es bueno para el niño pequeño que su cerebro reptiliano (base neurológica del EGO) esté activo, sino que es también necesario en la vida adulta. Tiene su función, si faltara estaríamos incompletos, puesto que nos permite ser completamente humanos, con nuestra lucha interna, con nuestras tendencias opuestas, con nuestro afán por satisfacer nuestras apetencias narcisistas naturales.

Entonces, ¿de dónde surge el mal en la persona?
Tal vez un aforismo de Michel de Montaigne nos dé una idea: "Ningún hombre esta exento de decir tonterías; la maldad consiste en decirlas deliberadamente.".

Es decir, el mal surge cuando escogemos actuar de acuerdo al EGO y/o causando daño injustificado a otro (u otros, o al ambiente).
Ser egoísta no es malo, tampoco es bueno. Pero cuando la actitud y/o acto egoísta me lleva a causar perjuicio innecesario, entonces es malo.
Querer mi propiedad, no tiene nada de malo; pero si para conseguirla robo, mato, lastimo, estafo, miento, etc., entonces ya pasa a ser un acto malo.

De aquí podríamos sacar numerosas conclusiones, algunas que podrían llevarnos muy lejos del camino ético, de construcción de shalom que proponemos para todas las personas sin excepción.
Por lo cual, debemos considerar un patrón de medición que no se vea alterado por el EGO, ni por el propio ni por el social.
Este patrón inalterable son los Siete Mandamientos Universales, que son la línea de base, la raíz, el piso indispensable para la vida moral y ética.
En realidad, son la enunciación divina de la ética espiritual que Él ha implantado en el corazón de cada persona.
No es un código impuesto desde fuera, no es algo ajeno a la persona, sino que es parte de nuestro “sistema operativo”, venimos de fábrica con la ética que se corresponde a los Siete Mandamientos.
El EGO, tanto el personal como el social, puede desdibujar la realidad y hacernos sentir al código noájico como “Ley” elaborada por rabinos, como normas de conducta “religiosas” que se nos insta u ordena cumplir, como otra forma más de “nueva espiritualidad”; pero ciertamente no son así.
Son parte de nuestra esencia espiritual, venimos con ellas en nuestro ser.
Al vivir de acuerdo a ellos (los gentiles) están encontrando el sendero a su verdadera identidad y no una máscara más que se recoge de fuera y se inyecta al interior y se la fuerza a ocupar el lugar del propio rostro.
Que se entienda, para el gentil el código noájico es el modo de recuperar su identidad, de evaporar las ataduras del EGO, de encontrar la armonía interna-externa, de sintonizar el Yo Vivido con el Yo Auténtico.

Tal sería la idea que está detrás de la afirmación legislativa de Maimónides, cuando expresa: "Todo gentil que reciba para sí el cumplimiento de los siete mandamientos y sea cuidadoso con ellos, es uno de los justos de las naciones del mundo, y tiene su porción en el Mundo Venidero. Esto es así siempre y cuando los reciba y los cumpla pues tal ordenó el Eterno en la Torá y manifestó a través de Moshé, nuestro maestro, que desde antiguo los benei Noaj (noájidas) estaban obligados a ellos. Pero, si los hace a causa de que les parece razonables (y no las asume como obligaciones de origen divino), entonces no se le puede considerar como justo de las naciones del mundo, sino un seguidor de sus sabios.” (Mishné Torá, Hiljot Melajim 8:11).
Si el noájida actúa éticamente, vive conforme al código noájico, pero sin admitir su origen divino, entonces está muy bien, es una gran persona, pero no logra alcanzar la cima de su nivel espiritual a la que podría arribar. No logra desplazar por completo su EGO y permitir que gobierne el AMOR. Porque vive la ética de los sabios, las instrucciones buenas y justas de los hombres que le precedieron y supieron enseñar modos de vida saludables. Sin embargo, para lograr la sintonía de su Yo Vivido con su Yo Auténtico, es menester que admita el origen divino del código noájico y lo viva a pleno. Cuando así hace, es un “justo de las naciones”, alguien que vive a través de su ética natural, originaria, que irradia de su esencia espiritual.
Entonces, vivir una vida ética sin admisión del origen divino, está bien, es algo meritorio y de inmenso valor.
Pero vivirlo la vida ética aceptando que es de origen celestial, entonces es dar un paso más, ascender más, perfeccionar su existencia más. Ojalá y fuera lo común para toda la humanidad.

Pero, lo común es manipular, es vivir a la sombra del EGO, en celditas mentales, temerosos, echando culpas, jugando jueguitos perversos, agrediendo, violentando, usurpando, disfrazándose, huyendo de la realidad (escapando de sí mismo).
Se tiene al EGO como un dios, como EL dios y como un redentor y salvador, como EL mesías.
Sobre estos temas ya hemos trabajado anteriormente, son muy importantes, por eso te invito a que busques, encuentres, leas, estudies, critiques, preguntes y lo incorpores a tu vida.

El EGO queda al mando de tu vida.
Vives sumergido en sentimiento de impotencia, manipulas, sientes miedo, escapas, disfrazas tu realidad, buscas dioses fuera, o líderes fuertes, cosas a las cuales aferrarte (supersticiones, religiones, partidos políticos, hinchadas deportivas, equipos deportivos, etc.) que te hagan mitigar tus pesadillas y angustias.
Tristemente nos recuerda el sabio proverbista: "Lo que el impío teme, eso le vendrá; pero a los justos les será dado lo que desean." (Mishlei / Proverbios 10:24).
Así es querido amigo, lo que el EGO te lleva a temer, suele ser lo que te sobrevendrá. Si te escapas de la soledad, manipulas para no estar solo, te escondes del aislamiento, terminarás tarde o temprano solo, aunque estés rodeado de gente. Aunque hagas cualquier sortilegio y fórmula mágica pretendiendo controlar a tu dios y de ese modo milagrosamente te sentirás controlando al universo, terminarás avasallado por las fuerzas que no puedes controlar… si ni siquiera puedes controlar lo que sientes, cómo te sientes, cómo te sometes al EGO…
Y así con cada pesadilla que se te cruce, tarde o temprano se hará realidad. A no ser que cambies la pisada, que evapores al EGO, que vivas de acuerdo al AMOR.

Espero que hayas entendido nuestro planteo de cómo funciona el deseo "religioso" en las personas, lo que los lleva a vincularse tóxicamente con sectas, adherirse a grupejos religiosos, someterse a religiones "oficiales", degradarse en todo tipo de extravíos.
Con ello, de manera retorcida, buscan el poder, poder para no angustiarse más con el sentimiento de impotencia, poder para controlar el destino, poder sobre la muerte, poder sobre sus dioses, y creen sinceramente (en muchos casos) encontrarlo. Pero es solo ilusoriamente, es mentira que nace de la desconexión con la realidad que produce el EGO. Es falso poder. Similar falso poder de los imperios que dominan por la fuerza de las armas, de las mafias que atormentan con su violencia, de los grupos de influencia que dictaminan orientaciones con manejos económicos, etc.
Detrás de todas estas máscaras de poder, detrás de todos estos uniformes de dominio, hay hombres débiles, paupérrimos, desgraciados, temerosos, incapaces de vencer a su EGO.
Gente pendiente de lo que otra gente ve, opina, juzga, critica, proclama, denuncia, reclama, ordena, manipula.
Un viene y va, jueguito recíproco de manipulaciones, en donde alternativamente podemos ser víctima, agresor o salvador. Y vamos dando tumbos, buscando salvadores, salvando o agrediendo y detrás de estas tres imposturas, siempre el EGO.
Ya lo dijo el enorme sabio, luz para su nación y las naciones, el Rav Kook: “hay gente libre que tiene alma de esclavo y hay esclavos que están sus almas llenas de libertad; quien confía en sí mismo es libre, en tanto que el que está pendiente de la aprobación y beneplácito de otros, es un esclavo.
Todos nacimos para ser libres, solamente atados a los mandamientos del Eterno.
Pero allí, en medio, se interpuso el EGO. Éste nos lleva a buscar a quien manipular y por quien ser manipulado. Si viviéramos con confianza en nuestra misión sagrada, con amor y respeto por nuestra identidad, con aprecio a nuestro legado, entonces no estaríamos en derrota, en exilio, esclavizados. Pero, no confiamos, no amamos, no respetamos, no cuidamos, y por ello nos sometemos. Nos amparamos en dogmas y doctrinas, creencias y religiones, filosofías e idealismos, proponemos dar otras mejillas pero alzamos las armas, clamamos por paz pero estamos manchados de sangre, nos envolvemos con rituales pero carecemos de solidaridad. Es una imagen que se repite, una y otra vez, en cada época, en cada lugar. Desde antaño los profetas la denuncian y profetizan: "Dice el Eterno: ‘¿De qué Me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver Mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis Mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso Me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros Mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de Mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
" (Ieshaiá / Isaías 1:11-17).

Así dice el profeta, dice Dios.
Basta de ritualismo, de religión, de rigidez falta de humanidad.
Seguir los mandamientos es lo correcto, tanto los que conciernen a la relación del hombre con Dios, como a los que son de relación entre personas.
No sirve hacer como aquellos dogmáticos, religiosos, que se ponen enfáticos en los mandamientos que vinculan con Dios, en las cosas rituales, que abruman con detalles y menudencias. Pero, a la hora de tratar con el prójimo, son descarados, vergonzantes, agresivos sin necesidad, maltratadores, etc.
Así no marcha la cosa, pues ambos modos de mandamientos son requeridos.
Pero el EGO, ah el EGO, ese astuto amigo de la infancia hace ver las cosas a través de su lente distorsionada.
Hace presumir de poder, hacer creer que se controla a Dios con sacrificios, cánticos e inciensos, como si a Dios se lo comprara con espejitos de colores.
El EGO que lleva a creerse el centro del universo, el amo de Dios.
Es el que nos hace despreciar al prójimo, vivir en desarmonía.
Y no, eso no sirve. Eso lleva al mal.
Tal como relata el profeta.
No el mal etiquetado por la sociedad, o el que uno valora como tal, ni el de los filósofos.
El mal según criterio de Dios y expresado en Su Torá y explicado por los maestros que tienen el conocimiento y la virtud para aprender y enseñar.
Así pues, hay que arrepentirse, es decir, volver a la senda correcta.
Dejar el pecado, que quiere decir desvío del camino correcto, cosa que produce el EGO.

El mismo Rav Kook, que ya mencionamos, instruye: “el primer arrepentimiento (o retorno) es que el hombre se perdone a sí mismo (o también: vuelva a sí mismo).
Comencemos la construcción de Shalom por nosotros mismos, dejando de lado la identificación con las máscaras del Yo Vivido y encontrando el rumbo hacia nuestro Yo Auténtico.
Perdonemos, perdonémonos, aprendamos a vivir mirando el aquí y ahora con bondad y justicia, sin olvidar el pasado, sin vilipendiar el futuro, pero aprovechando a pleno este momento y este lugar. El presente es el único tiempo que existe, el único real, el único para disfrutar.

Gracias a Dios que el Noajismo no es una secta o religión, tampoco una filosofía o un compendio de leyes. Noajismo es la humanidad en su plenitud, en su integralidad.
(Tal como el judaísmo lo es para esa porción minúscula de la humanidad que se denomina Familia Judía).
Noajismo es el camino de regreso a casa. Es la herramienta sagrada para hacer de este mundo un paraíso terrenal. Es el modo que Dios ha dado para que cada uno salga del exilio espiritual y alcance su tierra prometida personal, la Era Mesiánica propia, el Mesías en su vida.
Con acciones concretas, absteniéndose del mal, haciendo el bien.
Pero también cultivando la interioridad, construyendo shalom desde dentro, dejando la discordia por la empatía.

Es triste saber que la inmensa mayoría de los humanos (gentiles y judíos) están desconectados de su esencia, en desequilibrio, realmente enfermos en su multidimensionalidad. Están abrumados por el EGO, alicaídos en sus emociones, corrompidos en sus creencias y anhelos, machacados por el miedo y el deseo que nace del EGO.
Es doloroso saberlo, porque son hermanos, gente cercana, hijos de la misma Familia.
Mientras estas personas están en el exilio espiritual, desconectados de su esencia, el Exilio se resiste a morir. No hay Era Mesiánica, porque tantos hijos están fuera de la senda, en caos, desafinando en la sinfonía cósmica.
Si bien nuestro propio EGO nos puede impulsar al enojo, al reclamo amargo, a la disputa inútil, a la agresividad innecesaria, así no se resolvería nada, sino que se acrecentaría el drama.
Por tanto, comencemos construyendo shalom en nuestro interior, admitiendo sus posturas, que aunque erróneas y lastimosas son las que ellos consideran válidas.
No respondamos desde el EGO, sino desde el AMOR.
Para ello debemos cultivarnos, trabajar en nosotros, romper el primado del EGO en nuestra vida, así podremos tender lazo de unificación con nuestros hermanos y con los extranjeros también.
Es el largo camino de regreso al hogar, de restablecer el paraíso terrenal como antaño, como nunca fue en la realidad.
En unidad, armonía, resplandor, amor.
Somos unidad, aunque la manifestación física nos haga separados y diferentes y hasta divergentes.
Encontrar el nexo que nos une, es el camino del AMOR, aquel que debemos estar dispuestos a andar.
Sin por ello olvidar que existen leyes, normas, mandamientos que no siempre son suaves, no siempre vienen con caricias, en ocasiones son severos y con penalidades duras. Es parte de la vida en Este Mundo, que hemos de aceptar y así trabajar por construir Shalom, con luz y con sombras. Pero siempre construyendo shalom.

Texto que aconsejo leer y estudiar con detenimiento: http://serjudio.com/cterapia/cab060808.htm

Siempre de moda

Escuchando algunos comentarios sobre las tradiciones de los pueblos de las comunidades y el cómo estas a través del tiempo van cambiando o bien van desapareciendo, salió a flote un tema muy interesante, te lo comparto.

Comento este joven que hablaba sobre estos temas, que un personaje de la crítica había dicho que los 10 mandamientos eran para interpretarse tal cual están escritos, lo que quiso decir es que se deberían de interpretar literalmente tal como están escritos.

En conjunto con el tema que se tocó primero, le dije que las tradiciones cambiaban se modifican al paso del tiempo o bien desaparecían, pero en el caso de los 7 Mandamientos universales enunciados por Dios mismo, esos nunca se modificaban y eran vigentes para toda la vida, por ejemplo una tradición antigua dictaría que el hombre debería dedicarse exclusivamente a la agricultura o a la pesca, pero hoy día hay muchas más actividades para emplearse, entonces esta tradición hoy día resulta ineficaz sin sentido, sin en cambio un Mandamiento no es así, digamos la prohibición a las relaciones sexuales ilícitas, hoy como hace mil años o mucho más atrás resultaría enormemente positiva, serle fiel al conyugue redunda en armonía y tranquilidad tanto hoy en día, como hace 500 años, claro las tradiciones son hechas por hombres y son diseñadas de acuerdo a la época y a los lugares, pero los Mandamientos fueron diseñados para todos los tiempos (Dios mismo lo dice), es la diferencia entre algo que hace el hombre y algo que hace Dios.

Los 7 Mandamientos universales son aplicables en cualquier época, en cualquier lugar y en cualquier momento, son guías para tener estabilidad y crecimiento tanto individual como colectivo, aunque no deber ser ello la razón por la cual deben ser cumplidos, sin embargo también es cierto que son muy benéficos para la sociedad en general.

No tener relaciones sexuales ilícitas, es una excelente práctica para fortalecer la familia.

No asesinar, es muy positivo para vivir con tranquilidad.

No robar, también es muy positivo para la tranquilidad.

No cometer idolatría, es muy bueno para alejarse de supersticiones que no acarrean nada bueno a la vida.

No blasfemar, es una excelente práctica para entrenar el respeto que le debemos al Creador del mundo.

No comer parte de animal con vida, es una práctica de gente civilizada y consiente del respeto hacia cualquier ser vivo que habite este mundo.

Y por último establecer cortes y leyes de justicia, es favorable para sustentar en armonía y paz a la sociedad en general.

Los beneficios que señale en cada uno de los Mandamientos, son meramente superficiales y tal vez no son los efectos principales, no tocan en profundidad los efectos de los Mandamientos en la vida, porque los 7 en conjunto son un sistema de crecimiento y estabilidad.

Aunque tampoco es mi intención “venderles” estos mandamientos, sino solo meditar un poco en los efectos positivos de los mismos, cumplirlos solo porque nos traen beneficios no me parece muy saludable, tal vez sea positivo en algún aspecto pero no deja de ser un trueque, algo nacido del ego, es mejor cumplirlos solo porque fueron ordenados y ya.

Y como conclusión, los Mandamientos no son como las tradiciones pasajeras, pues estos se aplican en cada circunstancia cada momento sea hoy o hace 5 mil años.

¡Saludos!

Ya son muchos…

 

Espero que les guste.

Ya son muchos los que hoy se consagran por amor.

Ya son muchos los que hoy descubren en simplezas maravillas invisibles.

Ya son muchos los que hoy viven para el ego.

Ya son muchos los que hoy viven del ego.

Ya son muchos los que hoy viven encerrados en si mismos.

Ya son muchos los que hoy viven criticando a los demás.

Ya son muchos los que hoy viven criticándose a si mismos.

Ya son muchos los que hoy viven pensando que tal si se burlan.

Ya sonb muchos los que hoy viven odiando alos demás.

Ya son muchos los que hoy viven odiándose a si mismos.

Ya son muchos los que hoy viven con malas intenciones.

Ya son muchos los que hoy imitando a los demás.

Ya son muchos los que hoy viven pensando demasiado en los demás.

Ya son muchos los que hoy viven de adicciones.

ya son muchos los que hoy viven de lo que parecen adicciones.

Ya son muchos los que hoy viven usando mascaras.

Ya son muchos los que hoy viven cambiando mascaras.

Ya son muchos los que hoy se creen inteligentes.

Ya son muchos los que hoy se creen tontos.

Ya son muchos los que hoy viven sin demostrar su amor a las personas que realmente quieren.

Ya son muchos los que hoy tienen sexo sin amor

Ya son muchos los que hoy viven estando en realidad muertos.

 

El consejo diario 383

Detente,
respira,
observa qué es lo que estás por hacer,
analiza de donde proviene esa conducta,
admite tus sentimientos oscuros,
perdónate por ser frágil,
escoge una alternativa que sea constructiva,
construye Shalom.

Este es el consejo principal, el fin del reinado de la manipulación, el declive del EGO.

Orgullo… ¿bueno o malo?

 

Primero analicemos los significados de esta palabra los cuales pueden ser tres:
1°- Autoestima.
2°- Arrogancia.
3°- Satisfacción que se experimenta al cumplir un objetivo.

El primer punto está relacionado con uno mismo, trata del orgullo relacionado con la autoestima pero ¿cómo se relaciona? Yo pienso que en este ítem se conciernen ya que el orgullo al igual que la autoestima está involucrado como se ve a uno mismo. Es decir si uno tiene una imagen negativa o pobre de uno lo mas probable o seguro es que así sea su vida o su desempeño en la propia, en cambio si uno tiene una imagen positiva o favorable de uno lo más factible es que se desempeñe de manera adecuada en la vida.

El segundo ítem está relacionado con uno mismo por su puesto pero también del trato que tiene con los demás. Lo más viable es que si uno se dirige con amabilidad a una persona, reciba esa misma amabilidad pero si uno se cree superior a los demás, mira a los demás con desprecio y esto obviamente trae problemas evidentes y como usted no es agradable con los demás. Las otras personas optaran por dejarlo solo y ser indiferentes con usted (a excepción de casos muy especiales).

La tercera definición involucra a otros y a uno mismo ya que si por ejemplo en un curso de la escuela usted es evaluado junto a sus compañeros en un test sorpresa y usted obtiene un diez y muchos de sus compañeros obtienen un uno o un dos y usted obviamente se alegra, esta eufórico y festeja, sus compañeros se van a sentir frustrados al punto quizás de sentir envidia por su logro.

Las tres se relacionan de la siguiente manera, si sientes satisfacción por cumplir un objetivo esto aumenta su autoestima pero esto lo puede volver arrogante por esto debe tener cuidado de no sobrepasarse.

A modo de conclusión escribo que el orgullo es bueno o malo según como uno se manifieste por esto puede darnos una sensación de bienestar como puede alejarlo de sus seres queridos y de las personas cercanas a usted.