Por Lic.
Alfredo Zambrano G.
Una historia que se vuelve a repetir:
La historia de Jeroboam, sus infidelidades, su caída
y destrucción, es la triste y nefasta realidad que ha sacudido y
está sacudiendo hoy los mismos cimientos de la creación y de la
humanidad, pues representa de manera contundente la verdadera cara
del Cristianismo y sus orígenes. Amigos míos, la historia del
Cristianismo, y la de sus hijas (Protestantismo, Mesianismo,
Netzaritas, etc.), no es otra cosa que la misma historia de Jeroboam
y su reino, pero con otros nombres y en otras fechas.
Veamos a fondo la realidad de esta declaración del
todo acertada:
Examinemos los siguientes hechos:
Ø
El cristianismo, al igual que sus hijas, se ha ideado
de su propio corazón ‘un sistema de adoración’ totalmente contrario
a la Torah y ‘al Tabernáculo de David’.
Ø
El cristianismo, al igual que sus hijas, han
rechazado la Torah como la única Escritura rectora y guiadora. Han
añadido a la Torá un “nuevo documento rector y obligante para sus
adeptos” (el “Nuevo Testamento” o “Código real”, o como lo quieran
llamar), y que sirve de “brújula” para interpretar correctamente la
Torá.
Ø
Han erigido doctrinas, dogmas, mediadores, etc., como
su novedosa manera de rendir culto al Eterno. Todo un plan macabro y
estratégico.
Ø
Al colocar nuevos dioses, maneras de servir al
Eterno, han llegado a establecer e implantar un nuevo sistema
sacerdotal (sacerdotes del nuevo pacto, siervos de la gracia, o lo
que los mesiánicos llaman “rabinos del nuevo pacto”, los “Jajamim”
de la gracia, entre otras aberraciones más). Han declarado muerto el
verdadero Sacerdocio (el de los Kohanim) y han sustituido el
verdadero Servicio al Eterno por un “Sacerdocio” estrictamente
pagano, inventado de su propio corazón, con raíces egipcias, persas,
romanas y griegas.
Ø
El cristianismo, junto con todas sus hijas, han
cambiado las fechas de las Festividades establecidas por Dios y se
inventaron su propio calendario de adoración y sus propias
“Festividades” espirituales. Los mesiánicos y netzaritas alegan que
celebran las Festividades del Eterno y en sus fechas indicadas, sin
embargo, al mezclar dichas Celebraciones con los elementos extraños
de Yeshu (Jesús) hace que su “Servicio” sea del todo detestable e
inmoral. ¿Dónde anuncia la Torá que las Festividades del Eterno
llegarían a mezclarse con la supuesta “obra redentora” de un
“Mesías”, el “hijo de Dios”, que sería reconocido como “el salvador
de Israel y del mundo”?
Ø
El Cristianismo, al igual que sus hijas, al
introducir nuevos dioses, nuevos sistemas sacerdotales, nuevos
paradigmas de adoración, nuevas Festividades y fechas de adoración,
han introducido, por consiguiente, nuevas costumbres y nuevas formas
de celebración, del todo extrañas al corazón del Eterno. Esto
representaba un directo rechazo a Dios, a la Torah y a la forma de
adoración establecida por David y aprobada por el mismo Eterno. Esto
descendientes de Esav (Esaú) lo que demuestran con sus prácticas es
su rechazó ‘de la herencia espiritual dada por el Eterno a todo Su
Pueblo Israel’, es decir, manifiestan su anti-judaísmo y su rechazo
de la Torá.
Ø
Algo nefasto y perverso: Han mezclado el sistema
idolátrico de Egipto, Persia, Roma y Grecia (el faraón como rey,
vidente y sacerdote) con la forma de adoración establecida por Dios
para Su pueblo Israel. Esto está claro cuando vemos a los teólogos
diciendo y enseñando que Yeshu (Jesús) es Sacerdote, Rey y Profeta,
que el culto Levítico (a cargo de los Kohanim) ya terminó y que el
Mesías lo es todo y lo hace todo en todos. Como ven, idolatría
total, pues reemplaza al Eterno del centro de nuestro Servicio y
anula el propósito de Dios para los Kohanim, sus verdaderos
Sacerdotes.
Los Pactos de Dios con Noaj e Israel siguen vigentes:
Nosotros, los gentiles justos, debemos entender con
claridad que el Eterno nos ha ordenado siete leyes que son el
fundamento sobre el cual debemos levantar una sociedad justa y plena
en cuanto a desarrollo, progreso y prosperidad. Por lo tanto, no nos
está permitido implantar o reinventar un sistema de adoración o
Culto que resulten extraños al estilo de vida noájido (estilo de
vida que Él mismo Creador le entregó a nuestro padre Noaj y a sus
descendientes). Por lo tanto, ligarnos a una forma extraña de
adoración, o inventarnos una, es una violación de ese Pacto. ¿Cómo
saber que el Pacto que el Eterno formalizó con Noaj y sus
descendientes sigue vigente? ¿No vemos, acaso, el Arco Iris cómo se
despliega y brilla en medio de la naturaleza? Esta es una de las más
fehacientes pruebas que demuestra que el Pacto noájido sigue vigente
y presente y que es nuestra responsabilidad mantenerlo vivo,
encendido e inviolable.
Asimismo, debemos reconocer que Israel es el pueblo
eterno de Dios, que el Pacto que el Eterno concertó con ellos sigue
activo, inviolable y que será perpetuo. Igualmente, debemos
reconocer que Israel ha sido llamado a ejercer funciones de
Sacerdocio con un alcance universal, conforme lo atestiguan la Torá
y los profetas de la verdad, y nosotros, los noájidas, los gentiles
justos, somos llamados a colaborar con Israel en la rectificación de
la rueda de la Creación. Una Misión de vida y justicia llevada a
cabo en conjunto, pero sin mezclar identidades ni funciones.
La segura caída del imperio del mal:
Hay algo interesante en la historia de Jeroboam y de
su reino, lo cual se cumplirá cabalmente en la historia de aquellos
suplantadores de la identidad y herencia judías e inventores de un
sistema religioso falso y destructor: sus obras, su reino de maldad,
sus mentiras y todas sus patrañas teológicas serán borradas,
olvidadas y extirpadas de la rueda de la creación. (Véase y
analícese el Libro completo de Abdías). Esav (Esaú) será juzgado y
su culto eliminado de sobre la faz de la tierra, tanto de Israel
como del resto de las naciones que han prevaricado con sus mentiras
e impurezas.
Un llamado a la
fidelidad absoluta:
Amigo gentil, noájida, debes entender hoy, ya, ahora
mismo, que tu rol y tu función en la tierra han sido establecidos
por el mismo Eterno desde la antigüedad, cuando Él mismo pactó con
nuestro padre Noaj (Noé) y con nosotros, sus descendientes, dándonos
como señal del Pacto su Arco Iris con sus siete colores, y que es
nuestra entera responsabilidad mantener activo y con vida dicho
Pacto, manteniéndonos fieles y firmes a sus demandas (las siete
leyes noájidas) y cuidándonos de no introducir prácticas extrañas
que resultan ser ajenas a las enseñanzas milenarias de los grandes
Jajamim (Sabios) que han recabado, guardado y atesorado nuestra
herencia espiritual y nos la están dando a conocer en estos tiempos
de redención, rectificación y liberación.
Por el pronto retorno de los fieles de entre las naciones
releyendo
increible el alcance del verbo escrito.